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g a n z l9 1 2
Mario Rapoport
C olaboradores
HISTORIA ECONOMICA,
POLITICA Y SOCIAL
DE LA ARGENTINA
(1880 - 2000)
— Primera reimpresión corregida—
»
EOEDiciongs mnccHi
BUENOS AIRES - BOGOTA - CARACAS - M EXICO, DF
4
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AGRADECIMIENTOS
Introducción............................................ ............................................................................. XV
CApílulo 1
CApíiulq 2
CApÍTulo }
La c r í s ís m u n c I í a I, Ia ÍN d u $ im A lizA C ¡Ó N y La í n t e r v e n c í ó n cI e Í E stac Jo
(1950-1945)
^ 3,1. De la crisis mundial a la Segunda Guerra: la coyuntura internacional ............. 206
3,2. El golpe de Estado de 1930 y los gobiernos de Uriburu y J usto .......................... 213
3.2.1. El gobierno de J osé F, Uriburu.................................................................... 2JL5
3.2.2. El gobierno de Agustiit P. J usto ..................... 216
I 3,2,3. Los nacionalistas............................... 219
I 3.2,4. La corrupción................................................................................................ 223
i 3,3. La política internacional en los años '30 ............................................................... 225
i 3,4. Los efectos de la crisis en la Argentina................................................................... 230
! 3,4,1. Los problemas del sector externo............................................................. 230
| 3,4,2. El Pacto Roca-Runclman y el problema de las carnes............................ 232
j 3,4,3. Las relaciones comerciales y otros tratados
internacionales de la época..................... 239
3,5. El intervencionismo de Estado................................................................................. 245
3.5.1. Crisis e intervencionismo........................................................................... 245
3.5.2. El mercado cam biado................................................................................. 246
3.5.3. Regulaciones en tos mercados de bienes............................................... 248
INDICE IX
CApírulo 4
CApíiuto 5
C apítlIo 6
CApíiulo 7
CApÍTuto 8
C A p íiu lo 9
ÜOSEPH A . SCHUMPETER
F ernand B raudee
(1) Uno de ellos, escrito en los años ‘40, se llama directamente, Argentine Ftiddle (£1.
enigma argentino). Fue escrito por Félix Weil, y es uno de los más penetrantes ensayos sobre
la sociedad argentina de la época.
XVI____________ HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
i
Puede ser que tenga que ver con ello una serie de mitos que se han instalado
en la sociedad y que perturban la visión de ese pasado. Cuanto más grandes fueron
en algú n m om ento las expectati vas y los sueños de la gente, tuviesen o no una base
real, más se tiende a mitificar lo que ocurrió y a mirar con un lente deformante la
realidad que nos circunda. Aunque el conocimiento de la historia no tiene la
alquimia que nos permita descubrir el oro de la verdad, si sus bases se correspon
den con percepciones erróneas, es mayor el riesgo que corremos dé equivocarnos
en la apreciación de nuestro presente. O de que nos induzcan a apreciarlo
equivocadamente, si esos mitos son utilizados, como sucede con frecuencia, para
justificar políticas en curso.
Esto, en verdad, no constituye un defecto propio de los argentinos. Hace pocos
años, en un libro sugestivo, un economista e historiador belga, Paul B airoch, puso
en cuestión una quincena de mitos que pueblan la historia económica mundial, y
que son comúnmente aceptados no sólo por la opinión pública en general, sino
también por muchos estudiosos, demostrando la falsedad o poca solidez empírica
de todos ellos (2). B airocm demuestra en ese libro, entre otras cosas, y a través de
un amplio manejo de hechos y estadísticas, que el siglo XIX no constituyó el
reinado del librecambio absoluto, sustentado en las lecturas de A dán S nith y D avid
Ricardo, com o los especialistas suelen afirmar. Esa fue apenas una realidad que
existió a partir de mediados del siglo y para la parte del m undo dominada
económicamente por la presencia industrial y financiera del Imperio Británico. De
haber sido tal como la imagen mítica nos lo presenta, los Estados Unidos y
Alemania serian hoy, quizá, países del Tercer Mundo, productores de materias
primas y productos semielaborados y compradores de bienes de capital y
manufacturas. Pero los hechos no sucedieron asi. Esas naciones se transformaron
en potencias industriales practicando un cerrado proteccionismo, basado en las
ideas de H amilton y L ist, un norteamericano y un alemán, y no en las de los
economistas clásicos británicos, que sirvieron, en cambio, para la expansión y
consolidación de su propio país como potencia hegernónica de la época.
(2) El libro de Paul B airocm se titula en inglés, Económica and World tlistory-Mythes and
Paradoxes y fue publicado también en francés, cuya edición utilizamos en nuestra bibliogra
fía. Sobre la figura y obftrde Bairoch, fallecido recientemente, cf. B koder, A lbert, 'Paul Bairoch
( 19 3 0 -1999)" en Ciclos en la historia, la economía y la sociedad, n° 18, segundo semestre
de 1999. La palabra "mito' aplicada a los fenómenos económicos, pero que también puede
extenderse a los políticos y sociales, tal como la define Bairocm y que nosotros aceptamos,
constituye "la falsa percepción de un fenómeno de la historia económica compartida por
muchos economistas y especialistas en ciencias sociales asi como por la opinión pública en
general". Su origen viene del griego mythos, y significa fábula o leyenda, aunque los
diccionarios reconocen que los mitos simbolizan determinados aspectos profundos de la
vida humana y representan una forma primaria de encarar la experiencia.
INTRODUCCION XVII
En un libro también reciente, A ldo F errer señala cómo se ha creado otro m ito
acerca del proceso de globalización, que representaría un punto de inflexión en
la historia de la humanidad y caracterizaría a la sociedad de nuestra época. Aunque
la idea de un mundo globalizado, en el que todos los habitantes del planeta sienten
el impacto de hechos que suceden a gran distancia de sus propios hogares y en
forma casi simultanea, tiene que ver con los inmensos cambios tecnológicos
actuales, responde, en realidad, a un proceso que posee una antigüedad de cinco
siglos, cuando se verifican "simultáneamente dos condiciones: el aumento de la
productividad de trabajo y un orden económico mundial. En ausencia de una o
ambas de estas condiciones — afirma F errer— no se plantea el dilema del
desarrollo en un m undo global" y este dilema comienza en el siglo XV (3 5).
*
Del igual modo, los mitos que predominan en la historia argentina son también
numerosos. Como, por ejemplo, la idea de que el país estuvo alguna vez, hacia las
primeras décadas del siglo XX, entre los más avanzados del mundo por el nivel de
vida de sus habitantes (o también que fue el "granero del mundo"). O el que
sostiene que la decadencia argentina comenzó en los años '40 con el proceso de
industrialización y las políticas económicas intervencionistas. O los que surgen de
creer que las alternativas económicas se reducen a tomar decisiones sobre un
puñado de antinomias que no pueden evitarse. O, si nos referimos al ám bito
político, aquel que señala que en los años '30 se interrumpió un proceso de
cincuenta años de gobiernos constitucionales, dañando seriamente las institucio
nes democráticas y comenzando un ciclo de inestabilidad e incertidumbre q u e se
mantuvo hasta el fin de la última dictadura militar, en la década de 1980. O , para
finalizar con los ejemplos, el que afirma que un error fundamental de los gobiernos
argentinos estuvo en la creciente tendencia a la autonomización del país con
respecto al mundo y, sobre todo, en sus niveles de confrontación con las grandes
potencias hegemónicas.
Mo es casual que la gente se pregunte por qué el país al que m uchos
intelectuales y estadistas prestigiosos le predijeron un porvenir semejante al d e los
Estados Unidos, y al que vinieron esperanzados millones de inmigrantes, padece
desde hace décadas crisis interminables y no puede despegar del segundo pelotón
de naciones en desarrollo; pero si resulta extraño que se despierten nostalgias de
un modelo agroexportador, exitoso en ciertos aspectos pero limitado e irrepetible,
que la Argentina no supo superar para equipararse a las sociedades industrializadas
modernas.
»
Tampoco parece razonable que se asocien muchos de los fracasos d e los
últimos sesenta años a un proceso de industrialización y de participación del
(3) Ferrer, Aldo, historia de la globalización. Orígenes del orden económico mundial,
Buenos Aires, 1996. pág. 12. Cf. también Barbero. María 1.; Bcfemcuim, Rubeti L.; Q arcia M ouma,
Fernando R. y Saborido, J orge R- E„ historia económica y social general, Buenos Aires, 1996;
Rapoport, Mario, 'La globalización económica: ideologías, realidad, historia", en Ciclos en la
historia, ia economía y la sociedad. !i’ 12, primer semestre de 1997.
I
9
E l M odelo AqRQEXpORTAdoR ( 1 8 8 0 - 1 9 1 4 )
J uan B. J usto , 1 8 9 9
XVIII HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
l
Estado en la economía que fue, sin embargo, la base del despegue económico en
otros países. En este caso, la respuesta debería estar, como veremos a lo largo del
libro, no tanto en el éxito o el fracaso del proceso en sí, sino en la combinación
de circunstancias políticas y económicas que desembocaron en el caos y
desintegración de los años '70.
En la comprensión de las políticas económicas los mitos toman también la
forma de opciones aparentemente inevitables: endeudamiento externo vs. ahorro
interno; hiperinflación vs. convertibilidad y desocupación; estatización vs. libertad
absoluta de los mercados; políticas de bienestar vs, flexibilidad y competitividad.
En los últimos tiempos, upa nueva antinomia, globalización vs. políticas naciona
les, hace asumir a muchos la existencia de un proceso económico irreversible, que
no reconoce fronteras ni alternativas y cuya aceptación constituye una decisión
obligada.
Otra cuestión crucial que atraviesa la historia argentina es la interrupción de
los procesos democráticos a través de las intervenciones militares. Sin embargo,
ios golpes de Estado, en los que también participaron civiles, no fueron, como
suele pensarse, los únicos que atacaron los fundamentos del sistema democráti
co, sino también tuvieron que ver la existencia de gobiernos fraudulentos, las
proscripciones de distinto tipo, la utilización del aparato de Estado, aun en
gobiernos constitucionales, para mantener o afirmar el poder a costa de los
adversarios y, sobre todo, las violentas rivalidades políticas que recorren todo
nuestro pasado.
Respecto de la vinculación con el mundo, la historia parece también no ser
bien leída por algunos sectores. Desde fines del siglo XIX, la Argentina estuvo por
muchos años más cerca de Europa que de Latinoamérica; los capitales, la mano
de obra, las costumbres, las modas, venían todos del Viejo Mundo. Fue con el
respaldo de sus vínculos europeos que el país (al menos en el pensamiento de
ciertos circuios dirigentes) pudó amenazar erigirse en un rival potencial de los
Estados Unidos en el continente. Las corrientes nacionalistas que surgieron en los
años '30 y se prolongaron con el primer peronismo continuaron, aunque con un
signo distinto, la tradición de disputas con el país del norte. Sin embargo, lo que
a fines de la década de 1990 se anunció como una novedad, el acoplamiento a la
política norteamericana en el mundo, es decir, a la potencia hegemónica del
momento, resultó más bien una vuelta al pasado, cuando algunos pensaban que
el país era una "colonia informal" del Imperio Británico, lo que en ese entonces se
daba a conocer eufemísticamente como "relaciones privilegiadas".
Este libro pretende ayudar a resolver éstas y otras cuestiones. Para ello, se
atreve a romper los muros muchas veces existentes entre los fenómenos econó
micos, políticos jjsociales. Cada uno tiene su espacio y se halla, a su vez, articulado
con los otros. Como veremos, las crisis económicas y sociales y las crisis políticas
no se correlacionan siempre, aunque es difícil explicar la evolución económica y
social sin examinar los cambios políticos o viceversa.
Cada capítulo se abre, por otra parte, con un análisis económico y político de
la coyuntura internacional. Muestra propia historia está insertada en la del mundo
y es imposible comprender, por ejemplo, procesos económicos o políticos como
INTRODUCCION XIX
el de la intervención del Estado en los años '30, el de los golpes militares en los
años '60 y '70, o el*de las privatizaciones en los años '90, sin comprender lo que
ocurrió en ei contexto mundial en esas épocas (crisis económica, predominio de
las doctrinas de la 'seguridad nacional", derrumbe del comunismo y liberalización
de las economías, respectivamente).
Hemos tratado también de compatibílizar, en la medida de lo posible, los
tiempos históricos. Elegimos así una periodización de los capítulos en función de
los procesos o acontecimientos, políticos o económicos, que, a nuestro juicio,
mejor los encuadraban. Por eso, algunos de ellos coinciden con la gestión de
determinados gobiernos y otros con períodos históricos más extensos. En la
lectura de cada uno se encontrará la justificación de la elección realizada.
Preferimos, por ejemplo, analizar los orígenes del peronismo en e! cap. 3 y la
gestión de los gobiernos de este signo político en el cap. 4. Fue una decisión difícil,
porque la llegada del peronismo cerraba una época, aunque abria, asimismo, una
nueva. Los lectores dirán si esa elección resultó o no acertada, pero comprobarán
que no se pierde continuidad entre uno y otro capitulo.
Otro desafío fue separar, en tanto fuera factible, las políticas económicas de
la evolución de los sectores económicos. Esto nos crea un problema adicional de
periodización, pero creemos que no dificulta ni la facilidad de la lectura ni su
comprensión. En cualquier caso se examinan, por un lado, el impacto de las
políticas económicas sobre las distintas variables que marcan al evolución de la
economía y. por otro, los procesos estructurales que se desarrollan más allá de los
efectos de esas políticas y vienen del pasado.
Estudiamos también en forma separada los acontecimientos políticos de los
que corresponden a la historia de los movimientos sociales y de las organizaciones
socioeconómicas, dando un espacio especifico a los problemas de población y
condiciones de vida. Dedicamos, además, un apartado especial a la ubicación del
país en el mundo y a su política exterior, vinculándolas estrechamente con la
política interna y la evolución de la coyuntura internacional. Esto nos brinda una
visión integral de los procesos históricos.
Finalmente, consagramos el último capítulo a un análisis de los caminos que
llevaron al actual proceso de integración regional a partir, sobre todo, del seguimien
to de las relaciones entre la Argentina y Brasil, así como de un estudio histórico
comparado de los principales indicadores económicos y políticos de am bos países.
Podernos determinar, de ese modo, los impulsos y obstáculos que marcaron la
construcción del Mercosur, evaluando los grados de convergencia actuales y sus
perspectivas futuras.
El libro abarca un vasto período, desde la consolidación de la unidad nacional
en 1880, hasta el último gobierno de Menem, finalizando el siglo que se fue. En este
sentido, no nos inquieta acercamos a la actualidad aunque podamos perder algo
de perspectiva o de rigor histórico. Lo fascinante de la historia es que constituye
un camino de doble via. Hos remite al pasado para entender las señales del
presente, pero nos da también los instrumentos para encontrar en el presente las
huellas indelebles del pasado.
2 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
--------------------------------:------------ — -------------------------------------------------- n ------------
(3) Cf. A rrigiii, QiovAnm, The Long Twentieth Century, Londres, 1994.
4 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
--------- ----------------------------- ;------------------------- :----------------------------------------- 5--------
5.0
Fuente: A ldcroft, D erek H. (comp), The Development oí British Industry and Foreign
Competition 1875-1914, Londres, 1968.
Gráfico 1,1. Tasas de crecimiento a largo plazo (porcentaje anual 1870/71 - 1913)
de Gran Bretaña, Estados Unidos y Alemania.
*4
(4) B airooi. Paul, Mythes eí paradoxes de l'histoire économique, París, 1995, págs. 3 1-
47. El principal teórico del proteccionismo fue el economista alemán Friedrich List, en su libro
The ffational System oíPolitical Trjjnomy, editado por primera vez en 1841.
CAP. 1 - EL MODELO AGROEXPQRTADOR (1880-1914) 5
(5) BAc.wr.LL, F. 5. y MinGAY, G. E., Britain and American. A Study of Economic Chsnge,
1850-1939, Londres, 1970, págs, 154 y sigtes.; FRitDLAtriDER, H. E., y O ser, J., historia
económica de la Europa moderna, México, 1957, pág. 263.
6 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
------------ .------------------------------------------------------------------------------- -- S
Entre 1870 y 1913, el comercio de exportación e importación británico
experimentó importantes modificaciones. En ese periodo disminuyeron las expor
taciones a Europa y a los Estados Unidos en más de un 8 °/o, mientras que se
incrementó en igual proporción la participación de los países periféricos. Asimis
mo, las importaciones de materias primas y alimentos desde los Estados Unidos
y los países europeos fueron reemplazadas paulatinamente por las de las áreas de
nuevo poblamiento, colonias y países atrasados.
Tuvo particular importancia la reducción de algunas exportaciones norteame
ricanas de productos primarios, cuando el país del Morte se orientó decididamente
— luego de la guerra civil— a profundizar su proceso de industrialización y su
mercado interno comenzó a absorber parte de los saldos exportables agrarios.
Gran Bretaña, cuyo propio desarrollo industrial dependía de esos productos, logró
sustituir a su antigua colonia acelerando la incorporación al mercado mundial de
nuevos países proveedores, entre ellos, la Argentina.
En cuanto a la balanza de pagos, en la década de 1870 los ingleses ya
financiaban una parte de sus importaciones con los llamados 'ingresos invisibles".
Desde mediados de siglo, el Reino Unido se estaba transformando en un gran
exportador de capitales, especialmente a través de empresas ferroviarias y
préstamos gubernamentales y, en menor medida, de industrias extractivas o de
transformación de productos primarios, plantaciones, compañías de tierras,
bancos y empresas de servicios públicos. El retorno de esas inversiones, altamente
rentables, junto con los ingresos provenientes de fletes, seguros y otros servicios
financieros compensaron ampliamente los repetidos déficit en la balanza comer
cial. Entre 1870y 1 9 131oscapitales colocados en el exteriorse incrementaron casi
cuatro veces, mientras que el flujo de ingresos invisibles pegó un salto aun mayor:
aumentó más de seis veces entre mediados y fines del siglo. En la década 1864-
1873 sólo el 12 % de las importaciones se pagaba con esos ingresos en tanto que
para 1894-1903 esa proporción se había duplicado y llegaba al 23.9 % . En forma
paralela, también se modificaron las áreas de inversión, hacia 1850, Europa y los
Estados Unidos habían recibido el 50 % del total de las inversiones externas, pero
en 1890 entre los países del Imperio, y en especial los dominios "blancos"
— Canadá, Australia, Mueva Zelanda y Africa del Sur y los países latinoamericanos,
y en este caso sobre todo la Argentina donde se radicó el grueso de las inversiones
realizadas en el subcontinente— poseían el 67 % de esos capitales (6). El cuadro
1,1 refleja estas alternativas.
El sistema se completaba con la existencia del llamado 'patrón oro". Gran
Bretaña había establecido una equivalencia entre el metal y la libra esterlina en
1816. Otros países, siguiendo estrictamente un patrón oroo un patrón bimetálico
(oro y plata), Reinstauraron entre 1870 y 1890. El patrón oro permitía establecer ■
un mecanismo de cambios fijos entre las distintas divisas con base en su
correspondencia común con el metal.
(6) A smwoktm, W iu .iam. An Economía hisloiy ofEngland: 1870-1949. Londres, 1960, págs.
147, 158 y sigtes.; Mohsbawm, F.ric J., Industry and Empire, Londres, 1968, pág. 148.
CAP. 1 - EL MODELO AGROEXPORTADOR (1880-1914) 7
En este sistema los países mantenían fijo el valor de sus monedas con e l valor
del oro, al estar dispuestos a comprar o vender este metal a precios determinados
o constantes, teniendo la circulación monetaria interna una relación también fija ‘
con las reservas de oro. El_ mecanismo de ajuste era el siguiente: un déficit
comercial traía como consecuencia exportaciones de oro a corto plazo, reducien
do la cantidad de dinero existente en el país y provocando una caída de los precios.
Esto producía, con el tiempo, un aumento de las exportaciones, pues los
extranjeros compraban en este mercado a precios más bajos que en el suyo.
Asimismo, disminuían las importaciones, ya que los consumidores nacionales se
abstenían de comprar los artículos extranjeros, ahora más caros. El proceso
inverso también se verificaba. De ese modo el movimiento de oro, amonedado o
en lingotes, daba como resultado el ajuste en la posición internacional de un país
y del mercado de divisas respecto de las otras naciones que habían adoptado el
mismo sistema. Las políticas monetarias implementadas por éstas aseguraban la
libre convertibilidad de sus monedas con el oro y la exportación o importación del
metal sin ningún tipo de impedimentos.
Cuadro 1,1. Balanza de pagos británica. Inversiones e ingresos invisibles (1870-1913) (en
millones de libras esterlinas).
(7) Cf. H obsbawm, Ekic J., La era del Imperio, 1875-1914, Buenos Aires, 1998.
(8 ) B airoch , P. <19951. págs. 6 2-65 .
CAP. 1 ~ EL MODELO AGROEXPORTADOR (1880-1914) 9
<<
(10) Cf. Pkbisoi, Raúl, Obras, 1919-1949, tomo IV, Buenos Aires, 1991-1993.
CAP. 1 - EL MODELO AGROEXPORTADOR (1880-1914) 11
En esa época se elabora el cuerpo doctrinario de ideas que dará forma a lo que
algunos autores denominaron "proyecto del '8QJ. Que constituyó más bien una
asociación significativa entre un conjunto de ideas y de hechos, gestada en las
décadas previas e impulsada por pensadores y estadistas que, como A lberdí, Mitre,
S armiento, A vellaneda, V elez S arsfield y otros, combatieron a Rosas, y luego de su
caída pugnaron por reorganizár el pais con diferios modernos y ópticas d e signo
liberal que correspondían a intereses y grupos dé poder cuyo difícil proceso de
hórriogeneización se lograría a través del accionar político de Roca , años más tarde.
A lberdi, el principal m entor ideológico del liberalismo argentino, se ñ a ló la
superioridad del empresario privado sobre el Estado en tanto agente p ro m o to r del
progreso económ ico. Siguiendo a A dam S nith, sostuvo que "...las sociedades que
esperan su felicidad de la m ano de sus gobiernos, esperan una cosa q u e es
contraria a la naturaleza (...); no hay m edio más poderoso y eficaz de h a ce r la
grandeza del cuerpo social, que dejar a cada uno de sus m iem bros individuales el
cuidado y poder pleno de labrar su personal engrandecimiento" ( n ).
Criticaba, además, explícitamente, los sistemas económicos en los cuales se
basaban ios dos modelos más Importantes de democracia política que existían
entonces: el francés y el norteamericano. Respecto del primero, decía que había
desconocido y perseguido la libertad de comercio haciendo dé las aduanas u n arma
de guerra. En cuanto al segundo, tampoco era un ejemplo ni en materia económica
ni en política exterior, pues protegía su industria y su marina contra la competencia
externa, mientras que en la Argentina no había "fábricas ni marinas" ( lJ).
Pero el espectro ideológico no se agotaba allí, pues también surgieron, aunque
más conTusameñte, modelos alternativos, como el de Mariano Ebaqueiro en el
gobierno de la Confederación, que tenia acentos nacionalistas y socializantes. O
el de aquellos que en el famoso debate sobre la Ley de Aduanas, entre 1873 y
1876, en plena crisis económica, planteaban un camino también diferente,
basado en el proteccionismo y la industrialización, como V icente Fidel López . C arlos
P ellegrini o Miguel C añe.
Esta última confrontación resulta particularmente interesante, por cuanto la
mayoría de los proteccionistas que cuestionaban la política del gobierno provenían”
de las elites tradicionales y formarían parte, años después, del grupo que consolido'
el modeló agroexpórtádor, de carácter eminentemente liBrecambista. Es que los
cíe bates ponían de'maíiifié'sto el agotamiento fie un ciclo económico (el de la lana)
y político (caracterizado aún por el conflicto entre Buenos Aires y el interior) y la
apertura de un breve pero intenso lapso de discusión sobre la dirección de las
transformaciones por venir. La confluencia de experimentos exitososen materia1 2
( 15) O s7.u a , O scar, La formación del Estado argentino, Buenos Aires, 19 9 7 , p á g . 264.
(16) Botaba, Natalio, El orden conservador, Buenos Aires, 1985, pág. 127.
J6________________ HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
l
de hegemonía gubernamental" desplegado "tanto sobre la gran mayoría de la
población, pasiva y no interviniente. como sobre los miembros pertenecientes a!
estrato superior que emprenden una actividad opositora" C7).
/' La construcción del Estado nacional implicó la integración social, política y
[eco nóm ica del país en un orden coherente con las necesidades del crecimiento
económico’. Para este objetivo, las autoridades nacionales contribuyeron decisiva
mente a la configuración de una clase dirigente nacional resultado de una alianza
entre Buenos Aires y el interior, con hegemonía de los sectores terratenientes
pampeanos, "cuya forma organizativa será la Liga de los Gobernadores y sobre
todo el Partido Autonomista nacional" (PAM) ( la).
De esta manera, emergió un Estado estrechamente ligado a determinados
sectores económicos y sociales. La alta burocracia gubernamental que condujo
este proceso se integraba con hombres provenientes de la Universidad de Buenos
Aires — y en menor grado de la Universidad de Córdoba— , sobre todo de las
facultades de Derecho y Ciencias Sociales. Por ejemplo, Dalmacio V elez Sarsueld,
poderoso terrateniente bonaerense, fue un abogado prestigioso y, como autor de
los códigos de Comercio y Civil, contribuyó a delimitar el contenido jurídico de las
principales instituciones de carácter privado. "Era típico que ios hijos de las clases
altas completasen su educación formal con un diploma de abogado, porque la
carrera política era también vocación común entre sus miembros y la preparación
para este rol era el estudio del Derecho" i15).
Lqs políticos profesionales que operaban en el orden nacional — además de
pertenecer a familias en las que la educación universitaria era una norma—
poseían orígenes sociales similares y formaban un círculo muy cerrado: familias
tradicionales, estancieros, miembros de clubes selectos, como el Club de Armas,
la Sociedad Rural y el Club del Progreso. En consecuencia, para posicionarse •
dentro de la elite estatal, era más importante la pertenencia a estos grupos que la ]
/afiliación a los partidos políticos; las dos terceras partes de los miembros del
Congreso pertenecían, por sus orígenes ocupacíonales y educacionales, a la clase
alta. Los vínculos familiares y de amistad constituían un sólido reaseguro frente a
las vicisitudes de los cambios políticos. Era una oligarquía que se enriquecía y
disponía del poder político, al tiempo que. como señala Enuns. "enviaba a sus hijos
a las escuelas privadas inglesas y hacia construir palacios en la avenida Kleber,
mientras que dejaba que en su país se acumulara, al llegar 1914, el mayor volumen
per cáplta de intereses extranjeros de cualquier país del m undo' (70).10
2
9
8
7
(26) Molimaí, Ricardo y Barberis, Santiago, El Partido Demócrata Progresista, Buenos Aires.
1983. pág. 17.
(27) G allo, Ezequicl, "Política y sociedad en Argentina, 1870-1916", en Bethell, Lesue
(edil i. Historia de América Latina, tomo 10, Barcelona, 1992, pág. 62.
20 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DELA ARGENTINA
\
i2
9
8
(28) C iiiaka.'iomií:, J osr. C., 'La crisis de 1866 y eJ proteccionismo argentino en la década
d e l' 70", en Di T üi.m , T ohcvatd y H.umikin Doxuw, Tuno, Los fragmentos del poder, Buenos Aíres.
1969, pág, 210.
(29) Luvvis. Fací, La crisis del capitalismo argentino, Buenos Aires, 1903, pág, 37.
CAP 1 - EL MODELO AGROEXPORTADOR (1880-1914) 21
(30) Cf. Paradiso, J osé, Debates y trayectoria de la política exterior argentina. Buenos
Aires, 1993.
22 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
-
tienen intercambio comercial; tenemos que vivir en nuestra época y hoy esc
intercambio y los intereses que de él nacen es lo que informa la polític;
internacional de todas tas naciones" P ').
Las controversias internas de la dirigencia argentina entre "americanistas" y
"europeístas* pareció dirimirse a favor de estos últimos en ocasión de la primerz
Conferencia lnteramericana celebrada en 1889 en Washington. Este Congreso fue
convocado por el secretario norteamericano J ames Biaime baj'o el influjo de Iz
Doctrina Monroe en un marco mundial de repartos imperialistas, m otivo por el cua
los Estados Unidos comenzaron a insinuar su interés por el mercado latinoameri
cano. Durante las reuniones, la delegación argentina planteó fuertes resistencias
al proyecto norteamericano de conformar una unión aduanera O3 123
). Al respecto, las
4
declaraciones de los representantes argentinos fueron elocuentes: "...es absurda
la máxima de América para los americanos cuando en la República Argentina el
comercio, el crédito, los capitales, la inmigración vienen de Europa y ésos son ios
factores reales del prodigioso progreso del pais" (5>). Culminando su actuación en
la Conferencia, Roque S aknz Peüa hizo famosa una frase que, según H arold Petersoh,
resonaría durante décadas en los pasillos panamericanos-, "¡Sea 1a América para
la humanidad!" (51).
La economía gravitó en forma excluyente en los desacuerdos con los Estados
Unidos, y en este aspecto, la elite argentina mostró menos fisuras dado que la
mayoría de sus integrantes optó por proteger el vínculo privilegiado con Europa en
general y con Gran Bretaña en particular, Al respecto, las expresiones de C arlos
Peuf.orimi con respecto a las inversiones británicas en la Argentina f"Cron elocuen
tes: ". ..no hay nación en el mundo donde el capital extranjero haya acuc ido en tales
proporciones. Sólo los que quieren ignorar estos hechos y la influencia determi
nante en las relaciones internacionales de estos poderosos vínculos económicos
pueden hablarnos de doctrinas monroistas y creer que semejanzas de institucio
nes o igualdades de longitudes pueden sobreponerse en la orientación de la
política internacional a los grandes intereses económicos" f35).
(3 1) Lascaao, Víctor M., Américay la política argentina, Buenos Aires, 1938, págs. 175-178.
(32) Cf. NcGAnn, T iiomas F., Argentina, Estados Unidosy elsisteina interamericano, 1880-
1914, Buenos Aires, 1960.
(33) 5 a- z, Luís 5., 'La historia diplomática', en Historia argentina contemporánea, 1862-
1930, Buenos Aires, 1964, pág. 68.
(34) Pcjmsor, HaroldF., La Argentina y los Estados Unidos, 1. 1810-1914, Buenos Aires,
1985, pág. 332; BuLcoimr, Curios, 'Voces de alerta contra la Conferencia Panamericana de
1889", en Ciclos en la historia, la economía y la sociedad, M° 17, primer semestre de 1999,
pág. 168.
(35) Bagu, Sergio. Argentina en el mundo, México, 1961, pág. 71.
24 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
\
Esta alianza tácita, sustentada en generosos flujos económicos no implicaba
una subordinación automática a los dictados de Londres, ni impedía actitudes
como la asumida por la cancillería argentina cuando Gran Bretaña, Alemania e
Italia, con el asentimiento expreso de los Estados Unidos, emprendieron en 1902
una acción militar contra Venezuela, en represalia por la suspensión del pago de
su deuda pública. En esa ocasión, el ministro Luis H aría D rago sostuvo ante
Washington la ilegitimidad del empleo de la’ fúerza para el cobro de las deudas,
imponiendo en el derecho internacional la doctrina que después llevaría su
nombre. Como señala F errari, "el Departamento de Estado recibió con sorpresa la
nota de D rago, dado que el gobierno norteamericano percibió esta iniciativa como
un peligro de multilateralizar la doctrina Monroe, que hasta entonces Washington
había administrado discrecionalmente" (-vi}. También en este caso, los caminos de
la Argentina y los Estados Unidos parecían cruzarse.
Las diferencias con el Brasil fueron otras de las cuestiones más controvertidas
en la política exterior argentina de principios de siglo. Aunque con los anteceden
tes favorables de M itre., y su alianza para la guerra contra el Paraguay, y de la
segunda presidencia de Roca , que impulsó una política de colaboración y coope
ración con el país vecino, la presencia como cancilleres del barón de Río Branco
en el Brasil y de E sta,' tsi.ro Z eballos en la Argentina generó una etapa de fricciones
entre ambos países. Esto se debió, sobre todo, a factores estratégico-militares, que
se tradujeron en una carrera armamentista que duró varios años. Entre 1904 y
1908, se habló incluso de una "paz annada" entre los vecinos. El acercamiento del
Brasil a los Estados Unidos y a Chile chocaba con la vocación europeísta de los
gobiernos argentinos que, para contrarrestar los propósitos brasileños, procuraron
aproximarse más a Bolivia y Perú, en lo que se llamó la "política de las alianzas
cruzadas". La renuncia de Z eballos, primero, y la asunción de Roque S aehz Peiía a la
Presidencia, más tarde, distendieron las relaciones con Rio de Janeiro. Com o
muestra de este cambio, el nuevo mandatario argentino pronunció en esa ciudad,
en ocasión de un viaje al Brasil, en 1910, una frase famosa: "todo nos une, nada
nos separa" (■” ).
136} Ferrari. G ustavo, [¿quema de lapolítica exteriorargentina, Buenos Aires, 1981,pág. 63.
(37) E toieparcbouda, Roberto, Historia de tas relaciones internacionales argentinas,
Buenos Aires, 1978, págs. 38-41.
CAP. í - EL MODELO AGROEXPORTADOR (1880-1914) 25
(38) Cf. a este respecto los trabajos de Burgin, Mirón, Aspectos económicos del
federalismo argentino, Buenos Aires, 1975, y O ddonc, J acinto, La burguesía terrateniente
argentina, Buenos Aires, 1975.
26_______________ HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
i
desplazados a la Patagonia y que serían diezmados en sucesivas incursiones
i posteriores (■'“). Com o señalan Brailgvskv y PoQueiMAM, el discurso oficial trataba de
y X eludir la contradicción de los términos.- "era necesario conquistarlo, precisamente
Cjoorque no era un desierto” (*0),
Las tierras conquistadas se encontraban en gran parte distribuidas antes de la
campaña de Roca .. La conquista demandaba un gran esfuerzo de recursos, que;
fueron obtenidos por medio de la ley 947 del 5 de octubre de 1878. en la que se..
_autorizaba_a emitir un empréstito internacional para tal fin. garantizado por las
tierras a conquistar. El empréstito se configuró con ¡a siiicripción de 4.000.
obligaciones de 400 pesos. Cada una daba derecho a una legua cuadrada (2.500
has), pero no sé podía hacer ninguna adjudicación inferior a 4 obligaciones, dé
manera, que los suscriptores se aseguraban un mínimo de lÓ.OGtJ fías’. Eso
implicaba que antes del inicio, 10.000.000 de has ya tenían dueño. De todos
modos, el nuevo territorio era todavía más vasto, de manera que en 1882 se
sancionó una nueva legislación para realizar un remate en las embajadas argen
tinas en París y Londres que limitaba la extensión de las parcelas, imponiendo un
tope de 40.000 has por comprador, y destinaba lotes con un tamaño de entre 2¿
y 400 has a la agricultura, aunque las disposiciones limitantes fueron eludidas con
la utilización de testaferros.
Por último, en 1885 se sancionó una ley de premios para los militares
participantes de la campaña, que, de acuerdo con su rango, recibirían entre 8.000
has para los jefes de frontera, y 100 has para los soldados. Pero como los militares,
de todas las graduaciones no habían cobrado sus salarios entre 1878 y 1885, la
mayoría debió vender de manera ¡nrnediatá'Sus tierras a compañías inmobiliarias
para poder hacer frente a las deudas que había acumulado, Con esla ley también
se autorizó al gobierno a pagar con tierras las deudas con los proveedores del
ejército, en especia! a los constructores de las lineas telegráficas (■").
Con la normativa sancionada entre 1878 y 1885, el proceso de apropiación
de la tierra fue casi tan veloz como la misma conquista. Señala Q aiqmard que "la
totalidad de las tierras pampeanas ya tenía dueño en 1884". Desde ese año "el país
no tiene más tierra agrícola que ofrecer a los inmigrantes europeos que comienzan
a llegar en olas cada vez más poderosas, atraídos por la perspectiva de hacerse de
" una propiedad en las tierras vírgenes que la Argentina acababa de incorporar al
espacio nacional" (” ).
La distribución de las nuevas tierras reforzó el carácter latifundista de la
propiedad rural que había caracterizado a la Argentina en el pasado, como se
observa en el siguiente cuadro.3
1
0
4
9
(39) O aíomaud, Romaix La pampa argentina, Buenos Aires, 1989, págs. 217 y 218.
(40) Bbxu.o-.sbv, A it o -uo y Foolumax Da- ill, Memoria verde: historia ecológica de ta
Argentina, Buenos Aires, 1991, pág. 168.
(41) O aiüsakü, R. (1989), págs. 244 y 245.
t42) O.-uíj- abd, R. (1989), págs. 253.
CAP 1 - EL MODELO AGROEXPORTADOR (1880-1914) 27
(43) Cf. Pkerisch, Raúl, "Historia monetaria argentina: anotaciones sobre nuestro medio
circulante, 1776-1885", en Rafofort, M. (1988).
(44) C ormbut, O scar, G allo, Ezequiel, y O'ConrtcLL, A rturo, "La generación del '80 y su
proyecto: antecentes y consecuencias", en Di T elia , T orcuato. G ckmant, G imo y G rao are.ta , J orge,
Argentina: sociedad de masas, Buenos Aires, 1965, pág. 19.
28 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
. Cuadro 1,3. Principales beneficiarios de las donaciones de tierras efectuadas por la Caja
deI Crédito Público de 1381 a 1684 en Buenos Aires, La Pampa y Córdoba.
aun más de lo que exponen las estadísticas. Esto ocurre, porgue a partir de 1885
el valor de las exportaciones se encuentra sobrestimado. La causa es que en ese
año se suspendió la convertibilidad del peso sin que ello alcanzara a reflejarse en
las cifras del comercio exterior donde figuraba como unidad de valor el peso oro,
que equivalía en teoría al peso papel, pero representaba en realidad una m oneda
interna devaluada.
El boom de las exportaciones agropecuarias comenzarla recién después de la
crisis de 1890. Lo que se advierte en la década del '80 fue un gran incremento de
las importaciones, que aumentaron de 45 millones de pesos oro en 1880 a j 42
nuljones en_ 1890L A pesar del rápido crecimiento de la población gracias ai
movimiento inmigratorio, las importaciones percápita en ese periodo se duplican,
ijegándo á un picó máximo de 50,4 en 1889, cifra que sólo va a ser superada en
1910.”
El cuadro siguiente muestra las distintas alternativas del comercio externo
entre 1880 y 1914.
a4
5
Fuente: W iluav $, John H,, Argentina International Trade under inconvertible Paper Money. 1880-1900, Harvard, 1920.
La razón que inducía a esperar una alta tasa de retorno del capital era Ja
posibilidad de poner en producción los enormes recursos potenciales de la Pampa
Jlúmedcr Como señala Perms, comentando la opinión de un dirigente británico, en
1885 se consideraba que "un millón de libras esterlinas colocadas en Argentina
contribuiría a producir más artículos de venta que un millón de libras invertidas en
cualquier otra parte del mundo". Sin embargo, el hecho de que el arribo de esas
inversiones "precediera — como agrega F er,-¡s— el incremento productivo y físico
en un considerable espacio de tiempo, ayuda a explicar en parte la súbita
detención de la afluencia de capitales que precipitó la crisis Baring en 18 90". Otro
autor ha analizado el desfase existente entre la construcción de vías férreas y la
producción y exportación de granos O . “
^ _ _y ' "
La crisis marcó un punto de inflexión en la inversión extranjera, que se redujo
considerablemente hasta fines de siglo. Esto, sumado a la fuerte carga de la deuda
externa, originó un saldo negativo de magnitud en la balanza de capitales. Pero en
ese momento comenzó a producirse el boom de las exportaciones agropecuarias,
lo que permitió equilibrar la balanza de pagos.
Recién en los primeros años del nuevo siglo el capital extranjero volvió a entrar
al país — y ahora con un origen mucho más diversificado: alemán, francés y
norteamericano, además del británico— pero la situación había cambiado en
relación con 188Q.. Desde entonces el movimiento comercial y ej^de capitales
tendrían una mayor vinculación debido a las transformaciones que se habían
producido en la década anterior en la estructura productiva
Como puede observarse en el cuadro 1,6, las inversiones extranjeras se
canalizaron en actividades de muy diverso orden, con un neto predominio de los
ferrocarriles y los empréstitos públicos.
La ausencia de un sistema de ríos y canales similar al norteamericano, exigía,
aun más que en el paisdel Norte, la construcción de una amplia red ferroviaria que
sirviera de base al desarrollo de la producción agropecuaria a costos competitivos,
a nivel internacional.
Para fomentar la inversión extranjera en ferrocarriles, el Estado com enzó
garantizando a las empresas beneficios mínimos que llegaban hasta el 7 % del.
capital invertido, aunque muchas de ellas prefirieron no acogerse a esa garantía,
pues sus ganancias superaban los topes establecidos y no. perdían así la libertad
de fijar las tarifas. J.as concesiones de tierras adyacentes a las vías, la introducción
de materiales libres de derechos y, finalmente, la Ley Mitre de 1907, que eximía
a las empresas del pago de todo tipo de impuestos nacionales, municipales o
provinciales a cambio de una obligación única del 3 % sobre las utilidades netas,
constituyeron un poderoso estímulo para la inversión ferroviaria.4 8
(48) Fr.¡ms, M. S. (1974), págs. 407 y 409; Foro, AlecG., "La Argentina y la crisis de Baring
de 1890", en G iménez Zapiola, Marcos, Materiales para el estudio de la oligarquía argentina,
Buenos Aires, 1977, págs. I28ysigtes.
34 ______________ HISTORIA ECONOMICA, POLÍTICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
i
S El ferrocarril permitió la puesta en producción de extensas regiones, especial:__
me rite "én ¡a Ta ñ lp a Húmeda y aseguró un transporte rápido y barato de los_
productos agropecuarios exportables hacia los grandes puertos. Por otro lado,
facilitó la intróduccióri dé las manufacturas importadas en el interior del pais,
completando así la integración en el esquema de división internacional del trabajo^
Pero si bien incorporó algunas economías regionales, como Tucumán y Cuyo, a la
estructura producti va nacional, sus beneficios recayeron sobre todo enJ.arona del
Litoral, incluyendo a regiones hasta entonces desaprovechadas cpmo.e] sur_.de _
Córdoba. También consolidó la situación de Buenos Aires como principal centro
económico del país, centralizando las terminales del sistema en esa ciudad y
conformando el llamado "país abanico", tal como lo señalaba A lejandro B uhce.
1910 1917
| D is trib u c ió n p o r a ctivid a d económ ica
USS % USS %
D is trib u c ió n p o r país
Para la d istrib u c- • : y actividades económicas se han convertido fes cilras en pesos oro a dólares de acuerdo con
I las siguiente-'- • 12 cam bio: 5 peso oro = 2,27 pesos papel, 1 dóar = 2,36 pesos papel, cotizaciones vigentes en
esos años. Tam í,r.n se ha corregido la distribución por actividades económicas para 1917 siguiendo indicaciones de
A lejandro B uhge. L os valores de la primera columna en la distribucen por países corresponden a 1901. Los totales
por actividad económica y por países no coinciden por provenir de distintas fuentes.
Elaboración propin.
F uenles: M arihiez , A lberto B. y L evjanoowsxi, M auricio, L A rg e n tin a . X X 'S iéde, París, 1912; B unge. A lejandro. "Los
capitales extranjeros en la República Argentina’ , en ReLsta de E ccrcm ia Argentina. Buenos Aires, 1928; FIEL. Las
inversiones extranjeras en la Argentina. Buenos Aires. 1573; CEPAL. 9 desarrollo económico argentino. Santiago de
Chile. 1953.
Cuadro 1,6. Inversión externa por actividad económica y por países de origen (1910 y 1917)
(en millones de dólares).
CAP. 1 - EL MODELO AGROEXPORTADOR (1880-1914) 35
Prom edio Long ilu d C apitales Pasajeros Cargas E ntradas Gastos E ntradas Intereses
de lo s de vías in v e rtid o s m iles m iles de m iles de m iles de líq u id a s (% so b re
q u in q u e p o r km m iles de toneladas mSn mSn m iles de capitales
nios mSn mSn in v e rtid o s)
Fuente: Comité Nacional de Geografía, Anuario Geográfico Argentino. Buenos Aires, 1942.
(51) Qirnfuo R’ ros, Amot., Tesis doctora!, nueva York, 1950. pág. 105.
(52) Ciinrri Co':.r„ Rimen ro, La economía argentina en el largo plazo, Buenos Aires, 1997,
pág. 159. Para un análisis de los distintos enfoques teóricos en la interpretación del modelo
agroexportador ver Tr-<nu< ki, M ikm . "Interpretaciones económicas y problemas históricos: la
historiografía argentina y la etapa agroexportadora", en Ciclos en la historia, la economía y
la sociedad, 13, segundo semestre de 1997.
CAP. 1 - EL MODELO AGROEXPORTADOR ( 1880- 1914) 37
Servicio de la
Nuevos Saldo de deuda como
Servicios de
Períodos empréstitos la balanza Exportaciones porcentaje
la deuda
e inversiones comercial de las
exportaciones
1881-1883 87 47 -19 179 26.2
1884-1886 145 77 ■60 222 34.7
1887-1889 555 147 •136 275 53r5
1690-1692 5- 92 17 317 29.0
1893-1895 17 38 32 316 12.0
1836-1898 122 134 34 352 38,1
1699-1901 173 178 163 507 35.1
1902-1904 360 237 243 665 35,6
1905-1907 360 300 150 911 . 32.9
1908-1910 490 371 209 1.136 32.7
1911-1913 ■ ■ 750 419 116 1.289 32.5
En 1891 se suspendí: e! pago be a deuda externa que se reanudó en 1894,A partir de 1900 no existen estim aciones
disponibles de los préstamos extranjeros, para el cálculo se tuvieron en cuenta las estim aciones globales del to ta l de
préstamos efectuados per E l . - - : » A llende.
Elaboración propia.
. Fuentes W illiams, J oan H.. Argenlina Inlernalional Trade undei Inconvertible Paper Money, 1880-1900. H arvard.
1920; Tercer censo ra cio n a l 19” . lom o VIII; B evefwggi A llende, E! servicio de¡ ca pital extranjero y e l centro!
de cambios. M éxico. 1954.
(53) ílAfison, SiMun G., Argentina Meat and the Biitish Market, Stanford, 1938, págs. 18-47.
CAP. 1 - EL MODELO AGROEXPORTADOR ( 1880- 1914} 39
(55) Vazqucz-Pkiislix). V. ( 197 lt. págs. 98 y 100, y Scomr., J amos, Revolución en las pampas,
1860 1910, Buenos Aires, 1958, pág. 74.
CAP. 1 — EL MODELO AGROEXPORTADOH (1880-1914) 41
Tasa Tasa
Año Poblac. de cree, Inmlg. Emig. Saldo Año Poblac. de cree, Inmig. Emig. Saldo
anual anual
1880 2.492 — 41,60 20.30 21.30 1898 4.357 2.93 95.10 53.50 41,60
1881 2.565 2,93 47,40 22,30 25,10 1899 4.477 2.75 11,00 62,20 -51,20
1882 2.639 2,88 51,50 8,70 42,80 1900 4.607 2.90 105,90 55,40 50,50
1883 2.716 2,92 63,20 9,50 53.70 1901 4.740 2,89 125.90 80,20 45,70
1884 2.797 2,93 77,80 14.40 63.40 1902 4.871 2.76 96,00 79,40 16,60
1885 2.880 2,97 108,70 14,50 94,20 1903 *4.976 2,16 112.60 74,70 37,90
1886 2.966 2,99 93,10 13,90 79,20 1904 5.103 2.55 161,00 66,50 94,50
1887 3.056 3.03 120,80 13,60 107,20 1905 5.289 3.64 221,60 82.70 138,90
1888 3.158 3,34 155.60 16,80 138.80 1906 5.524 4,49 302,20 103.80 198.40
1889 3.265 3,39 260,90 40,60 220.30 1907 5.821 5.38 257,90 138,00 119.90
1890 3.377 3,43 110,50 80.20 30.30 1908 6.046 4,71 303.10 127.00 176,10
156) VAZQL'rz-Pnr.stDo, V. (1971), pág. 92; Viu.ARMjr.i., .!o»r. C.lv .k, "Rasgos de la política
económica argentina, 1870-1914". en LEPA, Documento de Trabajo fí1' 3, Buenos Aires,
1978, pág. 40.
(57) i».'1K[>r, Gcy, Buenos Aires: urbanización e inmigración, Buenos Aires, 1977, pág. 130.
42 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
\
| 1S31 3.490 3,35 52,00 81.90 -29.90 1909 6.331 4.03 278.10 137.50. 140.60
| 1632 3.607 3.35 73.20 43,80 29,40 1910 6.586 4.17 345,20 136.40 208.80
1 1893 3.729 3.35 84.40 48,70 35.70 1911 6.913 3,38 281,60 172.00 109,60
1 1694 3.S56 3.41 80,60 41,30 39,30 1912 7.147 4,69 379,10 172,90 206.20
j 1695 3.9:6 2,54 80,90 36,80 44.10 1913 7.482 5.39 364.20 191,60 172,60
| 1SS6 4.071 2.91 135.20 45.90 89.30 1914 7.885 5.00 182.60 221,00 -38.40
Elaboración propia.
Fuente: V m o .í z -P resedo, V icente. Estadísticas históricas argentinas. 1875-I9U, Buenos Aires. 1971.
Con respecto a las opiniones que sostienen que la inmigración golondrina era
atraída por los altos jornales abonados en las actividades agrícolas del pais, se ha
estimado que la ganancia obtenida por los trabajadores inmigrantes durante una
estadía de seis meses era equivalente a los jornales europeos de hasta un máximo
de 100 días de labor. Si esos inmigrantes emprendían un viaje azaroso hacia la
Argentina para recibirlos mismos jornales que podía obtener en Europa en la mitad
del tiempo, ello se explica por la gravedad de las condiciones existentes en las
tierras de donde provenían (5-).
En términos generales, puede observarse que los movimientos migratorios
resultaron muy fluctuantes y dependieron de djstintas variables. Las crisis econó
micas, en especial la de 1890, también tuvieron su influencia al producir un
descenso pronunciado en el número de inmigrantes. Pero, además de los vaivenes
de la coyuntura yde las dificultades materiales, la política del gobierno, carente de
toda intención de encuadramiento o planificación, sobre todo a partir de los años
'80, y poco favorable a la incorporación plena al pais de los inmigrantes, compartió
la responsabilidad de esas fluctuaciones porque expuso a los recién venidos a
riesgos y trabas de diverso tipo que impidieron su mejor asentamiento y distribu
ción de acuerdo con las necesidades productivas de! país.
Un buen indicador de las condiciones de la inmigración de la Argentina es su
importancia comparativa como receptor de extranjeros. Si bien nuestro pais se
convirtió en un importante lugar de destino para los inmigrantes, el principal flujo
no se dirigió hacia aquí, sino hacia los Estados Unidos, que acogieron a más del
60 % de la inmigración hacia los mayores receptores, y, en menor proporción,
hacia Canadá. Por momentos, incluso, la Argentina llegó a ser superada por e!
Brasil.5
9
Fuerte: Ashwobth. Wuiam, Brevehistoriade laeconomía internacional desde 1850, México, 1978.
(60) Asiimoiuii, VVm.u a i , Lircvc ¡listona de la economía internacional desde i 850, México,
1978, págs. 233 y 234; Gaiosaku. IV, (1989), pág. 305, y G lu.f.r, lucio, "El crecimiento
industrial argentino hasta 1914 y la teoría del bien primario exportable", en Ginosu Zapiou,
Marcos, El régimen oligárquico. Dueños Aires. 1975. pág. 195.
CAP 1 - EL MODELO AGROEXPORTADOR (1880-1914) 45
LA SITUACION SOCIAL
(61) Bejige, A lejandro, Una nueva Argentina, Buenos Aires, 1984, pág. 17. La edición
original es de 1940.
46 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
l
Esos indicadores indirectos sugieren !a existencia de una marcada polarización
en la apropiación de la riqueza creada anualmente. Los propietarios terratenientes
y quienes controlaban el comercio exterior lograron incrementar de manera ‘
notable su riqueza, hecho que se puso de manifiesto en el proceso de concentra
ción de la tierra en muy pocas manos, en la construcción de amplios palacetes o
en las excentricidades a la hora del turismo. Como narra Eehus. "en los centros de
placer europeos la palabra argentino se convirtió en sinónimo de riqueza y lujo'. • * • •
Los grandes palacios de la aristocracia en tomo a la Plaza San Martín, en Buenos
Aires y los petits hotels del Barrio Norte rivalizaban con las residencias urbanas de
la aristocracia inglesa. Los magnates alquilaban para su uso particular vagones de
ferrocarril y hasta trenes enteros para transportara sus familias y servidumbres de
sus mansiones urbanas a sus residencias de veraneo. Un estanciero se llevó
consigo vacas lecheras a Europa para asegurarse de que sus hijos tuvieran buena
leche para beber durante el viaje" (6-).
Com o señala un autor, miembro de una familia aristocrática de la época y
conocedor de ese mundo: "el fomento y el desarrollo desenfrenado de los
negocios, de los capitales, de las obras públicas, de las concesiones, de los valores
reales o ficticios y de la especulación engendraron una irresistible ola de agio en
todos los terrenos, de tal suerte que convirtió al país en una inmensa casa de juego.
Ello trajo como consecuencia la corrupción, el despilfarro, el afán del oro, la
riqueza fácil y el lujo improvisado que dio lugar al tipo denominado rastacuero, en
su acepción de rico que deslumbraba en Europa con sus dilapidaciones y la
exhibición de su fortuna tan rápidamente adquirida como gastada. Esa embriaguez
corruptora se extendia a todos los terrenos, públicos y privados, administrativos,
comerciales y particulares. Los excesos suntuarios llegaban a su extensión
máxima enjoyas, en coches tirados por los famosos caballos rusos, en muebles,
en palacetes, en objetos de aite de dudoso gusto que convertían las nuevas
moradas en bazares heterogéneos" (“ ).
Si existen pocas discrepancias sobre las condiciones de vida de los estratos
más altos, las de los sectores populares resultan más controvertidas. Sobre este
punto, Eekms sostiene que una parte de la riqueza se filtraba hacia tas capas
inferiores de los principales centros urbanos como Buenos Aires y Rosario, donde
los sectores populares habrían estado bien alimentados, decentemente vestidos
y educados hasta cierto grado (6 34). El autor no aborda lo que ocurría en el interior,
6
2
pero al tomar a dichas ciudades como casos específicos deja entrever profundos
desequilibrios regionales en la calidad de vida. Sin embargo, otros autores, como
P.v :ett !eri, sostienen que el vertiginoso aumento de las poblaciones y el desarrollo
urbano impulsados por la inmigración produjeron en las .principales ciudades un
considerable aumento de la mano de obra disponible, lo que originó una paga baja
y condiciones de trabajo precarias y extenuantes (6S6 ).
Las alternativas del ciclo económico condicionaron el nivel de los trabajadores
urbanos de Buenos Aires. Paitettieri sostiene que "a partir de mediados de los años
'80 comienza un largo periodo de deterioro del salario real, como consecuencia
de la inflación creciente y los efectos de la crisis de 1890, situación que se prolonga
hasta promediar la última década del siglo". Entre 1885 y 1891, 'el salario real del
obrero experimentó una reducción del 54 Desde 1896, superados los últimos
efectos de la crisis de 1890, los salarios parecen haber repuntado hasta 1899.
Entre este año y 1903, la carestía volvió a deteriorar el nivel de vida de los
trabajadores. Un importante incremento de la demanda de mano de obra favoreció
un aumento general de salarios entre 1904 y 1906.("Pero en los años siguientes,
y hasta 1914, se produjo una constante y considerable aceleración en los precios
y alquileres que anuló las mejoras logradas en los años anteriores". Frente a estas
circunstancias, las familias trabajadoras, según señalaban estudios del Departa
mento nacional del Trabajo en 1908, recurrían al trabajo de mujeres y niños y a
la industria a domicilio como recursos para suplementar sus magros ingresos y
equilibrar sus presupuestos (“ ). Para el periodo que transcurre entre 1886 y 1896,
también J uai A lvarez advierte un notorio descenso de los salarios reales, atribuido
fundamentalmente a la depreciación de la moneda. Sostiene que los precios se
ajustaban a una velocidad mayor que los salarios a la desvalorización del peso
frente al oro, tendencia reforzada por la especulación de los comerciantes. Así,
aunque el salario nominal subió de $ 2,80 a $ 4,35 entre 1886 y 1896, el salario
real descendió en dicho período de $ 2 a $ 1,47, encontrando su punto m ás bajo
en $ 1,13 para 1894. Dado que para el primer año la depreciación ya había
comenzado. A lvarez supone que la disminución de! salario habría sido aún más
pronunciada t67).
Los análisis de C ortes C odde sobre la evolución de los salarios arribaron a otras
conclusiones. Durante el periodo 1883-191 1 se produjo— según él— un incremen
to de los salarios reales del 1,4 % anual que benefició tanto a los trabajadores
urbanos no calificados como a los rurales. Con el fin de ponderar los efectos de
ia inconvertibilidad monetaria sobre los Salarios, el autor dividió el período
estudiado en dos subperíodos. Entre 1883 y 1899, los salarios reales d e ambas
categorías de trabajadores se incrementaron a una tasa anual del 2 ,6 En
cambio, entre 1901 y 1912, lossalarios iniciaron una declinación que se prolongó •
(651 PA-miERi, J osé, Las primeras leyes obreras, Buenos Aires, 1984, pág. 7.
(66) Pa^ctticri. J osé, Argentina: historia de un país periférico, 1860-1914, Buenos Aires,
1986, págs. 187-191.
(67) A lvakez, J u a i , Las guerras civiles argentinas, Buenos Aires, 1984, págs, 1 15-116. La
edición original es de 1910.
48 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
-------------------------------------------------------------------------------- — 5------------
hasta 1909 para recuperarse entre 1910 y 1 9 12. río obstante, en este subperíodo
los salarios reales por hora crecieron a una tasa anual del 0,9 °/o. Para explicar las
mejoras producidas en el primer subperíodo, el autor sostiene que, pese a la
depreciación de la moneda y la fuerte emisión monetaria, "los precios subieron
menos que en el otro (subperiodo) en el que existió estabilidad monetaria". Los
precios de los artículos de consumo, principalmente los alimentos, no_ 5ÓI0
dependían de las oscilaciones de la tasa de cambio, sino que también estaban
influidos por los precios internacionales. Asimismo, el autor menciona otros
factores de no menor importancia para el comportamiento de los salarios. Nieritras
que en el primer subperiodo, a partir de 1890. se produjo una caída del flujo anual
de inmigrantes que redujo su incidencia sobre la oferta de trabajo, en el segundo,
el número de inmigrantes creció sustancialmente. Además, la rápida expansión del
área cultivada entre 1880 y 1900 permitió la absorción de gran cantidad de mano
de obra, mientras que a partir de 1900 la expansión de cultivos se mantuvo, pero
a un ritmo decreciente. Finalmente, también los alquileres tuvieron su incidencia
sobre los salarios: descendieron en los años '90 y experimentaron una fuerte alza
a partir de 1907 (50).
Los alquileres constituyeron un rubro de incidencia considerable en el
presupuesto obrero. El crecimiento poblacional y el masivo asentamiento de los
inmigrantes en la ciudad de Buenos Aires provocaron un desequilibrio entre la
oferta y la demanda de viviendas populares. Esto determinó que propietarios e
intermediarios impulsaran el aumento de los alquileres, destacándose la duplicación
de los alquileres, producida entre 1904 y 1912 y señalada por el Anuario del
Departamento de Trabajo. Esta circunstancia motivó, en 1907. una insólita huelga
de inquilinos que iniciada en la Capital Federal se extendió al interior del país, en
reclamo de una rebaja sustancial de los alquileresy de la mejora de las condiciones
higiénicas de los inmuebles.
El problema habitacional tuvo otro aspecto que impacto negativamente sobre
las condiciones de vida de los sectores populares urbanos. Las casas de inquilinato
o conventillos pasaron a ser las viviendas de muchos inmigrantes extranjeros, de
migrantes nacionales, artesanos, pequeños comerciantes y vendedores ambulan
tes. También de personas dedicadas a actividades económicas, más o menos
marginales, y de un alto porcentaje de asalariados manuales. Alojados en aquellos
viejos inmuebles, estos habitantes, según una descripción del ministro E duardo
W ilde , sobrevivían hacinados en cuartos que, además de dormitorio para las
familias, eran "comedor, cocina y despensa, patio para que jueguen los niños y
sitio donde se depositan excrementos, a lo menos temporalmente, depósito de
basura, almacén de ropa sucia y limpia, si lo hay; morada del perro y del gato,
depósito de agua, almacén de combustibles; sitio donde arde de noche un candil,6 8
(68) Cohtlí CoM>r., RoKr.RTo, El progreso argentino, 1880-1914, Buenos Aires, 1979, págs.
237-240.
CAP. 1 - EL MODELO AGROEXPORTADOR (1880-1914) 49
una vela o una lámpara; en fin, cada cuarto de éstos es un pandemónium donde
respiran, contra todas las prescripciones higiénicas, contra las leyes del sentido
común y del buen gusto y hasta contra las exigencias del organismo mismo, cuatro,
cinco o más personas" <65).
Fuente: cuadro elaborado por S efgo 3agu, a p a rir de censos municipales, de estadísticas municipales y d e l texlo
de N icolás Beso Moreno, Buenos A res, puerto del R io de la Plata, capital de la Argentina, Buenos Aires, 1939.
(71) Scouic, J ases, Revolución en las pampas, 18 6 0 1 910, Buenos Aires, 1968, pág. 86.
(72) Cf. hu sr:m de WnmcK, L im a d a , 'L os forjadores del cereal", en Historia integral
argentina, CEAL, Buenos Aires, 1980, págs. 152-155.
(73) BiALr.r N assc , J uad. informe sobre el estado de las clases obreras argentinas a
comienzos del siglo, tomo I, Buenos Aires, 1985,
CAP 1 — EL MODELO AGROEXPORTADOfí (1 8 8 0 -1 9 1 4 ) 51
(75) Cf. B ilsmv, E doardo, La TORA y el movimiento obrero, 1900-1910, Buenos Aires, 1985.
CAP. 1 - EL MODELO AGROEXPORTADOñ (1880-1914) 53
(76) Cf. M atsuswta, U ikosciu , Movimiento obrero argentino. 19 3 0 -1945, B uenos Aires, 1983.
54 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
----------------------- ------ --------------------------------------------------------1— -— \ -----------------------
(77) Cf. Gobio. J ulio , £7 m ovim iento obrero argentino (1870-1910), B u e n o s Aires, 1987.
C A P. 1 - EL M O D E L O A G R O E X P O R T A D O R (1 8 8 0 -1 9 1 4 ) 55
huelga general como método de lucha gremial. A fines de 1906. desplazaron a los
socialistas de la dirección de la UGT, adoptando una actitud neutral frente a los
partidos políticos y aproximándose, en un principio, a la posición anarquista. Hacia
fines de la década, esta corriente adquirió gran ascendiente entre los trabajadores.
Creó una nueva central obrera en 1909, la Confederación Obrera Regional
Argentina, dentro de la cual se disolvió la UGT. Aun afectada por los sucesos del
• Centenario, a diferencia de la TORA esta central obrera pudo conservar una
estructura organizada.
Frente a la conflictividad social del período 1900-1910, la política del Estado
fue oscilante. Por un lado, limitó sus intervenciones a un control del movimiento
social y a la represión de sus manifestaciones más extremas; por otro, reviendo su
postura abstencionista, intervino en los conflictos laborales, reglamentando la
vida de los sindicatos, sus derechos y obligaciones.
La actividad huelguística también fue combatida por el gobierno mediante la
rcpresloñ legal. Las huelgas en 1902 (estibadores en Rosario, ferroviarios en Bahía
Blanca, tranviarios y portuarios en Buenos Aires y peones del Mercado Central de
Frutos de Avellaneda) culminaron con una declaración de huelga general que
estuvo a punto de paralizar el comercio de exportación. El gobierno logró,
precipitadamente, que el Senado aprobara la Ley de Residencia el 22 de noviem
bre de ese año, sobre la base de un proyecto del senador Miguel C añe de 1899. La
ley autorizaba al Poder Ejecutivo a expulsar a todo extranjero cuya conducta fuera
considerada peligrosa para la seguridad nacional o el orden público. Dos dias
después, el gobierno decretó el estado de sitio. La policía expulsó de inmediato
a once italianos y diez españoles, quienes fueron embarcados hacia Genova y
Barcelona, respectivamente. Sin enibargo, la ley no logró solucionar la conflictividad
social y debió recurrirse, a menudo, a la declaración del estado de sitio cuando se
enfrentaron trabajadores y la policía, ya sea durante las huelgas o con motivo de
la celebración del I- de mayo.
.La grave tensión social del año del Centenario culminó, el 26 de ju n io de 1910,
con el estallido de una bomba durante una función de ópera en el Teatro Colón.
• Al día siguiente, la Cámara de Diputados debatió y aprobóla Ley de Defensa Social,
sancionada por el Senado el 28 de junio. La ley prohibía el ingreso al país de
aquellos extranjeros que hubieran cumplido condenas por delitos comunes, de los
anarquistas y de quienes preconizaran el ^taque por medios violentos contra los
funcionarios públicos, los gobiernos en general o las instituciones de la sociedad.
Además prohibía la existencia de toda asociación que tuviera com o objeto la
propagación de las doctrinas anarquistas y regulaba el derecho de reunión.
Finalmente, penaba Sa apología del delito y el uso de explosivos, con penas que
iban desde los seis años de prisión hasta la pena de muerte. Ajuicio de ZinriERMAMN,
ia iey resultó ser un instrumento efectivo para la represión del anarquismo (7H).7 8
(79) Citado en PArir.mr.Ri, J osé , L o s trabajadores, B u en os Aires, 1982, págs. 161 y 162.
CAP. 1 - EL MODELO AGROEXPORTADOR (1880-1914) 57
1 ,9 ,1 . La agricu ltura
a8
1
Trigo Maíz
11.523
TOTALES 199.447
1906-1910
£ 5.887
89.030
1 2.529
1910-1905 56.174
I 526
1896-1800 ¡ | 28.063
■ 2.581
1891-1895 | | 26.680
Fuente: Scosie, J ames, Revolución en ¡as pampas, 1860-1910. Buenos Aires. 1968.
Gráfico 1,2. Importaciones de maquinarias agrícolas (1891-1895 / 1906-1910).
(89)Cf. S abato , Hilda, Capitalismoy ganadería en Buenos Aires. La Pebre del lanar, 1850-
1890, Buenos Aires. 1989.
CAP. 1 - EL MODELO AGfíOEXPORTADOfí (1880-1914) 65
(90) Cf. GiistKTt, Horacio C., Historia económica de la ganadería argentina, Buenos Aires,
1961.
66 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
l
Promedio de Vacuna Vacuna Ovina enfriada - Carne
Tasajo O tros Totales
quinquenios entriada congelada y congelada conservada
Elaboración propia.
Fuente: Comité Nacional de Geografía (1942).
Total R epública
Menos de 625 72,5 8.8
626 a 2.500 18.5 22.2
2.501 a 5.000 4,0 14.4
5.001 o más 5.0 55,0
B uenos A ire s
Menos de 625 71.5 16.5
626 a 2.500 20.8 27.5
2.501 a 5.000 4.7 17,0
5.001 o más 3.0 39,0
S ania Fe
Menos de 62a 82.8 15.3
626 a 2.5CC 10.6 16.0
2.501 a 5 CC0 5.3 13.4
5.001 o más 3.3 53,3
Elaboración propia.
Fuente: Censo nacicnal da 1= 14.
Estos y otros ejemplos han sido invocados, junto con el alto porcentaje de
importaciones Jibres de derechos (cerca de un 50 % entre 1905 y 1919), com o un
testimonio del denominado "proteccionismo a! revés' que habría regido la política
aduanera.y.desatentado el desarrollo industrial. Esta afirmación ha sido discutida
por algunos autores que procuraron demostrar que la tarifa argentina no fue tan
baja como se ha creído, teniendo en cuenta su estructura, los precios internacio
nales y otras variables. Pero lo cierto es que el sistema arancelario .no tuyo
demasiados efectos sobre el sector industrial, en especial sobre las ramas más
dinámicas de la época. Según el censo de 1914, la importación de productos
textiles, por ejemplo, representaba ese año ei 77 % del consumo interno, y la de
productos metalúrgicos, el 67 % (S5).
De allí que las discusiones sobre la cuestión arancelaria reaparecieran
esporádica pero insistentemente en el futuro, como cuando Rafael Mer« apídez
(hermano del autor de Martín fierro) publica en 1885 un folleto titulado En barro
inglés diez millones, en el que criticaba en forma acida la importación de caños de
barro cocido y, planteaba cuánto mejoraría el estado de la población si se
transformaran más sistemáticamente las materias primas locales y se incrementara,
por ende, el empleo de los jornaleros del país (9% El planteo de HEmAnntz diferia
en ese último aspecto de las posiciones defendidas por los líderes del principal
partido representante de los trabajadores, el socialismo, que eran fervientes
librecambistas. Estos argumentaban que la protección arancelaria encarecía los
artículos de primera necesidad y perjudicaba a los consumidores, pero no
tomaban en cuenta los posibles efectos sobre el volumen de empleo o el nivel de
los salarios.
Un problema adicional que contribuyó a agravar la desproteccción fue el que
se generó con la Ley Arancelaria de 1906, que modificó a la de 1877. La nueva
norma fijaba un valor de aforo para cada producto que sólo podía ser modificado
por otra ley — y hasta la década de 1950 se produjeron nada más que dos
modificaciones, en 1920 y 1925— , lo que provocó, en ¡a medida en que los precios
internacionales comenzaron a distanciarse de los valores de aforo, una seria
reducción, en términos reales, de las tarifas. En 1910, éstas representaban en
promedio el 92,7 % de su valor arancelario, pero en 1916 habían descendido al
59,4 % , y en 1918, al 55,1 % . 9
6
5
(95) D íaz A iejamdro, C arlos, Ensayos sobre la historia económica argentina, Buenos Aires,
1975, pág. 209.
(96) Citado por Frigekio. Rogelio, Síntesis de la hlstoría critica de la economía argentina,
buenos Aires. 1983, pág. 70.
70 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
t
19.8 —
1905 s/d
1907 s/d 19.8 —
1908 s/d 22.0 —
1909 s/d 21.7 —
1910 20,1 21,6 92,7
. 1911 19,2 21,2 90,6
1912 18,5 21,5 86/t
1913 17,7 ■20.8 84,9
1914 16,2 19,2 84,3
1915 137 18,4 74,3
1916 12,6 21,2 59,4
1917 11,2 23,1 48,5
1918 7,8 23.5 33,1
1919 7,5 21,3 35.0
1920 7,5 21,6 34,9
1921 9.4 21,0 45,0
;¡
>!
CAP. 1 - EL MODELO AGfíOEXPORTADOR (1880-1914) 71
N” % N“ % 84 M iles % M iles % %
mSn mSn
Alimentación 4.936 21,3 18.983 38.9 284,9 226.496 47,4 763.773 42.7 237.2
Vestido y tocador 5.713 24,7 7.081 14,5 23,9 45.087 9,4 100.178 5.6 122.2
Construcción 3.995 17,3 8.582 17,6 114,8 46 532 9,7 216.182 12,0 364,6
M uebles y rodados 2.259 9,8 4.441 9.1 97,1 23.010 4,8 62.639 3.5 172,2
Artístico y de omato 949 4,1 996 2.0 0,5 8.569 1,8 14.546 0,8 69,8
Metales y anexos 3.163 13.7 3.275 6,7 0,3 26.479 5,6 107.620 6.0 306,4
Prod. quím icos 317 1,4 667 1.2 110,4 12.902 2,7 38.013 2.1 194,6
Artes gráficas 427 1,8 1.439 3.0 137,0 9.010 1,9 32.982 1,9 266,1
Fibras hiladas
y tejidas — — 2.458 6,0 — — — 34.423 1.9 —
Varios 1.367 5,9 957 2,0 -30,0 79.727 16,7 417.306 23,4 423,4
Totales 23.128 100,0 48,779 100,0- 110,9 477.812 100,0 1.787.662 100,0 274,1
HP % HP % 07 N° % N° % %
Alimentación 35.373 59,5 164.800 24,3 365,9 48.656 29,1 134.832 32,9' 177,1
Vestido y tocador 1.686 2.8 5.784 0,9 243,1 32.559 19,5 57.764 14,1 77,4
Construcción 10.486 17,6 44.570 6 ,6 ' 325,0 30.159 1=3,3 87.317 21,3 186,1
Muebles y rodados 696 1,1 9,026 1,3 1.196,8 12 721 7,6 29.007 7,1 128,0
Artístico y de omato 25 442 — 1.668,0 2.560 1,5 4.294 1,0 67,9
Metales y anexos 2.122 3,6 17.935 2,6 745,2 14.631 8,8 29.327 7.2 100,4
Prod. quím icos 1.850 3,1 4.915 0,7 165,7 4.712 2,8 9.986 2,4 111,9
Arles gráficas 459 1,0 3.058 0,5 556,2 5.080 3,0 13.286 3.2 161,5
Fibras hiladas
y tejidas — — 10.203 1,5 — — — 15.560 3,8 —
Varios 6.730 11.3 418.038 61,6 6.111,6 15.757 9,4 28.815 7,0 82,9
Totales 59.427 100,0 678.757 100,0 1.042,2 167.195 100,0 410.201 100,0 145,9
Elaboración propia. En 1895 e l sector Fibras, hilados y tejidos se Incluye en Industrias varias. Oentro del sector
Alim entación se han incorporado en 1895 Industrias que figuraban por separado: Frigoríficos y saladeros; Molinos
harineros; Ingenios a2ucareros; Vino, cerveza y destilerías de alcohol. Para 1895 no se tienen datos sobre el Valor
de la Producción.
F uentes: Segundo censo nacional, 1895, y Tercer censo nacional, 1914.
marcha ascendente: el ritmo de crecimiento del valor de estas últimas será mayor
que el de las primeras, ayudado por una mejora significativa en los términos del
intercambio que entre i 903 y 1909 suben sostenidamente, de 109,6 a 151,7
Asi, en los tres últimos quinquenios del periodo la balanza comercial será
fuertemente positiva. La composición de las exportaciones por grupo de productos
testimonia el espectacular incremento de las exportaciones agrícolas que de
representarun 6,7 % del total e n j 880-1884 elevaron su participación hasta cerca
de un 60 % en 1905-1909, desplazando de su tradicional primacía a los productos
ganaderos. Mientras que la exportación de estos últimos creció a un ritmo regular
desde principios de la década de 1890, las ventas al exterior de productos agricolas
aumentaron siete veces y media en el mismo período, teniendo en cuenta los
valores medios anuales.9
(99) Di T ulla. Q u ijo y Z ymu .'mm, Mamcu, Las etapas del desarrollo económico argentino.
Buenos Aires, 19G7, págs. 268 y 269.
C A P . 1 - EL M O D E L O A G R O E X P O R T A D O R (1 8 8 0 -1 9 1 4 ) 75
Cuadro 1,23. Valor de las exportaciones por grupos de productos (1871-1374 /19 10-1914)
(en millones de pesos moneda nacional).
1888
6) ARGENTINA 9 300.000
5) CANADA EJ 500.000
4) AUSTRALIA £0 600.000
3} RUMANIA E ü a a 1.700.000
1) RUSIA 8.600.000
76 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
í
1907
6) AUSTRALIA Í H H 900.000
5) CANADA V.400.000
4) Ru m a n ia 3.200.000
2) r u s ia 7.200.000
1 ) e e .u u . 7 .600.000
Fuente: V azouez-P reseoo, V icente. El caso argentino, 1875-1914, Buenos Aires, 1971.
Gráfico 1,4. Principales exportadores de granos 1888-1907 (en toneladas).
Dentro del conjunto de los bienes de consumo, los textiles tuvieron desde 1884
una participación dominante en todo el período; cerca de la mitad del total de
aquéllos. Los bienes de capital dependieron en gran medida del comportamiento de
las importaciones de materia! ferroviario que se desarrollaron en cuatro. grandes
oleadas siguiendo el proceso de inversiónes: 1882-1885, 1888-1892, 1905 -1 91 0
y J 9 J 1 19.14, _pof lo qué el valor promedio de los quinquenios comprendidos entre
1885 y 1894 no se corresponde plenamente con la realidad. En el caso de las
materias primas el aumento constante de su participación se debió al fuerte
crecimiento de los materiales para la construcción (obras de infraestructura y
urbanización) y de los combustibles, sobre todo carbón para los ferrocarriles.
La importancia de los bienes comprados al exterior en el funcionamiento de
la economía de la época está determinada por el hecho de que representaron en
todo el período casi la cuarta parte del valor del producto bruto interno ( l0°). f:^
' El último aspecto de la estructura del comercio exterior que es necesario
analizar es el de la importación y exportación de bienes por países de origen y
destino. Los mercados compradores y proveedores relativamente diversificados
de los años iniciales del período se concentraron hacia el fin del mismo en Gran
Bretaña, que se convirtió en un socio comercial privilegiado completando y_
reforzando las corrientes de capitales y servicios que venían de ese país. El
siguiente cuadro brinda una infomiación detallada de la estructura de las exp o r
taciones e importaciones para las principales naciones que comerciaban co n Ja
Argentina entre 1881 y 1912. 0 1
Exp.
G ra n B re ta ñ a F ra n c ia A le m a n ia E E .U U . B é lg ic a Ita lia E spaña O tro s p a ís e s
por
Año ó rd e
E»p, Im p . Exp. Im p. Exp. Im p . Exp. Im p . Exp. Im p. Exp. Im p . Exp. Im p . Exp. Im p . nes
Elaboración propia.
Fuente: Anuarios de comercio exteriorargentm, V azouez-P reseoo, V icente, Estadísticas históricas argentinas, 1375-
I9 H . Buenos Aires, 1971.
Elaboración propia
Fuente: B unge, A jjjn d b o , La economía argentina, Buenos Aires, 1930
- -
Cuadro 1,26. Principales artículos exportados e importados hacia y desde el Reino Unido
en 1900 y 1914 (en millones de pesos oro).
1 ,1 2 ,1 . El s is te m a m o n etario y la crisis de 1 8 8 5
/
1 ,1 2 ,2 . La cr ea c ió n de un siste m a bancario
(106) Aunque el ascenso de la masa monetaria no fue seguido, según señala C oktes
C oddc, "por uno similar de los precios', contradiciendo en este punto el análisis de Williams.
C om es Conce, Roberto, Dinero, deuda y crisis, evolución monetaria y fiscal de ¡a Argentina
(1880-1890). Buenos Aires, 1989, pág. 2 10.
(107) Reg auky , AncuEs, "Endeudamiento, finanzas públicas y balanza de pagos en la
Argentina (1880-1914)'. en Bovymne , S. V., B koder, A., y Makaniiao, R,. Public Debt. Public
Finance, Money and Balance ofPayments in Debtor Countríes, 1890-1932/33, Sevilla, 1998,
pág. 167.
CAP. 1 - EL MODELO AGROEXPORTADOR (1880-1914) 83
(108) Sobre la historia del Banco de la Provincia de Buenos Aires, D e Palia , A lberto y
O iaíuu-B laciia, Noemi (comps.). historia del Banco de la Provincia de Buenos Aires, i 822-1997,
tornos I y II, Buenos Aires, 1998.
(109) Regalsby. ArtDREs, "Banca y capitalismo en la Argentina, 1850-1930, Un ensayo
critico", en Ciclos en la historia, la economíay la sociedad, N5 18, segundo semestre de 1999.
(110) Pkebiscm, FWjl, 'historia monetaria argentina...", en RvroFOKi. M. (1988), págs. 140-142.
84 H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O L IT IC A Y S O C IA L D E LA A R G E N T IN A
« (I)*
(III) Williams, J oh -i H., Argentina International Trade under Inconvertible Paper Money.
1880-1900, Harvard. 1920, pág. 114.
(1 12) Citado en B railovsry. Amonio E. 1880-1982. Historia de las crisis argentinas. Un
sacrificio inútil, Buenos Aíres, 1982, pág. 46. La novela de J ulián Martel se llama
significativamente La Bolsa.
C A P. 1 - EL M O D E L O A G R O E X P O R T A D O R (1 8 8 0 -1 9 1 4 ) 85
(1 19) W illiams, J. H. (1920), según un informe del ministro de Hacienda, E milio H/vtsr.s,
pág. 100.
( 120) Cf. Riíty, ír r .o J ., British Investment in Latín American, 1 8 2 2 -1 9 4 9 . Minneápolis, 1959.
CAP. 1 - EL M O D E L O A G R O E X P O R T A D O R (1 8 8 0 -1 9 1 4 ) 87
rt 2 I ) W illiams, J oii-i H., “La crisis y el Banco Baring, 1890-189 1", en Revista de Ciencias
económicas, noviembre de 1921, pág. 122.
1122) Citado en P alestra, J. (1934). Qué pensaría de ese honor de la patria Josr. dc 5 ar.
'i ' hiii, cuando, sin los barcos necesarios para emprender su expedición libertadora al Perú,
decía: "El que no tiene más con su madre se acuesta", y agregaba: "Yo marcharé aunque me
lleve el diablo", citado en Pasql'ali, Patricia, San Martin. La fuerza de la misión y la soledad de
la gloria, Buenos Aires, 1999, pág. 260.
88____________ H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O L IT IC A Y S O C IA L D E LA A R G E N T IN A
l
p a rid o ya sus frutos, produciendo una rápida expansión de la producción
( agropecuaria. Tam bién se creó el Banco de la nación Argentina, organizado sobre
( J la base del liquidado Banco nacional, que, a partir de allí, aunque en condiciones
más rigurosas, jugaría un rol central en el financiamiento del gobierno y de las
/ actividades económicas y comerciales.
V Cuando en 1895 se reanudó la corriente de préstamos, la si mandón, de la
balanza de pagos diferia radicalmente de la del periodo 1881-1890. Ahora, según
W illiams, el balance de préstamos, debido a la fuerte carga de la deuda externa,
resultaba negativo, mientras que el saldo de la balanza comercial tenía un signo
crecientemente positivo y compensaba por demás el desnivel financiero. El
resultado de ello fue que. salvo en 1897, en los demás años, hasta principios del
siglo XX, la balanza de pagos experimentó una notable mejoría. Aunque la
ausencia de algunos registros estadísticos pueden alterar estos resultados en un
sentido menos favorable C 23).
Cabe notar que el incremento de las exportaciones no se debió al aumento de
sus precios, que se encontraban en baja, sino al del volumen exportado debido a
la mayor demanda internacional. De todos modos, el mejoramiento del comercio
exterior provocó, desde 1895, una declinación del premio del oro sin que
disminuyera la cantidad de papel moneda en circulación. Se inició asi un proceso
de apreciación dei peso que sólo seria frenado por la Ley de Conversión de 1899.
En el cuadro siguiente puede apreciarse la evolución de la balanza de pagos
entre 1881 y 1900, y sus relaciones con los movimientos de la circulación
monetaria y del premio del oro.1
3
2
Elaboración propia.
Nota: La columna de balanza de pagos incluye, en el cálculo de W illiams, créditos m ás débitos. Los créditos significan
préstamos más exportaciones; los débitos, pagos por los servicios de la deuda más importaciones. La bala n za de
pagos,en términos contables no debe dar saldos negativos ni positivos, pero en el cálculo de W illiams no in clu ye otros
Ítem, com o las remesas de los inmigrantes, los gastos de turistas y otros, por no disponer de datos suficientes.
Fuente: W illiams, Jc*»j H., Argentina International under Inconvertible Paper Money, 1880-1900, Harvard, 1920.
Cuadro 1,27. Balanza de pagos, circulación monetaria y prima del oro 1881-1900
(en millones de pesos).
(1 2 4 ) pAncTTitRi, J o sé , " L a L e y d e C o n v e r s ió n M o n e t a r ia d e 1 8 9 9 e n e l m a rc o de la
f o r m a c ió n d e la A r g e n t in a m o d e r n a " , e n D e s a r r o llo E c o n ó m ic o , I T 8 2 , j u l i o - s e t i e m b r e d e
1 9 8 1 , p á g s . 2 3 8 y s ig te s .
90___________________ H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O L IT IC A Y S O C IA L D E LA A R G E N T IN A
\
conflicto bélico no deben oscurecer un factor, el endeudamiento externo, que ha
de ser clave para explicar la evolución de la economía argentina en las últimas
décadas del siglo XIX y comienzos del siglo XX ( ’JS).
A lo largo de la historiografía argentina, el tema de las condiciones y
características de la economía agroexportadora y de su inserción internacional ha
concitado la atención de numerosos especialistas. Las corrientes interpretativas
sobre los desequilibrios del sector externo y los mecanismos de ajuste se ven
plasmadas en los trabajos de algunos autores que, como es el caso de W illiams,
Prerisch y F or o , visualizan la problemática desde distintas perspectivas basados, sin
embargo, en una visión común que se ha definido como "estructuralista o de la
balanza de pagos" C2'5}. R oberto C ortes C omde tiene un enfoque distinto, que
podemos denominar "monetarista".
J ohm H. W illiams, en la publicación de su tesis doctoral sostenida en la
Universidad de Harvard, centró toda su atención en lo que le pareció el factor
fundamental para explicar los desequilibrios de la economía argentina hacia fines
del siglo X!X: el estado del balance de pagos. La corroboración empírica de su
teoría fue realizada a partir de la reconstrucción, con ios escasos datos con los que
contaba, de !a situación de las cuentas externas en aquellos años ( IL’; ).
W illiams observa que si los déficit comerciales eran demasiado amplios, como
ocurrió en los años '80, y no llegaban flujos de capilal externo, la cuenta corriente
del balance de pagos tenía saldos fuertemente negativos. Esto sucedia cuando la
desconfianza externa o alguna crisis mundial interrumpía ese flujo de capitales:
entonces los servicios de la deuda sumados al drenaje de oro que traían los déficit
comerciales, producían alteraciones adversas originando la depreciación de la
moneda y las recurrentes crisis externas. Afirma también que el exceso de
emisiones constituía una respuesta a la depreciación previa de ¡a moneda a raíz
del aumento de ias obligaciones externas fijadas en oro, descartando así un papel
determinante del factor monetario como causal de esas crisis.
Raúl Prebisch ( l2“), por su parte, estudió las vinculaciones entre los flujos de
capital externo y el nivel de las exportaciones con la actividad interna y el volumen
del m edio circulante, desarrollando una "concepción analítica" de los ciclos
económicos i12'1).1
9
8
7
6
5
2
il^O) Prebisch. R., Obras.... tomo I (1991), pie de página 1YJ 65 en pág. 126.
92 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
(131) Fokd, A. (1966); Ford, A. (1977) y Ford, Atxc, "Comercio exterior e inversiones
extranjeras, 1880-19 14', en FtRKAKi, G ustavo y G a r ó . E zcquiel (comp.). La Argentina del 80 a!
Centenario, Buenos Aires, 1985, págs. 497 512.
CAP. 1- EL M O D E L O A G R O E X P O R T A D O R (1 8 8 0 -1 9 1 4 ) 93
Esto es lo que provocó el fracaso del patrón oro para mantener la convertibilidad
en 1876, en 1885yeñ 1890-aunque desde 1885 el régimen fue de flotación sucia.
Es decir que, con el exceso de emisión monetaria que caracterizó la segunda mitad
de esa década del '80 se perdieron, por un lado, reservas como en el sistema de
tipo de cambio fijo y, por otro, se produjo una depreciación de la moneda, como
en el sistema de cambio flexible. ,
El problema se presentaba en esos años porque la oferta monetaria creció más
que el producto. Evitando el deterioro de sus ingresos el gobierno intervenía
vendiendo oro en el mercado de cambios para que no se depreciara la moneda.
Esto, en vez de fortalecer el peso, impulsó al público a comprar activos externos
mediante la utilización del crédito bancario. Los servicios de la deuda no habrían
afectado mayormente el balance de pagos, sino que la verdadera causa de los
profundos desequilibrios que se produjeron fue esa fuga de depósitos, al agotar
las reservas y depreciar la moneda
Cierto^es, de todos m odos, que el Estado jugó un rol acti vo en esta etapa del
modelo agroexportador. A pesar de lo que señalaba Roca en 1880 en el sentido de
que "el comercio sabe m ejor que el gobierno lo que a él le conviene; la verdadera
política consiste, pues, en dejarle la más amplia libertad", o de las palabras de
J uárez CtLMArt, en su discurso inaugura! al abrirlas sesiones del Congreso, en mayo
de 1887, en el que decía que el Estado debía jugar un rol subsidiario en la
"construcción y explotación de las obras públicas", porque era "el peor de los
administradores", el desempeño argentino en esos años "es explicable también
— según L ascamo— en virtud de los gigantescos déficit ordenados a ensanchar la
inversión", lo que favoreció el crecimiento económico. La deuda pública total pasó
de 94,57 millones de pesos en 1882 a 544,72 millones en 1915 y, entre 1884 y
19 15, el déficit fiscal alcanzó picos del I 2.6 % del PÍ5I en 1889, el 15,2 % en 1891,
el 9,5 % en 1896, el 15,8 % en 1898, el 8 ,1 % en 1905, el 6,6 % en 1908 y el
8,9 % en 1914 ( lw). Salvo en 1908, desde 1900 a 1914 hubo en todos los años
un déficit fiscal demagnitud variable, con cifrassignificativasen 1905, 1910, 191 I
,y 1914.
**
/ (-
Por otro lado, los recurso^ fiscales provenían en su mayor parte de los
derechos aduaneros sobre las importaciones, y éstas dependían, a su vez, de las
exportaciones y del endeudamiento externo. Ese crecimiento estaba sustentado,
entonces, en diversas formas de endeudamientoTsóbré todo externó.
Los mecanismos del proceso que describimos, analizados muy sintéticamente,
venían funcionando desde los años '20 (recordemos el famoso empréstito Baring
de 1824, primer modelo en este sentido), pero alcanzaron otra magnitud a partir
de década de 1870, cuando las corrientes de capital externo com enzaron a afluir
en cantidades importantes y el sistema bancario y financiero adquirió mayor
envergadura ( l1?).
En síntesis, la Argentina que caracterizaba al modelo agroexportador era una
economía abierta hacia el exterior, en donde el Estado tenía un papel importante,
pero basada en mecanismos de endeudamiento externo que estimulaban proce
sos de expansión y traían graves consecuencias en los periodos depresivos; ciclos
que se hallaban condicionados, además, por el comportamiento de los centros de1 7
3
(137) Sobre el empréstito Baring de 1824 véase Fekhs, fl. (1974); Scai.abki:h O rto, Raúl,
Política británica en el Río de ia Plata, Buenos Aires, 1957. El empréstito Baring fue citado
por varios autores como uno de los primeros hechos de corrupción en la Argentina, a lo que
se agregaba que sus fondos no se destinaron a los fines para los cuales habían sido
solicitados (en lugar de inversiones de infraestructura, se utilizaron para financiar la guerra
con el Brasil).
9 6 _______________ H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O LITIC A Y SO CIAL D E LA A R G E N TIN A
l
poder económicos mundiales.. Mientras tanto, se consolidaban y se derribaban
fortunas y se iba conformando un sector económico y financiero dommante
vinculado al capital extranjero, a la producción agropecuaria y al comercio de
exportación e importación, con raíces en procesos anteriores al mismo modelo.
La escasez de datos, los errores en los registros y sobre todo los primitivos
métodos de cálculo hacen pensar que nunca se podrá saber cuál fue la magnitud
real del endeudamiento externo argentino y la cantidad de divisas que el país debía
exportar cada año. Pero, de loque no cabe duda— aun cuando no se pueda medir
la profundidad real del signo negativo en los balances de pagos— es de que las
,, cuentas de capital dependieron de la continuidad de las corrientes de capital
" externo y de que la moneda, cuyo respaldo crecía con la entrada de oro y sé diluía
con la fuga de él, sufría en esas continuas fluctuaciones, que poco tenían que ver
f con el crecimiento o no de la economía, sentando las bases de una inestabilidad
■ económica y financiera que se hizo crónica.
1 .1 2 ,5 . La Caja de C onversión y la c r is is de 1 9 1 3
Los primeros años del nuevo siglo se vieron marcados por una fuerte recesión
económica, y esto influyó sobre la Caja de Conversión que no tuvo saldo alguno
en sus arcas. Recién a partir de 1903, cuando se produjo la combinación de
grandes cosechas y precios internacionales favorables y se reanudó la corriente de
préstamos, el balance de pagos comenzó a arrojar fuertes superávit. El oro afl'. ' '
a la Caja al tipo fijado por la ley y el sistema empezó a funcionar de acuerdo cu;;
el propósito de sus inspiradores. Las importaciones netas de oro, resultado de los
balances de pagos superavitarios, determinaron una expansión monetaria que
acompañó el crecimiento de la economía (13e). Como la emisión fue, entre 1900
y 1914, inferior a las posibilidades que brindaba el ingreso neto de oro, el encaje
metálico aumentó en esos años en forma constante.
Las estadísticas siguientes nos muestran la relación entre las importaciones y
exportaciones de oro, las existencias en la Caja de Conversión y ja emisión de
billetes entre 1900 y 1914.1 8
3
Elaboración propia.
Fuentes: Fono, A teo 6 ., El patrón oro: 1880-1914, Inglaterra y Argentina, B uenos Aires, 1966. Comité G e o g rá fico
Argentino (1942).
(139) Cf. S alera, V irgil, Exchange Control and the Argentine Narket, nueva York, 1940.
98________________ HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
\
micos que provocaron quiebras y conflictos sociales. Algunos, com o el banquero
E k,-t e s t o T o f o q u i s t , señalan que el oro recién llegó a los bancos unos áños ínas tarde,
situando el nuevo ciclo de auge iiacia 1907 ( uo). —
En todo caso, a partir de 1904/5 se verifica un aumento continuo del medio
' circulante. La entrada de oro por superávit comerciales y por las corrientes de
•¡capital externo condujo a una emisión mayor, contribuyendo a la expansión de los
; negocios, pero también al incremento de las actividades especulativas.
El nuevo período de prosperidad económica, el más prolongado del modelo
agroexportador, tocó a su fin, no obstante, hacia 1913. En mayo de dicho año
comenzó a dejarse sentir un proceso recesivo, que fue adquiriendo mayores
proporciones según transcurrían los meses. Durante 1913, los activos de entida
des en quiebra se elevaron a una cifra igual al doble de la correspondiente a 19 12
y el triple de la que tuvo en 1911 ( 1
l411
0
4 ).
3
2
4
Ocurrió que, desde 19 10, el aumento del oro fue producto en lo fundamental
de las corrientes de capital externo, pero no del monto de los excedentes del
comercio, pues además de verificarse malas cosechas, que redujeron la produc
ción de cereales, descendieron también los precios internacionales. Esto produjo,
incluso, en 191 1, un déficit significativo en la balanza comercial i 11-). Por otra
parte, la gran especulación en bienes raíces que se había iniciado varios años atrás
y se había acentuado con motivodel crecimiento de los centros urbanos, encontró
su techo. Algunos terrenos habían alcanzado ya precios irreales y comenzarían a
bajar abruptamente. Aun antes del comienzo de la Primera Querrá Mundial, los
indicadores de la actividad económica venían cayendo.
Considerando el período 191 1-1912 se verifica un pequeño superávit en el
comercio, que resultaba insuficiente frente a los pagos exigidos por la deuda
— dice Quri-n no R a m o s — y fue el capital externo el que permitió controlar la situación
dando un signo positivo a las cuentas de la balanza de pagos. 5in embargo, las
entradas de capital se redujeron radicalmente hacia 1913, mientras subían las
exigencias por los servicios de la deuda. Así, las exportaciones, sumadas a lá
entrada de capitales, resultaron insuficientes frente a las importaciones y los
renglones invisibles, invirtiendo el signo del sector externo ( |45).
El cuadro 1,30, que muestra la balanza de pagos en esos años, fue elaborado
por Rali. Pkfíiisch, y permite apreciar con más detalle la situación descripta. Tanto
Pkebisch como Q limtfro Ramos coinciden en que si no comenzó la recesión en el
verano de 1912, fue porque el capital externo siguió afluyendo al país, pero ya a
fines de ese año, cuando los flujos de capital se cortaron, y los que habían llegado
por el corto plazo abandonaron la plaza, la crisis estalló produciendo quiebras en
cadena y. en 1914, el gobierno decidió suspender la. convertibilidad, aunque
todavía las reservas no se habían agotado.
Existe una tendencia en la historiografía a atribuir las causas de la crisis al
comienzo de la guerra y, en cambio, loque se observa es que existieron distintas
instancias: una por la caída del sector rural, que ya no se recuperó hasta 1917, y
otra por el despilfarro, la especulación y el gasto desmedido, típicos de la fase
expansiva del ciclo.
C réditos
Exportaciones 448,1 404.3
Empréstitos gubernamentales 48.5 46.2
Empréstitos privados — 34,3
Cédulas de oro vendidas en el exterior 36.2 23,5
Inversiones diredas 186,9 10,0
Miceiáneas — 18,5
Total de créditos 719,7 536.8
D ébitos
Importaciones 4'28.9 392.1
Remesas de inmigrantes y gastos de turistas en el exterior 87.0 —
T ; por conceptos de deudas 167.6 177,3
Total de débitos 683.5 569,4
Fuente: Paesisch, R aúl, ‘ Anotaciones sot re nuestro medio circulante', en Revista de Ciencias Económicas, ju n io de
1921,p á g .297.
Cuadro 1,30. La balanza de pagos y la crisis de 1013 (en millones de pesos oro).
C ortes C onde calcula, a su vez, la tasa de crecimiento del FBI per cápita entre
1875 y 1912 en 3,9 % anual, mientras que Maddison estima que el PBI per cápita
en dólares creció entre 1870 y 1913, de 1.311 a 3.797 (l4J).
Pero estas estimaciones deben ser completadas por otras para reflejar
exactamente lo ocurrido, porque la década del '80 significó un punto de inflexión,
y el crecimiento-se aceleró en esos años en comparación con los veinte años
anteriores. Podemos ver así que las tasas de incremento del PBI, comparadas con
las de otros países de características similares, mostraron una diferencia a favor
de la Argentina en el inicio del auge, las dos últimas décadas del siglo XIX, entre
1880 y 1900. En ese periodo la tasa de crecimiento del producto disponible para
los argentinos duplicó las de Australia y Brasil, y superó en más de un 50 % la de
los Estados Unidos y en un 16 % la de Canadá. Estas ventajas irían disminuyendo
hasta eclipsarse en años posteriores (,4e).
Los indicadores más desagregados utilizados por D íaz A lejandro (cuadro 1,31)
tampoco crecen en fonna pareja. La expansión de las vías férreas se realiza
fundamentalmente en dos periodos, 1882-1892y 1905-1914. Las importaciones,
a su vez, pegan un salto a partir de 1880, en tanto que las exportaciones se
desarrollan al comenzar la década siguiente. El incremento de la población, en
especial de la población activa que dependía más que nada de la inmigración,
tampoco se produjo en forma homogénea, sino al vaivén de las oleadas migratorias,
que tuvieron dos picos en 1885-1890 y 1905-1913. El área sembrada aumentó,
por su parte, tres veces entre 1870 y 1890.se duplicó en los cinco años posteriores
y luego creció a un ritmo sostenido para llegar a ser tres veces y media m ayor en
1914 en relación con 1895.
Ford ha explicado el décaiage existente entre la entrada de capital extranjero,
la construcción de vias férreas y el aumento en la producción y exportación de
cereales, y ha atribuido a este hecho parte de la responsabilidad de la crisis de
1890 ( lt9).
A partir de 1880 el crecimiento ha sido, pues, intenso, pero también dis
continuo. Esta discontinuidad estuvo basada en la forma de inserción d e la
Argentina en la economía mundial. El capital básico y la población provinieron
sobre todo del exterior, y la evolución de la producción agropecuaria y d e las
exportaciones dependió también del comportamiento de los mercados externos.1 9
8
7
4
(147) C ortes Gorme, Roberto, (1994), pág. 19; M aodison, Angus, L'économie mordíale,
1820-1992. Analyse et statistiques. París, 1995. pág. 21.
(148) V itelli, G uillermo, L o s dos siglos de la Argentina. Historia económica comparada,
Buenos Aires, 1999, pág. 121.
(149) F o rd , A. G„ (1977), pág. 130.
102 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
\
Esto explica el carácter cíclico del crecimiento, como lo ha señalado B ertola.
La tasa de crecimiento es muy alta en los inicios, periodo 1877-1888, con 4,8 % ,
luego desciende al 4,4 % en 1888-1896 y al 2,7 % en 1896-1905, para ascender
levemente en el periodo 1905-1912 a! 5,5 % C50).
( I 50) B cktola, Luis, "Fases, tendencias y ciclos en las economías de Argentina, Brasil y
Uruguay", en Ciclos en la historia, la economía y la sociedad, IV 10, primer semestre 1996,
Buenos Aires. 1996.
(151) Maricmal, C arlos, Historia de la deuda externa de América Latina, México, 1988,
pág. 13.
(152) Ver la discusión sobre las ¡deas de Buhqe al respecto en L laoi, J uah Josr., La
Argentina que no fue, Buenos Aires, 1985, págs. 29 y 30.
CAP. 1 - EL M O D E L O A G R O E X P O R T A D O R (1 8 8 0 -1 9 1 4 ) 103
Tasa de crecim .
Inversión bruta Inversión bruta PBI a p re c io s de Tasa d e cre c im .
Años anual de la inv.
fija fija % del PBI m e rc a d o PBI
bruta fija
Elaboración propia.
El
Fuente: C E P A L desarrollo económico argentino. Anexo estadístico. Stgo. de Chile, 1958.
C u a d r o 1 ,32. C r e c im ie n t o d e la in v e r s ió n b r u t a y d e l P B I (1 9 0 0 -1 9 1 4 ).
Como resulta lógico, las variaciones de la inversión bruta fija son m ucho más
bruscas que las del producto bruto interno, aunque ambas se hallaban, con el
previsible desfase, estrechamente relacionadas. Las tasas anuales de crecimiento
del producto bruto interno, por su lado, llegaron a ser m uy altas en algunos años,
pero presentan grandes altibajos.
Un indicador más heterodoxo de las características del desarrollo en los años
de implemeníación y expansión del modelo, que trata de vincularlo a los cambios
políticos ocurridos en ese lapso, consiste en medir el progreso económ ico del país
por la suma de su comercio exterior para ios distintos períodos presidenciales
entre 1862 y 1916,
J *
M itre (1 8 6 2 -1 8 6 8 ) 35 9.132.272 — -
S armiento (1 868 -18 74) 55 7.672.715 19 8.540.442 55 .0
A vellaneda (1 8 7 4 -1 8 8 0 ) 559.928.412 2 .2 5 5 .6 9 7 0,4
R o a (1 8 8 0 -1 8 8 6 ) 879.653.622 3 1 9 .725.21 0 57 ,0‘
J uárez Celman - Pellegrini (1 6 3 6 -1 8 9 2 ) 1.303.351.282 4 2 3 .697.66 0 48 ,0
L Saenz Peña •Ueisuru (1 892 -18 98) 1.269.636.838 -3 3.714 .44 4 •27,0
R o a (1 8 9 8 -1 9 0 4 ) 1.937.710.135 6 6 8 .073.29 7 3 4 ,0
Ouintana - Figuefca Aicorta J1904-191Q) 3.735.769.074 1.798.058.939 9 3 ,0
R. S aenz P eña • D e la P laza (1 910 -19 16) 3.867.855.455 132.086.381 3,0
Total 14.470.709.805 — —
Cuadro 1,33. E l crecimiento del comercio exterior y los períodos presidenciales (1862-1916).
Fuente: D íaz Ai£j*Mono, C a r ia s , Ensayos sobre la historia económica argentina, Buenos Aires, 1975.
Cuadro 1,34. Estructura del producto bruto interno en la Argentina (1900-1904 y 1910-1914)
(porcentaje del total a precios de 1937).
CAP 1 - E L M O D E L O A G R O E X P O R T A D O R (1 8 8 0 -1 9 1 4 ) 105
( .. [
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E c o n o m í a y s o c iE d A d en los. años '20
(1 9 1 4 - 1 9 5 0 )
HIPOLITO Y rIGOATN
(1) Cf. League of Hations, The Helwork of World Trade, Ginebra, 1942; Faulkncr, M. V..
An American Economic tlislory. Hueva York, 1960.
CAP, 2 - ECONOMIA Y SOCIEDAD EN LOSANOS '20 (1914-1930) 109
(2) Cf. Krvr<ts, J oua Maymaro, Las consecuencias económicas de la paz, Barcelona, i 987.
110 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
. i
• Por esa razón, después de la guerra,i la Conferencia Internacional de Ginebra,
realizada en 1922] consagró un sistema diferente, el Gold Exchange StandardTqüe
se había comenzadoa utilizara partir de 1918. De esta manera, la móriedade cada
pais ya no estaba vinculada directamente ai oro, sino a una moneda'central,
c* definida y convertible en dicho metal. A partir de entonces, hubo dos monedas
convertibles en oro, la libra esterlina y el dólar, que fueron las que.posibiíitaron y
a'fnpliaron la base de los intercambios internacionales. El mismo oro dejó' de
circular entre el público, pasando a jugar un papel de reserva nacional ai igual que
las divisas (3).
La vulnerabilidad de este sistema monetario bipolar consagraba el debilita-
mienfo británico a nivel mundial y el ascenso de los Estados Unidos. La regulación
internacional dependía del control y la coordinación de los dos grandes centros
capitalistas y de la confianza que les concedieran los demás países. A élToTiáy que
sumarie la debilidad de las naciones deudoras sometidas a ¡as disponibilidades del
sistema bancario norteamericano, dado que no existía un organismo financiero
¡nternacional.¡La situación de los grandes mercados internacionales de materias
. _primas y de productos agrícolas e industriales era también precaria en los años '20.
H La posguerra se caracterizó por las reorientaciones comerciales y el reforzamiento
| del proteccionismo. Este^y la falta de liquidez ocasionada por el restablecimiento
de ün tipo de patrón oro a través del Gold Exchange Standard, condujerórTFserias
dificultades enjosjnercados.
Sin embargo, en los Estados Unidos proseguía la euforia. El sistemabancario
norteamericano experimentó un notable crecimiento, a excepción de los ámbitos
rurales, que se vieron afectados por la gran superproducción impulsada^ror la
extensión de las tierras de cultivo y la mecanización, lo que generó una bajá en los
precios agrícolas: Con una mayoría de pequeños bancos independientes_y _un
reducido número de instituciones que concentraban la mayor parte de los
depósitos internacionales, tanto los empresarios como los pequeños inversores
comenzaron a invertir en los circuitos de crédito y en la especulación bursátil. Se
fue creando así un ambiente especulativo y la posibilidad de acceder a grandes
fortunas en poco tiempo. Los estadounidenses se lanzaron a la compra de
acciones, favorecidos por el crecimiento de las sociedades por acciones y el pago
i a plazos de las mismas sobre la base de los créditos de corto plazo (4).
[Durante los "felices" años '2 0 ,jen los que aparentemente se vivía una,
expansión económica generalizada, [se mantuvieron, sin embargo, una serie de
problem a^que evidenciaban la fragilidad del sistema. (Entre estas dificultades se
destacaron las tendencias proteccionistas establecidas al finalizar la guerra,~que
obstaculizaron los intercambios internacionales; las deudas y reparaciones de
gu'eng que afectaron a Alemania, la gran vencida en el conflicto bélico, y los bajos
precios de los productos agrícolas que generaron una profunda crisis agraria a nivel
mundial. Pero el dato más relevante para com prender la inestabilidad del m undo
capitalista de aquellos años fue tal vez la_debilidad dejas_distintás monedas. Esto
favoreció la existencia de una masa de capitales errantes que se invertían a corto
plazo en los mercados que en un momento determinado se consideraban más
rentables, perturbando Inestabilidad de los sistemas de cambios y ias balanzas de
pagos. En medio de la gran expansión surgía lentamente la amenaza d e la crisis
sobre un sistema económico acostumbrado a los beneficios inmediatos, sobre
todo en los Estados Unidos, Por otra parte, se estableció una contradicción entre,
producción y consumo, dado que éste no se cimentaba en los ingresos de los
sectores asalariados, sino en la multiplicación del consumo financiado a través del
crédito. Además, la gran desigualdad en la distribución del ingreso no permitía
absorber el conjunto de la producción, y esto se notaba especialmente en los
sectores rurales.
! La especulación bursátil, estimulada por la abundancia de capitales e n b.usca“
de beneficios rápidos, se disparó sobre todo a partir de 1927/E1 valor de las
acciones se duplicó entre 1927 y 1929 sin que se correspondiera ni con las
expectativas empresariales de beneficios ni con el dinamismo de la producción.
Esta situación, alimentada por Jos circuitos financieros, hacía que la actividad
bursátil actuara en forma independiente de la actividad económica general y tras
ella arrastraba banqueros, empresarios y también pequeños inversores. Ef presi
dente de los Estados Unidos, C alvin C oolidce , en su último mensaje al Congreso de
la Unión, en diciembre de 1928, señalaba con orgullo: 'Ninguno de los Congresos
de los EE.UU. hasta ahora reunidos tuvo ante si una perspectiva más favorable
como las que se nos ofrece en los actuales momentos. Por lo que respecta a los
asuntos internos hay tranquilidad y satisfacción... y el más largo período de
prosperidad'. C oolidge no se caracterizaba por su clarividencia, aunque en cierto
sentido tenia motivos que alimentaban ese pensamiento: como la depresión
posterior, el auge económico de los años '20 fue de una extensión y magnitud proco
comunes, por lo que hizo creer ño sólo a presidentes, sino a algunos de los
economistas y empresarios más destacados de la época, en la soñada era del
"progreso continuo' (5). "
Razones no faltaban. Durante toda la década la productividad (favorecida por
los cambios en los sistemas de producción, el taylorismorei fordismo) había
aumentado más rápidamente en los Estados Unidos que en los paísés"deudores,
acentuando también la ventaja competitiva de las actividades comerciales norte
americanas y las dificultades de los países deudores para saldar sus deudasT?, en
la medida en que se amplió la dependencia del sistema mundial de pagos en
relación con el dólar norteamericano, los Estados Unidos fueron adquiriendo
activos en moneda extranjera con una rapidez tal, que no tuvo paralelos con
ninguna otra experiencia similar hasta la actualidad.
(5) HvofoRT, Nafuo, Crisisy liberalismo en la Argentina, Buenos Aires, 1998, págs. 16 y 17.
112 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
----------- ----------------------------------------- j------ :-------------
Hacia fines de !a década de 1920, los empréstitos e inversiones directas de los
Estados "Uñidos en ei exterior habían acumulado activos líquidos ¿Tí'cuentas
particulares por un valor aproximado a los 80.000 millones dé dóláres.Tero, los
crecientes desequilibrios estructurales del sistema financiero ín téma c ¡o harte n -
dían a impedir la continuidad de ese proceso, sobre todo teniendo e n e ue rita las
tentativas de los gobiernos para restablecer el patrón oro de sus monedas bajo
diversos criterios de convertibilidad.
Elaboración propia.
Fuente: M aocison, A gnus , L'économie mondiale au 20“ siécle, París, 1989.
(6) Cf. Byc, Maukicc y DtsTArinr, ot Boiras, Qekap.u, Relations économiques intemationaies.
Varis. 1987.
CAP. 2 - ECONOMIA Y SOCIEDAD EN LOS ANO S'20 (1914-1930) 113
por otra parte, (las inversiones de capitales que atravesaban las fronteras
estatales asumieron un carácter cada vez más especulativo^ de ccsrtcrptazorAT
movilizarse entre las plazas financieras del mundo en "busca de una mayor
rentabilidad, los movimientos áe capitales especulativos ejercieron uña peligrosa
presión sobre las reservas de oro y de divisas de los díferentespáíses.j
Elaboración propia.
Fuente: A ldcroft, Derek H., From Versantes to Wall Street, 1919-1929, Los Angeles, 1977.
Ante este contexto, cualquier fluctuación brusca y repentina que afectara a los^
mercados estadounidenses generaría una suspensión de los empréstitos externos
y el desmoronamiento de toda la compleja estructura en que se basaba el
restablecimiento del comercio mundial. También jugó un papel preponderante en
las transformaciones económicas de la época la sistemática elevación de tos
aranceles estadounidenses que, combinados con la creciente disociación éntrelas
exportaciones de capital respecto de las exportaciones de mercancías, crearon ün
verdadero cuello de botella difícil de superar.
Es queden ios años '20 loscapitales fluyeron hacia otras áreas industriales,
como Alemania, y hacia los países periféricos, pero para financiar la producción
de bienes de escasa importancia en cuanto a la capacidad de exportar del país
receptor. Es decir que, a diferencia de las inversiones británicas, que tendían a
incrementar la producción de los países exportadores de materias primas, las
inversiones estadounidenses en otras naciones no incrementaban las exportacio
nes: se destinaban más bien a satisfacer la derrtanda de sus mercados internos. +
Este fenómeno fue criticado por economistas de la época: "Las naciones
mercantiles — se decía— han empleado siempre cuantiosos fondos en el com ercio
de ultramar, pero la práctica de la inversión extranjera, tal com o se conoce h oyen
día, es una idea muy moderna, muy inestable y sóRTadáptada a ci.rcünslaríelas-
particulares. Si los bonos europeos se emiten en América porjariajogja a los
emitidos en América por Europa en el siglo XIX, la analogía es__fa|sa; tomado en su
conjunto, no hay incremento natural... a través del cual puedan ser restituidos^ (7).
(7) The Royal Institute of International Affairs, The problem oí International Investment,
Londres, 1937, págs. 12 y 13.
114 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
-------------------- ,--------------------------------------— ----------------------- 5----------------------------
(81 C(. ALocRorr, DtutKri., From Versaíllesto Wall Street, 1919-1929, Los Angeles, 1977. .
116 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL qE M ARGENTINA
<■
( 17) Cf. V am dec, Karr. J ane, La Primera Guerra Mundial y la política económica argentina,
Buenos Aires, 1974.
(18) Cf. Petersoi, H arold F„ Argentina y los Estados Unidos, II, 1914-1960, Buenos
Aires, 1985.
( 19) Llairo, María M. y 5 iepe, Raimundo, La democracia radical. Yrigoyen y la neutralidad:
1916-1918, Buenos Aires, 1997, págs. 22-27.
CAP. 2 - ECONOMIA Y SOCIEDAD EN LOS ANOS '20 (1914- 1930) 121
(20) Cf. Solvura de Baez, B eatriz R,. "El ABC como entidad política: un intento de
aproximación entre la Argentina, Brasil y Chile a principios de siglo", en Ciclos en la historia,
la economía y la sociedad, IT 2, primer semestre de 1992.
(2í)C f. L lairo, MariaM. y S iepe, Raimitido, Argentina en Europa. Yrigoyen y la Sociedad de
las naciones (1918-1920), Buenos Aires, 1997.
122 HISTORIA ECONOMICA POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
--------------—-------: - ■ r
’ e ¡ gobierno radical decidió consolidar s u posición modificando las situaciones
provinciales,'en manos de los partidos tradicionales,! a fin de asegurar la libre
elección de sus autoridades/Para ello, Y figoven apeló a la intervención federal de
las provincias gobernadas por los conservadores, lo que dio origen a severos
cuestionamientos por parte de la oposición'EI gobierno recurrió a veinte interven
ciones federales, quince de ellas por decreto, sin participación legislativa. Una de
las primeras — abril de 1917— , fue la efectuada a la provincia de Buenos Aires,
cuyo peso electoral era decisivo en los procesos políticos del país. Pero la mayoría
de las intervenciones se efectivizaron después de 1918, cuando el enfrentamiento
entre radicales y conservadores se hizo más agudo (IJ),
'Las intervenciones federales produjeron una sensible mejora de la situación
radical en el Congreso. Diez de ellas afectaron a poderes de origen conservador y
condujeron a reorganizaciones institucionales que llevaron al triunfo de gobiernos
radicales en ocho provincias. En consecuencia, hacia i 9 18, el oficialismo logró la
mayoría en la Cámara de Diputados. No obstante, el Senado siguió bajo el control
de la oposición.
La relación conflictiva entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo dio lugar, a partir
de las modificaciones del régimen electoral, a una disociación entre la administra
ción económica y el poder político.;La mayoría de los integrantes de la vieja clase
dirigente quedó marginada de las posiciones centrales del Poder Ejecutivo, aunque
en el primer gabinete de Y kigoyen había varios miembros de la Sociedad Rural
Argentina. Sin embargo, los partidos conservadores mantuvieron su influencia en
la Legislatura — en especial, en el Senado— y en el Poder Judicial. El resultado fue
que numerosos proyectos del presidente Y rigoyeti no tuvieron sanción por parte del
Congreso Nacional.
Los episodios de agitación obrera pusieron de manifiesto la fragilidad de la
autoridad del presidente. Pero desde mediados de 1919, intentando recuperar el
apoyo popular, YniGOVErtapeióa una política de incrementodel gasto público. Como
señala Rock , "repartiendo puestos burocráticos entre sus seguidores y recompen
sando a los que tenía en ¡as provincias, Y rigoyeit recuperó rápidamente su
popularidad personal" (” ). También la reforma universitaria de 1918, a la que
luego nos referiremos, benefició políticamente al radicalismo.
La concesión y disposición de fondos públicos fue una de las causas
principales del enfrentamiento entre el gobierno y los conservadores. Como
durante varios años el Congreso no aprobó el presupuesto gubernamental,
YmGorEn dispuso el uso de esos fondos mediante simples decretos del Poder
Ejecutivo,'
i 23
(27) A len Lascano, Lu is C.. Yrigoyenismoy antipersonaUsmo, Buenos Aires, 1986, págs.
23 y 24.; cf. también. Rock, David, El radicalismo argentino (1890-1930), Buenos Aires, 1977.
CAP. 2 -E C O N O M IA Y SOCIEDAD EN LOS ANOS '20(1914-1930) 125
al caudillo. Por otra parte, con el respaldo de los radicales antiyrigoyenistas. desde
el gobierno se protegían situaciones provinciales que recreaban las condiciones
propias del 'régim en' impugnado por Yriqoyeti.
(_EI presidente debió afrontar las complicaciones que la división de la UCR
creaba en el Congreso. La presencia mayoritaria de diputados personalistas
obstaculizaba las inciativas del Poder Ejecutivo, impugnándolas o ausentándose ’
del recinto./ALVEAR solia recriminar en sus mensajes la inactividad de las Cámaras
que, a su juicio, trababa la gestión gubernamental. Procurando conservar la
iniciativa, el presidente decretó la clausura de las sesiones extraordinarias en
1925, 1926 y 1927, dado que la falta de actividad era absoluta (2S).
Con el nombramiento de V icente C. G allo en el Ministerio del Interior com enzó
una nueva etapa de la división partidaria. Figura conspicua del grupo 'a zu l", su
gestión en apoyo de los antipersonalistas aceleró la escisión interna. Por otra parte,
este sector recibió el apoyo de los restantes grupos opositores al radicalismo:
socialistas, demócratas progresistas y conservadores. El propio A lvear. con su
campaña contra la corrupción administrativa y los despidos de funcionarios
nombrados por el anterior presidente, se malquistó con los yrigoyenistas y se
alineó con los antipersonalistas.
( a mediados de 1924, la división de los radicales se form alizó. Los
antipersonalistas se separaron de la UCR, designando sus propias autoridades y
organizando sus estructuras en todo el país. En tanto que los diputados yrigoyenistas,
con mayoria en el Congreso, torpedearon el programa legislativo del gobierno, los
antipersonalistas, a través del ministro del Interior presionaron a A lvear para que
interviniera la provincia de Buenos Aires, baluarte yrigoyenista y clave de la futura
elección nacional. Sin embargo, el presidente resistió y dilató esta decisión
provocando, en junio de 1925, la renuncia de G allo .
Con la salida del ministróse abrió la tercera etapa del proceso. J óse T amborini
se hizo cargo de la cartera de! Interior y trató de atenuar el enfrentamiento. Por su
parte, A lvear brindó un apoyo más cauto a los antipersonalistas y dejó de lado los
propósitos intervencionistas al distrito bonaerense.
En este m areosos antipersonalistas se prepararon para concurrir por separa
do a las elecciones presidenciales de 1928. Proclamaron su fórmula, encabezada
por L eopoldo M eló y V icente G allo, contando con él respaldo de los conservadores
y de la mayoría de los gobernadores provinciales. A pesar de que los tránsfugas
parecían tener el triunfo asegurado, la derrota electoral los pondría en disponibi
lidad hasta que el golpe de Estado de 1930 les abrió nuevas perspectivas políti
cas {2
29).
8
El socialismo también debió afrontar una división partidaria. La tom a de
posiciones frente al yrigoyenismo generó conflictos internos' y en el propio
bloque parlamentario. Las rencillas derivaron en la expulsión de un grupo de
afiliados — entre ellos F ederico Pimedo y A mtomio de T omaso— que formaron el Partido^
Socialista Independiente. En las elecciones de 1928. esta nueva fuerza política
acompañó a la fórmula anti personalista.
Mo obstante, pese a las adhesiones que recibió dicha fórmula, a medida q ue
se acercaban las elecciones, el retorno de Y rigoyem a la presidencia parecía seguro.
Sus seguidores lograron reconstruir rápidamente el partido tras el alejamiento de
los antipersonalistas.'Varios comicios provinciales previos confirmaban el crecien
te apoyo popular al viejo caudillo, mientras el radicalismo basaba su campaña en
las expectativas de ampliar a todos los sectores de la población los logros del
primer gobierno radical.
■■ El previsible regreso del caudillo incentivó la animosidad de sus opositores,
que comenzaron a perder toda confianza en la Ley Sáenz Peña. Los "grupos
conservadores opinaban que los seguidores de Y rigoyem eran corruptos. En varias
provincias, las oligarquías que controlaban el poder no olvidaban las numerosas
intervenciones efectuadas durante la anterior administración de Y rigoyem. A su vez,
los gobiernos populistas de Mendoza y San Juan expresaban, desde otrp perspec
tiva, su oposición al caudillo. En el ejército, el descontentóse manifestaba a través
de crecientes rumores de golpe militar.
/ EI recelo de los militares hacia Y rigoyem nadó en las postrimerías delsu primer
mandato. El nombramiento de civiles al frente del Ministerio de Guerra, rompiendo
con la anterior tradición de reservar el cargo a militares, fue sentido por el ejército
como una falta de consideración. De igual manera fue estimado el desinterés por
promover el ascenso de varios oficiales superiores, . ..lta de atención a sus
exigencias de mayor presupuesto para armamento y construcciones y, finalmente,
la intención del presidente de reintegrar y restituir sus derechos a una pensión a
los oficiales que acompañaron los intentos revolucionarios radicales en 1890,
1893 y 1905. La oposición militara Y rigoyem comenzó a organizarse en logias cuyos
objetivos indicaban el endurecimiento de los oficiales de grado intermedio. Si bien
señalaban su disconformidad con aspectos profesionales, las sociedades secretas
estaban motivadas por causas políticas, coincidentes con los planteos de la
oposición conservadora (J0).
El gobierno de A lvear, por el contrario, había recompuesto las relaciones con
las Fuerzas Armadas.' El nombramiento del Cnel. A gustim P. J usto arfrerite del
Ministerio de Guerra marcó el comienzo de una politica de acercamiento hacia los
militares. La satisfacción de sus demandas profesionales y presupuestarias
aumentó el peso específico del Ejército dentro del Estado. De esta manera, se
contribuyó al desarrollo del poder militar.
En tanto, algunos conservadores abogaban claramente por una dictadura
militar. «Sus modelos políticos e ideológicos eran las dictaduras de B enito
M ussoumi en Italia y de M iguel Primo de Rivera en España. Pero dada la acrecentada
popularidad de Y rigoyem, si promovían un golpe militar para impedir su regreso3 0
2 ,3 ,3 . El r e to m o d e Y rigoveíí
una creciente tensión política (37>. For otra parte, las consecuencias de la depresión
que siguió a la crisis de Wall Street alcanzaron a la Argentina, contribuyendo al
enrarecimiento de la situación económica.
/
t Un nuevo factor se iba a agregar a este panorama: la presencia cada ve z más
inquietante de las Fuerzas Armadas.i Desde 190(J, bajo la dirección del Oral. P a b l o
R i c c h e r i , se produjo un proceso de modernización y profesionalización en el seno
los muertos' podían dejar de oír la campaña que venían haciendo los representan
tes de esos partidos contra el gobierno más 'inepto' y más 'inmoral" que había regido
en el país, mientras que M a n u e l F r e s c o sostenía que el remedio de todos los males
estaña en la renuncia del presidente de la República. Uno de los periódicos d e mayor
influencia señalaba en su editorial: "Los diarios más autorizados comentan con
sorpresa el momento dramático en que ha caído la Nación por el desgobierno... La
opinión no puede presenciar esa disolución del ascendente país, sin sentirse
culpable de complicidad si no contribuye con su presión al cambio radical de las
cosas. Y la opinión reclama de modo categórico ese cambio' (40).
Para G e r m a n i , ' el período que se extiende des.de. 1880 hasta 1925 fue de una
intensa movilidad social. Entre los miembros de la clase media autónoma, el tipo
humano más frecuente lo constituía el inmigrante o hijo de inmigrante que,
individualmente, a través de la industria o el comercio, transitaba hacia un nivel
social más alto. Mientras que en la clase media dependiente, ia figura típica
(41) Di T clla, T okcuato, 'El impacto inmigratorio sobre el sistema político argentino", en
J obrat, J. R. y S autu, Ruth (comps.). Después de Gennani. Exploraciones sobre la estructura
social de la Argentina, Buenos Aires, 1992, págs. 87 y 88.
CAP. 2 - ECONOMIA Y SOCIEDAD EN LOS AÑOS ’20 (1914-1930) 133
(42) G crmami, G imo, Estructura social de la Argentina. Buenos Aires, 1987, págs. 219 y 220.
(43) O ktiz, Ricardo M., Historia económica de la Argentina. 1850-1950, Buenos Aires, 2
tomos, 1964, págs. 191 y 192.
(44) PAnemcRi, J, (1982), pág. 208.
(45) Cf. G írmami, G. (1987).
134 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
■
------------------------------------------------------------------------------------------------------------- i -----------------;-------------------
(46) C iria, A lberto y SAnouintrn, H oracio , La reforma universitaria/1, Buenos Aires, 1983,
págs. 56 y 57.
(47) Rock, D. (1988). pág, 260.
Huelgas Huelguistas Jornadas perdidas Salarios perdidos
derivó en una huelga general; que tanto conservadores como sectores del
radicalismo consideraron el preludio de una revolución bolchevique, dirigida
desde Rusia, ¡Dos elementos contribuyeron para poner fin al conflicto: por un lado,
la intervención de] Ejército y la Armada cumplió un rol disuasivo. Por otro, la
mediación gubernamental permitió el reconocimiento de las reivindicaciones de
los trabajadores metalúrgicos, que consiguieron en parte sus objetivos (4S).i
Uno de los corolarios de la crisis de enero de 1919 fue la aparición de grupos
paramilitares (Liga Patriótica Argentina) que propiciaron sentimientos xenófobos,
antiobreros, anticomunistas y, especialmente, antijudíos, pues se confundía a los
judíos, muchos de ellos de origen ruso, con gente de ideología revolucionaria. Por
eso, aunque los Talleres Vasena se encontraban en el barrio de Mueva Pompeya,
hubo actos de agresión a la comunidad ruso-judía residente en el barrio de Villa
Crespo.
t La tercera ola de agitación obrera emergió en la Patagonia. en 1921, impulsada
por una sociedad obrera anarquista fundada en Río Gallegos. Los reclamos de
mejoras salariales, ocho horas de trabajo y condiciones higiénicas se difundieron
hasta las grandes estancias dedicadas a la cría de ovejas!!Estos establecimientos
eran propiedad de tres grandes firmas, Braun-Menéndez Behety, José Montes y
Cia., y Bridges y Reynolds, que sometían a los trabajadores a condiciones laborales
particularmente duras y mal remuneradas. Se declaró, entonces, una huelga que
originó escaramuzas armadas entre los huelguistas y las fuerzas al servicio de los
estancieros, quienes solicitaron ayuda al gobierno nacional. Y r i q o y e n cedió a estas
demandas y se enviaron tropas militares.'lcomandadas por el Tte. Cnel. H é c t o r B.
V arela. \En enero de 1922 se llegó a un principio de acuerdo entre las partes) que
(48) Cf. Bílsry, Edgardo J.; Esbozo del movimiento obrero argentino: desde sus orígenes
basta el advenimiento del peronismo, Buenos Aires, 1987; Iscaro, Rubems, Historia del
movimiento sindical, II, Buenos Aires, 1973, págs. 179-189.
(49) Cf. Baycr, O svaldo, La Patagonia rebelde, Buenos Aires, 1980.
■\38 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL D E LA ARGENTINA
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------í
----------- «-----------------------------
(50) Marotta, S ebastian, El movimiento sindical argentino, su origen y su desarrollo,
Buenos Aires, 1960, págs. 242 y 245.
(51) B ilskv, E dgardo J. (1987), pág. 29,
(52) B arrancos, D ora, 'Resistencia y negociación: el movimiento obrero argentino desde
sus orígenes hasta 1930", en Moreno, O mar (comp ), Desafíos para el sindicalismo en la
Argentina, Buenos Aires. 1993. pág. 38.
CAP. 2 - E C O N O M IA Y S O C IE D A D E N L O S A Ñ O S '2 0 (1 9 1 4 -1 9 3 0 ) 139
(53) Matsusiiita, H iroshi, Movimiento obrero argentino 1930-1945, Buenos Aires, 1986,
pág. 34.
140 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL D E LA ARGENTINA
. : \
//t '
2 . 7 / lAS POLITICAS ECONOMICAS DE LOS GOBIERNOS RADICALES
2 ,7 ,1 . El cr e c im ie n to e c o n ó m ic o en el período
(5 4 ) C orbiere, E milio J., Orígenes del comunismo argentino, Buenos Aires, 1984, págs.
5 4 y 5 5. Cf. también, Ratzcr, Jóse, El movimiento socialista en Argentina, Buenos Aires, 1981.
C A P. 2 - E C O N O M IA Y S O C IE D A D E N L O S A Ñ O S '2 0 (1 9 1 4 -1 9 3 0 ) 141
Tasa d e cre c im ie n to d el P Bl
A ño E xportaciones Im portaciones S aldo
a p re c io s de m ercado
1914 -10,4 916 733 183
1915 0,5 1.323 694 629
1916 -2,9 1.302 832 470
1917 -8,1 1.250 864 386
1918 • ' • 18,3- 1.822 1.138 684
1919 3.7 2.343 1.490 853
1920 7,3 2.373 2.125 248
1921 2,6 1.525 1.703 -178
1922 8,0 1.536 1.567 -31
1923 11,0 1.753 1.974 -221
1924 7,8 2.299 1.883 415
1925 -0,4 1.973 1.993 -20
1926 4,8 1.800 1.869 -69
1927 7,1 2.294 1.947 347
1928 6,2 2.397 1.902 495
1929 4,6 2.168 1.959 209
1930 -4,1 1.396 ■ 1.680 -284
F u e n te s : C E P A L (1 9 5 9 ) . C o m ité N a c io n a l d e G e o g ra fía (1 9 4 2 ).
Cuadro 2,5. Evolución del producto bruto interno y del comercio exterior
(en millones de m$n).
«5
7
(57) O 'C ommell, A rturo, 'La Argentina en la Depresión: los problemas de una economía
abierta", en Desarrollo Económico. M° 92, enero-marzo de 1984, págs. 484-486.
CAP. 2 - ECONOMIA Y SOCIEDAD EN LOS AÑOS '20 (1914-1930) 143
i! una legislación bancaria que Ies permite mantener una correlación entre la
circulación y las necesidades reales del mercado" (58).
a Tam bién se procuró implementar una serie de medidas a fin de atemperar las
fluctuaciones de la coyuntura y las desigualdades entre distintos sectores econó
micos. Ante las dificultades de los agricultores, debido a las sequías de años
anteriores, el gobierno envió al Congreso — en diciembre de 1916— un proyecto
de ley que establecía un gravamen provisional del 5 % a las exportaciones. Los
fondos recaudados se asignarían a financiar la compra de semillas y útiles de
labranza. Debido al rechazo del proyecto y a la virtual paralización de la siembra,
Y r i g o y e n decidió, en acuerdo de ministros, la adquisición por parte del Estado de
(58) LoRErtzi/TTi, J orge A., Dinero, política y bancos, historia del Banco Central de la
República Argentina, Buenos Aires, 1996, pág. 36.
CAP 2- ECONOMIA Y SOCIEDAD EN LOS AÑOS '20 (1914-1930)_____________ 145
f \La creciente importancia del petróleo motivada por la expansión del parque
automotor y su utilización como combustible para el sector industrial lo convirtió
eñ una fuente de debates sobre los principios de la soberanía nacional, a medida
j que se descubrían nuevos yacimientos en el país y se intensificaba su extracción^
t El progreso de la industria petrolera fue lento. En 1907, se descubrió petrólco en
/ Comodoro Rivadavia, por lo que se creó la Dirección General de Explotación.del
Petróleo, y el 17 de febrero de 1916, con la primera perforación en Plaza Huincul,
comenzó la intervención del Estado en la explotación y el descubrimiento de este
recurso (e0).
El 3 de julio de[1922, durante el gobierno de Y rigoyem, se creó por medio de
un decreto la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos riscales (YPF), cuya
dirección sería ejercida durante muchos años por el coronel E nrique Mosconi,’
designado bajo el gobierno de A lvear. Moscom, que había sido director d e s ervicio
Aeronáutico del Ejército, comentaba que ja idea del control de la explotación del
petróleo por el Estado fe surgió cuando un oscuro gerente de la TEXACO, a quien
se le compraba gasolina, se negó a proveerla pretextando que el organismo estatal
que dirigía se había excedido de los limites del crédito otorgado. La posibilidad de
que las fuerzas Armadas pudieran paralizar su actividad por esta circunstancia lo
puso en alerta y le dio la idea de que, siendo la provisión de combustibles vítáfpara
el país desde un punto de vista estratégico, debía crearse una empresa estatal que
la manejase j Moscom diferenciaba también las políticas petroleras de las'emprésas
británicas y norteamericanas por una cuestión de métodos; las ' s empléáb'an
cuerdas distintas, una más suave y otra más fuerte, pero ambas terminaban
ahogando al país. Sus ideas tendrán una gran influencia en la formación de un
nacionalismo económico entre los militares (6I6 ).
*
2
Bajo el impulso de Moscom se emprendió una serie de iniciativas que colocaron
a la empresa en un nivel competitivo, desarrollando, en especial, una extensa red
de distribución por todo el pais. Pero, hasta 1925, cuandofse inauguró la gran
destilería de La Plata,da producción del petróleo nacional, era todavía precaria. El
proyecto de la destilería era el de mayor envergadura dentro del plan trazado por
Moscom para la expansión de YPE.',Debido a la oposición del Congreso para aprobar
su financiación, el presidente A lvear autorizó con ese fin la utilización de créditos
y de letras de tesorería,; mientras se firmaba un contrato con la compañía
norteamericana Bethlehem Steel Corporation para su construcción. Al inaugurarse,
la destilería se encontraba entre las diez más grandes del mundo en términos de
capacidad l67).
(G0) Cf. F avaro, O rieta y Morimcui, Marta, Petróleo, Estado y nación, Buenos Aíres, 1991.
(51) Cf. Moscom, E nrique, El petróleo argentino (1922-1930), Buenos Aires, 1983.
(62) Soiberg , C arl, Petróleo y nacionalismo en la Argentina, Buenos Aires, 1982, págs.
141143 .
CAp 2 - E C O N O M IA Y S O C IE D A D E N L O S A Ñ O S ‘2 0 (1 9 1 4 -1 9 3 0 ) 147
P ro du cció n Im p o rta c ió n
A ño C o n su m o
Total Fiscal C oncesiones ( e n %)
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos de S abato, A rturo , Petróleo: liberación o
dependencia. Buenos Aires, 1974, y Solberg, C arl, Petróleo y nacionalismo en la Argentina,
Buenos Aires, 1982.
Cuadro 2,8. Resultados financieros de YPF (1923-1930) (en miles de pesos papel).
(64) Cf. Mayo, C arlos; A ndino, OsvALDoy G arcía MouriA, F errando, La diplomacia del petróleo.
Buenos Aires, 1983; Frondizi, A rtero, Petróleo y política, Buenos Aires, 1954.
(65) Solbcrcj, C. (1986), págs. 205-206.
C A P. 2 - E C O N O M IA Y S O C IE D A D E N L O S A Ñ O S ’2 0 (1 9 1 4 -1 9 3 0 ) 149
(66 O arcia Mouha , rtRrtANDó y Mayo, C arlos A., El genera) Uriburu y el petróleo, Buenos
Aires, I .. págs. 36 y 37.
150 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
\
tendió a expandirlo). También se procuró encarar el creciente déficit fiscal a través j
i del incremento de la deuda pública, aunque la financiación de los gastos del Estado i
por medio de endeudamiento ya venia ensayándose desde muchos años atrás; entre
1908 y 1916, por ejemplo, la deuda pública se había incrementado un 94 % . i■
Cuadro 2,9. Crecimiento de los gastos, recursos y deuda pública del gobierno nacional
(1900-1930) (en millones de pesos oro).
(68) Peters, H arou >E., The Toreign Debt oftheArgentina Republic,. Baltimore, 1934, pág. 104.
(69) B everaqgi A llende, Walter , El servicio del capital extranjero y el control de cambios.
México. 1954, pág. 164.
152 HISTORIA ECONOMICA , POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
l
, /cuales se consideraba necesario volver a la Caja de Conversión, y por consiguiente
í a la utilización del patrón oro, o más propiamente de un patrón cambio oro, eran
resguardar la economía interna de las fluctuaciones y contingencias exteriores,
.*/ que en distintas circunstancias la habían afectado en el pasado, y asegurar la
' i- estabilidad monetaria, manteniendo por ley una relación entre la cantidad de
. circulante y el metálico que se encontraba en el país, como se había hecho entré
< 1899 y 1914 (70),
( e i superávit de la balanza comercial o la entrada de nuevas inversiones
j producían un incremento de los mediosde pago que repercutía luego sobre el monto
de las importaciones. El sistema monetario y bancarío argentino era de una
extraordinaria rigidez y muy sensible a las alteraciones de la balanza de pagos. Un
sardo positivo se pódia transformar eriun aumento erflá capacidad de compra, pero
uno negativo no implicaba la retirada de capitales adquiridos en la cuantía adecuada,
pues la inexistencia de un Banco Central pennitia a las instituciones ¿anearías
continuar la expansión de Jos créditos hasta situaciones intolerables. La capacidad
de compra argentina se transfería casi íntegramente a los mercados extranjeros, j ,
y. Nuestro país presentaba una gran propensión a importary reajustaba su balanza de_
pagos aumentando o reduciendo las importaciones, con el problema que estas
últimas no disminuían en forma suficiente en la fase depresiva de los ciclos.
é
No obstante, debido a la entrada de capitales y al crecimiento de la economía,
/ el peso se revalorizaba, como ocurrió entre 1925 y 1927, lo que perjudicaba a los
.]//exportadores y a los productores agropecuarios que dependían de las ventas en
- I el exterior y se veian afectados por la caida de los precios de sus productos
I/valorados en pesos, aunque beneficiaba a los importadores.)
El servicio de la deuda exterior crecia también, lo que preocupaba al gobierno,
mientras se acentuaba el conflicto permanente entre los intereses de los
exportadores y los de los importadores, aunque los primeros, partidarios de un
y retomo a la convertibilidad, tenían un mayor peso político y presionaban en ese
sentido como ya había ocurrido en 1899.
yUn elemento decisivo fue que, en caso de reabrirse la Caja de Conversión, se
- beneficiaría, sobre todo, a aquellos que necesitaban pagar con oro sus deudas a
los Estados Unidos, país con el cual se mantenía un balance crónicamente
negativo. La reserva de oro bajaría así en forma considerable, iniciando una nueva
baja dei peso, que favorecería, a su vez, a los exportadores, productores
agropecuarios e incluso a sectores industriales, beneficiados estos últimos por el
encarecimiento de los productos importados con quienes competían".
^ Durante 1927 las existencias de oro experimentaron un incremento de más
de 85 millones de pesos oro, lo que permitió emitir 58 millones de pesos moneda
nacional, precipitando la decisión del gobierno de volverá la conversión. Esto se
hizo; el 25 de agosto de aquel año. a una tasa de 2,2727 pesos moneda nacional
por peso oro.¡vinculando nuevamente la emisión monetaria a las reservas de oro
y divisas en el marco de un aumento de las exportaciones y de entrada de capitales
CAp 2 — E C O N O M IA Y S O C IE D A D E N L O S A Ñ O S ’2 0 (1 9 1 4 -1 9 3 0 ) 153
que lo que disminuía el poder de compra, lo mismo que antes se había amplificado
su dilatación. Caían tas importaciones y, mientras se llegaba a un nuevo punto de
equilibrio en el balance de pagos, seguían saliendo el oro y las divisas de las
reservas monetarias.
En este proceso, los países del centro y de la periferia no sufrían — en opinión
de Raúl Prebisch— las mismas consecuencias. Pues el Banco de Inglaterra,-por- -
ejemplo, podía, elevando o disminuyendo las tasas de interés, manejar los ciclos
a su favor. Así cuando "Inglaterra elevaba la tasa de descuento detenía la salida de
capitales y reducía el ritmo de incremento de las importaciones provenientes de
los países de la periferia", lo que perjudicaba a éstos. "Y como las importaciones
de esos países continuaban altas, se producía un desequilibrio en sus balances de
pagos y devolvían, así, parteo todo el oro entrado en la fase ascendente" (7A). Hacia
1929, 'los efectos de la elevación de la tasa de interés en los Estados Unidos sobre
la República Argentina..." eran, para Prebisch, "la repetición de un viejo fenóme
no..." que caracterizaba el desarrollo del sistema en su conjunto (7 75¡. Pero la crisis j
4
mundial implicaría la ruptura del patrón oro y del viejo sistema internacional de ■
comercio y pagos, produciendo, esta vez, severas consecuencias en los mismos ,
países centrales.
400
H Excedente de importaciones
i I Ingreso neto de inversiones de ultramar
I
CAP. 2 - ECONOMIA Y SOCIEDAD EN LOS AÑOS '20 (1914-1930) 157
(77) Puelps, V. L. {1938); Fodor, J orge y O'C.onneu., A rturo, "La Argentina y la economía
atlántica en la primera mitad del siglo XX, en Desarrollo Económico, N° 49, abril-junio de
1973.
158______________ HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
í
El siguiente cuadro muestra las características del comercio triangular en lo
que refiere a la participación de Gran Bretaña y los EE.UU. en el intercambio
comercial de la Argentina.
Com o podemos ver, el .Reino Unido se mantuvo como el principal cliente del
> país, en porcentajes que van de un mínimo del 22,2 % en 1922 a un máximo de
^ 38,8 % en 1931. Por el contrarío, la participación norteamericana en las exporta
ciones sólo crece durante la guerra hasta un 29,7 % , en 1927, para mantenerse
luego en un nivel cercano al 9 % . En cuanto a las importaciones, la situación es
diferente. Entre 1915 y 1930, sobre un total de dieciséis años, los Estados Unidos
fueron el principal proveedor de la Argentina en doce de ellos, aunque luego esta
situación se viera afectada por la crisis del '30 y el bilateralismo practicado
posteriormente.
En el cuadro siguiente puede observarse, en cambio, la diferente situación de
las balanzas de pagos con los dos países.
CAP. 2 -EC O N O M IA Y SOCIEDAD EN LOS AÑOS '20(1914-1930j 159
Entre 1914 y 1934, el saldo comercial negativo con los Estados Unidos fue de
1.316 millones de pesos oro, mientras que el saldo positivo con Oran Bretaña
alcanzó los 2.991 millones de pesos oro, mostrando las características del
comercio triangular. Pero cabría aclarar que en el periodo de la guerra, entre 1914
y 1917, los saldos con los EE.UU. fueron positivos. Si tomamos períodos distintos,
como, por ejemplo, entre 1921 y 1930, cuando los saldos con el país del Morte
resultaron todos negativos, ¡os superávit y los déficit comerciales con Inglaterra y
ios Estados Unidos tendían a igualarse.
" Empero.feste triángulo comercial anglo-argentino-norteamericano no puede
i ser bien comprendido si se lo considera solamente como la simple compensación
de IdscfefícíFdel intercambio comercial con los Estados Unidos con los superávit
'resultantes dél comercio con Gran Bretaña.j
En primer lugar, porque, como observamos en el mismo cuadro, el saldo de
servicios con Gran Bretaña resultó fuertemente negativo, como consecuencia dé
la remesa de utilidades e intereses de las empresas británicas en el país, ■
compensando en parte el superávit comercial de la Argentina. En segundo término,
porque el comercio triangular significaba para la Argentina supeditar su estructura
productiva y en particular su estructura industrial a las manufacturas y bienes de
capital norteamericanos. Las importaciones de maquinarias norteamericanas en
este periodo, por ejemplo, posibilitaron, de una manera más significativa que lo
que generalmente se cree, la industrialización de los años '30. En tercer término,
(porque ese comercio aceleraba el flujo de capitales estadounidenses en la
economía argentina mediante la colocación de títulos públicos en el área del dólar
o de inversiones directas de empresas norteamericanas, permitiendo financiar el
comercio de importación y desplazando de este modo la influencia económica
H
inglesa. El comercio triangular estaba señalando, en realidad, un cam bio de'
esferas de influencia^78).
(78) Rapoport, Mario, "El triángufo argentino. Las relaciones económicas con Estados
Unidos y Gran Bretaña, 19141943", en Rapoport, Mario (comp.). Economía e historia.
Contribuciones a la historia económica argentina. Buenos Aires, 1988, págs. 254-260.
160 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
\
{ Pero'veamos más en concreto cuál era lajelacíón especia! que existía con
Inglaterra y el tipo de vinculación que comienza a desarrollarse con los Estados
Unidos. '•‘
En realidad, desde el punto de vista comercial, la relación económica entre la
Argentina e Inglaterra no era tan unilateral como se piensa. Es cierto que existía
üricTfüerte dependeñCiadeTmercado británico para el sector exportador argentino;
asi~ por ejemplo, en 1929, seéxportnba a Oran Bretaña el 99 % de ía carne
enfriada, el 54 % de la congelada, el 76 % de todas las exportaciones de carne, el
34 °/o de las de trigo y el 10 % de las de maíz, pero al mismo tiempo, para Oran
Bretaña esas exportaciones representaban el 40 % del consumo inglés de carne,
el 8 5 % del de lino, el 24 % del de trigo y el 75 % del de maíz (7S).
' Por otro lado, además de la relación comercial que existía entre las dos
naciones había también un vínculo que tenia igual o mayor importancia y que se
originaba en las cuantiosas inversiones de capital británico que llegaron a la
Argentina desde fines del siglo pasado. Esas inversiones, que poseían una alta tasa
de rentabilidad y al mismo tiempo complementaban y estimulaban el comercio
entre ambos países, se radicaron, fundamentalmente, en el transporte, ferrocarri
les, empréstitos al gobierno, frigoríficos, servicios públicos y el sistema bancario
y financiero. De esta forma, los ingleses participaban en la producción de bienes
exportables y podían controlar el comercio exterior.
- vLos ferrocarriles eran el punto clave de todo este sistema, puesto que por su
■intermedio se llevaban a los puertos los bienes exportables y se introducían las
manufacturas británicas en el territorio nacional, constituyendo, además, una
’ demanda para los productos del Reino Unido. Así, por ejemplo, el carbón y los
materiales ferroviarios llegaron a representar la cuarta parte de las importaciones
provenientes de Oran Bretaña entre 1920 y 1930.
De este modo, de 20 millones de libras invertidas por capitales británicos hacia
1880, se llegó a 357,7 millones en 1914, alcanzando un pico de 453 millones en
1934. Un índice de la importancia que estas inversiones tenían para el Reino Unido
nos lo brinda el hecho de que en 1930 la Argentina ocupaba el cuarto lugar dentro
de la distribución geográfica de las inversiones inglesas en el mundo y sólo era
superada por la india, Australia y Canadá, sobrepasando a Europa continental,
Sudáfrica y los Estados Unidos.
Esta relación privilegiada entre Ja Argentina y Gran Bretaña ha sido muchas
/veces mal interpretada, ya que su base la constituía sobre todo la dependencia de
líos grandes ganaderos argentinos del mercado británico de carnes/ aunque en la
; decada de 1920 la exportación de carnes representó sólo entre un 12 y un 1 5 %
/ ¡de las exportaciones totales. Evidentemente, los hacendados eran el grupo social
t , y político más importante de lá~7\rgentiria. y su influencia" sobré lá~póíffica_
■económica del país les permitió defender estas relaciones, que para ellos eran
vitales. Para algunos autores 'constituye un tributó~3él lórmídable poder político
deTá* clase terrateniente que la dependencia de éstos del mercado de carnes
Británico fuese interpretada... como la dependencia de la nación Argentina de la
suerte económica de Gran Bretaña"!/808 )”
1 ” -------
AI mismo tiempo que las relaciones con Gran Bretaña adquirían estas\
características, se iba vislumbrando una participación creciente de los Estados J
Unidos en la economía argentina. Antes de la Primera Guerra Mundial, la presencia [
del país del Norte en la economía argentina era bastante modesta, aunque ya y
capitales norteamericanos se habían implantado, como vimos, en un punto clave r
de la estructura productiva: la industria frigorífica.
Pero la verdadera irrupción de los capitales norteamericanos se p ro d u jo
después de la Primera Guerra Mundial, y particularmente en la última mitad de la
década de 1920. Com o analizaremos en detalle m ás adelante, se trataba de
establecimientos dedicados. en su mayoría, a artículos industriales, maquinarias,
vehículos, artefactos eléctricos, textiles, refinación del petróleo, alimentos y
bebidas y productos farmacéuticos. Ta mbién en esos años se radicaron com pa-
ñíás de seguros, bancos y'numerosas firmas importadoras ^comercializadoras.
muchas de iás cuales comenzaron luego a realizar tareas de armado y manufactü-
ra.^Además, capitales norteamericanos compraron firmas ya existentes de origen
européó; como la_International Telephone and Telegraph Corporation, que se
transformaría en la Unión T elefónica. Asimismo, invirtieron en otras empresas de
servicios públicos) com o compañías de electricidad provincialeM07)/
(82) Cf. Phclfs, Dudley, Migrations of industry to South America, hueva York, 1936.
CAP. 2 — E C O N O M IA Y S O C IE D A D E N L O S A Ñ O S '2 0 (1 9 1 4 -1 9 3 0 ) 163
G ran Bretaña
M illones de %
País
lib ra s este rlin a s
1. India-Ceilán 540 14.5
2. Canadá 525 14,1
3. Australia 494 13,3
4. Argentina 450 12.1
5. Europa 295 7,9
6. Africa del Sud 263 7,1
7. EE.UU. 201 5,4
8. Brasil 190 5,1
9. N ueva Zelanda 123 3,3
10. Malasia 108 2,9
E stados U nidos
País M illones de dólares %
1. Canadá 3.492 3?.2
2. Alemania 1.421 9.1
3. Cuba 1.067 6,8
4. Argentina 808 5,2
5. Chile 701 4,5
6. México 694 4,4
7. Reino Unido 641 3,9
8. Brasil 557 3,5
9. Francia 472 3,1
10. Japón 445 2,8
F u e n t e s : E la b o ra d o s o b re d a to s p ro p o rc io n a d o s p o r T h e
R o y a l In s titu te o l In te rn a tio n a l A ffa irs y e l D e p a r ta m e n to d e
C o m e r c io d e lo s E E .U U .
Cursó sus estudios superiores en Alemania, durante los primeros años del
siglo XX, Com o alumno del afamado instituto Técnico de Hainichen (Leipzig)
conoció los establecimientos textiles de esa ciudad y varias fábricas radicadas en
pueblos vecinos. Lo entusiasmó el dinamismo de las industrias siderúrgicas,
eléctricas y químicas que proyectaba a Alemania como la vanguardia del desarrollo
técnico europeo y como la segunda potencia industrial del m undoy leyó el Sistema
nacional de economía política de Friedrich L ist, donde el autor refutaba a A dam S mith
y sostenía que el éxito de las naciones dependía del proteccionismo a la industria.
En 1904, al finalizar sus estudios de ingeniero electricista debió hacer un año de
práctica antes de recibir el título. Para ello triunfó en un concurso que le permitió
realizar dicha práctica como jefe en una fábrica de turbinas catalana.
Al regresar al país, en 1905, se incorporó al reducidísimo grupo de los
estudiosos interesados en los problemas de un modelo económico hasta entonces
considerado invulnerable. Designado director nacional de Estadística, B u m g e
realizó en 1917 la primera medida del ingreso y la riqueza nacional argentina y
construyó un índice de precios minoristas. En 1918, fundó y dirigió la Revista de
Economía Argentina, publicación de aparición mensual que se editó hasta 1945.
Además, form ó y agrupó a su alrededor a un conjunto de destacados discípulos,
algunos de los cuales — como Raúl Prebisch— tuvieron participación en funciones
de gobierno en la década de 1950 y otros — como J o s é F i g u e r o l a — inspiraron
muchas de las medidas económicas del primer gobierno peronista.
El pensamiento de B u m g e no encontró entre sus contemporáneos a m uchos
que pudieran o quisieran comprenderlo. En primer lugar, en medio de la euforia
que motivaba la expansión de la economía argentina, B u m g e criticaba el m odelo i
agroexportador y señalaba que la teoría de las ventajas comparativas en el
comercio internacional, que había llevado al país a dedicarse a producir y exportar I
bienes primarios e importar manufacturas, era sumamente riesgosa. Porque I j
cuando la capacidad de consumo de Europa, nuestro principal mercado, se
reducía o se producía un cambio de política en los países industrializados, la
Argentina "se veía amenazada con una larga crisis". De esta manera, anticipaba ios
efectos locales de la crisis de 1 9 5 0 . Por otra parte, B u r i G E reconocía que la Argentina
era 'u n país de Segundo orden, económicamente tributario de otras potencias".
Ante esta situación, B u m g e proponía cambios en la política económica.) j
Debíamos tener una política contrapuesta a ia í demás porque, a diferencia de
lodos ios países más importantes del m undo, 'nosotros (...) seguimos sometidos
a lo que se nos impone". Frente a lo que interpretaba como una política económica
de 'dócil sumisión a la de otros países", B u m g e planteaba una política de contenido
proteccionista e industrialista aunque no tenía propuestas concretas del tipo de
industrialización y limitaba ésta a las importaciones de los bienes que pudieran
producirse en el país en condiciones económicas satisfactorias. Además, de n un
ciaba que "la creencia de que el librecambio abarata la vida", en realidad, encubría
"la política de aquellos países que pueden tener un interés particular en q u e sus
productos manufacturados se introduzcan con facilidad en el exterior".
Su nacionalismo no le impidió plantear la necesidad de atraer capitales
externos. Prefería ios capitales norteamericanos porque, a diferencia de los
británicos, se orientaban hacia el sector manufacturero. Sin embargo, no ignoraba
166 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
_
que los Estados Unidos no podían convertirse en mercado para los productos
argentinos, lo que ocasionaba serios desequilibrios en la balanza de pagos entre
ambas naciones, siempre desfavorable para la Argentina.
Su espíritu reformista también incursionó en el terreno social. Así propició
diversas medidas que tendían a beneficiar a las familias más humildes, como las
dirigidas a solucionar el problema de la vivienda modesta — para él, "una
calamidad nacional"— , a ¡mplementar un sistema de asignaciones familiares o a
eliminar el analfabetismo mediante una distribución más racional de tos gastos
destinados a la educación. Tenia, sin embargo, en cuanto a los temas vinculados
a la población, concepciones algo racistas (un capítulo de su principal libro se
titulaba "Esplendor y decadencia de la raza blanca"), que provenían sin duda de
su formación elitista. Además, en cuanto al tema demográfico, subestimó notoria
mente, en sus proyecciones, el crecimiento de la población argentina.
Bunge también se interesó por la situación del agro. A fin de elevar la
producción, ampliar el mercado interno y lograr el asentamiento de la población
propuso la implantación de un impuesto al "latifundio social' — que, a diferencia
del latifundio geográfico, tenía en cuenta la cantidad total de tierras en manos de
un mismo propietario independientemente de su ubicación— mediante el cual,
una vez que resultara antieconómico, las tierras pasarían al Estado que. por su
parte, las redistribuiría entre los agricultores con lo que podía "triplicarse o
cuadruplicarse el número de las familias agricultoras en propiedad".
Igualmente propulsó los estudios regionales. Frente ai "país abanico" donde
la región privilegiada cóñ centro en Buenos Aires miraba hacia ultram - ■■ se
¡encontraba de espaldas al interior, proponía la niejora progresiva de las com tmi-
¡OicToriésyclToniéñto'dél comerció”con ios países vecinos de manera de ateimar
;el desequilibrio económico dei país. Fórotra parte. propició la Unión Aduanera del
, Süd, integrada~porTa Argentina, CfiilérBoliviaTFaraguay y Uruguay, a los que podría
yz Sumarse évéñlúálmérité el Brasil. Esfé~espació écorioniico poFsu continuidad
f\Jf geográfica‘y~sú"complementancdad climática y productiva baria autosuíiciente a
\¡y.t T2Tregión err materiadeproductos'agro'pécuarios e insumos industriales. De"esta
/romanera, B lngk anticipaba la necesidad~dé~ccñKreiar~organizaciones de comercio
j^éntre los países latinoanrericáñós; "
En definitiva, Bumge planteó un proyecto de país distinto. Sus propuestas
eTnábári'déstinadas a convencer áTás~elites a las cuales él mismo~pertenecía. Para
f. ello puso en tela de juicio el ni odelóágroex portador en vigencia. Si n embargo, los
s beneficios momentáneos del modétó"no permitieron a£rec¡arque llevaba en sí los
gérmenes de futuros fracasos e ImpídierorTque las formulaciones de BunGr.cn favor
de cambios de política económica füeTárTtomadas en cuenta.__
El periodo que transcurre entre 1914 y 1929 ha sido objeto de una áspera
polémica. Según una interpretación, las décadas previas habían creado las
condiciones para un despegue del crecimiento autosostenido de la economía
CAP. 2 - E C O N O M IA Y S O C IE D A D E N L O S A Ñ O S '2 0 (1 9 1 4 -1 9 3 0 ) 167
argentina, no obstante, dicho despegue no se produjo hasta 1933. De allí que esta
etapa habría significado una gran demora en la evolución argentina. Sin embargo,
esta hipótesis ha sido seriamente cuestionada, comer veremos, por diversos
autores.
La idea de la "gran demora' es tributaria de los trabajos de A l e j a n d r o B u m g e ,
quien, e.n .numerosos artículos y libros escritos a partir de la segunda década del
siglo, señaló el estancamiento relativo que comenzaban a reflejar los indicadores
de la producción agropecuaria, del comercio exterior, de las inversiones extranje
ras, de la extensión de las vías férreas y de la tasa de crecimiento de la población.
Para evitar el progresivo estrechamiento de la base económica nacional, B u m g e
proponía una decidida intervención del Estado para fomentar el crecimiento
industria!. En el fondo, B u m g e apuntaba a mostrar que el modelo agroexportador se
estaba agotando y que era necesario diseñar alternativas que estimularan un
cambio estructural profundo.
El término de la "gran demora" fue acuñado por Di T e l i a y Z y m e l m a m í**-').
Enmarcado en la teoría de las etapas del desarrollo económico formulada por el
economista norteamericano W a l t W . R o s t o w , el trabajo se proponía periodizar la
evolución económica argentina de acuerdo con la sucesión de etapas que, según
R o s t o w , señalaban el camino al desarrollo. El planteo teórico indicaba que, luego
(85) Di T ella, G uido y Z ymelman, Manuel, Las etapas del desarrollo económico argentino,
Buenos Aires, 1967.
(86) Di T ella, G. y Zymelmam, M. (1967), págs. 26 y 27.
168_______________ HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
t
la economía por medio de la demanda de ¡nsumos, de tecnología y de factores
productivos y de la oferta de productos que pueden ser transformados por otros
sectores. Por lo tanto, la producción de los bienes primarios exportables determi
nan el ritmo de crecimiento del sector industrial. Para el caso de la Argentina, el
bajo grado de diversificación de sus exportaciones y la intensidad en el uso de la
tierra com o factor productivo fundamental (lo que conducía a una baja demanda
de bienes de capital y de mano de obra) condicionó y limitó la expansión industrial, ’
hecho que se puso de manifiesto en el momento en que el sector exportador
perdió dinamismo (a7).
Sin embargo, otros autores sostienen que el basamento empírico no sustenta
la idea de una demora. Si bien durante la guerra el Crecimiento de la producción
y de la tasa de inversión se desacelera por factores coyunturales, durante la década
del '20 se retoma el sendero de crecimiento, las exportaciones no exhiben
tendencia al estancamiento y las inversiones muestran un gran dinamismo (8a). Por
otra parte, el crecimiento industrial fue también intenso, superando incluso las
tasas de expansión registradas con posterioridad a 1933, cuando se habría
producido, finalmente, el despegue (8 899
8
7 ). Por lo tanto, durante la llamada "gran
0
demora" no existiría un estancamiento de la producción en general, ni del sector
industrial en particular.
Esto podría coincidir con la tesis de J o r g e F e d e r i c o S a b a t o en el sentido de que
la conducta de los grandes terratenientes de la región pampeana tuvo un
comportamiento racional frente a las fluctuaciones de los precios agrícolas
internacionales, al diversificar sus actividades económicas a través del circuito
financiero y del comercio. Este autor cuestiona aquellas posiciones que sostienen
a la concentración de la tierra como uno de los factores esenciales que obstacu
lizaron el crecimiento del sector agropecuario. En ese sentido, la búsqueda de
rentabilidad habría sustentado las pautas de comportamiento de las "clases
dominantes argentinas", y este criterio habría sido independiente del agotamiento
de las fronteras agropecuarias. Según S a b a t o , los grandes propietarios pampeanos
tenían una clara mentalidad empresarial y, precisamente, su habilidad para
enfrentar los riesgos de un mercado mundial agropecuario fluctuante y su
capacidad de rápida adaptación a los cambios fueron la base de sustentación de
su poder económico y político (°°).
r
x1
(87) Cf. G elier, L ucio. 'El crecimiento industrial argentino hasta 1914 y ¡a teoría del bien
primario exportable", en G iménez Zafiola, Marcos, El régimen oligárquico, Buenos Aires, 1975.
(8 8 ) Cf. D íaz A lejandro, C. (1970). Los indicadores pertinentes pueden consultarse en los
distintos cuadros de este capitulo.
(89) Cf V iuanueva, J avier, "El origen de la industrialización argentina", en Desarrollo
Económico, n® 47, Buenos Aires, 1972.
(90) Cf. S abato , J orge F., La dase dominante en la Argentina moderna: formación y
características, Buenos Aires, 1988.
CAP. 2 - E C O N O M IA Y S O C IE D A D E N L O S A N O S '2 0 (1 9 1 4 -1 9 3 0 ) 169
\
autor, en particular, sitúa la última etapa de expansión, ligada a la agricultura, y la
aparición de los primeros desequilibrios graves en el período 1920-1940. Esta
etapa es considerada como el último período de largory parejo desenvolvimiento
de una economía esencialmente agropecuaria e importadora, sólo sacudido en
forma temporaria por la crisis iniciada en 1929. Las dificultades emergentes de la
plena ocupación de la tierra señaladas por B u n g e fueron compensadas, para G i b e k t i ,
por un desplazamiento de la producción desde las actividades ganaderas hacia la
agricultura, que mostraba una mayor productividad mientras avanzaba hacia
formas menos extensivas, convirtiéndose en la fuente de la expansión. Sin
embargo, esto no pudo evitar la aparición de ciertas tendencias que resultarían
determinantes en el futuro para una transformación profunda. Entre ellas, destaca
la debilidad del sector agropecuario para absorber mano de obra, de modo que el
crecimiento de la población fue alimentando las actividades urbanas. Además, se
observaba una limitación de la movilidad social, determinada por la tendencia
recién mencionada y por el hecho de que el tránsito hacia la agricultura lo
efectuaban los estancieros sin desprenderse de la tierra, con lo cual la estructura
social se convertía en una de las dimensiones explicativas del agotamiento. En
tercer lugar, el autor destaca que la producción pampeana crecía a un ritmo menor
que la población, reduciendo tendencialmente los saldos exportables y la consi
guiente capacidad exportadora, base de! método indirecto sobre el que se había
estructurado el modelo (94).
Aunque G iberti sitúa la eclosión de estos problemas recién en la década de
1940, enmarcados en la reducción de la demanda externa y el deterioro de los
precios relativos de los bienes agropecuarios, su análisis revela que su aparición
puede rastrearse hasta los años '20. De su análisis se concluye, además, que si,
en lugar de tomar variables absolutas se analizan los indicadores percápita, el PBI
muestra ya signos de estancamiento.
Por otra parte, aunque la evolución promedio de las diversas variables
macroeconómicas fue positiva, no podía ocultar importantes oscilaciones, que
indicaban fuertes turbulencias en el comportamiento de la economía mundial. Si
bien era difícil predecir la gran depresión de los años '30, se advertían importantes
cambios que afectaban a la Argentina, como lo ponían de manifiesto los mismos
trabajos de B u i -i g e . Y, precisamente, el impacto de esas fluctuaciones, así como el
de acontecimientos extraordinarios como la Primera Guerra Mundial descubrían
un rasgo central de la economía argentina, independiente de las tasas de
crecimiento: su extrema vulnerabilidad. Aún cuando las fuentes que sustentaban
el crecimiento permanecieran intactas, el país dependía en grado extremo de la
demanda mundial, de la disponibilidad de financiamiento externo y de condicio
nes climáticas favorables; más precisamente, de la conjunción de todos esos
factores. Si todos ellos se alineaban de manera favorable, la perspectiva coyuntu-
(94) Cf. G iberti, H oracio, El desarrollo agrario argentino, Buenos Aires, 1964.
CAP. 2 - E C O N O M IA Y S O C IE D A D E N L O S A N O S '2 0 (1 9 1 4 -1 9 3 0 ) 171
ral podía ser excelente. Si, en cambio, uno o varios se mostraban adversos, se
originaban problemas importantes.
-La estabilidad de los sistemas productivos de! período anterior a la guerra
creaba las condiciones para una expansión sostenida de la producción argentina.
El quiebre de esa estabilidad en tomo a la Primera Guerra Mundial volvió más
aleatorio el marco externo, y la expansión interna comenzó a transitar p o r una
cornisa muy delgada.
Desde ese punto de vista, tanto las condiciones internas como el m arco
internacional que habían pennitido el notable dinamismo durante el m odelo
agroexportador mostraron a partir de la guerra síntomas inequívocos de agota
miento y transformación, descubriendo simultáneamente las frágiles bases de la
estructura productiva argentina. En ese sentido, más que una demora, los años '20
denotan el inicio de una crisis del modelo de crecimiento vigente desde el último
cuarto del siglo XIX. Pero, si bien las crisis expresan la desestructuración de un
modelo de crecimiento y abren paso a transformaciones que pueden generar un
camino alternativo, nada implica que ese camino se encuentre inmediatamente,
y ni siquiera que exista. Por eso, el paso automático de una etapa a la siguiente
implícito en la perspectiva de la 'gran demora" no parece describir de m anera
adecuada la evolución cíclica del capitalismo.
La idea de que el problema de fondo consistía en que las ventajas com para
tivas estaban cambiando y de que la Argentina no supo adaptarse de forma
inmediata es un tanto reduccionista, ya que sólo toma en cuenta el fenóm eno de
los mercados. El proceso productivo es mucho más abarcativo que un sim ple
juego de fuerzas económicas resultante de la puja de actores individuales. Incluye
relaciones materiales de producción, mecanismos de regulación y relaciones
sociales que no se transforman al ritmo de los procesos de mercado. Es, por lo
tanto, todo el sistema el que se ve afectado, y los cambios en el mercado sólo
reflejan transformaciones más profundas. De allí que la explicación de que la gran
demora se relaciona con rigideces en las estructuras social y política (consideradas
como factores "extraeconómicos') que impidieron los cambios económicos
pertinentes se debilita también al no tomar en cuenta que dichas estructuras
constituían un elemento central del modelo agroexportador.
Según nuestra interpretación, la Argentina no padeció en los años '2 0 una
demora, sino los primeros síntomas de una profunda crisis de la que le costaría
mucho tiempo recuperarse, ya que demandaba transformaciones económicas,
socialesy políticas que no podían concretarse sin aglutinar un conjunto de sectores
sociales capaces de proponer e imponer un nuevo modelo de país. La Argentina
no se demoró en el paso de una etapa a la siguiente, sino que se vio forzada a
abandonar una etapa sin que la siguiente pudiera aun perfilarse.
172_________________ H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O L IT IC A Y S O C IA L D E LA A R G E N T IN A
i
2 .1 0 . EL SECTOR AGROPECUARIO
F u e n t e ; J u n ta N a c io n a l d e G r a n o s , B o ls a d e C e r e a le s d e B u e n o s A ir e s , 1 9 3 6 .
C u a d r o 2 ,1 5 . P r o d u c c i ó n y e x p o r t a c ió n a r g e n t i n a d e g r a n o s ( e n t o n e l a d a s ).
C u a d r o 2 ,1 6 . A u m e n t o s d e í o s c o s t o s d e p r o d u c c i ó n c e r e a l e r o s (1 9 1 3 -1 9 3 0 ).
2 ,1 0 .2 . La in d u stria d e la s carnes
l
Fuente: League of Nations, The Network of World Trade, Ginebra, 1942, pág. 86.
Gráfico 2,3. Los Estados Unidos y la Argentina: exportaciones de carne congelada y
enfriada, en miles de toneladas métricas.
tuvo varias etapas. La primera se extendió hasta poco antes de la Primera Querrá
Mundial y durante la misma los envíos de carne refrigerada por los frigoríficos'
norteamericanos inundaron el Reino Unido. Muchos estancieros obtuvieron’ i
grandes beneficios de la competencia entre los frigoríficos, pero luego de una gran \
caídzTde los precios en el mercadoj de Smithfield (de Londres las c o m pañías
comenzaron a registrar pérdidas por lo que decidieron form almente repartirse el
mercado' Con ello comenzaron a regular el precio del ganado en su propio l.
beneficie/, á "través de la ~cóñst iluao ri" def 7ri¿~ñcioriado " pool~por"ef cual se
distribuyeron los envíos en un 41,35 % parajos establecimientos norteamerica- ¡
nosTuñ 4 Ó .Í5 % para los británicos y un 18,5 % para lo s ^ g e ñ tm o s l59)".
El estallido de¿ conflicto bélico mundial interrumpió temporalmente los\
suministros de carne a Europa, p^ro luego el gobierno británico ariuiTció. en agostó ^
(TéT9Ty Ta m fé ñ ? o ñ d e seguir comprando carne paralosconsümidores británicos j l
y para" francia, asegurando así el abastecimiento de las tropas aliadas. En /?■
consecuencia” durante la guerra la demanda de carne fue muy elevada, éspeciay .
meñlé lá déllfeñvasada y congelada1." 1/
Como señala S mith: “Tentados por los elevados y fáciles beneficios de la guerra '
y alentados por préstamos liberales del gobierno,los gaiVáderos éxpaTidfe ron sus
manadas", según un recueñto"oflaaÍ," las manadas crecieron de 26 millones de
cabezas en 1914 á 57 millones ¿n Í922~(9 100).
9
60
50
40
30
20
10
0
1918 1919 1921 1922 1930
Fuente: M in is te r io d e A g r ic u ltu ra .
(99) O ktiz. Ricardo M., ¡listona económica de la Argentina, tomo 2, Buenos Aires, 1964,
Pág. 23.
(100) S.-imi, Petcr M,, Carne y política en la Argentina, Buenos Aires, 1968, págs. 8 5 y 86.
180 H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O L IT IC A Y S O C IA L D E LA A R G E N T IN A
{
s— , Pero al finalizar la güeña, comenzó a decrecer la demanda de ultramar,
iniciándose un proceso depresivo en el sector. La disminución del poder adquisi-
tTvortas acumulaciones de grandes cantidades de carne envasada y conqeladapor
~¡55ríede rósññsmospaisésairádós yiaéxistcncia de otrosmercados vendedores,
jun to cdñ la paulatina recuperación deí sector agropecuario europeo, originaron
M
una^etiá"cfisTs én la ganadería árgentiñá.^
iLa crisis de los años 1921-1922 reflejó crudamente el conflicto entre los
invernadores y los criadores? Los primeros/ ganaderos acaudalados y dueños de
gran cantidad de animales, podían sobrevivirá la conmoción reteniendo su ganado
hasta que los precios mejoraran o lograran algún beneficio particular por parte de
los frigorificos.ÍLos criadores, en cambio, debían malvendersus novillos de inferior
calidad a ios frigoríficos o entregarlos para su engorde a los invernadores,'
I sufriendo todo el impacto de la recesión. La crisis se reflejó en debates parlamen-
I tarios y en la prensa de la época f 01).
*Ante el quiebre del sector, la Sociedad Rural Argentina, presidida poi) J o a q u i h
AficnoRENA, prominente invernador, desechó la idea de que la crisis se debía a las
presi oríes ejerci das por los frigoríficos sobre los ganaderos y descartó la posibili
dad de todá“ íñtervénciórTéstáláirA fines de 1922, las elecciones?llevarorTa la
dFéccíón~deTa~órgánizacTorTa Pedroí Paces, prestigioso criador, que modificó iá
política de la Sociedad, culpando directam ente a los frigoríficos de lograr benefi
cios ‘m onstruosos'' ¿ expensas d é lo s dánliderosrEn cótifraste con el planteo de
AriCHOREnA, proponía la intervencióndeí Estado como única solución^
Los empresarios de los frigoríficos no tardaron en defenderse. Argumentaban
que los desequilibrios 5£‘debfarraTTn~exc'eso de oferta, por lo que había que dejar
actuar a las luerzas derm'ércadó.'iuhá intervención estatal, según ellos, no sería
beneficiosa para eTpaiFdaHo que’desálentana elcrédito extranjero, favorecería
la huida de capítales y perjudicaría fa iniciativa privada .(Lo que más afectaba a
los frigoríficos era la idea cfé"q úeTs~e~fijara un precio 'mínimo a pagar a los
^ n a d e fosja'rgTiyéñdo qtiéT^Te establecerse, encarecería el nivel de vida de los
¡; cpn^ürfiídóres mgiesesde~menores ingresos, restringiendo el mercado para las
J exportaciones argentinas.
En consecuencia, sus propuestas para solucionar el conflicto eran la reducción
de impuestos, la disminución de los costos de producción y la mejoras de lós
rebaños. El rol del Estado debía centrarse en la búsqueda de nuevos mercados.
Luego de meses de tironeo, el Congreso decidió la aprobación de cuatro leyes:
a) la construcción de un frigorífico administrado por el Estado en la ciudad
de Buenos Aires;
b) la inspección y supervisión gubernamental del comercio de carnes;
c) la venta del ganado sobre la base del peso en vivo;
d) un precio m ínim o para la venta de ganado de exportación y uno máximo
para la venta local de carne.1
0
1'
'■■nX ■></.A' :> L
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//-
A-X
re I !.(!'■
■. /* \ 15
4
0
(104) Cf. O ConnELL, A rturo, "La fiebre añosa, el embargo sanitario norteamericano y el
triángulo Argentina-Gran Brelaña-Estados Unidos", en Desarrollo Económico, fi° 101, abril-
junio de 1986.
( 105) Anales de la Sociedad Rural Argentina. 25 de noviembre de 1926 y 15 de enero
de 1927.
CAP. 2 - E C O N O M IA Y S O C IE D A D E N L O S A Ñ O S 2 0 ( 1 9 1 4 - 1 9 3 0 ) 183
2 , 1 1. EL DESARROLLO INDUSTRIAL
9
Fuente; 8AC, Relevamiento estadístico de la economía argentina, 1900-1980,
Buenos Aires, 1982.
Gráfico 2,5. Reducción de la s importaciones industriales durante la guerra
(tasa de variación entre 1913 y 1918).
4.000 '
3.000
2.000
----------------^
1.000
0
1912 1913 1914 1915 1916 1917 1918 1919 1920
P ro d u c c ió n ------------- ---- In ve rs ió n
Fuente; CEPAL(1958).
Gráfico 2,6. Producción e inversión industriales (en millones de pesos de 1950).
j (Una vez finalizada la guerra, se reanudó el comercio con los países europeos^
sin establecerse ninguna política de protección a las industrias instaladasoen
proceso de desarrollo.' Las dificultades para ordenar nuevamente las relaciones
económicas internacionales y la reconversión de las industrias europeas descara
a un nuevo periodo de paz, ocasionaron una profunda inestabiiiqaq coyüñtural en
el m undoÍLas críticas condiciones que debió enfrentar la Argentina motivaron una
vez más. com o en cada coyuntura adversa, una polémica e n í ré p róféc c iorTisfas y
librecambistas! aunque en este cascTsin la intensidad de offós’ momenios. ,iTos
'sectoresTradlcionales. erTHeferísa del libre comercio. expoTiíári'éTaTgühienlojdel
'm étodo indirécto'.lsegún el cual la Argentina podia proveerse de mayor cantidad
de ptod~uctós7nanüfac"turados y a un menor preció para él consumidor a través"~de~
I
jas importaciones, dado que lóscóstosde la producción de las m anufacturas eran
menores en eféxterior que en la Argentina.jEsta manera de pensar suponía querías
necesidades de consumo de manufacturas importadas podria n cubrirse indefini
damente. puesta producción agropecuaria generaríasaldos exportables suficien-
Tes para láóbréVVción de las divisas necesarias para esas importaciones, a lojjue
podía agregarse la éñlra3a~de~capitales extranjeros? Sostenían tambjén que en
casó de éstáblécérsé'fuertes Impuestos aduaneros, se reducirían las importacio-
| ríes'argentiñásTcon Ió cual los países vendedores, en represalia, disminuirían sus
jj compras, s¡tTiació'mgae“p'erjudicáría las exportaciones agropecuarias.
i! (Los argumentos parecían razonables. Sin embargo, reflejaban una lógica de^
s cortó pl ázo e arae feri s ti c a dé las clases dirigentes de ia época.lqueno consideraBaT
/ / los graves problemas dé largo plazo implícitos en su postura. E n efecto,^se pasaba
1/ por alto los anáfisis de eco r io m istás"] corn ó Á l Ej ÁtÍd r o B u h g e , ¡que señalaban ej
; agotamiento de"lás principales fuentes del crecimiento de la producción
agropecuaria! La ocupación y producción de la Pampa Húmeda habían llegadcTa
un techóTfo que permitía prever'su" pTónlo ésfáncámleñfo. Simultáneamente, la
CFeciéhte OrBañízáetón absorbía üñáTrácción cada vez mayor de la producción.
ii /reduciendo los saldos exportables]Hadó que la' eíásticidad-ingreso de la demanda
I
1; * "dé bienes industriales superaba a ia de los agropecuarios, era de es pera rTauIETeñ
un crécirriiéntó más rápido de las importaciones dé"b¡éries industriales quédelas
exportaciones de | "Sropecuaríós, lo q u e ,"átala rga ,~des(pnjóó'ca ri a enuri
déficit crónico dé"Tán3áTañza~córiíefdaí La guerra había mostrado, además, las
dificultades internas que provocaba’nácórite’ciriilentos súbitos é inesperados en él
extranjero, heclíg qu é sé pondría de manifiestóótravez con la crisis de i yoo y con
elestallido de la Segunda Querrá Mundial. Por lo tanto, los árgurnentos a favordel
librecam bio, vistos desde una perspectiva más a m p lia ,-e ra n altamente
CAP. 2 - E C O N O M IA Y S O C IE D A D E N L O S A N O S '2 0 (1 9 1 4 -1 9 3 0 ) 187
(108) Cf.. por ejemplo. Curto, D ardo, Comportamiento y crisis de la clase empresaria,
Buenos Aires. 1967, y las manifestaciones de las organizaciones empresariales alli expuestas.
188 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
\
(1 10) El ingenioso término pertenece a Wtn, Ftux, Argentine Riddle, hueva York, 1944.
190 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
l
(111) Schvakzcr, J orge;, La industria que supimos conseguir. Buenos Aires, 1996.
CAP. 2 - ECONOMIA Y SOCIEDAD EN LOS AÑOS '20 (1914-1930) 191
Fecha de
N om bre de la em presa T ip o de s o c ie d a d ñam o
N° a u torizació n
PER IO D 0 1890-1919
1 United River Piale Telephone Co. (Nueva York) (’ ) 14/4/1887 S.A. Extranjera Com unicaciones
2 The Equitable Lile Assurance o! New York 23/6/1890 S.A. Extranjera Seguros
3 A ll American Cables 31/5/1900 S.A. Extranjera Cables subm arinos
4 1.1. Case (Wisconsin) 17/3/1902 S.A. Extranjera Maquinarias agrícolas
5 Don 6 Bradstreet 15/5/1902 S.R.L. Intormac. com erciales
6 USM Argentina 18/3/1905 S.A. Maquinarias
7 Bco. Argentino de Comercio
(Chase Manhattan Bank) 18/3/1905 S.A. Banco
8 S nger Serving Machine Co. (Nueva York) 14/2/1905 S.A. Extranjera Maquinaria
9 Vacuum Oil Co. (Nueva York) 24/3/1909 S.A. Nacional Petróleo
10 La Blanca {’ ) 12/1/1809 S.A. Nacional Ind. frigorífica
11 Droguería Americana 15/9/1909 S.A. Nacional Prod. quím icos y
farm acéuticos
12 Swift de La Piala (') 4/10/1910 S.A. Nacional Ind. frigorífica
13 The Remington Typewriter (Nueva York) 14/2/1911 S.A. Extranjera Maquinaria d e oficina
14 The Harper Shoe 3/9/1911 S.A. Extranjera S/datos
15 Frig. A rm o u rd e L a P la ta 14/7/1911 S.A. Nacional Ind. frigorífica
16 Avary £ Sons (Kentucky) 4/9/1911 S.A. Extranjera S/datos
17 West India Oil (Nueva York) 30/5/1911 S.A. Extranjera Petróleo
18 Fairbanks, Morse y Co. 20/7/1912 S.A. Extranjera Maquinaria
19 National Cash Register (Ohio) 28/2/1913 S.A. Extranjera Maquinaria d e oficina
20 Pullman Standard Car Exports Co. (Plttsburgh) 12/4/1913 S.A. Extranjera Transporte
C u a d r o 2 ,2 0 . E m p r e s a s n o r t e a m e r ic a n a s r a d ic a d a s e n la A r g e n t i n a e n t r e 1 8 9 0 -1 9 3 1
( l is t a d o g e n e r a l p o r f e c h a d e c o n s t i t u c i ó n d e la s s o c i e d a d e s ) .
192 H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O L IT IC A V S O C IA L D E LA A R G E N T IN A
l
Fecha de
N° N om bre de la em presa Tipo de sociedad R am o
a u torizació n
Fecha de
N0 N o m b re de la em presa T ip o de sociedad Ramo
autorización
F echa de
N° Nom bre de la em presa T ipo de so c ie d a d R am o
a u to riz a c ió n
(•) Empresas adquiridas por capital norteamericano en fechas posteriores a las de su estable
cimiento:
La Blanca fue adquirido en 1909 por la National Packing & Co., luego quedó en manos del grupo
Armour-Morris.
Swift de La Plata se creó en 1908 con la compra del frigorífico La Plata Coid Storage por parte
de Swift.
United Biver Píate Telephone, de origen inglés, fue adquirida en 1929.
Radio Argentina fue adquirida en 1928.
Lascompañias Central de Electricidad, Electricidad del Este, Electricidad del Norte, Electricidad
de los Andes y Electricidad del Sud se constituyeron sobre la base de la compra de sociedades
ya existentes.
Fuente: Rapoport, Mario, “El triángulo argentino. Las relaciones económicas con Estados
Unidos y Gran Bretaña, 1914-1943', en Rapoport, Mario (cornp.), Economía e historia.
Contribuciones a la historia económica argentina, Buenos Aires, 1988, págs. 270-276.
¡ relativo del sector agropecuario. Dado que la población urbana crecía a una tasa
mayor que la producción agropecuaria, se incrementaba el n ú m e ró de consumí -
dores de productos alimenticios que, a largo plazo, llegaría a incidjr én la reducción
de los saldos exportables de dichos bienes.
(113) Brc» ™ Joim B.. ¡Totth Atlantic Triangie. The Interplay of Cañada, the United States
and Great Britain, Toronto, 1966, págs. 169 y 187.
(114) Cf. Solberg, C ari., The Prairíes and the Pampas. Agradan Policy In Cañada and
Argentina. ¡880-1930, California, 1987.
19 8 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
l
diferencias, la Argentina y Canadá parecían haber logrado a principios del siglo XX
un lugar destacado en la economía mundial, teniendo en común su vinculación al
Imperio Británico. Ambas naciones eran productoras de materias primas y
alimentos requeridos por el centro imperial y, a la vez, constituían atractivos
mercados para los productos británicos y de otros países europeos.
Pero la creciente y decisiva presencia de los Estados Unidos en las economías
argentina y canadiense, comenzaría a pesar también en las políticas internas e
internacionales de ambos países. Asi como existió una relación triangular entre el
Reino Unido, la Argentina y los Estados Unidos, que podemos denominar 'triángulo
del Atlántico Sur", también se puede hablar de un 'triángulo del Atlántico norte" y,
si bien este último existia ya en la etapa colonial de Canadá, cuando el sistema
lacustre norteamericano permitía la entrada de productos estadounidenses en los
territorios británicos, adquirió fuerza y dimensión desde mediados del siglo XIX ( ,l5).
En la conformación de estas peculiares relaciones triangulares un aspecto
importante fueron las inversiones británicas. Tanto en Canadá como en la
Argentina, estos capitales apuntaron no sólo a poner en producción las enormes
riquezas potenciales de las praderas y Jas pampas, sino también, como en el caso
canadiense, a explotar los recursos forestales y mineros existentes. Junto a esto
era necesario establecer un sistema de transporte y distribución para los mercados
locales y del exterior de estos productos, además de crear la infraestructura y las
industrias necesarias y facilitar el financiamiento de las distintas actividades. Sin
embargo, la naturaleza de las inversiones británicas fue diferente en ambos países.
En Canadá, la mayor parte de ellas fueron indirectas, mediante la colocación de
títulos o acciones de empresas públicas o privadas canadienses en el mercado de
Londres. Teniendo en cuenta que el 85 % de todas las inversiones de este tipo
existentes en aquel país antes de 1914 eran británicas, puede deducirse la
importancia que esa modalidad tuvo en la relación entre el Reino Unido y su
Dominio. En la Argentina, por el contrario, a partir de 1890 las inversiones directas
pasaron a superar ampliamente a las de portafolio.
La composición de esas inversiones también se diferenciaba. Mientras en la
Argentina los ferrocarriles constituían el mayor porcentaje de las mismas, llegando
en 1915 al 33 % , en Canadá, en cambio, el sector minero representaba, hacia
1910, más del 30 % . La vinculación política directa de Canadá como un dominio
británico y las raíces culturales e incluso familiares comunes, elementos que no
jugaban en el caso argentino, constituyen otra razón que explica las diferentes
modalidades de inversión en uno y otro país ( ll6).
Por otra parte, en tanto Canadá se dedicó fundamentalmente a producir
cereales, la Argentina se diversificó entre la ganadería y la agricultura, lo cual habría
de producir efectos perdurables en la conexión con Gran Bretaña. En el país del
Plata la ganadería era la actividad esencial del grupo económico y político más
A rg entina C ana dá
Las razones de esto, que explican en gran parte la diferente evolución de ios
dos triángulos, tienen que ver con el tipo de exportaciones canadienses, el peso
de las inversiones directas estadounidenses y la vecindad geográfica que, entre
otras cosas, reducía los costos de transporte.
Las exportaciones canadienses, concentradas en los cereales, tenían otros
componentes como los relacionados con la industria maderera y papelera,
minerales no ferrosos, hierro, cobre, níquel y oro, estos últimos destinados, sobre
todo, al mercado estadounidense.-La radicación de empresas del pais vecino
activaba el intercambio en ambos sentidos, en especial las importaciones de
bienes de capital, al mismo tiempo que los canales de comunicación directa, como
los Grandes Lagos, el ferrocarril y los automotores obraban poderosamente a favor
de esta interconexión ( llB).
r i.
\
(117) Debemos tener en cuenta que a partir de 1933, como consecuencia del Pacto
Roca-Runciman, las importaciones del país del Moriese redujeron notoriamente, lo que no
ocurrió en Canadá a pesar de su incorporación al sistema de preferencias imperiales
establecido por el Commonwealth (comunidad británica de naciones vinculadas al Reino
Unido).
(118) Cf. Marr, W. M. y PAitRson, D., Cañada: an Economic ttistory, Toronto, 1980.
CAP. 2 - E C O N O M IA Y S O C IE D A D E N L O S A Ñ O S '2 0 (1 9 1 4 -1 9 3 0 ) 201
Cuadro 2,22. Los triángulos del Atlántico Sur y del Atlántico Norte. Balanza comercial con
los EE.UU. y Gran Bretaña (en millones de pesos moneda nacional para la Argentina y en
millones de dólares para Canadá).
A rgentina Canadá
A ño G . B. G. B. EE.UU. EE.Ulf. G .B . G. B. EE.UU. EE.UU.
(U$S) <%) <USS) (%) (USS) (%) ¡U$S) {%)
1900 912 81 — — 1.050 85 168 14
1913 1.860 59 39 1 2.778 72 881 23
1920 1.761 58 72 2 2.729 60 1.630 36
1927 2.002 58 487 14 2.637 44 3.196 53
1931 2.026 55 654 18 2.766 36 4.660 61
1910 1.679 53 629 20 2.476 36 4.151 60
1945 1.414 53 565 21 1.750 25 4,990 70
1955 324 21 466 30 2.143 ' 17 9.622 77
Fuente: Rapoport, Mario, 'La inserción internacional de Argentina y Canadá. Un análisis histórico
comparado”, en Rapoport, Mario, Globalizacíón, integración e identidad nacional, análisis
comparado Argentina y Canadá, 1994.
£ste cuadro revela que el peso de los capitales británicos fue muy importante
en los dos países a comienzos del siglo y se mantuvo casi constante hasta 1940.
Sin embargo, luego de la Primera Guerra Mundial los intereses británicos dejaron
de crecer por la falta de renovación de los equipos y bienes de capital, lo que en
el caso argentino afectó especialmente a los ferrocarriles. Otro factor a señalar es
la gran diferencia en el valor de las inversiones estadounidenses en ambas
naciones desde fines del siglo pasado, mucho más relevante en Canadá que en la
C A P. 2 - E C O N O M IA Y S O C IE D A D E N L O S A Ñ O S ’2 0 (1 9 1 4 -1 9 3 0 ) 203
(119)Cf. D oran, C harles F., Forgotten Partnerships US-Canada Relations Today. Baltimore,
1984.
I
H
La c r í s í s m u n c I í a I, Ia í n ( Í u s t r ¡ a í ¡ z a c í ó n y 1a
¡ n t e r v e n c í ó n ctel E s ta c I o ( 1 9 5 0 - 1 9 4 5 )
R a ú l S c a l a b r in i O r t iz , 1931
3,1. D E L A C R IS IS M U N D IA L A L A S E G U N D A G U ER R A :
L A C O Y U N T U R A IN T E R N A C IO N A L
Cuadro 3,1. Amplitud comparada de las crisis: caída de la producción industrial (%).
CAP. 3 - LA CRISIS MUNDIAL, LA INDUSTRIALIZACION Y LA INTERVENCION... 207
(2) Cf. Kevmes. J ohm, M aymaru, Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero.
México, 1977.
210 HISTORIA ECONOMICA POLITICA Y SOCIAL D E LA ARGENTINA
--------------------------------------------------------------------------- — — — ----- j :---------------
(3) Roosevelt, Frahmim D., "Plans for recovery", en Robekt F. H immelberg, The G real
Depression and American Capltalism. Boston, 1968.
CAP. 3 - LA CRISIS MUNDIAL, LA INDUSTRIALIZACION Y LA INTERVENCION... 211
(4) Cf. para un panorama de la evolución económica del período, Habrisoh, Mark (ed.¡,
The Economlcs oT World IVar II, Cambridge, 1998.
CAP, 3 - LA C R IS IS M U N D IA L, LA IN D U S T R IA L IZ A C IO N Y LA IN T E R V E N C IO N ... 213
el control marítimo y comercial de la época hacia los Estados Unidos. Asim ismo,
/el conflicto mundial dio un nuevo impulso al desarrollo industrial e-n algunos países
' latinoamericanos, continuando el proceso Iniciado en los años '30.*Pero si bien la
guerra permitió lajrctividad industrial sustitutiva de importaciones, estos países
debieron soportar la escasez de materias primas y maquinarias esenciales para
producir manufacturas, generando, en consecuencia, ei crecimiento de aquellos
sectores que requerían una base tecnológica más sencilla.^
f En vísperas de la finalización de la guerra, los países aliados, prácticamente
vencedores, fueron preparándose para diseñar la construcción de un nuevo orden
económico internacional,, para lo cual se reunieron en 1944 en la conferencia
económica internacional de Bretton Woods, en los Estados Unidos. Allí se
presentaron dos planes de reorganización de la economía mundial: el pían White
(nombre del subsecretario de Tesoro norteamericano, que fue quien lo presentó)
y el plan Keynes./Después de discutir las distintas posturas se llegó a un acuerdo
para crear el Fondo Monetario Internacional (FMI), por un lado, y el Banco
Internacional de Reconstrucción y Fomento (B1RF), luego Banco Mundial,, por otro.
Esta base institucional permitió formular la creación de un sistema monetario
internacional que procuraba lograr un cierto equilibrio-entre los tipos de cambios.
Mediante este esquema, cada país se veía obligado a establecer una paridad fija
de su moneda en términos de oro o de dólares, aunque la misma podía
modificarse. Al mismo tiempo, para afrontar problemas de paqosydefinanciamiento
se creaba un fondo de crédito internacional compuesto por las contribuciones de
los países miembro. Esto permitió la existencia de un sistema multilateral de pagos
basado en la libre convertibilidad de las monedas y en Ja_eljminac.i0n.de_ Jos
controles de cambio en las transacciones comerciales, convirtiéndose el dólar en
la única divisa de referencia. Aunque hubo dificultades para implementar los
acuerdos de Bretton Woods, éstos temiinaron siendo fundamentales en. el
crecimiento de la economía capitalista mundial en Ias d é cá das sigu i e n.tes, y en el
afianzamiento del liderazgo económico de los Estados Unidos.
La rendición de Alemania, en mayo de 1945, y la del Japón, en setiembre del
mismo año después del lanzamiento de las primeras bombas atómicas en
Hiroshima y Fiagasaki, y la creación de la Organización de las Daciones Unidas, en
la Conferencia celebrada en San Francisco el 26 de junio de 1945) anunciarían el
final de una pesadilla y el comienzo dei m undo de*posguerra.
' \
3 .2 . EL GOLPE DE ESTADO DE 1 9 3 0 Y LOS GOBIERNOS DE
URIBURU Y JUSTO
y
i En el terreno electoral, el oficialismo radical experimentó las primeras derrotas
en marzo de 1930.j Fue e'ri ocasión de los comicios para la renovación de
diputados. El socialismo independiente triunfó en la Capital Federal y los dem ócra
tas ganaron en Córdoba, mientras que en Entre Ríos se afianzaba el antlpersonalismo
y en la provincia de Buenos Aires los conservadores recuperaban posiciones. La
oposición en el Congreso comenzó, entonces, a coordinar su acción frente al
gobierno mediante declaraciones y protestas. Los partidos opositores, con la
214 H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O LITIC A Y SO CIAL D E LA A R G EN TIN A
- — - j :
(8) Cf. G arcía M olina, F ernando y M a to , C arlos A ., El general Uriburu y el petróleo, Buenos
Aires, 1985; S abclibetii, H. (1988).
216 H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O LITIC A Y S O C IA L D E LA A R G EN TIN A
l
El ministro S ánchez S orondo procuró que el conservadorismo bonaerense
acompañara los planes del gobierno. Para ello convocó a elecciones para elegir
autoridades en la provincia de Buenos Aires. Su proyecto contemplaba la realiza
ción gradual dé elecciones en el resto de las provincias y finalmente una
convocatoria a elecciones nacionales de las que se esperaba el surgimiento de un
Congreso con apoyos suficientes como para convocar aúna asamblea constituyen
te. De esta manera, el gobierno jugó su destino a los resultados de la compulsa
electoral en Buenos Aires.
Las elecciones se llevaron a cabo en abril de 1931. El triunfo de los radicales
puso de manifiesto que la popularidad de los gotpistas era menor que la prevista.
La derrota precipitó la renuncia de SAncua S oromdo y la crisis deJosjproyectos
corporativos'de U r i b u r u , e hizo imperioso un llamado a elecciones generales. Por
otra parte, el gobierno vio retaceados los apoyos cívicos y de las FP.ÁA., donde la
influencia de J usto era decisiva. Los 'antipersonalistas', los socialistas indepen
dientes y parte del conservadorismo encontraban en el ex ministro de Guerra el
candidato ideal para la restauración de las instituciones.
(neutralizado el proyecto autoritario de U riburu, la convocatoria a elecciones
generales para noviembre de 1931 abrió el camino al protagonismo político de
J usto . La Concordancia (después de mucho tiempo, la primera coalición nacional
de las fuerzas conservadoras) respaldó al heredero del golpe septembrino. En ella
se aglutinaron los conservadores (reunidos en el Partido Demócrata Nacional), lós
radicales antipersonalistas y los socialistas independientes que, de esta manera,
completaron su viraje ideológico hacia la derecha política.^
Las elecciones consagraron a J usto como nuevo presidente. La abstención
radical, debidoal veto a la candidatura de A lvear y el fraude generalizado, permitió
el triunfo justista frente a !a fórmula opositora encabezada por L isandro de l a T orre
y el socialista N icolás Repetto . (Mientras el radicalismo pasaba a la abstención
revolucionaria, un gobierno conservador retornaba ai poder.j
3 ,2 ,2 . El gob ierno d e A g u s t ín P. J u s t o
( I O) De PrivÍtellio , Luciano , Agustín P. Justo. Las armas en la política, Buenos Aires, 1997,
Págs. 50 y 51.
(11) O ria, A lberto, Argentina. La democracia constitucional y su crisis, Buenos Aires,
1980, págs. 164-166.
218________________ H IS T O R IA E C O N O M IC A , PO LITIC A Y S O C IA L D E LA A R G E N TIN A
(12) Cf. C attaneo, Anuo, Plan 1932. £/ concurrencismo y la revolución, Buenos Aires,
1959.
(13) De Pkiviteluo, L. (1997), págs. 51-53.
(14) Cf. Poiasii, R. (1981), págs. 140-142.
CAP. 3 - L A CRISIS MUNDIAL, LA INDUSTRIALIZACION Y LA INTERVENCION... 219
3,2,4. La corrupción
(23) J auketciie , A rturo, FORJA y la década Infame. Buenos Aires, 1974, pág. 144. Cf.
también, SctnnA, M iguel, A rgel, FORJA: una aventura argentina, dos volúmenes, Buenos
Aires, 1972.
224________________ H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O LITIC A Y S O C IA L D E LA A R G E N TIN A
\
reiteraban las quejas acerca del costo del servicio y de los abusos de la compañía.
Se esperaba que la reciente mayoría radical en el Concejo Deliberante impusiera
la transformación de la prestación del servicio y sancionara un severo sistema
fiscalizador del mismo. Sin embargo, los concejales radicales, con la tácita
aprobación del jefe partidario— el Dr. A lvear— aprobaron un proyecto, elaborado
por los técnicos y abogados de la empresa, que legalizaba las transgresiones
criticadas por la opinión pública y prorrogaba la concesión por cuarenta años.
Posteriormente, el gobierno militar, en 1 9 4 3 . designó una comisión investigadora
presidida por el Cnel. Rodríguez C onde que comprobó que la empresa había pagado
coimas a los concejales y efectuado aportes a la campaña electoral del radicalismo
de 1937 (24).
Otro hecho de corrupción, el más escandaloso de la "década infame",
comprometió al oficialismo. En abril de 1939, el gobierno adquirió 222 hectáreas
de tierras en El Palomar destinadas al Colegio Militar. En 1934, las tierras habían
sido ofrecidas por sus propietarios al Ministerio de Guerra a un precio de un peso
el metro cuadrado, pero la oferta fue rechazada por los peritos del Ejército que las
valuaron en sólo diecinueve centavos el metro cuadrado. Posteriormente, en
1937, unos testaferros firmaron un boleto de compra con los propietarios
comprometiéndose a abonarles las tierras a razón de sesenta y cinco centavos el
metro cuadrado. De Inmediato, los testaferros interesaron al ministro de Guerra,
Gral. B asilio Pertine, para que el Estado las comprara a un peso el metro. Habiendo
alegado P ertine la falta de fondos para concretar la operación, los testaferros
lograron que varios legisladores, entre ellos el presidente de la Comisión de
Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados y el propio titular de Cámara,
incluyeran en el presupuesto para 1938 una partida destinada a la compra. Tras
la asunción del presidente O rtiz, el ministro de Guerra, Gral. C arlos Márquez, con
sospechosa premura, activó el trámite logrando que el presidente autorizara la
compra a un peso con diez centavos por metro. La operación se formalizó, en el
mismo día, mediante tres escrituras: en una se canceló la hipoteca que gravaba las
tierras; por la segunda, los propietarios las vendieron a uno de los testaferros y por
la tercera, el testaferro se las vendió al Estado. Un detalle agravante fue que la
sucesión de escrituras se realizó al revés. El Estado abonó con títulos del Crédito
Argentino Interno y del Empréstito de Repatriación al testaferro, que carecía de los
títulos de propiedad. Este, por su parte, abonó con parte de los títulos a los
propietarios, embolsándose la diferencia ($ 1.000.000). Finalmente, los propieta
rios cancelaron la hipoteca. La operación fue denunciada por el senador conser
vador B enjamín V illaeañe, adverso al presidente O rtiz. La comisión investigadora
nombrada al efecto reveló que varios diputados, conservadores y radicales, habían
recibido distintas sumas producto de su participación en el affaire. Uno de ellos se
suicidó y los restantes, junto a los testaferros, fueron condenados definitivamente
en abril cíe 1945 (25).
por estas razones, un periodista de la época, J osé Luis T orres, calificó este
periodo, que en otros sentidos marcó el inicio de cambios importantes e n la
estructura económica y social de la Argentina, como la 'década infam e' (J6).
■í 278
(27) Paradiso, J osé, Debates y trayectoria de la política exterior argentina, Buenos Aires,
1993, págs. 82-85
(28) C o .h l Paz, A lberto y F errari, G ustavo, Política exterior argentina: 1930-1962, Buenos
Aires. 1964, págs. 39-44.
CAP, 3- L A CRISIS MUNDIAL, LA INDUSTRIALIZACION Y LA INTERVENCION... 227
(34) Madrid, EbuARDO. "Argentina y Brasil: economía y comercio en los años treinta", en
Ciclos en la historia, la economía y la sociedad, año VI, vol. VI, N5 11. segundo semestre de
1996, págs. 123 ! 48
(35) PcTtRSon, H. f. (1985), tomo 11, 1985, págs. 105-107
230 ___________ HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
\
3 .4 . LOS EFECTOS DE LA CRISIS EN LA ARGENTINA
t3
6
(36) O'ConriEU, A rturo, 'La Argentina en la Depresión: los problemas de una economía
abierta", en Desarrollo económico, M° 92, enero-marzo de 1964, págs. 488 y 489.
CAP. 3 - L A CfíISIS MUNDIAL, LA INDUSTRIALIZACION Y LA INTERVENCION... 231
P re c io E xp o . trig o T é r m in o s d el
A ño E xp o rta c io n e s Im p o rta c io n e s S aldo
d e l triq o V h a rin a in te rc a m b io
1925 1.972.567.911 1.992.835.604 -2 0.267 .69 3 12,20 27237.883 8 0 ,3
1926 1.80 0.4 05.73 0 1.86 9.3 10.22 0 -6 8.904 .49 0 11,31 4 .46 7.8 51 7 3 ,4
1927 2 .29 3.9 20.65 2 1.94 7.2 82.73 6 3 4 6.637.91 6 10,50 5 .5 3 7 .3 9 2 7 2 ,0
1923 ■ 2 .39 6.6 08.29 9 1.901.608.474 4 9 4.999 825 9 ,6 8 6 .8 0 9 .0 3 0 9 7 ,0
1929 2.1 6 7 .5 9 9 .8 1 3 1.95 9.0 84.89 8 2 0 8.514.91 5 8 ,7 9 ■ • 2 .3 6 2 .3 8 9 9 0 ,4
1930 1.39 5.6 91.31 7 1.67 9.9 60.78 2 -2 84.26 9.4 65 5,56 3 .7 6 1 .7 3 5 7 9 ,1
1931 1.45 5.8 14.66 0 1.173.828.311 2 8 1.986 349 6 ,4 0 3 .5 2 4 .6 6 6 6 0 ,3
1932 1.28 7.7 82.49 8 8 3 6 .264.53 6 4 5 1.517.96 2 5,28 4 .0 1 3 .4 2 3 5 8 ,7
1933 1 .12 0.8 41.51 2 8 9 7.148.92 9 22 3.692.58 3 6,07 4 .9 5 1 .4 7 7 5 6 ,9
1934 1 .43 8.4 33.97 8 1.10 9.0 32.44 4 32 8.501.53 4 7,28 3 .9 4 8 .5 9 5 6 8 ,6
5935 1 .56 9.3 49.05 7 1.17 4.9 81.22 3 39 4 ,3 6 7 .8 3 4 10,52 1 .7 2 4 .3 6 2 7 0 ,3
1936 1.655.712.396 1.11 6.7 10.99 4 53 9.001.40 2 13,21 4 .0 2 3 .1 8 9 8 6 ,7
1937 2 .31 0.9 97.80 2 1.55 7.6 84.38 0 75 3.313.42 2 8,85 2 .0 6 0 ,4 0 9 9 7 ,3
1938 1 .40 0.4 52.80 7 1.46 0.8 87.79 7 -6 0,4 3 4 .9 9 0 6,71 4 .8 8 6 .9 7 0 7 9 ,5
1933 1 .57 3.1 73.27 8 1.33 8.3 32.41 9 23 4.840.85 9 7,64 3 .7 5 8 .3 6 2 7 6 ,4
1940 1 .42 7.6 37.90 7 1.49 8.7 57.02 7 -7 1.1 1 9 .1 2 0 s/d s/d 7 1 ,5
Nota: las cifras de importaciones están calculadas en valores reales teniendo en cuenta las
diferencias que sobre los valores de tarifa aduanera acusan los valores reales de un grupo
importante de artículos.
T é rm in o s d e l in te rc a m b io 1 9 1 3 = 1 0 0 .
Fuente: Comité Nacional de Geografía (1942).
Cuadro 3,4. Comerci - teriory términos del intercambio (1925-1939) (en m$n).
(37) Para un análisis detallado del control de cambios pueden consultarse las tres obras
clásicas sobre el tema: BcvtRAaoi A llctidc, W. (1954); Prados A rrarte, J esús, El control de
cambios. Buenos Aires, 1944 y S alera, Viroil, Exchange Control and the Argentine Market,
Nueva York, 1941.
C A P. 3 ~ M CRISIS MUNDIAL, LA INDUSTRIALIZACION Y LA INTERVENCION... 233
ban en declinación y no podían resistir ya una competencia libre frente a las firmas ■j,
¡de otras potencias y á la aparición de bienes sustitutivos, com o el transporte^
'^automotor y el petróleo. -
En el infonne presentado para dar cuenta de su misión a la Argentina, Lord
D 'A bermomseñalaba que "la Argentina, especialmente, no puede depender del
mercado británico abierto .y menos aún de la capacidad y de la buena voluntad
británicas para absorber úna cantidad mayor de sus productos, a no ser que se
asegure ofreciéndonos facilidades para el comercio reciproco". Pero al m ism o
tiempo reconocía que Gran Bretaña no había sabido aprovechar plenamente las
ventajas que tuvo en el pasado, y ahora hacía frente a una competencia m u y
marcada de otros países, sobre todo de los Estados Unidos, por lo cual también
le era conveniente estimular las relaciones económicas y comerciales con la
nación del Plata (M)
no es de extrañar que para el cónsul norteamericano en Buenos Aires, el
tratado se hada con el solo fin de perjudicar a los Estados^ Unidos, y el m ism o
embajador británico reconocía que el convenio representaba un regalo de 7 a 8 ;
millones de libras para las industrias británicas sin ventajas aparentes para la
Argentina. Porque no significaba un aumento de las exportaciones argentinas, sino
un comercio "atado" a la compra de productos ingleses. S|n embargo, el Convenio'
Oyhanarte-D’Abemon no llegó a ser aprobado por el Congreso ¡donde Y k io o y e m veía
generalmente bloquear sus proyectos por la oposición) antes dej golpe de Estado
de setiembre de 1930, y, por lo tanto, no tuvo vigencia. A pesar de ello, lo que no
se logró concretar a través suyo, se consiguió en parte, más tarde, en m ayo de
1933. con el Pacto Roca-Runciman (5íj.
^ En tanto, (la depresión mundial afectaba seriamente el sector ganadero
</>V argentino. La reducción del poder adquisitivo en el extranjero determinó una grave
L contracción de la demanda de carne local) El volumen de exportaciones cárnicas
a ultramar descendió en más del 25 % entre 1929 y 1932, y si bien el consum o
interno aumentó levemente, las matanzas anuales de 1931 y 1932 fueron
menores con respecto a los años anteriores a la crisis.¡Debe agregarse que, al
tiempo que disminuía el volumen exportado, también caían los precios.^
A mediados de 1932 se sumó a este fenómeno el hecho de que los países del
Commonwealth se reunieron en la Conferencia de Ottawa solicitando un retorno
al sistema proteccionista de "preferencias imperiales" a fin de defenderse d e la
crisis. Esto significaba para el Reino Unido, abandonar los principios del "librecam -
bio* por los cuales había bregado desde mediados del siglo XIX. Se desarrolló así
una serie de convenios destinados a consolidar la unidad económica del Im perio,
y Gran Bretaña se comprometió con Australia y Mueva Zelanda a que la importación 3 9
8
*4
0
(40) S kupcm, Ploro, 'E l deterioro y fin de la hegemonía británica sobre la economía
argentina,-1914-1947', en Pahaia, M. y otros, Estudios sobre los orígenes del peronismo/2,
Buenos Aires, 1975, págs. 36-43.
CAP' 3 - LA C R IS IS M U N D IA L , L A IN D U S T R IA L IZ A C IO N Y LA IN T E R V E N C IO N ... 235
suspensión temporaria del pago del servicio de la deuda externa. La Argentina, por i
su parte, pedía que no se redujera la cuota de chilled o carne enfriada, y que el
gobierno local mantuviera el control de esa cuota (4I4).
*
2 -
lo s ingleses no se hallaban tan seguros en su posición negociadora. Un
memorándum del foreign Office de la época señalaba: "...se puede hacer
cualquier cosa con una bayoneta menos sentarse sobre ella. Hemos inducido a los
argentinos a negociar por miedo (...) no vamos a poder seguir adeíante solamente
con miedo (...) Si dejamos pasar esta etapa, hay un peligro real de una reacción
violenta en la Argentina" (" ).
' Sin embargo, la firma del polémico Facto Roca-Runciman, el 1° de mayo de 1933,
no ofreció demasiadas ventajas para la Argentina, mientras satisfacía la mayor parte
de los pedidos del lado británico l45). En fonna resumida, el Pacto aseguraba una cuota
de carne enfriada en el mercado inglés (en un monto un 10 % menor qu.e la cantidad,
importada hastajunio de 1932, la más baja de los últimos años), e Inglaterra concedía^
una participación a los frigoríficos nacionales para la exportación de carne argentina'
mediante una cuota del 15 % que tardó varios años en poder hacerse efectiva.‘a
cambio, Oran Bretaña lograba diversas medidas que favorecían a los intereses
británicos. Así, por ejemplo, se garantizaba, a través del mecanismo del control de
cambios, la cantidad de divisas necesarias para hacer frente a las remesas corrientes j
al Reino Unido en un volumen igual a las ventas de productos argentinos h^cia aquel í ¡
país (lo que constituía un evidente privilegio respecto de otras naciones); síLasumía í j
el compromiso de tratarde una manera "benevolente"-— osea, en forma preferencial— rf
las inversiones inglesas; y se aceptaba no incrementar los aranceles sobre algunas ji
importaciones británicas, como el carbón, e incluso n.uuJ r los aranceles para otros ;J
productos de ese origen. La famosa frase de J ulio A. Roca (h), celebrando la firma del ¡j
pacto, en el sentido de que la Argentina era 'por su interdependencia recíproca^desde j¡
el punto de vista económico, una parte integrante del Reino Unido", parecía hacerse ¡j
realidad.
Los acuerdos financieros de 1933, que acompañaron ei Pacto, los llamados
"empréstitos de desbloqueo", establecieron un plan de emisión de bonos de largo
plazo y a un interés razonable para poder reestructurar las deudas anteriores,
‘dinero bloqueado por no haberse logrado la cantidad de cambio suficiente para
hacer las correspondientes remesas. Los títulos eran transferidos a los tenedores
de ese dinero bloqueado, los cuales lo traspasaban al Tesoro argentino para ser
destinado a la amortización de la deuda flotante O . El gobierno m antuvo asi el
servicio íntegro de su deuda externa, a diferencia de lo que ocurrió con otros países
latinoamericanos. En años posteriores, se hicieron nuevas conversiones de la
(41) Cf. Duosoorr, D aniel, El gobierno de las vacas, Buenos Aires, 1972.
(42) F oreign Ornee, A7753/10/2, 18/1 1/1932.
143) Ver texto del Pacto en Malgesini, O. y A lvarez, M.. El Estadoyia economía, 1930- í 955,
lomo I, Buenos Aires, 1983, págs. 46-54.
(4 4 )Prebiscii, R, Obras...,t. IIU 991), pág. 107 ; Albacete, Peter, "Dependencia,historiografía
y objeciones al Pacto Roca", en Desarrollo económico, ñ° 99, octubre-diciembre de 1985.
236 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
(49) Palacios, Altredo, Petróleo, monopolios y latifundio, Buenos Aires, 1957, pág. ) 38.
238 H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O L IT IC A Y S O C IA L D E LA A R G E N T IN A
\
Se acusaba, sobre todo, a los empresarios de los frigoríficos de dominar por
completo él mercado de la carne, lo que permitía manejar de manera discrecional
el preció del ganado, independientemente de las fluctuaciones de los precias en
Shiithfield (el mercado de Londres), favoreciendo a un pequeño número de
invernadoresy expoliando a la inmensa mayoría de los productores. Los frigoríficos
imponían, además, condiciones inhumanas de trabajo a los obreros, a quienes
pagaban salarios miserables. Su poder, con el apoyo del aparato burocrático del .
Estado, era utilizado también para forzar una descapitalización de los pequejños
■frigoríficos competidores y para desplazarlos por completo de! mercado, de
exportación o absorberlos.
V-* Se señalaba, además, que las leyesjjue creaban la Junta nacional de Carnes
y la CAP eran utilizadas discrecionalmente en provecho del grupo oligopóUco de
frigoríficos extranjeros y del grupo ganadero más vinculado a ellos, desvirtuando
los objetivos iniciales que apuntaban a encontrar una solución a los productores
y frigoríficos menos poderosos.
| En especial, el ataque del político santafesino consistió en denunciar no sólo
la acción distorsíva del monopolio de los frigoríficos, sino también la complicidad
del gobierno en las maniobras de dichos empresarios. La discusión terminó, luego
r\ de varias semanas de tratamiento del tema., con el asesinato, en el mismo recinto
&
¿o '
del Congreso, de otro senador por Santa Fe, Erizo B o r d a b e h e r e , amigo de L i s a m d r o d e
l a T o r r e , y a quien iban dirigidos aparentemente los disparos, uno de los crímenes
(50) Cf. Puigoros, R. ( I 957); Smith, F. ( 1968). El asesino, Ramón Valdez C oria, era un
guardaespaldas del ministro de Agricultura, hecho que arrojaba sospechas sobre las
autoridades gubernamentales.
CAP. 3 - L A C R IS IS M U N D IA L , LA IN D U S T R IA L IZ A C IO N Y L A IN T E R V E N C IO N ... 239
\
quedó plasmado en un conjunto de tratados con diversos países con los que se
deseaba profundizar las relaciones recíprocas, como Alemania, Suiza, Brasil,
Bélgica y Holanda.
En segundo lugar, y vinculado a lo anterior, pudo observarse un mayor interés
en la diversificación de los mercados de exportación e importación.. Esto no
significaba, en principio, cuestionar el papel de Oran Bretaña como socio
privilegiado, pero comenzaba a señalar los limites que la relación con dicha
potencia imponía al crecimiento argentino, algo que quedaría más claro aún luego
de la firma del Pacto Malbrán-Eden.
Por otra parte, la desestructuración del orden económico mundial provocó una
agudización de la competencia entre las potencias, que pugnaron por conquistar
un lugar de privilegio en territorios donde previamente no habían tenido un interés
especial. En el caso de América Latina en general y de la Argentina en particular,
la disputa por incrementar su influencia llevó a Gran Bretaña, los listados Unidos
y Alemania a importantes conflictos y roces, que no pudieron atemperarse hasta
la consolidación de un nuevo orden internacional en la inmediata posguerra. Esto
le permitía a los países latinoamericanos aprovechar las disputas para negociar con
mayor laxitud, pero los sometía también a un juego de presiones más intensas.
Teniendo presente este complejo contexto, se puede avanzar en el análisis de
las relaciones de la Argentina con algunos países que tuvieron especial importan
cia en el rediseño de los lincamientos principales de la política exterior, uno de
cuyos ejemplos más claros fue Alemania. En décadas anteriores, especialmente
antes de la Primera Guerra Mundial, dicho país había sido un proveedor importante
de! mercado argentino, aunque en los años '20 se hallaba lejos del nivel de Gran
Bretañay los Estados Unidos. A su vez la Argentina, era la nación sudamericana con
mejores relaciones económicas con Alemania. En 1927, las inversiones alemanas
en el país sumaban 275 millones de dólares, lo que representaba un 7,92 % del
total de inversiones extranjeras, mientras que su participación en el comercio
exterior argentino era de un 11,2 % de las importaciones y de un 16,5 % de las
exportaciones para ese año.
La crisis del '30 afectó fuertemente esas relaciones, que se deterioraron hasta
1934, afectando^especialmente al comercio bilateral, que virtualmente se derrum
bó. Ocurre que, al momento del advenimiento del nazismo al poder, Alemania
sufria una severa escasez de divisas. Para superar este inconveniente, la estrategia
germana consistió en negociar convenios de compensación a fin de colocar sus
productos a cambio de aquellos que necesitaba, procurando también créditos
para la adquisición de materias primas que destinaba para sus industrias sin
necesidad de utilizar divisas.
Bajo estas circunstancias se envió una delegación a Sudamérica encabezada
por O tt o Kief, que comenzaría por visitar la Argentina en junio de 1934. Inicialmen
te las negociaciones se tomaron complicadas debido a que los alemanes plantea
ron su imposibilidad de comprar carnes. Además, la Argentina se resistía a
convalidar un intercambio sin divisas. Pero el 28 de noviembre de 1934 se firmó
finalmente un Convenio Comercial y de Pagos, donde ambos países se comprome
tían a que sus importadores tuvieran un tipo de cambio tan favorable como el de
CAP. 3 - L A C R IS IS M U N D IA L , LA IN D U S T R IA L IZ A C IO N Y LA IN T E R V E N C IO N ... 241
cualquier otra nación. Se creó también un organismo mixto para contem plar las
discrepancias que pudieran generarse en la puesta en práctica del acuerdo, con
sede en Buenos Aires (12).
/ El convenio con Alemania fortalecía la clásica división internacional del
trabajo, de intercambio de materias primas por productos manufacturados,
asemejándose; en este sentido, a la relación que existía con el Reino Unido. Es así
como Alemania se convirtióla partir de 1937, tn el principal comprador de carne
congelada argentina^ absorbiendo alrededor del 50 % de dichas exportaciones,1y
su importancia como comprador de cereales y lino también se incrementó/
significativamente. ¡Dado el fuerte superávit comercial que la Argentina tenia en el
intercambio bilateral, el gobierno argentino triplicó las compras oficiales p ro ve
nientes de dicho país) incluyendo importaciones de material ferroviario/ hasta
entonces prácticamente monopolio de las firmas británicas.
(*Aun así, el comercio no logró retornar a tos volúmenes de la década del '20,
dadas las dificultades de Alemania para equilibrar et intercambio, debido a sus
mayores precios en relación con ta competencia,^ a los plazos de entrega
excesivamente largosy a las necesidades de abastecimiento interno para sustentar_
la carrera armamentista, que dejaba poco margen para incrementar ios saldos
exportables. A estos problemas se les agregaban el carácter estacional d é las
exportaciones argentinas y los atrasos en los pagos de los importadores de este
país.fcon el inicio de la Segunda Querrá Mundial, finalmente, el comercio bilateral
se interrumpió casi en forma total (” ).)
•A pesar de las dificultades apuntadas, la importancia deljcomercio e n las
relaciones bilaterales era mayor que la de las inversiones alemanas en la Argentina.1)
A fines del siglo XIX. los capitales alemanes comenzaron un proceso de expansión
en el país del Plata. Su ingreso tardío y los vínculos que lá Argentina había trabado'
ya con Oran Bretaña los confinó a sectores de importancia secundaria. Mo
obstante, allí fueron conquistando una posición cada vez más firme, mientras se
transformaban de empresas comerciales en productoras directas. Si bien durante
la Primera Querrá debieron retirarse del mercado, eri la década del '20 recuperaron
su antigua posición.
Aunque existe cierta controversia en torno a la magnitud de las inversiones
alemanas en los años '30, si se tiene en cuenta el kígár secundario de la Argentina
para Alemania, fas dificultades del intercambio y la estrategia económica alemana,
no resulta extraño que éstas no hayan sido muy dinámicas. De allí que, frente'a los
capitales británicos y norteamericanos, ocupaban un lugar secundario y tendían a
perder participación, sobre todo frente a los segundos.5 3
2
(52) Cf. E bee, A ríiolo , Das Drif/e Heich und Argentinien, Colonia, 1970.
(53) M usaccmio, A mores, 'La Alemania naziy la Argentina en los años 30, crisis económica,
bilateralismo y grupos de interés', en Ciclos en ta historia, la economía y la sociedad, M° 2,
primer semestre de 1992.
242 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL D E LA ARGENTINA
— — — - - { ; —
(54) Cf. Musacchio, A ndrés, 'L o s capitales alemanes en la Argentina en la década del 30',
en Jahrbuch für Geschíchte Lateinameríhas, Colonia, 2000.
(55) G arcía Molina, Fernando y Mayo, C arlos, "Estados Unidos, Gran Bretaña, Argentina y el
Tratado Roca Kunciman". en Academia nacional de la Historia, Buenos Aires, 1999, pág. 6.
(56) Cf. S alera, V. (1941).
CAp, 3 _ LA C R IS IS M U N D IA L , L A IN D U S T R IA L IZ A C IO N Y LA IN T E R V E N C IO N ... 243
aftosa, pero los intereses del llamado "farm blocK (ganaderos y agricultores del
medio oeste y oeste estadounidense, que veían en la Argentina un competidor para
Tus propios productos) fueron más fuertes y la Convención no se aprobó.
Recién en agosto de 1939, poco antes de la invasión a Polonia^ el inicio de
la guerra, el Departamento de Estado norteamericano decidió iniciar formal mente
las negociaciones para un acuerdo bilateral. Sin embargo, a pesar de que ei
comercio entre los dos países había decrecido fuertemente con respecto a la
década de 1920 el acuerdo se demoró todavía dos años. En la Argentina eran los
sectores industriales los más interesados en llegar a un, arreglo, pues la situación
del abastecimiento de bienes de capital y materias primas había devenido crítica,
en un país que se industrializaba rápidamente. Algunos miembros prominentes del
gobierno argentino se movían en ia misma dirección y el Plan de Reactivación
Económica presentado al Congreso argentino por el ministro de Hacienda, F e d e r i c o
P i m e d o , que analizaremos más adelante, proponía regularizar en forma prioritaria
las relaciones con los EE.UU., al tiempo que un miembro del equipo económico,
R a ú l . P r e b i s c h , viajaba a Washington para obtener un créditcTdel EximbanK.
(57) Cf. T iflrc, Ertii.ce, 'Estados Unidos, la Argentina y la unión aduanera con el Brasil,
1935-1942", en Ciclos en la historia, la economía y la sociedad, N° 13, Buenos Aires, 1997.
pág. 152.
244 H IS T O R IA E C O N O M IC A P O LITIC A Y S O C IA L D E LA A R G E N TIN A
V
También se firmó un tratado de comercio y navegación entre los ministros de
Relaciones Exteriores de ambos países, el cual contemplaba para las partes la
entera libertad de comercio y navegación, y la protección e igualdad reciproca de
sus respectivos ciudadanos en el territorio vecino en cuanto a sus personas y
bienes.
A partir de 1939 se aceleró la preparación de la unión aduanera con el Brasil.
El 13 de abril de 1939 se firmó en Buenos Aires un protocolo, donde el gobierno
argentino se comprometía a asegurar permisos previos al tipo de cambio oficial
para las mercaderías provenientes del país vecino, tratando de no perjudicar a la
industria nacional. De igual modo, en el mercado oficial de cambios argentino se
exigiría la negociación de las letras provenientes de la exportación de productos
argentinos al Brasil, mientras este país aplicaría en sus liquidaciones las mejores
condiciones establecidas en su régimen de cambios.
f Había, asimismo, un compromiso de facilitar el desenvolvimiento del inter
cambio comercial y ambas naciones se concedían reciprocamente el tratamiento
de nación más favorecida en los derechos de aduana y en su forma de percibirlos'^
(El 6 de octubre de 1940 fueron firmadas entre los ministros de Hacienda,
PiriEDoy S o uza C o s ta una serie de Recomendaciones donde se establecía un régimen
de intercambio en forma progresiva, comerciando la producción de artículos que
no ■fueran fabricados en ninguno de ellos mediante la garantía de que ese
intercambio no seria gravado con derechos aduaneros durante un plazo de 10
años. Por otra parte, la Argentina se comprometía a otorgar créditos al Brasil por
valor de 50 millones de pesos moneda nacional para la compra de productos
argentinos excedenlesy no competitivos con productos brasileños, y se establecía
lo equivalente por parte del Brasil. Estas recomendaciones tenían que ver con el
mismo Plan económico del ministro Piiiedo , que a través del incremento del
comercio con el Brasil buscaba compensar los problemas que se habían creado
en el triángulo económico anglo-argentino-norteamericano.^
Finalmente, el 21 de noviembre de 1941, los cancilleres O swaldo A m u h a , del
Brasil, y E nrique R uiz G uiñazu , de la Argentina, firmaron un tratado argentino-
brasileño sobre librecambio progresivo cuyo propósito era establecer en el futuro
una unión aduanera abierta a la adhesión de los países limítrofes, lo que se
reconoce com o un antecedente histórico del Mercosur. Una de las cláusulas más
importantes se refería a la intención de promoverla instalación en ambos países
de actividades industriales o agropecuarias no existentes, indicando asi la
voluntad de establecer políticas comunes activas.
Gracias a estos acuerdos, las exportaciones argentinas hacia el Brasil aumen
taron sustancialmente. El Brasil llegó a adquirir un millón de toneladas de trigo
anualmente, cerca del 40 % de las exportaciones trigueras argentinas, pero
también bienes no tradicionales como cemento portland, aparatos eléctricos y
productos farmacéuticos y químicos, entre otras cosas. Sin embargo, en los años
'40 el signo de la balanza comercial se volvió desfavorable para la Argentina,
revirtiendo lo ocurrido en la década anterior, y las ventas argentinas al Brasil se
centraron, sobre todo, en bienes primarios, como exportaciones de cereales,
frutéis secas y semillas de lino.
CAP. 3 - L A C R IS IS M U N D IA L LA IN D U S TR IA LIZA C IO N Y LA IN T E R V E N C IO N ... 245
<
¡Además de estos tratados, que fueron los más importantes, se hicieron
también acuerdos bilaterales con varios países europeos, como Bélgica, Holanda
y Suizáj Lo notorio de los mismos fue la reorientación del comercio de importación
del país. En 1929, el 31 % de las importaciones procedían de Europa continental;
el 27 %. de los Estados Unidos, y el 17 % , de Gran Bretaña. En 1935, en cambio,
el 2 5 % venia de Europa Continental, el 13 % , del país del Norte y el 25 % , del Reino
Unido, a quien favoreció sin duda, ai menos en un principio, el Pacto Koca-
Runciman.
En el siguiente cuadro se puede observar la participación que tienen en el
intercambio comercial en los años '30 y '40; los EE.UU., Gran Bretaña, Alemania
y Brasil.
E xportaciones Im p o rta c io n e s
Año
G. B. EE .U U . B ra sil A lem an ia G .B . EE .U U . B ra s il A le m a n ia
1929 35 11 4 11 18 27 4 12
1930 40 11 5 10 20 22 4 12
1931 42 6 3 9 21 16 6 12
1932 39 4 2 9 22 14 6 9
1933 42 9 5 9 23 12 6 10
1934 43 6 5 9 26 13 6 9
1935 39 14 5 8 25 14 6 9
1936 41 14 7 7 24 14 5 9
1937 34 15 7 8 21 16 5 11
1938 39 10 8 14 20 17 5 10
1939 42 15 5 7 22 16 7 9
Fuente: V ázquez P resedo, V icente, Crisis y retraso. Argentina y la economía internacional
entre tas dos guerras. Buenos Aires, 1978.
Cuadro 3,5. Exportaciones e importaciones por país de destino: Gran Bretaña, EE.UU.,
Brasil y Alemania (en % sobre las exportaciones totales).
3 ,5 . EL INTERVENCIONISMO DE ESTADO
»~
3 ,5,1. Crisis e in terven cion ism o
3 ,5 ,3 . R eg u la cio n e s en lo s m ercad os de b ie n e s
A fin de evitar una mayor caída de la actividad intema, que manifestaba ya una
seria Baja en sus niveles de ingreso y ocupación, desde 1951 comenzaron a
crearse diversas comisiones asesoras y juntas reguladoras, cuya finalidad era
proponer soluciones y encarar medidas para proteger ios intereses de los distintos
sectores productivos: cerealero, cárnico, azucarero, vitivinícola, textil, etc. En
total, entre 1930 y 1940, se crearon veintiún organismos autónomos y veinticinco
sin autonomía. Entre ellos, en un orden más general, la Comisión nacional 'de_
Fomento Industrial y la Junta nacional para Combatir la Desocupación, mientras
que, con un carácter sectorial o regional, y mencionadas a modo de ejemplo, las
Junta nacional del Algodón, la de la Yerba Mate, la de Carnes y la Junta Reguladora
de Oranos; estas dos últimas, sin duda, las más importantes (62).
Todas contaban con representantes de las distintas actividades económicas,
aunque la mayor parte tenia funciones simplemente asesoras, sin gozar de
autonomía, y muchas eran transitorias o de emergencia.
! El propósito de estos organismos puede ser ejemplificado por la acción de la
Junta Reguladora de Granos, que compraba los cereales á los productores a
precios 'básicos' — considerados mínimamente rentables— , y los vendía luego a
los exportadores a jo s precios de mercado, deprimidos por la crisis. La idea era
protegerá los primeros dé la caída délos precios internacionales, absorbiendo las
posibles pérdidas que pudieran tener, aunque, por las diversas modificaciones
que sufrió la estructura de comercialización, sus efectos fueron bastante limitados.
Sin e m b a rgó la s juntas reguladorasjy otras instituciones que implicaban una_
mayor intervención del Estado en la economía no generaban habitualmente
condiciones para estimular la producción, favorecer nuevas experiencias tecnoló
gicas o mejorar Jas condiciones de trabajo^ habiansido creadas, sobre todo, para
defender mejor a los.distintos sectores económicos en crisis,. Se limitaron asi a.
organizas el sistema de manera de no perjudicar a los grandes productores y
mantener el interés de los pequeños y medianos en seguir produciendo. También
cumplían una doble función: centralizaban en la ciudad de Buenos Aires la
(62) Cf. Pcreyra. Horacio. 'Pinedo y el plan económico de 1940', en Todo es Historia, IV
131, abril de 1978.
QAP. 3 - LA CRISIS MUNDIAL, LA INDUSTRIALIZACION Y LA INTERVENCION... 249
(65) Citado en Per™, Milciadcs, La clase dirigente argentina frente al imperialismo, Buenos
Aires, 1973.
(66) Cf. A isemstcin. Salvador, £/ Banco Central de la República Argentina y su función
reguladora de la moneda y el crédito, Buenos Aires, 1942; Prados A rraote. J. (1944).
CAp 3 _ la C R IS IS M U N D IA L , LA IN D U S T R IA L IZ A C IO N Y L A IN T E R V E N C IO N ... 251
Porcentaje de
Año Oro y divisas Moneda Depósitos Total
garantía legal
1935 1.353.7 981,8 708.1 1.689.9 80,1
1936 1.527.7 1.093,9 552.2 1.646.1 92.8
1937 1.421.7 •1.149,8 486.8 1.636,6 86.9
1938 1.295.8 1.118,0 431.9 - 1.549.9 83,6
1939 1.395,6 1.191,1 611,0 1.602.1 77,4
1940 1.329,1 1.223,8 547,5 1.771,3 75,0
Fuente: L orenzutti, J orge, Dinero, política y bancos. Historia del
Banco Central de la República Argentina, 1935-1995, Buenos Aires,
1996. »
C u a d r o 3 ,6 . I n d i c a d o r e s m o n e t a r i o s ( e n m i l l o n e s d e m S n ).
más prestigiosas casas financieras argentinas desde fines del siglo X1X.A ra ízd e
lo cuantioso de los salvatajes financieros, la oposición c u e s tio n ó la s autoridades
no haber dado una información amplia acerca de los bancos asistidos, n i d é f
estado de sus cuentas y menos aún de sus.clientes morosos^ _ ~~i
f ,
Bajo la gerencia y onentacion de Raúl Prebisch, el BCRA siguió hasta el estallido
de la guerra una potítica.marcadamente anticiclica. Hasta, 193.8, Ja mejoría d e Jas,
condiciones económicas con respecto al pico de la crisis dio lugar a un ciclo
ascendente, que fue morigerado por una política monetaria contractiva. En estos
años, se superó en parte la falta de divisas característica del período 1930-1934_
y el BCRA debió comprar una importante cantidad de moneda extranjera^ lo_gue
suponia inyectar dinero local en el mercado. Por eso, parecevi tai posi bles tensiones
inflacionarias,-el Banco Central lanzó títulos públicos que le permitían volver a
sacar del mercado parte de ese dinero. Con una porción de íás divisas,'á su vez,
se cancelaron deudas con el exterior para reducir la carga de intereses en el futuro.N
Cuando las condiciones económicas se volvieron a deteriorar en í 938,"ej Banco
Central adoptó una posición más laxa, para intentar reducir el impacto de la nueva
crisis sobre las actividades productivas (69).
3 ,5 ,5 . La p o lítica flscal
{70) Citado en BAC (1982), Cuenta general del ejercicio de la Contaduría General de la
Nación, pág. 283.
( 71) G arcía ti eras, Raúl, Automotores norteamericanos, caminos y modernización urbana
en la Argentina, 1918-1939, Buenos Aires, 1985.
CAp. 3 - LA C R IS IS M U N D IA L , LA IN D U S T R IA L IZ A C IO N Y LA IN T E R V E N C IO N ...
3,5,6. La evolución de la co y u n tu ra
l
Sin embargo, a lo largo de toda la década (y especialmente en el primer lustro),
el crecimiento fue menos intenso que en el último quinquenio de los añosJ20. A
pesar de la reactivación que comenzó en 1933, la tasa promedio de incremento
del producto no logró distanciarse significativamente de las tendencias preceden
tes. Durante el periodo de la guerra, se observa un comportamiento irregular, con
un gran salto en 1944, consecuencia de los altibajos propios de ese período, que
analizaremos más adelante.
C u a d r o 3 ,8 . T a s a s d e c r e c i m i e n t o y p a r t i c i p a c i ó n s e c t o r i a l d e l P B I ( e n p o r c e n t a je s ).
r
.Desde el punto de vista sectorial, si se exceptúa la minería por su escasa
incidencia sobre el producto, lo más destacable fue el incremento sostenido _en la
participación de la industria manufacturera1! que pasó del 17,7 % del PBI total para
el período 1925-1929, al 21 % en 1940-1944.
Otro sector que mostró un comportamiento más dinámico que el promedio fue
el de Jos servicios, como consecuencia, sobre todo, de la expansión de la actividad
del Estado en el período.
y con ideas no siempre coincidentes con las del ministro. Su figura más relevante
era R a ú l P r e b is c h y estaba integrado, entre otros, por W aiter K leui. Maximq -A i .f^ » wmi
E r n e s t o M a l a c c o r t o y F eupe Espíe. Muchos pertenecían a una generación nueva,
miembros de la clase media en ascenso, hijosy nietos de inmigrantes exitosos^72).
(consustanciados con la renovación conservadora, los tecnócratas del grupo
ocuparon puestos clave en la administración pública. Por un.lado, im pulsaron el
intervencionismo estataljprohijando las instituciones y organismos públicos ya
mencionados y reforzando el aparato administrativo del Estado. Por.otra,.apunta-.
laron los intereses de los grandes productores agropecuarios e industriales.ante los.
efectos depresivos de la crisis de 1930. De esta m anera,!se inclinaron p o r
mantener los vínculos tradicionales con Oran Bretaña, en tanto mercado tradiciCt.
nal de la Argentina, mientras se orientaban hacia los Estados Unidos en la
búsqueda de un modelo para sus innovaciones en materia de política económica.
R a ú l P r e b is c h , en particular, tuvo en su juventud ideas socialistas y luego fue
evolucionando hacia posiciones más neoclásicas. Había escrito importantes
trabajos sobre la historia y la coyuntura económica argentina, en especial sobre las
relaciones entre ios fenómenos monetarios y los ciclos económicos en donde_
despuntan algunas de sus posteriores tesis "cepalinas", y asesorado a diversas,
instituciones económicas influyentes, como la Sociedad. Rural Argentina. Por
recomendación de B unge había viajado a Australia para estudiar la implantación del
impuesto a los réditos en ese país y desde 1925 ocupó diversos puestos públicos,
entre ellos la Dirección de la Oficina de Investigaciones Económicas del Banco
Dación donde fundó una revista que inspiró luego las futuras memorias dej.Banco
Central. Vinculado por relaciones familiares al Gral. U kiburu, tuvo ya cargos durante
su gobierno, antes del nombramiento de P in e d o , impulsando medidas ortodoxas,
como la reducción de! déficit fiscal por medio de un drástico descenso d é los
gastos públicos, aunque, al mismo tiempo, redactóla ley de impuesto a los réditos,
que en sus fundamentos es la que se aplica en la actualidad. (Ju n to . a__PiNEDq1
instrumentó las principales medidas intervencionistas de la época y fue uno de los
gestores de la creación del Banco Central.)
La participación como invitado a la Conferencia Económica y Monetaria
Mundial de 1933 ejerció sobre Prebisch una fuerte influencia. En Londres p u d o
comprobar el fracaso en acordar una política de cooperación económica interna
cional y lo poco dispuestos que estaban los países desarrollados a colaborar con
fas naciones víctimas de la crisis por ellos generada. Tam bién conoció los artículos
de KErríÉs en The Times pregonando una concertación económica a nivel nacional
e internacional como alternativa frente a la ortodoxia de los países industrializados.
La decepción que le produjo esta Conferencia lo llevó a abandonar las fórmulas
ortodoxas que como subsecretario de Hacienda había recomendado en 1930._
Ajustarse a políticas de laissez Taire, a mecanismos automáticos, implicaba— para
(72) Ver para este tema Louro de O rtiz, A malia, £/ grupo Pinedo-Prebisch y el neo-
copservadorismo renovador, Buenos Aires, 1992 y F raga, R osendo , El general Justo, Buenos
Aires, 1993, págs. 278 y 279.
258_________________ H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O LITIC A Y S O C IA L D E LA A R G E N T IN A
\
Puf-Bisen— someterse a los caprichos de los movimientos internacionales de
capitales y a sufrir las consecuencias de las políticas de otros países (” ).
F ederico Pihedo , por s u parte, era un astuto político que, aunque perteneciente
a uña familia vinculada a los círculos del poder (su padre fue socio dé Roque S aetiz
Peña ), se afilió siendo joven al Partido Socialista de J uan B. J usto y en uno de sus
libros de memorias señalaba que se inició en la economía leyendo El capital, de
C arlos Marx. Sin embargo, el programa del socialismo vinculaba ideas reformistas
en lo social con una ideología económica liberal: de esta última, Pinedo será unq
de los principales exponentes vernáculos hasta el fin de su vida. Posteriormente,
siendo un dirigente destacado del PS participó en la fundación del Partido
Socialista Independiente (PSI), escisión de derecha que colaboró activamente en
el golpe de Estado de 1930 y, luego, en la alianza conservadora en el poder. Su
paso por el Ministerio de Hacienda en las décadas del '30 y del '40 (en dos
oportunidades), lo mostró com o un funcionario pragmático capaz de adaptar sus
ideas a la marcha de la coyuntura en defensa de lo que él consideraba necesario
para los intereses económicos tradicionales, aun a costa de impulsar políticas
intervencionistas y proteccionistas (7,|. Un correligionario de Pinedo, Amonio D e
T omaso , cofundador del PSI, fue nombrado junto a él ministro de Agricultura del
gobierno de J usto , reforzando las posiciones del grupo.
Los socialistas independientes eran un conjunto de políticos, intelectuales
provenientes de un tronco político que surgió criticando al régimen oligárquico;
ahora iban a servirlo de una manera eficiente. En este sentido, aportaron a la vieja
guardia dirigente conservadora, en decadencia, equipos tecnocráticos, con cono
cimientos teóricos y una aproximación más p.~0..iática a la realidad, que facilita
ron el control del poder a través de la conducción de los resortes fundamentales
de la política económica. Aunque, como señalara P i n e d o en su libro En tiempos de
la República, esta última debía ser liberal, agricolo-ganadera y exportadora ojiada
impediaTpara salvar sus fundamentos, utilizar todas las herramientas disponibles
por parte del Estado, aún a costa de contradecirse con sus propias convicciones
liberales {” ).
-[ El grupo Finedo-Prebisch decidió utilizar asi en la política económica algunas
herramientas que se apartaban de las recomendaciones ortodoxas tradicionales.
Bajo la influencia intelectual de P r e b i s c h y la conducción política de P i n e d o , el grupo
elaboró un programa para reactivar la economía argentina, que contenía instru
mentos Keynesianos orientados a fortalecer la balanza de pagos e inducir, a[
mismo tiempo, una expansión del ingreso y la producción nacionales. Había que7 5
4
3
(73) Un relato de Preeisch sobre su actuación y sus ¡deas en los años '30 se halla en el
libro de Di T ella, G uido y Platt, D.C. (edit.), The PolíticaI Tcononiy oí Argentina, 1880-1946,
Hueva YorK, 1986. •
(74) Cf. Pinedo, Federico, En tiempos de la República, Buenos Aires. 1946; C iwgliano,
A ntonio A. Federico Pinedo, teoría y práctica de un liberal, Buenos Aires, 1986.
(75) Cr. Bejar, María, D„ UríburuyJusto; el auge conservador {1930-1935), Buenos Aíres,
1983, págs. 89-90.
CAP. 3 - L A CRISIS MUNDIAL, LA INDUSTRIALIZACION Y LA INTERVENCION... 259
(7 6 ) Ct. Sobre los distintos aspectos de! Plan Pinedo ver especialmente: Pereyra. H oracio .
'Pinedo y el plan económico de 1940" en Todo es historia. I T 131. BuenosAires, 1 9 7 8 ,-L lach,
J uan J osé, "El Plan Pinedo de 1940, su significado histórico y los orígenes de la econom ía
política del peronismo", en Desarrollo económico, I T 9 2 , Buenos Aires, 1984; L una, F élix ,
Ortiz. reportaje a la Argentina opulenta, Buenos Aires, 1978.
260 HISTORIA ECONOMICA POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
f" Trataba asi de revitalizar una economía afectada por la guerra por medio de
...' j un sector con un gran efecto multiplicador, como el de la construcción, mientras
. I apuntalaba la demanda intema para tratar de absorber los stocks de cereales que
[ no encontraban destino externo por causa de la contienda.
'- Por otra parte, para hacer frente al déficit del balance comercial de 1939-1940,
f se proponía un control selectivo de Vas importaciones, hecho que, simultáneamen-
¡ te, debía ayudar a fortalecer al sector industrial. A fin de estimular las exportacfo-
\j\ nes se implementaba también un conjunto de medidas, entre las que se destaca-
’ ban la generalización del régimen de drawbach, incentivos cambiados? facilidades
financieras y modificaciones arancelarias, para evitar el 'proteccionismo al revés'.
Dado que los mercados tradicionales estaban afectados por la guerra, el plan
' ponía especial énfasis en la reorientación del comercio exterior, en donde el Brasil
y los EE.UU. estaban llamados a tener un papel destacado. En el caso del primero,
se recomendaba negociar un tratado comercial que contemplara la rebaja (y,
eventualmente, la eliminación) de los aranceles de importación recíprocos.1
/ .........
Para desarrollar el intercambio con los Estados Unidos, que en ese momento era
de nuevo el principal acreedor de la Argentina, se estimulaban de diversas formas
las exportaciones hacia aquel país. En reciprocidad, se creaba un fondo de cambio
para favorecer la introducción de productos norteamericanos, al mismo tiempo que
•j se trataba de financiar una parte de esas importaciones mediante la ayuda crediticia
estadounidense, que iba a servir incluso, aparentemente, para comprar los ferroca-
rriles británicos en la Argentina con el apoyo de éstos. Sin embargo, la diplomacia
británica no vio con buenos ojos el plan Pinedo, que consideraba resultado de la
"acción de fuerzas políticas irresponsables', llegando a acusar al ministro de ser
'm ás amigo de los Estados Unidos que del Reino Unido" (” ).
Por otra parte los proyectos de Pinedo no fueron exclusivamente de índole
económica. De manera simultánea con la presentación de su plan inició conver
saciones secretas con los radicales (especialmente con A lvear) a fin de obtener su
apoyo al proyecto, pero también para discutir sobre las posibilidades de acabar
con el fraude electoral. Esas conversaciones que habrían debido arribar a un
'acuerdo patriótico', según Pinedo, y se parecían en mucho a las que había iniciado
el presidente O rtiz, fracasaron a causa de la resistencia de los conservadores.
/r El plan económico fue aprobado en el Senado, aunque sin demasiado
entusiasmo, pero no llegó a tratarse en la Cámara de Diputados por la oposición
de los radicales y, finalmente, le costó su puesto (7
78).
7
■La ambigüedad del plan explica por qué no fue aceptado. Por un lado, se
proponían medidas tendientes a la industrialización, que eran bien vistas por los
empresarios industriales representados en la UIA, pero obtenía opiniones más
(77) Foreign Office, A 1670/79/2; FO. A81B/201/2, informes citados en Rapoport, M ario.
El laberinto argentino. Política internacional en un mundo conflictivo, Buenos Aires, 1997,
. pág. 209.
(78) Rapoport, M. (1997), pág. 209.
C A P. 3 — L A C R IS IS M U N D IA L , L A IN D U S T R IA L IZ A C IO N Y LA IN T E R V E N C IO N ... 261
(79) Llach, J. J, (1984), págs. 528 y 529; Murmis, Miguel y Portanticro, J uan C., Estudios
sobre los orígenes del peronismo, Buenos Aires, 1987. págs. 37-42; Hatoport, M. (1980),
págs. 78-80.
262 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
t
■.aprovechar al máximo el mercado argentino, y porque se había comenzado a
J ! desarrollar una industria local que empezaba a competir seriamente con los
V ' productos de origen británico, sobre todo en la rama textil.
Si bien el pacto implicaba, entonces, una serie de concesiones importantes a
Oran Bretaña en materia comercial, un análisis riguroso muestra que el trato
preferencia! que se le dispensaba a Inglaterra respondía, sobre todo, a necesida:
des coyunturales. Desde una perspectiva de largo plazo, los vínculos que el
gobierno intentaba trabar con las grandes potencias transcurrieron por canales
algo más matizados. /La política económica global trazada por P i n e d o y sus
colaboradores se hizo eco de las dificultades estructurales de las relaciones
económicas con el Reino Unido y, consecuentemente, su sesgo no fue tan "j>ro
británico* como habitualrriente se sugiere. Por el contrario, abrió un espacio para
mejorarlas relaciones con otras naciones, entre las que los EE.UU. consiguieron
importantes beneficios.
‘En ese sentido, aunque el control de cambios y el otorgamiento discrecional
de las divisas discriminaban a las importaciones provenientes de los Estados
Unidos, estimulaban paradójicamente la radicación dé nuevas inversiones de ese
origen, que se veian atraídas por la rápida expansión del mercado interno y por un
tipo de cambio muy favorable, ya que las divisas provenientes de inversionesdel
exterior podían ser liquidadas en el mercado libre a precios convenientes. El flujo
de inversiones norteamericanas en la Argentina, iniciado en la década dei '20,
continuó entonces sin muchas alteraciones en los años '30: de esa época data la
¡¡radicación de grandes establecimientos textiles — como "Sudamtex* (1934),
(80) Cf.. por ejemplo, Hilton, S tanley. Brazil and the Greal Powers, 1930-1939, Austin,
1975.
CAP. 3 - L A CRISIS MUNDIAL, LA INDUSTRIALIZACION Y LA INTERVENCION... 263
escasas remesas^ En los años '30 y ’40 las acciones ordinarias de las principales í L - '
compañías ferroviarias no pudieron devengar dividendos, mientras su cotización I R ;
descendía ostensiblemente. .................... 11
La principal fuente de reclamos de las compañías británicas se centraba .en. Ja'i
competencia de los automotores, cuya producción e importación estaba ligada, sobrej ' t
todo, a intereses estadounidenses.1Los empresarios británicos no querían perder el f './.
monopolio del sistema de transportes, del que habían gozado por tantos años.*
El transporte por camiones de los productos agrícolas se había desarrollado',
gradas a la crisis de ese sector, ofreciendo servicios más ágiles y accesibles, f
Mientras tanto, el transporte urbano, ya sumamente extendido en las grandes i ...
ciudades, particularmente en Buenos Aires, estaba siendo dominado por óm nibus j)
y colectivos. Además, el transporte automotor operaba sin estar sujeto a obiigacio^
nes financieras, ni bajo un control gubernamental similar al de las compañías %
ferroviarias, por lo que tenía costos operativos menores.
A continuación se muestra un cuadro de la cantidad de pasajeros transporta
dos en los distintos medios de transporte urbanos entre 1922 y 1937.
Elaboración propi^.
Fuente: L. Sommi, Critica al monopolio de transporte urbano, Revista “Argumento",
mayo de 1939, N° 7, Buenos Aires.
Gráfico 3,3. El transporte urbano (1922-1937) (en % de pasajeros transportados).
( 8 1) Cf. G arcía Meras, Raúl. Transportes, negocios y política. La compañía Anglo Argentina
de Tranvías, 1876-1981, Buenos Aires, 1994.
CAP. 3 - LA CRISIS MUNDIAL, LA INDUSTRIALIZACION Y LA INTERVENCION... 265
casual que a partir de 1940 las mismas empresas hayan com enzado a sugerir '
planes de nacionalización, como el que el ministro Pinedo propondrá acom pañando
su Plan dé Reactivación Económica. Entretanto,. te competencia d gl transporte
automotor continuaba privando a los ferrocarriles británicos del tráfico de cargas
más redituables y, pese a la Ley de Coordinación de Transportes, el transporte
urbano continuó bajo el predominio de automóviles y colectivos.
Algunos autores comienzan a preguntarse hoy si la continuidad del flujo de-i
capitales norteamericanos en los años '30, incluyendo los vinculados al transporte !
automotor, no eran el producto de una política deliberada de los gobiernos j
conservadores, o de algunos sectores de los mismos. Las dudas no son infunda- j
das, porque si bien en la esfera comercial se respetaron jos acuerdos firmados con \
Oran Bretaña y hubo numerosos desacuerdos con el gobierno de Washington, las
medidas adoptadas estimulaban también el ingreso de capitates, terreno en el que
¡a primacía norteamericana era inocultable.^Por eso no resulta casual que a fines
de la década de 1930 — como lo muestran ciertos documentos británicos— .
algunos dirigentes o gerentes de compañías británicas en la Argentina secjuejasen
del tratamiento incorrecto que les dispensaba el régimen conservador, o que,
durante el gobierno del general J usto , la expansión de la red vial, impulsada por
ese gobierno, haya asestado un duro golpe a los intereses ferroviarios ingleses. \
<■ ........
F.n esta cuestión se mostraba la aludida dualidad de la política económ ica, .
pues mientras se atendían algunas demandas de las cd|ripañías ferroviarias, se
impulsó qn importante plan vial con características poco favorables a dichas
empresas. Si bien una parte de los nuevos caminos era accesos a las estaciones,
la fracción mayoritaria consistía en caminos con un trazado paralelo a jas vías
férreas. De esa manera, el desarrollo del transporte automotor no com plem en
taba al ferrocarril, sino que representaba una competencia directa, en la c u a i.e l.
ferrocarril corría en desventaja al tener que mantener su propia red, mientras los
caminos eran construidos por el Estado y no por las empresas de transportes, aun
cuando el fondo provenía de un impuesto a ios combustibles que gravaba
también a éstas.
266 _________ H IS T 0 é 4 E C O N O M IC A P O LITIC A Y S O C IA L D E LA A R G E N T IN A
t i
\
CAP. 3 - LA C R IS IS M U N D IA L, LA IN D U S T R IA L IZ A C IO N Y LA IN T E R V E N C IO N ... 267
El cuadro precedente deja ver cierta precariedad de la red vial, por cuanto
una parte significativa estaba constituida por caminos de tierra (la obra básica)
o mejorados (intermedio), mientras que los caminos pavimentados (la obra
superior) tenían una incidencia menor. Sin embargo, esto no hacía m ella en la
posición competitiva de tos camiones frente al ferrocarril, ya que jas carreteras
que unían a los principales centros urbanos (como Buenos Aires-Mar del Plata,
Buenos Aires-Bahía Blanca o Buenos Aires-Rosario-Córdoba) eran precisamente
las pavimentadas (a2).
Al margen de la competencia anglo-norteamericana, el trazado de la_red de
caminos ponía de manifiesto que, si bien la política oficial propiciaba ciertas
transformaciones económicas para adaptar la economía argentina a las nuevas
condiciones, tos cambios no eran radicales. El sistema de transportes no alteraba
demasiado un esquema que procuraba com unicarlos centros de producción con
el puerto más que a las diversas regiones entre sí.
( A pesar de la discordancia de intereses entre diversos grupos económicos
ingleses y norteamericanos, en algunos terrenos hubo espacio para el trabajo
conjunto, incluyendo, además, a empresas alemanas, las cuales trataban también
de ganar posiciones en América Latina. El caso más significativo era el de la
Compañía Argentina de Electricidad (CADE), controlada por el grupo SOFIMA, en
el que convergían capitales alemanes, británicos, canadienses y norteamericanos.^
Más sorprendente por haberse realizado prácticamente al inicio de la Segunda
Guerra Mundial fue el acuerdo en el sector de la industria química argentina. En
setiembre de 1959 se firmó en Londres un pacto entre imperial Chemical
Industries, Dupont y Anilinas Argentinas (perteneciente al consorcio alemán !G
Farb'en). Esta última se había hecho cargo de la firma Celulosa Argentina, pero al
tratar de modernizar la producción de rayón se vio obligada a hacer participar a los
norteamericanos e ingleses, fundando en conjunto la firma Duperial. Ese m ism o
año, la empresa farmacéutica alemana Bayer había firmado un acuerdo con la
norteamericana Sterling, por el cual esta última distribuiría los productos de la
primera en todo el hemisferio occidental, hecho por el que Sterling fue ruego
procesada en los EE.UU., debiendo pagar una multa y romper el contrato (a5).
La disputa entre las potencias influía también en las posiciones adoptadas p o r
la dirigencia política local. La llegada del equipo económico encabezado por
Federico Pinedo, en 1953,com oyaloanalizamos, constituye un elemento clave para
poder comprender los términos del debate que se desarrollaba en aquel m om ento
en el seno déla clase dirigente con respecto a la posición económica internacional
del país, discusión que se agudizó con el estallido de la guerra. En realidad, Éiparfit'
de principios de 1940 se produce circunstancialmente una situación similar a la8 3
2
(84) Forelgn Relations of USA. Tuex to Secretary of State, Buenos Aires, 4/9/1940, pág. 476
(85) Pinedo , F ederico, Argentina en la vorágine, Buenos Aires. 1943, págs. 45-49.
CAP. 3 - LA CRISIS MUNDIAL, LA INDUSTRIALIZACION Y LA INTERVENCION... 269
aporte del crecimiento vegetativo, sino el aporte de las migraciones extranjeras tan
importantes anteriormente. Los migrantes intemos recientes representaban el
17,8 % de la población total del AMBA en 1947.
En cambio, la proporción de la población extranjera en el total de la población
del país comenzó a descender después de 19 3 0 . G ermani estimó para este año en
2:834.300 los extranjeros habitantes en el pais,Jo que representaba el 2 3 ,5 % del
total. El censo de 1947 registró, a su vez, la presencia de 2.435.900 extranjeros
to que significaba el 15,4 % del total de la población. De este censo también se
desprendía que en el AMBA la presencia dé los extranjeros era más notoria,
alcanzado al 26 % del total de sus habitantes.
La caída de los saldos inmigratorios fue abrupta desde 1930. La inmigración
masiva tuvo su última expresión en el periodo 1921-1930, cuando el saldo
inmigratorio llegóa 878.000 personas. En el periodo 1931-1940 el saldo descen
dió a 72.700, volviendo a caer entre 1941 y 1946 a 33.000 inmigrantes.
La creciente desocupación, secuela de la crisis de 1930, determ inó que el
gobierno provisional del Gral. Uriburu dictara un decreto que iniciaba una política
selectiva en materia de inmigración. Con fecha 16 de diciembre de 1930, la
medida obligaba a pagar a los inmigrantes un arancel consular de diez pesos oro
para que los cónsules visaran sus certificados de buena conducta y buena salud.
En 1932, como consecuencia de un censo de desocupados que había arrojado un
total de más de 300.000 parados, el gobierno del Gral. J usto prom ulgó un decreto,
conocido como de "Defensa de los Trabajadores Argentinos". El mismo ordenaba
a los cónsules argentinos en' el extranjero la suspensión de los permisos de
desembarco y de los visados de documentos a los inmigrantes que no tuviesen
ocupación garantizada. La inmigración quedaba permitida sólo a quienes fueran
parientes, en línea directa, de extranjeros ya radicados en el país, siem pre que
acreditaran solvencia y buena conducta, y se comprometieran a costear su
subsistencia en caso necesario.
A partir de 1936, se produce un cambio en los considerandos de las normas
que restringían la inmigración. Un decreto de octubre de dicho año expresaba en
su considerando que 'las circunstancias actuales exigen extremar las medidas de
control y vigilancia del movimiento de pasajeros con destino al país, tendientes a
evitar infiltraciones en el mismo de elementos que pueden constituir u n peligro
para la salud física o moral de nuestra población o conspiren contra la estabilidad
de las instituciones creadas por la Constitución nacional", y 'q u e la fiscalización
debe ser completa y estricta en el sentido de que debe comprender a todos los
pasajeros, cualquiera sea el medio usado para llegar a la República, así com o la
clase o categoría del pasaje utilizado".
En julio de 1938, siendo el presidente Roberto M. O rtiz, dos decretos consecu
tivos establecieron restricciones aún más severas a la inmigración. Por el primero de
ellos se procuraba "reprimir el ingreso clandestino de refugiados— mayoritariamente
judíos centroeuropeos— procedentes de la Europa nazi, que lograban entrar a la
Argentina vía Uruguay y Brasil, cruzando el rio Paraná y el Paraguay". Se produjo así
un giro total de la política inmigratoria argentina al instituir, desde entonces,
restricciones legales y un sistema de contralor' policial y administrativo a la
inmigración. El otro decreto, complementario del anterior, se fundamentaba en la
272 H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O L IT IC A Y SO C IA L D E LA A R G E N TIN A
----------------------------------------------------- -j
Fuente: Calculado por Roberto P. Korzemewicz, "Las migraciones internas en los orígenes
del peronismo: tres observaciones empíricas", en Ciclos en la historia, la economía y la
sociedad, N° 5. segundo semestre de 1993.
«______________
(90) Cf. S enkman, Leonardo, Argentina, la Segunda Guerra Mundial y los refugiados
indeseables, 1953-1945, Buenos Aires, 1991.
(9 i ) Cf. Kucu, Ignacio, 'The Chlmera oí Palestinlan Resettlement In Argentina in the Eaily
Aftermath of the First Arab-lsraeli War and Other Slmilarly Eantastlc riotions", en The
■Americas, vol. 53, ri0 1, julio de 1996; S enkman, L eonardo, 'La Argentina neutral de 1940 ante
los refugiados españoles y judíos', en Ciclos en la historia, la economía y la sociedad, (1” 9,
segundo semestre de 1995.
CAP. 3 - LA CRISIS MUNDIAL, LA INDUSTRIALIZACION Y LA INTERVENCION... 273
Años ■ Total Saldo inmig. ext. Saldo Inmig. intemo Saldo vegetativo
16950914 65.000 +30.000 8.000 37.000
1914-1936 66.000 +11.000
1936-1943 85.000 •11.000 7Í.000 24.000
1943-1947 142.000 -15.000 _ ( 117.000 40.000
Fuente: G ermani, G ino. Estructura social de la Argentina, Buenos Aires, 1987.
Cuadro 3,11. A n á lisis del crecimiento anual del Gran Buenos A ire s (estim aciones).
. (93) Cf. G a r c ía , A l ic ia , S., 'Crisis y desocupación en los años '30", en Todo es Historia,
M° 154, marzo de 1980.
(94) Waldmaum, PritR, El p e ro n ism o , B u en os Aires, 1983, págs. 3 6 y 37.
\
Nota: índice de ocupación, base 1929 = 100; índice de salario real y elementos que lo componen,
base 1925-1929= 100.
Elaboración propia.
Fuente: G aupio, R icardo y P ilone, J uan, “Estado y relaciones laborales en el período previo al
surgimiento del peronismo, 1935-1943”, en T orre, J. C. (comp.), La formación del sindicalismo
peronista, Buenos Aires, 1988. Para el costo de vida de 1934 se tomó el dato del Anuario
Geográfico Argentino, 1942.
Gráfico 3,4. Niveles de ocupación y salarlo real (1930-1945) (Capital Federal).
La dase media tampoco escapó a los efectos de la crisis. En los prim eros años
de la década, las cesantías en el sector público y los despidos en la actividad
privada dejaron sin empleo a numerosos funcionarios, profesionales y em pleados.
La reducción de los sueldos estatales, resultado de tos recortes presupuestarios,
afectó a empleados y jubilados. La presión impositiva — mantenida en ios niveles
previos a la crisis y en momentos de'caída de las ventas y de los ingresos— castigó
a los pequeños comerciantes e industriales.y, en general, a los pequeños
propietarios. Por otra parte, los atrasos errel pago de los sueldos docentes y de las
pensiones a los jubilados fueron una constante a lo largo de la década.
En el sector rural, la caída de los precios afectó a los productores. Los colonos
hipotecados y los arrendatarios tuvieron serias dificultades para pagar las cuotas
hipotecarias y los arrendamientos. En líneas generales, desde entonces, la clase
media vio recortada sus posibilidades'de ascenso social y, gradualmente, pasó a
convertirse en una clase de asalariados urbanos ocupando puestos administrati
vos o desarrollando tareas profesionales en lugar del desempeño en actividades
económicas independientes.
En lo referido al movimiento obrero, el golpe de Estado de 1930 lo encontró
dividido ideológicamente. Cuatro centrales obreras disputaban la hegemonía de
los trabajadores. Solólos anarquistas, enrolados en la PORA, expresaron u n a clara
oposición al golpe. Los principales rasgos en la evolución del m ovimiento obrero
durante la década de 1930 y principios de la década de 1940 pueden sintetizarse
brevemente:
276 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
l
^— En primer lugar, los anarquistas, que se resistieron a cualquier compromi-
so con el Estado, fueron desplazados en forma definitiva. For el contrario,
se afianzaron las tendencias reformistas y burocráticas en la conducción
! def movimiento obrero. Las organizaciones sindicales adquirieron un
mayor perfil institucional, lo que les permitió una relación más fluida,
aunque no necesariamente cordial, con el gobierno y los empresarios.
— p En segundo ténnino, a los pocos días del golpe militar de setiembre de
* 1930, se fundó la Confederación General del Trabajo (C G T), que unificó
/ temporariamente al movimiento obrero. La conducción de la central'
obrera quedó a cargo de los "sindicalistas", fundamentalmente, y de los
socialistas.
— . Finalmente, en diciembre de 1935, mediante una maniobra burocrática
(denominada "golpe de Estado sindical"), los socialistas desplazaron a los
"sindicalistas" de la conducción de la CGT. Este hecho puso fin a l '
enfrentamiento entre ambas tendencias, ya que mientras los "sindicalis-
> . tas" rechazaban la identificación de la clase obrera con un partido político,
los socialistas aspiraban a una relación más estrecha entre la central
obrera y el Partido Socialista. A partir de entonces, la corriente "sindicalis
ta", predominante durante el periodo radical, comenzó su paulatina
desaparición de la vida sindical (95).
En 1936 ingresaron a la C G T los sindicatos comunistas, que llegaron a tener
;un número significativo de miembros en el Comité Central Confederal, y ese
inismo año, a instancias de los dirigentes socialistas y comunistas, el Congreso
Constituyente de la C G T estatuyó la forma moderna de sindicatos por ramas
industriales en reemplazo del antiguo sindicalismo por oficio.
Así, hasta 1943, la dirección del movimiento obrero fue hegemonizada por los
socialistas. Por primera vez, sectores de origen marxista llegaban a la conducción
del movimiento obrero, aunque el marxismo era para muchos de los dirigentes
sólo una anécdota y en realidad no se diferenciaban demasiado de la corriente
"sindicalista" de la que algunos de ellos provenían. Asimismo, si bien el peso de
los sindicatos tradicionales, vinculados a la economía agroexportadora y al sector
de transportes y servicios, siguió siendo predominante„comenzaron a organizarse
los obreros de las nuevas ramas industriales.
Fio obstante, una característica del período fue el bajo nivel de síndicalización
de los obreros. La C G T enrolaba una minoría de los trabajadores. Hacia 1935. entre
j a C G T Independencia (conducida por los socialistas) y la C G T Catamarca (conducida
por los "sindicalistas") reunían 232.000 afiliados. Por entonces, los obreros indus
triales alcanzaban a 534.000, en tanto que los agrícolas llegaban a 800.000 l96).
En la tlécada del '30 la mayor movilización obrera se verificó entre 1935 y
'1937. En esos años se produjo el mayor número de huelgas con la mayor cantidad
i9
Pero la posición política de C astillo era débil y debió hacer concesiones, Así)
en setiembre de 1940, nombró un gabinete integrado por prominentes figuras del
ala liberal de la coalición gobernante, com o ei ministro de Relaciones Exteriores;,
J ulio A. Roca (h) y el ministro de Hacienda, Federico Pinedo, mientras que utji/.
partidario de J usto, el Qral. J uaíi T onazzi, ocupaba la cartera de Querrá ( lt)0). ¡
Las contradicciones aparecieron m uy pronto, pues mientras el presidente
impulsaba uña serie de acciones en diversas provincias que recreaban las
prácticas electorales fraudulentas, Roca asumía posiciones pro aliadas (no del
gusto de C astillo) y, en diciembre de 1940, Pinedo presentaba, como lo señalamos
más arriba,- un plan económico (acompañado por una apertura política hacia los
radicales), que no tuvo consenso en el interior de la coalición conservadora. Esta
situación llevó a la renuncia de Roca y Pinedo en enero de 1941 y al nombramiento
'dé otro gabinete, esta vez más cercano a las ideas del presidente. El nuevo canciller
seria Enrique Ruiz G uiñazu, hombre ligado al Vaticano y de tendencias neutralistas,
mientras que los otros miembros del gabinete pertenecían también al ala más
conservadora de la coalición gobernante.
O rtiz, mientras tanto, disgustado por la dirección que tomaba el gobierno, pero
impedido de reasumir el poder (estaba prácticamente ciego) publicó un manifiesto
público, en febrero, en el cual criticaba la política del presidente interino y
manifestaba su fe por un retorno a las prácticas democráticas. Ho obstante, más
allá de sus problemas físicos, existia en los medios políticos conservadores la firme
intención de que O rtiz no retomara al poder, e incluso se llegó a planear una
reforma constitucional para el caso de que el presidente elegido no abandonara
voluntariamente su cargo (1 101). *
0
^En ese contexto, ya comenzaban a manifestarse los primeros síntomas de una
seria crisis política. El factor principal de la misma se encontraba en la situación
interna del país, aunque pronto, desde principios de 1942, con la entrada en la
guerra de los EE.UU., se agregarían también las presiones internacionales.\La falta
de apoyo popular a la Concordancia conservadora explicaba la recurréncia al
fraude electoral. El clima represivo, la corrupción política, los frecuentes escán da
los económicos y la actitud de claudicación frente a los países céntrales por casi
úna'década habian contribuido al descrédito de los gobiernos surgidos del golpe
de_Estado.de 1930 y se contradecían con las transformaciones económicas que
esos mismos gobiernos habían debido impulsar *para hacer frente a la crisis
mundial.'El creciente aislamiento político del régimen conservador generaba de
ese modo un peligroso 'vacío de poder".
l
[ En el interior de las elites en ei poderse agudizaban las di vergenciasj Un sector
había comenzado a pensar, con la llegada de O rtiz á la presidencia, que la coalición
conservadora no era ya un instrumento político apto para garantizar sus intereses.
Buscaba algún apoyo popular, la liberalización de las formas políticas vigentes y.
superados los efectos de la crisis de 1930. una mayor liberalización económica,
pero la licencia y luego la renuncia definitiva de O rtiz, en junio de 1942, anulaban
las posibilidades de un cambio de rumbo.
/La política exterior del gobierno terminó siendo) como ve remos,(Ja. que puso
en evidencia el conflicto interno de las clases íjirigentes^lSu fracción más
tradicional se expresaba a través del presidente C a s t i l l o )y sus intereses se
confundían principalmente con los de los grandes hacendados de la Pampa
Húmeda, aliados con algunas elites provindanas(lntegraban la tendencia más pro
inglesa o pro europea d e l. estabJishment de la época y sostenían una posición
neutralista frente al conflicto mundial) En el enfrentamiento con los EE.UU., este
sector contaba con el apoyo de personalidades nacionalistas o directamente
partidarias del Eje y de manera gradual comenzó a perder posiciones dado que el
triunfo de los aliados no sólo significaba la derrota de Alemania, sino también, y
simultáneamente, el fin del Imperio Británico (y de su predominio en la Argentina)
y la consolidación de la hegemonía norteamericana en el mundo.
.Otros sectores de las clases dirigentes retomaban, en cambio, las banderas del
liberalismo y mostraban una posición más flexible o de abierto acercamiento a los
EE.UU. Procuraban ya abiertamente una alianza con Washington que reemplazara en
la sociedad argentina la tradicional influencia británica o europea) y expresaban
intereses económicos cuyo peso podía ser decisivo en ¡a inmediata posguerra: los
de los sectores industriales y del gran capital financiero. Criticaban por eso la política
exterior gubernamental, contribuyendo al aislamiento político de C a s t i l l o ( 1 M ) .
l Para superar esta situación, que tornaba difícil la continuación de su mandato,
J tillo buscó apoyo entre los militares hostiles al Oral. J usto} antes anglofilo y
ahora partidario de una alineación con Washington y que aún tenía influencia en
el ejército.fDe esta manera, a fin de compensar su pérdida de-ascendiente en el
seno de la elite tradicional, el presidente facilitó el acercamiento al gobierno de
elementos nacionalistas") algunos de ellos secreta o abiertamente simpatizantes
del Eje, solidarios con su política neutralista, mientras impedia la actividad de
agrupaciones pro aliadas, com o Acción Argentina, o dificultaba el accionar dé otros
grupos similares.fTambién organizó la Flota Mercante del Estado, con barcos de
países beligerantes inmovilizados en puertos argentinos a causa de la guerra; creó
Fabricaciones Militares, una vieja aspiración de las Fuerzas Armadas) en la que
puso al frente al Oral. S avio; (aumentó los gastos militares en el presupuesto
(103) Cf. Sanchis Mufioz, J osé f., La Argentina y la Segunda Guerra Mundial, Buenos
Aires, 1992.
(104) R a p o fo r t , M. (1980), págs. 146-154.
I
284 H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O L IT IC A Y S O C IA L D E LA A R G E N TIN A
(
■ defensa y de política exterior. En este marco, venia gestándose la realización de
-! un golpe de Estado, que se aceleró por el pedido de renuncia que Castillo le hizo
7 al ministro de Guerra, Oral. Pedro P. Ramírez, al enterarse de los movimientos
conspirativos y de contactos del ministro con dirigentes radicales
N (El 4 de junio de 1943, finalmente, un golpe m ilitar— sin participación c iv il-
depuso al presidente C astillo,) En un manifiesto, los revolucionarios condenaron
el orden previo caracterizado por 'la venalidad, el fraude, el peculado y~ía
corrupción*. Asimismo prometieron castigar a los culpablesyse comprometieron
a restituir al pueblo sus “derechos ygarantías. La "década infame' había llegados
su fin ante la sorpresa e incertidumbre de la sociedad argentina.
.. Con la toma del poder por los golpistas se iniciaron las marchas y contramarchas
del nuevo gobierno militar. El Gral. A rturo Rawson, que encabezó las tropas que
precipitaron la deposición de C astillo, ocupó la presidencia provisional como
representante de los jefes superiores de Campo de Mayo. Sin embargo, al integrar su
gabinete con algunas personalidades del anterior régimen, se enfrentó con la
resistencia de sectores de la oficialidad y debió presentar la renuncia a las cuarenta
y ocho horas de su designación. En su reemplazo,(asumió el Gral. Ramírez, considerado
en un primer momento como el verdadero jefe del movimiento militar^1051 ).
6
0
Sin embargo, detrás de este desplazamiento y líe la proyección de Ramírez a
la presidencia se reveloTa existencia de una logia militar, el Grupo de Oficiales
Unidos (GOU)!) Integrado por jóvenes oficiales superiores, muchos de ellos
coroneles, el GOUjoperaba con el propósito de restablecer la moral y la disciplina
dentro del Ejército y recuperar al pais de una corrupción que. a juicio de sus
m iem bros, lo conducía al comunismo.) En la Logia predominaban las. ideas
nacionalistas y neutralistas, pero había admiradores dé las experiencias fascistas
■ europeas, que pensaban que era necesario reformar las instituciones, y otros
oficiales cercanos a un nacionalismo popular e, incluso, al radicalismo, de ideas
más democráticas. Todos ellos repudiaban, en todo caso, el sistema políticó’tal
com o se venía practicando en el pais (l07).
[A partir de la asunción de Ramírez, varios integrantes del G O U ocuparon
posiciones estratégicas. Uno de sus miembros más destacados, el Cnel. J uan D.
PERonj pasó a desempeñarse comojefe de la secretaria del ministro de Guerra, Gral.
E delmiro J. Farrell. Otro integrante del grupo, el Cnel. Enrique P. G onzález, pasó a ser
jefe de la secretaría de la Fresidencia^Una veintena de oficiales del GO U ocuparon
cargos importantes después del golpe, procurando controlar los sectores principa
les de las Fuerzas Armadas y del gobierno y asegurar su cohesión político-militar^
(109) Cf. Rafw o rt , Mario, ¿Aliadas o neutrales? La Argentina frente a la Segunda Guerra
Mundial, Buenos Aires, 1988, en donde se reproduce documentación original de ambos
casos.
tlIO ) Rodríguez L amas, D aniel, Rawson/Ramirez/Farrell, Buenos Aires, 1983, págs. 33-36.
i
í Las dudas det ejército frente a una demanda cuya satisfacción implicaba un revés
para las instituciones militares fueron capitalizadas por los dirigentes sindicales de
la CG T. Estos recogieron la inquietud de los trabajadores que interpretaron que con
el desplazamiento de P e r ó n coman peligro las conquistas sociales obtenidas gracias
a su gestión. El llamado cegetista a una huelga general en apoyo de la liberación de
¡S i
P e r ó n , programada para el 18 de octubre, fue anticipado por una movilización
(1 13) La descripción más vivida de los acontecimientos de ese año puede encontrarse
en L una, Pe u x , £/ 45, Buenos Aires, 1971.
(114) Cf. T orre, J. C., *La CGT en el 17 de octubre de 1945', en T orre, J. C. (comp ), El
17 de octubre de 1945, Buenos Aires. 1995.
I
C A P. 3 - L A C R IS IS M U N D IA L , LA IN D U S T R IA L IZ A C IO N Y LA IN T E R V E N C IO N ... 289
’N"’
C astillo , era pro nazi, y denunció a la Argentina aníe las demás naciones ;
latinoamericanas como un país que ponía en peligro la paz hemisférica. Por su í
parte, el Departamento del Tesoro propuso congelar los fondos argentinos en
dólares existentes en los EE.UU. y el Board of Economic Warfare prohibió ta v enta 1
dé ciertos productos norteamericanos hacia la Argentina. ¡
Junto ajasrazones ideológicas o estratégicas, vinculadas a las necesidades de
la misma guerra, entre los sectores más "duros" contra la Argentina se hallaban
algunos funcionarios y políticos, como el mismo secretario dejetado, C o r d e l l H u l l
i vicepresidente. H e n r y W Á l l a c e . quienes expresaban una corriente de intereses,.
s^ure todo agropecuarios, que desde mucho antes déi estallido def conflicto se
enfrentaban con las elites dominantes en Buenos Aires. Otros miembros promi
nentes de la administración R o o s e v e l t feomó S u r - m L n W l i l e s , quejepresentaban una
corriéñíe más "blanda" hacia ia Argentina, buscando lineas de conciliación entre
los dos países, se vieron obligados a renunciar; aunque W e u . e s se transformó luego,
a través de la prensa, en un fuerte crítico de la política del Departamento de Estado.
En verdad, la política estadounidense tenia, como lo reconocieron sus propios
funcionarios, una doble faz, porque países como el Brasil, con regímenes políticos
cefcános al fascismo, fueron tratados de manera distinta y se convirtieron en
aliados privilegiados (ucj.
La posición del gobierno británico fue, poi*el contrario, mucho más moderada.'
Y aunque en diciembre de 1942 se vio obligado, por la presión norteamericana, aj
hacer público un documento en el que criticaba la política de neutralidad, n o aplicó!
sanción alguna y trató en lo posible de mantener buenas relaciones con el g o b ierno -
conservador, procurando proteger las inversiones inglesas y activar las exportado-
nes hacia Oran Bretaña, en momentos en que éstas se necesitaban más que nunca 1 0
2
9
( 119) H ule,. C ordell, The Memoirs oí Cordell fluli, Hueva York. 1948, vol. I!, págs. 1 143-
1146; cf también, Ruiz G uihazu, E nrique, La política argentina y el futuro de América, Buenos
Aires, 1944.
(120) Rafofort , M. (1997), págs. 256-260. Para la posición de W elles, cf. W elles , S umi-ier ,
Tlie Time for Decisión, Londres, 1944.
292 H IS T O R IA E C O N O M IC A , PO LITIC A Y SO C IA L D E LA A R G E N T IN A
, 4
para el esfuerzo bélico. Los ingleses no podían dejar de advertirlas ventajas gue Jes
proporcionaba la política de neutralidad tanto a corto como a largo plazo. En eí '
primer caso, se evitaban represalias alemanas en el transporte marítimo, facilitando
el comercio durante la guerra, y se preservaban las cuantiosas inversiones radicadas
en el país frente a posibles actitudes nacionalistas. En el segundo, se impedía la ^
entrada argentina en el sistema panamericano, preservando así el mer_cado^gén-./ '
tino de posguerra de la competencia norteamericana ( !21).
Por otra parte, los ingleses evaluaban el perjuicio económico que les causana
jnterrüfhpif el flujo de abastecimiento de productos argentinos hacia Jas isla s '
durante la guerra, pues éstos representaban, entre otras cosas, el 40 % de Jas
'importaciones argentinas de carnes, como se lo señalaba, en una correspondencia
secreta, el primer ministro C h u r c h i l l al presidente R o o s e v e l t . E s o s productos,
’ además, no se abonaban en lo inmediato, porque los pagos quedaban bloqueados
éñ el Banco de Inglaterra con garantía oro. dada la precaria situación económica
del Reino Unido. La diplomacia de Londres tenía, también, úña"percepción
diferente de la realidad argentina, nunca compartió los p u n lo sd e vista del
Departamento de Estado con respecto a los intereses o motivos ideológicos que
podían estar detrás de la neutralidad argentina. No pensaban que jo s gobíémos
argentinos fueran pro nazis ü hostiles a los aliados y ciertos sectores en la City
londinense fueron más lejos, apoyando, en distintos órganos de prensa, la política
argentina ( 1l221
2 ). El embajador inglés en esos años, Sir David KellyT re marca en"sifs"
3
2
memorias que: 'M i propia y firme convicción, que infonné incesantemente" a
Londres frente a una sostenida andanada de parte del gobierno y déTa"prensa
norteamericana (esta última seguida fielmente por la prensa británicaferaigirer en
~su abrumadora mayoría, las viejas clases gobernantes, el nuevo gobierno militar,
y los argentinos de todas las clases sociales, no tenían interés ni en íaT3eoIogiai nazi
ni en ninguna a otra procedente de Europa". Para K e l l y , muchos argentinos sentían
que ellos mismos o sus padres habían venido del viejo continente "precisamente
para decir adiós á todo eso" ( m ).
Es que la neutralidad del país del Sur, en la medida en que frenara las
pretensiones norteamericanas, no podía ser vista de mala manera, y sí los.,
problemas que planteaban los vínculos con su poderoso aliado impedían brindar
un apoyo explícito a los gobiernos locales, una actitud benevolente o comprensiva
tenía resultados similares. Sin embargo, la presión norteamericana se dejó sentir—
v la diplomacia británica tuvo que realizar constantes esfuerzos para oponerse a '/■
ella o, por lo menos, para contrarrestarla.
«• . •
( 127) El trabajo más esciarecedor sobre la influencja alemana, basado en documentos
germanos y de los países aliados, es eideMtw-ron, R. C. (1995). El mismo autor estudió el caso
el¡^fascismo, cf. NcwTort. RoiamdC., 'El fascismo y la colectividad italo-argenlina, 1922-1945',
en Ciclos en la historia, la economía y la sociedad, ri° 9, segundo semestre de 1995. Cf.-
también sobre la cuestión ideológica, B uchruckek, C. (1987).
(128) Cf. CEAMA, Informefinal, Buenos Aires, 1999. En la CEAMA, creada por el gobierno
argentino, participaron una treintena de especialistas argentinos y extranjeros. Entre sus
conclusiones se destaca que existe documentación fehaciente de que cerca de ciento ochenta
criminales de guerra nazis, de los países del Eje y de otros bajo ocupación alemana, llegaron
al país a) finalizar la guerra y en años posteriores, pero la cifra resulta muy inferior a la de los
miles de refugiados que algunos autores habían señalado. Cf. también, Kucn, Ignacio y Rapopokt,
Mario, Discriminación y racismo en América Latina, fiuenas.-A¡rei_J997,. especialmente el
trabajo de Kucn, "El ingreso a la Argentina de nazis y colaborada®!as", y DA1A, Proyecto
testimonio, 2 t.. Buenos Aires, 1998. Respecto del tema del llaníV > "oro-nazi", es"decir,
transferencias de valores, en dinero o bienes provenientes dejerarcas nazis o colaboracionistas,
parte del cual fue expoliado a víctimas de paises ocupados, tanto la CEAMA como una
investigación realizada oficialmente en ios EE.UU. (Eizenstat fieport. Washington, 1998) para
esclarecer las transferencias de 'oro nazi' en el mundo, no encontraron evidencias relevantes
,-co.n respecto a Alemania en el caso argentino, salvo ciertas cantidades de oro o valores que
pudieron haber traído al país algunos refugiados croatas (según la CEAMA unos 200 kilogramos
de oro provenientes del Banco Centra! de Croacia).
CAP, 3 - LA C R IS IS M U N D IA L , LA IN D U S T R IA L IZ A C IO N Y L A ¡N T E fíV E N C IO N ... 295
{ 13ltPcTCR5on, Marold, F. La Argentinay ¡os Estados Unidos, I!. 1914-1960, Buenos Aires,
1935, p¿?¡s, 162 y 163.
(132) E scude , C arlos, Gran Bretaña, Estados Unidos y la declinación argentina, 1942-
J 949, Buenos Aires, 1983, págs. 260 y 261. Una polémica acerca del boicot norteamericano
contra la Argentina en los años cuarenta puede consultarse en Rapoport, Mario , "El factor
político en las relaciones internacionales. ¿Política internacional vs. teoría de la dependen
cia? Un comentario", en Desarrollo económico, vol. 23, fP 92, enero-marzo 1984, págs. 617-
629 y E scude , C arlos, "Réplica al comentario sobre -La declinación argentina-", en Desarrollo
económico, vol. 23, Na 92, enero-marzo 1984, págs. 630-636.
CAP. 3 - L A C R IS IS M U N D IA L, LA IN D U S T R IA L IZ A C IO N Y LA IN T E R V E N C IO N ... 297
Kockefelier. perteneciente a una familia con gran poder económico y que ccowen-1
zaba entonces su carrera política, realizó'un cambio de rumbo en la política \
latinoamericana de su país, iniciando un acercamiento con el régimen militar.-pues
consideraba equivocado el análisis de la situación argentina efectuado hasta ^
entonces. Rockeeeller representaba^en verdad, intereses industriales y financieros yF:
que veían a'faArgentm a com o un gran mercado en la posguerra, e intereses
políticos y estratégicos que consideraban que con el fin de la guerra el enem igo [
principal sería la Unión Soviética, el aliado del momento, y que necesitaban d e la j
cooperación política sin fisuras del conjunto del continente latinoamericano
(incluido' nuestro país), especialmente en las naciones Unidas, que estaban p o r ;
crearse ( '“ ).
Por eso, el Departamento de Estado convocó, en febrero de 1945, po co ¡
después de realizarse la Conferencia de Yalta entre las potencias aliadas^ a la
Conferencia Interamericana de Chapultepec, México, en donde se establecieron
finalmente los principios de un sistema panamericano y las condiciones de :
participación de los países de la región en el m undo ¡nternaciona[ de posguierra.
Como consecuencia del encuentro, seis países latinoamericanos decidieron
declarar, ese mismo mes, la guerra al Eje ( IM).
Aunque la Argentina no participó en aquella Conferencia, porque todavía estaba 1
abierto el conflicto con los EE.UU^, tras un acuerdo secreto entre funcionarios
argentinos y norteamericanos el régimen militar aceptó la invitación formulada para
firmar el Acta de Chapultepec, se reintegróal sist^mapánámericaño y restableció sus
relaciones diplomáticas con los EÉ.IIÜ., Oran Bretaña y las oh-as naciones del ;
hemisferio, al tiempo que se levantaba la mayor parte de las sanciones económicas 1
que se le habían impuesto. Com o paso previo, declaró también, en marzo de i 9 4 5 , '■
la guerra a los países del Eje, cumpliendo con el último de los requisitos para
participar en la Conferencia de San Francisco, donde se crearía la Organización de í
las daciones Unidas. En abril de 1945, una importante misión económica, política
y militar norteamericana, encabezada por el em bajador A v r a W a r r e t i , vino a Buenos
Aires y llegó a diversos acuerdos con las autoridades argentinas. Culminaba así el
proceso de acercamiento iniciado a principios dé ese año.
En mayo de 1945, sin embargo, un nuevo cambio en la política.estadquniden-
se tuvo considerable incidencia en la política intena del país. Tras la muerte
repentina del presidente R o o s e v e l t , el 12 de abril dé 1945, y "eradvenimienfo al S 1
4
3
derrotada, el peligro nazi era aún en América Latina el más importante y existia,
incluso, la perspectiva de crear un 'Cuarto Rejch' en la Argentina. El nuevo
embajador, en su breve estadía en el país, se transformó en ei líder de los sectores
políticos que, organizados en la Unión Democrática, se oponían al régimen militar
y, en particular, a P e r o m . En agosto de 1945, el embajador, que había tenido
enfrentamientos personales con el influyente coronel, regresó a Washington
dejando un golpe de Estado en ciernes que, concretado el 9 de octubre, logró
destituir a P e r ó n de todos sus cargos. Sin embargo, los sucesos del 17 de octubre
de 1945 produjeron la vuelta de aquél al escenario político argentino, esta vez
com o líder de un nuevo movimiento todavía en gestación ( ’” ).
Desde su nuevo cargo com o sucesor de R o c k e f e l u f ? en la secretaria de Asuntos
Latinoamericanos, y en el que fue nombrado después de su vuelta a Washington,
B r a d e n jugó sus últimas cartas contra la ascendente candidatura de P e r o m . Dispuso
{135) Sobre la propia Interpretación de B radem dé los hechos de la época, cf. B radem,
S pruille, Diplómales and Demagoges. The Nemolrs of SprvHIe Braden. Mueva York, 1971.
Sorprendentemente, B radem reconoce allí haber tenido dos enemigos en la Argentina: Perom
' el ex canciller conservador (y Premio Mobel) S aavedra Lamas. Cf. también Rapoport, M. (1988)
y ( 1997); E scude , C arlos ( 1983); Di T elia , G uido y W a tt , C amerom D. (edits.), Argentina between
he Creal Powers, 1939-1946,Londres, 1989.
(136) Cf. F ramk, G arv, Juan Perón vs. Spruille Braden; The Stoiy Behind the Blue Book.
Plaryland, 1980. Algunos autores han tratado de reafirmar las acusaciones del Libro Azul
Bine Book), especialmente con respecto a la vinculación de Perom con los alemanes, cf. Gofu.
(Jm , Perón y los alemanes. La verdadsobre el espionaje nazi y los fugitivos del Relch, Buenos
ires, 1998, que Intenta demostrar que Perom fue, de hecho, un agente nazi. En este sentido,
es muy interesante el reciente libro de Mucmmik, D amiel, negocios son negocios, Buenos Aires,
999, donde muestra la connivencia con el nazismo de diversos sectores económicos y
solídeos de los países aliados antes y durante la guerra, incluso empresas multinacionales
.orno Ford, General Motors y el grupo Rockefeller.
CAP, 3 - L A CRISIS MUNDIAL, LA INDUSTRIALIZACION Y LA INTERVENCION... 299
una Com isión Asesora de Salarlos. Frente al deterioro de los salarios debido a!
aumento del costo de vida, la Comisión debía establecer las condiciones existente
en cada sector productivo para adecuar los salaries a las fluctuaciones del costo
de vida.
Eljmovimícnto obrero fueserlamente afectado por clgolpe de Estado de 1943.
Aunque en un principio dirigentes de ambas centrales sindicales se acercaron
amistosamente al nuevo gobierno, la C Q T N5 2. dónde predominaban los elemen
tos más politizados del socialismo gremial y los comunistas, fue disuelta por la
fuerza, y muchos de sus líderes, perseguidos y encarcelados. Tam bién se
intervinieron los gremios ferroviarios, los más importantes del país, con lo que el
gobierno militar tuvo en sus manos el control de la otra CQT.
El nuevo gobierno com binó las medidas represivas con algunas disposiciones
tendientes a m ejorar la situación social de los trabajadores. Decretó la reducción
de los alquileres, estableció precios máximos, reglamentó el trabajo de menores,
fijó el salario familiar para los ferroviarios, inició estudios sobre salarios mínimos,
etc. No obstante, este intento de atenuar las inquietudes sociales del movimiento
obrero nó dio los resultados esperados.
La oportunidad para el cam bióse presentó con la-primera-crisisdel gobierno
m ilitar^em octiibrede 1943. Entonces fue designado al frente del Departamento
Nacional del Trabajo el coronel Perón. Con un proyecto distinto del de sus
camaradas de armas, com enzó a ¡mplementar una política m ucho más hábil y
flexible en-el terreno laboral. Levantando las_banrieras_de la justicia social, hasta
ese entonces desconocidas por los militares, trató de ganar espacios en el
m ovlm lenlo sindical y de acercarse a sus dirigentes, sin importarle a qué sector o
partido pertenecían.
La Unión Ferroviaria fue el escenario elegido por Perón para poner en práctica
¡a nueva política. A pesarde su importancia decreciente, era’^ grémlo'mas grande
y el menos ideologizado. Conseguirsu apoyo resultaba crucial para el trato de Perón
con el resto del movimiento obrero. Con ese propósito y. en particular, desde su
designación al frente de la recientemente creada Secretaria de Trabajo y Previsión
— en diciem bre de 1943— , Perón satisfizo numerosos reclamos de los ferroviarios
y logró la adhesión de algunos viejos dirigentes socialistas y sindicalistas (IJ8).
C o m o resultado de estas prácticas comenzó a gestarse una nueva relación
entre el movimiento obrero y el Estado. Si en la década del '30 los sindicatos
negociaban con el gobierno en un marco de independencia con respecto al mismo,
a partir de mediados de 1944 desde la C Q T surgió un grupo de dirigentes
dispuestos a participar politicamente y a adherir al gobierno. De esta manera, la
creciente tendencia hacia la participación política observada en eí seno de la C Q T
antes de 1943 facilitó la vinculación 'política' de la central obrera con el gobierno
militar o, más directamente, con Perón (ijs).19
8
3
ras, incluidos muchos políticos que habian tenido altos cargos en los últimos
gobiernos, dirigentes radicalesy de otros partidos. Posiblemente Acción Argentina
fue el prim er eslabón de la que seria la Unión Democrática ( u3).
En este periodo, también los comunistas parecieron convertirse en una fuerza
política respetable. La caracterización que el comunismo hizo del gobierno de
Y rigoyem, un mes antes del golpe militar dél ’ 30, 'cómo gobierno reaccionario y
represivo, dificultó su inserción en la clase obrera y en otros sectores populares.
Recién en 1935, cuando cambió la estrategia de la internacional Comunista,
orientándose hacia los frentes populares, los comunistas se fueron consolidando
y adquiriendo cierta influencia en los medios obreros y populares. También
establecieron vínculos con sectores políticos y económicos, incluyendo persona
lidades de ámbitos conservadores, que les serian útiles más tarde, durante la
Segunda Guerra Mundial.
Los comunistas, tras la invasión alemana a la URSS, lanzaron la consigna de
'Unión nacional' contra el fascismo. Esta consigna orientó la política del PC hasta
las elecciones de 1946. En consecuencia, promovieron un cambio en la política
exterior del gobierno a fin de que coordinara su acción con la de otros pueblos y
gobiernos latinoamericanos y con el de los EE.UU. Tanto este país com o Gran
Bretaña, denunciados algunos años antes por los comunistas como los principales
enemigos del pueblo argentino, pasaron a ser aliados en la lucha contra el
nazifascismo.
El Partido Comunista encontró en el campo internacional una fuerte motiva
ción para impulsar el Erente Popular Antifascista en la Argentina. La colaboración
ítalo-alemana con el alzamiento franquista contra el gobierno de la República
española — origen de la guerra civil (1936-1939)— determinó !a solidaridad
comunista con los republicanos españoles, compartida por socialistas, radicales,
sindicalistas, anarquistas, intelectuales, el diario Critica y otros sectores democrá
ticos. Pero el PC tuvo un rol protagónico y algunos de sus dirigentes participaron
en las brigadas internacionales que combatieron en España, colaboraron con el
gobierno republicano o con la dirección del PC español. Por su parte, en contraste
con la izquierda, los nacionalistas criollos apoyaron a las fuerzas de. F r a m c o y
percibieron la guerra civil como una 'guerra santa' contra la barbarie marxista.
Recaudaron fondos para el bando insurgente y denunciaron a los partidarios^
locales de la República como masones y comunistas ( 1 l43).
2
4
Los socialistas y comunistas, junto al Partido Demócrata Progresista, participa
ron activamente en la formación de un frente democrático antifascista. Una vez
lograda la integración del radicalismo, el partido opositor más importante, aunque
(144) Luna, F eliz, Perón y su tiempo. La Argentina era una fiesta. Buenos Aires, 1984, pág. 17
( 14 5 ) Q o dio , J ulio , Et movimiento obrero argentino (1943-1955), Buenos Aires, 19 9 0 .
pág. 112.
(146) Cuneo, D. (1984), págs. 1 i 4 y 115.
308 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
■ — ; —
(152) Cuneo, Dardo, Comportamiento y crisis de la dase empresaria //, Buenos Aires,
1984, págs. 109 y 110.
CAP 3 _ la CRISIS MUNDIAL, LA INDUSTRIALIZACION Y LA INTERVENCION... 311
(158) Pekom, J uam, El pueblo quiere saber de qué se trata, Buenos Aires, 1973, pág. 165.
(159) Scmvarzer, J. (1991), págs. 87 y 88.
314 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
(I61¡ G irbal -B lxcm a , fiomr. Ayer y hoy de la Argentina rural. Gritos y susurros del poder
económico 11880-1997), Buenos Aires. 1998, págs. 39-51.
316 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
t
E xp o rta cion e s de
A re a sem brada P ro d u c ció n R e n dim ie n to P recio en p e so s
C am paña g rano y harina
en hectáreas en ton ela d a s kg, p o r ha. p o rlO O k g .
(toneladas)
1927-1928 8.373.000 7.683.000 918 10,50 5.537.392
1928-1929 9.219.000 9.499.716 1.030 9,68 6.809.030
1929-1930 8.285.600 4.424.628 534 8,79 2.362.389
1930-1931 8.613.000 6.321.836 734 5,56 3.761.735
1931-1932 6.999.000 5.979.200 854 6,40 3.524.666
1932-1933 8.009.000 6.556.000 819 5,28 4.013.423
1933-1934 7.957.300 7.787.000 979 6,07 4.951.477
1934-1935 7.613.000 6.550.000 860 7,28 3,948.595
1935-1936 5.750.000 3.850.000 670 10,52 1.724.362
1936-1937 7.795.842 6.801.495 873 13,21 4.023.189
1937-1938 8.384.045 5.650.000 674 8,85 2.060.409
1938-1939 8.445.000 10.318.660 1.222 6,71 4.886.970
1939-1940 7.216.798 3.251.000 702 7,64 3.758.362
F u e n te s : M in is te rio d e A g r ic u ltu ra d e la N a c ió n y D ire c c ió n G e n e ra l d e E s ta d ís tic a d e la N a c ió n .
C u a d r o 3 ,1 2 . P r o d u c c i ó n y c o m e r c ia l iz a c ió n d e t r ig o .
T rig o Maü¡
País P ro d u c ció n (ton.) País P ro d u c ció n (ton.)
Estados Unidos 17.058.100 Estados Unidos 38.281.600
India 9.585.400 Argentina 6.801.495
Francia 6 929.600 Brasil 6.625.500
Argentina 6.801.495 Rumania 5.612.000
Italia 6.111.900 Yugoslavia 5.180.500
Canadá 5 966.200 Italia 3.051.100
AJemenia 4.426.900
Australia 4.120 200
Unión Soviética 30.900.000
F u e n t e : M in is te r io d e A g r ic u ltu r a , C o m is ió n N a c io n a l d e l C e n s o A g r o p e c u a r io , 1 9 3 9 .
C u a d r o 3 ,1 3 . P r i n c i p a l e s p a í s e s p r o d u c t o r e s d e t r i g o y m a í z e n 1 9 3 6 -1 9 3 7 .
CAP. 3- L A CRISIS MUNDIAL, LA INDUSTRIALIZACION Y LA INTERVENCION... 317
( 3 ,1 2 . EL PROCESO DE INDUSTRIALIZACION
' la demanda se volcó a la producción local, estimulando también desde este punto
de vista ércrecirhiénto industrial.
3 ,1 2 ,2 . El c r e c im ie n to in d u strial
t
~ El impacto inmediato de la crisis sobre el sector habia sido profundamente
negativo^ La caída del ingreso interno y las dificultades para la importációri'de
insumos y, en el caso de las manufacturas de origen agropecuario com o la carne
congelada o refrigerada, para exportar provocaron una caída de la producción que
arrastró consigo a la tasa de ¡nversión._Recién en 1933 se inició la recuperación/
que redujo primero la capacidad ociosa y alentó, posteriormente, unariüevaola
de inversiones iniciando una etapa de crecimiento sostenido en el sector durante"
el resto dé la década. Las nuevas políticas y las transformaciones en los m ercados
contribuyeron de manera nada despreciable a ese comportamiento.___
Si bien, como señala V illaiuieva, las tasas de crecimiento no superaron el ritmo
alcanzado en los años '20, hubo dos rupturas con respecto al pasado. En. primer
lugar, hasta la década de 1930 la industria habia crecido al compás del resto-de—
la economía, pero no tuvo un papel de liderazgo, es decir, los estímulos para el
crecimiento no se originaban en el desenvolvimiento industrial ( ’“ ). A partir dé
1933, se^convertirá en uno de los sectores impulsores del crecimiento económico
del país.. En segundo lugar, se produjo una importante transformación en la
estructura de la producción, que aceleró el proceso de sustitución de importacio
nes que caracterizará a la industria nacional en la posguerra.
C u a d r o 3 ,1 4 . E s t r u c t u r a d e la p r o d u c c i ó n I n d u s t r i a l s e g ú n
v a l o r a g r e g a d o ( e n p o r c e n t a je s o b r e e l t o t a l).
El cuadro precedente permite revelar los rubros más dinámicos. Ante todo,
ciertas actividades relacionadas con insumos locales (especialmente los textiles)
y la metalügiá Liviana, lograron quebrar la tendencia descendente de los años '2 0
y recuperaron peso en la estructura industrial, provocando una fuerte contracción
de las importaciones. Este núcleo incluye las actividades que podríamos denom i
nar de "sustitución fácil de importaciones", compuestas por bienes de consum o,
que reducían el peso del déficit comercial con el exterior, contribuían a canalizar
una porción de la renta agraria a través de inversiones industriales y ofrecían una
salida a la producción agropecuaria que hacia posible disminuir la dependencia de
las fluctuaciones de los mercados externos.
La expansión de la industria textil satisfacía la creciente demanda del mercado
interno, permitiendo, at mismo tiempo, el empleo como materia prima de lana y
algodón producidos localmente y cuyos mercados internacionales se encontraban
afectados por la crisis. Hacia mediados de la década se inició también la
producción de hilados sintéticos, como el rayón, y de anilinas para tinturas.
El conjunto de ramas vinculadas al sector de automotores se convirtió
también en un factor de crecimiento. Si bien la industria automotriz d e la época
era poco más q u e jjn tafier de ensamblado de partes importadas, estimulaba el
desarrollo de la producción de cáúcñó paTá neumáticos/ de laTndustria de la
construcción relacionada con las carreteras y de una pléyade de pequeñas
firmas familiares de producción de repuestos, actividades que ganarían inten
sidad en el futuro inmediato ( l67). Otro sector cuya aparición en escala
importante data de esta época es el de maquinarias y artefactos eléctricos. D ebe
mencionarse aquí, en especial, la producción de electrodomésticos y d e
materiales eléctricos como cables y lámparas.
/En general, las ramas de mayor crecimiento eran aquellas que producían
bienes de consumo finales, con mayor intensidad en la utilización de mano de obra
que en bienes de capital.jLas maquinarias y los insumos intermedios utilizados
eran, en una alta proporción, importados. De esta forma, comenzó a perfilarse en
esta época una característica que se acentuaría en las décadas siguientes: el
crecimiento de la producción impulsaba un incremento de las importaciones]
hecho q ue en el futuro enfrentaría al país a serios problemas en la balanza de pagos.1
En este marco, las ramas tradicionales vinculadas al modelo agroexportador,
como alimentos y productos pecuarios, crecieron rftucho más lentamente, p e r-,
diendo participación relativa en el conjunto de la industria.
3 ,1 2 ,3 . La e v o lu c ió n de la in v er sió n in d u stria l
22.295
1939 31.775
21.961
S T S Í 31.641
21.206
1937 i” Z23 31.082
20.394
. .] 30.694
20.109
1935 £ ~~l 31.344
19.857
D 31.308
19.803
1933 ■■- . n y f t . f i . - . . . ' . . ! - . - □ 31.286
19.890
1931
1929 31.313
Agropecuario I In d ustrial
Agropec. Industria
' Tom andoen cuenta, porunlado, que lajrwersión industrial de origen nacional
se aproximó durante este períodoal 2 % rM PBh queja capacidad de acumulación
del sector de pequeños y medianos i n d ú ljales difícilmente pudiera alcanzar fat—
magnitud y, por otra parte, que la inversión en el sector agropecuario descendió
notablemente, parece razonable pensar que el sector de IerrateñTcñFes con
intereses en la industria haya constituido el principal grupo inversojjde origen
nacional. En este marco,, las múltiples referencias de diversos funcioñarlbs'y—
hacendados a favor de cierto grado de industrialización a lo largo de la decada y—
las medidas de protección a la industria dejan de ser una c u rio s id a iry g g —
transforman en expresiones objetivas del surgimiento de nuevos interesesTeriTá5~
clases dominantes, entre los cuales la industria ocupaba un lugar importante ( l70)i
Si bien los grandes establecimientos concentraban una porción mayoritaria de
la inversión y de la producción (hacia 1939, 738 establecimientos, equivalentes
al 1,4 % del total de empresas industriales, generaban el 57,2 % del valor de la~
producción), también se produjo una expansión de pequeñas y medianas'empre-
sas, de gran incidencia en el número de establecimientos industriales.
\
•* \
(170) Cf. Mufmis, M. y Portamtieko, J- C., Estudios sobre loé orígenes del peronismo.
Buenos Aires. 1987; O ria, A lberto, Partidos y poder en la Argentina moderna, buenos Aires,
1985.
c A p, 3 - LA C R IS IS M U N D IA L, LA IN D U S T R IA L IZ A C IO N Y LA IN T E R V E N C IO N ... 325
Capacidad
Jurisdicciones Indice general Población económica
¡ por habitante
Todo el país 2.626,6 13.174.980 731,2
Gran Buenos Aires 1.000,0 3.666.585 1.000,0
Capital Federal 706,8 2.463.269 1.052,1
Buenos Aires (’) 581,0 2.348.960 906,9
Catamarca 3,8 147.153 94,6
Córdoba 232,5 1.253.200 6802
Corrientes 29,7 508.261 214,2
Entre Ríos 88,1 723.253 446,6
Jujuy 13,4 110.634 441,1
La Rioja 109.160 121,0
Mendoza 84,7\ 504.877 615,0
Salta 22,5 207.699 397,1
San Juan 18,7 211.785 323,8
San Luis 9,5 193.456 180,1
Santa Fe 309,4 1.522.776 745,1
S. del Estero 12.5 472.975 96,8
Tucumán 57,8 530.237 399,7
f ) Excluye el Gran Buenos Aires.
El índice general comprende los siguientes rubros: valor total de la producción, capitales
invertidos en la industria, productos elaborados y automotores.
Fuente: B u n g e , A l e j a n d r o , Una nueva Argentina, Buenos Aires, 1984.
Establecimientos 4 0 .6 0 6 4 9 .3 7 5 5 3 .9 2 7 5 7 .9 4 0
Personal 5 9 7 .3 6 9 7 1 9 .0 5 2 7 6 9 .9 5 4 8 9 9 .9 6 0
Motores primarios 2 .0 3 5 .8 1 2 2 .1 7 6 .2 8 4 2 .3 2 7 .5 7 8 2 .4 0 5 -5 1 1
Motores eléctricos (energía com prada) 5 1 6 .8 8 9 6 3 0 .9 9 3 7 2 9.668 8 4 2 .3 8 4
Motores eléctricos (energía generada) 1 9 7.043 2 4 1 .0 1 7 3 1 3 .4 1 0 3 5 4 .5 4 6
Jornales y sueldos p agados-p) p) 7 8 1 .8 3 9 1 .0 0 1 .4 8 5 1 .12 3.0 74 1 .2 8 4 -7 8 9
Materias prim asutifizadas p ) p) 1 .9 6 4 .2 2 5 2.88 0.8 31 3.002.061 3 .8 5 1 .3 6 6
Combustibles y lubricantes utilizados p) 8 4 .1 4 5 1 0 5.819 12 8.042 2 0 7 .8 7 6
Energía eléctrica com prada 3 2 .0 8 0 3 6 .9 0 9 41 .8 4 0 5 8 .1 3 6
Valor de la producción p) (") 3 .4 5 7 .8 3 2 4 .7 0 9 .0 9 0 5.1 2 7 .3 0 7 6 .3 3 7 .3 0 4
Valor agregado p) p) 1 .3 7 7 .3 8 2 1.685.531 1 .95 5.3 64 2 .2 1 9 .9 2 6
(a) Incluye montos pagados al personal doméstico; sin embargo, el mismo no se incluye en
las cifras relativas al personal.
(b) En miles de pesos papel.
(c) Para datos sobre el origen de las materias primas utilizadas en 1937 {no hay otros
disponibles), ver cuadro Vil del trabajo original.
(d) Supuestamente sólo el costo del producto en la planta, pero las autoridades no tenían
la posibilidad de impedir que muchos encuesfadores del censo usaran valores más
cercanos a los precios de venta (es decir que incluyeran las ganancias): ver Estadística
industrial de 1937, pág. 11.
(e) Valor de la producción menos materias primas utilizadas, combustibles y lubricantes
utilizados y energía eléctrica comprada.
Fuente: W eb., Félix J., Argentine fíiddle, Nueva York, 1944, basado en censos y estadísticas
industriales de 1935 a 1941.
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F u e n t e : A n u a r io s d e C o m e r c io E x t e r io r A r g e n t in o . /
Cuadro 3,20. E l comercio exterior durante la guerra (en millones de pesos moneda nacional).
HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
CAp. 3 - LA CRISIS MUNDIAL LA INDUSTRIALIZACION V LA INTERVENCION... 335
' En este sentido, a pesar de las criticas recibidas por parte del gobierno
norteamericano y diversos medios políticos y periodísticos en el país y en el exterior,
' ia_Argentina realizó una contribución importante al esfuerzo de guerra de los aliados,
que aunque no era gratuita tampoco se pagó de inmediato. Por el contrario, su
recuperación dio lugar a arduas negociaciones en la posguerra que culminaron con
la nacionalización de bienes y servicios públicos de propiedad británica.; Como
señala un informe del Foreign Office, las prioridades trazadas por los británicos en
plena guerra eran diferentes de tas de los norteamericanos: "El servicio principal que
la Argentina puede brindar a las naciones Aliadas (...) consiste en aumentar su
producción de materiales esenciales y adjudicarlos a un comprador determinado,
mediante -acuerdos maestros». Si se planteara un conflicto entre este objetivo y el
de una ruptura (de relaciones con el Eje), este último debe ocupar, en nuestra
opinión, el segundo lugar" (l78). Además, en la etapa durante la cual los aliados no
tenían el control completo de los mares era preciso que esos materiales fuesen
transportados en buques de bandera neutral para evitar que tos cargamentos fuesen
echados a pique por submarinos alemanes.
En el caso de Gran Bretaña las exportaciones de carnes fueron sin duda
sustanciales y llegaron a representar, en palabras del mismo primer ministro, WmsTorf
ChURCHiu., el 40 % del consumo británico de ese producto en aquellos años ( t7fl).
Cuadro 3,21. Embarques de carne a Gran Bretaña (1939-1946) (en miles de toneladas).
r
Un problema adicional estuvo constituido, sin embargo, por el hecho de que
mientras la Argentina obtenía fuertes superávit comerciales con Gran Bretaña, no
podía cubrir sus compras en los Estados Unidps a causa de la carencia de divisas.
La dificultad de orientar las importaciones hacia los Estados Unidos im pidió la
adquisición de insumos vitales aunque, con la entrada de ese país en la guerra, a
fines de 1941, comenzó a incrementarse la venta de productos argentinos en el
mercado del norte, lo que facilitó la obtención de dólares. Pero esto no solucionó
el problema: las importaciones no pudieron recuperarse por dificultades materia
les propias de la guerra y por motivos politicos^'debido a las sanciones aplicadas *
9
7
1
(1 8 0 ) M a l o c s iw , G . y A l v a r c z , f l , " C e r e a le s y c o m b u s t i b l e s . P r o b l e m a s d e la e c o n o m í a
a r g e n t in a d u r a n t e la S e g u n d a G u e r r a M u n d i a l " , e n IV Jo m a d a s d e H is t o r ia E c o n ó m i c a
A r g e n t i n a , R io C u a r t o , 1 9 8 2 , p á g , 4 0 .
CAP. 3- L A CRISIS MUNDIAL, LA INDUSTRIALIZACION Y LA INTERVENCION... 337
---------------Maíz T r ig o Lino
F u e n t e : Malgesini, G . y A lvar ez , N . , “C e r e a l e s y c o m b u s t ib le s . P r o b le m a s d e la e c o n o m ía
a r g e n tin a d u r a n te la S e g u n d a G u e r r a M u n d ia l”, I V J a m a d a s d e H is to ria E c o n ó m ic a A r g e n t in a ,
R ío C u a r t o , 1 9 8 2 .
f 'E n realidad, la política desarrollada por los gobiernos argentinos entre 1939
y 1945 favoreció más a la industria que a la agricultura y al comerció. A las medidas
implementadas a lo largo de los años '3 0 y a la nueva protección fáctica de la guerra
se les sumaron facilidades crediticias como redescuentos orientados al sector
^industrial otorgados por el Banco Central.'También se dictaron leyes de promoción
(^/industrial a nivel municipal y provincial, y sé crearon la Dota Mercante del Estado,
Icón la confiscación de barcos de países beligerantes que se hallaban en puertos
argentinos a! comienzo de la guerra, y fabricaciones Militares, dando, en este
último caso, un impulso a la industria militar. Culminando este proceso, se creó,
en 1944, el Banco de Crédito Industrial, que jugaría un papel importante en el
Rnanciamiento de las actividades fabriles.
Mo obstante, la industria sufrió los efectos de la guerra. La escasez de
combustibles tuvo, por ejemplo, serias repercusiones.' La caída en la importación
de este tipo de bienes fue muy importante: de cerca de 5 millones^de toneladas
importadas en 1939 se pasó a menos de la quinta parte en l944jfPara cubrir el
déficit energético resultante se quemaron c e r n e s y residuos vegetaítesy se obtuvo
leña y carbón de leña mediante la destruccic - ’e parte de las reservas forestales^ 1
Por eso. se produjo una drástica reducción de los stocks de insumos acumulados
previamente (en parte ex profeso ante la inminencia de la contienda} y un reciclaje
de productos ya utilizados, como la chatarra. El costo de reposición de las materias
primas consumidas entre 1940 y 1943 ascendía, según cálculos del Instituto
Argentino de Investigaciones y Estudios Económicos, a 3.293 millones de pesos
moneda nacionaLl
■^El caso de las maquinarias y equipos fue igualmente dramático. La industria-
/ lización en el periodo bélico se realizó mediante la utilización al máximo de
I equipos ya obsoletos, lo que suponia bajos niveles de productividad^ una fuerte
j descapitalización, por el costo de renovación de maquinariasy equipos ¡ndustria-
/ Ies. estimada por el mismo Instituto en m$n 873 millones. La suma de ambas
*- cifras, costos de reposición y de renovación, superaba los 4.000 millones de pesos
y resultaba muy significativa, teniendo en cuenta que las disponibilidades de oro
y divisas en el exterior alcanzaban en diciembre de 1945 llegaba a los 5.700
millones de pesos ( 181).
* En el cuadro siguiente podemos apreciar la disminución en la importación de
productos esenciales en el período.
C u a d r o 3 ,2 2 . I m p o r t a c i o n e s d e b i e n e s d e c a p i t a l e in t e r m e d i o s (1 9 3 9 -1 9 4 4 ) ( e n t o n e l a d a s ) . .
S¡ a esto agregamos las sanciones aplicadas por los Estados Unidos para
castigar la política de neutralidad seguida por el país (prohibición de ve n d e r a la
Argentina ciertos productos estratégicos, bloqueo de depósitos argentinos en
bancos norteamericanos, restricciones para la operatoria de ciertas empresas,
etc.), podemos apreciar la magnitud de los perjuicios ocasionados por la guerra.
rio obstante, y debido a la sustitución de importaciones, la p ro ducció n;
industrial creció en mayor medida que el PBI durante ei período bélico: mientras!
que el PBI industrial se incrementaba a una tasa de 4 ,6 % anual, el PBI total lo hacia
a un ritmo del 3,6 % . —
En el cuadro siguiente se observa el fuerte crecimiento de los textiles, que
representaban un i 5,7 % de ia estructura industrial en ese periodo, y de los
productos químicos, que constituían el 9 , 1 % de dicha estructura. Tam bién puede
apreciarse un incremento de alimentos, cueros, papel y cartón, metalesy vehículos
y maquinarias, y una brusca baja de la producción de caucho (1S2). La falta de
insumos importados incidió de distinta forma en cada sector de acuerdo con la
relevancia de cada uno de esos insumos en el producto fina!.’1 2
8
C u a d r o 3 ,2 3 . E v o l u c i ó n d e la i n d u s t r i a m a n u f a c t u r e r a d u r a n t e la g u e r r a
(1 9 3 9 -1 9 4 5 ) ( b a s e 1 9 5 3 = 1 0 0 ).
(183) Cf. A noueira, María del Carmen y T irre de Larkañaga, Emilce, Las fábricas militares y la
industria argentina en el periodo de entreguerras, Buenos Aires, 1995; Panaia, Marta y Lesser,
Ricardo, 'Las estrategias militares frente al proceso de industrialización (1943-1947)', en
Panaia, M.; Lesíer, R. y Skupcm, P. Estudios sobre los orígenes delperonismo/2, Buenos Aires,
1975.
(184) Savío, Manuel, M. Obras, Buenos Aires, 1973, pág. 365.
CAP. 3 - L A CRISIS MUNDIAL, LA INDUSTRIALIZACION Y LA INTERVENCION... 341
C u a d r o 3 ,2 4 . P r o d u c t o , p r e c i o s y s a l a r io s (1 9 3 8 -1 9 4 5 ).
Como podemos apreciar en el cuadro anterior, salvo una caída del PB1 enl
1945, todos los indicadores son positi vos: el salario real se incrementó entre 19 3 8 :
y 1945 un 12,3 % ; la ocupación, un 12 % , y el ingreso per cápita tam bién
experimentó un alza importante (salvo en 1945). Es cierto que también los precios
mayoristas aumentaron un 64,5 % reflejando la magnitud del proceso inflacionario.
Los años de la guerra fueron asi engañosos, tras el velo de una aparente'
prosperidad se ocultaban los factores desequilibrantes que hemos señalado m ás
arriba y que repercutirían en los años siguientes.
/-aun después de su fallecimiento en 1943. Por un lado, porque ya desde los años
I '20, B u jig e consideraba que el modeloagroexportador estaba agotado, señalando
\ cjue la teoría de las 'ventajas comparativas" se había transformado en una
'. ideología que hacía dependerá) país de las naciones desarrolladas por lo que era
Jnecesario establecer 'una política económica propia' para dejar de ser tributarios
/d e las grandes potencias. Por otro lado, porque a través de Sus discípulos,
\ agrupados en tom o al Instituto Bunge, como J osé Arromo F ig u e r o l a — que participó
I en el Consejo de Posguerra como su secretario general y redactó el Primer J ’lan
' Quinquenal— tuvo, sin duda, una influencia más directa en las posturas económi-
\ cas del primer peronismo.
Una de las principales cuestiones que se discutían giraba en torno a las
f consecuencias sociales que podrían tener políticas que moderaran q frenaran el
■ curso del proceso de industrialización. Si parte de ese proceso era artificial y una
vez finalizada la guerra podría hacerse insostenible mantener ¡ndustriasobsojetas
o poco competitivas cuando se reabrieran los canales del comercio internacional,
’ el cierre de esas industrias daría lugar al desempleo de una parte de la población
trabajadora, cuya magnitud era estimada en forma diferente por dístintos organis-
mos oficiales ó economistas.
B unge mismo había dado ya la señal de alerta sobre este tema, desde las
! primeras décadas del siglo, señalando la crisis del campo y el hecho de que e1
sector agrícola no podía absorber los aumentos de población. Las migraciones
rurales hacia los centros urbanos en los años '30 parecían daríe la razón? Pero a
1 esto se agregaba lo que podja pasar en el propio sector industrial y aquí las
principales estimaciones divergían.
Para el Banco Central, en su informe de 1945, el peligro del desempleo era
menos importante de lo que se suponía. Para este organismo existían ya industrias
competitivas, por el desplazamiento hacia abajo dé la curva de costos déFido a la
ampliación forzosa del mercado interno como resultado de la guerra (gueJiabía
reducido la competencia externa). La desaparición de las industrias improvisadas
no podía constituir más que un 5 % de desocupación sobre la población’acííva.
Por su parte, el Consejo nacional de Posguerra (CnP) estimaba — basándose
no sólo en el desempleo directo que iraeria la apertura económica del país, sino
también en el probable aumento de jaoferta de trabajo— que la de sooJpá ció n
alcanzaría el 9 % de la mano de obra ocupada. Según un informe preséñta'dó por
CAP. 3 - LA CRISIS MUNDIAL, LA INDUSTRIALIZACION Y LA INTERVENCION... 345
4
L o s q o b iE R N O s p e r o in Í stas ( 1 9 4 6 "! 9 5 5 )
J uan D omingo P e r ó n , 1 9 4 4
estaba sobrevaluada. Cada país debía aportar al FMI una cuota que se calculaba J
de acuerdo con su producto brutoy con su participación en el comercio m undial,
y era la misma cuota ía que determinaba el derecho a voto en el seno del FMI.
Durante los primeros años.jel régimen de cuotasdio origen aun sistema asimétrico
de poderes disputado entre los Estados Unidos y Gran Bretaña, en el que am bos
países ejercían el clerecho de veto, y años más tarde el lugar del Reino Unidofu.e _
ocupado por la Comunidad Económica Europea (CEE) (').
Las restricciones impuestas por el FMI a la disponibilidad de reservas
internacionales, tipos de cambio fijos y posibilidades de crédito restringidas,
entraban en profunda contradicción con los abultados déficit comerciales que
presentaba la mayor parte de los países europeos al finalizar la guerra. Los
créditos otorgados directamente por é í'g ó b iirh o norteamericano a los países
europeos, 12.000 millones entre 1945 y 1947, eran insuficientes para im pulsar
la reconstrucción de las economías europeas. La distancia insalvable e n tre el
sistema normativo ideado en Bretton Woods y los grandes desequilibrios que
presentaba la economía mundial al finalizar la guerra im posibilitaron la
¡mplementación de un acuerdo general hasta mediados de la década de 1950.
El FMI quedó circunscripto, entonces, a las cuestiones de la restauración y
reacomodamiento del comercio internacional, mientras que el (m a n d am ie n to
internacional quedó a cargo de otra institución surgida en ios acuerdos de Bretton
Woods, el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF). Este
abandonó rápidamente el apoyo a la'fécónsfriícción europea' para dedicarse
exclusivamerité~arriñáñciamiento del desarrollo, razón por la cual ca m b ió jsu
denominación: sé llamó, primero, 'B anco Internacional de Reconstrucción y de
Desarrollo' (BIRD), y luego, 'Banco Mundial" (BM) (1 2).
En cuanto a los intentos por restablecer el comercio mundial, los Estados
Unidos no cesaban de insistirsobre ja organización del libre comercio, y en 1946, i|
a través de la Carta’ del Atlántico, invitaron a veintitrés países para discutir en
Genova sobre estas cuestiones. De este modo, en octubre de 1947 se logró la firma
de un Acuerdo General de Aranceles y Comercio (G A TT) que in volucraba alrededór
de 50.000 productos junto a la reducción de las barrerás arancelarias, q u e en
realidad se correspondían más a los intereses norteamericanos que a las posibi
lidades de las economías europeas. Estas rebajas de aranceles constituyeron la
primera etapa de ja internacionalización de los «flujos de bienes y capitales, y:
tendían a reducir el poder de intervención de ¡os Estados.
Paralelamente, y en el plano político, las naciones aliadas durante la guerra
fueron diseñando la estructura de un ámbito internacional que debía d a rc a b id a
a la mayoría de los países del planeta, generando las condiciones p a ra el
surgimiento de la Organización de las Daciones Unidas (ONU). Sin embargo, y para
lograr la participación de la Unión Soviética en este organismo, el presidente
(1) Madoiscot. Anous, L'économie mondiate au 20' s/éc/e, París, 1989, págs. 69-71.
(2) DrsTtn, B. y M chcdith , D. (1990), págs. 164 y 165.
350 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
P o rc e n ta je d el
A yu d a m ilita r D onaciones P ré s ta m o s de
Año T otal to ta l de la s
la rg o plazo
im p o rta c io n e s
C u a d r o 4 ,1 . A y u d a n o r t e a m e r ic a n a a E u r o p a O c c i d e n t a l ( e n m i l l o n e s d e d ó l a r e s ) .
■-------x _______________
(3| B o ssd at , G ckard , L'Europe Occldentalea l'heure américaine, 1945-1952. Paris. I 992.
í’ágs. 268-276.
352 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
(4) Cf. Uno de los mejores análisis de la Guerra Fría se encuentra en el libro de FortiAim:,
Andre, fíistoire de la guerre frolde, dos tomos, París, 1967.
CAP. 4 - LOS GOBIERNOS PERONISTAS (1946-1955) 353
Í5) Sombra S ajvuva, Jost Flavio, "Dos gigantes e um condominio: da Guerra Fría á
coexistencia pacifica (1947-1968)*, en S ombra Saraiva, J. F., Ke/afóes Intemacionais
rontemporáneas. Da construfáo do mundo liberal á globalizacáo. De 1815 a nossos dias.
Brasilia, 1997, págs. 241-243.
354 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
P o rc e n ta je d e
e x p o rta c io n e s P a rtic ip a c ió n e n e l to ta l d e la s e x p o rta c io n e s de A m érica L atina
Año m u n d ia le s
19 46 13,5 2 5 ,5 21 ,2 6 ,9 11.6
1948 12,1 2 4 ,5 18 ,2 5 .7 11,2
1950 10,7 18,4 2 1 ,2 8 ,3 10,4
1955 8.9 11 ,8 18,0 9 .9 7.7
Cuadro 4,3. Niveles de produelo bruto interno por países seleccionados (1945-1955)
(en millones de dólares de 1990).
(14) Mavakko G ekassi, M artsa, Evita, Buenos Aires, 1981. Para analizar el rol de la mujer
en la vida política argentina cf. Kntcutu, L idia y Pai-iaia. Marta, La mitad del país. La mujer en
la sociedad argentina, Buenos Aires, 1994.
( 15) Po tasn , Ro b c r t A ., El ejército y la política en la Argentina, ¡'945-1962. Buenos Aires,
1984, pág. 15 5 .
CAP. 4 - LOS GOBIERNOS PERONISTAS (194&1955) 361
conducción del golpe, por lo que asumió el mando M e n e n d e z , Que contó con la
colaboración de importantes figuras de los partidos políticos de la oposición C6) . )
t f
El golpe se precipito para anticiparse a la inminente reelección de P e r ó n en los
comicios de noviembre de 1951. Varias razones determinaron su fracaso: la
renuncia de E v i t a a su candidatura, causa inmediata del descontento entre los
militares; la planificación inadecuada y la ejecución deficiente del golpe. Iniciado
él levantamiento en Campo de Mayo, el 28 de setiembre de 1951, fue rápidamente
conjurado por oficiales leales y suboficiales de dicha guarnición. Junto a M e n e n d e z
se rindieron y fueron detenidos otros oficiales que, en el futuro, tendrían relevante
actuación en el escenario político y militar: A l e j a n d r o A . L a n u s s e , J u l i o A l s o g a r a y y
B e n j a m í n M e n e n d e z (h), entre otros ( IJ).
(ti Poder Ejecutivo aprovechó del golpe frustrado para extremar su política
represiva en las esferas castrense y civil ^Dispuso el estado de guerra interno, figura
jurídica no autorizada por la Constitución, ratificada por el Congreso, convalidada
por la Corte Suprema y vigente durante el resto del período peronista, to s
conspiradores fueron juzgados sumariamente por el Consejo Superior de las
fF.AA. que, si bien no aplicó penas de muerte, sancionó a los complotados con
varios años de reclusión. Por otra parte, mediante leyes modificatorias de las
disposiciones vigentes para el personal militar se Eiuscó depurar los cuadros
superiores de jefes antiperonistas./Hacia fines de 1951, P e r ó n tenía un firme
control de la institución militar, peroViada garantizaba que las hostilidades de los
cientos de oficiales destituidos y de los que permanecían en actividad estaban
definitivamente aplacadas"^1 7
6
4 ,3 ,1 . El m o v im ie n to obrero
(20) Dovon, Louisr., 'La organización del movimiento sindical", en T orre. J uan C arlos
iomp.). La formación del sindicalismo peronista, Buenos Aires, 1988, pág. 192.
364 HISTORIA ECONOMICA POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
(27) Rnn, Raa .-iam , Peronismo, populismo y política. Argentina 1943-1955, Buenos Aires,
1998, págs. 43-51.
(28) Schvarzer. J. (1991), págs. 101-113.
(29) Cf. Cuneo, D ardo, Comportamientoy crisis de la clase empresaría, Buenos Aires, 1967.
CAp. 4- LOS GOBIERNOS PERONISTAS (1946-1955) 369
(32) T orrado, Susaíia, Estructura social de la Argentina, 1945-1983, Buenos Aires, 1992,
Pág. 73.
(33) T orrado, 5. (1992), pág. 86.
372 HISTORIA ECONOMICA POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
(34) T orres, H oracio A., 'Cambios en la estructura socio-espacia! de Buenos Aires a partir
de 1940', en J orrat, J. y Sautu, R., Después de Qermani. Exploraciones sobre la estructura
social de la Argentina. Buenos Aires, 1992, págs. 160 y 161.
(55) T orres, h. (1992), pág. 169.
(36) Cf. liMDEnBOiM. J avier; 'Empleo y redistribución de la población en la Argentina: de
la posguerra a los anos '80', en Ciclos en la historia, la economía y la sociedad, N°5, segundo
semestre de 1993.
CAP. 4 - LOS GOBIERNOS PERONISTAS (1946-1955) 373
4,5,2. P o lítica so c ia l y c o n d ic io n e s d e v id a
(46) PLomin, Mariano. Mañana es San Perón, Buenos Aires, 1993, págs. 157-165 y 176-180.
378 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
B R U W .17 T
«m uido por oscilaciones, que reconocieron su peor m om entoen 1952. cuando se
^ n n c ó una_profunda t£C£sión, con una caída del producto del 6 .6 % . Pero a partir
de 1953. se observó una inflexión de la coyuntura, con tres años consecutivos de
crecimiento de entre el 4 y el 5,5 % . ~
[Analizando los agregados de la oferta y la demanda, podemos ver que,
inicialmente, la política económica instruméntala Por el gobierno y la particular /
coyuntura de la inmediata posguerra se combinaron para provocar una breve pero
¡ofensa etapacle auge entre 1945 y j 948, en la que esos agregados crecieron en
forma acelerada'] La producción, por ejemplo, s p e le v ó en casi un 3 0 %,- el
consumo, que. entre 1930-1934 y 1946 se había expandido un 55 % , se
incrementó en un 18.5 % entre 1946 y 1949. La inversión',"deprimida durante la
guerra, prácticamente se duplicó entre 1945 y 1948. Esta desproporción en las
tasas de crecimiento entre la oferta y la demanda globales influía en el notable
incremento de Jas importaciones, que casi se cuadruplicaron en el mismo lapso.
P BI, p o rce n ta je de
A ño PBI C o n su m o In v e rs ió n
cre c im ie n to
1946 50.035 8,9 37.698 11.007
1947 55.600 11.1 42.451 17.470
1948 58.679 5,5 44.505 17.464
1949 57 888 -1.3 44.660 14.667
1950 58.599 1,2 45.466 14.735
1951 60.423 3,1 46.000 15.530
1952 56.411 -6,6 43.811 13.448
1953 59.499 5.4 44.649 13.143
1954 62.072 4,4 46.525 14.325
1955 64.661 4,2 49.794 15.427
Prom.
1946-1955 3,6
F u e n te : C E P A L (1 9 5 8 ).
i
382 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
1(g>otra partéT iás reservas habían disminuido sensiblemente, por lo que, al hacerse
presente un importante déficit en la balanza comercial, no pudo sostenérse lá
expansión de íilfé m a n d alu jos lírieámientos de la politicaj^ambiaria, qíie trataba
dé evitar devaluaciones para mejorar la relación de precios intemos'det'séctor
íñcfustriárTféñféálágrópecuário, como llave del crecimiento.* 8
4
r Puso de manifiesto las débiles bases de sustentación de la expansión
' previa. El sector industrial dependía de la importación de bienes de capitaFydé una
' gran cantidad de insumos. Al estimularse fundamentalmente la produccióri~~tfe
p.n pugna, pues la lucha destruye valores; sólo la colaboración y la buena voluntad
son las fuerzas capaces de construir valores y aum entar riquezas" (49). )
Este discurso de Peroh sintetizaba la filosofia económica del peronism otí y '
durante su primera etapa.(fue una política nacionalista y estatizante y, aunqueljm ]
puedan discutirse sus alcances, se hablaba en consonancia cpn las tendendasjj ^
existentes enelrnundo") Cabe recordar que por entonces el "Mew Peal* nortéame-*
ricano. lanzado por eTpíFesídenle Róosevelt én los años '30. tenía un prestigio casi
legendario. Ef laborismo inglés, por su parte,'"Rabia triuniado en las elecciones de
1945, y lanzado una política de nacionalizaciones mucha más amplia aún que en
~Tá Argentina y eTTotros países latinoamericanos y europeos, pues involucraba_el
Banco" de Inglaterra, el sector minero y un amplio espectro de em presas de
"sérvicios y productivas. México, a su vez, había nacionalizado unos años antes la
industria dél petróleo bajo el gobierno de Lazaro CARDErtAs.jpor otro ladoTno sólo e l;
goETérño peronista sostenía esta política, sino que también formaba parte de los _ ■.
plánteos de las principales fuerzas opositora^ com o el" radicalismo riondelc—
'predominaba la nüévá'dirigenciá'intfáñsi^ ' i ^ ^eFcabézáda^po^rNoisEsLEgErisoHti -
y A rturo Prondizi.'-
_ r EI Primer Plan Quinquenal estableció objetivos ambiciosos y simultáneamente
vagos, que cumplió en forma parcialí En sus puntos esenciales se planteaba: .
— (La transformación de la estructura económico-social por la expansión^'T//
industrial:^ l/ '
— ¡ La reducción de tos factores de vulnerabilidad extema a través del rescaten ,
de la deuda externa pública y privada y la nacionalización de los servicio^[¿C/
públicos, i /
• ¡\
— I La elevación del nivel de vida de la población mediante una redistribución^ /
de la riqueza y un pian general de obras y servicios públicos referidos a | ^
sanidad, educación y vivienda: •
— ■El empleo de parte de las ganancias generadas por los términos de\
■jritercambicTmuy favorables de que gozaba el país, junto con las reservas
de oro y divisas acumuladas durante la guerra, para la financiación del j
programa. '
— j El mantenimiento de una política nacionalista frente a los organismos
internacionales de la posguerra, aprovechando la coyuntura favorable.
— Una am plia movilización de los recursos nacionales, la aceleración de la
capitalización industrial, el fomento de la creación de un importante
C
Q (mmt
e rca d o de consum o interno y máxima utilización de la fluidez brindada
A al
sistema bancario, para independizarse de las fluctuaciones de la
' i 1' balanza de pagos (í0).
Tal vez el punto que refleje con mayor claridad los avances y los problemas d.»
ía concepción econó'mícádel peronismo se encuentren en el planteo relativo a la
/industriaren- primera vez. uri proyecto gubernamental se pronunciaba enfáticampn.
te a favor de la industrialización dél país, haciendo referencia a los múltiples
beneficios que este sector brindaba. Esa industrialización debía apoyarse, además,
sobre el mercado interno p o rqu é cómo afirmaba la Memoria del Banco Central de
1946,]ja Argentina era un país quejbasaba su economía en un muy alto porcentaje
de importaciones y exportaciones y ¡se encontraba estrechamente dependiente rit
ió que hacían óóejabarTdeliacer las otras naciones que le compraban o vendían suc
productos.VEsta dependencia — decía la Memoria— señala claramente la necesidad
I de desarrollar el mercado interno hasta que predomine sobre el mercado exterior,
\com o lo enseña la experiencia norteamericana" (sl).
Sin embargo, el problema era comprendido sólo a medias, exponiendo puntos
/Óébiles que se conjugarian en la marcha hacia la posterior cr is iir ET proyecto”
"carecía por"completo de p ri ori d a d e s y ^ s u o ri enl a c ió n general no traspasaba las
fronteras que los conservadores más "progresistas" de la década anterioryá habían
explorado. Así, se destacaba que £"en prim er lugar, deberán consolidarse las_
industrias ya instaladas que elaboran materias primas nacionales para satisfacer^
necesidades de consumo, tanto derivadas de la agricultura y la ganadería como jas
que provienéñ~Tle Ta~p?6riuccíóri foresfaf y m inera*. Más adelántense"señalaba
también q ue tdét>érá procurarse íá instalacícm de nuevas industrioso la ampliación
de lasexTsféñfes qué elaboren materias primas nacionales para consurñomterno
o para exportación. Igualmente, convendrá fomentar la producción de artículos d<T
c OTTsu rhoi m p resc i nd ib lés ó necesarios para la defensa nacional, córvütilización de
ttiíítcria 'p rtm jp a rcía P o totalmente im portada'.)El párrafo citado revela que la
transgresión'ál concepto de "industrias naturales* como foco concéñtradordef
esfuerzo de industrialización era sólo excepcional. Por otra parte,¡quedaba claro
^ qii é 'e ld in ám ism o esperado recaía sobre el sector dé la industria liviáñ á y s o bre e|_
\ mercado iñtémb'.’jCóm ó veremos oportunamente, en esta estrategia se encontra
r ía n las claves de'la expansión económica de los primeros aftos."pifo anidaría
también él embrión dé fa profundá cnsls posterior (” ).
(ha Segunda Querrá Mundial había colocado a Gran Bretaña en una difícil
rsituación económ icaYicbído a la prioridad que recibió fa producción bélica en
[detrim ento de sus exportaciones. Con los Estados Unidos, casi todos los países dej_
jmm onwealth y otras naciones con las que mantenía importanfes~relaciones
comerciales^elTFeirioUñídótúvo saldos déudores durante la guerra.'JPero mientras.,
| algunos países demandaron su pago en dólares u oro, al menos hasta que Londres,
agotara sus exhaustas reservas-, otros "se conformaron, en lugar del pago en
efectivo; tk)riírácurñuláñdo créditos eri~ia form adeííbrás éste ¡Tiñas con garantía
(56) Siwch , P. (1975); Política) Etonomic Planning, Britain and World Trade, Londres,
1947, pág, 66.,- Moukc G arcía, Jóse C arlos, La realidad económica y política argentina en el
curso de la Segunda Guerra Mundial, Buenos Aires, 1973, págs. 109-120; Fodor, J orgc, 'The
Origin of Sterllng Balances, 1939-43', en Di T clla, G uido y Pia tt , D. (eds.), The PolíticaI
tconomy o í Argentine, 1880-1946, Londres, 1986, págs. 154-182.
(57) Smjpoi. P. R. (1972), págs. 483-485.
390 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
dacf de qué~éTsuperávit comercial del país pudiera ser utilizado para cancelar sus
'deudas fuera del área de la libra, cambió, sin embargo, las condiciones de pago.
Para el gobierno argentino era preferible abonar la compra de las empresas
ferrovianas británicas con libras no garantidas producidas por el excedente del
Comercio exterTorjyjiojj til izar aquellas disponibles en el Banco de Inglaterra, q ue¡¡
eran convertibles a oro y no estaban sujetas a una devaluación.
Con el pacto de Andes deJ 12 de febrero de [1948 se formalizó finalmente la¡
compra de los ferrocarriles británicos. Mediante el mismo, el Estado argentino!
pago á las empresas ferroviarias británicas un adelanto de\l00 millones de libras
esrériinatTque le hizo el gobierno inglés a cuenta delas^exportaciones de carneyiq
1948, con un interés anual deFO,5"%^"|ñas_lT) millones güe~gl~qob¡emo británico—^
acredito por la airerencia de preciode productos argentinos ya vendidos a Qrarj
~ Bretaña, rnas40 millones de librasesterlinas de los fondos bloquéádóseire+Bancq-
cfnnglaterra\El saldo existente a favor de la^Ai^¿ntiná de 80 á 9(Jmfl10ñ'egde~lrbraj
esféflihargáfantidas siguió a disposición para pagos en el área de la libra (585 ). Ef
9
1 f~de IrTayó 'dé 1948, el gobierno argentiñoTomó formalmente posesión de loé
fcrrocámlesTbritánicos en un acto público multitudinario p*). “ — ^
/, EI~precio de adquisición de los ferrocarriles fue motivo de fuertes controveí-
i;
sias entre el oficialismo y la oposición) y, en tiempos más recientes, entre
-í I
h1storiadore5~y~sñanstas~~dFTa época. T ío s críticos señalaban que se habízT
comprado 'hierro viejo' a valores injustificadósj3in embargo, ■masTállá
ma cféTas
discusiones]-Atizadas tal vez por la poco féliz^justificaclon de Miratida de un
eventual sobreprecr¿~'pór razónessentimehtales y de ágradecimieritg.a _Qran
Bretaña'— ydéTfiecho de que el Estado argentino debió encargarse, entre otras
cosasTdel page-dedas'escricuras, de las deudas con las Cajas de Jubilación, d el
costo de las inspecciones contables y de los aguinaldos y aumentos de salarios al ¡
personal,/la nációñalizacióri'teñfáTus razones, defendidas por el gobierno. I
(58) Cf. SrupCm, P. (1972). Ver también, Fodor, J orge, 'Perón's Policies for Agricultural
Exports, 1946-1948: Dogmatism or Commonsense?', en Rock, David, Argentina in the
Twenlieth Century, Pitlsburgh, 1975.
(59) Cf. Zalduetido, E duardo, Libras y ríeles, Buenos Aires, 1975; Escude, C arlos, 'Perón,
tliranda y lacompra de los ferrocarriles británicos', en Todo es historia, (1° 142, marzode 1979.
392 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
Una de ellas se sustentaba en el control del sistema tarifario. Por un lado, éste
favorecía el transporte que tenía como destiñó é11tíLigjfo~i3é Buenos-Aires y
periud¡caba~a1as~producciones que circulaban en el interior sin llegar a la ciudad
porteña. Por otro, discriminaba según el tipo de productos.^Por ejemplo, cada
r l .000 kilómetros. 25 toneladas de ganado vacuno abonaban m $n 566,19: pero
por el mismo recorrido y el mismo peso, el trigo debía pagar m?n 1.268; el azúcar.
mSn 2 .0 09;ÍD¿_tejidos, m$n 4.304, y los artículos de almacén, ní5nÍ33.209. Estos
fletes habían generado regiones con mayores privílegios y EeTiéfíciádo aetermma-
das actividades económicas en desmedro de otras.
/¡ Otra razón que se daba era que. mediante el promocionado proceso de
nacionalización, el Estado hábía incorporado 4.720.950.000 m3de tierras en todo
el país a ¡o largo de 24.453 ki1ómetros de vias y a razón de m$TToT20 eL m e tro
cuadrado, dado que se declaró haber incluido un monto de 944.2 millones de
pesos por esos terrenos. ^También se incorporó una serie de empresas de
transportes, eléctricas y de aguas corrientes, compañías de tierras e inmobiliarias,
hoteles! trigorilicos. tiendas de distinto tipo, edificios y terrenos en todo eípais qué
pertenecían a las compañías ferroviarias ^ 60).
^Entrelas empresas subsidiarias de los ferrocarriles, el Puedo de Dock Sud fue,
sin duda, uno de los más importantes. Significó la adquisición de 3.434 metros
lineales de" muelle, 80 hectáreas de Ierre ños,- el servicio para abastecer de
combustibles a ios buques, 46güinches eléctricos. 7 galpones con capacidad para
almacenar 5 7 .6 0 0 toneladas, una usina d e suministro eléctrico, caminos de
acceso y 3 elevadores de granos con capacidad para almacenar 47.000 toneladas.
La nacionalización de íos'püerto's, menos pubíícltada por el gobierno, pero
“esenciaTpára controlar el sistema de transportes y comunicaciones del Estado,
significó' también la incorporación aT patrimonio estatal de muelles, embarcado-
ros, depósitos! elévadores, silos, grúas? locomotófas portuarias, vagones, ponfo
nes, vías férreas y guinches. De esta forma fuerorinacíó'nalizadoslos puedos dé
San rticolás. Él Dorado, Zárate, Arroyo Las Parejas (B. Blanca). Puerto^GalvánTTñgT
White, de San Isidro, M'ádryn, Bajada Grande (Paraná), Ibicuy, Villa Constitución y
el ya m encionado Dock Súd (6I) ; ................'
El valor de los terrenos, los rieles, las líneas telegráficas, los durmientes, los
postes de ala mbradosTíós gal pones y las propiedades y empresas mencionadas
representaronrpara ebgobterho, un totarde~m$ri 2.927,9 millones, mientras que
se h¥bi'a'j5agadcrporl3rrraci¿?iTaT¡zacion~tTÍ$ñ~2.028 m illones, lo cual equivalía a’úrT
a h o rro IJé ^O trm n ro ñ e s dé pesos. Más difícil resulta calcular las condiciones de
servicio del máteríáT'Terfoviaricr"y"3e~7as empresas y propiedades adquiridas,
(60) Cf. 5 mjpcm, Pedro, "El deterioro y fin de la hegemonía británica sobre la economía
argentina, 1914-1947", en Pahaia, Marta y otros, Estudios sobre los orígenes del peronismo/
2, Buenos Aires, 1975.
(61) Cf. W rioht, WtMTtiRor, Los ferrocarriles ingleses en la Argentina, Buenos Aires. 1980.
CAP. 4 - LOS GOBIERNOS PERONISTAS (1946-1955) 393
(El papel del Estado com o empresario no sólo devino de las nacionalizaciones.
j - ) lítambién se reflejó en la creación de nuevas empresas y a la expansión de otras ya
] existentes. El transporte comercial aéreo y naval fue uno de los sectores que
i concentraron la atención esta tal.] La Flota Mercante del Estado había sido creada
^-en 1941, con la adquisición de varios barcos italianos bloqueados por los aliados
en puertos argentinos. Hacia 1946, el gobierno peronista impulsó su moderniza
ción mediante la com pra de cuatro nuevos barcos de origen genovés. Poco
después, se iniciaron tratativas con la Compañía Argentina de navegación Dodero
S.A. de manera de efectivizar su compra por parte del Estado. La crónica situación
deficitaria de esa compañía había requerido en varias oportunidades el auxilio
gubernamental, finalmente, en mayo de 1949, se concretó esa compra, desdo
blándola, a continuación, en dos nuevas empresas: la flota Argentina de navega
ción de Ultramar y la flota Argentina de navegación fluvial.
En lo que respecta a la navegación aérea, cuando Perón asumió la Presidencia
existía una sola empresa, Aeropostal Argentina, creada en 1929. Com o en el caso
de las flotas mercantes, esta compañía se encontraba sumida en una profunda
crisis financiera que exigió la ayuda del Estado nacional. Debido a esta circunstan
cia, el gobierno creó, sobre la base de ella, una sociedad mixta que fue dividida
en tres: la flota Aérea Mercante Argentina (FAMA), dedicada al comercio interna
cional,- la Sociedad Mixta de Aviación del Litoral Fluvial Argentino, especializada en
i el transporte comercia! mesopotámico, y la Sociedad Mixta Zonas Oeste y Norte de
Aerolíneas (ZONDA), que conectaba Buenos Aires con el interior. Los déficit
crecientes de estas empresas condujeron al gobierno a unificarlas e incorporarlas
directamente a la administración estatal. Nació así, en 1950, Aerolíneas Argenti-
•^has, que durante los años posteriores se expandió notablemente, inaugurando los
¿ ,|_servicios regulares a Nueva YorK y estimulando la construcción de varios aeropucr-
’ tos, com o los de Ezeiza, Rio Gallegos, Rio Cuarto, Ushuaia y Comodoro Rivadavia,
& entre otros.
— t
La principal realización entre las obras publicas proyectadas por el Plan
■ Quinquenal fue la construcción del Aeropuerto Internacional de Ezeiza, por
aquella época, uno de los más modernos del mundo^ Además de las pistas, se
- estableció en sus alrededores una zona de esparcimiento compuesta por hoteles
infantiles, colonias de vacaciones y grandes piscinas.
La movilización de las fuentes naturales de energía desaprovechadas fue,
también, uno de los objetivos fundamentales del nuevo gobierno. Creó, a tales
efectos, varias direcciones generales dependientes de la Dirección Nacional de
Energía. Entre ellas se hallaba la Dirección General de Centrales Eléctricas del
■"v / F .^ ta r in
Estado, que luego de la expropiación de varias usinas térmicas de origen
CAP. 4 - LOS GOBIERNOS PERONISTAS (1946-1955)
(65) Cf. Jirmomcn, J erónimo, "Agua y Energía, un connubio feliz", en Todo es Historia,
Suplemento ri° 45, marzo de 1972,
(66) Cr. Solbcrg, C. (1982); Potasm, R. (1981).
(67) CEPAL (1958), pág. 417.
396 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
D é ficit
A ño G a s to In g re so s D é ficit
(p o rc e n ta je d el PBI)
Cuadro 4,5. Cuentas del sector público consolidado (en millones de pesos de 1950).
[ La crisis que se inició en 1949 obligó a una contracción del gasto, que volvió
’ a niveles similares a los de 1947. La política implementada a partir de ese
m om ento apuntó a un manejo más ordenado de las cuentas públicas, y el déficit
disminuyó drásticamente) superando desde entonces rara vez la barrera del 4 %.
(En cuanto a su distribución, durante la primera etapa tuvo especial importancia
el gasto en inversiones,'que se elevó del 4,6 % del FBI entre 1940 y 1944 hasta el
13 % en el periodo 1945-1949-ltste comportamiento era acorde con los preceptos
emanados del Primer Plan Quinquenal, que le otorgaba prioridad a las inversiones
en los sectores de producción, transportes, obras sanitarias, sanidad y defensa. )
[sin embargo, el gasto corriente también creció, teniendo m ucho que ver en
esto el incremento del empleo en el sector público} que correspondió, com o
señala F errer, *a la ampliación de la influencia de la esfera de influencia del Estado
y también, a una mayor receptividad a ocupar la mano de obra no ocupada p o r
prsécFoFprivado* (6B). Asi, entre 1945 y 1955, las remuneraciones representaron
'JJtré’üñ 40 jTun 50 % de los gastos corrientes (6 69).
8
El siguiente’cüadró rios brinda una idea del crecimiento del empleo en el sector
público en esa época, que alcanzó su pico máximo en la época de las nacionali
zaciones y creación de empresas públicas, entre 1940 y 1947, tanto en relación
con el período anterior como con respecto a la media del periodo 1940-1955.
(68) Ferrer. A ldo, Crisis y alternativas de la política económica argentina. Buenos Aires,
1979, págs. 26 y 27.
(69) CEPAL (1958), Anexo estadístico, pág. 417.
(70) T reber , S a lv a d o r . "La economía, la intervención del Estado y el desarrollo económi
co, 1943-1978", en Curso integral de historia argentina. Economía, política y sociedad.
Colegio de Graduados en Ciencias Económicas, Buenos Aires, 1979, pág. 13.
(71) T rebcr, 5. (1979). pág. 14.
398 H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O L IT IC A Y S O C IA L D E LA A R G E N T IN A
Aun asi, la política fiscal generó en los primeros años del peronismo un
creciente d é fid U q u e el gobierno trató juego de poner bajo control, en especial
cuando ém pézafoña'áparecer los síntomas de una crisis entré í 94D y F5Í50V Una
interpretación m uy arraigada sostiene que el déficit fue el respoñsaBmie~1a~
¡'ñflaciórTt75). Sin embargo, 1as éstádisticasnoávaían esa afirmación, ya que no
puede establecerse una correlación entre déficit fiscal e increm e n tó le losprgcios"
para el periodo bajo análisis. El déficit no fue una variable descontrolada y estuvo73
2
11 también por medio de ta expansión del crédito bancario.¡De allí que si los bancos"
privados podían continuar captando depósitos, la decisión sobre el otorgamiento-
de créditos era tomada en última instancia portas autoridades m onetarias y los
bancos sólo podían prestar los fondos que el Estado pusiera a su disposición (:6).
I Se estableció, además, la garantía del Estado de todos los depósitos efectúa-
zoos tanto en bancos oficiales com o privados.fcon ello, sejSerseguia brindar una
garantía absoluta a los depositantes, orientar la política crediticia hacíanlas
actividades juzgadas por el gobierno como prioritarias, y reducir el costo del dinero
nied¡añté"Iá dÍMñmuc¡óñ efe las tasas de interés. Los resultados fueronTeñ
principio, bastante' auspiciosos!^ lográndose un cóñlrór eficaz del deslino dpi
crédito y~su asignación a los sectores escogidos por la estrategia gubernamental.
Úna política monetaria flexible y selectiva en favor de la nacionalización de la
economía favoreció el financiamiento bancario a rubros como los transportes, la
Á construcción y la producción de caucho y de rríetaTes. Él sector industrial, que en
T 5 ^ 5 obtenía una tercera parte de los créditos totales", reciDio, cuatro añosmás
'■A
tarde, la mitad del apoyó~crediticio bancarioTÁ partir de 1952, consecuentemente
con la nueva orientación de la política económica, también el sector agropecuario
com enzó a gozar de mayor facilidad en el acceso álüréáitói
fEi i id medida en que el Estado era quien decidía el destino final de loscrédltos,
{ tenia asimismo una influencia decisiva en la fijación de la tasa de interés, cuyos
Jvalores diferian según el d estino de los préstamos. En ése puntoT la industria
r recibióúñ ¿poyó párticüiár, beneficiándose con tasas de interés inferioTesaía tasa-
de inflación, hecho que encubría un subsidio a ese sector:^En generalTdürantéla -
gestión peronista se registraron tasas de interés reales negativas, hecho-oue
favorecía la actividad productiva desde dos puntos de vista. Por un lado, se
ésTimu[aba'1alorna'de"credífosTFor él otro', se reducía el costo de oportunidad de
dichas actividades frente a la alternativa de las colócacionés ññahcieras. La ciencia
económica ha resaltado permanentemente la relación inversa entre la tasa de
inversión y la tasa de ¡nterésrcóm o contrapartida, debe destacarse la disminución-
del estí m u lo‘ pará~é!" a horro, que fomentaba un crecimiento del consumo en
detrim ento'del ahorro. PercTeste aspecto no desentonaba con la tónica dé la
política éc'ónómTcaciei 'peronismo, inspirada en Tásteóriasdelsubconsum o.
•í
Año Oro y divisas Sector oficial Sector privado Total Tasa de variación
1945 5.568,7 4.117,7 3.343,0 13.029,4 —
t
.Entre 1949 y 1950, se observan importantes cam b¡ os, q uese correspo nd en
a las transformaciones de la política económica impiementadas con el surgimiento
deliTcrísl s'. Ei cirio público reduce notoriamente la financiación con ernísiSfTde
dinero (a pesar de que las m alas cosechas potenciaron el déficit del IAP1) y la
demanda ’dé^'fedltos del sector privado pasó a ser el principal factor de la
expansión, a punto tal que el volumen de créditos superaba al de los depósitos>
Curiosamente, en el momenFo en el que el gasto público dejó de presionar sobre-
la’éTpárisióffmláñeFariaTlairfasas delññáción alcanzaron su cénit. Efitr'e 1949 y
1952, el circulante creció^ljña'tasli'm uylrTférTofaiTñcrem ento^te ios precios.
4,6,9. La p o lítica d e in g re so s
Nota: Para las columnas 2 y 4, se trata de sueldos y salarios más ingresos de asalariados
% pasivos. Para tas columnas 1 y 3, se trata de sueldos y salarios más aportes patronales
jubilatorios.
Fuentes: Secretaría de Asuntos Económicos, Producto e ingreso de la República Argentina en
el periodo 1935-54, Buenos Aires, 1955. Banco Central de la República Argentina, 1975.
CEPAL, 1958. Dieguez, H éctor y Petrecolla, Alberto, “La distribución del ingreso y el sistema
previslonal en la Argentina: 1950-1972”, en Desarrollo Económico, N° 55, Buenos Aires, 1974.
f'' Las políticas públicas que apuntaban a una modificación de los precios
lí relativos tuvieron también una notable influencia sobre el poder de compra de los
rsalarios. La fijación de los precios^máximos)y el retraso progresivo del tipo de
Cam bio contribuían de manera no menos significativa al proceso de redistribución '
a favor de los trabajadores. En este punto tuvo gran influencia durante los prim eros \
años de gobierno el control de los precios de los productos agropecuarios (en
especial del comercio de granos) por m edio dél lAPI, que permitía m antener ¿ Z
deprimidos los precios de los alimentos, incrementando el poder de com pra de los
salarios sin necesidad de aumentarlos en valor nominal (8I).
Aun así, las nuevas condiciones sociales y los mecanismos de regulación
estatales permitieron un progresivo incremento de los salarios nominales que
superó marcadamente la tasa de inflación. Si bien existen discrepancias entre los
diversos autores sobre la magnitud de los aumentos de salarios reales, algunas
estimaciones apuntan que dicho incremento habría oscilado en tomo al 75 % entre
1945 y 1949, año en que éstos llegaron a su punto más elevado durante el período
bajo análisis (828
).
3 v
( En el periodo 1949-1952, el modelo de distribución de los ingresos en fa v o F l
del sector industrial y los grupos asalariados urbanos entró en crisis. Los salarios
reales experimentaron una caída\cercana al 26 %^>roducto de un importante brote ■'
inflacionario que superaba la tasa de aumento de los salarios nominales. Los
avances en materia de legislación social se detuvieron. Los controles de precio
perdieron su eficacia, contribuyendo al aumento de la inflación. Como consecuen
cia, los sectores asalariados vieron deteriorado su nivel de vidaA
, > .•...",
ILa recuperación económica iniciada en 1955 permitió una nueva alza del
salario real.)La inflación se atenuó y en 1955 los salarios reales todavía superaban --
en un 64 % a los correspondientes a 1945. La consecuencia política del vr 1
mejoramiento de las condiciones de vida y de trabajo de los asalariados fue el
fortalecimiento del peronismo, en general, y del sindicalismo peronista, en
particular. .
(El mejoramiento de la condición social de los trabajadores contrastó con el ■'
estancamiento de la situación de sectores de la clase medía) El poder sindical, la
eficacia de las convenciones colectivas y la expansión del trabajo industrial .
(contribuyeron a acortar las distancias que separaban ^ los trabajadores m anuales ,-7
de las clases medias^Las remuneraciones y el estilo de vida se acercaron. E n
términos comparativos, la clase media fue menos beneficiada. Según Rouquie ,
'entre 1943 y 195 L, mientras el costo de vida casi se cuadruplica, el sueldo de los
maestros se duplica, pero, en 1946 y 1952, el salario promedio del peón industrial
se multiplica por cinco' (81).
(81) Ver el acápite específico sobre el IAP1 más adelante (punto 4,7.2).
(82) Cf. V iuarruel, J. ( 1988) y D íaz A lejandro, C. (1983).
(83) Cf. Rouquie, A. (1986).
406 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
1.500 t
M O fic ia le s G3 Peones
F u e n t e : O E C E I (1 9 6 6 ).
•*
Gráfico 4,2. Indices de salarios de oficiales y peones (base 1943=100).
CAP. 4 - LOS GOBIERNOS PERONISTAS (1946-1955) 407
'Sin embargo, el proceso de redistribución abría una fuerte discusión, pon ■'
cuanto el incremento de los salarios superaba al de la productividad, dism inuyen:; !v-
doTas tasas de rentabilidad: De allí que muchos autores concluyen que, indeperi^.
‘aiéñtemente de la 'justicia social' que implicaba el aumento de las rem unerado- ;
nes. sus resultadosponían en riesgo ia reproducción del sistema ai com prim irlos
marcenes de inversión y reducir los incentivos para los ernpresáriós.jcontravendo ,
eTTñcremento de la inversión y de la producción a largo piazo (s*).
La discusión no puede ser desplegada in abstracto. ( Para enten der la
redistribución del ingreso practicada por el peronismo, debe analizársej.a_d£titr&-—
del contextoTiistorico en éÍ q~ué"s~e [ ^ d ü J o7Eh primer lugafTél fuerte crecimiento |
'de los salarios reales era un fenómeno müñdiái, ^ñ~^artrcular en los países I
desarroHádos.^y sé relacionaba profundamente con las estrategias parasaüjcde-la-
crisis que había afectado al capitalismo en las décadas anteriores.^ En segundo
término, el despliegue de nuevos procedimientos de producción, englobados
' habituaímente bajo el nombre de "fordismo". permitían la elaboración de produc-— .
'~tós~esTandarizadós a gran escala, lo que llevaba a la necesidad de transformar las
normas de consumo de la sociedad.jSi eTi el origen del capitalismo la producción
apOñtaba'TrsatTsfacer las demandas de los más ricos, las nuevas condiciones -
requerían una base de consumidores mucho más amplia, que se adecuara a la
ídriñidabie expansión de la capacidad productiva de la industria?El lema d e Foro
dé "pagar salarios altos para poder vender los autos producidos a sus propios
trát^Tadóres'coTTreñzá'bá, á~eñcabezar~Iás~nóTfhas 3eTá~ reconstrucción ae1á~
posguerra^
La Argentina de] peronismo no escapaba a esta tendencia mundial. SirT\
embargo, sT’én Europa y AmériciTdéfnórtéélcrécímTeñTo de lóssalarios se ubicó |
~~ pronto por debajo de la evolución de la productividad, aquí no ocurrió lo m ism o a )
hacía finesdédos años ’40. ror eso, el impacto sobre las tasas de ganancia podía j 1
jugar un rorñégativo. ¿hra ése un téñ'omeno temible? Otra vez ta historia y~el
contexto nos ofrecen una respuesta. Vimos ya que et sector industrial había tenido \
‘mía lasa de crecimiento relativamente alta desde principios de la década anterior, ■
en la""que la "productividad se había incrementado sin contrapartida en el
"Crecimiento de los salariósTque permanecían viñuáfmerité estancados. Por lo
tanto, la nueva política de ingresos, analjzada desde una perspectiva de lamo
plázo, modificaba de maneraTriversa las condiciones que existían en los últimos *
tresíustros. En todo caso, la discusión apunta, entonces, a avalar o cuestionar una
tasa de ganancia considerada 'n o rm a r. sin tomar encuenda qü é su pérmanencia
o su cuestiofiarméhto dependen de las condiciones sociales específicas y no es
una magnitud que pueda fijarse en forma arbitraria ó abstracta.
Por otra parte, y sin olvidar que la industrialización apuntaba al m ercado"]
interno, ia péreTmiiJácl de una distribución marcadamente asimétrica podía poner
en cuestión el propio crecimiento industrial a largo plazo como consecuencia de
(86) Weil, F élix. 'La tierra del estanciero', en (W oport, M. (comp.). E c o n o m ía e h is to r ia ...
(1988).
/
410 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
(* ) P r o m e d io s q u in q u e n a le s .
E la b o r a c ió n p r o p ia .
F u e n t e : S e c r e ta r ía d e E s ta d o d e A g r ic u ltu r a y G a n a d e r ía .
' una poderosa red intermediaria que. partiendo desde la parcela del productor,
concluía en las dársenas portuarias, atravesando diversos eslabones de acopiadores,
a almacenes de ramos generales, comisionistas, corredores y exportadores de
7 “ granos. De esta manera, la comercialización de las cosechas se constituyó.en
■Ifuente de importantes beneficios para los intermediarios, especialmente para el"
jreducido grupo de empresas comerciales organizadas en forma de oligopsonio.
Es importante destacar, también, las condiciones en que ej mercado mundial
, de granos se desarrolló ^durante la Segunda Querrá Mundial jy en la inmediata
posguerra. Com o consecuencia del conflicto.llos principales países beligerantes
habían organizado sus abastecimientos de productos primarios, en~ especial
alimentos, mediante la creación de organismos estatales de compra que actuáEafr-
e"rTTorrna'Tr>depend¡ente ó coordinados con los de otros países aliados; como el
llamado "Combined Food Board'.) Estos organismos llegaron a construirse"!»ri
verdaderos ’rcárféTes”'y a que aTelImíñár virtualrñénte íaToinpetencia entre los
compradores regulaban los preciosdél mercado, efectuandoluégólá~dism bucíoñ
deTos""productos~ádq"uirid6s entre las partes interesadas. Finalizada la guerraj
mientras subsistía una gran escasez de productos primarios, una creciente
intlación mundial comenzó aeíévár los precios d é lo s artículos manufacturados.
( Las principales"potéTTcTás'decidferon continuar sü política cié adquisiciones en la
forma rétendá,) dejando” eré cambio fuera de todo control Tos precios de es,tos
productos industriales! Frente aesté virtual monopsonio, no compensado por un
equitativo acceso a los productos que se ofrecían en intercambio, la Argeütina creó
su propio m onopolio estatal"déventa| actitud que por otra parte fue~asumida por
otros Tmpó"rtáritéT"próvéedores níuridiales como él 'Canadian Wheat Board*. en
Canadá; el "AúStratián Wheat board", en "'AusIraIiary_la""'Cómmod¡ty Credit
CorporatiorC en loSEstádos'UnicTós.
F u e n t e ^ S e c r e ta r ía d e E s ta d o d e A g r ic u ltu r a y G a n a d e r ía .
El IAPI era, en cierta forma, un sucesor de los organismos creados por el/j
régimen conservador, pero ampliaba sus funciones al negociar directamente cor||
los representantes de las entidades estatales de ios países compradores. AsimisH >
mo, el productor agrícola se habría de enfrentar, desde entonces, a un único'
comprador, el Estado, disolviéndose la agobiante dependencia que lo ataba a
comercializadores e intermediarios. Pero, en contrapartida, el IAPI retribuyó al
“pródüctór con dinero argentino calculado al valor oficial, implicando, dado el .
atrasó' cambiarío nóTorfo desde los comienzos d e la administración justicialista,
una sistemáflcaTransferéiicia de ingresos desde el campo haciá lasKctividades
urbanas' éri"^neral, hecho que produjq un largo y áspero conflicto entre fas
organizaciones agropecuarias y el gobierno.
[M persistir en e|_comercio exterior la dependencia de las exportación es
agropeóuáfías'y al fijar los precios de las ventas aTexterior, el IAPI fue uño de ios
principales instrorriéntos de~¡a política económica del gobierno de P e r o m . ' S u s
recursos sostuviéronla política de nacionalizaciones y ampliación de los servicios
•puFlicdsrél lomento de la industrialización y la adquisición de productos ¡mpor-
ta3os_táfés_como‘ materias primas, bienes de capital y buques pará~la (TOta
mercantéTEjeTcTá fambiérTel ¿ontról del uso de las d ivisas aTtravés de tipos de .
camblfrrnúltiplésTpermisos de importación y fijación de cuotas.
Con respecto a las ventas externas, el IAPI negociaba directarriente con
representantes de las entidades estatales de los gobiernos extranjeros procurando
obtener las mejores condiciones para la Argentina, fio obstante, siempre existíe-
rón ciertas cantidades de cereales que se comerciaban mediante canales privados.
En estos casos, las empresas exportadoras adquirían al IAPI ios granos a los precios
fijados por la institución y luego los embarcaban con destino a los mercados
consumidores del exterior. Distinto tratamiento recibieron las oleaginosas, cuya 8
p ro d u c c ió n total era comprada por el IAPI para ser entregada mediante cupos al
sector industrial para su procesamiento, colocando luego el aceite en el mercado'*
internacional, Tam bién, Tas exportaciones de carnés, cueros, grasas y sebos eran
realizadas parcialmente por el Instituto, previa adquisición en el mercado internó,
aunque en p roporciones que variaban según los años. E¡ IAPI intervino en la
comercialización de productos de acuerdo con las necesidades coyunturales por
las que atravesaba el país. Poresta-razón^desde-elJ7 de m arzo de 1947 fueron
excluidos de su fiscalización ciertos rubros como las legumbres secas y las
cebollas, que pasaron a ser negociados libremente en el mercado, be manera
v ) piraleiaTconTa apertura de nuevos m ercados y el control de las importaciones de
materias primas, maquinarias e implementos diversos, rodados y"m á q u inas
agrícolas, cuyos valores habiañ aumentado en la inmediata posguerra, el IAPI
procuraba obtener mejores precios tanto para el sector industrial como para el
agrícola. ~~
^ Al transformarse en el único comprador de los bienes esenciales para la
economía argentina, com binó su operatoria'"comerciar corT Tos'convenios y
Tratados internacíoñáiés que en aqueljos años comenzó a suscribir el gobierno
nacional, especialmente con otros países latinoamericanos. Las autoridades
argentinas consideraban que de ese m odo se haría más fácil defenderlos precios
y asegiíraíá! productor, con losTondos acumulados, ia colocaciórTde sus cosechas
a precios más ventajosos por un largo periodo. Si a esto se Té agrega la acción
7eguladora~dé los precios en los artículos de consumo interñoT/el [API fue un_
verdadero instrumentó de contención inflácioriáría. y sobréTogorde féfSuba de~íós
precios_eñ l o s artícülos' diLprimera necesidad. En ese sentido, las utilidades
obtenidas po r el instituto fueron invertidas para subvencionar los precios del
azúcar, la harina, el aceite comestible y las papas con la intención de mantener el
poder adquisitivo de los asalariado^ (e9)-
.. (Mediante el control del comercio exterior, el IAPI intentaba mantener los
^térm inos del intercambio de’ía Argentina con el resto dérmuridq. De~esia mañera.
i ' g I Estado obtenía las ganancias géñerádas por íás exportaciones agropecuarias, que
anteriormente habían sido usufructuadas por ios grandes óligopolios internacionales
y sus subsidiarias locales] Así, por ejemplo, e n jo s a ños 1946-194 7 las utilidades
obtenidas por el IAPI en la comercialización del trigo ascendieron a m$ ñ 363 nílfloñes
y en 1948 alcanzaron a m$n 532 millones. En esos mismos años las exportacioñés
de maíz generaron una ganancia de m $ n 89 millones y m $n 464 millones.
respectivamente. Mo obstarite. estos vaíores^deben contextuarse en la coyuntura
internacional m uy favorable de la inmediata posguerra. Esta situaciófrprodpjo para
la Argentina una relación excepcional mente favorable de los términos déT intercam-
bio, que fue aprovechada porelgobierno peronista para consolidar otras actividades
económicas, com o el sector industrial, en la creencia de que, a la vez, se constituirían
I en una fuente de demanda permanente para [apropia producción cuando cedieran8 9
(89) M o v ic k . 5 usama, IAPI: auge y decadencia, Buenos Aires, 1986. pág. 58.
CAP. 4 - LOS GOBIERNOS PERONISTAS (1946-1955) 415
\<\
alimentarios. Tam bleñ adelantó fondos a astilleros europeos para la construcción j
'aé^embarcáciones de pasajeros y de carnes refrigeradas.
/En los tres primeros años del peronismo, en función de los favorables té rm in o s"^
del iñtercárñbío y de la disponibilidad de mercados existente en la posguerra, el ,;V
comercio exterior siguió una tendencia positiva, continuando la d e los años de la_
gueírá.jsin embargo, experimentó, aun así, diversas alternativas. —
Balanza P re cio s de P re c io s de T é rm in o s de
E xp ortaciones Im po rta c io n e s
A ño co m e rcia l • e xp o rta ció n im p o rta c ió n in te rc a m b io
En m illo n e s de d ó la re s 1935-1939=100
- Pero el intercambio externo resultaba más com plejo que una simple resia
exportaciones e importaciones. Interesaba también. pordwersasTazóñesrcuáipg
eran los principales socios comerciales de la Argentina. En primer luga r7 p o rq u é
^el viejo esquema triangular con Oran Bretaña y Europa. poruiTlaSoí
-tJrrtdosrpor otro, parecía revivirse por la im portancia que, com o c lie ..^ - ■
el Reino Unido y por el hecho de que el principal abastecedor de~piroduc.tn<r
industriales en la posguerra eran los vecinos del Morte'.fEn segundó términorjy¡r~
jas~díficultades que creaba la existencia de distintasareas monetarias, Con tres1
>n,
iá que tenía que ver con las libras esterlinas (incluidas las bloqueadas) y la de
divisasU bres (que conipréñd¡a sobre todcT, a los EE.UU.). En las'zorras-de'
acuerdos^ c o M p T ñ s a f^ io s “J o ^ e ^ 'ja ^ d e la libra esterlina, recordem os la
mconyertTElíclád de la moneda inglesa, no podían usarse las divisas libremente""
para com prar en otros países. " — — - ■
sjn embargo, uno de los aspectos m ás importantes del comportamiento de la
balanza comercial fue el incremento de las importaciones desde los Estados
Unidos, que convirtieron a ese país enel principal proveedor de la Argentina. Esas
importaciones pasaron de 4 1 ,4~rnillones d e dólares en 1945 a cerca de '600
millones de dólares anuales en 1947 y 1948, y originaron fuertes déficit erTeI~
b alance bilateral, de más de40Q millones de dólares anuales en ambos años. Estos
saldos negativos tuvieron inlluencia, como señalan Ñ alloh y S oukrouilix, en la caída
de las reservas de oro y divisas en~Í947 y 1948, ya que debería atribuirse el 9 0 %
cféTesa baja, de cerca de 1.000 millones de dolares, al déficit en cuenta corrieñíp
con el área de divisas libres, mientras que los saldos netos con los países con
inconvertibilidad estaban aum entado!90). ~~ ~
500 -
400 -
300 -
200 -
100 -
o -
-100 -
-200 -
-300 -
-400 -
-500 -
H A r e a lib ra e s te r lin a C U E s ta d o s U n id o s 0 E u r o p a o c c id e n ta l
E la b o ra c ió n p ro p ia
F u e n te s : D ir e c c ió n G e n e ra l d e E s ta d ís tic a y C e n s o s . E la b o r a d o s o b re la b a s e d e l t ip o d e c a m b io
p ro m e d io p a ra e x p o rta c io n e s e im p o rta c io n e s c ita d o p o r : D í a z A l e j a n d r o , C a r l o s . E n s a y o s s o b r e
la h is to ria e c o n ó m ic a a rg e n tin a , B u e n o s A ir e s , 1 9 7 5 .
G r á f ic o 4 ,3 . P r in c ip a le s s a l d o s c o m e r c ia le s d e la A r g e n t i n a p o r á r e a s d e c o m e r c i o
(1 9 4 5 - 1 9 4 3 ) ( e n m il lo n e s d e d ó la r e s ) .
La memoria del Banco Central de 1947 lo señala con claridad: fLa s dos. / ,
terceras partes cíe tas exportaciones argentinas se destinan a países con convenio^ j j
emarito el grueso de nuestras compras debe realizarse en Estados Unidos de I j
Norteamérica, a causa de la lentitud con que opera la reconversión de ios países I £
europeos. La intensa demanda de productos tle toda índole que soporta aquel / j
TRefcado f.7.) ha provocado nuevos aumentos de precios de sus productos y [ /
detérmirio ta reimplantación de sistemas cíe- racionamiento por las autoridades [J
norteamericanas''! (al). En la discusión en tornoaTas’ decisiones económicas del j
primer peronismo se han criticado, en este sentido, tanto el m onto y~la~calidad de- y *
los productos comprados en el país deí Norte, com o la realización de algunos /
convenios con naciones europeas, en particular el que se realizó en I9 4 B con .
España, que no trajeron ventajas económicas y acentuaron los desequilibrios en ^
la balanza de pagos!
4 /-exterior motivaron, com o señalamos más arriba, una fuerte cbnlráccioñTdé las
reservas, originadas principalmente en el déficit acumulado en el áréa’de'diyisás
libres, sobre todo en ei comercio con los EE.UU., a lo que debe agregarse unos 140
millones de dólares, producto de repatriaciones de la deuda pública y privada y de
nacionalizaciones de empresas públicas^ El total neto de oro y divisas cayó asi de
1.686 millones de dólares a 1.163 millones éntre 1946 y 1947.
/Este hecho volvió a repetirse en 1948) bajando las reservas otros 500_milíones
de dolares. (Pero érPésté casó la’ caída obedeció, ademásj del nuevo) déficit
comercial con Jos EE.UU. ^a la firma del Convenio Andes, de nacióhüllzáción de los
ferrocarriles y, en un pequeño m onto, a la nacionalización de otras empresas de
servicios públicos)británicas y francesas!y a nuevas repatriaciones'de la deuda
externa.) La operación de nacionalización de los ferrocarriles i rigieses!; ¡gñ ífic ó e f
desembolsó dé m $ri'2.029 millones, unos 750 millones de dólares. De esta cifra,
lo fundamental se pagó con divisas provenientes de las exportacioñescle’ése año,
pero una parte también con libras bloqueadas, lo que produjcT una fuerte
disminución del saldo favorable en el área de divisas de compe ñsacióri,''erTeste
cásojde libras esterlinas. Incidieron, asimismo, entre 1946 y 194871a transferencia
de utilidades, dividendos e intereses de empresas extranjeras, queTlegáron a los
300 millones de dólares.
(92) Citado en Rapoport , M. y S piouil , C. ( 1994), pág. 37; ver también C aucho , A. ( 1974).
(93) Banco Central de la República Argentina (1947), pág. 11.
CAP. 4 - L O S GOBIERNOS PERONISTAS (1946-1955) 421
P o s ic ió n
Fin del año O ro D iv is a s O tro s p a s iv o s T o ta l n e to
co n e l FMI
1946 , 1.090,3 5 9 6 ,3 — — 1 .68 6,6
1947 3 3 7 ,9 8 5 2 ,2 — — 1.163,1
1948 14 2,6 5 3 1 ,0 — — 6 7 3 ,6
1949 21 0,3 3 1 3 ,6 — — 5 2 3 ,9
1950 21 0,3 4 8 0 ,2 - ' 6 9 0 ,5
1951 2 6 6 ,7 18 2,2 — -9 1,9 35 7 ,0
1952 2 8 6 ,7 -6 ,0 — -9 6,5 184,2
1953 3 7 1 .5 102,1 — -9 6,5 377,1
1954 37 1,5 8 6 ,2 — ■86,8 37 0,9
1955 3 7 1 ,5 -1 7 5 ,3 ' — -7 7 ,2 11 9,0
F u e n te : M e m o ria a n u a ! d e ! B a n c o C e n t r a l d e la R e p ú b lic a A r g e n t in a , v o lú m e n e s c o r r e s p o n
d ie n te s a l p e r ío d o 1 9 5 3 - 1 9 7 0 ,
(94) Una opinión distinta señala que el intercambio comercial no fue el responsable
principal del déficit del balance de pagos, pero ello porque no tiene en cuenta la existencia
de diferentes zonas monetarias, como apuntan bien Malton y S ourrouille, cf. V illarm xl , Jóse
Cesar, 'Política de ingresos, 1946-1955, en Docum ento de Trabajo, i9 . TCFA, Buenos
Aires, 1979, pág. 13.
422 H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O L IT IC A Y S O C IA L D E L A A R G E N T IN A
4 ,8 ,2 . La c r is is e c o n ó m ic a y e l s e c to r e x te rn o
P re c io s de P re c io s de T é rm in o s del
Año E x p o rta c io n e s Im po rta c io n e s S aldo
e x p o rta c io n e s im p o rta c io n e s Intercam bio
1949 933,8 1.072,6 -138,8 338,3 307,8 109,9
1950 1.167,6 1.045,4 122,2 268,2 287,4 93,3
1951 1.169,4 1.480,2 -310,8 354,2 346,6 102,1
1952 687,8 1.179,3 •491,5 309,9 378,4 81,9.
F u e n t e s : B a n c o C e n tr a l d e la R e p ú b lic a A r g e n tin a ; C E P A L (1 9 5 8 ).
(si bien un año más tarde, en 1950. el saldo del intercambio comercial volvió
a ser positivo, el volumen físico de las exportaciones experimentó una caída.y eru
1951 y ) 952 existieron de nuevo fuertes déficit comerciales por eí alto volumen
de,importaciones, primero, y el brusco descenso de las exportacionésTfijego, a lo
que se agregaba lacaida de los precios internacionales de los productos prirnarjqs, j
que se incrementaroñ brevemente en 1951 debido a la Querrá de Corea y luego
comenzaron una tendencia descendente.
.Un elemento que influyó en forma negativa fue la inflación desatada en i„<,
países industrializados en la inmediata posguerra.'Según eleconomista~ñortearpg—
ficano S eyuour H akkis, la pérdida de poder adquisitivo de las divisas a c u m u la rt^ ^
f^nuerra por los países latinoamericanos ascendió en esos años a 1.200 millones
apTíoTares j96). ~
_En el orden extemo uno de los principales motivos de la crisis-fue.-sm dutia
el Plan MarshaJE que discriminó contra las exportaciones argentinas im pidiendosTT
Tñíócáción en los mercados europeos ^ ETgoMerñoTiabia apostado~hacia 19 4 s T
laTecomposición de las exportaciones mediante la inclusión del país en ese p|an
aTgue ya~nos referimos, diseñado por la administración del presidente TRumSTpafa '
ayudará"reconstruir rápidamente las economías europeas. Los Estados Unidos
procuraban así frenar la expansión del com unismo soviético y s o fu cio n a r'e r7
problema del déficit del balance de pagos de los países destruidos d u ra n íe Ta l
Segunda Querrá Mundial. -El Plan preveía, como vimos,"el énvio á~EuropíTcI^rf
créditos baratos, equipos de capital, r^ te ria s prirñasTciEfmbustibles y alimentosT"
^favoreciendo ía~cólocación~de eiécedéñtes éxportables agrícolas e industriares
norteamericanos y capitales de ese país!, especialmente disponibles debido a la
reconversión del aparato productivo originada por el esluerzo de guerra que
superaba las necesidades del propio mercado interno norteamericano.
Se suponía, sin embargo, que una parte de ese abastecimiento debía ser^l
proporcionada por países latinoamericanos a través de compras que realizaría una!;
institución denominada “Adm inistración de CooperációrTEcoñóm ica* (ECAi7pJirTíT~
fiabriá dé significar para países como la Argentina una salida para sus exportado-
nes proveyendo divisas con las que se podían adquirir bienes de capital para
desarrollar el sector industrial. El país del Plata, com o tradicional proveedor dpi U
" confínente europeo, debería haber sido particularmente beneficiado. Pero la ECA !
argümén’fó que los altos precios que los argentinos fijaban para su producción
" exportablédifTcOltábaTíTaFcómpras/rto obstante; la Argentina formuló u n a oferta: j>
vender supróducción a precios mundiales si se íe garantizábala com pra d e bienes
industriales á los niveles de entonces, y no más caros. Obviamente, ello no fue
'aceptado, y la producción agropecuaria norteamericana, más tecnifica d a que lá !
w
(96) Cf. H arris , S cym o ur , The European Recovery Program, Cambridge, Mass., 1948.
424 H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O L IT IC A Y S O C IA L D E L A A R G E N T IN A
: (
(97) IWoroRT, M. y S piquel, C„ (1994), págs. 43-47.
(98) Foreign Relations o í United States, 1948. vol. IX. pág. 714.
(99) G irault, Reiie . "Les relations économiques avec l’extérieur (1945-1975): mutations
et perm anences", en B raudel, F eroamo y Labrousse. £ rnest, Mistoire économique et sociale de
la Franee, 1950-1980, tom o IV.3, París, 1993, pág. 1391.
(100) G irault, R. (1993), pág. 1382.
QAP. 4 - L O S G O B IE R N O S P E R O N IS T A S ( 1 9 4 6 -1 9 5 5 ) 425
4 ,9 ,1 . La p o lític a in d u stria l
//
prnreso de industrialización durante et peronismo (en especial hasta 1952) fue el
desarrollo de la sustitución delm portacióñes dé bienes d e có n S üm o n o dDrciblés/
rr»nñc1da como "sustitución de importaciones fácil'.j
i l o s Instrumentos de política industrial utilizados apuntaban en especial hacia la n
restricción de las importaciones en los sectores prioritarios, la concesión de K
suicidios y depravaciones impositivas, y la constitucióride un aparato crediticio que
"facilitara el financiamiento para el sector.' quedando esbozados en el régim en de
-protección y Promoción a las Industrias de Interés Macioriaí" del dto. í 4.6 30 /4 4 ,
vigente hasta 1957. En dicho decreto se increméritábáh en un 50 % los aranceles f
panTdlversos productos, estableciendo, además, cuotas de importación. Sim ultá
neamente sé procedía a la liberalización dé los derechos aduajiérósa las materias
primas que el país no producía q_[o hacía en cantidades insuficientes, q u e sé
consideraban indispensables para la fabricación de productos de primera necesidad'.1
Se incluía éñ la liberalización a los bienes de capital, elementos "dé transporte/
maquinarias, etc, (,os).
* ¿_Un aspecto destacable en materia arancelaria fue la eliminación de las listasl
de aforos a partir de 19 4 7 )E n el pasado, los aranceles sé aplicaban sobré un valor’
estipulado en una lista de aforos que no se modificaba regularmente. La dinám ica ;
de los precios había llevado a que la base de la imposición fuerererfgeneral m á s '
baja que tos precios efectivamente pagados, por lo que el arancél réaí era m e n o r
que el emergente déla legislación^Con la elirhináción de ios aforos, los importadores
debían tributar sobre el valor rea!. De ese modo, se contribuía, además,^ a_utV ;
incremento de la protección a las industrias^ j, ;
/La protección frente a la competencia externa no sólo emanaba d e los l!
arancelesaduaneros/sino también (y paráálgünós^análistas: fundamentalmente)
del régimen de control de cambios) que exigía permisos previos de im portación y
establecía preferencias para la compra de materias primas y bienes de capital, en
especial maquinarias, elementos de transporte y artículos elaborados y
semiélaborados que no podían ser atendidos por la industria nacional. En esto no
se seguía más que una práctica ya utilizada por los gobiernos conservadores para
enfrentar la crisis de los a ñ o s '30.
Mediante el dto. ley 12.596/46, ¡Le encargaban al Banco Central todas las
operaciones relacionadas con el control de cambios, que se implantó para hacer
trente-a-losgastos de divisas que el pais estaba enfrentando debido a la expansión
de las importaciones. Se establecieron en un principio varios tipos de c a m b io,
básicos y preferenciales, de acuerdo con el producto de exportación o importación
de que se trataba) cotizándose el dólar en el mercado para las transacciones
financieras a un tipó"máyor7el promedio era de algo más de m $n 4 ,00 el dólar./La
creciente sobre valuación del peso en relación con su parídád~téorica no pudo
resistir la crisis de Í9 4 9 , y en 1950 se lo devaluó oficialmente, simplificándose.
( 103) Cf. Mallom, Richard y Sourrouiux, J uan V„ La política económica en una sociedad
conflictiva. El caso argentino, Buenos Aires. 1976.
428 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
P orce n ta je
R u b ro s
so b re e l to ta l
A rtículos para consum o, de los cuales: 11.9
Textiles 7,0
O tros 4,9
M aterias prim as y productos sem ielaborados industriales 39,8
M aquinarias, m otores, herram ientas, accesorios y repuestos 23,2
Elem entos para el transporte 20,1
C om bustibles y lubricantes t 5,0
T otal 100,0
Fuente: B a n c o C e n tr a l d e la R e p ú b lic a A r g e n t in a , M e m o r ia a n u a l,
1947.
(104) Banco Central de la República Argentina, Memoria anual, 1950, págs. 33 y 34.
(105) U j C A n o c u , J o r g e , 'Política comercial y desempeño Industrial. La experiencia
argentina de los últimos cuarenta años', en Boletín Informativo Tecbint, n” 259, setiembre
octubre de 1989, págs. 31 y 32.
CAp. 4- LOS GOBIERNOS PERONISTAS (1946-1955) 429
Los subsidios también tuvieron incidencia ren el cre rim ip n fn dpi sector^
industrial. Hemos- hecho mención ya de algunas formas indirectas de subsidio.
' Torno la disminución del costo de transportes o las tasas de interés negativas.
junto a estos estímulos se otorgaron también subsidios directos, que beneficiaron
especialmente a las grandes e m p resa i.Tin embargo, el elem enta más novedoso _
Tlp e ro n ism o fue la ejecución de unaoolitica'crediticia'específica para el sector
TídustriaL—I ~ ~ ' ~
S a ld o s de p ré s ta m o s
Años P o rce n ta je d e l B C IA
Del siste m a b a n ca rio B anco de C ré d ito In d u s tria l
s o b re e l to ta l
1946 790 175 22,1
1947 1.462 583 39,8
1948 2.086 1.231. 59,0
1949 2.561 2.005 78,3
1950 2.862 s/d _
1951 4.449 2.854 64,1
1952 7.918 4.293 5 4 ,2 -
1953 8.913 4.460 50,0
1954 9.706 4.768 49,1
1955 11.214 5.476 * 48,8
Fuente: A it im ir , O scar , S a n ta m a r ía , H o r a c io y S o o r r o u il l e , J u a n , “Los instrum entos de p ro m o
ción industrial en ta posguerra”, en Desarrollo Económico, N° 24, e n e ro -m a rz o de 1967.
T ip o de e m p re s a 1946 1947 1948 1949 1950 1951 1952 1953 1954 1955
Individuales 14,5 11,6 11.5 6,8 10,1 9,7 11.1 12,0 11,8 14,0
C olectivas 13,4 7,9 7,1 6,4 8,2 8,2 10,0 79 7,4 9,6
S ociedades de
responsabilidad lim itada 21,1 20,0 18,3 17,1 22,0 23,6 25,8 23,6 22,2 266
S ociedades anónim as 45,1 42,0 42,6 41,6 42,7 40,8 46,1 41,7 40,7 41,4
M ixtas y públicas — 14,0 17,2 24,5 12,9 12,9 1,3 9,4 12,3 0,8
O tras 5,9 4,5 3,3 3,4 4,1 5,5 5,7 6,1 5,6 7,6
Total 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100
Fuente: Rougieh, Marcelo, El Banco de Crédito Industrialy la política económica del peronismo,
Tesis de Maestría en Historia Económica y de las Políticas Económicas, FCE, UBA. Buenos
Aires, 1999.
(106) G irbal-B lacma, Hochi, "Dichos y hechos del gobierno peronista (1946-55) Lofáctico
y lo simbólico en el análisis histórico". Entrepasados, b° 13, 1997.
(107) Rovoicr. Marcelo, El Banco de Crédito Industrial y la política económica del
peronismo. Tesis de Maestría en Historia Económica y de las Políticas Económicas, Facultad
de Ciencias Económicas, UBA. Buenos Aires, 1999.
QPP. 4 - LOS GOBIERNOS PERONISTAS (1946-1955) 431
[sin embargo.^como remarcan K atz y K osacoff, *a pesar de tener una cartera del
rorto pTázo y déTiaber concedido gran cantidad de créditos fuera del área-industrial,
-frríe sp é cial dirigidos al IAPI y a la Corporación de Transportes de la Ciudad de Buenos
^ÁTres.festos primeros años del Banco Industrial (de 1944a 1955) se caracterizan potj
¿ \ apoyo y el fomento a la pequeña y mediana empresa~j(1QI)). • .y '^
P B I in d u s tria l
P ro d u c c ió n
A ño (en p o rce n ta je
(1950=100)
d e l PBI)
1945 76,5 22,8
1946 86,3 23,6
1947 99,5 24,5
1946 100,7 23,5
1949 97,1 23,0
1950 100,0 23,4
1951 102,2 23,2
1952 95,0 23,1
1953 93,0 • 21,4
1954 101,0 22,3
1955 110,6 23,4
F u e n te : C E P A L ( 1 9 5 8 ) .
In v e rs ió n b ru ta O tro s e q u ip o s y
A ño M aq u in aria F á b rica s
tija to ta l b ie n e s d u ra d e ro s
F u e n te : C E P A L ( 1 9 5 8 ) .
Cuadro 4,24. Inve rsió n bruta in d u stria l (1944-1955) (en m illones de pesos de 1950).
(109) Ferrcr, A. (1987), pág. 25. Las metalmecánicas a que se refiere el autor en ese
periodo corresponden a industrias metalúrgicas sencillas.
(110) D íaz A lejandro, C. (1975), pág. 226.
CAP. 4 - LOS GOBIERNOS PERONISTAS (1946-1955) 435
! Bayer S.A., Q uím ica Schering S.A. y Anilinas Alemanas S.A., que tenían una
participación clave en las ramas a las que pertenecían, DIMlE form o un Holding
, i estatal de 36 empresas, divididas en 6 ramas industriales; La idea no consistía en
^ ique todas esas compartías quedasen eri tríanos del Estado, sino,que.algunas de
v ellas se transformaran en mixtas o se privatizaramA partir de 1954, sin em bargo
se com enzó a pensaren restituir esas propiedades a sus primitivos dueños, hecho
que solo se realizaría fuego de ia caída de Perom, a partir de 1 9 5 6 (,TTK
' ( l am bién fue creado un grupo de empresas mixtas, asociadas a l x apitaP-
fprivadoj Atanor, por éjemplc^ fuélm a'ém presa química formada corffó~sqciedac1
anónima que cotizaba eñ bolsa. Pero íá iniciativa riláis importante en este sentido
fue fa crcacfóñí de la Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina (SOMISÁ) en 1947, a
partir de un proyecto del Oral. S avio , que debía abastecer de acero a las distintas
empresas laminadoras del país, entre las que podemos destac a rÁ o n d a ry Sidérca.
Sin embargo, hacia 1952 la planta de San Nicolás todavía esperaba los elementos
\ esenciales para poder iniciar su actividad. De allí que sus potenciales clientes
debieron recurrir masivamente á la importación. El gobierno inició, entonces, las
gestiones correspondientes con el Eximbank para obtener un crédlto ^estmadóa
impulsar la construcción de SOMISA. El crédito por va lord e 60 millones de dóiarés
I fue aprobado. pero no había sido desembolsado todavía cuando se produjo el
i derrocamiento de Perom
V ---- ' *-
t Otra rama que alcanzó un gran dinamismo fue la mecánica, en gran parle
í debido a la existencia de Fabricaciones Militares. En particular, la Fábrica Militar
j de Aviones, en Córdoba, operó durante la posguerra con un elevado nivel dé
personal y con nuevos equipos productivos.1P e s e a q u e no^pudo lograr una
producción masiva, consiguíó uri alto desarrollo técnico con respecto a las"
empresas mecánicas locales. Favoreció incluso ía insTalacTon de fábricas dé
automotores, tractores y equipos ferroviarios en los alrededores de la ciudad.de
Córdoba, que tomaban en cuenta parasu localización la posibilidad_d&abastecer
se de insumos en ía región ( ' >J). ~
\ Desde el punto devistadel conjunto de la estructura industrial, sin embargo,
com o puede verse en el siguiente cuadro, ia industria de alimentos mantuvo su
preponderancia en el periodo peronista, aunque en forma decreciente^ La
industria textil fue la que la secundó, aumentando su participación un 3,8 % entre
los quinquenios 1935-1939 y 1945-1949, para iniciar luego un déscérisó~que no
sé detendría en años posteriores. .................. 1
3
2
(111) Cf. EsTtBAn, Juxn C. y T assara, Luis E., Valor industrial y enajenación de la DltilE.
Buenos Aires, 1958; Musacchio, Animes, "Las inversiones alemanas en la Argentina en la
década de 1930", en Jahrbuch Für Geschíchte Lateinameríhas, Colonia, 2000.
(112) S chvarzer, J. (1996), pág. 209 y 210.
(113) Cf. AnounxA, MaríaC. y Tonim, A licia oel C armcr. Capitalismo de Estado <1927-1956).
Buenos Aires, 1986.
CAP. 4 - LOS GOBIERNOS PERONISTAS (1946-1955) 437
R u b ro 1 9 3 5-1939 1 9 40-1944 1 9 4 5 -1 9 4 9 1 9 5 0 -1 9 5 4
Alimentos 28 ,8 27 ,6 24 ,1 - 2 3 ,5
Textiles 13,2- 15,7 17 ,0 1 5 ,2
Cueros 3 ,6 4 ,9 4 ,3 3 ,3
Papel y cartón 1.5 1,8 1,7 2 ,0
Productos químicos 7,3 8 ,7 5 ,5 5,1
Caucho 1,4 0,6 1.0 1,6
Metales 8,4 6,4 7,4 1 0 ,0
Vehículos y maquinarias 6,5 6,2 9,1 8 ,9
Aparatos eléctricos 1.3 1,1 1,4 2 ,3
~~ ?Entre las industrias más dinámicas se encontraban las de metales y las de^
- vetíÍculos~y maquinarias, que adquirieron pran impulso d urante los últim os
tiempos del gobierno y se afianzaron en años posteriores. La participación
industria~dé metales, que era de un 6.4 % en 1940-1944, se elevó a un 10.0 % en
el^períódcT"1950-1954. El sector de vehículos y maquinarias pasó de una
'participación "del 6,2 % en 1940-1944 a cerca del 9 % en los quinquenios
siguientes. No tari marcadamente aumentó su participación, hacia elTtltim o/
quinquenio, el sector d e aparato^eiectricos]
Hubo ramas que adquirieron gran dinamismo gracias a la variación favorable''
de precios relativos, aunque al mismo tiempo se encontraban I
¡a imposibilidad desabastecerse de equipamiento para atender la demanda y las
réstricaorTesrenergéticas. El acceso a las divisas fue uriTactor muy importante p a ra -
ef desarrollo de los distintos sectores, ya que de no conseguirlas no se podían
0blérier~eqü7p6s~y se debía optar por la utilización de aparatos ya envejecidos.** ,
Entre las empresas que tuvieron una considerable expansión en el periodo se
encontraban TffpgFgatas, de la industria textil, y Siam Di Telia, productora de bienes _
decoñsumo d u rables, pero muchas de ellas, aunque rentables, se encontraban ,
obstaculizadas en su desarrollo, según los casos, sobre todo a partir de 1949, p o r ;)
la saturación del mercado local, la dificultad en renovar equipos o la im posibilidad
deimportar/fcl punto cíave era que se carecía de industrias básicas que permitieran
el aufóabastecírñTento de msumos y de equipos de producción y se volvía á
depender del sector externo a fin de conseguir las divisas necesarias, pero, estai
vez, para el desarrollo industrial.'
El análisis de los censos industriales de 1947 y 1954 nos brinda, finalmente!
un cuadro más preciso de la importante evolución que experimentó el sector
industrial, pese a las dificultades y errores señalados, en la época peronista.
438 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
participar de las elecciones y quienes preferían abstenerse. Los radicales, tras una
escisioñTnterna. decidieron participar del acto electoral y, de hecho, terminaron
canalizando los votos de ia mayoría de la oposición. Por su parte, el oficialismo
retomó las criticas a la oposición radical y no allanó su acceso a la s emisiones
radiales. Los comicios, celebrados el 25 de abril de 1954, reiteráronlos resultados
que dieron el triunfo a Perón en 1951. El gobierno seguia contando'con un
considerable apoyo popular.
Pero pese al éxito electoral, que parecía haber consolidado al oficialismo, y la
aparente superación de los problemas económicos, el vertiginoso deterioro de la
estabilidad y del consenso político del gobierno argentino no se detuvo. La
emergencia del conflicto que enfrentó al gobierno con la Iglesia Católica reveló que
la fortaleza del Poder Ejecutivo era más aparente que real.
(Las relaciones del peronismo con la Iglesia se habían desarrollado en un marco
de cordialidad, particularmente entre 1944 y 1946.)Una carta pastoral, previa a las
elecciones de 1946, había recomendado a los católicos votar en contra de los
partidos que auspiciaban la separación de la Iglesia y el Estado, la enseñanza laica
y el divorcio. De esta manera,(la Iglesia se había manifestado en favor de Perón y
en contra de la Unión Democrática^cuyo programa de reformas contemplaba tales
aspectos.fNo fue de extrañar que, tras la asunción del prirper gobierno peronista,
la Cámara de Diputados ratificara — en marzo de 1947— un decreto ley de finés
de 1945 por el cual se implantó la enseñanza religiosa! Por otra parte, el peronismo
había reclutado numerosos miembros de la burocracia, la enseñanza y la magis
tratura en los circuios católicos.
Con todo, en 1954, se inició un severo enfrentamiento entre el gobierno
peronista y la Iglesia, cuyo pico se alcanzó en jun io de 1955., El conflicto tuvo
connotaciones políticas e ideológicas. Desde el oficialismo reflejó el intento de"
cohesionar sus filas, impidiendo la expansión en la sociedad y en el Estado de
sectores que cuestionaban su hegemonía política. A su vez,/la Iglesia Católica
argentina, en respuesta a la estrategia vaticana de impulsar la creación de
partidos demócrata cristianos anticomunistas y pro occidentales, fomentó el
desarrollo de organizaciones de tipo político y gremial que necesariamente
intentarían restar fuerzas al peronismo. Así, en julio de 1954, se fundó el Partido
Demócrata Cristiano contando entre sus dirigentes a un católico liberal, Manuel
O rdoiñez, que había participado de la Unión Democrática.vDesde la perspectiva
opositora, el conflicto facilitó la apertura de un /rente político en el que
confluyeron fuerzas sumamente heterogéneas: nacionalistas y liberales, clerica
les y laicistas, derechistas e izquierdistas^"7).
En este frente político adquirieron singular protagonismo sectores tradiciona
les del nacionalismo católico, con peso en el clero y las Tuerzas Armadás." Estos1 7
(1 17) Cf. C aimari, L ilia M.. Perón y la Iglesia Católica, Buenos Aires, 1994; Zanatta, Loris,
Del Estado liberal a la nación católica. Iglesia y Ejército en los orígenes del peronismo, 1930-
¡943, Buenos Aires, 1996; Zanatta, Loris, Perón y el mito de la nación católica. Iglesia y
Ejército en los orígenes del peronismo, 1943-1946, Buenos Aires, 1999.
CAP. 4 - LOS GOBIERNOS PERONISTAS (1946-1955) 441
^.A partir de 1949, se fue creando un espacio más propicio para que el Estado
procesara las demandas de los sectores económ icos predom inantes. La
reoriéhtadón de la política económica ante la crisis, en tanto procuraba reasignar
recursos en favor del campo, a través incluso dei IAP1, hizo posible la satisfacción
de losreclarnos de íá burguesía agropecuaria, la mejora de tos precios, el apoyo
crediticio y el estimulo a las exportaciones agropecuarias merecieron el reconoci
miento y la disposición a colaborar con el gobierno por parte de la SRA^Ya en 1950,
los Anales de la SRA incorporaban palabras despropio presidente en sus páginas
y la institución le obsequiaba un lote de cien caballos criollos para la escolta
presidencial ( l2°).
Por otra parte, en 1955, Pefom — buscando disipar las incertidumbres de los
terratenientes frente a sus iniciales reivindicaciones de reforma agraria— asegura
ba que !a gran propiedad no era un obstáculo para el desarrollo económ ico. Sin
embargo, el beneplácito público de la SRA ante esas manifestaciones y la
conformidad con el giro de la política económica apenas disimulaban la hostilidad 10
2
<4
' Después del fallido levantamiento militar encabezado por el Qral. Menendez en
setiembre de 1951, el marco político se volvió más adverso para los opositores al
gobierno!, En la campaña electoral que precedió a los comicios de noviembre, el
peronismo asoció a los opositores con los gotpistas juzgándo lo s c o m o
desestabilizadores potenciales dé! "orden institucional. En consecuencia. J o s
candidatos de esos partidos, a diferencia de 1946, vieron impedido su acceso a
los medios de comunicación y sólo pudieron expresarse por m edio de reuniones
públicas que requerían un permiso previo de las autoridades policiales.
'Con motivo de las elecciones presidenciales de 1951, la escisión interna del
radicalismo se agudizó. Mientras los intransigentes consagraron la fórmula B albim -
Prondizi, los unionistas y sabattinistas rechazaron la táctica electoral de aquéllos.
En los años sucesivos, el partido continuó sosteniendo una línea de enfrentamiento
a! gobierno en lugar de la abstención propugnada por los unionistas y el resto de
la oposición ( ,2S).
El Fartido Socialista volvió a abstenerse en los comicios de 1951 y algunos de
sus dirigentes se con virtieron 'e n asiduos frecuentadores de militares dispuestos
a conspirar"'(!26). Forotra parte, uno de sus principales referentes, E nrique Diaímnn,
respondiendo a la política de conciliación limitada lanzada por el gobierno a
mediados de 1953, se entrevistó con el ministro del Interior para solicitarle la
libertad de los militantes detenidos. Esta actitud le Iralió la expulsión del partido
y, al mismo tiempo, lo llevó a un acercamiento hacia el gobierno, que se tradujo
en la formación del Partido Socialista de la Revolución nacional, desde entonces
aliado político del peronismo.1 6
5
4
2
ílfc
argentino a los intereses del Reino Unido, en abierta contradicción con las políticas
de comercio multilateral promovidas por los EE.UUT~(r a j.....
[A poco de la firma del convenio, la devaluación de la libra esterlina fue u n a de
las razones que llevó al gobierno argentino á una devaluación del peso con
respecto al dólar. La decisión británica bajaba el precio de las e á m é s T fljid b en
libras. e incrementaba el del petróleo, cotizado- en dólares, de acuerdo c o n éY
conve_nio. Este quedó congelado y los mtentósargentíñós de rénegocjarej_preci¿
délas carnes chocaron con la intransigencia británica. Com o resultado de estos
acontecimientos, se suspendieron los embarques hacia el Reino Unido. En tanto,
mejoráronla salaciones'com erciales con Washington. Á partir de entonces la ■
vinculación con Oran Bretaña entraría erí'uñá zona de conflictos qüeTm arcariaríel:
principicTdel fin de la larga ~relacion~especTaF eñtFe ámbos países.j /1
En este contexto se acordaron protocolos adicionales al convenio, a fines de.
1950 y de 19 5 J2 ^La Argentina logró urTiñcrémeñto d¿~Íos~precfós, pero otorgó un
'fipo de "cambio preferencial para la remisión de dividendos e intereses de
empresas británicas en momentos en que persistían las demoras eñ la rem isión
tlglóS correspondientes a las empresas estadounidenses. Por otra parte, si bien /
la Árgentina redujo la importación de bienes no esenciales, afianzó el papel j
británico como proveedor de combustibles en detrimento de los E E.U U. ( ,ai>). En :
ésta5"negociaciones con turan Bretaña, el gobjerno peronista recreába la p o lítica
péñdulár caracre7ística~cle'ia inmediata posguerra.
^La continuidad de las relaciones argentino-británicas se encuadraba d e n tro de
una tendencia más generaf a la ampliación de las relación es económ icas c o n los i
paises de Europa Occidental a través de tratados bilaterales. La •región va i
constituía, tomada como conjunto, el principal mercado com prador de la produc- í
ción argentina. Al mismo tiempo, la recuperación económica europea y las
^tendencias de los paises'de esa región cada vez más independientes con respecto
a los Estados Unidos fortalecían las corrientes comerciales y los flujos de capitales i
hádálaTtméñtina,"compitiendo con el pais del Morte en el com ercio d e im p o rta -p
ción,'sobre todo en medios de capital y transporte.1^
En ese sentido puede comprenderse la proliferación de convenios bilaterales j
firmados por la Argentina con numerosos paises'europeos, latiríoamFrlcanos y 1
asiáticos. Estos acuerdos tenían una doble finaKdád]"^71íirrTado, a m p liá rló s
mercados para la colocación dé los productos argentinos y asegurar las fuentes de .
aprovisionam ie n to de insumos, necesarios para im plem entar los planes /
quinquenales, mientras que, por otro iado, al diversificarse los interlocutores i1
5
4
3
(136) Carta del embajador C amtomi al ministro Bramuglia, Moscú, 4/10/1947, AMREC,
Rusia, expediente 6/1947; A rce, J osé, Mi vida, Buenos Aires, 1958.
CAP. 4 - LOS GOBIERNOS PERONISTAS (1946-1955) 453
rirano se. tornó más propicio a la política exterior del gobierno peronista en la
fpnión.m ediante una activa campaña propagandística y diplomática prom ovió
entre los países latinoamericanos la conformación de un bloque par'a inanTSríefloS
precios de las materias primas frente a la o te nsiv'a“com ercTaT dé las pote nc ias
Industrializadas. En laTmedida en que las relaciones c ó m e ra a ]e s ^ e c o n ó ^ K a s
entre los e E.UÜ. y los países del área mostraban aristas conflictivas, creció el
descontento de la región y se potenció el accionar de las fuerzas nacionalistas d F
ramlsmaiY"
_La diplomacia norteamericana percibió negativamente la campaña.argentina ,
en favor de un bloque económico l^tinoamérícañoTA su juicio se trataba d e una
caínpañá~obstrucaoñÍsta destinada a quebrar la cooperación Tiemlsférica y a
desacreditar a Tas fuerzas armadas norteamericanas. Asimismo, la pretendida
actitud aislacionista de Ta política exterior argentina con respectó ái pais deí norte
¿racóñsidéradia parálejaa la de) m ovimiento comunista laünóamericánó. er» tanto ® ,
coincidía en el esfuerzo por minar las posiciones de Washington en la región. En ¡ L
consecuencia, para contrarrestar el accionar del gobierno peronista, el D eparta- j ^
mentó de Estado aprobó el uso de "tácticas diplomáticas confidenciales' destina- 1
das a concienciar o convencer a los gobiernos latinoamericañossobre eí 'p é lTg ro ^
o la 'e sc^á Tb n ve ñ íe ric ía ' de p e j^itífla '^p e ñ etración argeTiÜña".
Sin embargo, el camino hacia la integración económica entre los países
iberoamerica~ño^eñ'c6ntrp otras dificuitádesT Entre ellas las diferencias históricas
entre Chile y Bolivia, y losxpnfiiclós de protagonismo y lidirazgó.jLa coincidencia
líe objetivos entre el presidente chiieno, Ib^ z pg C amT o , iTefgóbierñó péronistá
permitíÓcon'trzTbálancear ja~si^mficátiva~aOséfícia del Brasil, tras el intento" — -
infructuoso de P e r o m por alinear al presidente brasileño V argas en la m ism a____
eshatégíaTPoniüpesoen eícoñtexto sudam ericano^ pór la complementariedad ,
de sü economía con la argentina, ei Brasil era un eslabón im(xSrtañlé d e Ios[.j f
proyectos integradores. Pero tanto la sitüácíónlntema del presidente V a r g a s c o m q ; j
el marcado"pfotagoñismo argentino en los intentos de integración diluyeron las. i
posibilidades de reeditar el Pacto de^ABC|(142). Por otra parte! los desajustes de laj ■ ' ^
potfttcaTatinóámericana del gobierno peronista con la p ro p íá l^ fid a d argentina íf *~~
condas^CSriqiciOnes del"ToñteHo"íñteniacÍona), com o las características del
discurso peronista, contribuyeron a que el papel_ asumido por la Argentina fuera___
j>e rei bidó"n! ayo rita rí ame n !e como una expresión d é óportunism o que albergaba
propósitos expansiónistas.
Las relaciones del gobierno peronista con d BrasiJ_m^ecen_una referencia 1
especial. Este país había sido el cuarto socio comerciaí de la Argentina en los años
'39 yTentre i 944 y T g j Bi"se había transformado en el primer proveedor del_pais_
del Plata! Sin embargo, con la asunción a la presidencia del Gral. D utra, de
(143) Madrid, E duardo; 'La Argentina y Brasil frente a la Segunda Querrá Mundial", en
Oiobalización e historia. Buenos Aires, 1999, pág. 620.
CAP. 4 - LOS GOBIERNOS PERONISTAS (1946-1955) 457
entonces, sólo podían ser provistos por los Estados Unidos^ En consecuencia,^
Vntre Í 946ljiL2^S8¿_0raD .Bretaña retu\ó~su~Dosición ddminante--comcLXlÍ£riíe
individual 'de las expo rtaciones argentinas en tanto que tas importaciones desde
T5s EE.UUTcrecíeron notoriamente, transformándose nue'vamente-en el principar
'proveedor~d e la Argentina y desmfntie n d o á s i la "idea de viñ préSOntO^EóIcot |
Itcoñom icó'Tque señalaron, con ciertá'ligerézá, algunos a u tó re s T” )- fluñcá e;ñTa,|¡
Tíístoria de los dos países, el InTercanibio romeVciartiabía sido tan alto có m o en
aquellos años.' — — — ------------------------
Cuadro 4,27. Comercio exterior con los Estados Unidos (en millones de dólares).
de defensa mutua. Esta postura, que abría las posibilidades para él ejercicio del
veto, no contó con el apoyo del resto de ios países. Tam poco logró respaldo la
propuesta argentina de distinguir entre agresores americanos, contra los que se
emplearían medios pacíficos^ ’y no americanos, contra los que se aplicarían
sziñcioríes c p le c tív ^ . Poriru parte, la representación ñortéañferícaña ^ e s esl'ímoéT
rechazo argentino a la inclusión de sanciones económicas como medida colectiva
de seguridad. Finalmente, la delegación argentina adhirió a las resoluciones de Río
expresadas eñ e! Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIA R). Aprobado
por el Senado argentino én 1948, la ratificación definitiva del Tíatádoen Diputados
'demoraría dos años más.
í Diversos acontecimientos complicaron la posibilidad de una mejora de las
relaciones e r;. ambos países. Ante la escasez dé divisas. ía ArgentinaTlebiá
TeducTr sustánciaimente él comercio corílós EE.UU. y suspender él cambio para la
(remisión de dividendos de empresas extranjeras. Las presiones internasen ambos
países águdízarorí'el conflicto entre el gobierno argentino y la prensa norteameri-
c a n a : a cinco periódicos de esa nacionalidad se les retiró l a licencia para
retransmitir noticias, un ex diplomático norteamericano fue acusado de atentar
contra PtROrt y su esposa, y se pospuso la ratificación del TIAR ’en la Cámara de
Diputados.
En este marco complicado, en marzo de 1948 se reunió en JBoggtáJa IX
Conferencia Hemisférica. La estrategia norteamericana apuntaba a consolidar el
’sístemá'inrefariiéricano puestó'eñ marcha cón el TIARel año anterior. En el intenlo
'd e afirmar su hegemonía, en mom entos en que la guerra fría se encontraba en
"pleno desarrolló, la delegación de los EE.UU. debió enfre'ñt^raTetLcencia de la
representación argentina jjresidida por B r a i í u o l i a . El argumento d el secretario d e _
Estado norteamericano, G e o r g e M a r s h a l i , en favor de la creación d e 'ü n bloque
añticomunista fue rechazado por el canciller argentino. Este sostuvo la necesidad
d ^ ' combatir la amenaza comunista en los campos políticos é ideológicos,
'm ejorando las condiciones de vida de’ los pueblos, siguiendo el camino de la
^ justicía’sociaré’m preridTdó por el peronism o. Ante la propuesta déconformar uña
(147) Cf. MALLORva! Depto. de Estado. Buenos Aíres, 1/3/1950, FRUS. 1950, vol. II, págs.
696-701. donde se brinda un relato completo de estas conversaciones desde la óptica de la
Embajada norteamericana en Buenos Aires.
(148) G iacalome, Rita . From Bad rteighbors lo Reluctant Fartners: Argentina andthe UnitetI
States, 1946 1950, Indiana. 1977. pág. 250.
CAp 4 - L O S G O B IE R N O S P E R O N IS T A S (1 9 4 6 -1 9 5 5 ) 461
(149) Tuiniin, Joscm A., La Argentina y'los Estados Unidos, fiístoríade una desconfianza.
Iiuenos Aires, 1990, pág. 220.-
( 1 5 0 ) Ra t o t o r t , M. y Spiouel, C. (1994), págs. 90 y 91.
462 H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O LITIC A Y S O C IA L D E LA A R G EN TIN A
, /"la OMU dem andó a los m iembros de la organización que dispusieran tropas bajn
j un com ando unificado dirigido por Tos ÉE.UU. El gobierno argentino pareció
dispuesto a prestar la colaboración requerida y circularon versiones qu~e 7p
i ÍTamaria a las clases de reserva para tomar parte en el conflicto.
La respuesta afirmativa de la Cancillería argentina al secretario de la OMU tomó
estado público, generando manifestaciones de descontente». Q re trflosTsectorésde
-la oposición y trabajadores del propio peronismo rechazaron la participación’
/ ni ii itár~farg e ñlíñ a en la g tierra coreana^ Peroi-í reaccionóante el mal esta Jul ¡0
" X ? d e T 9 5 0 — manifestando que haría lo que el pucbío’cfüería y'que riQ se~derramaria
/ sangre argentina en el conflicto asiático. La contribución del góbiernojse limitaría
\ así al envío de alimentos. Por otra parte, cuando en octubre de 1950 la asamblea
dé la OMU autorizó a_que.las tropas bajo su bandera avanzaran hacia el norte del
paralelo 3 8 en Corea, la Argentina se abstuvo de apoyar la resolución respectiva.
La posterior invitación de la OMU a que los países,integrantes alistaran tropas
especiales com o unidades de la organización también sé"eñcóhtró con la
reticencia argentina.
^ Ante el agravamiento de la situación internacional — la República Popular
f China se involucró en la Guerra de Corea— se celebró enWashington la IV Reunión
de Ministros de Relaciones Exteriores de las repúbíicas^arnericanas. Allí, la
delegación argentina adoptó un perfil moderado. Votó la resolucíóg qüe recomen
daba contribuir al esfuerzo de las Maciones Unidas, aunque procuró evitar toda
forma de com prom iso militar fuera del hemisferio. Se opuso tambTéñ~á~quejos~
países americanos operaran como un bloque deritro dé’ las Maciones Unidas
com prometiéndose con *una tendencia" de la misma y, junto con México y
Guatemala, contribuyó a dejar sin efecto una propúesla ñórtearfiéricana respecto
cíe la creación y mantenimientode unidades especiales para la defensa hemisférica
y de refuerzo de las Macjqn esUnidas. En relación con el apoyo a la adopción de
medidas de preparación de las Tuerzas Armadas para contribuir a ia defensa
l continental, planteó la_reserva de que e¡ empleo de_ efectivos m iii tares estarTa
\ sujeto a la aprobación del Congreso argentino.
Luego de la conferencia, los vínculos entre los EE.UU. y la^Argentina entraron
en una nueva eTapa d eófistancTamiento y conflicto. Sj_bien gLUepartamentode
Estado no retorno- a~una política intervencionista descartó toda iniciativa de
negociaciones sobre próElemasóspedf¡cós como el otorgamiento de préstamos
privados, exportación de productos, armamentos, etc. ( IM). Por otra~parte, el
e s T a b h s h m e n t y~Tó¿“ medios norteamericanos acentuaron su ofensiva política
contra el régimen peronista, incluyendo la inténefóh de neutralizar los esfuerzos
rirgentinos para ganar apoyos en el continente.
Sinjem bargo, las respuestas económicas del gobierno peronista a la crisis
irgentinaéri 1EfST-j 952 abrieron una nueva etapa en las relaciones cor. losEE.ÚU*
( 15 11 Cf. Binunrma WxafiE.1 , Montevideo, 5/12/1950. FRUS, 1950, vol. 11. págs. 759-7;i.3.
Acncso-f a la Embajada en Buenos Aires, 12/10/1950. ibidem, pág. 745.
CAP. 4 - LOS GOBIERNOS PERONISTAS (1946-1955) 463
(152) Paz, Hirotrro, Memorias. Vida pública y privada de un argentino en el sigfo XX,
buenos Aires. 1999, págs. 220 y 221.
(153) Matronal Intelligence Estímate, Washington, 9/3/1954. Cf. H ufer al Depto. de
lisiado, Buenos Arres, 19/5/1954, USMA, D5, 61 1.35/5-1954.
464 H IS T O R IA E C O N O M IC A , PO LITIC A Y SO CIAL D E LA A RG EN TIN A
Fufado en upa e ncrucijada diplomática, porque al fin parecíaque la adm inistración "I
peronista había tendido puentes sólidos con Washington. Sin em bargo, no H ubo !
hesitación erTdar apoyó'aí nuevo régimen dé'facto, ya qué táñfó' pára~¿fgóbierno. ^
""como para el e s tá B ris T im e ií t Ti o rt eá rii e rican o el cam bio político operado era i_,7 '
éqñsideradq, en térm inos globales, com o favorable y las relaciones'déi pero n is m o / /
••'T on tos EE-UU. habían estado signadas m ás por el conflicto que por ¡a arm onía ,.(.!” )•/
(155) "Perón falls. The End of an Era', S ikacusa al Depto. de Estado, Bs. As., 20/9 /5 5 ;
t iT i n ai Depto. de Estado, Bs. As., 20/9/55; M o o v e r a la Embajada en Bs. A s.. 21/9/55 y
Memorándum de Lyon al Secretario de Estado, FRUS, 1955/1957, vol. Vil, págs. 5 7 7 -5 8 2 .
466 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
/Inm inente estallido de unaTercera Q uerrá Mundial, y otro poco por la sobrevaluación
y£\j de la moneda argentina, no seleccionó adecuadamente la lm portación de bien^c
de capital y maquinarias. A ello hay que sum ar los impedimentos burocráticos par^
im portar, debido al complicado sistema de permisos v licencias i'--*6).
~ (E n tercer lugar, la redistribución del ingreso reposaba sobre los altos precios
j de lóTpró'ductós'ágrópécuanos en eljjiercacio internacionaf.^El sistema funcio n é -
~6a de manera relativamente arm ónica'en tanto las condiciones del merca^o^
mundial generaran precios elevados que apuntalasen la existencia de una ganan"
cia extra, cuya reasignación permitiera incrementar los salarios sin afectar"pn
forma sensible las tasas "normales* de ganancia/ en especjat d e rs e d o r inTTnstdal.
Además, la masa de recursos adicionales a redistribuir dependía del quantum cíe''
las exportaeiones de los productos agropecuariosY 1*’7). ............ — -
fí a raida del precio d é lo s .productos agrícolas en el m ercado internacional
/aesarticuló una de las principales fuentes de recursos sobre las que se había
basado el proceso d^redistribución del ingreso. Por lo tanto, íosTn c remeñtos
salariales comenzaron a afectar las tasas de ganancia de los sectores empresarios.
j La nueva fase de la coyuntura nojpodia sostener e l proceso de redistribucTón,
r ~3arrdcr lugar a uña puja distributiva que provocó una aceleración de la espiral
1 inflacionaria^ Los precios industriales, a su vez, sintieron tam bién el in flujo
7^ negativo del aum ento de los valores en los insum os importados y com enzaroTiTP
/ _increm entar sus propios precios.
/ Esto gen eró una se vera distorsión de los precios relativos, visible espcrialme.n.
( te en lo referente al tipo de cambio, a las tarifas de los servicios públicos y a los
’preaóslT gro^ecuários, cuyo retraso no podía ser ocultado ya porteFm inos'der*
intercanibio^xcepcionalrnentefavorables?Los m ecanismos ae regulación ecóño~
m ica ligados áT pensam iento Keynesiano, basados eñ una expansión de~la
denrailtJiTerécTivá~cóiño rnot¿r del crecimiento, tam bién alentaban un proceso de
| ajuste de características inflacionarias. Por eso,(la inflación se relacionaba’coñ la
[puja distributiva, con el deterioro de los térm inos déPifUercariT5io^y~con Ja
| ir ans fórníac iorí de ia estructura de precios relativos inducida por el gobierno a
partir de sucesivas devaluacione's~y ajustes en las tarifas públicas. E nT rfondo.
todos éstos mecanismos~que provocaban el alza de precios no hacían otra cosa
w jju e expresStnjTTáinilación~estrüctural v in cu la d la ! carácteTsubdesarrofladoTíe
una Argentina que, a pesar del sostenido- proceso ele industrialización~~dé~iis
últimas décadas, continuaba preservando una base aqroexportadorá~gue ponía
limites precisos a su capacidad de expansiónV( ‘M). 5óío~en los uitimosTanósllcf
gobierno peronista, com o consecuencia der cambio de rum bo TnTá~~políttor'
económica, que veremos más adelante, ios indicesTrffTacionafTüs cayérofT
abruptamente, en especial en 1953 y 1954. ““ “*
7
5
1
(sector externo, péro era allí donde se manifestaban con mayor claridad los
y j problemas de funcionamiento y las debilidades estructurales de la economia
argentina
Para superar la crisis, Pekopi procedió a renovar el equipo económico con
^/funcionarios nías técnicos ¡que procurarían rectificar algunas de las orientaciones "-
oficiales sobre otras bases^ entre los cuales se contaban A ijuedo G ómez Morai rC
Roberto A res y A t toího CAnrRtc bo obstante, ello no habría de resultar sencillo, dada
la arquitectura de poder construida por el líder desde 1945. lEi desarrollo industrial
_gue había tenido lugar desde la Segunda Querrá Mundial había arrojadcTpórsaldo la
emergencia de un proletariado industrial sindicalizado compuesto por dos m illones
y~m edió de trabajadores que eran la principal apoyatura del régimen y que
KÍeritificabán su destino con él de Pero~i. Dadas las características de las relaciones
políticas vigentes por entonces, se hacia impensable prescindir de tales apoyosTy,'
consiguientemente,- ^ s u plataforma industrial. Por ello, nofhabía otra alternativa
que niañIeñeFéstá~uÍtinia; aunque complementándola con otra que ia dotará de
combustibles, equipos, repuesfos y tecnología en general. 5oío~¿aTpofITiríTeqai a
mantenerse el mercado interno fundado en las industrias livianas. De haberse
% cípitáiiiadó el agro, éste hubiese provisto de las divisas requeridas comó~para
com prar buena parte de esos insúmos en el exterior; peTolíebrdba (a estrechez de
los rsaW6s~éxpoiíaBles~ño había otra^ alternativa j u e _ obtener esos producios'
mediante la radicación de capitales extranjeros. Para ello, el gobierno no tenia otra_
opción qée'renunciar a ciertos aspectos de carácter nacionalista y antiimperialista
qu rpra,ue óüa^TTTéTñ^TúTficfuenaI y gue respondían a la consigna de "independencia
económica") solem'riérnente declarada en Tucuman en julio de 19477
*Ello. a su vez, habría de generar problemas de índole ideológica; y jurídica al
Nfnismo tiempo. Los primeros estaban'motivados por la necesidad del gobierno de
' demostrar las ventajas de la importación y radicación de capitales^ extranjeros,
desandando-e 1 ñácTonalismo económico de la época de Mihatidaj cuyas consignas
había7i~ciiadó Hondo en el espíritu de los trabajadores. Seducir a los inversqres.
internacionales tampoco habría de resultartarea sencilla dada la hostilidad reciproca
entre el gobierno de PcKony los Estados (JñidoiTpéró aejjó5e~sumaba~eTcorítenido
'éstafista yWc7on~ál¡sta 'd e íá "Constitución Justicialista de 1949 — aparentemente
resistido por Pcrorry al final impuesto por un grupo de convencToriaTes nacionalistas—
VtyT cuyo art. 40 declaraba propiedad del Estado nacional a los minerales, las caídas de
/v ¡ agua, los yacimientos dé petróleo, carbón y gas, Tas demásfuentes^ deene^íaTy jos
servicios públicos. Dicha contradicción respecto de! nue.vo rumbo gue se pretendía
^ j transitar habría de convertirse en una verdadera "espada de Damocles" para la
¡ segunda administración de Perom entre 1952 y 1955.
' estos problem as ideológicos y jurídicos venía a añadírsele otro de^riggtL-^
yiolítico. Desde 1947, la condu ccióF "m tra risiaente'' de la Unión Cívica~Radical
jiabía adó[7tádo~úria'posicicrri'nacionalista. antiimperialista y autarquizante en
>4 í— 9
5
1
a
n
4,13,2. Los ca m b io s en la p o lítica agraria
ó1
0
6
ca¡da de la exportación, muy aguda entre 1951 y 1 9 54 — dice Azqirv Anrm inn— fii?\
'compensada por los efectos de la política'económ ica-llevada adelante por)
Entonces— incremento delingreso de los asalariados, precios máximos, s ubsidios]
-^Tcoñsumidor— que facilitó ¡a absorción por el mercado interno de una produce
ciori total ae carnés que," aunque m uy lentamente, continuaba creciendo" ( ,f?57.
N úm ero de P orce n ta je de
P o rce n ta je de C o n s u m o p e r c ip ita
P eriodo cabezas faenadas cabe za s faenadas
ca b e za s fa enadas (k g p o r h a b ita n te )
p /co n su m o in te rn o p /e xp o rta cíó n
& tierras vírgenes, el desarrollo agropecuario dependía cada vez más de Tina~
ampliación del stock de capita). Sin embargo, éste se encontraba virtuaírñente~
estancado desde fines de !a década del '20.
(165) Piénsese, por ejemplo, cómo influye una disminución en términos reales de las
tarifas del ferrocarril sobre el dinero disponible del trabajador que debe usar ese medio de
transporte para concurrir a su lugar de trabajo, sobre el precio de los bienes de consumo y
sobre el costo de los insumos que deben transportarse también por ese medio.
(166) Cf. V il l a iu c v a , J a v ic k , El proceso inflacionario argentino, 1943- 1962, Buenos Aires,
1964.
474 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
P re c io s d e P re c io s de T érm in o s del
Años E x p o rta c io n e s Im p o rta c io n e s S a ld o
e x p o rta c ió n im p o rta c ió n intercam bio
Esto se produjo aun cuando los términos del intercambio, es decir, la relación')
entre los precios de exportación e importación, continuaron cayendo, lo q u e indica |
ñn incremento del volumen físico de las exportaciones. Pero con la recuperagjóñj
(jgj a actividad económica, hacia 1955, también se incremento, aun e n mayor
megidaTTel volumen*físico de las importaciones, lo que implicó? dada la m enor
^ 5fÍTÍiTücíóñ~?e~los precie^ de los productos importados rnn~ rZ s p rriñ a "Ini
importados,u*n aumento relativo óe las importaciones/prodlJrje7idó7i'ij¿ívamente
ufTBéTÍC'OcofñeraaK : ~ ~ ’
Por otra parte, se mantuvo para las importaciones el tipo de cam bio estable
c id o en 1Ó5Ó, lo cual resultaba, habirla cuenta riel proceso inflar-innanr, Un
¡y ¡estimulo para los importadores, aunque esto no bastó para terminar con |a
¿/^[dificultosa provisión de ciertos productos.
'En ei agro, en particular, el sectormás castigado por la anterior política, se trató
¡de estim ulaFel aumento de la producción a través de la m odificador) ríe |n
\ api iéáció~iTcléI Im puesto á los réditos, que se determinaba de alli en adelante en
función d e la p roductividad inedia del predio, y no de la renta real, con el fin de
W
b i castigar fiscalmente a quienes explotaban mal sus propiedades y beneficiar a los
~tnás~eficientes.‘.5e fijó también una poiitica dé precios básicos basada en el costo
I La L ey de In v e r sio n e s E xtranjeras
(158) Sobre el nuevo programa económico: Cf„ por ejemplo, Perrek, A. (197“
Loremzvtti, J. (1996); Heo-a, J. (1998); Graoic-ion, p. y Llach. L. (1998).
ChP. 4 - LOS GOBIERNOS PERONISTAS (1946-1955) 477
en. 1945. Es preciso destacar que hasta ese año las inversiones británicas eran las i
nías imporfantes. pero el proceso de nacionalizaciones, que afectó en especial a~j
•jgS'cápitálés de ese origen, tuvo como resultado una drástica'reducción de tales i
T^versiones, trasladando el predominio relativo al capital norteamericano, radica- r -
tlo'soüfelotJo'gri aiversas ramas iiicjustríales^no tradícionales y en la industfia'de ,
Tácam e y a qTjién, en 1949, le correspondía el 26,1 % de la inversión extran jera >
total, excluidos los títulos públicos.
Con la sanción de la ley 14.222 jen agosto de 1953, se implem ento el p rim e r'
régimen integral de inversiones extranjeras,)corripÍementario de las disposiciones
"vigentes, las ojales no se derogaron. La ley determmabael tipo de radicación y los
'sectores beneficiados con m ucho detalÍe.(Si bien disponía beneficios especiales!
'"BaraTas inversiones en industria y minería, e Tconcepto de industria era am plio. L e ,
quedando éxcTuTdassólo escasas actividades productivas.) La material i zació n d e )
apoitirpodía'abarcardos formas-, fondos de divisas a ingresarmediante transferen-
das bancadas. o bienes físicos (máquina-herramientas) o inmateriales (patentes, i
marcas, etc.) ( IW). j
iLos beneficios más importantes consistían en la posibilidad de rem itir las*d
utilidades d partir del segundo ano de la radicación, voluntariamente y sin previa j
por un equivalente del 8 % anual del capital re g istra d o Ty la
Tepatnacíón de capitales, luego de 10 años]} en cuotas i_________ ___
anual. Por él árt. i 2,"feTPoder Ejecutivo podía eximir total o parcialmente del pago <7Jb-
de deréctrosge aquana las maquinarias, equipos y otros lle n e s vinculados a la ' '
puesta en marcha de la industria.) ; "
j Hasta 1955, momento en que cesó su vigencia, se permitió la radicación de"^
catorce empresas extranjerasjpor una inversión de 12.T
eisectonndustrial. La mayor inversión (ei 65 % ) correspondió a la instalación de
una fábrica de automotores de la empresa Kaiser, cuyo ingreso fue gestionado ¡
""Oficialmente en ocasión de la visita de M i l t o m E i s c r i H o i v e R (en d a do del presidente 1
norteamericano) ^ país, aunque esa firma realizó, en realidad, un convenio especial V
"coíTel Estado. También se instaló la Fiat, en Ferreyra (Córdoba) a diez Kilóm etros ,'(
dé" la capital de la provincia, con una fábrica de tractores. Luego, mediante un \
contrato éntre esta empresa de capitales italianos y eflAME se origino el com plejo
t iat Loncord.}F.?i"ei fnarco "de"ésta ley se produjo también el reingreso al m ercado
argentino de empresasalemanas que durante la guerra habían sido expropiadas d e 1
süFpdsiciones'en el pais>como Mercedes Benz, Siemens o Bayer ( l/sf
A c tiv id a d e s
(t o n todo, dados sus resultados, y pese a significar una variación con respecto
a la política anterior, la ley no conformó a las grandes empresas internarionalps
particularmente en cuanto a las transferencias de utilidades que, a juicio de éstas,
no resultaban san si acto rías. Por escj sTcomparamos su eficiencia en la atracción
de capitales extraTijeros con la cie otros regímenes implementados posteriormen
te, com o la ley 14.780/59 del gobierno de F r o n d i z i , comprobamos que fue mucho
m enon(Al fjnalizar erperiodo, las iñversiones~extranjeras en el país se mantenían
en un nivel que no llegaba a la mitad del existente en la década de 1930. i
/
CAP. 4 - LOS GOBIERNOS PERONISTAS (1946-1955) 479
C a p ita l p o r países In v e rs ió n (% )
Años E sta d os T o ta l d e l P ro m e d io
R e in o U n id o O tros países T o ta l
U n id o s p e río d o a n u al
^La empresa estatal YPF había desplegado una gran actividad durante la guerra!
Fn 1941, respondiendo a las necesidades generadas por la dificultad e n el
abastecimiento de~piÍfóleo7con igual ñúmeró de equipos, duplicó la^fántídad de
metros perfora d osen 1938.'.La producción de YPT crécToJuri 5 T % é ritre T 9 3 9 y
"Í945^pero ai estancarse la cóiTespóridienté aTas empresas privadas, el resultado,
fue un magro crecimiento totaíjdel 23 r,bl.'La industria argéntíñá~debi6 recurrir a
quemar maíz, trigo, cáscaras de maní y baóazo de a if S F p ir a cubrir sus neceslda;.
Tiés^ie combustible. Por otra parte, el~disgaste de las maquinarias llevó a la
declinación de ia perforación de pozos. Finalizada la guerra, la reposición y el.
~íñcremériTc) de los equipos de perforaciórT^se convirtieron en los principales
problemas de la empresa estatal ( 1771
). 1
8
7
¿Si bien el país no carecía de d ivisas, tenia dificultades para aprovisionarse de
equipos de perforación, instrumentos de refinación y repuestos. En 1946, los
Estados Uñidos, éT~principal proveedor y é ím áyó r fabricante de esos ele m entos,
daba preferencia a Fas necesidades lócales; luego, a los intereses petroréros
norteamericanos en el extranjero, ^ e n último term inóla los requerimienTos"dé~
terceros países) La Argentina, incluida entre éstos, vio postergadas sus necésida-"
desude aprovisionamiento y, de algunam anera/élpáísdéi norte se transformó en
XI arbitró dé! desárróllo pétrolero argentino.
(posteriormente, cuando los equipos de explotación petrolífera estuvieron
disponibles) el país no dispuso de las divisas suficientes_para su importacTórtr-En
consecuenciaTTí producción petrolera estatal expe rim eñtóaitibaios. La de Í9 4 5 ? ue
liTr7CT% mayor que la de 1938; disminuyó a partir de 1946 v pasó a recuperarse
leñtámente arpartir de 1950rplíentras, la producción total del país recién alcanzó en
~T§52 los niveles de 1943, debido a la caída de la producción de las empresas
privadas. naciaT 1954, la participación de YPF en q] mercado argentino era del 6 0 % ,
seguida por SbéíTcon un 15-20 % y por la Standard Oil con un 13 % ( l7a).
[Durante el periodo, el gobierno encaró emprendimientos orientados al ahorro
de divisas en el terreno energético) Los obstáculos que significaban la falta de
'elementos para la prospección y peroración no impidieron ciertos logros co m o el
Xncremérito dé la capacidad dé élabofacíorTde las refinerías de YPF que pasó de_
8.050 rñ^ en 1946 a 2 5.050 m3 en 1955. Por otra parte, el gasoducto entre
Comodoro Rivadavia y Buenos Aires ahorró, en cinco anos, ei CUn5tiiTio~de
(179) Cf. Ministerio de Industria, Contrato con la Califoma Argentina de Petróleo, Buenos
Aires. 1955.
CAP. 4 - LOS GOBIERNOS PERONISTAS (1946-1955) 485
( 1 8 0 ) C (. C á m a r a d e S e n a d o r e s d e la n a c ió n . D ia r io d e s e s io n e s , 1 9 5 4 .
( 18 1 i C f. K a r u v i , M a r c o s . G o b ie r n o p e r o n is ta y p o lít ic a d e l p e t r ó le o e n A r g e n tin a , 1 9 4 6 -
1055, Caracas. 1971.
486 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
y la n i a yoficie í v iTes] Tr aseste d ram á tico episodio, grupos de civiles, orquestados sin
la intervención rií autorización de Peros , a manera de venganza, quemaron y
saquearon varias iglesias y el edificio de la Curia Arzobispal. Este atentado
irracional significó un nuevo impacto para el gobierno y pareció ensanchar el
espacio para la profundización de los enfrentamientos político y sociales.
El Vaticano reaccionó excomulgando a P e r o s , y las agencias de noticias
internacionales recogieron expresiones del repudio mundial hacia el atentado
contra los templos. El gobierno^argentino era presentado como dominado por
elementos comunistas. Mientras, las fuerzas sociales del p ais parecían alistarse
para un enfrentamiento definitivo; la fracción militar golpista acompañada de los*
civiles adictos aceleró la actividad conspirativa aprovechando la defección de más
jefes militares. Porsu parte, los trabajadores se dispusieron a defenderin^obierTio.
inclusive Tnediante las armas. Pero, el grueso de las FF.AA. aún favorecía al
gobierno constitucional, P e r o s se respaldó en las fuerzas miIitares~Iea¡es
desésü fn u ló l od a actividad de sus partidarios tendiente a hacer justicia por mano
pTo p ia 1 E L Ej ereií ó ,“én particular, pasó a ser órbitro_de íá situación.
Consciente de la persistencia del clima conspirativo. Perón , bajo la presión_dgl
Ejército, Intentó JñiPpoííticá de conciliación. Autorizó ¡as actividades políticas
opositoras y no eliminó a_los elementos golpistas de las FF.AA. A nunció el fin de_
su liderazgo revolucionario y manifestó el propósito de convertirse en "presidenta
dé todos los ü rg e rítiñ o sl.E Í ¡¡amado a la "pacifícacíóri T u é recházadcTpor la_
opofición que interpretó eígestó conciliatorio com o un iridicíode la debilidad del
gobierno. Mientras, "comandos civiles" integrados por j ó venes del am biente
político y universitario — en general, provenientes de las clasesaltas— efectuaban
atentados terroristas y se aprestaban a colaborar con una inminente sublevación
militar. El repliegue político del gobierno se había converüdoen un fracaso.
t
económico adoptada por el gobierno a partir de 1952^ Debía favorecerse la entran-^
¡rrgsttjcta de las inversiones extranjeras, realizarse una apertura del comercio
exterior, incorporar el país a los organismos económicos multilaterales e inten^L
ficar el acercamiento hacia los Eb.UU,. iniciado, no sin reticencias, por el mi.sr^n
I
gobierno peronista. Debían eliminarse ias reguíaciones estatales y subordinar la
base social del peronismo a los objetivos de nuevas formas de acumulación. En
definitiva, los sectores más poderosos de las burguesías industrial y ágropecuaHa-
argentinas dudabande la disposicióií del pefoñTsrrio para conducir una nueva fase
de desarrolló capitalista ácorde~cbn las tendencias impulsadas por los KE.UU. trac
el fin de la Segunda Querrá Mundial. Sólo el derrocamiento del gobierno podía
hacer posible ¿sé proyecto.
í
C a p ít u I o 5
U na décAdA óe ¡N E S T A b ilid A d ( 1 9 5 5 - 1 9 6 6 )
5 ,1 . EL CONTEXTO INTERNACIONAL
4
(1) Cf. R a t o f o k t . Mario y M usacxuio, Aj-idrcs, La Comunidad Europea y el Mercosur. una
evaluación comparada, Buenos Aires, 1993.
(2) Cf. Musacoiio , A ndrés, "¿Hacia un sistema productivo europeo?", en indicadores
Económicos FEE, vol. 24, ri' 4, Porto Alegre, febrero de 1997.
(3 ) Cf. B ossuat, G ekard, "El Plan Marshall y la integración europea: los limites de una
ambición", en Ciclos en ta historia, la economía y la sociedad, IT 14/15, segundo semestre
de 1998.
QAP, 5 - UNA DECADA DE INESTABILIDAD (1955-1966) 491
precios que losdei mercado mundial. Además, com o la EFTA carecía de un arancel
externo com ún, cada nación miembro mantenía su propia larifa exterior para
terceros paises, pero estaba obligada a reducir los aranceles de los artículos
provenientes de los países asociados. Sin embargo, la zona europea de libre
comercio. no logró afianzarse por completo y el gobierno británico intentó
acercarse a la C EE debido, fundamentalmente, a la declinante posición del Reino
Unido en la economía mundial. Al tiempo que el viejo imperio colonial com enzaba
a fragmentarse, la participación británica en el comercio internacional se reducía,
la libra esterlina perdía importancia como moneda de reserva y la cohesión d e l ^
Commomvealth se debilitaba. Por el contrario,Ma Europa de los Seis era el
escenario de un impetuoso crecimiento económ ico. Esto llevó a Gran Bretaña a
Yñlicitar formalmente su iTicorporación a la CEE el 31 de julio dé 1§61, seguida de
Irlanda, Dinamarca y noruega. Pero el pr^lderTte de Francia', C harles D e (j a u l l e ,
impuso su veto en enero de 1963 dadas las numerosas inodllicaciones que los
británicos solicitaron incorporar al t ratado de RómaV desvirtuando los acuerdos ¡
básicosde la~Comunidad. Prancia consideraba que la orientación política británica^ /
iio^Ta"éScnc¡almente européaTslno que apuntaba de manera excesiva hacia el [
Atlántico, dílicultandcTer avalice común, económico y político, cfe Tü ro p a J’f*JTÍ
Según algunos autores, la creación de la EFTA fue un proyecto que, más que tratar \
de estimular el crecimiento y la integración de las economías participantes. 1
intentaba contrapesar la influencia cada vez más fuerte de la CEE. Por eso, su
cvoludoñTue mucho menos dinamica e importante que la de ésta (*).
( Un im portante componente de la estructura y estiategia global de la C E E
estaba constituido por la Política Agrícola Com ún. La crisis de tos años '30 había
extendido en todos los países europeos Ta práctica del apoyo directo a los
agricultores, por lo que la liberaíización del comercio agrario parecía impensable.;
Además, las diferencias en el costo de vida condicionaron los distintos niveles
salariales en los sectores de la industriay el comercioAPor eso, se impuso la idea
de una política agrícola integrada que debía ser el instrumento para lograr precios
europeos comunes. Estos no se fijarían de acuerdo con el mercado mundial, sino Y
que serían más altos y estarían establecidos por la Comunidad. De esa manera, se
pretendía garantizara los agricultores europeos una renta suficiente, comparable
a la obtenida por los sectores urbanos^ El sistema,previsto requería el estableci
miento de un control sobre las importaciones de productos agrarios provenientes
de otras regiones por medio de aranceles especiales y cuotas de importación, asi
como la intervención en el interior del mercado agrícola comunitario absorbiendo
excedentes a precios mínimos garantizados.4 5
(4) Los franceses creían que el ingreso británico era una especie de 'caballo de Troya'
íle los Estados Unidos destinado a debilitar la política proeuropea de Francia en el seno de
la Comunidad.
(5) Cf., por ejemplo, T so u icaus , I. o u k a s , The Tlew European Eeonomy. Oxford, 1991.
-U Í-C- ' •
492 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA YSOCIAL DE LA ARGENTINA
Cuadro 5,1. Europa Occidental industrial: producto total, empleo, productividad laboral y
población (1950-1952/1967-1969) (tasas de crecimiento en porcentaje anual acumulativo).
(Gl Cf, TsL-trjswA, tanern. 'Cambios en la economía política de Japón y las implicancias
|mra su política exterior', en Di T ecla, T orcuato y tlosono. Amo, Japón/América Latina. La
<¡instrucción de un vínculo, Buenos Aires, 1998.
/
494 ______ HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
: ' J •' .
■ E E .U U . ES1 Japón
Fuente: A sselain. J ean C harles, Histoire économique du XX‘ siécle. La réouverture des
économies rationales (1939 aux années 1980), París, 1995.
G r á f i c o 5 ,1 . T a s a s d e i n v e r s i ó n y d e c r e c i m i e n t o d e l o s E s t a d o s U n i d o s y e l Japón
(1 9 5 0 -1 9 7 3 ) (p r o m e d io a n u a l, e n p o r c e n ta je ).
1963. los paises del bloque oriental firmaron, además, un acuerdo para com pen-
~ ar <je manera m u ltilateral los intercambios comerciales, debiendo realizar sus
págoTérTrublos de compensación, pero eri la pyácfica’Iás reiác ion es com e rcíal es
rnTitrnuáron efectuándose en el planó~bliateral. Aunque eTcóriTeTcinfenfré "lós
nóiseiTdel Comecon-aupientó ent.ce T95£Ly 1960 en aproxiiñadañieñie u n 12 <%T
rañual--noera- en comparación, suficiente para acercarseal ritmó impuesto p or las
'fco no m Ta Jcírturo pa O ccidental.
En los años_de posguerra se aceleraron asimismo ios procesos de em ancipa-"3
ción política y económica en varios países del Cercano Oriente,'iATrjcá y AsíaTEíF1
cóíorTiaiismo dio paso a nuevos gobiernos nacionales que mostraron sus aspira-/
"ciónes de’ TriayóFdesarroflcTeconómicó, y’íaTñdustrialización séTüe exlencliendo;'
hacia varias naciones jóvenes, aunque también produjo, cóm o secuelarguerras y \
~v "conflictos, fomentados lá~~mayoria de las'veces por las grandes p o te n cia sü -4
"cóíoríTalistás, com o las que se libraron en e¡ Congo Belga o en "Argelia? Siñ1" ^ ^
embargó?móchás~ex colonias conservaron relaciones especiaies có n lá s añ ticiuas i "
metrópolis.
Por otro lado, entre 1950 y 1970 el producto social bruto del conjunto de los
paises en vías de desarrollo aumentó en sólo el 2,8 % anual por habitante, y aunque
las diferencias entre los distintos paises eran m uy grandes, el resultado fue
relativamente pobre, comparado con las naciones industriales. Com o exportadores
de alimentos, varios paises en desarrollo dependían de la colocación de productos
cuya demanda crecía a escala mundial m ucho menos rápidamente que la de
productos industriales elaborados en Occidente. Otros exportaban materias
primas que iban siendo sustituidas por fibras sintéticas o materiales plásticos. En
cambio, los artículos fabricados en los países industriales demostraron tener una
demanda más dinámica, tanto en lo referente a bienes de consumo duradero com o
a bienes de capital. Esta distinta intensidad de la demanda provocó una diferencia
en la evolución,de los flujos comerciales en términos físicos e influyó en la
respectiva evolución de los precios y, por ende, en la relación de los térm inos de
intercambio. l.os precios de las m aterias, primas exportadas por los países en
desarrollo riesceírdieron tendencialmente hasta mediados de los años '50, m ien
tras que los de ios productos industriales exportados experimentaron una tenden
cia alcista. Muchos países subdesarrollados, entrg los que se contaba la Argentina,
se vieron afectados taqjhignpor po Iiti c a s j’estric ti vas com o la Poíitica'Agricóía
Común, queTedrrcfcíde manera notoria su capacidad expórfadoráeh m ercados de
grariTitiportancia en el pasado. Estos países, al ver que sus exportaciones
quedaban rezagadas con respecto a las naciones industriales del m undo occiden
tal, atribuyeron este proceso al poder ejercido por estas últimas y propulsaron sin
demasiado éxito una reestructuración del sistema económico mundial.
i-
496 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
P a ís e s 19 0 0 -1 9 1 3 1 9 1 3-1938 19 5 0 -1 9 7 3
C u a d r o 5 ,2 . R e l a c i ó n d e t é r m i n o s d e i n t e r c a m b i o e x p o r t a c i o n e s / i m p o r t a c i o n e s
(1 9 0 0 -1 9 7 3 ) (p a ís e s e n d e s a r r o l l o s e l e c c i o n a d o s ) .
' ÍB) Cí. M u sa c c h io , A zores, 'La especificidad de los procesos de integración: apuntes para
un nuevo enfoque", en 11Congreso Europeo de Lat¡noamericanistasCEISAL'98, Halle, 1998.
Jt03
498 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
(9) Morar B a s d c w a , Luiz Alberto, DeTiarti a Fidel: a revolufáo cubana e a América ¿afina.
Rio de Janeiro, 1998. págs. 151-173.
1101 FotiTAira:, Andre, Histoire de la Guerre Froide. tomo 2, París. 1967. págs. 49l-4í>‘i.
cA p 5 _j U N A D E C A D A D E IN E S T A B IL ID A D (1 9 5 5 -1 9 6 6 ) 499
son otros de los principales acontecimientos que marcaron esa etapa de los
dramáticos años '60'.
\ 5 .2 . LA EVOLUCION POLITICA
(11) Gobio, Juno, la caída de Perón/2 (de junio a setiembre de 1955), Buenos Aires,
1DS5, págs. 204 a 206.
112) R o u q u ic , A uvm, Poder militar y sociedad política en ia Argentina, Buenos Aires, 1986,
l'ñg. 125.
500 - ' HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
P a rtid o s p o lític o s V o to s %
UCR del Pueblo 2.106.524 24,20 "
UCR Intransigente 1.847.603 21,23
Socialista 525.721 6,04
Demócrata Cristiano 420.606 4,83
Demócrata 333.743 3,83 -
Demócrata Progresista»-' 363.806 4,18
Comunista 228,821 2,63
Vetos en blanco 2,115.861 24,31
P u e n te , e s ta d ís tic a s e le c to r a le s d e lo s d ia r io s d e la é p o c a .
P a rtid o s p o lític o s V o to s %
UCR del Pueblo 2.618.058 28.9
UCR Intransigente 4.070.875 44.9 K
Socialista - 147.498 ',6
Demócrata C ristiano 285.688 3.2
Demócrata 128.283 1,4
Demócrata Progresista 22.338 0,2
Comunista 264,746 2,9
Vetes en blanco 838.243 9.2
F u e n te : e s ta d ís tic a s e le c to r a le s d e lo s d ia r io s d e la é p o c a .
(14) Rouquie, Alain, Radicales y desarrollistas, Buenos Aires, 1975, pág. 96.
í
CAR 5 - UNA DECADA D E INESTABILIDAD (1955-1966) ; ■<
,/‘o . i ■ .
x • — • .......... ■"> ^ i , *’ ■■ ■■, .
^ 5.2,3. E l gobierno de J o sé M ar ía G uid o ! .
116) Roomoutz L amas, D aniel , La presidencia de frondizi. Buenos Aires, 1984, pág. 69. f
506 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
''U
o ljj^ldlólsquelo fjiciérón inviable. Los Sindicalistas peronistas combativos recha- /
755árTün nuevo pacto con el desarrollismórCás*có'nigñres'^oKticas"de' derecha;] i
¿ÓnTérvádorés, sodaíi^ás"ríemocráticos y la UCRP — infiuenaáda por fá dirigencia
sííñ^üzabté^e lc^cólorados^/sé bponian al acuerdo. Las disidencias internas de
los frentistas y las vacilaciones de los azules en sus propósitos integracionistas.
"féfííéron el a ^ íc E T e ñ t r e las FF.ÁA."' - ' V
El 2 de abril de 1963 la Marina se rebeló para modificar la estrategia electoral
del gobierno, siendo ’lmo'Vle los jefes dei'movimiento el ex vicepresidente Isaac
Rojas. La rebelión fue controlada porel Ejército con el apoyo de la Fuerza Aérea.
Pero, (cómo co ro la rio d é lá - crisis, los militares azules renunciaron a la táctica
j^g ra cío n Ts Ia Í~ n o r^;s ta 6 á ñ 'd is p u e sto s a prolongar los enfrentam ientos
íntercastrensesVn aceptaban negociar con Perom una integración más sólida del
pefónlsmoi La revancha colorada se consumó a través de las decisiones d e sus
vencedores
\
\ 5,2,4. E l gobierno de A rturo I l u a jJ ? « j e ? .
P a rtid o s p o lític o s V o to s %
F u e n t e : e s ta d ís tic a s e fe c to ra le s d e lo s d ia r io s d e la é p o c a s — -
(19) Sánchez, Pcdbo, La presidencia de lllia. Buenos Aires. 1983, págs. 69-72; Potash,
Koiimt A., i'I ejército y la política en la Argentina, 1962-1973. De la caída de Frondizi a la
restauración peronista, 1962-1966. Buenos Aires. 1994, págs. 206 y 207.
(20) Ai ■ Marceo) L.. De Frondizi a Alfonsin: la tradición política del radicalismo, tomo ■»
L Buenos Aires, 1984. págs. 165-169.
HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
peronista fue seguido porta parálisis, y esa circunstancia abrió el camino al diseño
de una nueva estrategia (2J),
La propia debilidad política del gobierno de Frohdizí contribuyó a configurar el
.nuevo perfil que adquirió el movimiento sindical, frente á los militares — que no
perdonaban al presidente su pacto con el peronismo ni su promesa de legalizarlo—
y a las grandes compañías — que, si bien aprovechaban las oportunidades que les
ofrecía la política económica, presionaban para que esa política fuera administra
da por alguien con menos compromisos— , F romdizi intentó integrar a los lideres
sindicales en su empresa política. Para ello, levantó las restricciones que pesaban
sobré ia actividad sindical, com enzó las negociaciones para la normalización de
la C G T y permitió la serruiegalizáción del peronismo. De esta manera, buscaba
recuperar la línea negociadora de los meses iniciales de su mandato. Si bien esta
apertura favoreció ia emergencia de sectores sindicales moderados dispuestos a
llegar a acuerdos con el gobierno, el intento no obtuvo éxitos inmediatos. A ¡o largo
de I961 tres paros generales lograron quebrar la rígida política salarial del
'
.'¡i- Ejecutivo, contribuyeron a la renuncia de tres ministros de Economía, anularon de
m odo parcial el impacto negativo del programa estabilizador y, en definitiva,
permitieron al sindicalismo recuperar su fortaleza. Fue especialmente importante
ia huelga de seis semanas de los trabajadores ferroviarios para protestar contra la
/acionalización de ios ferrocarriles y la reducción de personal del se^tcuU2^).
Sin embargo, la apertura de F romdizi tuvo efectos a largo plazo. Los dirigentes
sindicales tomaron conciencia de su poder para presionar en el marco de un
'i ¡: sistema político caracterizado por la fragilidad de ios gobiernos_.y_líLP£¡'§istenTe
; M' j j
división de sus adversarios políticos y sociales. Igualmente, se abrió la posibilidad
de la incorporación de los sindicalistas al cambiante juego de las transacciones
políticas propias del periodo. En lugar de la movilización de base y el enfrentamiento
de clases, característicos de la 'resistencia'', el siridicalismo comenzó'a desarrólfar
l a estrategia de presión política para afectarla estabilidad de los gobiernos civiles
y militares que mantuvieran la proscripción del peronismo.
Mientras tanto, el logro de la unidad sindical com o paso previo a la normali
zación de la C G T tuvo un desarrollo sinuoso. Un intento fallido se llevó a cabo a
mediados de 1959, en uri escenario desfavorable debido a la depresión salarial,
la desocupación y la severa represión. El objetivo fue retomado promediando
1960 cuando ios sectores independientes junto con el MUCS reiniciaron el diálogo
con el sindicalismo peronista. Las gestiones culminaron con la formación de la
Comisión de los 20, en la que estaban representados, por mitades, los gremios
independientes y las 62 Organizaciones. La Comisión logró entrevistarse con el
presidente F romdizi y, como consecuencia, él gobierno decidió entregar la central
f :| óbrera el l » de m arzo de 196 K Luego de superar diversas controversias entre los
I sectores de la Comisión, el 16 dé marzo los representantes más acreditados deí.
I.
m edio gremial asumieron la conducción provisoria de la CGT. Entre los miembros2 3
(25) C aleu-o . OsvALDoy Pabceko, DArticL. De Vandora Ubaldini/I, Buenos Aires, 1984. pAgs.
60-62.
CAP. 5 - UNA DECADA DE INESTABILIDAD (1955-1966) 515
(26) Cf. Rooriquez L amas, D aniel, La 'Revolución Libertadora'. Buenos Aires. 1985.
CAP. 5 - UNA DECADA DE INESTABILIDAD (1955 - 1966)
\51f/
( 31) S idicako. Ricardo, 'Poder y crisis de la gran burguesía agraria", en Rouauir., Ai ai~.
Argentina, hoy, 1982, pág. 59.
(32) StoAnc, María, El burgués maldito, Buenos Aires, 1998, pág. 103.
CAP. 5 -U N A DECADA DE INESTABILIDAD (1955-1966) ' 521.
^ (~A partir del golpe militar de 1955 la Argentina com enzó a acercarse a ios
I¡neamíé7)tos~q~ué’~eñ materia de política exterior los Estados Unidos Jiabían
diseñado para América Latina en el marco de la erra Tría. Bájo é l gobierno militar
de la autodenominada 'Revolución Libertadora", nuestro paiSfratlficóTíCarta de
ijTü E A y el Tratado de Bretlon Woods/adhiriéndose también aíToñdcTÍIon e tario
Internacional (FMI) y al Eañcólriternaciónai de Reconstrucción^ Desarrollo (BIRD),
^organismos internacionales de los cuales el gobierno peronista se había manteni
do_al margen. Además, se abandonaron los acuerdos bilaterales firmados durante
la década anteriory se tomaron iniciativas para impulsar la muftilateralízación del
comerció ' '
^ ErpeLám bito de la seguridad hemisférica se privilegiaron las relacionesxon
ashington, y el presidente A kamburu firmó una serie de acuerdos de cooperación
e^dÍante_Jos cuales su gobierno aceptó el funcionamiento permanente de una
v/>
* ■ 534
(36) CisntRos, AfiDRts y Escude, C arlos, Historia general de las relaciones exteriores de la
Hcpüblica Argentina, tomó XIII, 'Las relaciones políticas, 1943-1966', Buenos Aires, 1999,
l’-igs. 201-206.
/
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•< ■y
dispuestos a dar esa ayuda, com o había pasado ya con la Revolución Libertadora,
'^uér^yünturalm ente^ios'iñterése^deW a'shinQ ton coincidían con la oposició n
-TrterñiTtiFios m ilitares!3^ J ~ •
. (43) Rapofort, Mario, "La Argentina y la Guerra Fría. Opciones económicas y estratégicas
de la apertura hacia el Este, 1955-1973", en Ciclos en la historia, la economía y la sociedad.
b s 8, primer semestre de 1995, pág. 96.
(44) O deda. Isidro J., Libertadores y desarroüistas 1955-1962, Buenos Aires. 1984. pjg£
304-306.
CAP. 5 - UNA DECADA DE INESTABILIDAD (1955-1966) \5 2 7
V
estructuras sociales. Para F rohdizi era m ás importante recibir ayuda destinada a la /*
Conformación de industrias de base o al fórtafécímTeñto de los procesos de
¡ridusTrlalización. l o q ue se articúlabámejor con su política de apertura hacia ios i *>'
Capitales extranjeros (^)l En éstaCCbm o en otras'cuestiones, la Casa Rosada
mantuvcTdistandas coi? respecto a Washington.
Un aspecto caracteristico del periodo fue. la intensa actividad desplegad a pór \
fno.-DizTy su diptómáciá,~que^süTñrá'Treciientemente ü rTcarácter personal, en el
' ámbitoTñtemacional, a pesar de los problemas internos que padeció su gobierno.
presidente realizó n'ufrierosos viajes al exterior, especialmente a los Estados"
Unidos, dónde se entrevistó con E isepihower y K emhedy, y fue recibido porel Congreso
CCrteamerícano; a diversos países europeos (entrevistaFcon D e Qaulle y Á deh alte r) ,~
■yTTa India, el Ja p ó n y otras partes del murtdó ráele más de sus frecuentes viajes
~'¿órLatinoamérica. Esto, según éí, iba a contribuirá consol id arel aporte e conóm i-
^ójjroveniente del mundo más desámolladb r á cambiar eÍ'peffird"el ¡ñtercaÍTÍ&ió
comercial del país y a fortalecer la imagen de la Argentina én" éf cbncierto cle Tas
'ñacibnes. sin"embargo, eñ^esos viajes debió enfrentar las crecientes actitudes
"proteccionistas de los países ricos, percibiendo, al m ism o tiempo, la resistencia
d„e muchos de ellos á abandona? sus políticas néocolonialés. J
La política exterior frondizista, aunque centrada en los presupuestos básicos
arriba descriptos. mostró facetas contradictorias que, por otra parte, tuvieron q ue
've’rcotTla si tuacioñTñterna del pais y las cambiantes circunstancias del escenario
internacional.
Aunque el golpe de Estado que derribó a F romdizi pudo tener ap>oyo en ciertos
circuios de proder eh Washington vinculados a los militares argentinos, el Depar-
lamento de Estado mantuvo una actitud renuente’ a~acép>tár inmediatamente el
cambio de gobierno, por lo que el reconocimiento del nuevo presidente, J osé M aría
Quroo, se fue dembrañdoT~Perg pronta la bñsís fmáncíera por la queatravesaba
la Argentina y el riesgo deexpañ slórTcIeIco inu riis m oeñ ia región determinaron que -
lósEstados Unidos prestaran nosóloayuda militar,sino también apoyo eco.njárnic;o_.
£
aTgobiérno dé G uido, que adoptó una política exterior más complaciente hacia el
paísdel Piorte. Com o señalaba un canciller de ese período: "nosotros estamos con
Occidente porque somos Occidente. Argéntmálídhieré'sin réservis a los objeti vos
fuñdamentaíés déla política que desarrollan las grapdes potencias bcadéÍTláTesde
Europa y Estados Uñidos de América* f*6).
Así, el país colaboró militarmente con los Estados Unidos en la crisis
provocadá'por TáTnstaíácioñ de misiles soviéticos én territorio cubano párticipíah-
do deTblbqué'ba la isla caribeña con el envío de naves de guerra y aviones de 4 6
5
9
chile. México, Paraguay, Perú y Uruguay y, poco después. Colombia y Ecu a dor.
Dichojratado adoptó- una serie de mecanismos para formar una zona d e libre
comercio y dejó esta b Iec¡ d aTormáTm en té laALÁ LC . ETh echo de que la integración
debierFfealjzarse entre países bastante aislados entre sí, con un alto q ra d o jJe
proteccionismo aduanero en algunos casos, una infraestructura de transportes
deficiente y con grandes desigualdades en los niveles de desarrollo y estructura
"productiva le confirió a la ALALC un carácter pragmático, que se expreso e rTfa
flexibilidad de los mecanismos de negociación, las excepciones, los tratamientos
recíprocos ’y Ta~~pósibilidad dé revisar en forma perm anente las concesiones
aduaneras (52)í
I Al asumir J amo Q uadros la presidencia del Brasil com enzó a gestarse con la [
Argentina un nivel de diálogo nuncaaícaUzado hasta- entoTTcés en sus relacioné! [ |
bilaterales^ Desdéñese momento ia cancillería argentina procuró ilevaFa c a b o un i j
p rovecto d estinado a un m ayory mejor entendimiento con eÍBrasil. El inicio d e esta j¡ _
"Apolítica de acercamiento cristalizó en la conferencia q u é ío s p residentes de a m b o s 1f|^[
países, A rturo Fkot¡di2i y J amo Q ladros, realizaron entre el 20 y él 22 de abril d e 19 6 1 i i
en la dudad de UruguayanaTEl prop5siF6"Jé!EsIcn;ricueritro consistió no só lo en j l f
~consólídar y desarrollar Tos~\inculos bilaterales éntre ambas naciones, sino, f i
esencialmente, en coordinar unaacción internacional com ún, tanto trente a los i ;
grandes centros de poder mundial como en ios organismos internacionales e ¡; '
instituciones muTtilateraies^dc financiamFéñto. ” )
l Ambos mandatarios comprendieron que la Argentina y el Brasil debían dejar
de competlr~para influenciar a los países vecinos y orientar sus esfuerzos en eí
desarrollo de la región. En cuanto a increme ntar el com ercio reciproco, según la
opinión de F ro m uzi , la cooperación entrojas dos repúblicas tenía que estar
fundamentada en el hecho de que ambas estaban atravesando un acelerado
í>roeeso d e in d us triaIiza c ió n y ofrecían rriéfca’d o sco n crecientecapacidad a d q u K í<0
sitiva para’ absorber manufacturas producidas en los dos países. Su principal
j i -1
interés'coñsistía no solamente en la venta de cereales ál m ercado brasileñ o , sino >
/*
también en productos argentinos industrializados.^
Esta idea tenía sentido, por cuanto su gobierno había ¡m plementado u n -^
programa para- lograr el autoabastécím ¡éritó petrólero~y7~con la" íñstaiacióri- cfé 1
empresas extranjeras, po dlalTu men tar iá' producción de automotores y caucho ■
s¡ntéticbí~asT"cómo la de acero._Tfo podía aceptar, por lo tanto, qué'ér "Brasil 7
continuase~corépfaridó soláme'nte materias primas d é ¡a A rgentina, en especial /
cereales, mientras le vendía manufacturas de acero, com o vehículos, m aquinarias J;
ylnaterial ferroviario. E í presidente argentino sostuvo entonces qué la Argentina ¡ í 1■
liabiaTniñténldo durante un siglo ese tlpó de infercamb¡o cón Oran Bretaña y no y,'/,
estaba dispuesta a sustituir ü7ía~depé~ndencia por otra TQffÁbRÓs prócuro^'neutralizar
c^sconcéptós'argumentando que eí intercambio entre los países íátinoamerica-
nos debía buscar íá ”dTvemriTc"ációñ dé’ bienes, á s í^ ó m o también’ desechar
a ¿‘.dé ^
•v Ic h ALTP'cc
is ;
4¿ j l & .
( .OAV' aCa 1-'
(52) Laí-us, J ijar A., La integración económica de América Latina, Buenos Aires. I 972.
I>á¡|. 105.
532 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
Í
deliberaciones, los dos presidentes suscribieron un documento conocido como
Declaración de Urugúayana, elT2*d¿ abril de_1961, en donde quedó sentada U na
serie de puntos entré los que sobresalió el Acuerdo de intercam bio de Información
y Consulta (S3).
El triunfo de la revolución cubana encabezada por f idel C astro en los primeros
dias de 1959 habia generado fuertes tensiones en el hemisferio, e introdujo los
conceptos de la Guerra Tria en las relaciones entre los Estados Unidos y América
Latina, por primera vez desde los comienzos del conflicto norteamericano-
soviético. En respuesta al desafío cubano, los Estados Unidos iniciaron una serie
de sanciones económicas ypatrocínarorTla invasión de Bahía de Cochinos para "
eliminar áf"gobierno castrista. El fracaso de'estás medidas obligó a Washington a
desplegar una estrategiá que consistió’ en aislar á Cuba del^ontinentéT^esacfedP
tar su gobierno mediante una intensa campaña ideológica, lanzaFlTljrrograrna de~~“
la~AÍianza paralel Progreso (AP) y próm ovej la seguridad continental. La Ap
representó la vanante económica de la respuesta norteamericana. Constituía un
ptañ de (mandam iento destinado a los países de Américá~l?atiria cuyo o_bjetTvo
oficiál-consiSÍía en acelerar la tasa de crecimiento de la región con la finalidad cT¿
ayudar a configurar estructuras económicas y sociales capaces de representar una
alternativa al ejemplo cubano. Pero su liiiplémentacióri práctica msultó un fracasa
p u es,"aunque significó cierto paliativo para algunos de los países latinoamericanos
más pobres, no resolviólos problemas estructurales del desarrollo del continente
Por un lado, supeditaba lá~ayudá ecoñó7ñTcá- á los requerimientos y objetivos"
estratégicos dé los Estados uníaos sin tener eñeuénta Tas características de cada’
país/por otro, los montos otorgados eran relativamente pequeños. 7tdemás~. la~AP~
fue pronto abandonada tras él “asesinato del presidente KtnntDY.
La cuestión de Cuba tuvo significativas repercusiones en la Argentina cuando
el presidente F rohÍdizí concedió una é7Urevísfa, sérpTiéstainerité"sé0féta, a ’EkñcsTO
' C he* GuEvARÁ7~éñ~la~residend~a presidencial de Olivos, el 18 dé'ag5sto"deri 961.
G uevara habia asistido a la reunión del Consejo InteraméíTcano Económico y Social
que se désaVfóItábá en Punta dél Éste com o ministró de lndusbT5'3eXuba7é"n lá ^
cual", a" pesar "dé su oposición, se había avalado la Alianza para el Progreso y se
habían aprobado los mecanismos páraTmpíementarla. Én un discurso que tuvo
mucha repercusión, G uevara habia afirmado que sí los EÉ.UU. continuaban con su
politicaque subordináblfaTos puebloslatinoamericanos, la Cordillera de los Andes
se transformaría en la "Sierra Maestra de América", en alusión a las montanas
donde se había iniciado el movimiento castristá eri~CubaT~
Durante su breve encuentro con F romdizi, G uevara ratificó la intención de su país
\de mantenerse en el sistema interamericano y subrayó que aunque la Revolución
tenía un caráctéY'sbcíalisíá "eirá independiente de la U R S S Y T o r s u partc, el
(53) Cf. Ministerio das Relacóes Exteriores do Brasil, Textos de la Declaración tic
Urugúayana, Río de Janeiro. 1961; C onil Paz, A lberto y F errari, G ustavo, Política exterior
argentina (1930-1962), Buenos Aires, 1966.
CAP. 5 - UNA DECADA DE INESTABILIDAD (1955-1966) 53 3
\ Desde los años '60 ia Argentina y Gran Bretaña iniciaron numerosas n egocia ^
dones, conversaciones y gestiones, fórmales y menos formales, pú blicas o
\\\?s.
¡ •
5 ,6 ,1 . Las c o r r ie n te s e c o n ó m ic a s / '- -x -
derrocam iento de Peroj reabrió los debates en torno aja dirección en la que
debería o rie n ja rs je l proceso económico. Distintas teorías, diferentes concepcio
n e s político-sociales y diversos intereses de grupos económicos se m anifestaron
abiertamente, dando' íuq¥r~amúItipíes proyectos, muchas veces contradictorios o
incompatibles entre sí!) La creciente hetereógen’eidad de los grupos económicos
impedia que alguno dé ellos pudiese im poner su propia perspectiva, lo cual
generaba un cam pó propicio para la conformacióndealianzas, pero abría también
\ Ta posibilidad de úna inestabilidad económica que se proyectaraTíaciá el campo
■ l político. La volatilidad y el carácter meramente coyuntural de las alianzas que se.
i
formaron a partir de 1955 hicieron prevalecería segunda tendencia, hecho que se
observó cóñ prístina claridad en los dos lustros posteriores al golpe de- Í955, no
sórc_ en qa'preséricrá '3 e 'cTia trb gobiernos con una concépcion'económica
már^fdañTenté direrente. sirio también en las permanentes marchas y contramar-
"cFásTJcri[ró'dé cad3 'iJñó“dé é lló s r " ' ' —
£1 proceso de industrialización de las úítimas décadas había complejizado
/I
! extraordinariamente las estructuras económico-sociales del ¡país} No existía ya un
I grupo dominante y habiarTlfiorécido múltiples 'contradicciones secundarias!
*5
7
6
(56) Los trabajos de Preciseti, asi como la literatura que analiza su obra, son particular
mente extensos. Una lista de ambos y una síntesis de sus principales ¡deas pueden
consultarse en A lbuquerque L iorems. Frrkcisco, Raúl Prebisch. Madrid, 1989.
(57) Cf. Pmtoo, Federico, Trabajoso resurgimiento argentino, Buenos Aires. 1968. A zaketto,
Roberto, Federico Pinedo, político y economista. Buenos Aires, 1998, págs. 234-254.
/
CAP. 5 - UNA DECADA DE INESTABILIDAD (1 9 5 5 -1 9 6 6 ) _________ 5 3 7
iñllaciori se" debía con éxdusividad^Lpn fenómeno de demanda estimulada por la-
expansión m onetaria^ ’ "f^f J
Mientras tanto, la posición q u e F errer denomina 'neoliberal", sin apartarse por )
completó de la hipótesis que vincula la inflación a la emisión m onetaria, interpre- ^ 89
5
I taba que ese m odelo m onocausal no bastaba para entender el comportamiento de'
J os precios. Spgim el planteo neoliberal, la inflación también se debia a un
problem a de costos dFproducción y de expectativas, por lo qué sucom bate nn
podía reducirse a una política monetaria más estncta, sino Que demandaba un
cónjürifó'dcboliTícásbúblicasllíñqidas a fomentarla competencia. incrementar ¡a~
eficicnda! niejorarel abastecimiento interno ym odificar los hábitos de compra del
publico, además de establecer acuerdos con los principales grupos empresarios"
para rom per con lajnercia de expectativas inflacionarias, Esta inteipretaaoñ
tendrá s u implementación con el plan económico de K rieger V as^ ma de 1967, que-
^analizaremos detailadameñfé en el capitulo siguiente?0). '
¿r A pesar de su apariencia ortodoxa, dice-D e Pablo, para K rieger la inflación en
/la ArgeñGñá se debería a dos causas: t)a presión de los costos y las expectativas"
í A u n q ue diera la im presión d e lju e se estaba atacando también la infiaciofrjkn-
1 exceso de dem anda, en verdad durante su m inisterio K rieger no adoptaTiarringuna
¡ medida para reducirla, sino que, por el contrario, la estimularía. Poi olía parte; era
partidario d e un tipo de cambio lijo que redujera las expectativas de los agentes
- económicos. Los acuerdos de precios con las principales firmas dél sector
' industrial y ládetermlriácrón de los salarios nominales por decretos gubernamen-
^ |tares'formaban parte de una estrategia que tendía a~7avorecer erbésarroíio
1industrial y que incluía la intervención def Estado a través de la iñvgpsTon pública
Ty el estimulo a la~TñversTon extranjera ("T.
s~ Com o puede observarse,! las diferencias de interpretación del fenómeno.
I inflacionario derivaban en algunas'dívergendás conrespcf ‘ o al grado de interven-
t cíoií del Estado (más abarcativá cn la concepción "neoliberal") y en él papel délos
\ s a liü io r (c u y ó s a u H ^ Í ^ ’maisivósTlévábáñ, para ios más ortodoxos, a excesos de
' Qemanaa y süUas 'iIe préciÓs), mientras los "neoliberales* trataban de briscar un
i trqu i! ib Fio en í re las necesidades de demanda efectiva, la eficiencia con aumento
) "3ela escala de producción y la reducción de costos. Esas divergencias repercutían
yft/ también Sób'fetá' orientación genera! de la producción y el comerció! que páralos
2# primeros se encontraba fundamentalmente ‘en las exportaciones tradicionales,
^i) mientras que en lá segunda interpretación jugaban un pápeTmás significativo Ja.
sáfi demanda interna y las exportaciones no tradicionales. Por eso, si bien ambos
i com partíanun Herramental analítico básico y ciertos puñtosde partida comunes,
V siís diferencias inlluian'en proyectos de política ecóhómica'distiñtósj "
( -Por último, comenzaba a afirmarse una corriente desarrollista que tenia corno I
refereñtes a 'FRonDizi y Frigerio y sostenía en principio una amplia transformación de 4
la estructura productiva com o base para lograr el desarrollo económico del pais^á
' ?“ ... '................... ....... " *601
---------- ^ -------
(60) Una aproximación al planteo expuesto puede consultarse en Ministerio de
Economía y Trabajo, La Argentina construye. Programa económico para 1968, Buenos Aires,
1968.
(61) D e Pablo, J uan C arlos, 'Precios relativos, distribución del ingreso y planes de
estabilización: la experiencia de la Argentina durante 1967-70'. en Desarrollo Económico,
IT* 57. abril-junio de 1975, págs. 67-70.
CAP. 5 - UNA DECADA DE INESTABILIDAD f 1955-1966) 539
\
a partir de un herramental analitico que tenia una fuerte impronta marxista e n su ;
lenguaje. Pero aunque ño se proclainabaíibcral tampoco pretendj.ajapartacs.e.de-¿-
íg ni o id es del sistema capitalista y o reponía .jen cambio. (Lina mayor apertura de
lá^éSñoíñia argentina, con el objeto, soBre todo, de ~¿rráer"capítales extranjeros í’- 1
,
v fesóTve nJTpró b Iérña“d c l estrangulamieñfode^ la balanza de pagos sustituyendo i
in'ípórtácioñés ciave, com o los cónibü^>bles.~y desarrollando industrias d_<s_base.j &
una serie de proyectos que se impondrían brevemente en el lapso de los doce años i
sTaínénles y sucumbirían ante la persistente inestabilidad política que azotarla a la ; / v
ÁfoeñtTñ^deesa época. Con todo, iaTñdustria marcáriájsícreriTpas del crecim lefito, Van
'aunque pagando un alto precio por la falta de un proyecto firme y continuo e n ¿i
píazo. Dictios proyectos se corresponden (conalgunas intérrüpdtm esEhon i t
1oTcuatro"gobiernos del período bajo análisis: la Revolución Libertador a ,(-L9 5 5- ' ■'
l9o8)~él D^árrcinsrrTó~'tT^5S-1962); el gobierno de G uido (19Ü2-J 9fi3> v_aL -i-,
Radicalismo 0 9 6 3 -1 9 6 6 ). AnátícerrioS'éstos cuatro subperiodó's'efTdefalIei ['
— ---------------- -- ~— =====------- ‘ “ ~ -------— -------— í.¡
(62) Prccisch, Raúl. Informes económicos, Presidencia de la Ración. Buenos Aires, 1955-
1956.
HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
~\
i
situácToriñTeT divisas, las dificultades del coinerciñbxtérTórñIa~rrecésTdád ¿e
inversión en sectores clavé cóm o el del petróleo, las frágiles bases del sector
ímdustrial o éI 'Bájo~ c rec irriTento de ¡a productividad. A pésarjde que en muchos
¡temas se exagerara la magnitud délos problémás7éra evidente queéstos existían.
'Co qué rio'resuTfáBafañ'ób'vio era la supuesta pasividad del gobierno precedente,
aun cuando püdiéfañáclfácáraele errores deérifoque o de eficacia érilas m e d ito
I adoptarías' .................................... , ~ ‘
(65) Cf. RxrtDtL. Pablo, Claves de la economía argentina. 1819-1983, Buenos Aires, 1903,
pág. 162.
(66) Cf- Loreíottti, J. (1996).
(67) Malloh, R. y S ourbouille, J. (1976), pág. 73!
(68) O deíia, 1. (1984), pág. 39. í- , / .,
V.
r.A pesar riel mavor volumen de las exportaciones, el.valor en dolares de éstas
( aumentó sólo urí 7 % Centre 1955 y 1958. con el agravante de producir una
i liquidación de vientre^ que comprometió la~evolución fünira~Be~]ós~pÍanteles
I gá ¡laderos y d o las exportaciones de carne. El im pacto de lasm edicas de estímulo
á~íaproducción agrícola, alño operar sobre las causas del estancamiento, tampoco
arrojaba resultados positivos. El PB1 del sector de agricultura, silvicultura, caza y
pesca mostró una paula^na contracción..pasando, de 8.829,1 millones-de pesos
en 1955 a 8 .7 4 9 ,4 millones en 1958 l65}.
^Además, las entradas de capital extranjero fueron de escaso montojdespués
\ de la ayuda especial recibida en l 9 5 6,(debido a ja cautelosa política adoptada con
^respecto a ¡a inversión privada) [A ello contribuyeron la cancelación de las
r ' tiegociacTonesTconja California Argentina de Petróleoly ei largó tiempo requerido
para negociar nuevos préstamos extranjeros. ’
Al eliminarse el control de importaciones se incrementó notoriamente la
demanda de divisas, reprimidá^óTañlevanós'año sTDé esteTTiodó, la^mpóríáción'
d e automotores registró un alto crecimiento, dado que se permitió pagarlos al tipo
t¡; P de cam bio libre, aunque con recargos variables según la clase de vehículo. Entre
% T 9 5 5 ~y~Í957. jgl_.voj.umen de la importación de automóviles se duplicó, el de
/ repuestos para automotores aumentó más_ de tres veces, y el de chasis para
\ camiones de carga y óm nibus subió ocho veces.£para contrarrestar las volumino-
sas miportaciones se intentó aplicar tipos de cambio más altos a una serie de
iene s ju nto á~depositds previos a la importación. Pero~el ba ia n c e comerdal
continuó deteriorándose, hasta que finalmente, en 1958. las restricciones cuan-
ntátívás fueron ré im p la n tad a s^in embargo, el rubro qUe más presionaba sobre
las compras externas seguía siendo el de los combustibles] que saltó de los 205
millones de d ólares en 1955 a 317 millones en 1957 (de los cuales 272 millones
correspondían al petróleo), cifra que representaba casi el 25 % de las importacio
nes totales del país.lHuevamcnte, en lugar de atacar las causas, el gobierno trataba
de mitigar los efectos,- las medidas para controlar el problema fueron la imposición
cíe racionamiento de combustibles con cortes en el suministro de energía eléctrica
en las grandes ciudádes.¡
En el ámbito interno, el gobierno intentó promover la expansión económ[ca con
estabilidad, pero debió ceder frente a la lucha por la distribución del ingreso. En su
informe, Pbebjsch había consideradoq¡7eéllríecto inicíaTde la dévaTüácioíTsobrejeL
nivel de los precios Internos sólo alcanzaría ai 10 % . Sobre la base de esta estimacicm,
a Tines de 1955 se otorgó un ajúste general de salarios por ese monto, pero en los
, ■ rnéses póstérióres se hizo evidente que el empresariado en generáíjüzgaba que jos
</ ■ preciosy sus márgenes de ganancia también requerían ajustes. Cuando el aumento
j dé los precios excedió el 10 % concedido al sector asalariado, las dificultades egel
yÁ ámbito laboral comenzaron a multiplicarse a tal punto que la écoríoTnTá^quedójp
i-A parte paralizada por las huelgas iniciadas en setiembre de 1956. f¡riaimen_te,-se6 9
(69) Cf. O dema, Isidro (1984); y OtRChunorr, P. y Llacii, L. (1998). Las cifras están
expresadas en moneda constante a precios de 1970. fuente; BAC (1982).
CAP. 5 - UNA D E C A D A D E IN E S T A B IL ID A D (1 9 5 5 -1 9 6 6 ) 545
concedió otro ajuste general de salarios, q ue promedió el 40 % por encima del nivel¡
aémarzo de 1954, con efecto retroactivo a marzo de 1956. be esta manera, quedab,
restaurado en la práctica el sistema impuesto por el gobierno peronista de otorga
aumentos generales de salarios cada dos años, en el mes mencionado.
i El error de cálculo con respecto a! impacto de la devaluación sobre los precios
la reapertura de la puja en la distribución del ingreso y la imposibilidad de controla,
eficazmente el gasto publico y !a expansión monetaria empujaron de manera’
progresiva la tasa de inflación hacia arriba.'
V a ria c ió n de la
Tasa de C a n tid a d de d in e ro S a la rio real V a ria ció n d el
A ño c a n tid a d
in fla c ió n (% ) en m illo n e s de mSn (1960=100) s a la rio real (% )
d e d in e ro (%)
Tasa de
A ño PB1
cree. (% )
F u e n te : B C R A (1 9 7 5 ).
R e la c ió n
Año Im p o rta c io n e s E xp o rta cion e s S aldo
E x p o rtJ P B I
v 5 ,6 .3 . E l d e s a x r o l l i s m o Au
? = * = = = = = = ■ <
. Mientras el gobierno revolucionario se debatía entre la cnsis ecooomica.y la
/ crisis política, la división del radicalismo permitió que uno de sus dos sectores
revisara a fondo sus bases doctrinarias y su programa poiitico-económicoJEn torno,
ál candidato de la Ú C R I^A rturo FRonwzi|se aglutinó un grupo de cojaboradoresde
distintas extracciones politícáátLós más destacados eran Marcos MERCMtfisKvyB riso
S trobimo , provenientes del socialismo; J uan J osé R eal, del Partido~Comun)stacAKTi;Ho
J auretcÍ e y KAUL S cálabrimi Ó rtíz, de FORJA; I sidro O oe.i a y Ramón P rieto , del peronismo;
M ariAno MomEMÁyoé7 A rtmloo MÜsich, O scar CAmíiori y C ^ l o s F lorít . del nádonajjsjxio
católico, mitre otros.Imuchos de los cuales colaboraban en la revistaQuédjrKjicrí
por un émpresárió que había militado en una agrupación de"cófté izquierdista
denom inada '/nsurrex/t./hoGuio F rioerio.
l í j ...
CAP. 5 - UNA DECADA DE INESTABILIDAD (1955-1966) 5 4 7,
, v •
Cá K producía, aquélla debia tomar el camino inverso al seguido hasta entonces,
/ ^ c o m e n z a n d o por erigir las industrias básicas.acero, petroquímica, metalmecánica,
/ / a u to m o triz , máquinas herramienta y generación de energía.
Este planteo llevaba a tres conceptos fundamentales del programa de política
| económica. El primero se nutria de una crítica frontal del liberalismo económico
| com o camino para el desarrollo. Si la debilidad del proceso de acumulación
\ devenía déla propia estructura y se amplificaba con las características morfológicas
i de) com ercio exterior, uña política liberal podría contribuir a mejorar la eficiencia,
i peromantenia los mecanismos que bloqueaban la acumulación. Por eso, el Estado
\ debía .intervenir de manera firme, basado en el principio de eficacia, fijando las
i prioridades éñTélación con ios sectores a desarrollar y estableciendo un conjuran
de estánuiosf tales com o una tuerte protección arancelaria, un régimen de
' ■prom oción jndustriaí que combinara una política tributaria lavorableTOh el ap'brte
crediticio necesario y el^ estimulo á T a generación dé tecñólogiés~apTicadas,
incentivando el incremento de la invérsIóñéTíñcíusó, iñvolucrándose~díreclamen
: té~”en 'aquellos campos en los que él sector privado no pudiese ofrecer una
respuesta totalmente satisfactoria^ 13"intervención déí Estado no implicaba, en ■
contraposición aT pasado. un manejo arbitrario de variables tales comcTprecIos,
| safarios o tipo de cambio. Un control de precios, por caso, podía d etener la tasa
déTñfl ación, pero, a! no atacarla en sus causas, sófo conducía agüe lospróbiémas
sé ñíañiféstaráñde otra formal por e jempro~cc>n desabastecimiento y aparición de
/"mercados negros*. ' ¡
f— El segundo co ncepto era la necesidad de imprimirle al programa de desarrollo
un ritmo acelerado. Dado que, con el paso del tiempo, la brecha co n lo s paises
( desarrollados tendía a crecer y a agravar las dificultades estructurales, frenando
, paulatinamente la acumulación, incrementando la pobreza y ampliando las
. diferencias regionales, se debia forzar todo lo posible el ritmo de concreción de
los resultados del plan de desarrollo.
-/T~~- -En tercer lugar,(la aplicación de una política de desarrollóla "marcha forzada'
( f podía’ realizarsé jdé dos manéfa's: potenciando la acumulación de las empresas
locales con una drástica redistribución regresiva^ del ingreso o' recurriendo
masivamente al capital extranjerolLa primera solución, en principio, entrañaba
serios problemas. Ante todo, puesto^qu^ el subdesajjollo devenia.de la baja
acumulación y de las dificultades eñTaígeneración local de tecnología, tal políticj_
resultaba insuficiente, élriclusó la contracción del consumo podía deséncadenaL-
rápídamente una crisis de sobreproducción. Además^ ja disminución sustancial
del nivel dé vida causada por una redistribución del ingreso generaría tensiones
K . sociales graves, de manera qué la política de desarrollo sólo podría señejecutada.
/ con «n a tuerte represión qué ponía éñpeligro el sistema óemocrátlcoTPor esa la
I , ¡ opción de" recurrirá! "capital extranjero se vislumbraba corñoíá mejor pañi sostener
1J V i'■el • ritmo deseado de e x pañsToñ'de las fuérzas productivas en un marco de paz social
' y legalidad. En este sentido, diferenciando el nacionalismo de fines de jnaciona
1TTsTfro’de^ medros, el désarrollismcT planteó la función liberadora del capital
' extranjero cuando éste era aplicado a loTséctores prioritarios para el desarrollo)
■asi com o la nécesidad de restringirlo c u andoé¡Tor íéntaba hacia los sectores que
■reforzaban las estructuras subdesarrolladas. For supuesto, esto no implicaba
i? '
CAP. 5 - UNA DECADA DE INESTABILIDAD {1955-1966) 549
Y(t.7
2
(74) Cf. Sabato, A rturo, Petróleo: liberación o dependencia, Buenos Aires, 1974.
(75) Rapoport, M. (1997), págs, 349064.
ChP. 5 - UNA DECADA DE INESTABILIDAD (1955-1966)
(76) El contenido de los contratos puede encontrarse en Liceaga, J osé, Petróleo!, Buenos
Aires, 1965. Los argumentos de la critica se esbozan en el Diario de Sesiones de la Cámara
ile Diputados de la Ilación, Buenos Aires, 1958; D el. Rio, J orge, 'L os contratos en materia
petrolera", en La Ley. tomo 97; Nosigua , J ulio, EI desarrollismo. Buenos Aires. 1985. Una
réplica a dichas criticas puede consultarse en S abato, A rturo (197A); Liceaga, J. (1965).
(77) L encinas, J osé H ipólito. El petróleo y los jerarcas del centralismo porteño, Buenos
Aires, 1958, pág.l A.
(78) Citado en O de« a, I, ( 1934).
554 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
Lií debilitaba, com o lo en tendían num erosos dirigentes gremiales, agudizando los
conflictos internos e n las agrupaciones sindicales.
X a ruptura de la alianza amenazaba seriamente la política del gobierno
frenando e(7ítmo~qué se le quería imprimir ai programa de desarrollo. Sin embargo
F rompizi no dio m archa atrás en la política petrolera y pronto comenzaron g llegar
las inversiones-'.. Aúntjue ponía en cuestión su situación cuasimonopólica, ,YPF no
resultó desrnanteiadá. Por el contrario, la empresa pública contaba ahora con
recursos provenientes tañto~de iáslrarisferendas que recibía de la administración
central, com o de la diferencia entre el costo del combustible comprado a las firmas
\ ' P ;
'privadas y cT precio~dé Venta.'j Por otra parte, cuando hacia 1962 casi se logró el
autoabastedmiarJtQ-daixrrdQjas empresas privadas contribuían con aproximada-
mente el 30 % de la producción, lo que significaba q ue YPF extraía el 70 % restante.
Ta p ro d ü cc Tó ñ totaldepelróleo de 1962 fue de 15,6 millones de m 3, frente a 5,7
millones para 1957, de la cual a YPF le correspondían 10,4 millones, es decir, más
del doble del total alcanzado cuatro años antes.
La inversión extranjera global en el sector petrolero entre 1959 y 1963 llegó
a Ios 200 millones dé dólaresTaunqueTcomo vimos, los contratos de concesión
'suSCttaron cuesttó'namieñtbsPde los más variados sectores internos, debido a sus
excesivas gañañciás así como a los métodos empleados para su coñcrecIoíTp^
(79) CisrtcRos. A. y Escurre, C. {1999), tomo XI, 'Las relaciones económicas externas
1943-1989", págs. 97 y 98.
CAP 5 _ UNA DECADA DE INESTABILIDAD (1955-1966) 555
El énfasis del gobierno en este sentido se debió a que la época en que le tocójy
actuar al desarrolllsmo se caracterizó por la posición casi éxcíüyérite del petroléó|]
^nm o fuente generadora de~énergía. Por eso, se comprende.que la superació n dea
' la crisis energética y el autoabastecimiento petrolero constituyeran dos o b je tivo s!
aTñciadosTMo obstante, en ese m om ento comenzaron a 'perfiíairse o bras que I
— ápuñlabañ a desarrollar fuentes alternativas de energía^en especial hidroeléctrica,"
eñlrélás q ue se destacaron El Chocón y SaltoGránde. ~ ~
[CotLalgQ-menos de impulso,.enjunio de_L95Bse lanzó también la 'batai la del ¡
aceto"- La postergación de la decisión se debía a que la principal prioridad había ;
sídofiiad a é n el petróleoy a~qüeéj~secfbrsiderúrQico'ñohabía sido tan desatendido ,
^ e íp a s id o como el petrolero^ La Ley Savio.de la cual hemos hablado, proyectaba
una importante pjanta en San Nicolás, que, a pesar dé ¡as dijacjones. estabaya a
puntcTde ser puesta en pleno funcionamiento De~todas formas, la producción_
continuaría siendo insuficiente, sobre todo tomando"en'cuénía queja Argentina
icnía un consumo de acero extremadamente bajo y que se estimaba que un plan
dlTdesarroilo económico haría multiplicar la demanda. Por lo tanto, se planeaba
construir un segundo horno en la misma planta de Sari Nicolás, así com o otras
plantas públicas y privadas. El plan comprendía también la movilización d e los
recursos de m ineral de hierro de Sierra Grande y de carbón. En este último caso, ■
se proyectaba darle un gran impulso a la producción eterno Turbio, que se frustró
cuando se realizaron denuncias sobre supuestos negociados. A diferencia d e lo
ocurrido coriT el petróleo, en esté punto F ro ^ dizi terminó cediendo ante las
presiones.
Sin embargo,/en 1960, el mismo F ro .'id u i hacía una a utocrítica en la cual
destacaba queja produccjón_de aegro contjn uaba siendo escasa en relación co ñ^
cTcoñsumo, resaltando que la importación de hierro y sus artefactos, maquinarlas
y vehículos insumía el 5 0 % de las importaciones. La falta de acero nacional restaba
divisas para la importación de bienes esenciales, "rclardandó el reequipam ie nto
industrial, la tecnificación del campo y la reposición del sistema de transporte. Los
proyectos, reactivados a partir de j 960, incluian la ampliación "déTas^pIanfás'
iñstátadas~yTa~créáción de nuevas,~)con el o b jetivó ffeálcáñzáF'en breve "Tíña
producción d¿4~millones dé toñefaclas ae acero contra las 2441000 de 1959 (en
1962, antes de la renuncia de Fnom>iz>, la producción llegó a 6 43.000 toneladas); i '
pera el punto clave se encontraba en la explotación del yacimiento de Sierra
Grandeique- proveería la materia prima necesariaTErTesfe sentido, el presidente
cornábá con Ta ”"oposición enconada del ministro A lsogaray, ~qúe bloqueaba
sísTernaticaménfé la concreción de dicha obra. Recién en 1961 se encontró EnonDizi
con la coyuntura política adecuada com o para aceptar una renuncia que el ministro
nó hliSrá^priéseritádó! motivada precisamente por es~á~cuesüon; y reimpufsar~sús
proyectos sobre el acero.
Arrabio Acero crudo
¡ti ^
Fuente: BAC (1982).
¡,:i
Gráfico 5,4. Producción de acero (en miles de toneladas).
i 1.
Jí
$f
■;r"l
El lanzamiento de la política de desarrollo llevó en los primeros meses de
lobíemo a una expansión del gasto público y de la moneda circulante. En este
entido los aumentos de salarios reavivaron la puja por la distribución del ingreso,
■!} •
J u e se exacerbaba con la creciente conflictividad en el planosocia!. Mientras tanto,
l/el sector externo se veía afectado por la importación de bienes de capital, lo que
riócontribuiria a disminuir 1as” ¡mporta£iones corrierites_por lo m enos hasta que
ma'tjufarañ las inversiones.lsi a esto se le agregaban los desequilibrios reprimidos
j pero no solucionados que se arrastraban de los años anterioresJmQjgsultatvi
I' ! llamativo el crearriieritóacélerádojde la lasa de inflación. Por eso. en diciembre
I i $ de 1958TTHÓnü)irarrunció un sévero~f’tafT~de Estabilización y Desarrollo, que
abarcaba distintas medidas y que estaba condicionado a m i acuerdo con el Fondo
Monetario Internacional^' ' .......... ' '
• . ----f------------------- ——
í ■ _La primera era la unificación y liberación del tipo de cambio, que se fijaría por
í el juego de la oferta y la demanda, eh”uri esquema de flotación sudares decir, con
K j intervenciones del Banco Central para asegurar su estabilización. ÉnToFTfechos,
i'.
esto suponía una fuerte devaluación: eidólar, al tipode cambio libre, luego deun
breve período de fluctuaciones, se estabilizó en 83 pesos en 1960, un 64 %más
que en 1958 en el marcado paralelo, mientras que el tipo de cambio oficial subía
m á s e le im 3 00 % / A la vez, se reestructuraba e incrementaba” la escala de
aranceles, con tres categorías que pagarían 20, 40 y 300 % de recargo respectiva-
merfte. Dado que estas m e d id a ^ efTpáFticular la devajnación, representaban una
poderosa transferencia de ingresos a los sectores exportadores tradicionales, se
establecía para éstos una retención de entre el 10 y el 20 %,~corfíc> cual, además,
se amortiguaba üñT tanto él impacto sobre el precio” in té rn o d e los bienes
exportables.'A demásfse restringia el crédito, encauzándolo ériérgTcáíñéñfe liácíá
laTüclivrdádés productivas. Los precios se liberaban también, ésfábleciéndose
sólo precios máximos para un conjunto de bienes de primera necesidad j
CAp, 5 - UNA DECADA DE INESTABILIDAD (1955-1966) n 557 .
é/.
(otro capítulo importante estaba constituido por la intención de realizar un aj
profunda reestructuración y racionalización del aparato burocrático del Estado,!
mediante la (reducción tanto del déficit de ia administración como del de las I
empresas públicas. Se congelaban las vacantes y los salarios, seprom ovía el re tiro !
voluntario de empleados. seTeducía' el pían de obras públicas y se increm entaba n T
los impuestos internos, en especial ios que recaían sobre los artículos de lujo; ) \
tratando simultáneamente de combatir ia évásión tributanal Se anunciaba tám-/. ' } /
"hterrefacuerdo con el FMI. que otorgada urTcredító^fárTcf By por rb rñlHonesl
"Tloláres, asfcomo con el gobierno norteamericano y diversos bancos privadosTque
ápoiíanañ otros 254 millones. De ellos, por lo menos la mitad se enéótlirabd
asignada á"diversos proyectos especiticos de inversíóñT
La ley 14.780, de Radicación de Capitales, complementada luego p o r j a
i4.7BT.~de Fromocióndñdustria]. corñpiétaFárrél cámmo émpréndido ai estable
cer quecos capitales extranjeros gozaban de los mismos derechos que los
“argentinos, eliminando. entre otras cosas, cualquier limitación áTa'repatriaciórude'
Jtüídades^dividendos.» ' Cv V
— ------------------ v / Sp
Los resultados, y el gobierno no trataba de ocultarlo. implicarían una profundar
modificación dé la estructura de precios relativos, güe~afectaría sobre todo a los
^ á noSTeal'es yTpoPeñde, al consumó, y provocaría una recesióriTtSé esperaban,
un estallido inflacionario inicial y una estabilidad luego de que los précios relativos
se acomodaran..Según explicaba.el presidente, se trataba de ajustar el consum o
ajcTverdadera capacidad de producción del pafsTDadó que aquél se'encontraba
sobreexpandido por las políticas de los últimos gobiernos, se hacía necesaria una
cgiítrlTCCió rfquéT no obsTáriFé. debía durar uri6i~veTnticuatro meses. El plazo dedos/
anos no era arbitrario. En ese lapso, se esperaba el comienzo de la maduración d
las inversiones iniciadas poco antes, que permitirían expandir la producción,!
aumentar la productividad y aliviar la balanza comercial con la sustitución de las
importaciones de combustible y acero. . '■
En materia de precios, el plan provocó en lo inmediato un súbito increm ento"!
_clc la tasa de intiación, que en 1959 füqó por primera vez a los tres dígitos (el \ ^
129,5 % . del índice de precios al consum idor, IPC). Esto condu jo a un drastíco~ T .
riesrenso de las principales variables de la oferta y la demanda qlobales,_corn o I
lajnversion (que' deseéndío~déPIid al Ib ^ d é T P B lT y T á s T m p o r t áciones (qu e
cayeron más det~~Tf% y r mientras las exportacioñ*es'.máritehíañ su nivel (80). r
TámBién la participación de los asalariados en ePingreso.,nacianat c a y ó T
abruptamente de 1958 a 1 9 5 9 ,d e Í4 6 al 3 8,7 % .
—.......... ■ ................... ' ” ■' —
, ^ Durante los años *60 y *61 j con el restablecimiento de políticas expansivas. /
¡sejéaclivó la economía, mientras descendía la tasa de inflaciónja d os d ígitos:' y
27,1 % en I9 6 0 y l3 i7 % ”en l 9 6 ] 7 La~' ismTñljción de la mTTacíorí pérm ítTcT —’
(80) Ferruco, Ricardo J., Política económica argentina contemporánea. Buenos Aires,
KFII, pág. 45.
558 HISTORIA ECONOMICA POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
(81) Este efecto, conocido como Olivera-Tanzi, se produce debido a que, dadajji
reducción de la inflación, loslñgresos recaudallos nó_soñ afectados por una gran elevacjón
desprecios eñ él lapso que transcurre entre el pagó del tributo y el momento en que el Estelo
íoutnizár- * — ~ ....... .........-■ - - __
CAP. 5 - U N A D E C A D A D E IN E S T A B IL ID A D (1 9 5 5 -1 9 6 6 )
Año PB1
1957 5,1
1958 6,1
1959 •6,4
1960 7,8
1961 7,1
1962 -1.6
Fuente: BC >A (1975).
com ercial. Por el contrario, fce asumía que un plan de desarrollo tendría giip-,
soportar durante un tiempo^ más o menos prolongado un relevante déficit
o comercial, vinculado á las im portaciones de los bienes de capital y a determinados,
insumos necesarios para promover el desarrollo económ ico'-^!ampbco se creia
,que el fomento de las exportaciones tradicionales o una inaustríatizactofTcorr
1fuerte apertura exportadora desde él comienzo mis'módél procésopiidiesencubrir
por completo la necesidad de importaciones./ Sólo paulatinamente comenzarían
^ c recer los saldos exportables del sector industrial, a medida que las fuerzas
productivasse expandieran. Mientras tanto, nadaqarantizabaTina reflu caoricie las
V importaciones,\ puesto que 'desarrollo* no era sinónimo de "autarquía*. ¡De
manera que la solución del problema externo constituía un-asunto de largoplazo,)
aunque se esperaba un agravámien to en el corto/por eso era importante el aporte
ie divisas de los inversores extranjeros y de los préstamos que pudieran
abtenerse-i
El cuadro siguiente muestra los rubros principales del balance de pagos entre
1957 y 1965 y la relación éntrelas exportaciones^1eí producto bruto interno. Los
m o vimientos de capitales son a corto v largo plazo no compensatorios, e incluyen
entradas de capital de distintos organismos internacionales com o el Eximbank, el
BIRF (hoy Banco Mundial) y el Sanco Interamericano de Desarrollo (BID). Ta mbién"
figuran anticipos y créditos comerciales a corto plazo, inversiones"directa s ~
| distintos movimientos a corto y largo plazo.
(82) no compensatorios
CAP. 5 - U N A DECADA DE INESTABILIDAD (1 9 5 5 -1 9 6 6 ) 561
^psarrollo niás enfática podían ser interpretados com o un incentivo a relajar la VSt
riíscTpíÍn¿r monetaria y fiscal, hecho que, para algunos autores, m o tiv ó la \*>
re tra cción del ingreso de capitales. "
(Dos nuevos acontecimientos condujeron a las Tuerzas Armadas a un estado'
de alerta! El p’rimero^databa del mes de marzo, momento en el cuafiel gobierno
devolvió la C Q T a los representantes sindicales,!lo que parecía volver a fortalecer
la’áTiánza con la q ue FRoñplzrHabia triunfado en las eleccionesJ É f segundó hechoft
se produjo el 18 de agosto.Tcuando el presidente recibió en Olivos al entonces?
-jfimísCfo de industria ~ae ~Cut>a. E rnesto ‘ C he*' G uevara^ E l planteo de las Fuerzas
ATmadaspor ese encuentro Fue uno de los más severos de los casi cuarenta queF
ñivo que^áfrontar F komdizi a lo largo de su mandato. J
Por último, las dificultades económicas impulsaron el relanzamiento deT^
procesode racionalización administrativa, que condujo a un nuevo enfrentamiento
con el sector sindical^La reforma administrativa había sido postergada durante el
período en que A l s ó g a r a v encabezó el Ministerio de Economía, pero fije finalmente
encarada con la llegada de R o b e r t o Álenamn a dicha cartera.TLa racióñalTzácíoñ
— una remodelación de la red ferroviaria, con supresión de varios
consistía en
ramales, la privatización d e diversas empresas y la reducción del personal estatal, j
proyecto q ue encontró una enconada resistencia por parte de la central obrera y ■
'jósgTemios afectados, q uienes lanzaron un plan de lucha con huelgas periódica^
que se prolongaron, con intervalos, desde mediados de mayó hasta fin de ano, en
el que tampoco faltaron actos de violencia, como apedreo e incendio de trenes y
detonaciones 3e explosivos! Én conclusión', a~médiados~de drciémore^se iogr¿> un
acercamiento de tas partes!- resolviéndose el conflicto.
Déficit fiscal
Año Gasto público Rentas nacionales (porcentaje
dei FBI)
1957 27.523,5 27.002.0 ■ 3,35
1958 60907,8 44.418,3 8,08
1959 103.446,3 71.688,2 5,52
1960 109.238,9 94.578,8 2,27
1961 131.973,8 103.722.0 * 3,96
1962 158.975,2 97.811,5 6.79
Fuentes: BAC (1982): G e r c h u n o t f , P a b l o y L l a c h , L u c a s , El ciclo de
la ilusión y el desencanto. Un siglo de políticas económicas argen
tinasr Buenos Aíres, 1998.
re to m o a la o rto do xia
(86) Cf. De P a b l o , J uam C-, 'Cconomlc Policy Wlthout Political Context: Guido. 1962-63' en
Ú i T clla , G u id o y D o k a b l s c ii , R üdiocr , T h e P o I i t i c a l E c o n o m y o f A r g e n t i n a - . 1 9 4 6 - 8 3 , Londres, 1989,
Pág. 135.
(87) Chama™ , Marcelo, D o c t r in a s e c o n ó m i c a s , d e s a r r o l l o e in d e p e n d e n c i a , Buenos Aires,
1973, páq. 184. ' ' . ./
f T r .C ‘ - ó ,'. ,y. Í.O
/ i- - a ■ v ¡c c i • > . , ■ri =\-. < ví.' i
. -i • '7- -C < -■ ■■ ./. é. - -
HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
j. ^ \
/
5 ,6 ,5 . La e co n o m ía radical
lih (\
La nueva administración mostró desde el comienzo una perspectiva económi-,
ca que láaíejáSa del desarroliismoy se caracterizaba por un marcadogradualismo^
In s p írá d o é rf fuentes de corte cepalino-Keynesianasj e l radicalismo dei pueblo
á p V n ta b a rnása la expansión global dé la actividad'económica que Afocalizar ja
dinámica del crecimiento en determinadas actividades consideradas prioritarias.'8 9
A ño PBI
1962 •1,6
1963 •2,4
1964 10,3
1965 9,1
1966 0,6
F u e n t e : B C R A (1 9 7 5 ).
*
CAP. 5 - UNA DECADA DE INESTABILIDAD (1955-1966) 569
A ño IPC
1962 28,1
1963 24,0
1964 22,2
1965 28,6
1966 31,9
F u e n te : IN D E C , In fo r-
m es vanos
\\\£y
expansiva tenga éxito es la existencia dé recursos productivos no utilizados- En
este sentido, las inversiones realizadas durante el gobierno de FRonoizi, que recien
'comenzaban a madurar, fueron el tácito punto de apoyo de lá reactivación raáícajTj
¡Aun asi, uno de los legados de F ropidizi fue desmantelado rápidamente por
conforme lo hábía"expresado en sCPcampana presidencial. La tlCRP se h a b ía*
opuesto en forma frontal a la firma de¡’ los contratos petroleros ^y se había
coníprometidoaánularlosen un eventual acceso al poder, cosa que en efecto llevó
acabo, Lasconsecde’nciasdeestehecho fuerori'tap controvertidas como la m ism a
"nrlVia deTós contratos, ya que obligó al Estado a'co m pensar a las empresas c o n
fuetTés Indemnizaciones y provocó un estancamiento de ja producción en u n
momento en el que el consum o se_expandía aceleradamente, con lo cual d e b ió
volver ácubrir liTbrecha con importaciones de hidrocarburos. También generó una
desconfianza en potenciales inversores externos que deterioró la posición inter
nacional'del gobierno. Sin que esto pudiera ser previsto aún, el retorno a la
importación aledaña a la Argentina una d écada" después, cuando los precios
mundiales del petróleo se incrementarian/y'jjrovoc^irían la lla m á d a ^ rlsis dei
petróleo", que afectó notabTemé’r it íT ^ ó T p a f ^ s que necesitaban abastecerse d é
crudo en el exterior. ~ !
Luego de la anulación de los contratos petroleros, se promovió una in vestiga -^
ción parlamentaria para analizar la posible comisión de ilícitos en el momento d e j
la firma de aquellos acuerdos. Para ello, se creó una comisión investigadora en la
Cámara de Diputados, encargada de tpmar declaración a los ejecutores de la .
l>oiitica"petro!era del gobiemó~désarrollista y a los posibles testigos de tíécñós ^ ¡A
ilicjtosI Cúégó' dé Tma serie de debatés'caracterizados'por sü"áltó‘ gfá3o d e ,
l>olitizació'n,Tá'Com¡srón emitió cinco dictámenes diferentes (9I). El de la mayoría.
(91) Cf. Cámara de Diputados, Diario de Sesiones, 1965 y Friocrio, Rogelio , De acusada
<>acusador: vigencia de una política, Buenos Aires, 1979.
/
57 0 / HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
- - ■ - - TI j-.r:,»'”'-'vy».iv.-;.; VFE
a cancelar una parte de los vencimientos, utilizando para ello las divisas provenien
tes del intercambio mas una parte efe las reservas. Para~evítar Fugas especulativas
de divisas, se controlaron estrictamente las remesas privadas arsxteitgr t98). i
(Si el gradualismo y la mesura que caracterizaron la gestión de í l l í a posibilita
ban un ordenado manejo de la coyuntura, se mostraron contraproducentes a la
hora deTemprender transformaciones estructurales.fÉ I Plan Racional deDesarrolIo
TÍ~ip n ñ eíemploJ Con dicho plan se pretendía abordar los prob|ernas.delJargo p la zo ...
una vez que se hubiesen superado los acuciantes desequilibrios coyunturales. Por.__
eso, su lanzamiento originafestabá previsto~p~ara octubre de 1964, al cumplirse el
p rim e r año de gobierno! Su elaboración había sido confiada al Consejo Macióriar
de~ Desarrollo^TCOldAÍ^ElT^qlIé corito có riTa colaboración dé la CEPAL y de
Tujrñe rosos y prestigiosos economislas défexté ñor, com o S imoH Küznets y Tñ Tg ru p ó
de investigadores de la Universidad dé Harvard dirigidos por R icharí? MÁCLófr.
“Cúandoen agosto de 1964 murió el ministro B lanco , la confección dél pían distaba
inuchode su finalización, sobre todo porque aún no se había logrado negociar p o r
completó con la banca internacional la cobertura del. financiamiento que derrtatv
daría. y~sú lanzamiento había~s?do~póspuesto en diversas ocasiones. El n u evo
'Tñlñlstro, J uam C arlos Pú c h e s e , presionó para que se acelerara su confección, y_ en
diciembre se preseñtaroñToslirieamientos'gen erales para el periodo 1965-1969.
fEn^an Coñ^sIiá eririjñrpróyecto de creciñiiénfo~équilibfado. en ef~Qj)er et
prTvágbjugaba el rol más importante. El bstadoteñdriaunafunción principal m ente j
orientadora y contribuiría con la e jecución de un con junto de obras de infraestruc - ;
tura necesario para el desenvolvimiento de las actividades privadas, que sería /
financiado por medio de incrementos de los impuestos y las tarifas públicas, asi ;
"como por lineas de crédito externas, a las que se recurriría de manera m odera d a ^
r para financiarlas importaciones previstas?Las dilaciones en torno a su lanzamieTP
to, (la vaguedad de los objetivos y el eje centrado fundamentalmente eñ el ! !
crecimiento ponían de manifiesto ciertatibieza para emprendér~cámEjos p ro fun
dos, mostrandoüná vocación m uchom ásVolcad a aTáadm inistración equilibrada
que al emprendimiento de una decidida acción transformadora) De todas form as,
la buena marcha de la economía parecía no demandar uria'poli.tica más arriesgada.
parg ia cual se temía. ademaSTüna fairá~de~apoyopóiiticór dada la debilidad q u e
en este.sefflldo reliejaba éTgobiérñó radical i77).
Precisamente esta [falta de apoyo político ganó*en intensidad en el prim e r
semestre de 1966, mientras el impulso económico comenzaba a desvanecerse. S i * 7
9
bien no se m anifestaban todavía una nueva depresión ni desequilibrios profund o s
eri~ci?ver5ü5~TTfércados, las variables- macroeconómicas m ostraban una m arcada ( ^
desaceleración que sirvió de prolegómeno ai golpe de Estado de jun io de 1 9 66 ( i
, — .... -
1869 15 14 26 36 8 100
1895 6 21 18 42 13 100
1914 9 18 17 43 14 100
1947 15 15 16 24 30 100
1960 19 10 25 12 34 100
1970 17 8 25 10 40 100
1980 16 6 29 15 35 100
F u e n t e : IN D E C , c e n s o s n a c io n a le s d e p o b la c ió n .
a
CAP. 5 - UNA DECADA DE INESTABILIDAD (1955-1966) 577
Diversos factores impactaron sobre estos migrantes. Las crisis de las econo
mías agrícolas en la década del '60, la reestructuración de los mercados de trabajo
regionales relacionada con el creciente avance de la agrolndustriá; la incorpora
ción de tecnologías ahorradoras de m ano de obra, la sustitución de cultivos y las
frecuentes crisis de sobreproducción incentivaron la migración hacia las áreas
urbanas hasta mediados de la década del '70. Siguiendo los mismos patrones
migratorios de la población nativa, los migrantes limítrofes se desplazaron hacia
elAM BAC01).
5,7.2. C o n d icio n es d e v id a
Promedio
Año Peón soltero Peón casado Oficial soltero Oficial casado
general
1955 115,1 100,4 121,4 112,1
1956 134,9 116,1 142,2 124,3 130,6
1957 110,4 115,2 116,3 119,6 115,9
1958 121,8 118,6 128,4 124,6 124,1
1959 99,8 97,2 100,9 98,5 99,3
1960 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
1961 108,5. 107,8 108,5 107,9 108,2
1962 105,7 105,4 105,7 105,5 105,6
1963 105,4 103,2 103,9 103,2 103,9
1964 110,2 117,9 108,9 116,0 112,9
1965 113,7 131,4 112,2 128,2 120,8
1966 118,1 134,9 116,1 131,4 124,5
Fuente. G erchunoff, P ablo y L lach, J uan J., “Capitalismo industrial, desarrollo asociado y
distribución del ingreso entre los dos gobiernos peronistas: 1950-1972", en Desarrollo econó
mico, N° 57, abril-junio de 1975.
\
\
*1
3
0
•Asalariados ¡ü No asalariados
Fuente: BCRA{1975).
Gráfico 5,7. Participación de los asalariados y los no asalariados en el Ingreso nacional
(en porcentaje del ingreso total).
Cuadro 5,23. Composición del gasto total de los asalariados del Gran Buenos Aires
(en porcentaje del salario).
580 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
F u e n te : B A C ( 1 9 8 2 ) .
Gráfico 5,8. Participación de la industria en el PBI (en porcentaje del PBI total).
\ El caso del sector automotor fue particularmente significativo tanto por su alto
( dinam ism cTe ñ in á te ria lte p ro d u cción y~"de~mversíoh,'~coiñ o por la importancia
/ \ \ cuantitativa adquirida en la estructura industrial y p o r las profundis reestructura^
dones que experimentó lüegcfdei impulso inicíal7J3e~aHí qué^írrfüTcnos áñaíisis
C v s ia lo m F d o T o r ñ o T a s o ^ t e s n ^ ^ a r ^ e x p lic a r el compoffáuiTeí 11o general de la
industria a partir de 1958.
Hacia 1959, la producción de automóviles alcanzaba a unas 52.500 unidades
anuales. Con el nuevo régimen de promoción, siTíabncacioñ trepo~hasta cerca de
200.000 unidades por año en 1965, cifra que se mantuvo durante el lustro posterior,
elevando el parque autom otora l75 mílíoñes de unidades en 1970, superando tas
•expectativas nías optini istas 7¡obrc su evolución. 1.E1 mercado fue prontamente
capturado por em presas transnacionales: mientras se aprobaron veintiséis proyec
tos de inversión, las compañías existentes cedieron sus posicionesjKaiser vendió su
planta a Renault y Siarñ se retiró de la actividad ("*). Sólo la fabrícale utilitarios'
DltlFIA, operada p>or las Fuerzas Armadas, logró subsísTQ Ta~mjeva~óla inversora.
, s ' . El m ercado rio parecía lo suficientemente grande como para que las veintiséis
/ i í em presas pudieran expandírse de niancra armón icarío~gue derivó de inmediato
h j) ( e rTu h proceso de concentración. Tres firmas no llegaron a producir veTTÍColo
Í Y alguno, dieTTnas habían cerrado para 1964. y cuatro lo harían entre ese año y
-Vy \ T 9 6 7 . por lo que finalmente permanecieron en actividad nueve plantas { " 5).
A ño Tasa
1955 12,2
1956 6,9
1957 7,8
1958 8,3
1959 -10,2
1960 10,0
1961 10,0
1962 5,5
1963 -4,1
1964 18,9
1965 13,8
1966 0,7
F u e n te : B A C (1 9 8 2 ).
/ i. nacionales fue insignificante. Tam poco sirvió para estimular un desarme arance-
latió reciproco o conformar-una estrategia comercial regional de peso ( n i).
f Por otra parte, no era cierto que el problema de eficiencia fugse_sóln
• m icroeconóm ico v se relacionara exclusivamente con lá escala de producción
\ Aunque ese problem a estuviera presente, no m enos importantes eran los
\ cóhdicioiTai-iies macroeconórnicos y estructurales.- Las~deficrencias~en los siste-
j mas de comunicaciones, las disparidades territoriales, la falta de continuidad de
/ las políticas credUicias. jnonefarias y fiscales, las dificultades de la estructura
__i tributaria, entre otras, contribuían en buena medida a generar condiciones tan
~yl adversas com o el tamaño del mercado. ~Este último, "asíi vez, no dependia_sólo del
• volum en de la población, sino que se relacionaba con la dimensión del ingreso
' nacional, con el grádó'de utilización de los recursos productivos potenciaos, con
la distribución’ funcional del ingreso, con la plena incorporación de todo el
territorio a las actividades productivas, etc. Pór eso, los problemas de la-industria
no podían desligarse del carácter subdesarrolládo del país.
Cuadro 5,28. Composición de las exportaciones (en porcentaje dei total de exportaciones).
/f y ' ' jA jpesar d e las adversas condiciones estructurales para unjncipíente proceso
_ •exportador^se fia afirm adoque~lá maduración que muestra la industria argentina
¿ y a partir del inicio de la administración de Il u a se refleja en diferentes indicadores.
1' com o e¡_ incremento de la exportación de manufacturas de origen indústoaL1 4
2
destacándose ía exportación de autom óviles y un fuerte avance en las venlas^-
externas de máquina-herramientas. de equipamiento agrícola v de 'blenes.de
capital para la industria alimenticia^ Algo similar sucede con ia industria química,
(126) Cf. Brauh, O scar y J oy, Leomard, 'A Model of Economic Stagnation. A Case 5tudy of
the Argentine Economy', en Economic Journal, diciembre de 1968.
(127) F erruco, Ricardo J., Folitica económica argentina contemporánea, Buenos Aires,
1991, págs. 301-341.
595
\
(131) Cf. V itelli, Q. (1999). Cf. también. O livera, J ulio, "La teoría nQ monetaria de la
inflación", en El trimestre económico, México, octubre-diciembre de 1960.
(132) Fodor, J orge, "flotas para la economía política de la industria argentina/ en Boletín
Informativo Techinl, b9 239. octubre-diciembre de 1985, pág. 36,
(133) V itelli. Q. (1999), pág. 484.
( 134) Cf. E siiag , Finirity T horp, Rosemarv, "Las políticas ortodoxas de Perón a Guido (1953-
1963). Consecuencias económicasy sociales", en F errer, A.; E shag, E.; B rodcrsohh, M. y T horp ,
R., ios planes de estabilización en la Argentina, Buenos Aires! 1969.
598 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
transferencia de ingresos hacia los sectores exportadores■g ro d u fidas durante las ‘ <
crisis recurrentes de Fines de los años '50 vo ríñ ripios de los '60 ¡no condujeron en *7!
iñlnm edíato a un iiKreménfo"significativo de la oferta agropecuaria V'
Com o puede observarse en el cuadro siguiente, entre las cosechas de 1955- 1
19 5 6 y I á b ¿ - 1 y / a pesar de ios planes de^justé*Ia ~ p ro B u ^i5 ií^^0 b e e ü a rla p -
sgTTrantflVo~estacionaria. )5ólo se o bservou n a uní en f<^ w toruj ente eri / ■
•gf^ectorcerealero pampeano, ayudado por diversos factores, entre los cuales s e l x
encuentran las mejores condiciones climáticas, en 1965-1964. / .
/
T otal
P eríodo C ereales O le a gin o so s In d u s tria le s (in c lu y e o tro s
p ro d u c to s )
1955-1956 88,8 134,3 104,9 97,2
1956-1957 101,8 165,7 104,9 99,1
1957-1958 106,2 183,3 136,5 111,9
1958-1959 115,3 132,6 121,0 109,5
1959-1960 105,5 188,0 107,0 107,3
1960-1961 95,6 150,0 103,6 104,0
1961-1962 109,2 210,6 104,7 104,9
1962-1963 92,1 176,0 127,2 109,1
1963-1964 137,2 165,2 125,0 122,8
1964-1965 148,4 204,2 138,0 132,9
F i a n t e : S e c r e ta r ia d e E s ta d o d e A g r ic u ltu r a y G a n a d e r ía .
(140) Cf. por ejemplo, Flichman, G. (1971 y 1977); Díaz Alejandro, C. (1975),
(!4 l)C f. porejemplo. Barsky. O svaldo; Fosada, Marcelo y Barsky, A ndrés, El pensamiento
agrario argentino. Buenos Aires. 1992, págs. 153 y 154.
(142) Mallos, R. y Solurouille, J. (1976), pág. 95.
60 0 H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O L IT IC A Y S O C IA L D E LA A R G E N TIN A
*1
3
4
>■
(143) Cf. Barsw, O svaldo; CiArARDim, Horacio y O istia, C arlos A., Producción y tecnología
en la reglón pampeana, Rosario. 1971; Mallom, R. y Sourrouille, J. (1976).
(144) Barsky, O.; CiAfARDini, H. y C ristia, C. (1971), pág. 139.
CAP. 5 - UNA DECADA DE ÍNESTAB1UDADJ1955-1966) 601
Como señala S lutzky, analizando los censos de 1947 y 1960, lo que se observa".
pe, una fuerte caída del núm ero de arrendamientos, aumentando ei tam año
promedio de la propiedad y la cantidad de trabajadores asalariados. La política de
prórroga y congelamiento de los arrendamientos, realizada^por el peronismo, n o i
'pabia logrado compensar los altos costos de producción ni tos bajos precios, to i
que'provocóuriá~emigfaciórí de los productores hacía lás'ciiJdades. tjéjando las j ,
llerras para la explotación ganadera o para la existencia de’una nueva m odalidad \ ¡
a g ríe o s lo s contratista^. Por un lado, pequeños propietarios, poseedores de ~ !
maquinaria agrícola adquirida recientemente, vendían sus servicios a explotado- i y
nes mayores. Por otro, se volvían a tomar tierras en arrendamiento, pero p o r]
períodos cortos, de un año o menos, mediante los llamados 'contratos acciden-'
tales". Esto marcaba un cambio en las estructuras productivas y una moderniza-.'
ción de la explotación agraria sin modificar, esencialmente, los sistemas de
propiedad ( lw).
( A partir de 1965, la nueva configuración tecnológica se conjugó con u na •.
política de precios relativos más estable en el largo plazo y con el crecimiento de
la demanda interna, mientras se ampliaban mercados en ios países del Este y en
Latinoamérica. Lentamente com enzó, por ejemplo, a abrirse el m ercado soviético,} ,
que en el futuro tendría un papel de gran importancia en el com ercio exterior
argerñTño. En 1964 se realizó un convenio de intercambio d^"4OÜ7QÜi0rioneladas
'de nafta proveniente del país dei Este por productos primarios argentinos. Á fines
íie 1965, üñ nuevo cortveñío"períñitío intercambiar 1.000.000 de toneladas de
trigo por 7557000 toneladas de gasoil soviético. T a m b ié n ^ ¿ T xportárorí~gfaribs a
ía RepuETica PopuláTChiná ( U6>. — ——
f Estaapertura de mercados, que_se completó a través1!de la ALALC y íclel_
incremento del comercio con regiones no tradicionales, posibilitó compensar las
dificultades crecientes que planteaban los mercados de la naciente com unidad? o
europea, en donde se establecía la proteccionista Política Agrícola Com ún ( P A C ) / ] ^
y de los E E .U U T tradicióñaímente restrictivos para los productos argentinos? o ?
participación de Europa Occidental en las exportaciones argentinas cayó del 6 8 ai - i
52;3 % entre 1962 y 1965, y a pesar de que las ventas totales del país aum entaron
en 276,8' millones de dólares, íás colocaciones a esa región descendieron 4 6
millones. Por efcoñlraiío, las ventas a Europa Oriental se incrementaron en 6 0 ,9
míllóñesde dólares, hacia el Brasil en 38,6 millones ,ha£ia o tros paisesde América,
en 62,1 milioñés y hacia el resto del mundo, en 156,6 millones. Recordemos q u e
en 1965 las exportaciones ¡legaron a los 1.488 millones de dólaresj déTós oJáles
el 6 5 .1 % correspondía a productos agropecuarios primarios. — — 1
6
5
4
(145) Cf. SurrzKY, Damo., 'Aspectos sociales del desarrollo rural en la pampa húmeda
argentina', en Desarrollo Económico, M’ 29, abrit-junio de 1968.
(146) R apopokt, M. (1997), págs. 368-370.
602 H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O L IT IC A Y S O C IA L D E LA A R G E N T IN A
1962 1965
Alemania Occidental 10,0 6,6
Italia 11,5 16,0
Reino Unido 16,8 10,3
Otros países de Europa Occidental 29,7 19,4
Europa Oriental 4.9 8,1
Brasil 5,6 7,2
EEUU. 7,3 6.2
Otros países de América 7,6 10,3
Resto del Mundo 6,6 15,9
Elaboración propia.
Fuente-. OECEI (1966).
% L/ S t CEE EE.UU.
SS-
Exportación argentina a 30,7 8,5
Importación argentina de 22,0 20,6
Saldo para la Argentina Superávit Déficit
Fuente: L avagna, R oberto , Argentina Brasil,
Mercosur. Una decisión estratégica, Buenos Aires,
1998.
r * El nuevo triángulo no era, de todos modos, una simple reedición del que había
tenido por protagonistas á liTÁfgéritina. los EE.UU. y el Reino Unido en los años '20
y '50, ya que los saidos positivos con una región no se compensaban con la otra,
lo que dificultaba la estabilidad de las relaciones triangulares. Por otra parte, el17
4
(147) L avag-ia, Roberto, Argentina, Brasil, Nercosur. Una decisión estratégica, Buenos
Aíres. 1998, pág. 63.
CAP. 5 - U N A D E C A D A D E IN E S T A B IL ID A D (1 9 5 5 -1 9 6 6 ) 603
flln factor importante en el golpe de Estado que derrocó a Ilua tuvo que v e r con ■
la actitud del empresariado industrial transnacionalizado. Tanto la anulación de los
rñntratos petroleros com o el provecto de ley de medicamentos y la regulación de .
f^Truíustria automotriz} fueron considerados desafortunadas intervenciones del
trsíadcTen la actividad económica privada. La primera medida determinó que el.
gobierno dé los EE.UU. enviara un delegado especial para presionar al gobierno
argentino. Én el plano interno, A lsogaray criticó públicamente la decisión de las :
autarid3dés"^fi~íañío~podíá"rédundar en una actitud negativa por parte de los
organismos internacionales y de ios grandes Invéisores.' Í^r“ síTpa"rFe7 la Ley de
Medicamentos, destinada a regular y controlar los precios de dichos productos en / 1
so5~éfepas_de produccj^ ñ -y comercialización. fue cuestionada por los grandes ¡
laboratorios transnacionales mediante solicitadas en los diarios.rEn este contexto, ■
es muy probable quéTos intereses transnacionales hayan estado vinculados "a la .
campaña ideológica que se desató a través de los principales m -'M os de difusión V
contra el gobierno de la UCRP"\ (14B). -- .
' "~Los servicios de inteligencia estadounidenses estaban al tanto de los planes
golpistas. A fines de mayo de 1965, la Agencia Central de Inteligencia Nortéam e--
ricana (CIA) tenía conocimiento de la decisión de los altos mandos militares de
encarar un golpe de Estado. Al respecto, dicho organismo reseñaba en un informe
la "responsabilidad" y "seriedad" de los objetivos del futuro gobierno militar tal
como los había enunciado el comandante del Primer Cuerpo de Ejército, Oral. Juuo ■
Alsoqarav. La agencia norteamericana involucraba en la actividad goipisia a los
generales J üah C a r l o s O h c a n ia , P a s c u a l P is t a r iih , A l e ja n d r o L ahusse, O s ír is V il l e g a s y al
mencionado A l s o g a r a y ( I4'j ).
.... ................. . «
Sin embargo. el secretario adjunto dejDepartamentp de Estado, Lirtcoui G o r d o i -i ,
tenia sus recelos sobre el futuro institucional del país a pesar de su respaldo básico
al golpe en ciernes y de que el Oral. OnoAuiA, que encabezaba el movimiento, era él
hombre de mayor proximidad a las posiciones nortearneHcanas' ( 'So). ~ "1
0
5
9
8
4
' (1966-1976)
_ Y digo y o ...
...ya q u e es tanto lío cambiar las e s t r u c t u r a s ,..
¿ N o s e p o d r ía p o r lo menos d a r le s u n a p i n t o d i t a ?
¿O ni eso?
■ 1 9 6 0 -1 9 7 3 Q 1 9 7 3 -1 9 7 9 □ 1 9 7 9 -1 9 8 6
Sin embargo, esa caída era la señal de una situación más grave, que se
relacionaba con la progresiva desaceleración del ritmo de incremento en la
productividad. Esto condujo a una disminución de las tasas de ganancia, que llevó
a las empresas a reducir paulatinamente sus niveles de inversión. Por un tiempo,
no obstante, se m antuvo la tendencia creciente de los salarios, pero luego éstos
comenzaron a detener también su impulso. Esta secuencia desarticulaba el círculo
virtuoso de incrementos de la productividad, la inversión y el salario, que había
caracterizado a las dos décadas anteriores.
Las nuevas condiciones fueron atribuidas a diversas causas. Una primera
interpretación las explica com o el resultado de una suba salarial superior al
crecimiento de la productividad, especialmente en los países europeos. El elevado
costo laboral habría resultado perjudicial para las empresas manufactureras,
erosionando sus márgenes de ganancias. Una segunda interpretación las relacio-
i
na, en cambio, con el incremento de la composición orgánica del capital (es decir,
de la relación capital/producto), en el marco de los procesos tecnológicos
existentes, nuevos aumentos en la producción exigían crecientes volúm enes de
capital per cápita no compensados por las subas de la productividad (J).
Desde este segundo punto de vista, las alzas del salario nominal provocaron un
comportamiento distinto de lo ocurrido en la crisis de los años '30, En aquel
entonces, ia caída de los salarios y la desocupación creciente habían precipitado un
derrumbe de la producción y de los precios. Ahora, la acción com binada de
aumentos de salarios y del gasto público de los Estados nacionales permitían
sostener la demanda, aunque no incrementarla sustancialmente. Por otra parte, las
empresas respondían a la suba del costo salarial con la elevación de sus precios,
intentando mantener su tasa de ganancia, de manera que los mecanismos que
evitaban la recesión impulsaban a la vez procesos inflacionarios. La nueva forma de
manifestarse de la crisis fue entonces la "estanflación", es decir, el estancamiento
con inflación, a diferencia de la recesión con deflación de los años '30. En rigor de
verdad, no se trataba de un estancamiento absoluto, ya que, aunque con m ucha más
lentitud que en el pasado, el crecimiento no se interrumpió nunca por completo.
La nueva coyuntura sorprendió a quienes habian predicho que con las pol ¡ticas
económicas keynesianas de estimulo de la demagda las crisis económicas podían
ser controladas. Esta idea se relacionaba con la percepción de que las crisis pasadas
se habían debido de manera fundamental a insuficiencias de la demanda. C o m o era
evidente desde fines de los años '60, las causas de la crisis no se encontraban sólo
del lado de la demanda, sino también en las características propias del proceso de
producción, de modo que la regulación del mercado no lograba impedirlas plena
mente aunque pudiera atenuar sus formas de manifestación.2
(2) La discusión de esta cuestión es extremadamente amplia. A guisa de ejemplo, cf. Dt.
Bruñís, Q srard, 'Tendences et contre-tendences a la baisse du taux de profit", en Crise et
régulation, Grenoble, 1983; L ipic tz , Alain, La mondialisation déla crisegénéraie du fordisme:
1967-1984. París, 1984.
608 H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O L IT IC A Y SOCIAL DE LA A R G E N T IN A
Los problemas productivos afectaron de modo distinto a los diversos países, por
lo que el m om ento de aparición de la crisis y su intensidad difirieron en cada uno de
ellos y se combinaron con problemas internos e internacionales de orden político y
estratégico. Los Estados Unidos, en particular, debieron afrontar serias dificultades
com o consecuencia de su política amiamentista y belicista, cuya expresión más
evidente fue el retroceso de sus posiciones en la Guerra de Vietnam. Por otra parte,
aunque el m undo continuaba manteniendo su estructura bipolar, ésta comenzaba
a resquebrajarse. Los países europeos y el Japón, luego de una etapa de reconstruc
ción en la posguerra, se habían convertido en competidores económicos de la
potencia norteamericana, mientras que en la Unión Soviética se vislumbraban las
primeras señales de agotamiento del régimen comunista, como resultado dé la
excesiva rigidez de sus estructuras productiva y de consumo, agravadas por el
desmedido crecimiento del aparato burocrático y el mantenimiento de tendencias
autoritarias y expansionólas. Sin embargo, el proceso de crisis en ciernes no
produjo, a diferencia de la década de 1930, una ruptura brusca y violenta con
respecto a los patrones precedentes, dado que prácticamente no se interrumpieron
los flujos internacionales de mercancías y capitales.
Desde el punto de vista productivo, la crisis impulsó los primeros intentos de
reestructuración, apuntalando dos cambios importantes. En primer lugar, el
quiebre del sistema fordista dio paso a nuevas formas de organización del proceso
de producción, com o el toyotismo en el Japón. Las diferencias sustanciales
consistieron en la realización de la producción en tiempo, ju s t in time, cuya regla
esencial es evitar la acumulación de stocks, tanto de productos como de materias
primas, que pudieran, por un lado, generar excedentes con dificultades de ser
vendidos en los mercados e incrementar, por el otro, costos financieros, respec
tivamente. Este tipo de producción intentaba flexibilizar al máximo la organización
del trabajo, de m odo tal que la producción pudiese adaptarse fácilmente a
cualquier cambio en la demanda, tanto cuantitativo c o m a cualitativo. También
representó un avance hacia nuevas modalidades de contratación y de trabajo.
O tro aspecto destacable fue el cambio en la estrategia del gran capital, que
inició una etapa de expansión multinacional, segmentando su producción en
procura de generar una nueva división internacional del trabajo. El corolario de
esta estrategia fue la industrialización de cierto número de países periféricos entre
losque se destacaron los del sudesteasiáticooHlCs {New industríalizedcountries),
com o Corea del Sur, Hong Kong, Taiwán y Singapur. Se ha señalado que esas
naciones adoptaron un proceso de industrialización "orientada por las exportacio
nes", en oposición a la estrategia clásica de industrialización vigente en América
Latina por "sustitución de importaciones", y que el mismo constituyó la base de su
éxito, ^a nueva estrategia consistía, sobre todo, en exportar productos manufac
turados, primero sencillos y luego más complejos, basándose en las.ventajas
iniciales que ofrecíanlos bajos costos laborales. Para algunos economistas, fueron
las políticas de liberalización comercial, la eliminación de tipos de cambio
múltiples y la reducción del grado de protección de los mercados internos lo que
explica el desempeño de aquellos países, cuya estrategia de apertura hacia el
m undo habría sido más eficaz que la de las naciones latinoamericanas. Pero, en
CAP. 6 - D E L “T IE M P O E C O N O M IC O " A LA C R IS IS P O L IT IC A (1 9 6 6 -1 9 7 6 ) 509
realidad, hubo otros factores, de distinto orden, desde geopolíticos hasta cultura
les, que influyeron en ese desempeño (3).
Uno de ellos fue la ayuda económica y militar norteamericana com o co n se
cuencia de la Guerra de Corea y de la amenaza china. Por ejemplo, entre 1 9 4 6 y
1978 Corea del Sur recibió 6 mil millones de dólares de Washington en ayud a
económica, mientras que la cifra total de ayuda para toda América Latina en ese
periodo fue de 15 mil millones. Pero a esto debemos agregar la ayuda militar, so b re
todo en Corea del Sur y Taiwán, que también contribuyó al desarrollo industrial ( 4) .
Otro 'elemento decisivo fue el grado de intervención de los Estados en !a
economía, adoptando políticas industriales, comerciales y tecnológicas activas
con el objetivo explícito de desarrollar ventajas comparativas dinámicas. E n
realidad, se trataba de Estados autoritarios que fueron creando una estrecha
vinculación entre la burocracia central y las empresas más grandes, muchas de las
cuales se transformaron con el tiempo en multinacionales (56 ). Tam bién co n trib u
yeron, sobre todo en el caso de Taiwán, políticas de reforma agraria, q u e
distribuyeron la tierra entre los campesinos creando nuevos sectores de clase
media y fomentando un crecimiento agricola m uy rápido (5).
La dimensión de los mercados internos, menor que en América Latina, q u e
obligaba a los países asiáticos a exportar, así com o los menores niveles salariales,
elementos culturales que valoraban el factor trabajo, el ejem plo cercano y
competitivo del Japón y políticas monetarias restrictivas que contuvieron los
procesos inflacionarios fueron otros elementos que explican la particularidad del
caso de los países del sudeste asiático. En el cuadro siguiente podem os observar
en términos comparados las ventajas que estos últimos les sacaron, por aquellos
años, a las más importantes naciones latinoamericanas.
)
Cf. S ukup, V íc t o r , Asia frente al siglo XXI. ¿De los ‘milagros a las ' debacles"?, Buenos
(3 )
Aíres, 2000.
(4) Se menciona el ejemplo de la empresa Hyundai, hoy conocida por la producción de
automotores y que se inició, a partir de contratos con el ejército norteamericano para la
construcción de cuarteles militares y aeropuertos, Cf. Cordova, Da-lll, Echecs et succés de
l'inóustrialisalion, tesis de doctorado, Université Fierre Mendés-France, Orenoble, 1994, pág. 66,
(5) J udct, PitRRE, 'Rólé de l'Etat dans le développement économique en Asie: approches',
en Cah/ers hep/Développement, N® 13, 1988, págs. 1-10; cf. también, Sukur, V, (2000).
(6) Bustclo, Pablo, 'La industrialización en América Latina y el Este de Asía.- una
comparación entre Brasil y Taiwán, 1930-1980', en Ciclos en la historia, la economía y la
sociedad, 2, primer semestre de 1992, págs. 82-84; Sukut, V. (2000).
610 H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O L IT IC A Y S O C IA L D E LA A R G E N T IN A
Cuadro 6,2. PBI per cáp/fa (en dólares de 1985) y grado de industrialización
(en proporción deI PBI) de los países del sudeste asiático y países latinoamericanos.
Al mismo tiempo, los países europeos buscaron desligarse del dólar intentan
do imponer sus respectivas monedas y dando lugar a una expansión monetaria que
excedió ampliamente las necesidades del comercio y de las inversiones a nivel
internacional. El predominio del dólar cedió terreno a favor de algunas monedas
europeas com o el marco alemán o el franco suizo, pero como éstos se encontra
ban sometidos al creciente control de los movimientos de capitales por sus
respectivos países, el mercado del eurodinero se expandió con rapidez a Luxem-
b u rgo y otros centros financieros como Singapur, Panamá y Beirut, mientras que
se realizaban también operaciones con el yen japonés (a).
De este m odo, y libre de controles, ese mercado financiero resultaba altamen
te competitivo y registraba grandes transacciones, efectuadas en su mayor parte
entre instituciones' bancarias. El desarrollo de un mercado libre de eurodólaresy
eurodinero en el curso de los años '60 dio sin duda un fuerte impulso al
m ovimiento internacional de capitales. La economía mundial comenzó a tolerar la
existencia de transacciones de capital a escala internacional sin restricciones, en
el marco de la cual las empresas norteamericanas se beneficiaron de manera
notoria debido a que podían volcar sus excedentes financieros en el mercado de *
eurodólares, facilitando su expansión a escala mundial. Pero, progresivamente.su
liderazgo en este terreno fue reduciéndose en beneficio de inversores europeos,
japoneses y de los países productores de petróleo. Se fueron modelando,
entonces, mercados financieros que simplificaban y acrecentaban los movimien
tos especulativos de capital (89).
Estos capitales especulativos de diversos orígenes eludieron las reglamenta
ciones monetarias propias del sistema estadounidense y pusieron en cuestión al
orden de Bretton Woods, aumentando los riesgos del entramado monetario. Una
de las primeras monedas afectadas fue la libra esterlina, que tuvo que defenderse
entre 1966 y 1967 de ataques especulativos contra su cotización. Pero no pudo
resistir el curso negativo de diversos acontecimientos políticos y económicos
com o, entre otros, la Guerra de los Seis Días en el Cercano Oriente, en junio de
1967, y el enorme déficit comercial británico, los que obligaron al gobierno de
Londres a devaluar su moneda en un 14 % en noviembre de 1967 ( l0).
Esta devaluación puso de manifiesto que los paises que tenian una moneda
de reserva inserta en el sistema del patrón oro-dólar eran en extremo vulnerables,
generando grandes dudas acerca de la viabilidad de dicho sistema. Por lo tanto,
el ataque a gran escala contra el dólar fue inevitable, y en ello incidió la política
monetaria adoptada por Francia, cuyo presidente. C harles de G aulle , ya había
desautorizado públicamente el patrón oro-dólar en 1965. El cambio de las reservas
(8) Tcw, Berhard, International Monetary System, 1945-1970, hueva York, 1970, págs
117-12!.
(9) Kimdleberger, C harles, Europe and the Dollar, Cambridge, 1966, págs. 84-88.
(10) Van der W ec, Hermán. Historia económica mundial del siglo XX. Prosperidad y crisis
Reconstrucción, crecimiento y cambio, 1945-1980, Barcelona, 1986, pág. 562,
CAP. 6 - DEL ‘TIEMPO ECONOMICO" A LA CRISIS POLITICA (1966-1976) 613
francesas de dólares por oro éntre 1965 y 1966 hizo perder influencia al dólar y
aja libra como monedas de reserva. Mientras tanto, los bancos centrales europeos
depositaban sus reservas de dólares en el Banco de Pagos Internacionales, que
colocaba, a su vez, un porcentaje cada vez m ayor/félos mismos en el m ercado
de eurodólares. Todos estos dólares, prestados a otros países y no a los Estados
Unidos, hicieron crecer la liquidez internacional y, al m ism o tiempo, alimentaron
la especulación contra la moneda norteamericana, prim ero en beneficio del m arco
vdel yen y, poco después, también a favor de otras monedas europeas ( " ) .
El empeoramiento de la balanza comercial norteamericana a mediados de
1971 contribuyó a acelerar et proceso especulativo contra el dólar, sobre todo
porque se constataba la existencia de un desequilibrio fundamental en las
balanzas internacionales que sólo podía ser superado a través de drásticas
modificaciones de los tipos de cambio. En el punto culminante de la crisis
monetaria, a principios de agosto de 1971. volvió a aumentar fuertemente la
cotización del marco, asi como también el precio del oro, y la tendencia a
"despegarse' del dólar comenzó a ser imparable (l2).
Ante estos acontecimientos, el presidente de los Estados Unidos, Richard Mixon,
anunció, el 15 de agosto de 1971, la suspensión de la convertibilidad del dólar en
oro, gravando además temporalmente a las importaciones con un impuesto
extraordinario del 10 % y solicitando también al FM1 propuestas concretas para
establecer un nuevo sistema monetario internacional. El comunicado de ttixon causó
estupor en la comunidad internacional por haber adoptado una resolución de tanta
trascendencia, como era la supresión del patrón oro-dólar, sin que hubiese mediado
consulta alguna con el resto del m undo. Es que el viejo sistema de Bretton Woods
ya no se ajustaba a la situación existente en la economía internacional. En el m undo
industrializado e interdependiente de la segunda mitad del siglo XX un solo país ya
no podía ejercer de manera duradera el liderazgo económico.
Sin embargo, luego de numerosas negociaciones entre los representantes de
las principales economías del mundo occidental, en diciembre de 1971 se alcanzó
el "Acuerdo Monetario de Washington", que eliminó el 10 % adicional sobre las
importaciones establecido por los Estados Unidos, elaborándose también un
proyecto de reforma global y multilateral de las paridades monetarias mediante
bandas de flotación entre ¡as monedas, otorgándole al sistema monetario mayor
flexibilidad e incluyendo una devaluación del dólar del 7,9 % con respecto al oro.
En realidad, el Acuerdo de Washington sancionó la implantación de un "patrón
dólar", transformando de hecho a la m oneda norteamericana en la única moneda
central de reserva en el m undo f 3). En la práctica, la mayoría de tos países* 3
2
1
(14) Cf. Hobsbahm, Eric, historia del siglo XX, 1914-1991, Barcelona, 1995.
(15) Romero, L. A. (1998), pág. 232.
/
' rio fue el primer frente de tormenta que puso al desnudo las intenciones
gubernamentales. Interpretando que la "politización* de las universidades consti
tuía un terreno propicio para la "infiltración marxista", el gobierno — a Fines de
julio— decidió eliminar la autonomía de esas casas de estudio. A manera de
respuesta, numerosos profesores de la UBA presentaron sus renuncias y se
exiliaron antes de qúe'ef gobierno decidiera sus cesantías. Los centros estudian
tiles fueron desalojados mediante la violencia, y la reacción de los jóvenes derivó
en enfrentamientos con la policía, que asaltó la Facultad de Ciencias Exactas de
la UBA durante la denominada "noche de los bastones largos", en la que fueron
golpeados y arrestados profesores y alumnos V 7).
% -
|EI perfil ideológico del gobierno era bifronte: antiliberal en lo político y liberal
en lo económico.] La presencia en el gabinete de nacionalistas católicos de derecha
impulsaba fórmulas neocorporativas en reemplazo del orden político tradicional,
considerado anticuado y caduco. Este era el "cambio de estructuras" prohijado y
que generaba escozor entre los sectores identificados con la tradición política del
liberalismo. De todos modos, O ngania complementaba esta perspectiva con un
m anejo liberal del orden económico. En definitiva, todos debían contribuir a!
desarrollo y a la "modernización" del país, objetivos que no tenían que estar
sujetos al debate político y a la arbitrariedad del conflicto social C8).
Para el cumplimiento de dichos objetivos de política económica se acentuó el
autoritarismo. Así, se promulgaron distintas leyes de corte represivo que reglamen
taban las atribuciones de los organismos encargados de la seguridad nacional,
disponían la movilización de la población civil en caso de perturbaciones del orden
interno, ampliaban las prerrogativas del Consejo nacional de Seguridad (Conase)y
de la Secretaría de jnteligencia del Estado (SIDE) y reprimían las actividades
comunistas. Tamblén^se intervinieron los medios de comunicación, se restringió la
libertad de prensa y se censuraron varias manifestaciones de la cultura. Todo el
despliegue represivo apuntó, fundamentalmente, a prevenir las reacciones de los
sectores que serian víctimas del ajuste requerido por la "racionalización económica'.]
La ofensiva racionaüzadora se descargó, en un principio, sobre los trabajado
res de los sectores del transporte y la energía. Portuarios, ferroviarios, personal de
los servicios de electricidad y petroleros sufrieron, en algunas oportunidades, la
intervención o la pérdida de la personería gremial de sus sindicatos. En otros casos,
el recorte de conquistas gremiales dio lugar a reacciones huelguísticas que fueron
severamente reprimidas con el arresto de los delegados sindicales y el despido o
sanción a los trabajadores.
Mientras el reordenamiento laboral se hacía extensivo a la clase obrera, otros
sectores sociales sufrieron los efectos de la modernización económica. Los
comerciantes, las pequeñas y medianas empresas, los funcionarios y empleados1 8
7
(17) Rouquie, A laim, Poder militar y sociedad política en la Argentina il, Buenos Aires.
1986, pág. 263; Romero, Ricardo, La lucha continúa. El movimiento estudiantil argentino en
el siglo XX, Buenos Aires, 1998.
(18) Cf. O'DonnuL, G uiucrmo, El Estado burocrático autoritario 1966-1973, Buenos Aires,
1982.
CAP. 6 - D E L " T IE M P O E C O N O M IC O 'A LA C R IS IS P O L IT IC A (1 9 6 6 -1 9 7 6 ) 619
del sector público, los agricultores y, finalmente, los grandes productores rurales
•padecieron las consecuencias de una política económica tendiente a favorecer a
la gran industria y a las empresas extranjeras. Las tensiones sociales se fueron
acumulando y la inexistencia de mecanismos representativos que perm itieran su
canalización creó las condiciones para un estallido popular.
[A tres años de su imposición, el deterioro del gobierno de O igatiia alcanzó su
punto máximo. Las calles pasaron a constituirse en el escenario de m ovimientos
populares de protesta'^ inspirados también por el clima internacional desencadenado
desde el "mayo francés" y las movilizaciones contra la Guerra de Vietnam e n los
EE.UU. En mayo de 1969, la movilización popular se inició en Corrientes con m otivo
del asesinato de dos estudiantes por parte de la policía. Las manifestaciones de
solidaridad de los estudiantes rosarinos fueron a su vez reprimidas, provocando la
muerte de otro estudiante. Las movilizaciones se reprodujeron en Tucum á n y La
Plata.[Pero el gran estallido social tuvo lugar en Córdoba y se lo conoció c o m o "el
.Cordobazo'ÁEI 29 de mayo, una marcha de protesta de organizaciones obreras y
estudiantiles, en repudio a un intento corporativista del gobierno provincial y a la
supresión del "sábado inglés" — vigente desde 1932— , enfrentó y rebasó a las
fuerzas policiales que intentaban reprimirla. Los manifestantes tomaron el control de
la ciudad con el apoyo de gran parte de la población. La ulterior intervención
represiva de tropas militares diolugar, durante tres días, a numerosos enfrentamientos
callejeros. Recién el 3 de junio la situación quedó bajo control militar. C o m o
consecuencia de los enfrentamientos, el gobierno reconoció un saldo de dieciséis
muertos, numerosos heridosy más de dos mil detenidos, además de costosos daños
a bienes e inmuebles y pérdidas de salarios y jornales. Con el Cordobazo com enzó
la cuenta regresiva para el régimen de O iganla ( l0).j
íDesde el comienzo de su mandato, O igania había tratado de apartar a las FE. AA.
de toda participación en las decisiones gubernamentales,)procurando asegurarse
la obediencia de los comandantes. Sin embargo, la prohibición de las actividades
políticas propició la politización del ejército, con lo que se re virtió la
profesionalización de los cuadros militares lograda a partir de 1963 por el bando
azul. Los líderes militares se convirtieron en interlocutores de grupos de opinión
y políticos que requerían su influencia para oponerse al rum bo político o
económico del gobierno, para manifestar su desacuerdo con algunos funcionarios
o para reclamar la revolución nacional anunciada porOnoANiA.fEI presidente, que
no habia precisado la duración de su mandato, dio a entender que necesitaba una
década para llevar a cabo la transformación económica y social y arribar finalmente
a la institucionalización política sobre nuevas bases. Pero las tensiones sociales
recrudecieron tras el Cordobazo y el pedido de prórroga de su m andato fue
respondido con la insubordinación de los comandantes de las tres fuerzas.^ 1 9
(19) Una descripción, día por día, de los sucesos del Cordobazo se encuentra en: D ei.ich,
Francisco.!,, Crisis y protesta social, Córdoba 1969, Córdoba. 1994. Cf. también, B alve , B eda
y otros, Lucha de calles, lucha de clases. Buenos Aires, 1973; V illar, Daniel. El Cordobazo,
Buenos Aires, 1971,
620 H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O L ÍT IC A Y S O C IA L D E LA A R G E N T IN A
[ Varios factores convencieron a los altos jefes militares para deponera O ngamia;
la extranjerización de la economía argentina como resultado del programa
económico y el rechazo que éste había recibido desde el Cordobazoy las vagas
perspectivas políticas de un gobierno que había pretendido soslayar a los partidos
.tradicionales, la incorporación a las filas de la oposición de sectores rurales
desplazados por los intereses industriales y de las corporaciones transnacionales
jy la aparición en primera plana de la guerrilla, en mayo de 1970, a través del
secuestro y posterior asesinato del ex presidente provisional A ramburu.)
\La agrupación que organizó el secuestro de A ranburu se denominaba
'Montoneros*,; y su principal dirigente era Mario F irmenich. Los antecedentes
políticos de los Montoneros, que se reconocían como el brazo armado del
peronismo revolucionario, eran muy variados. Una parte provenía del nacionalis
m o de derecha, más propiamente de una organización denominada "Tacuara", que
había nacido después del golpe militar de 1955 integrada por sectores de clase
media y clase media alta. Pero la ideología de algunos de ellos se fue radicalizando
y virando hacia la izquierda, debido al influjo de la Revolución Cubana. Otras
fracciones procedían del catolicismo, influenciadas en especial por la corriente
más progresista de los sacerdotes del Tercer Mundo,- finalmente, se unirían
también militantes originarios de partidos políticos de izquierda. Aunque el
objetivo final de los Montoneros era construir una sociedad socialista, se encua
draban dentro del peronismo y asumían, a su modo, sus principales banderas.
Protagonista de numerosas acciones armadas, el momento de mayor apogeo de
la organización fue durante el gobierno de C ampora, para terminar siendo expulsada
del peronismo por el propio Perot^ como veremos más adelante (J0).
¡ El asesinato de A ramburu marcó el inicio de la presencia, a través de diferentes
manifestaciones, populares o armadas, y con una considerable repercusión
pública, de organizaciones guerrilleras de distinto signo, provenientes de sectores
nacionalistas y revolucionarios del peronismoy de fracciones marxistas escindidas
del PC o de origen trotsKista, e influenciadas todas ellas por la Revolución Cubana
¡especialmente por el "C he " G uevara) y por el 'm ayo francés", con una extracción
social predominante, asentada en sectores medios y de! ámbito universitario. Su
expresión más importante, además de Montoneros, fue el Ejército Revolucionario
del Pueblo (ERP), dirigido por Mario R. S apitucho, que procedía de un partido
trotskista, el PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores), mientras que otras
organizaciones menores se denominaban Fuerzas Armadas Peronistas (PAP) y
Fuerzas Armadas Revolucionarias (PAR). Al contrario de ios Montoneros, el ERP, de
base marxista, rechazaba concebir al peronismo como un m ovimiento de "libera
ción nacional', y la revolución constituía, para ellos, sólo una parte de la lucha
general de los pueblos contra el imperialismo (3I).2 1
0
6 ,3 ,2 . L os p a r tid o s p o lític o s
-■ •i i
(41) Pura, J uam C arlos. 'Política internacional argentina", en Consejo Argentino para las
Relaciones Internacionales, La política exterior argentina y sus protagonistas, 1880-1995,
Buenos Aires, 1996, págs. 35 y 56.
(42) Momz Baíideira, L. A. (1993), págs. 214 y 215.
034 _______ HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
(50) Cf., por ejemplo. D e Pablo, J uan C arlos, "Precios relativos, distribución del Ingreso
y planes de estabilización: la experiencia argentina durante 1967-1970”, en Desarrollo
, Económico, rp 57, Buenos Aires, pág. 63.
642 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
F u e n te s d e la e x p a n s ió n (e n % )
Ano M 1/P B I M 2 /P B I
re al p a s iv a S e c to r S e c to r S e c to r
e x te rn o o fic ia l fin a n c ie r o
E la b o ra c ió n p ro p ia .
F u e n te ; V itelli, G uillermo, L a s ló g ic a s d e la e c o n o m ía a r g e n tin a . In f la c ió n y c r e c im ie n t o ,
B u e n o s A ir e s , 1 9 9 0 .
C u a d r o 6 ,3 . I n d i c a d o r e s m o n e t a r i o s .
/.capitales, fuente de expansión que no resulta discutible para la teoría oue .sery^
n y /de base al gobierno ni por el citado organismo (” ). Complementariamente, se
H puede observar que la política monetaria estuvo lejos de ser expansiva. ya'q u p T
la“ redúcelo ñ~de~ lá emisión por la caída del déficit fiscal se le sumó, durante la
cjccRcXorTcíel plarTmípiérneiitado por K r ie g e r V a s e ü a , un fuerte incrementó de las
tasas de interés, las cuales, por primera vez desde 1953, se situaron en niveles
positivos. De manera que los instrumentos utilizados por eí gobíerncfen ésa
materia apuntaban nías a restringir la circulación moneta7iá~qüe a (6mentar~síP
expans ió ñ r
_ ; En cuanto a la política de precios; a los instrumentos yam encionados se les
añadiÓTJiTmecáñlsmó '3e consulta y acuerdos con losjjrandes empresarios, y se
ló d e n o m iñ ^ A c üérdo voluntario desprecios". De este modo, el gobierno arreglaba
con las principaléseniprésas mdustriaies el congelamiento de precio^ por un lapso
de seis meses, ofreciéndoles, cóm o "gestó’de bueña voluntad", riina^serie de
mcéñíivós para el acceso áT crédito bancario. AdemasTse~lés otorgaba a ¡aíT
compañ¡as- que adlírrTeFáñrálplan la exclusividad del mercado del sector publico,1
es decir que las compras gubernamentales se orieritariáirsólo á“dTchas firmas.
/ Finalmente, y para beneplácito de los terratenientes, se daba por concluido el
( régimen de prórroga automática y congelamiento de los arrendamientos rurales,'
i V situacióiTqóé tanto reclamó generara por parte de los grandes propietarios rurales
(/ ,/d~esde hacía ya más de una década. ~
'7 ^. Tam bién hubo otras medidas que, aunque de menor impacto directo, opera-
/ ron como "efecto demostración", en particular para el capitáRráñsnacionaiTdf.gue
el gobieriio estaba dispuesto~a áctüaTórtodoxamcnte. En especial, la sanción-de
la Ley de Hidrocarburos, del 24 de junio dé" 1967, y la- pronta terminación, ¿Javer
, de las empresas petroleras, de iós difereñdos originados durante fa gestíónjadical.
^ t n cuanto ál comercio exterior,’ era un objetivo manifiesto del gobierno lograr
incrementar las exhortaciones de productos industriales para, de este modo,
aliviar la balanza de pagosTj
En cierta forma, el plan de K rieger V asena anticipaba algunos lineamientos que
se constituirían en el núcleo central de los programas económicos deí liberalismo
a partir de róedíadós de la década del '70, tales como el establecimiento de un tipo
d e ca ftrciO fijo riá á p e rtu ra á l flujo de capitales extern os, unapoliticaTrionetaria
pasiva dOTVdé é f principal factor influyente en.la cantidad de dine_ro en circulación
era el saldo de los movimientos de divisas con el exterior, y la_disrninución de
aranceles “para ""estimular" la eficiencia de las empresasTócales j Dado que el
programa demandaba un ingreso continuo de capitales externos, la tasadeinterés_
debTa situarse por encima de los niveles internacionales, lo que resultaba atractivo
para préstamos al gobierno, inversiones de corto plazo o compra de empresas con
D é fic it
A ño In g re s o s E gresos D é fic it (P orcentaje
d el PBI)
.
" ■ i
i ¡,;
1 j J
, í
nEn cuanto al proceso inflacionario, entendiendo que el principal problema se
■ /> ( hallába en los costos de las empresas, lo primero que se intento fue que los precios
se m óvicsctíTTom o'señalamos, a través de un acuerdo con las firmas lideres. Se
procuraba, de este modo, mantener un nivel de precios que sólo se pudiera
modificar por cambios en los precios internacionales, pero con la responsabilidad
empresaría de absorber los incrementos que se produjeran en el mercado internó^
La inflación comenzó asi a descender" aunque con lentitud, teniendo en
cuenta que én 1967 la d evaluación del 40 % tuvo una fuerte influencia eiicj,
aumento de precios. Só lo ,hacia l 9 69^se logró una tasa de crecimiento de los
p recios inferior a dos dígitos, aunque de manera fugaz, ya que a partir del año
siguiente la inflaaón volvi6~a acelerarse; ~ ’5
4
Cuadro 6,8. Evolución deI producto bruto interno (en porcentaje del PBI).
nAP, 6 - DEL “TIEMPO ECONOMICO" A LA CRISIS POLITICA (1966-1976) 649
(58) T rcbcr, Salvador, historia económica argentina, desde el virreinato a nuestros dias.
Periodo 1966-1976, Colegio de Graduados en Ciencias Económicas, Buenos Aires, 1978,
' l'-igs. 280-283.
652 HISTORIA ECONOMICA, POLÍTICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
La reducción del saldo comercial tenía relación con la evolución de los precios
relativos y la compensación de la devaluación por medio de la reducción de
aranceles.Xuando el gobierno practicó la devaluación, incrementó la com petidvídad
de la producción loca iTren te ^ los productos importados. Por eso, era posible xyV
Ifisíñinuirlos aranceles sin afectar la protección d e las actividades internas. S in ( y
embargo, el congelamiento del tipo de cambio nominal frente a tasas de innación f3l
en descenso pero aún elevadas generó, eri los' hechos7ün;aprogresiva revaiuació n f -r*-
(Jell^só qóé dismiriuyó ra'coñTpeíitivídad interna. ” I
i
l r En cuanto al destino geográfico de las exportaciones, los aspectos tnác
/I (destacadles Túérón ~eidiicfeiñtmfó~~dd Tá~part¡cipación de países vecinñ?~(^p
T i taarticular el Brasil y"Chile~ que pasárorfde demandar el 6,2 y 3,7 % del total de
¿7 (cxportacíonés respéctivaTnériteirn 1966 al 8 , 1 y 5,5 % en 1969) y también de
c/ ¡EE.UU., disminuyendo la pafScrpacj6n.de Europa, principalmente como resultado
p e lá ‘ c á íd á ^ é ‘lás“éxportaciones a los países del Este.
(■) C o m p r e n d e R u m a n i a , P o lo n ia , B u lg a r ia , A lb a n ia y la U R S S .
F u e n t e : A n u a r io s d e C o m e r c io E x te rio r.
Asi, las ventas de las primeras cien empresas, que a comienzos de la déra<ia
'/'comprendían aproximadamente-el 20 % de la producción industrial, en 1 96 r
calcanzaban el 24 % v en 1969, el 26,2 % . Simultáneamente, tam bién crpria |3
participación del capital extranjero; del 1 6 % del total de la producción indireiria¡
en 1960, pasaban al 1 8 .9 % e n 19 6 6 y a l2 0 % e n 1969. Durante este periodo, una
cantidad stqñificativa~de empresas locales debió vender su capital a empresas
extranjeras.' prócesofavorecido por la devaluación.
Año IE D
1966 2 ,8
1967 14,4
1968 3 3 ,8
1969 6 1 ,3
1970 9,8
1971 9 ,5
1972 8,3
1973 14,0
F u e n te : F ID E .
1
com o las grandes empresas, particulannéntViás tráñsñacionales. se beneficiaron,
/mientras otros, com o los terratenientes, se vieron favorecidos por algunas
m edidas y perjudicados por otras, mientras las pequeñas y mediarías empresas
[fueron más afectadas. Poreso, no resultó llamativo que los sectores ágropecuá?rósT
^\'jina vez que lograron reorganizarse" gۖeiraS^S^ofi9lClonesx|ueiotfMgareira
¡ / KKiÉdER VASEnA a dejar sti puesto y. en alianza con los 'pequeños y rfiedii nos
empresarios presionaron TraFtá cóñsegulF un cambio en la~onemaCtSñ'~~de'la
/ ' poIiti'ca~ecón o m ica ^
¡ V " Consciente de la conflictividad social, las medidas de K r i e q e r trataban de no
¡! | afectaFios~Tngrésó'S~f£ates~de los trabajadores dé manerá^tan drástica como en
; | anrgnOfes'píanes de^estábilizacióñ Todas las fuentes estadísticas coincideñ~en la
| \ ¡caída deTos jOTnales mdüstriales. ;>ero~dicfiaTa?da fue leve si se la compara con las
I — l \ ¡experiencias'estab¡li2¿doras precedentes desde el derrocamiento deTesoiL-Xn
| ^ realidad, más que una brusca contracción de los salarios, el plan produjo un quiebre
■ ) . de la curva ascendente registrada entre 1963 y 1966, como se puede apreciar en el
^ '' cuadro d e la participación de los salarios en el ingreso nacional. Si bien dicha^
| participación decreció en 1968 y 1969, la pérdida no re¥uTtólfernásiado grande.
CAP. 6 - DEL TIEMPO ECONOMICO” A LA CRISIS POLITICA (1966-1976) 657
Salario/lngreso nacional
Fuente: BCRA.
Gráfico 6,2. Participación de los salarios en el ingreso (en porcentaje).
culm inó en el Cordobazo fue la caída de los salarios de los estratos medios, que.
se habían incrementado sustancialmente entre 1 9<T0 'y T9S5rC5iriddiendo con^i
punto de partida de ía explicación anterior, este autor admite que los sectnrec
rñovilízados provenían de actividades con una remuneración superior al prom*»-
dio, que los situaba dentro de ía 'clase media", pero le incorpora una visión
dinámica que trata dé poner de'máhifiesto el deterioro que esa lracc]5ñ~de ia
población había sufridóen los años posteriores al golpe (61). Tam bién WmiA^epta^
que 1á pó’Jiticasalarial de OnoAniA había sembrado algunas semillasclé (descontento
entre la clase obreraTpero les atribuye mayor iniportanciá^Tas’cáracférisfrcas'clel
sindicalismo cordobés, conformado con posterioridad a la caída deTcrorc-eon
pocaTéáltad a íá C Q T y más vinculado á ias basesrLa reacción dé^T^ S parecei
según este autor, más relacionada con el enfrentamiento político de la renrpspn.
tación sindical local frente aí gobierno!6 656
4 ). Por último, otra interpretación sitúa ai
7
Cordobazo com o un giro en la lucha de clases, que "supone uñ estado general de
movilización de ias clases populares, en el que aparecen forinás~~orgá m c:as“3é
contenido sociállstacorno primera respuesta á las ñúévás~confradicciones~soc!a-
les argentinas" (6SíT Aunque la discusión pone de manifiesto la complejidad Bel
e nómenó, resultardifícil desligarlo por completo de los resultados concretosTdeT
programa económico, tanto en materia de distribución de los ingresos deide el
"punto de vista estático, como en la percepción de dívérsossccfOrés de lós'é/ectos
negativos que les provocaba el quiebre de una fin d enciádín am rcá~devar¡ osan os
eñ TosqU e láTédTsTfibücíorT Rabia tenido úrt sesgom asprogresivó. " — —
^El C o roc^azo forzó la salida de K weqer V asema del gobierno, pero no implicó
inmediatamente un cambio de rumbo en ja política económica. A pesar .del
r desconcierto reinante en sectores del gobierno y del empresariado, el nombra
miento de J osé Ñ xkÍa~ DAomnó Pastore en la conducción económica ratificaba el
i camino escogidoTá pesar de que las condiciones se habían m odificado de manera
V ¡sustancial con respecto a enero de 1967. Si bien la administración de OnoAniA
¡sobrevivió p o n ln año después del Cordobazo, la explicación de esa demora en su
¡caída se encontraba fundamentalmente en las dificultades d e T eslablishment
iliberal para ponerse de acuerdo sobre una táctica que prometiera salvarlo logrado
¡durante'el período í 967-1969 (j_7).
— ^ — --- --------------- ----
pAGMino Pastore asumió no solo en un mom ento comprometido en lo político,
sino también en el qué se iniciaba un período ecóñomlco~recesivo y donde se
I comenzaba a percibir el deterioro que generaba en el poder adquisftiyojñterrTó el
( incremento del precio de ía c a n ^ factor de mucha incid'éñcnTen la Argentina de
¡aquel entonces. Entre 1967 y 1969 los precios de~ÍaTcarne ^eri~eT~mercado
Carne - - ™ 1PC
Fuente: V itelli, G uillermo, Cuarenta años de inflación en la Argentina, Buenos Aires, 1986.
»
Gráfico 6,3. Evolución del precio de la carne y del índice de precios al consumidor
(en porcentaje).68
y medianas. De este m odo, el beneficio que obtenían estas últimas como resultado
/del incremento de su liquidez operado por la redistribución del crédito tenía como
contracara la imposición de nuevas condiciones por parte de las grandes empresas
multinacionales, es decir, de sus principalescom pradoresTAsí. ar~ver"esf5<-~
restringido su acceso al crédito local determinaron transferir ia carga sobre sus
pro vée doresTíñcrementando los plazos de pago y también ios precios finaleiTde
los productos? lo que llevó a acentuar él proceso iñnacionánoTEsta siTUáciofí
i evidenciaba el peso de estas empresas sobre la estrucKiraiMúsñTaTyeTelévago^
' i poder económ ico que habían asumido d u ra n te l ósáñó;TT6CK ' — --
Otra m edida tomada por Ferrer fue la sanción de una veda al consumo de
carne, porque los precios de este producto en los mercados intemarTf¡W]q&.i
continuaban subiendo, desestabilizando los vaioresjocales. Esta medida, en tanto
estaba articulada con una política devaíuatoria, queria generar!TómTí iOecto~ei
mcrémento de los saldos exportables y de ia corñpetitividad de Tálam Fvaciína^n
los mercados externos.
La estrategia de Ferrer no sólo tenía que afrontar serios problemas debido al
difícil objetivo de man te nerlas iásas~déin nacio7V~poréleblijo ~ a e rT a % , mientras
se procuraba un crecimiento del 8 % , sino porque(nruértGSTOn'ni su ministro dé
Econom ía téman la autoridad política necesaria para aplicar el programa frénic a
Ía7irine óposlcíón estructurada en tom o a distintos núcleos tle poder ecqiiórriíco;,
'En esté sérifido7 FERRER ÍTabfa solicitado a los sindicatos qiic~clirriplieran voluntaria
mente con un límite del 19 % de aumentos salariales, pero el presidente no
intervino mientras se concluían a cuerdos del 3u y del 40 %
y
f De todos modos, al cabo de unos pocos meses, Levirios-ron dejaba su cargo y
poco déspues~hacia lo mismo el ministró F errer. L íííj s s e , el nuevo pmsjdeñté, se
presenta BaeTTcabezandóuTí gobierno de transición qué convocaría a elecciones
genéráíés^A ésta altura, la evoiucíoñóféfprocesó económico sé^übordiriaEáaTo"
político, a d iféreñcia'dejo que ocurría en los primeros años de la Revolución
Argentina. ’ ~~ ”
(E n este contexto, la inflación continuaba siendo un serio problemajpesde el
empresariádó séUcusába afgobiérno de tolerar incremerTtossalariaTésen exceso,
favoreciendo Ta_c)asícóéspiral inflacionaria. Sin embargo, luego de unjalza en
1971, los ingresos reaiés dé los asalariados' vófyTérorTa depréciarse. Buena parte
de las~causas dé la inflación se originaba, com o señalamos, en la suba~dc Tos
precios de la carñeTcuyó origen era interpretado por algunos com o una ó üerte de
”reváncha" de ia burguesía pampeana respecto de ia caída de sus precios durante
n
/' s el periodo afíle riór.'Aim isrno tiempo, se registraba un significativo aumento en los
indices de desempleo ¿¿alrededor de 2 3 puntos, entre octubre c fF l9 6 9 y julio
de 1 9 7TTd é í ? a l6 ,3 % ). ’ .................. 7
4
¡75) Cf. B raum, O scar y G ambarotta. H éctor, '1972. Crisis económica y política. Los
márgenes del reformlsmo", en Braun, O scar (comp.), El capitalismo argentino en crisis,
Buenos Aires. 1973.
664 H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O L IT IC A Y S O C IA L D E L A A R G E N T IN A
j| rum bo económ ico se mantendría inalterado hasta la asunción del nuevo flobiernn
rt £rT este sentido, los programas económicos de coyuntura refiejabanT como
'sostiene F o r t a t ít ic r o , la im p o sibilidad de los sectores dominantes para estructurar
I una salida económica razonable (76j. ~
> i El hecho más destacable de la evolución económica de los últimos años
estaba dado por la expansión de la inversión pública. En efecto, e n ^ TperioHrT"
, / ' !•
i i,
6 .6 . LA VUELTA DEL PERONISMO: CAMPORA, PERON, ISABEL PERON
nal. Asi, se abrió el espacio para que P e r o m reconstituyera el poder del Estado
contando con el apoyo de la burocracia sindical, marginada en el proceso anterior,
los partidos políticos y las Fuerzas Armadas. En este marco, nuevas elecciones
presidenciales, el 23 de setiembre, plebiscitaron — con el 62 % de los votos— la
tercera presidencia de P e r o m , acompañado en la vicepresidencia por su esposa,
M a r í a E s t e l a M a r t i m e z d e P e r o m , más conocida como I s a b e l P e r o m , o, directamente.
llevando al país a una crisis sin precedentes. Con P e r o m había desaparecido el único
liderazgo capaz de encauzar los antagonismos politicos emergentes de las luchas
sociales. A partir de su muerte, la agudización de ios conflictos y la violencia
política — entre los meses de julio de 1974 y 1975 se registraron cerca de
quinientos asesinatos politicos— marcarían la descomposición del proyecto
peronista.
Isabel Perom y su entorno — en el que adquirió preeminencia J osé L ópez R ega ,
ministro de Bienestar Social y secretario privado de la Presidencia— , en lugar de
la estrategia de convergencia impulsada por Perom, definieron un accionar basado
en el sectarismo y el aislamiento. Incorporaran al gabinete elementos d e las
vertientes más reaccionarias del movimiento peronista, mientras el enfrentamiento
entre los propios peronistas se transformaba en el conflicto central de la escena
poütica. Inicialmente, la dirigencia sindical acompañó esta estrategia presionando
para lograr el desplazamiento del ministro G elbard y respaldando tas m edidas
gubernamentales destinadas a destituir a los gobernadores de la izquierda
peronista. A mediados de 1975, tanto la izquierda peronista com o los sectores
empresariales y políticos vinculados a G elbard, que era acusado de comunista,
habian sido excluidos de la lucha por el poder (80).
Por su parte, las coincidencias entre los jefes sindicales y el gobierno tuvieron
corta vida. Pronto se hizo evidente que I s a b e l y sus asesores no estaban dispuestos
a comprometerse en negociaciones con otras fuerzas políticas y sociales. Asi, las
pretensiones de la dirección sindical de participar más directamente en las
decisiones gubernamentales fueron ignoradas. Por otra parte, las negociaciones
de las comisiones paritarias, a partir de 1975, aceleraron la frecuencia de los
conflictos laborales y tensaron las relaciones entre el sindicalismo y el gobierno.
En jun io de 1975, con la designación de C e l e s t i n o R o d r i g o — vinculado a L ó p e z R e g a —
al frente del Ministerio de Economía, se tornó una serie de medidas que, entre sus
objetivos, buscaban colocar a los dirigentes sindicales en unasituación insostenible.
El fuerte impacto inflacionario de las medidas económicas instrumentadas,
inéditas en un gobierno peronista, y el tope impuesto a los aumentos salariales
abrieron el camino a "una lucha por el poder y por el dominio político en torno del
reajuste de los precios relativos y sus obvias consecuencias sobre las transferen
cias de los ingresos" í8')- El gobierno dispuso la paralización de las negociaciones
entre sindicatos y empresarios, lo que desató una movilización masiva contra el
nuevo ministro que desbordó a la dirigencia sindical.
Los jefes sindicales debieron lanzarse a una lucha en la que estaba enjuego
su propia supervivencia. Tratando de mostrar a las bases que ellos eran sus
defensores presionaron y lograron que el gobierno, en un principio, liberara las
negociaciones entre empresarios y sindicatos para fijar nuevos aumentos salaria
les. Posteriormente, el Ejecutivo derogó los acuerdos salariales alcanzadosy volvió
a fijar subas inferiores a las pretendidas por los sindicatos. El ministro de Trabajo,
hombre proveniente del sindicalismo, presentó su renuncia, y la C G T decidió un
paro general de 48 horas para el 7 y 8 de julio. El desenlace de la crisis consagró
la victoria de los jefes sindicales: el gobierno anunció la aprobación a los contratos
salariales en litigio y. dias después, R o d r i g o y L ó p e z R e g a presentaron sus renuncias.
Por fin, los dirigentes gremiales pasaban a convertirse en actores centrales de las
decisiones del Estado y en los principales respaldos del gobierno.
El aislamiento del gobierno de I s a b e l P e son respecto de la sociedad civil tuvo
otras consecuencias dramáticas, no sólo se intensificaron las pugnas internas en
el m ovim iento peronista, sino que también recrudecieron las actividades guerrille
ras y se multiplicó la violencia de la derecha. En un marco de creciente
ingobernabilidad, las autoridades lanzaron un operativo para eliminar a la izquier
da dentro y fuera del peronismo. Un grupo terrorista de ultraderecha, protegido y
armado por L ó p e z R e g a y denominado "Triple A" (Alianza Anlicomunista Argentina)
desplegó una represión política y cultural de vastos alcances. Mientras el gobierno
clausuraba los órganos de expresión de la Juventud Peronista y sancionaba una
ley de seguridad del Estado, la Triple A asesinaba, entre otros, a R o d o l p o O r t e g a
P e ñ a , diputado nacional justicialista, a S i l v i o F r o m d i z i , intelectual marxista, y a Anuo
L ó p e z , ex vicegobernador de Córdoba.
(8 2 ) C avaaozzi. M . ( 1 9 8 5 ) , p á g . 5 7 .
(83) De Riz, L. (1986). pág. 190.
670 H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O L IT IC A Y S O C IA L D E LA A R G E N T IN A
•i
asociar ese retorno con la desprestigiada imagen de los jerarcas sindicales. En este
contexto, los jefes sindicales buscaron aproximarse a otros sectores que, c o m o
ellos, juzgaban que el activismo de la militancia juvenil se apartaba de las
consignas tradicionales de la ortodoxia peronista. Condenados por et viejo líder al
aislamiento en el interior de la vasta coalición política que lo acompañaba, ios
sindicalistas comenzaron a prepararse para modificar una relación de fuerzas qu e ,
por entonces, les era desfavorable.
El triunfo electoral despertó entre los sindicalistas, com o entre las clases
populares, la expectativa de sustanciales aumentos desalarios. Sin embargo, la
política de ingresos del ministro G e l b a r d , encuadrada dentro del Pacto Social,
buscaba compatibilizar los objetivos distribucíonistas con la coyuntura económ i
ca del momento. Frente a un aumento de salarios situado por debajo de las
demandas de los trabajadores y la suspensión de las negociaciones colectivas por
dos años, ta conducción cegetista debió postergar sus objetivos reivindicad vos
para acomodarse a ia política de concertación impuesta, a través de G e l b a r d , por
l a autoridad política de P e r o m .
metida con el Pacto Social, debió asistir pasivamente a esta ofensiva, ahondándo
se !a brecha que se había ido abriendo entre losjefes sindicales y las movilizaciones
de los trabajadores a partir de los últimos tramos de la Revolución Argentina.
El regreso definitivo de P e r ó n dio lugar a un nuevo diseño político. L a
im ponente manifestación política que asistió en Ezeiza al retorno del líder
justicialista se transform ó en una tragedia por el enfrentamiento armado entre
los sectores internos del peronism o. A partir de ese episodio, P e r ó n pasó a
•convertirse en el eje de un ajuste de cuentas con los sectores juveniles y
guerrilleros tras el objetivo de desmontar la m ovilización popular que jaqueaba
al gobierno de C a n f o r a .
D e e s t a m a n e r a , s e ab rió e l e s p a c io para la r e c o n s titu c ió n d e la alianza del
c a u d illo c o n l o s h a s ta e n t o n c e s r e le g a d o s j e f e s s in d ic a le s . La c a m p a ñ a electoral
q u e p e r m itió e l a c c e s o d e P e r o m a s u te rc er m a n d a to p r e sid e n c ia l, a d iferen cia de
la q u e p r o y e c tó a C ampofa, c o n t ó c o n e l a c tiv o p r o s e litis m o d e lo s sin d ica to s. El
d e s p lie g u e s in d ic a l tu v o c o m o p r o ta g o n ista d e s t a c a d o al se c r e ta r io g en era l de la
UOM, L o r e n z o Miguel. El ulterior triu nfo e le c to r a l fu e c a lu r o s a m e n te c e le b r a d o por
l o s s in d ic a lis ta s , q u e p r e v e ía n u n a c c e s o m á s flu id o a la s d e c is io n e s d e l p od er (86).
Pero un nuevo episodio sangriento empañó la euforia de la dirigencia sindical.
Dos dias después de las elecciones que consagraron el triunfo de P e r ó n — el 26 de
setiembre— fue asesinado el secretario general de la C G T, J o s e L R u c c i . Lossucesos
posteriores confirmarían que la eliminación de Ruca no anuló el poder de la
cuestionada burocracia sindical. Por el contrario, galvanizó a su dirigencia,
exacerbó su hostilidad hacia la JP y la izquierda y confundió a muchos trabajado
res, partidarios de la renovación orgánica de las conducciones sindicales, tina
semana después, el presidente electo ratificó, en la propia central obrera, que "el
movimiento sindical era la columna vertebral del peronismo", y exhortó a los
dirigentes sindicales a combatir la infiltración marxista.
Sin embargo, subsistía un problema que ponía a prueba el reencuentro del
caudillo con los jefes sindicales. La aspiración sindical apuntaba a lograr la
apertura de las negociaciones colectivas y era alentada por la sospecha de que
P e r ó n en el gobierno dejaría de lado la política económica del ministro G e l b a r d . Pero
expulsó de la Plaza de Mayo. Días después, la rama juvenil fue excluida del máximo
organismo de conducción del justicialismo, perdiendo todo espado político para
luchar por el 'socialismo nacional' dentro del peronismo. Los Montoneros no
fueron proscriptos, aunque anunciaron su retorno a la resistencia. P e r ó n , para
preservar la gobernabilidad y la ortodoxia partidaria, eligió a la dirigencia gremial.
La purga de elementos izquierdistas se acentuó al asumir I s a b e l P e r ó n . La
Universidad de Buenos Aires, donde conservaban su preeminencia aquéllos, se
convirtió en un objetivo de los sectores más reaccionarios del peronismo,
encaramados en el gobierno de I s a b e l . La designación del anacrónico O s c a r
J v a m i s e v i c h al frente del Ministerio de Educación fue seguida con el nombramiento
las instituciones argentinas que usted simboliza en esta hora". Cuando fue
configurándose el síndrome de una sociedad desgoberrtada, trató de evitarcríticas
que pusieran en peligro el orden democrático que había contribuido a construir
con el ahora partido oficialista. B a l b i m . apoyado por casi todoel m ovimiento radical,
condenó la posibilidad de un golpe militar, y hubo rumores acerca de la
probabilidad de una alianza entre el justicialismo y el radicalismo para conformar
un gobierno de coalición que asegurara la gobernabilidad del país.1 3
9
pocos días antes de éste, afirmó la inminencia del fin del 'régim en de treinta años
constituido por el peronismo y la anacrónica oposición que le sirvió de m arco (...)
El caos en el ordenamiento económico con sus secuelas de corrupción y
decadencia total ya se han producido, quedándonos sólo por delante soportar sus
consecuencias'. El Partido federal, con la adhesión del Partido Socialista D em o
crático, sostuvo que "el gobierno y la oposición han caducado y ya hablan co n un
lenguaje de sepelio. Vivimos los últimos m om entos del régimen que ha demostra
do hasta el cansancio su incapacidad para gobernar. Conjuntamente se com prue
ba la incapacidad de las fuerzas políticas paralelas que, con un lenguaje de sepelio,
tratan de buscar soluciones irreales e inoportunas. El pronunciamiento m ilitares
inevitable, ya que el vacío de poder alguien lo tiene que llenar" (9S). Para estas
fuerzas políticas, la urgencia para cubrir el "vacío de poder" no permitía aguardar
!asolución institucional prevista con las elecciones generales de octubre de 1976.
El retorno del peronismo al gobierno planteó a las organizaciones empresaria
les un escenario caracterizado por el intento de reestructurar los sectores de
poder. Ea designación de J óse B e r G e l b a r d , ex presidente de la C G E, com o titular
del Ministerio de Economía evidenciaba el propósito de privilegiar a esa organiza
ción, representativa de los intereses del empresariado nacional m ediano y
(99) Cf. G ilb c r t , I s id o r o , El oro de Moscú, Buenos Aires, 1995, donde se analizan las
vinculaciones del ministro con los comunistas; SeoAne, M. (1998).
( 100) S c h v a r z e r , J. (1991), págs. 208 y 209.
CAp. 6 - DEL ‘TIEMPO ECONOMICO" A LA CRISIS POLITICA (1966-1976) 681
i1
5
4
3
2
0
país se impuso una política que, si bien conservaba los criterios de resguardo,
como los apreciables en el nuevo proyecto de ley de inversiones extranjeras,
procuraba atraer capitales norteamericanos y europeos adoptando un- to n o
moderado y enfatizando la intención de llegar a un entendimiento global con la
potencia hegemónica. Simultáneamente, se trató de articular un eje económ ico
con Europa Occidental, en búsqueda de incrementar el espacio de m aniobra y
autonomía relativa frente a los Estados Unidos.
En la perspectiva de Perom, el eje europeo tenía un valor privilegiado. Por un lado,
a comienzos de los '70 se preveía una situación critica de las reservas alimentarias
mundiales'. Por otro, los países de Europa Occidental eran el destino principal de las
exportaciones argentinas, constituyendo, com o señalamos en el capítulo anterior,
uno de los vértices de un triángulo comercial con los EE.UU. que de alguna m anera
prolongaba el que existió hasta los años '40 (en ese caso con el Reino Unido co m o
' partenaire" europeo). El Oral. Perom formuló así, antes y durante su última presiden
cia, una estrategia que procuraba aprovechar la "guerra de las proteínas" para
aumentar la venta de alimentos y reactivar la antigua "relación especial" ( l08).
Esperaba contar también con un masivo aporte de capitalesy radicaciones industria
les de ese origen, sobre todo en sectores donde la presencia norteamericana era
predominante. Sin embargo, el creciente proteccionismo de la Comunidad Econó
mica Europea dificultó la colocación de productos en ese mercado, las radicaciones
rióse concretaron y las fuentes financieras sustitutivas de las estadounidenses n o
llegaron a cubrir las necesidades del país. Por lo tanto, se tornó urgente obtener
inversiones en los EE.UU, y abrir mercados en otras partes.
En elámbitoregional, la Argentina también planteó sus ¡nquietudesen materia
de intercambios comerciales. Para ello, aprovechó la reunión convocada por el
secretario de Estado K issimger, a fin de desarrollar un 'n u e vo diálogo" entre los
Estados Unidos y los países latinoamericanos. El encuéntrase realizó en Tlatelolco
(México) en febrero de 1974, y la delegación argentina, a través de su canciller, se
transformó en vocero de América Latina. Com o tal, la Argentina prom ovió !a
asociación del continente en defensa de sus intereses frente a Norteamérica.
Sostuvo la necesidad de buscar nuevas formas de cooperación en Jo comercial y
monetario entre ambas partes. Manifestó sus dudas 'e n cuanto a la existencia d e
un amplio margen de intereses comunes entre América Latina y los Estados
Unidos, en las negociaciones que tienen lugar en el^GATT..." y recordó que lo s
latinoamericanos habían expresado la necesidad de reconocer en las negociacio
nes del Q A T T ’ el principio de tratamiento diferencial más favorable para los paises
en desarrollo”, Solicitó también que los productos latinoamericanos fueran
incluidos en el Sistema General de Preferencias estadounidense.
Con referencia a la reestructuración en curso del sistema monetario interna
cional, los argentinos pidieron el establecimiento de una mecánica de transferen
cia de recursos hacia las naciones menos desarrolladas y un mayor acceso de éstas
del presidente argentino, durante una reunión de cancilleres de la Cuenca de! Plata,
la Argentina intentó negociar con el Brasil la compatibiüzación de las cotas d e su
proyecto de Corpus con las de itaipú. Sin embargo, los ofrecimientos del canciller
brasileño sobre el asunto no fueron satisfactorios para la cancillería argentinr.
El gobierno de I s a b e l P e r ó n no renunció a la actitud de cooperación con el Brasil.
Pero cuando este país firmó un acuerdo nuclear con Alemania Federal en 1975 y
sus controversias con los Estados Unidos se agudizaron, las autoridades locales
entendieron que otra vez se presentaba una oportunidad para que la Argentina
accediera a una posición de liderazgo en Sudamérica. n o obstante, el intento de
reorientar la política exterior en tal sentido fracasó: el canciller A l b e r t o V i o n e s
procuró convencer ai secretario de Estado norteamericano, H e n r y K i s s i n o e r , para
que estimulara las inversiones norteamericanas en el país y visitara Buenos Aires.
K i s s i n o e r no sólo ignoró la invitación, sino que, en febrero de 1976, viajó a Brasilia,
6 ,9 ,3 . Las n e g o c ia c io n e s so b re la s M alvinas
(111) OsntRos, A ndrés y Escude, C arlos, Historia general de las relaciones exteriores déla
República Argentina, tomo Xil, La diplomacia de las Malvinas 1945-1989, Buenos Aires.
1999, págs. 62-64.
(112) Margucritis, A na, 'Malvinas: el petróleo y el conflicto anglo-argentino', en Ciclos en
la historia, la economía y la sociedad. rts 3, segundo semestre de 1998. págs. 122-125.
CAp, 6 - DEL “TIEMPO ECONOMICO" A LA CRISIS POLITICA (1966- 1976} 689
\v J -
'ágfopécuário se enfrentada rápidamente con un grupo sociaj que generaba^una i'
pártefundaméñtai de las divisas necesarias para el desenvolvimiento económ ico j
yérTquilibrio de la balanza de pagoj). y que aurTcoñsérvaBá una importante cuota
de poder, dificultando, por ende, síi implementacióm
Dentro del contexto macroeconómico que debía encarar el nuevo gobierno,
también es importante destacar el retrocesc^ que habían” expénrhentáclo los
trabajadores en su participación en la renta nacional desde la caída de Perom en
T9557'Así,déáin porcentaje qué én algún momento Había supérá"dó'éT5ó"% 'dér
ingreso nacionáT, sé encontraba en i 972 por debajo del 43 % . 1
*
8
v 6 ,1 0 ,1 . La p o lític a e c o n ó m ic a d e J osé B er G e u a r b
( 120) Cf. De Pablo, J uah C arlos, Economía política del peronismo. Buenos Aires, 1980.
CAp. 6- DEL TIEMPO ECONOMICO”A LA CRISIS POLITICA (1966-1976) 693
La marcha del plan económico del nuevo gobierno peronista pasó por dos
etapas eTTíás que sus alcances y sus resultados quedaron claramente diferencia
dos. La primera d e ellas tuvo como punto de partida láTirma del Pactó Social y se
¡extendió hasta ju lio de J 974, casi de manera simultánea con la muerte de PrRrif)
La segunda, que sufrió permanentes marchas y contramarchas, concluyó en marzo
de 1976, ¿ónTa llegada de una nueva dictadura militar. DuraáteTalprimeraTa^p.
predominó ia estabilidad dé precios, al tiempo que mejoraron notoriamenteias
i 'cuentas externas y se produjo un significativo crecimientcTeconómico! Por el
contario, en la segunda, hicieron eclosión todas las contradÍcciohes~3erpactr,
Social, y se caracterizó pcy ia iñestábiliclad y unaácclérada inflación.
I' ^Cl inicio de la gestión de G elbard estuvo marcado, com o dijimos, por buenos
augurios en ei sector externo, que presentó aspectos m uy favorabltsTTJiJfante
1973 las exportaciones agropecuarias crecieron un 86 % , 'in^eñtTvad as porurfaiza'
énT6s~precias de la carne y de los cereales en el mercado m undíaly u n a cosecha
récord de granos. Así. las reservas prácticamente se triplicaron, pasando de~529
millones de dolares á m asde 1.400 millones a lo largo de 19,73.
A ño R e s e rv a s
1970 5 6 0 ,2 '
1971 7 2 4 ,7
1972 3 1 6 ,7
1973 52 9,0
1974 1.41 2,4
1975 1.34 0,8
1976 61 7 ,7
F u e n te : B C R A .
jj/ Los prim eros éxitos del plan económ ico quedaron evidenciados también
lá'coTiféTícíóridél próc eso inflacionario.'el nivel desprecios aumentó sólo
( ~vn~l 7 % durante éf prim er ario del Pació Social. cuándo en 1972 lo había
hecho éñ un 61 % . Y este é xito de ía potrficá a ntliñTlaciónaria tuvo la virtud de
haberse co n ju ga d o con un increm ento de los salarios reales d e T~ lX 3 %
duranté~el se gun d ó semestre de i 9 7 3, que se d ebió a la instrum entación de
aum entos de sueldos y asignaciones familiares en ju n io deFm ism o año.
1972 3 ,1 % 5 6 ,3 %
19 73 6,1 % 6 0 ,3 %
1974 5 ,3 % 2 4 ,2 %
19 75 -0 ,9 % 1 8 2 ,8 %
1976 - 1 ,7 % 44 4,1 %
F u e n t e : B C R A y M in is t e r io d e E c o n o m ía .
Cuadro 6,21. Sector público (en millones de pesos de 1970; déficit fiscal
en porcentaje del PBI).
30.000 -i
J
20.000 -
10.000
‘Pero uno de los principales aspectos que jaqueaba al Pacto Social era el alto
gradcTde' cóñflictividad obrera ejásténterqüe"desbordaba,- en" bueña rñédídaTel
liderazgo de íás conducciones sindicales) Por una parte, aígüños sindicatos no
peronistas presionaban por nuevos acuerdos salariales, y esta situación tam bién
se extendió a sindicatos peronistas; por otraV poco tiempo antes dé m o ríri Peroh
otorgó un complemento significativo a los aguinaldos,;A plFsar d e e Ilo, eTgobierno
ratificóla vigencia del Pacto y su intención de rio ^ c o n o c e r nuevos acuerdos
salariáJes'hástá junio de 1975, fecha dispuesta en el com promiso inicial.)
1
/
\Los cimientos del acuerdo comenzaron, sin embargo, a socavarse, m ientras
crecía el desabastecí miento de productos esencialésTEnféáiidadrñó era que'Sstos
no se encontrasen disponibles en el m ercado. slñcTque el progresivo increm ento Y-:
de los costos alentaba' a comerciarlos en un mercado negro que se extendía a
diario, en el qTíéei control de precios ño~ejérciá influencia) Las bases o breras v
empresarias no' respondían ya a los ácGerdós dé süs~cupulas. y la solidez del
698 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
V 6 ,1 0 ,3 . JE IR odrigazo
t
JtOS-copflictos. recrudecieron entre mayo y junio de 1975. cuando se debía
abrir una nueva instancia de n egociaci ón _sala ña 1. Com o medida Preparatoria
I sabel P ero » autorizo el inicio del diálogo con los sindicatos a principios rtñT^fio
1975. Tinalmente llegó el mes de mayo y las negociaciones entre el gobierno y los
sindicatos se iniciaron en un clima áspero. Muchos sindicatos o b tuvieron incre-
mentos deíTÓO % y en el equipo económico no hubo reacciones. Pero el 2 de junio
G ómez M orales fue desplazado def Ministerio de Economía por recomendacjón de
L ópez R e g a , ocupando su lugar C elestimo R odriqq ( l301
L
3
era tan fuerte com o para deducir "un remate politicoeconómico idéntico-
señalando que las fuerzas sociales y políticas parecen 'alinearse de manera menos
favorable para el neoliberalismo*. no se concretó Í1M). . ~ ~
Com o corolario quedaba la frustración de un proyecto que intentó reeditar en
. inicios un programa económ ico que sintetizara los intereses de l6s~secforp^
js
io n tró íá r.
i1
5
4
3
(134) GeRcuunorr, Pablo y L lacm, J uan Jóse, "Capitalismo industrial, desarrollo asociado y
distribución del ingreso entre los dos gobiernos peronistas: 1 95 0-1972 , en D e s a r r o ll o
Económico, 11“ 57, abril-junio de 19 7 5, pág. 51.
( 1 3 5 ) Lattcs , A. y R. De L attcs , Z. (1 9 92), pág. 186.
CAp e _ del TIEMPO ECONOMICO’ A LA CRISIS POLITICA (1966-1976) 703
(136) O teiza, E.; Hovick, S. y A kuj, R., Inmigración y discriminación. Políticas y discursos.
Buenos Aires, 1997, pág. 103.
(137) T orrado, 5. (1992), pág. 74.
(138) O'D onmeu.. G. (1982), págs. 406-410.
708_________________ HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
de inversión
i* de las empresas transnacionales que
-----------------'---------------------------------------------■ en las------
--------------- locales.
-------- Por otra parte,
-----------i— : se
firmaron
7 . . acuerdos
arnprfinc r con
on otros países nara
n lrn i nakpq para pvitar
evitar la la finhlp
doble Irihnlapinn
tributación rip de imnnpclnc
impuestos
¡^restablecimiento de tin mercado libre de cambios y los acuerdos con el F M1
resulta bañ un complemento lógico, al quese trataba de reforzar con la estábilización
dél nivel dé precios, voívíe^ndóTi fá idea d~é'qü?fa estabilidad era el prerrequisito
p¿ra^desañf^ Í o y e r{F ffl^ ^ "d é 1 ñ v ii^ o ñ ¿ s desdé éT exterior.
De ese modo,' los flujos de capitales externos comenzaron a reanudarse,
r.stirnilladós^poFlosImeanírchfos i instrumentados por el gobierno y por
los fluidos vínculos del ministro con los centros financieros internacionales. Así,
entre i 967 y 1970 se registró un ingreso de capitales privados por un valor muy/s
próximo a los" 7T0' millónés_de~aólarés, a los queselesjagregaban otros 2 52y
V\W
millones obtenidos por el gobierno, q ue contribuían a fortalecer las reservas de
divisas, lo qu ¿"permitía generar en los inversores privados una razonable confianza
-érf qué podrían evitarse las habituales presiones sobre el tipo de cambio y se
contaricT con Divisas suficientes en ~eT~cáso dé fráñsféri r_hacia el exterió r f a s
ganancias y las inversiones realizadas.
~ Si en términos globales la respuesta de los flujos de fondos externos fue m u y\
dinámica, una desagregación mayor muestra un panorama más contradictorio. De
los mencionados 74Q millones, el 72 % estaba constituido por capitales dé corto ~
plaláhecho que configuraba las características particulares dei procesoTen "cierto"
modo ántícipatorias de ló que ocurriría a partir dé la segunda mitad deTosDños 'yO
En'primer lugar, liTm ayoría de las inversiones se orientaba hacia el sector I
financiero, alentando fas operaciones especulativas éri desme9roDejas~áctÍvIda- |;
des productivas, para las que, com o indicamos, los recursos de financiación T
disponibles contornaban s ien'dcTescasos y con tasas de interés muy "elevadas. En
segundó témiinoTse acrecentaba la vo Iatil id ad , y c o n ella, la inestabilidad de las j
gientas'exterñásT Dada ia liquidez de los fondos, cualquier acontecimiento /
inesperado podría provocar una súbita salida de los mismos, incrementados p o r /
la toma de ganancias. J
Se corría asi el riesgo de que la salida de fondos superara holgadamente lo s \
ingresos anteríGréXTOrn<5~que~cTjáIqüiéf mvél de reservas sería insuficiente para \
detener un descálabro de las cuentas externas~sín una violenta devaluación,
perjudicando a los consumidores, a quienes percibían ingresos fijos y a amplios
sectores producfívósTTor otra p~arte. dadi5~qüé íá déüfla externa pública se habia
imTltiplicado (pasando de 2.476 millones de dólares en 1966 a 5.392 millones en
1972). uña devaluación incrementaría ¿¡ porcentaje dé la participación del pago
déésá"dé"udá en las cuentas públicas, debido a que la recaudación continuaría
Tealizándóse^én lá moneda locaí.
Mo obstante, no todo el flujo de capitales se destinó al sector financiero, ü n a j.
parte reducida, aunque no despreciable, se invirtió efectivamente en la industrial
pero sus características se diferenciaban en gran medida^ de las que habíar
revestido la oleada de inversiones anterior, durante el gobierno de FKortpizi. Laj
radicación de industrias nuevas, eje de aquella etapa, tenía ahora un papel |
marginal; de máñFra~qüelas inversiones se canalizaron fundamentalmente en dos
sentidos. En primer lugar, se dirigieron Hacia empresas multinacionales ya
establecidas en ia^Árgeñtlna, que aprovechaban las nuevas condiciones para
710 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
t1
6
4
100%
80 %
0 O tra s in d u s tria s
60% □ In d u s tria c o m p le ja
| l in d u s tria liv ia n a
40%
20%
0%
1966 1967 1968 1969
F u e n t e : B C R A (1 9 7 5 ).
F u e n te : B C R A ( 1 9 7 5 ) ,
Cuadro 6,26. Industrias manufactureras (en porcentaje del total de la producción industrial).
1
712_______________ HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
M .. "
CAP. 6 - DEL ' TIEMPO ECONOMICO”A LA CRISIS POLITICA (1966-1976) 713
(147) Cf. Bisa.i o , Roberto y bosAcorr, Bernardo, 'Las exportaciones industriales en una
economía en transformación: las sorpresas del caso argentino', en KosAcorr, Bernardo. El
desafío de la competitivldad: la industria argentina en transformación, Buenos Aires, i 993.
714 ____________ HISTORIA ECONOMICA POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
i1
3
5
P re cios a g ro p e c u a rio s /
A ño
P re cios n o a g ro p e c u a rio s
1966 100,0
1967 101,0
1968 101,2
1969 104,2
1970 106,5
1971 115,5
1972 134,6
1973 125,2
1974 111,4
1975 88,2
E la b o r a c ió n p r o p ia .
F u e n te : B A C .
Sin embargo, dos medidas directas afectaron al sector, aunque con signo
contrarioTEñ 1967 se sancionó u n nuevo régimen de arrendamientos y aparcerías i
rurales, suprimiendo las prórrogas legales del pasado ytransform ando las relacio- j
nes productivas~en el campo. Debido a ello a partir 'd é"ese momento fue !
aflquiriendó~progresivamente mayor incidencia en ia región pampeana la presen- [
da del confrátistárÉI propietario de m áqü i riasag ricolase órne tizó "prestando un }
servicio a quien lo soíicjtára, cobrando por ello unV tarifa. Tam bíerTpodía tomar
tierras en arrendamiento por un corto período, por üñ año o"un cultivo, mediante
los llamados 'contratos accidentales''. veft5ales ó~éscrifós. Este tipo~de contratos
fue generalizándose com o resultado del cuestionamiento mstitucionai y legal, por
parte dé diferentes sectores, al sistema de arrelTdarnTentos tradicional, realizado
por un número determinado de años. ■ 7
Según la 5RA, la nueva ley de arrendamientos agrícolas sancionada por O moatvia
abría el camino para irTcrefnentar ¡a”]
ventajas legales que durante mucho tiempo habían beneficiado a Tos arrendata
rios.'La ley restablecía el derecho deTós terráfeñieríTes ádá expuIsión de aquellos
y al contról~50breTos contratos, y fue elogiada'por asóciacíóñés c omo la SRA y /
'CñKBAP, iñlégradas por los mayores productores y propietarios, pero atrajo de
inmedfato las protestas de la FAA, que representaba a productores pequeños y \ _ w
me~díáf¡osTSi bien sólo un 36 % de los cien mil miembros de la LAA seguían siendo ;'?f)
arrendatariós en 1966,1a cuestión de la tenencia de la fierra continuaba preocu- /
pandó a sus dirigentes, y durañle erresto del gobierno de O ngatua atacaron a la que
déTiorrimarbn "ley de expulsión*’. * ~ ~~........~
Por otra parte, en J 969 se estableció el impuesto de emergencia a las tierras
aptas'para explotación agropecuaria (HACA),'el mísmo establecíá un impuesto del
5 % ad vaJdreriYsóbre Ia~propiedad de Ja tierra, c o iT e T propositó'de forzar la
interísifTcacioh- denlas explotaciones a cargo de los terratenientes pampeanos^
Estos sectores maTtifestarón sü~opósrción~a la amenaza q ue signmcapa un
impuestó 'connscatorio' y "colectivizante". —
718 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
4154
Cuadro 6,31. Volumen físico de la producción agrícola (1966-1969) (base 1966 = 100).
Entre los cambios mencionados tuvo lugar también el desarrollo del cultivo de
soja. A partir de lá campaña 1971-1972, la producción de esta oleaginosa com enzó
un avance áceTeracTó.'qüé la con veri iríaeirpocos a
fuentes dé ingreso dé divisas para la Argentina, dada su creciente incidencia en las
expañá~cióóés._E5ta oleaginosa se transformó en eí ésIaboñ~éñTre las semillas
mejoradas y los agroquímicos, permitiendo el desarrollo dé diversas^variedades
séteccionáda$"para las distintas regiones agroecoíógicas. Su cultivo se vinculaba
a las recórTíéricIa~ciones agroñomicas.lá disponibilidad de herbicidas e im plem en
tos agrícolas específicos y la posibilidad de combinaría córíViuevas variedades de
IrigóTJé'cjclo corto, que permitían la obtención de una~segunda cosecha po r año7
Ese desarrollo se prolongó a lo largo de la década del '70, incluso durante el
gobierno peronista, mom ento en el cual scT ge ñero Ti ña" notable ex pa nsi ó n: entre
1972 y 1974 él valor de la producción "c fé a ó Tírr2 3 % . El incremento re sulto
gerreralizációTya que se verificó en todosTos ffiupós dé cúltrvósj
72 0 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
Tom ando en cuenta que ¡a política canibiaria, sobre todo en el periodo del Plan
Qelbáfdf, e ñ lra n á l»'ü ñ a revafüaoon del peso, buena parte de losbeneficios del
incremento dé los precios internacionales de los productos agropecuarios contri
büyoá^oiventarlas cuentas públicas, aunque sin afectar inicialmente losTríoresn?-
del secforjhasta qué’los pFeciosTnternacionales volvieron a caer.
En ese marco, y considerando que el Estado se apropiaba de una.porción mayor
delTñgreso agropecuario, el ahorro del sectorcomenzó a disminuir hacIaTsT74. pero
la inversión siguió aumentando un tiempo más a pesar de ello. Eue el efecto de la
evolución de ambas variables lo que dio por resultado, tal como se apreclá'eri'é!
gráfico siguiente, unareduccióndel excedente financiero agropecúanoTesTlerir-de
aquella parte del ahorro que no se reinvierte. En ese sentido, los efectos de Ja política
peronista no parecen haber afectado, ai menos en el corto plaímTáTírnániica dela
producción agricór^sinóTñas'bTe'n Ias~posíblíÍdádes de reciclaje de "la rerTta obtéríida
por los próductófés77iaciá'altémativás’de rrvversi orit ma n ciéra! ~
3.500 ■
3.000
2.500 -
2.000
1.500
1.000
500
0 -
1970 1971 1972 1973 1974 1975
@ A h o rro H In v e rs ió n [Z ]- E F A
F u e n t e : B A C ( 1 9 8 7 ).
Gráfico 6,9. Ahorro e inversión del sector agropecuario (en millones de pesos de 1970).
Por eso, aunque existieron fuertes tensiones entre el gobierno y las corpora^
ciones de productores. Jos indicadores analizados no permiteí"afirmar rotunda-
fñeñtéTfüeTá~póliticá peronista haya perjudicado de manera instemafica afsector
agropecuario. Sólo en 1975 se generó un deterioro manifiesto en las condiciones
de l$s explotaciones agrícolas, pero en ese m om ento comenzaban ¡^manifestarse
problemas adicionales, como el deterioro de los precios relativos, la presencia de
tacto resclimáticosadversosy,finalmente, el Kodrigazo y el descóñlrol económico.
Las fuertes oscilaciones de ia coyuntura.las transformaciones en marcha desde la
década"anterior y laTSrevedad de la e x p enene i"a"p eró nis taTriK fbenj a formulación
de úñ juicio inequívoco sobre la influencia de la politica agropecuaria de .dicho
■go5Térn5i~............. .......................
CAP. 6 - DEL TIEMPO ECONOMICO" A LA CRISIS POLITICA {1966-1976) 723
rectificación hecha a los jefes militares pareció traducirse en los cambios ministeria
les. Puestos clave pasaron a ser ocupados por personas de confianza de la cúpula
militar: por ejemplo, el Oral. A lbamo E, Mauquindeouy fue designado jefe de la Policía
Federal. Las medidas económicas piloteadas por ei nuevo ministro de Economía,
E milio M omdelu — reemplazante de C amero— . adoptaron el sesgo liberal que, se
suponía, iba a caracterizar la conducción económica de un gobierno militar.
Los cambios desconcertaron y paralizaron a las fuerzas sindicales y políticas aún
preocupadas en el mantenimiento del orden constitucional. Si bien los sindicalistas
reaccionaron negativamente frente a medidas económicas que apuntaban al deterio
ro del salario real, a diferencia de lo hecho a mediados de 1975, no se lanzaron a
confrontar con el gobierno, comprendiendo la inminencia del golpe militar. Por su
lado, buena parte de los políticos peronistas, en disidencia con la presidenta, se
desplazó a un segundo plano y, convencida de la irreversibilidad del golpe, evitó
cuestionamientos que pudieran contribuir al derrocamiento del gobierno.
Por su parte, los sectores económicos más poderosos no respondieron
positivamente a las medidas dei nuevo gabinete. A fines de enero, la APEGE
em plazó al gobierno a que prestara atención a sus reclamos anunciando una
paralización de las actividades empresariales. A mediados de febrero, la sociedad
argentina asistió, por primera vez, a un paro general de veinticuatro horas llevado
a cabo por los empresarios i1-9).
Desde fines de febrero, varios partidos políticos ensayaron caminos alterna
tivos para evitar el golpe militar, con la intención de desplazar a la presidenta por
caminos institucionales. Los partidos provinciales plantearon la necesidad de
iniciar un juicio político a Isabel Perón con el propósito de lograr su alejamiento del
gobierno. La segunda alternativa, presentada por la UCR, promovía la reunión de
la Asamblea Legislativa (debate en común de ambas Cámaras) para declarar la
inhabilidad de la presidenta. En ambos casos, los proyectos no prosperaron por
la oposición de ios legisladores peronistas ( ,60). La tercera opción fue impulsada
— el 19 de marzo— por varios partidos (PJ, UCR, Pl, P. Revolucionario Cristiano, PC,
PDP y PSP). Se trataba de gestar un acuerdo pluripartidario para concretar un
programa económico-social de emergencia a cuya adhesión se convocaba a la
totalidad de las agrupaciones políticas. A pesar de ser la más avanzada de las
tentativas, no pudo evitar que las Fuerzas Armadas desistieran de su propósito de
derrocar a I sabel ( 16‘).
La embajada de los EE.UU. realizó un pormenorizado relevamiento de los
acontecim ientos que precedieron al d errocam iento de I s a b e l P erom . La
(162) A mato. A lberto; Scoate, María y Muleiro, V icente, "Los papeles secretos de la
embajada. Anatomía de un golpe", en Clarín, Segunda Sección, 22 de marzo de 1998.
!; ■
íí
!
«
CApÍTulo 7
C h a r l y G a r c ía
Estudiando la historia,
fechas, batallas, cartas escritas en la piedra
frases célebres, próceres oliendo a santidad
sólo percibo oscuras ma nos,
esclavas, metalúrgicas, mineras, tejedoras,
creando el resplandor, la aventura del m undo,
se murieron y aún les crecieron las uñas.
J uan G elm an
r \
L L EL CONTEXTO INTERNACIONAL
( 1) pRitR, Eiw t y Soiuluc, C. L.. fiigherOil Prices and the World Economy, Washington,
1975, págs. 25 y 24.
(2) Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Economic
Outlook. H5 30, diciembre de 1981, págs. 12-25.
(3) Cf. Banco de Pagos Internacionales, Reporte Anual, M” 55, 1985.
CAP. 7 - L A DICTADURA MILITAR Y LA CRISIS ECONOMICA (1976-1983) 729
(4) Foremam-P eck, J ames, historia económica mundial. Relaciones económicas internacio
nales desde 1850. Madrid, 1995. págs. 435-437.
730 HISTORIA ECONOMICA POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
(5) Di hoiro, Enruo, Storía delle relazioni internazionaii, 1918-1992, Roma, 1995, págs.
1253 y 1254.
(6) HoBSBAwn, Eaic, Historia del siglo XX, Barcelona, 1995, págs. 250-252.
CAP. 7 - L A DICTADURA MILITAR Y LA CRISIS ECONOMICA (1976-1983) 731
Por su parte, a fin de hacer frente a la guerra civil que habia estallado en
Afganistán y en apoyo a un gobierno pro soviético anierTázado poTIa^rebel ión
'Túndaméntalista que contaba con eventuales o electivos apoyos de los servicio s-
de inteligencia de Occidente, en diciembre de 19791a Unión Soviética envió tropas
pUsíTpais. En esteTnarco, los Estados Unidós se negaron á ratificarlos acuerdos
sobre, reducción de armamentos SALT II, al mismo tiem poque se increm entaban
lásHivcrgencias políticas entre Pekín y Moscú!
Como la' economía soviética atravesaba.ya serias-dificultades, demostrando^!
alarmantes signos d e estancamiento y retroceso con respecto a los países
capitalistas"— sobre todo en sectores com o la cibernética y la informática, adem ás
descaídas en Ta~pro3üctÍvidádtanto del sector industrial com o dei agrícola-— y
aumen tabá'"Ia""d üi d e n c ia política- en el interior del pais, la intervención en"
"Afganistán "pareció una válvula de esca"pé"par~a’ eT Krerriliñ con la finalidad de
descomprim irsu convulsionado frente internoy los problemas qüFéxpérim entaba
stTpólíflcá^ exterior. Ante esta situación, los Estados Unidos respondieron de^£/
iñmecflato, a principios de 1980, m ediante ía adopción de fuertes sanciones
económfcasTTóntra la URSS, especialmente un embargo cereaiero y un boicot
c o n t r a " ló s j uegos olímpicos que iba n a celebrarse érf Moscú, y que incluyeron
presiones a sus aliados de la OTAN y dél hemisferio occidental para aaoptaFTa_
misma actitud.
Así, la nueva década se abrió en el contexto de un ambiente internacional
sumamente tenso y de " recalentamiento'' de la Querra’ rríalagTavado al afio
siguíéñte'con'ra llegada d é ~KortALD R EÁ G A rTála presideñcia"de los Estados Unidos-
Este mandatario republicano abandonó la política exterior de su predecesor en
rfeferrsa'cfé'lós derechos humanos; reanurioTá"cárférá"áf"marneñtista, con un
programa denominado "Iniciativa de defensa estratégica*, mas conocido c o m o
"üuerra délas Galaxias"; respaídó a diversos gobiernos dictatoriales y desarrolló
una posición mucho más dura con respecto a la Unión Soviet!ca, sobre!todo en las
cuestiones estratégicas y militares P). ~~
Europa continental, por su parte, se encontraba también en un proceso de
transtormacion. A tiñes de la década déPBO, cuando la unión aduanera habia s ido,
completada, podía preseníírsé"el inicio de una nueva fase. Sin embargo, en ese _
Tnorñéñtórse reconocían ya los primeros sintomas de la crisis. La eticada de las' A
cóntraTeTTdencias a la caída de la tasa de ganancia, que habían sostenido la
éstaBíTfdad del proceso de acumulación en ia "edad dorada", se erosionaba
Icñtarhen te .Tó r offóla d o , lálntegración y el crecimiento~geílntercambio habían
contribuido aú na internacionalización de la economía europea. En esa coyuntura
semaHifestó una contradi cción evidente. La crisis m ostrábala fuerte relación entre <
lóS'Estádos y las empresas multinacionales, quienes'presionaban para el esta b le -^
cimieníodepol ¡ticas nacionales defensivas. PeróTosgráncles consorcios desarro- "
"ttaróri nuevas estrategias, entre las cuales se destacaba el reforzamiento d e su7
íí
internacionalización, que no respondía a la lógica de los sistemas productivos
internos y contribuían a disolverlos. Con eso, se debilitaba la efectividad de esas
políticas nacionales y se cuestionaba el propio rol de~los EstadosJLa-Crisis provocó
así una creciente tensión entre el proceso de intemacionalizació n y el papel de las
instituciones estatales. Tal tensión impedía a los respectivos Estados mantener la
coherencia del viejo orden; la acumulación disminuyó su ritmo, mientras se
modificaba el"~contomcTcTe sus basés^érritoriaiésTTrecortañdó todavia inás^la
efectividad de loFJrTocedimientos díTregulación, y afectando sobremanefa~al
proceso de integración. — — “
Por otro lado, los efectos de la crisis no eran similares en todos los países El
im pacto de la primera escalada de Tos precios del petróleo, por eiemplo. no afertñ
'd e igual forma a los miembros de la CEE. Gran Bretaña, por caso, se encontró en
condicTon¿s deTxpíótar rentabre7ñénfeÍa cuenca petrolera del Mar del PloiteTcon
Ig.que su posición en materia de balanza comercial no sufrió el deterioñTdelitfas
naciones más dependientes- dé la importación de crudo._Alemania7 por su~parte7~
se convirtió en un importante proveedor de los países árabes, mientras recibía
recursos de éstos én calidad de inversiones fjnancierasT~De"esTa~mañera, a pesar
■ " t de las tendencias recesivas subyacentes, pudo mantener el dinamismo TfglTnc
!. Tffdusiríaircáraeterizadas" por su perñréxportador. Otros países, en cambio, se
\\ vieron m ucho más afectados por el_aIza del valor del petróleo, que les provocaba
D\ \(desequilibrios comerciales e incrementaba los costos internos de producción.
Vs Las estrategias nacionales frente a la crisis y los efectos diferenciados de ésta
? limitaron seriamente la posibilidad de una cooperación entre los miembros de la
O f' C EE. El resultado fue un debilitamiento del impulso integradon-Gon ello, se veía
ahora con mayor claridad que en los años '50 y '60 habían coexistido fuerzas
c
centrifugas ¿ centrípetas. Las primeras habían podido ocultarse detrás de la
Cóyunfüra particularmente favorable, percTse manifestaron con fuerza luego del
estallido deHá crTsisrpbñíeñbb tóclo~el procesó éri~peligro. La interdependencia
económica lograda con anterioridad impidió la dispersión, p e ro ra pérdida de
o bjetivos y de contenido no permitió nuevos avances rélévañtSJíTncl uso el riuevo
sistema monetario com uñjel mayor logro del periodo) lúe atravesado regularmen
te pór ímpórtantéslurbulencias. causadas por la ausencia de parámetros-estables
r ~de lá~evolución macroeconómica, derivadas en especial de la inestabilidad dejas
corriénteséTe bienes^ dé capital, de las fluctuaciones de los precios relativos^v. de
tasas de inflación divergentes tñT.
En los países más poderosos de la región, la crisis tuvo también repercusiones
políticas de importancia, ya que permitió el retorno de partidos conservadoras al
'poefér, desplazando a los de tinte sócialdemócrata. En Alemania, por ejem ploja-
Unión D ein ó c ra faCristiana, liderada por H elmut KÓhl. derrotó en 1982 a Jos
sódáTíémocráTas. El hastaéntbñcéscanciilér. II elmut buiMipr, debiodeiarsu caigo,
que fue ocupado por K ohl . Pero el cambio político de más trascendencia ocurrió
con la lfeqada~arpoder~cie los conservadores en Grari~SreTana"en l9 7 grbaj.oél
jratTrazgcTde M arqaret T hatcher. Se produjo, entonces, una ruptura con la política
(9) Makcel, Brumo y T aícb. J acques , Cris es d'hier, crise d'aujourd'hui. 1873..., i9 2 9 .\,
1973.... París, 1997, págs. 57-61.
734_______________ HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
a os anos '70 y principios “de los '80. En 1960, la deuda global de la regiór^era
\20CTmTIToñes cíócTóláres y eñ Í 97Ó habia trepado a 20^90.0-millones de ia
raTm olredaT es~déciñ fía bíá sufricToün incremento del 290 % . Pero enj 980
ébiañ 2 4 3.000 millones de dólares, lo cual significaba un alza del 1.1 6 2 % con
respecto a 19 /0 y de 3 .0 7 3 % , sise lá có m p á ra ba co ñ T960. En el cuadro siguiente
puede observarse la situación de seis de los principales paües de América Latiría,
adviniéndose que, entre 1973 y 1982, el incremento de la deuda en la Argentina,
eTBrasíl y MéxicóTue del orden dei'600 % al 8 5 0% 7 a u n q u e , posteriormente, a
partir de la crisis deTT982, no se registró_ün aumentó significativo debido a las
festr ice lo ñ é T c ra d itic ias adoptadas por los ba neos y íos~or^n ísm osTf7rfárieferos
internacionales. Por otra parte, este acelerado'incremento deí" endéüdaniíento
internacional produjo un importante aumento en” los pagos “de losTervTcíos del
misrno. que pasaron d e 12.000 millones dé dóTárése'nl 975 á5470UU mifioriésén
1982, es decir, un incrementó del 350 % .
P o rce n ta je de P o rc e n ta je d e -
País 1973 1982 c re c im ie n to 1986 c r e c im ie n to
1973-1982 1973-1986
Argén! ina 4.690 43.634 792,3 46.167 844,1
Brasil 12.886 91.027 606,4 106.174 723,9
Chile 3.179 17.342 445,5 19.410 510,6
Colombia 2.320 10.302 344,1 14.619 530,1
México 8.990 85.890 855,4 97.662 986,3
Perú 3.213 11.636 262,2 14.575 353,4
Elaboración propia
Fuente: Banco Mundial, Tablas mundiales, 19B8.
Teducfr el déficit de los Estados Unidos y las tasas de intereseiTese país subieron
delira'nefa significativa, la tasa real media de interés de la deuda_deJos_paises
menos désáifoITidos se’ elevo~de alrededor del 6 % al 14 % , lo que afectó de
inmédratoTas posibilidades de c tji^ íiF c ó ri los sérvicios financieros i 11)-
Esta situación llevó, en agosto de 1982, a la declaración de m o r a t o r i a de
MéxicoTúno de los principales deudores, desatando una generalizada crisis d e la
deuda en tos países latinoamericanos. El gobierno mexicano suspendió tem poral
mente los pagos sobre una "gigantescadeuda externa que alcanzaba a casi 8Q. 000 1
millones de dólares". La moratoria ‘mexicana duró seis meses hasta qüe~ la v
gomuñidad^Sañcaria internacional logró imponer un nuevo esquema que im plica-
.bá^rinañfenimferito de la cancelación de la mayor parte de los inlp.rf.ses. ^
combinado concronogramas de aplazamiento de la amortización-. Desde entonces i '
comenzarónnegociaciones entre los acreedores y los países deudores tendientes p ‘
a~üria salida concertada, y en esas tratativas tuvieron un papel im portante el FNI ,
yel BM7c,omo señala Marichal , estas negociaciones permitieron a ios acreedoresf f
obtener la continuidad de los pagos a costa de~~enormés servicios financieros,11
basacfós én la utilización de recursos riscales y en'politicas de ajuste, a pesar delij
sacrilició'que esto implicaba para las sociedacJés"3e los países deudores (12>. ;
(11) T iiorr, Roscmary, Progreso, pobreza y exclusión: una historia económica de América
Latina en el siglo XX, Washington, 1998, pág. 231.
(12) Marichal, C arlos, 'La deuda externa: el manejo coactivo en la política financiera
mexicana, 1885-1995", en Ciclos en la historia, la economía y la sociedad. M° 17, primer
semestre de 1999, pág. 38.
736 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
Varios autores alegan que "la crisis de la deuda fue una creación de O ccidente
causada por políticas imprudentes dcTcrédito de ja s instituciones financieras*
Resulta en particular llamativa la falta de preocupación manifestada por los bancos
comerciale s ^ cerca de la calidad y el nivel de riesgos de muchos de los préstamos
V contraídos. Se otorgaron más préstamos sin un destiño especifico que en los años
^20. cuando ocurrióun'fenóm eno similar, y~las instituciones financieras siguieron
ofreciendo créditos a países deudores, incluso cuando las políticas internas ya
eran insostenibles y sólo facilitaban la fuga' de capitales en graiTéscala ( l31
jT
4
(13) Auxftorr, Dckck h ., 'El problema de la deuda externa desde una perspectiva
histórica", en Ciclos en la historia, la economía y la sociedad. Ii° 17, primer semestre de 1999,
págs. 11-13.
(14) ALDCXorr. D, h. (1999), pág. 17.
CAP. 7 - LA DICTADURA MILITAR Y LA CRISIS ECONOMICA (1976-1983) 737
lo que llegó a denominarse la 'década perdida' de los años '80. Com o se observa
en el siguiente cuadro, las tasas de crecimiento de los p rin c ip á is países
látíñoamericanos ya habían disminuido en lorma considerable en el periodo de
-enriendarme nto de J 973-1983 con respecto al periodo anterior de 1959-1973, y
¿oíriparáEívarilen fe con respecto a otros países erTdesarrollo del sudeste asiático.
Luego de la crisis, el manejo de la deuda en el corto plazo fue copráj nado. pQt-.
el ftil, que asurnioeípapelde intermediario entre ¡os países de udqresylos ba neos
acreedores, ¿rqbn izó 'ycó o rd in ó complejos paquetes de recursos que debían
cubrir los problemas de iliquidez y efectuó también desembolsos de sus propios
fondos. F.l mecanTsmo utilizado fue la negociación de cada caso en particular,
mediante los cualesTos deudores acorda7oncbrr¿rorga7Vismo internacional llevar
a cabo programas d e ajustes en sus economías. Estos procuraban reducir la
demanda inferna para obtener el mayor superavíFposible en la balanza comercial
grfin de garantizar el pago de los intereses de la
contra la inflación fue uno de los objetivos más im portantes de estos ajustes, tales
progTam'as fueron sumamente severos con respecto al rifa n e jo b é la s variables
mcfnétaríás. fiscales y de ingresos. Las primeras negociaciones se hicieron en
condiciones muy desfavorables para los países deudores. beneficiando a los
acreecíores: p o r é j é m p Io , los dividendos' declarados ~por Tos grandes bancos
norteamericánosen 1984, sólo dósañbs después déTa cfisis,‘dupjjcam rLaJos-de
1980 ('=•). " ""j
Para accederá la renegociación d e la deuda el requisito esencial era lograr ifrT —'
acuerdo con el FMI, porque sólo siguiendo esté paso" ¡os deudores podían |
asegurarse el acceso a nuevos TóndosT El corifróT'déT FMr’^ f m T tjó ^ é te c ta r y 1
5
( 15) L issakir 5, K., Banks, Borrowers and the Estabiishment: a Revisionist Account oíthe
International Debt Crisis, hueva York, 1991, pág. 620.
738 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
1corregir cualquier incumplimiento de las metas pactadas, A la vez que estipuló qup
los ■desembolsos- de' fondos Trescos a aportar por la banca' internacional se
producirían sólo después que los técnicos del FMI hubieran dado el "visto bueno*
a la evolución del programa d e ajuste^
Ante esta situación, y las dificultades para cumplir con sus obligaciones en los
plazos estipulados, los países deudores y los bancos acreedores debieron^
reprogramar pagos y condiciones susceptibles efe sercúm~plicras~pÓrios gobiernos
de Amér¡ca- Latiná~Fbster¡órrríénte, luego de arduas negociaciones, intervino
J«=directámente el góblémód'éTos EE.UÜ., poñiendó~eñ vigencia e l Flan Baker,aYque
nos referiremos en el capítulo siguiente, quelTe basaba "¿n cre3itos frescos y
procesos de ajusíe~para ¡"riteñtar revertir el deterioro económico a e lo s paises
Iatinoamer icanos. ’ ~~
En síntesis, el fuerte endeudamiento de la región a tasas del mercado libre
'durante los años '7 0 y principios de los '80 tornó a Am érica Latina espeaaimeñfp
vulnerable j> ios cambios en ia cóyüñtüra~économica y financiera internacional
Luego d é la crisis, las modalidades de los ajustes en cada pais qu edaron sujetas
j Y a ló s dictados de los acreedores, los cuales percibieron una oportunidad para
^/•Torzar a los gobiernos latinoamericanos a reprogramar sus deudas en función de
'C -reformas cstructuraíés que abrieran aún más las econom iasy redujeran el papel
del"Estado."corfió efectivamente terminaría sucediendo algunos años más tarde.
7 ,2 ,1 . El g o b ie rn o de Videla
por las fuerzas que el Poder Ejecutivo designe, dentro de las 48 horas d e
encontrarse firme la sentencia' (2I2
).
3
V idela afirmó que en la nueva etapa iniciada seguiría siendo prioritaria la lu ch a
contra la llamada 'subversión', 'cualquiera sea la forma que ella adopte'. D a d o
que la Junta Militar ejerció las atribuciones correspondientes a todos y cada u n o
de los poderes,la-lucha antisubversiva adquirió las características de un terrorismo
de Estado sólo limitado por los hechos y por la voluntad de quienes ejercían el
poder ( 2?). Por otra parte, la represión se encontraba descentralizada y
compartimentada de hecho y de derecho. Se establecieron zonas de operaciones
que eran rastrilladas en busca de información, recurriendo al interrogatorio d e
sospechosos bajo torturas, ejercitando represalias contra familias enteréis y
ejecutando a rehenes. En este marco, los jefes de los cuerpos militares se
transformaron en soberanos de cada zona, contando con la colaboración d e
fuerzas de seguridad autónomas y, a menudo, en competencia con servicios d e
seguridad de armas rivales. Cada fuerza armada parecía actuar con entera
independencia junto a los servicios de información del Estado y las policías federal
y provinciales (“ ). A ellos se"agregaron las fuerzas parapoliciales, vinculadas a la
ultraderecha, juzgadas por el ministro de Relaciones Exteriores como "anticuerpos',
es decir, como mecanismos espontáneos de autodefensa del cuerpo social.
Los "subversivos' o sus supuestos simpatizantes eran capturados en s u s
domicilios o lugares de trabajo. Entre los sitios de detención existían centros
clandestinos — como La Perla y El Olimpo— , algunos de los cuales quedaban e n
establecimientos militares (Escuela de Mecánica de la Armada, Cam po de Mayo,
etc.), cuyo conocimiento no era público. De este m odo, los detenidos, sometidos
a torturas y otros vejámenes, entraban eri una zona oscura donde toda interven
ciónjurídica— habeas Corpus— o humanitaria se volvía casi imposible y se to m aba
riesgosa para quienes la emprendían (24). Por su parte, las autoridades respondían
a los reclamos de los familiares afirmando el desconocimiento del paradero de las
víctimas. Esta metodología represiva, mantenida en secreto, dio origen a la nueva
figura del detenido-desaparecido (2S).
rio había reconocimiento oficial de las ejecuciones, ningún juez civil o militar
firmó una sentencia de muerte, pese a que ía reforma del Código Penal incluía
dicha pena para ciertos actos terroristas: de hecho, sin el debido proceso $e
asesinaba a m uchos detenidos. Diariamente, las noticias daban cuenta de los
resultados de ia "lucha antisubversiva'. En general, se apelaba a eufemismos para
informar operaciones 'cási- siempre fatales para los presuntos guerrilleros. Se
repetían los "enfrentamientos* con los "subversivos", sin pérdidas para las fuerzas
de seguridad, o "intentos de fuga" de prisioneros que concluían con la muerte de
todos ellos. Las escuetas infomiaciones sólo daban el número de los muertos, pero
no su identidad. A fines de 1976, Amnesty International estimaba que en la
Argentina se registraban quince ejecuciones diarias. Casi cotidianamente, se
informaba sobre la aparición de cadáveres en lugares no frecuentados. En general,
eran cuerpos sin identificación, generalmente jóvenes, acribillados a balazos y con
señales de haber sido torturados. Cuando, con posterioridad, los cadáveres
dejaron de aparecer, el silencio fue la respuesta oficial a los reclamos de los
familiares de tos desaparecidos (262). Muchos asesinatos constituían represalias de
7
las fuerzas de seguridad en respuesta a atentados de la denominada "subversión".
Otros no tenían ninguna "justificación", como ia llamada "noche de los lápices",
el 16 de setiembre de 1976, en el que siete alumnos platenses, que reclamaban
el "boleto estudiantil", fueron secuestrados, y otros seis, desaparecidos.
La misma suerte — secuestro y asesinato— - corrieron personalidades extranje
ras destacadas, com o el ex ministro y ex senador uruguayo Z elmar M icheumi, el ex
presidente de la Cámara de Diputados uruguaya H éc to r G utiérrez R uiz (en mayo de
1976) y el ex presidente de Bolivia, Gral. J uam J o sé T orres (en junio de 1976).
Mediante ia llamada "Operación Cóndor", una acción conjunta de las Tuerzas
Armadas de los países del Cono Sur, se realizaron también maniobras ilegales que
involucraban a ciudadanos extranjeros o a argentinos en el exterior.
Los secuestros y asesinatos se dirigían, sobre todo, a sectores presuntamente
vinculados a la guerrilla, pero también a militantes combativos del peronismo o de
organizaciones de izquierda de distinto tipo, e incluso de otros partidos, como los
radicales S erqio K a r a k a u io f f y D om ing o T eruggi (en setiembre de 1976). Corrieron
igual suerte hom bres de la cultura, com o R o d o lfo W alsh . H éctor G ermán O estekheld
y H aroldo C omti (ligados a agrupaciones guerrilleras), abogados defensores de
militantes políticos o de desaparecidos, periodistas, activistas sindicales, estudian
tes y ciudadanos que, por cualquier razón, cayeron bajo la sospecha del aparato
represivo (” ). H ubo casos que tuvieron repercusión internacional porque afecta
ron a ciudadanos extranjeros, com o el de D aqmar H a g elin , ciudadana sueca,
desaparecida en 1977. También se secuestraron a hijos nacidos en prisión de
detenidas-desaparecidas, que fueron entregados a familias de militares represores
o de gente allegada al gobierno (28).
(35) Cf., Organización de Estados Americanos, CIDH, Informe sobre la situación de los
derechos humanos en Argentina. Washington, 1980.
748 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DELA ARGENTINA
(36) Babimi, Pablo , 'Lacaida de Viola*, en Todo es Historia, M” 294, diciembre de 1991.
pág. 15.
(3 7 ) De Riz, L iliama, 'Argentina: ni democracia estable ni régimen militar”, en O s u a il
O scar, *Procesocrisis y transición democrática/2, Buenos Aires, 1984, pág. 18.
CAP. 7 - L A DICTADURA MILITAR Y LA CRISIS ECONOMICA (1976-1983) 749
del país. Los integrantes de la Multipatildaría (que nucleabaa los cinco principales
partidos políticos), conscientes del desbarranque del Proceso, se dispusieron a
negociar con el poder militar las condiciones de la salida electoral sin claudicar en
sus demandas. La nominación del gabinete suscitó sus primeras reacciones
desfavorables. Una vez más, en la conformación del equipo de gobierno prevale
cían figuras allegadas al entorno militar y ligadas al liberalismo económico.
El nuevo gobierno militar debía encarar, entre otros, dos problemas funda
mentales. Por un lado, la fijación de un calendario que desembocara en la salida
electoral. Por otro, debía concertar un retiro ordenado del gobierno y sin
investigaciones ni sanciones para los militares gobernantes durante esos años.
Para los personeros del régimen, aunque en retirada, era fundamental salvar
algunos aspectos del pasado y negociar algunas seguridades.
Tam bién era necesaria, en función de una salida "ordenada, concertada y
compartida", la recomposición de la Junta Militar. La ruptura del frente interno
militar instalaba la posibilidad de que el camino emprendido por el Ejército no
fuera compartido por las restantes Tuerzas Annadas. Las agrupaciones políticas
también desconfiaban de medidas y promesas asumidas por una de las fuerzas sin
el consenso de los comandantes en jefe de la Marina y la Fuerza Aérea. En
setiembre, tras el relevo del comandante en jefe de la Aeronáutica y el retiro del
comandante de la Armada — jefes militares comprometidos en la conducción de
la Guerra de Malvinas aún al frente de sus fuerzas— los jefes reemplazantes se
integraron a la nuevamente reconstituida Junta Militar.
La derrota de Malvinas se convirtió en otra herida abierta para las Fuerzas
Armadas. Desde el regreso de los 6.300 prisioneros retenidos por los británicos,
se difundieron versiones que destacaban la improvisación e ineptitud de los
mandos que condujeron las operaciones. La opinión pública y la oficialidad joven
de las Fuerzas Armadas reclamaban una rendición de cuentas por parte de los
responsables. Jefes militares en actividad y retirados criticaron la conducción de
la guerra. Los reclamos para que se formara una comisión investigadora fueron
atendidos. El 25 de noviembre, la Junta Militar creó una comisión especial,
presidida por el Gral. B enjamín Rattembacií, encargada de analizar las responsabilida
des políticas y militares de la derrota. Sus conclusiones, aunque reservadas,
trascendieron a través de los periódicos sin ser desmentidas. Eran severamente
críticas de los miem bros de la Junta Militar responsables de la ocupación de las
islas; de once jefes militares encargados de la planificación o ejecución de las
operaciones y del ex ministro C osta M endez. La Comisión pedía la pena de muerte
para G altieri y A naya, y severas sanciones para los restantes implicados. Com o las
conclusiones no tenían fuerza legal, las actuaciones de la Comisión fueron
derivadas al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, donde el proceso fue más
benévolb (” ).
Por otra parte, el tema de las violaciones a los derechos humanos adquirió
inusitado protagonismo. En setiembre de 1982, la Junta Militar asumió, en parte.4
3
iniciativa del Ministerio de Trabajo dispuso la realización de una consulta entre los
trabajadores para que ratificaran o desistieran de su afiliación a los respectivos
sindicatos. Significativamente, la mayoría de los trabajadores ratificó su afiliación
desairando los propósitos del régimen.
En un marco de desarticulación de la estructura sindical, las entidades
gremiales dieron sus primeros pasos buscando reorganizarse. En marzo de 1977,
apareció el Grupo de los 25, que nucieaba a los representantes de grem ios
menores que, en general, no habian sido intervenidos. Gradualmente, este grupo
adoptará un perfil confrontativo con el gobierno. Por otra parte, en abril de 1978,
los representantes de los principales gremios intervenidos acordaron su propio
agrupamiento. Así surgió la Comisión de Gestión y Trabajo, que tenía entre sus
secretarios a J oroe T riaca (plásticos), Luis G uerrero (metalúrgico) y O scar L escamo ( L uz
y Fuerza). Este sector, en el que militaban ¡as organizaciones gremiales interveni
das más poderosas, procuró acomodar su accionara la estrategia "dialoguista" del
gobierno. De esta manera, se formalizaba la división del m ovim iento obrero
argentino, circunstancia que perduraría hasta el final de la dictadura.
En abril de 1979, se produjo una expresión masiva de protesta del m ovim iento
obrero, Elsectorde"los25", en forma clandestina y pese a la intimidación ejerci da
desde el gobierno, impulsó la primera convocatoria á un paro general desde el
advenimiento del Proceso f17). La huelga contra la política económico-social de la
dictadura si bien no logró paralizar al país tuvo repercusión en el cinturón industrial
de Buenos Aires y afectó a varias ciudades del interior.
La convocatoria al encuentro anual de la O IT — en 1979— marcó un nuevo hito
en la profundización del enfrentamiento entre la dictaduray el m ovimiento obrero.
Por un lado, el gobierno tuvo dificultades para conformar la delegación obrera
debido a que "los 25" rehusaron su participación, por lo que la representación
obrera fue encabezada por T riaca. Por otra parte, a la reunión de Ginebra asistió
en forma extraoficial una delegación de gremialistas, en su mayoría exiliados,
encabezada por O mqaro. En esta oportunidad, el foro internacional del trabajo
recibió las denuncias sobre la violación de la legislación laboral por parte de la
dictadura y produjo un despacho sancionando al gobierno argentino (<a).
Los intentos porsuperar la división organizativa del movimiento obrero tuvieron
un fugaz éxito. Se conformó la Conducción Unica de Trabajadores (C UTA) conducida
por los principíales sindicatos: UOM, Luz y Fuerza, SMATA, ferroviarios, etc., aunque
en 1980 la unidad se quebró, y mientras "los 25" acentuaban el lenguaje de
enfrentamiento al gobierno y proponían la reorganización de la central única, los
integrantes de la denominada Comisión Nacional de Trabajo (CNT) emprendieron
una estrategia de concertación con el gobierno. Sin embargo, a fines de 1980,
algunos dirigentes obreros decidieron reconstituir finalmente la C G T. El grupo de
"los 25", una fracción del verticalismo y dirigentes escindidos de otros sectores 4 8
7
7 ,3 ,2 /L o s p artid os p o lític o s
(56) S id ic a r o , R ic a r d o , La política mirada desde arriba. Las ideas del diario La ilación.
¡909-1989, Buenos Aires, 1993, pág, 426.
CAP. 7 - LA DICTADURA MILITAR Y LA CRISIS ECONOMICA (1976-1983) 763
político. Afirmaba que el Proceso tenia "hechos positivos de fondo que han
asegurado la continuidad de nuestro país como sociedad organizada". Planteaban
el deber y el derecho de los firmantes a participar 'institucionalmente' en el
Proceso de Reorganización nacional, con el que se sentían "com prometidos".
no obstante, a mediados de 1979, los dirigentes del MIA comenzaron sus
criticas a la política económica. La hegemonía de los .sectores financieros en el
diseño de dicha política preocupaba a los empresarios industriales. C on este_
marco de referencia, fue designado interventor de la UIA E duardo V. O xemford ,
presidente de Alpargatas. El nuevo interventor nom bró una comisión asesora que
mostraba una situación de paridad: siete miembros representaban al empresariado
tradicional, y siete, a los representantes del interior del país. Por otra parte, la
distancia que tomaban los sectores industriales tradicionales con respecto a la
política de Martimez de H oz hizo posible su coincidencia con las otras corrientes
ideológicas del sector industrial. Este acercamiento hizo posible que, en octubre
de 1979, la comisión asesora preparara un documento critico de la política oficial
hacia la industria.
Un año después, al festejarse el Dia de la Industria, el 2 de setiembre de 1980,
el interventor O xemford expresó un duro cuestionamiento de la política económ ica.
En el transcurso de una cena organizada en el Plaza Hotel — en presencia de V idela
y Martimez de H oz — criticó la política cambiaría, las altas tasas de interés y term inó
afirmando que los sectores productivos, industriales o agropecuarios veian
comprometida seriamente su subsistencia. El discurso sorprendió a m uch o s
observadores y el propio presidente de la nación debió salir en defensa de la
política oficial.
A mediados de 1980 estaban dadas las condiciones para normalizar a la UIA
y se efectuaron elecciones para regularizar las autoridades en distintas cámaras
sectoriales decisivas. En general, los comicios consagraron una mayoría d e
dirigentes pertenecientes al MIA. Sin embargo, el gobierno postergó la norm aliza
ción hasta la finalización del período de V idela y de Martimez de H oz , quienes n o
estaban dispuestos a que la entidad, una vez legitimada ante sus representados y
aun siendo conducida por empresarios tradicionales, se opusiera a su política. Por
fin, en los últimos meses del gobierno de V idela, la organización fue normalizada.
Al convocarse a elecciones, se confeccionó una lista única encabezada por J a cq ues
Hirsch, dirigente de la antigua UIA, acompañado por una mayoría de m iem bros del
MIA. El 27 de marzo de 1981, tras cinco años de intervención, la nueva conducción
— si bien hegemonizada por los grupos tradicionales— mostraba un sistema d e
representación sectorial y regional más diversificado. La UIA parecía haberse
convertido en una entidad reconocida por todos los industriales dentro de un
panorama económico adverso para muchos de sus sectores.
Sin embargo, pronto emergieron bloques enfrentados en el interior de la
organización. Confrontando con la corriente liberal del MlAaparecióel Movimien to
Industrial nacional (Mtn) productode la fusión del MUIy el MEDI. Este enfrentamiento
era la expresión de intereses poco compatibles entre sí y de la crisis d e
representación que atravesaba a las corporaciones formales, en general, y a la U IA ,
en particular. De esta manera, la central empresaria se fue convirtiendo en una
entidad poco apta para presionar o negociar.
766 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
iniciales del gobierno militar que aseguraba una recuperación económica funda
mentada en el desarrollo agropecuario.
Esto no significó que los principales grupos empresarios no apoyaran en otros
terrenos, particularmente en el de la política represiva, la actitud del gobierno. Asi,
algunas de las principales instituciones corporativas, com o la SRA, el Rotary Club
de Buenos Aires, el CEA, el Centro de Exportadores de Cereales, el Consejo
Publicitario Argentino y otras similares, repudiaron la visita a Buenos Aires de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en setiembre de 1979, señalan
do en una declaración entre otras cosas, que "los argentinos estuvimos en guerra"
y que 'pedim os en su momento a las Fuerzas Armadas que entraran en guerra para
ganar la Paz' (63).
Sin embargo, a pesar de las coincidencias ideológicas, la percepción de los
grupos empresarios más importantes acerca de los regímenes autoritarios comen
zó a experimentar un cambio. Las políticas emprendidas por el Proceso de
Reorganización nacional afectaron a esas organizaciones con costos en algunos
casos mayores que Iqs sufridos durante los períodos democráticos, aunque
pudieran beneficiar a poderosos intereses económicos y abrieran el camino para
transformaciones estructurales que se afirmarian años más tarde. La suma del
poder público en manos de los militares se tradujo en planteos tecnocrático-
autoritarios o desembocó en aventuras como la de Malvinas, con la debacle
consiguiente y la desintegración del régimen. Las FF. AA. se convirtieron en un actor
de conducta imprevisible y riesgosa para el empresariado i6’ ).
Otra consecuencia derivada de los Intentos del régimen militar por eliminar las
formas convencionales del quehacer político fue que, al suspenderse la actividad
política, al intervenirse o disolverse algunas de las corporaciones que hacían lobby
en representación de determinados sectores e, igualmente, varias organizaciones
intermedias de distinto tipo, se suprimieron los canales a través de los cuales se
vinculaba el Estado con la sociedad. En su lugar, adquirieron relevancia otras vías
que correspondían a ámbitos privados más o menos ocultos: nuevos actores,
invistiendo representaciones espurias, fueron convocados desde el poder político
a participar en escenarios no expuestos a la luz pública y se enriquecieron
personalmente. Los distintos feudos de la burocracia estatal, formalmente enca
bezados por miem bros de la corporación militar o por los hombres ligados
estrechamente al Proceso, terminaron sellando numerosos acuerdos con determi
nados grupos económicos y con ciertos aventureros y oportunistas. De esta
manera, según afirma O szlak, las mediaciones institucionales que vinculaban al
Estado con la sociedad civil fueron reemplazadas por una política de camarillas
que se desarrollaba en los 'sótanos" del poder (65).
(63) C ismeros, A. y E sc u d e , C. (2000), parte III, tomo XIV, págs. 298 y 299.
(64) Acuna, C a r l o s H., 'Intereses empresarios, dictadura y democracia en la Argentina
actual", en AcuñA, C a r l o s H., La nueva matriz política argentina, Buenos Aires, 1995, pág. 269.
(65) O s z la k , O s c a r , "Privatización autoritaria y recreación de la escena pública", en
O s z l a k , O scar (comp.), 'Proceso', crisisy transición democrática/1, Buenos Aires, 1984, págs.
39 y 40.
CAP. 7 - L A DICTADURA MILITAR Y LA CRISIS ECONOMICA (1976-1983) 769
(66) Pastor, C arlos Washington 'Chile; la güeña o la paz. 1978-1981", en Consejo Argentino
paralas Relaciones Internacionales, Lapolítica exteriorargentinay sus protagonistas. 1330-1995,
Rueños Aires, 1996, pág. 262.
(67) Citado en Vázquez O camro, J osé María, 'Dictadura y política exterior (1976-1983):
hacia la dependencia consentida", en Documento de Trabajo 26/87, TU RAL, Buenos Aires,
1987, pág. 119.
770 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
económica. Pero con la asunción del demócrata J ames C árter, en enero de 1977
tanto la Presidencia como el Congreso norteamericanos iniciaron una fuerte
ofensiva contra la dictadura militar argentina debido a su política de violación de
los derechos humanos. Aunque la nueva orientación de la política estadounidense
tenia sus raíces en el conflicto Este-Oeste y en las violaciones de los derechos
humanos dentro del bloque soviético, también se dirigió a naciones bajo su esfera
de influencia, com o la Argentina. Es cierto, sin embargo, qué paíse's ‘de Occidente
con casos similares, aunque no en la misma proporción, de violación de esos
derechos (Corea del Sur, Chile y otros) no tuvieron presiones parecidas, lo que
indujo a algunos autores a considerar la actitud de Washington hacia el régimen
militar argentino una consecuencia de su 'irrelevancia” estratégica para el pais del
Morte. Sin embargo, sin descartar las tendencias "moralistas" o "principistas" de
sectores del gobierno o de la opinión pública estadounidenses, que tuvieron que
ver sin duda con esa política, también jugaron en el caso argentino, comoveremos
luego, factores estratégicos; tal la desconfianza que despertaban la vinculación
con los países del Este (cuya culminación seria la negativa a participar en el
embargo de granos de 1980) o las tendencias nacionalistas, que se expresaron
primero en el conflicto con Chile y luego en la Querrá de Malvinas (6a).
La política de los EE.UU. dividió aguas, sin embargo, en la misma diplomacia
norteamericana. Mientras que el embajador Ra l l C astro , que sucedió a Robert Mih ,
y el subsecretario de Asuntos Latinoamericanos, T eremce T odmam (quien sería más
tarde em bajador en Buenos Aires), se oponían a la reducción de la asistencia
militar, la directora de la Oficina de Derechos Humanos del gobierno de Washing
ton, Patricia D eriapi, se m antuvo fu me en criticar y sancionar al régimen militar
argentino. En todo caso. T ex H arris , funcionario de la embajada norteamericana en
la Argentina entre 1976 y 1978, que compartía las ideas de D eriam, reconoció que
su embajada estaba al tanto de lo que verdaderamente sucedía y tuvo frecuentes
contactos con los familiares de desaparecidos (6 69).
8
El gobierno argentino realizó, por su parte, una particular interpretación de la
postura prevaleciente en las altas esferas de Washington. Luego de considerarla
una "intervención en los asuntos internos" del país, la atribuyó a la ceguera de los
líderes de Occidente hacia quienes se habían constituido en verdaderos defenso
res del "m undo libre" (70).
La primera fricción se produjo al mes siguiente de la asunción de C árter, En
febrero de 1977, el secretario de Estado anunció en el Senado estadounidense la
reducción de la ayuda militar a la Argentina, que bajó de 32 millones de dólares
a 15,7 millones, debido a las caracteristicas de la represión desarrollada por el
<
bienio de V idela . La Junta Militar argentina decidió rechazar la ayuda rema nente,
9° e esffrT1aba que su aceptación significaba la convalidación de los argumentos
dadounidenses. El propio M artínez de H oz, en jun io de 1977, sostuvo, ante el
nseiero nacional de Seguridad de los Estados Unidos, la necesidad de la
Cpnresión com o defensa frente al ataque de la guerrilla. A partir de entonces, el
roblema de los derechos humanos fue la variable que marcaria las relaciones
bilaterales hasta 1980.
El recurrente tema del desarrollo nuclear autónomo argentino constituyó otra
uestión conflictiva en la agenda bilateral. En setiembre de 1977, durante una
ntrevista de V idela con el presidente C árter, en Washington, en el m om ento de la
runa de los tratados de Panamá, el mandatario norteamericano sugirió la
onveniencia de que la Argentina firmara el Tratado para la Proscripción d e las
Armas nucleares en América Latina, pacto regional suscripto en 1967. en
Tlateloico (México). Por su parte, V idela ratificó la postura tradicional del país, que
echazaba la ratificación de los acuerdos nucleares por considerarlos
rt scriminatorios. y ofreció todo tipo de salvaguardias para aquellos países dispues
tos a transferir tecnología nuclear a la Argentina. Tam poco la visita a Buenos Aires
lie Cvrus V ahce , en noviembre de 1977, logró el compromiso concreto argentino de
atificar el Tratado. De la misma manera, el gobierno siguió manteniendo su
eticencia a adherirse al Tratado de Mo Proliferación de Armas Nucleares aprobado
en 1968 por la Asamblea General de las Naciones Unidas ('>).
Sin embargo algunas tendencias jugaban en el sentido de una gradual
fiexibilización de las relaciones debido a factores globales y a otros vinculados a
a situación existente en los dos países. Entre los primeros, se destacaban el
reconocimiento del Departamento de Estado de un mejoramiento relativo de la
situación política argentina, el mayor pragmatismo de la administración norteame
ricana en materia de derechos humanos y la pérdida de legitimidad interna de la
nolitica exterior de C árter y la prioridad que el gobierno demócrata debió asignar
a otras cuestiones (crisis de Irán. Angola. Nicaragua y Afganistán). Entre los
senundos se contaban el cambio de actitud del régimen militar que, evitando las
criticas alábales al gobierno norteamericano, atribuyó las desinteligencias entre
ambas administraciones a determinados funcionarios y legisladores estadouni
denses Por otro lado, sectores internos de lq? Estados Unidos - l a s fuerzas
armadas y empresas comerciales y financieras con intereses en la A rg e n tin a -
presionaron sobre ta administración demócrata oponiéndose a su política con
respecto a Buenos Aires, posiciones que compartían algunos funcionarios del
mismo qobierno ( 7 72L En este contexto, V idela y el vicepresidente estadounidense,
1
Walter Móndale , se entrevistaron en Roma. Aprovechando las ceremonias de
(77) E! canciller C osta Meitdez, por ejemplo, era de extracción Ideológica nacionalista (es
decir* perteneció en su juventud a corrientes u organizaciones nacionalistas), como otros
cancilleres anteriores de gobiernos civiles o militares, y mantenía en este sentido ciertas
ideas sobre el interés nacional (en especial sobre la cuestión de Malvinas) que para él no se
contradecían con una postura pro occidental. Cf. HOPEA, entrevistas a N icamok C osta Meudcz,
marzo y abril de 1908.
(78) R u ss e ll , R o b e r t o , "La política exterior del Proceso", en Consejo Argentino para las
Relaciones Internacionales, La política exterior argentina y sus protagonistas, 1880-1995,
Buenos Aíres, 1996. pág. 317.
CAP 7— LA DICTADURA MILITAR Y LA CRISIS ECONOMICA (1976-1983) 775
(79) Aouikre L ahaj; i , J u A n R -, 'Una ruta transitable, 1982-1983', en Consejo Argentino para
las Relaciones Internacionales, La política exterior argentinay sus protagonistas, ¡880-1395.
Buenos Aires, 1996, pág. 332.
(80) R ussell , R. (1987), pág, 43.
(81) Lauitk, R. y Spiqlil, C. (1998). págs. 126 y 134.
776 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
(82) nuestro tiempo. Hada la restauración democrática (1976-1983) (1984), págs. 91-91
(83) Lx l t e r , R. y SnaucL. C. (1998), págs. 138-142.
CAP. 7 - L A DICTADURA MILITAR Y LA CRISIS ECONOMICA (1976-1983) 777
(84) F rag a , R o s e n d o . 'La experiencia histórica en Brasil y Argentina, desde 1966 hasta
1983: comienzo de la convergencia", en L ia d o s , J. M. y P in m e ik o G u im a k A es , S., Perspectivas:
brasil y Argentina, Rio de Janeiro, 1999, 1PRI-CARI, pág. 372.
(85) S elcner. W avne'A., 'Brasil y el subsistema del Cono Sur”, en A tkins, Q. Pope (ed.),
Sudamérica en la década de 1990. £1 desarrollo de las relaciones internacionales en una
nueva era, Buenos Aires, 1990, pág. 97.
(86) Russell . R. (1988), pág. 118.
778 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL PE LA ARGENTINA
7 ,4 ,3 . El c o n flic to p o r el B eagle
\ 7 ,4 .5 . La Guerra d e M alvinas
T r in id a d y T o b a g o , y C o lo m b ia . A u n q u e .el T ra ta d o h a b ia s id o c o n c e b id o para
p re v é n ir u n a ta q u e e x te rn o al h e m is fe rio p o r parte de u n te rc e r país en el m arco
d e la G u e rra Fría, n a d a im p e d ia q u e p u d ie ra aplicarse en esta o c a s ió n . C u a n d o el
2 8 d e abril s e s io n ó el ó rg a n o de c o n s u lta del T IA R , si bien la re s o lu c ió n q u e surgió
e ra fa v o ra b le a la A rg e n tin a e vita b a to d a d e finició n so b re asistencia m ilita r en caso
d e h o s tilid a d e s . Por o tra parte, lo s E s ta d o s U n id o s a n u n c ia ro n el 3 0 d e abril el
fra c a so d e la m e d ia c ió n d e H aig y el a p o y o m ilitar a G ra n Bretaña.
V 7 ,5 ,1 . R a zo n es in te r n a s y e x te r n a s de lo s ca m b io s e c o n ó m ic o s
y É c o n ju n to de m e d id a s q u e tu v ie ro n u n im p o rta n te im p a c to en la esfera
o n ó m íc a a rg e n tin a ; p ro d u c ie n d o ü n a r ü p tu ra d e Ia s ^ a ra c te ris tic á s estrücFurátes
T fu n c io n a m ie n to d e la e c o n o m ía del país. A naiizan'dd ' d is d n to s in d ic adores
m o la d is trib u c ió n d e l in g re so , las tasas d e c re c im ie n to , la m o rfo lo g ía defpB l,
^g) e m p le o , e tc ., p u e d e d e s c u b rirs e la m a g n itu d de las tra n sfo rm a cio n e s, y
/ e n c o n tr a r , a d e m á s , el o rTg e rTd é m u c t ia s d e la s~ p r'd b le m á ti(3 s_a H ü a Íe s , qué"se~
re m o n ta n a e se p e rio d o . S in e m b a rg o , p r o b a b l e m e n t e e f m a ^ n í ñ j ^ c E c ^ ^ a s i a i j
d e tip o cu a lita tiv o , al m o d ific a r's u s ta n c ia lm e n te el balancé d é 'p o d e r entre los
dife re n te s g ru p o s e c o n ó m ic o s y la in se rció n p ro d u c tiv a y c o m e rc ia l d e los sectores
7 , 5 ,2 . El.pl.aq d e M artínez de H oz
( 105) Cf. C anitrot, A dolfo, Orden social y monetarismo, Buenos Aires, 1985.
(106) Martínez de Hoz, J osé A lfredo, discurso del 2 de abril de 1976.
(107) A zpiazu, D aniel ; B asualdo , E duardo y K havisse, M iguel . El nuevo p o d e r económ ico en
la Argentina de los años ochenta, Buenos Aires, 1986, pág. 92.
790 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
G r á f i c o 7 ,1 . T a s a d e i n f l a c ió n m e n s u a l e n t r e 1 9 7 6 y 1 9 7 7 , 1
8
0
^ - ~ La re f o rm a fin a n c ie ra tu v o u n p a p e l d e te rm in a n te s o b re el co n ju n to d r ^
E c o n o m ía , ya q u e la lib e ra tiza c ió n d e lo s m o v im ie n to s d e fo n d o s y de las tasas rip
in te ré s m o d ific ó d rá s tic am e n te las c o n d ic io n e s d e re n ta b ilid a d d e los distintos
/ / R e ctore s e c o n ó m ic o s .a f e c ta n d o e n f o rm a n eg ativa a las a ctivid a d e s p ro d uctivas-
f ñ c e ñ tiv a n d o la v a lo riz a c ió n e s p e c u la tiv a y p ro d u c ie n d o la hipertrofia~rip|
Ipñtre 19.78 y 1 9 7 9 se a u to riz ó ia a p e rtu ra de Í .197~ su cu rsa le s financiera»;
^‘j m í é ñ t r a s ^ F B I p e r ^ á p it a s e e n c o n tra b a virtu a im e n te e s ta n ca d o ~
* 12
□ 1977 I 1981
Fuente. FIDE.
ti 15) Cf., CAnrTFor, Aooi.ro, 'L a disciplina com o objetivo de la política económica. Un
ensayo sobre el programa económ ico del gobierno argentino desde 1 976', en D e s a rr o llo
Económ ico, ri° 76, Buenos Aires, 1980; C.c- itfot . A dolto , 'Teo ría y práctica del liberalismo
Política antiinflacionaria y apertura económica en la Argentina, 1976-1981 ”, en D e s a rr o llo
Económ ico. IT5 82, Buenos Aires, 1981.
CAP. 7 - L A DICTADURA MILITAR Y LA CRISIS ECONOMICA (1976-1983) 795
Año Subsidio
neto
1972 6,1
1973 3,4
1974 5,2
1975 14,6
1976 11,7
1977 0,4
1973 -5,1
1979 -0,1
1980 -9,1
Fuente. FIDE.
(116) Cf. S chvmuer, J orge, 'Cam bios en el liderazgo industrial argentino en el p e riod o de
tlartinez de Hoz", en Desarrollo Económico, I T 91, Buenos Aires. 1983.
796 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
s is te m a y la s d e b ilid a d e s d e l m e rc a d o c a m b iario . v a a u e . al r e t ir a r a
m á s , d iv is a s d e las q u e h a b ía n in g re sa d o , d e b id o a las g a n a n c ia s que habían
J t e v e n g a d o jn t e r i n . iDe allí q u e , c o n e l tra n s c u rs o a e l tie m p o ,- s e agravabifeT
d e s e q u ilib rio p o te n c ia l en el m e rc a d o d e divisas, ¡n c re m e n ta n d o ~ é l rie¿ñ?T7r¿
l d e v a lu a c r o iT y r p d r lo t a n t o , p re s io n a n d o a ú n m á s al alza d e las tasas d e lñ te re ir
y p e r p e tu a n d o u ( f m 5 f á n T s n V o ~ p é r v ¿ r s o '3 é T e s r ¡^ a ó h del a p a ra to pro flü rTTrTry-
e s p e c u la c ió n f in a n c i e r a T m ie n tra s se g e n e ra b a u n a pesad a d e u d a extem a^nn»
^ N h ip o te c a ria e l fu tu ro del p a ís . ” ‘ ~ " — ----------
\ 7 ,5 ,3 . La e v o lu c ió n d e l p la n
/ E l n u e v o e n fo q u e d e la p o lític a e c o n ó m ic a n o h iz o m á s q u e fortalecerán^
^ te n d e n c ia s q u e se p re fig u ra b a n e n las p rim e ra s e tapas del g o b ie rn o m ilitar. Luego
d e u n b re v e p e rio d o de c re c im ie n to , la re c e s ió n p ro v o c a d a p o r la apertura
c o m e r c ia l y e l re tra so c a m b ia rio s e m anifeslo~con c ru d e z a , d e ja n d o c o m o saldo
u ñ a e c o n o m i a e sta n ca d a , y a q u e e T p B l só lo c re c ió u n 2 ,3 % e n tre 19 7 5 y j 9 3 3
1
s
(D
V ariación
< 5
OI
03
o»
01
«o
eo
S e c to r l 1975 j 1977 | 1978 1979 1981
1 1975*1983
PBI a costo de factores 8.950.9 8.949.9 9.521.3 9.214.6 9.853.7 10.011,2 9.333.3 8.909.6 9.155.0
•
P roductores de m ercancías 4.640.3 4.712.7 5.034.7 4.778.0 5.093.7 4.969.4 4.512.8 4.385.6 4.595.8
■ *“
Agrie., caza, silv. y pesca 1.171.9 1.226.8 1.257.0 1.292.4 : 1.328,9 1.255.7 1.279.9 1.368.5 1.394,4
Explot. m inas y canteras 193.2 197,9 214,8 218,9 232.8 246,2 247,8 249.1 249,6
Ind. m anufactureras 2.495.3 2.409.9 2.598,2 2.324,8 2.561,6 2.464.4 2.070.6 1.972.6 2.185.9
647.4 644,4 567,1 437,3
CU TJ* CJJ
Electric., gas y agua 262.7 272.4 ' 285,0 294.5 326,1 351,4 347.4 358.1 386.8
n O) o _ w *í en o í n
eo o o> o í cvf h-T r-” io
P roductores de servicios 4.310,6 ' 4.237,1 4.486.7 4.436.5 4.760.0 5.041.8 4.820,5 4.523,0 4.558.3
s
'
Com erc. m a y „ min., rest., hot. 1.341.8 1.296.8 1.401.0 1.314.0 1.478.0 1.618.9 1.463,0 1.291.6 1 .319.0
n
Transp. alm ac., com unic. 959,1 953,0 1.003.8 981,8 1.054,2 1.065.9 1.019.4 991,7 1.033.3
^
f-
Estab. fin a n .,s e g .y b . inm. 633.8 607.4 691,5 738,1 796.9 ¡ 895,2 847.4 750,0 697.8
©
r-^ o ’ o í
Serv. com ún., soc. y pers. 1.375,2 1.379.8 1.390.4 1.402.7 1.430.8 1.461,8 1.490.7 1.489,8 1.508,2
CAP. 7 - L A DICTADURA MILITAR Y LA CRISIS ECONOMICA (1976-1983)
801
802 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
t j se v ie ro n a fe cta d o s d e la m is m a m m t.n
. ^ L o s v in c u la d o s p rin c ip a lm e n te al j^ ^ c a d c ü i i ¿ £ m c L a ¿o m e ticlo s a la co m p e tencia
W V dp. la im D O rta c ió rTsu frteto n -u n d e r ru m b e m u y p ro n u n c ia d o , c o m o se refleja, ñor
C > y e je m p lo , e n las e s tad i s t a s d e l s e c to r d e la c o n s tru c c ió n , q u e se c o n tra jo casi ún
o \ 3 0 % e n el p e rio d o 1 9 7 5 -1 9 8 3 . S u c o m p o rta m ie n to , sin e m b a rg o , r e c ó n o a ó u na
e ta p a d e a u g e h asta 1980, d e b id o a g ra n d e s v d is c u tidas o b ra s p ú b licas en.
m fra e s tru ctu ra .
' La in d u s tria , p o r s u parte, m o s tró u n c o m p o r ta m ie n to flu ctu a n te , q u e o c u lt a d
f u r ia p ro fu n d a tra n s fo rm a c ió n e stru ctu ra l (q u e a n a liza re m o s d e te n id a m e n te al fina!
j) d e l c a p itu lo ), a u n q u e el re s u lta d o c u a n tita tiv o fue u n a c o n tra c c ió n del 12,4 % en
el p e río d o . P or el co n tra rio , el s e c to r a g ro p e c u a rio y la e x p lo ta c ió n de recursos
m in e ro s , c o n a lg u n o s a ltib a jo s, lo q ra ro n u n a e x p a n s ió n , p o r m e d io d e una m ayor
in s e rc ió n e x p o rta d o ra . El p rim e ro cre ció u n 19 % , m ie n tra s q u e el s e g u n d o lo'hTzo^
í T u n 2 0 "W.
P e ro el m e jo r b a ró m e tro d e j a e v o lu c ió n d e la e c o n o m ía y d e ia in cid e n cia de
la p o lítica e c o ñ ó n íic a de M artínez de H oz fue el s e c to r fin a n c iero, q u e c o m e n zo U rT
le ñ tó “c r e c Íir u e h íc r é rT é l^ ie n Io I 9 7 6 : I 9 7 8 , p a ra c o n v e rtirs e en el e p ic e n tr o d é j iiui
febril acTi'v1dTd'éspecúyativa~¿ntre i ' 9 7 9 y 1 9 8 1 . c u a n d o el m in is tro s e e n co ntraba
é rT e í p íñ a c u ló d e s iíp ó ^ f e r; en 1 9 8 0 , su c o n trib u c ió n al PB1 a rro ja b a u n increm ento
d e m á s de l 4 t T % c o m p a r á d o c o n 1 9 ^ 5 . A p a rtir d e ese m o m e n to , se superpusieron
el o c a s o y e í a le ja m ie n to d e la fu n c ió n p ú b lic a <Je_MÁKTHTez dé” noz,"'lá~crisis
e c o n ó m ic a e stre p ito sa y ei d e r r u m b e del circu ito71ña ñ a ^ 7 Á ,i¡ñ^Tre^eTrt9& 3-su
a c tiv id a d to d a v ía e ra u n 1 0 % m á s e le va d a q u e al a s u m ir el g o b ie rn o fflttitaiThabia
d é s c e n d id o 'm á s d e uri '£1 % c o n re s p e cto al m o m e n to de m a y o r —
La p o lític a e c o n ó m ic a tu v o ta m b ié n u n a im p o rta n te in c id e n c ia en la evoluejón
c o m e r c io extefi’o r ' Á l c o m p á s d e las tra n sfo r m a c io n e s p ro d u ctiva s y d e j a.
d e c lin a c ió n d e l m e rc a d o in te rn o , ias e x p o rta c io n e s se trip lica ro n entre 1975 y
1 9 8 1 . A lo la rg o d e l ú ltim o lu s tro d e la d é c a d a d e l '7 0 , la A rg e n tin a se vioTavorecTiTn
, p o r té rm in o s del in te rc a m b io m á s e le v a d o s q u e e r f e T T ú s t r o a n te rio r, a la i punto
^ q lié lo s p r e c lo s d é la s .§ x p ó r t a c io n e Y ^ n 1 9 8 0 e ra n d o s ~ v c c e s y n iW d ia superiores
u x j a lo s c r é l g T O .L l q u a n tu m d e las e x p o rta c io n e s ta m b ié n se d u p lic ó en el transcurso
^ de la d é c a d a , d e m o< jo ;g u e el c re c im ie n to d e las v e n ta s al e x te rio r se debia ia o lo
i a m a y o re s 'c á ritid á d é s 'e 'x p ó rta d a s c ó m o a m e jo re s precios"!-
CAP, 7 - L A DICTADURA MILITAR Y LA CRISIS ECONOMICA (1976-1983) 803
i
i
I
i
í
I
804_______________ HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
¡I
4
CAP. 7 - L A DICTADURA MILITAR Y LA CRISIS ECONOMICA (1976-1983) 807
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808 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
412
F u e n t e : S e c r e ta r ía d e In d u s tr ia y C o m e r c io
E x t e r io r s o b re la b a s e d e d a to s d e l IN D E C .
'N
Cuadro 7,12. Saldo de la balanza comercial
(en m illones de dólares).
■* 7 ,5 ,4 . El e n d e u d a m ie n to extern o
La se g u n d a e ta p a , e ntre 19 8 0 y 1 9 8 1 ,-s e re la c io n ó c o n el n u e v o e n fo q u e ^ d e j_
programa e c o n ó m ic o y los d e s e q u ilib rio s q u é p ro v o c ó en d iv e rs o s re n g lo n e s d e l
Balance de p a g os. La a p e rtu ra c o m e r c ial y el re tra s ó 'c á m b iá ríó in e re m e n tá ró n la
demanda de i m p o rta cio n e s, los v ia je s tu rís tic o s efl e x te rio r (c u y a n o ta ,p in to re s c a
era'dada’ p o r los safaris q ue re a liza b a en A lric a el m in is tro de E c o n o m ía ) y la
rem isiónde u tilid a d e s y regalías p o r e l capital y l a te ^ n o ló g íá T o ra n e o s . p r o v o c a n d o ,jj ^
un déficit cóTné rcIal y de la c u e n ta c o m e n te . S e in ic io ta m b ié n u n ~ r r p r ím ie n ln ¡ y O
acelerado del e n d e u d a m ie n to del e m p re s á fia d o , q u e p o d ía re s p o n d e r e n a lg u n o s ' p .
casos á i a s n e c e s id a d e s de ía a c tivid a d p ro d u c tiv a , p e ro q u e g e n e ra lm e n te f u e
contrapartida d é l a e sp e c u la c ió n ¿ de fuga d e ca p ita le s. A d e m á s , se p ro d u jo u n '1
4
3
2
(123) Cf., por ejemplo, C zada, P.; ToLKSDORr, M. y Y ehal, A.. In te r n a tio n a le
W á h n m g s p r o b t e m e : Z u r G e s C h i c h t e F u n k t i o n u n d ¡ i r i s e d e s ¡ n t e m a t i o n a le n W á h r u n g s s y s i e m s ,
Opladen, 1988.
(124) Cf. Ferrer, A ldo, 'Cómo se fabricó la deuda argentina", en MiniAn, Isaac (co m p .),
México, 1983.
T r a n s n a c io n a liz a c ió n y p e r i f e r ia s e m i i n d u s t r i a l i z a d a ,
812 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
E la b o r a c ió n p ro p ia .
F u e n t e s : B C R A ; B A C ( 1 9 8 7 ) , y C alcagmo, A lfreoo y C atcagno E m e.
L a d e u d a e x te r n a e x p lic a d a a to d o s (lo s q u e d e b e n p a g a r la ) , B u e n o s
A ir e s , 1 9 9 9 .
(127) Ferrer, A. (19 8 3 ), pág. 205. Cf. tam bién C alcagmo, A. (1 985); Scmvarzer, J. (1 9 9 8 );
Olmos, Aiejardro, Todo ¡o que usted quiso saber sobre la deuda extem a y siempre le
ocultaron, Buenos Aires, 1995; MirtsBURG. [ía u h , 'L a deuda externa, factor fundamental en la
'eestructuración de la economía argentina", en Barsky, O svaldo y Boceo, A rmaldo (eds.),
Respuesta a Martínez de Hoz, Buenos Aires, 1991; y el fallo judicial del ju e z Ballesteros.
Buenos Aires, 2000.
814 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
7 ,5 ,5 . La c u e s tió n fisc a l
mientras
m i p n t r a < rque enn los
in p p l n « í años
a ñ n c rde
f p rcrecimiento del
r p r ím i 'é n l n H producto
ol n r-*-\H n ^ t * rdicha
\ ¡ s - i i o relacIórTse red ujo
EstexompGltgmTeiíto. que puede obsérvarseen eígráfico siguiente, indica q u e la t
evolución dergasto público se~veia fuertemente inTíüenciada por la actividad í
económica general. Dado que ésta se encontró deprimida durante la mayor parte
i rtelpéríodo, el sector público expandió su importancia en relación con el producto.
i ItTcuar p o n ía le " man ¡Tiesto que, en gran medida, el gasto no jugaba un rol
G P/PBI - - - - - PBl
G ráfico 7,4. Evolución del producto y del gasto como proporción del P B l (1976=100).
A ño P erso n a l C a p ita l
S e g ú n F ID E S eg ún B eckerman
Año D é fic it D é fic it
In te re s e s l/D F In te re s e s l/DF
fis c a l fisc al
1973 7,51 0 ,9 7 0 ,1 2 9
19 74 7 ,9 2 1,15 0,1 4 5
1975 • - • 15 ,1 5 1,24 0,0 8 2
19 76 11 ,7 3 2,02 0,1 7 2
1977 5 ,1 3 2,02 0,3 9 4
19 78 6 ,8 3 3,07 0,4 4 9
19 79 6 ,2 6 3,19 0,5 1 0
19 80 7 ,5 5 3,44 0,4 5 6 3 ,7 1,9 0,514
1981 1 5 ,6 2 9,75 0,6 2 4 12,9 6,9 0,535
1982 1 6 ,5 2 11,94 0 ,7 2 3 12,3 11.2 0,911
19 83 1 5 ,7 7 5,79 0 ,3 6 7 16,6 17,3 1,042
Elaboración propia.
Fuente: FIDE y B eckerman , M a r ta , “El impacto fiscal del pago de la deuda externa. La
experiencia argentina, 1980-1986”, en Desarrollo Económico, N3*116, Buenos Aires, 1990.
C u a d r o 7 ,1 6 . I n t e r e s e s d e la d e u d a y d é f i c i t f is c a l ( e n p o r c e n t a je d e l P B I) .
C u a d r o 7 ,1 7 . E s t r u c t u r a t r i b u t a r l a ( e n p o r c e n t a je s o b r e e l t o t a l d e
la r e c a u d a c i ó n im p o s i t iv a ) .
o P r o m e d io 1 9 7 3 - 1 9 7 5
E la b o r a c ió n p r o p ia .
F u e n t e : c o lu m n a s 1 y 2,
F IO E ; c o lu m n a s 3 y 4 ,
B o c e o , A rnaldo y R e p e tto , G astón , “ M ito s y
p a r a d o ja s d e la r e fo r m a d e l E s ta d o " , e n B arsky ,
O svaldo y B o c e o , A rnaldo (e d s .), R e s p u e s ta a
M a r t í n e z d e H o z , B u e n o s A ire s , 1 9 9 1 .
Por medio de las políticas de ingresos analizadas se logró captar una mayor
cantidad de recursos, que seTorfjugó con una importante masa de créditos internos
~ve~xternos, permitiendo reducir inicialmente el déficit riscal, que en 1977 equivalía
a"Tin tercio del registrado en 1975. Sin embargo, los fundamentos de esa reducción
era'ñUebnes y~<3esde 1980 se produjo una iñfTéxIoñ'efTsú comportamiento. Ya~en
1981. ej déficit fiscal había superado la magnitud d e 1975 y se mantuvo en un nivel
similar hasta final de ladictadura. jo que puede considerarse un rotundo fracaso,
tomando en cuenta la importancia que lasautorTdádes económicas le asignaban al
"equilibrio presupuestario^ Desde otro punto de vTstáTsin embargo, el tracaso puede
juzgarse de manera aún más dura, ya que los desequilibrios no se originaban en una
política de mejoría dé las condiciones sociales de la población, o en una am pliación
de la infraestructura y en un incremento del capital humano que permitieran una
futúr^xp~áñs¡óñde1a producción y un saltoen el desarrollo económico del pais, sino
errgralientoy el suBsidio a la especulación financiera que, a largo plazo, implicarían
una pesadq hipoteca y un deterioro de las condiciones de vida dé la población.
'distributiva y co n c e n tr a c ió n d el c a p ita l
Mediante éTpíañteo de 'sincerar' jos precios, la implementación del plan de'
Mahtimez de H oz condujo de inmediato a una redistribución del ingreso desde los
salanosThácia los beneficios empresarios y, fundamentalmente, financieros. El
cóngelamientó~y control desalanos nominales contrajo jos sueldos reales y redujo,
por consecuencia, la participación de los salarios en el irigrescTriacíonal desde el
45 % e rrr9 7 4 al 26 % en 1983. Aquí se encuentra, por lo tanto, una nueva ruptura
freríte~al'comportamiento del pasado. Hasta rnedjados de la década del '70. los
~píanes"de ajuste provocaban una brusca contraccion del salario real, pero en los
hamos siguió rilésde la onda deprecios eTsálario crecía nuevamente, y la tendencia
ptédomiríante a ló largo de las sucesivas ondas de precios indicaba úrTcrecimiento
dei salario réaI7~Áhora, la Tendencia de'fóndó se h a b ia i nvertido. mostrando_n n a
óJlitraccióh~delmismo!133).
(133) Cf. V u a u , Q. (1990).
822 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
In g re so s In g re s o s In g re so s
A ño
b a jo s m e d io s a lto s
1974 11,4 60,6 28,1
1976 12,1 59,8 28,0
1978 102 53,7 36,1
1981 105 54,5 35,1
F u e n t e : B eccaria , Luis, " D is tr ib u c ió n del in g r e
s o e n la A r g e n tin a ” , e n D e s a r r o llo E c o n ó m ic o ,
Í\T 1 2 3 , B u e n o s A ir e s , o c t u b r e - d ic ie m b r e d e
1991.
'■
7,5,7. H acia u na c r isis in c o n te n ib le
A lo largo del capítulo hemos mostrado com o los sucesivos planes, además
de sd devastadoTefécto sobre la estructura productiva, reflejaban una fragilidad j
psombrosa desde el punto d e vista técnico y~amplificabari^ada vez más los
profundos des equilibrios m acroe cono micos. S ü p érd ura bilidad sé debía al fuerte
'apoyo recibido por la conducción desde él plano poíiticodastrense y de los
principales grupos económicos, así como a un contexto internacional favorable.'
Esa suerte dé cdrTsensó cdnTeñzó' a désrfioronarse en 1980, cuando diversos^
acontecimientos trocaron el contexto favorable por otro crecientemente rispido.
En primer lugar, la cuestión de la sucesión"presidencialábrraTas primeras grietas
en la conducción" Tniiitar y permitía elTJrglm iéritó de tímidos cuestionamientos
hacia la política seguida hasta entonces, eñ élrriárco de una creciente lucha intejpa.
por el poder. Pero lo que más afectó al programa tue el súbito viraje del contexto
internaciónarpbr los nuevos lincamientos económicos impulsados por los EE.U U ..{
que^provocarórT una fuerte alza eñlas tasásdelñterésTalterando radicalmente ios¡j
mercados financieros mundiales; el crédito internacional se torno, entonces, caroí
yóscasoTLa importancia de los flujos financieros para la Argentina era capital.
debido al incipiente^déficit com erciafy al sal J o riegatl vo de la c uenta corriente. I ¿
sóbrela qué comenzaron a pésáPcáda vez más los pagos de intereses de la deuda]
Contraída éri los'últimos años, multiplicados ahora por el alza de las tasas de interés f
internacionales. ~ ~ ~
Mientras tanto, se tornaba cada vez más dificultoso conseguir fondos fresrnc
lo que acentuó aúrrmás el incremento intemo de las tasas de interés y el diferencial
(7h entre éstas y las tasas vigentes en el exterior. Otra vez, las condiciones productivas
y ilse a g ra va b a n .
Simultáneamente, las fuentes genuinas de divisas del país comenzaron a
'' ' deteriorarse, ya que, IuégcTde varios años consecutivos favorables, los términos
i délTrifércambio volvieron a deteriorarse deTñáñerá riotariaTromcrpuedeverse en
1el’siguiente gráfico. ~~—
E la b o ra c ió n p r o p ia , s o b r e la b a s e d e e s tim a c io n e s d e o r g a n is m o s in te r n a c io n a le s y c o n s u lto r a s .
F u e n te s : F IE L (1 9 8 9 ); G uillen, R ubén , “ L a fu g a d e c a p ita le s e n la A r g e n tin a , 1 9 7 0 - 1 9 8 7 ; u n
e s tu d io e m p ír ic o " e n C ic lo s e n la h is to r ia , la e c o n o m í a y la s o c ie d a d N ° 6 , B u e n o s A ir e s , p r im e r
s e m e s tre d e 1 9 9 4 , y R apopoht, M ario y B uonuome, R aúl, “ L a s p o lític a s e c o n ó m ic a s : 1 0 a ñ o s e n
la b ú s q u e d a d e la c o n fia n z a p e rd id a " , e n V V .A A ., P o r 1 0 0 a ñ o s d e d e m o c r a c ia , B s . A s ., 1 9 9 3 .
C u a d r o 7 ,2 2 . F u g a d e c a p i t a l e s ( e n m il lo n e s d e d ó la r e s ) .
La crisis desatada\$\W
en 1980 recibió diferentes interpretaciones. Una de ellas la
atribuía a causas casi estrictamente monetario-financieras. Roque F ermamdez, p o r
ejemplo, señaló la responsabilidad del sistema de garantía plenade depósitos, q u e
noiffipürsaba al sector privado a minimizar la ~porcioñ "ñ o sá riá ' de la cartera de
deudores] reducía de
depósitos que presionaba sobre la tasa de interes pasiva. Esta, por su parte
rncTémeñtaba la tasa activa, reforzando los aspectos negativos del sistema, que se
826 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
/
s s u c e s o r e s d e M artínez de H oz: la a g u d iz a c ió n d e l a c r i s i s
(1 3 9 ) C f. S cmvakzck, J . (1 9 9 1 ) .
828 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
■A l ojarao del año también se pusieron en marcha algunas medidas para evitar
la p rofun d iza d o » de la recesión, entre las que se contaban el apoyo financiernpara
Las medidas secomplementaban con una presión sobre el sector monetario por
rie d io lfe ^ ta s tasás'deTríterés/que en el primer semestre se elevaron por encim a^
/^dél 300 °7o7para descender en el segundo a algo menos del 200 % , nivel que, de todas
formas, resultaba incompatible j:o n cualquier intento de expandir la produccióñT
Teniendo en cuenta que ía inflación de ese año fue del 100 % . Por consiguiente, las
■medidas provocaron una brusca contracciórTdel producto del 6,2 % .
Especial mención merece el papel del Estado en la ayuda a las grandes
empresas privadas endeudadas en los años previos, m uchas de las cuales s~eveian
agobiadas por ios pasivos- E n junio, se estableció un sistema de seguros de cambín
que cubría el repago de créditos obtenidos en el exterior por el sector privado,
slempre’que se^xtendiera ei plazo de su vencimiento por mas de un añQ-Yjrnedio.
El sistemá consistía en el mantenimiento del tipo de cambio vigente en ese
m om ento por parte del BCRA (dirigido entonces por EdÍDÍcTlAMELLA),~cbn una prima
de garantía, fijada para el prim er semestre en el 4Ó % del tipo de cambio fi jado por
dichó~Bañcó y, pósteriormenté,'_ésTábléCida sobre la base de la evolución de ios
precios mayoristas deducida la inflación iñtérñadóh'ál."
Sin embargo, dado que ya se habian practicado dos devaluaciones importan^
í s en él curscTdei ano, las empresas presionaron con éxito para qué el Estado Ies
otorgara ün subsidio que compensara la variación' pasada~~del tipo de cam bio,
{equivalente a veintitrés centavos por cádzTdólar de deuda, q ue fue completado
¿ ^ posteriormente con nuevos beneflcios (,4'). " ' :
De esta forma, la deuda privada comenzó a licuarse, mientras continuaba
creciendo la pública. En rigor de verdad, el proceso había comenzado ya en los dos
años precederifésTcuañdo las empresas déí Estado se yierorTobíigádas 5 eñ~deu-_
darse cóm o mecanismo para él ingreso de divisas, que se fugarían luego con las
¡raciones de mercado abierto y transferenciasaTexteriorde los grupos privados,
tee asistía así a un proceso de estatización de la deuda externa Drivadeusin
Aponlraprestacíón alguna por parte'de este último sector.
La experiencia de V io la -S iq a u t tendría, empero, corta duración. Las discrepan
cias en el seno de las Fuerzas Armadas Devanan al reemplazo del presidente en
diciembre d é l 9 8 T por^Léó'p^DO^QALTiERi, que nombraría com o ministro de
Econom ía a R o b er to A lf-mahm, quien ya había desempeñado similar función durante
L'Vel gobierno de F rofídizi. La actuación del nuevo ministro sólo gozó durante un
trimestre e fe "normalidad", ya que a partir de abril debió enfrentarse a los efectos10
4
(143) Sobre la política económica del periodo, Cf. Kandcl , P. (1983); G ercmumoit. P. y
L lacm ,L. ( 1998) y BAC.
(144) E lq ueta , Raimundo , "La crisis de la deuda de América Latina: auge y caída de la
negociación ortodoxa", en Mapa económico internacional fl° 5, México, 1987, pág. 90.
y
CAP. 7 - L A DICTADURA MILITAR Y LA CRISIS ECONOMICA (1976- 1983) 831
(146) Torrado, S usana. Estructura social de laArgentina: ¡945-1983, Buenos Aires, 1992,
pág. 89.
CAP. 7 ~ L A DICTADURA MILITAR Y LA CRISIS ECONOMICA (1976-1983) 833
(150) Cf. O stiguv, Pierre y A rmstromg, W arwick, La evolución del consumo alimenticio en
la Argentina (¡974-1984), Buenos Aires, 1987.
(151) T orrado, S. (1992), págs. 328y 329.
836 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DELA ARGENTINA
función del prim er principio, intentó transferir al sector privado las prestaciones
sociales para los trabajadores asalariados y reservó al sector público la asistencia
a estratos sociales en situación "critica"; de ahí la introducción del arancelamiento
en los hospitales públicos, del que fueron exceptuados quienes po'dían justificar
su condición de pobreza. Tam bién se fijó un tope máximo de ingresos para el
acceso a la propiedad de viviendas construidas por el Estado. En cuanto a los
propósitos de descentralización, se concretó la transferencia de escuelas y
hospitales nacionales hacia las jurisdicciones locales. Com o consecuencia, no
sólo dism inuyó el gasto social del gobierno nacional (en educación, salud y
vivienda) en relación con el PB1, sino también su participación en el presupuesto
nacional, agudizando una tendencia negativa iniciada en la década del '60.
La caída relativa del gasto social — junto al aumento de la regresividad del
sistema impositivo— tuvo un efecto negativo sobre la redistribución de ingresos.
El gasto público social por habitante se redujo en aproximadamente un 14 % entre
1977 y 1982, afectando más al gasto en educación que a los destinados a salud
y vivienda. El deterioro de los servicios públicos sociales, en relación con las
necesidades emergentes, determinó que fueran los sectores sociales de menores
ingresos los más perjudicados.
El sistema previsional no pudo escapar a la crisis que afectó en forma
generalizada a la seguridad social. Los haberes jubilatorios, a valores constantes,
experimentaron una caída a partir de 1955, y tras una recuperación entre 1965 y
1970, volvieron a caer bruscamente en 1972, sin que recuperaran sustancial mente
sus niveles en años posteriores. Un comportamiento parecido se constató en la
relación entre la jubilación media y las remuneraciones de los asalariados activos:
la baja del coeficiente a partir de 1955 se intensifica en 1972 y muestra una
tendencia declinante en los últimos años del gobierno militar ( '” ).
Esta tendencia se verificó a contrapelo de la propia legislación previsional y
tuvo com o consecuencia la acumulación de juicios contra el Estado en reclamo de
una correcta liquidación de las prestaciones. Por otra parte, a partir de 1980 el
gobierno eliminó la contribución empresaria al sistema previsional por lo que el
Estado debió incrementar la provisión de fondos para poder sufragar los pagos de
las jubilaciones. Com o estos fondos se originaban básicamente en impuestos al
consum o, el sistema pasó a ser financiado por los asalariados (por encima del
m onto de sus contribuciones directas) y. en forma parcial, por la población de
bajos ingresos que siendo consumidora no goza del derecho a la jubilación. De
esta manera, la financiación del sistema operó regresivamente en la distribución
del ingreso. Finalmente, la evasión del depósito de contribuciones y aportes por
parte de los empresarios, la disminución de los salarios nominales y la prolifera
ción del ^m pleo precario concurrieron a la desfinanciación del sistema previsional.1
2
5
(152) D ieouez, H éctor L. y Petkccolla, A lberto, "La distribución funcional del ingreso y el
sistema previsional en la Argentina", en Desarrollo Económico, h355, Buenos Aires, octubre-
diciembre de 1974.
CAP. 7 - LA DICTADURA MILITAR Y LA CRISIS ECONOMICA (1976-1983) 837
(153) DtucM, F rancisco , 'Después del diluvio, la clase obrera", en Argentina, hoy, 1982,
Pág. 141.
(154) hurí, J osé, 'Cambios en la estructura social de (a Argentina', en rturt, Jóse y
hwTArmtRo, J uan C arlos (comps.), Ensayos sobre la transición democrática en la Argentina,
Buenos Aires, 1987.
838 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
*1
6
5
R u b ro A rg e n tin a P aíses P a ís e s
in d u s tria liz a d o s su b d e s a rro lla d o s
Alim entos y bebidas 17,4 113 1 6 ,9
Tabaco 3,9 0,9 2 ,9
Textiles 8,1 4,3 1 0 ,8
Confecciones 3,1 3,4 4 ,2
Maderas 1,3 2.2 2 ,2
Muebles 0,6 1,5 1 ,2
Papel 2,4 3 ,9 2 ,3
Imprentas 2,4 5,0 2 ,4
Productos químicos 8,1 9,3 9 ,9
Derivados del petróleo 6,8 2,4 5 ,9
Caucho 2.3 1,4 1 ,9
Plásticos 1,1 1,8 1 ,6
Cuero 0,7 0,4 0 ,6
M inerales no metálicos 4,6 4,0 5,1
Industrias m etálicas básicas 5,4 7,2 7,1
Productos m etálicos 7,0 7,0 4 ,8
Maquinaria, excluida la eléctrica 5,8 11,2 5 ,5
Electrónicos y maquinarla eléctrica 3 .6 8,1 5,1
Material de transporte 8,9 10,5 7 ,6
Equipos profesional y científico 0 ,8 2 ,2 0 ,5
F u e n te ; V i t e l l i , G uillermo, L o s d o s s ig lo s d e la A r g e n tin a . H is to r ia e c o n ó m ic a c o m p a r a d a ,
B u e n o s A ire s , 1 9 9 9 .
crediticio entre aquellos agentes o grupos que podían acceder a flujos financieros
del exterior a tasas coyunturalmente bajas y los que debían recurrir al mercado
local (en el que los primeros muchas veces actuaban de intermediarios) a tasas de
interés m ucho más elevadas. Esta diferencia acrecentó el desbalance de poder
entre los diversos grupos económicos.
El resultado de la reforma financiera fue un profundo cambio en el comporta
miento de las empresas industriales, arrastradas a una lógica de corto plazo, en la
que los aspectos financieros predominaban sobre los productivos, afectando las
decisiones en materia de inversión en bienes de capital y de creación e incorporación
de innovaciones tecnológicas. En esa estrategia, la valorización financiera tenia más
peso que la producción, y los activos fijos pasaron a tener importancia primordial
mente como garantía para tomar nuevos créditos, que luego se destinaban a la
especulación y no a la expansión de la capacidad productiva. Estas empresas se
convirtieron, entonces, com o señala S chvarzer , en agentes financieros que tenían una
fábrica. En función de este juego, las plantas industriales se compraban y se vendían
com o parte de la especulación, dando lugar a que muchas empresas cambiaran de
dueño reiteradas veces en un lapso reducido de tiem po (l5e).
Los costos financieros llegaron a superar a los salarios en la estructura de
costos, obligando a muchas empresas a un ajuste que afectaba su capacidad
inmediata y futura de producción para sobrevivir en el corto plazo, sin que esto
pudiera morigerar los efectos de una ruleta financiera que exigía tasas de interés
crecientes para no rom per la burbuja especulativa. El endeudamiento llegó
finalmente a niveles inconcebibles, superando en numerosos casos el propio
patrimonio de las empresas, que terminaban cerrando sus puertas o reclamando
un salvataje por parte del Estado.
0 5 9 ) Cf. O lm o s , A. (1995).
844 HISTORIA ECONOMICA POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
i
V o lu m e n fís ic o O b re ro s P ro d u c tiv id a d H o ra s-o b re ro | P ro d u c tiv id a d 1H oras tra b a ja d a s S ala rio real | C o sto sa la ria l P ro d u c tiv id a d /
A ño de p ro d u c c ió n o cu p a d o s d el tra b a jo tra b a ja d a s h o ra ria ! p o r o b re ro c o s to sa ia rla t
| 1 II 111 = 1/ ti IV | V = 1/ IV ¡ VI = IV / II ______ V il______ V ill IX = 111/ V lll
O
o’ n ai »í
1977 98,9 94.3 105,0 98.9 100.0 64.1 62,8
OU
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90,4 82.7 8 1 ,4-
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1983 65.7 137.6 69,6 129,9
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■3
CAP. 7 - L A DICTADURA MILITAR Y LA CRISIS ECONOMICA (1976-1993)
845
846 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
%
c
0
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1
C
;o
5
a
I
<N
rC
I
5
O
848 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
C u a d ro 7,30. In v e rs ió n en e q u ip o s d u ra b le s
(en m illo n e s de a u stra le s de 1970).
Rioja, régimen que se extendió progresivamente para incluir a San Luis, Catamarca
y San Juan, y se superpuso con !a normativa de 1972, que, sin éxito hasta
entonces, intentaba promocionar la actividad en Tierra del fuego. Esta legislación
apuntaba a tratar de desplazar las actividades de los polos industriales tradiciona
les, com o Buenos Aires, Rosario y Córdoba, buscando una desconcentración de
la m ano de obra para disminuir la posibilidad de conflictos obreros ( ls:).
Los distintos regímenes de promoción se complementaban con el afianza
miento de los vínculos entre el Estado y los principales grupos económicos en
torno al régimen de "compre nacional" y de precios especiales para los bienes y
servicios provistos por las empresas públicas. Simultáneamente, dichos grupos
recibían concesiones para operar servicios públicos, como la terminal de ómnibus
de la ciudad de Buenos Aires (grupo Pescarmona) o la recolección de residuos de
dicha ciudad (grupo Macri).
De esa manera, entre 1976 y 1983 se fueron consolidando dos claras
tendencias. Desde el punto de vista de la estructura de los mercados, se produjo
un acentuado proceso de concentración, que puede observarse tanto eg el interior
de las distintas ramas productivas como en et crecimiento de la participación en
el producto de las ramas más concentradas, en especial la producción de insumos
intermedios C63).
Desde el ángulo de los tipos de empresa, los grupos que mejor performance
registraron fueron los que emprendieron un proceso de diversificación, tanto en
la producción industria! com o incorporando actividades no industriales, especial
mente en el sector servicios y en la actividad financiera, como quedó expuesto más
arriba.
En un contexto de fuerte disminución del mercado interno y de apertura
comercial, uno de los rasgos principales de la reestructuración consistió en la
salida exportadora, cuyo despliegue modeló las transformaciones productivas. En
ese sentido, la diversificación de las exportaciones industriales característica del
último período de sustitución de importaciones se revirtió notablemente, y las
colocaciones en el exterior comenzaron a girar crecientemente en torno a un
reducido grupo de commodities con un menor grado de complejidad técnica y
m ayor estandarización, ligados sobre todo a la transformación de insumos de
origen agropecuario y minero, entre los que se destacaron las carnes, los aceites
o los derivados del petróleo y del gas, que explican el particular dinamismo del
sector químico frente a otras ramas industriales. Estas exportaciones (sobre las
que volveremos en detalle en el capítulo siguiente) requerían un tamaño de planta
y un nivel de eficiencia técnica elevados, por lo que, en general, sólo las grandes
empresas estaban en condiciones de aprovechar el impulso. De allí que la salida
exportadora era, en cierta forma, un resultado de la concentración; pero, además,
al ser una clave de gran importancia para la supervivencia, reforzaba todavía más
la tendencia hacia la concentración, erigiéndose en otro factor explicativo de las
diferencias en el rendimiento de las diversas empresas.1 3
2
6
:l s e c t o r a g r o p e c u a r io
Total agricultura 5.982 6.395 6.792 7.094 i 7.389 7.126 7.572 8.315 42,0
Cereales 2.141 2.406 2.439 2.489 2.326 2.308 2.918 3.135 46,8
O ^^ 0
oo n W
O leaginosas 579 716 1.072 1.370 1.704 1.530 1.641 1.861 244,6
Cultivos industriales 1.606 1.648 1.600 1.567
Ifl5 O»
Frutas y llores 860 856 906 882 948 949 798 871 7.0
O O
H ortalizas y legum bres 797 770 776 790 ' 817 774 761 836 5.1
^ ^ O) in © o o í
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Total ganadería 5.285 5.396 5.240 5.334 5.363 5.006 4.857 4.935 •5,8
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CAP 7 - L A DICTADURA MILITAR Y LA CRISIS ECONOMICA (1976-1983)
853
854 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
E xcedente P re c io s
Año A h o rro In v e rs ió n
fin a n c ie ro re la tiv o s
F u e n t e : B A O (1 9 8 7 ).
P aís 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991
A rgentina 209,7 433,7 688,0 385,4 81,9 174,8 387,7 4.923,6 1.343,9 84,0
Brasil 97,9 179,2 209,1 239,0 59,2 394,7 992,7 1.861,6 1.584,6 475,8
Chile 20,7 23,6 23,2 26,2 17,4 21,4 12,7 21,5 27,3 18,7
C olom bia 24,1 16,5 18,4 22,4 21,0 24,0 28,2 26,1 32,4 26,8
M éxico 98,8 80,8 59,2 63,7 105,7 159,2 51,7 19.7 29,9 18,8
P eni 72,9 125,1 111,5 158,3 62,9 114,5 1.722,6 2.775,3 7.649,6 139,2
V enezuela 7.3 7.0 18,3 7,3 12,7 40,3 35,5 81,0 36,5 ' 31,0
F u e n t e : B ulmer-T homas, V . , T h e E c o n o m ía H is t o r y o f L a tín A m e r ic a s in c e In d e p e n d e n c e ,
C a m b r id g e . 1 9 9 4 .
El rechazo del Brasil al plan de ajuste del FMI influyó en la idea de apoyar
nuevos procesos de renegociación, con fórmulas de reducción de deuda en lugar
de créditos nuevos com o planteaba el Plan Baker. Fue así como, en marzo de
1989, el nuevo secretario del Tesoro de los Estados Unidos, H icholas B rady,
propuso que los países que habian puesto en práctica planes de ajuste, recibieran1
2
(8) Wcrth, Nicolás, tiistoire de l'Union Soviétique. París, 1992, págs. 513-529.
CAP. 8 -R E T O R N O A LA DEMOCRACIA Y NEOLIBERAUSMO(1983-1999) 863
hasta el punto de admitir que había perdido el control sobre la situación financiera;
problema que el mismo G o r b a c h o v consideró com o el error más grave com etido
durante los años de la perestroika (9).
A este crítico panorama se agregaron otros hechos, como la ocupación de
Afganistán (el llamado "Vietnam soviético'), que absorbió enormes gastos a la
administración moscovita; el peor desastre nuclear de la historia ocurrido en abril
de 1986 en el com plejo energético ucraniano de Chernobil, y un desolador
terremoto que azotó Armenia en diciembre de 1988 y requirió un programa
especial y fondos.de emergencia. Finalmente, la caída de los precios del petróleo
y los escasos rendimientos de las cosechas de cereales de 1988 y 1989
profundizaron la crisis económica y aumentaron el ya manifiesto descontento de
la población (l0).
El resto de las naciones de Europa del Este, aunque con diferencia de matices,
debió soportar inconvenientes similares a los de la URSS. Estos países, b a jo el
impulso de una mayor apertura hacia Occidente, habían intentado c u b rir su
desfase tecnológico y enderezar la situación crítica de sus economías a través del
endeudamiento externo. Incurrieron, entonces, en lo que se dio en llamar el "m al
polaco", consistente en la incapacidad para superar sus problemas de crecimiento
por medio de las importaciones y, com o consecuencia de ello, en el cada vez
mayor desequilibrio de sus balanzas de pagos (" ).
A pesar de ios paliativos implementados por sus dirigentes, las econom ías de
los países del Este europeo no alcanzaron a recuperarse, y la declinación de los
niveles de vida de sus habitantes fue impulsando un incremento de las tendencias
nacionalistas y preanunciando el fin de los Estados comunistas. En la década del
’80. el primer país en iniciar un camino de reformas fue Polonia, destacándose la
presencia, en el seno m ismo de la clase obrera, del sindicato ilegal Solidaridad,
dirigido por L ech W alesa . En esa nación, hacia 1980 el servicio de la deuda externa
absorbía más del 80 % de los ingresos de las exportaciones, mientras q u e el
proceso inflacionario se tornaba incontenible. La llegada del Gral. J aruzelski al
poder, encabezando un Consejo Militar de Salvación nacional, iba a significar el
principio del írn del régimen comunista. En 1989, Solidaridad fue legalizado, se
realizaron elecciones libres y, un año después, W alesa resultó elegido presidente.
Por su parte, en 1988, en Hungría, el Partido Comunista expulsó de sus filas
a quien había sido su líder durante 30 años, J amos Radar , en medio de un gran
descontento social. Dos años más tarde, luego de una corriente de medidas
liberalizadoras, llegaría al poder un gobierno de centro-derecha.
Pero fue en Alemania Oriental donde se produjo el episodio más saliente de
este proceso, con el derrumbe del m uro de Berlín, símbolo de la Güerra Fría, por
(12) Cf. C risorio, B eatriz C., 'El problema de las nacionalidades en la ex URSS.
Centralismo o balcanización", en Ciclos en la historia, la economía y ia sociedad, h5 10,
primer semestre de 1996.
CAP. 8 - RETORNO A LA DEMOCRACIA Y NEOUBERAUSMO (1983-1999) 865
(14) Cf. M c L u tiA n , M a r sh ali. y F io r e , Q u e h t ih , War and Peace in the Global Village. hueva
York, ¡t)69. Son revistas académicas vinculadas al mundo de los negocioso a la administra
ción — como la Harvard Business Review— o autores de esa disciplina— como O h m ae . Kcmcrn.
Triad Power: the Corning Shape o! Global Compelition. hueva York, 1985— los que
popularizaron en los años '80 el nuevo sentido del concepto de globalización.
( 15) O u iu e h R o m o , H éctor , 'La globalización del Consenso de Washington", en C o m e r c i o
Exterior. ris 2. México, febrero de 2000, pág. 128; F errer , A., Historia de la globalización...
(1996); R ap o fo r t , M., 'La globalización..." (1997).
(16) The Economist. 18/10/1997.
CAP. 8 - RETORNO A LA DEMOCRACIA Y NEOUBERALISMO (1983-1999) 867
(26) Banco Mundial, Global Economic Prospecte and the Developing Countrles, Washing
ton, 1995.
(27) Cf. C la ir m o iit , F red er ic F., "Ces deux cents sociétés qui contrólen! le monde', en Le
Monde Diplomatique, abril de 1997; M ic h a l e t , C harles A., Le capitallsme mondial, Faris, 1993.
(28) Cf. K r u c h a h ,' P a u l , 'Dutch tulipesand emergentsmarkets', en PoreignAffalrs, vol. 74,
julio-agosto de 1995.
87 0 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
resultante del tipo de vinculación de cada uno con el mercado y con los valores
principales que lo regulan: la rentabilidad, el libre cambio, la productividad, la
competitividad y la flexibilidad del trabajo (293
J.
0
El discurso dominante, todavía vigente a principios del siglo XXI, y llamado por
algunos 'pensamiento único' porque excluye cualquier otro tipo de soluciones, se
desentiende de sus consecuencias. El desempleo, la desigualdad de ingresos, la
pobreza, y aun las diferencias en la educación y el nivel de conocimientos,
contrapartida de la fuerte acumulación de riquezas que se vuelca al más reducido
polo de los ganadores, no representan una carga social ni deben ser atemperados
por políticas del Estado sino en última instancia. Es el propio sistema, generando la
igualdad de oportunidades a través del crecimiento acelerado de las economías, el
que brindaría la solución a largo plazo, mientras que, en lo inmediato, recae en la
sociedad civil, a través de la acción privada y de instituciones no gubernamentales
de distinto tipo, la responsabilidad de hacerse cargo de los excluidos del sistema.
Numerosas instituciones, en diversos países, pero sobre todo en los Estados
Unidos, garantizan la difusión de estas ideas (J0). Organismos económicos interna
cionales, a través de sus informes anuales o de sus asesores, o fundaciones de
grandes empresas, que financian universidadesy cátedras de economía y adminis
tración, ayudan a conformar el nuevo credo (3l),
En contraposición con estos postulados teóricos, sin embargo, las economías
capitalistas atravesaron, en los últimos años del siglo un período sumamente crítico,
que condujo a la búsqueda de soluciones o paliativos para morigerar o corregir los
efectos de la aplicación de aquellos principios. La coordinación de políticas por parte
de los países más desarrollados (G7), cuyas reuniones periódicas apuntaban a
realinear los tipos de cambio y aumentar la actividad económica, pareció ofrecer
alguna esperanza para estabilizar la economía mundial, y las organizaciones
internacionales, como el FM1 y el BM, se mostraron también activas para tratar de
ayudar a los países más afectados. Pero, en muchos casos, como en el de las
naciones del sudeste asiático, los consejos dieron por resultado un agravamiento de
su situación. De ese modo, desde la década del '80 el crecimiento económico se vio
sacudido e interrumpido por crisis bursátiles y económicas muy agudas.
Para enfrentar el escenario económico incierto, las principales potencias
comenzaron a rediseñar sus estrategias económicas y políticas, destacándose en
este terreno el impulso a los procesos de integración. En diciembre de 1991, los
países de la C EE firmaron el Tratado de Maastricht y pusieron en marcha un arduo
proceso de negociaciones para lograr un acuerdo de unión económica y moneta
ria, dirigido hacia la unidad política, creando la Unión Europea (UE). Mediante el
Informe Delors, se inició una nueva fase en el proceso de integración del Viejo
Continente ai proponerse el'cambio más radical de políticas económicas que se
haya registrado en Europa. Se avanzó, entonces, en el rediseño de ias políticas
industriales y en la búsqueda de una mayor competitividad, en la coordinación d e
políticas m acroeconómicasy, finalmente, en ia concreción de una unión m oneta
ria. De esta manera, se trataba de incentivar la gestación de empresas 'europeas*
que revitalizaran una región que padecía desde hacia años bajas tasas d e
crecimiento y alta desocupación. El establecimiento de una nueva unidad m o ne
taria, el "euro", a partir del 12 de enero de i 999, después de que los once países
adheridos al nuevo sistema hubieran alcanzado metas macroeconómicas c o m u
nes, constituyó la culminación de una experiencia inédita de integración económ i
ca. Se manifestaba así la intención de afirmar la estabilidad y el crecim iento
económico de esos países que tenían ahora un instrumento monetario propio que
podía competir con ventajas con otras divisas clave com o el dólar o el yen (323).
La unificación alemana de octubre de 1990 introdujo una nueva dimensión a
los problemas déla integración económica, aunque en este caso para un solo país.
A partir de entonces, Alemania tuvo que invertir en ia reconstrucción del Este
enormes recursos. La reunificación planteaba el interrogante de cómo integrar dos
economías con niveles de desarrollo relativos abismalmente diferentes. Los grados
de libertad se veían reducidos por las condiciones políticas imperantes y la
necesidad de lograren la región oriental, desde el inicio, estándares sociales lo más
cercanos posibles a los occidentales. En ese marco, se optó por una política de
shock, con una integración política, económica y monetaria simultáneas y una
fortísima revaluación, producto de la unificación a la par de los tipos de cambio de
las dos antiguas monedas alemanas. El efecto inmediato en los nuevos Bundeslánder
(provincias) fue una formidable contracción de la producción y la aparición de una
desocupación casi masiva, que reflejaba las diferencias de productividad entre
ambas regiones, lo que reavivó la coyuntura virtualmente recesiva del viejo .
territorio, aunque, hacia fines de siglo, la situación comenzó a recomponerse f53) .
También en el continente americano se plasmaron procesos de integración.
Entre ellos, se destaca por el peso de sus miembros en la economía mundial el
NAFTA (North America Free Trade Agreement), que constituyó, por un lado, la
coronación de un proceso previo de asociación económica de países con
desiguales características como Canadá, los EE.UlJ, y México y, por otro, un
movimiento de respuesta político-estratégica de Washington al proceso d e
regionalización europea y al desafio asiático, que se procuró proyectar hacía el
resto del continente americano a través de la llamada "Iniciativa de las Américas",
a la que siguió la idea de la creación de un Area de Libre Comercio de las Américas
(34) Cf. MtRCDiA, Edmundo A.. "La región en la globalización yen la historia de las relaciones
internacionales latinoamericanas', en Ciclos en la historia, la economía y la sociedad, N’ 12,
primer semestre de 1997.
(35) PNUD, Human Developmenl Report, Nueva York, 1992, pág. 35; A dda , J acoues . La
mondlalisation de l'économle. 2. Problémes, París, 1996, págs. 44-51.
CAP. 8 - RETORNO A LA DEMOCRACIA Y NEOUBERALISMO (1983-1999) 873
'60 y del '70 (36). Com o señala un autor, en los años '90 la pobreza conservó en
los países latinoamericanos los estigmas de una sociedad subdesarrollada y
adquirió los de una sociedad moderna, debido a la insuficiencia de Tos empleos
creados y a la fragilidad del crecimiento, que se tradujo en crisis y recesiones (*
373
).
9
8
Igualmente, con el fin del Estado de Bienestar creció también la pobreza y se
acentuó la conceñtración regresiva del-ingreso en los países desarrollados. Muchos
de ellos abandonaron las políticas de pleno empleo, redujeron recursos financie
ros destinados a los más pobres y desmantelaron redes de protección social. En
algunos, como los EE.UU., se incrementó la brecha de ingresos entre la quinta parte
menos favorecida de la población y la quinta parte de los más ricos y, aunque el
crecimiento de la productividad media alcanzó un 3 0 % , los salarios disminuyeron
un 13 % . Afinando aún más el análisis, autores de ese país señalan que, mientras
los cuatro quintiles inferiores de la fuerza laboral full-tlme disminuyeron fuerte
mente sus salarios reales entre un 10 y un 23 % en el periodo 1973-1992, el quintil
superior los aumentó en un 10 % (3S). Esto es lo que ha permitido que en la sociedad
norteamericana hubiera casi pleno empleo en las últimas décadas del siglo; pero
en Europa, en cambio, donde los salarios reales no cayeron en igual medida, la
desocupación constituyó la principal manifestación del malestar social. Para el
conjunto de los principales países europeos esa tasa fue cercana al 1 0 % en 1998;
encabezando el ranking España con 18,9 % , seguida por Finlandia con el 13,6 % ,
Italia y Francia con el 12 % . y Bélgica con el 8,9 % (J9).
El deterioro de la situación social comenzó a provocar movimientos políticos
particularmente perceptibles en el Viejo Continente, donde a lo largo de la segunda
mitad de la década del '90 se verificó el retomo al poder de partidos soclaldemó-
cratas o laboristas (com o el de T ony B lair en Gran Bretaña, L ionel J osfin en Francia,
G erhard S cmroeder en Alemania o M assimo D 'A lema en Italia), hasta entonces
eclipsados por el avance de los conservadores o democratacristianos, o la
aparición de movimientos nacionalistas de derecha, herederos en m uchos casos
del fascismo o del nazismo, como en Francia, Austria e Italia. Sin embargo, los
nuevos gobiernos de una 'centroizquierda agglornada", que pregonábala bonanza
de una 'tercera vía' consistente en un capitalismo más 'h u m a n iza d o ', no
supusieron un cambio radical en la orientación de las políticas económicas
neoliberales, en tanto crecían las fuerzas nacionalistas.
136) Cf. PNUD, Informe sobre desarrollo humano, 1998, México, 1998; Iglesias, E n r iq u e .
keñections on Economic Development: Toward a Latín American Consensus, BID, Washing
ton DC, 1992; Boron, A tujo , "La sociedad civil después del diluvio neoliberal", en Sader, E mir
y Gwtiu . Pablo (comps.), La trama del neoüberaUsmo, Buenos Aires, 1999.
(37) S a l a ma . P icure , 'Las nuevas causas de la pobreza en América Latina', en Ciclos en
la historia, la economía y la sociedad, Ns 16, segundo semestre de 1998, págs. 36 y 57.
(38) T h u r o w , L es lie , El futuro del capitalismo, Buenos Aires, 1996, pág. 37. Cf. también,
üticn, R obcrt , El trabajo de las naciones, Buenos Aires, 1993.
(39) Cf. OECD, Indicadores económicos principales, París, 1998.
874 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
(46) La Nación, La Argentina en el siglo XX, Buenos Aires, 1997, pág. 308.
878 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
terrorismo de Estado señalando que '...a los delitos de los terroristas, las Fuerzas
Armadas respondieron con un terrorismo infinitamente peor que el combatido,
porque desde el 24 de marzo de 1976 contaron con el poderío y la impunidad del
Estado absoluto, secuestrando, torturando y asesinando a miles de seres huma
nos". Al día siguiente, dentro del Ministerio del Interior, fue creada la Secretaria de
Derechos Humanos (*7).
En diciembre de 1983, una iniciativa del ministro de Defensa contó con el
apoyo de gran parte de la población. B orras ordenó que el Consejo Supremo de las
Fuerzas Armadas instruyera un juicio contra los integrantes de las tres primeras
juntas militares del Proceso de Reorganización nacional — con la tácita excepción
de tos miem bros de la última Junta— a Fin de 'establecerlas responsabilidades que
le caben por haber dispuesto métodos y procedimientos de lucha manifiestamente
ilegales para combatir las actividades subversivas". De inmediato, el Congreso
aprobó la modificación del Código de Justicia Militar para facilitar que las Fuerzas
Armadas hicieran su propia depuración. La norma establecía la posibilidad deque
las sentencias de los tribunales militares fueran revisadas en segunda instancia por
la justicia civil. La medida resultaba ejemplarizadora eñ América Latina, donde
pocas veces se había juzgado a militares golpistas. Sin embargo, la marcha de los
procesos a cargo de la justicia militar fue lenta. En consecuencia, el gobierno
decidió, el 2 de octubre de 1984, el pasaje de la causa al fuero civil.
Com prom etido a juzgar a los jefes guerrilleros, a mediados de febrero de
1984, el gobierno cursó a su similar del Brasil un pedido de extradición de
dirigentes montoneros. El mismo involucraba a Mario F irmemich, detenido por la
policía del país vecino, y a F ernando V aca N arvaja. Ambos dirigentes habían cursado
en noviembre del año anterior una carta abierta al presidente en la que hacían una
autocrítica de algunos aspectos de su accionar pasado y se comprometían a
respetar la democracia.
Durante la campaña preelectoral el radicalismo había denunciado las prácticas
antidemocráticas de las organizaciones gremiales. Ya en el gobierno, temiendo la
oposición frontal de esas organizaciones, el Poder Ejecutivo envió al Parlamento un
proyecto de ley de 'reordenamiento sindical", que establecía el voto secreto y la
representación de las minorías, y en el que se reservaba las prerrogativas de
intervención estatal en los asuntos gremiales. El proyecto fue aprobado en la Cámara
de Diputados, pero rechazado en el Senado, donde el voto contrario de peronistas,
sapagistas y nudistas logró imponerse al voto favorable de radicales, liberales
correntinos y bloquistas. Pese a la presión del propio presidente para lograr la
aprobación del proyecto, la esperanza oficialista de modificar la conducción sindical
quedó desvanecida y el ministro de Trabajo — mentor de la iniciativa— debió
presentar su renuncia.47
(47) Cf. M in o , C arlo s S ., "La política de derechos humanos en la primera mitad d e l p e rio d o
del gobierno democrático", en G arzó n Va lc e s E.; M o l s M. y S pita A. (comps.). La nueva
democracia argentina (1983-1986), Buenos Aires. 1988.
CAP. 8 -R E T O R N O A LADEMOCRACIA Y NEOUBERAUSMO (1983-1999) 879
(50) P o h ta n tier o , J uan C„ "La concertacióti que n o fue: de la ley Mucci al Plan Austral , en
y P o r ta n tic fo , J uan Ca rlo s (comps.). Ensayos sobre la transición democrática en la
riu n . J o s é
Argentina, Buenos Aires, 1987, pág. 164.
CAP. 8 - RETORNO A LA DEMOCRACIA Y NEOUBERALISMO (1983-1999) 881
fueran golpistas, desafió a sus superiores a que fueran a desalojarlo, pidió una
solución política al problema de los juicios contra los militares y el desplazamiento
del generalato ligado al Proceso de Reorganización Macional.
La sociedad civil reaccionó contra los sublevados. El 16 de abril, una multitud
respaldó al presidente Arronsirt así com o también la principal oposición, encabe
zada por el peronismo renovador. Las manifestaciones populares se repitieron a-
lo largo de todo el país y culminaron el 19 de abril con un acto multitudinario en
la Plaza de Mayo. Mientras, los mandos militares no se mostraron dispuestos a
acatar las órdenes de reprimirá los sediciosos, poniendo en evidencia la fragilidad
del control ejercido por el gobierno sobre las Fuerzas Armadas. El propio
presidente, en una instancia dramática, debió concurrir a Campo de Mayo a tratar
con los sublevados, tras lo cual anunció a la multitud que la crisis había terminado
con la rendición de los insurrectos.
Sin embargo, lo que pareció un triunfo de la democracia se transformó en una
nueva concesión hacia los uniformados. Buscando restaurarla disciplinay el orden
jerárquico en el seno del Ejército, el presidente aceptó la renuncia de su jefe de
Estado Mayor y el pase a retiro de catorce generales. Por otra parte, solicitó al
Congreso la aprobación de la Ley de Obediencia Debida. En virtud de esta ley, se
amnistiaba a los oficiales con grado inferioralde coronel, por los delitos cometidos
durante la lucha contra la subversión. La credibilidad del presidente, a partir de
estas decisiones, quedó seriamente dañada.
Las elecciones del 6 de setiembre de 1987 constituyeron un test decisivo para
el gobierno. Se elegían legisladores y gobernadores. El peronismo renovador
triunfó en la provincia de Buenos Aires, consagrando la fórmula A ntonio OnERo-Lws
Macaya . El triunfo peronista abarcó a otras dieciséis provincias, mientras que la UCR
sólo ganó en dos provincias: Córdoba y Río Negro. Por otra parte, el radicalismo
perdió la mayoría en la Cámara de Diputados. El gobierno radical, descalificado por
el voto popular, com enzó a perder el rum bo (5J).
Nuevos episodios pusieron a prueba la solidez del gobierno constitucional. En
enero de 1988. Rico— que había huido del lugar donde estaba detenido— sublevó
tropas en Monte Caseros (Corrientes). El jefe de los "carapintadas" reclamaba la
reivindicación de los militares. En este caso, tras un breve enfrentamiento con las
tropas leales enviadas por el nuevojefe de Estado Mayor del Ejército, genera) Dante
C aridi, la sublevación fue sofocada, y su jefe, encarcelado. A principios de 1988,
el coronel M ohamed A u S eineldin , considerado el mentor ideológico de los
"carapintadas", provocó un amotinamiento en la Escuela de Infantería de Campo
de Mayo. La revuelta se desplazó a Villa Martelli (provincia de Buenos Aires).
SEiMELoiiyeclamó una amplia amnistía, planteó la necesidad de mejoras presupues
tarias y desconoció la autoridad de C aridi. Los sublevados, cercados por las fuerzas5
2
Pero aún faltaban varios meses para la entrega del mando presidencial. Las
autoridades electas no estaban dispuestas a cooperar para aliviar la crisis
económ ica y social, para no pagar los costos políticos de manera anticipada. En
consecuencia, A lfonsin decidió el 12 de ju n io precipitarsu abandono del cargo, y
presentó la renuncia. Posteriormente se acordó que el mandatario electo asumiera
el m es siguiente. De esta manera, el periodo presidencial que debía prolongarse
hasta el 10 de diciembre de 1989 quedó inesperadamente acortado.
-i\
. ' ’>
'S. /
8 ,4 . LOS PARTIDOS POLITICOS Y LAS ORGANIZACIONES EMPRESARIALES
Tí
El gobierno radical, desde sus comienzos, decidió fijarsus políticas, con el aval
del Parlaftnento, sin necesidad de acordarlas con ningún sector de interés. Dentro
i de su concepción, en un sistema democrático correspondía al partido triunfante
' ii en las elecciones la definición de las orientaciones generales del Estado. En este
sentido, el gobierno otorgó un bajo reconocimiento al carácter democrático del5 8
(58) MALECKirt Doriam, Tuuo. La lama aqonía de la Arqentina peronista, Buenos Aires, 1994,
págs. 124-132.
CAP. 8 - RETORNO A LA DEMOCRACIA Y NEOLIBERALISMO (1983-1999) 887
*5
0
6
9
(59) O ssonx, J. ( 1992), pág. 13. En el punto 8,4 nos referimos a la 'renovación peronista*.
(60) C f. O stig u y , P ic rre , Los cap itan es de la in d u stria . G randes e m p re sa rio s, p o lític a y
economía en la A rgentina d e io s años 8 0 , Buenos Aires. 1990.
888 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
Sin embargo, el lanzamiento de! Plan Austral no fue acordado con ningún
grupo de interés. Un dia antes del anuncio del Plan, S ourrouille informó a buena
parte del Grupo María sus lincamientos centrales que contemplaban parte de las
propuestas de "los‘capitanes”. Desde entonces, el ministro C arito incentivó las
relaciones con el G rupo que participó de reuniones periódicas con funcionarios de,
primer nivel, acom pañó al presidente en sus giras al exterior y cumplió tareas de
asesoramiento y apoyo político-económico. Mientras, ios éxitos iniciales del Plan
se tradujeron en la victoria radical en las elecciones de diputados en noviembre
de 1985, en el impulso a la constitución del Tercer Movimiento Histórico y en un
cam bio de la estrategia gu bernamental referida a la concertación y a la relación con
los actores sociales.
El relacionamiento impulsado por el gobierno hizo eje sobre dos propuestas.
Por un lado, la constitución de una 'Conferencia Económica Social' (CES)
integrada por funcionarios del gobierno y por representantes de los grupos
económicos más poderosos con el objetivo de planificar las políticas económicas,
particularmente las de desarrollo industrial. Por otro lado, la intención del
Ejecutivo era privilegiar el diálogo con representantes del movimientoobreroycon
los empresarios industríales de la UIA. Sin embargo, ios avances en esta etapa de
concertación no fueron significativos. Si bien las organizaciones empresariales
CAP. 6 - RETORNO A LA DEMOCRACIA Y NEOUBERAUSMO (1983-1999) 889
la legitimidad de este último era indispensable para que los nuevos núcleos
económicos dominantes estrecharan sus vínculos internacionales. Por último, q u e
los nexos establecidos por el gobierno radical con sectores poderosos del
empresariado, aunque insuficientes, neutralizaron nuevas coaliciones entre estos
últimos y tos militares (®3).
En agosto.de 1988, la alianza del equipo económico gubernamental con la U IA
y la Cámara Argentina de Comercio (CAC) se manifestó en el Plan Primavera. Las
medidas, acordadas con los sectores liberales de la UIA, apuntaban a conjurar una
crisis económica que, previsiblemente, iba a beneficiar al candidato presidencial
peronista, C arlos M emem. Por otra parte, la UIA, bajo el fuerte liderazgo de G ilberto
Montagna, superaba el ¡nternismo que la afectaba desde su reorganización — a
principios de la década— y desplazaba al Grupo María com o principal interlocutor
del gobierno. Por su parte, el núcleo de los "capitanes de la industria' se
aproximaba, primero, al peronismo renovador y luego a M emem tras su triunfo en la
interna partidaria.
La puesta en marcha del Plan Primavera dio lugar a posiciones encontradas
entre las asociaciones empresarias disconformes con el desdoblamiento del tipo
de cambio. Los sectores agropecuarios expresados a través de la SRA, la CRA. la
COniMAGRO y la FAA denunciaron al plan com o un despojo al campo y a los
consumidores. Esta oposición era compartida por la Coordinadora de Actividades
Mercantiles y Empresarias (CAME), por la Unión de Entidades Comerciales Argen
tinas (UDECA) e inclusive por miembros ligados a intereses regionales y mercado-
internistas de la propia UIA. En febrero de 1989, en las vísperas de la hiperinflación,
las asociaciones empresarias rompieron su alianza con el gobierno, se considera
ron liberadas del acuerdo de precios convenido en el Plan, y los exportadores se
negaron a liquidar divisas a la tasa de cambio oficial. Un mes después, frente a un
gobierno aislado, el propio candidado radical a la presidencia dem andó la renuncia
del equipo económico. Quienes reemplazaron a S ourroujlle no pudieron neutrali
zar la espiral hiperinfiacionariay la grave situación económica que allanó el triunfo
del candidato justicialista. Los "golpes de mercado" pasaban a reem plazara los
antiguos golpes de Estado y pusieron de manifiesto el considerable rol que los
poderes económicos locales habían adquirido en el contexto de un régimen
democrático.
Hasta el lanzamiento del Plan Austral, el sistema democrático ofreció varias
ventajas a los intereses empresarios. Primero, la derrota electoral del peronismo,
que había dejado de ser mayoría; luego, la desaparición del riesgo de que algunas
de sus organizaciones fueran desarticuladas; tercero, el reconocimiento por parte
del gobierno de la hegemonía política de la UIA sobre otras entidades que se habían
constituido en adversarias durante el pasado como la CGE, y cuarto, el
enfrentamiento del gobierno con las organizaciones de trabajadores con el fin d e
recortar su poder e influencia.
Desde junio de 1985 en adelante, más allá del desenlace caótico de sus
políticas socioeconómicas, el radicalismo se mostró permeable a la participación
de los capitalistas y sus organizaciones en el proceso de toma de decisiones. A 63
Por otra parte, la derrota electoral de 1983 incentivó la competencia entre las
fracciones internas del justicialismo. Por entonces, el sindicalismo — que contro
laba buena parte de la cúpula partidaria— fue percibido com o el responsable del
fracaso. En consecuencia, la rama política, debilitada y fragmentada en numerosas
corrientes internas, pasó a cobrar una gravitación sin precedentes dentro del
partido. Este proceso habría de culminar con la denominada "Renovación peronista",
movimiento interno de opinión que se formó entre 1984 y 1985. Los dirigentes de
la "Renovación" se propusieron democratizar la competencia interna en el Partido
Justicialista, recomponer su conducción nacional y limitar la influencia de los
sindicatos. Pese a la dura oposición de la conducción ortodoxa del justicialismo
— integrada, entre otros, por L orenzo M iguel y H erminio I glesias— , los renovadores
lograron que la candidatura de C arlos Q rosso se impusiera en las elecciones
internas de la Capital Federal. De esta manera, la oteada renovadora se extendió
entre las bases partidarias en demanda del desplazamiento de los dirigentes
cuestionados. I glesias quiso evitar en la provincia de Buenos Aires el veredicto de
las elecciones internas destinadas a elegir candidatos a diputados para los
comicios de noviembre de 1985. A mtomio C ao ero , líder de la Renovación, conven
cido de la imposibilidad de acceder a una elección interna para derrotar a Iglesias ,
conformó al margen del justicialismo provincial un frente electoral con la D em o
cracia Cristiana y otras agrupaciones menores denominado "Frente por la Justicia,
la Democracia y la Participación' (FREJUDEPA). Por su parte, la ortodoxia formalizó,
a nivel nacional, un frente (FREJULI) en compañía del M1D. el FIP, el socialismo
auténtico, los conservadores populares y la Unión Popular. Por primera vez en
muchos años, el justicialismo se presentaba dividido a la compulsa electoral en la
provincia de Buenos Aires. Los resultados en este distrito favorecieron al frente
liderado por C ari ero — elegido diputado junto con C arlos A uyero— y definieron en
favor de la Renovación la situación de la interna peronista.
En las elecciones legislativas y de gobernadores de 1987, la Renovación
capitalizó el clima de desafección política hacia el gobierno. El triunfo de C afiero
como gobernador bonaerense lo proyectó com o líder de la oposición. Sin
embargo, en julio de 1988, C afiero — pese a contar con el apoyo de la m ayor parte
del aparato partidario y de los gobernadores provinciales— fue derrotado por el
entonces gobernador de La Rioja, C arlos S aúl M enem, en los primeros comicios
internos competitivos realizados en el justicialismo para determinar su fórmula
presidencial. M emem había sido el mandatario peronista que mejores lazos había
establecido con el gobierno radical tras la derrota de 1983. Cuando la conducción
oficial del justicialismo se opuso en 1984 a los acuerdos con Chile, M emem
acompañó la decisión gubernamental de aceptar la propuesta papal. Un año
después, se enroló en la Renovación sin dejar de cultivar vínculos con los sectores
ortodoxos del partido y el sindicalismo. A partir de 1987 se diferenció de sus
compañeros renovadores, constituyó su propia corriente interna — 'Federalism o
y Liberación'— , recogió el apoyo de los sindicalistas marginados de la conducción
del justicialismo, de dirigentes que persistieron en posturas ortodoxas y de todos
aquellos que se resistían a que el peronismo se transformara, conforme a las
aspiraciones renovadoras, en un partido más de la democracia liberal y abando
nara su concepción movimientista. Finalmente, cuando declinó la estrella d e
Aleomsim, M emem se transformó en su acérrimo opositor, denunciando a la vez el
894 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
s r e la c io n e s c o n lo s E sta d o s U n id o s y Europa
Las relaciones del gobierno de A lfomsim con los Estados Unidos fueron
adquiriendo creciente importancia con el correr del tiempo. En su estrategia por
recomponer y ampliar las vinculaciones externas argentinas, el país del Norte
ocupó un lugar de relevancia junto a América Latina y Europa Occidental. Una serie
de condicionamientos internos y externos impusieron, gradualmente, limites a los
objetivos originarios déla diplomacia argentina en la relación con Washington y los
otros dos socios, pasando la primera a ocupar un lugar privilegiado.
Desde su asunción, ALronsiri manifestó la voluntad de establecer una relación
madura con la potencia hegemónica del sistema capitalista. Tratando de despejar
los temores de la Administración Reagan, las nuevas autoridades enfatizaron la
clara identificación del país con el sistema de valores de Occidente — en lo cultural
y no en lo estratégico— , descartando el ejercicio de un tercerismo indiscriminado.
De esta manera se otorgaban seguridades, sin que con ello se adoptara un
alineamiento automático con los Estados Unidos.
La diplomacia argentina — conducida por el canciller D amtf, C aputo— diferenció
dos niveles en la relación con Washington. Por un lado, las "convergencias
esenciales' alrededor de principios y valores compartidos como la democracia, el
pluralismo, la dignidad del hombre, los derechos humanos, la libertad y la justicia
social. Por el otro, los "disensos metodológicos" debido a los intereses nacionales
encontrados fuera del eje de la confrontación Este-Oeste y también acerca de los
• medios más adecuados para alcanzar el desarrollo, afianzando los principios y
valores del m undo occidental I68).
El gobierno argentino tenía una visión del escenario mundial distinta de la de
R eagam. Rechazaba el esquema Este-Oeste com o modelo explicativo de la proble
mática mundial tal como lo concebía el gobierno estadounidense. Desde su
perspectiva, la paz y la seguridad en el m undo estaban amenazadas por los
desequilibrios entre países ricos y países en desarrollo característicos de la
problemática Norte-Sur; mientras que, para los "neoconservadores" de Reagam, las
amenazas provenían de la Unión Soviética y de sus "vicarios" en América Latina.
Cuba y Nicaragua, por lo que privilegiaban las consideraciones estratégico-
militares en lugar de las socioeconómicas.
narias. En linea con este propósito, los soviéticos aspiraban, en el largo plazo, a
alcanzar una cifra similar ai porcentaje que tenían los EE.UU. en el com ercio de
importación argentino. La Comisión también discutió la realización de distintos
proyectos (ferroviarios, portuarios e hidroeléctricos) con participación soviética y
la "cooperación productiva". En cuanto al intercambio comercial, los soviéticos
pretendían la utilización del trueque o el intercambio compensado, reduciendo al
máximo el empleo de moneda convertible.
El año siguiente seria decisivo para las relaciones argentino-soviéticas. En
diciembre de 1985, expiraban los convenios comerciales firmados en 1981 p o r el
gobierno militar. El deseo de reforzar los vínculos se manifestó entre 1984 y 1985
a través del intercambio de delegaciones parlamentarias y la invitación de Moscú
a cuatro gobernadores con el propósito de acordar negocios concretos. Tras duras
negociaciones, en octubre de 1985, se reunió en la capital soviética la novena
Comisión Mixta para renovar los convenios. En un principio, los resultados
parecieron poco satisfactorios para la Argentina porque se hablaba de la no
continuación del convenio de carnes y se postergaba la resolución del correspon
diente a cereales. Sin embargo, el 22 de enero de 1986, en Buenos Aires se inicíalo
un nuevo convenio comercial por cuatro años para la venta de 4,5 m illones de
toneladas de granos a la Unión Soviética. Por su parte, la Argentina se com prom etió
a comprar en ese lapso 500 millones de dólares de equipos industriales y
manufacturas, duplicándose el monto de compras acordado en el convenio
anterior. Las dificultades en colocar los productos argentinos en los m ercados
occidentales y la competencia de los mismos países industrializados determ inaron
que el gobierno argentino se mostrara decidido a incorporar definitivamente a los
países socialistas entre los protagonistas de su política exterior (" ).
La dimensión política y estratégica de las relaciones bilaterales tam bién fue
abordada abiertamente por los soviéticos. En relación con la cuestión de las
Malvinas y para discutir las respectivas actitudes en los foros internacionales,
especialmente en la Asamblea General de las naciones Unidas, visitó la Argentina,
a mediados de 1984, el secretario general de la cancillería soviética. El funcionario
manifestó el peligro creciente que significaba la militarización de las Islas e
interpretó la misma como una amenaza a la URSS. De esta manera, in tro d u jo el
conflicto Este-Oeste en el caso Malvinas que dejaba de ser una disputa que
involucraba sólo a países del m undo occidental. £sta idea seguramente form ó
parte de la agenda de discusiones con la cancillería argentina.
A fines de enero de 1986, el canciller C aputo viajó a Moscú. Era la prim era vez
que un canciller argentino visitaba la URSS y servía com o anticipo de la próxim a
visita de A lfomsim a ese país. C aputo firmó el acuerdo inicíalado en Buenos Aíres y
se entrevistó con algunos de los principales funcionarios del gobierno soviético,
como el canciller E duard S uevardmadzk y el presidente del Soviet Suprem o, A tidrei7 4
(74) Rapoport, Mario, 'La posición internacional de !a Argentina y las relaciones argentino-
soviéticas", en Periíta, R. M. y Russeu., R. (eds.), (1988), págs. 188-190.
902 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
G romyko . Varios fueron los temas políticos tratados: las propuestas de desarme
formuladas por el secretarlo general del PCUS, M uail G orbachov, las iniciativas en
el m ism o sentido del presidente A lfomsim y el llamado 'G ru p o de los Seis*, ¡a
situación de Centroamérica y el Atlántico Sur y el problema de la deuda externa
latinoamericana. Asi se iniciaba una nueva etapa en las relaciones políticas entre
am bos países (757
).
6 ................
Porotra parte, se afianzaron los vínculos económicos. Se acordó la participación
soviética en la remodelación del puerto de Bahía Blanca y en obras hidroeléctricas
de envergadura com o el dique de Piedra del Aguila. A mediados de año, se finrtaron
convenios pesqueros con la URSS y Bulgaria para la explotación ¡eticóla en el
Atlántico Sur, lo que originó, más tarde, medidas de represalia por parte de Gran
Bretaña, que declaró una zona exclusiva de pesca en torno a las Malvinas, situación
que agravó la disputa existente con respecto a la soberanía de las Islas.
A lfomsim visitó Moscú en octubre de 19 8 6 . Era la primera vez que un presidente
argentino era recibido en el Kremlin, y su presencia ratificaba tanto e! acercamiento
económ ico y comercial iniciado en la década de 1970 como el espectro de
coincidencias que acerca de los problemas mundiales y sus posibles soluciones
existia entre am bos gobiernos. En este marco, la entrevista entre A lfomsim y el
prim er ministro G orbachov generó grandes expectativas.
Una de las preocupaciones de A lfomsim se vinculaba a los problemas comercia
les. Después de la firma del nuevo convenio de granos, la URSS redujo abruptamente
sus compras al m enor nivel de los últimos años. De ser los principales adquirentes
del cereal argentino los soviéticos pasaron a ocupar un lugar secundario entre los
clientes habituales. La caída de los precios del petróleo, el gas y el oro que afectó
las principales fuentes soviéticas de divisas y la competencia de otros países
exportadores de productos agrícolas, com o la CEE, determinaron el desvio de las
compras soviéticas hacia otros países que ofrecían mejores precios. Por otra parte,
se ha argüido que los soviéticos querían presionar a los argentinos por su
morosidad en equilibrar la balanza comercial, ampliamente favorable a la Argen
tina. Si bien A lfomsim logró la ratificación del convenio firmado en enero, la
tendencia declinante del comercio bilateral no pudo revertirse (7S).
Los temas políticos también fueron abordados por los representantes de
ambos gobiernos. El comunicado conjunto emitido al término de la visita puso de
manifiesto las coincidencias en tom o a los problemas mundiales. Además del
acuerdo acerca de la moratoria de los ensayos nucleares, ambos países se
pronunciaron en contra de toda política de intervención en Centroamérica,
elogiando los esfuerzos de Contadora y de su Grupo de Apoyo. En lo referido a las
- Islas Malvinas, se reclamó un arreglo político de la cuestión mediante negociacio
nes directas entre Gran Bretaña y la Argentina y el desmantelamiento de la base
militar construida por los ingleses.
Por otra parte, como respuesta a los acuerdos pesqueros con la URSS y
Bulgaria, los británicos establecieron la zona exclusiva de pesca, ya mencionada,
sin esperar la ratificación de los acuerdos por el Congreso argentino. La actitud
británica, solidaria con la estrategia de los Estados Unidos, también se relacionaba
con la propia visita de A l f o n s in a Moscú y con sus resultados (77). En el m ism o
sentido se pronunció el secretario de Estado de los EE.UU., S h u l t z , quien señaló
que 'todo país debe ser cuidadoso en sus negociaciones con la Unión Soviética '
porque el objetivo principal de los rusos es político”. Dado que los norteamerica
nos siempre observaron con prevención las actividades pesqueras de los países
del Este, cuyo equipamiento militar no ponían en duda, no era de extrañar que, al
igual que los soviéticos, comenzaran a plantear la posibilidad de una hipótesis de
conflicto en los mares del Sur (78).
Un año después de la gira de A l f o n s in , el canciller soviético S h e v a r d n a d z e visitó
ia Argentina. Su presencia reactualizó las cuestiones de la agenda com ún de las
relaciones entre ambos países. El soviético destacó la posición argentina en las
diversas cuestiones de la política mundial; remarcó el prestigio argentino en el
mundo y su papel dinámico en el Movimiento de Do Alineados, en el Grupo de los
Seis y en el Grupo de Apoyo a Contadora. Destacó la preocupación argentina por
el problema del desarme y coincidió con el gobierno argentino en la necesidad de
reducir los armamentos estratégicos ofensivos y 'd e preservar el espacio cósmico
sin armas, como un espacio de paz”, en clara referencia critica al proyecto de
"guerra de las galaxias' del presidente R ea g a n . S h e v a r d n a d z e reiteró el apoyo
soviético a la posición argentina con respecto a las Malvinas y abogó por la
desmilitarización del Atlántico Sur. Aclaró que su visita a América no buscaba
'perjudicar a terceros países' (en obvia alusión a los EE.UU.) y desestimó com o
perteneciente a la "época de piedra" toda percepción que atribuyera a su presencia
en el continente el carácter de un intento de penetración soviética.
En el terreno económico, la visita del canciller S h e v a r d n a d z e sirvió para
reafirmar los criterios expuestos en ocasión de la visita de A l f o n s in a la URSS. Las
relaciones económicas debían tomar nuevos rumbos en reemplazo del tradicional
intercambio de productos agropecuarios. Se aspiraba a la organización de
empresas mixtas con la participación de ambos países y a la acción conjunta entre
empresas soviéticas y compañías privadas argentinas en otros mercados. La
realización conjunta de complejos hidroeléctricos y temfoeléctricos. la coproduc
ción industrial y la colaboración en diferentes obras públicas formaban parte de
un viejo inventario de proyectos comunes, por lo general, postergados. Sin
embargo, la presencia de S h e v a r d n a d z e no despejó las incógnitas en cuanto al nuevo
rumbo de las relaciones económicas, que parecían depender más de negociacio
nes puntuales que de acuerdos globales (79).
8 ,5 ,4 . E l n o a lin e a m ie n to
Al retirarse del poder, el gobierno militar dejaba una herencia económica pocoi
menos que catastrófica: el país se hallaba en plena recesión, con una desocupación!
creciente, una inflación de más del 400 % , una deuda extema de casi 45.000 m illones'
de dólares (casi el 70 % del PBI) y sin reservas internacionales. Algunos de estos
problemas eran bien conocidos por los equipos que debían hacerse cargo de la
situación, pero otros no habían sido valorados en toda su magnitud por la falta de
transparencia de la información estadísticay documental y, en algunos casos, por cifras
engañosas presentadas oficialmente por las autoridades salientes. Tal era el casó de
las reservas disponibles: los balances semanales del Banco_ Central registraban un
stock superior a los 1.500 millones de dólares, pero en la segunda semana de
diciembre, justo antes del traspaso del poder, se canceló una deuda por com pra de
armas para el conflicto de Malvinas, que dejó las reservas casi agotadas (82).
En las cuentas públicas se encontraron también diversas ¡rregularidadesrx
partidas atendidas sin autorización presupuestaria, compromisos de pagos futuros
y de plazos perentorios, obligaciones por avales y fianzas concedidas p o r el Uf;
gobierno nacional a empresas públicas y privadas que luego no fueron canceladas /W
por los beneficiarios, vencimientos de deuda interna y externa, y, finalmente, una ! ^
avalancha de nombramientos de funcionarios de todo orden en los meses de |
noviembre y diciembre. y
El principal problema legado por la dictadura era el abultado endeudam iento ]
externo, cinco veces superior a las exportaciones anuales y que prácticamente
o b lig a b a a lograr elevados excedentes comerciales para cancelar los intereses V 7'
devengados, incrementados por las altas tasas de interés internacionales: (
existían al m om ento de la asunción de ALFonsm 20.000 millones de dólares de I
atrasos en los pagos. )
Las exportaciones de carne, y cereales se habían duplicado en la última
década, pero su crecimiento futuro dependía de nuevas inversiones. En el corto
plazo, en cambio, el superávit del balance comercial se debía lograr por m edio de
la reducción de importaciones, con efectos recesivos. Aun así, esa tarea parecía ^
ciclópea, pues los precios de los productos exportables tradicionales argentinos '\
se encontraban en baja, deteriorando los términos del intercambio, mientras que
en las exportaciones manufactureras el país tenía dificultades para com petir con
los bajos salarios de Extremo Oriente y el Brasil.
------
*8
3
1984
Enero 12,5 12,0 37,7 20,4 12,2 12,0 11.7 29,8
Febrera 17,0 18,0 54,5 25,8 8,5 10,7 9.6 16,9
M arzo 20,3 20,3 17,8 6,6 13,1 12,9 9,3 14,7
Abril 18,5 28,4 10,7 9,2 28,4 17.1 15,7 24,6
M ayo 17,1 9,3 12,5 9,1 8,0 17,2 13,2 32,4
Junio 17,9 19,9 11,7 15,4 26,0 25,0 14,6 29,8
Julio 18,3 46,2 11,2 10,9 6,7 25,0 16,3 34,8
A gosto 22,9 22,1 23,5 39,9 32,3 20,0 18,6 21,6
Set. 27,5 16,7 21,0 62,6 12,9 16,7 15,6 16,0
O ct. 19,3 14,0 14,2 8,3 19,6 19,0 27,8 16,0
Nov. 15,0 12,3 30,3 -3,1 16,1 16,0 15,0 16,7
Oic. 19,7 10,9 12.8 4.4 14,9 17,2 22,5 25,0
.1985
Enero 25,1 20,8 29,8 12,8 18,2 23,5 22,6 20,1
Febrero 20,1 14,0 32,7 14,5 24,1 23,8 19,6 14,5
M arzo 26,5 25,7 30,3 7,8 36,5 19.2 30,3 32,4
F u e n t e : V itelu , G uillermo, C u a r e n ta a ñ o s d e in fla c ió n e n la A r g e n tin a , B u e n o s A ir e s , 1 9 8 6,
Cuadro 8,7. Evolución de algunas variables relevantes (en tasas de variación mensual).
Las primeras medidas del nuevo equipo apuntaron-a recomponer los ingresos
públicos y profundizar la inserción exportadora por m edio de reajustes d.ei tipo d e
cambio y de las tarifas públicas. Se redujeron también los plazos- leqaíes^rara el
ingreso efectivo de los pagos, impositivos y aduaneros, intentando paliar su
depreciación a causa de la inflación. Los incrementos de salarios fueron vinculados"
a una pauta de ajuste del 90 % de lasüba del indice de precios al consum idor del
mes anterior, con una corréccióh trimestral posterior^ En el mercado de la carne se
impulsó un aumento importante, dejando actuar a la oferta y demanda en
condiciones muy particulares (el gobierno anunció que se proponía com prar carne
para tener un stock de intervención en el mercado). Asimismo, se dieron señales que
incentivaron alzas de determinados precios industriales. Estas primeras medidas de]
nuevo equipo económico imponían una modificación de la estructura de precios
relativosque prepara ban la economía para el lanzamientocle un plalñantiinfiacióriário
con características de s h o c h , desechando variantes gradúalistas (s8j.
En junio de 1985, A lfonsin declaró una "economía de guerra", anunciando la j
reducción”d e T T T % del gastópúblico, el congelamiento de vacantes en el sector j
público, un fuerte aumento de las jarifas y los precios de los combustibles y }
Transportes, la paralización de 1as~!ñversiones“ públicas y rá^prTváti¿ación d e ;(-
"empresas estatales. ”
Poco después, por medio de un decreto de necesidad y urgencia, se inició el
denominado "Plan Austral*. Este plan económico "heterodoxo" im plicó un ajuste
fuerte áun mayor que lo solicitado por el EML con el objetivo explícitojde evitar
"ei peligrode una hiperinfiación. Las m edidas implementadas fueron las siguientes:
cámbicTdel sígño monetario, introduciendo el austral, cuya unidad equivalía a
17000 pesos,- congelamiento deprccFosalTZ de junio, de las tarifas publicas Quego
de haberlas reajustado fuertemente) y los salaríosrTedúccVóñ ~de las tasas d e
interés reguladas (de 28 y 50 % para~deposTEos y préstamos al 4 y 6 % .
respectivamente); devaluación d e T Í5 % y córTgelamíenfo postérror dél típó d e
cambió, fijándolo en 0,80'centavos' por dólar, corhpeñsada cóñ üñ iricrerrientóTIe
,y
los impuestos a las exportaciones, e implemehtación de una política jñonetaria y 8 *
fiscal estricta, que comprendía una reducción significativa dél dericftTdéTTTAfc del )
_PB1 en junio al 4 % hacia fin de año. Esa pauta debía ser alcanzada por ¡ñTrecofté j
'erTíós gastos, una mayor recaudación y un /mandamiento por m édio'd'e~nuevos j
créditos externos (89). * J
(88) Camitrot, Auoi.ro, "Estabilidad primero, apertura después, ¿y luego qué?", en De la Balzc.
Feupe (comp.), 0 c o m e rc io e xte rio r a rge n tin o en la década de 1990, Buenos Aires, pág. 419.
t89) La literatura sobre el contenido del plan es extensa. CL, por ejemplo, H eymamm, D.
(1986); C amavese, Alfredo y Di T elia . G uido, "¿Estabilizarla inflación o evitarla hiperinfiación? El
caso del Flan Austral", en B rumo. M.; D i T cua , G .; D ormbusch, Rüdioer y F isciíer, S tamley (comps,),
inflación y estabilización. La e xp e rie n cia de Israel, A rg en tina , Brasil, B olivia y M éxico, México,
1988, J ozami, Eduardo, "Plan Austral. El saldodefindeaño". R ea lid a d E co n ó m ica H 5 67. Buenos
Aires, 1985; Damiu, Mario y Frcmrel, Roberto, R estauración d e m o c rá tic a y p o lític a e co n ó m ic a :
Argentina, 1984, Buenos Aires, 1992; Macmimea, J osé Luis y F amelu, J osé, "El control de la
hiperinfiación: el caso del Plan Austral, 1985-1987", en Brumo, M. et al. (1988).
912 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
La originalidad o heterodoxia del plan en relación con los tradicionales del FMl
consistía en la incor[X)rac¡oñ cÍeTina politica delngresós yé l simultáneo lanzamien
to d é liri nüe vo signo rfion'etánó con ei lin d e actuar sobre la inercia inflacionaria.
Para evitar transferencias de ingresos entre deudores y acreedores por el brusco
carte de la inflación y para eliminar la “inflación esperada* en las diversas cláusulas
de ¡ndexación vigentes en todo tipo de contratos se aplicaronjos coeficientes de
una tabla de "desagío". - " ”
El programa reflejaba la concepción sobre la dinámica de los precios que
exponian sus autores, quienes sostenían que las variaciones de éstos, eran
causadas por la evolución dé los precios f le x (los de aquellos sectores en tos que
los agentes son tomadores de precios, y que tienen marcadas oscilaciones
estacionales, com o las frutas y verduras frescas), el precio doméstico de los bienes
exportables, el salario y las tarifas públicas. En particular, los salarios eran
ajustados por la tasa de inflación del periodo pasado, y el precio interno de los
bienes exportables, por íá devaluación necesaria para compensar dicha inflación.
Pero esos ajustes volvían a alimentar a la inflación, que reconocía, entonces, un
fuerte componente inercial. El conqelamientóde sáiaridsTtárifas publicasy tipo de
cam bio permitía, en principio, quebrar esa inercia, y ia variación posterior dé los
precios sólo podría originarse en cambios éxogéñosde los_bi_enes exportables o
en los ciclos de los precios flex, m uy difíciles de controlar P0). El Plan Austral
apuntaba, precisamente, a detener la fuerte inercia inflacionaria que registraba la &
econom ía argentina.
El conge lamiento de salarios se realizó aplicando otra vezja pauta de un ajuste
de sólo e f9 0 % 'd é l índice inflacioriaríodeí mes anterior (mayo). Las jubilaciones
y las pensiones, en cambio, se ajustaron por el total deja inflación de mayo, y luego
también fueron congeladas. Se pretendía que los ingresos de los asalariados y
pasivos al inicio del nuevo plan fueran similares o levemente inferiores a los del
mes anterior. Para el sector industrial, el congelamiento"de precios se estableció
a partir de ios valores vigentes. Sin embargo, éstos incluían los altos costos
financieros originados por las aitas tasas de interés previas al pían. Al reducirse
I dichas tasas, las empresas incorporaron en sus márgenes de utilidad esa diferen-
: cia, con lo que disminuían los costos, pero no los préaoscTevénta. Por esta razón,
' las empresás récíbléron erilós'hechosrijna transferenda de ingresos importante,
^lo que explica sb apoyó inicial a las nuevas "medidas. ~
El plan tuvo un efecto favorable inmediato, que incluyó un incremento de las
e x p ia c io n e s ;''ü r i aum ento de las liquidaciones de di v í m s _pór parte_de.sus
tenedores, loqu é permitió él crecimiento dé las reservas delj a n eo Central; la suba
de la recaudación impositiva y tarifaria (sobre las queln fluyeron en forma favorable
el efecto Óliyera-Tanzi ante la brusca desaceleración inflacionaria, el incremento9 0
A ños
T ip o de d é fic it
1984 1985 1986 1987 1988 1989
Déficit operativo de! sector público 8,0 4.8 2,4 4,8 5,0 6.2
Déficit cuasifiscal del Banco C entral 2,5 2.8 1,1 0,9 1.4 1.4
Déficit global del sector público 10,5 7,7 3,5 5,7 6,4 7 ,6
Fuente: Ministerio de Economía y BCRA.
( 9 2 ) V ittlli, G . ( 1 9 9 0 ) , págs. 4 5 y 3 9 9 .
CAP. 8 - RETORNO A LA DEMOCRACIA Y NEOUBERAUSMO (1983-1999) 915
'—
Saldo del
Exportacio Importacio balance Servicios Deuda Términos del Tasa líber
Año nes nes financieros externa intercambio nominal
comercial
1980 8.020 10.539 -2.519 -1.531 27.162 117,7 14,0
1981 9.143 9.430 •286 -3.700 35.671 124,6 16,6
1982 7.626 5.337 2.287 •4.719 43.634 105,2 13,5
1983 7.836 4.504 3.331 -5.408 45.069 101,9 93
1984 8.107 4.585 3.523 -5.712 46.903 110,3 11,3
1985 8.396 3.814 4.582 -5.303 49.326 95,1 8,6
1986 6.852 4.724 2.128 -4.416 51.422 80,7 6,9
1987 6.360 5.819 540 •4.485 58.300 69,4 73
1988 9.133 5322 3.810 -5.127 58.500 74,4 8,1
1989 9.579 4.203 5.374 -6.422 63.300 75,7 9,3
Elaboración propia. ¥
Fuentes: INDEC y BCRA.
billetes y monedas en poder de) público descendió con respecto al FBI, m igptias.|as
. mayores tasas estimularon un crecimiento de los depósitos a plazos, con el
consiguiente aumento del agregado Mv com o puede verse en el cuadro siguiente.
M , P riv a d o
M1
Año (B ille te s y m o n e d a s +
(M ] + D e p . a plazo s)
D e p . a la v is ta )
1980 7 .6 2 5 ,0
1981 5 ,9 2 2 ,3
19 82 5 ,3 17 ,4
19 83 4 ,4 14,4
198-1 3 ,9 12,5
19 85 4 ,6 11,7
1986 6 ,6 18,2
1987 5,5 17.0
1988 3 ,6 14,5
19 86 2 .8 13,4
E la b o r a c ió n p r o p ia .
F u e n te : B C R A .
Cuadro 8,12. Activos monetarios en poder de! público (en porcentaje del PBIj.
(94) Cf. HcvTwm, D a.iicl, "Conflicto distributivo y déficit fiscal. Motas sobre la experiencia
argentina, 1970-1987", en Desarrollo Económico, rtc 115,octubre-dlc¡embrede I989,pág. 324
(95) O ssona, J. (1992), pág. 41.
920 H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O LITIC A Y S O C IA L D E LA A R G E N T IN A
(97) Cf. M a ch im e a , Jóse Luis y S o u m e r , J uafi F., El manejo de la deuda externa en condiciones
de crisis de balanza de pagos, mimeo, Buenos Aires, 1990; D a m il l , M ario y F retihel , R o b e r t o .
tiiperinflacicm en Argentina: 1989-1990, mimeo, Buenos Aires, 1990.
922 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
condu jo,al agotamiento de las reservas de divisas del Banco Central a principios de
, 1gaa^EI/ondo Monetario Internacional retiró su apoyoacausa del deterioro d é los"
"y indicadoresjlscales y monetarios y. eñabril, el goblernosuspendió el servicio de la
■~T' l deuda a los bancos comerciales, ingresando el país en una moratoria de hecho j98).
! ” ' ........... ' .....
(9 8 ) MACwntA, J . L. y S omficr, J . (1 9 9 0 ).
CAP. 8 -R E T O R N O A LA DEMOCRACIA Y NEOLIBERALISMO (1983-1999) 923
' J t
, 8,6 ,6 - L a h ip e rin fla c ió n : la e sp ecu lació n fin an ciera, la c risis so cial y el
V golpe d e m e rc a d o
(101) Cf. Fajielu , J. y F remkel. R. (1990); Fernandez, Roque, 'Qué han aprendido los
populistas de fe hiperinflación?", en Dornbusch, R. y E dwards, S. (comps.), Macroecanomia del
populismo en América Latina. México, 1992, H eymann, D aniel, Sharp Disínflation to tlyper,
Twice: the Argentine Experience, 1985-1989, Buenos Aíres, mimeo, 1990.
(102) Cf. Botonan , Mixta y T ussie, D iana, "Argentina y el ocaso del Plan Baker. Las
negociaciones con el Banco Mundial", en Boletín Informativo Techint, Ms 265, Buenos Aires,
1991.
(103) Cf. Damiu, M. y F renkel, R. (1990).
(104) Schvarzer, J. (1998), pág. 1 18.
CAP. 8 -R E T O R N O A LA DEMOCRACIA YNEOLIBERALISMO(1983-1999) 925
T ip o de c am bio T a s a s de interés C o s to de vida P recios industríales Salarios nom inales S alario s reales
F u e n t e : V it e l u , G u il l e r m o . L o s d o s s ig lo s d e la A rg e n tin a . H is to ria e c o n ó m ic a c o m p a r a d a .
B u e n o s A ir e s , 1 9 9 9 .
la riqueza de un país. En ese marco, las dificultades para, trazar una política
económica que lograra revertir la criiís eran poco menos que titá n ica s ry el
gobierno de AiFortsin no logró dar con los lincamientos adecuados para eTió. De allí
queTos principales indicádoresmá'croeconomicos continuaron reflejandócásí sin
interrupción un panorama desalentador. en el que la recesión, la inflació n V í a
inestabilidad fueron moneda corriente.
Ta s a de S a la rio s T ip o d e D es em p le o S u b e m p le o
In fla c ió n
Año c re c im ie n to re a le s - c a m b io (e n % d e (e n % d e
m in o ris ta
d e lP B I in d u s tria le s re a l la P E A ) la P E A )
E la b o r a c ió n p r o p ia .
F u e n t e s : IN D E C y B C R A .
Sin embargo, tam poco puede hablarse deuna economía carente por com plctcT
de rumbo, de un modelo absolutamente sin perfil, de la ausencia de estrategias
■erriprésanáíés o de üñ cuadróqiférifectaba a todos los sectores por igual. La
política~3e M abtimez de Hoz’ ñabfá iniciado una profunda transformación d e las
esfruc turas’ económicas de la Argentina que implicaba el fin d e l'm o d e lo de
sustitución de importaciones; pero ésto nó signíficaBa que algunos sectores no
continuaran’ aya nza n do e n la producción local de bienes que previamente s e '
importaban, aunque la dirección ciel procesó'ya no apuntaba a com pletar lós~
espacios vacíos de la matriz insumo-producto, en ei camino hacia una econom ía
más integrada, ñi estaba orientada fundamentalmente hacía el m ^rcadoTntem o.
El'país parecía encaminarse há’cTa~láéspécíalización en’iin conjunto determ inado
debí enes más reducido que en la posguerra y en una creciente saiida exportadora
de los sectores correspondientes. Al mismo" tiempo, "sé" observó un proceso de
concentración económica de un grupo de empresas, que ganó peso en el mercado,
desarrolló en muchos casos una estrategia dediversificacióh de ia producción y
trabó fuertes vínculos con el Estado com o proveedor, com o 7 u e n tíT de
financíamiento, com ó’receptór de cuantiosos subsidios abiertos o encubiertos y
cómo factor de presión política. ” " ^
En ese sentido, el gobierno radical no produjo modificaciones sustanciales ni
en elTnievo balance de poder entre los diferériies sectores económicos, ni en la
orientación general deí'procésó económico. DéTíéchó; cabe preguntarse sobre jos
grados de HbertacFqué teníá para revertir un procesó qué ya había desequilibrado
928 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
Reembolso
Reembolso Incentivos
Año Reembolsos Drawback Tierra del
patagónico financieros
Fuego
1980 362 0,3 0,5 20,5 76
1981 424 0,8 2,5 77,9 207
1982 303 2,3 3,5 96,5 155
1983 90 2,9 3,5 62,8 81
1984 278 2,1 6,5 212,9 173
1985 63 3,8 3,8 52,9 103
1986 62 5,6 1,8 139,7 46
1987 31S ' 1,6 1,8 104,0 54
Fuente: Makuc, Adrián, “Mecanismos de promoción de exportacio
nes en la década de 1980: análisis del marco legal, su funcionamien
to y evaluación de sus resultados”, en D e l a B a l z e , F elipe (comp.), El
comercio exterior argentino en la década de 1990, Buenos Aires,
1991.
Por último, a nivel oficial se trató de fortalecer los vínculos con los socios
comerciales de la Argentina. En ese sentido, se destacó el Programa de Integración
1
'y Cooperación Económica con el Brasil, firmado en julio de 1986, al que luego nos j
referiremos, que inició el camino de la integración
Se trataba de una iniciativa que buscaba una integración gradual y flexible,
tratando de que los sectores económicos internos pudiesen adaptarse progresiva
mente a las nuevas condiciones, mientras se estimulaba el crecimiento del
corhéFcío~bifáleral, Se adoptaba para" eíld~ ü r r e nfoque sectorial, basado en
acuerdos en diversas ramas de la p ro d u cció n . Tiritando de lograr u n a
corrí plementación en cada una de efiasantesqüe una especialización intersectoriai.
Aufiquelos acuerdos se fueron debilitando en^éliñ'árcó de la'cóvuntura crítica tanto I
déla Argentina com o del Brasil, se iogrifun*aumento efectivo del co m ercio y una \ •
transformación de su composición. Ademas, quedaron sentadas las bases para el <
nuevo ejnfoque que prevalecería a partir de Í990 con la creación del Mercosur (108).l
Las nuevas condiciones acentuaron los cambios en el perfil e x p o rta d o r
iniciados en la segunda mitaU Jeló sliñ o s '707En esem arco, se produjo un rápido
"Crecimiento de las exportaciones del sector primario. Sin embargo, el m ayor
' dinamismo exportador se registró eñH sectóf marfiJfácfmefó. aunque^rsociado en
gran m edida a la producción agropecuaria, cómo vimos en el capítulo anterior.
También crecieron significativamente las colocaciones'del'secfor pesquero y de
pasta de papel. Aun así,“algunas manufacturas de origerí industrial, como los
Iñsumos de uso difundido, aportaron úna cuota importante de participación en el I
comercio exterior, hasta alcanzar m agñífCides'deI orden de I 30 % sobre él total de/
lo5~pfodüctós argentinos comercialízadós'eñ eTextérior.
P ro d u c to s P ro d u c to s P ro d u c to s
Año Pesca
p e c u a rio s a g ríc o la s in d u s tria le s
F u e n t e : B is a n g , R . y K o s a c o f f , B e r n a r d o , 'L a s e x p o r ta c io n e s in d u s tr ia le s e n u n a e c o n o m ía e n
tr a n s fo r m a c ió n : la s s o rp r e s a s d e l c a s o a r g e n tin o ” , e n K o s a c o f f , B e r n a r d o , E l d e s a fío d e la
c o m p e titiv id a d : la in d u stria a r g e n tin a e n tra n s fo rm a c ió n , B u e n o s A ir e s . 1 9 9 3 .
C u a d r o 8 ,1 7 . C o m p o s i c i ó n d e la s m a n u f a c t u r a s d e o r i g e n a g r o p e c u a r i o
( e n m i l l o n e s d e d ó l a r e s ).
C u a d r o 8 ,1 8 . C o m p o s i c i ó n d e la s m a n u f a c t u r a s d e o r i g e n i n d u s t r i a l
( e n m i l l o n e s d e d ó l a r e s ).
932 HISTORIA ECONOMICA POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
F u e n te : F ID E .
s- Si bien los datos globales ocultan las diferendas erija dinámica de las distintas
'empresas y Tos comportamientos de subramas específicas (el sector de alimentos',
bebidas y tabaco, por ejemplo, agrega la producción de gaseosas, vinculada más
al mercado interno, con la de aceites vegetales destinados en gran parte a la
exportación],' se püede apreciar el diferente comportamiento ante cam bios en la
goyüfftür&T'cüpr s ü m a ' dSffv¿~¿n"cam bios m orfológicos que acentuáronlas
características de la estructura de la producción, de la acumulación y del comercio
qué HáBTarTcom enzadoa perfilarse durante la dictadura, mientras se consolidaban
y Santa Cruz. For su parte, el radicalismo ganó en Córdoba, donde, previa reforma
•de la Constitución provincial, fue consagrado por tercer período consecutivo
E duardo A ngeloz. En la Capital Federal, en comicios para diputados, el candidato de
la UCR. F ernando de la Rúa, venció al justicialista C arlos K uckaue. El am plio triunfo del
oficialismo descansaba sobre los éxitos iniciales del Plan de Convertibilidad
lanzado en abril de 1991.
En marzo de 1992, un artefacto explosivo detonó en el edificio de la Em bajada
de Israel en Buenos Aires. El estallido provocó la muerte de 29 personas y m ás de
250 heridos. Una organización chiita pro iraní del Líbano se atribuyó el atentado,
aunque hubo evidencias de que contaba con la colaboración de elementos locales.
Dos años después, en julio de 1994, un nuevo atentado destruyó el edificio de la
Asociación de Mutuales Israelitas Argentinas (AMIA), en el que m urieron 86
personas y se produjeron más de 100 heridos. Una vez más se insistió en la pista
iraní, aunque las investigaciones policiales y judiciales no condujeron at esclare
cimiento de esos trágicos atentados y sólo arrojaron algunas sospechas sobre el
involucramiento, en ambos episodios, de sectores internos.
Durante 1993, el gobierno inició las acciones destinadas a la reforma d e la
Constitución nacional. El tema — instalado a principios del año anterior— com enzó
a ser debatido por el Senado en setiembre. Con la reforma se pretendía acortar el
mandato de los senadores, la elección directa del intendente de la ciudad de
Buenos Aires por parte de sus habitantes y, principalmente, la posibilidad de
reelegir al presidente, aunque abreviando su mandato a cuatro años. La necesidad
de acentuarla concentración de poder en manos del presidente — ejercida a través
de innumerables decretos de necesidad y urgencia— sus ambiciones hegemónicas
y los éxitos en la lucha contra la inflación estimularon al primer mandatario a
buscar su reelección en 1995.
A principios de octubre, se llevaron a cabo nuevas elecciones para renovar
parcialmente la Cámara de Diputados.' El justicialisrrio obtuvo un nuevo triunfo,
reuniendo el 42 % de los votos contra el 30,7 % del radicalismo. En la provincia
de Buenos Aires se impuso por veinte puntos, y la Capital Federal consagró Ja
candidatura de Amonio E rmam G onzález. El liderazgo y el poder político de M enem
parecieron consolidarse, y de inmediato se lanzó la idea de un plebiscito para
legitimar la reforma déla Constitución, asegurando los propósitos reeleccionistas.
En noviembre y diciembre de 1993, se realizan gestiones entre M emem y el
titular del radicalismo, Raúl A lfonsin. El Senado había aprobado )a reforma
constitucional, pero el oficialismo no contaba entre los diputados con la cantidad
de legisladores necesaria (dos terceras partes) requerida por la Constitución para
consagrar la reforma. El radicalismo, como primera oposición, se encontraba ante
la disyuntiva de privilegiar la legalidad y no convalidar la reforma o afrontar los
posibles resultados adversos del plebiscito planteado por el gobierno. En conse
cuencia, A uo n s in . con el aval de algunos gobernadores y dirigentes de la UCR,
acordó con M enem la aceptación de la reforma constitucional, incorporando la
reelección presidencial. For su parte, el presidente aceptó la proposición radical
de crear un Consejo de la Magistratura para elegir los jueces, la autonom ía de la
ciudad de Buenos Aires, !a Figura de un "Jefe de Gabinete", la elección de tres
senadores por provincia, de los cuales uno debía pertenecer a la minoría, y la
936 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
(113) A cuña, C arlos H., 'Política y economía en la Argentina de los 90 (o porqué el futuro
ya no es lo que solía ser)', en A cuña, C arlos H. (comp.), La nueva matriz política argentina,
Buenos Aires. 1995, págs. 347 y 348.
CAP. 8 - RETORNO A LA DEMOCRACIA Y NEQLIBERAUSMO (1983-1999) 937
(114) La nación. La Argentina en el siglo XX, Buenos Aires, 1997, pág. 324.
938 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
(115) Clarín, El gran libro del siglo, Buenos Aires, 1998, págs. 708 y 709, y 712.
CAR 8 -R E T O R N O A LA DEMOCRACIA YNEOUBERAUSMO(1983-1999) 939
"1 >
va 8 . / EL MOVIMIENTO OBRERO
(121) Hovaro, Marcos, 'L o s partidos políticos en los '9 0 . Los desafíos de la competencia,
la sucesión y la alternancia', en Estudios Sociales, M’ 15, Santa Fe, segundo semestre. 1998,
pág. 139.
950 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
(122) Cf. Escuot, C arlos, Realismo periférico, Buenos Aires, 1992, en donde se exponen
los fundamentos de estas ideas.
CAP. 8 - RETORNO A LA DEMOCRACIA Y NEOUBERALISMO (1983-1999) 951
(123) Cf. Rapoport, Mario, 'El factor político en las relaciones internacionales..." (1984),
y Rapoport, Mario, 'Argentina y la Segunda Querrá Mundial...' (1995).
(124) Paradiso, J osé, 'Brasil-Argentina: las complejas vías de la convergencia", en L iados ,
J osé María y Pidheiiío G uimaraes, S amuel (edits.). Perspectivas. Brasil y Argentina. Buenos Aires,
1999, pág. 113.
(125) B ermal Meza, Raúl, América Latina en la economía política mundial. Buenos Aires,
1994, págs. 200 y 201.
(126) B crmal Meza, R. (1994), págs. 203, 253 y sigtes.
952 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
8 ,1 0 ,2 . Las re la c io n e s co n lo s E stad os U n id o s
(130) Busso, A mabcua y Boloqma, A lfredo Brumo, 'La política exterior argentina a partir del
gobierno de Menem: una presentación', en CERIR, La política exterior del gobierno de
Menem. Rosario, 1994, pág. 36.
954 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
(131) Busso. Amaecua, 'Menem y Estados Unidos: un nuevo rumbo en la política exterior
argentina", en CER1R, La política exterior del gobierno de Menem, Rosario, 1994, págs. 93-95.
CAP 8 - RETORNO A LA DEMOCRACIA Y NEOUBERALISMO (1983-1999) 95 5
8 ,1 0 ,3 . Las r e la c io n e s c o n Europa
( 137) Romero. Peoro, "Argentina ante el año de Europa", en CERIR» La política exterior del
gobierno de Menem. Rosario. 1994, págs. 174 y 173.
960 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
De esta manera, los capitales europeos participaron del programa con presencia
destacada en los sectores de telefonía y del transporte aéreo, entre otros. Tam bién,
se canalizaron inversiones del mismo origen hacia la actividad privada en los
sectores industriales, bancariosy de servicios. Entre 1990 y 1998, las inversiones
europeas superaron los 32.000 millones de dólares, destacándose las de origen
español, francés, británico e italiano. . . . . .
Estos logros en las relaciones bilaterales contrastaron con los escasos avances
en el comercio tradicional argentino. Si bien, a principios de 1992, se logró firmar
en Bruselas el Acuerdo de Control Fitosanitario, Veterinarioy de Higiene Alimentaria
para armonizar las normas sobre el comercio de productos de origen animal y
vegetal entre la Argentina y la UE, procurando remover los obstáculos a las
exportaciones alimentarias argentinas, los resultados siguieron siendo magros. La
Política Agrícola Com ún (PAC) aplicada por la Comunidad Económica Europea
desde 1962 para defender su producción agrícola frente a la competencia
internacional, aunque flexibilizada en 1992, no eliminó totalmente los incentivos
estatales a sus productores. Los subsidios y las barreras paraarancelarias continua
ron fonnando parte del arsenal proteccionista que debieron enfrentar las exporta
ciones argentinas hacia Europa.
Sin embargo, la importancia creciente de los países del Cono Sur para el
comercio y las inversiones europeas, en especial de España, Francia, Gran Bretaña,
Alemania e Italia y las distintas políticas de acercamiento de la UE con la región
expresadas en la firma de acuerdos marcos regionales, como en 1995, y de
convenios particulares con los distintos países (entre 1980 y 1997, se firmaron
ocho acuerdos con la Argentina), expresan el interés de Europa Occidental por el
cono sur del continente latinoamericano. Esto quedó ratificado durante la realiza
ción de la Cum bre de Europa-América Latina — en junio de 1999— en donde los
europeos insistieron en la creación de una asociación interregional entre los dos
bloques. Circunstancia que ratifica la tradicional importancia de Europa como
vértice de un triángulo económico y estratégico, cuyos otros dos lados son los
EE.UU. y los países del Mercosur, en particular el Brasil y la Argentina (I3a).
( 138) Vtrmm*. Daisy. 'Le Mercosuret la stratégie européenne pour l'Amérique Latine", en
Cahiers des Amériques Latines, ti1 27, París, 1999.
CAP. 8 - RETORNO A LA DEMOCRACIA Y NEOUBERALISMO (1983-1999) 961
8 ,1 0 ,5 . El conflicto de Malvinas
(144) Boloqma, A ltkedo Bp.lt-.o, 'La incidencia del conflicto de Malvinas en la política
exterior argentina", en CERIR, La política exterior argentina, 1994/1997, Rosario, 1998.
págs. 221 y 222.
966 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
(146) G obbi, tilico. Estado, Identidad y libertad. Casuística de Kosovo a Malvinas, Buenos
Aires, 1999, págs. 282 y 283,
(147) G obbi, H. (1999), págs. 227-241.
(148) G o b b i , H . (1999), págs. 289-291.
(149) Clarín, Anuario 98-99, Buenos Aires, 1999, págs. 26 y 27.
968 HISTORIA ECONOMICA. POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
c
8 , 1 1 , 1 . Los primeros planes econ óm icos
(151 )Cf. G arcía, A lfredo- 'Tres años de gobierno", en Realidad Económica, CP 109, 1992.
\
970 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
(152) Cf. ronjxriA. B eatriz; Fcuxn, Roberto; Lozamo, C laudio; Mwuira , H oracio y Ramírez, L uis,
El Erman V. G arcía, A u íc d o T ., 'Planes Erman: una victoria a lo Pirro", en Realidad Económica.
95. 1990, y C ahitrot, A dolto, 'La macroeconomia de la inestabilidad argentina en los
ochenta'. Boletín Informativo Techint, bg 272, Buenos Aires. 1992.
(155) Rapoport, M. y Buomome, R (1995), pág. 319.
972 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
pc>r no creer en dichas reglas y especulaban con nuevos virajes bruscos. Poroso.
recuDeraiTacoñlianzarequería un récóHéWásfícó'eñla s lunciótiesgubernamen
tales. que impidiera cualquier tipo de contramarchas. Las medidas tomadas
apuntaron,, entonces, a limitar drásticamente las herramientas tradicionales del
Estado para elaborar políticas económicas. En los hechos, éste quedaría impedido
cfeTm plem enrarpbTíri^ y monetarias y su margen para el diseño de
políticas fiscales y sectoriales resultaría seriamente reducido ( l551
).
6
5
dependía de un persistente ingreso de oro o divisas del exterior, va sea a través del
superávit de la balanza comercial o de flujos positivos de capitales. En las
depresiones, la caída de las importaciones y la inflexibilidad de las importaciones
argentinas provocaban déficit comerciales, mientras que los capitales tendían a
fugarse. Bajo esas condiciones, la convertibilidad se tornaba insostenible y debía
ser abandonada, agravando aún más las dificultades de la economía argentina.
Desde el punto de vista teórico, la convertibilidad se enmarca en )a _ ~ s u p p ly
o teoría d eja oferta, nacida en los EE.UÜ. a principios de la
siete e c o n o m ías".
década del '70 y que también había insp iradóelplan de M artínez de H o z . Dicha teoría
postula com o idea central la inutilidad de las devaluaciones de la m oneda, va que
toda devaluación es seguida de un inmediato brote inflacionario que anula s u s '
efectos, lo cual significa plantear que la causa directa de la inflación es la
devaluación-. Á ésa tesis'se i'e ág>egári btfás cinco hipótjsis_agxiJiares,. a saber:
• Los déficit fiscales financiados con endeudamiento no son perjudiciales, ya
que la colocación de títulos públicos indica un mayor ahorro de quienes los
compránTéom p ensando el exceso de gasto público. —
• Los déficit del comercio exterior no implican problema alguno porque, si
existénTsignifica que alguien está dispuesto a financiarlos: el déficit no es
cáüsadoT eñtónces, pbr~uha soDrevaluacion de la moneda, s in o que
representa la contracara del ingreso de capitalesjo que, eri definitiva , sería
algo positivo^
• Dado que la economía funciona ron costos decrecientes, la disminución en
los precios incrementa la cantidad ofrecida, incluso én’el corto plazo.
• Se rechaza todo intento de control de la cantidad de moneda, ya que se
postula que los bancos centrales no puedeñ "controlar ni siquiérala oferta'
m onetaria._Esta última hipótesis se complementa cori él enroqúe monetario
del balance de pagos analizadoénélcápituió anténdr, qué vincúla la oferta
monetaria ál saldo neto de los flujos de capitales. A diferencia~deI
-monetarism g se su pon]e~qlJé~un aurnentolde la oferta monetariajprovocado
por un ingreso de capitales) no crea tensiones inflacionarias, ya que revela
una m a y o r preferencia por liquidez y, además, no se constituye en última
instancia en la causa de la inflación, que es la devaluación,
■ Por último, se reafirma la vigencia de la ley de Say, según la cual la oferta crea
su propia demanda, por lo que no se podría producir una crisis de
sobreproducción, aun con reducciones de los salariosJrs7h
Este enfoquees una versión extremadamente fuerte y rígida del neoliberalismo,
cuyoselem entos constitutivos se pueden reducirá tres principios lundamentales.
El primero es asegurar el libre juego del mercado y la com petencia. El
neoliberaTísmo se'drfér'énciá áquTd'ef liberalismo más'Iradícioñál. debido á Que el
Estado- tiene un rol importante é"n la'construcción y preservación de un marco
competitiva ’157
partir de mediados de los años '70, se vieron especialmente favorecidos por las
■políticas 'nemnéólibeíalés'. Eri ambos casos, lá~ás6dádóñde fuñías nacionales cotí
extranjeras y el avance de estas últimas sobre posiciones ocupadas p o r él capital
nacional fueron visteis con beneplácito. Sin embargo, las dos com entes se diferen
cian en materia de distribución del ingreso, ya que el neoliberalismo.de los '60 trataba
. de contener las posibles transferencias intersectoriales de los ingresos, mientras que
el actual las ha fomentado en extremo. Es que aquéllos no parecían comulgar corf
la ley de Say y creian que grandes transferencias desde e í sector asalariado hacia el
empresario provocarían una caida de la demanda, con una consfQuiertéCTfdsTPara^
la visión actual, en cambio, e se planteo resulta irrelevante. incluso a pesar d e que
las evidencias empíricas han vuelto a contradecir en el último lustroTjTla iey d e S ay.
C u a d r o 8 ,2 0 . P a í s e s c o n s is t e m a s d e c o n v e r t ib il id a d e n 1 9 9 8 ,
( 1 6 2 ) L o r t z M u w iiy , R . ( 1 9 9 4 ) , p á g . 1 2 4 .
(1 6 3 ) Fauelu , J o s é María y Macminea, J o s é L u is , " E l m o v i m i e n t o d e c a p i t a l e s e n la A r g e n t i n a ' ,
e n FR tncM -D AVis. K . y O R irriT H -Jo n ts , S ., Las nuevas comentes financieras hacia América Latina:
fuentes, efectos y políticas, M é x ic o , 1 9 9 5 , p á g . 1 6 2 .
(164) C u e l l o , R. (1998), pág. 136.
980 HISTORIA ECONOMICA, POLÍTICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
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C ua dro 8,24. Fin an za s p ú b lic a s s e c to r p ú b lic o n a c io n a l n o fin a n cie ro -b a se c aja (en m illo n e s de p e s o s c o rrie n tes).
<0
OO
00
984 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DELA ARGENTINA
(166) T rcbcr, S alvador , 'Tendencias y problemas del sector público a fines del siglo XX ',
en 32 Jornadas nacionales e Interamericanas de Finanzas Públicas, tomo I, Córdoba, 1999.
pág. 260.
CAP. 8 - RETORNO A LA DEMOCRACIA YNEOLIBERALISMO (1983-1999) 985
120.000
100.000
80.000
60.000
40.000
20.000
0
1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999
In te re se s/
In g re so s p o r In g re so s
Año Intereses In g re so s
p riva tiza cio n e s co rrie n te s
co rrie n te s
C u a d r o 8 ,2 6 . G a s t o p ú b l i c o p r o v i n c i a l ( e n m il lo n e s d e p e s o s c o r r ie n t e s ) .
T anto los ingresos como las erogaciones provinciales siguieron una curva
ascendente hasta 1994, para estabilizarse luego. Los ingresos volvieron a
incrementarse entre 1995 y 1997, aunque nunca iiegárórTa~e¿iuiiTbrar las c u e n tas.
DeesaTorma, ai igual que en el caso de la administración central, el endeudam iento
crecicTsin solución de continuidad, esterilizando los intentos de ajuste realizados
erTTós gastos sociales y de xecursQSjiuníanos.
Por otra parte, la mejora de los servicios esperada no parece cumplirse yaque
la capaodádcie gestión de las jurísdiócTóries mfe'rióre’s’süele ser baja, y la presión
déTósTactores de poder social local puedeHistorsioñar el destino de los recursos.
De fiecfioTdíran'te todos estos anósTTáTeycJe coparticipación impositiva n o llegó
a sa n cio ñaFsF.d áñ do Tuga r a u n sisTéma de reparto de los fondos recaudados sobren
" la ba'se de tributos nacionales muy poco transparente y eficiente, librado e n parte
a coñdTcIonalidades y a la discrecionaTTdacTcíérPET'T
(167) G arcía Z utíiga, H crmaíi; Satigiopgio, Aucjamoro y V clasco, Pedro, 'Evolución de las finanzas
federales durante la convertibilidad", en 31 Jom adas de Finanzas Públicas, C órdoba, 1998,
págs. 181 y 182.
988 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
En ese sentido, la venta de las empresas públicas adquiría importancia corrio factor
de reordenamiento de los mecanismos de regulación internos ( ,6e).
Curiosamente, en la implementación de las privatizaciones no se balanceaban
de igual forma dos cuestiones importantes, que se relacionaban con las causas
más profundas de las ineficiencias y el déficit. Estas podían deberse a una mala
administración, en cuyo caso, la privatización podía ser un camino, pero existían
otras alternativas, como controlar la corrupción de sus administradores o evitar la
política de beneficiar o subsidiar al sector privado, seguida sistemáticamente
desde por lo menos quince años antes. Recuérdese, por ejemplo, que YPF había
sido sometida a principios de los años '80 a una política de endeudamiento externo
para abastecer de divisas a los grupos privados que se encontraban practicando
una millonaria fuga de dólares al exterior, o que resultaba habitual la firma de
contratos con empresas contratistas fuera de toda lógica m icroeconómica.
Sin embargo, los problemas también podían deberse al prolongado periodo
de declinación de la inversión pública. En este caso, las privatizaciones responde
rían a la necesidad de encarar una profunda renovación del capital físico de las
empresas, que el Estado, casi en bancarrota, no podía realizar: la venta de dichas
empresas encontraba una justificación más atendible. Aunque el deterioro de las
empresas públicas era la consecuencia de ambos factores, sólo el prim ero fue
tomado en cuenta al trazar el programa de privatizaciones, según se desprende de
la escasa relevancia que tuvieron las pautas de inversión tanto en los contratos de
venta o concesión com o en los argumentos esgrimidos en los debates sobre la
cuestión. De allí que, aunque la mayoría de las firmas ahora privadas com enzaron
a obtener tasas de ganancia sustancialmente mayores al promedio de la econom ía,
en muchos casos no se observó una mejora sustancial en la calidad de los bienes
o servicios ofrecidos, com o se reflejó en el prolongado, masivo e inédito corte de
energía eléctrica de principios de 1999.
La ola inicial de privatizaciones se realizó con un ritmo sumamente acelerado,
sin cumplir las recomendaciones habituales para este tipo de procesos ( 1 869). Las
6
primeras ventas fueron ejecutadas por el Ministerio de Obras y Servicios Públicos, a
cargo de Roberto D romi, quien fue el artífice de la estrategia general y de su marco legal.
María J ulia A lsooaray nombrada, a su vez, interventora de EriTEL (la empresa más
importante privabzada en la primera etapa) com o responsable directa de su
enajenación, llevó a cabo su laborsín contemplaríais fuertes criticas tanto del aparato
sindical como de la opinión pública en general. La falta de gradualismo en la
desestatización no permitió la valorización de las empresas saneándolas previamen
te, ni la garantía de un mercado abierto y competitivo a p o s te r ío r i de la privatización,
ni tampoco la reserva por parte del Estado de una parte de las acciones en sus manos
(1 6 8 ) M u s a c c m io , A . (1 9 9 4 ), págs. 3 5 0 y 3 5 1 .
( 1 6 9 ) C f. T h w a i t e 5 R ey , M a b e l , ' L a p o l í t i c a d e p r i v a t iz a c io n e s e n la A r g e n t i n a . C o n s i d e r a
c io n e s a p a r t i r d e l c a s o A e r o lí n e a s A r g e n t i n a s ', e n R e a lid a d E c o n ó m ic a , 116, Buenos
A ir e s , 1 9 9 3 .
990 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
Fecha de F e c h a de
Em presa E m presa
tra n sfe re n cia tra n s fe re n c ia
Corporación Argentina de
M ayo 1994 H idroeléctrica Rio Juram ento N o viem b re 1995
Productores de Carnes (CAP)
Unidades portuarias y elevadores Setiem bre 1992 a C entral Hidroeléctrica A llcurá S.A.
A g o s to 1993
de granos de la JNG mayo 1993 (Hidronor)
EDENOR S.A. (ex SEGBA) A gosto 1992 H idroeléctrica Diam ante S.A. S etie m b re 1994
Transportadoras y
EDESUR S A (ex SEGBA) Agosto 1992 D iciem bre 1992
distribuidoras de gas
Central Puerto S A . Abril 1992 C aja Nacional d e Ahorro y Seguro . A b ril 1994
Central Costanera S .A Mayo 1992 Telecom S.A. (ex ENTEL) N o viem b re 1990
F e b re ro y
TRANSENER S A Julio 1993 ELM A
se tie m b re 1994
F e b re ro y
SOMISA Abril 1992 B uques tanque
se tie m b re 1994
F e b re ro a julio
Aceros Paraná S A O ctubre 1992 Fábricas m ilitares varias
1994
E m p re sa P la zo de la co n c e s ió n F echa de la c o n c e s ió n
C u a d r o 8 ,2 8 . P r in c ip a le s c o n c e s io n e s o t o r g a d a s .
(1 7 3 ) C L A z n x z u . D a m ic l , L a c o n c e n t r a c ió n e n la in d u s t r ia a r g e n t in a a m e d i a d o s d e lo s
a ñ o s 'n o v e n t a , B u e n o s A ir e s , 1 9 9 8 .
CAP. 8 -R E T O R N O A LA DEMOCRACIA Y NEOLIBERALISMO (1983-1999) 993
A ño E x tra n je ro s N a cion a le s No d e te rm in a d o s T o ta l
1990 1.548 933 0 2.481
1991 470 633 1.227 2.330
1992 2.068 1.935 830 4.832
1993 3181 1.270 0 ' 4.451
1994 386 229 0 . 615
1995 1.202 193 0 1.395
1996 228 145 0 374
1997 1.111 249 * 0 1.360
1 9 9 8 (j 247 89 0 336
Total (USS) 10.440 5.676 2.057 18.173
Total <%) 57,4 31,2 11,3 100,0
(•) P r im e r s e m e s tre .
■ F u e n te : S e c r e ta r ía d e In d u s t r ia y C o m e r c io , L a in v e r s ió n e x t r a n je r a e n la A r g e n t in a d e lo s
a ñ o s 9 0 . B u e n o s A ir e s , 1 9 9 8 .__________________________ __________
1 1 ,6 . D e s r e g u la c ió n , a p e r t u r a e s t e r n a y l i b e r a l iz a c i ó n e c o n ó m i c a ,'- - ;
y in te rn a
J
de recursos adicionales para paliar el déficit público o reduciijQs com o elemento
disciplinador de los precios internos, predominó esta última alternativa. El objetivo
de reducir en un lapso de cuatro años el arancel máximo al 20 % y eliminar los
instrumentos paraarancelarios, com o cupos, licencias y prohibiciones de impor
tación, se había alcanzado prácticamente hacia comienzos de 1991.
Ese año, se estableció una estructura arancelaria con tres niveles: 20 % para
bienes de consumo, 10 % para insumos y 0 % para bienes de capital o intermedios
no producidos en el país. Esta estructura fue modificada luego al 22 % , 13 % y
5 % , respectivamente, y complementada con la eliminación casi total de restriccio
nes paraarancelarias y los cupos cuantitativos. La única e x c e p c ió n fu e la conser
vación de trabas a la importación de automotores. Tam bién, se eliminaron las
retenciones a la exportación. Com o efecto de la apertura comercial, se produjo un
descenso de precios de la mayoría de los bienes industriales frente a los de los
servicios y alimentos. La reforma portuaria y aduanera, con un reordenamiento de
los procesos operativos, administrativos e informáticos, también facilitó el inter
cambio. De esta manera, afectando a m enudo las condiciones y conquistas
gremiales del pasado, se logró bajar el costo burocrático del comercio exterior.
Luego de una primera etapa muy restrictiva, simultánea al lanzamiento del
Plan de Convertibilidad, se reintrodujeron algunos estímulos de promoción a las
exportaciones. Se estableció, asimismo, un régimen especial al sector automotor
para el intercambio compensado con el Brasil ( ,7e). rio obstante, com o puede verse
en el siguiente gráfico, en contadas ocasiones los reintegros a las exportaciones
alcanzaron los niveles de años anteriores y, en general, estuvieron supeditados a
la evolución de las cuentas públicas más que a una concepción estratégica.1 8
7
(178) Cf. Bcckzkmaii, Marta; Sirlim. Pablo y SmctE, María Lusa, 'Las nuevas orientaciones de
política industrial y de promoción de exportaciones en Argentina y Brasil. Asimetrías y
posibilidades de coordinación", en CENES, Documento de trabajo n* I, Buenos Aires, 1995.
CAP. 8 - RETORNO A LA DEMOCRACIA Y NEOLIBERALISMO (1983-1999) 997
0,47
1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
Fuente: FIDE.
B a n c o s y e n tid a d e s D ic . 1990 D ic. 1992 D ic. 1994 D ic. 1998 J u lio 1999
fin a n c ie ra s E nL Suc. E nL S uc. Ent S uc. EnL Suc. Ent Suc.
100
80
60
40
20
0*
Dic. 1990 Dic. 1994 Dic. 1996 De. 1998 Jun. 1999
C D 5 m a y o re s b a n c o s □ 10 m a y o re s b a n c o s
■ 2 0 m a y o re s b a n c o s □ R e s to d e l s is te m a
á s e c to r e x te rn o
S
Cuenta
E xporta* Im p o rta B alance S e rv ic io s S e rv ic io s C u e nta V a ria ció n
Año ca p ital y
c lo n e s c io n e s co m e rcia l reales fin a n c ie ro s c o rrie n te d e reservas
financiera
®. “I i°. ®. f'; n. “I ^ ^
t-’ o uí o a o t -' « o" n u> V oo ®
^
S (uD)UN5 m
0 ) C D C 0 U : U J C F ) N C 0 O C 0 N
n o k a io }< -o c o 5 s
i^ C N ir j^ — o j W ^ - QO
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r ^ c J r o r ^ ^ r r j i r f ' 5 j r xir cnr^r-^tr <rr io
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1002 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
V la Unión Europea; en este caso, además del retraso del peso frente al dólar, se
añadió la revaluación de éste en relación con las monedas de dicha región,
reduciendo todavía más la competitividad de los productos argentinos.
' Lo verdaderamente llamativo en materia de comercio exterior fue, con todo,
el notable avance de las importaciones. Ei acelerado crecimiento de las compras
externas se relacionó, en primer lugar, con el levantamiento de numerosas
restricciones, tanto arancelarias com o no arancelarias, utilizadas en el pasado para
protegerá la industria nacional o para tratar de sostener un superávit comercial que
£ generara divisas para el pago de ios intereses de la deuda externa.
i Tam bién jugó un rol m uy importante la evolución del tipo de cambio, que fue
//considerado por numerosos analistas económicos como sobrevaluado en relación
CAP. 8 - RETORNO A LA DEMOCRACIA Y NEOLIBERAUSMO (1983-1999) 1003
T ip o de T ip o de
Año A ño
c a m b io ca m b io
1981 0,984 1990 1.158
1982 1,259 1991 1,007
1983 1,204 1992 0,994
1984 1,137 1993 1,000
1985 1,321 1994 1,006
1986 1,243 1995 0,951
1987 1,297 1996 0,944
1988 1,140 1997 0,951
1989 1,373 1998 0,961
F u e n t e : F ID E .
R u b ro 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
Bienes de capital 17,3 15,1 17,1 20,7 24,4 27,7 23,5 23,5 25.3 27,1
Insum os 50,1 49.3 40,7 31,7 30,0 28,8 35.7 35,2 33,1 31,9
Com bustibles 10,6 10.1 6,7 3,4 2,7 3.1 4,3 3.9 3,2 2,7
Piezas y acc. p/bs. de ca p ital 16,2 16,5 14,7 17,3 16, r 15,7 16,7 17,2 18,2 17,6
Bienes de consum o 5,1 7,9 18,0 21,4 20,9 13,0 18,7 15,0 14,9 15,5
V ehículos 0.2 0,3 2,4 5,3 5,0 6,5 3.8 5,0 5,1 5,2
Otros productos 0,5 0,9 0.4 0,3 0,3 0,2 0,2 0,1 0,1 0,1
E la b o r a c ió n p r o p ia
F u e n t e : S e c r e t a r í a d e P r o g r a m a c ió n E c o n ó m ic a y R e g io n a l.
10.000
8.0C0
6.000
4.000
2.000
0
1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
Fuente: Ministeriode Economía y Obras y Servicios Públicos.
Otros autores, en cambio, valorizan más los fenómenos intemos, especialmente i«j
estabilidad y la reactivación, aunque restan importancia a las modificaciones en ios
regímenes nonnativos específicos para ia radicación de capitales
ti panorama dcscriplo se complica aún más cuando se toma en cuenta ci
comportamiento de las empresas transnacionales, encuadrado en el proceso de
rcprimarización de ia estructura productiva ocurrido en los últimos años. Algunos
autores plantearon que las reformas estimulaban la inversión extema c o m o forma
de aprovechar un conjunto de ventajas comparativas estáticas. Para ello, bastaba
una inversión inicial minima y una reducida reposición periódica del capital
consumido, con el objeto de extraer la riqueza local y enviarla a los principales
centros de consumo. En este marco, las ganancias tenderían a esfumarse del país
por medio de remisiones de utilidades y toda la gama de mecanismos utilizados
habltualmente. De esta forma, el crecimiento del producto ocultaría el funciona
miento de una bomba aspirante-impelente, que enviaría la riqueza producida en
el país hacia el exterior (lí7). La evolución que suponía ese análisis tuvo prontam en
te su corroboración empírica, ya que una porción creciente de las utilidades
comenzó a remitirse hacia el exterior, como puede verse en el siguiente cuadro.
Utilidades y Reinversión/
Año Reínverslón Remesas
dividendos utilidades
1992 1.127 813 314 72,1
1993 1.846 870 976 47.1
1994 2.122 839 1.283 39,5
1995 2.162 609 1.553 28,2
1996 1.922 585 1.337 30,4
1997 2.435 789 1.646 32,4
Fuente: FIDE.
(186) Cf. Cmudnovskv, Daoici.; Lora, AnDRtsy Porta, FeJuwioo, 'Mas allá del flujo d e ca ja ; el
boom de la inversión extranjera directa en la Argentina', en Desarrollo Eco n óm ico, M 1 137,
abril-junio de 1995.
(187) MusACCmo. A. (1996), pág. 54.
110 HISTORIA ECONOMICA.. POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
ciic de egresos lucí?, eí exterior, a !o que debe sumarse, una considerable fuga
: capitales al exterior que, en 1998. representaban un monto cercano a los
i 0 0 ,00 0 millones de dólares. Para Basualdo, el endeudamiento externo no sólo
, edujo una transferencia de recursos a los acreedores externos, sino también
acia grupos económicos y diferentes tipos de capital extranjero, a través de ia
redistribución de! ingreso y de transferencias de recursos provenientes del Estado,
ando lugar, a su vez, a esa salida de capitales ( ,ss).
En síntesis, se puede observar que a lo largo de la década ios indicadores del
sector externo tuvieron un comportamiento parabólico que espeja el comporta-
tiento global de la economía argentina. Partiendo de una situación muy compleja
v delicada a principios del decenio, se verificó una mejoría tan rasante como fugaz,
que dio paso, luego de 1995, a un progresivo deterioro. Los desequilibrios en las
•ucntas externas comenzaron a manifestarse de manera cada vez más obstensible,
sin que se adoptaran medidas correctivas estructurales.
Es que en un sistema sin convertibilidad, si no hay dólares, se devalúa;
itientras que en uno con convertibilidad y apertura irrestricta de ios mercados la
única forma de controlar ei déficit extemo, y el consiguiente déficit fiscal, es
aplicando políticas recesivas en ia espera de un milagroso flujo de capitales que
compense la situación ( IB!>). Como señala un autor, se trata de un 'e x p o r t d e b í
g r o w lh m o d e l” , basado en una economía que crece sólo con el endeudamiento
ex temo, proceso cuya falencia pudo observarse una vez agotadas las privatizaciones,
que significaron una importante venta del patrimonio nacional (,90). La ideología
sum ó, además, la idea de transferir permanentemente recursos del sector público
al privado, lo que provocó a la larga un mayor desequilibrio fiscal, que debió
financiarse con nuevos endeudamientos ( l9!). Como consecuencia de la persisten
cia de este tipo de modelos, la vulnerabilidad extema, con sus efectos adversos,
i ha sido una de las características salientes de la historia económica argentina,
desde fines del siglo XtX.
U
tridentes que otros tipos de. formas de reculación. Bajo este punto de vista, r.i
someter al conjunto de las actividades productivas a la competencia extema, la
fomia de conquistar nuevos mercados y ampliar las exportaciones,-consideradas
com o la llave del crecimiento económico, es el incremento de la competitividad.
Si bien existen diversos caminos para avanzar en esta materia, uno de los
principales medios elegidos por la conducción económica fue la reducción del
costo laboral por medio de la propuesta de una amplia flcxibilización del m ercado
de trabajo
La flcxibilización laboral es una reforma largamente reclamada por algunos
grupos empresarios, cuyos antecedentes también se encuentran en las politicz
implcmentadas por la dictadura militar. Se trata de eliminar, o por lo menos acotaí
las denominadas 'rigideces' del mercado de trabajo, es decir, todas las norm ati-1
vas, los convenios colectivos de trabajo y los usos o costumbres que limitan las
posibilidades enipresarlas de dirigirla fuerza laboral de acuerdo con la convenien
cia del proceso productivo y de la valorización del capital por medio de una
intensificación del trabajo. Esta situación que implica la eliminación de conquistas
laborales, una precarizaclón de las condiciones de trabajo y el sometimiento
creciente de los asalariados al arbitrio de los empresarios, fue facilitada por la
desmovilización social generada a partir de la situación recesiva y la hiperinflación
al final del gobierno de A lfonsin, así com o por el hecho de que una fracción
importante de los dirigentes sindicales pertenecía al partido que asumió el
gobierno en 1989. La crítica coyuntura durante los primeros años del gobierno d e
MEriEH redujo la capacidad de resistencia de los trabajadores a las medidas q u e
afectaban sus derechos laborales. La imposición de condiciones de trabajo m ás
laxas fue progresiva, plasmándose en sucesivas normas que limitaron los incre
mentos salariales y agravaron las condiciones regresivas, lo que permitió, entre ,
otros aspectos, fraccionar vacaciones y aguinaldo, y reducir las indemnizaciones^
tanto porel cese de la relación laboral como en los casos de accidentes de trabajo.
Los salarios reales, que ya habían sufrido una brutal caída durante el proceso
hiperinflacionario de 1989, bajaron un nuevo escalón, a comienzos de 1990, para
mantenerse relativamente en los años siguientes. Sin embargo, a partir de ese
momento sufrieron también una fuerte dispersión, por lo que hubo sectores en los ¿
cuales se produjo una recuperación en función de las condiciones particulares e ti
que se desenvuelven las empresas, y otros, com o, por ejemplo, el sector p ú blico /
donde las remuneraciones cayeron violentamente en términos reales.1 2
9
P a rtic ip a c ió n del
B á s ic o d e c o n v e n io B á s ic o d e c o n v en io Salario Salario
A ño s a la rlo e n el
p e rs o n a l c a lific a d o p e r s o n a l n o calificado d o c en te d o c e n te u n iv ersitario
In g re s o (%)
E la b o r a c ió n p ro p ia .
F u e n t e s : I N D E C , B C f iA , M in is t e r io d e E c o n o m í a y F 1D E .
una relación funcional directa entre el salario y ct desempleo y que la solución para
este problema consiste simplemente en la reducción de las remuneraciones délos
trabajadores (tM).
El descenso de los salarios tampoco ha incidido en forma notoria en el
crecimiento de la competitividad internacional de la economía argentina y en el
incremento de las exportaciones. Es que los salarios representan una fracción
reducida de los costos de las exportaciones, que se concentraron crecientemente
en los últimos años del siglo XX en torno a bienes de baja intensidad de m ano de
obra ( ,a4).
Por otra parte, una propuesta exportadora basada en la contracción del salario
no garantiza una mayor dinámica del crecimiento y puede conducir a resultados
paradójicos. En la Argentina, las exportaciones equivalen a casi el 12 % del PBI.
Eso significa que para arribar a un 1 % de crecimiento del producto, las
exportaciones deben aumentar más del 8 % . De manera que se necesitan elevados
incrementos de las exportaciones para lograr tasas de crecimiento modestas. Si
éstos, además, se concretan a partir de un aumento de la competitividad asociada
a la caída de los salarios, los efectos del incremento del comercio exterior pueden
yerse esterilizados rápidamente. En efecto, una reducción de entre el 1 y el 2 %
de la demanda Interna es suficiente para compensar un aumento de! 8 % en las
ventas extemas. Por eso, una estrategia exportadora que se sustente en la
'contención salarial' camina sobre una comisa m uy peligrosa y encuentra serios
riesgos de fracasar ( 1495).
3
9
8 ,1 2 ,1 . La p oblación
1947 15.894 15 2 13
1960 20.014 17,7 13 2 - 11
1970 23.364 15,4 9 2 7
1980 27.949 17,9 7 3 4
1991 32.615 15,0 5 3 2
Elaboración propia.
Fuente: Censos Nacionales de Población.
(198) IMDEC, A n u a rio E stadístico de la R epública A rg e n tin a , Buenos Aires, 1999, págs.
74-81.
1016 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DELA ARGENTINA CAP. 8 -R E TO R N O A LA DEMOCRACIA YNEOLI3ERAL1SMO¡1983-1333) TJU
8 ,1 2 ,2 . C o n d ic io n e s d e vida y c r isis social . 10 °.u más rico de la población se ¡levaba el 2 0 ,2 % de ios inyiesos, en i y y ü su
participación se habia incrementado en nueve puntos rnás t300).
Dursníe el periodo que analizamos, e¡ deterioro de las condiciones de vida. •
En su P a n o ra m a s o d a ! la tin o a m e r ic a n o 1 9 9 8 , la Comisión Económica para
iniciado a mediados de los años'7 0 , se profundizó. La distribución del ingreso
América Latina (CEPAL) indicaba que, aunque entre 199 0y 1997 el ingreso per cápita
en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires mostró una clara tendencia '
se incrementó en un 37 %,-la distribución del mismo empeoró al aumentarse la
regresiva. Hacia 1999, el 30 % más pobre de la población redujo en casi un :
concentración del ingreso en un 1 % . En consecuencia, para 1998 el 1 0 % más rico
38 7o su participación en el ingreso con respecto a 1974, mientras que el 10 7o
de la pirámide social recibía el 35,8 % del Ingreso nacional; el 30 7o siguiente, el
más rico lo acrecentó en un 28 % . Esta involución se debió a la desigualdad de .
22,2 % ; el 20 % posterior, el 27.1 7o, y el 40 % más pobre, el 14,9 7odel ingreso nacional.
la distribución de las remuneraciones de los perceptores y al efecto del i
desempleo. Durante los años '80, la inestabilidad macrocconómica, el estanca- ■ La acentuación del carácter regresivo de la distribución del ingreso durante la
miento productivo y la débil demanda de trabajo formal contribuyeron ai i década del.'90 fue ratificada por el IPiDEC. Los datos para octubre de 1999
deterioro distributivo previo. Porotraparte.se registró un lento pero persistente ¿ indicaban que en la Capital Federal y en el Gran Buenos Aires, el 10 % más rico de
incremento de la tasa de desempleo y el estancamiento de la tasa de actividad, ’ la población ganaba 24 veces el ingreso percibido por el 10 7o más pobre. Esa
acompañados de aumentos en las diferencias entre las tasas de empleo de ■ brecha era mayor que la existente en 1989 cuando ia hiperinflación pulverizaba
hogares ubicados en los estratos extremos dé Ja distribución ( * 1992
0
4 ).
3
1
0 los ingresos, en especial los de la población de menores recursos. Por otra parte,
el 10 7o más pobre vio reducida su participación en el ingreso de 1,8 % en 1989
a un 1,5 % en octubre de 1999. Si se considera la franja siguiente, el 20 7o más
Porcentaje de Ingreso 1974 1980 1985 . 1990 1995 1999 pobre redujo su participación del 4,7 al 4,3 % (301). ' ■
30 % máspetre - 11.1 10,5 9,9 9,6 . 8.3 8,2
19,4 • El avance de la inequidad en la distribución del ingreso en la Argentina no es
30 % mediobajo 22.4 192 19,1 18,5 18,6
30 % medioalto 38,3 372 37,4 36,0 35,9 37,0 un fenómeno sólo absoluto, sino que se pone de manifiesto también en una
10% más rico 28,2 33,1 33,3 35,3 37,3 36,2 comparación internacional. Analizando el coeficiente de Gini, que mide el grado
TOTAL 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 de concentración de la distribución del ingreso. Cuello muestra que a lo largo del
Fuente: INDEC, Anuario Banco Mundial. último cuarto de siglo (y especialmente desde 1990) la Argentinase ha ido alejando
de los parámetros de los países europeos, para situarse hacia 1996 en una
C ua d ro 8,39. E volu ció n de la d is trib u c ió n de ingresos. posición similar a países altamente inequitativos com o México, Brasil, Venezuela,
Chite e, incluso, Tailandia (J93).
Para una correcta apreciación de la evolución de la calidad de vida de la A partir de 1991, el desempleo se constituyó en el factor determinante de la
población, debe tenerse en cuenta el desenvolvimiento de cuatro indicadores elevación de la desigualdad de los ingresos familiares. Asimismo, la caída de los
clave. En prim er lugar, la distribución del ingreso, cuya desigualdad estuvo lejos salarios de aquellos perceptores que permanecieron ocupados también contribuyó
de atenuarse durante la década del '90. En 1998, el 10 % más pobre de la s acentuar dicha desigualdad. Ambos factores se dieron en un marco de precios
población había retrocedido casi un punto en su percepción de ingresos totales estables y de crecimiento económico, contradiciendo los supuestos de la "teoría del
con respecto a 1990, lo que representó una disminución relativa de casi el derrame" que afirma que el crecimiento es la condición para una mejor distribución
40 % . C om o el conjunto del denominado "estrato bajo' retrocedió en algo más de la riqueza. Al respecto. Rimen Lo V uolo ha señalado que si durante el periodo 1991
del 13 % queda en evidencia que el mayor retroceso se verificó en el segmento 1997 no se hubiera modificado la estructura de la distribución del ingreso, el
más pobre. En el m ism o periodo, los segmentos de ingreso medio experimen crecimiento hubiera permitido reducir en un 2 71^la proporción de la población en
taron un descenso del 3 % . En contraste con los sectores bajos, medios bajos situación de pobreza. Lo que ocurrió fue todo lo contrario: los dos quintos inferiores
y m edios, los sectores de mayores ingresos incrementaron su participación en de la sociedad perdieron drásticamente su participación en el ingreso (30J).
más del 2 % . En consecuencia, mientras que, a mediados de los años '70 el
(200) Cf. RornA.1, A leja,-iDRO, "La distribución del Ingreso en la década de los '90 y sus
implicancias económicas y sociales", en E nolkos, N9 15, Buenos Aires, agosto de 1999.
(201) Bexmudez, Ismael, 'Menem dejó el peor reparto de la riqueza", en Clarín, 6 de marzo
(199) Cf. Beccaaia, Luis, "Un análisis de la estructura distributiva del nuevo régimen de 2000, pág. 18..
económico", en E no lkos. M* 15, Buenos Aires, agosto de 1999;B eamudez, Ismael, 'Distribución (202) Ctxuo, Raúl. Política eco nó m ica y e xc lu s ió n s o c ia l, Buenos Aires, 1998, pág. 180.
del Ingreso: las pruebas del retroceso", en Clarín. 13 de noviembre de 1998; Beamudez, Ismael,
(203) Citado por Bermudez, Ismael y V iolieca, O loa, "El país de la necesidad. La estampida
"Menem dejó el peor reparto de la riqueza", en Clarín, 6 de marzo de 2000.
de la pobreza". Clarín, s u p lem e nto Zona, 13 de junio de 1999.
1018 -HISTORIA ECONOMICA. POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
La línea de pobreza (LP) — que representa el valor monetario del costo de una
canasta de bienes y servicios básicos de costo mínimo— es otro indicador del nivel
de calidad de vida de la población. Al finalizar el gobierno militar, el 18 % de la
población de la Capital y el Oran Buenos Aires se encontraba por debajo de dicha
linea. Entre 1984 y 1986, la incidencia de la pobreza se redujo al 15,7 % . pero el
brote hipcrinflacionario provocó un fuerte aumento que determinó que el 47,4 %
de la población se ubicara por debajo de la LP en 1989. A partir de 1990, comenzó
a revertirse la tendencia alcista, ubicándose en 16,9 % en 1993. Desde entonces
la curva retom ó su tendencia ascendente tlcgando al 28 % en 1996, para situarse
en el 26 % en 1998 (3W). Datos oficiales provenientes de la Secretaría de Desarrollo
Social informaban que, en agosto de 1999, en la Capital y el Gran Buenos Aires,
había 3 ,3 millones de personas que vivían debajo de ja LP (menos de 145 pesos
mensuales), de las cuales más de 900.000 eran indigentes (menos de 70 pesos
mensuales). De esto se desprendía que el 28 % de la población de dicha área era
pobre; por otra parte, en el llamado 'segundo cordón bonaerense' (Florencio
Várela, Moreno, La Matanza, General Sarmiento y Merlo), la pobreza abarcaba a
más del 4 0 % de la población.
Asimismo, la pobreza asediaba a otros ¡sectores ubicados cerca del límite de la
' LP. En octubre de 1998 se estimaba que los Ingresos del 60 % de los hogares de la
Capital y el Gran Buenos Aires era inferior a los 1.000 pesos mensuales y no
alcanzaba a cubrir los costos de una canasta familiar más ampliada (la canasta de
alimentos mínima estaba valuada en 480 pesos para una familia de cuatro personas).
Muchos de estos hogares pertenecían a la categoría de 'nuevos pobres', englobante
de sectores de la clase media y de la clase obrera calificada (301).
A nivel nacional, el informe de la CEPAL para 1998, arriba citado, registraba
un panorama similar. En números absolutos, el pais registraba 10,5 millones de
pobres de los cuales 8 millones tenían ingresos inferiores a 148 dólares mensuales
y 2,5 millones se encontraban en la indigencia con ingresos inferiores a 74 dólares
mensuales. Por otra parte, la proporción de hogares pobres en el conjunto de las
zonas urbanas del país se situaba alrededor de dos puntos por encima de la del
Gran Buenos Aires.
La pobreza y la indigencia afectaban fundamentalmente a los niños. Según el
citado informe déla Secretaría de Desarrollo Social, el 45,3 °/« de los chicos del pais
menores de 5 años vivía en hogares pobres; en la misma situación se encontraba
el 3 9 ,4 % de los menores entre 6 y 14 años. Por lo tanto, sobre un poco más de
10 millones de menores de 14 años, había 4,5 millones que vivían en hogares
pobres e incluían a casi 1,4 millones de indigentes. Tam poco los adultos mayores
de 60 años quedaron al margen de los efectos de la pobreza: el 20,3 % estaba por 2 5
4
0
(204) T orrado, Susana. "La pobreza, según se mide', en Clarín, 10 de junio de 1999.
(205) Cf. BtRntoez, 1. y VioutCA, O. (1999).
CAP. 8 - RETORNO A LA DEMOCRACIA Y NEOLI3ERALISMO (1983-1999) 1019
.
A nos
i
T-* * plazo por tiempo determinado, falta de'aportes a la seguridad social y no
percepción de componentes típicos de las remuneraciones (vacaciones, aguinal
10;-2- 6.1 dos, asignaciones familiares, adicionales de. convenio) A lo lamo de la década
1559 7.1
del ‘SO el empleo en negro, en la Capital y el Oran Buenos Aires, superó el 3 0 % .
1990 6,3
1991 6,3
llegando casi al 38 °-b en octubre de 1999, estimándose qüe habia más d e 3,5
1992 ».0 millones de asalariados no registrados con ingresos estimados en un 4 5 %
1993 9.3 menores a los de los trabajadores registrados. Por otra parte, estas modalidades
1994 12.1 de empleo significaron la disminución de los beneficios sociales para los que
1995 15.6 trabajan. Si a los trabajadores en negro y a los contt atados temporalmente se
1996 17.4 agregaban los que participaban de planes transitorios nacionales y provinciales de
1997 13.7
empleo — como Trabajar, Nanos Bonaerenses y Servicios Comunitarios— se tenia
1993 12.4
a varios miHones de personas sin obra social y sin posibilidad de acceso a una
1999 13.8
futura jubilación. : •
Fuente: INDEC.
Finalmente, el ingreso real es un indicador socioeconómico que mide el poder
C uadro B,41. Tasas de desem pleo en adquisitivo de vastos sectores de la población. Desde mediados de los años '70
lo s conglo m erad os urbanos se produjo una persistente reducción de los Ingresos reales con dos característi
(onda octubre). cas: por un lado, la calda de los correspor dientes a las familias más pobres, que
resultó muy aguda,- por otro, se modificó la tendencia creciente de los Ingresos
Entre ! 989 y 1999, el desempleo y la desocupación fueron casi una constante, medios perceptible desde principios de tos años '70. Luego de la abrupta caída de
tanto en los años de crecimiento como en los de retroceso. Aunque la economía los Ingresos reales producida entre 1981 y 1982, comenzó una recuj ¿ración que
creció un 50 % . sobre todo en el primer quinquenio de la década del '90, y la alcanzó su tope entre 1984 y 1985. A partir de entonces se produjo un nuevo
población activa, un 30 % , el número de desocupados se incrementó en un 146 % , descenso que culminó en la fuerte erosión producida por la hiperinfiación en
llegando a picos — en mayo de 1995— donde más de 2 millones de personas se 1989. Si bien en los '90 las remuneraciones se recuperaron con respecto a los
encontraban sin empleo. niveles de aquel año, siguieron siendo inferiores a las ya deterioradas de la
segunda mitad de los '80. En lineas generales, los sectores menos calificados que
Varios son los factores explicativos que dan cuenta de este . .iiómeno. En
lograron retener su empleo fueron los que más perdieron en términos de ingresos
primer término, los despidos producidos en el sector público, como consecuencia
y de poder adquisitivo. Por otra parte, la desocupación y los episodios recesivos
de la privatización de las empresas estatales. En segundo lugar, la reducción de los
de 1995 y 1998 contribuyeron negativamente a la evolución de los Ingresos (3oe).
planteles de las administraciones provinciales, como resultado de los ajustes
presupuestarios. Luego, el cierre de numerosas empresas privadas con uso El corolario más relevante del análisis precedente es la Inscripción de la
intensivo de m ano de obra — p. ej„ textiles y confecciones— debido a las nuevas pobreza en una trayectoria ascendente. Desde mediados de la década del ‘70 y
reglas de la política económica. Finalmente, la reducción de su nómina por parte durante la del '80 la pobreza se daba en el marco de una economía estancada y
de las grandes empresas que debieron bajar sus costos para afrontar la competen de brotes inflacionarios que licuaban los ingresos de los asalariados. A partir de los
cia externa. Se ha estimado que, a lo largo de la década del '90, fueron eliminados años '90, de acúerdo con la CEPAL, en la Argentina 'se combinan un marcado
unos 600.000 puestos de trabajo ( 206). crecimiento del ingreso por habitante, una fuerte caída déla inflación en los Inicios
del decenio, un elevado desempleo y un aumento de la pobreza'. En suma, la caída
Otros cambios producidos dentro de la población económicamente activa
salarial, la regresiva distribución de los ingresos, la precarización y el desempleo
ocupada también explican el deterioro social. El trabajo en negro y el empleo
marginal com o formas precarias de empleo son modalidades que se difundieron
dentro del mercado laboral y contribuyeron a deteriorarlos salarios reales y a una
distribución regresiva de los ingresos. Entre las características de estas modalida
des de empleo se destacan la inexistencia de contrato laboral o contratos de corto
(207) Beccaria. U.t5; Carro, J orge y O rsatti, Alvaro, 'Argentina: informalidad laboral en el
nuevo modelo económico', en Carro, J orge; Kuj .i , Emilio y Novacovsky, Ireme (comps.),
In fo rm a lid a d /e x c lu s ió n social, Buenos Aires, 1999, pág. 142.
(206) Cf. Limdemboim, J avier, 'El desafio del empleo a finales del siglo XX', LinDEnooiri. J avier (208) Beccahu, Luis, 'Un análisis de la estructura distributiva del nuevo régimen
(comp.). C ua de rn os d e l CEDER h* 2, Universidad de Buenos Aires, 1999. económico', en E nolkos, ti3 15, Buenos Aires, agosto de 1999, pág. 128.
10 2 2 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DELA ARGENTINA
(209) T orrado, Susaíia, 'Vivir apurado para morirsejoven (reflexiones sobre la transferen
cia intergeneracional de la pobreza)', en O tero, Mermam y Velazquez, G uillermo (comps.).
P ob la cio ne s a rge n tin as. E s tu d io s d e d em ografía diferencial, Tandil, 1997.
CAP, 8 - RETORNO A LA DEMOCRACIA Y NEOUBEPALISMO (1983-1999) 1023
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1026 HISTORIA ECONOMICA POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
( 2 1 2 ) C f. S e c r e t a r í a d e I n d u s t r ia , C o m e r c io y M in e r ía , R e p o r te in d u s t r ia l 19 9 8 . n o v ie m b r e
d e 1 9 9 8 ; A c ta tia , Dahicl y L o r a M ortht , fb e a ru jo , A m b i t o F in a n c ie r o , 6 d e n o v ie m b r e d e 1 9 9 8 .
CAP. 8 - RETORNO A LA DEMOCRACIA Y NEOUBERAUSMO (1983-1999) 1027
C re cim ie n to
S ector
1994-1998/1984-1988
Autos 180
Neumáticos 77
Agroquímicos 75
Hierro y acero 34
Bebidas 28
Heladeras, aire acond. y lavarropas 22
Nivel general 19
Aluminio 17
Alimentos 15
Cemento 15
Insumos plásticos y caucho 13
Papel y celulosa 10
Petróleo procesado 9
Petroquimicos 1
Cigarrillos 0
Insumos textiles -10
Tractores •13
Cocinas, calefones y termotanques •15
Químicos m inerales -24
Insumos y bienes de capital -77
F u e n t e : S c h v a r z e r , J o r g e , 'ln d ic a d o r e » ir r d u s t r ia le s y
d ia g n ó s tic o s d e c o y u n tu ra e n la A r g e n tin a . P r e c a u c io -
n e s d e u s o y e le m e n to s p a r a u n b a la n c e a c tu a liz a d o " ,
D o c u m e n to d e tr a b a jo d e l C E E E D , N “ 3 , d ic ie m b r e d e
1 9 9 9 , s o b re d a t o s d e F IE L .
8 ,1 3 ,1 . La actividad agropecuaria
En los últimos años ia producción agrícola global creció debido a una serie de
transformaciones ocurridas en varios cultivos, que se tradujeron en un aumento
de los rendimientos y de la superficie dedicada a la agricultura. En general, los
cultivos cuyas producciones crecieron más fueron aquellos destinados principal
mente a la exportación y en los cuales se introdujeron innovaciones tecnológicas
y cambios en las formas de producción.
(•) D a to s p ro v is o rio s .
F u e n te : S e c re ta ria d e P ro g r a m a c ió n E c o n ó m ic a y R e g io n a l.
C uadro 8,45. P ro du cció n de c u ltiv o s se le ccio na do s (en m ile s de ton ela da s).
1030 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
Las oleaginosas y los cereales fueron los cultivos más importantes por el valor de
su producción y por su participación en las exportaciones. Entre ellos se destaca la
producción de soja y, en general, la de oleaginosas vinculadas a la industria de aceites
vegetales. El complejo agroiridustrial oleaginoso argentino tenia hacia fines del siglo
XX una posición de preeminencia en los mercados mundiales como primer exportador
mundial de aceites vegetales de grano y harinas proteicas. Ello fue posible tanto por
la desregulación com o por las mejoras en las obras de infraestructura básica para la
comercialización extema, que representaron una indudable disminución del costo
argentino de exportación. Esto favoreció la expansión de la molienda de oleaginosas
destinadasal mercado externo, que pasó de 11 millones de toneladas en 1990 a algo
más de 21 millones en 1998. Las exportaciones totales de productos oleaginosos,
entre aceites, harinas proteicas y granos, representaba, al final del siglo, el 20 % de
las exportaciones argentinas y era el porcentaje más alto del sector agropecuario. En
el caso de la soja, en los que el 9 0 % de la producción se destinaba a la exportación,
se reflejaba con claridad la estructura predominantemente agroexportadora del
sector agricola nacional. Otros cultivos en expansión, vinculados de manera mayo-
ritaria a los mercados externos, fueron las legumbres, el arroz y los citricos.
Un importante conjunto de cultivos, principalmente los de tipo industrial y
orientados al m ercado Interno, no creció en la misma medida que los cultivos
antes m encionados. Si bien en ellos se introdujeron transformaciones producti
vas e innovaciones tecnológicas, su producción fue decayendo por ia disminu
ción de la dem anda del mercado interno y por la competencia de productos
similares importados.
La distribución de la producción agropecuaria y los usos del suelo en el
territorio argentino mostraron, históricamente, una especialización regional. En
los últimos años, se produjeron algunos cambios productivos y una redistribución
de los usos de la tierra en las diferentes regiones.
Los principales cereales — trigo, maíz, sorgo y avena— junto a las oleaginosas
— com o soja, girasol, lino y maní— se encontraban concentrados en la región
pampeana. El trigo, el maíz, el sorgo, la soja y el girasol aumentaron de manera
significativa sus rendimientos y la superficie sembrada, lo que provocó la
disminución del área sembrada con otros cultivos. A esta expansión se la ha
llamado 'agriculturización". La expansión relativamente reciente del cultivo de la
soja ha sido el cambio más importante en los usos agrícolas de la región. Su cultivo
se ha concentrado en el norte pampeano, tradicionalmente maicero, y ha
provocado el corrimiento del cultivo de maíz hacia otras áreas. Por otra parte, estos
cultivos pampeanos en expansión también comenzaron a ocupar tierras en el
noroeste y el nordeste del país: la soja, principalmente en Salta y Tucumán. y el
girasol, el sorgo $ el maíz, en el Chaco.
El crecimiento de la agricultura en la región pampeana se realizó a expensas
de la ganadería, que se fue localizando en otras áreas de menor aptitud agricola.
com o el sur de la provincia de San Luis. Otro proceso particular fue el de la
expansión de la frontera agricola en el noroeste y el nordeste del país. En estas
regiones se sustituyó la cría de ganado de baja calidad (razas índicas) y ia
sobreexplotación de ios bosques por cultivos pampeanos, porotos, en especial en
Salta, y arroz, y por forestación, principalmente en Corrientes y Entre Ríos.
CAP. 8 ~ RETORNO A LA DEMOCRACIA Y NEOLIBERALISMO (1983-1999) 1031
--------------------- ^
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O vinos
A no V acunos P orcinos A ve s Lana
(c a b e za s )
(•) D a t o s p r o v is o r io s .
F u e n t e ; S e c r e t a r í a d e P r o g r a m a c ió n E c o n ó m ic a y R e g io n a l.
c irregular demanda de los países del Mcrcosur. A ello se sumaron la fuerte coida
de los precios internacionales y el aumento de la competitivicJao ae los países
productores de Occanin.
Un aspecto favorable para la ganadería vacuna lo constituyó la eliminación de
la fiebre aftosa en 1997. Dicha enfermedad fue, a lo largo del siglo, un niolivo
esgrimido por parte de mercados potenciales (especialmente los EE.U U .) para
impedir el ingreso de carnes argentinas. Esto deberia impulsar el crecimiento de
las exportaciones cárnicas; sin embargo, muchas veces la aftosa sólo representó
una excusa de los importadores para establecer políticas proteccionistas frente a
la oferta argentina, motivo por el cual pueden esperarse restricciones con otros
argumentos.
Al Igua! que en el sector industrial, las corporaciones de productores y,
particularmente aquellas que nuclean a los pequeños y medianos, plantearon
criticas a la politica económica vigente a lo largo de la década. El énfasis estuvo
puesto en el retraso del tipo de cambio, que afectó la rentabilidad de la actividad;
las elevadas tasas de interés, que generaron un peso financiero de consideración,
y los precios de algunos insumos, como el gasoil, que deterioraron la estructura
de costos
Lo cierto es que la estrategia global oficial provocó un impacto diferente sobre
las diversas actividades, motorizando un importante cambio estructural sobre el
conjunto de los sectores productivos y dejando como secuelas graves problemas
como la desocupación o la profundización de una distribución inequitativa del
ingreso, pero también la desaparición de numerosas actividades que incrementan
la vulnerabilidad económica del país frente a condiciones internacionales adver
sas, como se puso de manifiesto con las sucesivas crisis que se encadenaron sin
solución de continuidad desde 1997.
Un aspecto particularmente significativo fue el avance del proceso de concen
tración en la tenencia de la tierra, jun to con el ingreso de grandes inversores del
exterior, así como de algunos locales que, hasta tiempos recientes, no participa
ban de la actividad. Entre los primeros, se encontraban com o principales terrate
nientes la empresa textil italiana Benettcn y la firma Crcsud, perteneciente al
financista húngaro G eorqe S oros. Com o ejemplo de los segundos, puede citarse a
E duardo EuRntwAn y A lberto G uil, provenientes de los sectores de medios de
comunicación y alimentación respectivamente, rio obstante, de las treinta y cinco
principales familias tradicionales de principios de siglo, treinta confinaban siendo
grandes terratenientes. Ambos fenómenos son compatibles por la desaparición de
numerosos pequeños productores que vendieron sus propiedades, ante el ahogo
financiero provocado por el elevado grado de endeudamiento (,l7).2 7
6
1
(216) Cf. por ejemplo, COMI MAGRO, in d ic a d o re s a gro p ecua rio s, enero-febrero de 2000.
(217) Cf. P ágina/12 . 10/3/2000,
1034 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
Estratos
1958 1988
(ha/prop.)
2.500-4.999 43.3 31.4
5 000-7.499 19,3 16.4
7.500-9.999 11,9 9,0
10.000-19.999 16,0 16,3
20.000 o más 9,4 26,9
Fuente: Basualdo, Eduardo, "La concentración
de la propiedad rural en la provincia de Buenos
Aires", en Notcheff, Hugo (ed.), La economía
argentina a fin de siglo: fragmentación presen
te y desarrollo ausente, Buenos Aires, 1998.
Com o resultado de este proceso, los cuatro principales terratenientes (los dos
grupos extranjeros ya mencionados, más Bunge y Bom y A malia L acroze de Fortabat)
sumaban una extensión de dos millones de hectáreas, superficie equivalente a la
de Bélgica, mientras el 1,5 % de los propietarios acaparaban el 55 % del territo
rio (” °).
«2
0
*
6
1
(216) Cf. T cubal, M iguzl . "fiambre y crisis agraria en el granero del m u n d o '. Realidad
E con óm ica , O’ 121, enero-febrero de 1994.
(219) Cf. B asualdo , E duardo , "La concentración de la propiedad ruraJ en la provincia de
Buenos Aires', en floTotcrr, tluoo (ed.). La e co no m ía argentina a fin de siglo-, fra gm e nta ció n
p re s e n te y d e s a rro llo a u s e n te , Buenos Aires, 1998.
(220) Cf. P á g in a /12, 10/3/2000.
CAP. 8 - RETORNO A LA DEMOCRACIA Y NEOLIBERAUSMO (1983-1999) 1035
Desde un punto >1f vista dci largo plazo, muchas regiones se vieron seriamente
afectadas por los procesos de racionalización previos o posteriores a ia privatiza
ción de empresas públicas. Les programas de retiros voluntarios pemriiierpn un
breve auge por el flujo de dinero derivado de las indemnizaciones de esos
programas ó de ios despidos, pero luego se puso de manifiesto la secuela de
desocupación y la falta de proyectos colectivos que canalizaran esos fondos en
proyectos de inversión sustentablcs (5I-'j.
En consecuencia, c¡ panorama regional ofrece hoy una profunda
heterogeneidad, que depende de la trayectoria histórica de cada zona y del
impacto especifico de la reestructuración. La política de apertura, como vimos,
provocó una marcada transformación de la morfología de la producción, en laque
muchas actividades se contrajeron, mientras que aquellas que gozaban de
ventajas comparativas lograron cierta expansión.
Sin embargo, la reestructuración y la modernización productiva produjeron
una creciente heterogeneización también hada el interior de cada región. Un autor
que analiza la evolución de los circuitos del petróleo, del carbón y del azúcar da
cuenta de un significativo proceso de concentración económica que margina a
buena parte de los trabajadores y de los pequeños productores en el seno de
actividades con importantes tasas de crecimiento, como en el caso de la
producción de peras y manzanas en el Alto Valle de Rio Negro, en el que se advierte
el avance implacable de una firma multinacional que desplazó a las producciones
familiares. La reestructuración viñatera de Cuyo, por su parte, se agilizó con
programas de diferimiento impositivo que beneficiaron a los grandes grupos
económicos y excluyeron a los productores minifundistas. También se produjo un
notable avance en la tecnificación de algunas actividades, como en el citado
ejemplo del Alto Valle, o en la producción del algodón, que redujo notablemente
el nivel de empleo (3M).
El notorio desbalance entre las diversas regiones puede verse por medio de
distintos indicadores. Al no encontrarse disponibles datos más actualizados sobre
Ja evolución real de los indicadores económicos regionales, hemos tomado las
cifras correspondientes a 1994, que, aunque inhiben análisis de tendencias,
posibilitan, al menos, algunas apreciaciones de carácter estático25
*
3
(223) Cf., por ejemplo, Ronwi, Aiuxuoro y Pci'ialb.v Svsxkx. "La privatización de SOM15A
y su impacto en ia producción y el empleo en San Nicolás*, en C iclos en la h istoria. Ja
e co no m ía y la so c ie d a d , rt’ 5, primer semestre de 1995.
1224) Romv), A lu v id r o , Las e co nom ías re gio na le s a Unes d e l sig lo XX, Buenos Aires,
1999, págs. 226 y 227.
(225) Los datos existentes corresponden a extrapolaciones del FBI total ponderado por '
la participación de cada provincia en 1.993.
\
GAP. 8 -R E T O R N O .4 LA DEMOCRACIA YNEOUSERAUtSMO(1983-1993) 1037
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84.605
2.897.225
277.400
444.468
936.496
435.615
550342
1.060.039
1.498.799
1.201.096
389.195
545.375
241.150
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547.340
34.318.469
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1038 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
F u e n t e : S e c r e t a r í a d e P r o g r a m a c ió n E c o n ó m ic a y R e g io n a l.
P E R IO D 0 1876-1916
(g o b ie rn o s co n s e rva d o re s)
D e la Plaza, V ic t o r in o 31/08/1876-07/05/1880
C o r t in e z , S a n t ia g o S . 07/05/1880-12/10/1880
R om ero , J uan J osé 12/10/1880-12/10/1883
D é la P laza, V ic t o r e o 25/10/1883-09/03/1885
P acheco , W enceslao 09/03/1885-28/02/1889
V ar ela , R u f in o 28/02/1889-24/08/1889
P acheco , W enceslao 27/08/1889-14/04/1890
U p te u R U . F r a n c is c o 18/04/1890-09/06/1890
G a r c ía , J uan A g u stw 07/06/1890-04/08/1890
Ló pez , V ic e n t e F ic e l 07/08/1890-12/10/1892
R om ero , J uan J osé 12/10/1892-07/06/1893
A v ellan ed a , M arco 07/06/1893-05/07/1893
D e m a r ia , M a r ia n o 05/07/1893-12/08/1893
T er r t, JO S E A . 12/08/1893-21/07/1894
R om ero , J uan J osé 23/01/1895-21/10/1897
E sca la n te , W enceslao 21/10/Í897-12/10/1898
R o sa , Jo sé M a r ía 12/10/1898-02/05/1900
B er cuc , E m il io 02/05/1900-05/07/1901
A v ellan ed a, M arco 11/07/1901-12/10/1904
T ea r t, J osé A. 12/10/1904-15/03/1906
P in e r o , N o r b er to 15/03/1906-21/09/1906
Lo bo s , E ueoooro 21/09/1906-20/09/1907
Ir » ndo , M anuel M . de 20/09/1907-01/10/1910
R o sa , J o sé M a r ía 12/10/1910-02/08/1912
P erez, E n r *d u e S. 05/08/1912-28/03/1913
P in e r o , N o r b er to 01/04/1913-16/07/1913
A nadón , Lo r e n z o 21/07/1913-16/02/1914
C ar eo , E n r iq u e 16/02/1914-20/08/1915
O u v er , F r a n c is c o J. 20/08/1915-12/10/1916
>042 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
P E R IO D 0 1916-1930
(g o b ie rn o s ra d ic a le s)
S alaser r y , D o m in g o E. 12/10/1916-12/10/1922
H errera V egas ,F U E ael 12/10/1922-09/10/1923
M o u n a , V íc t o r M . 10/10/1923-12/10/1928
P e s e z C olm an , E va cu é 12/10/1928-06/09/1930
PER IO D O 1 9 4 3 -1 9 4 5 2 /1 5 c f: ^ ,,
(g o b ie rn o m ilita r) ? r £ ¡ , \ ; > Z Í Í
S a n t a m a r in a , J o rg e A. 07/06/1943-14/10/1943
A m eg h jn o , C esas 15/10/1943-07/05/1945
A lo n so Ir ig o t e n , C e f e b in o 07/0571945-2308/1945
A n t il l e , A rm ando G erardo 23/08/1945-20/10/1945
A valos , A m aso 20/10/1945-04/06/1946
PERIODO 1946-1955
(g o b ie rn o s p e ro n is ta s ) r d & i •
C e r e lo , R am ón A n t o n io (') 04/06/1946-04/06/1952
G óm ez M o rales , A le re d o f ) 19/01/1949-03/06/1952
A r es , R o b er to A. 19/01/1949-03/06/1952
B o n A im , P edho J. (') 04/06/1952-20/09/1955
R e v e s tid o , M ig u e l f ) 04/06/1952-24/09/1955
G óm ez M o rales , A lereoo 04/06/1952-20/09/1955
CAP. 8 - RETORNO A LA DEMOCRACIA Y NEOLIBERAUSMO (1983-1999) 1043
P E R IO D 0 1955-1958
(g o b ie rn o d e la “ R e v o lu c ió n L ib e rta d o ra ")
P E R IO D 0 1958-1962
(g o b ie rn o d e F r o n c o i)
D el C a r r il , E m il io D o n a to 01/05/1958-24/06/1959
A lsog ar av , A lvaro C. 2 5 '0 6/1959-26/04/1961
A lem ann , R o b e r to T. 26/04/1961-12/01/1962
C o ll B enegas ,C ar lo s A. IS/01/1962-26'03/1962
P E R IO D 0 1962-1963
(g o b ie rn o d e D u d o )
P E R IO D 0 1963-1966 A n
(g o b ie rn o d e I u j a )
(2/7<707<-n
P E R IO D 0 1966-1973
(g o b ie rn o d e la "R e v o lu c ió n A rg e n tin a ")
S a u m e i, J o rg e N ésto r 29/06/1966-03/01/1967
K r ie g e r V asena , A dalbert 05/01/1967-11/06/1969
D a g n in o P a stó se , José M a r ía 11/06/1969-17/06/1970
M oyan o L lerena, C ar lo s 18/06/1970-15/10/1970
F errer , A ldo 26/10/1970-28/05/1971
Qum a, J u a n A. 01/06/1971-11/01/1972
U c Cia r o o , C a yeta n o A. 11/01/1972-13/10/1972
W ehbe , J orge 13/10/1972-24/05/1973
HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
P ER IO D O 1974-1976
(g o b ie rn o s |u s tic ia l!s ta s )
G e l e a í» , J o sé B er 25/05/1973-21/10/1974
G óm ez M o r a les , A lfr ed o 21/10/1974-02/06/1975
R o d r ig o , C e l e s t in o 02/06/1975-22/07/1975
Bo nanm , P ed r o J osé 22/07/1975-14/08/1975
C ar ero , A n t o n io F. 14/08/1975-03/02/1976
M onceuj , Em il io 03/02/1976-24/03/1976
y M 0'
P E R IO D 0 1976-1983
(g o b ie rn o d e la d ic ta d u ra m ilita r) v: íu v
M in is tro P e rio d o de g e s tió n
P E R IO D 0 1983-1989
" (g o b ie rn o d e A l e o n s in )
G r in s f t in , B ernardo 10/12/1983-18/02/1985
So l w w jil l e , J uan V it a l 19/02/1985-30/03/1989
P u g u ese , J uan C ar lo s 04/04/1989-26/05/1989
Ro d r íg u e z , J esús 27/05/1989-08/07/1989
P E R IO D 0 1989-1999
(g o b ie r n o s d e M ehem )
R oe, M ig u e l 08/07/1989-15/07/1989
R apareu j , N és to r 15/07/1939-15/12/1989
E r iz a n G o n zález , A w t c *j o 15/12/1989-31/01/1991
C a v a u o , D o m in g o Felp e 31/01/1991-02/08/1996
F ernandez , R o q ue 02/08/1996-09/12/1999
La ARqENTÍNA, B rasíI y.
Ia ¡NTEqRACiÓN REqiONAl
Túsabescómoesdegrandeel mundo
conocesalosnaviosquellevanpetróleo y libros,
carneyalgodón.
Hasvistolosdiferentescoloresdeloshombres,
losdiferentesdoloresdeloshombres.
Sabescómoesdifícilsufrirtodoeso,
amontonartodoeso
enunpechodehombresinqueestalle.
C arlos D rummond de A ndrade
buen ejem plo en este sentido: si era impensable su creación antes de la Segunda
Guerra Mundial, su fortaleza se remonta no sólo a un pasado de cincuenta años,
sino a una historia m ucho más larga de acercamientos y de conflictos, de alianzas
y de guerras, que hacen que la idea de una Europa unificada (al menos de parte
de ella), tal com o se la conoce hoy. sea el producto de un 'periodo histórico de larga
duración', de acuerdo con el concepto acuñado por B raudel C ).
Sin duda, el camino de la integración regional al que nos referimos no resultó
fácil. En el siglo XIX, la independencia del Uruguay fue el resultado de un conflicto
armado entre el imperio brasileño y las que habían sido hasta pocos años antes
Provincias Unidas del Río de la Plata, y la principal guerra en la región, la de la Triple
Alianza, enfrentó a tres de las naciones que hoy conforman el Mercosur (Argentina,
Brasil y Uruguay) contra la otra (Paraguay), en un conflicto que para algunos estadistas
lúcidos de la época, como J uam Bautista A lberdi. fue simplemente 'criminal".
Ya desde la época de la emancipación iberoamericana, en las primeras
décadas del siglo XIX, habían surgido una serie de ideas y proyectos que apuntaban
a una mayor integración entre los distintos Estados nacionales emergentes de
aquel proceso revolucionario. Pero estas tendencias fueron, esencialmente, de
índole política porque ésos eran los problemas más urgentes que debían resolver
los incipientes, y todavía inestables, países de América Latina. En ese sentido, las
propuestas confederales de inspiración bollvariana fueron las más difundidas,
pero terminaron en el fracaso dado que la mayoría de las naciones latinoamerica
nas todavía no había consolidado en algunos casos sus instituciones y, en otros,
diferentes fracciones en pugna se disputaban periódicamente el control de esos
Estados. En realidad, estos proyectos intentaban formalizar alianzas políticas ante
la eventual expansión de algunos países europeos y no hacían referencia a las
cuestiones económicas.
Uno de los que plantearon por primera vez la posibilidad de una mayor
interrelación económica entre los países de la América hispana fue J uam B autista
A lberdi. En 1844, había redactado una 'M em oria' en la que consideraba que los
países del continente tenían la posibilidad de iniciar una nueva etapa: la del
desarrollo de su comercio y prosperidad materia! (1 23
).
*
Uo obstante, la propuesta de A lberdi era esencialmente hispanoamericana, por
cuanto excluía al Brasil y a los EE.UU. de los proyectos integracionistas, y, en
cambio, opinaba que las garantías de la seguridad y el desarrollo de la antigua
América española se encontraban en Europa. En 1863. sus ideas apuntaban a que,
según su nueva percepción, las repúblicas latinoamericanas debían ser imagina
das com o verdaderos calcos del modelo europeo (5).
(1) Cf. B raudel , F erm am d , Les a m b itio n s d e I'H isto ire , París. 1997.
(2 ) A rmaud, V icemte G uillermo, M ercosur. U nión Europea, t i AFTA y lo s p ro c e so s de
in te g ra c ió n re g io n a l, Buenos Aires, 1996, págs. 42-47.
(3) M e k e d i a , E d m u n d o A., 'Intervencionismo, unidad latinoamericana y pensamiento
liberal: la Liga Continental. 1856-1862". en C iclos en la histo ria, la e co no m ía y la sociedad,
11" 4, primer semestre de 1993, pág. 89.
CAP. 9 - L A ARGENTINA, BRASIL Y LA INTEGRACION REGIONAL 1047
M ariano Pelliza retomó alg u nos de los conceptos de A lberdi y propuso una
'Federación Social Hispano-Americana" en 1885, entre cuyos principales aspectos
a debatir debían considerarse la unidad monetaria; el sistema de pesas y medidas,
la uniformidad de los aranceles de importación, la supresión de derechos sobre los
productos de la región, la libertad del tránsito fluvial, marítimo y terrestre, la
. codificación del derecho internacional americano y otros puntos com o la educa
ción y la tolerancia de cultos (*).
Más tarde, F ederico S eeber propuso en 1906 la conformación de un bloque
aduanero similar al Z o llv e r e in alemán basado en la unión política entre Argentina,
Brasil. Chile, Uruguay, Perú, Bolivia y Paraguay (4 5). A su vez, Ricardo Pillado , director
de Comercio e Industrias de la Argentina, presentó por la misma época un proyecto
■ diferente, que se basaba en la defensa del librecambio entre los países fronterizos
con la Argentina, suprimiendo las barreras fiscales entre esas naciones (6). Pero la
propuesta más importante en aquellos años fue la de A lejamdro B umoe , desarrollada
en una conferencia dictada en Mannheim, en 1909, que luego amplió en años
sucesivos y publicó como capítulo en su libro U n a n u e v a A rg e n tin a , de 1940. B umoe
consideraba una integración económica por etapas que podría iniciarse entre la
Argentina y Uruguay (la 'Unión del Plata'), luego Paraguay, Chile y Bolivia, y
eventualmente el Brasil. Lo interesante del caso es que B umoe hablaba ya de la
posible concreción de una Unión Aduanera de Europa (propuesta por el gobierno
alemán en 1926), y de un bloque similar en América del Morte. Realizando
comparaciones entre los tres posibles bloques mencionados en función de
diversos indicadores económicos, B umge llegaba a la conclusión de que la 'U n ió n
Aduanera del Su r' (incluyendo al Brasil) estaría entre las primeras del m undo en una
serie de rubros, como varios productos minerales y materiales estratégicos,
ganadería y una gran variedad de productos agrícolas. En cuanto al com ercio
intrarregional, habría ocupado (hacia 1940) el quinto lugar en el m undo.
El Tratado de! ABC (Argentina, Brasil, Chile), firmado en 1915 p o r los
cancilleres de los tres países, si bien estuveimpulsado por motivaciones políticas
y estratégicas, la mediación en el conflicto México-Estados Unidos, dejaba abierta
la posibilidad de una 'entente económica" entre los tres países mediante un
régimen de comercio preferencial y de concesiones recíprocas. A pesar de todos
los conflictos y tensiones con la Argentina el mismo barón de Rio B ramco — canciller
brasileño— había luchado tenazmente en años anteriores para la concreción del
Tratado, 'a fin de contrabalancear el poderío norteamericano" en la región (7). ■
(4) Pelliza, M ariano A., Federación Social Americana, Buenos Aires, 1885, págs. 4 2-44.
(5) S eeber, F ederico . Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Perú, Bolivia y Paraguay. Estudios
comparativos, geográficos, étnicos, económicos. Financieros y militares, Buenos Aires,
1903, pág. 10.
(6) Cf. Pillado , Ricardo , Estudio sobre el comercio argentino con las naciones limítrofes,
Buenos Aires, 19 F0.
(7) Cf. S olveika , B eatriz Rosario , La Argentina, el A B C y el conflicto entre M éxico y Estados
Unidos (1913-1916), Córdoba, 1994; 'Tratado de Cordial Inteligencia Política e Arbitramiento
entre Brasil, Chile e Argentina", ministro Rio B ramco a Puoa B orne , anexo n* 2 al despacho del
26/2/1909, Archivo del embajador Moniz A kaoo, Itamaraty, Rio de Janeiro.
1048 HISTORIA ECONOMICA POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
En las décadas de 1930 y 1940, las iniciativas d e 'u nió n económica'entre los
países del Cono Sur continuaron manifestándose. En 1931, el ministro de
Relaciones Exteriores de Chile, Amonio Planet propuso a los gobiernos sudameri
canos realizar estudios técnicos para arribar a la unión aduanera (8). También el
canciller argentino, C arlos S aavedra L amas , expresaba en 1935 que: '...ante la
clausura de los mercados del viejo mundo europeo, no es difícij augurar, a mi
juicio, el surgimiento de grandes núcleos o divisiones continentales con fines de
acercamiento continental (...) necesitáramos constituir una verdadera unidad
económ ica' (91) . Ya hemos mencionado el acuerdo entre los ministros de Hacienda
2
0
de la Argentina y el Brasil, P inedo y S ouza C o s ta , firmado en octubre de 1940, que
anticipó el Tratado concretado en noviembre del año siguiente y cuyo propósito
era establecer en el futuro 'u n a unión aduanera (...) abierta a la adhesión de los
países limítrofes' (,0).
Los gobiernos fueron cambiando, pero las iniciativas de integración económi
ca continuaron. En la década de 1950 fue el gobierno peronista el que retomó,
com o vimos, la idea de constituir un Z o llv e r e in sudamericano, especialmente,
entre los países del Cono Sur. Y aunque el propósito principal de Perón era la
participación del Brasil, esta iniciativa no pudo prosperara pesar de la disposición
favorable del presidente G etu lio V argas . El tradicional protagonismo de ambos
países en el ámbito regional y la influencia de los Estados Unidos fueron en ese
m om ento obstáculos insuperables para concretar esas aproximaciones (" ).
Tam bién en el Brasil fueron apareciendo voces a favorde una política de mayor
integración con la Argentina. El ejemp!.-- -. ás Importante en los años '50 fue el de
H elio J aguaribe quien, definiendo el pensamiento de un sector del nacionalismo
brasileño, hacia de la relación con la Argentina la pieza estratégica clave de la
diplomacia del país vecino, señalando la importancia de esos vínculos para
fortificar la posición negociadora frente a los EE.UU. ( ,2).
(8) S apriza C arrau, H éctor M., 'Proyectos de grandes uniones aduaneras americanas', en
R evista de E con om ía A rgentina, M} 299, tomo XLI1, mayo de 1943, págs, 155 y 156.
(9) S aavedra L amas, C arlos, 'La postguerra económica y la Universidad', en Revista d e
C ien cia s E conóm icas. M7 262, Buenos Aires, mayo de 1943, págs. 392-394.
( 10) Cf. T orres Gigena. Carlos, Tratadas de c o m e rc io c o n clu id o s p o r la R epública A rg entina
(1 8 1 2 -1 9 4 2 ), Buenos Aires, 1943, pág. 101; Motuz Bandeira, Lúa A.. 'Política y Relaciones
Internacionales en el Mercosur", en C iclos en la h isto ria , la e co n o m ía y la sociedad, n211,1996,
pág. 106; Madrid, Eduardo, 'Argentina y Brasil, economía y comercio en los años treinta', en
C iclo s en la h is to ria , la eco no m ía y la sociedad, I I , 1996. págs. 144-146.
(11) Q uijada, Mo n ja , 'El proyecto peronista de creación de un -Zollverein- sudamericano,
1946-1955", en C iclo s en la h is to ria , la e co no m ía y la socied a d, M* 6, primer semestre de
1994, págs. 162 y 163. 'En el futuro— decía Perón ante un grupo de estudiantes de Minas
Qerais y Sao Paulo, evocando al barón de Rio B ranco— formaremos aquella unidad
económica, a la cual, separados no podemos alcanzar,- o nos transformaremos en Instrumen
to de los países imperialistas de cualquier signo', frase transcripta en un documento británico
de la época. Véase P.O. A5 371 81107 XC/A 034303. Despacho de la embajada británica al
Porelgn Office, Buenos Aires, 28/7/1950.
(12) Cf. J aguaribe. H elio, O n a c io n a lis m o na a tu a lid a d e brasiieira. Rio de Janeiro, 1958.
CAP. 9 - LA ARGENTINA BRASIL Y LA INTEGRACION REGIONAL 1049
Hasta mediados del siglo XIX, Oran Bretaña había poseído una evidente
supremacía económica y comercial en el Brasil, producto de aquellas antiguas
relaciones político-comerciales. Durante el periodo del Imperio, hasta 18 89 , el
Brasil obtuvo sus empréstitos extemos en el Reino Unido, y aun durante los
tiempos de la República las finanzas brasileñas dependieron del papel dom inante
de la City londinense. En 1914, el 64 % de las inversiones extranjeras provenía de
Gran Bretaña, mientras que la participación de los Estados Unidos era m uy escasa,
sólo el 2.6 % . Pero ya en 1930 la situación había cambiado en forma radical,
mientras que la participación británica caía al 56,9 % (que representaba esencial
mente el stock de inversiones existente hasta 1914), la norteamericana ascendía
al 24,3 % . Y más importante aún era que, como en el caso argentino, mientras las
inversiones británicas se concentraban en ferrocarriles y empréstitos extem os, las
inversiones norteamericanas estaban radicadas también en empréstitos, pero
incluían un fuerte porcentaje destinado a la industria manufacturera y a otros
sectores productivos. A partir de 1945, las inversiones estadounidenses ya
superaban a las británicas. En el cuadro siguiente puede verse la com posición de
esas inversiones en 1914 y 1930.
G ra n B re ta ñ a
Directa 125,2 11 8,6
Sector público 129,1 16 3,0
Federal 90 ,6 10 1 ,7
Estado y m unicipalidades 38 ,5 3 5 ,5
C afé — 2 5 ,8
E stad o s U n id o s
Directa 10,3 4 3 ,8
Sector público — 7 6 ,6
Federal — 30 ,1
Estados y m unicipalidades — 3 9 ,3
Café — 7 ,2
T o ta l (in c lu id o s otro s p aíse s y d e s tin o s )
Directa 24 5,9 2 4 2 ,4
Sector público 151,7 2 5 2 ,9
Federal 103,5 14 2 ,0
Estado y municipalidades 1 48 ,2 7 7 ,0
C afé — 3 3 ,9
F u e n t e : N a c io n e s U n id a s , E x t e r n a ! F in a n d n g in L a tín A m e r ic a .
Tam bién en la Argentina, com o vimos en el cap. 1,1a presencia de los intereses
británicos desempeñó un papel relevante desde los inicios del proceso emancipador.
Pero la relación entre Oran Bretaña y los dos países sudamericanos fue diferente,
dado que, desde el punto dé vista comercial, la mayor parte de las exportaciones
argentinas tenia como meta al país europeo, triplicando las ventas externas
brasileñas con destino a esa nación. En consecuencia, en los inicios del siglo XX,
la dependencia respecto del mercado británico era mayor para la Argentina que
para el Brasil. A su vez, los EE.UU. se fueron transformando en el principal mercado
consum idor de las exportaciones brasileñas y en el más importante abastecedor
del Brasil.
Hacia 1870, los EE.UU. ya absorbían la mayor parte de las ventas de café
brasileño y un 30 % del total de exportaciones. En 1904, la mitad de los productos
de exportación del Brasil se dirigían a los EE.UU., y en los años '20 y '30 la cifra se
mantendría en alrededor del 40 % . Como contrapartida, las compras británicas de
productos brasileños cayeron abruptamente desde principios de siglo hasta los
años '20. En 1904, representaban el 16 % , mientras que en 1927 habían caído a
cerca del 3 % . En el caso de las importaciones, también se produjeron grandes
cambios en un sentido inverso. Si en la década de 1870 el total de importaciones
británicas era cerca déla mitad del comercio de importación brasileño, promediando
la década de 1920 descendió a un 20 % . mientras que las importaciones de los
EE.UU. se incrementaron de un 5 % a fines del siglo XIX a más de un 50 % al
terminar la Primera Querrá Mundial, para estabilizarse en años posteriores en
porcentajes igualmente importantes: entre un 20 y un 30 % . De este modo, el
mercado brasileño se transformó en un campo de disputas entre los intereses
norteamericanos — que buscaban no sólo equilibrar sus cuentas externas, sino
también ampliar su esfera de influencia en el continente— y las inversiones y
vínculos financieros británicos ( ,7).1
7
(17) Momz Batidciha, L. A., Presenta dos Estados Unidos no Brasil (Dois Séculos de tlistóría).
Brasilia. 1993, págs. 213-215.
Años G ra n B re tañ a E s ta d o s U n id o s
a*
6«
s e le c c ió n . E xp ortaciones | Im p ortaciones S a ld o E xportaciones Im p ortaciones S a ld o
to
18 7 2 -1 9 7 3 8 .2 9 7 .8 6 3 8 .4 1 6 .1 3 0 50 ,9 6 •1 1 8 .2 6 7 6 .5 9 2 .5 2 6 91 5 .2 9 3 5 .6 7 7 .2 3 3
19 04 6 .3 7 4 .6 9 6 7 .1 9 0 .3 6 7 27 ,7 5 -815.671 1 9 .8 72.077 2 .8 8 4 .7 7 5 1 6 .9 8 7 .3 0 2
O ^
o st—^ co
1913 8 .6 2 3 .3 0 9 16 .4 36.421 24 ,4 7 -7 .8 1 3 .1 1 2 2 1 .1 0 3 .4 8 3 1 0 .5 53.433 1 0 .5 5 0 .0 5 0
r-, N
m
C5 e - <r- —
1919 9 .4 8 3 .6 6 6 1 2 .7 3 7 .1 2 6 17,72 •3 .2 5 3 .4 6 0 5 4 .0 7 9 .9 4 7 37 .4 12.191 1 6 .6 6 7 .7 5 6
U Í r* ' U Í N O
«> c í c*í c í
19 27 3 .0 1 9 .0 3 6 1 6 .8 9 9 .3 7 9 21 .2 2 • 13 .8 8 0 .3 4 3 4 0 .9 8 1 .9 9 8 2 2 .8 4 3 .3 7 5 1 8 .1 3 8 .6 2 3
o o co
1933 2 .67 7.1 71 5 .4 6 9 .3 2 7 19,44 -2 .7 9 2 .1 5 6 1 6 .7 1 6 .3 6 0 5 .9 5 7 .7 6 4 1 0 .7 5 8 .5 9 6
-tfn r-to o c o t-
CM ifi CO ^ ^ V O
N X- r - w
Sf W
cd
i/J • - N- O tO i - CM
19 38 3 .1 5 0 .8 8 0 3 .7 2 7 .7 8 3 10,38 •5 7 6 .9 0 3 1 2 .3 3 6 .1 8 4 8 .6 9 4 .7 6 8 3 .6 4 1 .4 1 6
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CAP. 9 - L A ARGENTINA, BRASIL Y LA INTEGRACION REGIONAL
1053
1054 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
Com o puede observarse en el cuadro anterior, el brasil estaba más sujeto que
la Argentina de su principal mercado comprador, pero además dependía mucho
más que ésta de su principa) producto de exportación, el café, que representaba
el 70 % de sus exportaciones totales. Por lo tanto, el intercambio del Brasil con los
EE.UU. y el Reino Unido constituía una relación triangular inversa con respecto a
la de la Argentina y sus vinculaciones con las dos grandes potencias. En efecto, la
balanza comercial del Brasil con los EE.UU. era estructuralmente favorable,
mientras que lo contrario sucedía en el comercio con Oran Bretaña. Entre 1901 y
1959, el Brasil tuvo 33 años de déficit en su comercio exterior con el Reino Unido,
en tanto que en 38 de esos 39 años registró continuos superávit comerciales con
los EE.UU. Para el conjunto de esos años, esos superávit y déficit se compensaron
mutuamente com o en el caso argentino pero en una razón inversa (ls).
La situación del comercio exterior de la Argentina y el Brasil puede represen
tarse en un gráfico relativamente simple. Si en ejes cartesianos medimos expor
taciones e importaciones en ordenadas y abscisas, respectivamente, la línea de
45® divide al cuadrante positivo en un semiplano de superávit comercial (hacia
arriba de la línea) y otro de déficit comercial (hacia abajo). Podemos ahora colocar
un punto por cada país con el resultado que vemos a continuación:1 8
Millones de dólares
E x p o r t a c io n e s
Millones de dolares
E x p o r t a c io n e s
Años E E .U U . E E .U U . A le m a n ia A le m a n ia
E x p o rta c io n e s Im p o rta c io n e s E x p o rta c io n e s Im p o rta c io n e s
1933 46 ,7 1 ‘ 2 1 ,2 8 8 ,1 2 11,95
1934 39 ,1 6 2 3 ,6 7 13,13 14,02
19 35 39 ,4 4 2 3 ,3 5 16,51 20 ,4 4
1936 3 8 ,8 5 2 2 ,1 2 13 ,2 2 23 ,5 0
1937 3 6 ,1 9 2 2 ,9 9 17,05 2 3 ,8 8
1938 3 4 ,3 2 24,21 19,06 24 ,9 9
1939 3 6 ,2 5 3 3 ,3 7 12,01 19,37
F u e n t e : In s t it u to B r a s ile ir o d e G e o g r a f ía e E s t a t ís t ic a ( 1 9 8 8 ) .
*1
0
2
9
(19) Paiva Abkeu, Marcelo, 'O Brasil e a economía mundial (1929-1945)', en D e hoLAriDA,
S ergio Buarque, O Brasil Republicano. Economía e Cultura 1930-1964, tomo ill (4), Río de
Janeiro, 1995, págs. 24 y 25.
(20) H ilto m , S t a iu e y , O Brasil e as grandes potencias: 1930-1939. Rio de Janeiro, 1977,
págs. 26, 80-82.
CAP. 9 - L A ARGENTINA, BRASIL Y LA INTEGRACION REGIONAL 1057
F u e n t e s : D e p a r t a m e n t o d e C o m e r c io d e l o s E s t a d o s U n id o s , A m e r ic a n D i r e d I n v e s t m e n t s in
F o r e ig n C o u n t r i e s ( 1 9 4 0 ) , B a l a n c e o f P a y m e n t s , S t a t s t i c a l S u p p le m e n t (1 9 5 8 ) y U S B a l a n c e o l
P a y m e n t s , S ta t i s t i c a l S u p p le m e n t.
(25) foreign Office, AS 297/4/2, Sir David Kelly (embajada británica en Buenos Aires) a
Mr. Edén (ministro de Relaciones Exteriores), 14/1/1944. El informe de H umphreys es del 14
de noviembre de T943, y constituye un complemento del de Kelly. Ver también f.O. AS 1996/
4/2. Londres, 27 de marzo de 1944, informe del coronel Black T yler.
(26) Ra p o p o r t , Mario, "Argentina y la Segunda Güeña Mundial: mitos y realidades", en
Estudios Interdlsdplinarios de América Latina y el Caribe, vol. 6, Hs I, enero-junio 1995,
págs. 16 y 17.
1060 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
autores), pudiera haberse beneficiado por una relación más estrecha con los
EE.UU. porque éste ni siquiera fue el caso del país vecino. Com o señala Pedro Malam,
citando un m em orándum del Departamento de Estado de la época, la posguerra
fue para el Brasil un período de 'expectativas frustradas'. En ese informe, de 1946,
se indicaba concretamente al gobierno brasileño que:
a) el Brasil debería ampliar sus fuentes internas de financiamiento antes que
solicitar ayuda del gobierno norteamericano;
b) el Brasil tendría que distinguir entre sus programas de equipamiento y de
desarrollo. Los gastos de los primeros debían ser financiados con las
amplias reservas internacionales acumuladas durante la guerra;
c) para los programas de desarrollo el interlocutor no debería ser el gobierno
estadounidense, sino una institución multilateral creada especialmente
para ese fin;
d) de cualquier forma el Brasil debería tener presente que su desarrollo iba
a depender en última instancia de la creación de un clima favorable para
el ingreso de capitales privados.
Otro informe remarcaba que aunque el desarrollo brasileño era deseable y
merecía asistencia no tenía la misma urgencia que el de los países europeos
devastados por la guerra (27). Y precisamente, una de las razones por las cuales
V argas retornó al poder, con una política más nacionalista, a principios de 1951,
radicaba en parte en el descreimiento de los sectores dirigentes respecto de los
beneficios de continuar la relación bilateral conl- E.UU. desde la perspectiva del
'alineam iento autom ático' practicada por la administración del presidente D utra
(19 46 -1 9 5 1 ) <28).
Las relaciones entre el Brasil y los EE.UU. fueron distanciándose a partir de
1956, bajo la presidencia de K ubitschek, y sobre todo en los gobiernos posteriores
de Q uadros y G oulart con la llamada 'política exterior independiente". Por estos
motivos, los Acuerdos de Uruguayana, que propiciaron un acercamiento con la
Argentina, se transformaron en una herramienta importante para multiplicar la
capacidad denegociación de los dos países sudamericanos tras el objetivo común
de superar el 'subdesarrollo' económico. Estas aproximaciones hicieron que
ambas cancillerías operaran en conjunto com o en la ocasión en que se abstuvieron
en la votación que expulsaría a Cuba de la OEA. En esos años, los dos países
también desarrollaron políticas de acercamiento diplomático y comercial con los
países del bloque socialista, en abierto desafío a la diplomacia norteamericana (29).
(33) Cf., Sinonstn, R , Historia Económica do Brasil, tomo 1, cap. VI, Río de Janeiro,
o b e r to
1940.
(34) De Magalhács, h. B. (1945), págs. 1 1 y 12.
1064 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
(35) Cirio. WiLson. Raizes da concentra^úo industrial era Sao Pauto, San Pablo, 1990,
págs. 121-147.
(3 6 ) T alares , M a r ía d a C o m c e ic Ao , Da substituifáo de importares ao capitalismo Pmanceiro.
Río de Janeiro, 1973, pág. 60.
(37) D e Paiva A brev, Marcelo, Tictes on the industriaüzation of Brazil havlng Argentine In
mind as a comparative experience*, en Boletín Informativo Techint, fl* 239, octubre-
diciembre 1985, pág. 14.
CAP. 9 - L A ARGENTINA, BRASIL Y LA INTEGRACION REGIONAL 1065
(41) Moura, Otiwon, Sucessos e ilusóes. Relafóes ¡ntemacionais do Brasil durante e após
Segunda Guerra Mundial, Rio de Janeiro, 1991, págs. 18-20.
(42) CEPAL, Crisis y Desarrollo: Presente y futuro de América Latina y el Caribe, vol. 1,
abril de 1985, pág. 26.
Década 1950 _ Década 1960
ooi=os6t
oci=o¿6i.
CAP. 9 - L A ARGENTINA, BRASIL Y LA INTEGRACION REGIONAL
Fuente-, uvaona , Roberto, “Comercio exterior y política comercial en Brasil y Argentina, Una evolución comparada", en Liad o s , J.
M. y P inheiro G uimarAes, S., Perspectivas. Brasil y Argentina, 1999.
1067
extendió aún más en 1985 cuando el Brasil retomó, luego de varios años de
recesión, el ritmo de crecimiento, y su PBI cuadruplicó al de Argentina que en ese
mismo año retrocedió a 62.000 millones de dólares. Solamente la econom ía
paulista, cuya población equivalía a la de la Argentina, representaba más del
doble del PBI de nuestro país. El siguiente cuadro muestra este proceso a través
de una comparación de las tasas de crecimiento del PBI per cápita.
Iguazú, inaugurando una nueva etapa de las relaciones entre los dos países.
" U r q u i z a hará casi todo lo que yo le diga", y demuestra también sus contactos con los
asuntos del Plata a instancias del Imperio del Brasil. El Banco de M a u a no sólo
contribuyó a la caída de R o s a s , percibido por el emperador como una amenaza para
la integridad del Brasil por cuanto brindó apoyo al movimiento separatista de los
farrapos en Rio Grande do Sul, sino que continuó ligado a los intereses de U r q u i z a en
tiempos de la Confederación Argentina (ls). En parte, el soporte financiero del
gobierno de U r q u i z a estuvo ligado a la instalación del Banco Mauá en Rosario, que a
la vez representaba, sin dudas, los intereses del Brasil en territorio argentino. Y si bien
el banco brasileño no resultó un elemento dinamizador para los problemas
financieros de la Confederación, esta institución contribuyó a solventar los gastos de
los enfrentamientos con la provincia de Buenos Aires, y también alcanzó cierta
gravitación política en la región mediante su casa de Montevideo, prolongándose esta
Influencia hasta ios comienzos de la Guerra del Paraguay (,7).
A pesar de las tensiones originadas con respecto a los territorios ocupados en
el Paraguay, y sobre todo el enfrentamiento en tomo a la cuestión de Misiones
— el presidente norteamericano C l e v e l a n d dictó en 1895 un fallo arbitral que le
otorgó al Brasil el espacio reclamado como propio por la Argentina— , la política
exterior argentina de fin de siglo fue orientándose hacia la distensión. El reflejo de
ello fue la visita que el presidente Roca realizó en 1899 al Brasil retribuida luego
por su par brasileño. C a m p o s S a l l e s , tratando de mejorar la visión de los argentinos,
vinculada al arraigado "expansionismo brasileño". En ese sentido debe compren
derse la sugestiva iniciativa del canciller Rio B r a n c o a Roca para llegar a un pacto
cordial que podría significar la hegemonía de la Argentina y el Brasil en el
continente.4 7
6
(46) Cf. R a t o de S a m b uc c c tti , S u sam a I., Urquiza y Mauá. El Mercosur del siglo XIX, Buenos
Aires, 1999.
(47) Cf. G a lo c ir a . J o r g e . Mauá, Empresario do Imperio. San Pablo, 1995
CAP. 9 - L A ARGENTINA, BRASIL Y LA INTEGRACION REGIONAL 1071
19 13 2 ,2 0 7 ,4 4
19 29 3 ,7 8 10 ,9 4
1930 4 ,1 3 13,31
1931 6 ,1 2 14,73
1932 6,34 7,44
1933 6 ,4 3 12,84
1934 5 ,6 6 12,43
19 35 5,88 11,67
1936 5 ,4 3 ■ 16,44
19 37 5 ,0 7 13,87
19 38 4 ,7 2 11,84
1939 6 ,9 5 11 .1 5
1940 7,08 15,05
Sin embargo, el nivel de c o i.ia lid a d y el empeño que los dos países sostenían
para conservar sus relaciones se desvanecieron entre sospechas recíprocas
cuando a fines de 1934 la cuestión de la Quena del Chaco comenzó a complicarse
cada vez más, debido a los intereses encontrados que ambos tenían en el conflicto
boliviano-paraguayo. Estas divergencias continuaron al reforzar la Argentina sus
vínculos con el Reino Unido mediante del Tratado Malbrán-Eden en 1936, mientras
que en 1937 el Brasil firmó un convenio comercial con los EE.UU. que contemplaba
el establecimiento de un Banco Central bajo monitoreo norteamericano (Sl).
Los conflictivos años de la Segunda Querrá Mundial impulsaron nuevas
negociaciones que desembocaron en el Tratado de Libre Cambio Progresivo de
1941. Este acuerdo reflejaba la existencia conceptual de la unión aduanera entre
el Brasil y la Argentina mediante un criterio de preferencia regional que, a su vez,
evidenciaba la incertidumbre de la región sobre las perspectivas inmediatas y a
largo plazo dei comercio internacional. Pero como los EE.UU. se involucraron en
la guerra y el Brasil apoyó sus propuestas, el Tratado no pudo implementarse por
cuanto la Argentina se aferró a la neutralidad, contrariando los intereses norteame
(51) M ad r id , E duardo , 'La Argentina y sus relaciones comerciales con Brasil, 1930-1943', en
Décimo Congreso (ladonal y Regional de historia Argentina', Buenos Aires, 1999, págs. 4 y 5.
CAP. 9 - LA ARGENTINA, BRASIL Y LA INTEGRACION REGIONAL 1073
1937-1939
(promedio) 3 2 ,8 26 ,3 12 ,5 20,1 4 ,9 3,6 3 ,6 7,4
1940 40 ,5 29,1 18,2 34 ,7 5 ,9 5,4 5 ,9 11,6
1941 36 ,0 2 8 ,9 3 6 ,6 34.1 92 11,4 9 ,2 15,6
1942 40 ,7 2 4 ,7 29,1 3 0 ,8 13,1 17,8 13,1 13,4
1943 4 3 .5 28,1 2 4 .5 18,7 1 5 ,9 21,1 1 5 ,9 15 ,3
1944 4 4 ,2 18,1 23 ,4 14,2 13,8 32,9 13 ,8 18 ,0
1945 3 0 ,0 18,4 23 ,2 13,5 15 ,7 28 ,2 1 5 ,7 19,2
Elaboración propia.
Fuente: Anuario de! Comercio Exterior Argentino,
Cuadro 9,7. Comercio exterior argentino por principales países (en porcentajes).
Miles de dólares
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Elaboración propia.
1963 3
1964 3
1965 ]
1966 1
1967 3
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1985E
1076 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
E x p o rta c io n e s
Im p o rta c io n e s
(59) F r ag a , Rostnoo, 'La experiencia histórica en Brasil y Argentina desde 1966 hasta
1983: comienzo de la convergencia', en L ia d o s , J. M.y P im h e iro G u im a r á es , S. (1999), pág. 282.
1080 HISTORIA ECONOMICA, POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
( 1) M e r c a d o C o m ú n C e n t r o a m e r ic a n o , c r e a d o e n 1 9 6 0 y c u y o s in te g r a n te s e r a n G u a t e m a l a ,
E l S a l v a d o r , H o n d u r a s , N ic a r a g u a y C o s t a R ic a .
F u e n t e : C E P A L , A n u a r io e s ta d ís tic o d e A m é r ic a L a tin a y e l C a r ib e , 1 9 8 9 .
<6
7
Esta última idea, planteada por ciertos sectores en el Brasil no prosperó, y fue
sustituida por la de buscar complementariedades intrasectoriales. E n términos
más generales, mientras el Brasil (salvo el breve período presidencial d e F ernando
C ollor de M ello — 1990-1992— ) se orientó hacia la primera alternativa, el gobierno
argentino (desde la llegada de M enem ) propugnó la segunda (“ ).
De todos modos, com o resultado'de este proceso, entre 1985 y 1994 el
comercio intrarregional aumentó seis veces y su tasa de crecim iento anual
quintuplicó la del comercio extrazona. En consecuencia, en cada u n o de los
miembros la participación del intercambio con los otros países del Mercosur en el
comercio exterior total creció en promedio del 5 % al 20 % . Esto se com plem entó
con diversos proyectos privados como asociaciones, joint-ventures e inversiones
directas intrarregionales que vincularon los sectores productivos entre los países.
Los cambios en el comportamiento de los gobiernos constituyeron tam bién un
elemento destacado, aumentando las consultas y la coordinación permanentes en
todos los niveles de las respectivas administraciones nacionales.
El avance no se tradujo tan sólo en cifras, sino que también se dieron pasos
a favor de la introducción de nuevos miembros. En julio de 1994, se llevó a cabo
la primera reunión técnica para analizar la conformación de un área de libre
comercio entre el Mercosur y Bolivia. Este país y, luego, Chile pasaron a ser
asociados al mercado común, participando com o observadores en sus grupos de
trabajo. También en 1994 se realizó la XVI Reunión del QMC en O uro Preto, donde
los técnicos y funcionarios políticos analizaron: el problema del arancel externo
común, el código aduanero, normas de origen, el acuerdo automotor, textiles,
vinos, trigo, y restricciones no arancelarias. Poco después, en la Vil Reunión del
Consejo del Mercado Común se suscribió el Protocolo de Ouro Preto, establecien
do que el Mercosur comenzaría el tránsito hacia la unión aduanera a partir del
18de enero de 1995, fecha a partir de la cual se unificaba el arancel externo común
(AEC) para el 8 5 % del universo arancelario, con un promedio del 1 4 % y un máximo
del 20 % . Para el 15 % restante de los aranceles cada uno de los países estableció
tarifas distintas entre el 0 y el 35 % (6S>). Por otra parte, se fijó un régimen de
adecuación para aquellos productos que cada país decidió proteger de la compe
tencia de sus socios del Mercosur. La Argentina y el Brasil tuvieron u n plazo de
cuatro años para eliminar estos aranceles^ mientras que Uruguay y Paraguay
tendrían que hacerlo en cinco años. De este modo, Uruguay presentó 1.005 rubros;
Paraguay, 800; ¡a Argentina, 300 y el Brasil, 30, para ser sometidos a este régimen.
En cuanto a las excepciones, la Argentina y el Brasil presentaron 300 renglones,
y Uruguay y Paraguay, 399, En el caso del sector automotor se realizó u n acuerdo6 9
8
(68) Lavagna, R. (1998), pág. 208. Aunque, según señala C ervo, con la llegada de Fernando
Menrique C ardoso (asumió el l 8 de enero de 1995) al gobierno (luego del Interregno de Itamar
Franco, de fines de 1992 a fines de 1994). volvieron a plantearse opciones más neoliberales.
(69) Ferrer, A. (1996), pág. 564.
1086 H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O L IT IC A Y SO CIAL D E LA A R G E N T IN A
especial que iba a adecuarse definitivamente más tarde. Algo parecido a lo que
ocurrió con el sector de bienes de capital y con el azucarero con respecto a los
cuales, hasta no aprobarse un régimen común, los países mantendrían sus
aranceles nominales para el comercio intrazona.
Inicialmente, et Mercosur se sustentó en un gran potencial de crecimiento y su
dinamismo despertó expectativas no sólo en la región, sino tambiérren el resto del
m undo. En el ya referido contexto de globalización de los mercados financieros,
los flujos de capitales hacia los países miembro fueron cuantiosos, ya sea
mediante la colocación de bonos públicos o como inversión extranjera directa
canalizados especialmente en el amplio proceso de privatización de las empresas
públicas abierto en América Latina. También este proceso generó el interés de los
EE.UU., a tal punto, que impulsó la creación de un Area de Libre Comercio de las
Américas (ALCA), que abarcaria la totalidad del continente 'desde Alaska hasta
Tierra del Fuego*. Esto demostraba que la aparición del Mercosurfue una atractiva
propuesta para definir una estrategia de aproximación de bloques regionales ante
la eventual construcción de una zona de libre comercio hemisférica. Al mismo
tiempo, el bloque del Sur inició negociaciones con antiguos inversores y socios
comerciales: la Unión Europea (UE).
E xp o rta cio n e s
A ñ o /re g ió n T o ta l UE % EE.UU. % Ja p ó n % A . Latina % O tro s %
Im p o rta c io n e s
A ñ c ó e g ió n T o ta l UE% EE.UU. % Ja p ó n % A . Latina % O tro s %
1990 29.323 23,4 19,3 6,7 21,8 28,7
1997 99.322 25,9 21,7 5,0 26,7 20,6
Cuadro 9,10. Comercio exterior del Mercosur según sus principales socios comerciales
(1990-1997) (en millones de dólares y como porcentajes).
Pór otra parte, el Mercosur representó un atractivo increado para las inversio
nes externas, la mayoría de las cuales provino de los países industrializados,
representados por firmas transnacionales. Las inversiones intra Mercosur fueron
menos significativas y no tuvieron la magnitud de la relación comercial, aunque en
199? el monto total de las inversiones realizadas recíprocamente entre firm as de
la Argentina y el Brasil llegaron a los 1.000 millones de dólares.
En el siguiente cuadro, podemos advertir que, en 1990, cerca del 9 0 % del
stock de las inversiones extranjeras directas (IED) provenia de la UE. EE.U U . y
Japón, y que, en 1995, esa proporción, aunque menor, resultaba igualmente
relevante: el 83,8 % . El cuadro muestra también que entre 1985 y 1995 se
incrementó la participación del stock de IED de América del Norte con respecto al
de Europa, y que creció la del stock de las inversiones intra Mercosur. En términos
generales, podemos apreciar que entre la Unión Europea y los EE.UU. se repartían,
en 1995, entre el 70 y el 80 % de los stocks de IED en la región.
(79) Q R irriT ii-J o M ts , S tepham y y C a iil o u x , J a c q u e s , "nuevos flujos de capitales europeos hacia
América Latina", en Ciclos en la historia, la economía y la sociedad, ri® 13, segundo semestre
de 1997. págs. 77-80.
1092 H IS T O R IA E C O N O M IC A , P O LITIC A Y S O C IA L D E LA A R G E N T IN A
Para completar este panorama, en los cuadros siguientes puede verse el flujo
anual de ingresos netos de la IED en la región entre 1990 y 1996, y la mayor
participación que esos ingresos tuvieron en la economía argentina con respecto a
la de su vecino en los primeros años del proceso de integración regional, pues era
más atractiva y rentable para los inversores extranjeros. Pero a partir de la crisis
del 'tequila', que afectó más a la Argentina, y de la mayor apertura del proceso de
privatizaciones en el Brasil, ese flujo disminuyó abruptamente y la inversión
externa pasó a interesarse sobre todo en el país vecino.
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9 ,9 J LOS PROBLEMAS DE LA INTEGRACION REGIONAL:
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Cuadro 9,16. Comercio argentino con el Brasil (1987-1998) (en millones de dólares).
HISTORIA ECONOMICA POLITICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA
C A P . 9 - L A A R G E N TIN A , B R A SIL Y LA IN T E G R A C IO N R E G IO N A L 1097
Sin embargo, pronto surgieron dificultades; como, por ejem plo, por la
aplicación de medidas que perjudicaron las importaciones de productos argenti
nos en el Brasil, y dieron lugar a polémicas y a que se levantaran voces e n el país
del Plata criticando la excesiva 'dependencia' de su comercio exterior con la
economía brasileña. Se ha señalado también que el Brasil no se desvió de 'su
destino industrial y tecnológico", mientras que, por el contrario, la Argentina volvió
a la vieja división internacional del trabajo como productora de bienes primarios,
los que pasaron a constituirse en el grueso de sus exportaciones al país vecino (B0).
La realidad de las cifras no pareciera confirmar este hecho. En los cuadros
siguientes podemos ver que, en tanto el Brasil exportaba a la Argentina cerca de un
90 % de productos manufacturados de su comercio total con nuestro país, la
composición de los bienes industriales en las exportaciones argentinas hacia su
vecino en los últimos años, fue de alrededor de un 50 % . Una relación diferente se
establece en el comercio de productos básicos, que para el Brasil representan cerca
del 7 % d e sus exportaciones mientras que para la Argentina constituyen entre el 25
y el 55 % , según los años. Cifras sobre las que se basan aqueilos que plantean la idea
de que el comercio con el Brasil (o dentro del Mercosur) no altera en demasía el
patrón tradicional del comercio exterior argentino. Sin embargo, un análisis más
desagregado, que diferencie las manufacturas de origen agrario (M O A) de las
manufacturas de origen industrial (MOI) nos indica, para 1996 (según datos del
mismo IMDEC) que el porcentaje de las MOI correspondientes al Mercosur fue del
4 4,3 % contra el 16,7 % de las MOA, mientras que para el total del com ercio exterior
esos porcentajes fueron del 27 %para las MOI y del 3 6 % para las MOA. Esto indicaría
que, con respecto al Mercosur, y a su socio principal, el Brasil, la estructura del
comercio exterior argentino es más favorable para los productos industriales de
mayor tecnología que lo que sucede en las relaciones con otros países.
►80
(80) Cf. IxscAno, Marcelo, "Hay que atenuar nuestra dependencia det Brasil", en diario
Clarín, 25/7/1997.
1098
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(85) Cf. Diario The Washington Post, 16/4/1998; Newsweek (en español), 29/4/1998.
(86) CEPAL, 'CEPAL. Cincuenta años. Reflexiones sobre América Latina y el Caribe', en
Revista de la Cepa!, Húmero extraordinario, octubre de 1998, págs. 299 y 306; PriUD, Informe
sobre desarrollo humano, 1998.
C A P. 9 - L A A R G E N TIN A , B R A S IL Y LA IN T E G R A C IO N R E G IO N A L 1101
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1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997
De todos modos, en los últimos años del siglo XX, el tema económ ico
continuaba siendo el predominante, marcado por las controversias comerciales y
económicas entre los dos principales socios del Mercosur com o consecuencia de
las repercusiones de la crisis asiática. En marzo de 1997, por ejem plo, las
autoridades brasileñas obligaron a los importadores de su país a pagar al contado
los productos que compraban en el exterior, a excepción de los que importaban
con plazos de financiación superior al año, com o en el caso de los bienes d e capital
o el petróleo. El objetivo del gobierno era terminar con las importaciones
especulativas que aprovechaban la diferencia entre las bajas tasas de interés
internacionales con las altas tasas domésticas. Calificada por el gobierno brasileño
com o medida "financiera", el paquete antiimportador fue tomado en m edio de los
temores de los mercados interno y externo, ante la evidencia de un déficit
comercial creciente. Por eso, sus autoridades decidieron frenar las importaciones
del resto del mundo incluyendo las del Mercosur, perjudicando de este m odo, y
especialmente, a las exportaciones argentinas. En esa coyuntura, los especialistas
consideraron que en realidad la medida intentaba disimular una sobrevaluación
del real frente al dólar, dado que la otra alternativa hubiese sido la devaluación de
la moneda brasileña, en ese entonces, políticamente inaceptable (8Í).
Cuadro 9,19. Evolución del PBI y tasa de cambio real: Argentina y Brasil (1994-1999).
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