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ONÍRICA
1) Título
Ponle a tu aventura un título breve y claro que centre e indique con
bastante precisión la acción o el proceso del sueño. Este título debe hacer
referencia al proceso que se desarrolla en la aventura onírica, centrándola
y precisándola al mismo tiempo.
2) Generalización
Aclara más el título, con la ayuda de los principales símbolos
diseminados a
lo largo de tu aventura y refiriéndolos a ti mismo. Expresa todo eso en
términos
generales y sin especificarlo. Según el título, podrás ampliar la
generalización.
3) Adaptación
Ahora puedes preguntarte: ¿A qué aspecto de mi vida actual se puede
referir y ajustar este proceso? O bien: ¿Por quién o por qué me siento
perseguido o amenazado? ¿Hacia quien o hacia qué me siento atraído?
¿Qué estoy tratando de descubrir?¿Qué estoy tratando de evitar?
Cuando se ilumina así nuestra aventura onírica, resulta mucho más fácil
profundizar en su sentido a través de la meditación espiritual e incluso de
la oración. Así podremos pedir el crecimiento y desarrollo de la actitud
que el sueño nos ha manifestado como conveniente o necesario para
nuestra plenitud de vida. O podemos pedir al Misterio Divino sintonizar
con su fuerza y energía para afrontar el problema que el sueño me dice
que trato de evitar. O meditar qué habría sucedido en mi vida si yo hubiese
mejorado una determinada situación, tal como la presenta el proceso
onírico.