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Resumen
En el presente trabajo se propone un modelo de la relación que se devela entre la
indagación y la gestión estadística de datos, el mismo exhibe las cualidades esenciales que
emergen a partir de dicha relación en la dinámica de la investigación científica en las Ciencias
Sociales. Dicho modelo se emplea en la formación los aspirantes a doctores en Ciencias
Pedagógicas, al concebir y potenciar recíprocamente la formación de las competencias
indagativa y estadística.
Introducción
La investigación científica de los procesos sociales ha sido sometida a profundas
reflexiones y debates con relación a la elección del método más adecuado para abordar dichos
procesos. Sin embargo, la complejidad inherente a los mismos, como portadores de la
dinámica y transformaciones de las realidades sociales, exige del reconocimiento de la
diversidad de alternativas y métodos que pueden ser empleados, como una perspectiva más
plausible, lo que implica que las conclusiones de esta ciencia estén siempre sujetas a revisión
y desarrollo.
Las investigaciones en las Ciencias Pedagógicas, como parte de los procesos sociales,
tampoco han escapado a estas reflexiones y debates, razón por la cual resulta de gran valor
buscar caminos alternativos que propicien mejores interpretaciones de la realidad objetiva
investigada.
Métodos
Una primer relación que se revela es la que se establece entre la indagación y la gestión
estadística de datos. La indagación interpretada como el proceso que contempla diversas
formas de estudiar las manifestaciones del objeto de investigación en su contexto y la
formulación de conjeturas preliminares, basadas en las evidencias que se deriven del estudio.
La gestión estadística de datos vista como el proceso que contempla el diseño para la
obtención de los datos, la selección de los instrumentos de medición o la creación de uno
idóneo cuando sea necesario, la aplicación del instrumento de medición y la preparación de
las mediciones obtenidas para su correcto análisis.
Para comprender esta relación es necesario partir de reconocer que las experiencias
personales y la evidencia basada en anécdotas, por sí solas, son insuficientes para sustentar
una investigación científica y que los datos recopilados intencionadamente son necesarios
para tener evidencia empírica. Todo lo cual lleva a la conveniencia de realizar un diseño del
proceso de obtención de los datos, teniendo en cuenta el objetivo, los recursos y las
características del objeto a estudiar.
Comprender un dato requiere utilizar conceptos, es decir, relacionar tales datos dentro de
una red de significados que explique por qué se producen y qué consecuencias tienen. Se
considera que se tienen datos pertinentes, o relevantes, cuando pueden ser utilizados para
responder a preguntas propuestas. Generalmente se dispone de un considerable número de
hechos en el entorno, pero sólo los hechos relacionados con las necesidades de información
son los pertinentes.
El instrumento de observación, que en ocasiones tiene que ser elaborado por el propio
investigador, adopta las más variadas formas. Por ejemplo, podría ser una encuesta que
contiene preguntas elaboradas con la pretensión de obtener información primaria para
construir categorías sobre conceptos complejos. En este caso la cuestión sería, entre otras, si
en realidad los ítems que contiene el formulario y la manera de relacionarlos para construir las
categorías, detectan lo que se quiere detectar y miden lo que se quiere medir, pues de no ser
así, aun cuando los razonamientos que se realicen sean válidos, las conclusiones no serán
confiables. Cuando una investigación satisface esta condición se dice que tiene validez
externa, lo cual está relacionado, además, con el grado de generalización de las conclusiones.
La validez interna por su parte, se relaciona con la lógica del pensamiento y los prejuicios
del investigador. En algunos casos el investigador tiene una serie de prejuicios, algunos
sustentados en el conocimiento del proceso que desea estudiar. Esto es común en los estudios
de diagnóstico de procesos; en los que se tienen ideas y conocimientos sobre el objeto, y
muchas veces se cree que lo que se sabe es la verdad. Así, cuando se realiza un estudio sobre
un determinado problema y se obtienen buenos datos, las conclusiones del estudio enfrentarán
la resistencia a reformular las creencias de los que operan directamente el proceso.
Por otra parte, la relación entre la indagación y la gestión estadística de datos se sintetiza
también en la confiabilidad de los datos, que se refiere a la medida en la cual un instrumento
de recopilación de datos producirá los mismos resultados cada vez que se aplique a
observaciones repetidas de la misma condición o hecho, o a observaciones múltiples de la
misma condición o hecho por diferentes medios.
En el caso del doctor en Ciencias Pedagógicas, es apropiado que sus competencias sean
concebidas en el sentido de la definición de los autores Castellanos y otros (2003), citado por
Duzú, R. (2003), es decir, como una configuración psicológica que integra diversos
componentes cognitivos, metacognitivos, motivacionales y cualidades de personalidad, en
estrecha unidad funcional, autorregulando el desempeño real y eficiente en una esfera
específica de la actividad; en correspondencia con un modelo construido en un contexto
histórico-concreto.
Otra ventaja que aporta la competencia estadística es que permite comprender mejor la
información suministrada en la literatura científica que aparezca en términos de estadígrafos,
tablas y gráficos, empleados para sintetizar información, así como en términos de otros
modelos más complejos para describir relaciones.
El modelo que se brinda tiene potencialidades para ser empleado en la formación de una
competencia indagativa en su relación con la competencia estadística. Dichas competencias
tienen gran importancia en la formación de investigadores y pueden ser sometida a profundas
reflexiones y debates en aras de adecuarse cada vez más a las exigencias formativas de los
tiempos actuales.
Bibliografía