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reflexiones sobre la lectura

reflexiones sobre la lectura

POR UNA RENOVADA


ANIMACIÓN A LA
LECTURA

Todo proyecto social, como fue el caso


de la animación a la lectura, nace para
dar respuesta a las demás de un
momento histórico determinado. Con
el tiempo se van evidenciando aciertos
Juan Mata y carencias, a la vez que van surgiendo
Universidad de Granada
Asociación Entrelibros nuevas exigencias y nuevos retos.

C
uando el concepto de “anima- dos. Animar a ir al teatro, a los museos, a
ción a la lectura” comenzó a pro- las salas de conciertos, a las bibliotecas…
pagarse, cuatro décadas atrás, la significaba básicamente crear interés ha-
España que lo acogía era muy diferente a cia las manifestaciones artísticas y a la vez
la actual. Recién desaparecida la dictadu- inducir a disfrutarlas.

ra franquista, se iniciaba la construcción de La animación a la lectura formaba parte


de ese entramado de acciones entusiastas
un nuevo país democrático y nuevas insti-
encaminadas en ese caso a hacer de los
tuciones, nuevas leyes y nuevas costum-
libros objetos de uso mayoritario, quebrar
bres se consolidaban poco a poco. El
la concepción de que leer era asunto de
sistema escolar comenzó una gran transfor-
élites intelectuales y ampliar el ámbito so-
mación, así como los gustos y los hábitos
cial de la lectura. Ese ideal comprometió a
culturales. Los índices de lectura entre la
numerosos países en la segunda mitad del
población eran exiguos, los colegios que
siglo XX y aún sigue vigente, pues la lectura
poseían una mínima biblioteca eran una
sigue siendo, en muchos lugares del mun-
excepción y las bibliotecas públicas ape- do, una práctica cultural minoritaria. En la
nas existían. incipiente España democrática introducir li-
En ese contexto histórico comenzó su an- bros en las escuelas, hacerlos accesibles y
dadura el concepto de animación, origina- atractivos, abrir bibliotecas y convocar a la
rio de Francia, donde tenía un sentido población, era un desafío inédito, para lo
profundamente social. La idea que lo im- cual se improvisaron todo tipo de activida-
pulsaba era la de generar vías de acceso a des, muchas de ellas sólidas y eficaces y
los bienes y espacios culturales a ciudada- otras extravagantes y carentes de significa-
nos excluidos o simplemente desinteresa- do, más cercanas al juego que a la lectura

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Es necesario, después de
tantos años de prácticas de
animación a la lectura,
hacer una reflexión a fondo
sobre lo hecho

metódica y placentera. En cualquier caso, Lecturas para un nuevo TIEMPO


promover la lectura se convirtió en un pro- Si bien muchos de los objetivos iniciales
yecto social prioritario.
siguen vigentes –más actividades de lectu-
La sociedad que empezó a llevar a cabo
ra en las aulas, más presencia de libros in-
ese propósito reformador era, como hemos
fantiles y juveniles, más bibliotecas
dicho, muy diferente a la actual. Piénsese,
escolares y públicas…–, es necesario, des-
por ejemplo, que hace cuarenta años no
pués de tantos años de prácticas de ani-
existía Internet, los ordenadores personales
mación a la lectura, hacer una reflexión a
eran un objeto de lujo, los libros electróni-
fondo sobre lo hecho y, más importante
cos, pura fantasía y los teléfonos móviles
eran enormes, caros y poco prácticos. Un aún, sobre lo que debería hacerse en fun-
mundo que los jóvenes no pueden imagi- ción del nuevo ciclo histórico. Es la manera
nar. Pese a ello, apenas han variado la ter- de evitar que el concepto de animación a
minología y las prácticas de la animación a la lectura se convierta en una locución ruti-
la lectura. Muchas de ellas siguen siendo naria y carente de significado, como viene
válidas, pero otras han quedado obsoletas. sucediendo con algunos de los conceptos

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que jalonan la práctica escolar: constructi-
vismo, educación en valores, educación
emocional, pensamiento crítico…
Si se analizan los datos sobre la lectura
en España de las últimas décadas, se cons-
tatan progresos muy significativos. El por-
centaje de lectores frecuentes mayores de
18 años no ha dejado de aumentar desde
los años ochenta del siglo pasado, si bien
no al ritmo que muchos desearíamos. Y se-
gún el Informe sobre Hábitos de Lectura y
Compra de Libros en España 2019, entre los
6 y los 14 años, casi el 80% de los jóvenes
lee de manera habitual u ocasional, lo que
supone un dato optimista. Señalar, como
suele hacerse, que niños y jóvenes no leen
de manera completamente voluntaria, sino
obligados por sus profesores, es una obje-
ción un tanto excéntrica y puritana, como
si la lectura fuese menos valiosa si está in-
ducida. Lo que debería ser objeto de aten-
ción, por el contrario, es el 38% de la
población española que nunca lee, un
desapego más acusado conforme aumen-
ta la edad. No se trata, pues, de abando-
nar del todo los antiguos objetivos y las
prácticas de animación a la lectura. Han
dado sus frutos y debería ser motivo de sa-
tisfacción colectiva.
El fenómeno al que me gustaría prestar
atención es, sin embargo, de distinta natu-
raleza.
Según la encuesta La lectura en tiempos
de Covid-19, durante el confinamiento pro-
vocado por la pandemia se incrementó li-
geramente el índice de lectores frecuentes
así como el tiempo promedio de lectura
Datos extraídos
diaria: un 62% de los lectores de libros de
de los informes
ocio afirmó que dedicó más tiempo a la
Hábitos de
lectura en aquellos momentos. Asimismo,
lectura y compra
aumentó la consideración de la lectura
de libros en
como uno de los medios que más ayuda-
España / 2019
ron a sobrellevar la cuarentena, una consi-
y La lectura deración que se repitió en otros países del
en tiempos de
COVID-19
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mundo. La impo- los, inseguros o
sibilidad de salir desamparados,
a la calle, la dis- un hecho que
posición de más ha contribuido a
tiempo libre, la crear un inquie-
necesidad de cal- tante ambiente de
ma, la búsqueda de crispación y descon-
evasión… pudieron in- fianza. El riesgo al que
fluir en esa novedad. Esas nos enfrentamos es que
cifras ponen de manifiesto que esas perniciosas lecturas pro-
la lectura sigue siendo una actividad bien voquen una fractura social de graves con-
valorada en épocas de crisis social. secuencias, una inédita división entre
No obstante, si entendemos la lectura en quienes dan crédito a todo tipo de patra-
sentido amplio, deberíamos asimismo con- ñas o teorías estrambóticas y quienes se
siderar que, junto a los habituales libros de surten de informaciones verificadas, fiables
narración, poesía o ensayo, en esos días y razonadas. Si aceptamos que vivimos
aciagos se leyeron multitud de textos que una época en que la posverdad, es decir,
poco tenían que ver con la literatura, la filo- la adulteración sistemática de los hechos y
sofía o la ciencia. El confinamiento acentuó los datos con fines políticos y manipulado-
la lectura de documentos, informes, artícu- res, se ha instalado en la vida social y que
los, comentarios… que alentaban teorías multitud de noticias maliciosas son replica-
conspirativas, contradecían las evidencias das constantemente por robots programa-
científicas, fomentaban la sospecha o ne- dos para hacerlas llegar a millones de
gaban hechos contrastados. Este no era ordenadores, deberíamos considerar la ur-
un fenómeno radicalmente nuevo, pero las gencia de impulsar lecturas que contrarres-
incertidumbres y los miedos que provocó la ten esa peligrosa deriva. Y no es que exista
pandemia lo agravó. una gran diferencia entre las mentiras del
Las redes sociales vienen generando y presente y las organizadas por los regíme-
expandiendo desde hace años cantida- nes totalitarios a lo largo de la historia, pero
des ingentes de basura textual –bulos, fala- la novedad es la existencia de redes socia-
cias, rumores, falsificaciones…– que es les masivas que regularizan y amplifican
consumida ávidamente por lectores crédu- esa anomalía. Sería deplorable que una de

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las consecuencias inesperadas de la pan- pausado y minucioso que lo ha ido confor-
demia fuese una inédita desmembración mando durante cientos de años, y sería de-
social provocada no por la economía o el plorable que los apresuramientos y los
nivel de estudios sino por los tipos de lectu- reclamos contemporáneos atenuaran esa
ra y los modos de leer, una fatalidad que conquista.
podría afectar incluso al funcionamiento b) Animar a leer en un tiempo de
mismo de la democracia. falsificaciones

Como hemos dicho, los últimos aconte-


Pienso, luego leo
cimientos han dejado al descubierto una
Ese riesgo nos apremia a repensar el proliferación de textos y de lecturas que po-
concepto de “animación a la lectura” a fin nen en cuestión el consenso social acerca
de responder a dos desafíos estrechamen- de la confianza en la ciencia, la importan-
te relacionados: cia de la veracidad, la utilidad del pensa-
a) Animar a leer en un tiempo de miento crítico, el valor de la razón… Esa
disrupciones quiebra pone en cuestión incluso el propio
Tenemos el compromiso de defender la fundamento del sistema escolar, toda vez
lectura en un momento en el que tanto jó- que Galileo Galilei, Charles Darwin, Edward
venes como adultos viven sometidos a una Jenner o Marie Curie pueden ser equipara-
profusión de tareas y estímulos sensoriales dos a los versículos de un libro religioso o a
que impiden a menudo la concentración y un panfleto negacionista. Es por ello que la
la reflexión y a la vez dificultan lecturas ex- escuela debe afianzar su función de ins-
tensas y profundas. Leer con lentitud y aten- truir, su consideración de espacio en el que
ción va resultando una suerte de proeza en enseñar a leer y entender el mundo a tra-
un tiempo dominado por la prisa y la dis- vés de los textos, es decir, a leer de modo
tracción continua, lo cual provoca que los meticuloso, metódico y crítico. Es muy im-
textos ligeros, irracionales, enfáticos o es- portante que durante su estancia en las au-
tentóreos prevalezcan sobre los textos com- las los alumnos aprendan a procesar y
plejos, argumentativos y mesurados. enjuiciar la información, a analizar y a con-
Nuestro cerebro, y en consecuencia nues- trastar las fuentes y las referencias, a valo-
tro modo de pensar y sentir, es el resultado, rar el método científico, a determinar la
entre otras causas, de un modo de leer fiabilidad de los datos, a inferir y relacionar,

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La lectura
a discernir lo verídico de lo falaz, a deliberar aparece una
y a razonar… Eso supone confiar a la lectu- vez más como
ra y el debate la tarea cívica, no solo aca-
garantía de
démica, de enseñar a diferenciar los
argumentos de la propaganda, las confir-
ilustración,
maciones de las suposiciones, las eviden- razonamiento,
cias de las creencias. democracia y
Esa formación requiere ante todo tomar
libertad
conciencia de la encrucijada en la que
nos encontramos y atreverse a actuar. No personal
hace falta inventar grandes estrategias,
bastaría en primer lugar con resaltar el sen-
tido “crítico”, es decir, analítico y explicati- Esos proyectos deben desarrollarse des-
vo, que tiene cualquier disciplina, se trate de la infancia. Formar una mente que pien-
de historia, filosofía, literatura o biología, sa y analiza es una tarea que nos incumbe
pues de poco sirve memorizar de cara a un a todos, y eso se logra leyendo, conversan-
examen fechas, datos, apellidos o nomen- do, comentando, argumentando, escu-
claturas si se esquivan las causas y las con- chando, preguntando… Y siempre al lado
secuencias de las acciones humanas y de otros, en diálogo con otros. Por ello, y
nada se aprende sobre el mundo o los pen- junto a las prácticas usuales de promoción
samientos y sentimientos de las personas. Y de la lectura, deberían desarrollarse otras
a la vez hacer de las aulas espacios sere- que respondan a los desafíos de nuestro
nos de lectura y reflexión. Cualquier tipo de presente. La lectura aparece una vez más
texto, desde álbumes ilustrados y novelas a como garantía de ilustración, razonamien-
ensayos científicos y filosóficos, pero tam- to, democracia y libertad personal.
bién comentarios y afirmaciones que circu-
lan por periódicos, revistas y redes sociales,
puede ser útil para tal fin, siempre y cuando
se utilicen como acicate para el razona-
miento y la deliberación colectiva.

Las fotografías que ilustran este artículo


pertenecen a la Asociación Entrelibros 43 LAZARILLO 11

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