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C
uando el concepto de “anima- dos. Animar a ir al teatro, a los museos, a
ción a la lectura” comenzó a pro- las salas de conciertos, a las bibliotecas…
pagarse, cuatro décadas atrás, la significaba básicamente crear interés ha-
España que lo acogía era muy diferente a cia las manifestaciones artísticas y a la vez
la actual. Recién desaparecida la dictadu- inducir a disfrutarlas.
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Es necesario, después de
tantos años de prácticas de
animación a la lectura,
hacer una reflexión a fondo
sobre lo hecho
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que jalonan la práctica escolar: constructi-
vismo, educación en valores, educación
emocional, pensamiento crítico…
Si se analizan los datos sobre la lectura
en España de las últimas décadas, se cons-
tatan progresos muy significativos. El por-
centaje de lectores frecuentes mayores de
18 años no ha dejado de aumentar desde
los años ochenta del siglo pasado, si bien
no al ritmo que muchos desearíamos. Y se-
gún el Informe sobre Hábitos de Lectura y
Compra de Libros en España 2019, entre los
6 y los 14 años, casi el 80% de los jóvenes
lee de manera habitual u ocasional, lo que
supone un dato optimista. Señalar, como
suele hacerse, que niños y jóvenes no leen
de manera completamente voluntaria, sino
obligados por sus profesores, es una obje-
ción un tanto excéntrica y puritana, como
si la lectura fuese menos valiosa si está in-
ducida. Lo que debería ser objeto de aten-
ción, por el contrario, es el 38% de la
población española que nunca lee, un
desapego más acusado conforme aumen-
ta la edad. No se trata, pues, de abando-
nar del todo los antiguos objetivos y las
prácticas de animación a la lectura. Han
dado sus frutos y debería ser motivo de sa-
tisfacción colectiva.
El fenómeno al que me gustaría prestar
atención es, sin embargo, de distinta natu-
raleza.
Según la encuesta La lectura en tiempos
de Covid-19, durante el confinamiento pro-
vocado por la pandemia se incrementó li-
geramente el índice de lectores frecuentes
así como el tiempo promedio de lectura
Datos extraídos
diaria: un 62% de los lectores de libros de
de los informes
ocio afirmó que dedicó más tiempo a la
Hábitos de
lectura en aquellos momentos. Asimismo,
lectura y compra
aumentó la consideración de la lectura
de libros en
como uno de los medios que más ayuda-
España / 2019
ron a sobrellevar la cuarentena, una consi-
y La lectura deración que se repitió en otros países del
en tiempos de
COVID-19
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mundo. La impo- los, inseguros o
sibilidad de salir desamparados,
a la calle, la dis- un hecho que
posición de más ha contribuido a
tiempo libre, la crear un inquie-
necesidad de cal- tante ambiente de
ma, la búsqueda de crispación y descon-
evasión… pudieron in- fianza. El riesgo al que
fluir en esa novedad. Esas nos enfrentamos es que
cifras ponen de manifiesto que esas perniciosas lecturas pro-
la lectura sigue siendo una actividad bien voquen una fractura social de graves con-
valorada en épocas de crisis social. secuencias, una inédita división entre
No obstante, si entendemos la lectura en quienes dan crédito a todo tipo de patra-
sentido amplio, deberíamos asimismo con- ñas o teorías estrambóticas y quienes se
siderar que, junto a los habituales libros de surten de informaciones verificadas, fiables
narración, poesía o ensayo, en esos días y razonadas. Si aceptamos que vivimos
aciagos se leyeron multitud de textos que una época en que la posverdad, es decir,
poco tenían que ver con la literatura, la filo- la adulteración sistemática de los hechos y
sofía o la ciencia. El confinamiento acentuó los datos con fines políticos y manipulado-
la lectura de documentos, informes, artícu- res, se ha instalado en la vida social y que
los, comentarios… que alentaban teorías multitud de noticias maliciosas son replica-
conspirativas, contradecían las evidencias das constantemente por robots programa-
científicas, fomentaban la sospecha o ne- dos para hacerlas llegar a millones de
gaban hechos contrastados. Este no era ordenadores, deberíamos considerar la ur-
un fenómeno radicalmente nuevo, pero las gencia de impulsar lecturas que contrarres-
incertidumbres y los miedos que provocó la ten esa peligrosa deriva. Y no es que exista
pandemia lo agravó. una gran diferencia entre las mentiras del
Las redes sociales vienen generando y presente y las organizadas por los regíme-
expandiendo desde hace años cantida- nes totalitarios a lo largo de la historia, pero
des ingentes de basura textual –bulos, fala- la novedad es la existencia de redes socia-
cias, rumores, falsificaciones…– que es les masivas que regularizan y amplifican
consumida ávidamente por lectores crédu- esa anomalía. Sería deplorable que una de
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las consecuencias inesperadas de la pan- pausado y minucioso que lo ha ido confor-
demia fuese una inédita desmembración mando durante cientos de años, y sería de-
social provocada no por la economía o el plorable que los apresuramientos y los
nivel de estudios sino por los tipos de lectu- reclamos contemporáneos atenuaran esa
ra y los modos de leer, una fatalidad que conquista.
podría afectar incluso al funcionamiento b) Animar a leer en un tiempo de
mismo de la democracia. falsificaciones
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La lectura
a discernir lo verídico de lo falaz, a deliberar aparece una
y a razonar… Eso supone confiar a la lectu- vez más como
ra y el debate la tarea cívica, no solo aca-
garantía de
démica, de enseñar a diferenciar los
argumentos de la propaganda, las confir-
ilustración,
maciones de las suposiciones, las eviden- razonamiento,
cias de las creencias. democracia y
Esa formación requiere ante todo tomar
libertad
conciencia de la encrucijada en la que
nos encontramos y atreverse a actuar. No personal
hace falta inventar grandes estrategias,
bastaría en primer lugar con resaltar el sen-
tido “crítico”, es decir, analítico y explicati- Esos proyectos deben desarrollarse des-
vo, que tiene cualquier disciplina, se trate de la infancia. Formar una mente que pien-
de historia, filosofía, literatura o biología, sa y analiza es una tarea que nos incumbe
pues de poco sirve memorizar de cara a un a todos, y eso se logra leyendo, conversan-
examen fechas, datos, apellidos o nomen- do, comentando, argumentando, escu-
claturas si se esquivan las causas y las con- chando, preguntando… Y siempre al lado
secuencias de las acciones humanas y de otros, en diálogo con otros. Por ello, y
nada se aprende sobre el mundo o los pen- junto a las prácticas usuales de promoción
samientos y sentimientos de las personas. Y de la lectura, deberían desarrollarse otras
a la vez hacer de las aulas espacios sere- que respondan a los desafíos de nuestro
nos de lectura y reflexión. Cualquier tipo de presente. La lectura aparece una vez más
texto, desde álbumes ilustrados y novelas a como garantía de ilustración, razonamien-
ensayos científicos y filosóficos, pero tam- to, democracia y libertad personal.
bién comentarios y afirmaciones que circu-
lan por periódicos, revistas y redes sociales,
puede ser útil para tal fin, siempre y cuando
se utilicen como acicate para el razona-
miento y la deliberación colectiva.