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Hacia mediados del siglo XIX el sistema capitalista experimentó un nuevo impulso conocido como la “Segunda
Revolución Industrial” o “segunda fase de la industrialización”.
El ferrocarril y los barcos a vapor revolucionaron los transportes y vincularon los mercados con mayor fluidez. Las
comunicaciones también protagonizaron avances.
El acero, el petróleo, la electricidad y la industria química fueron otros de los signos distintivos de esta etapa. El
capitalismo se extendió a escala planetaria.
El crecimiento de la producción saturó los mercados, se redujeron las ganancias y se inició una crisis económica en 1873.
Los Estados tomaron medidas de corte proteccionista (Este nuevo período se caracterizó por el intento de las grandes
potencias de frenar el ingreso de productos extranjeros, a la vez que se buscaba expandir las ventas de productos propios).
De este modo, las naciones que estaban en posición de producir buscaban conquistar nuevos mercados para vender sus
productos; simultáneamente, intentaban obtener materias primas más baratas.
Las transformaciones en la agricultura europea, conjuntamente con las luchas sociales y políticas, produjeron la expulsión
de trabajadores que migraron hacia regiones -como la Argentina- caracterizadas por la escasez de mano de obra.
¿Qué es el capitalismo?
Capitalismo es un sistema económico en el que la clave está en la propiedad privada de los medios de producción
(herramientas, tierras, maquinarias, etc.) y la libertad para contratar.
Capitalismo industrial. Está estrictamente vinculado con el desarrollo de la Revolución Industrial desde finales
del siglo XVIII y comienzos del XIX. Las nuevas fábricas se convierten en el motor básico y transformador, tanto
de las estructuras económicas como sociales; al mismo tiempo generan grandes beneficios y capitales que dan a la
burguesía una posición dominante en el sistema y le permite autofinanciar y ampliar sus actividades.
Capitalismo financiero. Existe este tipo de capitalismo cuando se da una subordinación de todas las actividades
económicas al capital bancario y financiero. Se desarrolla a partir de 1870, debido a las crecientes necesidades de
capitales para poner en marcha nuevos negocios, capitales que los empresarios obtendrán en las entidades
bancarias y financieras y en la Bolsa de valores.
Paralelamente, la creciente competencia favorece la existencia de procesos de concentración del mercado en unas pocas
empresas, lo que favorece la creación de políticas imperialistas y colonialistas, de ahí que a veces se lo denomine:
capitalismo imperialista.
Proletariado (término utilizado como sinónimo de "obreros". Es la clase social que, dentro del capitalismo, está
obligada a vender su fuerza de trabajo a cambio de un salario.
Mientras la burguesía se diversificaba y expandía gracias a las posibilidades de ascenso económico y social, los
trabajadores avanzaban en sus luchas y reclamos sostenidos por propuestas ideológicas que denunciaban las injusticias
sociales. La burguesía y el proletariado se consolidaban como las clases sociales protagonistas del capitalismo.
El slogan “el tiempo es dinero” sintetiza las preocupaciones que atravesaba el sistema económico en su afán de
maximizar sus ganancias.
Se ensayaron experiencias exitosas de organización del trabajo y la producción. El objetivo de estas experiencias era
reducir los tiempos improductivos que existían dentro de la jornada laboral. Sus ventajas desde el punto de vista de la
productividad y de la acumulación capitalista se hicieron evidentes en los años de entreguerras.
Taylorismo: Al mismo tiempo que los capitales de la industria norteamericana (Rockefeller, Morgan, Ford) emprendían la
concentración económica, se comenzó a practicar en los Estados Unidos la racionalización empresarial, llamada
Organización científica del trabajo o Taylorismo.
Taylor había trabajado en la industria del acero y observó que no existía una sistematización del trabajo. Sobre la base de
su propia experiencia propuso estrategias para organizarlo:
El trabajo se fragmenta en pequeñas tareas, que se miden cronométricamente, para determinar cuánto duraba el trabajo
completo. ¿Para qué? :
Para ver si el tiempo podía ser reducido y conseguir una producción: mayor, más rápida y de menor costo.
La Taylorización de la producción tuvo lugar en Estados Unidos durante la década del ’20. La misma fue adoptada y
desarrollada por Henry Ford en su compañía automotriz.
En 1908 Ford introdujo en el mercado norteamericano “el modelo T”, de color negro y diseño simple (sin puertas, sin
velocímetro) que costaba 850 dólares.
La gran demanda de este vehículo, impulsó la revisión de los métodos de producción y en 1914 introdujo la línea de
montaje o producción en cadena. El automóvil podía ensamblarse en forma rápida, si previamente se producían sus
partes y se uniformaban las piezas. Los obreros debieron adaptarse al ritmo de la cinta transportadora. Se tardaba 93
minutos en ensamblar un automóvil (antes doce horas y media). Se redujeron los tiempos y los costos de la fabricación.
Esta innovación empresarial fue conocida como Fordismo.
El neocolonialismo se produce cuando el país sometido es independiente políticamente; la dominación se ejerce sobre
su economía, mediante la acción directa de grandes compañías monopólicas (extranjeras, es decir, cuyos capitales son del
país imperialista) que son dueñas de recursos básicos del país neocolonial, o por medio de la subordinación financiera
(créditos y préstamos) que condicionan la vida política de esos territorios.
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Se denomina era del imperialismo al período que comienza aproximadamente en 1875 y culmina con la Primera
Guerra Mundial. En esta época, algunos países comenzaron una expansión sin precedentes, definiendo una nueva relación
entre los países industrializados y los demás.
La competencia los llevo a producir un “reparto del mundo”: impusieron su presencia económica y financiera en
Latinoamérica (que mantuvo su independencia política); pero en África, el dominio fue directo.
Razones económicas: luego de la crisis de 1873, las industrias europeas necesitan mercados donde colocar sus
inversiones de capital (ferrocarriles, telégrafos, préstamos), para evitar que sus ganancias continúen bajando, en
las nuevas regiones se podían vender sus productos sin competidores y obtener de ellas, materias primas.
Razones políticas: deseo de prestigio y de poder de los gobiernos y un nacionalismo exagerado por parte de los
pueblos.
Expansión del cristianismo, la falsa creencia de superioridad de los pueblos “occidentales” sobre los
“inferiores”, por lo que su “misión” era “civilizadora”.
Surgen diferentes imperios coloniales encabezados por: Gran Bretaña (tenia colonias en todos los continentes), Francia,
Alemania, Italia, Bélgica, Holanda, Japón, Estados Unidos.
a) El imperio británico: Cesa la trata negrera y aumenta el interés por los mercados sudamericanos, indios (hindúes)
y chinos. Conquistan nuevos territorios a lo largo de la primera mitad del siglo XIX: Colonia de El Cabo
(Sudáfrica, arrebatada a los holandeses), Singapur, Islas Malvinas, Hong Kong (sustraída a China).
b) El imperio de la India: En 1858 completa la conquista de India, lo que le permitió proyectar a Gran Bretaña
sobre el Pacífico su poderío político y económico. Habían podido apoderarse de distintos reinos y principados ya
sea por conquista directa como participando en algunas luchas dinásticas y apoyando al candidato que los
favoreciera. Cuando la conquista estuvo consolidada, la Compañía de las Indias Orientales, que había edificado
ese imperio, dejó de existir formalmente, y el gobierno británico tomó en sus manos la administración de la India.
La reina Victoria pasó a ser Emperatriz de la India. Con el lema “dividir para reinar”, hicieron diferencias entre
distintas etnias del Imperio.
c) La relación con China: En el siglo XIX intentan modificar el comercio oriental (abrir los mercados de China y
Japón, para colocar sus productos). ¿Cómo lo harían? : liberando el comercio en esos países y presionando a los
poderes locales para eliminar impuestos y trabas legales.
Los mercaderes compraban en la China enormes cantidades de seda, té y ruibarbo (vegetal usado como laxante), pero no
lograban vender nada hasta que comenzaron a introducir, como contrabando, el opio cultivado en India (tiene efectos
medicinales, pero produce adicción y es tóxico). El opio estaba prohibido en China, pero los contrabandistas no hicieron
caso a la prohibición, promoviendo el consumo entre los habitantes. El gobierno chino los reprimió. El gobierno inglés los
protegió y esto originó las dos guerras del opio. Con la primera (1839-1842) Gran Bretaña se apoderó de Hong Kong y
obtuvo la apertura de cinco puertos al comercio. Con la segunda (1856-1860), en la que participaron también los franceses,
lograron la apertura de nuevos puertos y concesiones que fueron en aumento con el correr de los años.
d) Japón: rusos y norteamericanos desean la apertura comercial: apertura de los puertos de Yokohama y Osaka,
ventajas en los impuestos, establecimiento de una administración extranjera.
e) El reparto de África: Primera etapa de presencia europea: El tráfico de esclavos constituye el primer episodio de
la gran operación comercial que despobló el África negra.
Segunda etapa: es la presencia de exploradores, misioneros y científicos, que justificaron su accionar, en la
superioridad del hombre blanco y su “misión civilizadora”en los pueblos atrasados.
En la Conferencia de Berlín de 1885, las grandes potencias (Gran Bretaña, Francia, Alemania; Austria-Hungría,
Bélgica, Portugal) fijaron las reglas del nuevo imperialismo.
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Se demarcaron los intereses y las normas para el reparto del continente africano. Se reconoció el Estado libre del
Congo bajo la soberanía del rey belga Leopoldo II, y la libre navegación de los ríos africanos Níger y Congo.
También se estableció que no se puede pretender la posesión de un territorio, sin la ocupación efectiva y un real
ejercicio de autoridad. Además, se debía comunicar inmediatamente a las demás potencias firmantes para su
reconocimiento. Se consumó de este modo, la conquista y el mapa colonial en África.
El imperialismo norteamericano
Entre el fin de la guerra de Secesión (norte contra el sur en 1865) y la Primera Guerra Mundial, los Estados Unidos se
consolidan como un país continental con costas en ambos océanos. Se habían convertido en una potencia económica
industrial. En 1869 se termina la construcción del ferrocarril transcontinental, que junto con el telégrafo, unieron ambas
costas. El avance de la frontera interna impidió que los norteamericanos se ocuparan de asuntos externos hasta la segunda
mitad del siglo XIX, pero a partir de la guerra contra España, en 1898 (que había sido declarada por los cubanos con el
propósito de lograr la independencia de su país), Estados Unidos inaugura una política de fuerte intervención imperialista
en América Latina.
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a) La intervención en Cuba: En la década de 1880 los estadounidenses comienzan sus inversiones en Cuba, en las
ramas azucareras, minera, tabacalera y ferroviaria. Intervienen en la guerra de independencia de Cuba contra
España, con la excusa de que ésta había bombardeado un acorazado suyo. Los norteamericanos desembarcaron en
la isla con 17.000 hombres. La consecuencia para España es la pérdida de las últimas posesiones coloniales en
América. La isla de Puerto Rico es transferida a Estados Unidos, además de las islas Filipinas y Guam en el
pacífico, estas últimas cedidas a cambio de 20 millones de dólares. El gobierno de Estados Unidos, reconoce la
independencia de Cuba, pero se atribuye el derecho de intervención de la isla y su defensa ocupando las tierras
necesarias para una base naval (la de Guantánamo), que todavía hoy conservan.
b) La política del garrote: Las inversiones norteamericanas van paralelas a la política de intervención en las débiles
repúblicas caribeñas y centroamericanas. El presidente Roosevelt es exponente de una agresiva política exterior
llamada política del garrote. Estados Unidos ocupa Haití (1915) y Santo Domingo (1916/24), asumiendo el
control de las aduanas de este país, y “fabrica” la independencia de panamá, provincia de Colombia, para
asegurar en su territorio la apertura de un canal interoceánico.
c) El canal de Panamá: En 1898, la anexión de las islas Hawai y la posesión de las Filipinas, permite a los Estados
Unidos consolidar sus intereses comerciales con el Lejano Oriente (los mercados de China y Japón). Este
comercio alentará el proyecto de apertura de un canal interoceánico que comunique ambos océanos a través de
América Central. Una compañía francesa obtuvo el permiso para iniciar las excavaciones y construir el canal en
Panamá.
Pero la empresa francesa quiebra, por lo que en 1902 el Congreso norteamericano autoriza la compra de la compañía,
adquiriendo además, del gobierno colombiano, el dominio perpetuo sobre una franja de tierra situada en su territorio y el
uso exclusivo del canal.
El Senado de Colombia rechaza el tratado. Esta postura lleva al presidente Roosevelt a apoyar un movimiento separatista
panameño. En 1903, marines norteamericanos desembarcan en la ciudad de Panamá y el gobierno de Washington
reconoce al nuevo país, que cedía a perpetuidad a los estados Unidos, una banda de tierra del Atlántico al Pacífico. A
cambio se le concedía una regalía de diez millones de dólares y el pago de un arriendo de 250.000 dólares anuales.
La república panameña queda de hecho bajo jurisdicción norteamericana: una parte de su territorio fue convertida en la
Zona del Canal de Panamá. El canal fue inaugurado en 1914. El control de este canal da impulso a una política
imperialista en el Caribe.
La aspiración panameña de ejercer la soberanía sobre la zona del canal dio con Omar Torrijos (presidente panameño que
muere en un sospechoso “accidente” aéreo).
En 1977 se firma un acuerdo con el presidente norteamericano Jimmy Carter. Allí se establecía que el traspaso del Canal
sería al terminar el siglo (el 31 de diciembre de 1999), hecho que finalmente se hizo realidad.
La diplomacia del dólar: Los sucesores de Roosevelt denominaron “diplomacia del dólar” a este tipo de
intervencionismo en los países vecinos. La doctrina sostenía que el gobierno de Estados Unidos tenía derecho a buscar y
proteger negocios lucrativos (inversiones) para sus empresarios.
En 1904 se dará una nueva interpretación de la Doctrina Monroe de 1823 (que negaba el derecho de las potencias europeas
a intervenir en América): el presidente Roosevelt, adjudica a los estados Unidos como depositarios de la “civilización” el
derecho a “ejercer un poder de policía internacional”. Si las naciones lindantes no se mantienen reglamentadas y prósperas,
el gobierno de los Estados Unidos, podría interferir en algún Estado que parezca incapaz de mantener el orden en su propio
pueblo, o con el objetivo de proteger los intereses norteamericanos.
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La mayoría de los países, solo pudieron integrarse como productores de alimentos o de materias primas.
_ En el caso de los países latinoamericanos, el orden neocolonial, no requería el dominio político por parte de la metrópoli
sobre los territorios (sin necesidad de pagar los costos de mantenimiento de funcionarios políticos y administrativos, ni
fuerzas de seguridad). Pero esto sería indispensable, en el caso de las colonias formales.
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