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La movilidad después del covid-19

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Las personas hoy se han reenfocado en la salud y esto toma fuerza en el
sector de la movilidad donde los usuarios prefieren, en gran medida, los modos
de transporte percibidos como más individuales, seguros e higiénicos
En la post-pandemia las opciones de transporte que garantizan el
distanciamiento físico se impondrán a las demás. El uso del carro privado, la
bicicleta, caminar y la micro movilidad compartida podrían superar al tradicional
transporte público
La movilidad urbana durante y después de la pandemia de la COVID-19 puede
afectar significativamente a la salud. Para adaptarse mejor a los escenarios en
evolución, las medidas de urbanismo deberían facilitar la movilidad cotidiana.
La prioridad debería ser promover el transporte activo y proporcionar un
espacio público suficiente para que las personas se puedan mover
manteniendo el distanciamiento físico. Un mejor uso de la tecnología para
gestionar la movilidad y una comunicación clara sobre las opciones disponibles
de la red de transporte pueden ayudar a aliviar el miedo y fomentar un uso
racional de los modos de transporte.
Los ciudadanos, por su parte, demandan ciudades más conectadas, limpias,
seguras y con una mayor calidad de vida. Quieren disponer de información
para tomar mejores decisiones y perder menos tiempo en sus
desplazamientos, así como facilidad de acceso a nuevos modos de transporte
los cuales deben proporcionar la seguridad suficiente y la higiene necesaria
para un buen servicio hacia las personas que tomen estos transportes públicos
aportando así en el cuidado de la salud de la comunidad.
Es importante recalcar que cuando se llegue a inmunidad de rebaño, la
mayoría de personas van a sentir algo de seguridad y esto puede ser positivo
para casos de reestructuración de los transportes y otros enfoques, intentando
llegar a una normalidad relativa.

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