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CARTA No.

Señorita, el contenido de mis palabras encierran


todo el cariño que siento por usted, que es a la que
amo y veo merecedora de todo mi amor . . . . con el
andar de los días comprendo más y más que te
estoy queriendo, que mi alma y mi amor no tienen
otra imagen que la suya. Cuando las tardes
invernales hacen gala de su presencia solo mis
pensamientos están cifrado hacia usted . . . . me
siento como un niño que busca un juguete y no lo
puede hallar.

Usted jovencita que la he tenido impregnada en lo


profundo de mis entrañas; es por ello que hoy
pongo mi suerte en sus divinos labios, para que
ellos se encarguen de darme la felicidad o la
desesperación.
. . . . . Decida usted. . . . . .

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