Al reconocer la fealdad del mundo, la consecuencia primera será nuestra sensación de náusea ante él, surgirá entonces, por un instante, nuestro rechazo de las actitudes prehechas, del fariseísmo; de la comedia humana; hasta tanto no hayamos conocido toda la fealdad, no habremos podido deshacernos de ella; después y sólo después, podremos intentar reconstruirlo, pero ya con otro sentido.
Al reconocer la fealdad del mundo, la consecuencia primera será nuestra sensación de náusea ante él, surgirá entonces, por un instante, nuestro rechazo de las actitudes prehechas, del fariseísmo; de la comedia humana; hasta tanto no hayamos conocido toda la fealdad, no habremos podido deshacernos de ella; después y sólo después, podremos intentar reconstruirlo, pero ya con otro sentido.
Al reconocer la fealdad del mundo, la consecuencia primera será nuestra sensación de náusea ante él, surgirá entonces, por un instante, nuestro rechazo de las actitudes prehechas, del fariseísmo; de la comedia humana; hasta tanto no hayamos conocido toda la fealdad, no habremos podido deshacernos de ella; después y sólo después, podremos intentar reconstruirlo, pero ya con otro sentido.