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Que es la protección de derechos

Protección de la Infancia

Cuando el estado chileno ratificó la Convención Internacional de los Derechos del Niño, el
Servicio Nacional de Menores se constituyó en el instrumento primordial de la
implementación de una política de protección de derechos destinada a los niños, niñas,
adolescentes y sus familias en circunstancias de riesgo y vulnerabilidad social.

En una perspectiva de complementariedad a la acción del Estado, el Servicio ha establecido


para la intervención tres niveles, de acuerdo a la complejidad que revisten las situaciones
que afectan a la población infanto - adolescente:

El primero, y de orden general, corresponde a la protección universal, para quienes se


encuentran en una situación de integración y con problemas de baja complejidad.

Un segundo nivel contempla acciones de protección y prevención de mayor focalización,


visualiza como población objetivo a quienes, en la franja de 0 a 18 años, presentan una
situación de vulneración y riesgo equivalentes a una mediana complejidad (niños y
adolescentes con riesgo de deserción escolar, con consumo no problemático de drogas y
alcohol, vínculos intrafamiliares con relaciones violentas; etc). La oferta programática para
estos casos implica la ejecución de programas de intervención socio educativa.

En un tercer nivel, orientado a la reparación, se ubican las acciones en el ámbito de la


protección, que en virtud de la complejidad de los problemas asumen un carácter de mayor
especialización. Específicamente: maltrato grave, explotación sexual comercial; niños / as en
situación de calle; consumo habitual de drogas; explotación laboral de niños y adolescentes.

El abordaje de estos tres niveles, en lo que concierne al Sename en los de mediana y mayor
complejidad, supone la articulación programática, la acción de una fuerte red de recursos
intersectoriales, el concurso de las familias y el rol activo de los actores de la comunidad
emplazados en el territorio y el protagonismos de los niños, niñas y adolescentes.

El Modelo Clínico de Intervención Psicosocial


Ximena MendezFacultad de Ciencias SocialesUniversidad de Concepción. Chile.
Resumen

La búsqueda de procedimientos técnicos que garanticen de algún modo la


eficacia en la intervención, es sin duda una preocupación central para los
Trabajadores Sociales de Caso, quienes muchas veces ven diluir sus esfuerzos en
una complicada trama de problemas, sentimientos, percepciones, prejuicios, valores,
etc., presentados por un cliente, que además plantea una problemática circular, que
involucra varias de sus necesidades objetivas, tanto, como sus sentimientos y
autoestima, situado en un contexto medio ambiental, que muchas veces determina el
marco general de la intervención.

Un "Caso", es la descripción de una determinada situación de la


vida real. Esta descripción, corresponde al punto de vista de uno o
varios clínicos, por tanto, admitimos que el Caso, desde una
perspectiva globalizada es la expresión de una serie de percepciones
que de la realidad tienen uno o varios observadores. Estas
percepciones están condicionadas por las experiencias previas,
prejuicios, valores y sentimientos de quién describe el o los hechos, por
tanto cada uno de los involucrados en el Caso interpreta la situación en
concordancia con su carga personal. El Modelo Clínico de Intervención
del Trabajo Psiocosocial de Casos, es la estructura metodológica que
el Departamento de Servicio Social de la Facultad de Ciencias Sociales
de la Universidad de Concepción usa para la intervención en la
dimensión individual - familiar. Se basa en las teorías Sistémica y
Psicosocial y acoge como planteamiento filosófico los postulados de
Mary Richmond y Florence Hollis primero, y luego de un inumerable
listado de Trabajadores Sociales de Caso que han concordado en que
la única forma de intervención posible en este nivel, es el abordaje del
problema al interior de la familia, o con el propio cliente y desde el
medio ambiente, lo que usualmente se conoce como Trabajo Social
"Interno y Externo" o "Directo e Indirecto".

Algunas Cuestiones Conceptuales.

1.- Acerca de lo Clínico El Trabajo Social Clínico, no es un


"descubrimiento" de contemporáneo.

Todo lo contrario, está directamente vinculado a las raices de


esta profesión, la que en los albores de este siglo intenta construir una
respuesta científica y profesional a los problemas de desajuste
emocional, insatisfacción y carencias en todos los niveles, -
económicos y afectivos - de gran cantidad de personas que se
encuentran totalmente "desasistidas" del próspero desarrollo
económico de la época, que no se acompañaba de un paralelo
bienestar social. Este hecho hizo que las teóricas en ese momento,
visualizaran el Trabajo Social no sólo vinculado a la condición material
de subsistencia, sino también al abordaje integral del "estar bién" (o
bien estar), vale decir, focalizar la intervención en el "malestar" como
denominaron Richmond, Hamilton y Perlman en un intento por delinear
lo instrumental y lo psicosocial. El primer concepto de Trabajo Social
de Casos que se conoce, es el que presenta M. Richmond en "What is
Social Case Work?" (1916) y que lo define como "Aquellos
procedimientos que desarrollan la personalidad, mediante ajustes
efectuados concientemente entre el hombre y el medio social en que
vive". Aquellos procedimientos fueron básicamente consejos,
orientación y educación, los que claramente no representan la
concepción clínica de la intervención que hoy se practica. En la década
de los 60, en el interés por redefinir el "Trabajo Directo con el Cliente"
se introduce la idea de que el Asistente Social debe "Capacitar" a las
personas para que aprendan a resolver sus propios problemas
psicosociales. Ciertamente, esta nueva concepción nos pone cada vez
más cerca de lo educativo y no es que lo clínico no lleve implícito lo
educativo, el punto está en la forma de concebir el Trabajo Social. Si lo
abordamos desde un punto de vista "Educativo" el Asistente Social
está frente al cliente como el que sabe y consecuentemente, enseña la
respuesta al malestar que él vive. En la concepción "Clinica", el
Asistente Social está en la posición de escuchar, aprender y entender
de ese modo podrá ayudar al cliente a que comprenda su situación y a
tratar de encontrar la respuesta a sus dificultades. Al Trabajador Social
Clínico, le interesa establecer un equilibrio entre las necesidades
personales del cliente y las oportunidades que le ofrece la vida,
propiciando un cambio interno en las personas y/o acercando los
recursos existentes en el medio social, para su satisfacción. "El Trabajo
Social Clínico, puede implicar intervenciones en la situación social,
tanto como en la situación de la persona.

Los tres fundamentos principales por los que el Trabajo Social Clínico
produce el cambio son:

1) Por medio de la relación interpersonal con el clínico;

2) por medio de cambios en la situación social;

3) por medio de cambios en las relaciones con personas


significativas en el espacio vital de los individuos". (Amaya
Ituarte Tellaeche, 1992)

2.- Axiomas Básicos.

Conceptualmente un "Modelo" es la incorporación en una


unidad sistémica de los aspectos teóricos, metodológicos, éticos y de
determinados procedimientos prácticos o estrategias profesionales que
permitirán lograr un cambio. Así, el Modelo Clínico se sustenta en
cuatro axiomas básicos:
a.- Involucra a dos o más personas en una interacción íntima y
altamente confidencial, que incluye una dimensión verbal y una
analógica.

b.- Esta relación tiene como propósito mutuamente acordado el


cambio de conducta de uno o varios de los participantes o del
medio ambiente próximo del cliente.

c.- El clínico busca apoyar como elemento central la capacidad


de pensar, de reflexión y entendimiento del cliente, en una re-
evaluación de sí mismo en su situación.

d.- Trabajador Social y cliente concentran sus energías en aquel


sistema o sistemas que parecen más accequibles al cambio y no
necesariamente los más disfuncionales.

3.- Definiciones Centrales:

a.- Intervención: "Significa admitir la existencia de un proceso social


pre - existente. en que los actores sociales de ese proceso han
configurado una historia, un mapa mental de representaciones y
percepciones de la problemática que se quiere abordar y una
estrategia de salida adecuada a esa problemática donde un agente
externo, el clínico, se incorpora transitoriamente a dicho proceso
modificando su funcionamiento en grados variables".

b.- Intervención Clínica: "Es el conjunto de estrategias desarrolladas


por el Trabajador Social de Casos en orden a lograr que el cliente
desarrolle una comprensión de sí mismo y de su situación
comprometiéndolo activamente con el tratamiento".

c.- Cliente: "Corresponde a una visión integrada de quién presenta el


síntoma; persona-familia, integrado por diversos subsistemas cuyas
estructuras y funciones se interrelacionan e interactúan para generar
constantemente una síntesis única, creativa, dinámica, que es más que
la suma de sus partes"

d.- Problema: "Desde la perspectiva holística se plantea que todo


sistema posee un cúmulo de energía vital, la que fluye dinámicamente
dentro de él, buscando la homeostásis, el equilibrio, la adaptación,
repartiendo la energía entre los subsistemas, es decir, dirigiéndose a
aquellos puntos del sistema que no son capaces de entregar una
respuesta satisfactoria a las demandas internas y externas. Así el
problema es una estado de pérdida del balance homeostático del
sistema debido a la acción de diversos factores que se conjugan para
alterar el equilibrio".
e.- Trabajo Psicosocial: "Se refiere a las relaciones de las personas
entre sí y de las personas y su ambiente social, incluyendo dos
dimensiones: Una instrumental y una afectivo - emocional".

f.- Caso: "Es un conjunto de hechos inusuales que se concentran en


un momento y en una persona y su familia y que provoca sentimientos
angustiosos que no es posible manejar por sí mismos y que necesita
ser conocido y tratado por un agente externo" ¿En qué consiste el
Modelo Clínico? Todas las disciplinas cuyo norte es el ser humano y su
derecho al bienestar intervienen en una unidad habitualmente
denominada "Caso".

La forma de abordar el análisis del Caso depende de las


especificidades de las disciplinas y por tanto, es esta variable la que
condiciona las soluciones que se pueden ofrecer. Aún así, todo estudio
de caso debe ser metódico, de tal modo que se deberá seguir una
serie de etapas que van desde el conocimiento del problema hasta la
evaluacion de las alternativas de solución. Sin embargo, como
sabemos esta estrategia de secuencias metodológicas resulta
operativa para fines didácticos, que tiene que ver con el adiestramiento
en el Trabajo de Casos, que posibilita la sistematización y la evaluación
de la intervención, pero que en la práctica clínica suelen presentarse
de modo integrado. Ciertamente los enfásis puestos en cada instancia
son distintos dependiendo de la etapa meotodológica en la que
estemos interviniendo. El contexto general en que se dá el
proceso, es la entrevista, sea ésta en la oficina, el domicilio del cliente,
en el trabajo o en el medio ambiente próximo relevante de algunos de
los sistemas significativos, o de los sistemas disponibles en la
comunidad.

1º Etapa: "Contacto con el problema" Como marco de referencia


general podemos establecer dos grandes clasificaciones de problemas.
Desde un punto de vista sistémico, pueden ser clasificados como
situacionales, del desarrollo y situacionales del desarrollo y desde una
perspectiva psicosocial los problemas pueden ser instrumentales y
afectivo - emocionales. El inicio de la intervención es ciertamente
arbitrario. Lo fija tanto el cliente como el clínico, dependiendo de la
oportunidad que éste último tenga para vincularse con el problema, por
tanto, si se trata de clientes involuntarios, usualmente los primeros
contactos se realizan a través del analisis de documentos, o entrevistas
con otros profesionales, antes de conocer directamente al cliente. Es
obvio que en clientes voluntarios, el primer contacto se efectúa en la
primera entrevista que éste solicita al clínico. Esta etapa, se caracteriza
porque habitualmente se dispone de una gran gama de antecedentes
de los cuales es necesario identificar aquellos relevantes y discriminar
en torno a aquellos que son sólo tangenciales. ¿Como hacerlo? El
problema presentado es ciertamente, el problema por el cual la
persona pide ayuda. No siempre constituye la variable más apremiante
de toda la configuración, pero es lo que motiva la intervención, por
tanto es el elemento por el cual la persona o familia está dispuesto a
trabajar.

2º Etapa: Delimitación del Síntoma y Focalización. El profesional ha


estructurado un Diagnóstico Preliminar respecto del problema
presentado y del cliente. Ha logrado delimitar un eje central de la
problemática y necesita orientar la investigación y recopilación de
hechos específicos en esa temática. Usualmente se recurre a fuentes
colaterales de información que pueden estar dadas por las
Instituciones en las cuales participa o puede acceder el cliente, pero
fundamentalmente por quienes hemos denominado "Los Otros
Significativos", que como su nombre lo indica son aquellas personas
muy cercanas a la vida del cliente, cuya opinión tiene una significación
y relevancia en sus actos y en su proyectiva social. Cuando estos
asumen un rol activo en el tratamiento, los denominamos "Apoyos
Situacionales" El análisis de estos antecedentes obliga a desarrollar un
proceso de reflexión minucioso, que permita objetivar al máximo la
información. Concluído este proceso, estamos en condiciones de
focalizar. El foco de la Intervención la he definido como "Una variable o
aspecto de una variable, suceptible de ser abordada por el Trabajador
Social en un momento determinado y que puede cumplir una función
de tipo estratégica o terapéutica y que tiene la característica de ser
transitoria y modificable. Es la más accesible y nó necesariamente la
más disfuncional" Este proceso concluye con la elaboración del
Concepto o Juicio Profesional, que representa la instancia más
importante de esta etapa. Aquí el Clínico plantea su opinión respecto
del cliente y su situación. Es un esfuerzo intelectual, de análisis y
reflexión de toda la configuración y que valída la intervención.

3º Etapa: Determinación de Estrategias de Solución. Tomar decisiones


significa estimar y desestimar alternativas. Hasta este punto,
teóricamente, el clínico ha trazado una historia y un conjunto de hechos
que ha llevado al cliente a las circuntancias presentes. A partir de este
momento, al menos en la lógica de la intervención, la preocupacion se
desplaza hacia el futuro. ¿Cómo tomar decisiones acertadas? Hay todo
un universo de estretegias que van desde las simples corazonadas,
hasta las más sofisticadas técnicas de resolución de problemas, pero
está claro, que ésta instancia pone en juego la imaginación creadora
del clínico. A veces las directivas más simples o menos obvias, nos
permiten lograr resultados sorprendentes. Es necesario analizar los pro
y los contra de cada una de las estrategias posibles y a lo menos para
cada una resolver: ¿Cómo hacerlo?; ¿Quién debe hacerlo?; ¿Donde? y
¿A qué costo?

4º Etapa: Formulación de un Plan de Intervencion. Un plan no es otra


cosa que "Una secuencia de pasos estratégicos que posibilitarán
conseguir un propósito", por tanto, estructurar esta secuencia implica
jerarquizar teniendo como fín último el foco interventivo previamente
definido. Es central recordar aquí que el plan debe basarse en la
negociación y que cada situación es particular y única. Es probable que
en más de una oportunidad usted deba hacer cosas por el cliente y nó
para el cliente. En definitiva resolver este dilema es un asunto ético, lo
importante es no olvidar que el paternalismo no le sirve a nadie: al
cliente no le permite crecer, probarse a sí mismo, ni comprobar que es
capáz. A usted lo agobia con una carga de trabajo adicional que no le
aporta nada profesional, ni a la calidad de su desempeño, ni a la
Institución. El Plan se centra siempre en dos ejes interventivos. El Eje
del Manejo Ambiental, o trabajo indirecto, que corresponde a todas las
acciones realizadas con los múltiples elementos del medio social que
se constituyen en un complemento significativo para los esfuerzos que
realiza el Trabajador Social en la intervención directa con el cliente.
Incluye la ejecución de las técnicas más tradicionales como son la
Observación, Entrevista, Visita Domiciliaria y la elaboración de
Informes Sociales y Socio-Económicos, las que concretan en la
realización de actividades tales como Coordinación, Referencia,
Manejo Ambiental, Orientación y Ayuda Material. El segundo eje, lo
hemos denominado Eje de la Sustentación y Reflexión. Aquí se
incluyen todas aquellas intervenciones que apoyan e influyen
directamente en el cliente, que promueven la reflexión, facilitan la
expresión de sentimientos y la racionalización, a fín de que éste, se
conozca a sí mismo y sea capáz de objetivar sus necesidades.
Involucra acciones tales como la Sustentación y Apoyo,
Rememoración, Proyectiva Social, Consecuencia Social, Influencia
Directa, Reflexión de la Configuración Persona -Situación, Catarsis y la
Comunicación Racional.

5º Etapa: Ejecución del Tratamiento. Tanto el clínico como el cliente


concentran sus energías en determinadas áreas. Las tareas deben ser
entregadas gradualmente y expresadas en forma clara y simple,
haciendo un esfuerzo por prever las dificultades que el cliente podría
tener para cumplirlas. Si la finalidad del tratamiento es siempre mejorar
el funcionamiento psicosocial del cliente, es fundamental recordar que
la intervención está siempre condicionada por la cultura, las
costumbres y la escencia del cliente como persona, así como la aptitud
y destreza del propio Trabajador Social. Toda estrategia debe ser
diseñada en orden a un contexto determinante e invariable como es la
vida del cliente, sus hábitos, normas, valores, estilo de vida. 6º Etapa:
Re-evaluacion y Cierre. Hay muchos métodos paraconseguir una
buena evaluación, pero lo básico es tener claro cuanto cambio se logró
y a propósito de qué se consiguió el cambio. Es probable que descubra
que se solucionó alguno o algunos de los problemas expresados por el
cliente y que sin embargo aparecen todavía cuestiones importantes
que resolver. Tómese un tiempo y analice: ¿es necesario que deba
seguir interviniendo?, ¿aprendió el cliente una mecánica de resolución
de problemas?, institucionalmente, ¿estamos en condiciones de
ofrecer otras cosas?. Si el Caso tiene un inicio claro e identificable, el
cierre debe asumir las mismas características. Si re - iniciamos la
intervención, es eso, un nuevo foco que también tendrá un término, lo
contrario implica seguir casos eternamente equivalentes a la vida del
cliente, pues en su historia siempre habrán eventos que generen
angustias, penas, rabias o necesidades materiales.

Conclusiones.

El Método de Caso Social Individual, es la herramienta de


trabajo que caracteriza a los Trabajadores Sociales desde los
principios de la historia y es también practicado por muchas disciplinas
a que centran su intervención en el hombre, su familia y sus múltiples
necesidades. Presenta la limitación de que aparentemente todos los
problemas que plantea el cliente no pueden ser resueltos a través del
método y tampoco permite la proyección de sus resultados en términos
de conclusiones aplicables a otros casos similares, ya que en todos
encontramos variables que hacen que éste requiera de otras formas de
intervención, pero la práctica clínica favorece el dominio de destrezas
necesarias para ayudar a las personas a ser más felices y a crecer
como sujetos autovalentes. Las etapas metodológicas pueden resultar
un proceso largo, sin embargo, no es posible practicar este "proceso de
ayuda" sin seguir una estructura, que permita obtener resultados
eficientes, pero el método, definido como "El camino diseñado para
alcanzar un fín propuesto", no garantiza por sí sólo el éxito de la
intervención, sino que representa la estrategia que posibilita que los
esfuerzos que desarrolla, tanto el cliente como el clínico, no se
dispersen en un laberinto de alternativas posibles, por el contrario, que
se concreten para obtener los mejores resultados.

Referencias.

Hamilton .G. (1974) Teoría y Práctica del Social de Casos Ed. La


Prensa Médica Mexicana.

Harris P. (1965) El Trabajo Social Individualizado Ed Rialph S.A.


Mexico.

Hollis, F. (1969) Trabajo Social de Casos: Una Terapia Psicosocial .


Randome House

Shulman L. (1979). Destrezas para Ayudar a Individuos y Grupos.


Ed. University of British Columbia.

Atir V. (1980) Psicoterapia Familiar Conjunta. Ed. Pax, Mexico.


Bernler & Johnson. (1997) Teoría para el Trabajo Psicosocial. Ed.
Espacio, Buenos Aires.

Qué es el Maltrato Infantil?


Hemos elegido la definición del Centro Internacional de la Infancia de París, que
considera que maltrato infantil es "cualquier acto por acción u omisión realizado por
individuos, por instituciones o por la sociedad en su conjunto y todos los estados
derivados de estos actos o de su ausencia que priven a los niños de su libertad o de
sus derechos correspondientes y/o que dificulten su óptimo desarrollo".

Existen diferentes tipos de maltrato, definidos de múltiples formas, nosotros hemos


seleccionado las siguientes :

• Maltrato físico: Acción no accidental de algún adulto que provoca daño físico
o enfermedad en el niño, o que le coloca en grave riesgo de padecerlocomo
consecuencia de alguna negligencia intencionada.
• Abandono físico: situación en que las necesidades físicas básicas del
menor, (alimentación, higiene, seguridad, atención médica, vestido,
educación, vigilancia...), no son atendidas adecuadamente por ningún adulto
del grupo que convive con él.
• Abuso sexual: Cualquier clase de placer sexual con un niño por parte de un
adulto desde una posición de poder o autoridad. No es necesario que exista
un contacto físico (en forma de penetración o tocamientos) para considerar
que existe abuso sino que puede utilizarse al niño como objeto de
estimulación sexual, se incluye aquí el incesto, la violación, la vejación sexual
(tocamiento/manoseo a un niño con o sin ropa, alentar, forzar o permitir a un
niño que toque de manera inapropiada al adulto) y el abuso sexual sin
contacto físico (seducción verbal, solicitud indecente, exposición de órganos
sexuales a un niño para obtener gratificación sexual, realización del acto
sexual en presencia de un menor, masturbación en presencia de un niño,
pornografía...)
• Maltrato emocional: Conductas de los padres/madres o cuidadores tales
como insultos, rechazos, amenazas, humillaciones, desprecios, burlas,
críticas, aislamiento, atemorización que causen o puedan causar deterioro en
el desarrollo emocional, social o intelectual del niño.
• Abandono emocional: Situación en la que el niño no recibe el afecto, la
estimulación, el apoyo y protección necesarios en cada estadio de su
evolución y que inhibe su desarrollo óptimo. Existe una falta de respuesta por
parte de los padres/madres o cuidadores a las expresiones emocionales del
niño (llanto, sonrisa,...) o a sus intentos de aproximación o interacción.
• Síndrome de Münchhausen por poderes: Los padres/madres cuidadores
someten al niño a continuas exploraciones médicas, suministro de
medicamentos o ingresos hospitalarios,
alegando síntomas ficticios o generados
de manera activa por el adulto (por
ejemplo mediante la administración de
sustancias al niño).
• Maltrato institucional: Se entiende por
malos tratos institucionales cualquier
legislación, procedimiento, actuación u
omisión procedente de los poderes
públicos o bien derivada de la actuación
individual del profesional que comporte
abuso, negligencia, detrimento de la
salud, la seguridad, el estado
emocional, el bienestar físico, la
correcta maduración o que viole los
derechos básicos del niño y/o la
infancia.

Indicadores de Maltrato
Infantil
El niño no sabe defenderse ante las agresiones de los adultos, no pide ayuda, esto
lo sitúa en una posición vulnerable ante un adulto agresivo y/o negligente. Los niños
que sufren maltrato tienen múltiples problemas en su desarrollo evolutivo, déficits
emocionales, conductuales y socio-cognitivos que le imposibilitan un desarrollo
adecuado de su personalidad. De ahí la importancia de detectar cuanto antes el
maltrato y buscar una respuesta adecuada que ayude al niño en su desarrollo
evolutivo.

Los problemas que tienen los niños maltratados se traducen en unas


manifestaciones que pueden ser conductuales, físicas y/o emocionales. A estas
señales de alarma o pilotos de atención es a lo que llamamos indicadores, ya que
nos pueden "indicar" una situación de riesgo o maltrato.

A continuación exponemos una serie de indicadores que nos pueden ayudar en


nuestra observación, sin embargo hay que tener en cuenta que éstos por sí solos no
son suficientes para demostrar la existencia de maltrato sino que además debemos
considerar la frecuencia de las manifestaciones, cómo, dónde y con quién se
producen.

Por ello es importante saber interpretar estos indicadores y no quedarnos ante ellos
como observadores o jueces de una forma de ser ante la que no podemos hacer
nada. Estos indicadores no siempre presentan evidencias físicas (v.gr.: algunas
formas de abuso sexual, maltrato psicológico... ) sino que pueden ser también
conductas difíciles de interpretar.
Algunos de los indicadores, entre otros, que se pueden dar son:

En el NIÑO:

• señales físicas repetidas ( morados, magulladuras, quemaduras...)


• niños que van sucios, malolientes, con ropa inadecuada, etc.
• cansancio o apatía permanente (se suele dormir en el aula)
• cambio significativo en la conducta escolar sin motivo aparente
• conductas agresivas y/o rabietas severas y persistentes
• relaciones hostiles y distantes
• actitud hipervigilante (en estado de alerta, receloso,...)
• conducta sexual explícita, juego y conocimientos inapropiados para su edad
• conducta de masturbación en público
• niño que evita ir a casa (permanece más tiempo de lo habitual en el colegio,
patio o alrededores)
• tiene pocos amigos en la escuela
• muestra poco interés y motivación por las tareas escolares
• después del fin de semana vuelve peor al colegio (triste, sucio, etc..)
• presenta dolores frecuentes sin causa aparente
• problemas alimenticios (niño muy glotón o con pérdida de apetito)
• falta a clase de forma reiterada sin justificación
• retrasos en el desarrollo físico, emocional e intelectual
• presenta conductas antisociales: fugas, vandalismo, pequeños hurtos, etc.
• intento de suicidio y sintomatología depresiva
• regresiones conductuales (conductas muy infantiles para su edad)
• relaciones entre niño y adulto secreta, reservada y excluyente
• falta de cuidados médicos básicos

En los PADRES y/o CUIDADORES:

• parecen no preocuparse por el niño


• no acuden nunca a las citas y reuniones del colegio
• desprecian y desvalorizan al niño en público
• sienten a su hijo como una "propiedad" ("puedo hacer con mi hijo lo que
quiero porque es mío")
• expresan dificultades en su matrimonio
• recogen y llevan al niño al colegio sin permitir contactos sociales
• los padres están siempre fuera de casa (nunca tienen tiempo para...)
• compensan con bienes materiales la escasa relación personal afectiva que
mantiene con sus hijos
• abusan de substancias tóxicas (alcohol y/o drogas)
• trato desigual entre los hermanos
• no justifican las ausencias de clase de sus hijos
• justifican la disciplina rígida y autoritaria
• ven al niño como malvado
• ofrecen explicaciones ilógicas, contradictorias no convincentes o bien no
tienen explicación
• habitualmente utilizan una disciplina inapropiada para la edad del niño
• son celosos y protegen desmesuradamente al niño

Estos indicadores pueden observarse en otros casos que no necesariamente se dan


en niños maltratados, la diferencia más notable es que los padres maltratadores no
suelen reconocer la existencia del maltrato y rechazan cualquier tipo de ayuda,
llegando a justificar con argumentos muy variados este tipo de acciones; en cambio
los padres con dificultades suelen reconocerlas y admiten cualquier tipo de ayuda
que se les ofrezca.

Publicado en http://www.um.es/%7Efacpsi/maltrato/

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