5. La interveneién directa
I. La herencia militar
Hay otro aspecto de la politica cultural internacional
oficial de Estados Unidos que no depende de las altar esferas,
ino de un aparato administrative especializado en la exporta
cin de material cultural e informative, que el Gobierno ha
{forjado en el interior de sus propias estractiras y que utiliza de
forma discrecional.
La ereacién de una nueva rama en el seno del aparato
federal responde a la misma necesidad de intervencién en la
vida cultural y politica delas naciones destinadas a someterse
‘su liderazge, pero sus mecanismos son muy distintos: se trata
de un aparato ideologico estrictamente no mercantil y que
puede funcionar sin intermediarios ni coparticipantes de nin-
guna clase. Sus antenas estén instaladas en el corazén de las
Sociedades receptoras, deforma que puede actuaren calidad de
fuente “local” de informacion y de cultura disponiendo de sus
propios canales de difusion. Por encima de las eoberturas y de
Jas delimitaciones juridieas, constituye una verdadera admi-
nistracién “exterior” relativamente homogénea que encvadra
44 todos los paises de la zona de influencia norteamericana e
intenta extender sus ramificaciones por tado el mando, parale-
lamente al aparato diplomatico elasico.
Este conjunto funciona asimismo segtin esquemas muy
pprecisos, comunes a los distintos servicios gubernamentales
‘comprometidos en esta labor, pero que estin muy poco codifi-
‘cados, y que por tanto tnicamente podrén ser identifieados a
‘través del proceso historico de su origen y desu desarrollo, Ya
‘que, aunque las opciones de base y los grandes principi
‘cin fueron establecidos desde ol principio y apenas eemodi-
ficaron’, los conceptos técticos a que dieron lugar, en cambio,
fueron apareciendo muy lentamente, a fuerza de tanteos y de
experimentaciones, y las estructuras materiales evolucionaron,
considerablemente, Ademds, la organizacién concreta de sus
actividades se produjo durante mucho tiempo en un clima de
confleto Intent en leno dea Administra fedoaly dl
Congreso, lo que explica lasdificultades con las que tropezaron,
los politicos y funcionarios estadounidenses hasta hace muy
poco para crear un sistema coherente y oentralizado. En este
sentido, el aparato tal como se presenta hoy en dia es en gran
parte el resultado de la amalgama o de la auperposicion de
todas las experiencias anteriores, a vooes divengentes.
L. Origen del aparato
El primer componente de la amalgama data dela misma crea-
idn del aparato poco antes de la Segunda Guerra Mundial. En
efecto, antes de ser reconvertido en instrumento deintervencién,
Permanente en tiempos de paz, inicialmente fue concebido
como una méquina de guerra: la perspectiva de un nivevo
conflicto europeo decidié ala Administracion Roosevelt alan
zareea este nuevo sector de las relacionesinternacionalesen el
‘mareo de sus preparativos generales. Sin embargo, eleampode
experimentacién inical fue Latinoamérica: de hecho la primera
iniciativa consecuente del Gobierno norteamericano en este
sentido fue la firma en 1996 de la “Convencion internacional
para la promocién de las relaciones culturalesinteramericanas
Este acuerdo, firmado en Buenos Aires, formaba parte de un
programa més amplio de aeroamiento politic entre Estados
inidos y los demés pases del cntinente que, segén Washington,
debia desembocar en la definiciOn de una postura comin ante
Ja eventualidad de una nueva guerra mundial. Por lo que se
rafiere ala “vertionte cultural” deestas maniobrasdiplomsticas,
labjetivo oficialmente perseguido era contrarrestrar la propa,
1. Véase anteriormente, cap. 2
2, Latradicion oficial hace remontarelorigen de las activide-
des cultural internacionales del Gobierno federal la creacibn del
Comittee on Public Information, lszaado Creel Commnities en 1917
Para ele orgariamo de propaganda de guerra desaparecé sin ear
las en 1918.
109ganda fascista y nasi que hacia estragos por aquel entoncesen
‘Bumerosos Eetacdos de América del Sur. Por otra parte, Estados
Unidos contaba luchar igualmente contra la corriente “anti
yyanqui” que mperaba en toda laregién. En un primer momento,
programa se imit6 a un intercambio de estudiantes y profeso-
res entre Bstados Unidos y diecisite paises latineamericanos.
Sin embargo, estos inicios tan modestos desencadenaron,
el mecanismo de forma irreversible: el Congreso ratified la Con-
vencidn, y en 1938 tuvo que aprobar una ley temporal que
permitia Ia renovacion de la financiacién del programa, lo
‘que le lové a decantarse seriamente hacia este nuevo tipo de act-
‘dad. Al mismo tiempo, se decidi la creacién, en el seno del
Departamento de Estado, de un nuevo servicio: la Divisién de
Relaciones Culturales,asistida por un Comitepara la Coopera-
festaba dado, habia nacido el primer organismo federalencargado
e difundir ia cultura norteamericana en el extranjero.
Fue pues un cima muy particlar el que se impuso al
principio entre ls funcionarios federales encargados:
Far este nuevo sector de los asuntos exteriores y él que va a
‘marear su actividad durante varias décadas. Nose trataba por
tanto de llevar a cabo una tarea de penetracion alargoplazoen
un contexto estable que habria permitido el desplioguecrdenado
de una ofensiva ideologica, sino de reaccionar con nuevos medics
‘ante una situacién politicomilitar precupante en una atmos-
fora de extrema urgencia, y de definirse frente a dos enemigos
declarados: el fascismo importadode Europa yl nacionalismo
Iatinoamericano. Los intercambios cultuirales del Gobierno
norteamericano estuvieron marcados en consecuencia desde
principio por un espiritu de desenfrenada competitividad y por
Ja necesidad de trabajar en un medio host
Por otto motivo la Divisién de Relaciones Culturales
adquirié répidamente una gran resonancia, y lanz} indiseri-
minadamente gran némero de programas incluso antes de
hhaber eatablocido tacticas coneretas. A partir de entoncee fueron.
implantados los primeros eslabones del futuro aparato en toda
vidades fue acclerada gracias a diferentes medidas adminis-
‘ativas, en particular por la creacin del cuerpo delosoficiales
de relaciones culturales, funcionarios en toda regla delos serv
cos diplométicos. Por otra parte, el Departamento de Estado
‘se introdujo, a través de generosas subvenciones, en diferentes
programas no gubernamentales preexistentes (especialmente
no
Jos det Institute for International Bducation, que ya operabaen.
Europa, Latinoamérica y China, y las redes de escuelas delas
delegaciones para influenciarlas al maximo en el sentido de
‘sus preocupaciones inmedistas, y estimulé la ereacion de or-
anismos mixtos en los que deleyé sus poderes en algunos
fAmbitos, sobre todo en Ia actividad editorial y en el cine. La
‘gran ofensiva ideoldgica que debia acompafiar al despliegue
Gel aparato militar se oryanizaba por tanto activamente.
TL, La guerra y el despliegue mundial
Pero, antes de que Estados Unidos llegue a participar
cfectivamente en el conflicto, la guerra europea va:
Latinoamérica, bratalmente
dicionales de importacién de informacion y de cultura. Asi
‘pues, elcontinente que va.a permanecer al margen dela batalla,
5 el primero en sufrir el contragolpe de las transformaciones
culturales transnacionales. En el marco de su estrategia de
‘dominaci6n general de todo “el hamisferio occidental”, Estados
‘Unidos lan26 au primera gran ofensiva cultural, cuyas vincw
laciones con las exigencias de la guerra fueron cada ver més
Norteamericanas asume I
categoria de agencia federal auténoma. Muy pronto fue rebau:
tizado Servicio de Coordinacion de Asuntos Interamericanos
(CIA), pero fue bajo la denominacién de Oficina Rockefeller
del nombre de su ilustre director— como te hizo famoso en
{eda Latinoamérica. La nueva oficina instalada en Washington
yen las grandes cepitales latinoamericanas, empez6 por dbte-
ner del Departamento del Tesoro un decreto que dejaba Lib
de impuestos los costes de la publicidad presentada en
‘mass media latinoamericanos para todas aquellas sociedad
‘Rorteamericanas que aceptasen pasar por el canal del CIA.
Muy pronto, estos advertising revenues controlados por el Go-
Dbiero federal representaron un porcentajedel 4% de losrecursos
de los periddicos y de las radios locales. Distribuyendo estos
fondos selectivamenta, es decir, reservéindolos para los mass:
‘media que aceptaban aus directrices reepecto al contenido de
Ios programas y de los articulos, la Oficina Rockefeller ae vio
due de la noche a la manana de un medio de presién incom:
parable. Ademas, recibi6 el monopolio de la concesién de las
mLindispensables newsprint licences, sin las que un 6rgano de
informacion no podia utilizar los servicios de las agencias de
prensa norteamericanas. Por otra parte, gracias a sus 1.200
perlodistas y publicistas instalados en Washington (de los que
‘muchos estaban movilizados) y 140 millones de délares de
fondios federales, el CLAA estuvo en condiciones de fabricar su
propio news material (articulos, editorials, fotos, grabaciones
de todas clases, etc.) en castellano y en. portugués, que era
distribuido cada semana a 18,000 profesionales de los mass-
‘media en todo el continente. Pudo crear incluso sus propias
revistas, obras y documentales, ylanzar un programa decursi-
Ios en Estados Unidos destinado aredactores jefey adirectores
de programas, Muy pronto, 1.200 periédicos y 200 emisoras de
radio latinoamericanas recibieron un stock cotidiano de infor-
‘maciones de 80.000 palabras (lo que representaba el 75% de
todas Tae informaciones sobre el mundo exterior Hegadas &
Latinoamérica) a través del CLAA, asu vee fuertementscontzo-
lado por el Departamento de Estado.
‘Pero Latinoamérica representa dehecho un caso particu:
lar, y Estados Unidos pretendia legar mucho més lejos. Su
participacién en la guerra va a darle definitivamente a su
fparato cultural ofieial una dimensién mundial, y también Un
‘gpecto declaradamente belicoeo, En el plazo de algunos meses,
1 Gobierno federal se dots de un inmenso aparato, exclusiv
‘mente al servicio de sus objetivos belico
De hecho, Estados Unidos pretendia desde el principio
convertirla Segunda Guerra Mundial en una “guerra ideol6gs-
ca", ya que oficialmente la “promocién intemacional de la
‘losofia democritiea norteamericana” constituia la dniea f
nalided de su compromiao contra el fascismo. Asi el Departa-
mento de Batado fue deepojado bésicamente de sus poderes
(salvo para Latinoamérica) y eatos fueron trasladados en parte
al propio Bjéreito que ered sus servicios de “guerra psicol6gica”
¥y sobre todo a unos nuevos organismos federales auténomos,
‘Los més importantes fueron la Office of War Information
(OW? y el OSS (nuevo servicio central de informaciones), que
vvan a reparirse las tareas dela siguiente forma: el OSS llevard
Scab ins operaciones denominadas de “propagandi nagra,
tes decir, que no manifesta su procedencia, ya
faces Shy importantes on stan Eetados Uniden fas
fencargado de orientar y de seleccionar toda la produccion de
informacion y decultura dela nacién para infundirle un espiritu
jatridtico y conguistador, Fabrieaba sua propios productos
specialmente revistas, obras y documentales) ylosdifundiaa
ua
través del mundo gracias a sus considerables medios logisticos
y financieros. Ademés, pas6 a controlar la emisora The Voice
of America, recientemente creada por el Foreign Information
Service. En 1943, TVOA emitia cada semana 3.200 programas
fen 40 lenguas
‘Todos estos organismos pudieron crearse gracias a la
‘movilizacién de miles de periodistas, de escrtores, de artistas,
dde hombres de la radio y del cine y de universitarios, que, en
lugar de ser enviados al frente, reibieron como mision organi-
zar a escala mundial la estrategia cultural e ideologica de
‘Estados Unidos mientras durasela guerra. Pero, fundamental:
‘mente, debian pensar y actuar no como profesionales ni como
funcionarios, sino en primer lugar como soldados.
Por su parte, el Ejército propiamente dicho, a medida
que avanzaba en los distintos escenarios de operaciones, se
Janzé a una aventura que superé ampliamente el marco de la
‘guerra psicolégica;en efecto, se propuso reconstruir y eestruc-
turar los mass media de as 2onasliberadas legando alextremo
de crear emisoras de radio yperi6dicos copiados exactamentea
partir del modelo norteamericano y controlados por el Estado
Mayor. Muy pronto, un servicio especializado aparece en el
‘eno de las fuerzas armadas estadounidenses, y amparadosen,
‘su adelanito en todos los frentes, la operacion va a repetirse &
fran escala en una estrategia en la que aliados y enemigos
pparecen confundiree. Al mismo tiempo, las emisoras de radio
Aestinadas a las tropas norteamericanas fueron montadas un
poco por todas partes por el Ejército y la Marina, y captadas
por todas las poblaciones vecinas.
lo a favor de la guerra, el inmenso aparato
cultural del Gobierno federal esté pues totalmentemilitarizado,
incluso cuando sus objetivos cambian de naturaleza al aproxi:
‘arse la victoria. De hecho, tados estos organismos declara