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Los primeros días del mes de diciembre del año 2010 la Península de Paraguaná (Figura 1)
se encontraba en medio de una especie de desastroso diluvio local, en momentos aciagos en que
se cumplen casi cien años de ocurrido otro evento, quizás aún más terrible y de índole diferente,
que afectó particularmente a esta región de Venezuela: la gran sequía de 1912. No hemos logrado
encontrar textos donde se recoja información detallada acerca de este suceso, pero existe
mucha tradición oral al respecto, algunos documentos no muy bien sustentados desde el punto de
vista referencial, testigos indirectos (hijos y nietos de los afectados por esta sequía, algunos de
los cuales nos relataron aspectos de sus memorias familiares relacionadas con ese desastre) y la
veneración a “Las Ánimas de Guasare” (almas de personas que fallecieron mientras intentaban
escapar de la hambruna), que casi no dejan lugar a dudas acerca de que ocurrió un desastre en
esos años.
Figura 1: A la izquierda, una imagen satelital indicando algunos de los lugares mencionados
en este notisismo. La estrella amarilla señala la ubicación aproximada de Guasare, muy
cerca de los Médanos de Coro que se muestran en la fotografía de la derecha.
Figura 2: A la izquierda una imagen de Felipe (cortesía de la Maestra Alba González), hijo
de Ignacia Sánchez, uno de los migrantes que logró rehacer su vida en la sierra falconiana,
luego de una extenuante travesía tomado de la mano de su mamá por parajes como el
ilustrado a la derecha, donde se observa uno de los trazados de la carretera Coro-
Paraguaná, devorado por los médanos.
El Sr. Oswaldo González nos relató que cuando su papá Felipe (figura 2) era apenas un
niño, se vino caminando desde Paraguaná, de la mano de su madre, la señora Ignacia Sánchez,
quien decidió emigrar a través de parajes inhóspitos y cambiantes, huyendo de las terribles
condiciones que los impulsaron a arriesgar sus vidas en busca de un futuro relativamente incierto
en la sierra de Falcón, donde lograron establecerse luego de años de arduo trabajo. Testimonios
como éstos abundan en diversos lugares de la Sierra de San Luis, donde pueblos como
Churuguara, Pueblo Nuevo de la Sierra, Santa Cruz de Bucaral y muchos más, albergan a los
descendientes de estos emigrantes de la Península de Paraguaná.
Referencias:
-De Lima, B. (2001), El negocio exportador de pieles en la región coriana. Ponencia presentada en: IV Jornadas de
Investigación Históricas en Homenaje a Don Mariano Picón Salas Universidad Central de Venezuela Facultad de
Humanidades y Educación-Instituto de Estudios Hispanoamericanos-Escuela de Historia Caracas, Venezuela 07-09 de
noviembre del 2001.
-Molina, J. (1999). El Niño y el Sistema Climático Terrestre. Editorial Ariel, Barcelona. España. 154 pp.
-Parra, P. (2003). VENEZUELA OPRIMIDA IV. Cuadros políticos del gobierno de Gómez.
-Rohl, E. (1948). Los Veranos Ruinosos de Venezuela. Boletín de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y
Naturales. Año XIV. Tomo XI. No 32. Tipografía Americana. Caracas. Venezuela. p 426-447.