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La 

astrología occidental —llamada así porque ha sido desarrollada


principalmente dentro de la cultura occidental, especialmente entre el Oriente
Próximo y Europa— es una disciplina de conocimiento considerada no científica
por los baremos actuales de lo que se reconoce como ciencia, aunque incluye
dentro de su metodología ciertos estudios científicos, como la astronomía y
la geometría. El objetivo de la astrología es, básicamente, la relación entre los
astros y los actos y sucesos que afectan a la Tierra, especialmente a los seres
humanos.

Índice

 1Historia
 2Diferentes corrientes
 3La carta astral y sus elementos de "estudio"
 4Los astros y puntos sensibles
o 4.1Los astros principales
o 4.2Otros astros
o 4.3Puntos sensibles destacables
 5Los signos
o 5.1Clasificación de los signos
 5.1.1Clasificación por dualidad
 5.1.2Clasificación por cualidades o modalidades
 5.1.3Clasificación por elementos
 5.1.4Observaciones
o 5.2Apuntes diversos sobre los signos
 6Las casas
 7Referencias
 8Bibliografía

Historia[editar]

Fiesta de Asurbanipal. Dibujo de un bajorrelieve expuesto en el British Museum.

Los primeros testimonios escritos sobre el estudio de la astrología son de origen


mesopotámico, hace unos 2600 años de antigüedad aproximadamente,
encontrados entre los restos de la famosa librería de Nínive, creada bajo las
órdenes del rey asirio Asurbanipal, aunque todo parece indicar que de hecho se
tratarían de copias de fuentes muy anteriores, probablemente de origen sumerio.
En todo caso se trataba de un estudio bastante alejado de la forma moderna de
astrología que se practica hoy en día y estaba dirigida de forma exclusiva hacia los
monarcas ya que se consideraba que su destino estaba íntimamente ligado al de
su pueblo.
Los egipcios, a lo largo del segundo milenio antes de Cristo, perfeccionaron en
gran medida los cálculos astronómicos necesarios y fueron los que sentaron la
configuración actual de los signos del zodiaco. Pero donde se hicieron grandes
pasos fue con la llegada de los griegos. Los astrólogos helenos dotaron a la
disciplina de una dimensión mucho más humana y no tan divina permitiendo que
el objeto de estudio fuera aplicable a cualquier persona y no sólo a reyes y
similares. De hecho la gran aportación griega a la astrología fue la de profundizar
sobre las razones de su funcionamiento y en sus manos recibió una enorme
influencia del pensamiento holístico.

Johannes Kepler en 1610.

Durante el Imperio romano el desarrollo de la astrología fue más bien lento ya que
los estudiosos romanos se dedicaron, sobre todo, a recopilar los conocimientos
esencialmente de origen griego y egipcio. Tampoco sufrió muchos avances en
tiempos de los primeros siglos de cristianismo a raíz del debate abierto sobre si la
astrología tenía cabida o no aunque generalmente los doctores cristianos siempre
fueron prudentes a la hora de juzgarla. En este sentido uno de los más
importantes excepciones fue San Agustín el cual fue especialmente crítico.1
En cambio, los árabes sí la estudiaron profundamente y aportaron algunos
cálculos matemáticos de cierta complicación usando la álgebra aplicables a la
astrología a partir de los conocimientos adquiridos de los antiguos griegos creando
lo que se conoce como las partes arábigas . Con el contacto de la cultura árabe y
la cristiana durante la Baja Edad Media hubo un resurgimiento de la astrología en
Europa, sobre todo a partir del siglo XIV, que hizo elevar su estudio como "ciencia"
, algo comprensible si se tiene en cuenta que en aquel momento aún no existía
el método científico y por tanto no existía la definición que se usa hoy en día sobre
lo que se puede considerar científico y lo que no.
El siglo XVII fue clave con la consecución de la llamada revolución científica que
dio luz a la ciencia moderna sometida al método científico citado antes. La
astrología propiamente dicha, por no superar las pruebas pertenecientes al
respecto, se separó de la astronomía y fue perdiendo prestigio acabando, así,
degradándose su percepción hasta ser visto al final, a ojos de los científicos y
consecuentemente por la población en general, como un puñado de
supersticiones sin fundamento racional. Uno de sus últimos defensores de
prestigio más firmes de esta época fue Johannes Kepler2
Hacia mediados del siglo XIX se inició una cierta voluntad dentro de la cultura
anglosajona para revitalizar la astrología e intentar restituirle el prestigio perdido
procurando eliminar la imagen ocultista que tenía ante los profanos. El movimiento
de rehabilitación de la astrología no paró de crecer a lo largo de la segunda mitad
del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX culminando en las afirmaciones del
prestigioso psicólogo Carl Gustav Jung que defendía la astrología como un
compendio del conocimiento psicológico de la antigüedad.3Se puede decir que la
enorme influencia que realizó Jung sobre la utilidad de la astrología dio pie a que
ésta se "refundara" como astrología moderna en contraposición de la astrología
clásica practicada hasta mediados del siglo XX la cual era marcada por los
principios de determinismo y moralidad propios de la influencia cultural
judeocristiana.

Diferentes corrientes[editar]
Hoy en día la astrología es estudiada desde múltiples enfoques que, con el paso
de los años, han ido conformando diversas corrientes, algunas de ellas en
estrecho contacto con otras disciplinas. A continuación se exponen las más
generalizadas:

 Astrología esotérica: utiliza conceptos vinculados con


la teosofía y la cábala, entre otras disciplinas. Uno de
sus máximos exponentes es Alice Bayley.
 Astrología heliocéntrica: basa sus interpretaciones en
posiciones dentro del Sistema Solar utilizando como
centro el Sol en lugar de la Tierra, tal como hace la
astrología tradicional.
 Astrología humanista o de la personalidad: usa
conceptos psicológicos modernos junto con
elementos filosóficos de Oriente y Occidente e intenta
realizar análisis globales que incluyan el estudio de
los ciclos de la vida. Dentro de esta rama destaca
especialmente la astrología psicológica, que concibe
la astrología como herramienta de auto-conocimiento
y la que ha vivido una enorme expansión en los
últimos años a través de las obras de autores
como Liz Greene, Howard Sasportas y Louise Huber.
 Astrología kármica: se centra en las implicaciones
kármicas en el estudio astrológico y su análisis da una
especial relevancia a ciertos puntos concretos. Entre
sus autores más conocidos está Martin Schulman.
 Astrología racional: considera la astrología como una
ciencia del determinismo cósmico y reivindica la obra
del astrólogo y matemático del siglo XVII Jean-
Baptiste Morin de Villefranche.
 Astrología uraniana: es un sistema creado por Alfred
White, de la Escuela Astrológica de Hamburgo. Se
basa en el estudio de puntos medios y ciertos
planetas hipotéticos entre otros factores.

La carta astral y sus elementos de "estudio"[editar]

Ejemplo de carta natal.

Del objeto resultante con la aplicación de los cálculos astrológicos sobre una
fecha, momento y lugar determinados se llama una carta astral la cual puede
recibir diferentes denominaciones en función de cuál es el objetivo por el que se
estudia: si se refiere al nacimiento de una persona se le llama carta natal, si, en
cambio, se centra en un determinado momento a lo largo de la vida de una
persona entonces se denomina horóscopo. Aparte de eso una carta astral también
puede ser estudiada para analizar un momento histórico local o mundial entre
otros usos posibles. Otra aplicación sería, por ejemplo, la sinestría la cual consiste
en la comparación de las cartas natales de dos personas diferentes con el objetivo
de encontrar el grado de compatibilidad/incompatibilidad independientemente de
qué tipo de relación tengan (amistosa, amorosa, laboral, familiar, por ejemplo).
La carta astral, conceptualmente, se puede considerar una imagen esquemática
desde un enfoque geocéntrico del cielo en el momento y lugar exacto que se ha
propuesto estudiar, aunque sería más preciso decir que la imagen corresponde a
la franja del cielo cerca de la eclíptica donde coinciden tanto el plano de las órbitas
de la mayor parte de los astros del Sistema Solar así como el cinturón de
constelaciones del zodiaco las cuales tuvieron, en su momento, un origen común
con los signos de los mismos nombres.
Dentro de una carta astral existen varios elementos que, combinados entre sí,
facilitan de entrada una información básica dentro de su estudio. Estos elementos
se dividen entre los astros y puntos sensibles, los signos y las casas.
Los astros, también llamados planetas (una denominación que no debe
confundirse con el término astronómico para planeta), representan las diferentes
facetas, o grupos de facetas relacionadas entre sí, de personalidad posibles; en
cambio, los signos son diferentes modelos, o arquetipos, como los definió Jung, de
personalidad general, mientras que las casas delimitan los diferentes ámbitos de
la vida en que uno se puede mover. La idea consiste en que la coincidencia de un
determinado planeta en la zona de un determinado signo y de una determinada
casa dará información sobre la tendencia de actuación y/o reacción de esa
persona u objeto de estudio. Para decirlo resumidamente: los planetas son el qué,
los signos el cómo y las casas el dónde o cuándo.

Los astros y puntos sensibles[editar]


Por norma general, son objeto de estudio como astros principales el Sol, la Luna y
los planetas del Sistema Solar (incluyendo el recientemente redefinido
como planeta enano Plutón) aunque últimamente existen numerosos astrólogos
que usan también otros cuerpos celestes menores tales como Quirón o algunos de
los más importantes conocidos ubicados en el cinturón de
asteroides como Ceres, Palas, Juno o Vesta.
Los astros principales estudiados se dividen en diferentes grupos en función de los
tipos de facetas que marcan. El Sol y la Luna se consideran, en conjunto, el
núcleo central de personalidad. Mercurio, Venus y Marte son los planetas
personales; Júpiter y Saturno son los planetas sociales; y Urano, Neptuno y
Plutón, los planetas generacionales o transpersonales. Por otra parte, estos astros
tienen vínculos con los signos llamados dignidades los cuales son siempre
cuatro: caída, exilio, exaltación y regencia. Esta última es considerada la más
importante y más estudiada en la interpretación de una carta astral ya que
la regencia (también denominada domicilio) otorga un vínculo armónico de
características entre astro y signo lo que, según los astrólogos, hace
especialmente significativa su lectura si coinciden en la misma posición el planeta
regente con su signo regido correspondiente.
Los astros principales[editar]

  El Sol: El astro rey por excelencia del Sistema


Solar representa, en términos astrológicos, el yo más
intrínseco, la naturaleza más íntima y auténtica de la
personalidad y, como tal, también representa los
deseos y motivaciones en la vida. Psicológicamente
también muestra la figura paterna deseada así como
también la individualidad como personas. El signo que
regenta es Leo.

  La Luna: Nuestro satélite representa el otro lado


principal del núcleo central de la personalidad: las
emociones. Así como todo lo relacionado con ellas: el
instinto de protección, la memoria y el inconsciente. Al
igual que el Sol representa la figura paterna la Luna
representa la figura materna deseada, de la misma
forma también muestra la voluntad de formar parte del
entorno más íntimo, así como el diario transcurrir y la
vida más cotidiana. Regenta el signo de Cáncer.

  Mercurio: El planeta más cercano al Sol


representa las capacidades de intelecto y
comunicación. Indica el interés por el aprendizaje y la
enseñanza de conocimientos adquiridos así como el
grado de riqueza comunicativa, especialmente oral y/o
escrita. Al ser el planeta más cercano al Sol y de
mayor velocidad, se co-relaciona con el carácter de la
persona así como el pensamiento rápido y las
habilidades motrices, con frecuencia se haya cerca
del Sol en la carta astral y se dan muchos casos
incluso de aspecto Sol conjunción Mercurio, lo más
alejado que puede llegar a estar del Sol es a un signo
de distancia respecto al signo solar (es decir, en
alguno de los signos adyacentes). Psicológicamente
da una imagen de qué tipo de hermanos y primos se
desearían tener. Regenta dos
signos: Géminis y Virgo.

  Venus: El planeta gemelo de la Tierra representa,


en gran medida, la sociabilidad y muy
determinadamente las relaciones tanto amistosas
como amorosas (con un especial énfasis en estas
últimas), también determina el gusto estético así como
lo que se desea y qué no se puede tener en el
entorno de uno mismo. Es por ello que se lo considera
el planeta de la feminidad por excelencia.
Psicológicamente, para algunos astrólogos, define
qué tipo de amante se desea tener (si la carta es de
un hombre) o se desea ser (si la carta es de una
mujer). Al igual que Mercurio, también regenta dos
signos a la vez: Tauro y Libra.

  Marte: El planeta rojo, en contraposición a Venus,


representa la esencia de la masculinidad y marca,
como facetas más importantes, las capacidades de
determinación e iniciativa así como también los
instintos de defensa y autoprotección.
Psicológicamente también realiza la misma función
que Venus pero con los papeles intercambiados: en la
carta de una mujer representa el amante que desea
tener y en la de un hombre el amante que desea ser.
Antiguo regente de Escorpio, actualmente sólo lo es
de Aries.

  Júpiter: El primero de los grandes gaseosos es un


planeta social al igual que Saturno y como tal
representa la capacidad de expansión personal en
todos los ámbitos y la necesidad de ampliar
horizontes así como el sentido ético y de justicia.
Considerado el gran benefactor por los clásicos se
suele relacionar con la suerte y la prosperidad así
como también con los viajes. Fue el antiguo regente
de Piscis mientras qua ahora sólo regenta a Sagitario.

  Saturno: Históricamente ha sido visto como un


planeta que trae malos augurios y antiguamente su
paso por los horóscopos se interpretaba como
portador de catástrofes y calamidades. Actualmente
se considera que representa la capacidad de
autoexigencia y el sentido del deber moral y social.
También indica cuál es el grado de constancia y
ambición en los proyectos y tareas de uno. En cierto
modo, se podría equiparar con el término freudiano
del superyó. Es regente actual de Capricornio si bien
antiguamente también había regido a Acuario.
  Urano: El primero de los planetas generacionales
(llamados así porque sus ciclos orbitales son tan
largos que no marcan a un pequeño grupo de
personas concretas dada la su fecha de nacimiento
sino a toda una generación al completo en un largo
periodo de tiempo) representa la genialidad y
capacidad de inventiva así como también el grado de
compromiso para romper con las normas establecidas
y, por tanto, el espíritu de independencia y rebeldía.
Muestra cuan excéntrico puede ser el individuo
estudiado y hasta qué punto le interesa lo fuera de lo
común. Representa la Octava Superior del planeta
Mercurio. Desde su descubrimiento regenta a Acuario.

  Neptuno: Este planeta se identifica básicamente


con la espiritualidad y la capacidad de imaginación.
Determina el grado de deseo para disolver los límites
y cómo se vive el contacto con todo lo relacionado
con lo extrasensorial y el más allá. Se considera la
Octava Superior del planeta Venus. Actualmente es el
regente moderno de Piscis.

  Plutón: El último de los 10 astros importantes en


una carta es, quizás, el de representación más
abstracta de todos. Plutón marca la capacidad de
auto-regeneración, de transformación a partir de las
crisis personales. Ayuda a desprenderse de lo viejo
dentro de uno que no sirve para crecer. Es el
destructor de los límites autoimpuestos y su
designación dentro de una carta puede ser muy
poderosa, no en vano Plutón rige la energía nuclear
así como también marca bastante como es la
sexualidad. Debido a todo lo anterior, Plutón precisa
la Octava Superior de Marte. El signo regido
modernamente por este planeta es Escorpio.
Otros astros[editar]
Como se mencionó anteriormente aparte de los astros clásicos y los planetas
extra-saturnianos también muchos astrólogos en los últimos años consideran otros
cuerpos menores en una carta aunque las facetas que representan son matices de
actuación muy puntual en la personalidad (pero presentes a lo largo de la vida).

  Quirón: Es un cuerpo celeste de muy poco tamaño


que forma parte del grupo llamado centauros. Fue
descubierto en 1977 y su órbita alrededor del Sol se
sitúa entre las de Saturno y Urano. Astrológicamente
representa el afán de superación ante lo que haya
producido una profunda herida en la manera de ser
como puede ser, por ejemplo, algún trauma
psicológico o fisiológico, a la vez también indica de
que se le da miedo sentirse rechazado. Por todo ello
se le suele considerar un elemento muy importante en
la carta de personas discapacitadas. Debido a la
ubicación de su órbita también se le considera un
puente entre las posturas aparentemente
irreconciliables de la limitación férrea saturniana y la
disposición uraniana a superar estos límites.

  Ceres,   Palas,   Juno y   Vesta: Se tratan de


los cuerpos menores más destacados ubicados
dentro del cinturón de asteroides que hay entre Marte
y Júpiter. Ceres por su considerable tamaño es
considerado un planeta enano mientras que los otros
tres, de dimensiones más reducidas, son definidos
como simples asteroides. Desde el punto de vista
astrológico representan, de forma esquemática y en
conjunto, diferentes estadios de la vida de una mujer.
También representan facetas puntuales que
complementan otras más destacables representadas
en otros astros aunque, dada la naturaleza simbólica
de estos astros, se tiende a prestar más atención en
la carta de las mujeres que en la de los hombres.
Actualmente se está debatiendo en otorgarle la
regencia de Virgo a Ceres.
  Eris: Es un planeta enano que fue descubierto en
el año 2005. Tarda 500 años en dar la vuelta al Sol
(más del doble que Plutón) y es un poco más grande.
En un primer momento, se le denominó Xena, como la
heroína de televisión, pero al ser un planeta enano de
tamaño considerable y no un asteroide, se le cambió
el nombre por uno perteneciente a la Mitología
Griega. Se optó por nombrar a este planeta con el
nombre Eris, la diosa de la discordia. Eris puede ser
considerada como un Plutón o Marte femenino. Es un
planeta transpersonal y lo habitual de este cuerpo
celeste es en representar un conflicto que se está
produciendo a nivel colectivo, generando caos para
encontrar la concordia o la armonía. Está en debate la
regencia de Eris sobre Libra.
Puntos sensibles destacables[editar]
Además de los astros existen otros elementos equiparables en su categoría que
también son estudiados y que se tratan de puntos imaginarios en el cielo dados
por la geometría astronómica. Incluso hay puntos sensibles que son de mayor
consideración en una carta que algunos astros. Estos en son los más
significativos:

  El ascendente: Se trata del punto exacto sobre el


horizonte donde, hipotéticamente, se levantaría el Sol
en el momento estudiado de la carta (se necesita
conocer la hora exacta en la que nace el individuo, tal
y como apareció en el acta de nacimiento). Su
trascendencia radica en que es el punto de referencia
a partir del cual se distribuyen el conjunto de casas y
como tal es el punto inicial de la Casa I (también
llamado cúspide). En este sentido su importancia es
tal que el eje ascendente/descendente es lo que
marca la disposición gráfica de la carta, normalmente
siempre en posición horizontal con el ascendente a la
izquierda y el descendente, por tanto, a la derecha.
En una carta natal de una persona indica, sobre todo,
dos cosas: su apariencia física y la forma en como se
muestra en el exterior y, por tanto, como le ven los
demás. Se puede decir que, junto el Sol y la Luna, es
uno de los elementos definidores más importantes
dentro de una carta natal.

 El Descendente: Como se puede deducir por el


nombre se trataría del punto opuesto a el ascendente
y, por tanto, la cúspide de la Casa VII. Indica la
capacidad para incluir "otro" dentro del universo
personal de uno mismo: como combinan el espacio
íntimo y personal de uno con el de otra persona y
cómo se intenta comprenderla.

  El medio cielo o Medium Coeli: Consiste en el


punto medio superior donde el meridiano sitúa a la
persona u objeto de estudio de la carta en el momento
que se corta con el plano de la eclíptica y coincide con
el punto donde se inicia la Casa X. Normalmente se
encuentra en una relación angular de cerca de 90º
con el ascendente (y así de exacto sería si se
encontrara en el ecuador) pero por norma general
esta relación se desvía considerablemente a medida
que el punto terrestre estudiado donde nace el
individuo se sitúa más o menos cerca de los polos. En
términos astrológicos se relaciona con la conciencia
personal y con el crecimiento espiritual. También se
puede ver un estrecho vínculo con la vocación
profesional y a lo largo de los signos enmarca su
desarrollo.

 El fondo de cielo o Imum Coeli: Es el punto opuesto al


medio cielo y la cúspide de la Casa IV. Representa las
raíces, la cuna y la parte más oculta del individuo.

La Tierra y la Luna tienen planos de órbita con 5º de diferencia de inclinación lo que genera los nodos
lunares.

 Los nodos lunares: Consisten en los dos puntos


donde se interceptan la órbita de la Luna alrededor de
la Tierra con la de la Tierra alrededor del Sol. El nodo
lunar ascendiente es conocido como nodo lunar norte
o cabeza del dragón (símbolo:  ) mientras que del
descendiente se llama nodo lunar sur o cola del
dragón (símbolo:  ). Ambos se encuentran
diametralmente opuestos. En un sentido kármico
representan el pasado (el nodo lunar sur) y el futuro
(el nodo lunar norte) en vidas pasadas y venideras
respectivamente, lo que a uno le hace sentir cómodo
para que ya lo ha vivido y lo que lo tira hacia las
nuevas experiencias de las vidas futuras y como
abordarlas. Desde una perspectiva psicológica se ve
más como las experiencias de los primeros años de
vida que han marcado más y definido la actitud, por lo
que respecta al nodo lunar sur, y lo que podría dar
sentido en el futuro a la vida, en referencia al nodo
lunar norte.
 Lilit o Luna negra: Lilit es un punto sensible dentro de
la carta astral que se consigue mediante un
relativamente complicado cálculo utilizando como
referencias los ejes de la órbita elíptica de la Luna. La
historia del personaje de Lilit que da nombre a este
punto ofrece la pista sobre lo que representa
astrológicamente. En gran medida identifica algunas
trazas del lado más oscuro y tenebroso de la
personalidad. En la carta de los hombres puede
representar, también, el tipo de mujer que teme.

Los signos[editar]
Lo que hoy en día conocemos por signos del zodiaco occidental nacieron ya en los
inicios de la astrología en Mesopotamia confundiéndose su función con las
constelaciones que los representaban. Diciéndolo de otra forma: signos y
constelaciones eran esencialmente lo mismo o, como mínimo, la constelación
daba razón de ser al signo. Hoy en día esta fusión de términos es considerada
mayoritariamente obsoleta y, en cambio, se prefiere ver los signos, con un cierto
sentido esotérico, como algún tipo de manifestación energética vinculada con el
tramo de cielo de donde proviene más que con la constelación que ocupa dicho
tramo. Esta definición desvinculando ambos términos ha venido por la
demostración empírica de que, dado el desplazamiento inexorable de las
constelaciones debido al fenómeno conocido como la precesión de los
equinoccios, la interpretación astrológica es más fiable considerando la ubicación
original de los signos, es decir, constelaciones de hace más de 4000 años, en los
inicios de los estudios astrológicos, no contando la ubicación actual de las
constelaciones. A pesar de ello, hoy en día todavía hay astrólogos que prefieren
trabajar sobre esta situación actual de las constelaciones (ya que creen que el
vínculo con los signos sí existe) si bien se trata de una corriente minoritaria. A raíz
de esto se puede optar, pues, por dos formatos de zodiaco a usar en el estudio de
una carta: el sideral que usa de referente el recorrido del Sol para definir el punto
vernal (o sea: el punto de partida de la rueda zodiacal en el equinoccio de
primavera) y por tanto coincide con la posición actual de las constelaciones, y el
tropical, el más utilizado actualmente, que reconoce como punto de partida de la
rueda zodiacal un punto fijo en el espacio situado entre las constelaciones
de Aries y Piscis y dispone los signos por doce porciones iguales sobre el cielo sin
tener en cuenta las constelaciones ni en ubicación ni en porción de espacio que
ocupan, sino únicamente la eclíptica terrestre, que se divide en 12 porciones
iguales.
En un sentido estrictamente psicológico los signos son arquetipos de
personalidad; es decir: encarnan modelos básicos de comportamiento personal no
equiparables entre sí aunque pueden compartir algunos rasgos puntuales. Al
tratarse de arquetipos es casi imposible que exista ninguna persona real que
pueda ser "completamente" de un signo determinado. Es aquí donde interviene la
combinación de planetas y puntos sensibles con los diferentes signos, junto con
las diferentes casas, donde son ubicados cada uno de ellos para definir la manera
única e intransferible de ser de todos y cada uno de los seres vivos existentes, que
han existido o que existirán en el futuro.
Clasificación de los signos[editar]

Manuscrito de origen árabe con un dibujo de la rueda del zodiaco, de fecha incierta (quizás del s. XVI o
XVII).

Por orden cronológico/espacial, los doce signos del Zodiaco son:

  Aries
  Tauro
  Géminis
  Cáncer
  Leo
  Virgo
  Libra
  Escorpio
  Sagitario
  Capricornio
  Acuario
  Piscis
Los signos se pueden clasificar de acuerdo a tres maneras diferentes que se
superponen entre sí dotando a todo el conjunto de un sentido armónico y
coherente. De hecho, el orden de los signos no es fruto del azar y se encuentra
supeditado a este esquema de clasificaciones.
Clasificación por dualidad[editar]
Según esta clasificación, los signos se dividen en dos grupos de seis signos cada
uno:

 Signos de energía positiva/masculina/diurna (también


llamados más modernamente de energía yang): Se
caracterizan por tender a ser extrovertidos y
exteriorizar su forma de ser, consecuentemente son
sociables y divulgadores y buscan fuera aquello que
les dé la razón de ser. Los signos de esta energía
son: Aries, Géminis, Leo, Libra, Sagitario y Acuario;
es decir, los signos alternativos impares siguiendo el
orden del zodiaco.

 Signos de energía negativa/femenina/nocturna


(conocidos últimamente como de energía ying): A
diferencia de los anteriores, tienden a interiorizar su
personalidad, buscan a menudo la introspección y
suelen disfrutar de un mundo interno muy rico. En
cierto modo son "receptores" de la energía
positiva/masculina/diurna. Los signos de esta energía
son: Tauro, Cáncer, Virgo, Escorpio, Capricornio y
Piscis; es decir, los signos alternativos pares
siguiendo el orden del zodiaco.
Clasificación por cualidades o modalidades[editar]
Con esta clasificación los signos quedan agrupados en tres conjuntos de cuatro
signos cada uno: los signos cardinales, los signos fijos y los signos mutables.
Existe una estrecha relación entre esta clasificación y el paso de las estaciones
del año ya que la disposición de los períodos solares de los signos está
coordinada.

 Signos cardinales: Se trata de signos iniciadores de


tareas y proyectos, que, en mayor o menor grado,
toman la iniciativa y generalmente no permiten que
alguien decida por ellos, lo que les otorga un cierto
espíritu independiente. Los cuatro signos cardinales
son: Aries, Cáncer, Libra y Capricornio; es decir, los
primeros signos de cada estación del año.
 Signos fijos: Estos signos tienen como fin conservar,
mantener, perdurar y sostener las ideas y proyectos
impulsados por los signos cardinales. Tienden a ser
constantes y obstinados y el orgullo suele ser un
rasgo común entre los cuatro. Los signos fijos son:
Tauro, Leo, Escorpio y Acuario; es decir, los signos
situados en medio de cada estación del año.

 Signos mutables: Son signos adaptables y que


tienden a buscar el cambio. Preparan el terreno a los
signos cardinales para embarcarse en nuevos
proyectos suavizando la rigidez de los signos fijos.
Algunos rasgos en común entre ellos son la inquietud
y tendencia a la nerviosidad, entre otros, y por
naturaleza se muestran dispuestos a ofrecer un
servicio a los demás y establecer conexiones
personales. Los cuatro signos mutables son: Géminis,
Virgo, Sagitario y Piscis; es decir, los últimos signos
de cada estación del año.

Clasificación por elementos[editar]


La tercera manera de clasificar los signos es según los elementos y consiste en
agruparlos en cuatro conjuntos de tres signos cada uno. Los signos de cada
elemento comparten ciertas características, especialmente de mentalidad y
manera de ver y abordar el mundo. Siguiendo el orden de los signos en la
formación de la rueda zodiacal se agrupan entre ellos los que siempre se
encuentran distanciados de cuatro en cuatro.

 Signos de fuego: Son signos unidos por una


mentalidad expansiva, impositiva, viva, valiente, volátil
y llamativa. El concepto clave fueguino por delante de
cualquier otro es la vitalidad. Los signos de fuego son:
Aries, Leo y Sagitario.

 Signos de tierra: Los une una mentalidad práctica,


material, pragmática, asentada, estructurada, realista
y funcional. La tangibilidad es el núcleo del
pensamiento terráqueo. Los signos de tierra son:
Tauro, Virgo y Capricornio.

 Signos de aire: Tienen en común una mentalidad


abstracta, idealista, teórica, cognitiva y etérea. El
motor capital de los signos aéreos es, sin lugar a
dudas, la mente. Los signos de aire son: Géminis,
Libra y Acuario.
 Signos de agua: Los caracteriza por igual una
mentalidad emotiva, sensitiva, afectiva, profunda y
soñadora. El gran conductor acuático es
prioritariamente la emotividad. Los signos de agua
son: Cáncer, Escorpio y Piscis.
Observaciones[editar]
Como se puede comprobar todos y cada uno de los signos tienen una
combinación única y personal de los agrupamientos por las tres clasificaciones:
hay un signo de cada calidad para cada elemento y un signo de cada elemento
por cada calidad. En cuanto la clasificación por energías duales se puede ver
detenidamente cómo agrupa los signos de los elementos Fuego y Aire dentro de
los de energía positiva/masculina/diurna y los de los elementos Tierra y Agua con
los de energía negativa/femenina/nocturna. El motivo de esta disposición se debe
a que las características que albergan cada tipo de clasificación, combinadas en
un signo concreto, da la información básica sobre cómo es el arquetipo de
personalidad que presenta dicho signo.

Fuego Tierra Aire Agua

Cardinal Aries Capricornio Libra Cáncer

Fijo Leo Tauro Acuario Escorpio

Mutable Sagitario Virgo Géminis Piscis

Apuntes diversos sobre los signos[editar]


Un compendio de conocimiento que nunca se contradice y resulta siempre
acumulativo como es la astrología ha dado pie a una cantidad casi inalcanzable de
información extraíble en todos y cada uno de los conceptos estudiados. En el caso
de los signos, por ejemplo, el orden establecido también ha servido para ver una
lógica equiparando cada signo con los diferentes estadios de la vida de una
persona. Así, Aries sería el bebé recién nacido que sólo es consciente de sí
mismo y tal solo sabe reivindicar sus necesidades, Tauro simbolizaría el bebé de
unos pocos meses que espera paciente a que le hagan todo, Géminis el niño que
descubre el mundo y aprende a hablar, Cáncer el niño que aprende qué es el
miedo y se refugia en la seguridad de sus padres y la familia, etcétera.
Otro planteamiento interesante se encuentra en dotar de un significado filosófico y
místico a los seis ejes de signos opuestos entre sí. Por ejemplo: el primer eje es el
que conforman los signos de Aries y Libra los que simbolizarían la dicotomía yo-tú;
es decir: el individualismo excluyente de Aries contra el reconocimiento y
valoración de los demás de Libra. De hecho con la astrología moderna se
contempla una clasificación independiente de las clásicas citadas antes donde los
seis primeros signos, es decir: de Aries a Virgo, son esencialmente individuales y
centran sus motivaciones en sí mismos mientras que los seis restantes, de Libra a
Piscis, tienden a usar más la contraposición con los otros para asentar su propia
identidad.

Las casas[editar]
El sistema de casas es una estructuración geométrica del espacio alrededor de la
persona u objeto estudiado en la carta dividiéndolo en doce porciones (no
necesariamente iguales) donde cada porción, según su ubicación angular respecto
al punto del ascendente, tendrá un significado concreto. Al igual que los signos
también se pueden clasificar en grupos de varias maneras otorgándole un
significado colectivo a cada grupo aunque las clasificaciones más importantes son
tomando como líneas divisorias los ejes ascendente-descendente y medio cielo-
fondo de cielo, de esta forma, por ejemplo, se contemplan los hemisferios: si se
usa de separador del eje ascendente-descendente se tienen en la parte inferior de
la carta del hemisferio nocturno y en la parte superior el hemisferio diurno, si en
cambio se utiliza el eje medio cielo-fondo de cielo aparecen el hemisferio del yo (el
occidental) y el hemisferio del tú (el oriental).
Como se ha citado antes cada casa representa un ámbito de la vida donde signos
y planetas actúan de una forma específica. Estos son los ámbitos que afectan a
cada casa:

 Casa I. La apariencia y los inicios: Esta casa viene


marcada por el punto del ascendente, por lo tanto
todo planeta que se encuentre así como el signo que
la habite delimita la forma de mostrarse al mundo del
individuo así como su apariencia física. Simboliza,
pues, el concepto de yo soy.

 Casa II. Los valores, la sustancia, los talentos: La


segunda casa se encuentra relacionada con todo
aquello que el individuo ve atractivo y le da
importancia así como también marca las posesiones
materiales, como las consigue y para qué se decanta.
Los planetas y signo que la habiten dan información
sobre qué le da seguridad y estabilidad. También
describe las capacidades innatas y los talentos.
Simboliza el concepto de yo poseo.

 Casa III. El entorno inmediato, la comunicación, el


aprendizaje: La casa tercera indica la relación del
individuo con su entorno más cercano (hermanos,
parientes, amistades, etcétera) así como también el
ámbito de la comunicación personal y todo lo
relacionado con el pensamiento lineal y racional. Es
por todo ello que simboliza el concepto de yo me
expreso.

 Casa IV. La familia, las raíces, la herencia emocional:


Esta casa está ligada a las experiencias de la
infancia, el hogar y las raíces familiares. También
afecta al mundo más profundo e íntimo del individuo
y, por tanto, la esfera emocional más interior. El
concepto que simboliza es yo siento.

 Casa V. La libre expresión creativa, los niños, la


diversión: La quinta casa habla sobre la herencia
creativa (que se deja para la posteridad, tanto como
expresión artística, proyectos materiales o
descendientes), la firmeza de la individualidad y el
mundo de la diversión y el ocio. Su concepto
simbolizado es yo me reivindico.

 Casa VI. La salud y el trabajo: La última casa del


llamado hemisferio nocturno se relaciona con la salud
del individuo y con su ámbito de trabajo, con especial
atención al desarrollo de su rutina. También es la
casa de los colegas, empleados y mascotas.
Simboliza el concepto de yo me cuido.

 Casa VII. Los contactos, las relaciones: La primera


casa del hemisferio diurno se concentra en las
relaciones personales. El signo ubicado en esta casa,
junto con los planetas que la habiten, indica qué tipo
de relación se busca al igual que también qué tipo de
gente se siente atraída por el propietario de la carta.
También habla sobre el ámbito de pareja y el
desarrollo de las relaciones amorosas. El concepto
que simboliza, así pues, es yo me relaciono.

 Casa VIII. La transformación, los cambios profundos,


el proceso de dejarse ir participando en la totalidad:
Esta casa abarca los procesos metamórficos de una
persona a través, sobre todo, de las crisis personales.
Antiguamente se le asociaba con la muerte en un
sentido físico pero no con el momento de la muerte
del individuo en cuestión. Actualmente se prefiere
verla relacionada con la "muerte" simbólica que
vincula todo proceso de transformación personal
donde se dejan atrás cosas y personas antes
significativas en la vida personal. Simboliza el
concepto de yo renazco.

 Casa IX. La búsqueda del sentido de la vida, los


viajes largos físicos y mentales, la visión del mundo:
La novena casa trata sobre las motivaciones en
buscar un sentido a la vida especialmente a través del
conocimiento de otras culturas y visiones del mundo,
es por eso que también tiene un estrecho vínculo con
los viajes de largo alcance y el afán de ampliar
horizontes al igual que también se relaciona con la
ética y la percepción personal de la justicia y la ley.
Por todo ello el concepto que simboliza es yo
reflexiono.

 Casa X. La vocación, los objetivos en la vida, las


ambiciones profesionales: La casa décima se
encuentra marcada por el medio cielo y, por tanto, se
centra en el ámbito profesional: en qué campos se
desarrollará mejor y tendrá más éxito. Esto también
conduce a indicar el reconocimiento social, las metas
personales y el alcance de las responsabilidades
hacia los demás. El concepto simbolizado en esta
casa es yo ambiciono.

 Casa XI. Colectivos, grupos y amigos: La undécima


casa aborda el ámbito de los grupos de pensamiento
común e ideología análoga. Afecta, pues, la postura
social del individuo y, en un sentido más global, su
posición dentro de la sociedad, su disposición a
colaborar con el colectivo y su grado de compromiso
para mejorar los mecanismos sociales existentes.
Simboliza el concepto de yo contribuyo.

 Casa XII. La retirada, la trascendencia, la


espiritualidad: La última casa se relaciona con el
retiro, voluntario o no, de uno mismo del contacto
social y las consecuencias que se desprenden ligadas
al sufrimiento así como también abarca el sentido
espiritual y trascendental. Las experiencias místicas y
de comunión con los demás e incluso con la totalidad
también se ven reflejadas. Por todo ello el concepto
simbolizado en esta casa es yo sufro.

Referencias[editar]
1. ↑ Universidad de Málaga Archivado el 10 de diciembre de 2013
en Wayback Machine., un estudio sobre San Agustín muestra la
ambigüedad del cristianismo primitivo frente a la astrología.
2. ↑ La astrología de Kepler (Pasajes Seleccionados)
3. ↑ La psicología de Carl Gustav Jung en la astrología

Bibliografía[editar]
 ALCOBA, María Emilia, AZICRI, Claudia y MOLINA,
Cristina: Curso de astrología Tomo I . Kier, Buenos
Aires, 2005 ISBN 950-17-4201-6
 MOLINA, Cristina y AZICRI, Claudia: Curso de
astrología Tomo II . Kier, Buenos Aires, 2007 ISBN
978-950-17-4203-9

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