Está en la página 1de 17

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICA
DE LA FUERZA ARMADA BOLIVARIANA
UNEFA
NÚCLEO LARA
UNIDAD DE GESTIÓN EDUCATIVA
COORDINACIÓN CARRERA INGENIERÍA ELÉCTRICA

Congreso de Panamá.

Alumno:
Gabriel Eduardo Giménez Mendoza.
24668189.
Semestre 6.
Carrera: Ing. Eléctrica.
Catedra bolivariana 2.
02-05-2021
Introducción:
En este trabajo de derecho público americano tendremos la oportunidad de
exponer brevemente lo que fue el congreso de panamá y su importancia, ya que,
para los pueblos de Latinoamérica, fue un paradigma marcando el camino de
grandes avances en la democracia latinoamericana, tal como el reconocimiento de
los recientes estados independizados de Hispanoamérica de las grandes
potencias europeas y la unión comercial.

Tuvo una trascendencia histórica ya que fue nombrado como Congreso


Anfictiónico de Panamá en recuerdo de la Liga Anfictiónica de la antigua Grecia y
en el fondo perseguían el mismo objetivo. El autor intelectual fue el libertador
Simón Bolívar, quien como caudillo no quería conformarse con lograr la
independencia de los países hispanoamericanos, lo cual es muy loable, sino más
bien, busca la unidad de los estados o confederación de los estados de América,
en un proyecto de unificación que precisamente se quería lograr con el congreso
de Panamá. Fue celebrado en panamá en 1826 con la participación la Gran
Colombia, México, Perú y las Provincias Unidas del Centro de América, otros
países no pudieron llegar como Bolivia y Estados Unidos y otros no participaron
como Paraguay, Brasil Chile Argentina. Vamos a conocer el desarrollo en el
trabajo expuesto a continuación.
Congreso de Panamá:

Antecedentes:

El prócer compañero de Bolívar Francisco de Miranda tenía la idea de crear


una gran nación cuya extensión abarcara lo que es Hispanoamérica la cual sería
nombrada como “la Gran Colombia”. Simón Bolívar lo secunda y lo expresa
también en su carta de Jamaica.

"Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Nuevo Mundo en una
sola nación con un solo vinculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que
tiene su origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería, por
consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes estados que
hayan de formarse; ¡Qué bello sería que el Istmo de Panamá fuese para nosotros
lo que el de Corinto para los griegos! Ojalá que algún día tengamos la fortuna de
instalar allí un augusto congreso de los representantes de las repúblicas, reinos e
imperios a tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra, con
las naciones de las otras tres partes del mundo. Esta especie de corporación
podrá tener lugar en alguna época dichosa de nuestra regeneración..."

Simón Bolívar, Carta de Jamaica, Kingston, 6 de septiembre de 1815

El congreso fue convocado, desde Lima, el 7 de diciembre de 1824 por


Simón Bolívar y José Faustino Sánchez Carrión, ministro de Gobierno y
Relaciones Exteriores del Perú, quien tenía la misma visión de unidad
hispanoamericana.

Cuando, después de cien siglos, la posteridad busque el origen de nuestro


derecho público, y recuerden los pactos que consolidaron su destino, registrarán
con respeto los protocolos del Istmo. En él, encontrarán el plan de las primeras
alianzas, que trazará la marcha de nuestras relaciones con el universo. ¿Qué será
entonces el Istmo de Corinto comparado con el de Panamá?
Simón Bolívar, Convocatoria del Congreso de Panamá, Lima, 7 de diciembre de
18244

Otro gran influyente fue el Argentino Bernardo de Monteagudo, quien con


su amplia visión de unión la cual la expresa en su obra: "Ensayo sobre la
necesidad de una federación general entre los estados hispano-americanos y plan
de su organización", Se le atribuye a él ser el primero en recomendar el proyecto
con su obra, incluso, algunos historiadores como el chileno Benjamín Vicuña
Mackenna han sostenido que el asesinato de Monteagudo afectó seriamente la
prosperidad del proyecto.

Países convocados:
Luego de la invitación hecha por Simón Bolívar, también se enviaron
comunicaciones a los gobiernos del resto de países de Sudamérica independiente,
México y América Central. La influencia política de Bolívar sobre la Gran
Colombia, Perú y Bolivia se dio por hecho que la asistencia de dichos estados
estuviera asegurada. La asociación mental del Istmo de Panamá con el Istmo de
Corinto motivó a que Bolívar eligiera a la ciudad de Panamá como sede del
Congreso.

Bolivia:

El mariscal Antonio José de Sucre, compañero de armas de Bolívar presidia


el gobierno de Bolivia, esto significaba para Bolívar que la presencia de Bolivia era
prácticamente segura. Sin embargo, luchas políticas causaron demoras en la
designación de los delegados bolivianos, y cuando éstos estaban preparados para
embarcarse hacia Panamá, el Congreso había concluido Panamá. Adicional a eso,
el clima político boliviano había tomado un giro desfavorable a Sucre -y por
consiguiente, contrario a Bolívar- lo que imposibilitó que se pudiera contar con la
participación boliviana.
Argentina:

Fue invitada pero los intereses argentinos del momento estaban orientados
al ámbito interno de la organización política, la cual estaba amenazada por los
caudillos federales y externamente estaban en la Guerra del Brasil, para conservar
a la Banda Oriental como una provincia de Argentina, además su objetivo
principal era fortalecer los vínculos comerciales con Gran Bretaña antes que con
el resto de Sudamérica, así que no hubo un interés genuino en el Congreso,
además lo veían con gran desconfianza y temían que esto significara el inicio de
una "hegemonía" de la Gran Colombia en América del Sur.

Chile:

Pese a la invitación declinaron asistir. Chile no mostraba aficiones por


Simón Bolívar ni por su enorme influencia política sobre los países sudamericanos
con costas en el Océano Pacífico. Además, la fuerte pugna política chilena entre
liberales y conservadores concentraba toda su atención, además de que también
desconfiaban del proyecto, prefiriendo así mantener buenas relaciones con sus
principales socios comerciales: Gran Bretaña y los Estados Unidos.

Paraguay:

Paraguay, gobernado por el doctor Gaspar Rodríguez de Francia, partidario


de una política de completo aislacionismo lo que imposibilito el acercamiento de
Bolívar a esta nación. Luego de la Batalla de Ayacucho y la declaración de la
Independencia de Bolivia en 1825, el propio Simón Bolívar trató de lograr
contactos políticos con Paraguay, enviando a Asunción representantes para
solicitar el inicio de relaciones diplomáticas. Sin embargo, los enviados de Bolívar
no tuvieron comunicación alguna con los funcionarios paraguayos y sólo recibieron
una carta del doctor Francia para Bolívar, donde el dictador paraguayo rechazaba
todo vínculo diplomático de su país y defendía el aislacionismo. Ante este rechazo,
Paraguay no fue invitado al Congreso de Panamá.

Brasil:

El Imperio de Brasil fue llamado a participar, a pesar de ser abiertamente un


estado monárquico y esclavista, regido además por los descendientes de Casa de
Braganza, una ascendencia europea. En este caso, Simón Bolívar remitió la
invitación a la corte imperial de Río de Janeiro sólo para satisfacer a Gran Bretaña
-que era la principal aliada de Brasil y preocupada por el aislamiento de éste- pero
resultaba evidente que la desconfianza de las repúblicas hispanoamericanas y del
propio Bolívar hacia Brasil influiría en las decisiones del Congreso.

Brasil precisaba mantener la neutralidad entre las monarquías europeas y sus


vecinos republicanos hispanoamericanos, y en octubre de 1825 aceptó la
invitación de Bolívar, pero la Guerra del Brasil contra las Provincias Unidas del Río
de la Plata hizo temer al emperador Pedro I una recepción hostil en Panamá, lo
cual era contrario a sus intereses. Por tal razón decidió no enviar a los delegados
brasileros a pesar que ya los había designado.

Estados Unidos:

Desde un principio el proyecto de Bolívar no consideraba invitar a Estados


Unidos pero el presidente de la Gran Colombia, el general Francisco de Paula
Santander, remitió una invitación formal al presidente estadounidense John Quincy
Adams a inicios de 1825. Asimismo, los gobiernos de las Provincias Unidas de
Centroamérica y de México apoyaron la participación de Estados Unidos en el
Congreso y enviaron a Washington DC las invitaciones respectivas. Bolívar,
entonces presidente de Perú y residente en Lima, aceptó, contra su pesar, el
hecho consumado.
En los Estados Unidos la participación en el Congreso de Panamá no fue
recibida con aceptación unánime, de hecho, los estados del sur eminentemente
esclavistas, aconsejaron no enviar representantes porque conocían la postura de
Bolívar contra la esclavitud, bloquearon el financiamiento del viaje de diplomáticos
estadounidenses; mientras tanto, la contraparte de los estados del norte sí
estaban interesados en el Congreso de Panamá, pero sólo como medio de
entablar contactos comerciales.

El gobierno estadounidense envió a dos representantes: Richard C.


Anderson y John Sergeant, también con instrucciones muy concretas: estimular
solamente los acuerdos de comercio, evitar comprometer a Estados Unidos tanto
en el aspecto político como en el económico en la confederación propuesta por
Bolívar y rechazar todo pedido de ayuda en un conflicto contra España. Los
delegados estadounidenses no pudieron cumplir con sus cometidos: Anderson
murió de fiebre amarilla en el viaje desde Cartagena, mientras que Sergeant llegó
a la ciudad de Panamá en el mes de agosto, cuando el Congreso estaba
terminado y los embajadores ya habían partido.

Reino Unido:

Simón Bolívar pactó también invitar a dos países europeos como


observadores, a causa de los intereses comerciales que tenían en
Hispanoamérica: Reino Unido y los Países Bajos. La invitación al gobierno de
Londres buscaba estimular la participación de Argentina y Chile que tenían en
aquel país a su principal socio comercial. Reino Unido aceptó la propuesta y envió
un observador, Edward James Dawkins, pero con órdenes precisas del ministro
George Canning: limitarse a buscar acuerdos comerciales y disuadir a la Gran
Colombia y México de apoyar expediciones a las islas de Cuba o Puerto Rico para
independizarlas de España.
Países Bajos:

El observador por los Países Bajos, Jan van Veer, fue enviado para
proponer la mediación neerlandesa entre las repúblicas hispanoamericanas y
España, pero no tuvo la acreditación necesaria; a esto se unió que la monarquía
holandesa no había reconocido la independencia de ninguna república
hispanoamericana, por lo cual el delegado neerlandés fue recibido únicamente a
título individual.

Desarrollo y acuerdos:
Se logra instalar en la ciudad de Panamá el 22 de junio de 1826 hasta el 15
de julio de ese mismo año. Asistieron dos representantes por cada país
mayoritario: la Gran Colombia (que corresponden a los países actuales de
Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá), Perú, México, y las Provincias Unidas
del Centro de América (que comprendía las actuales repúblicas de Guatemala, El
Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica). El propio Bolívar se abstuvo de
intervenir en sesiones del Congreso al considerar incompatible su presencia allí
mientras desempeñaba la presidencia de Perú.

Los temas de discusión en la agenda del Congreso eran los siguientes:

1. Renovación de los tratados de unión, liga y confederación.

2. Publicación de un manifiesto en que se denuncia la actitud de España y el daño


causado al Nuevo Mundo.

3. Adopción de medidas de presión para obligar a España al reconocimiento de las


nuevas repúblicas.

4. Aplicación de máxima efectividad de la Doctrina Monroe de los Estados Unidos


en contra de las tentativas españolas de reconquista.

5. Abolición de la esclavitud en todos los Estados confederados.


6. Apoyo a la independencia de Cuba, Puerto Rico, Canarias y Filipinas.

7. Contribución de cada país para el mantenimiento de los contingentes militares


comunes.

8. Organización de un cuerpo de normas de derecho internacional.

9. Fijación de las fronteras nacionales con base en el principio de uti possidetis,


tomando como base el año 1810.

10. Celebración de tratados de comercio y de navegación entre los Estados


confederados.

La disputa entre Perú y la Gran Colombia por la provincia de Guayaquil, así


como la contienda entre México y Centroamérica por la región de Soconusco,
impidieron el debate sobre la aplicación del uti possidetis como criterio para la
delimitación territorial, tomando como base el año 1810. Por lo ante el fracaso de
las conversaciones sobre este tema y para evitar el agravamiento de las pugnas
ya existentes, estos puntos no se sometieron al debate, encargando la definición
de fronteras a los acuerdos bilaterales entre cada país.

La negativa de los Estados participantes a reducir sus aranceles impidió


todo intento de fijar acuerdos preferenciales de comercio, debido a que estos
países eran dependientes de los tributos como fuente de ingresos para sus
gobiernos, por lo cual se negaron a toda concesión al respecto al ser evidente los
desequilibrios en la balanza comercial de cada asistente .La exigencia del
observador británico Dawkins para contar con acuerdos comerciales de manera
separada con cada estado impidió las posiciones comunes entre los países
hispanoamericanos por lo que el Congreso decidió mantener el estatuto quo sobre
los aranceles y el comercio.

El intento de estimular la independencia de Cuba y Puerto Rico también fue


rechazado la por el observador británico, quien advirtió además los riesgos de
lanzarse a una guerra contra España en la región del Mar Caribe donde otras
potencias como la propia Gran Bretaña y Francia quienes ya poseían colonias.
La presión británica desaconsejó sobre buscar el apoyo de Estados Unidos
para instaurar por la fuerza la Doctrina Monroe, en tanto los estadounidenses
eran, junto a España, los principales actores comerciales en Cuba y Puerto Rico.

Finalmente, la gran disputa se llevó a cabo entre México y la Gran


Colombia por determinar cuál de estos países debería liderar el esfuerzo
anticolonial en las islas del Mar Caribe, donde ambos Estados disponían de
importantes puertos. Esta pugna se agravó con la oposición del delegado británico
a toda operación bélica contra las colonias españolas, y causó que el Congreso
finalmente evitara tomar alguna decisión sobre el Caribe, mientras Gran Bretaña
apenas ofrecía su mediación para lograr el reconocimiento diplomático del
gobierno español de los estados surgidos luego de las guerras de independencia
hispanoamericanas.

Los embajadores tan sólo acordaron con relativa facilidad la creación de


una liga de repúblicas americanas con jefes militares comunes, la formación de un
pacto mutuo de defensa, y el establecimiento de una asamblea parlamentaria
supranacional, aunque sin acordar detalles específicos sobre el funcionamiento de
ésta ni sobre la organización de las tropas comunes de defensa y menos aún
sobre su financiamiento. Con muchas limitaciones se elaboró al fin el “Tratado
magnífico titulado de la Unión, de la Liga, y de la Confederación perpetua” que
emergió del Congreso y que, aprobado por todos los concurrentes, fue ratificado
solamente por la Gran Colombia en el mismo 1888.

Cierre del Congreso de Panamá y traslado a


Tacubaya:
Una vez concluido el congreso el 15 de julio, los delegados mexicanos
recomendaron reiniciar el Congreso en Tacubaya, localidad a las afueras de
Ciudad de México, donde fueron apoyados de inmediato por los peruanos y
centroamericanos. Mientras que los representantes de la Gran Colombia
aceptaron para evitar las acusaciones de que el Congreso quedaría "bajo la
influencia omnímoda de Bolívar".

Acordaron que un miembro de cada delegación volvería a su país de origen


y el otro partiría a Tacubaya, pero el clima político se había tornado muy contrario
a Simón Bolívar en Perú lo que provocó que los dos delegados peruanos (Manuel
Lorenzo de Vidaurre y Manuel Pérez de Tudela) retornaran a su país antes del
proyectado traslado a Tacubaya. De esta manera Perú se desligó del Congreso
para todo efecto práctico y el gobierno peruano jamás ratificó el Tratado surgido
del mismo.

En agosto de 1826 los delegados de México, la Gran Colombia y


Centroamérica (José Domínguez, Pedro Gual, y Antonio Larrazábal,
respectivamente) se reunieron finalmente en Tacubaya para reiniciar las
deliberaciones, y allí los alcanzó el observador estadounidense John Sergeant que
sobrevivió al viaje hacia Panamá. Al conocerse que Perú y Centroamérica no
ratificaron el “Tratado magnífico titulado de la Unión, de la Liga, y de la
Confederación perpetua”, el gobierno mexicano perdió todo entusiasmo e interés
por proseguir las deliberaciones del Congreso Anfictiónico.

Mientras tanto el delegado de estadounidense, John Sergeant, recordaba a


los demás representantes que sus instrucciones se limitaban a negociar acuerdos
de comercio con las repúblicas hispanoamericanas. Sergeant informó también que
los Estados Unidos rechazaban integrarse en una confederación continental y su
apoyo a una guerra contra España en el caribe. Estados Unidos había comenzado
su ascenso y todas estas explicaciones fueron secundadas por el embajador
estadounidense en Ciudad de México, lo cual terminó por frustrar la agenda del
Congreso.

Las propias convulsiones internas de la política mexicana impidieron su


reanudación y el 9 de octubre de 1828 los delegados originales de la Gran
Colombia, México y Centroamérica declararon la conclusión definitiva del
Congreso Anfictiónico.
Consecuencias:
La hostilidad reinante de los políticos de Perú hacia Bolívar causó el
alejamiento del Libertador de la presidencia peruana donde provoco que los
nuevos gobernantes de dicho país declinaran ratificar el “Tratado magnífico
titulado de la Unión, de la Liga, y de la Confederación perpetua”. Cuando en
Bolivia cesó el gobierno del mariscal Sucre, también se desvaneció todo interés
por el proyecto unificador de Bolívar.

Las tensiones internas en las Provincias Unidas del Centro de América


hicieron imposible en éstas una posición unánime a favor de los acuerdos de
Panamá, además que las contiendas territoriales de Centroamérica con México no
habían quedado resueltas en el Congreso Anfictiónico, dejando insatisfechos a
ambos estados sobre un tema que precisaban solucionar antes de integrarse a un
proyecto de unión continental.

El propio “Tratado magnífico titulado de la Unión, de la Liga, y de la


Confederación perpetua” omitía cuestiones que el proyecto de Simón Bolívar
consideraba fundamentales, como la integración comercial y el cese de los pleitos
territoriales, mientras que la alianza militar defensiva no ponía fin a la efectiva
separación de fuerzas entre los países hispanoamericanos. La discordia entre las
delegaciones había impedido llegar a acuerdos decisivos en muchos temas
proyectados, como aranceles y normas comunes de derecho internacional,
restando fuerza a las decisiones del Congreso.

El hecho que al terminar el 1826 donde solo uno de los cuatro estados
participantes ratificara los ya limitados acuerdos de Panamá, provoco que el
propio Simón Bolívar considerase al Congreso Anfictiónico como una experiencia
fallida, conclusión a la que arribó el Libertador poco después que concluyeran las
sesiones, señalando: "El Congreso de Panamá sólo será una sombra".

Cuatro años después del Congreso, en 1830, la Gran Colombia se disolvió en tres
países, y en 1834 las Provincias Unidas del Centro de América se desmembraron
en cinco Estados.
Gran Bretaña, que había enviado un representante en calidad de
observador, aprovechó la situación para iniciar acuerdos comerciales con los
países asistentes por separado; irónicamente el gobierno británico fue el más
beneficiado al obtener importantes tratados mercantiles con algunos de ellos.

La idea de la unión de los países latinoamericanos se mantuvo en


suspenso pero latente. Años más tarde se creó la Unión Panamericana y luego la
Organización de Estados Americanos (OEA). También, actualmente hay un
Parlamento Latinoamericano. El presidente venezolano Hugo Chávez Frías
promovió la creación de una confederación o liga entre las naciones de América
del que dio origen a la conformación de la Unión de Naciones Suramericanas
(Unasur).

Conclusión:
Como resultado de este trabajo de investigación sobre el proyecto de
unificación de los países latinoamericanos recién libertados, qué se denominó
congreso de Panamá. Fue celebrado en la ciudad panamá en 1826, teniendo
como autor intelectual a Simón Bolívar, contando con la participación de la Gran
Colombia, México, Perú y las Provincias Unidas del Centro de América. Dicho
congreso fue convocado, desde Lima, el 7 de diciembre de 1824 por Simón
Bolívar y José Faustino Sánchez Carrión, ministro de Gobierno y Relaciones
Exteriores del Perú, quien tenía la misma visión de unidad hispanoamericana.

Luego de la invitación hecha por Simón Bolívar, también se enviaron


comunicaciones a los gobiernos del resto de países de Sudamérica independiente,
donde en países como Bolivia, Argentina, Chile, Paraguay y Brasil declinaron la
oferta por razones diversas entre ellas diferencias ideológicas con Bolívar,
conflictos internos en diferentes naciones, conflictos de intereses económicos
entre las grandes potencias como Estados Unidos y Gran Bretaña contra los
países latinoamericanos ,sirvió de terreno fértil para que dichos países quedaran
fuera del congreso.

Mientras en las grandes potencias la invitación y participación hacia el


congreso, como en Estados Unidos produjo una respuesta dividida los estados del
sur rechazaban la misma por conocer las ideologías antiesclavistas del libertador,
mientras que los estados del norte veían terrero provechoso para las
negociaciones con el caribe. Al final se enviaron dos representantes Richard C.
Anderson y John Sergeant, con instrucciones muy precisas: estimular solamente
los acuerdos de comercio, evitar comprometer a Estados Unidos tanto en el
aspecto político como en el económico.

De Europa se acordaron invitar a dos naciones Reino Unido y Países Bajos


debido a los intereses políticos y económicos que poseían en el caribe. Reino
Unido envió un observador, Edward James Dawkins con instrucciones similares a
la de otras potencias enfocarse en estimular los acuerdos comerciales y a las
naciones latinoamericanas sobre las que tenían influencias para que participaran
en dicho congreso. El observador por los Países Bajos, Jan van Veer fue a mediar
los conflictos entre Latinoamérica y España pero al no tener la acreditación
necesaria solo fue recibido a título individual.

Da inicio el 22 de junio de 1826 hasta el 15 de julio de ese mismo año en la


ciudad de Panamá. Asistieron dos representantes por cada país mayoritario. Los
temas de discusión en la agenda del Congreso eran los siguientes: Fortalecer los
tratados, ligas y confederaciones entre las naciones participantes, presión
mediática a España por el daño causado por la explotación del nuevo mundo y la
necesidad del reconocimiento de la creación de nuevas naciones independientes
de la misma, así como también maximizar la efectividad dela doctrina Monroe que
contrarrestaban las intenciones de reconquista de los españoles.

La abolición de la esclavitud en los estados de la confederación, apoyar la


independencia de Cuba, Puerto Rico, Canarias y Filipinas, el apoyo de cada país
para establecer contingentes militares comunes, establecer un cuerpo de normas
de derecho internacional y la celebración de tratados de comercio y navegación
entre los mismos. Así como también Fijación de las fronteras nacionales con base
en el principio de uti possidetis “como poseías [de acuerdo al derecho], [así
poseerás]" tomando como base el año 1810.

Los conflictos que surgieron entre los distintos participantes al entrar en


disputas por intereses económicos y políticos impidieron lograr y hasta en
ocasiones plantear los temas de gran interés que generaron en primera instancia
la realización del congreso. Por ejemplo, la disputa entre Perú y la Gran Colombia,
así como la contienda entre México y Centroamérica impidieron el debate sobre la
aplicación del uti possidetis como criterio para la delimitación territorial. La
negativa de los Estados participantes a reducir sus tributaciones impidió todo
intento de fijar acuerdos preferenciales de comercio, debido a que estos países
eran dependientes de los tributos como fuente de ingresos para sus gobiernos, por
lo cual se negaron a toda concesión al respecto al ser evidente los desequilibrios
en la balanza comercial de cada asistente.

La exigencia del observador británico Dawkins para contar con acuerdos


comerciales de manera separada con cada estado impidió las posiciones comunes
entre los países hispanoamericanos por lo que el Congreso decidió mantener el
estatúo quo sobre los aranceles y el comercio. Por lo que el enviado en calidad de
observador, aprovechó la situación para iniciar acuerdos comerciales con los
países asistentes por separado; irónicamente el gobierno británico fue el más
beneficiado al obtener importantes tratados mercantiles con algunos de ellos.

Finalmente, la gran disputa se llevó a cabo entre México y la Gran


Colombia por determinar cuál de estos países debería liderar el esfuerzo
anticolonial, causó que el Congreso finalmente evitara tomar alguna decisión
sobre el Caribe, mientras Gran Bretaña apenas ofrecía su mediación para lograr el
reconocimiento diplomático del gobierno español de los estados surgidos luego de
las guerras de independencia hispanoamericanas.

Los embajadores tan sólo acordaron con relativa facilidad la creación de


una liga de repúblicas americanas con jefes militares comunes, la formación de un
pacto mutuo de defensa, y el establecimiento de una asamblea parlamentaria
supranacional, aunque sin acordar detalles específicos sobre el funcionamiento de
ésta ni sobre la organización de las tropas comunes de defensa y menos aún
sobre su financiamiento. Con muchas limitaciones se elaboró al fin el “Tratado
magnífico titulado de la Unión, de la Liga, y de la Confederación perpetua” que
emergió del Congreso y que, aprobado por todos los concurrentes, fue ratificado
solamente por la Gran Colombia en el mismo 1888.

Los conflictos internos entre las Provincias Unidas del Centro de América
hicieron imposible en éstas una posición unánime a favor de los acuerdos de
Panamá, además que las contiendas territoriales de Centroamérica con México al
no quedar solucionadas en el Congreso Anfictiónico, dejo insatisfechos a ambos
estados sobre un tema que precisaban solucionar antes de integrarse a un
proyecto de unión continental.

El propio “Tratado magnífico titulado de la Unión, de la Liga, y de la


Confederación perpetua” no ponía fin a la efectiva separación de fuerzas entre los
países hispanoamericanos. La discordia entre las delegaciones había impedido
llegar a acuerdos decisivos en muchos temas proyectados, como aranceles y
normas comunes de derecho internacional, restando fuerza a las decisiones del
Congreso.

La sola presencia de ratificación una de las cuatro naciones principales


hacia 1826 los ya limitados acuerdos de Panamá, provoco que el propio Simón
Bolívar considerase al Congreso Anfictiónico como una experiencia fallida. Tanta
discordancia y falta de armonía entre los países condujo a que cuatro años más
tarde de terminado el congreso en 1830, la Gran Colombia se disolvió en tres
países, y en 1834 las Provincias Unidas del Centro de América se desmembraron
en cinco Estados.

La armonía, unificación y acoplamiento de los diferentes países


latinoamericanos que articulaban el sueño de Bolívar se mantuvo en suspenso
pero latente. Más tarde llevo a la formación de la Unión Panamericana y luego la
Organización de Estados Americanos (OEA). También, actualmente hay un
Parlamento Latinoamericano. El presidente venezolano Hugo Chávez Frías
promovió la creación de una confederación o liga entre las naciones de América
del que dio origen a la conformación de la Unión de Naciones Suramericanas
(Unasur).

También podría gustarte