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03 Fortalezas
03 Fortalezas
03 Fortalezas
Los argumentos salen del corazón del hombre. Porque del corazón del hombre salen los malos pensamientos,
los cuales unidos entre sí, forman argumentos. Y esos pensamientos engañosos y perversos que salen del
corazón del hombre y que se oponen a Dios, reforzados en argumentos, dan como resultado las fortalezas... Y
estas fortalezas carnales le hacen al hombre sentirse mas seguro, confiado en sí mismo y en sus defensas. Por
eso:
"Nuestras armas son poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas derribando argumentos. Y
toda altivez, y toda altanería intelectual"
Y este hombre en su afán de protegerse levantó no solo fortalezas, sino también una torre y desde allí, nos
mira con altivez, superioridad y nos trata con menosprecio
"Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, contra la
ciencia de Dios."
¿ Y para qué destruimos esas fortalezas, y derribamos argumentos y sofismas y toda altivez? Para terminar:
"llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo...
para que todo pensamiento obedezca a Cristo"
Y se sujete a la justicia de Dios que es Cristo Jesús, Señor nuestro.
El que se defiende... se justifica y argumenta... intenta quedar como bueno ante sí y ante otros y quiere
demostrar que la culpa de su error la tiene otro. Por eso, en algunas traducciones dice en 2 Cor 10:
"Derribando acusaciones (en vez de argumentos) y toda altivez"
- Cuando más hostil y odioso fue el medio en que creció, este hermano, más fuertes son las fortalezas y muros
que pone en medio de la relación. Aun cuando ahora, todo este en paz tiene una actitud de puerco espín.
Siempre listo para lanzar el contraataque. Todo intento de ayudarlo él lo ve como una amenaza, como un
engaño, como una trampa.
- Cuando toma una actitud de distancia, recelo, desconfianza y resistencia. Cuando responde con:
- argumentos, acusaciones.
- excusas, justificaciones "tal vez... quizás... pero..."
- cuando dice "no sé", "no entiendo", “no” (de manera refleja antes de cada frase)
- "no creo que sea así" (cuando se le muestra la palabra) con dudas
- "yo no quiero"
- Cuando se justifica con la actitud de: "yo no fui"
- "yo soy bueno"
- "yo no mate a nadie, ni robe, pago mis deudas y hago todo el bien que puedo"
- "la culpa la tiene el o ella"
- ¿ por que siempre se la agarran conmigo?
Cuando hablamos de fortalezas tendemos a imaginar a aquellos que reaccionan como sabelotodos y
arrogantes... Pero hay fortalezas también, en quienes se hacen las víctimas, los débiles, dudosos confundidos,
incapaces, solitos, que nadie los quiere o que están muy enfermos y que encima nadie les encuentra la
enfermedad. Con sus explicaciones y quejas intentan dar lastima y provocar culpa, para que no lo ataquemos,
como a él le parece que vamos a hacerlo, y en cambio pretende que lo justifiquemos, lo protejamos, lo
cuidemos y le proveamos lo que necesita (porque el es el mas necesitado de todos), y le digamos:
"¡pobrecito!".
Y estas fortalezas que encubren grandes enojos contra Dios, no son exclusivas de Jonás, pues a menudo
escuchamos decir: "si Dios no me da esto, Yo no quiero nada. Yo prefiero morir; yo no quiero vivir mas así...
¿ si a El no le importa que yo sufra, para qué me hace vivir? ¡ que me mate y listo!"
En su propia mente se realiza una especie de juicio oral, donde él mismo es su abogado defensor a pesar de
ser hermano en la fe. En ese momento Jesús no es su abogado y está convencido por su mente carnal, que
Dios es un juez malo, severo y cruel, y nosotros el fiscal que va a condenarlo como, tal vez, lo hicieron sus
padres, sus mayores o quienes ejercieron autoridad injusta sobre él.
Salmo 52:7
"He aquí el hombre que no puso a Dios por su fortaleza, sino que confió en...
(su fortaleza, su defensa es su fuerza física, lengua venenosa, poder, influencia, astucias, riquezas, etc.)
y se mantuvo en la maldad."
Acaso ellos escuchen; pero sino escucharen, porque son una casa rebelde, (hay actitudes defensivas
y fortalezas de familia) siempre conocerán que hubo profeta entre ellos
y tú, hijo de hombre, no les temas, ni tengas miedo de sus palabras, (pero ojo)
aunque te hallas entre zarzas y espinos, y moras con escorpiones;
no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde."
Ezequiel 2: 7, 8
"Les hablarás, pues, mis palabras, escuchen o dejen de escuchar;
porque son muy rebeldes. Mas tú, hijo de hombre, oye lo que yo te hablo;
no seas rebelde como la casa rebelde; abre tu boca, y come lo que yo te doy."
Ezequiel 3: 7-9
"Mas la casa de Israel no te querrá oír, porque no me quiere oír a mí;
porque toda la casa de Israel es dura de frente y obstinada de corazón.
He aquí yo he hecho tu rostro fuerte contra los rostros de ellos,
y tu frente contra sus frentes, como diamante, mas fuerte que pedernal he hecho tu frente;
No los temas, ni tengas miedo delante de ellos, porque son casa rebelde."
Ezequiel 3: 26,27
“Y haré que se pegue tu lengua a tu paladar, y estarás mudo,
y no serás a ellos varón que reprende; porque son casa rebelde.
Mas cuando yo te hubiere hablado, abriré tu boca, y les dirás: así ha dicho Jehová el Señor:
El que oye oiga; y el que no quiera oír, no oiga; porque son casa rebelde."
- la palabra de sabiduría es un don sobrenatural que se recibe del Espíritu Santo en forma súbita e
inesperada. El Espíritu Santo nos da mediante esta palabra, la sabiduría necesaria para responder a una
pregunta o cuestionamiento. En estos últimos tiempos cuando seamos atacados y acusados el Señor nos
promete en Lucas 21: 15:
"Yo os daré palabra y sabiduría la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se opongan."
Disputando los religiosos con Esteban en hechos 6:10:
"No podían resistir a la sabiduría y el Espíritu con que hablaba."
¿Cómo quitar del medio esas fortalezas... esas murallas de piedra de entre nosotros? En Jeremías 23:29 nos
pregunta Dios:
"¿No es mi palabra como fuego y como martillo que quebranta la piedra?"
Algunas veces quien ministra sanidad debe derribar las fortalezas con palabras firmes y con autoridad de lo
alto pero debemos cuidar de no herir al hermano con golpes de espada o de martillo... Por lo general es mejor
seguir lo que dice el proverbio 22:15 (d.h.h.)
"Las palabras suaves rompen la resistencia." (por más dura que sea)
Proverbio 21:30
"Ante el Señor no valen la sabiduría ni la inteligencia humana ni las buenas ideas."