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del romanticismo

al impresionismo
ENTRE LA EMOCIÓN,
LA RAZÓN Y LA APARIENCIA
CONCHA LOMBA SERRANO
A LOS BURGUESES
“ ...Poseéis el gobierno de la ciudad, y es justo, por
cuanto sois la fuerza. Pero es necesario que seáis capaces
de sentir la belleza; porque como ninguno de vosotros puede
en la actualidad prescindir del poder, tampoco ninguno tiene
derecho a abstenerse de la poesía.
Podéis vivir tres días sin pan, pero ni uno solo
sin poesía; y quienes de vosotros dicen lo contrario, se
equivocan; no os conocen.
Los aristócratas del pensamiento, los distribuidores
del elogio y la condena, los acaparadores de las cosas
espirituales os han dicho que no tenéis derecho de sentir y de
gozar: son unos fariseos.
Porque poseéis el gobierno de una ciudad donde está el
público del universo y es preciso que seáis dignos de esa tarea...”
© Art Duomo Global, S. L.
Avda. Manoteras, 38 - B404 – 28050 Madrid
© Concha Lomba Serrano
Directores de la colección: Charles Baudelaire, Salon de 1846
Isabel García García y Javier Pérez Segura
Diseño y maquetación: J. Cáceres y Gema Díaz
Portada: Impresión, sol naciente, por Claude
Monet, 1872, París, Museo Marmottan
ISBN: 978-84-608-8238-1
Depósito legal: M-18132-2016
Imprime: Palgraphic
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ENTRE LA
EMOCIÓN,
LA RAZÓN Y LA
APARIENCIA
Nada. Tan lacónico mensaje escrito por
un moribundo sobre una hoja de papel
blanco es el funesto balance establecido
por Francisco de Goya tras la guerra de
la independencia española. El Desastre
número 69, fechado entre 1814 y 1815,
sintetiza la dramática y lúcida conclusión
del aragonés, tras años de enfrentamientos
mortales, de encarnizados combates,
saqueos, violaciones, muertes y destrucción
de tantas ciudades… Tanta crueldad y
desolación no habían servido para nada.
Tampoco habían servido de nada las
esperanzas depositadas por ciertos sectores
de la sociedad española en el retorno de la
monarquía pues Fernando VII desatendió las
reformas que proponían los ilustrados para
superar el retraso que acarreaba España
y modernizar sus caducas estructuras
políticas, económicas y sociales.
La estampa coincide cronológicamente
Nada, Desastre
número 69, por
con el histórico Congreso de Viena,
Francisco de Goya. celebrado en la ciudad austriaca entre

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el 1 de octubre de 1814 y el 9 de junio la imagen del genio creador, bohemio,
de 1815, con el que también mantiene mientras que en la segunda, desarrollada
una cierta relación conceptual. La a partir de 1855, tras la aparición en
Revolución francesa no había servido para escena de Courbet, se introdujeron otros
nada en el territorio español y en Viena se cambios sustanciales. Se estableció la
certificó el retorno de la ideología política disyuntiva entre el Academicismo y la
del Antiguo Régimen, al tiempo que se Vanguardia, concebidos respectivamente
restauraban algunas monarquías que había como la producción artística hegemónica
sido depuestas. y la alternativa; la crítica recibió un nuevo
Ambos acontecimientos, el Nada de Goya impulso, se consolidaron los agentes
y el Congreso, certificaban el final de la intervinientes en el mercado artístico
Ilustración; momentáneamente, al menos. moderno, se transformaron las exposiciones
Y, al mismo tiempo, simbolizaron la pugna nacionales creándose certámenes concretos
que, ideológica y estéticamente, se estrenó que lograron una gran afluencia de público,
por aquellas fechas. Una confrontación cuando menos en París, de manera que,
que, en el terreno artístico, giró en torno por primera vez, el arte se aproximaba a
a dos formas de entender la creación, la condición de fenómeno de masas; y,
modernidad frente a tradición, propiciando se produjo un incipiente replanteamiento
una enorme riqueza discursiva y visual, con del papel que desempeñaban las artistas,
abundantes luces y sombras en su proceso. al tiempo que la imagen de la mujer era
Porque durante el siglo XIX se produjeron objeto de numerosas y atractivas, también
grandes transformaciones que también perversas, interpretaciones icónicas aunque
afectaron a las artes. Las más sobresalientes su consideración social seguía siendo
fueron las revoluciones industriales y lamentable.
burguesas que propiciaron no solo el Tan singulares cambios comenzaron
sufragio universal sino también novedades por el urbanismo y la arquitectura.
científicas, económicas, sociales, filosóficas, Porque la restauración propiciada por el
literarias y artísticas sustanciales. Fue Congreso de Viena y los nacionalismos
entonces cuando se desarrollaron posteriores auspiciaron, en una primera
algunas de las principales corrientes del etapa, la ampliación, modernización y
pensamiento contemporáneo como el embellecimiento de las ciudades a través
materialismo dialéctico, el nihilismo o el de una nueva arquitectura. Un proceso
Arriba, París hacia nacionalismo; aparecieron nuevas técnicas que fue consolidándose a lo largo del siglo,
1870, con el artísticas como la litografía y la fotografía logrando que las ciudades ampliaran sus
plan urbano del
Barón Hausmann. y otros géneros como la caricatura. Y perímetros, racionalizaran su planificación
A la derecha, cuando se modificó el sistema de las artes, urbana, crearan nuevos bulevares en los
el Palacio de
Luxemburgo en pudiéndose distinguir dos grandes etapas que se construyeron singulares edificios
París, proyecto en este proceso: en la primera emergió de representación institucionalizada, y
de Salomon de
Brosse.
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Jean-Auguste-Dominique Ingres
nuevos barrios en los que residía la clase El baño turco
obrera. Gracias a todo ello, la ciudad 1862
decimonónica se convirtió, avanzada la París, Museo del Louvre.
El Neoclasicismo que caracterizó a Ingres,
centuria, en un fiel reflejo de la nueva el mejor discípulo de David, fue alterado
estructura social. Y a los solemnes edificios ocasionalmente al introducir importantes
innovaciones estéticas como las reflejadas en
públicos se fueron sumando nuevas El baño turco, que sin duda influyeron en el
tipologías, algunas de las cuales devinieron Cubismo y el Expresionismo. Pintado poco antes
de morir, el lienzo muestra una fascinante escena
en paradigmas para exhibir las creaciones
oriental en la que las mujeres disfrutan de los
artísticas que se habían convertido en placeres del baño turco, desnudas y en posiciones
símbolos estéticos y también ideológicos. indolentes, ajenas a la mirada del espectador que
las observa a través de un agujero.
Me refiero a los palacios de exposiciones
que, erigidos en materiales tan rutilantes
como el hierro y el cristal, acogían las
Karl Friedrich recién estrenadas muestras internacionales
Schinkel concebidas como el mejor escaparate
Altes Museum
1822-1828 de los logros políticos; y también a los
Berlín museos de reciente aparición que, solo
El esplendor vivido por Berlín
como capital de Prusia propició
con la Revolución Francesa, nacieron como
la construcción de suntuosos y entidad moderna y fueron salpicando la
modernos edificios, la mayoría de
geografía europea a lo largo de la primera
ellos debidos a Schinkel, uno de los
mejores arquitectos neoclásicos mitad de la centuria y la americana durante
que, incluso, creó una tipología la segunda. Entre otros el famoso Palacio
museística de gran influencia en el
movimiento moderno posterior. Lo
de Luxemburgo, concebido para exhibir las
hizo a través del Museo Antiguo, tendencias artísticas contemporáneas en
diseñado entre 1822 y 1823 y aquel París deslumbrante.
levantado algunos años después
(1825-28) como si de un templo
clásico se tratara, con una galería Románticos versus Clásicos
porticada precediéndolo y una
rotonda central, iluminada con luz
Aquel triunfo del neoclasicismo
cenital, que facilita su circulación. certificado por el Congreso de Viena
tuvo consecuencias evidentes en las
grandes ciudades alemanas, francesas e
inglesas esencialmente. Uno de los casos
más notables fue el de Berlín a quien
Karl Friedrich Schinkel (1781–1841), el
más destacado arquitecto neoclasicista
alemán, dotó de una nueva configuración
en su periodo prusiano, construyendo
edificios tan singulares como el Altes

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Museum, erigido en la conocida Isla de
los Museos entre 1822 y 1828, aunque
fue inaugurado dos años más tarde, y
convertido en uno de los prototipos
museísticos que mayor influencia lograron
en la arquitectura posterior.
Al mismo tiempo, destacaban los
influyentes discípulos de David. En especial,
el complejo y contradictorio Ingres
(1780-1867), convertido en el más firme
defensor de los presupuestos figurativos
del neoclasicismo, en cuyas composiciones
predominaba su pasión por el dibujo y la
línea, en contraposición al uso expresivo del
color y la turbulencia neobarroca de su gran
oponente: Delacroix. De tanto en tanto,
Eugène Delacroix sin embargo, avanza recursos estéticos
Autorretrato con chaleco verde
1837 que la vanguardia del siglo XX no dudó en
París, Museo del Louvre reivindicar y que se perciben de manera
Uno de los más felices hallazgos producidos
clara en obras como El baño turco fechada
por el Romanticismo fue el retrato moderno.
Y una de las obras que más influyeron en ello en 1862. Mientras, desde la periferia
fue el Autorretrato con chaleco verde pintado danesa, Bertel Thorvaldsen (1770-1844)
por Delacroix mediante expresivas pinceladas
de color que transmiten la imagen del genio se convirtió en el mejor representante
creador, del artista rebelde. De un artista con del neoclasicismo escultórico con el que
éxito, ataviado elegantemente, como
logró numerosos encargos y un gran éxito
un caballero, aunque sin ningún símbolo
alusivo a su profesión, que nos contempla, por toda Europa.
desafiante y conmovedor al mismo tiempo, Por esas mismas fechas, Schinkel se
seguro de sí mismo.
sumaba al Romanticismo que ya recorría
Europa construyendo la iglesia de
Friedrichswerder (1824–1831) en un
lenguaje neogótico. Y los nacionalismos
asumieron el Romanticismo como la nueva
forma de expresión ideológica y artística.
Por lo tanto, la polémica estaba servida ya
Adonis, por Bertel que, por primera vez, la estética se desplazó
Thorvaldsen, al centro de los sistemas filosóficos y se
1808,
Copenhague,
planteó con mas profundidad que nunca el
Museo sentido y la finalidad del arte, convirtiendo
Thorvaldsen.

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con frecuencia el Clasicismo en la tendencia
de la restauración y el Romanticismo en el
símbolo de la revolución política y artística,
de la modernidad o viceversa. Y aunque los
diferentes lenguajes artísticos producidos
durante este periodo guardan cierta
relación, por muy excéntrico que parezca,
la diferencia existente ente una y otra
corriente –magnificada por el tópico que el
propio Ingres alimentó considerándose un
clásico y Delacroix un romántico–, alentó
las diferencias entre clásicos y románticos
durante la mitad del siglo hasta el punto de
convertirlos en oponentes.
Sin embargo, no hubo ninguna duda
de que en esta pugna la modernidad en
materia artística equivalía a Romanticismo
y de que sus jóvenes y brillantes
representantes deseaban desterrar, destruir,
Théodore Géricault todo lo concebido hasta la fecha. Tanto
Coracero herido abandonando el
que en 1823 el escritor Stendhal en su
campo de batalla
1814 obra Racine y Shakespeare se mostraba
París, Museo del Louvre así de beligerante contra el clasicismo:
El interés de los románticos por reflejar la historia
contemporánea indujo a Géricault a pintar su “Los clásicos controlan los teatros y todos
Coracero herido abandonando el campo de batalla, los puestos pagados por el gobierno. Los
que exhibió en el Salón de 1814 con escaso
jóvenes no pueden acceder a los que
éxito. Ello no obsta para que la crítica posterior
haya reconocido su importancia, basada tanto quedan vacantes más que a través de los
en su carácter épico como en la tensa y dinámica favores de los mayores... El fanatismo es una
composición elegida: un tormentoso escenario
en el que destaca el gesto enérgico y amargo del recomendación. Todas las mentes serviles,
soldado, cuya derrota parece simbolizar la de todo todos aquellos con la mezquina ambición
el ejército francés.
de ocupar una cátedra, un puesto en la
academia o una plaza de bibliotecario,
están interesados en ofrecernos todas las
mañanas un artículo (en la prensa) a favor
Autorretrato, de los clásicos...”.
por Jacques-Louis En ese mismo escrito definía al
David, 1791,
Florencia, Galería
Romanticismo como una tendencia
de los Uffizi. moderna, como el “arte de complacer a

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los contemporáneos de uno, mientras que
el Clasicismo sería el de complacer a sus
antepasados”. En ambas frases y en otras
tantas de escritores y artistas pronunciadas
por aquellas fechas se evidenciaba,
igualmente, el orgullo que sentían los
románticos por no pertenecer al sistema
establecido, su insistente deseo por destruir
el arte que les precedió, por considerar que
sus primeras apariciones públicas debían
suscitar opiniones negativas entre la crítica
alimentando la rebeldía de sus espíritus
libres... Así se sentían los jóvenes cachorros
románticos, magníficamente representados
por Eugène Delacroix, frente a los maduros
y galardonados artistas clásicos. Y esas
eran algunas de las cualidades propias
del genio creador que, consideraban, les
caracterizaba.
Se trata de características similares
a las que adornan los autorretratos y
retratos que los románticos concibieron.
Recuérdese que el retrato fue uno de los
géneros fundamentales en el desarrollo de
la modernidad que comenzó en el siglo
ilustrado y se desarrolló entre la burguesía Théodore Géricault
Monomaníaca de la envidia
propia del siglo XIX, precisamente durante 1819-1823
los años que atañen a nuestro estudio, Lyon, Museo de Bellas Artes
Conocido también como La Hyène de
para reconocerse como grupo social. Y
la Salpêtrière, este retrato forma parte
como los artistas románticos sintieron de los cinco pintados por Géricault
un gran interés por el ser humano, por la con la intención de analizar los vicios
humanos. Para el dedicado a la
exploración constante del individuo, el envidia empleó como modelo a una
retrato se convirtió en uno de sus géneros paciente del antiguo hospital parisino,
especializado en salud mental, cuyo
predilectos. Lo mismo que el autorretrato,
Autorretrato perverso y demente carácter queda
con 24 años, por habida cuenta de su propensión a ensalzar de manifiesto mediante el angustioso
Jean-Auguste- al genio creador, al artista romántico. y tenso gesto que se dibuja en el
Dominique Ingres, rostro y su torva mirada, realzados
Oise, Museo
Ahora bien, en el seno de la por el colorido y la escenográfica
Condé Chantilly. contraposición vivida entre Clasicismo y iluminación empleados.

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Théodore Géricault
La balsa de la Medusa
1818-1819
París, Museo del Louvre
Convertido en un icono del
Romanticismo francés, representa
el trágico naufragio de la fragata
Meduse en el que perecieron
más de un centenar de marinos.
Un acontecimiento del que
se responsabilizó al capitán
–nombrado, al parecer, por
su lealtad al monarca–, lo que
implica una gran audacia por
parte de su autor quien, además,
prefirió mostrar la valentía de todo
el grupo en vez de representar
un héroe concreto. Todo ello le
reportó un considerable éxito
entre la crítica y su temprano
ingreso en el Museo del Louvre,
una prerrogativa reservada a los
pintores antiguos.

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Romanticismo, el retrato, cuando menos Caspar David
de forma generalizada, se decantó por Friedrich
Caminante sobre la
la retórica fidedigna del Neoclasicismo niebla
davidiano más estricto que, además, 1818
Hamburgo, Kunsthalle
satisfacía el deseo de la burguesía al dotar al El carácter metafísico
retratado de una carácter actual y eterno y sublime con que
al mismo tiempo; y un buen ejemplo lo Friedrich, el mejor de los
paisajistas románticos
constituye el Autorretrato pintado por David alemanes, concibió la
en 1791, en el que destaca su lucidez. naturaleza alcanzó su
máxima expresión en este
Frente a esa moda, la mirada autosuficiente, lienzo protagonizado por
la cabeza levemente elevada, el expresivo el propio autor que, de
color y la pincelada que usó Delacroix en su espaldas al espectador,
contempla extasiado la
Autorretrato de 1837 se impuso como el inmensidad y la belleza
prototipo del retrato romántico, y por ende de un paisaje inabarcable
que visitó tras contraer
del artista romántico.
matrimonio en su viaje
Al mismo tiempo, los jóvenes artistas por Sajonia. Una escena
románticos se interesaron por otros en la que se perciben,
igualmente, otras
aspectos apenas tratados hasta la fecha, reflexiones estéticas y
como la violencia, la enfermedad, el filosóficas vinculadas con
la pequeñez del individuo
sufrimiento y también la locura que anidaba
frente a la grandeza del
en el ser humano. Igual que Goya. Y para espectáculo que le rodea.
representar tales sentimientos no dudaron
en ensayar gestos y formas nuevas que
complacieron extraordinariamente a la
mentalidad de los rebeldes intelectuales
románticos de la época, contribuyendo a
definir lo que, en puridad, se entiende por
Romanticismo en materia artística. Entre
otras la energía en el gesto, en la expresión
de los retratados que imprimió Géricault
a su Coracero herido abandonando el
campo de batalla (1814), o al Retrato
de un carabinero (1814) que, al decir de
algunos historiadores, podría considerarse
Cabezas de
víctimas de el autorretrato del artista.
tortura, por Théodore Géricault (1791-1824), el
Théodore
Géricault, s.f.,
primero en enarbolar la bandera del
Rouen. Romanticismo, no se detuvo en las

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novedades que imprimió a sus coraceros, Al mismo tiempo, manifestaron una
sino que a la vez desarrolló otras fórmulas especial devoción por los episodios
en sus exóticos retratos de campesinos coetáneos y sobre todo por aquellos
y de africanos, e igualmente en la en los que la libertad protagonizaba
melancolía de los que se llamaron locos las composiciones. Por lo tanto no es
o monomaníacos, aproximándose en este extraño que algunas de las mejores
aspecto a los personajes que dibujó Goya, obras románticas francesas reflejaran
como recordaba Valeriano Bozal hace algún acontecimientos históricos recientes
tiempo. Así ocurre con la Monomaníaca como el representado por Théodore
de la envidia (1819-23), cuyo rostro Géricault en La balsa de la Medusa (1818
y expresivos gestos enfatizados por la y 1819). Considerada como uno de los
iluminación y el color empleados logran grandes símbolos del Romanticismo
transmitir el carácter, el interior, de una de francés, está basada en la tragedia
las enfermas más célebres de la historia. que supuso el naufragio de la fragata
Fue precisamente esta fuerza, la energía francesa Méduse y la excesiva tardanza
Eugène Delacroix y la actitud melancólica que los románticos en el rescate del casi centenar y medio de
Las mujeres de Argel en su apartamento imprimieron a sus retratos junto con las personas que quedaron a la deriva, de lo
1834 pinceladas davidianas de su autorretrato que se responsabilizó al capitán francés
París, Museo del Louvre
La pasión que los románticos sintieron por el inacabado, las premisas que articularon a las órdenes de la recién restaurada
exotismo del norte de África, en el que confluyeron y definieron la complejidad del retrato monarquía. Ni que decir tiene que la obra
antiguas y sugerentes civilizaciones, condujo a
Delacroix a viajar por Marruecos y Argelia en 1832
romántico, el retrato moderno por suscitó fervientes adeptos y furibundos
y conocer de cerca sus gentes y costumbres; incluso excelencia. Por lo tanto, se entenderá que detractores tanto por el asunto elegido
visitó un harén argelino. La impresión que le causó en muchas ocasiones la contraposición como por la manera de representarlo que Eugène Delacroix
fue tan intensa que determinó la sensualidad La Matanza de Quíos
que late en ese ambiente apacible, habitual entre Clasicismo y Romanticismo fuese más contiene la esencia de la pintura romántica, 1822
en los harenes, cuyas hermosas protagonistas, teórica que real, y que en la construcción comenzando por la quiebra del orden y París, Museo del Louvre
lujosamente ataviadas, se mantienen a la espera La pasión por la libertad fue uno de los asuntos
de la modernidad estética que supuso el la racionalidad propia del Neoclasicismo
de los quehaceres que les reclamen. Todo ello preferidos por los románticos y la masacre que
potenciado por la rica gama cromática empleada y Romanticismo colaboraron también David y predominante. A saber: el tipo de sufrieron los habitantes de la isla de Quíos en
sus contrastes lumínicos. algunos de sus discípulos. perspectiva y composición empleada, 1822 a manos de los otomanos se convirtió en un
sólido argumento pictórico para Delacroix. Para
Junto a los retratos, los artistas románticos la teatralidad del espacio y la tensión representarla, eligió una imagen desoladora: el
sintieron un gran interés por la historia. introducida en la escena, los violentos momento en que un jinete turco arrastra el cuerpo
desnudo de una mujer, mientras un heroico grupo
Sobre todo por los episodios teñidos de contrastes de luces y sombras existentes
de isleños heridos asumen su derrota, en medio de
una cierta aura legendaria, épica e incluso junto con los colores pardos y negros, una luz infernal y una atmósfera densa y gris.
literaria, de manera que tanto el pasado expresados a través de una pincelada
clásico, como los lugares exóticos y los suelta e imprecisos contornos. Con tales
escenarios recónditos norteafricanos y recursos logró la impresión dramática
próximo orientales como el recreado por perseguida, en la que los náufragos son
Delacroix en Las mujeres de Argel (1834) presa de la angustia y el desamparo, de
fueron objeto de atención permanente. la desesperación y, en otras ocasiones,

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conservan la esperanza. Semejantes
hallazgos influyeron en otros grandes
románticos del momento como Delacroix
y Turner, pero también en realistas como
Courbet e impresionistas como Manet.
Y le valieron aplauso de su discípulo
Eugène Delacroix quien, conmovido por
su temprano fallecimiento, no dudó en
afirmar que su pintura estaba provista de
“...todo lo que siempre le ha faltado a
David: la potencia en el modo de pintar, la
gallardía, la audacia...”. Una audacia que
condujo al célebre Géricault a investigar
en los hospitales cómo se quebraban
los miembros o cuál era el color que
presentaban los cadáveres, para reflejar con
exactitud estos detalles que, en ocasiones,
convirtió en protagonistas absolutos de
sus escenas, respondiendo a una de las
características que el propio Géricault,
y después el Romanticismo, pusieron de
moda: la importancia concedida a los
fragmentos. Una poética que practicó
en su Coracero herido abandonando el
campo de batalla, en la que un solo oficial
herido representaba al ejército francés,
en Fragmentos anatómicos o en uno de
los más veraces y terroríficos estudios
realizados para La Balsa: Cabezas de
víctimas de tortura... (s.f.).
Una épica similar late en algunos Eugène Delacroix
La libertad guiando al pueblo
de los más solemnes lienzos pintados 1830, París, Museo del Louvre
por Eugéne Delacroix (1798-1863), La heroica sublevación que libraron los franceses en 1830 contra el rey Carlos X
por haber restringido sus libertades impulsó a Delacroix a defender a su patria,
persuadido de ser el mejor representante
Retrato de un pintando una obra que no solo consiguió conmocionar a la sociedad sino que ha se
carabinero, del mundo moderno, y reconocido por ha convertido en la alegoría misma de la libertad. Eligió para ello el momento en
por Théodore la historiografía como el gran adalid del que una bella y sensual mujer iza la bandera francesa animando a continuar la lucha,
Géricault, 1814, mientras en el suelo se amontonan los cadáveres y los heridos, de distintas clases
Rouen, Musée des
Romanticismo al que tanto admiraron sociales, y el humo de la batalla ensombrece el ambiente.
Beaux-Arts. sus coetáneos –incluido Baudelaire– y, en

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especial, impresionistas y fauvistas. Fue
también uno de los que mejor definieron el
espíritu romántico a través de sus Diarios,
en los que anotó: “Jean-Jacques dice con
razón que se pinta mejor el encanto de
la libertad cuando se está entre rejas;
que se describe mejor una agradable
campiña cuando se vive en una ciudad
agobiante y que no se ve el cielo sino por
un tragaluz y entre las chimeneas…”.
Enfrentado de forma permanente al
carácter clasicista de su gran oponente,
Ingres, Delacroix elevó a la categoría de
estilo el poder expresivo del color, como
evidencia de manera especial La muerte del
Sardanápalo (1827). Por aquel entonces
ya había pintado otro de los lienzos épicos
que ensalzaban la independencia de los
pueblos oprimidos: La Matanza de Quíos
(1822), convertido en símbolo de la
indignación que recorrió Europa al conocer
la brutal matanza perpetrada en aquel
aciago 1822 de más de 20.000 griegos
que luchaban por su independencia en
la isla de Quíos, por las tropas del sultán
turco. Los deseos de libertad expresados a
través del intenso movimiento y la fuerza
expresiva de la composición ayudaron
a que tanto Gran Bretaña como Francia
intervinieran oficialmente en el conflicto.
Arriba, La muerte Ese mismo deseo es el que late en la
del Sardanápalo, mejor composición épica alumbrada por
por Eugène
Delacroix, 1827, el romanticismo: La libertad guiando
París, Museo del al pueblo (1830) que, desde entonces,
Louvre.
A la derecha, La ha permanecido en el imaginario
mañana, por colectivo como la alegoría de la libertad,
Otto Runge,
1808, Hamburgo,
representada por la figura de la hermosa
Kunsthalle. joven que alza la bandera republicana

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entre un montón de cadáveres y heridos.
Concebido para conmemorar la sublevación
del pueblo francés contra el rey Carlos
X el 28 de julio de 1830 por haber
suprimido el Parlamento –cosa distinta es la
consideración que merezca esa revolución–,
el alegato creado por Delacroix es el mismo
que ya defendiera Géricault y semejante al
que expresó Goya. Solo que el concebido
por el aragonés algunos años antes, en su
famoso Los fusilamientos del tres de mayo
(1814), carece de la épica defendida por
los románticos franceses. Porque aunque
Goya comparte la estética romántica con
Géricault y Delacroix, conceptualmente
John Constable
El carro de heno preludia el realismo posterior e incluso
1821 anuncia el Expresionismo.
National Gallery, Londres
Constable, uno de los principales paisajistas
Al mismo tiempo, los románticos sintieron
románticos ingleses y uno de los pioneros en la una especial predilección por el paisaje,
práctica de la pintura al aire libre, concibió El carro representado de una forma nueva que
de heno como “una plácida representación de
una serena mañana gris de verano”. Una frase que alcanzó una sorprendente calidad. El gusto
resume acertadamente la filosofía inherente a su que los románticos sentían por lo exótico,
trabajo: la muestra de amables paisajes inspirados
lo legendario, lo sugerente, incluso lo
en la campiña inglesa, poblada por sus habitantes,
en la que reflejar los cambios atmosféricos que se sublime, casaba exactamente con esa
sucedían transformando sus familiares escenarios nueva fuente de inspiración. La grandeza
que, como en este caso, coinciden con el valle del
Stour, en el que nació. de la naturaleza, sus hermosos, inmensos y
agrestes parajes, en los que el ser humano
se convierte en un ser minúsculo, ocuparon
un lugar estelar en la creación artística
destacando dos fuertes polos de atracción:
el mundo germánico y el inglés.
El foco alemán estuvo representado,
esencialmente, por dos figuras singulares:
El 3 de mayo de Philipp Otto Runge (1777-1810),
1808 en Madrid o
Los fusilamientos, cuyo alegórico despertar del universo
por Francisco representado en La mañana (1808)
de Goya, 1814,
Madrid, Museo del
alcanzó un notable éxito; y Caspar David
Prado Friedrich (1774-1840), el mejor de los

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Joseph Mallord
paisajistas románticos. Su Caminante sobre William Turner
la niebla, pintado en 1818, ofrece una Lluvia, vapor, velocidad. El
imagen sobrecogedora de la naturaleza, ferrocarril del Oeste
1844
casi panteísta. Una metafísica semejante Londres, National Gallery
subyace en la poética de Friedrich, Poco a poco Turner siguió intentando
desmaterializar las formas y plasmar
para quien la naturaleza en estado una luz pura que emociona al
puro constituyó su principal fuente de espectador. Ese fue el propósito con
inspiración. También el mar, como puso el que concibió este famoso lienzo.
Una obra en la que, como buen
de manifiesto en obras como Acantilados amante de los avances técnicos,
blancos en Rügen (1818), en el que destaca representó un tren rodando a
gran velocidad –para así lograr
la inmensidad del Báltico y de la abrupta su desmaterialización– junto al
geografía que lo circunda, frente al que el puente sobre el Támesis, que casi
Joseph Mallord William Turner individuo apenas tiene importancia. se mimetiza con el sobrecogedor
Tempestad de nieve: Aníbal y su ejército paisaje por el que discurre; un efecto
En Inglaterra el paisaje romántico alcanzó potenciado gracias a la intensa luz
cruzan los Alpes
1810-1812 igualmente una importancia sustancial, que inunda la escena creando una
Londres, Tate Gallery atmósfera densa y un tanto irreal.
gracias a la calidad de dos artistas bien
Tan sobrecogedora Tempestad muestra cómo
Turner revolucionó el paisaje y concibió a la
distintos, con intereses estéticos incluso
naturaleza como una fuerza portentosa capaz contrapuestos, y que además ejercieron una
de sembrar el caos entre la humanidad. Es lo que gran influencia sobre la pintura moderna.
sucede con el ejército de Aníbal atravesando los
Alpes, sobre el que se ciernen negros y tumultuosos Me refiero a John Constable (1776-1837),
nubarrones –entre los que se abre paso un brillante uno de los primeros artistas que pintó
sol anaranjado– y una tormenta de nieve pintada a
base de colores oscuros y expresivas pinceladas que,
paisajes al aire libre inspirándose en los
poco a poco, van desmaterializándose. Una manera artistas clasicistas, que hizo de la campiña
de pintar que influyó considerablemente en la inglesa y los cambios atmosféricos en
vanguardia posterior, incluso entre el Informalismo.
ella reflejados su fuente de inspiración
permanente. Con estos mimbres que tanto
impresionaron a la crítica francesa en aquel
lejano 1824, pese a reprocharle que carecía
de temas, compuso amables paisajes en los
que la huella del hombre constituye una
referencia constante. Así ocurre en El carro
de heno (1821) o La Catedral de Salisbury
desde la pradera (1831). En el polo
opuesto se sitúa la poética de J. M. William
Turner (1775-1851), uno de los grandes
revolucionarios de la pintura paisajista, para
quien el concepto de lo sublime determinó
su poética que, al tiempo, preludió el

28 29
Impresionismo. Tanto fue así que el célebre
crítico John Ruskin lo definió como el
artista “que más conmovedoramente
y acertadamente puede medir el
temperamento de la naturaleza”. Para
Turner, la humanidad sucumbía ante el
poder de la naturaleza, ante sus cambios
atmosféricos, violentos oleajes, marejadas…
Es lo que reflejan algunos de sus más
significativos lienzos o de sus magníficas
acuarelas, una técnica en la que descolló
especialmente. Por ejemplo en Tempestad
de nieve: Aníbal y su ejército cruzan los
Alpes, pintado entre 1810 y 1812, o con el
mucho más tardío Lluvia, vapor, velocidad.
El ferrocarril del Oeste (1844), cuya irreal
atmósfera podría compararse con las
superficies informales que los integrantes
de la vanguardia emergente crearon tras
la Segunda Guerra Mundial, Jackson Pollock
entre otros.
Una atmósfera similar concibieron
los más señeros pintores románticos
españoles como los seguidores de Goya o
paisajistas tan interesantes como Jenaro
Pérez Villaamil (1807-1854), quien en
1849 pintó El castillo de Gaucín (1849)
que, ya en su momento y como recuerda
Enrique Arias, fue definido como uno de los
cuadros “en que más se revela su estilo, su
manera, su rica imaginación, su ardorosa
fantasía, y el libre o descompuesto modo Jenaro Pérez Villaamil
que tenía de hacer…”. Es decir que el El castillo de Gaucín
paraje representado por Pérez Villaamil 1849, Madrid, Museo del Prado
La gran imaginación de uno de los mejores paisajistas románticos españoles que, por esas fechas,
La barricada, por reunía todos los ingredientes para ser era ya director de la Escuela San Fernando y pintor de cámara de Isabel II, creó este sugerente
Jean-Louis-Ernest calificado como un excepcional paisaje lienzo inspirándose en la geografía andaluza. Para su composición eligió un hermoso paraje en el
Meissonier, 1848, que se alza el legendario castillo de Gaucín, tras el que destaca el Peñón de Gibraltar y el Estrecho,
París, Museo del
romántico, protagonizado por una de al que dotó de una cierta teatralidad y de un vivo acento emocional.
Louvre. esas construcciones legendarias que tanto

30 31
gustaban a los intelectuales europeos
que convirtieron en un mito romántico
a España, el país al que viajaban atraídos
por sus parajes naturales y por exóticas
historias de las civilizaciones antiguas
que la poblaron legando sugerentes y
hermosos monumentos artísticos. Todo
ello propició que llegaran a nuestro
país románticos como el célebre poeta
Víctor Hugo, representado por Géricault
entre los miembros de La Balsa de la
Medusa, y quien, por cierto, compuso
algunas acuarelas realmente impresionantes
relacionadas con el imaginario goyesco
y con el concepto de lo tenebroso y
sublime que los románticos pusieron en
boga también, como se desprende de su
Espagne. Un de mes chateaux (1847).
Y artistas mucho más avanzados como
Édouard Manet, entre otros.

La primavera revolucionaria de 1848 y


el triunfo de los Realismos
“(...) no tengo por qué ser modesto por este
dibujo [...] cuando lo hice estaba todavía
bajo la terrible impresión del espectáculo
que acababa de ver, y créame, estimado
La Catedral de Alfred, estas cosas le entran a uno en el
Salisbury desde la alma, cuando las reproduce [...] lo he
pradera, por John
Constable, 1831,
visto [el asalto a la barricada] en todo su
Londres, National horror, sus defensores asesinados, fusilados,
Gallery, Londres.
arrojados por las ventanas, cubriendo
A la derecha,
Acantilados el suelo con sus cadáveres, la tierra no
blancos en habiendo todavía bebido toda la sangre”.
Rügen, por
Caspar David Con estas palabras J. L. Ernest Meissonier
Friedrich, 1818, (1815-1891) un pintor de corte académico
Suiza, Fundación
Oskar Reinhardt
famoso por sus escenas costumbristas,
Winterthur. aludía a los dramáticos sucesos ocurridos

32 33
Gustave Courbet
Las bañistas
1853
al final de los combates que se produjeron Montpellier, Museo Fabre
El considerado como
en la revolución del cuarenta y ocho en primer gran desnudo de
París. Refería la honda impresión que la Courbet alertó a la opinión
pública contra su autor y
violencia desatada contra los parisinos le
el realismo que practicaba,
produjo, hasta el punto de verse obligado a pues nunca antes se había
representar de forma realista lo sucedido en representado un asunto de
claras resonancias clásicas y
La barricada. Rue de la Mortéllerie (1848), mitológicas con la veracidad
una obra que alcanzó un cierto éxito. que le imprimió el pintor.
Sobre todo porque la figura
Una revolución similar se vivió en aquella
femenina que sale del agua
primavera por toda Europa –Alemania, luce un cuerpo entrado
Gustave Courbet
Austria, Hungría, Italia e incluso España se en carnes, contrario al
Entierro en Ornans
canon de belleza habitual,
1849-1850 sumaron a Francia–, poniendo punto y final y porque la relación que
París, Museo de Orsay
Solo la personalidad de Courbet era capaz de
al ya lejano Congreso de Viena. Y aunque parece percibirse entre
ambas tampoco respondía
convertir el enterramiento de un ciudadano rápidamente las revueltas fueron sofocadas,
a las convenciones de la
anónimo –quizá su abuelo– en todo un las consecuencias fueron evidentes: en buena sociedad.
acontecimiento social, cuya exhibición en el Salón
de 1850 provocó un gran escándalo. Se debió a la Francia se proclamó la II Republica y con
vulgaridad y la fealdad del lugar elegido –su pueblo ella, en lo que a las artes se refiere, el
natal– y del lúgubre cortejo –padres, hermanos,
amigos y convecinos del autor–, es decir al realismo
triunfo de una nueva poética conocida
con que ejecutó la composición, concebida como como Realismo. Precisamente el lenguaje
si de un retrato colectivo se tratase, como una del que se sirvió Meissonier para concebir
escena costumbrista que nos habla de los ritos y las
creencias de la Francia decimonónica. aquella acuarela y, al año siguiente, un
lienzo en el que, por cierto, se observa
un gran parentesco con las montañas de
cadáveres que Goya había compuesto años
atrás en sus Desastres de la guerra con un
lenguaje similar que anticipaba, una vez
más, las tendencias artísticas venideras.
La nueva poética enlaza con la poesía
de Flaubert y con el realismo que latía
en la tradición romántica de los primeros
años del siglo XIX, cuando Géricault pintó
La balsa de la Medusa representando un
hecho real. Solo que el Realismo se liberó
de la retórica romántica, de su exotismo,
de su fantasía, de lo sentimental, lo
anecdótico y lo pintoresco que contenía.
Y al prescindir de todo ello pudo dedicarse
a la representación de lo real, lo banal,

34 35
lo trivial, sin idealizarlo ni ennoblecerlo.
Porque la intención del Realismo era
representar la realidad con toda su vulgar
y prosaica verdad, de suerte que el tema
–entendiendo como tal que el asunto
narrado alcanzara un significado histórico,
simbólico, mitológico, alegórico...– no
tuviera la importancia que hasta ahora
había detentado, de manera que la
autonomía del arte fuera algo explícito.
La nueva y revolucionaria tendencia
artística fue definida por el que fuera su
gran representante, el pintor Gustave
Gustave Courbet
La trucha Courbet, quien al exhibir el conjunto de su
1872-1873 producción en el pabellón del Realismo,
Zurich, Kunsthalle
Courbet sentía una gran afición por la pesca. Sin
situado al margen de la Exposición
embargo, ninguna de las versiones que pintó fue Universal de 1855, escribió un sucinto
tan original como esta. Representada casi al final texto considerado como una especie de
de su vida, coincidiendo con la angustia que su
encarcelamiento le había provocado, muestra, con manifiesto, en el que afirmaba: “El título de
el realismo acostumbrado, una gran trucha presa realista se me impuso (…) Sin extenderme
del anzuelo que acaba de picar; un hecho que ha
inducido a plantear la posibilidad de que, en vez de
sobre la exactitud más o menos grande
un bodegón, Courbet estuviera componiendo su de una calificación… me limitaré a unas
propio autorretrato. cuantas palabras de desarrollo para zanjar
los malentendidos. He estudiado, fuera
de cualquier espíritu de sistema y sin
partidismos, el arte de los antiguos y de
los modernos. No he querido ni imitar a
unos ni copiar a los otros: mi pensamiento
tampoco ha consistido en alcanzar la meta
ociosa del ‘arte por el arte’. ¡No! (…). Saber
para hacer, tal fue mi pensamiento. Estar
Gustave Courbet
capacitado para traducir las costumbres, El estudio
las ideas, el aspecto de mi época, según 1854-1855, París, Museo de Orsay
“...El cuadro está dividido en dos partes. Yo estoy en el centro pintando; a la derecha, los accionistas..., los
mi apreciación; ser, no solo un pintor, sino
amigos, los colaboradores, los aficionados del mundo del arte. A la izquierda, el otro mundo..., el pueblo, la
también un hombre; en una palabra, hacer miseria, la pobreza, la riqueza, los explotados, la gente que vive de la muerte...”.
arte vivo, tal es mi objetivo.” Así de autocomplaciente se pintó Courbet en tan magno lienzo, cuyo significado cabe interpretar de
maneras distintas aunque en todas ellas prevalece la idea del genio creador convertido casi en un dios,
Imbuido por semejantes premisas, capaz de mediar entre los mortales.
Courbet concibió algunas de las obras

36 37
más asombrosas que se puedan imaginar,
pinturas y dibujos que alumbraron el camino
de la estética durante años y que, sin
ninguna duda, se convirtieron en motivo
de diatriba, cuando no de enfrentamientos
abiertos, entre los intelectuales y la propia
ciudadanía, a lo que sin duda contribuyó el
carácter del propio artista que, convencido
de su genialidad, no dudo en afirmar que
“pintaba como el buen Dios”. De semejante
talante da buena cuenta uno de sus
primeros y más reconocidos autorretratos:
el titulado Autorretrato con pipa (h. 1848-
49). De la misma época data su famoso
Entierro en Ornans (1849‑50), considerado
un hito en su producción más temprana,
debido a la capacidad de convertir una
escena de género absolutamente banal –el
entierro de un personaje desconocido–
casi en un cuadro de historia. No es
de extrañar, por lo tanto, que la obra
disgustase profundamente a la crítica
aunque, a cambio, le proporcionó una gran
publicidad. Tampoco gustaron Las bañistas
(1853), una pintura rechazada incluso por
el propio Delacroix a quien disgustaron
Honoré Daumier
tanto el realismo de ambos desnudos La lavandera
femeninos, carentes de la más mínima 1863, París, Museo D’Orsay
La representación de las clases humildes fue
idealización, como la factura con que fue
uno de los asuntos preferidos por Daumier que,
concebida; dos aspectos que, sin embargo, a una avanzada edad, añadió la melancolía a
fueron elogiados por otras opiniones más su habitual crítica social. Ambos sentimientos
se entremezclan en La lavandera, una de sus
avanzadas. Y desconcertó hasta lo indecible pinturas más famosas, cuya protagonista
una de sus obras más espectaculares y más aparece como una heroína que, tras el
duro trabajo cotidiano, retorna a su hogar,
autocomplacientes El estudio (1854-1855),
Autorretrato acompañada de su hijo al que, amorosamente,
con pipa, por la “alegoría real… de siete años de mi vida lleva de la mano. Ocurre cuando la luz intensa
Gustave Courbet, artística…”. Así la describió Courbet a su del atardecer anuncia el final de la jornada
h. 1848‑49, que para ella todavía no habrá concluido, pues
Montpellier,
amigo Champfleury en una carta que le todavía deberá ejercer como madre y esposa.
Musée Fabre. envió en enero de 1855, en la que añadía:

38 39
“Heme aquí lanzado a un inmenso cuadro...
que mostrará que todavía no estoy muerto,
y el realismo tampoco... Es la historia moral
y física de mi taller... Son las personas que
me sirven, me sostienen en mi idea, que
participan en mi acción. Son las personas
que viven de la vida, que viven de la muerte.
Es la sociedad en su cumbre, en su parte
baja, en su parte media. En una palabra,
es mi manera de ver la sociedad, en sus
intereses y en sus pasiones. Es el mundo que
viene a hacerse pintar en mi casa…”.
En medio de ambos grupos, el de la
burguesía y el de la clase trabajadora,
Courbet aparece triunfante pintando,
acompañado de la bella y serena figura
de la modelo que, probablemente,
simbolice la pintura. Se entenderá, por lo
tanto, que semejante composición, que
Jean-François Millet mantiene evidentes relaciones con Las
El sembrador meninas del español Diego Velázquez,
1850 suscitará reacciones encontradas pues
Museo de Bellas Artes de Boston
Millet estaba familiarizado con las labores de la pretenciosidad del artista fue mas
los campesinos a los que dedicó numerosas allá todavía al convertir una escena de
interpretaciones. Solo que a partir de 1948,
la influencia de Daumier propició un cambio en costumbres en un cuadro de historia.
su poética, a la que imprimió una mayor dureza e El numeroso grupo contrasta con la sola
incluso un cierto dramatismo. Ambas premisas
presencia de una enorme trucha en el
caracterizan a su sembrador: esa potente figura,
casi un icono, que con gran decisión avanza por lienzo titulado de igual manera (1872‑73),
los campos de labor cumpliendo su trabajo. Su una de las últimas obras pintadas por
tensión gestual y avanzada ejecución influyeron
en la vanguardia posterior, especialmente en
Courbet precisamente en una época
Vincent van Gogh. en la que se sentía muy abatido tras su
encarcelamiento. Una sensación semejante
debía padecer la trucha, a la que
representó agonizando, después de picar el
cebo, lo que ha provocado su identificación
El aventador, con un posible autorretrato del artista, una
por Jean-François
Millet, 1848, París,
idea que solo alguien como Courbet era
Museo del Louvre. capaz de plantear.

40 41
Una vertiente del realismo más crítica tales como La lavandera (1863), una obra
fue la representada por Honoré Daumier que evoca ciertas críticas costumbristas
(1808‑79) uno de los más reputados y elaboradas por el mejor Goya. Su ingeniosa
reconocidos artistas franceses que hizo interpretación de los acontecimientos y
de la caricatura –otra novedad que la modos de vida de la cambiante y compleja
centuria que nos ocupa encumbró– uno época en la que vivió aumentó su valía
de sus mejores instrumentos para expresar y su modernidad. Y con el transcurso del
la crítica política y social que ejerció a tiempo su crítica contra la opresión política
lo largo de su dilatada trayectoria. Una de los trabajadores, contra el golpe de
trayectoria que comenzó a una temprana estado mediante el que Luis Napoleón
edad, pues con apenas veinte y dos Bonaparte se proclamó emperador, se fue
años ya enviaba sus dibujos a la revista exacerbando. Tanto como su expresionismo
humorística La Caricature, alcanzando una que, desde el punto de vista formal,
fama considerable que le condujo, dos preludió la tendencia artística que años
años después, a trabajar en Le Charivari, un después se convertiría en una corriente
periódico humorístico-político. Elaboró una de vanguardia.
extensa producción en la que sus múltiples Un espíritu similar caracterizó la pintura
matices lograron una mordacidad sin par, de Jean-Francois Millet (1814- 1875),
tan dura como la que desarrolló Goya, con uno de los fundadores de la escuela de
quien no sin razón se le ha comparado. Barbizon, que hizo del paisajismo rural
Tanto es así que fue encarcelado por su constante iconográfica. Frente a la
realizar la caricatura del último rey de crítica de la degradada sociedad urbana
francés, Luis Felipe I de Orleans, a quien que empleó Daumier, su maestro Millet
representó como Gargantúa (1831), se inclinó por representar un universo
el célebre glotón que Rabelais había nuevo: el de los granjeros y campesinos,
puesto de moda. En esa línea humorística cuya vida transcurría entre la inocencia y
esculpió también una serie de bustos cuyas la placidez de la sociedad rural, tratada
exageraciones fisionómicas reflejaban esa en ocasiones como un mundo bucólico,
dualidad crítica y divertida que caracterizó incluso cual Arcadia feliz. Y lo concibió
la caricatura. con la sinceridad pictórica aprendida de
Con la revolución de 1848, la poética de Daumier, resuelta a base de volúmenes
Arriba, Los
Daumier se hizo más cruel expresándola a sencillos y planos de contrastados colores
emigrantes,
1852‑55, París, través de la pintura que se convirtió en su que le acompañaron a lo largo de su fértil
Museo del principal instrumento de trabajo conforme trayectoria. Con el transcurso del tiempo,
Petit Palais, y
a la derecha, sus problemas de visión aumentaban. fue cambiando aquella complacencia de
Gargantúa, 1831, Sus composiciones, pintadas con una antaño, su amabilidad, representando el
París, Biblioteca
Nacional, ambas austera gama cromática, copincidían con trabajo del campesinado con la misma
por Honoré su estado de ánimo; logrando aciertos dureza que el de los obreros urbanos. Así
Daumier.

42 43
Honoré Daumier
El vagón de tercera
Hacia 1862
Ottawa, Galería Nacional de Canadá
Desde que se inauguraron los
ferrocarriles en Francia, Daumier
se sirvió de ellos como fuente de
inspiración. En especial, los trenes
en los que viajaban las clases más
desfavorecidas, como sucede en
este vagón de tercera, en cuyo
banco de madera se acomoda
una familia huérfana de padre,
presidida por la imagen de la abuela,
acompañada, suponemos, de su
hija y sus nietos. Desconocemos
su destino, pero la dignidad que
exhiben, a pesar de su evidente
pobreza, remite al reconocido
compromiso social del artista.

44 45
ocurre en El aventador (1848) o en su
famoso El sembrador (1850)..., en los que,
con un verismo atronador, recreó la dureza
de semejantes labores. Fue esa poética
de carácter expresionista la que influyó
notablemente en la vanguardia posterior,
en especial en Vincent van Gogh.
En el verano de 1949 y cansado del
ajetreo de la gran urbe parisina, Millet
se retiró a Barbizon integrándose en la
afamada Escuela a la que la pequeña
localidad dio nombre, y allí permaneció
hasta el final de sus días. Sus primeras
obras le valieron el aplauso de la crítica,
aunque la pacata sociedad de su época no
podía entender su preferencia por temas
sencillos como el de Las espigadoras (1857)
o El ángelus (1857-59), una pintura
que, sin embargo, le proporcionó una
fama notable. Sus últimos paisajes,
insertos en esas constantes icónicas,
influyeron poderosamente en los grandes
impresionistas como Monet o Seurat; y su
ocasional proximidad con un incipiente
Realismo mágico anunció, incluso, el
Simbolismo
El pertinaz deseo de representar la
realidad que animaba a estos artistas
confluyó con la aparición de la fotografía,
uno de los mayores inventos del siglo XIX:
la fotografía, cuyo nacimiento se asocia
a la publicación en 1839 del primer Jean-Francois Millet
daguerrotipo por Louis Daguerre. Y fue, El ángelus
precisamente, con el Realismo cuando se 1857-59, París, Museo de Orsay
El encargo que un pintor americano aficionado realizó a Millet se ha convertido en una obra sustancial para el arte y
admitió la fotografía en el olimpo de las una imagen harto reproducida. Las razones se deben a la calidad y veracidad con que Millet, uno de los fundadores de
Las espigadoras, artes, aunque muchos críticos y aficionados la Escuela de Barbizon, representó el instante preciso en el que el matrimonio, al escuchar el tañido de las campanas,
por Jean-François abandona su trabajo para rezar el Ángelus mostrando un profundo recogimiento. Un sentimiento potenciado por la
Millet, 1857, París,
la considerasen un mero apoyo técnico contrastada iluminación empleada que, a la vez, confiere a los campesinos de una cierta grandeza.
Museo de Orsay. de la pintura. Semejante consideración

46 47
se basó tanto en el uso que algunos de descubrimiento maravilloso, una ciencia
los principales pintores, como Courbet, a la que se consagran los espíritus más
hicieron de la fotografía para, por ejemplo, elevados, un arte que aviva las mentes
captar determinadas sensaciones, tal y más sagaces, pero cuya práctica está al
como harían luego los impresionistas, alcance de cualquier imbécil (...) Pero hay
cuanto en las reticencias que un amplio cosas que no se aprenden: el sentido de la
sector de la creación mantuvo hacia luz; la apreciación artística de los efectos
esta nueva manifestación artística tan producidos por la variación... de las fuentes
estrechamente vinculada a la técnica. de luz, y la aplicación de uno u otro... que,
A pesar de estas y otras objeciones, lo como artista, has de reproducir. Todavía
cierto es que al mediar el siglo XIX, en menos se aprende a conocer moralmente
pleno auge del Realismo, la fotografía el tema (...) y que te permite dar, no una
logró hacerse un hueco importante reproducción plástica indiferente..., al
entre las artes que ya no tendría marcha alcance de cualquier simple ayudante de
atrás. El mundo asistía a una profunda laboratorio sino... el parecido íntimo”.
modernización técnica y estética,
y la fotografía se convirtió en una Los Prerrafaelitas
de sus principales protagonistas. Un Donde los ríos sin sol lloran,
protagonismo que, por estas fechas, tuvo Derramando en el abismo sus olas,
en Gaspard‑Félix Tournachon (1820-1910), Ella duerme un sueño encantado
más conocido como Nadar, su principal Del que no despertará.
impulsor. En esencia porque el periodista Guiada por una estrella errante,
y caricaturista francés fotografió todo Ella llegó de lejanos lugares,
aquello que fue de su interés y lo hizo Buscando sus placeres
como los pintores realistas, sin atrezzos, Donde las sombras yacen.
sin detalles superfluos, sin retoques,
sin colorearlas… Tampoco deseaba Ella dejó la rosada mañana,
comercializar sus instantáneas, solo Ella dejó los campos de maíz
exhibirlas como los creadores. Guiado por Por el frío crepúsculo
estas premisas, el interés del fotógrafo Y los lánguidos manantiales.
residía en lograr captar la expresión del A través del sueño, como un velo,
Arriba, Retrato retratado con verismo, lo que exigía Ella observa el pálido cielo,
de Charles
Baudelaire, por un atento estudio de la iluminación Escuchando el canto aéreo
Nadar, 1855. A en el que también coincidía con los Del triste ruiseñor (…)
la derecha, La
anunciación, por realistas. Así fotografió al poeta maldito,
Dante Gabriel Charles Baudelaire (1855), fervoroso Los versos compuestos en 1866
Rossetti, 1850,
Londres, Tate
partidario de las creaciones de Nadar, para Tierra de sueños por Christina
Gallery. de quien escribió: “La fotografía es un Rossetti (1830-94), una de las poetisas

48 49
más importantes de la Inglaterra John Everett Millais
decimonónica, podrían considerarse Ofelia
1852, Londres, Tate Britain
como una declaración de intenciones Pocos lienzos como Ofelia, inspirada en el drama que puso de moda William Shakespeare en Hamlet, han
de la Hermandad Prerrafaelita en la que alcanzado tanta fama y han sido tan imitados. La razón estriba en que tanto el asunto –ese amor loco capaz de
provocar la muerte de tan hermosa dama–, como el bucólico paraje en el que discurre la acción, un sugerente
militó. Creado en Londres en 1848 en locus amoenus, y la profunda melancolía que todo ello destila logra conmocionar al espectador consciente,
el seno del Realismo, el grupo principal además, de la bondad y hermosura de la fallecida.
lo constituyeron los pintores William
Holman Hunt, John Everett Millais y
Dante Gabriel Rossetti, a quienes más
adelante se sumaron otras figuras
importantes como Edward C. Burne-Jones.
Contrarios al academicismo inglés de
las instituciones oficiales, defendían una
poética basada en la estética propugnada
por el Quattrocento, en especial por
los pintores flamencos e italianos,
incluido el joven Rafael, que implicaba
un retorno al detalle y a la minuciosidad,
a la veracidad, al colorido luminoso, de
los antiguos maestros.
Cosa distinta fue la ejecución, el
tratamiento de sus composiciones.
También en ello contravinieron al
academicismo imperante pues no solo se
sirvieron de las novedades que la fotografía
y la técnica les aportaba, sino que su
sinceridad les impelió a trabajar al are
libre, a pintar del natural. En consecuencia,
subvirtieron el orden establecido y
produjeron algunos escándalos al exhibir
sus obras, que suscitaron tanto numerosas
críticas como el aplauso de otros sectores
que no dudaron en defenderlos. Y aunque
no abandonaron nunca su imitación de
El taller del
carpintero, por la naturaleza, su deseo por representar
John Everett los objetos con precisión casi fotográfica,
Millais, 1849-50,
Londres, Tate
su modernidad influyó, sin duda, en la
Britain. definición del Simbolismo.

50 51
Su interés por el mundo medieval, Dante Gabriel Rossetti
perceptible especialmente en Rossetti y Venus Verticordia
1864-1868
Burne-Jones, así como por rejuvenecer Bornemouth, Russell-Cotes Art
la fuerza de la pintura cristiana –en Gallery and Museum
Las mujeres fatales prerrafaelitas
una atinada afirmación de Rosenblum alcanzaron un gran éxito en su
y Janson para explicar algunas de las época, ejerciendo además una
notable influencia entre simbolistas
primeras obras de Millais como su famoso
y decadentistas. Una de las más
El taller del carpintero–, fue tan intenso perversas fue la hermosa Venus
como la creación de un imaginario Verticordia, concebida por Rossetti
con una cierta complejidad pues
femenino moderno plagado de alegorías la adornó con símbolos bíblicos y
y símbolos. En una época en la que la mitológicos difíciles de interpretar,
que tampoco desvela el poema que
mujer era considerada como un ser inferior
el artista le dedicó. Entre otros: la ya
por la ciencia y la intelectualidad, los mítica cabellera rojiza coronada por
prerrafaelitas se sirvieron de las féminas una aureola, las rosas y madreselvas
que casi la envuelven o la manzana
que la mitología, la historia, los relatos dorada de la discordia.
bíblicos y la literatura concibieron para
crear un imaginario fascinante que abonó
el éxito de algunos de su creadores y sentó
las bases del Simbolismo posterior.
Esa fue la tónica seguida incluso en las
primeras obras pintadas por Dante Gabriel
Rossetti (1828-82), en consonancia con
la poética de Millais. Por ejemplo en La
anunciación (1850), en cuya emoción
plástica se observa una evidente carga
sexual, además de mística. También en
otras obras tan afamadas como la Ofelia
(1852) de John Everett Millais, basada en
la protagonista del Hamlet que escribió
William Shakespeare, quien al enterarse de
que su amado había matado a su padre,
fue presa de la locura que le condujo
a la muerte. O en las impresionantes
mujeres de cabelleras rojizas y pieles
Bocca Baciata, claras, hermosas y jóvenes como algunas
por Dante Gabriel de sus modelos, creadas por Rosetti,
Rossetti, 1859,
Museo de Bellas
para quien la pintura italiana constituyó
Artes de Boston. su principal fuente de inspiración. Poco

52 53
después, su lenguaje fue derivando
hacia el Simbolismo, como puede
comprobarse en Bocca Baciata (1859),
un punto de inflexión en su producción,
para el que Rossetti empleó a Fanny
Cornforth como modelo, logrando una
sensual composición en la que destacan
la manzana, cual símbolo bíblico de
la tentación, y en especial los intensos
labios rojos. Unos labios similares a los
que cantó Boccaccio en su Decamerón,
cuyos versos aparecen en el reverso del
lienzo, escritos por el propio pintor: “La
boca besada nunca pierde su felicidad
venidera, que se renueva como la luna”.
Un tipo de mujer fatal semejante concibió
para su Venus Verticordia (1864-1868),
una de las perversas que la mitología
clásica alumbró y que años después
cantaron y representaron simbolistas y
decadentistas; y también para Lady Lilith
(1867), otro hermoso prototipo de mujer
Edward C. Burne-Jones
La cabeza maléfica fatal nacida, en este caso, de los relatos
1886-87 bíblicos para la que se sirvió, nuevamente,
Stuttgart, Staatsgalerie
La mitología clásica y el legendario universo
de su compañera, amiga y amante, la bella
medieval fueron dos de los asuntos preferidos Fanny Cornforth.
por los prerrafaelitas. También por Burne-Jones Un significado similar alcanzaron las
quien empleó retazos de ambas civilizaciones para
componer La cabeza maléfica, una obra basada en producciones de uno de los más afamados
la Metamorfosis de Ovidio que narra la liberación de seguidores de Rossetti, Edward C.
Andrómeda por su amado Perseo al cortar la cabeza
de la Medusa. Una historia que el artista representó
Burne‑Jones (1833-98), cuya producción Dante Gabriel Rosetti
en el instante en que los felices amantes –tratados artística enlaza con el esteticismo Lady Lilith
con un volumen casi escultórico– contemplan el 1867
finisecular, destacando esas mujeres Nueva York, Metropolitan Museum of Art
reflejo de sus rostros en el simbólico pozo situado
en medio de un frondoso jardín. perversas que aparecen en obras como La La primera esposa de Adán fue, según la mitología judaica antigua,
Lilith, una de las mujeres fatales más célebres de la Historia. Su
seducción de Merlín (1874), La llamada de
leyenda suscitó un gran interés en Rossetti quien la pintó en un
Perseo (1877), Las profundidades del mar par de ocasiones –tomando como modelo a su amante, Fanny
(1887) y, en especial, La cabeza maléfica Cornforth– como una hermosa dama de piel blanca, provista de
una abundante cabellera rojiza, propia de las mujeres perversas,
(1886-87) en la que el pintor se basó en la rodeada de flores y contemplándose en un espejo. Una imagen que
Metamorfosis de Ovidio. simbolizaba, según el propio artista, la “belleza del cuerpo”.

54 55
Manet y el artista moderno bulevares entre los que abundaban pasajes
“De este modo va, corre, busca. ¿Qué haussmanianos, poblados de una bellísima
busca?... Busca algo que se nos permitirá arquitectura que sobrecogía a los visitantes
llamar la modernidad; pues no surge y cobijaba una nueva clase social que
mejor palabra para expresar la idea en sustituyó a la languideciente aristocracia
cuestión. Se trata, para él, de separar de antaño. Una clase social que irrumpía
de la moda lo que puede contener de alegremente en los cafés, en las salas de
poético en lo histórico, de extraer lo baile, en los espectáculos de Montmartre,
eterno de lo transitorio. Si echamos una que paseaba en carruajes por las flamantes
ojeada a nuestras exposiciones de cuadros vías urbanas, mientras los miserables
modernos, nos impresiona la tendencia transitaban por las calles sin asfaltar y
general de los artistas a vestir a todos habitaban edificios insalubres, entre
los personajes con trajes antiguos... La explanadas en construcción a la espera de
Édouard Manet
Música en las Tullerías modernidad es lo transitorio, lo fugitivo, una ansiada reforma. Algunos de los artistas
1862 lo contingente, la mitad del arte, cuya optaron por recrear el París sofisticado, en
Londres, National Gallery
otra mitad es lo eterno y lo inmutable. Ha el que convergía la nueva burguesía y la
El pintor que mejor reflejó el París de la
vida moderna fue Manet, quien en Música habido una modernidad para cada pintor renovada aristocracia que, a lomos de sus
en las Tullerías, una pintura esencial en la antiguo… En una palabra, para que toda caballos o acomodados en lujosas carrozas,
historia del arte, recreó: “el espectáculo de
la vida elegante y de las miles de efímeras modernidad sea digna de convertirse en se pavoneaban por los bulevares o asistían
existencias que flotan en los laberintos de la antigüedad, es necesario que se haya a brillantes espectáculos, mezclándose con
gran ciudad...”, en el antaño jardín real que,
extraído la belleza misteriosa que la vida bailarinas y prostitutas.
por aquel entonces, se abría un par de días a la
semana para disfrute de todos los ciudadanos. humana introduce involuntariamente…” Esa fue la poética que prefirió uno de
Mediante las diminutas pinceladas y los colores Con estas palabras definía Charles los mejores y más avanzados pintores
vibrantes que tanto escandalizaron a la crítica,
Manet convirtió el Palacio Real en el símbolo Baudelaire
al pintor de la vida moderna. del momento: Édouard Manet (1832-
de una nueva época. Corría el año 1863 y el artista al que se 83) quien, en realidad, debería haber
refería el poeta maldito tenía nombre y protagonizado El pintor de la vida
apellido: Constantin Guys (1802-92), un moderna. La razón para que Baudelaire no
artista mediocre, en comparación con los lo convirtiera en su modelo bien pudiera
que en aquel momento estaban en activo, deberse a una cierta e inconfesa rivalidad
pero buen dibujante. con el llamado padre del Impresionismo,
Sus composiciones remiten a esos aunque nunca fue un impresionista en
momentos fugaces sin ningún otro el sentido estricto de la palabra. Jamás
compromiso ideológico que producía el expuso con el grupo, nunca dejó de
París bohemio y acomodado. Porque fue el acudir a los Salones oficiales, aunque
París posrevolucionario el que cantaron los rechazaran sus obras una y otra vez, y
El pífano, por poetas y pintaron los artistas, una ciudad según sus propias palabras: “no tenía
Édouard Manet,
1866, París, moderna cuyas ambiciosas ampliaciones intención de acabar con los viejos métodos
Museo de Orsay. urbanas habían creado sugerentes de pintura ni de crear otros nuevos”. Sus

56 57
Édouard Manet
El bar del Folies Bergère
1882
Londres
Courtauld Institute of Art
El homenaje que Manet brindó
al mítico cabaret parisino fue
el último cuadro que pintó
sirviéndose de esas pinceladas
cortas y rápidas que el
Impresionismo instauró. Sin
ninguna concesión sentimental
ni estética, desgranó una
crónica resumida de lo que allí
acontecía, con un particular
punto de vista: la bella y triste
camarera Suzon atiende a un
atildado cliente desde detrás
de la barra –repleta de botellas
y adornada con flores, cual si
de un bodegón se tratara–,
mientras, al fondo, la variopinta
clientela conversa o disfruta del
espectáculo que se desarrolla al
mismo tiempo.

58 59
composiciones, sin embargo, introdujeron
una rotunda modernidad, perceptible
tanto en los temas como en la manera de
representarlos. Porque Manet fue como
un espejo en el que se reflejaron todas las
clases sociales que se dieron cita en unos
u otros lugares de aquel luminoso París.
Y para mostrar aquel caleidoscopio de la
modernidad no dudó en servirse de los
contrastes de luces y sombras, del color y
el dibujo puro, entremezclando además
recursos tomados de las instantáneas
fotográficas, de las estampas japonesas,
con retazos modernizados de pintores
antiguos como Velázquez, Tiziano o Goya,
por los que sintió verdadera pasión y que,
con su paleta, logró actualizar. Eso sí,
Édouard Manet sin llegar a comprometerse con aquella
La ejecución del Emperador Maximiliano
1869 hoguera de las vanidades que personificó.
Kunsthalle Mannheim O al menos eso parece.
La audacia de Manet fue proverbial tanto estética
Parisino de pura cepa, Manet fue uno
como conceptualmente, pues también se atrevió
a pintar un episodio histórico que conmovió a la de los artistas que mejor representó y
sociedad parisina: el fusilamiento del emperador simbolizó el París moderno en el que
Maximiliano, con sus característicos contrastes
de color. Para componerlo se basó en una obra convivían la anticuada aristocracia y la
goyesca que admiraba: Los fusilamientos del nueva sociedad emergente. Su Música
3 de mayo, solo que le imprimió un carácter más
en las Tullerías (1862) no solo constituye
documental –parece ser que empleó fotografías
del acontecimiento–, evitando el intenso dolor y la un magnífico ejemplo de ello, sino que,
sinrazón que laten en la pintura del aragonés. además, es una de sus obras más notables
y una de las más significativas para la
Historia del Arte. Representa el ocaso
del París aristocrático, de aquel Segundo
Imperio que tocaba a su fin, presidido por
la emperatriz Eugenia de Montijo, gran
amante de la cultura y patrocinadora
Almuerzo en de muchos de los intelectuales que se
la hierba, por dieron cita en el lienzo, incluido el propio
Édouard Manet,
1863, París,
Baudelaire. Pero también el inicio de
Museo de Orsay. una nueva era, porque Manet incluyó en

60 61
la pintura a lo más granado de la élite con sus clásicas pinceladas rematadas por
intelectual parisina, en una actitud amable perfiles gruesos, rostros planos, de escasa
y feliz, como correspondía a los nuevos volumetría, manchas para dibujar los
tiempos que soplaban con fuerza frente al rostros... Manet en estado puro.
Imperio agonizante.
Al año siguiente, en 1863, el pintor La Pintura al aire libre y el Impresionismo
francés compuso otra de sus pinturas más En Francia, los nuevos tiempos trajeron
notables: Olympia, que igualmente fue importantes cambios políticos y también
objeto de escándalo público ya que la estéticos. En medio del clamor popular
sociedad francesa no estaba habituada contra Napoleón III, el 4 de septiembre de
a un desnudo tan realista que, además, 1870 se proclamó la III República aunque
se identificaba con la modelo y también ello no impidió que los enfrentamientos
pintora Victorine Meurent, amiga de Nadar entre los franceses fueran aumentando
Camille corot
y de Manet, a la que representó en otras hasta que, casi un año después, estallara la El viejo puente de Mantes
obras, como Almuerzo en la hierba (1863), guerra civil entre la Comuna y las fuerzas 1868 y 1870
cuya exhibición en 1863 provocó tal de la III República. París, Museo del Louvre
La armónica y poética imagen que Corot tenía
escandalo que originó la creación del Salón Entre los artistas más modernos, unos del mundo se refleja en este lienzo, pintado en
de los Rechazados, en el que expusieron tomaron partido a favor de la República una época ya muy avanzada de su vida que,
claramente, preludia el Impresionismo venidero.
los jóvenes y modernos pintores. mientras que otros se posicionaron junto Inspirado en un paraje muy querido por el pintor,
Esa misma técnica, amplias superficies de con la Comuna, procediendo a derribar está protagonizado por la potente presencia del
colores planos y contrastados, sirvió para la columna Vendôme por considerarla un puente medieval y los solemnes troncos recortados
que aparecen en primer término –que denotan
componer otra de sus obras maestras antes monumento a la barbarie y, en especial, la influencia de la fotografía en su pintura–,
de que el Impresionismo se impusiera en al militarismo. Encabezó la célebre concebidos a base de austera gama cromática
apenas salpicada por un ligero toque de color rojo.
su producción. Me refiero a La ejecución intervención el pintor Gustave Courbet,
del Emperador Maximiliano (1869) para que había sido nombrado Presidente de
la que llegó a componer hasta cuatro la Comisión de Bellas Artes, y que fue
versiones distintas entre 1867 y 1869, considerado responsable de los hechos
además de algunos dibujos, basándose por lo que fue condenado a seis meses
en Los Fusilamientos del 3 de mayo de de cárcel y a pagar los gastos de su
la obra de Francisco de Goya, uno de los reparación. Poco tiempo después, la
pintores que más le influyeron y al que columna fue restaurada.
estudió en su viaje a España y después en Todo ello coincidió en el tiempo con los
los museos parisinos. Pero, a diferencia ensayos que un nuevo grupo de pintores
Vista de la llanura de Goya, Manet representó un hecho estaban llevando a cabo bajo la influencia
de Montmartre,
por Théodore concreto y documentado fehacientemente, de Corot y la Escuela de Barbizon primero
Rousseau, h. 1848, sustituyendo el romanticismo veraz y de Manet después. En efecto, los logros
Colección
Carmen Thyssen- que late en Los fusilamientos por un de J. B. Camille Corot (1796-1875)
Bornemisza. tratamiento más avanzado formalmente: fueron decisivos, tanto por la frescura

62 63
de sus ejecuciones, que esbozaba ya al
aire libre, como por su consideración
de la naturaleza, su principal fuente
de inspiración, como un conjunto
armónico, que representaba a base de
colores planos que, con el transcurso del
tiempo, se fueron casi disolviendo ante
los ojos del espectador como ocurre en
El puente de Mantes (1868-70). Y otro
tanto sucedió con la Escuela de Barbizon,
creada por el interés que el paisajismo
de Constable suscitó entre ellos, solo que
fue Fontainebleau su lugar de referencia
y la pintura al aire libre, su práctica
favorita con la que pudieron enfatizar los
cambios producidos en la naturaleza y
los diferentes fenómenos atmosféricos:
así lo hizo otro de sus representantes más
notables: Théodore Rousseau (1812-67)
en, por ejemplo, Efecto de tormenta: vista
del llano de Montmartre (h. 1848).
Una importancia similar entre los
jóvenes artistas ejerció Édouard Manet,
quien en 1869 se trasladó al café
Guerbois convirtiéndolo en lugar de
reunión para los futuros impresionistas
que acudían allí a departir sobre las
artes y la mejor manera de representar
la realidad circundante. Las reuniones
debían ser harto sugerentes, divertidas
también, tanto que Claude Monet, el
Claude Monet
líder del futuro grupo, afirmaba: “...Nada El Támesis a su paso por Westminster
tan interesante, como esas charlas con 1871, óleo sobre lienzo, 47 x 63 cm. Londres, National Gallery
Al comenzar la guerra franco prusiana, en julio de 1870, Monet se instaló en Londres en compañía de los
su perpetuo choque de opiniones. El
pintores Pissarro y Boudin para evitar ser reclutado. Fue allí donde conoció la pintura de Turner y donde prosiguió
Ninfeas (detalle), ingenio estaba siempre a flor de labios..., afanosamente con sus investigaciones, ya iniciadas en París, sobre la incidencia de la luz y los fenómenos
por Claude Monet, el entusiasmo se acumulaba durante atmosféricos sobre los paisajes urbanos. Fruto de ello fue una serie de bellísimas imágenes londinenses, en las que
1919-20, París, reflejaba la bruma sobre el río Támesis y las arquitecturas próximas.
Museo Marmottan.
semanas y semanas, sosteniéndonos
hasta llegar a la conformación definitiva

64 65
Claude Monet
de la idea. Nos íbamos siempre con más Impresión, sol naciente
temple, con la voluntad más firme y el 1872
pensamiento (...) más claro...”. París, Museo Marmottan
Impresión, sol naciente, el
Apoyados también por Courbet y por improvisado título con que Claude
diversos escritores, marchantes y mecenas, Monet designó a uno de los
paisajes exhibidos en la primera
los diferentes integrantes del grupo muestra de los impresionistas, se ha
investigaban en torno a las posibilidades convertido en una de las más felices
y reconocidas denominaciones de la
que les ofrecía la pintura al aire libre, la
Historia del Arte.
luz y su forma de incidir en los objetos, las En su día, la crítica conservadora
manchas de color aplicadas en rápidas y se rasgó las vestiduras ante
aquellas pinceladas aparentemente
expresivas pinceladas… Según Paul Alexis, anárquicas y faltas de precisión
uno de los más afamados críticos de descriptiva con que el joven Monet
aquel 1873, los artistas que convergieron compuso el puerto de El Havre,
la ciudad en la que pasó buena
en el movimiento: “...pertenecen a ese parte de su infancia. Sin embargo,
grupo de naturalistas, que tienen la justa de inmediato se convirtió en un
manifiesto visual, pues desplegaba
ambición de pintar la naturaleza y la con toda radicalidad los principios
vida en su amplia realidad. Pero además plásticos tras los que se agruparía
su asociación no será una capillita. la estética del movimiento
impresionista. Monet quiso reflejar
Solo pretenden unir intereses y no en el cuadro lo que estaba viendo,
sistemas; desean la adhesión de todos para que el espectador recuperase
precisamente aquello que el pintor
los trabajadores”. había visto en un determinado
Pretendían, en fin, pintar la realidad que instante.
se ofrecía ante ellos, haciendo especial
Berthe Morisot hincapié en la impresión que la luz produce
La cuna
1872
sobre esa realidad, y prescindiendo de
Musee d’Orsay, Paris cualquier normativa que no fuera su
La intimidad y la dulzura, desprovistas de cualquier propia experiencia pictórica. Guiados por
otra referencia anecdótica, constituyen las notas
dominantes del soberbio lienzo pintado por semejantes presupuestos aquellos jóvenes,
Berthe Morisot y expuesto en la primera muestra convertidos por una afortunada carambola
de los impresionistas. Tan maternal composición,
monetiana en los “impresionistas”,
ejecutada a base de una pincelada fluida y una
gama de colores reducida, responde a uno de los transformaron sustancialmente las artes,
asuntos predilectos por la pintora, cuya dedicación convirtiéndose en el primer movimiento de
profesional –como les sucediera a otras artistas de
su generación– le reportó abundantes sinsabores vanguardia de la historia.
entre la burguesía a la que pertenecía y ciertos Su interesante nacimiento, narrado
éxitos entre la sociedad más avanzada.
con gran detalle por el historiador del
arte John Rewald a modo de sugerente
diario, estuvo precedido por un sinfín
de reuniones en las que, finalmente,

66 67
pierre-auguste
acordaron exhibir sus obras públicamente Renoir
al margen de los Salones oficiales. Baile en el Moulin de
Condujo el proceso el joven Claude la Galette
1876
Monet que, por aquellas fechas, había París, Museo de Orsay
regresado ya de su experiencia londinense, La alegría de vivir es la nota
dominante en el célebre
durante la cual, en compañía de Pissarro, Baile pintado por Renoir y
había pintado algunas obras en las que convertido en un símbolo
del París finisecular, en “una
se reflejaba la incidencia de la niebla
página de historia...” como
sobre el Támesis y las arquitecturas afirmó el crítico Rivière.
circundantes. Un año después había Ambientado en el famoso
Moulin de la Galette,
entablado relación con Gustave uno de los lugares más
Caillebotte en su adorado Argenteuil y populares del paraíso de la
fue al retornar a París cuando, junto a los bohemia parisina, muestra
el heterogéneo grupo social
principales integrantes de aquel grupo que se dio cita en aquella
todavía nonato –Degas, Morisot, Pissarro, tarde festiva. Algunas parejas
bailan, otras conversan
Renoir y Sisley–, comenzaron a preparar sentadas en mesas o
su presentación pública. Fundaron una dispersas entre los árboles
Sociedad anónima de pintores, escultores al cobijo del sol, mientras la
luz se cuela entre las hojas
y grabadores –el nombre que aparecía iluminando el movimiento de
en el pequeño catálogo editado– y el 15 los vestidos, los canotiers de
los caballeros y las sonrisas
de abril de 1874, quince días antes de reflejadas en los rostros en
Claude Monet que abriera sus puertas el Salón oficial, se ese instante feliz, apresado
El bulevar de los Capuchinos inauguró la primera de sus exposiciones con pinceladas cortas de
1873 movimientos rápidos y
Kansas, Nelson-Atkins Museum of Art en el antiguo taller del fotógrafo Nadar. concebido a base de planos
La calidad artística inherente al Bulevar de los Participaron treinta y nueve pintores con recortados por influencia de
Capuchinos no fue suficiente para que el lienzo la fotografía.
más de ciento sesenta y cinco obras,
gustara a la crítica parisina. Las pequeñas manchas
de color con que Monet definió los carruajes, los entre las que destacaron los principales
frondosos árboles o los viandantes del famoso paseo adalides del movimiento; es decir: Paul
en aquel atardecer nublado fueron denostados.
Tanto como la atmósfera fría e invernal que produce Cézanne, Edgar Degas, Berthe Morisot,
esas sombras de hermosos tonos malvas sobre los Camille Pissarro, Pierre-Auguste Renoir,
tejados y los techos de los carruajes, o las breves
Alfred Sisley y Claude Monet quien, entre
pinceladas empleadas por Monet para transmitir las
sensaciones que él sintió en aquel preciso instante. otras piezas, mostró su famosa acuarela
Impresión: sol naciente (1872), cuyo
improvisado título –si hacemos caso a
los comentarios del autor– ha pasado
a la posteridad como el nombre del
grupo, tras el jocoso comentario que
sobre semejante denominación escribió

68 69
el crítico Louis Leroy quien, parece haber
exclamado: ”(…) Un papier peint est
plus travaillé que cette marine…” (Un
papel pintado en estado embrionario
está más acabado que este paisaje
marino). Igualmente peyorativos fueron
los comentarios dedicados a El boulevard
des Capucines (1873) pintado también
por Claude Monet. En realidad, la muestra
fue muy criticada y, desde luego, logró
un eco mayor entre los periódicos de
izquierda y republicanos, por lo que
suponía de subversión del sistema artístico
institucional. Pero sirvió para cohesionar al
grupo y convertirse en el revulsivo que los
impresionistas necesitaban.
Monet (1840-1926), el mejor exponente
del grupo, comenzaba a cumplir su sueño.
Tras abandonar las figuras para centrarse
únicamente en los paisajes, el estanque de
Argenteuil se convirtió desde 1872 en su
lugar preferido, en el que ejercitó sus teorías
a través del agua y de la luz, convertidos en
sus principales recursos artísticos. Después,
con el aplauso de sus compañeros y el
apoyo de Durand Ruel, su marchante, se
instaló en Giverny, donde permaneció hasta
su fallecimiento y pintó algunas de sus
expresiones más solemnes en el exuberante
Arriba, jardín que construyó con un gran estanque,
Autorretrato, por colmado de nenúfares de todos los colores
Pierre-Auguste
Renoir, 1876,
y rodeado por sauces y árboles exóticos.
Cambridge, Mass., Desde aquel 1882, prosiguió con sus
Fogg Art Museum.
indagaciones y pintó algunas de sus series
A la derecha, Una
calle de París: más célebres: las dedicadas a la catedral de
Tiempo lluvioso, Rouen y, años más tarde, sus famosísimas
por Gustave
Caillebotte, 1877, Ninfeas (1919-20), con las que casi logró
Chicago, Art disolver la pintura y convertirla en puras
Institute.

70 71
manchas de color. Como muchos años condiciones en la cultura artística de
después harían los pintores abstractos. la época, hasta el punto de convertirse
Por aquel entonces ya había dejado de casi en un símbolo para las artistas. No
participar en las exposiciones impresionistas es extraño, por lo tanto, que cuando se
–fueron ocho y se celebraron entre los inauguró la primera exposición de los
años 1874 y 1886–, que abandonó al Impresionistas, en la que participó como
instalarse en Giverny. También se alejó uno más, su madre, que la había animado a
de su principales amigos con quienes iniciarse en el universo pictórico, aclarada
había compartido trabajo e ilusiones: de por las críticas que se estaban vertiendo
Camille Pissarro, el único de los llamados pidió opinión a Guichard, el que había sido
impresionistas que participó en las ocho su maestro directo, y su respuesta fue harto
exposiciones de grupo; de Sisley, y del contundente: la joven Berthe se rodeaba
simpar Pierre-Auguste Renoir (1841-1919) de gentes poco deseables, con quienes
que ya en 1873 se había instalado en debía romper relaciones.
Montmartre, el barrio en el que encontró Discípula de Camille Corot, pronto
sus principales motivos de inspiración, comenzó a pintar al aire libre logrando,
también nuevas amistades y amores, y en en opinión de Mallarmé, imágenes
Édouard Manet
La rue Mosnier con banderas el que comenzó una fructífera trayectoria. introspectivas y melancólicas y otras que
1878 Desde entonces, los cuerpos femeninos transmiten una gran alegría de vivir. En
Malibu, The J. Paul Getty Museum
En sus últimos años, se sirvió del Impresionismo para representados en sugerentes escenarios su pintura predominaban los asuntos de
representar nuevamente el París que tanto amó. urbanos, influidos por modelos tomados género, las escenas domésticas, de la vida
Eligió para ello un momento feliz: la inauguración
de las pinturas renacentistas y barrocas, se cotidiana, como solía ocurrir con todas las
de la exposición universal de 1878, perceptible
en todos los rincones de la ciudad. También en la convirtieron en una de sus más acertadas artistas, ya que el mundo social masculino
rue Mosnier, a la que se abrían las ventanas de su constantes iconográficas. Renoir prefirió les estaba vedado. Y poco a poco fue
estudio, engalanada con banderas de vivos colores.
Solo que aquella alegría no pudo eclipsar la imagen
la alegría de vivir a las ácidas críticas de logrando un cierto éxito, al tiempo que su
de un inválido que avanzaba trabajosamente por la compañeros como Cézanne e incluso paleta se hacía más luminosa y su factura
calle, y cuya cojera era fruto de los enfrentamientos
Manet, y optó por una interpretación más más libre. Solo que el fallecimiento de su
que se produjeron durante la represión de la
Comuna parisina en 1871. sensual del Impresionismo, más inclinada esposo, el hermano de Édouard Manet, y
a lo ornamental y a la belleza. Todo ello el del propio pintor, le afectaron tanto que
caracterizado por una vibrante y luminosa influyó en su trabajo. Además, hubo de
paleta, como la que se percibe en El palco educar sola a su hija, Julie Manet, que, a
(1874) o en el Baile en el Moulin de la su temprana muerte, confió a sus amigos
Galette (1876). Edgar Degas y Stéphane Mallarmé.
Con ellos estuvo desde sus inicios Berthe Precisamente fue Morisot quien
Pavimentadores
en la rue Morisot (1841-1895), convertida en uno convenció a Manet para pintar al aire
Mosnier, por de los escasos ejemplos de pintoras que libre atrayéndolo hasta los impresionistas,
Édouard Manet,
1878, colección
lograron participar, de forma profesional aunque nunca expusiera con ellos. En
particular. y no como aficionada, en igualdad de realidad, como decía, no se consideraba

72 73
uno de ellos, lo que no obstó para que
mantuviera una estrecha relación con la
mayoría, exceptuando a Cézanne, que
le consideraban como una especie de
protector de enorme influencia. Incluso
en ciertos momentos sus investigaciones
pictóricas convergieron y Manet practicó
una suerte de impresionismo, como
sucede con Pavimentadores en la rue
Mosnier, La rue Mosnier con banderas o
El bar del Folies Bergère. Las dos primeras
obras están fechadas en 1878 y parecen,
solo parecen, imbuidas de una gran
alegría motivada por la celebración de
la gran exposición organizada en París.
Y para concebirlos, Manet se sirvió de
la técnica impresionista mientras que
conceptualmente volvió a convertir a
su adorada ciudad, a la ciudad moderna
cantada por los poetas, en un símbolo
de los acontecimientos históricos. Y otro
tanto hizo en aquella escena de cabaré
titulada El bar del Folies Bergère que pintó
en 1882, justo al final de sus días.
Extraños impresionistas fueron también
algunos de los grandes escultores del
momento que contribuyeron a modernizar
esta noble manifestación artística, que
disfrutó además de un considerable auge
Arriba, Claude
a lo largo de la centuria gracias a los
Monet y su encargos oficiales para representar tanto
esposa sobre la las hazañas históricas nacionales como a
barca atelier,
1874, Munich, los nuevos gobernantes. Los monumentos
Neue Pinakothek, conmemorativos y los relieves que
y a la derecha,
Retrato de Berthe lucían en las nuevas construcciones que
Morisot, 1872, poblaban los amplios bulevares y las
París, Museo de
Orsay, ambas por
avenidas se convirtieron en elementos
Édouard Manet. ornamentales importantes de las ciudades

74 75
modernas. Entre los escultores más
avanzados, el mejor de todos ellos fue,
sin ninguna duda, François-Auguste-René
Rodin (1840-1917), considerado el primer
escultor moderno, junto con el propio
Degas y Medardo Rosso (1858-1928),
cuyas producciones artísticas rebasan
cronológicamente nuestra narración.

Degas, el comienzo de una estética nueva


Edgar Degas (1834-1917) era uno de los
artistas que frecuentaba el café Guerbois
para charlar con Manet y sus jóvenes e
intrépidos amigos; fue él quien ayudó
a Rodin cuando fue menester defender
su catadura moral y artística en aquella
pacata sociedad parisina; el mismo que,
desde sus inicios, opinaba que aquel
grupo aguerrido de jóvenes artistas, con
Monet al frente, debía exponer al margen
del Salón oficial; y quien propuso el
nombre de La capuchina para designar al
incipiente grupo, aludiendo al boulevard
en el que se ubicaba la galería que
acogió a los impresionistas. El apelativo
no fue aceptado, pero sí su propuesta de
aumentar el número de artistas que iban a
exponer para que no fueran considerados
un grupúsculo de escaso interés. En
Arriba, El
consecuencia fue el propio Degas quien
pensador (primer insistió a Manet para que enviase algunas
modelo en yeso), piezas a la muestra. No lo logró, pero
por Auguste
Rodin, 1880, París, consiguió que sus creaciones fueran
Museo Rodin. consideradas entre las principales de los
A la derecha,
Bailarina verde, impresionistas. Y con el transcurso del
por Edgar Degas, tiempo, desde un análisis más sosegado,
1877-79, Madrid,
Museo Thyssen-
se convirtió en uno de los mejores artistas
Bornemisza. modernos, los que lograron cambiar el

76 77
curso de la historia del arte, avanzando
algunos de los presupuestos que el siglo XX
desarrolló. Desde sus singulares posiciones
estéticas, transcendió al Impresionismo que
había contribuido a crear.
Ello no obsta para que Degas nunca
admitiera el término impresionismo
para designar su trabajo ya que, en
su opinión “Ningún arte fue nunca
menos espontáneo que el mío. Lo
que hago es el resultado del estudio
de grandes maestros...”. Y aunque no
practicó la pintura al aire libre, el tipo
de composiciones que empleaba, su
querencia por la fotografía, por el arte
japonés que tanto le influyó, por la
realidad más inmediata, por el instante
que representaba, su preferencia por
componer escenas sobre la vida parisina,
el uso de sus vivos colores, las rápidas
pinceladas... lo aproximan a la poética
de los impresionistas. Un lenguaje que
inauguró a partir de 1868, abandonando
su clasicismo, por influencia de Manet.
Se inició en la modernidad a través de
uno de sus temas más recurrentes: el
de las bailarinas de cuerpos gráciles en
plena faena, captadas en las más variadas
posiciones, cual si de una fotografía se
Arriba, Pequeña
tratase. Luego llegaron las lavanderas, a
bailarina de las que representaba de igual manera,
catorce años, solo que con cuerpos más robustos. Y
h. 1834, Nueva
York, Metropolitan los caballos de carreras; los desnudos,
Museum, y a sorprendidos casi siempre en humildes
la derecha, La
clase de danza, interiores; sus famosas escenas de café
1871‑74, París, en las que representaba tanto a mujeres
Museo de Orsay,
ambas por Edgar
como hombres de vida complicada,
Degas. como sucede con La absenta (1876);

78 79
o personajes de la buena sociedad,
como los que pasean por la Plaza de la
Concordia (1875)... Los retrataba con
una enorme veracidad, como hizo con
El aficionado (1866) o con su buena
amiga Miss Cassatt (1876-1878), porque
la ausencia de la belleza fue una de sus
constantes pictóricas a pesar de que,
como mantienen Rosen y Zerner, sus
obras son realmente hermosas. A lograrlo
contribuyeron las rápidas y marcadas
pinceladas que empleaba, sus vivos
colores que, con el transcurso del tiempo,
Edgar Degas se fueron apagando… y su intensidad.
Plaza de la Concordia La misma intensidad y el mismo realismo
1875
San Petersburgo, Museo del Hermitage que empleó para sus esculturas, cuya
La aparente banalidad de los temas que frecuentó, Pequeña bailarina de catorce años
la ausencia de belleza que los caracterizó, la pasión Edgar Degas
esculpida en cera en 1881 y fundida
que sentía por la fotografía, sus grandes manchas Retrato de Miss
de vivos colores, los perfiles desdibujados... Fueron muchos años después, en 1922, fue
Cassatt
solo algunas de las constantes que caracterizaron la agriamente criticada debido a la fealdad 1876-1878
modernidad de la pintura de Degas, tras sumarse a Washington D.C.,
los impresionistas. Y todas ellas aparecen reflejadas de la jovencita representada.
National Portrait Gallery,
en tan sorprendente retrato urbano en el que Sin embargo, ninguna de las obras Smithsonian Institution
representó un grupo de viandantes en la Plaza
creadas por los grandes artistas que el El interés que Degas sentía
de la Concordia –descrita como un espacio poco por expresar la verdad
acogedor–, que apenas mantienen relación alguna siglo XIX alumbró –Delacroix, Courbet,
le condujo a analizar el
entre ellos como denota también la indiferencia Manet o el propio Degas– soportaron carácter de las personas a
palpable en sus rostros. quienes retrató. Algo que no
la revisión de la crítica oficial en aquel
precisó con la pintora Mary
París de 1874, fecha en la que concluye Cassatt, con quien le unía
nuestro relato. Sus lienzos fueron retirados una gran amistad y a quien
introdujo en el ambiente de
del famoso Museo de Luxemburgo,
los impresionistas. En esta
concebido expresamente para mostrar ocasión, la representó a una
las creaciones contemporáneas, y en su edad avanzada, sin ninguna
idealización, abstraída en
lugar los espectadores tan solo pudieron sus pensamientos y con una
contemplar obras academicistas: aquellas cierta nostalgia reflejada
en sus ojos. Una sensación
que los historiadores hemos calificado
potenciada por el vacío que
como pompier. Habría que esperar la rodea y ese magnífico
nuevos tiempos para que la modernidad fondo blanco sobre el que se
recorta el rostro, que denota
expresada por los creadores analizados la modernidad de la técnica
fuera reconocida. empleada.

80 81
tres
estereotipos
de mujer

Édouard
Manet,
Olympia,
1863, París,
Museo de
Orsay

82 83
o

El siglo que trajo consigo tantas transformaciones Uno de los mejores estereotipos femeninos fue
políticas, científicas, económicas, sociales y artísticas el de la moderna cortesana, creada por Édouard
y que alumbró el nacimiento del Impresionismo Manet en 1863. Considerada como una de las
–la primera poética de vanguardia propiamente obras maestras del autor, su famosa Olympia
dicha– concibió, entre los intersticios de la nueva fue enormemente criticada. Recuérdese que los
configuración burguesa de la condición femenina, la desnudos femeninos fueron una constante pictórica
La modernidad noción de su inferioridad perniciosa, tanto desde el a lo largo de la historia del arte –La Venus dormida de Olympia se exhibía
de ciertos punto de vista biológico como filosófico. En lógica Giorgione, la de Tiziano, La maja desnuda de Goya o con absoluta
impresionistas consecuencia, las imágenes que sobre ella fueron las Odaliscas de Ingres se cuentan entre algunas de libertad ante los
contribuyó a apareciendo muestran perfiles ambivalentes acordes las más sobresalientes–, aunque solo eran admitidos espectadores,
con semejante ideología. si representaban a personajes mitológicos –cuando
difundir un mirándoles
las mujeres desvestidas trascendían a los simples
nuevo imaginario directamente
Solo durante el último cuarto de siglo, comenzaron a mortales–, o pertenecían a civilizaciones exóticas.
femenino a los ojos, con
percibirse algunos cambios que, en líneas generales,
que, cuando provenían de la intelectualidad más avanzada. Lo que no era permisible para la moral de aquella
un orgullo solo
menos, alertó Entre ellos, los impresionistas, que no solo contaron sociedad, aunque fuera tan teóricamente avanzada
permitido al
sobre la escasa con Berthe Morisot y Mary Cassatt entre sus filas, como la parisina, era que se exhibiese un desnudo
género masculino.
consideración considerándolas unas iguales, sino que fueron como el de Olympia ya que no solo se trataba de De apariencia
de que gozaban creando nuevos estereotipos femeninos, algunos una dama conocida sino que, además, su apariencia enormenente
las mujeres. verdaderamente sugerentes, que provocaron era enormemente realista. No es de extrañar, por realista, la obra
Algunos excitaron abundantes críticas entre la sociedad bien pensante lo tanto, el escándalo que produjo al ser exhibida fue un escándalo
cociencias con sus de la época. La mayoría de estas representaciones en el Salón de París de 1865, dos años después de en el Salón de
pinturas estuvieron protagonizadas por artistas y modelos, que fuera pintada. París de 1865
es decir por un segmento poblacional claramente
identificado con una forma de vida más libre, En efecto, Olympia era una persona bastante
pero de lo que no hay ninguna duda es de que conocida en el París bohemio: la modelo y también
contribuyeron a llamar la atención sobre un pintora Victorine Meurent, amante del fotógrafo
problema que requería de prontas soluciones. Nadar y amiga de Manet, quien ya la había incluido
En consecuencia, la modernidad de ciertos en otra de sus obras más notables, Almuerzo sobre la
impresionistas contribuyó a difundir un nuevo hierba, provocando un gran revuelo también.
imaginario femenino que, cuando menos, alertó Y sobre todo la dama se exhibía con absoluta
sobre la escasa consideración de que gozaban las libertad ante los espectadores, mirándoles
mujeres. Ahora bien, no todos los integrantes del directamente a los ojos, con un orgullo solo
movimiento ahondaron en semejante asunto, sino permitido al género masculino. Semejante
que solo algunos de los mejores lograron excitar atrevimiento se explicaba por la posición social
las conciencias mediante obras de arte de gran que debía ocupar la retratada en aquel ambiente:
calidad. Entre otros: Édouard Manet, Auguste Renoir debía tratarse de una cortesana importante. Una
y Edgar Degas. suposición avalada tanto por la manera de cubrirse

84 85
o

Auguste renoir,
mademoiselle
monet leyendo
le figaro,
1872, lisboa.
museo calouste
gulbenkian

86 87
o

el sexo, en cuyo gesto no se percibe ni un ápice de Entre ellas destacan ciertos retratos femeninos de
pudor, como por algunos otros detalles que aluden gran calidad artística que Renoir abordó con su
simbólicamente a su profesión. Por ejemplo: la peculiar impresionismo, como los que representan
inscripción –je-ne-baise-plus– que puede leerse en a mujeres leyendo, un acto evidentemente
la cinta anudada al cuello que, como los zapatos significativo que identifica a las protagonistas con
que luce, aumenta la sensación de desnudez; las personas de esmerada educación.
La imagen de la sábanas revueltas, salpicadas de delicados pétalos Renoir representó
mujer leyendo de flores deshojadas; la orquídea que luce en el Téngase en cuenta que la imagen de la mujer a la señora
alcanzó una mayor cabello, perfectamente recogido para realzar leyendo era un estereotipo de reciente aparición, Monet leyendo
popularidad con la belleza del rostro; el gato negro que aparece que alcanzó una mayor popularidad con el cambio el periódico
enhiesto sobre la cama, un animal relacionado con de siglo, en consonancia con las incipientes
el cambio de siglo, oficial de los
costumbres eróticas que disgustó profundamente conquistas femeninas que se estaban sucediendo,
en consonancia intelectuales de
a la opinión pública; o la asistenta, también de raza aunque en ocasiones se trató de una mera excusa
con las incipientes aquel entonces,
negra y ataviada con ropas orientales, ofreciéndole para adornar el desnudo femenino como sucede,
conquistas el habitual ramo de flores que regalaban los clientes por ejemplo, con La muchacha leyendo pintada por
Le Figaro. Se sirvió
femeninas que a las cortesanas más famosas. Theodore Roussel en 1868. Un estereotipo que
de una pincelada
se estaban añadía importancia a la retratada si la publicación
suelta, ligera
sucediendo Ninguno de esos detalles aparecían en el lienzo que sostenía entre sus manos no era una novela, y rápida para
aunque en en el que Manet se inspiró para componerla: la uno de esos folletones que tanto gustaban a las elevarla sobre
ocasiones fueron famosa Venus de Urbino pintada por Tiziano en el damas de la época, sino algún ensayo o, incluso, otras mujeres
meras excusas siglo XVI. Ni tampoco coincidieron ambos maestros un periódico, circunstancias menos frecuentes en y transmitir un
para adornar el en la forma de retratarla pues Manet, haciendo gala aquellos momentos. preciso instante
desnudo del avanzado lenguaje artístico que le caracterizó, de complicidad
la pintó a base de sus armónicos y característicos Así es como Renoir representó a Camille Doncieux,
contrastes en blanco y negro salpicados por las leyendo. Un asunto por el que Renoir sintió cierta
pequeñas notas de color con que dibujó tanto los preferencia pues constan más de media docena
pétalos como los adornos florales que salpicaban de retratos de este tipo, a los que habría que
las sábanas. añadir también las representaciones de jovencitas
leyendo. Ni que decir tiene que la mayoría de ellas
Sustancialmente distinta fue la imagen concebida parece pertenecer a una clase social acomodada,
por Auguste Renoir para retratar a la señora Monet cuando menos. Era el caso de la esposa de Claude
cuatro años después, en 1872. Una obra que, Monet, con quien mantuvo una estrecha relación
conceptualmente, se enmarca en esa preferencia amistosa desde que ambos asistían en París a las
por las composiciones amables y alegres que tanto clases de Charles Gleyre y, luego, acudían al bosque
gustaron al pintor y que propiciaron la representación de Fontainebleau para ejercitarse en la pintura al
de hermosas y joviales mujeres que, al igual que los aire libre. Esa intensa relación incluía también al
varones, disfrutaban de pequeños instantes que el amor de Monet: Camille Doncieux con quien
pintor se afanó en perpetuar para la posteridad. entabló relaciones muy tempranamente y con quien

88 89
o

compartió su vida, con matrimonio incluido, hasta


la prematura muerte de la que fuera tantas veces su
modelo, con 32 años.

Renoir la retrató en 1872, precisamente cuando


tanto Monet como él habían regresado a París y
comenzaban a imaginar la presentación pública de
los impresionistas. La representó en el domicilio de
los Monet, un lugar al que acudía con frecuencia, en
un ambiente alegre e íntimo como corresponde a
la familiaridad que mantenían; recostada sobre un
diván blanco y ataviada con un elegante vestido azul
con adornos en sus ribetes, como era preceptivo
cuando las damas recibían en sus domicilios, aunque
se tratase de amigos como Renoir. Y leyendo el
periódico oficial de los intelectuales por aquel
entonces: Le Figaro. Ese detalle y la mirada directa
que nos dedica, como si estuviera tratando al
espectador en igualdad de condiciones, eleva la
consideración de la bella Camille sobre las mujeres
de buena posición de la sociedad parisina. Y alude,
igualmente, a la extraordinaria personalidad que
poseía la antigua modelo: Camille. Porque, de lo
que no hay ninguna duda, es que la imagen de
la señora Monet se aparta por completo de otras
representaciones femeninas: de esas mujeres
banales, de rostros luminosos y rosados, como
de porcelana, que Renoir representó en tantas
ocasiones. Y se diferencia igualmente de otras
hermosas y sensuales lectoras que también recreó
y que, involuntariamente, dejan ver un hombro
desnudo sin percatarse de que están siendo
observadas. Para lograrlo se sirvió de una pincelada
edgar
suelta, ligera y rápida, consiguiendo esos hermosos
degas, la
absenta, malvas y blancos con que el artista nos obsequió y
1876, parís, trasmitió ese preciso instante de complicidad.
museo de La cierta modernidad que late en la imagen de
orsay la señora Monet, permite enlazar con el tercer

90 91
o

arquetipo social seleccionado que, a medida su madurez: el café de la Nouvelle Athènes, sito
que iba avanzando la centuria, alcanzó una en la Place Pigalle; y también de sus gentes: aquel
gran notoriedad en el universo imaginario heterogéneo colectivo que emergió con fuerza en
femenino, hasta el punto que el decadentismo el París bullicioso y que, en su devenir dejó heridas
primero y el cambio de siglo después lo profundas que, en ocasiones, no lograron cicatrizar.
pusieron de moda. Me refiero al prototipo
Degas, haciendo que sirvió a Edgar Degas para representar Es lo que, al parecer, sucedió con los dos A pesar de la
gala de su deseo a la protagonista de La Absenta, una protagonistas del lienzo, dos personas conocidas: manera de vestir,
por mostrar la mujer perdida, en quien la mala vida había la actriz Ellen André y el pintor y grabador Marcellin de la postura
verdad absoluta, hecho estragos. Desboutin que, a pesar de la corrección en la incluso, la actriz
manera de vestir, de su postura incluso, aparecen
de su interés por y el pintor que
La obra provocó una enorme conmoción en un estado de semiabandono provocado por la
la fotografía y de protagonizan el
cuando fue expuesta en 1876 en la segunda ingesta de alcohol, por la absenta, esa bebida de
su conocimiento lienzo aparecen
muestra de los impresionistas, recibiendo altísima gradación que dio nombre al lienzo y que
del arte oriental, además comentarios muy duros. Mientras, se hizo famosa entre los contertulios de aquellas
en un estado de
dotó a la estéticamente se inscribe en la avanzada largas tardes bohemias que se prolongaban hasta
semiabandono
composición de poética definida por Degas en su época de el amanecer. La bebida que se exhibe en las copas
provocado por
un encuadre y madurez, en la que el realismo y las modernas ha hecho tal mella en ambos que, a pesar de la la ingesta de
una perspectiva composiciones determinaron la importancia proximidad física, permanecen sentados como dos alcohol. La bebida
novedosos que que alcanzó y la influencia que ejerció entre personas desconocidas, sin relación entre ambos ha hecho tal
logran introducir las generaciones artísticas venideras. Un aunque es sabido que se conocían; quizá, incluso mella en ellos que
al espectador en realismo que, según la crítica coetánea, habían llegado juntos al café o, cuando menos, han perdido la
la escena comportó la fealdad que caracterizaba a sus habían elegido sentarse en mesas contiguas. Ambos dignidad
personajes y, especialmente, a las mujeres. han perdido la dignidad que, en algún momento,
poseyeron y mientras la actriz se encuentra absorta
Degas, haciendo gala de su deseo por en sus pensamientos, el pintor contempla con
mostrar la verdad absoluta, de su interés escepticismo al café. Se trata de dos personas que
por la fotografía y de su conocimiento del han alcanzado un grado tal de abandono que rozan
arte oriental, dotó a la composición de un la marginación, un problema que Degas puso de
encuadre y una perspectiva completamente manifiesto con valentía como si desease alertar de
novedosos, logrando introducir al espectador semejante problema solidarizándose con aquella
en la escena que está contemplando, afamada bohemia que, en estas ocasiones, no
consiguiendo sentarlo en una mesa próxima distinguía por razón de sexo.
a la que ocupan los protagonistas. Con esas
premisas, Degas representó un retazo de la
tan afamada bohemia parisina, de aquellos
cafés míticos como el que aparece en el
lienzo y que frecuentaba el propio Degas en

92 93
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VVAA., Del realismo al impresionismo,


Madrid, 2014, Fundación Amigos Museo del
Prado-Galaxia Gutenberg.

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índice de la colección
El Barroco El siglo XVIII
Pintándose a sí mismos La Razón y sus naufragios
Miguel Morán Turina Javier Pérez Segura

Arte egipcio Del Romanticismo


El mundo y las palabras al Impresionismo
José Ramón Pérez-Accino Picatoste Entre la emoción,
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