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Introducción
De esta forma, desde sus orígenes el hombre es un ser social en todos los
ámbitos en los que se desarrolla en donde interactúa constantemente con otros
individuos como tales o como organizaciones, y en dicha interacción siempre
está aprendiendo, tanto de manera consciente como inconscientemente. Así,
en el ámbito educativo también se habla de formar comunidades para mejorar
y fortalecer el aprendizaje pero donde también se orientan todas las acciones a
crear o generar nuevos conocimientos que contribuyan a la formación y
crecimiento personal y grupal y hasta organizacional.
Desarrollo
Actualmente se está dando un paso importante en el desarrollo de la sociedad,
de estar centrada en la información se ha pasado al conocimiento; por ello se
le ha llamado Sociedad del Conocimiento y que a su vez es una sociedad de
aprendizaje. Varios fenómenos caracterizan esta situación: cada vez son más
las personas que pueden acceder a las instituciones educativas en sus distintos
niveles y formarse en todos los ámbitos; han surgido nuevas ocupaciones que
requieren conocimientos especializados y los miembros de la sociedad en su
totalidad son conscientes que el aprendizaje se da a lo largo de toda la vida y
buscan los medios pertinentes y adecuados para desarrollar cada vez más esos
Por otra parte, hay dos aspectos centrales en la creación del conocimiento que
tienen que ver con el cómo maximizar la habilidad de la gente para crear
nuevo conocimiento y cómo construir un ambiente que facilite compartir el
conocimiento generado (Sveiby, 2001). Referente a lo anterior, Nonaka y
Takeuchi (1995) en su propuesta sobre la organización creadora de
conocimiento dividen la creación de conocimiento en dos dimensiones: la
ontológica en donde señalan que “el conocimiento es creado sólo por los
individuos. Una compañía no puede crear conocimiento sin individuos”. En la
dimensión epistemológica establecen las diferencias entre conocimiento tácito
y explícito. El tácito es personal y de contexto específico, difícil de formalizar
y de comunicar. El explícito o codificado es aquel que puede transmitirse
utilizando el lenguaje formal y sistemático.
los espacios formales habilitados para el aprendizaje. Por ello, cada vez
surgen nuevas formas o estrategias de cómo optimizar, mejorar y fortalecer
los aprendizajes logrados por los individuos de tal manera que se amplíe el
espectro de beneficios y beneficiados por los conocimientos generados en los
procesos de aprendizaje.
Por su parte, Lazo (2005) señala que una comunidad de práctica “es la
creación de espacios de comunicación entre miembros de una empresa para
lograr que puedan compartir la visión, las historias y las técnicas relacionadas
con sus necesidades específicas en el puesto de trabajo en la cual todos deben
aprender de todos. Es la construcción de una red social”.
Por otra parte, Lozano (s.f.) señala que “las comunidades de práctica parten de
un principio regulador, el aprendizaje dialógico. Esta concepción
comunicativa defiende que el aprendizaje depende principalmente de las
interacciones entre personas, de la construcción conjunta de significados. Un
Según Wenger (1998) citado en Sanz (2005) hay tres dimensiones en las que
se asienta una comunidad de práctica: a) el compromiso mutuo que consiste
en el hecho de que cada miembro comparta su conocimiento y acepte el de los
otros es lo que otorga valor a la misma comunidad; b) la empresa conjunta,
aun cuando los intereses sean diferentes hay un proceso de negociación y
llegar a compartirlos y conjuntar esfuerzos por lograrlos y el repertorio
compartido al ir adoptando rutinas, palabras, herramientas, maneras de hacer,
símbolos o conceptos e incorporarlas a las prácticas.
Belly (2004) expresa que las comunidades de práctica son una fuente básica
para la creación de conocimiento. Consisten en un grupo de personas que se
unen para compartir experiencias positivas o negativas, procedimientos
acertados o fallidos pues su función primordial es compartir prácticas a partir
de las cuales sea posible crear o generar conocimientos para que el grupo
pueda avanzar y obtener mayores y mejores éxitos; como todo proceso, se
requiere una dirección que facilite los encuentros.
Por otra parte, aun cuando el beneficio que se obtiene de las reuniones
presenciales de las comunidades de práctica es amplio en el sentido de lo
enriquecedor que resulta el discutir distintos puntos de vista sobre un tema
determinado, se ha hecho necesario llevar a cabo reuniones “virtuales” ya que
en ocasiones no es posible que los miembros de la comunidad coincidan en un
mismo lugar. Por ello, dado el avance tecnológico y científico en todos los
ámbitos, cada vez son más las instituciones que incorporan en su quehacer
algún tipo de tecnología de la comunicación e información con el fin de
agilizar y sistematizar sus procesos. En ese sentido, en el ámbito educativo
también se hace uso de dichas tecnologías para extender los beneficios
educativos y llegar a mayor cantidad de gente posible en sus procesos de
formación.
Conclusiones
Por todo lo anterior, puede decirse que una comunidad de práctica es un grupo
de personas que comparten intereses comunes sobre una temática en
particular, lo que los lleva a desarrollar acciones tendientes a la generación o
creación de conocimientos que los ayuden a dar solución a la problemática
analizada; son grupos informales y flexibles en su constitución; por ello, no
debe confundirse con otros grupos de trabajo, que son formales, trabajan
juntos por designación de un superior para desarrollar un proyecto concreto y
están sujetos a la duración de ese proyecto.
Referencias
Arbonies, A. (2005) Comunidades de práctica de análisis e intervención.
Recuperado el 18 de julio de 2006 de http://www.infonomia.com