Analizar texto con la clave de acompañamiento pastoral: Lucas 13:10-17

¿Cómo imaginamos a la mujer?

La imagino como una mujer que no solo tiene una enfermedad física, si no una, que va más allá de
su cuerpo, un peso que lleva a cuestas por injusticias, violencia, carencias, en una época en que la
mujer era un bien comercial. Además al estar enferma, y sola, ya que no se lee que hubiera
alguien con ella, estaba expuesta a que cualquiera pudiera dañarla. También, debe ser una mujer
pobre. Puede ser una mujer que su postura era la de ya no tener esperanza. Una mujer que,
seguramente, iba siempre a la sinagoga para ser sanada, pero con poca fe, después de haber
transcurrido 18 años. Puede ser que ya no creía en la religión de su tiempo. Ya que, al escuchar al
jefe de la sinagoga decir, que solo hay seis días para sanarse menos el sábado. Y ella fue sanada
un sábado, estaba transgrediendo, según los religiosos de su tiempo, “la ley de Dios”, por lo tanto,
ella ya no era apta a los ojos de Dios y ninguno de los que querían ser sanados.

¿Cuál es el punto central del texto?

La religión legalista y mal enfocada. Es más importante “la ley” que la gracia. Es más importante
cumplir los mandamientos (ley) que liberar y sanar a las personas. Es más importante lo que dicen
los hombres que el propio Jesús. Es más importante la religión que las personas.

Se produce una sanación y una curación ¿cuál es cuál?

Para responder esta pregunta debo conocer las definiciones de sanar y curar, y según la RAE:
Sanar, es Restituir a alguien la salud que había perdido. Con esta definición tenemos que
saber qué significa la palabra salud. Encontré varias acepciones de esta palabra:
1. Libertad o bien público o particular de cada uno.
2. En el cristianismo, estado de gracia espiritual.
3. En el cristianismo, salvación (consecución de la gloria eterna).

Uno de los significados de la palabra curar es hacer que una lesión, dolencia, herida o
enfermedad remita o desaparezca. La tres acepciones que vi, tenían relación con una curación
física.

Por lo tanto, según lo entendido, la sanación estaría en el versículo 12: “Jesús, al verla, la llamó y
le dijo: Mujer, quedas libre de tu enfermedad”. Porque, según los significados de la palabra sanar,
Jesús:
1. Le dio libertad a la mujer. Y esto lo reafirma Cristo en el versículo 16, Jesús respondiendo
al jefe de la sinagoga dice: “y a esta hija de Abrahán, a quien Satanás ha tenido atada
dieciocho años, ¿no había que soltarle las ataduras en sábado”.
2. Le dio su gracia. No tomó en cuenta qué día era. Puso en evidencia la importancia de la
mujer (y de la humanidad) antes que la religión.

Y la curación estaría en el versículo siguiente: “Le impuso las manos y al punto se enderezó y daba
gloria a Dios”. Fue algo más físico y evidente. Finalmente la mujer pudo ver al verdadero Dios.
Hacer análisis vivencial de la mujer
Una mujer lleva 18 años encorvada. Lleva 18 años mirando hacia el suelo. Lleva 18 años siendo
cautiva de su enfermedad. Lleva 18 años siendo atada mentalmente por la desesperanza. Lleva
años sufriendo. Nadie la acompaña. Se acerca a la Sinagoga, como lo debe haber hecho tantas
veces para ser sanada. Jesús la ve y le cambia la vida. Le da libertad, la sana y la cura. Además, le
devuelve la fe. Después de 18 años, pudo disfrutar de la gracia de Dios. Y no solo ella, sino que los
otros que vieron que se sanó, y a pesar de las palabras del jefe de la sinagoga, tenían la
oportunidad de volver a ver, conocer a Dios y ser sanados. Que la religión no está por sobre las
necesidades de las personas ni por sobre el mismo Dios. Sino que Jesucristo está ahí para libertad
y entregar amor.