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Señor Juez:
Se otorga vista electrónica a esta Unidad Fiscal de Ejecución
Penal en el marco de la incidencia de libertad asistida incoada en favor de
Federico Martín Barro Salas.
I. Quien nos ocupa fue condenado el 12/02/2020 por el TOCC
N° 11, a la pena de cuatro meses de prisión por ser considerado coautor de
los delitos de robo simple en grado de tentativa en dos ocasiones en
concurso real con robo consumado. A la vez, se lo condenó a la pena única
de tres años de prisión, comprensiva de aquélla y de la pena única dictada
por el TOCC N° 2, el 08/05/2019, causa 5594/6119/6272, que lo condenó a
tres años de prisión, pena comprensiva a su vez de la impuesta por el
Juzgado Correccional N° 2 de San Martín el 09/04/2014 en la causa 1257.
Además, el tribunal revocó la libertad condicional que le fuera
concedida por el TOCC N° 2 el 21/08/2019. Practicado el cómputo de pena,
se estableció que vencerá el 26/01/2022.
II. Que en armonía con las atribuciones y obligaciones que el
Capítulo I, Título I de la Ley 27.148 establece, es el Ministerio Público
Fiscal el que tiene por encargo la función requirente en lo que hace al
cometido primordial de la ejecución de la pena privativa de la libertad -la
reinserción social de los internos-.
Cabe recordar que tal principio se halla establecido en los
artículos 5.6 de la Convención Americana de Derechos Humanos (Ley
23.054) y 10.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (Ley
23.313) a partir de la incorporación al llamado bloque constitucional del
artículo 75, inciso 22 CN luego de la reforma del año 1994.
En su incorporación a nivel legislativo a través de la sanción de
la Ley 24.660, ésta se refirió al principio de resocialización en su primer
artículo: “La Ejecución de la pena privativa de la libertad, en todas sus
modalidades, tiene por finalidad lograr que el condenado adquiera la
capacidad de comprender y respetar la ley procurando su adecuada
reinserción social, promoviendo la comprensión y el apoyo de la sociedad”.
En este sentido, tal concepto se ha mantenido incólume a partir
de la reforma de la Ley 24660 que ha supuesto la Ley 27.375, habida cuenta
de que, si bien se han establecido nuevas exigencias, no ha sido
menoscabada la concepción primaria tenida en miras por el legislador.
Así las cosas, se ha expuesto que tal finalidad se persigue a
través de “dos vías no excluyentes, sino acumulativas: 1) promoviendo
mediante el tratamiento interdisciplinario que el condenado adquiera la
capacidad de comprender y respetar la ley; 2) promoviendo el apoyo y la
comprensión de la sociedad, de modo tal que ese programa guíe la
interpretación de todas las disposiciones de la ley orientándola a ese fin”
(cfr. CNCCC, Sala I, causa n° 31.813/2013/TO1/3/CNC2, “Ottaviano,
Ulises Jesús s/ libertad condicional”, rta. 21/09/2017, Reg. N° 884/2017).
Tal proceso no se agota en la situación de encierro, sino que se
extiende paulatinamente hacia el egreso definitivo a través de las
modalidades de libertad vigilada siendo la libertad asistida una forma
regular de ejecución de los últimos meses de la pena, en libertad.
Cabe recordar que la necesidad de regular este instituto, giró en
torno a la adecuación de la legislación nacional a los postulados
internacionales que operan como una garantía al principio resocializador
(cfr. Colombo, Marcelo, Un análisis sobre las condiciones para su
otorgamiento y la dudosa constitucionalidad de la regla que habilita su
rechazo, Cuadernos de Doctrina y Jurisprudencia Penal n° 7, Ed. Ad-Hoc,
Buenos Aires, 2004, pág. 65 y ss.).
En tal contexto corresponde destacar que la modificación que
ha sufrido la previsión legal original a partir de la sanción de la Ley 27.375 -
aplicable al caso-, ha importado la eliminación del carácter excepcional de
su rechazo, se ha reducido el tiempo de reintegro al medio libre a tres meses
antes del agotamiento de la pena temporal, y se ha introducido como
Ministerio Público de la Nación
Unidad Fiscal de Ejecución Penal
marco de la ejecución de una pena anterior que integra la actual deba ser
pasada por alto; por el contrario, debe ser considerada puesto que ante la
constatación de una infracción mayor debe exigirse que se den más
claramente todos los requisitos que el instituto del que ahora se trata
demanda […] y que las condiciones para su procedencia sean óptimas, lo
que no ocurre en el caso a estar a los antecedentes relevados en el fallo” (v.
CNCCC, Sala III, “Ampuero López”, rta. 22/2/2018, reg. 119/2018).
En ese orden, es criterio de esta UFEP que ante supuestos de
quebrantamiento de institutos liberatorios por parte de una persona
condenada, no resulta arbitrario exigir un plus a la hora de evaluar la
eventual incorporación a un régimen que ya quebrantó, criterio que además
encuentra debido correlato en numerosa jurisprudencia del Tribunal de
Casación que ha declarado inadmisible el recurso de la parte que cuestionó
el rechazo de la incorporación de una persona a la libertad asistida por
registrar revocaciones de anteriores regímenes de cumplimiento morigerado
de la pena (v. Sala de Turno, “Fernández”, reg. 31/2017, rta. el 13/01/2017;
“Ferrari”, reg. 1283/2017, rta. el 22/06/2017; “Orona”, reg. 1004/2017, rta.
el 12/06/2017; “Casco”, reg. 1538/2017, rta. el 20/07/2017; “Franco”, reg.
1927/2017, rta. el 7/07/2017; “Pereyra”, reg. 947/2017, rta. el 6/06/2017;
“Hollman”, reg. 2448/2017, rta. el 14/09/2017).
Dentro de esta inteligencia, y conforme la totalidad de los datos
colectados, se advierte que el quebranto de libertad condicional verificado
en el caso y la falta de implicancia respecto de los delitos cometidos, son
indicadores objetivos y relevantes que ponen en crisis el pronóstico de
reinserción social y que dan sustento a la excepcionalidad negativa prevista
por la norma relativa a que, en el caso, el egreso anticipado del condenado
Barros Salas constituye un grave riesgo para sí y/o para la sociedad.
En este orden, se aprecia que la autoridad penitenciaria no ha
examinado la totalidad del tránsito del condenado por el régimen progresivo
en el marco de la pena única sujeta a control, omitiendo pronunciarse sobre
el quebranto de libertad condicional y sobre la falta de reflexión y
autocrítica respecto de los delitos cometidos.
Bajo esas directrices, se advierte que la opinión del Consejo
Correccional no se halla respaldada por una ponderación que considere la
totalidad del tránsito de la ejecución de la condena.
Esta ausencia de ponderación incurrida por parte de la autoridad
originariamente llamada por la ley para expedirse en torno a la conveniencia
del egreso anticipado de los internos, vuelve carente de fundamentos la
decisión del Consejo Correccional. El claro sesgo no se encuentra
justificado en el temperamento adoptado por el órgano colegiado ni se ha
fundado en términos metodológicos ni de tratamiento penitenciario.
Tal estado de cosas no hace más que habilitar procesalmente a
este Ministerio Público Fiscal a apartarse de la opinión del Consejo
Correccional por resultar -en términos de lo expuesto por la Sala I de la
Cámara de Casación en autos “Navarro”- “…manifiestamente infundada y/o
arbitraria”.
De todo lo expuesto se desprende que el causante no ha podido
capitalizar correctamente las herramientas que le fueron proporcionadas,
extremo que lleva a inferir que su egreso anticipado podría implicar un
grave riesgo para sí o para terceros y posibilita la utilización del criterio
excepcional previsto en el artículo 54 de la ley 24.660.
V. Por lo expuesto, esta parte entiende que corresponde
rechazar la solicitud de libertad asistida de Federico Martín Barros Salas
evidenciándose la necesidad de que el nombrado pueda seguir avanzando en
la progresividad y con ello demostrar verosímilmente la posibilidad de
sostener las pautas de conducta que importa el régimen de libertad asistida.
Por lo demás, esta parte estima que resulta adecuado asignar
intervención a las víctimas (en función del art. 2 de la ley 27.372) de los
hechos que motivaron la condena que se controla, en los términos de los
artículos 5 y 12 de la ley 27.372, lo que así se solicita.
Unidad Fiscal de Ejecución Penal, 25 de agosto de 2021. TF