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Análisis de La Industria Maquiladoras - Jorge Carrillo
Análisis de La Industria Maquiladoras - Jorge Carrillo
MAQUILADORA
RESUMEN
ABSTRACT
This article presents an analysis of skill levels in the maquiladora industry, placing this fac-
tor within the context of the myriad technological and organizational changes that this indus-
try has undergone in re cent years. The research covers maquiladora plants in the electronics,
autoparts, and garment industries in Tijuana, Ciudad Juárez, and Monterrey. The work dis-
cusses the concept of skill level and adopts an organizational focus from which to measure
skill levels in the maquiladoras. Noteworthy among the authors’ results is that fact that skill
levels are lowest in those sectors that have undergone the highest degree of restructuring.
Una primera versión de este trabajo fue Incluida en las memorias de COLEF 1, publicada con el
mismo título por El Colegio de la Frontera Norte y la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
Este documento representa el avance y formalización de aquella primera ponencia.
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Introducción1
El debate sobre la calificación en el trabajo fabril es tan antiguo corno la dis-
puta entre empresarios y trabajadores por la fijación del precio de la fuerza de tra-
bajo y por el control del proceso de producción.
1 Los datos de este trabajo forman parte del proyecto “Mercados de Trabajo en la Actividad
Maquiladora” auspiciado por la Dirección General de Empleo, de la Secretaría del Trabajo y
Previsión Social. Las Ideas expresadas, así corno las conclusiones son responsabilidad exclusiva
de los autores y no de las Instituciones Involucradas. Se agradece la participación de Jorge
Santibáñez, quien estuvo a cargo del trabajo estadístico y de Francisco Barraza, por los proce-
samientos de la información.
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análisis del papel de los trabajadores dentro del sistema de producción, desde
una perspectiva organizacional.
En el marco de la actual restructuración2 de la industria maquiladora de
exportación en el norte de México, el tema de la calificación resulta especial-
mente relevante. Varios trabajos recientes han documentado con suficiente evi-
dencia la evolución de esta industria hacia una nueva fase tecnológica y laboral.
Dicho proceso es atribuido, en términos generales, a los cambios recientes en los
patrones de competencia internacional en las industrias de punta: la competencia
tiende a globalizarse cada vez más, enfrentando a las industrias entre sí a escala
mundial y ya no en mercados específicos. Esta dinámica de competencia inter-
nacional implica una atención cada vez mayor sobre los niveles de calidad e inno-
vación de los productos finales, obligando a las empresas a buscar un mayor con-
trol sobre los diferentes segmentos del proceso global, así como un perfec-
cionamiento de los sistemas de control de calidad (González-Aréchiga, 1989;
Wilson, 1989).
En este contexto, las estrategias corporativas de segmentación internacional de
los procesos productivos dejan de basarse exclusivamente en el costo salarial de
la fuerza de trabajo como criterio de ventaja competitiva, desarrollando opciones
basadas en el uso de tecnologías flexibles y nuevos esquemas de organización del
trabajo. (Carrillo, 1986; González-Aréchiga y Ramírez, 1989; Sariego, 1990).
Aunque se trata de un proceso heterogéneo y aún en curso, los efectos de la
reestructuración de la maquiladora sobre los mercados regionales de trabajo
comienzan a ser visibles, y a plantear nuevos problemas tanto de investigación
como de política laboral. Uno de ellos es el que se relaciona con la calificación
laboral en el contexto de la restructuración.
Este trabajo está dividido en cuatro secciones. En la primera se examina la
polémica sobre calificación laboral, destacando la complejidad de este concepto
y las grandes líneas de interpretación que se pueden encontrar en la literatura.
En la segunda sección se define la opción metodológica que hemos tomado,
encuadrándola dentro de un enfoque organizacional; asimismo, se describen las
variables utilizadas en la medición y las técnicas estadísticas empleadas en el
análisis. Una tercera sección
Schumann (1987), en un trabajo que revisa sus anteriores tesis sobre la polar-
ización de las calificaciones, sostienen que existe una tendencia a la reversión de
la división del trabajo en la fábrica, y por lo tanto, a la reintegración y reprofe-
sionalización del trabajo de producción, en parte como consecuencia de la
reestructuración organizativa de la empresa. Por su parte, un autor como Burawoy
(1985), que retoma el problema del control desde la perspectiva de las relaciones
de poder en la fábrica, introduce en su análisis elementos organizacionales deriva-
dos de las “políticas de producción” mediadas por la intervención estatal. Estas
referencias, ciertamente extraídas de distintos universos conceptuales, sirven para
mostrar que una perspectiva organizacional ha venido ganando terreno aun entre
posiciones teóricas de naturaleza muy diversa.
6 El análisis factorial extrae los factores comunes existentes en una matriz de correlaciones, a par-
tir de las dimensiones de variabilidad común. De esta manera, permite Inferir la existencia de
patrones subyacentes en los datos originales, de tal modo que éstos puedan ser reagrupados en un
número menor de factores o componentes. Entre las diversas opciones técnicas, hemos elegido
utilizar el método de los”componentes principales”, con rotación ortogonal, que no presupone
ninguna estructura definida en las variables empleadas; este procedimiento permite encontrar,
empíricamente, la mejor combinación lineal de variables que dé cuenta de la mayor proporción
de la varianza. Sobre este tema, pueden consultarse: Fruchter, B., Introduction to Factor Analysis.
Nostrand, Princeton, N. J., 1954, y George Dunteman, Principal Components Analysis. Sage
Publications, 1989. (Sage University Paper 69).
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bles incorporadas al modelo, en las ramas más tradicionales que en las modernas.
En contra de una suposición convencional, los datos revelan que el mayor nivel
de tecnología que tiene la actividad electrónica no corresponde a una estructura
con personal más calificado. Por el contrario, en sectores donde la producción es
más tradicional, como
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Al revisar los datos por puestos de trabajo, se puede concluir que el anterior patrón
es similar para los operadores, con la particularidad de que una gran mayoría (87 por
ciento) de los niveles en ese puesto, no tiene calificación en la electrónica; y una pro-
porción considerable (12, 6 por ciento) tiene una “alta calificación” en las autopartes.
En el caso de los inspectores, no se presentaron suficientes casos (con todas las
condiciones impuestas al modelo) en las autopartes y el vestido, por lo que las con-
clusiones para ese puesto, son exclusivamente para la rama electrónica, en donde el
comportamiento es similar al de los obreros en dicho sector, esto es, una alta con-
centración en niveles “sin calificación”.
En el caso de los supervisores cambian los resultados y aunque hay un 78. 2 por
ciento de supervisores “sin calificación”, una proporción significativa (20 por ciento)
es “calificada”. La estructura más homogénea en todos los niveles de calificación
para este puesto es la del vestido.
Finalmente, en relación con los técnicos, la estructura es parecida en los dos
primeros niveles de calificación para el sector de la electrónica, y es bastante
homogénea en las autopartes. En el vestido no se presentaron suficientes casos.
En general, si las cuatro categorías de calificación las reducimos a dos para simpli-
ficar, es más alto el número de niveles con trabajadores calificados en las autopartes
(23. 7 por ciento con “calificación alta”), seguida del vestido (con 19. 9 por ciento) y
de la electrónica (10. 4 por ciento), respectivamente. Por puesto de trabajo, tenemos
que en los operadores hay una mayor concentración de “baja calificación” en la elec-
trónica (94. 3 por ciento) y tan sólo un POCO menor en las autopartes y en el vesti-
do (alrededor del 80 por ciento). En los supervisores es mayor también el porcentaje
con “baja calificación” en las autopartes (86. 6 por ciento), seguida de la electrónica
(78. 2 por ciento) y, significativamente menor en el vestido (47. 9 por ciento). Y, por
último, en los técnicos, se hacen más evidentes las diferencias ya que un 52.1 por
ciento tiene “calificación alta” en el sector del vestido, un 37.2 por ciento en las
autopartes y, sorprendentemente, sólo un 4.6 por ciento en la electrónica.
En resumen, para la rama electrónica la mayoría de los niveles (tres cuartas partes del
total) se concentran en el grupo “sin calificación”.
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lo que sumado con los “poco calificados” representan el 90 por ciento de los
niveles. La evaluación para esta rama productiva nos arroja una estructura de tipo
piramidal con un gran número de niveles y de trabajadores con baja calificación.
Para las autopartes resulta que aunque la estructura no es piramidal ya que es más
elevado el segmento de nivel con poca calificación, la evaluación señala que casi
una cuarta parte de los niveles son de calificación alta. Y para el sector del vesti-
do la estructura tiende a ser mucho más homogénea, esto es, cercana al tipo de
elipse y, por tanto, con niveles relativamente más calificados (véase e 1 Anexo 1).
En la rama de autopartes, resultó que un 15.4 por ciento de los puntajes de los
trabajadores de línea fue de “mucha resistencia” a todos los cambios, con par-
ticular énfasis al tecnológico. Un 11 por ciento de las respuestas sobre inspectores
señala también “mucha resistencia”, pero más intensa hacia la tecnología. Para el
sector de los obreros de mantenimiento, se obtuvo “mucha resistencia” en el
7 Debido a que se trata de 12 cuadros con las frecuencias y los niveles de resistencia para cada
puesto y rama de actividad económica, y dado que los porcentajes son homogéneos en cuanto a
la baja y nula resistencia, optamos por no presentar dichos cuadros. Sólo seleccionamos los por-
centajes que marcaban la excepción en el Cuadro 2. Así, la pregunta que nos hicimos fue: si hay
mucha resistencia en un reducido segmento de trabajadores, ¿cuál es la especificidad de este seg-
mento?
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22 por ciento de las evaluaciones dadas por los gerentes, y para los obreros
abastecedores resultó en el 11 por ciento, respectivamente.
En la actividad del vestido, sólo en 15.5 por ciento de las frecuencias del análi-
sis de conglomerados resultó que había “mucha resistencia”, para los tres cam-
bios analizados, en los trabajadores de línea.
En síntesis, y según lo reportado por los gerentes, existe una muy baja resisten-
cia en los distintos sectores de trabajadores, y sólo relativamente mayor en los
obreros calificados en la electrónica. Aunque existen plantas donde la calificación
de los gerentes fue cercana a “mucha resistencia” en las tres actividades, las pro-
porciones son insignificantes. En términos generales la respuesta de los traba-
jadores hacia el cambio se puede interpretar de dos formas: o bien la escasa
resistencia al cambio indica la inexistencia de mecanismos eficaces para la expre-
sión de las resistencias, o bien sugiere la hipótesis de que el tipo de relaciones
laborales en la maquiladora están basadas en la concertación y no en el conflicto.
8 A diferencia del apartado anterior, aquí no se presentan los porcentajes y las frecuencias de los
centros, debido a que no se buscó en este caso específico conformar grupos según niveles de
resistencia sino tan sólo evaluar el nivel de resistencia por parte de los trabajadores según la
actividad.
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9 Las preguntas están orientadas hacia la evaluación del Impacto a través de once áreas
Identificadas como aspectos específicos en la restructuración sobre las cuales pedimos
Información a los gerentes en el sentido de si se presentan o no cambios como efecto de la
capacitación Interna. La lista completa de las variables aparece en el Cuadro 3.
CARRILLO Y CONTRERAS/CALIFICACIÓN EN EL TRABAJO 67
La redefinición conceptual de los factores fue guiada por el análisis del peso de
las cargas factoriales de cada variable, así como de la comunalidad antes descri-
ta. Los cuatro factores asociados con las transformaciones producto de la
capacitación, nos llevaron a la siguiente conceptuación del impacto de la
capacitación.11
10 Se utilizó para ello el método de los componentes principales, con rotación ortogonal “vari-
max”.
11 Debido a que las correlaciones originales fueron significativamente moderadas, se decidió
someter los datos a una rotación ortogonal buscando la maximización de la varianza.
Posteriormente se eligieron los factores más definidos, con base en tres criterios: su valor (por
arriba de 1.00), el porcentaje de varianza que explicaba (claramente significativa) y que contu-
viera cuando menos dos variables. La conjunción de estos criterios nos llevó elegir los primeros
cuatro factores que explicaban el 64.9 por ciento de la varianza total.
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BIBLIOGRAFÍA
Burawoy, Michael, “Between the Labour Process and the State: the Changing
Face of Factory Regimes Under Advanced Capitalism” en American Sociological
Review, vol. 48, octubre, 1983.
Carnoy, Martín, “Efectos de las técnicas más avanzadas en los mercados inter-
nacionales del trabajo” en Revista Internacional del Trabajo, vol. 105, núm. 1,
enero-marzo, 1986.