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Revista

Río
Negro

ColectivoRioNegro
Abril2011
Revista RioNegro Nº5
Revista artístico – Literaria

Número 5

Editores:

César Castillo
Cristóbal Castro
Daniela Silva
Javier Flores

Motivo de portada:

César Castillo

Web:
http://www.colectivorionegro.cl/
http://colectivorionegro.blogspot.com/

Mail:

Rionegro.Colectivo@gmail.com

(Para colaboraciones) recepcion.obras.rionegro@gmail.com


Índice.

Editorial. ........................................................................................................................ 5
Predominantem ........................................................................................................... 6
ente Verticales. .................................................................................................... 6
Danza en mí. ........................................................................................................... 7
LITERATURA IMAGINARIA .................................................................................. 8
NOSTALGIAS............................................................................................................ 9
(Sin Título) ................................................................................................................. 10
DESESPERACION ................................................................................................. 12
VIKAG ....................................................................................................................... 14
Lo nuestro siempre fue como todo lo demás............................................ 15
Mi ciudad ................................................................................................................. 16
Razones del silencio ............................................................................................ 18
Mi playa, mi bosque, mi oasis ........................................................................ 19
La Máquina de Carne .......................................................................................... 20
Predominantemente Horizontales. .............................................................. 21
CUENTO EN BLANCO. ......................................................................................... 23
BURBUJAS PELIGROSAS ................................................................................... 24
EDUCACIÓN SEXUAL COMO EN LOS ‘50 .................................................... 25
Un cuento muy especial. ................................................................................... 29
INCOMPRENSIBLE HOMENAJE A CARLOS DROGUETT O EL
ESCRITOR MUERTO EN LA ESCALERA. ....................................................... 31
Palabras caminadas. ........................................................................................... 35
Business is Business ........................................................................................... 36
La agonía de un celular ..................................................................................... 41
Continuarán… .......................................................................................................... 45
Amor Intelectual ................................................................................................... 46
La noche eterna .................................................................................................... 53
Opinión ....................................................................................................................... 58
ESCRITURA Y VERDAD....................................................................................... 59
Lanzamiento Demo Libros ................................................................................ 62
De nuestros compañeros de Ruta. .............................................................. 64
Editorial.

Río Salvaje

Un hombre, la sombra de un hombre, el alma de un cuervo cruza a


través de la niebla de una calle abandonada de Dios, nos toca como
un viento frío en la frente y luego desaparece como un felino
orgulloso - inspiración, vuelve de nuevo el viejo silencio milenario a
colmarlo todo, vuelven otra vez los sueños revividos a arrebatar la
carne, a exigir que pongamos un oído sobre la tierra que estamos
pisando - queremos hacer sagrado el pavimento -, pelear porque es
imprescindible, contra la desidia, puros, sucios como una antigua
fotografía, cómplices de todo lo que nos rodea, trascender lejos de
los mapas sangrientos que explican las relaciones humanas.
Reclamamos líderes justos, y no hay respuestas, reclamamos justicia,
y no hay respuestas - entonces creamos, y mientras sucede aparece
todo claramente, los templos secretos en el desierto, la sangre
perdida en el océano, creamos porque es necesario, desde nosotros y
para siempre, humildes y poderosos, dispuestos a entregar y a
proteger lo que no se explica con una excusa, lo que no tolera la
traición, es la lección de un amigo, es la noche con una mujer, sus
sutiles movimientos que no podemos olvidar, - podría ser la muerte
de nuevo una y otra vez -, y está en nuestras manos, es increíble
pensarlo a lo largo del tiempo, que siempre ha estado y estará en
nuestras manos, el grito, la voz, la íntima y elemental habilidad que
nos permite escuchar, leernos, pensarnos, interpretar la salvación de
un corazón en llamas sin reclamar el castigo, llevar con nosotros sin
culpa la luz que surgió de los otros y que llega con la comprensión de
un poema, un cuento, en la profundidad hipnotizante y la sabiduría
de una fotografía, en los trazos de un dibujo plasmados en segundos
como la cálida corteza de un árbol de innegable vida, en la que
vemos reflejada nuestra historia en formas que simbolizan nuestras
vivencias en el pueblo, las del barrio secreto que echó raíces en la
niebla de nuestros cuerpos y que pacta nuestra deuda con el poder
del fuego - debemos escuchar para luchar, debemos enfrentar el
torrente de la sangre subterránea, para alimentar el corazón que
desaparece...

5
Predomi
nantem
ente
Vertica
les.

6
“Sin título” por César Castillo.

Danza en mí.

Movimiento a la perfección
comienzan desde hoy
si caigo grand plie seguro
y si me pierdo improvisación.

Veinticinco del diez


mi cuerpo tiembla
las luces enfocan
el escenario a seguir.

Las últimas melodías llegan


el final se acerca
satisfecha de la obra
escucho los aplausos del fin.

Camila Villaseca Gutiérrez.

7
LITERATURA IMAGINARIA

He leído todos los libros de poesía


Que tenías en el velador
Ahora quiero beberme todas las cervezas de la nevera
Y en silencio
Imaginar tu cuerpo bajo la ducha
Como si lloviera un día de invierno.

Rodolfo de Los Reyes Recabarren


(Poema del libro inédito “Mini (ani) malismos”)

8
NOSTALGIAS

Delirio con el pasado


La chicha dulce de abril
Los asados bajo un parrón
Las doncellas perdidas en la niebla
Los puentes prohibidos
El beso clandestino
La lujuria desterrada a la hora de la imaginación.
Rojas rosas en la tierra
El himno de los trabajadores
Suena en altoparlante
Recuerdos del presidente mártir
El atisbo de Septiembre
Y la patria es un revoltijo de imágenes e historia
Cuando se apresta a nacer mi primer hijo.

Rodolfo de Los Reyes Recabarren


(Poema del libro inédito “Mini (ani) malismos”)

9
“El día que ganó Allende” por Paul Lowry http://www.flickr.com/photos/paul_lowry

(Sin Título)

10
caí

de un rostro

a otro rostro

en esa inmensidad
encontré el silencio

Diego Alegría.

11
DESESPERACION

En un mundo de caos y confusión


El dolor ataca tu corazón
Sientes que caes
En un fondo sin liberación

Por qué nos duele


Por qué sentir
Si podríamos vivir
Con un corazón infeliz

Notamos que vivir


Nos cuesta mucho
Notamos que sufrir
No tiene un fin

Desesperación,
En un mundo sin liberación
Luchando por un corazón
En busca de un gran amor

El momento llega
Y la salida no se encuentra
La pena abunda
Y el tiempo castiga

De mi vida no queda más


No quedas más que aprender
Aprender de la vida
De esta, mi única vida.

María Inés Gazmuri.

12
“Homeless” por Adnan Islam http://www.flickr.com/photos/adnanbangladesh

13
VIKAG

Celeste cielo en el mapa de caracteres


una hoja de parra
una libélula
y el grito de un pájaro
celeste cielo en el verde prado
paisajes a lo lejos
miradas al azar
complejos de asesino o de lobo
realeza
victoria
no pretendo convertir tu paz en un libro
tu alegría en una descripción
ni tu esencia en un concepto
pasto que se mueve al son del viento
que a su vez se mueve al son de un son de los beatles
que sigue el ritmo de la vida
que tiene el brillo de tus ojos
la profundidad de tu abrazo
la dulzura del durazno
colores del color de los colores mismos
pasos por los senderos de abrazaderas
y de ojos
no pretendo escribirte ni demostrarte
ni muchos menos matematizarte
vivo reflejo del agua
la laguna tu abrazo y la fogata
fruto del fruto del fruto
dios no pide limosna en una esquina
los pájaros no nadan a quince metros de profundidad
los peces no vuelan por sobre la estratosfera
el demonio no construye mediaguas para los pobres
las palabras no son capaces de contenerte.

Jorge Ignacio Muñoz.

14
Lo nuestro siempre fue como todo lo demás

Lo nuestro…
Siempre fue lo mismo
Nada más nos tiene aquí
Uno sobre otro
Algo rojo y sonriente.

15
Mi ciudad

Mi ciudad
Las calles angostas se pierden de vista
Otra vez esta allí
Es el olor que ya todos aquí conocen
El que apenas sus ingratas narices perciben
Pescados

Y mientras bajo por la calle con Manuel


Mis piernas se atolondran
El mercado aún respira
Agoniza

Frente a el las mismas putas de siempre aguardan


Y entre los clientes
Mis abuelos, mis tíos y hasta mi padre esperan
Y aquí hasta los mismos pensamientos se enredan
El tren aúlla
Y el cigarrillo de sus bocas se deshace
Se escapa

Manuel me mira a la cara


Sonríe levemente
Sólo corremos
Nos perdemos entre las putas
Entre los viejos fierros
Entre la ciudad.

Hernán Caamaño.

16
“Ciudad Post-industrial” por Libertinus Yomango
http://www.flickr.com/photos/libertinu

17
Razones del silencio

y escribo para ti
para que leas estas líneas
de malos versos
y de rimas perdidas

escribo para justificar mis silencios


mis palabras que se encallan
en los pliegues suaves de tu sonrisa

escribo después de casi diez años


de un beso en la mejilla que aún recuerdo
cuando sólo conocía tu silencio
y me asombraba tu cuerpo
y tus ojos eran de mar
y luego te hablaba de otro nombre
que sólo olvidaba cuando tú sonreías

escribo sin decir lo que siento


y he pensado en tu mano tomada por la mía
cuando mi silencio podría haber gritado esa tarde
lo que sigo callando esta noche
esperando verte alguno de estos días

Fernando Palacios M.

18
Mi playa, mi bosque, mi oasis

Mis pies descalzos sienten el calor de la suave arena al


caminar bajo el sol, el mar, con extrema confianza alivia mi
dolor al pasar sus suaves olas sobre mí. Estás a mi lado,
cabizbajo, leve sonrisa, y una gota en la frente que el sol
provocó. Estamos lejos, pero sólo a unas cuadras de la
calle. El mundo nos pertenece ¿sabes?. Esto es nuestro,
nosotros lo construimos. Seamos como el mar,
refresquémonos de nuevos recuerdos. Seamos como el sol,
para siempre iluminarnos de buenos pensamientos. Esto es
nuestro, nadie lo puede destruir. Caminemos un poco más,
entremos al bosque. Los animales notan nuestra presencia,
sin embargo no se acercan. Los árboles no reclaman sus
cortes sólo porque de boca carecen, y la lluvia llega como
un regalo para ellos, pero como un tormento para los
animales. Seamos como animales, salvajes y respetuosos.
Hagamos que no tenemos boca cuando sea necesario, pero
expresémonos como la agresiva lluvia en momentos más
complicados. Ahora corramos ¿sientes el viento y la lluvia
golpear tu cara?, es fantástico. Corramos más rápido, y
descansemos en el desierto. Todo es árido, los animales se
esconden, nada verde que ver, pero cada uno tiene su
propia belleza. Ven, sígueme. Un oasis, no todo es seco
aquí como pensabas. Hagamos que nuestra vida sea como
un oasis, cuando ves todo seco, árido y sin esperanza,
siempre habrá una planta que sólo con una gota de agua
puede volver a crecer.

Antonia Galdames Markusovic.

19
La Máquina de Carne

La máquina de carne se vuelve caduca


en las rendijas adoloridas de la vejez.
La señora Elba-Lazo aún apunta
con la punta de su bastón como si fuera
un rifle de doble cañón con una mira
telescópica que como un todo
todo lo ve desde el enojo, el enojo
de una hierba mala que jamás morirá.
Sus piernas no la acompañan pero el
punzeteo que fatigó mi niñez nos
hizo jamás conocer,
ahora
con la afabilidad que te da tu última hora
sigues siendo memoriona y llenadora
como si timaras al tiempo del recuerdo
de la memoria, de la historicidad
causada pesadumbres, empero;
la máquina de carne no te sigue
y te limita a contemplar desde
donde el que fuere el bar de los encantos
a quienes tú regañabas con ladridos y
dientes y muelas por que te diste
rabia al ser feliz,
pero ahora masticas aire y se te parten los dientes,
sueñas que se te parten los dientes
te arrepientes y te escondes
en tu altar pagano recuerdo
masticas duermes no sales
gruñes y mientes, mientes
mientes para no contradecir tus
mentiras de antaño, mentiras que te desvivieron.
nunca nos diste la receta de tu largo vivir.
así yo, yo así prefiero mascar lauchas.

Cristian Ricardo Guajardo Garrido.

20
Predomi
nanteme
nte
Horizon
tales.

21
22
CUENTO EN BLANCO.

En cierto concurso, un cuentista colocó al ensobrar sólo


una hoja en blanco. Pese al error, igual obtuvo el segundo
premio.

Sin embargo fue injusto: la hoja en blanco no resultaba


tan mala como el cuento ganador.

Héctor Zabala

(Tercer Premio en el certamen internacional


Microcuento En Rojo, del periódico Claridad,
noviembre 2010, Puerto Rico)

23
BURBUJAS PELIGROSAS

La fiesta de fin de año de la empresa parece más animada


éste año; dejando de lado las diferencias, todos los
empleados de la firma han asistido y degustan la cena con
placer. La secretaria ejecutiva ha tomado un poco de más y
las hormonas le están empezando a hacer ebullición dentro
del cuerpo.
Como mano derecha del presidente de la empresa está
sentada a su lado; al otro lado la esposa de éste charla
animadamente con uno de los socios.
El flamante presidente ya se ha dado cuenta que algo está
ocurriendo con su empleada ya que siempre ha sido muy
discreta. En un momento la secretaria se acerca a su oído y
le murmura — quiero que me arranques la ropa y me hagas
el amor aquí mismo, sobre la mesa, delante de todos— al
tiempo que por debajo de la mesa comienza a acariciarle la
pierna con su bello pie desnudo. El empresario abre los ojos
como platos, esto no estaba previsto en su agenda. En ése
preciso instante la esposa del susodicho voltea y los ve
secreteando, — ¿…y ustedes en qué andan?— dice
divertida, sin sospecha alguna. El marido mira de inmediato
a su empleada con una mirada de ruego.
—Aquí estamos…—comienza a hablar la discreta secretaria
ejecutiva, con voz de ebria y dirigiéndole una mirada
amenazante —…le estaba diciendo que ya es hora de dar
las licencias. Le sugerí que pusiéramos las fechas sobre la
mesa y lo hiciéramos ya, aquí mismo…— finaliza con una
risa sarcástica mientras lo mira a los ojos, toma su copa y
se va a disfrutar de la fiesta.

Patricia O.(Patokata)

24
“Chaplain Manuel M. Poliakoff had three unexpected guests” por Center for jewish
History.

EDUCACIÓN SEXUAL COMO EN LOS ‘50

El nene jugando en el arenero, el padre sentado en un


banco, en esa plaza de Caballito, una mañana cualquiera de
domingo.
De pronto, surge esa lánguida puntería, que tiene todo
nene de sentarse con fruición en el único charco de agua
sucia en varias manzanas a la redonda. Sí, justo en el
preciso instante en que la página deportiva de La Prensa
aparece ante nuestros ojos de padre inflado de sol y arena,
media hora después del: Querido, ¿sacarías al nene a la
plaza mientras les preparo un rico almuerzo? Textual, como
si ella no fuera a comer o se le pudiera decir que no.
Raúl, el papá, oye el ¡plaf! sin hacer caso. La página
deportiva (único lugar, además, que trae la conformación

25
de nuestro equipo favorito) merece un poco de respeto
religioso, ¿o no?
Cuando ya logre uno pasar del guardavalla –que
siempre será el mismo y por ende el menos interesante– el
nene se pondrá a lloriquear porque está mojado. Entonces
uno (y Raúl no será la excepción) deberá correr con el
pañuelo inmaculado antes que el querubín, que parece
saberlo todo, se seque las lágrimas por propia iniciativa con
manitos y arena pro conjuntivitis.
Pero al fin los dos cachetes marrones del pantaloncito
nuevo son un factor inapelable para dejar la soleada y
silenciosa mañana y rumbear para casa con la felicidad del
caso.
En el camino, Raúl cavila sobre quién jugará de puntero
derecho esa tarde, mientras todavía se lamenta para sus
adentros por el pequeño accidente. Sí, porque ¡nunca lo
hagas en voz alta que al nene le hace mal!, ¿o ese día no
me acompañaste al psicólogo?
De pronto el nene pregunta (y nunca sabremos si la
sucia zambullida desencadenó alguna rara asociación de
ideas):
–Papi, ¿qué es eso de los siete vecinos?
–¿Qué?, ¿siete qué?
–Ayer, mamá y dos vecinas decían que Pablito, mi
mejor-mejor amigo, nació siete vecinos.
Siete vecinos, siete... Ah sí, sietemesinos. Menos mal
que éste no escuchó bien. Parto adelantado –cae en la
cuenta Raúl, cuando sus pensamientos ya corrían entre el
zaguero izquierdo y el volante central.
–No sé, habrá que preguntarle a mami qué quisieron
decir (al menos, esta vez zafé).
Ya en casa, se encara con su suegra y con Mercedes, su
mujer: que a ver si se fijan en lo que hablan delante del
nene, che. Pero una vez casi aclarado el asunto, Mercedes
contraataca. Lo increpa porque es obligación de padre
responder todas-todas las preguntas de tu hijo: que los
traumas, que la castración psíquica, que la infancia sin
respuestas, que las secuelas temáticas recurrentes, que el
psicólogo dice, que las corrientes pedagógicas actuales
afirman, que la experiencia médica confirma, que la mar en
coche...

26
Raúl asiente en silencio (¿le queda otra?) y sale con
destino a plaza y arena, una vez que el nuevo pantaloncito
no porta dos nalgas mojaditas, y tras la nueva promesa del
rico almuerzo.
El rostro de Raúl se mantiene tieso. Es el de un
condenado regando con su propio sudor los peldaños del
cadalso. Espera de nuevo la ya vieja pregunta. Sabe que
vendrá. Sabe que los chicos son bastante obsesivos, al
menos el que le tocó en suerte.
Sí, porque ahora, seguro vuelve y me pregunta cómo
es eso de los siete vecinos. Y yo tendré que responderle
que no son siete vecinos sino sietemesinos. Él me dirá que
no entiende. Yo no haré comentarios, pero él igual me
preguntará qué significa. Yo tendré que contestar que...
bueno, que se dice así, que la gente grande, porque...
¡porque no son nueve sino sólo siete! Él insistirá con eso de
qué es lo que son siete y no nueve. Yo deberé decirle:
bueno... los meses. Y cambiaré enseguida de tema, pero él
igual arremeterá con ¿qué meses?, y yo le tendré que
aclarar: los meses en que la pancita de mamá estuvo un
poco hinchada. Pero él, porfiado, seguirá con lo de ¿por qué
estuvo hinchada tantos meses? Claro, él no puede recordar
porque es hijo único y miraba desde adentro, pero igual
habrá que decírselo. Ay, pero a mí no me sale. Soy
chapado a la antigua y estos psicólogos modernos, ¡dale
que te dale! Y el angelito de dios seguro que machacará y
machacará, porque para eso son mandados a hacer, y al fin
tendré que explicarle que estuvo así porque los nenes
nacen dentro de la pancita de la mamá. Y el muy ladino,
seguro que me pregunta: ¿y cómo llegan hasta ahí? Y
entonces viene la parte terrible y tendré que decirle lo de la
semillita de papá. Y él insistirá con aquello de ¿cómo puede
papá ponerle una semillita a mamá? y, encima, ¿dónde? Y
pedirá detalles y tendré que decirle algo. Pero no se
conformará y pedirá más y más detalles. Pero no puedo, no
puedo. Seré antiguo, todo lo que quieran, pero cuando yo
era chico a los nenes los traía la cigüeña desde París y
sanseacabó, es decir, sanseacababa. Por supuesto, nunca
entendí del todo cómo un pajarraco podía traer un bebé,
pero bueno, uno no seguía preguntando. Después vinieron
a complicarla los psicólogos y los pedagogos. Sólo faltan los

27
podólogos. Maldita sea esa Facultad y su carrera de
Psicología. Miren, en qué aprietos lo ponen a uno. ¿No ven
que es una almita ingenua?, ¿o acaso a nosotros nos
traumó el asunto cuando lo supimos de grande?, ¿o no
somos gente normal, acaso?, ¿eh? ¿Qué necesidad hay de
tener que explicarle cosas casi pornográficas?, ¿qué
necesidad de...?
–Papi, ya entendí. Ahora me acuerdo. No eran vecinos.
Eran mesinos. De meses, ¿viste? Hace mucho lo dijeron las
amigas de mamá y después lo vi en la tele.
¡Ah, menos mal, qué suerte! No va a seguirla, ya se
conformó. ¡Se acabó, zafé...!
–Ahora, papi, otra pregunta, ¿cuándo hiciste el amor
con mamá?, ¿siete o nueve meses antes de que yo naciera?

Héctor Zabala

(Tercera Mención en el Concurso Nacional de


Narrativa y Poesía de Poetas del Encuentro de Villa
Ballester. San Andrés (Provincia de Buenos Aires),
Argentina, 3 de mayo de 2006)

28
Un cuento muy especial.

Se asfixiaba el pez de aquella pecera porque Matías olvidó


simplemente enchufar ese pequeño artefacto que produce oxígeno, lo
que es necesario para que cualquier ser vivo respire, viva, salte y
brinque. El pobre pez no podía respirar, eran pocos los segundo de
vida que le quedaban y veía pasar su vida frente a sus pequeños ojos
negritos y ovalados, aquellos ojos que un día conquistaron al niño
que lo estaba dejando morir.

El pececito pensaba en su vida, vida de pez por supuesto, encerrado


en una pequeña pecera y admiraba el paisaje de la habitación del
mocoso, su desorden, sus días buenos, sus días malos, vibraba con
sus alegrías y sollozaba con sus penas, por supuesto el pez no podía
llorar y si llegaba a hacerlo nadie lo notaba porque estaba inmerso en
esa agua.

Matías intentó todo para hacer feliz al pez, todas las mañanas bajaba
corriendo y le ponía unos granito de sal al agua, para que su pececito
maravilloso se sintiera como en el océano, de donde venía,
supuestamente. Los primeros días el niño se empeñaba mucho en
alegrar a su nuevo compañero pero a medida que pasaba el tiempo la
sal ya no tenía el mismo efecto, el pececito sabía y siempre supo que
la sal no le daba ni un gusto de lo que sería estar en el océano, el ser
libre y poder recorrer llanuras submarinas, encontrarse con otros
peces y todos juntos nadar a buscar burbujas cerca de la superficie.
El pececito no pensaba en soltar de su mano ósea su aleta al niño
que cada día se empeñaba en hacerle su mojada vida más alegre, sin
embargo un día el niño dejó de empeñarse tanto, comenzó a crecer y
dejar de darle tanta importancia a la vida del pececito, de vez en
cuando le cambiaba el agua y le daba alimento. La vida alegre del pez
se volvió rutinaria, un día tras otro los mismo se repetía una y otra
vez, y un día la máquina de las burbujas dejó de funcionar y era tan
poca la atención y las ganas de hacer feliz a su pez que el pobre
murió asfixiado y sin poder nunca decirle que el océano que tanto
anhelaba que conociera lo había conocido cuando el se esforzaba por
hacer de su vida de pez, la travesía de un tiburón.

Catalina Lorca.

29
“Grey Angle Fish Swims Among Branches” por The U.S. national Archives.

30
INCOMPRENSIBLE HOMENAJE A CARLOS DROGUETT
O EL ESCRITOR MUERTO EN LA ESCALERA.

al rincón de la cama se teje un abismo sin par. le temo. voy


corriendo en su filo miro mis pies sangrar y cada paso que
doy me sigue gracias al hilillo de rojo líquido que fluye libre
fuera de mi cuerpo...
me revuelvo entre las sábanas... apareces entre aluviones
de agua turbia apareces y desapareces como una Venus
entre el barro, pero te hundes y no vuelves a aparecer
hasta que te sacan a un niño desde la vagina, un niño que
muere apenas nace pero siendo un anciano.
Me levanto y bajo a tomar algo de agua, veo el reloj sin
mirar la hora, vuelvo a la cama, camino en un campo verde
Eloy me saluda corre de los pacos, el olor a muerte le
apesta entre los dientes, se aleja peinándose el bigote con
la peineta que mi prima usa para peinar su muñeca... Eloy
sabe que yo soy un cobarde, que soy uno de esos tristes
hombres de la ciudad de los mismos que corren para
matarlo...
Despierto de un salto miro la ventana y veo las luces
anaranjadas que cierran cualquier posibilidad de nueva
adolescencia, vivimos el fin de nuestros tiempos dice mi
burocrático y profesor amigo, yo me resisto a creerlo y pujo
para cagarme en mis propios pantalones él se ríe a
carcajadas mientras pone timbres y califica a sus alumnos
que se masturban bajo sus mesas.
Un otoño aqueja a la biblia y sus hojas se desprenden como
mi cabello, de pronto el otrora libro se ciñe sobre mi calva y
se funde con ella, camino entre azucenas.
Te miro en mi memoria y pienso en la cafeína ingerida
durante los últimos meses, un power point muestra el
interior de mis vísceras y veo el fosforescente color de mis
tripas, llegas a mi lado a preguntar qué estoy mirando y sin
haberte respondido comienzas a vomitar, luego me insultas
y amenazas con matarme, yo te creo y por ello caigo a tus
pies fulminado.

31
Una cama de dos plazas se traga a dos amantes seniors.
Siendo el titular de la prensa al día siguiente. ¿siguiente de
qué? Pienso en el reloj que miré sin ver la hora, vuelvo a
estar muerto a tus pies, te explico algunos aspectos de la
filosofía de Kierkegard y me contradigo pensando en
Descartes, o algo así te explico y tú sabes que yo no
entiendo de lo que hablo y que la hora de visita está por
terminarse y afuera te esperan tus familiares y tu nuevo
amante.
una nueva réplica y me doy vueltas en la cama
nuevamente. Transpiro y llevo mi mano hasta mi ojo algo
duele en él has pensado en que si el dólar está a la baja y
subes las tasas de interés habrá un aumento de divisas en
el país ya que Chile se convierte en un lugar atractivo para
hacer depósitos en dólares, por lo que eso, como dije
antes, aumenta el numero de divisas y por ende baja aun
más el precio... y a eso súmele la inflación del globo de
juanito que se reventó en la cara de la señora gladys y le
dio un infarto que la tiene al borde de la muerte que es la
misma que yo intuyo mientras camino por el filo de la cama
que corta mis pies y que me ata a este lugar por la sangre
que voy derramando.
al final la filosofía de poco sirve y las abuelas se reúnen a
definir cuál será el destino de los próximos cinco minutos
del universo, que bien podría ser un zapallo, mientras el
reloj tiene tal fuerza que resulta imposible detenerlo pese a
la indiferencia que se le quiera dar, misma indiferencia con
la que puedes matar un espíritu no puede con la parsimonia
de la técnica en su mínima/máxima expresión: el reloj o
¿es el tiempo el culpable? ¿sabría el tiempo de sí mismo si
no existieran los relojes? ¿será el reloj al tiempo, lo que el
espejo al ser humano? si es que existe un ser susceptible
de ser llamado humano... bueno recapitulemos, son las
23:51 es martes es marzo es 2011 y ¿qué más tenemos?
un corcho, un par de calzones sucios, migajas de pan, tres
recuerdos felices y dos tristes tigres que trigo trababan en
un trigal y la fuerza de tu llanto pegado a mi cordura que
llora al verte llorar de esa manera, así el precio del dólar

32
acabará por el piso y las tetas de la claudia también en
unos cinco o diez o veinte o cuarenta o sesenta años más.
es de noche y los hombres son libres, las mujeres son
libres, las mentes son libres, las mesas son libres, los
gnomos, las ardillas parlanchinas también lo son
es de noche a la vuelta de la esquina san sebastián cobra a
un borracho lo que le adeuda, y al amanecer se les verá
salir borrachos de la misma cantina de siempre, y la señora
Sabina mirando al cielo refunfuñando que la cuestión ya
parece manda y san sebastián se ríe en la cara de la señora
y le dice que se deje de ser tan sapa. Marx se rasca la
guata, mira con reprobación a través de su ventana el
canto de los dos borrachos.
Cuando sueña el despertador nadie en la casa puede
dormir, chilla y se sacude, si Descartes viera todo esto
seguramente correría a confesarse con el Padre Karadima.
La leche con café al desayuno me quema el hocico, son las
nueve y cuarto de la mañana y ya he quedado desocupado,
el despertador sigue con las pesadillas, chilla cada cinco u
ocho segundos pero eso al bobi o Carlos, en fin, al niño
patas de perro poco le importa... y a los demás perros
tampoco... gracias al aullido de la jauría de perros
callejeros veo su cadáver en la escalera la misma que lleva
al departamento de mi amigo burocrático y profesor.
Y al final no le queda de otra que revolcarse en su tumba
don Carlos ya que hoy las editoriales no sacan sus libros y
hay que conseguirlos pirateados o descargarlos de internet.

Macropovov.

33
“Huskies pulling sledge” por State Library of New South Walles Collection.

34
Palabras caminadas.

"Los relojes siguen viendo errores, siguen viendo caídos por


sus agujas. No se van a detener hasta encontrar a aquel
que aprenda a caminar por sus tiempos, parándose en el
borde de la manilla a acariciar los minutos. Su alma de
eternidad, de delirio, de calma".
Es tiempo de cerrar las cortinas, sentarnos frente a un
espejo y vernos, vernos en medio de una inmensidad
inexistente, que te obliga a ser todo y nada. Esa
inmensidad que hace algún tiempo dejó de hablarme y me
dejó en una burbuja de pleno invierno. A veces sólo las
calles pueden mirarme, sólo el viento puede hablarme y
sólo el tiempo escucharme llorar. Mientras el resto me mira
sabiendo todo y nada, suponiendo todo y nada,
rumoreando todo y nada.
Es hora de vernos los ojos, buscar en las pupilas qué fue lo
que se quedo atrás, no el pasado, no, el ya no volverá. Es
sólo algo que se cayó al paso, quizás fue un consejo, quizás
fue una mano, quizás fue una palabra.
Una palabra infinita que corre por campos de sabidurías
desdichadas, porque siempre son dejadas allí. Una palabra
que toca con sus manos el amor para condensarlo en todo
lo que el hombre nunca ha sido capaz de describir, en todo
lo que respiramos con un espíritu de sumisión absoluta.
Una palabra cuyo aliento a despertado la nobleza de los
arrebatados, de las casas entrecortadas por una realidad
discontinua, que se asoma a nuestros pies para saludarnos.
Una palabra que se vuelve sublime y exasperante, una
palabra que no entra y sale, ni sale y entra. Una palabra
abstracta, que disipa todos los males del mundo, pero que
cuando no la toman, los conjuga en su nombre de
cómplice.

Alejandra Andrea Cevo Gallardo.

35
Business is Business

<<Las anécdotas son situaciones diarias en la vida de cada persona.


Pueden ser tomadas con humor, o con enojo. Disfruten este último
relato, basado en una historia verídica de uno de los escritores>>

Estaba yo en el pueblo de Casaverde. Un pueblito ubicado muy


a las afueras de Viña del Mar, en el sector rural. A pesar de ser un
pueblo campesino, Casaverde es “moderno” (ya que es la única
forma de llamarlo que se me ocurre) del lugar, puesto que el resto
del sector son tierras de cultivo, o bosques vírgenes de especies
nativas. Con callejuelas como laberinto, uno se perdía entre éstas de
recién llegado; sin embargo, cada lugar del pueblo era digno de
visitarse.

En Casaverde casi todos se conocen y se saludan en la calle, ya


que, con su pequeña extensión de 10 hectáreas cuadradas, que sólo
hospeda a 120 habitantes aproximadamente, es difícil no conocerse.
Aquí solo la gente mas adinerada tiene una televisión y sólo cuentan
con los canales básicos.
Aunque Casaverde tiene un solo supermercado, (y que ni siquiera es
tan “súper”) está lleno de locales familiares o “boliches”, tal como la
humilde amasandería de Doña Blanquita, de la cual más tarde les
hablaré, ya que tiene relevancia en esta historia.

En cuanto a mi historia, yo vine de la gran ciudad con mi familia


cuando era bebé, ya que la vida allá no era la que querían mis padres
para nosotros. Aquí he vivido durante 13 años, y aunque mi padre
gana lo justo para las necesidades básicas, yo ya me las he ingeniado
para ganar bastante dinero. ¿Cómo?, simple. Sólo digamos que soy
“vivaracho” y que actúo bien. Con eso les digo todo. No, no soy
ladrón ni estafador. Simplemente me las ingenio para que las cosas
salgan bien.

Bueno, lamento si he aburrido con la minuciosa descripción de


mi pueblo, pero lo vale, ya que sin esta, la historia no se entendería
bien. En fin, yo estaba de lo más contento, ya que caminando por los
bosques, me había encontrado un billete de 20 mil pesos, más dinero
del que mi padre nunca me había dado.

Estaba decidido a llevarlo a casa para dárselo a mi padre, sin


embargo, pasé frente al almacén llamado “Donde la Blanquita” y mis
propósitos se diluyeron…. El almacén era una parte de su casa que
ella destinó especialmente para su amasandería. Ahí uno podía ver
cómo se hacían las empanadas y el pan, y el olor llenaba tus narices,
casi obligándote a comprar algo. Al final me venció la tentación, y me

36
acerqué para comprarle una de sus famosas empanadas de pino
amortiguado, donde la cebolla ni se nota.

Allí estaba, igual que siempre la puerta de la reja abierta a los


clientes para que entraran. En el horno estaba la Señorita Francisca,
una mujer de mediana edad, vecina de la Señora Blanca que la
ayudaba con su trabajo, bastante arduo para sus años. Al notar que
estaba sola me acerqué y le dije:

-Buenos días Doña Francisca, ¿Cómo está?


-Muy bien,-me dijo amablemente igual que siempre.- ¿Se te ofrece
algo?
-Sí, pero antes, ¿Dónde está Doña Blanquita?
-Salió un rato,-me dijo.- Pero mira, ahí viene.- Dijo apuntando con su
mano en dirección opuesta a la que yo miraba.

Y así era. Caminando con su lento paso venía “La Blanquita”,


como todos le decían. Era una mujer de unos 75 años, con canas
muy blancas, delicados ojos azules, pero que seguía con la vitalidad
necesaria para trabajar como panadera. Medía metro y medio, más o
menos una cabeza más baja que yo. Con manos viejas, aunque muy
limpias y hábiles hacía las mejores empanadas de Casaverde. Yo la
conocía desde que era muy pequeño, y al verme se alegró mucho, ya
que hacía un tiempo que no me aparecía por esos lugares.

-¡Domingo!-gritó alegre.- ¡Hace tanto tiempo que no venías!, ¿Cómo


te ha ido?
-Bien, bien Blanquita,-dije dándole un abrazo.
-¿Qué se te ofrece, oye?
-Una de sus empanadas de pino.
-Bueno, pero tu sabes que no te la puedo regalar…el negocio no ha
ido muy bien, y tengo que ganar algo.
-Pero si yo no quiero que usted me la regale, tome- dije alargando la
mano con el dinero.
Miró el cobrizo billete bastante extrañada en un principio, y luego
desconfiada.
-Pero si esto es mucha plata Domingo, ¿Qué has andado haciendo?
-Nada doña Blanquita, sólo tuve suerte.
-Bueno… eso no me dice mucho, pero en fin. Son $500 por la
empanada.

Alargué la mano y le pasé el billete. Sacó el vuelto y me lo


pasó. Luego, fue hacia el horno, se lavó las manos y me pasó mi
empanada envuelta en crujiente papel café.
-Toma, recién sacada del horno.
-Gracias doña Blanquita, espero que le vaya bien.
-Lo mismo digo yo. Pórtate bien Domingo…
-Usted también Blanquita.

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Con este último comentario soltó una apagada risita.

En fin. Yo me alejé caminando y soplando mi empanada, ya que me


bastó con tocarla para entender que estaba casi como hierro al rojo
vivo. Sin embargo, obstinado como era yo, le saqué el “cachito”
exponiendo mi boca al vapor hirviendo. El olor a pino de carne era
increíble, mezclada con el huevo y las pasas y la solitaria aceituna.

Vagando por las calles llegué a la plaza. Una plaza cuadrada de unos
50 metros por lado. Su piso era de pastelón, con un diseño de líneas
era bastante bueno para andar en bicicleta o en patineta. Con tres
palmeras y diversos árboles añosos como robles, a cuya sombra
crece un cuidado pasto verde, que le da a la plaza un aire bastante
bello y es uno de los lugares preferidos para descansar. Para finalizar
la descripción puedo decir que también tiene una gran fuente de
agua, en cuyo centro se eleva un plinto con la estatua de un joven
nacido en ese lugar, que fue a la guerra del pacífico, y murió como un
héroe.

Me llamó la atención que en esta ocasión, la plaza estaba llena de


carpas blancas con comerciantes ofreciendo productos y mucha gente
deambulando; al acercarme más, vi que era la feria del calzado
nacional, que había llegado al pueblo. Entonces me acordé que tenía
el matrimonio de una prima en unas semanas más, y que mis
antiguos zapatos se habían roto por, digamos, desgaste natural o
término de vida útil.
Me acerqué a la primera carpa y encontré unos zapatos negros de
cuero bastante buenos; me acerqué al vendedor. Era un hombre
moreno, de mediana altura, con rostro amable, pero con cara de
inquietud. Me llamó la atención que dentro de su pelo negro y
crispado, tenía un mechón blanco que sobresalía por su frente.

Cuando me acerqué no me miró a los ojos sino directamente a mi


empanada, consumida ya en un tercio y aunque trató de disimular
me dijo:
-¿Qué se le ofrece joven?
-Quisiera saber cuánto valen esos zapatos.
-Valen $16.000… oye, ¿Dónde compraste esa empanada?

Supe que le dieron tantas ganas de comérsela como a mí y se


formuló un ingenioso plan en mi cabeza.

-Donde la Blanquita,- dije dándole un gran mordisco a mi empanada-


Son las mejores empanadas de Casaverde.
-¿Y está muy lejos?- dijo con cara cada vez más de hambre.
-Bastante, de hecho,- dije maliciosamente.
-¡Bueno!- dijo despabilándose- ¿Quieres probarte los zapatos?
- Sí, por favor.

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Se dio la vuelta para ir a buscar la caja con los negros zapatos. Mi
empanada estaba ya a medio comer. Al darse la vuelta se veía
indeciso. Finamente, como dándose por vencido me dijo:

-Ya, sabís que más, ya no me aguanto, te compro tu empanada.


-No sé…- dije tentadoramente- Es que esta muy buena.
-Te la compro a luca.

Mi plan estaba dando resultado…

-Tengo una mejor idea, tú me dejas los zapatos en $12.000 y yo te la


regalo.
-Pucha, no puedo hacer eso.- Pensó un momento- te la dejo a
$14.000. Disculpa, pero sólo es media empanada.
-$13.000,- dije regateando simpáticamente- Es mi última oferta. Que
conste que a esta mitad le queda todo el huevo, y lo más importante,
la aceituna…

Esta última palabra la estiré…manteniendo la letra a como flotando en


el aire. Al final se dio por vencido y dijo:

-Bueno ya, te la compro, pero puro porque me caíste muy bien… y


que la empanada huele increíble.

Me dio los zapatos y yo le di el dinero. Cuando me iba yendo oí como


la señora de la carpa vecina le gritaba- ¡Chis! Segundo cliente con el
que haces lo mismo. ¡Erís muy fresco tú!

Finalmente opté por emprender el regreso a mi casa con los


zapatos y el vuelto de $6.500. Me fui por el camino que pasa al lado
del estero, que en esta época del año es bastante torrentoso.
Caminando de lo más contento me tropecé con una piedra bastante
grande y caí al estero.

Cuando saqué la cabeza del agua me di cuenta de que no estaba ni la


bolsa con mis zapatos, ni el vuelto en mi bolsillo. Nadé hasta la orilla
y cuando logré salir del agua me sentí extraño. La ironía casi se podía
saborear. Me había quedado sin pan ni pedazo.
Ahora estaba mojado, sin mis zapatos ni mi dinero, y peor que todo…
sin mi aceituna. Bueno, pensé, ¿Por qué lamentarse? como dicen los
gringos, “business is business”, tan pronto se gana como se pierde,
pero la experiencia y la aventura vividas no se la pudo llevar el agua.

Matías Combes Werner.

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“joslyn piloting her bmw and cell phone at night” por Sean Dreinlinger
http://www.flickr.com/photos/seandreilinger

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La agonía de un celular

Acomodó el celular en el bolsillo derecho de su pantalón. A


Julieta le pasaron ese teléfono, porque lo querían jubilar para la
eternidad. Tenía casi quince años tecnológicos que, si lo llevamos al
paralelo de la vida humana, equivaldría a unos 75. El aparato ya no
funcionaba. Esa maldita manía de los artículos tecnológicos de
trabajar cuando a ellos les da la gana. Por eso Rosana, la amiga
argentina de Julieta le encargó expresamente matar a ese móvil con
un plan que nadie podía conocer… menos ese aparato.
- Te digo mujer que este teléfono aún está en buenas
condiciones, es cosa de cambiarle el chip-, le decía Julieta exasperada
tratando de evitar que se cometiera un homicidio innecesario. De
ningún modo iba a cambiar la opinión de Rosana. En su cabeza se
había sembrado la idea que ese celular estaba poseído y maldito.
- Vos no sabés las desgracias que me ha hecho pasar este
móvil… tenés que comprender. El diablo vive adentro de esta cosa, no
es un kilombo che, dejáte de pavadas y andá a botarlo al buzón antes
que sea tarde.
- Pero Rosana, entiende que esas son supersticiones tuyas. ¡El
celular no tiene la culpa!
-Che, este teléfono fue el que me comunicó las infidelidades de
Alberto, la muerte de mi viejo, mis despidos del trabajo, ¿acaso no
entendés Julieta querida? En efecto, Rosana le tenía bronca a ese
celular, porque gracias a él se había enterado de las peores escenas
de su vida, en las cuales interpretó el desagradable papel de
protagonista.
Había asistido al siquiatra, porque estuvo absolutamente obsesionada
con que el teléfono era el culpable del eterno otoño en el que vivía.
Los consejos del profesional y las voces que la visitaban cada noche
al tratar de dormirse, la motivaron a organizar el homicidio de ese
aparato. No tenía el valor para hacerlo. Por eso decidió que lo mejor
sería contratar a un sicario. Tampoco tuvo la valentía. Le pidió a una
de sus mejores amigas chilenas que lo fuera a fusilar a una fosa
común dispuesta en la vieja estación de trenes. Ahí desecharían para
siempre a esa máquina del demonio. Paradójicamente Rosana había
llamado a Julieta a través de ese mismo teléfono para solicitarle la
drástica decisión.
Julieta había tratado de hacer justicia con ese indefenso celular
justamente, porque sabía que era inocente. Nadie tenía que saberlo,
menos el móvil. Cuando Julieta lo recibió, lo primero que sintió fue
ternura… hasta guapo lo encontró. Era bonito, moderno y
elegantemente exquisito. Vestido de riguroso negro entero, smoking
con etiqueta blanca semejando corbata y cuello en M, ese elegante
caballero obedecía al nombre de Motorola. En su interior, cada botón
estaba en el lugar exacto y adecuado. Aunque éstos se encontraban

41
en buen estado, Julieta notó que lucían apagados, señal de que
Rosana ya había aplicado un somnífero a la máquina.
Apenas Julieta acomodó el celular en el bolsillo derecho, se
despidió de beso en la mejilla de Rosana. Se sentía como carro
fúnebre trasladando a un muerto hasta el cementerio. Le quedó
acechando la idea de que el aparato estaba poseído. No era que le
gustara auto flagelarse, pero saboreaba la idea de alojar por unos
días al diablo, si es que efectivamente en el interior habitaba el rey
de los fuegos.
Pasó cuatro días alojándolo. Le había dispuesto un sitio especial en su
velador y como enamorada de 15 años se sentó a esperar que el
teléfono se manifestara.
-Nada. No ha pasado nada. Llevo cuatro días aguardando a que el
supuesto teléfono poseído se manifieste y no ha dado ninguna señal
de que el diablo esté en su interior-, le respondió Julieta a Gabriel
mientras se tomaban un café en plena avenida central. Era el único
amigo al que le podía contar la supuesta historia del teléfono del
diablo, porque no quería adjudicarse el título de loca como su amiga
Rosana.
-Te dije millones de veces. No sé cómo pudiste creer en esa absurda
historia- respondió Gabriel, reprimiéndole la infantil decisión de
cobijar al celular para comprobar la existencia del diablo. Por eso a
Julieta, la propia idea de albergar el cuerpo de un móvil la obligó
aterrizar hasta la cordura. Había que deshacerse del aparato, cuanto
antes, porque era inservible.
Se acordó de las instrucciones de Rosana (escucháme bien querida…
ponéme atención. El móvil tenés que meterlo en el buzón de la vieja
estación, de ninguna manera en otro sitio, porque pudiera
eventualmente correr riesgo de que otra persona sea afectada por las
maldades del diablo. Allí, fijáte bien en el buzón que dice: “deposite
aquí”. Ese es la fosa común de los teléfonos poseídos. Lo dejás y no
hacés nada más… por ningún motivo te vayas a distraer en el
camino) y como un favor concedido a su amiga decidió continuar al
pie de la letra las advertencias.
Cuando iba camino al buzón, en la calle, los teléfonos públicos, le
parecían valientes guerreros que resguardaban la tranquilidad de la
berma. No son más que ancianos inmortalizados, pensaba, no tienen
nada que hacer. Tienes suerte de no jubilar como esos viejos, se
quejaba ante el celular.
Al llegar a la estación de trenes, sintió en el bolsillo derecho del
pantalón una vibración que vino acompañado de un majadero rin rin.
Sacó su propio teléfono del bolsillo izquierdo, pero el aparato seguía
dormido, tal como lo había acomodado en casa. Ni siquiera el
insistente y misterioso campaneo que continuaba ni la cara de
sorpresa de la chica logró despertarlo. Tocó su bolsillo derecho y el
viejo Motorola gritaba insistentemente.
-Hola- contestó una aturdida y escéptica Julieta. Al otro lado de
la nada la misma respuesta no tardó en escucharse por la boca del

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teléfono. Julieta no logró definir con claridad el tono de la voz,
aunque los peritajes mentales que realizó arrojaron que correspondía
a una melodía masculina adulta, de tono extranjero y sensible,
puesto que ese saludo estaba tropezado por un llanto interminable.
Julieta estaba sobrecogida. La decisión de matar al móvil se alejaba
de sus manos. La chica estaba paralizada entre la frontera de lo
absurdo, la fantasía y la realidad. Se quedó pensando en esa corta
conversación. Se suponía que los saludos servían para convocar a la
cordialidad. En esta situación Julieta no lograba desanudar los nudos
de la trampa atónita en que se encontraba.
Me voy a pellizcar para despertar del sueño, pensó. El dolor sólo
confirmó la realidad en la que se encontraba. A pocos metros se
divisaba el buzón que Rosana le había indicado para sepultar para
siempre el móvil.
Miró hacia los lados para corroborar que en su alrededor nadie
se estuviera riendo de una loca parada sin hacer nada. Emprendió de
nuevo el rumbo hacia el buzón, decidida esta vez, a sepultar a ese
maldito celular. En eso estaba cuando sintió la vibración en el bolsillo
derecho y luego, como una corriente en todo su cuerpo, que la
palideció como fantasma. La aguda melodía de sus campanazos
retumbó en el estómago que se estrujaba con cada sinfonía. Quería
estar segura que no se estaba volviendo demente y metió su mano
izquierda en el bolsillo izquierdo y la derecha en el derecho. Montó
cada móvil en sus manos y los exhibió para cerciorarse de quién
llamaba. La eventual víctima gritaba majaderamente.
- Hola, ¿quién habla?- contestó Julieta- ¿me puedes decir tu
nombre?- inquirió exaltada.
- Hola- contestaron desde el otro lado del teléfono, sin agregar más
palabras a la conversación. Julieta trató de revisar las llamadas
recibidas, pero el celular no entregó mayores datos, pues al no contar
con su batería poco y nada servía en la búsqueda de respuestas. Sus
botones no funcionaban, su pantalla estaba muerta y por dentro sus
conexiones estaban tan cortadas como la relación entre su antigua
dueña y el aparato
Julieta estaba decidida a matarlo. Contra todo lo que pasara
daría vengativa sepultura en la fosa común a ese inservible aparato.
Caminó más rápido hacia el buzón, quedaban pocos metros. El
mensaje Deposite Aquí lucía como el epitafio de una fosa común para
una decena de celulares inservibles. Ahí estaban todos amontonados
como cuerpos inútiles, viejos y jubilados. No tenían derecho a
quejarse, menos a una sepultura justa.
Cuando se enfrentó de frente le pareció escuchar los quejidos y
lamentos de cada uno de ellos. Julieta metió su mano al bolsillo
derecho y sacó el cuerpo inerte que por última vez insistió en sus
llamadas. Esta vez la chica no iba a contestar, sin embargo, la
curiosidad de saber quién avisaba, la obligó a intentarlo por última
vez. Al otro lado de la línea se escuchó una voz masculina adulta,
extranjera y sensible.

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- Hola. Te habla el diablo y te quiero pedir que no me mates. No
quiero morir en esa fosa.
- Demasiado tarde- respondió Julieta, asesinando al celular. Luego,
contestó otra llamada entrante que tenía en el teléfono móvil del
bolsillo izquierdo.

Julio Rivera.

44
Cont
inua

45
rán
Donde colocamos textos que deberás seguir leyendo en la
web, cuál teleserie online venezolana.

Amor Intelectual

(I)
La mina quedó tirada en la cama, sonriéndome y observándome
con una mirada mezcla de ternura y pasión. Yo quería huir, pero
fui –soy- muy cobarde. Sólo me quedé parado frente a ella,
desnudo, con mi miembro flácido. Sin energía. Vacío.
- Te entregué lo más preciado que tenía, lo sabes. Espero que lo
valores
- Sí. Lo sé – respondí cínicamente. En mi interior sabía que
después de esto no la volvería a ver. No me importaba mucho
tampoco, pero aun así, disfrutaba observar su inocencia y me
provocaba placer pensar que en poco tiempo yo ya no estaría
allí y que toda su entrega había sido en vano.

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Perverso. Lo sé.
Me senté al borde de la cama y tomé su pequeño rostro entre
mis manos. Al poner mi pecho sobre el suyo sentí que su
corazón latía a mil por hora. La besé como nunca. Ella me besó
como nunca. Nunca lo supe, pero creo que a partir de ese
instante se enamoró de mi. Le cagué la vida. Siempre lo hago.
Cuando la terminé de besar le acaricié el pelo y le prometí el
cielo y la tierra.
Y lo que no tenía.
Se veía feliz, eso aparentaba al menos.
Me vestí, pasé al baño y me refresqué la cara. Cuando entré en
el cuarto nuevamente ella me miró con dulzura:
- ¿Ya te vas? Yo quería que te quedaras esta noche conmigo.
- Debo estudiar. Tengo examen y me queda poco tiempo.
- ¿Nos veremos mañana?
- Sí. Por supuesto – Le mentí.
- Te adoro. Por eso hago todo esto. Me estás salvando de la
vida, y eso te lo agradezco.
Creo que te amo.

Un nudo se formó en mi garganta. Sufrí, pero sólo un poco.


Quizá sentí un poco de angustia, pero se me pasó luego.
Siempre era así.
Soy incapaz de sentir algo por alguien. Aunque quizá esta vez
fue – debió- ser distinto.
Le di un beso en la frente y me fui. Ella quedó mirándome con
felicidad, tirada en la cama.
Se veía linda. Tierna.
Obviamente no la volví a ver. Huí. Era lo que siempre hacía.
Ahora, mientras escribo esto, miro a la cama: Ella duerme. Su
cabello pelirrojo le cubre su pálido rostro. Se ve hermosa. Está
agotada, pero se le nota feliz. Ya es tarde, creo que quizá es
hora de vestirme y salir sin que nadie se dé cuenta.

Hay que seguir con la rutina.

(II)
Quedamos de juntarnos en el café y libros de la calle Mosqueto.
Llegué media hora antes de lo acordado, me senté y pedí un
jugo de frambuesa. Lo típico.
El café estaba casi vacío. Cerca mío, bajo a una estantería
repleta de libros de Bukowski y Parra, discutían acaloradamente
dos huevones con pinta de intelectualoides fracasados. Que la

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esencia, que la forma, que la materia, qué sé yo… Hablaban tan
fuerte que era imposible dejar de escucharlos.

El tiempo avanzaba imperturbablemente.

El café era bastante cómodo, estaba repleto de espejos en


donde pude notar que mi rostro brillaba. Estaba feliz, obvio, por
fin había encontrado a alguien que me valoraba por lo que era.
Me quería y yo sentía que me estaba enamorando.

Puta la huevona ingenua pienso ahora.

Lo conocí en una fiesta. En el cumpleaños de la Rocío Plaza. Él


estudiaba Sociología en la Chile. Yo estaba conversando con el
Pedro cuando él se acercó. Nos quedamos hasta tarde hablando,
me fascinaba su mundo. Esa mezcla entre Hippie e intelectual
me volvía loca. Esa noche me invitó a su departamento que
quedaba cerca de la plaza Los Domínicos. Vivía solo. Su
departamento estaba lleno de posters y afiches de Queen, Pink
Floyd, Axl Rose. Su pieza era bastante grande y en el fondo
había un retrato de él con su madre. Nunca le pregunté, pero al
parecer jamás conoció a su papá.
Apenas entramos a su departamento nos empezamos a comer
escandalosamente. Fue mi primer beso. Siempre fui bastante
tímida y los hombres no se acercaban mucho a mí. Con él fue
distinto. Me enganché apenas lo vi. Era mi complemento,
rellenaba todas mis carencias. Esa noche no pasó nada
importante. Conversamos mucho, nos reímos y quedamos de
vernos al otro día en el parque forestal.
Me acuerdo que esa mañana me levanté temprano, me arreglé
mucho y llamé a la Pau y a la Cote Correa para contarles que
había conocido al hombre de mi vida. Mis amigas se pusieron
felices. Éramos siempre las tres, pero de un tiempo a esta parte
ellas estaban consumidas por sus relaciones sentimentales y yo
me había quedado sola. Eso me estaba cagando un poco la
psiquis. Siempre fui la violinista, ahora las cosas estaban
cambiando.

Nos juntamos fuera del museo de bellas artes y fuimos a comer


a un café del Lastarria. Él amaba ese barrio. Me habló toda la
tarde de literatura y autores under que yo no cachaba. Pero
igual me fascinaba hablar con él. Tenía tanto mundo, tanta vida.
Llamé a mi casa y les dije que no volvería esa noche, que me
iría a la casa de la Cote a estudiar.

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Nos fuimos al Parlamento, un hotel que estaba al frente del
forestal. Era piola. Nos atendió un tipo que era bastante joven
pero aún así tenía una incipiente calva.
Pidió una habitación. Tercer piso. Subimos y desde ese
momento todo se volvió idílico.
La habitación era gigante, colgaban unas lámparas azules, de
vidrio que iluminaban el cuarto tenuemente. No estaba del todo
oscuro pero la luminosidad escaseaba. La cama estaba salpicada
con pétalos de flores, onda motel de película gringa.
Apenas entramos él me comenzó a besar. Yo me entregué.
Sentí que me daba tanto cariño que tenía que aprovechar.
Fue todo tan perfecto, me desvistió con cuidado y nos
acostamos. Fue mi primera vez.
No me dolió ni nada por el estilo, quizás fue así porque estaba
tan obnubilada que olvidé todo lo que pasaba.
Se vistió y yo quedé allí tirada. Se tenía que ir a estudiar. Igual
me dio lata, porque yo quería quedarme con él toda la noche.
Nunca voy a olvidar que le dije que lo amaba. Lo conocía sólo
hace tres días pero consideré que tenía que expresarle lo que
sentía. Él no me respondió. Se dio la media vuelta y se fue.

Quedamos de juntarnos hoy. Aquí y ahora.

Mi vaso estaba vacío. Llamé al tipo que estaba atendiendo, un


huevón medio chascón y que se le notaba mucho que era gay.
Le pedí otro jugo de frambuesa.
La discusión de los otros dos tipos había alcanzado otro nivel y
ambos estaban rojos. Ya no conversaban. Gritaban.

El tiempo siguió corriendo.

Diez minutos.
Media hora.
Una hora.

Tomé mi celular y lo llamé. Nadie contestó.


Volví a intentar. Lo mismo.

Me angustié.
¿Qué le habrá pasado? ¿Y si lo asaltaron? ¿Y si no pudo venir y
no tiene como avisarme?

Me desesperé y seguí llamándolo. No hubo respuesta.


De repente, como en el intento número treinta, me contesta.

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Mi corazón se acelera.

Hola flaca, sorry por no avisarte pero no pude ir. Me quedé


dormido y ahora me voy a juntar con una amiga. Creo que no
cachaste bien la onda, pero igual fue genial lo que pasó anoche,
pero quedó ahí, ¿Cachai?, onda, yo no estoy para
comprometerme ni mucho menos. Igual prefiero que dejemos
de vernos para que no te inventes expectativas. Si querís,
después tan amigos como siempre. Cuídate flaca. Igual estuvo
bueno el polvo.

Quizás algún día se repita.

Todo se volvió oscuro. Mi garganta se apretó y algo comenzó a


subir. Sin prevenirlo, las lágrimas comenzaron a correr. Primero
despacio, luego con desesperación.
No podía creerlo. No podía estar pasando. Saqué cinco lucas y
las dejé en la mesa. Los huevones que estaban discutiendo se
pararon justo cuando yo estaba saliendo. Se profirieron algunos
insultos y cada uno siguió su camino.
Yo salí llorando y caminé, caminé y llegué a una plaza, al frente
del MAC.
Uno de los huevones que estaba en el café me siguió y me
habló. No sé que me dijo, pero lo abracé y lloré
desconsoladamente.
Me tiré al pasto y comencé a vomitar. Él se quedó allí, parado
mirándome.
de repente, se dio media vuelta y se fue.

Me quedé sola allí embargada por una amalgama de odio y


frustración.

Llamé a la Cote, necesitaba a alguien que me socorriera.


No me contestó.

¡Vida de mierda! Grité. Y me fui caminando entre medio de los


árboles esperando que alguien me rescatara. Como en los
cuentos. Nunca pasó.

¿Y a ese huevón?
No lo volví a ver.
Pero hoy más que nunca, siento que jamás me olvidaré de él.

50
(…)

Continúa leyéndolo en http://colectivorionegro.cl/indice-de-


autores-2/maquetacion-de-la-revista#a22

Por Rorro Honores.

51
“Breakup - move on” por Nadir Hashmi http://www.flickr.com/photos/nadircruise

52
La noche eterna

Del primer Acto


(…)

Rodolfo. (Después de un momento, luego que el inquisidor


vuelve su mirada hacia él)

Preferiría estar aquí con ustedes, si no existe


inconveniente. Tal vez pueda serles de ayuda llegado el
caso.

Inquisidor.

Trataremos de no importunarlo caballero. Pero sí, es mejor


que permanezca cerca; así sabremos si la bruja intenta
inducirlo a liberarla o lo que sea. (Silencio, y luego como
hablando consigo mismo:) La oscuridad cada vez se
desplaza con mayor voracidad, parece mirarnos e incluso
respirar.

Rodolfo.

Ella es la viuda Macchan ¿Qué hizo?

Inquisidor.

Según tengo entendido señor, ella no es viuda, más bien su


esposo desapareció, la abandonó.

Y por cierto, algunos aldeanos declaran que no es del todo


cierto; que más bien ella lo hizo desaparecer. Además
fueron encontradas en su hogar, al igual que en el de otras
imputadas, varias figuras profanas y…

Rodolfo. (Interrumpiendo)

Restos de la cultura celta: existen algunas ruinas por los


alrededores, incluso mis antepasados y los de muchos aquí

53
fueron druidas, lo que no nos hace a nosotros ateos o
paganos…

Inquisidor. (Alzando algo más la voz)

No tema por el error de sus antepasados, pero sí a la


comprobada culpabilidad de la imputada, y si me permite
continuar, lo más importante: es que la oscuridad que se
mueve como si estuviera viva tragándose murallas, casas
enteras y ahora el sol mismo en este despejado día, es su
diabólica obra.

(A sus dos ayudantes, que entran moviéndose torpemente,


sonrientes, portando un enorme serrucho y viéndose
mutuamente con sus ojos adormilados:) déjenlo a un lado
de la mesa: limpien las pinzas y traigan más leña (salen
con las cabezas bajas). Con su permiso (sale por la otra
puerta)

Viejo. (Luego que el inquisidor hace mutis)

La descubrieron enseñándole a una niña a encontrar


objetos perdidos; hoy fue el juicio acusatorio y la mujer que
espiando descubrió todo nos lo ha narrado: Ella dijo a la
pequeña que así como la luz del sol puede ayudarnos a ver
la imagen de nuestro rostro en un espejo, la luz de la luna
nos permite ver el reflejo de nuestra alma sobre la tierra.
Dijo que al provenir nuestra alma desde Dios, al igual que
Él, está en condiciones de acceder a todo el conocimiento,
por lo que con sólo poner un dedo en la tierra, exactamente
cuando la luna llena esté en el cenit y pensando
intensamente en el objeto amado; del dedo se desprenderá
una delgada hebra de tu sombra, y esta te llevará al lugar
donde el reflejo de tu amor se encuentre.

Rodolfo.

¿Y si sólo era un cuento para divertir a la niña?

Viejo.

54
Luego le dijo Agnia a la pequeña que para acabar con las
matanzas, ella había desatado la oscuridad que devoraría al
pueblo y convertiría a sus habitantes en polvo y barro si
salían de sus hogares. Dijo que había enterrado el símbolo
de su amor a las afueras del pueblo para así estar en
condiciones de invocar a la maldad oculta en la noche y que
ahora, carente de él, la oscuridad la atraparía y no podría
romper el hechizo, pero que a un niño nada le ocurriría.

Rodolfo.

No puedo creerlo.

Viejo.

El objeto es una cruz de plata.

Agnia.

Y mientras no salgas a las calles nada te ocurrirá.

Ebrio (desde fuera)

¡Qué peste! Aj ¡quieto jumento! (Entra)

Esta es nuestra vida; pasarla entre quejidos y lamentos

Toser y sudar,…siempre algo duele, o molesta un poco… y


sólo te resta el quejarte,

Berreas de chico, berreas de viejo. Mira al oscuro bosque


bramante;

Los lobos te esperan, creen que te pudres en vida, pero es


sólo tu condición natural.

Tienes que venir dispuesto a luchar, tienes que ser un


masoquista y la pasarás bien,

Qué torcido muladar.

55
Aquí tienes a un andrajoso perdedor; remedo de hombre,
pestilente y meado,

Hablando incongruencias, divirtiendo a los hipócritas. (Mira


con extrañeza ha Rodolfo)

No, simplemente no resistí los hechos cotidianos;


menudencias insignificantes…

El saber que el deseo es algo que jamás se extingue.

Te abraza solo un poquito, sólo para que te sientas


incómodo; y te das cuenta de que realmente estamos
incompletos.

Pobre de quien no logra hallar lo que necesita; la peor


tortura es la más lenta;

Escarnio de infelices pusilánimes, mofa a valientes sin


suerte,

Venganza de los siglos que quieren volver a dormir. (Ve a


los inquisidores)

Pero calla, que la madre de las bromas humanas está aquí


pronta a consumarse. (Ya no dice nada más y permanece a
un costado tambaleándose: Algo negro como el petróleo se
mueve entre su cuello y brazo izquierdo).

(Los dos ayudantes del inquisidor dejan una pesada silla


metálica y salen por donde entraron. El inquisidor se queda
ordenando algunos papeles y haciendo anotaciones en un
libro)

(…)
Continúa Leyendo en http://colectivorionegro.cl/indice-de-
autores-2/teatro

Por Jaime Salazar.

56
“Witch” por Oscar Alexander http://www.flickr.com/photos/oscaralexander

57
Opin
ión

58
ESCRITURA Y VERDAD

En un poema de Fernando Pessoa, notable poeta


portugués, se habla de un enfrentamiento ajedrecístico en
Persia, mientras el país es arrasado por una invasión. El
devenir de la partida imanta de tal manera la atención de
los jugadores que los hace ignorar incluso las escaramuzas
del desastre final de su pueblo. Rodolfo Walsh jugaba una
partida de ajedrez cuando en un café de La Plata un
parroquiano le confesó que conocía a un sobreviviente de
los fusilamientos de José León Suárez de 1956. Desde ese
momento la vida de Rodolfo ya no fue la misma. Supo cuál
era su destino, como diría Borges.
Walsh, al contrario de los jugadores persas, no desdeñó
el destino de su pueblo y ya supo cuál era su camino.
Oponerse al silencio cómplice. Darle voz a los sin voz y en
su propio registro. Bajar del olimpo metafísico del escritor
para convertirse en un investigador/protagonista.
He leído con especial atención la serie de cuentos de los
irlandeses. Como se sabe, Walsh pasó cuatro años como
pupilo en colegios irlandeses para pobres. Cuando ingresó
tenía diez años. De ahí extrajo la experiencia vital para
escribir sus relatos. Alguna vez fui celador de un colegio
salesiano (como la Morsa de las historias de walsh) y doy fe
de la violencia y brutalidad que se practica al interior de
esos establecimientos. Pude advertir los códigos, las reglas
que impone el establecimiento y cómo los más antiguos las
aplicaban con rigidez implacable en los débiles. Walsh sufrió
las consecuencias. Y las enfrentó.
Para Walsh la sociedad continuó siendo ese internado
violento, rígidamente estratificado, con reglas que sólo
favorecen a los que detentan el poder. Y dentro, sólo los
débiles pueden revertir esta situación crónica, luchando
decididamente, sin esperar ayuda externa o providencial,
como el Malcolm del cuento Un oscuro día de justicia.
Justicia abstracta, como el amor lejano e impenetrable de
los religiosos de las instituciones en que estuvo internado.
Por eso creía que, frente al estado de cosas de una

59
sociedad que sentía ajena, lo mejor era convertirse en
desertor, como el Dashwood del cuento Los oficios
terrestres. Deserción y subversión para acabar con la
prepotencia y la inequidad.
Su literatura, aun la más imaginativa, pone sus pies en
la realidad. Pero no en una realidad cualquiera. La prefiere
contradictoria, adversa, desnuda, ajena a las atávicas
convenciones del poder. Sus narraciones testimoniales
toman la estructura del relato policial: se cometió un
crimen, busca pruebas y testimonios y en un afán que
desdeña los tiempos judiciales logra dar con los culpables.
Qué importa que los criminales sean cúpulas militares,
jueces venales, estructuras corporativas corruptas o
políticos cómplices. Walsh denuncia. No retrocede ni se
atemoriza. Elucubra hipótesis certeras (alocadas según los
defensores de las verdades a medias) que no pueden ser
derribadas por sus enemigos.
Así lo hizo en Operación masacre. Un puñado de
militantes peronista es fusilado en un descampado de José
León Suárez. Hay sobrevivientes. El hecho no es reconocido
por las autoridades ni es registrado por la prensa. La
historia es contada desde el punto de vista de las víctimas,
desde su realidad, desde su verdad histórica. De las
pequeñas mentiras pasa a la mentira oficial y desde lo más
alto descorre el velo del discurso oficial para mostrar la
desnudez de los acontecimientos. ¿Qué ve? Impunidad,
sólo impunidad.
Así lo hizo en ¿Quién mató a Rosendo? Rosendo García,
dirigente de la UOM, es asesinado en la confitería La Real
de Avellaneda. Su conclusión: la bala que lo mató provino
del arma de Augusto Vandor, el líder gremial que subyugó
los principios morales a acuerdos espurios con el poder de
turno, así sea legítimo o ilegítimo.
Y así también lo hizo en El caso Satanowsky. Un
abogado judío es asesinado por tres hombres. De los
hechos triviales se pasa a los oscuros manejos
institucionales para proteger a los instigadores. El acierto
de Walsh es identificar a los culpables en las esferas
cómplices de los victimarios, allí donde la culpabilidad se

60
diluye. Y da nombres y los denuncia. Pero nunca se llega a
nada.
Walsh pretendía inquietar al lector. Lo ha conseguido.
Su pluma transparenta el sistema de poder y muestra sus
tumores y contagios. Marca los límites vergonzosos y la
inoperancia del sistema judicial. Revela la volatilidad de la
memoria de los hombres y sus miserias morales. Pero
también revela los casos de resistencia heroica de
individuos comunes que luego de haber conocido el infierno
se hunden sin estruendo en el olvido. Un final que
procuraba el mismo Rodolfo.

Jorge Carrasco.

“Rodolfo Walsh” por Matías Fernández


http://www.flickr.com/photos/hablandodelasunto

61
Lanzamiento Demo Libros

Lanzar libros aún en proceso, no terminados, precisamente como un


Demo en música, un pedazo de buenos y queridos trozos que definen
el trabajo en curso y entran al diálogo: algo así describía el objetivo
de Demo Libros, el pasado 15 de febrero.

Eran las 19 horas en el centro de esa ciudad tan llena de desiertos


que es Copiapó, mientras esperaba sentado en la orilla del ágora de
la Casa de la cultura a que Demo libros, “Artesanos independientes,
dedicados a la confección y difusión de literatura hecha a mano”
como se dicen, comenzara con el evento. Ese día se presentarían
como Editorial y además se lanzarían tres Demos, de tres autores
regionales.

En orden de aparición en el
escenario, estuvo Patricio
Encina, joven poeta
regional, estrenando “Oferta
Mundial”, poemario del cuál
leyó algunos fragmentos (de
los que aún no me arriesgo
a decir nada). Por su parte,
el poeta de Huasco, Juan
Soñador Rivera, lanzó
“Revolución Azul”, un
Juan Soñador Rivera conjunto de poemas de los
que conservo una sensación
alegre y a la vez opaca, dado que en ellos no dejó de estar presente
la triste situación ambiental y política de la región, tanto en sus
textos como en su polera. Además se
lanzó, en su ausencia, el libro “el material
de los sueños” de José Lagos, interesante
mezcla de poesía-prosa, que aunque a
veces peca de académica, incluye un
poemita que me gustaría destacar:
“Certidumbre en las cañerías de la
Lucidez”. Pedazo de poema.

El vino estuvo excelente y la idea esta que arde.

Algunos enlaces:
Demo Libros: http://www.facebook.com/#!/profile.php?id=100001253275763
Juan Soñador Rivera: http://www.poetajuanrivera.blogspot.com/

Texto y fotos: César Castillo.

62
Si
quieres
participa
r (Con aportes,
escribiendo, dibujando, etc.)

de esta
revista
escríbeno
s
Rionegro.colectivo@gmail.c
om
63
Recepcion.obras.rionegro
@gmail.com

De nuestros
compañeros
de Ruta.
(en ningún orden particular)

64
Rorro Honores

“Mi nombre es Rodrigo. Vivo en Santiago y suelo caminar


por las calles observando y succionando imágenes para
luego rearmarlas en mi cabeza y dar a luz una historia.
Creo que con eso, es suficiente sobre mí.”

Hernán Caamaño.
Concepción, 1993. “Estudiante de primer año de pedagogía media en lenguaje
y comunicación en la Universidad Católica de la Santísima Concepción. Poesía
simple, compacta y sin influencias”.

Camila Villaseca Gutiérrez


Cursando el tercero medio en un
colegio de la comuna de Talagante, nos
dice sobre ella: “Soy una principiante
dentro de este "mundo literario" pero
debo decir que ha tomado mucha
importancia dentro de mi vida en el
poco tiempo que llevo dentro. Además
de escribir, práctico danza
contemporánea, actividad que realmente me apasiona. Pasión que quizás
logren ver plasmada frecuentemente en mis obras.
En fin los invito a leer parte de mis obras y también esperando cualquier
comentario o crítica por mensajería vía Facebook”
(http://www.facebook.com/Camila.villaseca)

65
Patricia O. (Patokata)
Ya casi una colaboradora frecuente de la revista. Escritora y cuentista del
Uruguay. Uno de sus blogs http://mismusaslocas.blogspot.com

Alejandra Andrea Cevo Gallardo

Sólo sabemos que tiene 16 años y vive en Ovalle, Cuarta región, Chile.

Jorge Ignacio Muñoz


“Estudiante de la carrera de licenciatura en
física de la facultad de ciencias de
la Universidad de Chile, de 23 años, resido
en la ciudad de Santiago donde he
desarrollado gran parte de mi vida. Me
gusta escribir, lo hago desde los quince
años en el área de la poesía y desde antes
quizás salieron algunos textos cosas varias.
Todo eso está perdido, no me aficioné
mucho a coleccionar mis textos si no a tratar que fueran mejores,
una pretensión que tenemos todos yo creo. Esto será lo primero que salé a la
luz, exceptuando por un blog y una pagina de facebook donde acceden algunos
de mis amigos y conocidos. Fui invitado a leer un par de veces pero pequé de
inseguridad, como uno hace en los tiempos difíciles, ahora no me importa nada
en realidad sólo expresarme y tratar de que la gente se reencuentre con sus
propios sentimientos al leerme.”

María Inés Gazurri Soto

“Soy una chica de 15 años que escribe poesía como aficionada”. Su blog es
http://poemasbrujita.blogspot.com/

66
Diego Alegría.
Mi nombre es Diego Alegría. Tengo 16
años y escribo poesía desde el año
pasado. Me ha influenciado:
Baudelaire, Rilke, Pound, Huidobro,
Anguita y mi padre, quien es artista
visual, poeta y ensayista. Mis poemas
tratan, a partir de su brevedad o
minimalismo, sobre los recuerdos;
sobre la soledad, como una fuente de creación y autoconocimiento; sobre el
vacío, como un estado o espacio trascendental, donde se encuentra el silencio,
la belleza, la contemplación, el amor y la vida.

Rodolfo De Los Reyes Recabarren

Escritor y poeta, autor de los


siguientes libros de poesía:
“Memoria Desterrada” (1993), “Los
Libros de Babilonia” (1994), “La
Muerte es menos Fría que el Amor”
(1995), “Cantigas de Madrugada”
(1999), “Apocalipsis” (2000),
“Periferias Atómicas” (2007),
“Pueblo Heroico” (2008), “Funky”
(2008), “Trans () América” (2009),
“Los Versos del Ayer” (2009).
Colaborador y periodista de los
siguientes diarios y publicaciones escritas: Diario La Prensa de Curicó (1991-
2008), Diario El Centro de Talca (2001-2007), “La Época” de Santiago de Chile,
(1997), periódico “La Idea de la Semana” (1990-1993), y en las publicaciones
de internet www.sepiensa.net, ww.poetascuricanos.cl.tc ,
www.memoriachilena.cl entre otras más. Fue productor y conductor del
programa radial literario “Pluma Ebria” de radioemisoras Alfa Omega de Curicó,
y ha sido presidente, fundador de la Agrupación Cultural Francisco Villota,
además de miembro y director de la Sociedad de Escritores “René León Echaíz”.
Ha ganado diversos premios y distinciones literarias, entre ellas el Primer Lugar
para la conmemoración de los 250 años de la ciudad de Curicó, (1993), Primer
Lugar Premio Carlos René Correa (1995), Primer Lugar Concurso Provincial de
Poesía ANEF (1996). Y otras distinciones más. También ha publicado los
trípticos históricos “Lautaro” (2000) y “La Piedra del Sol” (2002) y el breve
poemario “Latidos Nocturnos y otras urgencias”(1993). Colaborador en la
ediciòn y publicación del libro de historia “Hechos Històricos y Anecdòticos de

67
Curico” del Historiador Patricio De los Reyes I. y editor y compilador y critico de
la ediciòn postùma del libro “Romances a la Villa de San Josè de Buenavista de
Curicò” del desaparecido escritor e historiador Edmundo Màrquez Bretón. Se ha
especializado en investigar la vida y obra de los poetas, escritores e
intelectuales, Pablo De Rokha, Pablo Neruda, Roque Dalton, etc. Ha realizado
reportajes de Brasil y argentina, junto con la búsqueda de lugares mitológicos
en la zona central de Chile, y en la Patagonia, exploraciones de las cuales ha
publicado sus crónicas en algunos medios regionales.

Matías Combes Werner

Nos cuenta que tiene 14 años “(…) y hace 2 años que mi pasión es la escritura
de cuentos cortos. Hace unos meses gané el primer lugar en un concurso de
cuentos del litoral central, en la categoría de 14 a 17 años”.

Héctor Zabala
Buenos Aires, 1946. Narrador y ensayista argentino,
director de la revista REALIDADES Y FICCIONES, jefe
de redacción de REVISTA SESAM. Jurado en SADE
2009 y en certámenes internacionales de la Sociedad
de Escritores de San Martín. Contador público
nacional (UBA). Minicuentos: Premio en La Habana,
Cuba, 2006, por “Cuento invisible”, y Finalista en
“miNatura 2006”, Madrid, España. Premio en San
Juan, Puerto Rico, 2010, por “Cuento en blanco”.
Finalista en San Juan, Puerto Rico, 2010, por
“Cadena perpetua”. Cuentos: Tres Primeros Premios Nacionales (Poetas del
Encuentro 2005 y 2008, SESAM 2005). Cuatro Menciones Nacionales (SADE-
Escobar 2006, OPYC 2005, Poetas del Encuentro 2006 y 2007). Más de
cuarenta revistas literarias de varios países han publicado en internet o en
papel sus cuentos premiados o algunos de sus artículos.

68
Fernando Palacios M.

Nos cuenta que por ahí, en 1998, apareció en el libro de poesía “23 escritores
de Valparaíso”.

Macropovov
Soy el que alcanzo a ser (y a estar), no como otros seres omnipotentes, tengo
24 años a la fecha según el calendario gregoriano, trabajo en el extraño mundo
de los programas sociales del gobierno. Mi blog es
http://arracional.blogspot.com y mi seudónimo surgió una tarde de verano que
dormía bajo el sol y cuando desperté se me apareció ante mis ojos como una
revelación.

Antonia Galdames

Descubrí el poder de las sílabas por el


simple hecho de querer desahogarme,
después me creé las historias en mi
cabeza para llevarlas a la hoja. Escribo
desde los 14, sólo ha pasado un año ya
que tengo 15, y no puedo escribir nada
mejor que poesía, me gusta explorar el
mundo de los sentimientos, ya que no
todos experimentan todos. Nací en
Iquique, me fui a Brasil, después a Viña
del Mar y ahora volví a Iquique, me
pregunto por qué he tenido que volver a mi origen. Creo en el poder de la
mente para que los deseos más sinceros se realicen, pedí en la sinceridad de mi
corazón irme de Viña del Mar, y mi deseo fue concedido.¿Y ahora qué?

69
Jorge Carrasco

Nació en Carahue, Chile, en 1964. Desde 1985 reside


en Villa Regina, provincia de Río Negro, Patagonia
Argentina. Obtuvo la nacionalidad argentina en el año
2001. Es profesor de Lengua y Literatura y ejerce su
profesión en colegios secundarios de la provincia. Tiene
publicados tres libros de poemas (Permanencia de aves,
La huella, su andar y Mar muerto). En narrativa publicó
una novela (Sombras en el agua) y mantiene inéditas
otras dos (El nido de la lluvia y Sombras en el agua); en
cuento, editó dos libros (Maldito lunes y Último carbón
de invierno). Ha obtenido, entre otros, los siguientes
premios: Ganador de la Primera Bienal de Arte Joven de
la Patagonia, género poesía, 1993; Ganador del Certamen Patagónico de
Cuentos de 1998, organizado por la Fundación Banco Provincia del Neuquén;
Ganador del XV premio nacional de poesía “Plaza de los Poetas José Pedroni”,
Santa Fe, Argentina, 1993; Mención en narrativa y poesía del Premio Federal
de los años 2001 y 2003, organizado por el Consejo Federal de Inversiones
(CFI) de Argentina; Ganador del concurso hispanoamericano “Cuentos
Políticos”, organizado por la revista literaria digital El Escriba, Buenos Aires,
2005; Ganador del concurso literario “Chile con mis ojos”, en las versiones
2006, 2007 y 2008, organizado por Televisión Nacional de Chile, la Academia
Chilena de la Lengua, DICOEX y la Fundación Pablo Neruda; Ganador del
premio de poesía “David Aracena”, organizado en el marco del XXVI Encuentro
de Escritores Patagónicos, 2008; Seleccionado en narrativa para formar parte
del Plan de Lectura nacional, organizado por el Ministerio de Educación de la
Nación y el Consejo Provincial de Educación de Río Negro, Argentina. Año 2009;
Ganador del concurso de cuentos “En mil palabras”, organizado por el
CINPRODH (Centro de Investigaciones y Promoción de los Derechos Humanos),
Temuco, Chile, 2009.

Cristian Ricardo Guajardo Garrido.

El año 2005 cuando estudiaba religión, en la UCN, tuve una conversación con el
regularmente conocido poeta “Oscar Elgeta” el me ofreció el libro “Ruta 5
norte” yo iniciado en las lecturas
poéticas salmísticas y evangelistas, debo reconocer que me gusta mas el
antiguo testamento; hablamos del arte de sentir, sentirlo todo, abstraer la
existencia sublimarla y a cada aspecto de la misma. Yo no sabia que hablamos
de poesía.

70
2006 E publicado unos textos en prosa poética que luego fueron
complementados con imágenes en una revista audio visual “Videos
polarizados”,. Durante el mismo año, el cual fue cuando reconocí mi vocación
poética, e tenido ocasión de participar en variadas lecturas y manifestaciones
poéticas en el entorno juvenil poético de Valparaíso, leyendo en bares,
universidades, en la calle y en cuanta comida tertulia y u otra circo-instancias,
donde sea propicia. o no la vos poética que me entona mi sentir.

El año 2007, participásemos en el concurso de arte emergente que se da en el


puerto “Arte Joven” (por que creo en la interdisciplina poética) con una serie de
fotografías de partes del cuerpo que dibujada una letra en cada parte, hacia del
todo la siguiente frase “Creo para crear o creo para creer” , resultado, mención
honrosa.

Otras experiencias a destacar, fue la visión y concierto de arte de vanguardia


llevada a cabo en la sala SCD, con la coparticipación del músico trovador
Andrés Viviani, el pintor Benjamín Pérez, y quien les escribe, presentado en ese
entonces como Poeta Chipriota.
Bueno esta cuestión de la vanguardia se fue desarrollando tomando diversos
matices, llevando de mi parte siempre la poesía, interdisciplinándola y
relacionándola con las bellas artes, la música, el teatro y la vida. En el concepto
de vanguardia tratado como en el arte de la batalla, guerra, la vanguardia son
quienes estaban en la delantera del combate, tratando el conflicto contingente
como si fuera parte de la obra misma, sin importar los resultados, sea el
ridiculismo (genero literario creado por uno de mis cómplices, Lizardo Jimenez
poeta loco y pobre), sea inubicalismo, como tirar la piedra y no esconder la
mano.

71
Grac
ias
por
leer
.

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