Está en la página 1de 12

SEMINARIO TEOLÓGICO CENTROAMERICANO

Maestría en Biblia

LOS SALMOS EN LA CONSEJERÍA DEL DUELO ANTICIPADO

Proyecto final
presentado en cumplimiento parcial de los requisitos de la materia
Consejería en tiempos de duelo

Pablo Chávez Figueroa

2019
LOS SALMOS EN LA CONSEJERÍA DEL DUELO ANTICIPADO

Las personas suelen sentirse desbordadas al afrontar la muerte inminente de un ser

querido. No saben cómo hablar con quien está muriendo. O peor aún; no saben cómo

procesar y responder a los cambios emocionales, físicos y espirituales del enfermo

terminal en la lucha angustiosa del proceso de la propia muerte (Grün, 2017, p.8). El

presente estudio busca orientar a los cuidadores del enfermo terminal acerca de los

fenómenos emocionales y espirituales que recorre la persona en su viaje hacia la eternidad

y cómo usar las Escrituras para ayudar al paciente a procesar esta experiencia.

Gran parte de los salmos poseen forma de oración y clamor, en las cuales se expresa

una amplia gama de emociones y sentimientos (Beaucamp y De Relles, Jean-Pascal, 1969,

p.12-13; Pagán, 2007, p.73). El uso específico de los salmos en la consejería del duelo

anticipado permite guiar al enfermo terminal hacia Dios en oración y expresar con

asertividad los fenómenos emocionales que experimenta a través de las etapas de su duelo.

La Palabra de Dios se convierte en un instrumento espiritual para ayudar a vivir los

momentos finales de la vida con esperanza y no con desesperación. A través de los salmos

como material de lectura, meditación y oración se afirma el hecho de que Dios sigue

presente aún al final de la vida y se adquieren recursos cognitivos para morir con fe y

confianza, a la vez que con menos dolor, angustia o temor (Grün, 2017, p. 9).

El fenómeno del duelo anticipado

El trabajo más influyente acerca del duelo anticipado fue desarrollado por Elisabeth

Kübler-Ross, quien observó a los pacientes terminales atravesar cinco fases de duelo a las

cuales debían adaptarse emocionalmente (Kübler-Ross, 1978. p.59; Kübler-Ross y


2

Kessler, 2007, Kindle). Ella determinó que no existe un orden definido para la aparición de

las fases del duelo y que no en todos los pacientes llegaban a manifestarse las cinco, por lo

cual tampoco es muy preciso llamarles “etapas”. Los fenómenos podían intercalarse y

ocurrir regresiones (Chapman, 2013, doc. web). Sin embargo, en cada fase era común

observar la esperanza. Hasta en los momentos más complicados del proceso, había hay una

tendencia a pensar que existiría alguna posibilidad de curación, aunque fuera mínima

(Kübler-Ross y Kessler, 2007)

El duelo anticipado es la experiencia del enfermo y su familia a partir del momento

cuando se les comunica la existencia de una enfermedad irreversible e incurable, por lo

que la muerte del ser querido es altamente probable e irreversible (Guerrero Olivares,

2014, p.3; Mora, 2016, p.118). Sin embargo si las familias y el enfermo realizan un

proceso de duelo anticipado completo y sanador podrán experimentar un duelo posterior a

la muerte más tranquilo aunque inevitablemente triste.

Etapas del duelo y sus tareas

Negación: Es la resistencia angustiosa a reconocer la realidad de un diagnóstico

terminal (Kübler-Ross, 1978. p.59; Mora, 2016, p.120). Dicha resistencia es habitual

durante las primeras fases de la enfermedad, al momento del diagnóstico, y también más

adelante. La negación funciona como un amortiguador después de una noticia inesperada y

permite al paciente recobrarse para movilizar otras defensas. Sin embargo, en el proceso

saludable, la negación es una defensa provisional y pronto será sustituida por una

aceptación parcial (Guerrero Olivares, 2014, p.6). El primer paso para lidiar con el duelo

anticipado es aceptar conscientemente la realidad que ha sido informada, liberando las


3

emociones que surgen frente a lo inevitable la muerte y brindando al doliente mayores

recursos internos para manejar la pérdida (Worden, 2013, p. 57).

Ira: La ira surge como expresión del dolor, impotencia y la frustración por la

muerte inminente (Kübler-Ross, 1978, p.73; Worden, 2013, p.35). La ira indica la

necesidad de expresar dicho dolor. Este fenómeno suele ser difícil de afrontar para la

familia y los cuidadores. El manejo adecuado de esta situación consiste en permitir la

expresión del enojo, aprender a escuchar al moribundo y a veces incluso aceptar su ira

irracional, sabiendo que el alivio que experimentan al manifestarla, les ayudará a aceptar

mejor sus últimas horas (Guerrero Olivares, 2014, p.6, Worden, 2013, p.36).

Negociación: Es un intento mental de posponer la muerte a través de un

ofrecimiento de cambiar la vida. Desde el punto de vista psicológico, muchas de las

promesas de quienes negocian su muerte manifiestan sentimientos de culpa (Kübler-Ross,

1978, p.112-113; Mora, 2016, p.122). La mayoría de pactos se hacen con Dios y

generalmente se guardan en secreto. El acompañante pastoral debe respetar los

sentimientos religiosos del enfermo y ayudarle a confiar en la gracia y el amor divinos,

para búsqueda de la paz espiritual (Mora, 2016, p.123).

Depresión. Cuando el paciente desahuciado no puede seguir negando su

enfermedad, cuando se ve obligado a pasar por más operaciones u hospitalizaciones,

cuando empieza a tener más síntomas o se debilita y adelgaza, no puede seguir negando su

inminente salida de este mundo (Kübler-Ross, 1978, p.116-117). La depresión es un

instrumento para prepararse a la pérdida inminente de todos los objetos de amor. La tarea

emocional de esta fase es muy similar a la de la fase de ira: Simplemente expresar el dolor.

Si se le permite expresar su dolor, el enfermo encontrará mucho más fácil la aceptación


4

final, y estará agradecido que durante esta fase de depresión sus acompañantes dejen de

decirle que no este triste (Guerrero Olivares, 2014, p.8; Mora, 2016, p.123).

Aceptación. Significa que el paciente llega a una fase en la que su “destino” no le

deprimirá ni le enojará. Habrá podido expresar sus sentimientos anteriores, su ira contra

los que no tienen que enfrentarse con su fin tan pronto, Habrá llorado la pérdida inminente

de tantas personas y de tantos lugares importantes para él, y contemplará su próximo fin

con relativa tranquilidad (Kübler-Ross, 1978, p.147-148). En esos momentos,

generalmente, es la familia quien necesita mayor ayuda, comprensión y apoyo que el

propio paciente. Hay pacientes que luchan hasta el final, que pugnan y conservan una

esperanza que hacen imposible alcanzar esta fase de aceptación. Cuanto más luchen para

esquivar la muerte inevitable, cuanto más traten de negarla, más difícil les será llegar a

esta fase final de aceptación con paz y dignidad (Guerrero Olivares, 2014, p.8).

Pasajes bíblicos de apoyo al enfermo terminal en su proceso emocional

El propósito de esta sección es relacionar las etapas del duelo y sus tareas con

pasajes clave de los salmos y mostrar cómo los textos responden a la necesidad y a las

tareas emocionales del enfermo terminal. Los pasajes se ofrecen como ejemplos del uso de

los salmos ya que pueden haber muchos más textos del libro de los Salmos que son útiles

para la consejería del enfermo terminal que los que se ofrecen aquí.

Aceptar la muerte, el dolor y la fragilidad (Salmo 90: 5, 12)

Este salmo describe la grandeza y eternidad de Dios en contraste con la fragilidad

del hombre. En el versículo 5 expresa acerca de los seres humanos o “hijos de los

hombres”:
5

Los arrastras como torrente de aguas, son como un sueño al amanecer,


se renuevan como la hierba;
por la mañana florece y crece;
A la tarde se seca y es cortada (traducción propia).

La imagen poética no logra suavizar la dolorosas imágenes de la vida humana como

una choza erigida sobre el páramo y arrastrada por la lluvia torrencial, de un sueño que se

desvanece con la llegada de la mañana o de la hierba verde que se marchita y es segada

con el filo de hoz (Alonso Schökel y Carniti, 1994, t. II p.1175). Sin embargo, ayudan a

comunicar y comprender la realidad de la vida humana. Son símbolos psicológicos

importantes sobre el destino del hombre. El ciclo de la vida humana en su colectividad se

refleja en este campo de hierba verde que se seca, se corta y vuelve a brotar (Kidner, 1991,

t. II, p. 355). Son imágenes útiles para tomar consciencia del destino del ser humano, para

acercarse a Dios y encontrar refugio en él (Pagán, 2007, p. 87).

Pero el salmo expresa la necesidad de buscar desde la muerte el sentido de la vida.

Dice el versículo 12:

Enséñanos a llevar buena cuenta de nuestros días


para que aportemos al corazón sabiduría (traducción propia)

Esta petición marca un giro en el salmo, que hasta aquí únicamente ha expresado la

tristeza y el vacío de la muerte. Pero el salmista sale a flote orando a Dios. Vale la pena

atesorar sabiduría ante la perspectiva de una vida finita. El paso de los años dará como

resultado un corazón maduro de sensatez (Alonso Schökel y Carniti, 1994, t. II, p.1178).

Esta visión marca una perspectiva de vida aún posible para quien sabe que la muerte se

acerca. Proyecta la meta de no morir sin haber aprendido las lecciones fundamentales

acerca de la vida. Esta es la meta de la vida humana: lograr una sabiduría proporcional a

los días de la corta existencia, haciendo de la proximidad de la muerte la oportunidad de

transformación interior y de hallar el sentido de la vida (Grün, 2017, p. 37).


6

Expresar los sentimientos de ira y queja hacia Dios (Salmo 88:1-3, 6-7, 14)

Oh Señor, Dios de mi salvación,


Día y noche clamo en tu presencia
Llegue mi oración ante tu rostro;
Inclina tu oído a mi clamor.
Porque mi alma está cansada de desdichas,
y mi vida cercana al seol...
Me has puesto en la fosa profunda,
En tinieblas abismales.
Sobre mí pesa tu ira,
Y me has afligido con todas tus olas...
¿Por qué, Señor, desechas mi vida?
¿Por qué escondes de mí tu rostro? (traducción propia)

Diversos autores consideran a este salmo como el más doloroso, triste y

desalentador del salterio (DeClaissé-Walford, Nancy et al, 2014, p. 668; Kidner, 1991, t.

II, p. 336; Wilcock, 2012, t.II, p. 117). El salmista expresa un reclamo y queja hacia Dios,

sin que obtenga una respuesta esperanzadora. Podría decirse que el salmo es una especie

de “oración en la oscuridad”. Constituye una poderosas evidencia y afirmación de que

muchas veces el ser humano tiene una lucha con Dios y sus designios, ya que no logra

penetrar la mente divina. No es necesario decir si el autor de este lamento está en lo

correcto al acusar a Dios de afligirlo y no prestarle atención. Lo importante es identificar

en el salmo el grito de una herida profunda, que se vuelve aún más dolorosa porque parece

ser causada por el mismo Dios.

La oración desesperada y de reclamo de este salmo, ayuda a avanzar en el

procesamiento del enojo y del dolor. El salmista invita al lector a desahogarse, a

“abandonarse” y “derramarse”, de forma similar a otros pasajes del salterio en los que se

expone una queja ante Dios (Salmo 22:1-2; 14-15; 55:4-5; 142:1-2). Al admitir la pena el

sufrimiento fluye. Por otro lado, el salmo demuestra que Dios es capaz de escuchar la

queja del ser humano (American Bible Society, 2015, doc. web). ¿Es posible que al

escuchar atentamente este dolor y este enojo, Dios hace que sean más tolerables?
7

Contemplar la cercanía y presencia de Dios acompañando el morir (Salmo 23:4)

Aunque pase por el valle de sombra de muerte y oscuridad,


no temeré daño alguno, porque tú estás conmigo;
tu vara y tu cayado me infunden aliento (traducción propia).

La más básica de las promesas divinas consiste en la seguridad de su presencia “yo

estoy contigo” (Gén 28:15; Éx 3:12; Jer 1:8, 19; Is 41:10, Mt 28:20; Hch 18:10). Los

mensajes proféticos de salvación se apoyan en la fuerza de la promesa de la presencia de

Dios en los momentos que el ser humano experimenta crisis y oscuridad en la vida

(DeClaissé-Walford, Nancy et al, 2014, p. 243). A la luz del resto de la revelación puede

decirse que la presencia de Dios aún en el momento de máxima crisis que es la muerte,

asegura al creyente que saldrá vencedor del trance y agonía del morir:

Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros?... ¿Quién nos separará del amor


de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o
espada?... en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos
amó. Porque estoy convencido de que ni la muerte…ni ninguna otra cosa creada nos podrá
separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro (Romanos 8:31, 35, 38-39).

Esto asegura, recurriendo a la imagen pastoril del Salmo 23, que el gran pastor de

las almas de los creyentes, les conducirá a verdaderas fuente de agua viva (Jn 10:11; 1 Pe

5:4; Heb 13:20). Escatológicamente, la presencia divina sigue guiando y acompañando la

vida más allá de la muerte (Wilcock, 2012, t. I, p. 132):

Porque este Dios,


nuestro Dios es por siempre jamás;
Él nos guiará hasta la muerte (Salmo 48:14, traducción propia)

De manera similar, otros salmos expresan la presencia y cercanía íntima de Dios

desde el principio hasta el fin la vida, desde el vientre de la madre hasta el seol o lugar de

los muertos (Sal 139:7-8). Dicha presencia constituye una fuente de vida y refugio aún en

medio del dolor (Sal 46: 7, 11; 77:1-20). La confianza en la presencia de Dios
8

acompañando la hora final, ayuda a conciliar la vida con la muerte y a encomendarse en

las manos de Dios

En ti, Señor, me refugio;


jamás sea yo avergonzado;
ponme a salvo en tu justicia.
Inclina a mí tu oído, rescátame pronto;
sé para mí roca fuerte, refugio para salvarme…
En tu mano encomiendo mi vida;
tú me has redimido, Señor, Dios de fidelidad (Sal 31:1-2, 5, traducción propia)

Las líneas sirven como expresión de plena confianza y refugio personal en Dios. El

último verso expresa la acción de entregar un depósito a un guardián de confianza. El

salmista se fía del depositario, lo considera fiel. El depósito es la vida misma, el aliento

(ruah). Ante la perspectiva de la muerte sólo queda fiarse por completo en Dios (Alonso

Schökel y Carniti, 1994, t. I, p.485; DeClaissé-Walford, Nancy et al, 2014, p. 304). El

versículo es famoso porque se cita en Lc 23:46 y Hch 7:59, en labios de Jesús y de Esteban

a la hora de morir. De esta manera el versículo adquiere un sentido transcendente: Dios

salvará la vida del que muere; el moribundo no deja su vida en la tierra, sino que la deja

depositada en Dios (íbid, p. 492). Lejos de sentirse abandonado, quien ora este versículo es

invitado a la entrega total y última basada en la confianza, el amor y la esperanza.

Tener esperanza en Dios más allá de la muerte (Salmo 71:5-6; 20-21, 23)

Porque tú eres mi esperanza;


oh Señor Dios, tú eres mi confianza desde mi juventud.
Has sido mi apoyo desde mi nacimiento;
Fuiste tú quien me sacó del vientre de mi madre;
para ti es continuamente mi alabanza...
Tú, que me has hecho ver muchas angustias y aflicciones,
me volverás a dar vida,
y me levantarás de nuevo de las profundidades de la tierra.
Aumentarás mi grandeza,
y te volverás para consolarme...
Darán voces de júbilo mis labios, cuando te cante alabanzas,
y mi alma, que tú has redimido (traducción propia).
9

El salmo tiene la forma de una súplica, con un notable tono de esperanza. Que Dios

ha sido su confianza desde su juventud, hace que el orante confíe su vida, destino y tarea

final en las manos del Dios que le ha brindado refugio a través de sus años (Alonso

Schökel y Carniti, 1994, t. I, p.919). Sobresale el hecho de que el salmo presenta la

perspectiva de un final de la vida lleno de esperanza, pero que viene como resultado de

una relación con Dios iniciada desde los comienzos de la vida y sostenida a través de la

juventud y la edad mayor. De los sinsabores y tragedias personales, el salmista aprende

que aún hay una liberación pendiente. El contenido de estas acciones futuras de Dios es

incalculable y atraviesa la barrera de lo temporal: “me volverás a dar vida”, “me levantarás

de nuevo de las profundidades de la tierra”, “aumentarás mi grandeza”, “te volverás

para consolarme” (Ibid, 926). Casi de manera profética el salmo anuncia el poder de Dios

para librar a sus siervos del abismo de la muerte.

Pero cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya
vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Devorada ha
sido la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde, oh sepulcro, tu
aguijón?... a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo
(1 Corintios 15:54-57)

Algo similar ocurre con el Salmo 34:22

El Señor redime el alma de sus siervos;


y no será condenado ninguno de los que en él se refugian (traducción propia).

El cierre de este salmo, que expresa una cercanía personal con Dios de manera

única, afirma la liberación en la vida terrenal de aquellos que confían en él y le sirven

(DeClaissé-Walford, Nancy et al, 2014, p. 328). Sin embargo, el verso también expresa de

forma profética realidades superiores a las que el mismo salmista era capaz de entender.

Son afirmaciones contundentes que invitan a mirar más allá de la muerte (Kidner, 1991, t.I

p. 144). Ni siquiera las espléndidas visiones escatológicas del NT pueden mostrar todo el
10

alcance de estas palabras, pero sí dejan saber que los siervos del Señor tienen un destino

distinto al de los malvados, y que verán redención más allá de esta vida justificados

eternamente y para siempre (Wilcock, 2012, t.I, p. 181). De esta manera, las palabras del

salmo 71 y salmo 34:22 se anticipan a las enseñanzas sobre la esperanza de la resurrección

de los muertos (Hch 23:6; 24:15; Ef 1:18; Col 1:5; 1 Tes 4:13; Ti 1:2; 2:13) e invitan a los

creyentes que sufren la perspectiva de una muerte cercana a enfrentar su destino con

esperanza y confianza respecto a la gloria que les aguarda:

Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos
hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos
(1 Pe 1:3)

Conclusión

Conocer los procesos emocionales por los que pasa el enfermo terminal es de una

importancia vital para el acompañamiento pastoral y consejería al paciente y su familia

(Mora, 2016, p.129). La elaboración adecuada de dicho fenómeno implica procesos

psicológicos con una fuerte carga emocional y espiritual. La oración y lectura de la Palabra

de Dios, especialmente de los Salmos, para la persona creyente y su familia, se convierten

en valiosos recursos de consejería y acompañamiento en la penosa situación de quien está

a punto de partir de este mundo. Para el consejero cristiano no hay otros recursos

comparables a la lectura de las Escrituras y la oración en el acompañamiento de quienes

están muriendo y de sus seres queridos (Bowman, 1998, p.107-108). Cuando se usan las

Escrituras pastoralmente, ellas pueden traer confort y solaz, ayudando a las personas a

encarar por sí mismas su próximo encuentro con Dios. Ellas ayudan a los sufrientes a

relativizar el dolor temporal y contemplar la salvación de Dios en sus dimensiones

escatológicas e intemporales.
11

Bibliografía

Alonso Schökel, Luis y Carniti, Cecilia (1994). Salmos (2 Tomos). Estella: Verbo Divino.

American Bible Society (2015). Does God Hear Me When I’m Angry?
http://bibleresources.americanbible.org/resource/does-god-hear-me-when-im-angry.
Consultado el 24 de octubre de 2019.

Beaucamp, Evode y De Relles, Jean-Pascal (1969). La oración del pueblo de Israel.


Barcelona: Editorial nova terra.

Bowman, George W. (1998). Dying, Grieving, Faith and Family. A Pastoral Care
Approach. New York: The Haworth Pastoral Press.

Chapman, Alan (2013). The Elisabeth Kübler-Ross 'Grief Cycle'.


https://www.businessballs.com/health-and-wellbeing/elisabeth-kubler-ross-five-
stages-of-grief/#five-stages-of-grief-elisabeth-k-bler-ross. Consultado el 24 de
octubre de 2019.

DeClaissé-Walford, Nancy; Jacobson, Rolf y Lannel Tanner, Beth (2014). The Book of
Psalms. Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Company.

Grün, Anselm (2017). Sigo a tu lado también al final de tu vida. Santander: Sal Terrae.

Guerrero Olivares, Rosaura (2014). Duelo anticipado por enfermedad. Tesina para obtener
el diplomado en Tanatología. México DF: Asociación Mexicana de Tanatología.

Kidner, Derek (1991). Salmos (2 tomos). Buenos Aires: Certeza.

Kübler-Ross, Elisabeth (1978). On Death & Dying. New York: The Macmillan Company.

---------------------------- y Kessler, David (2004). Sobre el duelo y el dolor. Las cinco


etapas del duelo. España: Planeta de Libros. Versión Kindle.

Mora Guevara, Edwin José (2016). “La vivencia del duelo. Pautas para el
acompañamiento pastoral a las personas con enfermedad terminal y a sus
familiares”. Vida y Pensamiento. Tomo 26, 2. San José: Universidad Bíblica
Latinoamericana.

Pagán, Samuel (2007). De lo profundo, Señor, a ti clamo. Introducción y comentario al


libro de los Salmos. Miami: Patmos.

Wilcock, Michael (2012). Salmos (2 tomos). Barcelona: Andamio.

Worden, J. William (2013). El tratamiento del duelo. Asesoramiento psicológico y terapia.


4ª. Edic. Barcelona: Paidós.

También podría gustarte