Introducción: Durante años, misteriosas ráfagas de ondas de radio procedentes de miles de millones de años luz de distancia han dejado sin habla a los científicos en la Tierra. Con una duración de tan solo unas milésimas de segundo, las ráfagas –llamadas ráfagas rápidas de ondas de radio o FRB, por sus siglas en inglés– aparecen aleatoriamente en el cielo y se detectan con frecuencia escondidas entre compilaciones de datos meses o años después de haber alcanzado la Tierra. Hasta ese momento los científicos no han sido capaces de descubrir qué son esos estallidos centelleantes, sugiriendo diferentes causas como agujeros negros que se evaporan, objetos de gran densidad que colisionan o resplandores de estrellas muertas, entre otros culpables. Desarrollo: Siempre que suceden fenómenos desconocidos, la existencia de los extraterrestres o alienígenas aflora. Sin embargo, no es una opción que se contemple en la actualidad, ya que existen otras opciones más verosímiles. Además de la posibilidad que contempla el agujero negro de masa estelar, otro caso que podría darse es el de dos estrellas que se tapan entre ellas, como si fuera un eclipse. Y si CHIME pudo hacer estas detecciones antes de que estuviera en pleno funcionamiento, los investigadores esperan que el nuevo radiotelescopio les ayude a encontrar respuestas sobre estas misteriosas señales.
Conclusión: El equipo de CHIME cree que esta dispersión es indicativa de poderosos