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5 la historia de

Hispanoamérica en
nuestro bachillerato
Por Gontalo ZARAGOZA ROYIRA

Gatsd^Nico d^ G^opraffa ^ Historia dN Filosofla y l.etras. Es autor de trabajos so-


Instituto Nacional de Bach^N^raRo de bre anarquismo argentino y de articubs
Montcada-R+sixactt, Barcelona ydocto^r en sobre pedagogta de ta historia.

La revolución cubana de Fi- s^gu^endo las d^rectrices meto- e ^mperialista de la historia de


del Castro y -Cne» Guevara dológicas del Ministerio de América reflejada en los pro-
despertó en España, a fines de Educación, la América hispana gramas del Bachillerato, se es-
la década de los cincuenta, un apenas si aparecia en los pro- taba desarrollando ^^otra histo-
interés renovado por la histor^a gramas de h^stor^a del Bach^lle- ria de América^^ a la que difícil-
de América. Hasta entonces, y rato en vanas lecciones especí- mente podían tener acceso los
ficas (-La época de los grandes adolescentes, una historia des-
descubrim^entos», «América conocida de la que sólo emer-
durante el reinado de Carlos I», gían, mezcladas con elementos
«La emanc^pación amerycana») folklóricos, las figuras de Za-
que, en real^dad, formaban pata o de Pancho Villa y, en su
parte de la H^stona de España, última etapa, la figura del
junto con una lección de sínte- ^^Che» convertido en póster y
s^s denominada ^La obra de en mito, junto con las epopeyas
España en Amér^ca», cuyo con- de lu ^ has seculares cantadas
ten^do seguía los supuestos bá- por algunos latinoamer^canos.
s^cos del nacional-catol^c^smo y muchos de ellos tan prohibidos
consagraba la labor evangeli- como sus colegas pen^nsulares.
zadora de una España porta- Si esa canción de protesta
dora y exportadora de valores americana era, en realidad, un
eternos. subproducto de la oleada de
concienciación revoluc^onana
continental que desencadenó el
lEROAMERICA SE triunfo de la revoluc^ón cubana.
ONE DE MODA el estudiante de Bachillerato
español tuvo también cierto ac-
Durante la década de los se- ceso a otro subproducto típico
^nta, frente a esa visión tópica del mismo fenómeno histórico:
la nueva novela latinoamerica-
na. Ese boom literario de ultra-
^ 1 GUANAJUATO.IGLES/A La mar tuvo que entrar, de alguna
ra de España en Amenca, el ún^co manera, en nuestras aulas. Cor-
pecto estud^ado en el Bach^llerato tézar, García Márquez, Vargas
trad^c^onal Llosa o Alejo Carpentier acer-
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ca^an ai estua^ante a unos pai-
ses extrarios o exót^cos en lu-
cha por su I^beración nacional y
volvian a poner sobre el tapete
la d^cotomía entre la escasa e
hispanóf^la h^stona de esos paí-
ses aprendida en el ^nstituto y
una real^dad palpitante v^slum-
brada por las novelas o cancio-
nes de protesta. D^cho de otra
forma. el alumno comenzÓ a in-
teresarse por Hispanoamérica
de refilón, sin que la histona de
su manual le brindara ninguna
clave para comprender ta reali-
dad asf ímaginada.

LA VISION IMPERIALISTA
ESPANOLA
F^g z GUERNAVACA. MURAL RENAU: ••Mural de JosEpt Renau en
No hay que echar las culpas a Cuernavaca elemplo de la creac^on de los artrstas republrcanos exrlra-
los protesores de histona. en- dos.
vueltos en las contradicciones
de unos programas que se
promulgan omniscientes y om- que no es necesario descnbir en de América Contemporánea, los
nipotentes, sino a las directri- profundrdad: la mayor difusión ofrecían profesores no especia-
ces generales del Ministerío. Y, de la líteratura joven latinoame- listas, pues apenas si existfan
a ese nivel, resulta en cierto ricana, la preocupación por el americanistas en el pafs.
modo incomprensible que. pese imperialismo norteamericano y La penuria de estudios de
a la tónica americanista oficial y la misma evolución política la- historia contemporánea de
a la existencia de instituciones tinoamericana, en especial el América latina producidos en
con nombres como Consejo de «experimento socialista chile- España contrasta, tristernente,
la Hispanidad o Instituto de Cul- no^• y su dramático final, la trá- con la producción americanista
tura Hispánica, esa retórica no gica muerte de Pablo Neruda y europea o con las declaracio-
se plasmara, a nivel de Bachi- la extraordinaria difusión y re- nes oficiales de amistad y coo-
flerato, más que en unas pocas cepción de la canción revolu- peración con los países -hijos
lecciones de 4.° y de 6.° curso cionaria chilena, como muestra o hermanos, la cosa no está
(actualmente reunidas en el 1.° el éxito de Quilapayum, Violeta clara- de Hispanoamérica. La
de B. U. P.) y en algunos temas Parra o Víctor Jara, entre el pú- «entrañable convicción de que
inevitables en la historia -op- bfico joven que Ilena nuestros la comunidad iberoamericana y
tativa- de C. O. U., al estudiar institutos. filipina es un hecho profundo»
los procesos de descoloniza- (con palabras de Martínez Este-
ción. EI último retoque, en este ruelas en octubre de 1975} no
sentido, ha sido ampliar leve- FALLOS se ha plasmado en una política
mente los temas dedicados a la ESTRUCTURALES ministerial consecuente.
historia y a la geografía de His-
panoamérica en 3.° de B. U. P. Si los profesores de historia
-que no Ilegan, pese a todo, ni no han sabido tal vez desen- UNA NUEVA ETAPA
al 25 por 100 del programa ofi- mascarar el conocimiento his-^
cial-, añadiendo una lección tórico de Latinoamérica a sus La nueva etapa de la Historia
íntegra dedicada a Filipinas, y a alumnos, buena parte de la de España, iniciada el 20 de no-
dedicar en la geografía humana culpa se debe a la escasa pre- viembre de 1975, ha de replan-
de 2.° una sección consagrada paración docente que le brin- tear los contenidos de nuestros
a Hispanoamérica como mo- daba la universidad española, planes de estudio, en particular
delo de economías subdesarro- que cuenta con secciones de en lo que a historia se refiere. Y
Itadas. Historia de América en muy po- si, por una parte, hay que dejar
Para el alumno, pues, sub- cas facultades, y tan sólo con de lado el enfoque triunfalista
siste la dicotomía entre la visión un departamento de Historia de la América española, «his-
de «la empresa de Indias^ y la Contemporánea de América (en pana» a uftranza, no por ello
afición a conocer la realidad ac- la Universidad Complutense de hay que minusvalorar el estudio
tual de los paises americanos. Y Madrid), creado hace pocos de la historia de América. AI in-
esa dicotomía se ha ido agran- años. En otras facultades los terés real del alumno por los
dando debido a varios factores, cursos de Historia Colonial, o temas americanos hay que co-
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rresponoer con una vrsrvn mv- estuoros ae Irteratura y oe geo-
dsrna que parta de los prolyle- -las dos fspaAas-- ha sido grafia. rntentando formar, a ni-
mas sctua^es. que considere la b^s^co y dec^sn+o, y ha reanu- vel de rnstrtuto. -estudios de
^poca colonial des4e ta vtsrbn dado unos lazos que se deben 8rea•. emrnentemente mterdis-
de los venc^dos y como uran- tanto al trasfondo I^ngt,íst^co y c^pl^nares. S^rva de elemplo es-
que del capital^smo europeo, y cultural como a las grandes tas dos muestras de posiblida-
oleadas mrgratonas del s^glo xix des concretas de trabajo act^vo
y del sgb xx, y que cuajb en un a partrr de la lectura de la b^o-
florecimiento de los interCem- grafía de un emigrante, que re-
btos culturalss en la época de coge Juan Marsal en su libro
la 11 RepúDlica fspaAola. Ante Hacer la Am!#rtca (Ed. Anel),
sl dbseo de profundizar en el buscar en la localidad del insti-
conocim^ento mutuo, la moti- tuto emigrantes que hayan re-
vacibn por parte de nuestros tornado, y a partir de sus re-
alurtmos no exisM. Se trata. cuerdos o datos reconstruir ta
pues, de pasar de la motivación histona de la emigración local;
a bs programas de hrstoria y de establecer contacto epistolar
aeoaraffa del Bach^llerato. con círculos regionales españo-

Frg 4 MEXtCO DF UNAM: ••La rebe-


DE AMERICA Irón de los oprrm,dos de Iberoame-
^-^ uuistera reca^car que ei reto nca, tuerre rmpacto emocronal en
ie nuestros alumnos es el de nuestros ado/escentes^

Fig. 3 MEXICO. DF. ••Una pollbca


mal conoc^da y que suena a exotrca
e rnlanhl^.

• ALGUNOS SIGNOS
DE CAMB10
no desde 1a óptica evangeliza-
dora y misional; que estudie et
proceso de independencia en
toda su complejidad social, po-
lítice y económica; que se cen-
tre en las diversas opciones de una histor^a viva, no el de la his- les en América; intentar proyec-
dependencia neo-colonial del toria de la época colonial. Cu- tos conjuntos con escuelas se-
siglo xix; que se trate a fondo ba, Chile. México, en cuanto di- cundarias mejicanas, venezola-
los procesos revolucionarios versos modelos conocidos de nas, cubanas, etc.
del siglo xx, desde la revolución procesos revolucionarios; Ar-
mejicana hasta el peronismo y gentina y el Uruguay, como
hasta Salvador Allende. grandes zonas de asentamiento
Asi se podrá hacer realidad el de la emigración del xix; Vene-
deseo de tantos americanos zuela. México y la emigración
que estudian y conocen nuestra republicana española. Y la his- Y, mientras tanto, ^cambiará
historia, y de tantos españoles tona viva debe emplear una me- la orientación en los estudios
que emigraron al Nuevo Mundo todología activa, que se benefi- americanistas españoles a nive-
en busca de refugio al concluir ciarA del hecho de utilizar una les altos? De hecho, nunca los
nuestra contienda civil. La hue- lengua común, y que se reali- americanistas españoles han
Ila de la ernigración en América zará en colaboración con los sido, en su totalidad, mera caja
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de resonancia de ia trase^ogta
de •^el espintu impera», pero en
escasas ocas^ones han plan-
tado cara de modo decisivo al
sistema de valores imperante
Sin embargo, puede dec^rse
que la renovación se está im-
poniendo en todos los centros
universitarios y que está sur-
giendo ya una generación revi-
sionista de americanistas espa-
ñoles. En Madrid, y organizado
por el I. N. C. I. E., tuvo lugar
una reunión -de americanistas
jóvenes» los dias 1 al 5 de
marzo de este año, presídida
por los profesores de la Com-
plutense Mario Hernández
Sánchez-Barba y Guillermo
Céspedes del Castillo, con par-
ticipantes sevillanos, catalanes.
f^g 5. S. MIGUEL ALLENDE ••EI
canarios y vallisoletanos, que
mundo ind^gena que perv^ve y que
significó una toma de contacto dio e investigación amencanis- cuest^ona nuestros conceptosh^sto-
importante y un deseo de reno- tas científicos -no protocola- ncos rrad^c^ona/es••.
var los estudios latinoamerica- rios- en las universidades es-
nos, entroncando decidida- pañolas, y en ia ampliación en
mente con las escuelas euro- los temarios de historia, geo- los profesores de historia de
peas y con las preocupaciones grafía y literatura de Bachiller ofrecer una historia de América
americanas actuales. Y es de de las lecciones consagradas a viva y actuante en los alumnos
esperar que no será éste el úl- la América hispana. debe ser asumida plena y res-
timo paso que se dé en tal sen- Porque los países que se ex- ponsablemente. Así -por una
tido. La respuesta oficial -esto tienden desde el Río Grande vez, al menos- el divorcio en-
es, ministerial- no es aún pre- hasta el Cabo de Hornos son tre la cultura adolescente y la
decible, aunque está claro que aún los grandes desconocidos cultura de los contenidos de los
debiera concretarse en la am- de nuestro Bachillerato. La programas de B. U. P. podrá ser
pliación de los centros de estu- oportunidad que se presenta a salvado.

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