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Por Vicente Soto Licenciado en Criminología

La criminología es una ciencia que se nutre de varias disciplinas como el derecho


penal, la victimología, la sociología, la psicología, la política criminal, etc... Y es de
aplicación en diferentes ámbitos profesionales, como bien se expone en el libro blanco
de criminología, a modo de ejemplo, y por citar algunos:

 Ámbito policial

 Ámbito penitenciario

 Ámbito de la Vigilancia Penitenciaria

 Ámbito victimológico

 Ámbito judicial

 Ámbito de la marginalidad y la conducta desviada

 Ámbito de la Política Criminal

 Ámbito de la seguridad privada

Me detendré aquí por ser este el objeto de estudio.

Se trata de personal auxiliar y colaborador de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad


del Estado, con la obligación de prestarles colaboración y seguir sus intrucciones en
relación con las personas, bienes, etc, de cuya protección, vigilancia o custodia
estuviesen encargados. Sus funciones son complementarias y subordinadas respecto de
las de seguridad pública, desempeñando sus funciones en ámbitos privados tal como
indica el art. 1 de la LSP

1. Esta Ley tiene por objeto regular la prestación por personas, físicas o jurídicas privadas, de servicios de
vigilancia y seguridad de personas o bienes, que tendrán la consideración de actividades complementarias y
subordinadas respecto a las de seguridad pública.

2. A los efectos de esta Ley, únicamente pueden realizar actividades de seguridad privada y prestar servicios
de esta naturaleza las empresas de seguridad y el personal de seguridad privada, que estará integrado por los
vigilantes de seguridad, los vigilantes de explosivos, los jefes de seguridad, los directores de seguridad, los escoltas
privados, los guardas particulares del campo, los guardas de caza, los guardapescas marítimos y los detectives
privados.

3. Las actividades y servicios de seguridad privada se prestarán con absoluto respeto a la CE y con sujeción a
lo dispuesto en esta Ley y en el resto del ordenamiento jurídico. El personal de seguridad privada se atendrá en sus
actuaciones a los principios de integridad y dignidad; protección y trato correcto a las personas, evitando abusos,
arbitrariedades y violencias y actuando con congruencia y proporcionalidad en la utilización de sus facultades y de
los medios disponibles.
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4. Las empresas y el personal de seguridad privada tendrán obligación especial de auxiliar a las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en el ejercicio de sus funciones, de prestarles su colaboración y de seguir sus
instrucciones en relación con las personas, los bienes, establecimientos o vehículos de cuya protección, vigilancia o
custodia estuvieren encargados.

Y el art 66.1 del RSP:

Colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

1. El personal de seguridad privada tendrá obligación especial de auxiliar a las Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad en el ejercicio de sus funciones, de prestarles su colaboración y de seguir sus instrucciones en relación
con las personas, los bienes, establecimientos o vehículos de cuya protección, vigilancia o custodia estuvieren
encargados (artículo 1.4 de la Ley de Seguridad Privada).

2. En cumplimiento de dicha obligación y de lo dispuesto en la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad


Ciudadana, deberán comunicar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, tan pronto como sea posible, cualesquiera
circunstancias o informaciones relevantes para la prevención, el mantenimiento o restablecimiento de la seguridad
ciudadana, así como todo hecho delictivo de que tuviesen conocimiento en el ejercicio de sus funciones.

Vemos que las actividades a realizar por este sector se asemejan a las atribuidas a
las fuerzas y cuerpos de Seguridad. “vigilancia y seguridad de personas o bienes… ““…prestarles su
colaboración y de seguir sus instrucciones en relación con las personas, los bienes, establecimientos o vehículos de
cuya protección, vigilancia o custodia estuvieren encargados…”

Por una parte vigilar y asegurar personas y bienes, eso sí, dentro de su ámbito de
actuación, es decir en su servicio. Pero ¿qué ocurre cuando son testigos de un delito
cometido en la acera de enfrente donde no tienen competencias? ¿Deben actuar para
evitar el delito? ¿Deben dar media vuelta y no inmiscuirse, “para eso esta la policía”?

Veamos qué nos dice el art 71 del reglamento:

1. Los vigilantes de seguridad sólo podrán desempeñar las siguientes funciones:

a.Ejercer la vigilancia y protección de bienes muebles e inmuebles, así como la protección de las
personas que puedan encontrarse en los mismos.
b. Efectuar controles de identidad en el acceso o en el interior de inmuebles determinados,
sin que en ningún caso puedan retener la documentación personal.
c. Evitar la comisión de actos delictivos o infracciones en relación
con el objeto de su protección.
d. Poner inmediatamente a disposición de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad a los delincuentes en relación con el objeto de su protección, así como los instrumentos, efectos
y pruebas de los delitos, no pudiendo proceder al interrogatorio de aquéllos.

Cabe entender a la luz del apartado c que no se debe perseguir delitos fuera del
objeto de protección; el artículo 79 nos aclara algo más el asunto al autorizar una
posible actuación fuera del inmueble en el caso del delincuente sorprendido infraganti,
pero de nuevo en relación a las personas o bienes objeto de protección, no se dice nada
sobre un delito del que el vigilante sea testigo fuera de ese catálogo legislativo.

1. Los vigilantes sólo podrán desempeñar sus funciones en el Interior de los edificios o de los inmuebles de
cuya vigilancia y seguridad estuvieran encargados, salvo en los siguientes casos:

d) Los supuestos de persecución a delincuentes sorprendidos en flagrante delito, como consecuencia del
cumplimiento de sus funciones en relación con las personas o bienes objeto de su vigilancia y protección.

e) Las situaciones en que ello viniera exigido por razones humanitarias relacionadas con dichas personas o
bienes.
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El apartado “e” podría ser una salida a esta circunstancia, pero su redacción
vuelve a recabar la necesidad de que esas personas o bienes estén relacionadas con su
objeto de protección.

El artículo 23.1.e) de la Ley 23/1992 nos comienza a sacar de dudas

La negativa a prestar auxilio o colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, cuando sea procedente,
en la investigación y persecución de actos delictivos, en el descubrimiento y detención de los delincuentes o en la
realización de las funciones inspectoras o de control que les correspondan.

De este párrafo en relación con el artículo 66.1 extraemos:

Primero que hay una obligación especial de auxiliar; en estos casos dicha
obligación radica en el lugar de trabajo, en el ejercicio de sus funciones, y siempre
relacionado con los bienes y personas objeto de protección. Por ejemplo, si el peligro o
riesgo procede del exterior y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad requieren a los
vigilantes de seguridad para ejercer funciones en el exterior de los inmuebles, deben
seguir sus instrucciones.

Segundo, hay un deber genérico para todos los ciudadanos este auxilio, el cual
adquiere especial relevancia para el personal de seguridad privada, de tal forma que
existe, no sólo en el lugar de prestación de los servicios y en el ejercicio de sus
funciones, sino también fuera de ellas, aunque debe entenderse que el incumplimiento
de tal deber sólo sería sancionable en situaciones derivadas o relacionadas con el
ejercicio de sus funciones.

Pero si el vs no es requerido por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, ¿puede


actuar para evitar el delito que no es objeto de su protección?

El artículo 195 sobre la omisión del deber de socorro nos arroja luz definitiva al
caso

1. El que no socorriere a una persona que se halle desamparada y en peligro manifiesto y grave, cuando
pudiere hacerlo sin riesgo propio ni de terceros, será castigado con la pena de multa de tres a doce meses.

2. En las mismas penas incurrirá el que, impedido de prestar socorro, no demande con urgencia auxilio ajeno.

El tipo no requiere que la persona que omite el deber tenga ninguna característica
concreta, pero:

- debe conocer que la otra persona se halla en peligro.

- tiene que estar en presencia de la persona que está en peligro

- o tiene que haber sido requerido explícitamente para prestar ayuda, siempre que se
pueda entender que por su profesión u oficio tiene cualidades específicas que le
permitan prestar esa ayuda.
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Definitivamente aunque el vs no pueda actuar fuera de su objeto de protección, sí


puede y debe auxiliar como ciudadano a las personas afectadas por hechos delictivos, y
si se lo requiere la policía.

Por lo expuesto anteriormente y dado el carácter de auxiliares de la Seguridad


Pública, es necesario que el personal adscrito a estas funciones posea unos
conocimientos científicos y profesionales suficientes que garanticen una correcta
actuación en relación con el resto de la sociedad.

Por todo ello, es necesario dotar a la Seguridad Privada de conocimientos más


sólidos, que permita el rigor en las actuaciones de su personal. Rigor que se hace
necesario desde el momento en que se pretende atajar o prevenir un problema de
criminalidad debiendo, al mismo tiempo, observar los límites marcados por los
Derechos Fundamentales y Libertades Públicas consagrados en nuestra Constitución,
así como las leyes que desarrollan el ámbito del ejercicio de la seguridad privada.

Favorecer la presencia de criminólogos en este sector solo puede reportar


beneficios, contribuyendo además, a mejorar la algo deteriorada imagen pública que del
colectivo tiene la sociedad en general.
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- En el aspecto victimológico, un policía debidamente sensibilizado y formado ha


de ser capaz de reconocer inmediatamente las situaciones de victimización o
señales y
factores de riesgo asociados, y prestar una especial atención a quienes que puedan
encontrarse en ellas. En la fase de detección es un profesional clave en cuanto a la
recogida de información, valoración inicial de cada caso, y redacción de un
informe que
debe suponer —en un principio y sobre todo— una primera actuación dirigida a
ayudar
a la víctima. Y una vez detectado el caso es un profesional clave en el inicio de un
proceso de investigación y evaluación que pueda determinar si ha existido o no
victimización, manteniendo estrecho contacto con la autoridad judicial y la
Administraciones correspondientes.
- El policía-criminólogo puede aportar amplias perspectivas interdisciplinares, y
ello le permite, no solo poder reflexionar, sino además actuar adecuadamente
respecto
de las soluciones científicas y técnicas de problemas no relacionados directamente
con
el mundo penal, sino más bien en el ámbito de la marginalidad, rayando con el de
la
delincuencia. En este sentido, colaboraría en la elaboración de planes que
recogieran las
estrategias preventivas más adecuadas y, por otra parte, su actuación experta
seleccionaría los datos necesarios para elaborar los informes necesarios para
establecer
estas políticas preventivas y aplicarlas de la mejor manera posible.
- Es fácil advertir el palpable vacío que existe hoy en día en la Administración en
el terreno criminalístico, al observar que, paradójicamente, la Ley Procesal
Criminal
requiere a Jueces y Tribunales la aclaración o puesta a la luz y resolución de
hechos
delictivos o criminales en general, y a la vez dicha Administración no cuenta con
suficientes gabinetes propios de investigación criminalística especializada. Por
ello, es
todavía más necesario que el policía-criminólogo criminalista, sea el profesional
que,
formando parte de equipos mucho más especializados que en la actualidad,
concurra en
la recogida de indicios en el lugar de autos, examine dichos indicios o pruebas y
dictamine resultados y conclusiones sobre el hecho delictivo o criminal en
general, que
puedan servir de asesoramiento y contraste a Jueces y Tribunales en la labor de
investigación. Actividad que siempre será enriquecedora y complementaria a la
labor
que desempeñan los médicos forenses, éstos en el campo estricto de la medicina,
colaborando a la determinación de cualquier otro aspecto derivado de los hechos
delictivos o criminales en general. La base académica impartida en los estudios
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universitarios de Criminología, con disciplinas estrechamente ligadas a las


actividades
LIBRO BLANCO SOBRE EL TITULO DE GRADO EN CRIMINOLOGIA Y SEGURIDAD
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de la Policía Científica y luego ampliadas y concretadas en los cursos policiales
correspondientes, pueden hacer aprovechar mucho mejor la formación
criminológica de
los policías integrantes de los actuales gabinetes encargados de dichos temas. Ello
conllevaría, no sólo a la elevación de su nivel cualitativo, sino también a aumentar
su
número hasta llegar a cubrir adecuadamente las actuales carencias en este aspecto

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