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NATURALEZA JURÍDICA:

A.- DOCTRINA TRADICIONAL. - Según esta doctrina el matrimonio es un proceso


que se inicia con los esponsales y concluye casamiento. Así lo entendieron en los
pueblos de la historia milenaria como los caldeos asirios, los griegos y en el primitivo
Derecho Romano, donde los esponsales fueron considerados como el elemento
consensual del matrimonio que empezaba con los desposorios y se completaba con la
unión carnal.
Los esponsales en el derecho romano – escribe Juan Iglesias. Producían los efectos
siguientes:
a) Una quasi adfinitas entre los parientes de ambos prometidos, que sirvió de
impedimento para el matrimonio.
b) El no poder contraer otra promesa de futuro matrimonial, su pena de incurrir en
infamia, antes de disolver el vínculo precedente.
c) El derecho del novio de ejercitar la acción de injurias por las ofensas inferidas a
la novia.
d) El deber de infidelidad de la novia.
En la fase histórica del antiguo Derecho germánico los esponsales obligaban a la
entrega de la novia, por cuanto la traditio no era sino la ejecución del contrato. El
matrimonio constituía en dos etapas: El contrato de compra llamado esponsales y
la entrega de lo novia, o tradición
También en el Derecho canónico predomino este criterio, por eso, distinguieron
entre los esponsales del presente y los esponsales del futuro. Los primeros,
implicaban el consentimiento matrimonial, los segundos, solo producían la
obligación de contraerlo en un futuro, pero si los pretendientes mantenían
relaciones sexuales, se juzgaba perfeccionado el matrimonio. Mas tarde se
reconoce tres etapas: la prematrimonial, la de la celebración del acto y la del
estado matrimonial.
Según la doctrina, aunque no suficientemente esclarecida, los esponsales se
disolvían por sobrevenir un impedimento opuesto al matrimonio de uno de los
novios, pero actualmente la consideración de los esponsales constituye parte
integrante del acto de conclusión del casamiento, ya no es admisible.
B. DOCTRINA MODERNA. – Esta posición doctrinaria distingue con meridiana
claridad entre la simple promesa de matrimonio y el matrimonio mismo,
considerando a ambos como dos instituciones absolutamente diferentes, aunque
vinculados en forma muy estrecha. Por esta razón se admite la posibilidad de un
matrimonio valido en cumplimiento de una promesa de esponsales y, también, un
casamiento sin necesidad de convenio esponsalicio previo.
Sobre su naturaleza destacan la teoría del hecho, la del contrato, la del Avant
contract y la teoría de la figura sui generis.
Según la teoría del hecho las nupcias concertadas constituyen una relación fáctica
semejante al vinculo de la amistad y sin ninguna consecuencia jurídica, por que se
trata solamente de un compromiso moral, de un idilio sin trascendencia alguna en
el campo del derecho.
Se apoya básicamente en dos razonamientos, primero, en el de la imposibilidad de
exigir judicialmente el cumplimiento de la promesa, por que contraria el libre
consentimiento que es la esencia misma del matrimonio y, luego, en que los
esponsales pueden ser libremente resueltos en cualquier momento.
Ciertamente los autores han cuestionado la teoría factual, sustentando que la
promesa reciproca de futuro matrimonio es mucho más que una simple relación de
amistad, de la cual, pueden derivarse graves daños y perjuicios para los
promitentes y, por que la libertad que tienen para resolver el convenio nupcial,
también puede sufrir restricciones por el simple hecho del advenimiento de un hijo,
la injusta ruptura del mismo, etc.
En cambio, la teoría de contrato sostiene que los esponsales constituyen una
promesa mutuamente aceptada para celebrar el matrimonio, por tanto, se trata de
un verdadero contrato no solo por su formación, elementos esenciales y efectos, si
no también porque es posible aplicar al convenio esponsalicio toda la teoría del
acto jurídico, particularmente, la del contrato.
En efecto, en la formación de los esponsales concurren: la oferta, que es la
propuesta del matrimonio que hace una parte a la otra y, la aceptación, o
declaración de conformidad con la oferta del contrato nupcial. También, en los
esponsales están presentes los elementos esenciales como el consentimiento (de
los promitentes), el objeto (matrimonio)y la causa (sus motivos). Inclusive, es
posible aplicar a los esponsales la teoría ha sido objetada acremente con el solo
fundamento de que no se podría exigir ni constreñir judicialmente a su
cumplimiento.
Dentro de la concepción contractualista surgen dos criterios más:
A) el que considera a los esponsales dentro de la teoría del Avant contract que
explica que no puede ser considerado sino como un antecontrato (que no es el
mismo que contrato preliminar o previo), que ya no es posible obligar a las
partes a efectuar el objeto de la promesa debido a que nadie puede encadenar
definitivamente su libertad de contraer matrimonio. Esta es una teoría todavía
insuficiente desarrollada.
B) El que estima los esponsales dentro del contrato de Derecho de familia, por
eso Carlos Logomarsino expresa que los esponsales constituyen un acto
jurídico bilateral familiar o contrato de derecho de familia por el cual dos
personas de distinto sexo y con capacidad suficiente se comprometen a
celebrar matrimonio en virtud de una promesa reciproca tendiente a un fin.

Por último, surge la tesis de los esponsales como figura sui generis.
El distinguido maestro Arias Schreiber, dice “sostenemos que los esponsales no son
de un contrato sino una figura sui generis, dado que su cumplimiento no es exigible.
En efecto no cabe conminar a los novios para que celebren el matrimonio y lo único
que admite es la reparación de daños y perjuicios causados por quien
injustificadamente determina la ruptura del noviazgo. En suma, concluye, los
esponsales no son un contrato, ni un antecontrato ni un acto preliminar contractual,
pues no son vinculatorios y por lo tanto no están destinados a la celebración del
matrimonio forzoso, inadmisible en la medida de que la libertad de contraerlo es de su
propia naturaleza y esencia.

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