Está en la página 1de 1

La Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia confirmó un fallo de tutela en el que se declaró

improcedente el amparo de los derechos fundamentales al debido proceso, a la defensa, a la


igualdad, al acceso a la administración de justicia y a la dignidad humana en favor del progenitor
del accionante, quien reprochó la negativa de un juzgado civil tendiente a suspender un proceso
ejecutivo adelantado en contra de su padre, diagnosticado con Alzheimer.

En la tutela se aseguraba que la decisión del estrado accionado de seguir con la ejecución, a pesar
del estado de salud del ejecutado, constituía un obstáculo para el ejercicio pleno de sus derechos,
considerando que su salud mental le impide contratar un apoderado judicial que lo represente.

La corte resaltó que para la defensa de los derechos del afectado si existen otros mecanismos de
protección, como los establecidos en la Ley 1996 del 2019, recientemente expedida. 

advirtió que si la capacidad del agenciado se encuentra parcialmente comprometida por los
padecimientos médicos descritos, lo cierto es que eso no resulta ser un impedimento para acudir a
la ejecución criticada y adelantar los actos jurídicos necesarios para su defensa, pues, de
conformidad con lo previsto en el artículo 6º de la Ley 1996, “todas las personas con discapacidad
son sujetos de derechos y obligaciones, y tienen capacidad legal en igualdad de condiciones, sin
distinción alguna e independientemente de si usan o no apoyos para la realización de actos
jurídicos”.

Por lo tanto la corte precisó que, si el afectado en sus derechos se encuentra absolutamente


imposibilitado para expresar su voluntad o preferencias, el promotor de la acción tiene la
posibilidad de acudir al proceso de adjudicación judicial de apoyos transitorios, el cual es, a su
juicio, el mecanismo propicio para garantizar al supuesto discapacitado el ejercicio de sus
derechos.

También podría gustarte