Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
(Cuando se entra a debatir el tema del mito) “es tan necesario como útil una
doble tarea: <declarar>, como se hace al cruzar una frontera, con la mayor
precisión posible las posiciones actuales propias, y, además, lograr la
legitimación evidente desde el texto respectivo”
(Sobre los mitos platónicos, Herder, Barcelona 1984. Pág. 53).
Quisiera, entonces, comenzar por “declarar” las opciones de método que condicionan mi
enfrentamiento del tema.
Entiendo por "método" el modo de enfrentar un problema que resolver: Cuáles son los
condicionamientos, cuáles las perspectivas que permiten formular preguntas y proponer
soluciones.
amtuch@u.uchile.cl http://www.judaismoenunclick.blogspot.com
Quiere conocer el mito no por un mero interés "arqueológico" ni mucho menos por
preocupaciones apologéticas: Lo hace intentando comprender. ¿Qué significa
“comprender”?
Siguiendo la estela del existencialismo alemán, Bultmann distingue por lo menos dos
formas de representarse el conocimiento.
a) Conocimiento objetivo.
b) Conocimiento existencial.
El sujeto “ex - sistit”, se pone fuera de sí, sale de sí mismo para reencontrarse a sí mismo
en el otro con el que se involucra profundamente y, al conocer al otro, se conoce a sí
mismo.
Dos palabras pueden ser clave en esta forma de conocer: Libertad y Obediencia. Libertad
del sujeto para permitir que el otro entre en el horizonte del propio existir, lo que en
último término es un acto libre de amor; obediencia para aceptar las nuevas posibilidades
de existencia distinta descubiertas a partir del otro.
amtuch@u.uchile.cl http://www.judaismoenunclick.blogspot.com
Voy a citar un párrafo de Rudolf Bultmann sobre la tarea del historiador que me parece
perfectamente aplicable a nuestro asunto:
En esquema:
conocimiento “objetivo”
- racional
- trae el objeto hacia sí
SUJETO - busca explicaciones causales
OBJET
O
conocimiento “existencial”
- libertad
- sale hacia las posibilidades de ser
- busca sentido para la existencia
Notemos que no se trata de escoger entre uno u otro de estos modos de conocer: Se da
entre ellos una circularidad que los integra por el camino de la complementariedad2.
2
Incluso se puede sostener con muy buenos argumentos que toda “explicación” lleva implícito un “sentido” y que,
recíprocamente, toda “interpretación” supone una “explicación”.
amtuch@u.uchile.cl http://www.judaismoenunclick.blogspot.com
Estableció que, cuando los conocimientos parten de bases experimentales
diferentes, incluso mutuamente excluyentes, los resultados son igualmente
excluyentes los unos de los otros. Y sin embargo, estas series de
conocimientos excluyentes e irreductibles expresan rasgos igualmente
importantes de la realidad. Por lo tanto, solo la consideración de la totalidad
de los resultados puede agotar la información posible acerca de la realidad. La
información posible, excluyente e irreductible, debe ser organizada dentro de
un conjunto de complementariedad3.
Este modelo, elaborado a partir de la física, parece sugerente para el tratamiento del tema
que nos preocupa y que, por lo demás, responde a una intuición muy obvia: No se puede
aceptar como válida una opción por el conocimiento racional que deseche el existencial.
Es que no se puede aceptar una disyuntiva excluyente entre las causas y el sentido, entre
la razón y el amor: Ambas dimensiones actúan en complementariedad: Comprender
significa la opción por esta complementariedad.
Habrá que tener claro, entonces, que cuanto digamos acerca del Mito, de la Historia o lo
que sea, será al mismo tiempo una palabra sobre nosotros mismos. En palabras de San
Agustín: Ipse mihi eram magna quaestio, es decir, “Soy yo mismo quien está en cuestión”.
Lenguaje, Religión y Mito, Ciencia, Arte son, entre otras, algunas de las redes simbólicas
en las que el hombre se halla envuelto. Con ellas y por ellas traba contacto con la realidad
exterior.
amtuch@u.uchile.cl http://www.judaismoenunclick.blogspot.com
enfrenta con “el mundo”, categorías mediante. El sostendría que se forma
un sistema recursivo Hombre-Mundo, donde ambos términos interactúan
recursivamente.
(En otro lugar hemos tratado el tema de la recursividad).
Alguna vez propuse llamar al sistema cassireano “modelo alfombra”: En una alfombra, cada
hilo, cada hebra cada nudo cumple una función en el conjunto texturado, dando forma al
todo y recibiendo forma de él. En otras palabras, las creaciones míticas, artísticas, etc. se
integran en un conjunto superior que les confiere determinado sentido y función, como
las hebras en la alfombra. Ese todo superior es la cultura.
La reflexión acerca de las creaciones humanas debe, entonces, partir por la reflexión
sobre el lenguaje.
2.- Hoy en día ya no se plantea el tema del origen del lenguaje como problema histórico:
Cuándo, cómo, donde y cuál fue el proceso que dio origen al habla humana.
Voy a comentar breve y esquemáticamente el tema del lenguaje desde el punto de vista de
sus funciones, particularmente, la función expresiva, la comunicativa y la pragmática.
amtuch@u.uchile.cl http://www.judaismoenunclick.blogspot.com
temor, de deseos y de repulsiones) a formas más conscientes y deliberadas, a formas más
simbólicamente abstractas.
Y de este modo, el lenguaje no sólo posibilitó la expresión subjetiva; creó además una
comunidad de comunicación (excúsese la redundancia) participativa.
b) El lenguaje es, además el instrumento para crear, para objetivar “el mundo interior del
hombre”: Se pueden nombrar los sentimientos, las vivencias subjetivas. El lenguaje,
entonces, no se agota en su función de red arrojada sobre lo externo, según acabo de
decir: El lenguaje es el instrumento de autocomprensión, de autocreación y de expresión y
comunicación de la "objetivación de la subjetividad".
3.- El proceso creativo que vengo señalando parte con la experiencia, es decir, con el
encuentro. Las vivencias que se experimentan son el encuentro consigo mismo, con los
otros, con los sucesos. Necesariamente estas vivencias, por serlo, son objetivadas en el
lenguaje.
Se suelen distinguir dos tipos de objetivación: una de primero y otra de segundo grado.
amtuch@u.uchile.cl http://www.judaismoenunclick.blogspot.com
Llámase objetivación de primer grado a la que se realiza en cercanía psicológica (no
necesariamente temporal) con la experiencia vivida.
Por aquí voy acercándome a un punto importante de nuestro tema: El lenguaje del mito y
sus acompañamientos de ritos, canto y poesía pertenece, a mi juicio, a las objetivaciones
de primer grado; en cambio el de la teología, la filosofía, la(s) ciencia(s) son objetivaciones
de segundo grado.
El mito, como todas las creaciones de lenguaje, es una creación social. El significado
primero de mythos es "discurso", "narración". En otras palabras, el mito vive en el
lenguaje; es lenguaje.
amtuch@u.uchile.cl http://www.judaismoenunclick.blogspot.com
De acuerdo a lo anteriormente expresado, vamos a considerar el mito como una
objetivación de primer grado de la experiencia de la existencia humana.
“El uso lingüístico, tanto de los griegos en general como de Platón en concreto
y también nuestro lenguaje moderno, presenta una tal multitud de aspectos,
que casi podría hablarse de confusión babélica, que a primera vista parece
hacer posible y dejar campo libre para cualquier definición imaginable.
Según los datos de los diccionarios, la palabra mythos puede designar en el
lenguaje griego común una desconcertante multitud de cosas: palabra, discurso,
conversación, proverbio; puede incluso significar la palabra meramente pensada
y no pronunciada, en el sentido de plan o proyecto. Existe un significado más
restringido de historia, relato, saga, fábula; posiblemente incluso se da
preferencia al sentido de historia inventada, <no verdadera>4. A la pluralidad
de significados del nombre responde la de los verbos denominativos mytheomai
y mythologeo: hablo, digo, cuento o invento una historia”.
(Josef Pieper, Sobre los mitos platónicos, Herder, Barcelona. 1984. Págs. 15
s.).
Lo más obvio es que los mitos aparecen como narraciones, como historias contadas y que
reúnen algunas características especiales.
4
Es llamativo que en los escritos del Nuevo Testamento la palabra, en las pocas veces que ocurre, tiene este significado
devaluatorio:
“Al partir yo para Macedonia, te rogué que permanecieras en Éfeso para que mandaras a algunos que no enseñasen
doctrinas extrañas (heterodidaskalein), ni dedicasen su atención a fábulas (mythois) y genealogías interminables….”
(1 Tim. 1:3-4, Trad. de la BJ).
“Rechaza, en cambio, las fábulas profanas y los cuentos de viejas (bebelous kai grôdeis mythois, lit. <vacíos y viejos
mitos>)”.
(1 Tim. 4:7, Trad. de la BJ)
“Vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que…..apartarán sus oídos de la verdad y se
volverán a las fábulas (mythois)”.
(2 Tim. 4:3-4, Trad. de la BJ).
“Por tanto repréndeles severamente, a fin de que conserven sana la fe y no den oído a fábulas judaicas (Ioudaikois
mythois), ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad”
(Tito 1:14, Trad. de la BJ).
“Os hemos dado a conocer el poder y la Venida de nuestro Señor Jesucristo, no siguiendo fábulas ingeniosas
(sesophismenois mythois), sino después de haber visto con nuestros propios ojos su majestad”
(2 Pedro 1:16, Trad. de la BJ)
¿Por qué los traductores de la BJ usaron “fábula” para traducir “mythos”? Sería curioso e instructivo, -creo-, seguir las
opciones de diversas traducciones….
amtuch@u.uchile.cl http://www.judaismoenunclick.blogspot.com
“Las historias míticas en sentido propio se desarrollan, como ya se ha indicado,
entre el <aquí> y el <allí>, entre la esfera humana y la esfera divina. Tratan de
la acción de los dioses en la medida en que tal acción afecta al hombre, y de la
acción de los hombres en tanto que se refiere a los dioses.
Esta significación, la refrenda el uso lingüístico habitual en la historia de las
religiones, la etnología y la historia de la espiritualidad en general. <Mito es una
historia divina. Ésa es la definición verbal que no se puede dejar de lado>, dice,
por ejemplo, Paul Tillich; y agrega que se trata, por lo mismo, <no de una
categoría literaria sino religiosa>”5.
(Josef Pieper, op, cit. Págs. 19 s.)
Sin embargo, acota Georges Gusdorf, hay que tener mucho cuidado para no caer en una
trampa que, a trechos, ha resultado tan inevitable como dañina.
Más adelante pronuncia una afirmación que me parece determinante en el tratamiento del
mito:
5
Debo confesar que, sobre todo después de Wittgenstein, no me queda para nada clara la oposición entre lo literario y lo
religioso como si fueran mutuamente excluyentes…
amtuch@u.uchile.cl http://www.judaismoenunclick.blogspot.com
expresan (Ver supra, conocimiento existencial). Por eso Gusdorf habla preferentemente
de “conciencia mítica” y la entiende
Por aquí se va insinuando la función de la conciencia mítica: El mito quiere dar fundamento
a la existencia y sentido al acto de vivir.
“El mito tiene por función hacer posible la vida. Ofrece un lugar a las
sociedades humanas y les permite durar”.
(Gusdorf, Pág. 21).
amtuch@u.uchile.cl http://www.judaismoenunclick.blogspot.com
Ernst Cassirer lo expresó con toda la claridad posible: La percepción del mundo
expresada en el mito es fisiognómica: En el mundo se ven rostros prometedores,
protectores o amenazantes y enemigos. El discurso mítico es producto de estas
experiencias acumuladas y contiene simbólicamente una concepción experiencial de la
existencia.
No voy a proponer aquí un modelo operativo para el tratamiento del mito. Me restringiré
a enunciar algunos tópicos que, - a mi juicio -, deben tenerse en cuenta para elaborarlo.
3.1. Negativamente:
Por cierto, nos acercamos al mito condicionados por nuestra carga reflexiva, positivista,
racionalista que nos condiciona sin que nos demos cuenta. No es ése el acercamiento que
puede hacer justicia ni a la forma ni a la función del mito.
3.2. Positivamente:
a) Hay que tratar el tema del mito desde el punto de vista de la existencia, de la
comprensión y de la autocomprensión. Como decíamos más arriba, el mito es una forma
de existir y de dar sentido a la existencia.
b) En el mito se hallan expresadas “verdades” que discurren por otros cauces que los del
conocimiento lógicamente racional. Por eso no es reductible a conceptos, así como un
poema no es traducible en doctrina abstracta
amtuch@u.uchile.cl http://www.judaismoenunclick.blogspot.com
ocultándola al mismo tiempo. El mito es un capullo lleno de símbolos, dijo en alguna
parte…
d) Me parece que el camino del mito parte del misterio y a él retorna. Y, como dijera
Rudolf Otto, el misterio no se explica; se celebra.
Me parece, además, que la vinculación mito - misterio da razón de la índole ritual del mito
que busca el misterio, lo encuentra y lo vivencia justamente en la celebración ritual: El
ritual anula las distancias temporales y espaciales; mito y misterio se encuentra y se
hermanan en una realidad más real que lo meramente transitorio.
d) En este sentido, decimos que el mito tiene la intención de ser fundante en el sentido
fuerte de la palabra: otorgar fundamento a la existencia humana. La búsqueda y la
propuesta de fundamentos realmente fundantes es siempre una búsqueda y una propuesta
mítica6.
Por eso la conciencia mítica instala una solidaridad indestructible en la corriente de la vida.
En el mundo del mito, la “simpatía” (sympatheia) hombre-naturaleza es indiscutible. De ahí
creaciones tan típicas suyas como las del totem, como la posibilidad de transmutación
recíproca de plantas, animales y seres humanos.
Nuevamente habrá que afirmar que tales símbolos de lenguaje o de culto muestran y
robustecen la continuidad de la vida en el mundo cósmico. Tras la variedad de contenidos,
está la forma de considerar el Universo, la expresión de la estructura que le otorga
sentido.
6
Probablemente, este sería el momento de tratar las relaciones entre mito e ideología. No puedo hacerlo. Vale la pena
releer a Kart Mannheim, Ideología y Utopía, FCE, México 1841 y, últimamente, el ilustrativo artículo de José Andrés
Bonetti, “Doce notas introductorias al concepto de ideología”, Revista de Filosofía 46 (2004-1) Págs. 7-34.
amtuch@u.uchile.cl http://www.judaismoenunclick.blogspot.com
Paul Hanson propuso llamar a la mentalidad mítica, "el impulso visionario" y a la histórica,
"el impulso realista". Puede que la terminología no sea la más satisfactoria, pero tiene el
mérito de graficar la disparidad de intenciones.
f) Si es cierto, como vengo de proponer, que mito e historia se oponen, ello no significa
que ambos se anulen recíprocamente. La propuesta es que los opuestos se hallan en una
relación de complementariedad, noción que ya dejé descrita más arriba al analizar las
relaciones entre conocimiento mítico y conocimiento científico. Opuestos y
complementarios; en conjunto, ambos tipos de formas aportan a la comprensión global del
fenómeno humano.
amtuch@u.uchile.cl http://www.judaismoenunclick.blogspot.com