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Santiago, veintiuno de septiembre de dos mil diez.

Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada, pero se elimina desde su


fundamento duodécimo a décimo octavo, inclusive.

Y se tiene en su lugar y además presente:

Primero: Que la acción cautelar instituida en el artículo 20 de la


Constitución Política de la República protege el legítimo ejercicio de
determinadas garantías fundamentales, mediante la adopción de
medidas de amparo por parte del órgano jurisdiccional competente en
uso de sus facultades conservadoras, frente a acciones u omisiones
arbitrarias o ilegales que las afecten bajo las modalidades de privación,
perturbación o amenaza.

Segundo: Que la procedencia de esta institución de cautela supone


la existencia de una conducta antijurídica, expresada en las formas de
ilegalidad, esto es, en contravención a la ley, o de arbitrariedad,
carente de respaldo en una fundamentación lógica y racional.

Tercero: Que en el caso promovido en estos antecedentes se


solicita amparo a favor de doña Magaly Ruiz Garcés, cuyo derecho a
la vida e integridad física y s íquica se encontraría amenazado en
razón de los graves descuidos en que habrían incurrido el Hospital
Regional de Concepción ?Guillermo Grant?, el Servicio de Salud de
Concepción, el Ministerio de Salud y la Secretaría Regional Ministerial
de Salud de la Región del Bío-Bío.

Se solicita que la paciente sea trasladada a la Clínica Las Condes o al


Hospital Clínico de la Universidad Católica de Chile, únicos
establecimientos de salud ?según estima el cónyuge de la recurrente-
aptos para efectuar una intervención quirúrgica de mayor complejidad,
o evaluar un trasplante de intestino, cuyo financiamiento deberá ser
asumido por las autoridades sanitarias correspondientes.

Cuarto: Que según aparece de los antecedentes allegados a la


causa, la actora se encuentra hospitalizada en el Hospital Regional de
Concepción desde el mes de enero de 2008 al haber experimentado
sucesivas necrosis intestinales que han motivado que en la actualidad
sufra de síndrome de intestino corto complicado. Se le debió extirpar,
producto de sus patologías, una gran parte del intestino delgado, lo
que conlleva un claro deterioro en su calidad de vida y condición física.

Asimismo, consta que los organismos públicos de salud financiaron el


traslado de la reclamante al Hospital Clínico de la Universidad Católica
en la ciudad de Santiago para ser evaluada por médicos de ese centro
asistencial, quienes habrían descartado un trasplante de intestino al no
cumplir la paciente los requisitos para someterse a una cirugía de tal
envergadura, pero sí indicaron la posibilidad de efectuar una cirugía
distinta ?no precisada en estos antecedentes-, la cual tiene un costo
superior a los treinta y dos millones de pesos. En relación a este último
procedimiento se señala que se están estudiando las vías para cubrir
el alto costo que él tiene.
Quinto: Que en lo referente a la solicitud de que la recurrente sea
trasladada a la Clínica Las Condes o a la Hospital Clínico de la
Universidad Católica de Chile, para ser operada o trasplantada, de
acuerdo a lo informado por el Jefe del Servicio de Cirugía, Dr. Ricardo
Durán, la opinión del equipo médico tratante es intentar una segunda
anastomosis ?esto es, extraer parte del intestino delgado y unirlo al
intestino grueso- l a que puede practicarse en el Hospital Regional
?Guillermo Grant? y que permitiría a la paciente una adecuada calidad
de vida. Sin embargo, su cónyuge, añade el recurrido, se ha negado
terminantemente a realizar esta intervención.

Sexto: Que planteadas en los términos expuestos las principales


facetas que presenta la situación médica de la paciente, procede ahora
situar el análisis en el ámbito de lo jurídico, en consideración a cuyas
regulaciones cabe dilucidar la controversia inserta en la presente
acción de amparo constitucional.

Séptimo: Que el artículo 141 del Libro II ?que Regula el Ej


ercicio del Derecho Constitucional a la Protección de la Salud y Crea
un Régimen de Prestaciones de Salud- del DFL N° 1 de 2005, dispone
que las prestaciones se otorgarán por el Fondo Nacional de Salud a
través de los establecimientos de salud correspondientes a la Red
Asistencial de cada Servicio de Salud. Agrega dicho precepto que las
prestaciones se concederán por esos organismos a través de sus
establecimientos, con los recursos físicos y humanos de que
dispongan, sin perjuicio de los convenios que puedan celebrar al
efecto los Servicios de Salud o el Fondo Nacional de Salud con otros
organismos públicos o privados.
A su vez, el artículo 140 del mismo texto normativo preceptúa que se
incluyen entre las prestaciones médicas que proporciona el Régimen
General de Garantías de Salud ?aquellas acciones de promoción,
protección y otras relativas a las personas o al ambiente, que se
determinen en los programas, en la forma y modalidades establecidas
en las disposiciones que rigen a los organismos que integran el
Sistema Nacional de Servicios de Salud, a quienes corresponderá la
ejecución de tales acciones?.
Octavo: Que de las referidas disposiciones se colige que no es
posible exigir coercitivamente al sistema público de servicios de salud
la cobertura de todos los tratamientos o prestaciones posibles para
una determinada enfermedad, por cuanto ello incide en el ámbito de
las políticas públicas de salud, las cuales deben ser definidas y
aplicadas por las autoridades del ramo, que constituyen el personal
idóneo para la fijación de las normas de acceso a las prestaciones que
como en el caso de autos se pretenden, habida cuenta de que en su
otorgamiento han de tenerse en consideración variados parámetros,
entre otros, como resulta evidente, el relativo a los costos que
involucren y los fondos de que se disponga para ello.
Noveno: Que, por otra parte, del análisis de los informes emitidos por
los organismos recurridos se desprende en forma clara que éstos,
dentro de sus competencias, han brindado a la actora todas las
atenciones que han estado a su alcance para su recuperación, incluso
la de explorar la posibilidad de realizar una intervención quirúrgica de
alto costo en un centro privado de salud acudiendo a un mecanismo de
financiamiento excepcional contemplado en la normativa sectorial.

Décimo: Que, por consiguiente, la pretensión de obtener


prestaciones de salud como las que se invocan en autos no es
susceptible de resguardarse por medio de la presente acción de
cautela.

Undécimo: Que, a mayor abundamiento, según los antecedentes


acompañados en estos autos consta que el estado actual de salud de
la paciente es satisfactorio atendida su enfermedad. Con ello queda en
evidencia que el asunto debatido a través de esta acción excede sus
márgenes, porque el objeto de este recurso es dar una urgente y
eficaz solución al quebrantamiento del legítimo ejercicio de derechos
preestablecidos y no el de dirimir la controversia promovida por la
reclamante en relación a si le corresponde a las entidades recurridas
procurar los tratamientos que aquélla estima indispensables para su
recuperación. Una determinación de esa clase es ajena a esta acción
cautelar;

Duodécimo: Que las reflexiones precedentemente desarrolladas


conducen necesariamente a desestimar la acción de protección
deducida en estos autos por no existir una actuación arbitraria o ilegal
que enmendar a través de este arbitrio, sin perjuicio de otros derechos
que puedan asistir a la recurrente.

Y de conformidad, además, con lo dispuesto en el artículo 20 de la


Constitución Política y Auto Acordado de esta Corte sobre la materia,
se revoca la sentencia apelada de treinta y uno de mayo último, que se
lee a fojas 87, y se declara que se rechaza el recurso de protección
deducido en lo principal de la presentación de fojas 14.

Se previene que la Ministro Sra. Egnem concurre al rechazo del


recurso teniendo ú nicamente presente que de los antecedentes
allegado
s se desprende que la entidad recurrida ha prestado a la paciente,
doña Magaly Ruiz Garcés, la atención médica de que ha podido
disponer y ello, a partir del año 2008, circunstancia que a la vez
permite concluir que no se está en presencia de una situación de
inminente peligro para la vida o integridad de la persona por quien se
recurre que amerite un procedimiento de urgencia como el utilizado por
esta vía, todo ello sin perjuicio de otros derechos que puedan asistirle.

Regístrese y devuélvase.

Redacción a cargo de la Ministro Sra. Araneda y de la prevención, su


autora.
Rol N° 4396-2010.Pronunciado por la Tercera Sala de esta Corte
Suprema, Integrada por los Ministros Sr. Héctor Carreño, Sra. Sonia
Araneda, Sr. Haroldo Brito, Sra. Rosa Egnem y Sr. Roberto Jacob. No
firma, no obstante haber estado en la vista de la causa y acuerdo del
fallo el Ministro señor Bito por estar en comisión de servicios. Santiago,
21 de septiembre de 2010.

Autorizada por la Secretaria de esta Corte Sra. Rosa María Pinto


Eguzquiza.

En Santiago, a veintiuno de septiembre de dos mil diez, notifiqué en


Secretaría por el Estado Diario la resolución precedente.

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