Está en la página 1de 2

En el siguiente texto, analizaremos el tema de La ética y la religión en el contexto de una sociedad

en paz, definiendo conceptos para la buena comprensión del escrito. Mostraremos que la ética, la
religión y el concepto de sociedad en paz amenazan al sistema educativo presente hoy en día.

A lo largo de la historia, el hombre ha basado muchas de sus acciones en sus creencias, de aquí
deriva la religión, que focalizándolas, ha promovido los mitos y rituales, resumiéndose a sí mismo
como un culto que se le hace a la deidad en la que se crea. A partir del pensamiento mítico dentro
de la religión, tal como Mircea Eliade hace referencia a él en su texto Lo sagrado y lo profano, la
deidad adorada imparte ciertas normas de comportamiento para la buena convivencia. Es a esto a
lo que se llama ética religiosa, también conocida como la primera ética de la historia. No obstante,
es dentro de esta ética religiosa en donde se encuentra el estímulo para la devoción: trata de una
recompensa divina que es dada a los buenos cultores y, con buenos cultores hacemos referencia a
aquellos que siguen estos parámetros de comportamiento sagrados.

Éste no es el único tipo de ética, sin embargo, todas coinciden en que sus parámetros
comportamentales tengan como propósito la buena convivencia y exista, para estos, una
recompensa. En ejemplo, la ética del trabajo, en donde el trabajo con esfuerzo es premiado con
capital.

Asimismo, en la actualidad, encontramos implícita una ética escolar, que siendo analizada,
podemos encontrar que consiste en el estudio por parte del alumno, quien trabaja con el fin de
verse gratificado con buenas calificaciones dadas por el profesor.

En El Emilio de Jean Jaques Rousseau, vemos la idea en la cual se supone que está basado el
sistema educativo actual. Este sistema consiste en fomentar, a través de la escuela y el
conocimiento, el desarrollo del criterio de los alumnos.

Este sistema se ve amenazado y corrompido actualmente por la anteriormente mencionada ética


escolar, siendo que a través de ésta, los estudiantes, desconocedores en su mayoría de sus
orígenes rousseaunianos, optan por esforzarse para recibir una recompensa calificativa, dando
más importancia a ésta que al propio conocimiento, impidiendo el desarrollo de su criterio.

Además, hoy en día, podemos encontrar el concepto tan popularizado de sociedad en paz. Este
concepto, vulgarizado, trata de una comunidad en donde la gente sea completamente tolerante,
donde las opiniones y pensamientos convivan a pesar de sus contradicciones y/o diferencias. En
resumen, una sociedad perfecta. Lo que mucha gente no se da cuenta de, es que este concepto es
utópico, pues si el individuo ve la posibilidad de destruir un ideal que contradice el suyo propio,
siempre tenderá a ejecutarlo; en palabras de Thomas Hobbes “el hombre es lobo para el hombre”.
Por esto, si realmente fuese a existir una sociedad puramente en paz, supondría la generalización
de un pensamiento a través del adoctrinamiento y la aceptación del concepto que trataron los
estoicos y epicúreos de ataraxia, que trataba de una felicidad gracias a la imperturbabilidad
anímica. Mas, una sociedad en donde un único pensamiento predomine, supondría una sociedad
en donde no existiera el criticismo, lo que significa que el propósito de la escuela rousseauniana se
vería, una vez más, afectado.

Por otro lado, la infame religión nunca ha de ir de la mano con la enseñanza, pues ya es
innecesaria para el hombre moderno. Para entender por qué el hombre necesita (o necesitó) la
religión, tenemos que entender qué es el pensamiento mítico. Nuevamente, haremos referencia al
texto de Lo sagrado y lo profano de Eliade. En éste vemos cómo el pensamiento mítico divide la
realidad en dos partes: lo sagrado que hace referencia a lo sobrenatural, divino y superior, y lo
profano que se constituye por lo natural, ilusorio e inferior. Relacionando estos dos conceptos,
encontramos que lo profano es un espejismo hecho a semejanza de lo sagrado; y que el individuo,
siendo creado por lo sagrado, pero estando en el mundo profano, debe volver a lo sagrado. En
antaño, el único e irremediable propósito del hombre arcaico era éste mismo, a través de rituales
y parámetros establecidos por los mitos. Ahí, la religión juega el papel de enseñar la palabra de lo
sagrado por medio del concepto que el propio Eliade llama hierofanía. Ésta consiste en una
manifestación sobrenatural en el mundo natural. En ejemplo, dentro de la doctrina católica, la
representación sagrada de la cruz, la cual significa tanto el objeto inerte material ergo profano,
como la representación del mismo Dios ergo sagrado. Es a través de las hierofanías, que se da
paso para que el hombre profano vuelva a lo sagrado. Teniendo esta explicación del mundo, el
hombre arcaico tenía una explicación para la realidad; mas es hoy en día, cuando el hombre
moderno gracias a los descubrimientos de la ciencia ergo al positivismo, deja de entender los
mitos y rituales, encontrando en ellos vacíos lógicos que niega gracias a la racionalización de ellos
y por ende, desacraliza a estos mismos. Una muestra de ello es la banalización de estas
costumbres, por ejemplo: dar interpretaciones a textos sagrados, pues muestra que se está
intentando dar una explicación racional a textos que deberían y solían ser tomados como
verdaderos sin titubeo alguno. Esto demuestra, nuevamente, que para el hombre moderno estas
doctrinas no son racionalmente explicables y, muy en el fondo, no cree en ellas. Entonces,
primeramente, el hombre moderno, no creyendo en lo que la religión dicta, no es capaz de
construir una enseñanza a partir de algo a lo que se ve escéptico. Y segundamente, vemos que,
siendo la creencia absoluta frente a lo que se dice, sin preguntarse al respecto, no promueve el
desarrollo del criterio, lo que nos lleva nuevamente a la amenaza de la escuela rousseauniana.

Retomando la línea de razonamiento inicial, siendo el sistema educacional actual nuestro foco
principal, vemos que: 1. Frente a la ética escolar, la idea original de la escuela se ve corrompida
por ésta al darle más importancia a la evaluación del trabajo que al propio aprendizaje (tomando
como real aprendizaje, el desarrollo de un criterio y apreciación del conocimiento como otro
punto de partida para este fin). 2. Para relacionarlo con la religión vemos, como primera y mayor
dificultad, la ausencia de fe en el hombre moderno, además, son los dogmas aquellos que impiden
el desarrollo de un criterio, ya que no hay campo para el cuestionamiento. 3. Si llegase a ser
empírico el concepto real de una sociedad en paz, a través del adoctrinamiento evitaría que el
individuo generase juicios gracias a su propio razonamiento. Así, a lo anterior, dejamos fuera
cualquier juicio de valor frente a los conceptos presentados. No obstante, se ha de tener en
cuenta que la idea original de escuela rousseauniana no puede coexistir junto a los conceptos
presentados a lo largo de la ponencia; no es tanto el hecho de que alguna se imponga frente a la
otra, sino el que se contradigan sobrepuestas a la idea, implementada actualmente, de Rousseau.

Ponencia por: Daniel Briceño e Isabella Ospina.

También podría gustarte