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Ética ciudadana

Módulo 3
Las normas
Ética ciudadana

Introducción

En nuestro diario actuar, nuestras decisiones son guiadas por nuestros valores morales, los
cuales se transforman en deberes u obligaciones que hemos asumido como importantes,
debido a que actuar de acuerdo a ellos nos da una sensación de aprobación, y, en caso de no
acatarlos, nos da la sensación de rechazo o desaprobación. Este sentimiento puede venir de
nosotros mismos o de fuentes externas. Por ejemplo, el valor de la honestidad puede
convertirse en deberes como: “no engañes”, “no copies” o “reconoce cuando algo no ha sido
originado en tu pensamiento” –una forma positiva de “no copies”-. Cuando nuestras acciones
van en contra de estos “mandatos”, entonces tenemos que asumir consecuencias. A estos
deberes los hemos llamado “normas”.
En este módulo, revisaremos el tema de las normas, pues uno de los planos en los cuales la
moral se mueve, es precisamente el normativo.

Objetivos particulares

1. Identificar la relación que existe entre los valores y las normas a fin de reconocer
cómo la actitud hacia las normas tiene que ver con qué tan valioso sea para el
individuo el someterse o no a dicha norma.
2. Distinguir los orígenes de las normas a fin de conocer la diferencia entre la autonomía
y la heteronomía moral.
3. Apreciar el papel de la autoridad en el cumplimiento y vigilancia del orden social y en
el establecimiento de normas, a fin de que sean reconocidas como legales.
4. Reconocer la influencia del pensamiento Ético Helénico y Medieval en el desarrollo de
los Sistemas éticos que nos distinguen en la Cultura Occidental.

¿Qué temas abordaremos a lo largo del módulo?

Módulo 3. Las normas.


3.1 Definición de Norma.
3.2 Clasificación de las normas: morales, legales, sociales y religiosas.
3.3 Papel de la autoridad en la creación y vigilancia del cumplimiento de las normas.
3.4 Heteronomía y Autonomía Moral.
3.5 Sistemas éticos del periodo Helenístico y Medieval.
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3.1 Definición de Norma.

Como ya se mencionó en el módulo anterior, la Moral se mueve en dos planos: el normativo y


el fáctico. El normativo es precisamente todo aquello que tiene que ver con el conjunto de
normas que rigen el comportamiento de una persona o de una sociedad. Tenemos normas
personales, normas familiares, normas académicas y normas de otra índole como las
religiosas y las legales.
En este módulo revisaremos su importancia y cómo es que nos rigen.

Las normas son el punto intermedio entre los valores y las acciones que realizamos cada día.
Para comprender mejor esta idea, piensa por un momento cuáles son tus valores, y cómo los
manifiestas en acciones. Para que esos valores se materialicen en acciones, primero se han
de convertir en algo a lo que le demos importancia mediante una obligación o deber a
realizar, es decir, una regla de conducta o una norma.

Piensa en tu actuar rutinario de cada día: levantarte, asearte, alimentarte sanamente,


estudiar, cumplir con obligaciones del hogar, llamar a los amigos, o pasar tiempo con ellos.
Todo esto parte de tus valores, pero luego se convirtieron en deberes que internalizaste y que
te ayudan a evaluar tus acciones como buenas o malas, correctas o incorrectas.
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3.1 Definición de Norma.

Una norma entonces puede definirse como un imperativo, aquello que nos da una orden, que
manda acerca de cómo debemos comportarnos. Implica el “Deber ser”, o el “Deber hacer”.
Las normas implican expectativas tanto internas –de nosotros mismos-, como externas –de la
sociedad o de otras instancias como Dios, la Constitución, etc.-, con respecto al
comportamiento de los individuos en sociedad. Estas expectativas son las maneras ideales
que sugieren aprobación o desaprobación tanto de nosotros mismos como de otros hacia
nosotros. Los individuos en sociedad conocen esas normas y generalmente las siguen. Estas
normas son de varias clases y tienen varios grados de urgencia a ser cumplidas, así como de
sanción a quien no se apegue a lo establecido.

Muchas teorías se han generado en torno al origen de las normas y cómo un individuo es
capaz de internalizarlas. Precisamente al final de este módulo revisaremos las posturas
teóricas que hablan acerca de si el individuo ha nacido con la capacidad de evaluar los actos o
aprendido acerca de ellos en la vida en sociedad. El hecho es que algunas normas tienen
sanción exterior al individuo mismo, como son las leyes, o el rechazo social, pero otras más
tienen sanción en nosotros mismos, aquello a lo que hemos llamado “la voz de la conciencia”.

3.2 Clasificación de las normas: morales, legales, sociales y religiosas.

Como se ha visto hasta aquí, las normas tienen origen en diversos ámbitos con los que el ser
humano interactúa, incluyendo a su propio Yo. En este punto, reflexionaremos acerca de cada
uno de esos orígenes, empezando por las normas morales, para revisar su relación en
semejanza y diferencia entre otros tipos de normas.

Algunos piensan que la moral es algo muy parecido a la religión, y rechazan un curso como
éste argumentando que los buenos modales se aprenden en la casa, o que un curso de Ética
no te hará una mejor persona. Pero toma en cuenta lo siguiente: si bien es cierto que la Ética
en muchos aspectos se traslapa con la religión, no es la intención de un curso de Ética
enseñarte a ser una persona más religiosa; así como puedes encontrar personas religiosas
que son incongruentes con su moral, puedes encontrar personas no creyentes que guardan
una alta congruencia con los aspectos morales. Por otro lado, no pierdas de vista que la
intención de la Ética, a diferencia de la moral, es permitirte siempre un espacio para la
reflexión tanto de tu actuar habitual, como de las normas que te rigen, con la intención de
darte la oportunidad de ser una mejor persona. Toma muy en cuenta esta consideración.
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3.2 Clasificación de las normas: morales, legales, sociales y religiosas.

Normas morales.

Hemos dicho que la moral es el conjunto de normas o imperativos que existen para ser
realizados, porque se consideran valiosos, independientemente de que se realicen o no. Es en
este plano normativo de la moral, más que las acciones –plano fáctico-, en el que se plasma
interés al pensamiento filosófico, porque es a partir de la moral que se inspira la Ética para
establecer teorías que describan a la moral.

3.2 Clasificación de las normas: morales, legales, sociales y religiosas.

Normas morales.

Seguramente habrás escuchado aquel pensamiento social que declara: “las normas fueron
hechas para romperlas”. No es precisamente éste el fin de las normas, pero sí una posibilidad,
es decir, se dan en el margen de la libertad. Si no es en el margen de la libertad, la norma
moral es imposible, pues qué caso tendría establecer mandatos sobre los cuales el individuo
no tiene elección. Por ejemplo: Sé honesto, no tendría caso si el individuo no fuera capaz de
actuar de manera deshonesta.

Visto de este modo, la norma moral no presenta una relación constante o necesaria, sino que
descansa en el supuesto de la libertad.

Una característica de las normas morales es que son prácticas, es decir, juzgan el
cumplimiento o incumplimiento de aquello que se considera valioso, no explica de manera
teórica, sino evalúa mediante las normas a los hechos.
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En Ética, el concepto de ley natural tiene una connotación diferente a la que tendría por
ejemplo en las ciencias naturales, pues se refiere a la norma impresa en la conciencia del
hombre y que se opone muchas veces a las leyes civiles. Esto quiere decir que tenemos la
capacidad individual de tomar decisiones en relación a lo que es correcto, o justo,
independientemente de lo que nos dicte la sociedad o las leyes. La conciencia moral también
es llamada ley natural, en oposición a las leyes positivas que son aquellas que promulga el
Estado y que se revisarán posteriormente.

3.2 Clasificación de las normas: morales, legales, sociales y religiosas.

Normas morales.

La ley natural tiene su origen en la naturaleza misma del hombre como ser racional y
espiritual, y se reconoce como universal y absoluta.

Así pues, para concluir con esta idea, son características de las normas morales las
siguientes:
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3.2 Clasificación de las normas: morales, legales, sociales y religiosas.

Normas Legales o Jurídicas.

Existe otro tipo de normas que son conocidas como leyes positivas. Estas son aquellas leyes
que se promulgan –dictadas por una autoridad y difundidas por un medio formal, como la
Constitución- para todos los individuos de una sociedad. Por el hecho de ser normas, también
en el ámbito jurídico, implican imperativos o deberes, pero éstas tienen un carácter social y
su incumplimiento causa una reacción coercitiva, es decir, el uso de la fuerza por la autoridad
encargada de la vigilancia de dichas normas.

Las normas del derecho positivo establecen el ámbito de la legalidad, esto es, el ámbito de los
mandatos, prohibiciones y permisos que han de regir obligatoriamente los actos de los
ciudadanos en el territorio de un determinado Estado, so pena de cargar con las
consecuencias desagradables que el propio Estado tenga previsto imponer a los infractores.

La violación de las normas jurídicas o legales trae como consecuencia el castigo penal como
multas, cárcel, o sanciones de otro tipo, como algún servicio a la sociedad.

3.2 Clasificación de las normas: morales, legales, sociales y religiosas.

Normas Legales o Jurídicas.

El Derecho nos garantiza equidad en las relaciones sociales, las libertades públicas y el
ordenamiento de la libertad social.
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3.2 Clasificación de las normas: morales, legales, sociales y religiosas.

Normas Legales o Jurídicas.


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3.2 Clasificación de las normas: morales, legales, sociales y religiosas.

Normas Sociales.

Dentro del comportamiento normativo se encuentran reglas convencionales que no son


propias del ámbito moral, pero que de igual manera regulan el comportamiento de las
personas en sociedad. A estas reglas se le conocen como reglas o normas sociales, y sirven
para la convivencia o el trato social.

Estas normas también entrañan obligaciones para los individuos. Ejemplos de estas normas
son el vestir para ciertas situaciones: para la escuela, para la práctica de un deporte, para
una ceremonia; el trato entre hombres y mujeres, los roles que cada uno de los miembros de
una familia debe cumplir, etc.

El tipo de obligación que entraña estas reglas no es una imposición coercitiva inherente al
derecho, y tampoco hay una convicción y adhesión íntima como las normas morales. El
incumplimiento de estas normas no trae como consecuencia sanciones como las jurídicas, ni
tampoco problemas con la conciencia, aunque a veces se refuerzan unas a otras; sin
embargo, las sanciones sociales pueden ir desde la reprobación social, hasta el rechazo o el
ridículo.

Estas reglas cambian de una sociedad a otra, y hasta de un grupo social a otro. Algunas
desaparecen muy rápido, otras pueden permanecer por mucho más tiempo. Ejemplos de
estas reglas son las llamadas: reglas de urbanidad y las reglas de cortesía.
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3.2 Clasificación de las normas: morales, legales, sociales y religiosas.

Normas Sociales.

3.2 Clasificación de las normas: morales, legales, sociales y religiosas.

Normas religiosas.

Toda religión supone normas a las cuales sus fieles deben ajustarse y, que por lo tanto,
regulan su comportamiento. Aunque muchas de estas normas son muy similares a las normas
morales, por ejemplo, Los Diez Mandamientos, otras son más bien de carácter propio a sus
prácticas, por ejemplo: el bautismo. Algunas incluso pueden ir en contra de la moral, como
por ejemplo, un sacrificio humano.

En las normas religiosas la autoridad es irracional, es decir, no es discutible. Además,


implican prohibiciones. La autoridad ordena que la obediencia sea la máxima virtud y la
desobediencia el pecado. Las religiones generalmente exigen la conformidad de las acciones
humanas con la voluntad de un Ser Supremo.

Los preceptos tienen procedencia divina, y por lo tanto, el hombre no tiene capacidad para
comprenderlas y juzgarlas.
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3.3 Papel de la autoridad en la creación y vigilancia del cumplimiento de


las normas.

Para mantener y permitir que una sociedad progrese, es necesario que exista un principio
rector y activo que la dirija, que resuelva los antagonismos entre las personas y oriente las
distintas actividades hacia el bien común. Dicho principio, que debe estar dotado de poder
(capacidad de mandar) es la autoridad. La autoridad, por tanto, constituye la condición
esencial para la subsistencia de la propia sociedad.

Por autoridad se puede aludir tanto a instituciones (cargos o funciones, ej. el Ejército)
dotadas de poder, como a facultades, potestades o jurisdicciones que otorga el desempeño de
algún cargo (ej. el gobernante) o las personas que ejercen los cargos y poseen las facultades.

La autoridad supone la existencia de una capacidad o fuerza moral otorgada por ley. A esto
es a lo que llamamos poder, el cual podemos definir como el ejercicio legítimo y correcto
de la autoridad.

La legítima autoridad y el legítimo poder implican dominación y la coacción física necesaria


para hacerse obedecer, pero se trata de una dominación legal. Es decir, el poder y la
dominación, basados en la autoridad legal son legítimos; mientras que resultan ilegítimas
todas las demás formas de poder y de dominación –no basadas en la Ley-. Podemos entonces
decir que una autoridad o un gobernante son legítimos cuando su poder se fundamenta en la
ley (democracia) y son ilegítimos cuando se fundamenta en la fuerza (dictadura).

3.4 Heteronomía y Autonomía Moral.

Existen dos posturas teóricas con respecto al origen de la moral. Mientras unos piensan que
nacemos con una conciencia que nos dicta de manera natural acerca de lo bueno y lo malo,
otros piensan que la moral es una característica que desarrollamos en sociedad.

La obra “El Señor de las Moscas”, de Sir William Golding, se plantea esta paradoja del
desarrollo de la moral. Esta obra nos presenta a un grupo de niños ingleses que por razón de
la guerra, y a fin de evitarles lo feo que ésta representa, sus padres deciden sacarlos del país.
En el viaje naufragan, y van a dar a una isla desierta, donde para sobrevivir tienen que
elaborar sus propias normas tanto sociales como legales.

Quiénes se encargarían de la comida, quiénes de mantener el fuego como una señal para que
al pasar un barco pudiera distinguirlos, normas de higiene para mantener limpia la isla y
evitar así contagios peligrosos, etc. Finalmente, el terror de la guerra evitado por los padres,
lo viven aún peor, entre ellos mismos, pues degradan su condición humana y se convierten
en asesinos.

Desde la perspectiva de la Ética, aquí se vuelve a encontrar la paradoja autonomía vs.


heteronomía: ¿el hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe, o ya tiene en sí esa simiente
del mal?
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Quienes defienden la heteronomía moral aseguran que las normas morales que orientan
nuestra conducta, provienen desde afuera, de algo anterior y superior a nuestras propias
facultades. Esto implica que el orden moral es objetivo, indicándonos nuestras obligaciones y
derechos, lo permitido y lo prohibido, desde afuera del mismo ser humano, quien accede a
este conocimiento mediante sus propias habilidades cognoscitivas, entre la que desempeña
un papel fundamental la conciencia.

3.4 Heteronomía y Autonomía Moral.

Conviene antes de continuar distinguir entre conciencia psicológica y conciencia moral.


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La conciencia no inventa las normas, ni posee en sí el fundamento último de la autoridad. Es


correcta cuando toma sus decisiones de acuerdo al orden moral, y es errónea cuando se
separa de tal orden. Esto hace que cada persona esté obligada a descubrir y conocer el orden
moral adecuado, y aplicarlo a su propia conducta cotidiana.

3.4 Heteronomía y Autonomía Moral.

Para los defensores de la heteronomía moral, la conciencia no posee en sí poder director de


los actos, sino que lo recibe de un conjunto de normas y principios externos a su actividad. El
surgimiento de estos principios se explica de acuerdo a varias teorías las cuales son:
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3.4 Heteronomía y Autonomía Moral.

Sólo cuando el ser humano interioriza las normas, es decir, cuando conscientemente las
acepta o las rechaza, podemos afirmar que la norma es plenamente moral. De esta manera,
hemos de concebir a la conciencia como una realidad íntima de cada persona, con capacidad
para juzgar y asumir o rechazar los principios de su conducta. Esto le permite a través de la
vida ir corrigiendo sus deficiencias, descubriendo su orden y su sentido, interiorizando los
deberes y haciendo a las personas plenamente responsables de sus actos.

Hemos hablado hasta aquí de la Heteronomía Moral, pero también hemos de hablar al
respecto de la Autonomía Moral, según la cual el ser humano es siempre responsable de su
vida moral, y no puede renunciar a esta responsabilidad. De acuerdo a esto, siempre es la
persona singular y concreta quien se ve obligada a decidir, es decir, a elegir entre unas y
otras normas, entre unos y otros actos, revelando así su responsabilidad moral.

El progreso cultural, material y democrático de nuestras sociedades tiende a otorgar una


importancia radical a la conciencia individual. En este sentido, frente a las sociedades
autoritarias, uniformes y dogmáticas, propias de épocas anteriores, varias corrientes
filosóficas modernas y contemporáneas, de acuerdo con el espíritu democrático de la época
actual, proclaman la suprema dignidad, la libertad natural y la radical autonomía de las
personas.

Con el reconocimiento de la autonomía humana se pretende defender los derechos de las


personas frente a los poderes políticos, religiosos y militares; además, poner a todos los seres
humanos en la situación de participar de los bienes materiales, espirituales y culturales de la
sociedad, y finalmente, colocar el destino de las sociedades humanas en manos de las propias
personas que forman la comunidad y contribuir a formar una auténtica familia humana en la
que los individuos sean solidarios ante el bien común.

La autonomía es una exigencia de la madurez de los tiempos actuales y del triunfo de la


mentalidad democrática, sin embargo, el comportamiento humano está siempre condicionado
por innumerables factores geográficos, sociales, históricos, etc.

3.5 Sistemas éticos del periodo Helenístico y Medieval.

El periodo helenístico romano.

Al término del periodo clásico de Grecia, surge la época histórica conocida como Helenismo,
la cual nace a partir de la muerte de Aristóteles (322 a.C.) hasta la muerte del filósofo
neoplatónico Plotino (270 a.C.). Esta época se caracteriza por las conquistas de Alejandro
Magno, que pusieron al pensamiento griego en contacto con el mundo, y el auge de
consolidación del imperialismo romano. En esta época se consolidan las ciencias especiales
surgiendo científicos como Arquímedes, entre otros.

La filosofía adquiere un carácter práctico; se hace hincapié en las cuestiones éticas. Aquí dos
corrientes contrastantes surgen: el epicureísmo y el estoicismo.
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3.5 Sistemas éticos del periodo Helenístico y Medieval.

Periodo Medieval.

El periodo medieval se distingue por el nacimiento y expansión del cristianismo, el cual


además de ser una religión distinta a las demás, ha aportado grandes perspectivas a la Ética,
debido a su concepción diferente de la relación entre los hombres, y del hombre con el
mundo.

El cristianismo pretende encerrar una verdad absoluta, pero a su vez comprende una
diversidad de interpretaciones. La Ética, según el cristianismo, puede definirse como aquella
que presupone la existencia de un ser divino, que ha dictado normas para el comportamiento
moral, y que la conducta humana es buena si se sujeta a estas normas y mala si las viola.

Se diferencia de las revisadas en el módulo anterior, en cuanto a que las primeras no


dependen de un Ser Supremo, sino que se basan característicamente en la contemplación de
lo humano.
Según la ética cristiana, la perfección de la vida radica en el amor de Dios y se logra con la
ley divina.

El cristianismo primitivo es la primera etapa de este periodo y se distingue por hacer


hincapié en las enseñanzas morales de Cristo. Su ideal está lejos del intelectualismo y se
caracteriza por su sencillez. Sus valores son la caridad –amor-, humildad e igualdad.
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3.5 Sistemas éticos del periodo Helenístico y Medieval.

Periodo Medieval.

En una segunda etapa se especializa por defender el dogma cristiano en contra de las
herejías. Más tarde se consolida la actividad científica que abre la edad de oro de los padres
de la iglesia, la cual trata de realizar una fusión del pensamiento griego con el cristianismo.
Quien aporta en esto es San Agustín, el cual realiza las primeras síntesis entre el pensamiento
griego y el cristiano.
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3.5 Sistemas éticos del periodo Helenístico y Medieval.

Periodo Medieval.

La Escolástica: este movimiento surge en la Edad Media. Este término tiene un sentido
encaminado a fundamentar y enseñar la doctrina de la Iglesia como un sistema científico.

Su auge es durante el siglo XIII. Sus rasgos característicos son:

o Toman como base a los filósofos clásicos, en particular a Aristóteles.


o Usan el método deductivo
o Se preocupan por conciliar la fe y la razón; la filosofía y la teología.

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