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Ap l ic ación de las Leyes 39 y 4 0 / 2 015 .

12 Casos p r ác t
icos

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Ap l ic ación de las Leyes 39 y 4 0 / 2 015 . 12 Casos p r ác t
icos

Aplicación de las Leyes


39 y 40 /2015
12 casos prácticos

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Ap l ic ación de las Leyes 39 y 4 0 / 2 015 . 12 Casos p r ác t
icos

Í N DI C E:

1. Consecuencias de la inaplicación en los Ayuntamientos


de las nuevas exigencias de la LPACAP sobre
administración electrónica

2. Aplicación a las entidades locales de los principios de


buena regulación y otros aspectos de la LPACAP, como
la necesidad de planificación y evaluación normativa y
la participación de los ciudadanos en el procedimiento
de elaboración de ordenanzas y reglamentos

3. Supuesto de rechazo de notificación a atvrés de


medios electrónicos conforme a la LPACAP. ¿Debe
publicarse en el BOE un anuncio de la misma?

4. Días inhábiles: cómputo de plazos con ocasión de


entrada en vigor de la LPACAP. Régimen transitorio

5. Uso de factura electrónica tras la entrada engvoi r de


la Ley 39/2015: ¿todas las personas jurídicas
deben presentar sus facturas a
través de FACE, con independencia del
importe?

6. Pie de recurso en resoluciones que afecten al personal


laboral del Ayuntamiento tras la entrada en vigor de la
Ley 39/2015

7. ¿Se aplica la Ley 40/2015 a los convenios reguladores


de las subvenciones? Régimen transitorio
(2016/1008239)
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8. Presentación de documentación por la Sede Electrónica
del Ayuntamiento: desaparición de la necesidad de la
copia compulsada conforme aal Ley 39/2015

9. Plazo máximo de resolución de los procedimientos


sancionadores tras la entrada en vigor de las Leyes
39/2015 y 40/2015

10. Tramitación simplificada del procedimiento sancionador


conforme a la Ley 39/2015: ¿hay separación entre fase
instructora y sancionadora? ¿Se emite propuesta de
resolución?

11. Madrid. Vigencia de la regulación autonómica del


procedimiento sancionador tras la entrada en vigor de
las Leyes 39/2015 y 40/2015

12. Cataluña. Vigencia de la regulación autonómica del


procedimiento sancionador tras la entrada en vigor de
las Leyes 39/2015 y 40/2015
1
Consecuencias de la inaplicación en los
Ayuntamientosde las nuevas exigencias de la
LPACAP sobre administración electrónica
(EDE 2016/1008228)

Planteamiento
A día de hoy, tras la entrada en vigor de la Ley 39/2015 y 40/2015,
nuestro Ayuntamiento sigue funcionando en papel ya que no
contamos con administración electrónica.
¿Qué consecuencias tiene en los expedientes y cómo hemos de
actuar? ¿Son nulos de pleno derecho o anulalebs?
Como funcionarios, ¿incurrimos en responsabilidad? ¿Sería
conveniente dejar constancia de que incumplimos la ley de
procedimiento en cada uno de los inform-epsropuesta de
cada expediente, o bien con uno general por registro de
entrada para que no quede constancia en cada expediente sería
suficiente?
¿Es válido, si nos pide el interesado expresamente que lo hagamos
electrónicamente o por correo electrónico, notificar en papel?

Respuesta
Como se apunta en la consulta, el 2 de octubre de 2016 se
ha producido la entrada en vigor de la Ley 39/2015,de 1 de
octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las
Administraciones
Públicas -LPACAP- y de la Ley 40/2015,de 1 de octubre, de
Régimen Jurídico del Sector PúblicoL-RJSP- .
En particular, de acuerdo con la Disp. Final 7ª LPACAP, su
entrada en vigor se produjo al año de su publicación en el
«Boletín Oficial del Estado», publicación que tuvo lugar en el
BOE número 236, de 2 de octubre de 2015, siendo por ello,
desde el 2 de octubre de 2016, de cumplimienotobligatorio e
inexcusable.
No obstante, las previsiones relativas al registro electrónico de
apoderamientos, registro electrónico, registro de empleados
públicos habilitados, punto de acceso general electrónico de la
Administración y archivo único elecótrnico, producirán efectos
a los dos años de la entrada en vigor de la Ley (esto es, el 2 de
octubre de 2018) no resultando por ello al día de hoy todavía
obligatorias.
Centrándonos pues en los aspectos de la LPACAP que sí están en
pleno vigor, en relación con los actos administrativos que se
dicten prescindiendo de sus términos, obviamente incurrirán en
algunos de los vicios de forma que se enumeran en los arts.
48 y ss de la misma, esto es, en el vicio de nulidad cuando se
prescinda total y absolutamente del procedimiento legalmente
establecido y en el de anulabilidad cuando dicho defecto de
forma implique que el acto carezca de los requisitos formales
indispensables para alcanzar su fin o dé lugar a la indefensión de
los interesados; constituyendo en los demás supuestos un vicio
de irregularidad no invalidante.
En cuanto a la responsabilidad de los empleados públicos, debe
destacarse que el art. 20 LPACAP prevé que los titulares de
las unidades administrativas y el personal al servicio de las
Administraciones Públicas que tuviesen a su cargo la
resolución o el despacho de los asuntos, serán responsables
directos de su tramitación y adoptarán las medidas oportunas
para remover los obstáculos que impidan, dificulten o retrasen el
ejercicio pleno de los derechos de los interesados o el respeto
a sus intereses
legítimos, disponiendo lo necesario para evitar y eliminar toda
anormalidad en la tramitación de procedimientos, añadiendo que
los interesados podrán solicitar la exigencia de esa responsabilidad
a la Administración Pública de que dependa el personal afectado, lo
que se relaciona directamente con el derecho para exigir
responsabilidades conferido en el art. 13.f) a cualquier persona
que se relacione con las Administraciones Públicas, y, en los arts.
53.1.b) y 76.2, a los interesados en el procedimiento
administrativo en cuestión, y por ello, con la responsabilidad
disciplinaria.
Para ello entendemos que con que resulte suficientemente
acreditado por los empleados públicos que el incumplimiento
injustificado de las nuevas previsiones no les es imputable a ellos,
habría de exonerarlos de dicha responsabilidad. Ahora bien,
entendemos innecesario dejar constancia de ello en cada uno de los
procedimientos que se tramitan, por simple exigencia de la debida
ordenación procedimental prevista en la propia LPACAP.
Respecto de la notificación en papel, ha de recordarse que el art.
41.1 LPACAP establece una previsión preferente de notificación
por medios electrónicos, que resulta preceptiva, además,
cuando el interesado resulte obligado a recibirlas por esta vía.
En efecto, el art. 14 LPACAP dispone que las personas físicas
podrán elegir en todo momento si se comunican con las
Administraciones Públicas para el ejercicio de sus derechos y
obligaciones a través de medios eletrcónicos o no, salvo que
estén obligadas a relacionarse a través de medios electrónicos
con las Administraciones Públicas. El medio elegido por la
persona para comunicarse con las
Administraciones Públicas podrá ser
modificado por aquella en cualquier momneto. En todo
caso, estarán obligados a relacionarse a través de medios
electrónicos con las Administraciones Públicas para la
realización de cualquier
trámite de un procedimiento administrativo, al menos, los siguientes
sujetos:
“a) Las personas jurídicas.
b) Las entidades sin personalidad jurídica.
c) Quienes ejerzan una actividad profesional para la que se
requiera colegiación obligatoria, para los trámites y actuaciones
que realicen con las Administraciones Públicas en ejercicio de
dicha actividad profesional. En todo caso, dentro de este
colectivo se entenderán incluidos los notarios y registradores de
la propiedad y mercantiles.
d) Quienes representen a un interesado que esté obligado a
relacionarse electrónicamente con la Administración.
e) Los empleados de las Administraciones Públicas para los
trámites y actuaciones que realicen con ellas por razón de su
condición de empleado público, en la forma en que se
determine reglamentariamente por cada Administración.”
Además, reglamentariamente, las Adminriastciones
podrán establecer la obligación de relacionarse con
ellas a través de medios electrónicos para determinados
procedimientos y para ciertos colectivos de personas físicas
que, por razón de su capacidad económica, técnica, dedicación
profesional u otros motivos, quede acreditado que tienen
acceso y disponibilidad de los medios electrónicos necesarios
(art. 14.3 LPACAP).
No obstante lo anterior, el art. 41.1 LPACAP dispone que las
Administraciones podrán practicar las notificaciones por medios
no electrónicos en los siguientes supuestos:
“a) Cuando la notificación se realice con ocasión de la
comparecencia espontánea del interesado o su representante en las
oficinas de asistencia en materia de registro y solicite la
comunicación o notificación personaeln ese momento.
b) Cuando para asegurar la eficacia de la actuación
administrativa resulte necesario practicar la notificación por
entrega directa de un empleado público de la Administración
notificante.”
Además, los interesados que no estén obligados a recibir
notificaciones electrónicas, podrán decidir y comunicar en cualquier
momento a la Administración Pública, mediante los modelos
normalizados que se establezcan al efecto, que las notificaciones
sucesivas se practiquen o dejen de practicarse por meodsi
electrónicos.
Reglamentariamente, las Administraciones podrán establecer la
obligación de practicar electrónicamente las notificaciones para
determinados procedimientos y para ciertos colectivos de
personas
físicas que por razón de su capacidad económai,c técnica,
dedicación profesional u otros motivos quede acreditado que
tienen acceso y disponibilidad de los medios electrónicos
necesarios (art. 41.1LPACAP).
Por otra parte, tal y como establece el art. 41.2 LPACAP, en
ningún caso se efectuarán por medois electrónicos las
siguientes notificaciones:
“a) Aquellas en las que el acto a notificar vaya acompañado
de elementos que no sean susceptibles de conversión en
formato electrónico.
b) Las que contengan medios de pago a favor de los
obligados, tales comocheques.”
Resulta así que, salvo que se trate de un interesado que
resulte obligado a relacionarse electrónicamente con la
Administración Pública y, por ello, a recibir las notificaciones
por dicha vía, las personas físicas podrán elegir en todo
momentoi se comunican con las Administraciones Públicas para
el ejercicio de sus derechos y obligaciones a través de medios
electrónicos o no, debiendo
Ap l ic ación de las Leyes 39 y 4 0 / 2 015 . 12 Casos p r ác t
icos

necesariamente la Administración Pública practicar la notificación


por el medio por el que se ha optado.

Conclusiones
1ª. Tras la entrada en vigor de la LPACAP, salvo los aspectos
respecto de los que aún existe un período transitorio, todas sus
previsiones resultan de cumplimiento obligatorio e inexcusable,
por lo que los actos administrativos que se dicten
prensdciendo de sus términos, incurrirán en algunos de los
vicios de forma que se enumeran en la misma (nulidad o
anulabilidad).
2ª. La responsabilidad de los empleados públicos en el
cumplimiento de las previsiones de la LPACAP resulta exigible
por los ciudadanos que se relacionen con las Administraciones
Públicas y, de modo particular, por los interesados en los
procedimientos administrativos, por lo que deberá quedar
suficientemente acreditado por los empleados públicos que
el incumplimiento injustificado de las nuevas previsiones no les
es imputable a ellos.
3ª. Salvo que se trate de un interesado que resulte obligado a
relacionarse electrónicamente con la Administración Pública y,
por ello, a recibir las notificaciones por dicha vía, las personas
físicas podrán optar en todo momento si se comunican con
las Administraciones Públicas a través de medios electrónicos o
no para el ejercicio de sus derechos y obligaciones,
debiendo la Administración Pública practicar necesariamente la
notificación por el medio elegido.

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Aplicación a las entidades locales de los
principios de buena regulación y otros
aspectos de la LPACAP, como la
necesidad de planificación y evaluación
normativa y la participación de los
ciudadanos en el procedimiento de
elaboración de ordenanzas y reglamentos
(EDE 2016/1008001)

Planteamiento
Los principios de buena regulación establecidos en el art. 129 de
la Ley 39/2015, de 1 de octubre, ¿son de aplicación a las
entidades locales? ¿Y lo dispuesto en los arts. 130, 132 y 133
en cuanto a la consulta previa a la redacción del texto
correspondiente?

Respuesta
Una de las principales novedades introducidas por la Ley
39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo
Común de las Administraciones Pública-sLPACAP-, es la
previsión de un Título VI que tiene por objeto “la iniciativa
legislativa y de la potestad para dictar reglamentos y otras
disposiciones”.
En el seno de dicha regulación se contemplan en el art. 129
LPACAP los llamados principios de buena regulación, en el art.
130 la evaluación normativa y adaptación de la normativa
vigente a los
principios de buena regulación, en el art. 132 la planificación
normativa y en el art. 133 la participación de los ciudadanos en
el procedimiento de elaboración de normas con rango de Ley
y reglamentos, algunas de las cuales ya existían en nuestro
ordenamiento jurídico al estar comprendidas en el articulado de
la Ley 2/2011, de 4 de marzo, de Economía SostenibleLE-S-
(arts. 4
a 7, ahora derogados).
Como puede observarse, en todos estos preceptoassl
previsiones de la LPACAP vienen referidas a “las
Administraciones Públicas”, dando a entender que las mismas
resultan aplicables a todas ellas y no sólo a la Administración
General del Estado.
Esta afirmación se ve reforzada por el contenido del apartoad2º de
la Disp. Final 1ª LPACAP, al establecer respecto del título
competencial de la misma, lo siguiente:
“1. Esta Ley se aprueba al amparo de lo dispuesto en el artículo
149.1.18.ª de la Constitución Española, que atribuye al Estado
la competencia para dictar las bases del régimen jurídico de las
Administraciones Públicas y competencia en materia de
procedimiento administrativo común y sistema de responsabilidad
de todas las Administraciones Públicas.
2. El título VI de iniciativa legislativa y de laoptestad para
dictar reglamentos y otras disposiciones y la disposición adicional
segunda de adhesión de las Comunidades Autónomas y Entidades
Locales a las plataformas y registros de la Administración General
del Estado, se aprueban también al amparo de lodispuesto en
el artículo 149.1.14.ª, relativo a la Hacienda general, así como
el artículo 149.1.13.ª que atribuye al Estado la competencia en
materia de bases y coordinación de la planificación general de la
actividad económica
3. Lo previsto en los artcíulos 92 primer párrafo, 111, 114.2 y
disposición transitoria segunda, serán de aplicación únicamente a
la
Administración General del Estado, así como el resto de apartados
de los distintos preceptos que prevén su aplicación exclusiva en el
ámbito de la Administración General del Estado.”
Parece claro, pues, que dichas previsiones son claramente
aplicables a las entidades locales para cualquier manifestación de
la potestad reglamentaria de las mismas, ya se trate de un
reglamento
o de una ordenanza, incluos cuando la misma tenga la
consideración de ordenanza fiscal.
Respecto de los plazos no previstos en el art. 133 LPACAP,
entendemos que resulta aplicable la normativa propia de cada
Administración Pública, de modo que en el ámbito estatal habrá
de estarse a la nueva redacción del art. 26 de la Ley 50/1997, de
27 de noviembre, del Gobierno, que en su apartado 1º prevé,
respecto de la consulta previa, que:
“…deberá realizarse de tal forma que todos los potenciales
destinatarios de la norma tengan la posibilidad de emitir su
opinión, para lo cual deberá proporcionarse un tiempo
suficiente, que en ningún caso será inferior a quince días
naturales.”
Y en su apartado 6º, respecto de la audiencia e información
públicas, dispone que su plazo mínimo “será de 15
díhasábiles, y podrá ser reducido hasta un mínimo de siete días
hábiles cuando razones debidamente motivadas así lo
justifiquen”.
En el ámbito local, ante la inexistencia de previsión al respecto
de la consulta previa, entendemos que resultará aplicable de
modo supletorio el citado plazo de 15 días naturales. Y, por
lo que concierne a la audiencia e información pública,
entendemos que se extenderá por los 30 días que prevé tanto
el art. 49 de la Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las
bases del RégimeoncLal - LRBRL- como el art. 133.2 LPACAP.
Conclusiones
1ª. Las previsiones de la LPACAP relativas a “la iniciativa
legislativa y de la potestad para dictar reglamentos y otras
disposiciones” resultan aplicables al conjunto de las
Administraciones Públicas, entre ellas las que integran la
Administración Local, respecto de cualquier manifestación de la
potestad reglamentaria de las mismas.
2ª. Resultan aplicables, por tanto, a las Entidades locales los
llamados principios de buena regulación, la necesidad de
evaluación normativa y adaptación de la normativa vigente a los
principios de buena regulación, la necesidad de planificación
normativa y, por último, la participación de los ciudadanos en el
procedimiento de elaboración de ordenanzas y reglamentos
(medtiaen consulta previa y mediante audiencia e información
pública).
3ª. Ante la inexistencia de previsión al respecto de la duración
de la consulta previa, resultará aplicable de modo supletorio el
plazo de 15 días naturales previsto en el ámbito de la
Admintriasción General del Estado.
4ª. Por lo que concierne a la audiencia e información pública,
se extenderá por los 30 días que prevé tanto el art. 49 LRBRL
como el art. 133.2 LPACAP.
3
Supuesto de rechazo de notificación a
través de medios electrónicos conforme
a la LPACAP. ¿Debe publicarse en el
BOE un anuncio de la misma?
(EDE 2016/1008098)

Planteamiento
Respecto a las notificaciones a través de medios electrónicos, el art.
43.2 de la Ley 39/2015, de1 de octubre, dispone que se entenderán
practicadas en el momento en que se produzca el acceso a su
contenido; y, si transcurren 10 días naturales desde la puesta a
disposición de la notificación sin que se acceda a su contenido, se
entenderá rechazada.
¿Qué debemos entender por "rechazada"? En el art.
451.de la citada Ley, en el supuesto de rechazo se da por
efectuado el trámite y se continúa el procedimiento. ¿Eso
significa que, de acuerdo con lo previsto en el art. 44
(notificación infructuosa: "que no se hubiera podido
practicar"), debe hacerse la nofitciación con un anuncio en
el BOE?

Respuesta
Si acudimos al art. 41 de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del
Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones
Públicas -LPACAP-, vemos que se recogen las condiciones
generales para la práctica deals notificaciones, cualquiera que sea
el medio empleado y se establecen de manera acumulativa
los requisitos para su validez al indicar que:
“Con independencia del medio utilizado, las notificaciones serán
válidas siempre que permitan tener constancia dseu envío o
puesta
a disposición, de la recepción o acceso por el interesado o su
representante, de sus fechas y horas, del contenido íntegro, y
de la identidad fidedigna del remitente y destinatario de la
misma.”
Así pues, un elemento esencial es la práicta de la notificación que
se hará, en el caso de las notificaciones en papel, mediante la
entrega en el domicilio indicado según el procedimiento
detallado en el art. 42 LPACAP, y mediante la comparecencia
en la sede electrónica y acceso al contenido, en las notificaciones
por medios electrónicos conforme al art. 43 LPACAP. De esta
forma, la puesta a disposición supone el intento de
notificación a los efectos de considerar cumplido el trámite
de notificar dentro del plazo establecido para resolver el
procdeimiento que prevé el art. 40 LPACAP, pero no supone la
práctica de la notificación al interesado puesto que ello se da
con el acceso.
En ambos casos se asegura que el interesado o una persona de
su círculo, sea residente en su domicilio o
representante,uepde conocer el texto del documento que se le
notifica.
Así, inicialmente podríamos entender que, en caso de no llegar
a acceder a la notificación, conforme al art. 43.2 LPACAP, no
se puede dar por practicada la misma y, por tanto, entraría en
juego el art. 44 LPACAP. Ésa sería la interpretación más
garantista y que evitaría la indefensión de la persona receptora
de la notificación. Dicho artículo es común a ambos tipos de
notificación y prevé la forma de actuar tanto ante las
notificaciones infructuosaso,mco ante aquéllas en las que los
interesados en un procedimiento sean desconocidos, se ignore el
lugar de la notificación o bien, intentada
ésta, no se hubiese podido practicar. Sin embargo, en este
artículo no se hace mención a las notificaciones rechazasd, puesto
que el tratamiento que les reserva la ley es otro.
Para entender la naturaleza de esta forma de notificar y, en
general, de todo el concepto de la llamada Administración
electrónica, hay que acudir al antecedente normativo
inmediato que lógicanmte es
la Ley 11/2007, de 22 de junio, de acceso electrónico de los
ciudadanos a los Servicios PúblicosL-AESP-, por la que se
implantó
y que cuyo contenido ahora recoge la vigente ley de
procedimiento administrativo común. En esa nueva forma de
relacionsearcon la Administración se establecía una
equiparación entre la persona que rechazaba la recepción de la
notificación en el momento en el que se intentaba la entrega, de
manera expresa, con la que, sabiendo que tiene a su
disposición el documento en la dse electrónica, no llega a
acceder a ella dejando pasar el plazo concedido de diez días y
rechazándola, por tanto, tácitamente. Por así decirlo, la suma del
paso del tiempo más su inactividad hace presumir la voluntad del
rechazo.
La doctrina criticó la redacción del proyecto de la LPACAP
puesto que no recoge ninguna excepción
por laexistencia de impedimentos técnicos
tanto de la propia sede como del usuario que justifiquen la falta
de acceso, como hacía la LAESP en el art. 28.3, antecesor del
art. 43.2 LAPCAP. Es fácil prever la cantidad de problemas que
se darán en este campo a consecuencia de los diferentes
sistemas operativos, versiones de la aplicación utilizada para el
acceso a cada plataforma, navegadores de internet,
actualizaciones de software, etc., que utilizan tanto la
Administración como sobre todo la ciudadanía.
El citado art. 28.3 LAESP disponía que:
“Cuando, existiendo constancia de la puesta a disposición
transcurrieran diez días naturales sin que se acceda a su contenido,
se entenderá quela notificación ha sido rechazada con los efectos
previstos en el art. 59.4 de la Ley 30/1992 de Régimen Jurídico
y del Procedimiento Administrativo Común y normas
concordantes, salvo que de oficio o a instancia del destinatario se
compruebe la imposibilidad técnica o material del acceso.”
Como vemos, la LAESP sí remitía al precepto de la ya derogada Ley
30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico y del
Procedimiento Administrativo Común L-RJPAC-, que es el
equivalente del actual art. 41.5 LPACAP, loque nos
facilita la correcta interpretación del precepto.
Por ello, la jurisprudencia que encontramos entiende que
siempre que se formulase el aviso correctamente para poner a
disposición del interesado la notificación, se da por cumplido
el trámite yn, e efecto, a los diez días se entiende rechazada la
notificación. Por lo tanto, la validez de la notificación se hace
depender del cumplimiento de las formalidades por ambas
partes, pero no se discute que, una vez transcurrido el plazo
para su acceso sin hacerlo, se entiende rechazada. Así vemos las
Sentencias de la AN de 15 de febrero de 2016 y de 7 de enero
de 2016, en las que se acepta el sistema de notificación que nos
ocupa si bien “para que la notificación electrónica sea válida,
conforme se infierel daert. 115.2 bis del Real Decreto
1065/2007, es preciso que la Administración, comunique al
obligado tributario que se le practicarán
notificaciones por esta vía. Sólo tras dicha notificación puede
entenderse que existe «puesta a disposición» de la
comuancición y sólo entonces es posible entender que, de no
accederse a la misma en el plazo de diez días, la notificación ha
sido rechazada.”
También resulta interesante la Sentencia del TSJ Castilla y León de
17 de enero de 2014, en la que se analiza la impoanrtcia
de la notificación en el campo tributario pero con perfecta
aplicación a lo que nos ocupa. En esta sentencia se concluye
que, al haberse
producido ese rechazo, el procedimiento continuó y transcurrió
el plazo para la interposición del recurso admintrisativo.
Evidentemente, son sentencias que juzgan situaciones anteriores
a la LPACAP pero, como hemos visto, esta ley incorpora casi en
su totalidad el texto de la LAESP, por lo que entendemos que
sus posicionamientos son válidos para el caso planteado.
Por último, sobre esta cuestión el magistrado Rafael Villafáñez
Gallego, en su artículo de opinión titulado “Los medios
electrónicos en la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del
procedimiento administrativo común de las Administraciones
Públicas”, recoge parte de esas críticas doctrinales antes
apuntadas por la indefensión en que se puede encontrar el
interesado al romperse el equilibrio entre garantías y eficiencia,
señalando:
“Así, Tomás-Ramón Fernández considera que la carga
derivada del régimen de notificacinoes, que recaía sobre
la Administración autora de un acto para que este pudiera
desplegar sus efectos propios, «ha cambiado radicalmente de
sentido, ya que ahora es el interesado el que tiene que acudir al
domicilio electrónico de la Administración para recibir las
notificaciones, so pena de caer en una situación de
irremediable indefensión»), mostrándose
especialmente crítico con las consecuencias del nuevo régimen
en el caso de que los interesados no tengan previamente
establecida una relación con la Admniistración, «no puede saber
siquiera ni el qué, ni el cuándo, ni el dónde de una hipotética y
siempre posible notificación». El Consejo de Estado, en este
sentido, ya manifestó su preocupación sobre «cómo conciliar
la multiplicidad de Administraciones Púbicl as
potencialmente notificadoras con los derechos de los
interesados que, si no quieren ver rechazadas las notificaciones
que se les practiquen, se ven abocados a acceder a sus
direcciones electrónicas al menos cada diez días. Por su parte,
Santamaría Pastor, a propósito de la regulación contenida en
el
Proyecto, sentenciaba que: «Por más que no sea grato, es
forzoso reconocer que el acervo de garantías de los
administrados experimenta, con estos proyectos, un
retroceso respecto de la
versión original de al Ley 30/1992, pese a los errores e
ingenuidades de libro en que ésta incurrió».”
También puede ser de interés la lectura del artículo de opinión
“El intento de notificación infructuoso: cambio jurisprudencial
en la interpretación del art. 58.4 de la Ley30/1992”, del
magistrado Diego Córdoba.

Conclusiones
1ª. La puesta a disposición supone el intento de notificación a
los efectos de considerar cumplido el trámite de notificar dentro
del plazo establecido para resolver el procedimiento que prevé el
art.
40 LPACAP, pero no supone la práctica de la notificación al
interesado puesto que ello se da con el acceso.
2ª. Se debe interpretar el art. 43.2 LPACAP en el sentido de
su literalidad, de tal forma que la notificación por medios
electrónicos se entenderá rechazada cuando hayan
transcurrido diez días naturales desde la puesta a disposición
de la notificación sin que se acceda a su contenido, por lo que
se dará por efectuado el trámite y se seguirá el procedimiento.
3ª. En definitiva, se trata de un rechazo de la notificación, no de
una notificación infructuosa por lo que no procedería su anuncio
en el BOE.
4
Días inhábiles: cómputo de plazos
con ocasión de entrada en vigor de la
LPACAP. Régimen transitorio
(EDE 2016/1007853)

Planteamiento
A raíz de la entrada en vigor de la Ley 39/2015, en virtud de la
cual los sábados pasan a ser días inhábiles, tengo dudas respecto
a las publicaciones efectuadas antes de la entrada en vigor de la
Ley el 2 de octubre de 2016, y en las que finalice el período
de exposóincial público con posterioridad a dicha fecha. ¿Cómo
se computan los plazos? ¿Los días transcurridos antes del 2 de
octubre habrá que tener en cuenta los sábados y a partir del día
2 ya no se contarían?
¿O, al haber publicado antes de la entrada en vigor de la Ley
39/2015, se contarían los plazos de acuerdo con la Ley
30/1992?

Respuesta
El 2 de octubre de 2016 ha entrado en vigor la Ley 39/2015, de
1 de octubre, del Procedimiento Administrativo Común de
las Administraciones Públicas L-PACAP-, previendo en su art. 30,
respecto del cómputo de los plazos lo siguiente:
“1. Salvo que por Ley o en el Derecho de la Unión Europea se
disponga otro cómputo, cuando los plazos se señalen por horas,
se entiende que éstas son hábiles. Son hábiles todas las horas del
día que formen parte de un día hábil.
Los plazos expresados por horas se contarán de hora en hora y
de minuto en minuto desde la hora y minuto en que tenga
lugar la notificación o publicación del acto de que se trate y
no podrán tener una duración superior aveinticuatro horas,
en cuyo caso se expresarán en días.
2. Siempre que por Ley o en el Derecho de la Unión Europea no
se exprese otro cómputo, cuando los plazos se señalen por días,
se entiende que éstos son hábiles, excluyéndose del cómputo
los sábados,los domingos y los declarados festivos.
Cuando los plazos se hayan señalado por días naturales por
declararlo así una ley o por el Derecho de la Unión Europea,
se hará constar esta circunstancia en las correspondientes
notificaciones.
3. Los plazos expersados en días se contarán a partir
del día siguiente a aquel en que tenga lugar la notificación o
publicación del acto de que se trate, o desde el siguiente a
aquel en que se produzca la estimación o la
desestimación por silencio administrativo.
4. Si el plazo se fija en meses o años, éstos se computarán a
partir del día siguiente a aquel en que tenga lugar la
notificación o publicación del acto de que se trate, o desde el
siguiente a aquel en que se produzca la estimación o
desestimación por silencio administrativo.
El plazo concluirá el mismo día en que se produjo la
notificación, publicación o silencio administrativo en el mes
o el año de vencimiento. Si en el mes de vencimiento no
hubiera día equivalente a aquel en que comienza el cómputo, se
entendáerque el plazo expira el último día del mes.
5. Cuando el último día del plazo sea inhábil, se entenderá
prorrogado al primer día hábil siguiente.
6. Cuando un día fuese hábil en el municipio o Comunidad
Autónoma en que residiese el interesado, e inhábeinl la sede del
órgano administrativo, o a la inversa, se considerará inhábil en
todo caso.
7. La Administración General del Estado y las Administraciones
de las Comunidades Autónomas, con sujeción al calendario
laboral oficial, fijarán, en su respectivo ámbito, el calendario
de días inhábiles a efectos de cómputos de plazos. El calendario
aprobado por las Comunidades Autónomas comprenderá los
días inhábiles de las Entidades Locales correspondientes a su
ámbito territorial, a las que será de aplicación.
Dicho calendario deberá publicarse antes del comienzo de cada
año en el diario oficial que corresponda, así como en otros
medios de difusión que garanticen su conocimiento
generalizado.
8. La declaración de un día como hábil o inhábil a efectos de
cómputo de plazos no determina por sí sola el funcionamiento de
los centros de trabajo de las Administraciones Públicas, la
organización del tiempo de trabajo o el régimen de jornada y
horarios de las mismas.”
Esta nueva regulación contempla algunas diferenciaes precto
de la contenida hasta ahora en la Ley 30/1992, de 26 de
noviembre, de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y del
Procedimiento Administrativo ComúnL-RJPAC-, cuyo art. 48 venía
estableciendo lo siguiente:
“1. Siempre que por Ley o normativa comunitaria europea no se
exprese otra cosa, cuando los plazos se señalen por días, se
entiende que éstos son hábiles, excluyéndose del cómputo los
domingos y los declarados festivos.
Cuando los plazos se señalen por días naturales, se hará
constar esta circunstancia en las correspondientes
notificaciones.
2. Si el plazo se fija en meses o años, éstos se computarán a
partir del día siguiente a aquel en que tenga lugar la
notificación o publicación del acto de que se trate, o desde el
siguiente a aeqluen que se produzca la estimación o
desestimación por silencio administrativo. Si en el mes de
vencimiento no hubiera día equivalente a aquel en que
comienza el cómputo, se entenderá que el plazo expira el
último día del mes.
3. Cuando el último día delplazo sea inhábil, se entenderá
prorrogado al primer día hábil siguiente.
4. Los plazos expresados en días se contarán a partir del día
siguiente a aquel en que tenga lugar la notificación o
publicación del acto de que se trate, o desde el siguiente a auqel
en que se produzca la estimación o la
desestimación por silencio administrativo.
5. Cuando un día fuese hábil en el municipio o Comunidad
Autónoma en que residiese el interesado, e inhábil en la sede
del órgano administrativo, o a la inversa, se condseirará
inhábil en todo caso.
6. La declaración de un día como hábil o inhábil a efectos de
cómputo de plazos no determina por sí sola el funcionamiento
de los centros de trabajo de las Administraciones
públicas, la organización del tiempo de trabajo ni ealcceso
de los ciudadanos a los registros.
7. La Administración General del Estado y las Administraciones
de las Comunidades Autónomas, con sujeción al calendario
laboral oficial, fijarán, en su respectivo ámbito, el calendario
de días inhábiles a efectosde cómputos de plazos. El calendario
aprobado por las Comunidades Autónomas comprenderá los
días inhábiles de las Entidades que integran la Administración
Local correspondiente a su ámbito territorial, a las que será de
aplicación.
Dicho calendario debeár publicarse antes del comienzo de
cada año en el diario oficial que corresponda y en otros medios
de difusión que garanticen su conocimiento por los ciudadanos.”
El art. 142 LRJPAC dispone que “Los procedimientos de
responsabilidad patrimonial se resolrváen (…) por los órganos
correspondientes (…) de las entidades que integren la
Administración local”. En términos semejantes se pronuncia el art.
92 LPACAP, según el cual:
“En el ámbito autonómico y local, los procedimientos de
responsabilidad patrimonial se resolverán por los órganos
correspondientes de las Comunidades Autónomas o de las
Entidades que integran la Administración Local.”
Como se señala en el planteamiento de la consulta, una de
las novedades de la LPACAP respecto de la LRJPAC es la
excluósni general de los sábados en el cómputo de los plazos
que se señalen por días, unificando de este modo el cómputo
de plazos en el ámbito judicial y el administrativo, como se
señala expresamente en el Preámbulo de la LPACAP.
Ante estas novedades, es habuital que existan períodos
transitorios en los que surjan dudas respecto de la normativa
aplicable. A tales efectos, la Disp. Trans. 3ª LPACAP establece
claramente que a los procedimientos ya iniciados antes de su
entrada en vigor no les será
de aplicación al misma, rigiéndose por la normativa anterior, esto
es, por la LRJPAC.
Quiere ello decir que, habida cuenta de que se trata de
procedimientos iniciados con ocasión de la vigencia de la
LRJPAC, máxime cuando la publicación se lleva a cabo antes
de la endtraaen vigor de la LPACAP, el cómputo de plazos se
rige por las reglas de la LRJPAC , incluyendo en dicho cómputo
los sábados.
Conclusiones
1ª. Una de las principales novedades que introduce la LPACAP
respecto del cómputo de los plazos que se señalen por días es la
exclusión de los sábados, unificando de este modo el cómputo de
plazos en el ámbito judicial y el administrativo.
2ª. En relación con los procedimientos iniciados con anterioridad a
la entrada en vigor de la LPACAP, se regirán por la normativa
anterior, esto es, por la LRJPAC, incluyendo por ello en dicho
cómputo los sábados.
5
Uso de factura electrónica tras la
entrada en vigor de la Ley 39 /2015:
¿todas las personas jurídicas deben
presentar sus facturas a través de FACE, con
independencia delimporte?
(EDE 2016/1009066)

Planteamiento
De conformidad con la Ley 39/2015, según su art. 14 desde el 2
de octubre de 2016 estarán obligados a relacionarse a través
de medios electrónicos con las Administraciones Públicas
para la realización de cualqiuer trámite de un procedimiento
administrativo una serie de sujetos, entre los que menciona
a las personas jurídicas.
Pues bien, se nos plantea la duda de las facturas expedidas
por importe inferior a 5.000,00 € que teníamos como exentas de
ser presentadas por el Registro electrónico de facturas, bien por
ordenanza municipal o por regulación en las bases de ejecución
de presupuesto.
Ahora, con la Ley 39/2015, ¿todas las personas jurídicas deberán
presentar sus facturas a través de FACE, con independencia
del importe?
Respuesta
Somos conocedores de que algunos Ayuntamientos ya se
han manifestado expresamente en el sentido de que, a partir
de la entrada en vigor de la Ley 39/2015, de 1 de
octubre, del procedimiento administrativo común de las
administraciosne públicas-LPACAP-, la obligación que tienen las
personas jurídicas de relacionarse con la Administración
comprende la de presentar las facturas cualquiera que sea su
importe, ampliando o modificando lo dispuesto en el art. 4 de
la Ley 25/2013, de 27 de diciembre, de impulso de la factura
electrónica y creación del registro contable de facturas en el
Sector Público.
Pero, a nuestro juicio y mientras el Ministerio no se pronuncie al
respecto, nuestra posición es la contraria. Y ello porque el
objeto de las dos leyes es distinto por lo que a continuación se
expone.
El art. 1 de la Ley 25/2013 dispone que “constituye el objeto de
la presente Ley impulsar el uso de la factura electrónica, crear
el registro contable de facturas, regular el procedimiento para
su tramitación en las Administraciones públicas y las
actuaciones de seguimiento por los órganos competentes”. Por
tanto, se trata de un procedimiento especial, ad hoc, para la
tramitación de las facturas que no se corresponde exactamente
con la tramitación que establece la LPACAP.
El art. 3 de la Ley 25/2013 establece, por un lado, la
obligatoriedad de la presentación de facturas en formato
electrónico:
“El proveedor que haya expedido la factura por los servicios
prestados o bienes entregados a cualquier Adnmisi tración
Pública, tendrá la obligación, a efectos de lo dispuesto en
esta Ley, de presentarla ante un registro administrativo, en
los términos previstos en el art. 38 de la Ley 30/1992, de 26 de
noviembre, de Régimen Jurídico de las
Administraciones Púibcal s y del
Procedimiento Administrativo Común, en el plazo de treinta
días desde la fecha de entrega efectiva de las mercancías o la
prestación de servicios. En tanto no se cumplan los requisitos
de tiempo y forma de presentación establecidos en esta
Leyonse entenderá cumplida esta obligación de presentación
de facturas en el registro.”
En el art. 4.1 de la Ley 25/2013 se determina el ámbito subjetivo
al que alcanza la obligación de presentar factura electrónica:
“1. Todos los proveedores que hayan entgraedo bienes o
prestado servicios a la Administración Pública podrán expedir
y remitir factura electrónica. En todo caso, estarán obligadas al
uso de la factura electrónica y a su presentación a través del
punto general de entrada que corresponda, las entidades
siguientes:
a) Sociedades anónimas;
b) Sociedades de responsabilidad limitada;
c) Personas jurídicas y entidades sin personalidad jurídica que
carezcan de nacionalidad española;
d) Establecimientos permanentes y sucursales de entidades no
residentes en territorio español en los términos que establece la
normativa tributaria;
e) Uniones temporales de empresas;
f) Agrupación de interés económico, Agrupación de interés
económico europea, Fondo de Pensiones, Fondo de capital riesgo,
Fondo de inversiones, Fondo de utilización de activos,
Fondo de regularización del mercado hipotecario, Fondo de
titulización hipotecaria o Fondo de garantía de inversiones.”
La lista es cerrada a una serie de personas jurídicas y, como puede
comprobarse, la obligatoriedda no alcanza a las personas físicas y,
además, en el último párrafo del punto 1º del art. 4 se recoge una
excepción a tal obligación (que, entendemos, lo es respecto de las
personas jurídicas recogidas en la lista):
“No obstante, las Administraciones Púibclas podrán
excluir reglamentariamente de esta obligación de facturación
electrónica a las facturas cuyo importe sea de hasta 5.000 euros
y a las emitidas por los proveedores a los servicios en el
exterior de las Administraciones Públicas hasta que dichas
facturas puedan satisfacer los requerimientos para su
presentación a través del Punto general de entrada de facturas
electrónicas, de acuerdo con la valoración del Ministerio de
Hacienda y Administraciones Públicas, y los servicios en el
exterior dispongadne los medios y sistemas apropiados para
su recepción en dichos servicios.”
Ahora bien, recordemos que esto no significa que un
proveedor que no esté obligado a presentar una factura
electrónica no pueda hacerlo (art. 4.1 Ley 25/2013).
Por otro lado, la LPACAP tiene por objeto, según su art. 1, regular
los requisitos de validez y eficacia de los actos administrativos, el
procedimiento administrativo común a todas las Administraciones
Públicas. Y la Disp. Adic. 1ª de la citada LPACAP, relativa a las
especialidades por razón de la materia, dispone que los
procedimientos administrativos regulados en leyes especiales por
razón de la materia que no exijan alguno de los trámites previstos
en esta Ley o regulen trámites adicionales o distintos se regirán,
respecto a éstos, por lo dispuesto en dichas leyes especiales.
Además, el art. 14.2 LPACAP fija un ámbito subjetivo mayor
pues ahora no se distingue entre personas jurídicas:
“2. En todo caso, estarán obligados a relacionarse a través de
medios electrónicos con als Administraciones Públicas para la
realización de cualquier trámite de un procedimiento
administrativo, al menos, los siguientes sujetos:
a) Las personas jurídicas.
b) Las entidades sin personalidad jurídica.
c) Quienes ejerzan una actividad profesioanl para la que se
requiera colegiación obligatoria, para los trámites y actuaciones
que realicen con las Administraciones Públicas en ejercicio de
dicha actividad profesional. En todo caso, dentro de este
colectivo se entenderán incluidos los notarios y rgeistradores
de la propiedad y mercantiles.
d) Quienes representen a un interesado que esté obligado a
relacionarse electrónicamente con la Administración.
e) Los empleados de las Administraciones Públicas para los
trámites y actuaciones que realicen con ellas por razón de su
condición de empleado público, en la forma en que se
determine reglamentariamente por cada Administración.”
Y, respecto de las personas físicas, aunque en el apartado 1º del
art. 14 LPACAP se les ofrece la posibilidad de elección, eenl
apartado
3º del referido precepto se establece que de forma
reglamentaria se podrá obligar a aquellos “colectivos de personas
físicas que por razón de su capacidad económica, técnica,
dedicación profesional u otros motivos quede acreditado que
tienenccaeso y disponibilidad de los medios electrónicos
necesario”.
Si la aplicación del art. 14 LPACAP supusiera la obligación de
todas las personas jurídicas de presentar las facturas, cualquiera
que sea su importe, mediante medios electrónicos, supondría
la modificación o supresión del último párrafo del apartado 1º del
art. 4 de la Ley 25/2013, que permite a las Administraciones
Públicas excluir vía reglamentaria esta obligación de facturación
electrónica a las facturas cuyo importe sea de hasta 5.000 euros.
Esta derogación no se ha producido expresamente, lo que nos
hace pensar que el legislador mantiene intacto el art. 4 de la
Ley 25/2013 y que, al regular en el procedimiento
administrativo
común la obligación de las personas jurídicas de relacionarse
a través de medios electrónicos, no está pensando en la
presentación y tramitación de facturas regulada en la Ley
25/2013.
Así, confrontadas las dos normas, vemos que mientras en la
LPACAP el derecho/obligación consiste en “relacionarse con
medios electrónicos”, en la Ley 25/2013 se refiere a
“facturar electrónicamente”. En nuestra opinión, estos términos no
son análogos.
Mientras que en la LPACAP el art. 13.a) y b) recoge el derecho
a “comunicarse con las Administraciones Públicas a través de
un Punto de Acceso General electrónico de la Administración” y a
“ser asistidos en el uso de medios electrónicos en sus relaciones
con las Administraciones Públicas”, la Ley 25/2013 se refiere en
el art. 4 al “uso de la factura electrónica y a su presentación a
travésldpeunto general de entrada que corresponda”.
En resumidas cuentas, una cosa es relacionarse por medios
electrónicos y otra facturar por medios electrónicos vía FACE
o Punto General de Factura Electrónica. Esto quiere decir que, con
la entrada en vigor de la LPACAP, los que no estén obligados y
no deseen entregar las facturas por FACE, y estén obligados a
relacionarse con ella electrónicamente, deberán entregar la
factura como cualquier otro documento a través del Registro
Electrónico General de la Adminisrtación correspondiente.

Conclusiones
1ª. No es lo mismo presentar una factura electrónica que
comunicarse electrónicamente con la Administración.
2ª. La obligación de presentar o no facturas a través del FACE
no varía con la entrada en vigor de la LPACAP por cuanto
la Ley 25/2013 no ha sido modificada en este sentido.
3ª. Si el interesado no está obligado por la Ley 25/2013 a presentar
factura electrónica y, sin embargo, tiene la obligación de
comunicarse electrónicamente con la Administración, deberá
hacerlo a través del Registro Electrónico de ésta, que no es el
mismo que el “Punto General de Entrada” que se recoge en la Ley
25/2013.
4ª. Así las cosas, mientras el Ministerio no realice una
interpretación distinta, a nuestro juicio la presentación
decftauras se rige por la Ley 25/2013 y no le es aplicable el
régimen previsto en el art. 14 LPACAP.
6
Pie de recurso en resoluciones que
afecten al personal laboral del
Ayuntamiento tras la entrada en vigor de
la Ley 39 /2015
(EDE 2016/1009090)

Planteamiento
Con la desaparición de la reclamación previa a la vía laboral
llevada a cabo por la Ley 39/2015, de 1 de octubre, ¿qué pie de
recurso se debería poner en resoluciones que afecten al
personal laboral al servicio del Ayuntamiento?

Respuesta
Tras la entrada en vigor el 2 de octubre de 2016 de la Ley
39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo
Común de las Administraciones PúblicasL-PACAP-, y la supresión
en la misma de la reclamación administrativa previa a la vía
laboral, anteriormente regulada en la Ley 30/1992, de 26 de
noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones
Públicas y del Procedimiento Administrativo Común L-
RJPAC-, se plantea ahora qué pie de recurso se debería
incluir en resoluciones que afecten al personal laboral alservicio
del Ayuntamiento.
La Disp. Final 3ª LPACAP ha modificado los arts. 64, 69, 70, 72,
73, 85, 103 y 117 de la Ley 36/2011, de 10 de octubre,
reguladora de la
jurisdicción social L-RJS-. De acuerdo con los arts. 71 y
117 LRJS sólo se mantienen dos ecxepciones en las que
sigue existiendo la reclamación administrativa previa:
- Las demandas en materia de prestaciones de la Seguridad Social.
- Las reclamaciones al Estado de pagos de salarios de
tramitación en juicios de despido.
En todos los demás casos, es clara la Exposición de Motivos
LPACAP, al indicar que las reclamaciones previas en la vía civil y
laboral quedan suprimidas.
Por otra parte, el art. 69 LRJS regula el “Agotamiento de la vía
administrativa previa a la vía judicial social” y establece la
necesidad de agotar la vía administrativa para demandar a la
Administración y los plazos para hacerlo. En tal sentido, indica lo
siguiente:
“1. Para poder demandar al Estado, Comunidades Autónomas,
entidades locales o entidades de Derecho público con personalidad
jurídica propia vinculadas o dependientes de los mismos será
requisito necesario haber agotado la vía administrativa, cuando así
proceda, de acuerdo con lo establecido en la normativa de
procedimiento administrativo aplicable.
En todo caso, la Administración pública deberá notificar a los
interesados las resoluciones y actos administrativos que afecten a
sus derechos e intereses, conteniendo la notificación el texto
íntegro de la resolución, con indicación de si es o no definitivo
en la vía administrativa, la expresión de los recursos que
procedan, órgano ante el que hubieran de presentarse y
plazo para interponerlos, sin perjuicio de que los interesados
puedan ejercitar, en su caso, cualquier otro que estimen
procedente.
Las notificaciones queconteniendo el texto íntegro del acto
omitiesen alguno de los demás requisitos previstos en el párrafo
anterior mantendrán suspendidos los plazos de caducidad e
interrumpidos los de prescripción y únicamente surtirán efecto a
partir de la fecha en que el interesado realice actuaciones que
supongan el conocimiento del contenido y alcance de la
resolución o acto objeto de la notificación o resolución, o
interponga cualquier recurso que proceda.
2. Desde que se deba entender agotada la vía administrativa
el interesado podrá formalizar la demanda en el plazo de dos
meses ante el juzgado o la Sala competente. A la demanda se
acompañará copia de la resolución denegatoria o documento
acreditativo de la interposición o resolución del recurso
administrativo, según proceda, uniendo copia de todo ello para
la entidad demandada.
3. En las acciones derivadas de despido y demás acciones
sujetas a plazo de caducidad, el plazo de interposición de la
demanda será de veinte días hábiles o el especial que sea
aplicable, coandtos a partir del día siguiente a aquél en que se
hubiera producido el acto o la notificación de la resolución
impugnada, o desde que se deba entender agotada la vía
administrativa en los demás casos.”
Dicha previsión se refiere a que los actos hayan puesto fin a la vía
administrativa, no a que se hayan agotado también los
recursos administrativos contra dichos actos que han puesto
fin a la vía administrativa. Hemos de entender que el sistema de
revisión o de recursos administrativos es de aplicación
únimcaente a los actos que dicta la Administración sujetos a
derecho administrativo, pero no a los actos que dicta la
Administración sujetos a derecho privado o laboral, en los que la
Administración actúa como empleador y, por tanto, no
revestida de la potestadadministrativa. En este sentido, la
Sentencia del TS de 8 de octubre de 2009, en su FJ 4º, se
pronuncia en los siguientes términos:
“La doctrina administrativista más autorizada define el acto
administrativo como la declaración de voluntad, de juicio, de
conocimiento o de deseo realizada por la Administración en
ejercicio de una potestad administrativa. Y en el caso que nos
ocupa es claro que no estamos ante una actuación del
Ministerio demandado en el ejercicio de esa potestad. (…)
Pues bien, los actos de la Administración cuando actúa como
empresario no están sujetos al derecho administrativo, sino al
derecho laboral, como los de cualquier otro empresario. Y al
no estar sujetos al derecho administrativo, es claro que no le
son de aplicación las previsinoes que para la revisión de
los actos administrativos en sentido estricto establece el Título
VII de la Ley 30/1992. (…)
Y el trabajador con relación laboral a su servicio, tampoco
está obligado a agotar los recursos que los arts. 107 y siguientes
de la LRJPAC prevén para la revisión de los actos administrativos
sujetos al derecho administrativo.”
Por tanto, contra estos actos de la Administración sujetos a
derecho laboral contra los que antes había que interponer la
reclamación previa a la vía laboral, on cabrá interponer el recurso
administrativo de reposición.
El art. 103 LRJS también establece para la presentación de la
demanda de despido el plazo de 20 días hábiles. Así, el apartado
1º del citado artículo establece que:
“1. El trabajador podrá recalmar contra el despido, dentro de los
veinte días hábiles siguientes a aquél en que se hubiera
producido. Dicho plazo será de caducidad a todos los efectos
y no se computarán los sábados, domingos y los festivos en la
sede del órgano jurisdiccional.”
Conclusiones
1ª. De acuerdo con lo expuesto, contra las resoluciones del
Ayuntamiento sujetas y fundadas en derecho laboral, a partir del 2
de octubre de 2016, no cabrá ya ni la reclamación administrativa
previa a la vía laboral ni el recurso de reposición, sino que
procederá interponer directamente la demanda ante los órganos
de la jurisdicción social dentro de los plazos de prescripción
o caducidad que en cada caso correspondan, sin necesidad de
ningún requisito pre-procesal.
2ª. En tal sentido, el pie de ercurso en resoluciones
fundadas en derecho laboral será:
- Recursos contra resoluciones administrativas en materia laboral
(salvo si se trata de despido y demás acciones sujetas a plazo de
caducidad o de tutela de derechos fundamentales y libertades
públicas frente a actos de las Administraciones Públicas en el
ejercicio de sus potestades en materia laboral y sindical):
“Contra la presente resolución que pone fin a la vía
administrativa, el interesado podrá interponer directamente,
en el plazo de 2 meses, DEMANDA LABORAL ante el Juzgado de
lo Social de la ciudad de / Sala de lo Social del Tribunal Superior
de Justicia de la Comunidad de , según lo dispuesto en el
artículo 69 de la Ley 36/2011, de 10 de octubre, reguladora de
la jurisdicción so,cial en su redacción dada por la Disposición
Final 3ª de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento
Administrativo Común de las Administraciones Públicas.”
- Recursos contra resoluciones administrativas en materia
laboral en caso de despido y demás acciones sujetas a plazo
de caducidad:
“Contra la presente resolución que pone fin a la vía
administrativa, el interesado podrá interponer directamente
DEMANDA LABORAL
ante el Juzgado de lo Social de la ciudad de / Sala de lo Social
del Tribunal Superoi r de Justicia de la Comunidad de ,
en el plazo de 20 días hábiles, (o el especial que sea aplicable),
contados a partir del día siguiente a aquél en que se hubiera
producido el acto o la notificación de la resolución impugnada,
o desde que se deba entender agotada la vía administrativa en
los demás casos, según lo dispuesto en el artículo 69.3 de la Ley
36/2011, de 10 de octubre, reguladora de la jurisdicción social,
en su redacción dada por la Disposición Final 3ª de la Ley
39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo
Común de las Administraciones Públicas.”
7
¿Se aplica la Ley 40 /2015 a los
convenios reguladores de las
subvenciones? Régimen transitorio
(EDE 2016/1008239)

Planteamiento
Una subvención nominativa, prevista en el ePsrupuesto municipal
para el ejercicio de 2016, fue solicitada por el Ayuntamiento
con anterioridad al 2 de octubre de 2016. Dado que la misma se
articula vía convenio de colaboración, ¿le
resultan exigibles las prescripciones que
ahora exige la Ley 40/20,15con carácter básico, y en especial
la exigencia de una memoria previa? ¿O, por el contrario,
cabría considerar que, al haber sido solicitada con
anterioridad al 2 de octubre de 2016, se rige por la
normativa anterior, y no rigen las prescripciones de la Ley
40/2015?
Consideramos que el régimen transitorio y de entrada en vigor de
la Ley 40/2015 no es tan claro con su homóloga, la Ley
39/2015.

Respuesta
Como ya indicábamos en la consulta “La nueva regulación de los
convenios que establece la Ley 40/2015¿,es aplicable a los
convenios en el ámbito de las subvenciones nominativas?”, los
convenios que articulen subvenciones nominativas deben
cumplir tanto la Ley 38/2003, de 17 de noviembre, General
de Subvenciones-LGS- como la Ley 40/2015, de 1 de octubre,
de
Régimen Jurídico del Sector Público L-RJSP-, en los aspectos
en que ambas leyes sean aplicables.
El art. 22.2.a) LGS dispone que podrán concederse de forma
directa las subvenciones previstas nominativamente en los
Presupuestos en los términos recogidoesn los convenios y en
la normativa reguladora de estas subvenciones. Tal y como
establece el art. 28 LGS, los convenios son el instrumento
habitual para canalizar las subvenciones previstas
nominativamente en los Presupuestos.
Por su parte, el art. 47 LRSJ P define los convenios, a efectos
de la Ley, como los acuerdos con efectos jurídicos adoptados
por las Administraciones Públicas, los organismos públicos y
entidades de derecho público vinculados o dependientes o las
Universidades públicas entre sí o consujetos de derecho
privado para un fin común. Y en su art. 48.1 dispone que:
"1. Las Administraciones Públicas, sus organismos públicos y
entidades de derecho público vinculados o dependientes y las
Universidades públicas, en el ámbito de sus respectivas
competencias, podrán suscribir convenios con sujetos de derecho
público y privado, sin que ello pueda suponer cesión de la
titularidad de la competencia."
La LRJSP procede así a regular de una forma más detallada el
marco legal de los convenios de colabocraión, que, en
palabras del Consejo de Estado en su Dictamen 274/2015, de
29 de octubre, en no pocas ocasiones se ha venido utilizando
para articular relaciones jurídicas que, propiamente, deberían
canalizarse a través de la legislación de contratos del setocr
público o la legislación general de subvenciones.
Dicho esto, cabe señalar también lo que en su día fue criticado
por el Consejo de Estado, al analizar el Anteproyecto de LRJSP
en el
citado Dictamen 274/2015, de 29 de octubre, en el sentido de
que la norma contiene una amalgama de preceptos, de los que
parte son normas básicas sobre organización administrativa
aplicables a todas las Administraciones Públicas y normas no
básicas aplicables a la Administración
General del Estado, dificultando la
identificación de las disposiciones de carácter básico. Así,
indicaba el Consejo de Estado que dentro del capítulo IV del
título preliminar del Anteproyecto (actual capítulo VI del título
preliminar LRJSP), se entremezclan disposiciones básicas
sobre los conveniodse
colaboración -la mayor parte de ella-s con otras que son
únicamente aplicables a la Administración del Estadolo-s
arts. 22.8, párrafo 2º, del Anteproyecto (actual art. 48.8
párrafo 2º LRJSP),
24.h).3º del Anteproyecto (no incorporado finalmente al tox
definitivo) y 25.2 del Anteproyecto (actual art. 50.2 LRJSP).
En todo caso, las normas calificadas de básicas son también
más numerosas y prolijas que las anteriormente previstas en
la regulación anterior.
En concreto, el art. 50.1 LRJSP dispone:
“1. Sin perjuicio de las especialidades que la legislación
autonómica pueda prever, será necesario que el convenio se
acompañe de una memoria justificativa donde se analice su
necesidad y oportunidad,
su impacto económico, el carácter no contractual de la acdtiavdi
en
cuestión, así como el cumplimiento de lo previsto en esta Ley.”
Pues bien, consideramos que lo dispuesto en este precepto es
aplicable a todas las Administraciones Públicas con carácter
básico (Disp. Final 14ª LRJSP), por lo que todo convenio,
spinerjuicio de las especialidades que la legislación
autonómica pueda prever, deberá contar con una memoria
justificativa donde se analice:
- su necesidad y oportunidad;
- su impacto económico;
- el carácter no contractual de la actividad en cuestión;
- el cumplimiento de lo previsto en la LRJSP.
Ahora bien, también es cierto, como dice el consultante, que
la LRJSP no contiene una disposición transitoria parecida a la
de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del procedimiento
administrativo común de las administrcaiones públicas
-LPACAP-, cuya Disp.
Trans. 3ª.a) claramente dispone que a los procedimientos ya
iniciados antes de la entrada en vigor de la Ley no les será de
aplicación la misma, rigiéndose por la normativa anterior. Sin
embargo, la LRJSP sólo contiene una norma clara general de
régimen transitorio en materia de contratación en su Disp.
Trans. 4ª, que se refiere al régimen transitorio de las
modificaciones introducidas en la Disp. Final 9ª, que será de
aplicación a los expedientes de contratación iniciados con
posterioridad a la entrada en vigor de dicha disposición.
El único aspecto transitorio que hemos encontrado en materia de
subvenciones en la LRJSP es la Disp. Final 7ª cuando modifica la
LGS para añadir una nueva Disp. Trans. 3ª, relativa a las
convocatorias iniciadas y subvenciones concedidas con
anterioridad a la entrada en vigor de la modificación del art. 10
LGS, operada por la LRJSP, que dispone que:
“Las subvenciones públicas que se concedan en régimen de
concurrencia competitiva cuya convocartioa se hubiera
aprobado con anterioridad a la entrada en vigor de la
modificación del artículo 10 de la Ley General de
Subvenciones, se regirán por la normativa anterior.”
Sea como fuere, no podemos olvidar que, aunque estemos en
sede de la LRJSP, la concesión de subvenciones no deja de ser
un procedimiento administrativo y, por tanto, a nuestro juicio
también hay que tener en cuenta lo dispuesto en la LPACAP.
En este
sentido, la Disp. Trans. 3ª, letra e) LPACAP contiene una cláusula
de cierre:
“e) A falta de previsiones expresas establecidas en las
correspondientes disposiciones legales y reglamentarias, las
cuestiones de Derecho transitorio que se susciten en materia de
procedimiento administrativo se resolverán de acuerdo con los
principios establecidos en los apartados anteriores.”
Por tanto, los problemas de aplicación de la transitoriedad de
cualquier norma jurídica, si ésta no contiene previsión expresa al
respecto, deben solventarse con los criterios establecidos en la
citada Disp. Trans. 3ª LPACAP.
En consecuencia, consideramos que si el procedimiento para
la concesión de la subvención nominativa se ha iniciado con
anterioridad a la entrada de la LRJSP, no será de aplicación ésta.
A estos efectos, recordemos que tanto el anterior art. 69 de la
Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de
las Administraciones Públicas y del Procedimiento
Administrativo Común -LRJPAC-, como el actual art. 58
LPACAP, disponen que los procedimientos se iniciarán de oficio
por acuerdo del órgano competente, bei n por propia
iniciativa o como consecuencia de orden superior, a
petición razonada de otros órganos o por denuncia.

Conclusiones
1ª. Los convenios que articulen subvenciones nominativas deben
cumplir tanto la LGS como la LRJSP, en los aspectos en que ambas
leyes sean aplicables.
2ª. Si ya se ha producido la iniciación de oficio del
procedimiento para la concesión de la subvención nominativa,
antes de la entrada en vigor de la LRJSP, tal y como dispone la
letra a), en relación con la letra e), de la Disp. Trans. 3ª
LPACAP, la LRJSP no será de aplicación a dicho procedimiento.
8
Presentación de documentación por la
Sede Electrónica del Ayuntamiento:
desaparición de la necesidad de la copia
compulsada conforme a la Ley 39 /2015
(EDE 2016/1008837)

Planteamiento
Para ciertos trámites en el Ayuntamiento se requiere que, junto
a la solicitud, se presente alguna documentación y ésta debía ser
una copia compulsada, por lo que el interesado debía acudir
al Ayuntamiento para que le compulsaran la copia y la
purdaie adjuntar a la solicitud.
Ahora que se puede presentar las solicitudes a través de la Sede
Electrónica, si un interesado quiere realizar ese mismo trámite
desde su casa, ¿cómo se puede adjuntar una copia compulsada a
la solicitud a través de la Sede Eletcrónica?

Respuesta
Como es sabido, a principios del mes de octubre de 2016 se
ha producido la entrada en vigor de la Ley 39/2015, de 1 de
octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las
Administraciones Públicas -LPACAP- y de la Ley 40/2015, de
1de octubre, de Régimen Jurídico del Sector PúblicoL-RJSP-.
En particular, de acuerdo con la Disp. Final 7ª LPACAP su entrada
en vigor se produjo al año de su publicación en el «Boletín
Oficial del Estado», lo que ocurrió en el BOE número 236, de
2 de ocbture de 2015, siendo por ello desde entonces de
cumplimiento obligatorio e inexcusable.
No obstante lo anterior, hemos de recordar que, de acuerdo con
dicha Disp. Final 7ª LPACAP, las previsiones relativas al registro
electrónico de apoderamientos, regisotrelectrónico, registro de
empleados públicos habilitados, punto de acceso general
electrónico de la Administración y archivo único electrónico
producirán efectos a los dos años de la entrada en vigor de la
Ley, por lo que en todo caso en octubre de 2018acda
Administración deberá disponer de un Registro Electrónico
General en el que se hará el correspondiente asiento de todo
documento que sea presentado o que se reciba en cualquier
órgano administrativo, organismo público o entidad vinculado
o dependiente de ésta, según el art. 16.1 LPAPAC.
En efecto, una de las principales novedades de la misma es que
la presentación de escritos dirigidos a los órganos de las
Administraciones Públicas deberá realizarse de acuerdo con lo
dispuesto en el art. 16.4 LPACAP, que establece que dichos
documentos podrán presentarse:
a) En el registro electrónico de la Administración u Organismo al
que se dirijan, así como en los restantes registros electrónicos de
cualquiera de los sujetos a los que se refiere el artículo 2.1.
b) En las oficinas de Correos, en la forma que
reglamentariamente se establezca.
c) En las representaciones diplomáticas u oficinas consulares
de España en el extranjero.
d) En las oficinas de asistencia en materia de registros.
e) En cualquier otro que establezcan las disposiciones vigentes.
A ello el apartado 5 del mismo art. 16 LPACAP añade que los
documentos presentados de manera presencial
ante las Administraciones Públicas,
deberán ser digitalizados para su incorporación al
expediente administrativo eclterónico,
devolviéndose los originales al interesado, sin perjuicio de
aquellos supuestos en que la norma determine la custodia por
la Administración de los documentos
presentados o resulte obligatoria la
presentación de objetos o de documentos en un soporte
específico no susceptibles de digitalización. Al respecto, le
recomendamos la lectura de la Consulta “Presentación de
documentación en soporte papel por persona jurídica tras la
entrada en vigor de la Ley 39/2015, habiendo sido solicitada
electrónicamente por el Ayuntamiento”.
La entidad consultante nos pregunta el modo de proceder cuándo
la documentación venga a presentarse a través de un registro
electrónico. A tal efecto hemos de acudir en primer lugar al art.
28 LPACAP, el cual, tras prever que losinteresados deberán aportar
al procedimiento administrativo los datos y documentos exigidos
por las Administraciones Públicas de acuerdo con lo dispuesto
en la normativa aplicable, establece que no estarán obligados a
aportar documentos que hayan sido
elaborados por cualquier Administración,
con independencia de que la presentación de los citados
documentos tenga carácter preceptivo o facultativo en el
procedimiento de que se trate, siempre que el interesado haya
expresado su consentimiento a que sean consultados o
recabados dichos documentos. Se presumirá que la consulta u
obtención es autorizada por los interesados salvo que conste en
el procedimiento su oposición expresa o la ley especial
aplicable requiera consentimiento expreso.
En ausencia de oposicióndel interesado, las Administraciones
Públicas deberán recabar los documentos electrónicamente a
través de sus redes corporativas o mediante consulta a las
plataformas de intermediación de datos u otros sistemas
electrónicos habilitados al efecto.
Por lo que concierne de modo concreto al supuesto planteado,
añade el apartado 3º de dicho art. 28 LPACAP que “las
Administraciones no exigirán a los interesados la presentación
de documentos originales, salvo que, con carácter
excepcional, la normativa reguladoraaplicable establezca lo
contrario”, en cuyo caso, según su apartado 4º, para la
presentación de un documento original que estuviera en
formato papel, el interesado deberá obtener una copia
auténtica, según los requisitos establecidos en el art. 27, con
carácter previo a su presentación electrónica. La copia electrónica
resultante reflejará expresamente esta circunstancia.
Dicha previsión se relaciona directamente con la letra c) del art.
53.1 LPACAP, según el cual los interesados en el
procedimiento adminsi trativo tienen derecho a no
presentar documentos originales salvo que, de manera
excepcional, la normativa reguladora aplicable establezca lo
contrario, en cuyo caso tendrán derecho a obtener una copia
autenticada de los mismos.
Finalmente se prevé en el art. 28 LPACAP que excepcionalmente,
cuando la relevancia del documento en el procedimiento lo exija o
existan dudas derivadas de la calidad de la copia, las
Administraciones podrán solicitar de manera motivada el cotejo de
las copias aportadas por el intreesado, para lo que podrán
requerir la exhibición del documento o de la información
original.
Puede destacarse así que, como señala el propio Ministerio de
Hacienda y Administraciones Públicas en su Guía sobre preguntas
frecuentes (FAQ) sobre la Ley 39/2051, de 1 de octubre, del
Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones
Públicas, y la Ley 40/2015, de1 de octubre, de Régimen Jurídico
del Sector Público, del sentido de la LPACAP se desprende
la desaparición de la necesidad de la “copia complsuada”,
puesto que todas las copias electrónicas son copias auténticas y,
como indica el art. 27.2, las copias auténticas tendrán la misma
validez y eficacia que los documentos originales.
En cualquier caso, las copias que aporten los interesados al
procedimiento administrativo tendrán eficacia, exclusivamente en
el ámbito de la actividad de las Administraciones Públicas, y
además serán los interesados quienes se responsabilizarán de la
veracidad de los documentos que presenten.
De acuerdo con ello parece claro que la regla general viene a
ser la presentación a través de los registros electrónicos de
copias a aportar por los propios interesados bajo su entera
responsabilidad de veracidad, sin perjuicio de la posibilidad de
la Administración Pública de solictiar, de manera motivada, la
exhibición de los documentos originales.

Conclusiones
1ª. La LPACAP, tras prever que los interesados deberán aportar al
procedimiento administrativo los datos y documentos exigidos por
las Administraciones Públicas de acuerdo con lo dispuesto en la
normativa aplicable, establece que no estarán obligados a aportar
documentos que hayan sido elaborados por cualquier
Administración, con independencia de que la presentación de los
citados documentos tenga carácter preceptivo o facultativo en el
procedimiento de que se trate, siempre que el interesado haya
expresado su consentimiento a que sean consultados o recabados
dichos documentos.
2ª. Las Administraciones no exigirán a los interesados la
presentación de documentos originales, svaol que, con carácter
excepcional, la normativa reguladora aplicable establezca lo
contrario, en cuyo caso, para la presentación de un documento
original que estuviera en formato papel, el interesado deberá
obtener una copia auténtica, con carácter previosau presentación
electrónica.
La regla general viene a ser la presentación a través de los
registros electrónicos de copias a aportar por los propios
interesados bajo su entera responsabilidad de veracidad, sin
perjuicio de la posibilidad de la Administración Pública de
solicitar, de manera motivada, la exhibición de los documentos
originales.
9
Plazo máximo de resolución de
los procedimientos sancionadores
tras la entrada en vigor de las
Leyes 39 /2015 y 40 /2015
(EDE 2016/1008032)

Planteamiento
Tras la entrada en vigor de las Leyes 39 y 40/2015, ¿cuáles son
los plazos máximos de resolución de los expedientes
sancionadores?

Respuesta
Siguiendo el criterio del anterior art. 42 de la Ley 30/1992, de
26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las
Adminisctrioanes Públicas
y del Procedimiento Administrativo Común L-RJPAC-, la
Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo
Común de las Administraciones PúblicasL-PACAP-, establece
en su art.
21.2 que “el plazo máximo en el que debe notificarse la
resolución expresa será el fijado por la norma reguladora del
correspondiente procedimiento” y que “este plazo no podrá
exceder de seis meses salvo que una norma con rango de Ley
establezca uno mayor o así venga previsto en el Derecho de la
Unión Europea”.
Cuando las normas reguladoras de los procedimientos no fijen el
plazo máximo, continúa el art. 21.3 indicando que éste será de
tres meses, añadiendo que este plazo y los previstos en el
apartado anterior se contarán:
a) En los procedimientos iniciadosde oficio, desde la fecha
del acuerdo de iniciación.
b) En los iniciados a solicitud del interesado, desde la fecha en
que la solicitud haya tenido entrada en el registro electrónico
de la Administración u Organismo competente para su
tramitación.
Parece claro, pues, que, al igual que ocurría con la regulación
anterior de la LRJPAC (ha de observarse que las previsiones de
los apartados 2º y 3º de su art. 42 son sustancialmente idénticas
a las transcritas), habrá de estarse preferentemente al plazo
que se contemple en la normativa específica de cada
procedimiento, que nunca podrá superar los seis meses (salvo
previsión legal o de norma comunitaria). Sólo en el supuesto de
que no se especifique dicho plazo operará de modo supletorio el
plazo de tres meses.
Sin embargo, en el ámbito sancionador, en efecto la nueva
regulación viene a implicar una importante novedad. El art.
127.1 LRJPAC establecía que la potestad
sancionadora de las Administraciones públicas
seejercerá “con aplicación del
procedimiento previstopara su ejercicio y de acuerdo con lo
establecido en este título y, cuando se trate de entidades locales,
de conformidad con lo dispuesto en el título XI de la Ley 7/1985,
de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local”,
previendo por ello en sus arts. 134 y ss unos principios
aplicables al procedimiento sancionador que, a su vez,
fueron objeto de desarrollo en el RD 1398/1993, de 4 de
agosto, por el que se aprueba el Reglamento del Procedimiento
para el Ejercicio de la Potestad Sancionadora R-PPS-, aplicable
a las entidades locales en los términos de su art. 1.
El art. 20.6 RPPS contenía una previsión específica en cuanto a la
duración del procedimiento sancionador, señalando que dicho
plazo será de seis meses. Sin embargo, el RPPS ha sido
obojedt e
derogación expresa por la Disp. Derog. Única, apartado 2.d)
LPACAP, sin excepción alguna.
A día de hoy, pues, habrá de estarse al articulado de la
propia LPACAP, tal y como lo señala el art. 25.1 de la Ley
40/2015, de1 de octubre, de Régimen Jurídicodel Sector Público
-LRJSP-, según el cual la potestad sancionadora de las
Administraciones Públicas se ejercerá “con aplicación del
procedimiento previsto para su ejercicio y de acuerdo con lo
establecido en esta Ley y en la Ley de Procedimiento
Administartivo Común de las Administraciones Públicas y,
cuando se trate de entidades locales, de conformidad con lo
dispuesto en el Título XI de la Ley 7/1985, de 2 de abril”.
Tal y como consta en el Preámbulo de la LPACAP:
“…entre sus principales novedades destaca que los
anteriores procedimientos especiales sobre
potestad sancionadora y
responsabilidad patrimonial (…) ahora se han integrado como
especialidades del procedimiento administrativo común. Este
planteamiento responde a uno de los objetivos que
persieguesta Ley, la simplificación de los procedimientos
administrativos y su integración como especialidades en el
procedimiento administrativo común, contribuyendo así a
aumentar la seguridad jurídica.”
Es decir, el procedimiento de potestad sancionadora y l e
procedimiento de responsabilidad patrimonial han dejado de ser
procedimientos especiales (no tienen ya “identidad propia”) y
pasan a ser especialidades del procedimiento administrativo
común, de tal manera que su regulación ya se encuentra
recogida a lo largo del articulado de las LPACAP y LRJSP.
Pues bien, a la luz del articulado de la LPACAP, no se contempla
un plazo máximo específico para dictar resolución en relación a
los procedimientos sancionadores (obsérvese que, en cambio,
para los procedimientos de responsabilidad patrimonial sí que el
art. 91.3
señala expresamente un plazo de seis meses). Es por ello por lo
que, en ausencia de plazo expresamente contemplado en la
norma reguladora del procedimiento, habrá de estarse al plazo
supletorio antes mencionado, indicado en el art. 21 LPACAP,
esto es, tres meses.
Transcurrido dicho plazo sin que se haya dictado y notificado
resolución expresa, por aplicación del art. 25 LPACAP, habida
cuenta de que los procedimientos sancionadores son
procedimientos que, en todo caso, deben ser iniciados de
oficio (art. 63.1 LPACAP), se producirá el efecto contemplado en
su letra b), transcrita a continuación:
“b) En los procedimientos en que la Administración ejercite
potestades sancionadoras o, en general, de
intervennci,ó susceptibles de producir efectos
desfavorables o de gravamen, se producirá la caducidad. En
estos casos, la resolución que declare la caducidad ordenará el
archivo de las actuaciones, con los efectos previstos en el
artículo 95.”
Ahora bien, según el mismo precepto, en los supuestos en
los que el procedimiento se hubiera paralizado por causa
imputable al interesado, se interrumpirá el cómputo del plazo
para resolver y notificar la resolución.

Conclusiones
1ª. El plazo máximo para dictar resolución exepsra en cualquier
clase de procedimiento será el fijado por la norma reguladora del
correspondiente procedimiento, plazo que no podrá exceder de
seis meses salvo que una norma con rango de Ley establezca
uno mayor o así venga previsto en el Derecho de la Uiónn
Europea. Cuando las normas reguladoras de los
procedimientos no fijen el plazo
máximo, éste será de tres meses, contados en los procedimientos
iniciados de oficio desde la fecha del acuerdo de iniciación.
2ª. La LPACAP ha supuesto la derogación de larpevisión
específica que el RPPS contemplaba de un plazo máximo de
seis meses para dictar resolución en los procedimientos
sancionadores. Es por ello por lo que, en ausencia de plazo
expresamente contemplado en la norma reguladora del
procedimiento, habráedestarse al plazo supletorio antes
indicado de tres meses.
3ª. Transcurrido dicho plazo sin que se haya dictado y notificado
resolución expresa se producirá la caducidad.
0
Tramitación simplificada del
procedimiento sancionador
conforme a la Ley 39 /20 15: ¿hay
separación entre fase instructora y
sancionadora? ¿Se emite propuesta de
resolución?
(EDE 2016/1008506)

Planteamiento
El motivo de la consulta está vinculado con los actos que forman
el procedimiento sancionador abreviado según la Ley 39/2015,
de 1 de octubre (art. 96), aplicable cuando existan elementos de
juicio suficientes para calificar la infracción como leve.
Concretamente, el art. 96.6 establece los trámites del proceso,
pero entiendo que no tiene en cuenta la separación entre la
fase instructora y la sancionadora, ya que, según este artículo, se
incoa el expediente, fase de alegaciones, audiencia, petición de
informes, en su caso, y resolución, pero no existe la propuesta
de resolución que emite el Instructor.
¿Esta figura no existe en ol s procedimientos sancionadores
abreviados? ¿No es aplicable el principio de separación entre
la fase instructora y sancionadora?
Respuesta
El art. 96.5 de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento
Administrativo Común de las AdministracionesúbPlicas-LPACAP-
se refiere a la tramitación simplificada en procedimientos de
naturaleza sancionadora, admitiendo su adopción cuando el
órgano competente para iniciar el procedimiento considere
que, de acuerdo con lo previsto en su normativa
reguladora,xiesten elementos de juicio suficientes para
calificar la infracción como leve, sin que quepa la oposición
expresa por parte del interesado prevista en el apartado 2º de
este precepto (y que determina la obligatoriedad de seguir la
tramitación ordinaria dperlocedimiento ante la oposición
expresa manifestada).
Sobre la tramitación simplificada del procedimiento sancionador,
este precepto establece que deberán ser resueltos en treinta
días, a contar desde el siguiente al que se notifique al
interesado el acuerdo de tramitación simplificada del
procedimiento, y constarán únicamente de los trámites que
enuncia el art. 96.6 LPACAP.
De otro lado, y con carácter general, el art. 63.1 LPACAP
establece que los procedimientos de naturaleza sancionado-
rya no distingue aquí, ni excepciona, entre la
tramitación ordinaria del procedimiento o la
tramitación simplificad-ase iniciarán siempre de oficio por
acuerdo del órgano competente y establecerán la debida
separación entre la fase instructora y la sancionadora, que se
encomendará a órganos distintos. Con ello, se consagra el
derecho subjetivo del inculpado a la separación de las
funciones administrativas de instrucción y de decisión; y desde la
perspectiva de la Administración actuante, se rechaza la
realización de ascto instructorios por parte del órgano decisor,
con el fin de evitar que puedan los mismos comprometer su
imparcialidad a la hora de dictar la resolución definitiva del
procedimiento.
En la tramitación simplificada del procedimiento de naturaleza
sancionadora sí se realizan determinados actos de instrucción,
de carácter mínimo, pero instructorios al fin y al cabo, como
es la concesión de un trámite de audiencia al inculpado (art.
96.6.d LPACAP) , siempre que los elementos de juicio que
obren en el expediente determinen que la
resolución tendrá carácter
desfavorable para el interesado (y ello, según se determine en el
acuerdo de iniciación), aunque no se recoge la propuesta de
resolución (lo que sí ocurría con la regulación anterior).
Una vez completada esa míinma actividad instructora,
todo lo actuado en el procedimiento deberá remitirse por el
instructor al órgano competente para resolver el procedimiento.

Conclusiones
1ª. En la tramitación simplificada del procedimiento
sancionador (art. 96 LPACAP) sí es apilcable el principio general
de separación entre la fase instructora y sancionadora,
aunque la actividad instructora a desarrollar reviste ciertamente
un carácter mínimo.
2ª. Terminada esa mínima actividad instructora, el órgano
instructor del procedimiento remitirá todo lo actuado al órgano
competente para resolver, pero, a diferencia de lo que ocurría
con la regulación anterior a la LPACAP, no formulará propuesta
de resolución.
Ap l ic ación de las Leyes 39 y 4 0 / 2 015 . 12 Casos p r ác t
icos

1
Madrid. Vigencia de la regulación
autonómica del procedimiento
sancionador tras la entrada en vigor de
las Leyes 39 /2015 y 40 /2015
(EDE 2016/1008220)

Planteamiento
Me gustaría conocer su opinión en relación con la aplicación o
no del Decreto 245/2000, de16 de noviembre, por el que se
aprueba el Reglamento para el Ejerciciode la Potestad
Sancionadora por la Administración de la Comunidad de
Madrid, ya que la Ley 39/2015 deroga el Reglamento
Sancionador estatal pero dice nada respecto de los
autonómicos.

Respuesta
El art. 127.1 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de
Rimégen Jurídico de las Administraciones Públicas y del
Procedimiento Administrativo Común L-RJPAC-, en vigor
hasta el 1 de octubre de 2016, establecía que la
potestad sancionadora de las
Administraciones públicas se ejercerá “con aplicación del
procedimiento previsto para su ejercicio y de acuerdo con lo
establecido en este título y, cuando se trate de entidades
locales, de conformidad con lo dispuesto en el título XI de la Ley
7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen

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Ap l ic ación de las Leyes 39 y 4 0 / 2 015 . 12 Casos p r ác t
icos Local”, previendo por ello en sus arts. 134 y ss unos
principios aplicables al

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procedimiento sancionador que, a su vez, fueron objeto de
desarrollo en el RD 1398/1993, de 4 de agosto, por el que se
aprueba el Reglamento del Procedimiento para el Ejercicio de la
Potestad Sancionadora, aplicable a las Entidades Locales en los
términos de su art. 1.
Sin embargo, dicho reglamento ha sido objeto de derogación
expresa por la Disp. Derog. Única de la Ley 39/2015, de 1 de
octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las
Administraciones Públicas-LPACAP-.
A día de hoy, pues, habrá de estarse al articulado de propia
LPACAP, tal y como lo señala el art. 25.1 de la Ley 40/2015,
de1 de octubre, de Régimen Jurídico del Sector PúblicoL-
RJSP-, según el
cual la potestad sancionadora deasl Administraciones Públicas se
ejercerá “con aplicación del procedimiento previsto para su
ejercicio y de acuerdo con lo establecido en esta Ley y en la Ley
de Procedimiento Administrativo Común de las
Administraciones Públicas y, cuando se trate de entidades
locales, de conformidad con lo dispuesto en el Título XI de la
Ley 7/1985, de 2 de abril”.
Tal y como se apunta en la consulta, en la Comunidad de
Madrid, a la que pertenece la entidad consultante, fue aprobado
el Decreto 245/2000, de 16 de noviembr,e por el que se
aprueba el Reglamento para el Ejercicio de la Potestad
Sancionadora por la Administración de la Comunidad de
MadridR-PSCM-.
Como puede observarse en el Preámbulo de dicho RPSCM, el
fundamento de dicha regulación es la previsión de la
LRJPCAde la posibilidad de que cada Administración Pública
pueda establecer sus propios procedimientos materiales
concretos en el ejercicio de sus competencias, es este caso,
sancionadoras.
En efecto, el art. 134.1 LRJPAC establecía que “el ejercicio de
la potestad sancionadora
requerirá procedimiento legal o
reglamentariamente establecido”, por lo que en la Comunidad
de Madrid se aprobó el Decreto 77/1993, de 26 de agosto, por
el que se aprueba el Reglamento para el ejercicio de la
potestad sancionadora por laAdministración Pública de la
Comunidad de Madrid, que fue derogado y sustituido por el
citado RPSCM.
Sin embargo, la LPACAP no contempla ya específicamente esta
posibilidad. Más bien todo lo contrario, pues lo que viene es a
regular ya en el seno del proecdimiento administrativo común, las
particularidades aplicables al propio del ámbito sancionador.
Tal y como consta en el Preámbulo de la LPACAP:
“…entre sus principales novedades destaca que los
anteriores procedimientos especiales sobre
potestad sancniaodora y
responsabilidad patrimonial (…) ahora se han integrado como
especialidades del procedimiento administrativo común. Este
planteamiento responde a uno de los objetivos que persigue
esta Ley, la simplificación de los procedimientos administrativos
y su integración como especialidades en el procedimiento
administrativo común, contribuyendo así a aumentar la seguridad
jurídica.”
Es decir, el procedimiento de potestad sancionadora y el
procedimiento de responsabilidad patrimonial han dejado de ser
procedimientos especiales (no tienen ya “identidad propia”) y
pasan a ser especialidades del procedimiento administrativo
común, de tal manera que su regulación ya se encuentra
recogida a lo largo del articulado de las LPACAP y LRJSP.
La clave de la cuestión netendemos que radica en este propósito
unificador, que es expresado de manera rotunda en el art. 1.1
LPACAP, al señalar que la misma tiene por objeto:
“…regular los requisitos de validez y eficacia de los actos
administrativos, el procedimiento administrativo común a todas las
Administraciones Públicas, incluyendo el sancionador y el de
reclamación de responsabilidad de las Administraciones Públicas,
así como los principios a los que se ha de ajustar el ejercicio de
la iniciativa legislativa y la potestadegr lamentaria.”
Resulta por ello claro que las previsiones de la LPACAP son
aplicables al conjunto de las Administraciones Públicas, por lo que
también lo son sus previsiones relativas al procedimiento
sancionador, de ahí que la posible normativa autonómaiqcue
exista
o pueda dictarse al respecto no podrá resultar contraria a las de
la LPACAP, dado su carácter básico, de acuerdo con los términos
de su Disp. Final1ª.
En efecto, según indica el art. 1.2 LPACAP “Solo mediante ley,
cuando resulte eficaz, proporcionado y necesario para la
consecución de los fines propios del procedimiento, y de
manera motivada, podrán incluirse trámites adicionales o
distintos a los contemplados en esta Ley”, añadiendo que
“reglamentariamente podrán establecerse especialidadesdel
procedimiento referidas a los órganoscompetentes, plazos
propios del concreto procedimiento por
razón de la materia, formas de iniciación y terminación,
publicación e informes a recabar”.
Dicho art. 1.2 LPACAP es, pues, el que nos marca el margen de
acción de la normativa autonómica, por lo que debe entenderse
que el RPSCM únicamente puede aplicarse para dichas
especialidades, debiéndose de entender no vigente en
aquellos aspectos que excedan de las mismas.
Un ejemplo claro lo constituye la regulaciódnel plazo máximo
para resolver los procedimientos sancionadores, previendo el
RPSCM una duración máxima de seis meses, lo que resulta
compatible con los términos expresados y la regulación contenida
en los arts. 21 y 25 LPACAP.
En este sentido, recomendamos la lectura de la Consulta
“Plazo máximo de resolución de los procedimientos
sancionadores tras la entrada en vigor de las Leyes 39/2015 y
40/2015”.

Conclusiones
1ª. La LPACAP ha supuesto la derogación del citado RD
1398/1993, pasando a regular en el esno del
procedimiento administrativo común las particularidades
aplicables al propio del ámbito sancionador, con un claro
propósito simplificador.
2ª. Al resultar la LPACAP aplicable al conjunto de las
Administraciones Públicas, la posible normativa
automnióca que exista o pueda dictarse al respecto no podrá
resultar contraria a las de la LPACAP, dado su carácter básico.
3ª. Tal y como prevé la LPACAP, solo mediante Ley, cuando
resulte eficaz, proporcionado y necesario para la consecución de
los fines propios del procedimiento, y de manera motivada,
podrán incluirse trámites adicionales o distintos a los
contemplados en la propia LPACAP, permitiendo únicamente
que vía reglamentaria puedan establecerse especialidades del
procedimiento referidas a los órganos competentes, plazos
propios del concreto procedimiento por razón de la materia,
formas de iniciación y terminación, publicación e informes a
recabar.
Es por ello por lo que el RPSCM únicamente puede aplicarse
para dichas especialidades, debiéndose de entedner no
vigente en aquéllos aspectos que excedan de las mismas.
2
Cataluña. Vigencia de la regulación
autonómica del procedimiento
sancionador tras la entrada en vigor
de las Leyes 39 / 2015 y 40 /2015
(EDE 2016/1008332)

Planteamiento
Vamos a iniciar un expediente sancionador por infracción de
ordenanza municipal de civismo. Teniendo en cuenta la nueva
regulación de las Leyes 39 y 40/2015, nos surge la duda de
la aplicación del Decreto 278/1993,sobre el
procedimiento sancionador de aplicación en los
ámbitos de competencia de la Generalidad, de aplicación
supletoria a los entes locales de Catalunya en defecto total
o parcial de los procedimientos sancionadores específicos
previstos en el ordenamiento sectorial o en las ordenanzas
locales, excepto las meartias en las que el Estado tiene plena
competencia normativa. ¿Consideran que sigue siendo aplicable el
Decreto 278/1993?
Si fuera aplicable, tenemos dudas sobre la concomitancia entre
el art. 64 de la Ley 39/2015 y los arts. 9 y 10 del Decreto
278/1993.
¿Cómo habría de darse cumplimiento a dichos preceptos?
Respuesta
El art. 127.1 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de
Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del
Procedimiento Administrativo Común L-RJPAC-, vigente hasta
el 1 de octubre de 2016, establecía que la
potestad sancionadora de las Administraciones
públicas se ejercerá “con aplicación del
procedimiento previsto para su ejercicio y de acuerdo con lo
establecido en este título y, cuando se trate de entidades
locales, de conformidadcon lo dispuesto en el título XI de la Ley
7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen
Local”, previendo por ello en sus arts. 134 y ss unos
principios aplicables al procedimiento sancionador que, a
su vez, fueron objeto de desarrollo en el RD 1398/1993, de
4 de agosto, por el que se aprueba el Reglamento del
Procedimiento para el Ejercicio de la Potestad Sancionadora,
aplicable a las Entidades Locales en los términos de su art. 1.
Sin embargo, dicho reglamento ha sido objeto de derogación
expresa por la Disp. Derog. Única de la Ley 39/2015, de 1 de
octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las
Administraciones Pública-sLPACAP-.
A día de hoy, pues, habrá de estarse al articulado de la
propia LPACAP, tal y como lo señala el art. 25.d1e la Ley
40/2015, de1 de octubre, de Régimen Jurídico del Sector
PúblicoL-RJSP-, según el cual la potestad sancionadora de las
Administraciones Públicas se ejercerá “con aplicación del
procedimiento previsto para su ejercicio y de acuerdo con lo
estabelcido en esta Ley y en la Ley de Procedimiento
Administrativo Común de las Administraciones Públicas y,
cuando se trate de entidades locales, de conformidad con lo
dispuesto en el Título XI de la Ley 7/1985, de 2 de abril”.
Tal y como se apunta en la conuslta, en la Comunidad de
Cataluña, a la que pertenece la entidad consultante, fue
aprobado el Decreto
278/1993, de 9 de noviembre, sobre procedimiento sancionador de
aplicación a los ámbitos de competencia de la Generalidad.
Según el Preámbulo de esta norma, el Reglamento es dictado
para regular un procedimiento sancionador que deberán
aplicar los órganos de la Administración de la Generalitat en
aquellos ámbitos o sectores materiales en relación con los que la
Generalitat ostenta competencias normativas y que, a su vez,
tendrá carácter supletorio respecto a las disposiciones
sectoriales que sean de aplicación, y asimismo se prevé que
este procedimiento sea de aplicación supletoria de los entes
locales en Catalunya en defecto de procedimientos
sancionadoresespecíficos que se prevean en el ordenamiento
sectorial o en las ordenanzas locales.
El art. 1.2 de esta norma establece así que el mismo "será de
aplicación supletoria de los entes locales de Catalunya en
defecto total o parcial de los procedimientos
saniocnadores específicos previstos en el ordenamiento
sectorial o en las ordenanzas locales, excepto las materias en las
que el Estado tiene plena competencia normativa".
Por su parte, el Decreto 179/1995, de 13 de junio, por el que
se aprueba el Reglamentode obras, actividades y servicios de
los entes locales -ROAS-, especifica en su art. 116, apartados 2º
y 3º que el RD 1398/1993, de 4 de agosto, por el que se
aprueba el Reglamento del Procedimiento para el Ejercicio de
la Potestad Sancionadora, es aplicable supletoriamente en los
supuestos a que se refiere el art. 1 de aquel reglamento en
las materias de competencia normativa plena del Estado,
mientras que es aplicable supletoriamente a las entidades locales
el Decreto 278/1993, de 9 de noviembre, sobre porcedimiento
sancionador de aplicación a los ámbitos de competencia de la
Generalidad, en defecto total o
parcial de los procedimientos sancionadores específicos previstos
en el ordenamiento sectorial o en las ordenanzas locales.
En la actualidad, la LPACAP pasa a regular en el seno del
procedimiento administrativo común, las particularidades aplicables
al propio del ámbito sancionador.
Tal y como consta en el Preámbulo de la LPACAP:
“…entre sus principales novedades destaca que los
anteriores procedimientos especiales sobre
potestad sancionadora y
responsabilidad patrimonial (…) ahora se han integrado como
especialidades del procedimiento administrativo común. Este
planteamiento responde a uno de los objetivos que persigue
esta Ley, la simplificación de lso procedimientos
administrativos y su integración como especialidades en el
procedimiento administrativo común, contribuyendo así a
aumentar la seguridad jurídica.”
Es decir, el procedimiento sancionador ha dejado de ser un
procedimiento especial y pasa aser regulado ahora como
especialidad del procedimiento administrativo común, de tal
manera que su regulación ya se encuentra recogida a lo largo del
articulado de la LPACAP y de la LRJSP.
La clave de la cuestión entendemos que radica en este propósito
unificador, que es expresado de manera rotunda en el art. 1.1
LPACAP, al señalar que la misma tiene por objeto:
“…regular los requisitos de validez y eficacia de los actos
administrativos, el procedimiento administrativo común a todas
las
Administraciones úPblicas, incluyendo el sancionador y el de
reclamación de responsabilidad de las Administraciones Públicas,
así como los principios a los que se ha de ajustar el ejercicio de
la iniciativa legislativa y la potestad reglamentaria.”
Resulta por ello claro que las previsiones de la LPACAP
son aplicables al conjunto de las Administraciones Públicas, por
lo que
también lo son sus previsiones relativas al procedimiento
sancionador, por su carácter básico, de ahí que la posible
normativa autonómica que exista o pueda dictarse al respecto
no podrá resultar contraria a las de la LPACAP, dado dicho
carácter básico, de acuerdo con los términos de su Disp. Final1ª.
En efecto, según indica el art. 1.2 LPACAP “Solo mediante ley,
cuando resulte eficaz, proporcionado y encesario para
la consecución de los fines propios del procedimiento, y de
manera motivada, podrán incluirse trámites adicionales o
distintos a los contemplados en esta Ley”, añadiendo que
“reglamentariamente podrán establecerse especialidades del
procediemnito referidas a los órganoscompetentes, plazos
propios del concreto procedimiento por
razón de la materia, formas de iniciación y terminación,
publicación e informes a recabar”.
Dicho art. 1.2 LPACAP es, pues, el que nos marca el margen de
acción de la normativa autonómica, por lo que debe entenderse
que el Decreto 278/1993, de 9 de noviembre, sobre
procedimiento sancionador de aplicación a los ámbitos de
competencia de la Generalidad, únicamente puede aplicarse
para dichas especialidades.
Por tanto, el Decreto 278/1993 sigue siendo aplicable, pero en
su aplicación debe cohonestarse con lo dispuesto en la LPACAP,
que es una norma de rango legal y posterior en el tiempo.
Por ello, habrá que realizar una labor interpretativa en su
aplicación, concordando sus preceptos con la
nueva regulación del
procedimiento sancionador que ya está vigente. En todo caso,
antes del 2 de octubre de 2017 este Decreto autonómico se
deberá adecuar a la LPACAP en todo aquello que sea
incompatible con lo previsto en esta Ley (Disp.Final 5ª LPACAP).
El sentido de la Disp.
Final 5ª LPACAP es un deber de adaptación normativa que se
impone al regulador estatal, autonómico y local, para que
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concuerde sus normas con lo dispuesto en la nueva Ley, pero


ello sin dejar de que sea aplicable seta nueva norma que ya está
en vigor. El alcance de la Disp. Final 5ª LPACAP es limitado,
porque se dirige al regulador, pero no hace depender del mismo
la entrada en vigor de una norma que la Disp. Final 7ª sitúa en
el 2 de octubre de 2016, y con la sola excepción de las
previsiones relativas al registro electrónico de apoderamientos,
registro electrónico, registro de empleados públicos
habilitados, punto de acceso general
electrónico de la Administración y archivo único electrónico,
que producirán efectosa los dos años de la entrada en vigor de
la Ley.
La consulta plantea más específicamente la concomitancia entre el
art. 64 LPACAP y los arts. 9 y 10 del Decreto 278/1993, sobre
procedimiento sancionador de aplicación a los ámbitos de
competencia de la Generalidad.
El art. 64 LPACAP regula el acuerdo de iniciación en los
procedimientos sancionadores, estableciendo que el acuerdo de
iniciación se comunicará al instructor del procedimiento, con
traslado de cuantas actuaciones existan al respecto, y se
notificará a los interesados, entendiendo en todo caso por tal al
inculpado. Asimismo, la incoación se comunicará al denunciante
cuando las normas reguladoras del procedimiento así lo prevean.
El acuerdo de iniciación deberá contener al menos la
identificación de la persona o personas presuntamente
responsables; los hechos que motivan la incoación del
procedimiento, su posible calificación y las sanciones que
pudieran corresponder, sin perjuicio de lo que resulte de la
instrucción; la identificación del instrurctyo, en su caso,
Secretario del procedimiento, con expresa indicación del
régimen de recusación de los mismos; el órgano competente para
la resolución del procedimiento y norma que le atribuya tal
competencia, indicando la posibilidad de que el presunto
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icos responsable pueda reconocer voluntariamente su
responsabilidad,

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con los efectos previstos en el art. 85; medidas de carácter
provisional que se hayan acordado por el órgano competente
para iniciar el procedimiento sancionador, sin perjuicio de las
que se puedan adoptar durante el mismo de conformidad con el
art. 56 ; y la indicación del derecho a formular alegaciones y a
la audiencia en el procedimiento y de los plazos para su
ejercicio, así como indicación de que, en caso de no efectuar
alegaciones en el zpola previsto sobre el contenido del
acuerdo de iniciación, éste podrá ser considerado propuesta
de resolución cuando contenga un pronunciamiento preciso
acerca de la responsabilidad imputada.
Excepcionalmente, cuando en el momento de dictar el acuerdo de
iniciación no existan elementos suficientes para la calificación
inicial de los hechos que motivan la incoación del procedimiento,
la citada calificación podrá realizarse en una fase posterior
mediante la elaboración de un Pliego de cargos, que deberá ser
tnifoicado a los interesados.
Por su parte, el art. 9 del Decreto 278/1993, de 9 de
noviembre, sobre procedimiento sancionador de aplicación a
los ámbitos de competencia de la Generalidad, establece que
el acuerdo de iniciación nombrará a un instructor y, csiabe,
un secretario, y que el nombramiento de instructor en los
entes locales también puede recaer en
funcionarios de otra corporación local y
excepcionalmente en funcionarios de la Generalitat de
Catalunya, por cualquiera de los mecanismos previstos ena nl
ormativa sobre asistencia.
Estas previsiones se entienden conformes con el contenido del
art. 64 LPACAP, y resultan aplicables.
Por su parte, el art. 10 del Decreto 278/1993, de 9 de
noviembre, sobre procedimiento sancionador de aplicación a
los ámbitodse competencia de la Generalidad, prevé que el
instructor ordena de oficio, si cabe, la práctica de las
pruebas y actuaciones que
conduzcan a la determinación de los hechos y responsabilidades
susceptibles de sanción y a la vista de las actuaciones
praccatdias formula un pliego de cargos, identificando a las
personas o entidades presuntamente responsables, la exposición
de los hechos imputados, la infracción o infracciones que estos
hechos puedan constituir, con indicación de su normativa
reguladora, laasnsciones
de aplicación, la autoridad competente para imponer la sanción
y la norma que le atribuye la competencia, si cabe, la exposición
de los daños y perjuicios que puedan haberse ocasionado, y las
medidas de carácter provisional que, si cabe, se adopnt.e
Y, según el apartado 3º de este artículo, el pliego de cargos junto
con el acuerdo de iniciación del expediente sancionador se debe
notificar a los interesados, otorgándoles un plazo como mínimo
de 10 días para formular alegaciones y proponer las pruebas de
las que se intenten valer para la defensa de sus derechos o
intereses.
El art. 64 LPACAP lo que impone ahora es que si el órgano
competente para dictar el acuerdo de iniciación tiene debidamente
determinados tanto los hechos como su posible calificóanci y
las sanciones que pudieran corresponder, sin perjuicio de lo que
resulte de la instrucción, así como al sujeto presuntamente
responsable de los mismos, debe reflejarse todo ello en el
acuerdo de iniciación (en el cual se comprende ahora el "pliego
de cargos").
Por ello, la norma del art. 10 del Decreto 278/1993, de 9 de
noviembre, sobre procedimiento sancionador de aplicación a
los ámbitos de competencia de la Generalidad, resulta
desplazada respecto a que sea el instructor quien formule un
pliego de cargos, y la necesidad de notificar conjuntamente al
interesado tanto el acuerdo de iniciación como el pliego de
cargos formulado por el instructor. Todo ello queda
comprendido ahora en el acuerdo de iniciación del
procedimiento, que se comunicará al inuscttror y se notificará
al inculpado.
La excepción viene dada cuando en el momento de dictar el
acuerdo de iniciación no existan elementos suficientes para la
calificación inicial de los hechos que motivan la incoación del
procedimiento, pudiendo entonces lacitada calificación
realizarse "en una fase posterior mediante la elaboración de
un Pliego de cargos, que deberá ser notificado a los
interesados". Pero esto lo es en una fase posterior del
procedimiento, formulado por el instructor, y que no se
notifica conjuntamente con el acuerdo de iniciación, sino que
cada uno de estos actos se notifica separadamente y en el
momento procedimental oportuno.
Por ello, la norma del art. 10 del Decreto 278/1993, de 9
de noviembre, sobre procedimiento sancionador de aplicación a
los ámbitos de competencia de la Generalidad, se entiende
desplazada por lo que respecta al "pliego de cargos", respecto a
la regulación ahora contenida en la LPACAP, que con carácter
general comprende el contenido de dicho acto en el acuerdo
deiciniación, de acuerdo con el art. 64 LPACAP comentado.

Conclusiones
1ª. La LPACAP ha supuesto la derogación del RD 1398/1993,
pasando a regular en el seno del procedimiento administrativo
común las especialidades aplicables al propio del ámbito
sancionador, con un claro propósito simplificador.
2ª. Al resultar la LPACAP aplicable al conjunto de las
Administraciones Públicas, la posible normativa autonómica
que exista o pueda dictarse al respecto no podrá resultar
contraria a las de la LPACAP, dado su carácter básico.
3ª. Tal y como prevé la LPACAP, solo mediante Ley, cuando
resulte eficaz, proporcionado y necesario para la consecución de
los fines
propios del procedimiento, y de manera motivada, podrán
incluirse trámites adicionales o distintos a los contemplados
en la propia LPACAP, permitiendo únicamente que vía
reglamentaria puedan establecerse especialidades del
procedimiento referidas a los órganos competentes, plazos
propios del concreto procedimiento por razón de la materia,
formas de iniciación y terminación, publicación e informes a
recabar.
4ª. Es por ello por lo que el citado Decreto 278/1993,
aplicable supletoriamente a las entidades locales de esta
Comunidad Autónoma en defecto total o parcial de los
procedimientos sancionadores específicos prevtioss en el
ordenamiento sectorial o en las ordenanzas locales, será
aplicable para dichas especialidades, debiendo aplicarse en
aquéllos aspectos que excedan de las mismas las normas básicas
de la LPACAP.
5ª. El Decreto 278/1993 sigue siendo aplicable, poeren
su aplicación debe cohonestarse con lo dispuesto en la LPACAP,
que es una norma de rango legal y posterior en el tiempo.
Por ello, habrá que realizar una labor interpretativa en su
aplicación, concordando sus preceptos con la
nueva regulación del
procedimiento sancionador que ya está vigente. En todo caso,
antes del 2 de octubre de 2017 este Decreto autonómico se
deberá adecuar a la LPACAP en todo aquello que sea
incompatible con lo previsto en esta Ley (Disp. Final 5ª LPACAP)
. El sentido de la Disp. Final 5ª LPACAP es un deber de
adaptación normativa que se impone al regulador estatal,
autonómico y local, para que concuerde sus normas con lo
dispuesto en la nueva Ley, pero ello sin dejar de que sea
aplicable esta nueva norma que ya está en vigor. El alcance de
la Disp. Final 5ª LPACAP limitado, porque se dirige al regulador,
pero no hace depender del mismo la entrada en vigor de una
norma que la Disp. Final 7ª sitúa en el 2 de octubre de 2016, y
con la sola excepción de las previsiones relativas al irsetrgo
electrónico de apoderamientos, registro electrónico, registro
de
empleados públicos habilitados, punto de acceso general
electrónico de la Administración y archivo único electrónico,
que producirán efectos a los dos años de la entrada en vigor de
la Ley.
6ª. El art. 10 del Decreto 278/1993, en lo relativo al pliego
de cargos, debe conjugarse con la norma básica del art. 64
LPACAP, no siendo aplicable su previsión relativa al pliego de
cargos eeln procedimiento sancionador por efecto de dicha
norma básica.
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