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DEVOLUCIÓN
ESCUELA N° 4015
AÑO: 2016
Agradecimientos
Queremos agradecer a la directora y vice directora del establecimiento por abrirnos la puerta del
mismo y dejarnos realizar nuestra practica en dicha institución.
Así también queremos agradecer a todo los integrantes (familia, docentes, alumnos) de la
institución que se abrieron a nosotros para contarnos la situación que se vive en el establecimiento.
El diagnóstico es una herramienta clave en el Proceso de Mejora Institucional. Nos indica con datos
la realidad, en qué situación se encuentra la escuela hoy.
El diagnóstico nos brinda información precisa que nos, dará a conocer la realidad, los problemas
de la institución educativa.
ASPECTOS POSITIVOS
Roles definidos
Equipo Interdisciplinario.
Aspectos a Mejorar
Como diría Lucía Garay, “el malestar institucional es un fenómeno que se dramatiza en los sujetos,
en las relaciones y vínculos de éstos con la institución y en el interior del escenario institucional”.
En cuanto a lo observado en los recreo, sus dinámicas y en el dialogo con los actores de la
institución, podríamos sugerir que es prioritario atender las conductas agresivas que asumen los
niños y niñas hacia sus pares en los momentos de recreación.
Vivimos en una época en donde la búsqueda de placer, el facilismo, la era del “todo ya” y “sin
esfuerzos” el alto nivel de estrés, el clima de competitividad, la carencia de límites familiares, la
sociedad del bien-estar, el derrumbe de modelos de rol significativos y la alta disposición de
tecnologías de consumo que dan respuesta a necesidades personales, generan un contexto de
expresión globalizada de un modelo único de diversión juvenil conformado por las siguientes
premisas que indicarían el camino a seguir:
Para poder pertenecer a este sistema debo ser delgada, sensual, sexy, de “mente abierta” o
arriesgado, liberado, con el rol de “soy muy loco” y despreocupado, sino me quedo a fuera y no
tengo amigos.
Somos parte de una sociedad que busca desesperadamente el bien-estar por encima del bien-ser. Las
más recientes generaciones han crecido recibiendo todo, incluso lo que no han pedido, víctimas
inocentes de padres con premisas del tipo “debo darles todo lo que yo no tuve para que no sufran”,
que viven muertos del miedo a perder el afecto de sus hijos. Este miedo los lleva a evitar poner
límites que generen algún conflicto o la posibilidad de ya no ser tan queridos por sus hijos. Son
padres con culpa por priorizar la búsqueda de dinero y prestigio por encima de sus hijos y que
buscan tapar dicha culpa con objetos materiales o peor aún, con dinero porque ni siquiera hubo
tiempo para comprarles algo. Criaron así una generación de “pequeños gerentes del mundo” que no
acepta límites y considera que el mundo está en deuda con ellos y por eso pueden pasar por encima
de cualquiera. Esta generación vive las consecuencias de transición de una cultura en donde la
capacidad de amar se ha sexualizado, la capacidad de trabajar se ha hipertrofiado para dejar de ser
un medio para un fin y convertirse en el fin último, y la capacidad de sufrir y enfrentar la adversidad
se ha desecha con tal de evadir la dificultad a toda costa, dejando en consecuencia un caldo de
cultivo llamado vacío existencial, falta de sentido.
En la Actualidad vemos diversos hechos protagonizados por niños y adolescentes que nos muestran
un escenario marcado por actos violentos.
La Violencia se encuentra instaurada en diferentes ámbitos, en las calles, en los barrios, en los
hogares, por lo que la escuela no queda ajena a esta práctica. Es por esto que los niños llegan a las
escuelas repitiendo ese patrón de convivencia que está marcando la relación con el otro. Estas
conductas afectan negativamente, generando hechos violentos o situaciones límites con sus pares.
Es así como la escuela va quedando como el único lugar apto para la socialización para el
encuentro con los pares que favorezcan la subjetivación; por ello mismo es que buscamos
entender, comprender las consecuencia que generan la violencia en los juegos durante el recreo,
puesto que este el recreo es el lugar que promueve la socialización, la participación y las
interacciones personales positivas, la creatividad y el aprendizaje de reglas y habilidades para
tomar decisiones y resolver conflictos, y contrarresta las consecuencias negativas para la salud de
la inactividad y el sedentarismo de los niños.
Florencia Saldaña
Estudiante de Psicopedagogía