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Capítulo 6 El preescolar: desarrollos físico, cognoscitivo y lingüístico 205
Uso preferente de una mano A los investigadores les intriga desde hace mu-
cho la preferencia por la mano derecha o izquierda, que es una función de la la-
Radiografía de la mano y de la muñeca teralización. La mayoría de las personas prefieren la mano derecha y, por tanto,
de un niño de seis años. Observe el presentan un fuerte dominancia del hemisferio izquierdo. No obstante, aun
grado de osificación de sus huesos.
cuando hay una gran preferencia, los niños pequeños pueden aprender a utili-
zar la otra mano, flexibilidad que disminuye con la edad. Las investigaciones
dedicadas a la dominancia hemisférica indican que la mayor parte del lenguaje
de los diestros está localizado principalmente en áreas del hemisferio izquierdo.
En el 10 por ciento de la población restante, que es zurda, el lenguaje lo com-
parten los dos lados del cerebro. Esto indica que, en general, el cerebro de los
zurdos puede estar menos lateralizado (Hiscock y Kinsbourne, 1987). La obser-
vación de que los zurdos suelen ser ambidiestros —es decir, que emplean las dos
Figura 6-2
manos con buena coordinación y habilidades motoras finas— es una prueba adi-
cional de este fenómeno.
En casi todos los niños, la preferencia por una mano se establece entre la niñez
temprana y la niñez media (Gesell y Ames, 1947). Además de la maduración del
cerebro, la preferencia por una mano refleja a veces las presiones de los padres
y de los maestros para usar la mano derecha que goza de la “aceptación social”
(Coren y Porac, 1980). Pese a ello, prevalece la opinión de que debe permitirse
que la preferencia por una u otra manos surja de manera espontánea, sin que
haya coacción de por medio.
La mayoría de los niños de tres a cinco años muestran asimismo una prefe-
rencia bien definida por una de las dos piernas que se perfecciona durante la ni-
ñez media. Los investigadores señalan que como la sociedad influye menos en
la preferencia por una pierna que en la preferencia por una mano (los padres a
veces obligan al hijo zurdo a utilizar la mano derecha), la ausencia de desarro-
llo de esta preferencia por una de las piernas puede ser en realidad un indica-
dor confiable de retrasos de desarrollo relacionados con el establecimiento de
las preferencias (Bradshaw, 1989; Gabbard y otros, 1991).
Camina con las piernas separa- Mantiene juntas las piernas Puede variar el ritmo cuando Puede caminar sobre una viga de
das, y vacilante. cuando camina o corre. corre. equilibrio.
Puede subir, empujar, jalar, correr, Puede correr y desplazarse con Salta con torpeza; brinca. Salta rítmicamente; se sostiene
colgarse de las dos manos. mayor fluidez. sobre una pierna.
Tiene poca resistencia. Alcanza los objetos con una mano. Tiene más fuerza, resistencia y Sabe usar botones y cremalleras;
coordinación. puede amarrarse las agujetas de
los zapatos.
Alcanza los objetos con las dos Mancha y embadurna al pintar; Dibuja formas y figuras simples; Usa los cubiertos y las herramien-
manos. apila bloques. hace pinturas; usa bloques para tas en forma correcta.
construir.
y Schneider, 1977). A los tres años corre, vuelve la cabeza y se detiene con mayor
suavidad que a los dos años, aunque ni sus rodillas ni sus muñecas tienen la
flexibilidad que alcanzarán a los cuatro o cinco años (Woodcock, 1941). También
suelen extender sólo la mano preferida para recibir algo como las galletas.
A los cuatro años el niño puede variar el ritmo de carrera. Muchos también sal-
tan (aunque con torpeza) y pueden brincar en el mismo lugar o mientras corren;
a los cinco años puede brincar con facilidad, caminar con confianza sobre una
viga de equilibrio, sostenerse sobre un pie algunos segundos e imitar los pasos de
la danza (Gesell, 1940). Si bien muchos niños de cinco años pueden arrojar un ba-
lón sobre la cabeza y atrapar un balón grande si se les lanza (Cratty, 1970), estas
habilidades seguirán perfeccionándose en los próximos años (Robertson, 1984).
Mientras que los niños de tres años tal vez empujen un carrito de muñecas
o un camión grande de juguete por el gusto de hacerlo, un niño de cuatro años
subordina de manera funcional esa acción a un juego de fantasía o a otras di-
versiones, aunque siga ejecutando algunas acciones motoras porque le gustan.
La actividad global alcanza su punto más elevado entre los dos y tres años y
disminuye en forma gradual durante el resto del periodo preescolar. La reduc-
ción empieza primero en las niñas, razón por la cual a algunos varones les cuesta
trabajo quedarse quietos en su asiento en el jardín de niños (Eaton y Yu, 1989).
entre los dos y tres años de edad puede ponerse y quitarse algunas prendas
simples. Abre y cierra la cremallera y sabe usar la cuchara.
El niño de entre tres y cuatro años puede abotonar y desabotonar botones
grandes y “servirse” él mismo la comida, aunque a veces al hacerlo provoca un
verdadero caos. Entre los cuatro y los cinco años puede vestirse y desvestirse
sin ayuda y utilizar bien los cubiertos. De los cinco a los seis años puede hacer
un nudo simple; a los seis años por lo general se amarra las agujetas, a pesar de
que a algunos les es difícil y piden ayuda.
su propio valor sin perseguir una meta identificable, salvo quizá la competen-
cia y el dominio. Por el contrario, la conducta motivada extrínsecamente la
llevan a cabo para obtener reforzamiento.
Por último, la retroalimentación que reciben por sus esfuerzos les ayuda a ad-
quirir y perfeccionar las habilidades motoras. Los padres y los compañeros les
dicen que lo están haciendo muy bien y los estimulan a superarse. La retroali-
mentación a veces proviene de la conducta misma. Por ejemplo, cuando un niño
sube una escalera de juguete, le procurarán placer la tensión de sus músculos y
la experiencia de estar a cierta altura y de contemplar cosas que no son visibles
desde el suelo. Los padres y los profesores pueden contribuir mucho al acentuar
esta retroalimentación interna. Algunas expresiones concretas como “Ya tienes
un fuerte apoyo en la barra” son más eficaces que un elogio general como “Estás
subiendo muy bien las escaleras”.
REPASE Y APLIQUE 1. Describa los principales cambios físicos que se operan en el cuerpo del
preescolar y su relación con su creciente sentido de competencia.
2. ¿Cómo interactúa la lateralización del cerebro con los desarrollos físico y
motor?
3. Resuma los hitos del desarrollo de las habilidades motoras gruesas y finas
en el preescolar, y describa las condiciones necesarias para aprenderlas.
Desarrollo cognoscitivo
Cuando observamos los cambios que ocurren en el desarrollo del preescolar,
a menudo es difícil distinguir las contribuciones de la creciente competencia
física y las del desarrollo cognoscitivo. A menudo el niño utiliza su cuerpo
como terreno para probar sus incipientes habilidades intelectuales.
Décadas después de que Piaget iniciara sus investigaciones, sus teorías toda-
vía son una base importante para entender el desarrollo cognoscitivo, aunque
otras ponen en tela de juicio algunas de las conclusiones concernientes a estas
habilidades del niño y a la forma en que las adquiere. Comenzaremos por exa-
minar las observaciones de Piaget sobre el periodo preescolar y después consi-
deraremos otros planteamientos.
No puede girar o detenerse de pronto o con Tiene control más eficiente al detenerse, Puede iniciar la marcha, girar y detenerse
rapidez. iniciar la marcha y girar. eficientemente en juegos.
Puede saltar una distancia de 38 a 61 Puede saltar una distancia de 61 a 84 Puede saltar corriendo una distancia de 71 a
centímetros. centímetros. 91 centímetros.
Puede subir por una escalera alternando los Puede descender por una larga escalera Puede descender una escalera larga,
pies, sin ayuda. alternando los pies, con apoyo. alternando los pies y sin ayuda.
Puede brincar, utilizando principalmente Puede brincar en un pie cuatro a seis pasos. Fácilmente puede andar a saltos con un pie
series irregulares de saltos con adición de una distancia de 4.8 metros.
ciertas variaciones.
Desarrollo artístico
La mayoría de los niños de tres a cinco años quizá no sean artistas tan logrados como
Wang Yani, pero con el progreso en coordinación motora fina también pueden utilizar sus
crecientes capacidades cognitivas y expresarse en sentido emocional por medio del arte.
En su investigación pionera, Rhoda Kellogg (1970) examinó más de un millón de dibujos
hechos por niños, la mitad de ellos menores a seis años de edad. Al descubrir que los dibu-
jos de los niños pequeños son similares en diferentes culturas, concluyó que las etapas del
dibujo temprano (figura 9-2) reflejan la maduración cerebral al igual que muscular.
Los niños de dos años garabatean y sus garabatos no son aleatorios. Kellogg identi-
?
ficó 20 garabatos básicos, como líneas verticales y en zigzag, y 17 patrones de colocación ¿Cuál es su punto
de los garabatos sobre el papel que aparecen para los dos años. Para la edad de tres años
comienza la etapa de figuras. Ahora el niño dibuja en seis figuras básicas: círculos, cuadra- de vista
dos o rectángulos, triángulos, cruces, X y formas extrañas. Rápidamente, los niños avan- • Los dibujos de la primera
zan a la etapa del diseño, en la que combinan dos figuras básicas en un patrón abstracto etapa pictórica de los niños
más complejo. La mayoría de los niños entran a la etapa pictórica entre los cuatro y cinco muestran energía y libertad;
años, aunque Yani llegó a ella a los tres años. aquellos de la etapa pictórica
Kellogg considera que el viraje de la abstracción a la representación durante la etapa posterior muestran cuidado y
precisión. ¿Por qué cree usted
pictórica posterior es un cambio fundamental en el propósito del dibujo infantil. A me-
que ocurren estos cambios?
nudo, bajo la “guía” de los adultos, los niños comienzan a buscar un retrato realista y
Pictórica Pictórica
temprana posterior
pierden su preocupación con la forma y el diseño, que son los elementos primarios del arte
(Kellogg, 1970).
Kellogg cita al artista Pablo Picasso: “Los adultos no deberían enseñarle a los niños a
dibujar, sino que deberían aprender de ellos” (1970, p. 36). Como el padre de Wang Yani,
lateralidad Preferencia por el uso los adultos pueden apoyar la creatividad temprana de los niños, pero permitiéndoles que
de una mano en particular. dibujen lo que quieran sin imponer sugerencias o normas.
Lateralidad
Punto de La lateralidad, la preferencia por el uso de una mano en lugar de otra, por lo general es
verificación evidente para los tres años de edad. Debido a que el hemisferio izquierdo del cerebro, que
controla el lado derecho del cuerpo, es el dominante, la mayoría de las personas favorecen
¿Puede usted . . .
su lado derecho. En los individuos cuyo cerebro es menos asimétrico, el hemisferio dere-
✔ enlistar cuando menos tres
cho tiende a dominar, lo cual les hace ser zurdos. La lateralidad no siempre es evidente; no
habilidades motoras gruesas y
tres habilidades motoras finas,
todos prefieren una mano para todas las tareas. Los varones tienen mayor probabilidad de
y decir cuándo es típico que ser zurdos que las niñas.
se desarrollen? La pregunta de si la lateralidad es genética o aprendida ha sido polémica. Una teoría
✔ identificar cuatro etapas en el propone la existencia de un solo gen para la lateralidad derecha. Según esta teoría, las
dibujo de los niños pequeños? personas que heredan este gen de cualquiera o de ambos padres —cerca de 82% de la
✔ decir cómo se relaciona el población— son diestras. Aquellos que no heredan el gen tienen de todas maneras una
funcionamiento cerebral con la probabilidad de 50% de ser diestros; en caso contrario serán zurdos o ambidiestros. La
lateralidad? determinación aleatoria de la lateralidad entre aquellos que no reciben el gen explicaría el
hecho de que algunos gemelos monocigóticos tengan preferencias diferentes en el uso de
las manos, y el que 8% de los hijos de dos padres diestros sean zurdos (Klar, 1996).