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A. Introducción
Los aparatos eléctricos y electrónicos (en adelante, “AEE”) son diseñados y fabricados
de acuerdo a las exigencias ambientales del mercado global y los materiales utilizados
reflejan esta situación. Ejemplo de ello es la reducción de ciertas sustancias peligrosas
o la limitación en la utilización de ciertos materiales que componen estos AEE a nivel
mundial. Por esta razón es fundamental que la regulación sobre el manejo de los AEE
no cree barreras comerciales o conlleve a una discriminación de empresas o de
productos teniendo en cuenta la ya existente armonización internacional en la
fabricación/producción de tales AEE.
Los requerimientos para el manejo de los AEE en desuso deben combinar prácticas
marco a nivel mundial con aquellas implementadas localmente, ya que las mejores
prácticas de manejo son uniformes en los distintos países. Por consiguiente, resulta
necesario evaluar la situación local para encontrar los mecanismos más adecuados.
Asimismo, la regulación debe tener en cuenta los programas voluntarios y las políticas
internacionales de las empresas.
Es necesario contar con una clara definición de AEE, AEE en desuso, y de RAEE.
De acuerdo al Convenio de Basilea sobre Desechos, por “desechos” se entienden las
sustancias u objetos a cuya eliminación se procede, se propone proceder o se está
obligado a proceder en virtud de lo dispuesto en la legislación nacional (articulo 2). Es
decir, el convenio de Basilea sujeta el concepto de desecho a la legislación interna.
Por otra parte una de las características de los AEE en desuso es su potencial de
aprovechamiento y valorización en un ciclo económico, ya sea para su
reacondicionamiento y reuso o para su reciclado, dependiendo de la viabilidad y las
políticas empresariales. El poseedor no lo descarta, sino que lo entrega para que se
transforme en un nuevo bien, es decir que aún tiene un valor y puede formar parte de
un circuito económico, cumpliendo con uno de los fines bajo los cuales el AEE fue
creado considerando el eco-diseño1. La entrega de un AEE en desuso para que vuelva a
formar parte de un bien fomenta la introducción de nuevas características y diseños
sustentables. Un AEE en desuso, concebido bajo el concepto de eco-diseño, no es un
RAEE porque aún no ha perdido su finalidad de ser revalorizado.
Los AEE contienen elementos valiosos que justifican el reciclado de muchos de sus
componentes, evitando así extraer materiales vírgenes y conservando los recursos
naturales. Por este motivo es fundamental que, una vez iniciado el proceso de
transformación, es decir cuando los productos son desensamblados, los distintos
materiales sean clasificados a fin de establecer el manejo adecuado para cada uno de
los distintos tipos de materiales. Los materiales no valorizables formarán parte de los
RAEE, que deberán ser enviados a una disposición final ambientalmente adecuada. Por
otro lado, los materiales valorizables se introducirán en un circuito económico
nuevamente.
Sería un error clasificar la totalidad del AEE en desuso y/o el RAEE como una sub-
corriente de residuos peligrosos ya que la mayoría de sus componentes no lo son. La
industria, bajo el principio de reducción en la fuente y el eco-diseño, realiza grandes
inversiones en la sustitución de sustancias peligrosas. Por lo expuesto anteriormente,
una clasificación errónea incrementaría innecesariamente los costos de todo el
proceso de gestión impactando en el precio al consumidor.
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El concepto del eco-diseño es clave en este sentido. En eco-diseño y la introducción progresiva de
materiales reciclados y reciclables en los AEE, ya indica que la finalidad del equipo en su etapa post-
consumo es volver a ser introducido en el ciclo económico. Es decir, el fin de un producto diseñado bajo
el concepto del eco-diseño es ser usado y valorizado.
Por consiguiente, siendo inadecuada la aplicación actual del concepto de residuos
peligrosos a todo el proceso de gestión de AEE en desuso y RAEE, se debe definir en
forma primordial este tema. A tal fin, es necesario contar con la participación y
consenso de las autoridades nacionales, provinciales y locales para asegurar el
funcionamiento de la recolección, almacenamiento, tratamiento, disposición final y,
por sobre todo, el transporte interjurisdiccional de los AEE en desuso y RAEE en el país.
Es necesaria la creación de la clasificación de los AEE en desuso y RAEE.
C. Responsabilidades
Cada actor debe hacerse responsable únicamente por la porción de la cadena de valor
que esté directamente bajo su influencia. Tal es así que los fabricantes,
ensambladores, importadores, distribuidores, comercializadores mayoristas y/o
minoristas, gestores (ya sean acopiadores, transportistas, operadores, tratadores y/o
exportadores), usuarios, organizaciones no gubernamentales y/o las autoridades
(nacionales, provinciales o locales), en adelante “Actores de la cadena de valor”, tienen
roles a desempeñar durante el ciclo de vida de los AEE, desde su diseño hasta la
valorización de materiales y/o la disposición final.
Esto requiere un esfuerzo que permita compatibilizar las normas existentes con las
nuevas regulaciones. Asimismo es necesario garantizar la seguridad jurídica de la
industria y su cadena de comercialización mediante una clara definición de
responsabilidades de cada uno de los actores intervinientes en la cadena.
1. Responsabilidad Compartida
Uno de los pilares fundamentales para el éxito de un sistema dinámico para la gestión
de los RAEE es la incorporación “entre los objetivos de la regulación” del concepto de
“responsabilidad compartida”, que es la base para la consolidación de las políticas
destinadas a la implementación del principio de “responsabilidad extendida del
productor”.
Como antecedente cabe mencionar el reciente proyecto de ley aprobado por Brasil en
el cual se introduce el concepto de responsabilidad compartida y se asignan
responsabilidades individualizadas a cada uno de los actores. Asimismo, en el
Reglamento para la Gestión Integral de los Residuos Electrónicos de Costa Rica se
incorpora este concepto como uno de los pilares que sustentará todo el sistema.
Para el reciclado de los AEE en desuso deben seleccionarse empresas que cumplan
adecuadamente con los requerimientos legales y con las buenas prácticas
operacionales. Tales empresas deben también cumplir mínimos estándares de eco-
eficiencia respecto de sus procesos para la valorización (reacondicionamiento y reuso)
y/o el reciclado y del flujo de distribución que utiliza.
Al final del ciclo de vida los AEE en desuso deben ser valorizados con prácticas
ambientales reconocidas. El reciclado efectivo completa y cierra el ciclo de vida.
H. Conclusiones
Tener en cuenta que no todos los AEE son iguales y que los sistemas pueden
ser subdivididos en subsistemas específicos como equipos de tecnología
informática o comunicaciones ya que seguramente cada subsistema tendrá su
industria de reciclado con características propias.