EL COMPLEJO CULTURAL EN EL PERU 3
Quiza la noticia de mayor interés hecha publica en el reciente
Congreso de Peruanistas fue la que dio el Dr. Holmberg, de la Uni-
versidad de Cornell, anunciando que se habia iniciado el estudio
de la cultura total en el Callej6n de Huaylas.! Uno de los aspectos
fundamentales que ofrece el estudio del hombre de esa regién es
precisamente el de la transculturacién, el del mestizaje; lo han de
cumplir hombres de ciencia norteamericanos y peruanos.
El conocimiento del mestizo es esencial para la buena orienta-
cién de todas las actividades nacionales en el Pert: la educacién,
la sanidad, la produccion, los calculos acerca de las posibilidades y
el destino del pais.
El mestizo es el hombre mds debatido del Perd y el menos estu-
diado, Naturalmente no tomamos en consideracién a quienes nie-
gan su existencia. Nos bastard, para los fines de este articulo, se-
italar que hay infinidad de grados de mestizaje; que es muy distinto
el que se forma en los pueblos pequefios de la sierra y el que apare-
ce en las ciudades; que en lugares como Ayacucho y Huaraz, pue-
den encontrarse mestizos apenas diferenciados del indio y del tipo
que podriamos denominar representativo del hombre asimilado por
entero a la cultura occidental. Para algunos etndlogos, como Luis
E. Valcarcel, el mestizo ‘no ha cristalizado, no ha podido cuajar
sino apenas como borroso elemento de la clase media”. Y “padece
la doble tragedia de dos almas irreconciliables y el doble rechazo
de los de arriba y de los de abajo”. Los indios de las ciudades y los
indomestizos (mestizo con predominio indio) son, en nuestro tiem-
po, los yanakuna de los incas, “desertores de la comunidad, desa-
rraigados del terrufio, fuera del cobijo y proteccién del grupo, de
la gran familia”.* Valcércel representa la corriente pesimista acerca
del mestizo. Pero toda persona que haya vivido en muchas ciuda-
des y aldeas de la sierra, sabe por propia experiencia, que el mesti-
zo no representa sdlo “un borroso elemento de la clase media",
sino la mayoria y, en algunos casos, como el de los pueblos del
valle del Alto Mantaro (provincias de Jauja y Huancayo), la to-
talidad de la poblacién de estas ciudades y aldeas. Es ésta una rea-
lidad innegable, por ejemplo, en las provincias de Jauja y Huan-
cayo, ya mencionadas, y en las de Calca y Urubamba, del Cuzco,
para citar casos concretos, En ambas regiones, los indios han sido
arrojades a las zonas altas; las aldéas y ciudades del valle estan
pobladas por mestizos. En el alto Mantaro, a causa de la influencia
del Ferrocaril Central, uno de los mas antiguos del Peru, que se
\ Véase Boletin Indigenista, xu.
® Historia de la cultura antigua del Peri, tomo 1. pp. 14 y 15.2 EL COMPLEJO CULTURAL EN EL PERC
referimos a Ja existencia actual de una cultura denominada india
que se ha mantenido, a través de los siglos, diferenciada de la oc-
cidental. Esta cultura, a la que Iamamos india porque no existe
ningun otro término que la nombre con la misma claridad, es el
resultado del largo proceso de evolucién y cambio que ha sufrido
la antigua cultura peruana desde el tiempo en que recibié el im-
pacto de la invasién espafiola.
La vitalidad de la cultura prehispdnica ha quedado comprobada
en su capacidad de cambio, de asimilacién de elementos ajenos. La
organizacién social y econdémica, Ja religion, el régimen de la fami-
lia, Jas técnicas de fabricacién y construccién de los Hamados ele-
mentos materiales de la cultura, las artes; todo ha cambiado desde
los tiempos de la Conquista; pero ha permanecido, a través de tan-
tos cambios importantes, distinta de la occidental, a pesar de que
tales y tan sustanciales cambios se han producido en la cultura au-
téctona peruana por la influencia que sobre ella ha ejercido la de
los conquistadores.
Pero es inexacto considerar como peruano unicamente lo indio;
€s tan erréneo como sostener que lo antiguo permanece intangi-
ble. Sélo en las mentalidades ignorantes, tanto de la realidad huma-
na del Peri como de las ciencias que estudian al hombre, puede
surgir una idea como ésta.
Durante siglos, las culturas europeas e india han convivido en un
mismo territorio en incésante reaccién mutua, influyendo la prime-
ta sobre la otra con los crecientes medios que su potente e incom-
parable dindamica le ofrece; y la india defendiéndose y reaccionande
gracias a que su ensamblaje interior no ha sido roto y gracias a que
continua en su medio nativo; en estos siglos, no sélo una ha inter-
venido sobre la otra, sino que como resultado de la incesante reac-
cién mutua ha aparecido un personaje, un producto humano que
estd desplegando una actividad poderosfsima, cada vez mds impor-
tante: el mestizo. Hablamos en términos de cultura; no tenemos en
cuenta para nada el concepto de raza. Quienquiera puede ver en el
Peri indios de raza blanca y sujetos de piel cobriza, occidentales
por su conducta.
El estudio del mestizo es uno de los mas importantes de los que
la antropologia est4 obligada a emprender en el Pert. Hasta el
presente sdlo se han escrito ensayos que contienen reflexiones sobre
el problema; no se ha cumplido aun un verdadero plan de investi-
gacién en contacto con el hombre mismo, salvo el inédito trabajo
del Dr. Jorge C. Muelle sobre el pueblo de Sicaya y la todavia
inconclusa investigacién que el Instituto de Etnologia de la Uni-
versidad de San Marcos esta realizando en la comunidad de Tupe.4 EL COMPLEJO CULTURAL EN EL PERU
convirtié en un poderoso medio de difusién de la cultura occiden-
tal y de estimulo de la produccién econémica del valle, creando
como consécuencia, el mestizo mas aculturado, mas definido, labo-
rioso e independiente del pais: el Namado Auanca, nombre signifi-
cativo puesto que es el mismo que el de la antigua cultura prehis-
panica de la regién. En las provincias de Calea y Urubamba que
ocupan parte del gran valle del Vilcanota (rio sagrado de los incas)
la causa de la distribucién etnografica de la poblacién por zonas fue
distinta: los espafioles capturaron las fertilisimas tierras del valle
y arrojaron a los indios hacia las dificiles y frias tierras préximas a
los grandes nevados, estableciéndose desde entonces un dualismo
nitido e irreductible entre indios y occidentales. Las aldeas y pe-
quefias ciudades del valle estin habitadas por funcionarios y mes-
tizos dedicados a menudos negocios. Los hacendados viven en las
colonia’es villas de sus haciendas, en la ciudad del Cuzco, o en Lima.
El hombre asimilado a Ja cultura occidental constituye una mino-
ria en las aldeas y pequefias ciudades de la sierra. En la misma
ciudad del Cuzco y en las otras ciudades serranas importantes como
Ayacucho, Arequipa, Cajamarca, Huaraz, Puno, Jauja, Tarma,
Huancayo, Cerro de Pasco y Huancavelica, :quiénes constituyen
la mayoria de la poblacién? ;Los hombres de cultura occidental?
¢Los indios? No, los mestizos; pues muchos de los hombres perte-
necientes a la clase denominada “alta”, por representar en tales
cludades a la izacién moderna y a causa de su poderio econd-
mico, tienen mayores vinculos de los que se supone, con valores ca-
racteristicos surgidos de la mezcla de lo occidental y lo indio: can-
tan en versos bilingiies (quechua-espafiol), bailan huaynos, beben
chicha. El descendiente de antiguas familias espafiolas y de algunos
inmigrantes, muy raros, que ha cuidado con infatigable constancia
la pureza de sus costumbres, de sus normas de conducta que lo
identifican por entero con la cultura occidental, es un ejemplar de
excepcién en las pequefias ciudades y en las aldeas de la sierra pe-
ruana, y los grandes barrios de las ciudades importantes estan po-
blados por mestizos. Esta realidad no es contraria, sin embargo, a
la otra: que la direccién de la cultura estd en manos de quienes
se encuentran mas préximos a la cultura occidental y de que Ja ten-
dencia general sea, naturalmente, la de asimilarse a ella.
Seria inutil referirse al hecho de que la cultura occidental en el
Perti tiene su méxima representacién y poder en la costa, especial-
mente en las ciudades. Sin embargo, a medida que se realizan estu-
dios sistematicos en la poblacién del campo, se descubre que la in-
fluencia de la cultura nativa en los valles costefios es mayor de lo
que se suponia.EL COMPLEJO CULTURAL EN EL PERU 5
Finalmente, en estos afios se observa un nuevo acontecimiento de-
mografico que ha de influir de modo decisivo en la futura configu-
racién cultural del Perti: el traslado constante y creciente de la
poblacién serrana hacia la costa, especialmente a Lima y a las otras
ciudades. En Lima existen centenares de asociaciones representati-
vas no sdlo de las provincias serranas sino de los distritos. La co-
lonia de Safiaica, pequefio pueblo de la provincia de Chalhuanca,
cuenta con mds de trescientos miembros muy activos que forman
una asociacién que inscribié en la Seccién de Folklore del Mi-
nisterio de Educacién un conjunto de musicos y bailarinas integra-
do por 25 personas; y en cuatro afios de actividad reunié dinero su-
ficiente para pagar la construcci6n de un moderno local escolar
en el pueblo de Saiiaica.
Los “hijos” de las provincias y distritos serranos, reviven en Lima
sus fiestas principales en una reproduccién muy aproximada del
original, constituyen nucleos representativos de los intereses de sus
pueblos de procedencia en la capital. Mantienen en constante vincu-
lacién con sus pueblos, se aferran a sus costumbres y tradiciones
maternas. En la gran capital, que ha triplicado su poblacién en 20
afios, se han convertido en células irradiantes de Ja cultura andina.
Porque estas “asociaciones” y “‘colonias” no estan formadas por
las clases que por su condicién econdémica y sus tradicionés perte-
necen a la civilizacién moderna en las provincias, También los
miembros de tales grupos se han trasladado en gran niimero a Li-
ma, pero incorporandose a los barrios residenciales de la capital, en
ana simple confluencia de elementos semejantes. Las “colonias” de
provincianos estén integradas por mestizos, y una minoria de indios,
que Ilegan a Lima atraidos por la aparentemente ilimitada perspec-
tiva de mejor suerte que ofrece la ciudad, aunque en ella se su-
fran “al principio” los horrores de la desocupacién, de] hambre y
la vivienda en los barrios “clandestinos”. Esta situacién es siempre
mejor que el de las puertas implacablemente cerradas a la “mejor
suerte” que rige la vida en la mayoria de las provincias del inte-
rior. Los ya “residentes” en Lima les sirven de “cabeza de puente”
para el gran salto.
Paul Rivet nos decia que esta invasién, el crecimiento de Lima
por la afluencia de los serranos, era de una evidencia sorprendente,
que él la percibia a simple vista. El venerable e insigne sabio con-
templaba el hecho con especial regocijo.
Sin embargo, el mestizo en el Pert: no tiene el mtimero, ni el poder,
ni la influencia que ejerce en México, donde el territorio no esta6 EL COMPLEJO CULTURAL EN EL PERU
torturado y dividido por abismos profundos ¢ indomefiables cordi-
Heras como las que quiebran el suelo peruano. El espafiol tuvo en
México una movilidad incomparablemente mayor que en el Peru.
Nunca cruzé una diligencia de Lima al Cuzco, ni de Lima a Tru-
jillo o Arequipa. La locomocién con tiros animales no era practi-
cable ni en la costa ni en la sierra. del Pert; él arenal suelto del
desierto ¥ los abismos de las cordilleras lo impedian. Los pueblos
peruanos estuvieron siempre aislados por la topograffa invencible.
Y se atomizaron por eso. Hace apenas unos veinte aiios que las. an-
tiguas dreas culturales, que fueron respetadas durante la adminis-
tracién colonial, estan siendo destrozadas y reordenadas por las ca-
rreteras. El aislamiento geografico de los pueblas es la causa de-
terminante del mayor poder e influencia que en el Peri tuvo y
tiene Ia cultura nativa, La musica folklérica de la sierra peruana
es de origen antiguo, especialmente la de. tipo popular bailable;
porque la ceremonial religiosa (danzas y canciones), en todos los
pueblos, tiene una importante influencia espafiola. En cambio la
musica popular mexicana es de origen espafiol. E] mayor dominio
del espafiol sobre el medio geografico, su comunicacién mas facil
con Europa, precipitaron en México el proceso del mestizaje.
Contemplando la realidad cultural de México y la de algunas
regiones de nuestro propio pais, podemos confiar en las posibili-
dades de este nuevo tipo de hombre. México permanece como un
mundo poderoso e irreductible, frente al mds grande y pujante
pais de cultura sajona. Una cultura en proceso de formacién, debi-
litada por profundas divisiones en su centro, habria sido quizds
absorbida por la influencia de otra tan extraordinariamente dina-
mica y tan poderosamente armada de medios de difusién como la
norteamericana. El creciente resplandor de la personalidad cult
ral de México es la prueba mas cabal del porvenir realmente ili-
mitado de la cultura mestiza, indoespafiola o indolatina, como sea
mejor denominarla.
Los prejuicios de raza y de cultura estan siendo efectivamente eli-
minados en México. No existe en el concepto de la mayoria de los
mexicanos, ni del artista ni del hombre de pensamiento, ninguna
segregacion preformada e implacable acerca de las diferencias huma-
nas por raz6n del color de la piel o de los signos externos que ma-
nifiestan las diferencias culturales, E] artista mexicano tiene la
conciencia libre de trabas para buscar, contemplar y escuchar la
multiple voz del hombre de su tierra. Un orgullo inmenso de su
pasado indigena le auxilia profundamente en esa busqueda y nin-
guna causa le impide beber honda y legitimamente en la nutridora
fuente de la belleza de su mundo geogrifico.