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SEÑORES JUECES DE LA CORTE CONSTITUCIONAL DE LA REPÚBLICA DEL

ECUADOR

Yo, LUIS FERNANDO TORRES TORRES, ecuatoriano, con cédula de identidad


No. 1801607480, domiciliado en la ciudad de Ambato, abogado, Asambleísta
Provincial de Tungurahua por la Alianza Tiempo de CAMBIO-CREO-PSC,
comparezco, por mis propios derechos, respetuosamente ante ustedes y, al
amparo de lo dispuesto en el artículo 436:2 de la Constitución de la República
y en los artículos 74 y 75:1:c de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y
Control Constitucional (LOGJCC), presento la siguiente demanda de
inconstitucionalidad por razones de forma y fondo en contra de varios
artículos de la Ley Orgánica de Comunicación (LOC).

I. LEGITIMACIÓN ACTIVA

Conforme lo disponen los artículos 439 de la Constitución y 77 y 98 de la


LOGJCC, estoy legitimado para presentar esta acción pública de
inconstitucionalidad, por mis propios derechos, como Asambleísta Provincial
de Tungurahua y ciudadano ecuatoriano, sin que exista prohibición
constitucional o legal para hacerlo.

II. DENOMINACIÓN DEL ORGANO EMISOR DE LA DISPOSICIÓN JURÍDICA


OBJETO DEL PROCESO

Con esta demanda acuso la inconstitucionalidad de varios artículos de la Ley


Orgánica de Comunicación, expedida por la Asamblea Nacional y sancionada
por el Presidente de la República, y que se publicó en el Registro Oficial Tercer
Suplemento No. 022, del 25 de junio de 2013.

Consecuentemente, una vez admitida a trámite mi demanda, deberá correrse


traslado con el respectivo auto de admisión a la señora Gabriela Rivadeneira
Burbano, en su calidad de Presidenta de la Asamblea Nacional, órgano emisor
de la disposición demandada; al economista Rafael Correa Delgado, en su
calidad de Presidente de la República del Ecuador, órgano colegislador, y al
doctor Diego García Carrión, en su calidad de Procurador General del Estado.

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A la señora Presidenta de la Asamblea Nacional, se le citará en sus oficinas
ubicadas en el edificio de la Asamblea Nacional, en la Avenida 6 de Diciembre
y Piedrahíta de la ciudad de Quito.

Al señor Presidente de la República, se le citará en sus oficinas ubicadas en el


Palacio de Carondelet, en la calle García Moreno N10-43 entre Chile y Espejo,
de la ciudad de Quito.

Al señor Procurador General del Estado, doctor Diego García Carrión, se le


citará en sus oficinas ubicadas en el edificio de la Procuraduría, en la calle Gral.
Robles 731 y Amazonas, entre 9 de Octubre y Amazonas, de la ciudad de Quito.

III. INDICACION DE LAS DISPOSICIONES ACUSADAS COMO


INCONSTITUCIONALES

III.1 DISPOSICIONES ACUSADAS COMO INCONSTITUCIONALES POR LA


FORMA

Las disposiciones cuya inconstitucionalidad demando por la forma, según lo


explico, con argumentos, en el Apartado IV.1.2 de esta demanda, son los
artículos 4, 6, 10:4 literal j) e inciso final, 18, 19, 20, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 43,
44, 47, 48, 49, 50, 53, 55, 56, 58, 71, 74, 76, 78, 79, 80, 81, 83, 84, 85, 88, 93,
94, 96, 97, 98, 110, 112; las disposiciones transitorias primera, sexta,
undécima, décima octava, décima novena, vigésima, vigésima primera,
vigésima segunda, vigésima tercera, vigésima cuarta; las disposiciones
reformatorias cuarta, quinta y sexta; y, la disposición derogatoria segunda de
la Ley Orgánica de Comunicación, publicada en el Registro Oficial Tercer
Suplemento No. 022 el 25 de junio de 2013.

En estos artículos se encuentran nuevas disposiciones y cambios sustanciales,


por agregación o eliminación de palabras, frases y párrafos, que no fueron
debatidas en la sesión No. 136 del Pleno de la Asamblea, realizada el 14 de
junio de 2013.

Los artículos de la LOC que adolecen de inconstitucionalidad por la forma se


identifican con los enunciados que les singularizan, de la siguiente manera:

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Art. 4.- Contenidos personales en internet
Art. 6.- Medios de comunicación social de carácter nacional
Art. 10.- Normas deontológicas
Art. 18.- Prohibición de censura previa
Art. 19.- Responsabilidad ulterior
Art. 20.- Responsabilidad ulterior de los medios de comunicación
Art. 22.- Derecho a recibir información de relevancia pública veraz
Art. 23.- Derecho a la rectificación
Art. 24.- Derecho a la réplica
Art. 25.- Posición de los medios sobre asuntos judiciales
Art. 26.- Linchamiento mediático
Art. 27.- Equidad en la publicidad de casos judiciales
Art. 43.- Composición laboral de los medios de carácter nacional
Art. 44.- Derechos laborales de las y los trabajadores de la comunicación
Art. 47.- Consejo de Regulación y Desarrollo de la Información y Comunicación
Art. 48.- Integración
Art. 49.- Atribuciones
Art. 50.- Requisitos
Art. 53.- Financiamiento
Art. 55.- Superintendencia de la Información y Comunicación
Art. 56.- Atribuciones de la Superintendencia de la Información y Comunicación
Art. 58.- Resoluciones de la Superintendencia
Art. 71.- Responsabilidades comunes
Art. 74.- Obligaciones de los medios audiovisuales
Art. 76.- Transmisión de señal abierta por los sistemas de audio y video por suscripción
Art. 78.- Definición
Art. 79.- Empresas públicas de comunicación
Art. 80.- Objetivos
Art. 81.- Financiamiento
Art. 83.- Medios de comunicación públicos de carácter oficial
Art. 84.- Definición
Art. 85.- Definición
Art. 88.- Registro público
Art. 93.- Extensión de la publicidad
Art. 94.- Protección de derechos en publicidad y propaganda
Art. 96.- Inversión en publicidad privada
Art. 97.- Espacio para la producción audiovisual nacional
Art. 98.- Producción de publicidad nacional
Art. 110.- Adjudicación por concurso para medios privados y comunitarios
Art. 112.- Terminación de la concesión de frecuencia
Disposición Transitoria Primera
Disposición Transitoria Sexta
Disposición Transitoria Undécima
Disposición Transitoria Décima Octava
Disposición Transitoria Décima Novena
Disposición Transitoria Vigésima
Disposición Transitoria Vigésima Primera
Disposición Transitoria Vigésima Segunda
Disposición Transitoria Vigésima Tercera
Disposición Transitoria Vigésima Cuarta
Disposición Reformatoria Cuarta
Disposición Reformatoria Quinta
Disposición Reformatoria Sexta

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Disposición Derogatoria Segunda

III.2 DISPOSICIONES ACUSADAS COMO INCONSTITUCIONALES POR EL


FONDO

Las disposiciones cuya inconstitucionalidad demando por el fondo se


encuentran en las palabras, frases, párrafos e incisos, debidamente resaltados
y singularizados, a continuación, en los artículos 5, 10: 4: j, 10 inciso final, 18
inciso primero, 22 incisos primero y cuarto, 26, 55 inciso primero, 56:1, 61, 63,
64, 71 inciso primero, 84, de la Ley Orgánica de Comunicación, publicada en el
Registro Oficial Tercer Suplemento No. 022 el 25 de junio de 2013:

Art. 5.- Medios de comunicación social. Para efectos de esta ley, se consideran medios de comunicación social
a las empresas, organizaciones públicas, privadas y comunitarias, así como a las personas concesionarias de
frecuencias de radio y televisión, que prestan el servicio público de comunicación masiva que usan como
herramienta medios impresos o servicios de radio, televisión y audio y vídeo por suscripción, cuyos contenidos
pueden ser generados o replicados por el medio de comunicación a través de internet.

Art. 10.-Normas deontológicas. Todas las personas naturales o jurídicas que participen en el proceso
comunicacional deberán considerar las siguientes normas mínimas, de acuerdo a las características propias
de los medios que utilizan para difundir información y opiniones:
1. Referidos a la dignidad humana:
a. Respetar la honra y la reputación de las personas;
b. Abstenerse de realizar y difundir contenidos y comentarios discriminatorios; y,
c. Respetar la intimidad personal y familiar.
2. Relacionados con los grupos de atención prioritaria:
a. No incitar a que los niños, niñas y adolescentes imiten comportamientos perjudiciales o peligrosos para su
salud;
b. Abstenerse de usar y difundir imágenes o menciones identificativas que atenten contra la dignidad o los
derechos de las personas con graves patologías o discapacidades;
c. Evitar la representación positiva o avalorativa de escenas donde se haga burla de discapacidades físicas o
psíquicas de las personas;
d. Abstenerse de emitir imágenes o menciones identificativas de niños, niñas y adolescentes como autores,
testigos o víctimas de actos ilícitos; salvo el caso que, en aplicación del interés superior del niño, sea dispuesto
por autoridad competente;
e. Proteger el derecho a la imagen y privacidad de adolescentes en conflicto con la ley penal, en concordancia
con las disposiciones del Código de la Niñez y Adolescencia; y,
f. Abstenerse de emitir contenidos que atenten contra la dignidad de los adultos mayores, o proyecten una
visión negativa del envejecimiento.
3. Concernientes al ejercicio profesional:
a. Respetar los presupuestos constitucionales de verificación, oportunidad, contextualización y contrastación
en la difusión de información de relevancia pública o interés general;
b. Abstenerse de omitir y tergiversar intencionalmente elementos de la información u opiniones difundidas;
c. Abstenerse de obtener información o imágenes con métodos ilícitos;
d. Evitar un tratamiento morboso a la información sobre crímenes, accidentes, catástrofes u otros eventos
similares;
e. Defender y ejercer el derecho a la cláusula de conciencia;
f. Impedir la censura en cualquiera de sus formas, independientemente de quien pretenda realizarla;
g. No aceptar presiones externas en el cumplimiento de la labor periodística;

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h. Ejercer y respetar los derechos a la reserva de fuente y el secreto profesional;
i. Abstenerse de usar la condición de periodista o comunicador social para obtener beneficios personales;
j. No utilizar en provecho propio información privilegiada, obtenida en forma confidencial en el ejercicio de
su función informativa; y,
k. Respetar los derechos de autor y las normas de citas.
4. Relacionados con las prácticas de los medios de comunicación social:
a. Respetar la libertad de expresión, de comentario y de crítica;
b. Rectificar, a la brevedad posible, las informaciones que se hayan demostrado como falsas o erróneas;
c. Respetar el derecho a la presunción de inocencia;
d. Abstenerse de difundir publireportajes como si fuese material informativo;
e. Cuidar que los titulares sean coherentes y consistentes con el contenido de las noticias;
f. Distinguir de forma inequívoca entre noticias y opiniones;
g. Distinguir claramente entre el material informativo, el material editorial y el material comercial o
publicitario;
h. Evitar difundir, de forma positiva o avalorativa, las conductas irresponsables con el medio ambiente;
i. Asumir la responsabilidad de la información y opiniones que se difundan; y,
j. Abstenerse de realizar prácticas de linchamiento mediático, entendiendo por tales, la difusión de
información concertada y reiterativa, de manera directa o por terceros, a través de los medios de
comunicación destinada a desprestigiar a una persona natural o jurídica o reducir su credibilidad pública.
El incumplimiento de las normas deontológicas establecidas en este artículo podrá ser denunciado por
cualquier ciudadano u organización ante la Superintendencia de la Información y Comunicación, la que,
luego de comprobar la veracidad de lo denunciado, emitirá una amonestación escrita, siempre que no
constituya una infracción que amerite otra sanción o medida administrativa establecida en esta Ley.

Art. 18.- Prohibición de censura previa.- Queda prohibida la censura previa por parte de una autoridad,
funcionario público, accionista, socio, anunciante o cualquier otra persona que en ejercicio de sus funciones
o en su calidad revise, apruebe o desapruebe los contenidos previos a su difusión a través de cualquier medio
de comunicación, a fin de obtener de forma ilegítima un beneficio propio, favorecer a una tercera persona
y/o perjudicar a un tercero. Los medios de comunicación tienen el deber de cubrir y difundir los hechos de
interés público. La omisión deliberada y recurrente de la difusión de temas de interés público constituye un
acto de censura previa.
Quienes censuren previamente o ejecuten actos conducentes a realizarla de manera indirecta, serán
sancionados administrativamente por la Superintendencia de la Información y Comunicación con una multa
de 10 salarios básicos unificados, sin perjuicio de que el autor de los actos de censura responda judicialmente
por la comisión de delitos y/o por los daños causados y por su reparación integral.

Art. 22.- Derecho a recibir información de relevancia pública veraz. Todas las personas tienen derecho a que
la información de relevancia pública que reciben a través de los medios de comunicación sea verificada,
contrastada, precisa y contextualizada.
La verificación implica constatar que los hechos difundidos efectivamente hayan sucedido.
La contrastación implica recoger y publicar, de forma equilibrada, las versiones de las personas involucradas
en los hechos narrados, salvo que cualquiera de ellas se haya negado a proporcionar su versión, de lo cual se
dejará constancia expresa en la nota periodística.
La precisión implica recoger y publicar con exactitud los datos cuantitativos y cualitativos que se integran a
la narración periodística de los hechos. Son datos cualitativos los nombres, parentesco, función, cargo,
actividad o cualquier otro que establezca conexidad de las personas con los hechos narrados. Si no fuese
posible verificar los datos cuantitativos o cualitativos, los primeros serán presentados como estimaciones y
los segundos serán presentados como suposiciones.
La contextualización implica poner en conocimiento de la audiencia los antecedentes sobre los hechos y las
personas que forman parte de la narración periodística.
Si las personas que son citadas como fuentes de información u opinión tienen un interés específico o
vinculación de orden electoral, política, económica o de parentesco en relación a las personas o a los hechos

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que forman parte de la narración periodística, esto deberá mencionarse como dato de identificación de la
fuente.

Art. 26.- Linchamiento mediático. Queda prohibida la difusión de información que, de manera directa o a
través de terceros, sea producida de forma concertada y publicada reiterativamente a través de uno o más
medios de comunicación con el propósito de desprestigiar a una persona natural o jurídica o reducir su
credibilidad pública.
La Superintendencia de la Información y Comunicación podrá disponer, previa la calificación de la
pertinencia del reclamo, las siguientes medidas administrativas:
1. La disculpa pública de la o las personas que produjeron y difundieron tal información.
2. Publicar la disculpa establecida en el numeral anterior en el medio o medios de comunicación, en días
distintos, en el mismo espacio, programas, secciones, tantas veces como fue publicada la información lesiva
al prestigio o la credibilidad de las personas afectadas. Estas medidas administrativas se aplicarán sin
perjuicio de que los autores de la infracción respondan por la comisión de delitos y/o por los daños causados
y por su reparación integral.

Art. 55.- Superintendencia de la Información y Comunicación. La Superintendencia de la Información y


Comunicación es el organismo técnico de vigilancia, auditoría, intervención y control, con capacidad
sancionatoria, de administración desconcentrada, con personalidad jurídica, patrimonio propio y autonomía
administrativa, presupuestaria y organizativa; que cuenta con amplias atribuciones para hacer cumplir la
normativa de regulación de la Información y Comunicación.
La Superintendencia tendrá en su estructura intendencias, unidades, divisiones técnicas, y órganos asesores
que se establezcan en la normativa que para el efecto emita.
La o el Superintendente será nombrado por el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social de una
terna que enviará la Presidenta o Presidente de la República de conformidad con lo dispuesto en la
Constitución.
Las resoluciones que emita la Superintendencia en el ámbito de su competencia son de obligatorio
cumplimiento.

Art. 56.- Atribuciones de la Superintendencia de la Información y Comunicación. Serán atribuciones de la


Superintendencia de la Información y Comunicación:
1. Fiscalizar, supervisar y ordenar el cumplimiento de las disposiciones legales y reglamentarias sobre los
derechos de la comunicación;
2. Atender, investigar y resolver las denuncias o reclamos formulados por las personas naturales o jurídicas, a
través de sus representantes, en materia de derechos de la comunicación;
3. Requerir a los ciudadanos, instituciones y actores relacionados a la comunicación, información sobre sí
mismos que fuere necesaria para el cumplimiento de sus atribuciones;
4. Aplicar las sanciones establecidas en el marco de esta Ley y de la regulación que emita la autoridad
reguladora; y,
5. Las demás establecidas en la ley.

Art. 61.- Contenido discriminatorio.- Para los efectos de esta Ley, se entenderá por contenido discriminatorio
todo mensaje que se difunda por cualquier medio de comunicación social que connote distinción, exclusión
o restricción basada en razones de etnia, lugar de nacimiento, edad, sexo, identidad de género, identidad
cultural, estado civil, idioma, religión, ideología, filiación política, pasado judicial, condición socioeconómica,
condición migratoria, orientación sexual, estado de salud, portar VIH, discapacidad o diferencia física y otras
que tenga por objeto o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos
humanos reconocidos en la Constitución y en los instrumentos internacionales de derechos humanos, o que
incite a la realización de actos discriminatorios o hagan apología de la discriminación.

Art. 63.- Criterios de calificación. Para los efectos de esta ley, para que un contenido sea calificado de
discriminatorio es necesario que el Consejo de Regulación y Desarrollo de la Información y Comunicación
establezca, mediante resolución motivada, la concurrencia de los siguientes elementos:

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1. Que el contenido difundido denote algún tipo concreto de distinción, exclusión o restricción;
2. Que tal distinción, exclusión o restricción esté basada en una o varias de las razones establecidas en el
artículo 61 de esta Ley; y,
3. Que tal distinción, exclusión o restricción tenga por objeto o resultado menoscabar o anular el
reconocimiento o goce de los derechos humanos garantizados en la Constitución y en los instrumentos
internacionales; o que los contenidos difundidos constituyan apología de la discriminación o inciten a la
realización de prácticas o actos violentos basados en algún tipo de discriminación.

Art. 64.- Medidas administrativas.- La difusión de contenidos discriminatorios ameritarán las siguientes
medidas administrativas:
1. Disculpa pública de la directora o del director del medio de comunicación presentada por escrito a la
persona o grupo afectado con copia a la Superintendencia de la Información y Comunicación, la cual se
publicará en su página web y en la primera interfaz de la página web del medio de comunicación por un
plazo no menor a siete días consecutivos;
2. Lectura o transcripción de la disculpa pública en el mismo espacio y medio de comunicación en que se
difundió el contenido discriminatorio;
3. En caso de reincidencia se impondrá una multa equivalente del 1 al 10% de la facturación promediada de
los últimos tres meses presentada en sus declaraciones al Servicio de Rentas Internas, considerando la
gravedad de la infracción y la cobertura del medio, sin perjuicio de cumplir lo establecido en los numerales
1 y 2 de este artículo; y,
4. En caso de nuevas reincidencias, la multa será el doble de lo cobrado en cada ocasión anterior, sin
perjuicio de cumplir lo establecido en los numerales 1 y 2 de este artículo.
La Superintendencia remitirá a la Fiscalía, para la investigación de un presunto delito, copias certificadas
del expediente que sirvió de base para imponer la medida administrativa sobre actos de discriminación.

Art. 71.- Responsabilidades comunes.- La información es un derecho constitucional y un bien público; y la


comunicación social que se realiza a través de los medios de comunicación es un servicio público que deberá
ser prestado con responsabilidad y calidad, respetando los derechos de la comunicación establecidos en la
Constitución, los instrumentos internacionales y contribuyendo al buen vivir de las personas.
Todos los medios de comunicación tienen las siguientes responsabilidades comunes en el desarrollo de su
gestión:
1. Respetar los derechos humanos y promover su plena aplicabilidad;
2. Desarrollar el sentido crítico de los ciudadanos y promover su participación en los asuntos de interés
general;
3. Acatar y promover la obediencia a la Constitución, a las leyes y a las decisiones legítimas de las autoridades
públicas;
4. Promover espacios de encuentro y diálogo para la resolución de conflictos de interés colectivo;
5. Contribuir al mantenimiento de la paz y la seguridad;
6. Servir de canal para denunciar el abuso o uso ilegítimo que los funcionarios estatales o personas particulares
hagan de los poderes públicos y privados;
7. Impedir la difusión de publicidad engañosa, discriminatoria, sexista, racista o que atente contra los derechos
humanos de las personas;
8. Promover el diálogo intercultural y las nociones de unidad y de igualdad en la diversidad y en las relaciones
interculturales;
9. Promover la integración política, económica y cultural de los ciudadanos, pueblos y colectivos humanos; y,
10. Propender a la educomunicación.”

Art. 84.- Definición. Los medios de comunicación privados son personas naturales o jurídicas de derecho
privado con o sin finalidad de lucro, cuyo objeto es la prestación de servicios públicos de comunicación con
responsabilidad social.”

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IV. FUNDAMENTOS

IV.1. CONTENIDO Y ALCANCE DE LAS DISPOSICIONES CONSTITUCIONALES


INFRINGIDAS Y ARGUMENTOS SOBRE LA INCOMPATIBILIDAD NORMATIVA

IV.1.1. INCONSTITUCIONALIDAD MATERIAL O DE FONDO

IV.1.1.1. ESTADO CONSTITUCIONAL DE DERECHOS E IDEARIO


CONSTITUCIONAL DE LA COMUNICACIÓN LIBRE

El Art. 1 de la Constitución es el eje vertebrador del ordenamiento


constitucional. Se trata de una norma prescriptiva que ubica a los derechos
como la fuente integradora de la actividad constitucional. Sin el debido
reconocimiento y protección a los derechos, no puede existir el Estado
constitucional en el Ecuador. Por ello, en el Art. 11 se establecen, desde una
visión garantista, los parámetros para el ejercicio de los derechos
constitucionales.

En cuanto al ejercicio de los derechos a la comunicación, información y


expresión, los artículos 16, 17, 18, 19, 20 y 66: 6 y 7, de la Constitución
consagran condiciones favorables para que tanto los medios de comunicación
privados como los ciudadanos, como titulares de derechos constitucionales,
ejerzan sus derechos sin restricciones intolerables o desproporcionadas. Entre
otras cosas, garantizan, expresamente, que el Estado facilite la creación y el
fortalecimiento de medios de comunicación privados. Las normas
constitucionales referidas forman lo que se podría llamar “ideario
constitucional de la comunicación libre” o “marco axiológico de la libre
expresión”. Dentro de ese ideario o de ese marco no se establecen controles
ni intervenciones estatales que dificulten el ejercicio de los derechos a la
comunicación y a la libre expresión.

No sólo la Constitución garantiza la libertad de comunicación sino la


Convención Americana de Derechos Humanos que integra el bloque de
constitucionalidad.

A continuación, con argumentos claros, ciertos, específicos y pertinentes,


evidencio las incompatibilidades normativas de los artículos de la Ley Orgánica
de Comunicación, cuya inconstitucionalidad demando, con la Constitución
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ecuatoriana. Además, señaló el contenido y alcance de las disposiciones
constitucionales infringidas.

IV.1.1.2. CONTENIDO DE LOS DERECHOS

El Art. 11:4 de la Constitución señala que ninguna norma jurídica puede


“restringir” el “contenido” de los derechos constitucionales. El numeral 8 del
mismo Art. 11 establece la obligatoriedad que el “contenido” de los derechos
sea desarrollado de manera progresiva a través de las normas, la
jurisprudencia y las políticas públicas. La Constitución ecuatoriana, a diferencia
de otras constituciones como la alemana o la española, habla sólo de
contenido, sin mencionar que el contenido sea esencial. El ámbito de
protección de los derechos en el Ecuador es, por consiguiente, más amplio que
en los ordenamientos constitucionales que consagran la figura del contenido
esencial.

El Art. 11, en sus numerales 4 y 8, consagra, en lo dogmático, desde la noción


del contenido, el denominador común de los derechos constitucionales, lejos
de cualquier giro retórico. En este entorno constitucional, una norma legal que
regule derechos no vulnera el contenido de éstos si únicamente afecta a las
modalidades de su ejercicio. Por el contrario, si los desnaturaliza, vacía el
contenido normativo del derecho o hace peligrar su propia existencia como
derecho, vulnera el contenido y se convierte en inconstitucional e ilegítima.

Sin perjuicio que el test de proporcionalidad contribuya a identificar el


contenido de los derechos constitucionales en la casuística constitucional, al
menos en el Ecuador, el contenido de los derechos constitucionales a la
comunicación y a la expresión, consagrados en los artículos 16, 17, 18, 19, 20
y 66: 6 y 7, se debe rastrear, en primer lugar, en los principios desplegados en
esas mismas normas constitucionales, en segundo lugar, en las demás normas
constitucionales que recrean los principios del Estado constitucional de
derechos para garantizarlos y no para restringirlos con abusivas injerencias
estatales, en tercer lugar, en la Convención Americana de Derechos Humanos,
en cuarto lugar, en la jurisprudencia de la Corte Constitucional (CC), y, en
quinto lugar, en la jurisprudencia relevante de la CIDH.

De lo que se conoce, en tales instrumentos y antecedentes jurisprudenciales,


es mínimo el grado de tolerancia con las “restricciones” a los derechos a la
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comunicación y a la libre expresión, que vayan más allá de las modalidades de
ejercicio.

Los artículos de la LOC, impugnados por inconstitucionalidad de fondo,


establecen restricciones desproporcionadas al ejercicio de los derechos a la
comunicación y a la expresión.

La Corte Constitucional ecuatoriana, en sentencia No. 012-09-SEP-CC,


publicada en el R.O. 009 de 21-08-2009, desarrolló la teoría del contenido
esencial de los derechos constitucionales y configuró el concepto del núcleo
duro de los derechos. Afirmó que, en el devenir histórico, gracias a este
concepto, los derechos pueden ser objeto de ampliaciones en su contenido
esencial, mas no de restricciones.

Los artículos 5, 71, 84, 10 inciso final, 10:4: J, 18 primer inciso, 22 primero y
cuarto incisos, 26, 55 primer inciso, 56:1, 61, 63 y 64 de la Ley Orgánica de
Comunicación, impugnados por inconstitucionalidad de fondo, restringen el
contenido de los derechos a la comunicación y a la expresión, consagrados en
los artículos 16, 17, 18, 19, 20 y 66: 6 y 7 de la Constitución, y no conllevan su
desarrollo progresivo.

Además de la incompatibilidad normativa señalada, tales artículos de la Ley


Orgánica de Comunicación violan lo previsto en el Art. 11, numerales 4 y 8 de
la Constitución.

IV.1.1.3. PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD

Cuando una norma legislativa afecta el contenido de un derecho


constitucional, el principio de proporcionalidad, consagrado en el Art. 3:2 de
la LOGJCC, es, en el Ecuador, de aplicación ineludible para valorar el grado de
restricción al contenido de un derecho. De este modo, la determinación del
contenido de los derechos ingresa al campo del relativismo, caso por caso.

El criterio general que justifica la aplicación del principio de proporcionalidad


es que la finalidad de la medida legislativa que afecte un derecho, para ser
lícita o constitucional, debe ser equivalente o mayor a la restricción provocada,
independientemente de la razonabilidad, adecuación o necesidad de adoptar
tal medida. En un Estado constitucional de derechos, como el ecuatoriano, no
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se requiere de una vulneración evidente al contenido del derecho para que la
norma legal en cuestión sea declarada inconstitucional, en aplicación del test
de proporcionalidad.

La finalidad de la Ley, expuesta, básicamente, en los considerandos, es


insuficiente para justificar las restricciones a los derechos a la comunicación y
a la expresión.

Resulta desproporcionada, irrazonable, inadecuada, no idónea e innecesaria


la afectación al contenido de los derechos consagrados en los artículos
constitucionales 16, 17, 18, 19, 20 y 66: 6 y 7, por parte de los artículos
impugnados por el fondo, debidamente especificados en el Apartado III.2.

En virtud de lo expuesto, los artículos legales impugnados contradicen los


principios establecidos en las normas constitucionales del Art. 11, numerales
4 y 8.

IV.1.1.4. DERECHO A LA COMUNICACIÓN Y SERVICIO PUBLICO

En la Constitución ecuatoriana, las libertades de comunicación y expresión


tienen la categoría de derechos constitucionales. Sus titulares son los medios
de comunicación privados, los comunicadores y los ciudadanos. Los artículos
16 y 18, así como el Art. 66: 6 y 7 de la Constitución reconocen, explícitamente,
tal titularidad.

Tales derechos no son absolutos en el entorno constitucional nacional y


comparado y, por ello, están sujetos a límites intrínsecos y extrínsecos, en la
medida en que las restricciones no sean irrazonables, desproporcionadas,
inadecuadas e innecesarias.

A pesar que la Constitución no reconoce a los derechos a la libre comunicación


y expresión como derechos absolutos pertenecientes a la esfera exclusiva de
la autonomía individual, la titularidad se mantiene en los medios de
comunicación privados, los comunicadores y los ciudadanos.

La Constitución privilegia el derecho del público a una comunicación veraz y le


reserva al Estado limitadas funciones reguladoras, a partir de los lineamientos
de la “doctrina de la equidad”, desarrollada en la jurisprudencia
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estadounidense. En ningún caso, sin embargo, la Constitución admite que
algunos titulares de esos derechos, esto es, los medios de comunicación
privados, se conviertan en prestadores del servicio público de comunicación.

Los medios de comunicación privados prestan el servicio de comunicación al


público, lo cual es distinto de ser prestadores de un servicio público. Ningún
ordenamiento jurídico en que se haya extendido al máximo la doctrina de la
equidad y desarrollado la libertad de información como libertad positiva, ha
llegado al extremo de desnaturalizar el derecho fundamental a la
comunicación, transformándolo, a la vez, en servicio público prestado por los
medios de comunicación privados.

El Estado no tiene a su cargo la prestación del servicio público de


comunicación, según el Art. 314 de la Constitución. En tal virtud, ni siquiera
por delegación puede trasladar a los medios de comunicación privados la
prestación de tal servicio público, al amparo del Art. 316 de la Constitución.

Más aún, es imposible que el llamado servicio público de comunicación


prestado por los medios de comunicación privados, por su misma naturaleza,
pueda someterse a los principios de obligatoriedad, generalidad, uniformidad,
eficiencia responsabilidad, universalidad, accesibilidad, regularidad,
continuidad y calidad, así como a una política de precios y tarifas equitativos,
debidamente regulados y controlados por el Estado, según lo señalado en el
inciso segundo del Art. 314 de la Constitución.

No existe justificación constitucional para convertir a los medios de


comunicación privados en prestadores de un servicio público, destruyendo el
contenido del derecho a la libertad de información.

Sin embargo, la distorsión conceptual de la Ley Orgánica de Comunicación


coloca a los medios privados de comunicación, en su calidad de prestadores
de un servicio público, en la difícil posición de asumir responsabilidades civiles
extracontractuales, al tenor del Art. 11:9 de la Constitución, por deficiencia o
falta en la prestación del servicio. En este punto la LOC equipara a los medios
de comunicación privados con el Estado y las empresas públicas prestadoras
de servicios públicos en cuanto a las responsabilidades civiles
extracontractuales.

12
En virtud de lo dispuesto en los artículos 277:4 y 315 de la Constitución el
Estado y las empresas públicas son los prestadores naturales de servicios
públicos. Resulta ajeno al esquema de la Constitución de Montecristi que la
LOC les convierta en prestadores de servicios públicos de comunicación a los
medios de comunicación privados.

Con la calificación de los medios de comunicación privados como prestadores


de un servicio público, la LOC otorga a la Superintendencia de Comunicaciones
poderes amplios de control e intervención en el objeto mismo de ese servicio
público: los contenidos y las formas de la comunicación.

La configuración del derecho a la comunicación como un servicio público


prestado por los medios de comunicación privados, desconstitucionaliza a la
Constitución, despojándole de su esencia garantista, y, a su vez, prefigura un
fraude a la Constitución, modificándola con una ley secundaria.

Los artículos 5, 71 y 84 desfiguran al Estado constitucional de derechos con la


declaración que los medios de comunicación privados son prestadores del
servicio público de comunicación y no titulares del derecho a la información.
Vulneran el contenido de los artículos 16, 17, 18 y 66: 6 de la Constitución, así
como lo dispuesto en el Art. 314 de la misma Constitución.

Es evidente, por lo tanto, la incompatibilidad normativa entre las normas de la


LOC y las normas de la Constitución.

El derecho del público a recibir información veraz y cierta es un derecho reflejo


del derecho a difundir y transmitir información. El derecho a la comunicación
libre lo ejercitan tanto los transmisores como los receptores. Reconocerles
sólo a unos el ejercicio de tal derecho, lo desnaturaliza, en abierta violación a
la Constitución.

Aunque se encuentran separados en la Constitución, la libertad de


comunicación es, en cierto sentido, una aplicación de la libertad de expresión,
que, en último término, garantiza la emisión y difusión de opiniones y juicios
de valor, mientras aquélla sirve para garantizar la transmisión de datos y
hechos ciertos y, por ello, solamente la libertad de información está sometida
al requisito de veracidad.

13
Inclusive, la sola transformación del derecho a la información en un derecho
de prestación, por medios de comunicación a cargo del Estado, resulta
contraria al sentido del derecho a la información en una sociedad plural y
democrática, donde la opinión se forma mediante la libre circulación de ideas,
opiniones e informaciones, entre ciudadanos y medios privados y
comunitarios que informan al público.

IV.1.1.5. REGULACION EXCESIVA DE LA PRÁCTICA INFORMATIVA.

IV.1.1.5.1. Sanciones por incumplimiento de los parámetros deontológicos

Es saludable que existan parámetros deontológicos para la actividad


periodística. Los derechos del público demandan un ejercicio comunicacional
de calidad.

El Art. 10 de la Ley de Comunicación opta por la regulación antes que por la


autorregulación, aprovechando el vacío constitucional en este tema. Obliga a
que los medios de comunicación privados aprueben sus códigos deontológicos
sobre la base de los parámetros establecidos en la Ley. Hasta aquí la
disposición legal no va más allá de los preceptos constitucionales, salvo en el
Art. 10:4: J, que tipifica el llamado linchamiento mediático.

En todo caso, el problema constitucional surge cuando en la parte final del Art.
10 de la LOC se establece una especie de acción popular para que cualquier
ciudadano, en calidad de legitimado activo, acuda ante el Superintendente de
Comunicaciones para que se sancione al medio de comunicación que haya
incumplido las normas deontológicas establecidas no en los códigos de ética
de los medios sino en el Art. 10 de la LOC, sabiendo que tales normas
deontológicas tienen que ver con los contenidos informativos y las pautas
internas de cada medio de comunicación privado.

La interferencia en el ejercicio del derecho a la comunicación es, en este punto,


excesiva. La Constitución, en los artículos 16, 17, 18, 19 y 20, no autoriza
injerencias de ese tipo en la libertad de información. El inciso final del Art. 10
de la LOC es incompatible con las normas constitucionales referidas.

Además, la infracción por la que se sanciona al medio de comunicación es tan


abierta y general que contradice lo previsto en los artículos 82 y 76:3 de la
14
Constitución, que demandan de las leyes dos requisitos: precisión y debida
tipificación de la infracción administrativa.

El Art. 10, inciso final, de la LOC también es incompatible con estas dos normas
constitucionales de los artículos 82 y 76:3.

IV.1.1.5.2. Censura previa y difusión de temas de interés público

El Art. 18:1 de la Constitución prohíbe la censura previa acerca de los hechos,


acontecimientos y procesos de interés general.

La Ley de Comunicación, en su Art. 18, también excluye la censura previa. Sin


embargo, en el Art. 18, al final del primer inciso de la Ley, se tipifica una
omisión como censura previa, sin especificar al responsable y atribuyéndole al
ente sancionador, con una amplia discrecionalidad, la competencia para la
determinación del hecho de interés público omitido, a sabiendas que, en el
inciso segundo de ese mismo artículo legal, las responsabilidades por tal
censura no se limitan al ámbito administrativo sino que llegan, inclusive, a los
ámbitos civil y penal.

El Art. 7 de la LOC no reduce el campo de discrecionalidad en el que debe


moverse el ente sancionador en la determinación de la información de
relevancia pública.

La norma legal en cuestión, esto es, la parte final del primer inciso del Art. 18
de la LOC, es imprecisa y adolece de vaguedad por lo que vulnera el contenido
del derecho a la seguridad jurídica contemplado en el Art. 82 de la
Constitución, que exige que las normas legales sean precisas.

También vulnera dos principios del derecho al debido proceso señalados en


los numerales 3 y 6 del Art. 76 de la Constitución. En efecto, la infracción
administrativa por omisión está indebidamente tipificada y la sanción para el
infractor es desproporcionada.

IV.1.1.5.3. Exigencia de precisión en la información

15
La exigencia de la “precisión” en la información, establecida en el inciso cuarto
del Art. 22 de la Ley de Comunicación, no se encuentra entre las exigencias
señaladas en el Art. 18:1 de la Constitución.

El Art. 18:1 de la Constitución es una norma cerrada, y, por ello, exhaustiva.


Dentro de ella se agotan todas las exigencias posibles. Únicamente establece
que la información sea veraz, verificada, oportuna, contextualizada, plural, sin
censura previa y con responsabilidad ulterior. Sin la autorización
constitucional, no es posible crear, por ley, una exigencia adicional, como la de
la precisión informativa.

La exigencia de precisión establecida en el Art. 22 de la LOC carece de asidero


constitucional. Contradice, abiertamente, lo previsto en el Art. 18:1 de la
Constitución, al restringir en forma desproporcionada, irracional e innecesaria,
el contenido del derecho a la comunicación. De tal incompatibilidad normativa
se deriva una abierta violación a los principios constitucionales establecidos en
el Art. 11, numerales 4 y 8 de la Constitución.

Si la veracidad de la información no es asimilable a la verdad, la precisión


informativa está muy lejos de la exactitud. La veracidad en la noticia le impone
al periodista y al medio un simple deber de diligencia. El Art. 22 de la LOC, con
el pretexto de la precisión, impone a los comunicadores una carga que no
tienen la obligación de sobrellevar.

IV.1.1.5.4. Linchamiento mediático

El Art. 26 de la Ley carece de precisión, uno de los requisitos del derecho a la


seguridad jurídica, establecido en el Art. 82 de la Constitución.

En efecto, se incluye en la figura del linchamiento mediático a terceros y se


establece la necesidad de la concertación de los medios de comunicación para
desprestigiar o reducir la credibilidad pública de una persona natural o jurídica,
en forma reiterada.

La norma adolece de vaguedad conceptual. Tal como está redactada, traslada


la interpretación al ente sancionador, que, además de interpretarla
discrecionalmente, está suficientemente facultado para establecer
responsabilidades administrativas. La infracción administrativa no se
16
encuentra debidamente tipificada, según el principio del debido proceso
consagrado en el Art. 76:3 de la Constitución.

La falta de precisión del Art. 26 de la LOC también se encuentra en el Art. 10:4:


j) de la misma Ley, que establece como parámetro deontológico que los
medios se abstengan de realizar prácticas de linchamiento mediático.

Es evidente la incompatibilidad normativa del Art. 26 y del Art. 10:4: J de la


LOC con los artículos 82 y 76:3 de la Constitución.

IV.1.1. 5.5. Intervencionismo de la Superintendencia de Comunicaciones

A la Superintendencia de Comunicaciones la LOC le atribuye competencias que


desbordan las funciones reconocidas al Estado en el Art 17 de la Constitución,
en materia de libertad informativa.

Los artículos 55 y 56 de la LOC le reconocen a la Superintendencia


competencias para intervenir en los medios de comunicación, entre ellos, los
privados, así como para controlarlos, fiscalizarlos, supervisarlos y sancionarlos,
con amplia discrecionalidad.

Los ámbitos del control, la intervención, la fiscalización y la supervisión, son


tan amplios que no se limitan al cumplimiento de la ley sino, inclusive, al
cumplimiento de la densa y compleja “normativa de regulación de la
Información y Comunicación”, no necesariamente de rango legal.

Tal intervencionismo estatal en el ejercicio de los derechos a la libertad


informativa y a la libre expresión, socava las bases del Estado constitucional de
derechos, dado que no se garantiza que el ejercicio de tales derechos se
desarrolle bajo los principios señalados en el Art. 11 de la Constitución.

De la declaración sobre la libertad de información, realizada en el Art. 29 de la


LOC, no se benefician los medios de comunicación privados, ante el cúmulo de
competencias controladoras y sancionatorias de la Superintendencia de
Comunicaciones, sin perjuicio de las amplias y expansivas competencias
reguladoras del Consejo de Regulación y Desarrollo de la Información y
Comunicación, previstas en el Art. 49 de la Ley.

17
Los límites al ejercicio de las competencias del Superintendente de
Comunicaciones, no se encuentran suficientemente precisados en la LOC, por
lo que, en materia de derechos a la comunicación e información, no existe la
seguridad jurídica que tales derechos sean garantizados por la autoridad
administrativa, como ordena el Art. 76:1 de la Constitución, al desarrollar el
principio de legalidad dentro de los principios del derecho al debido proceso.

Las amplias y expansivas competencias de intervención y fiscalización,


asignadas al Superintendente, en los artículos 55 y 56 de la LOC contravienen
lo dispuesto en el Art. 76:1 de la Constitución.

IV.1.1.5.6. Contenidos discriminatorios

Es imprecisa la noción de discriminación consignada en el Art. 61 de la Ley de


Comunicación. No cumple la exigencia de precisión señalada en el Art. 82 de
la Constitución y, por ello, vulnera el derecho a la seguridad jurídica.

El Art. 11:2 de la Constitución establece lo que debe entenderse por


discriminación. El Art. 61 de la Ley va más allá de la norma constitucional
cuando configura el contenido discriminatorio desde la simple connotación de
distinción, exclusión o restricción.

Al ente regulador, en este caso, el Consejo de Regulación se le atribuye la


competencia para que determine tal connotación de distinción, exclusión o
restricción, bajo los criterios preestablecidos en el Art. 63, antes que la
autoridad sancionadora, la Superintendencia, imponga las severas sanciones
establecidas en el Art. 64 de la Ley.

La infracción administrativa tipificada en el Art. 61 de la Ley adolece de


imprecisión y vaguedad, por lo que vulnera tanto el Art. 82 como el Art. 76:3
de la Constitución.

Además, vulnera el Art. 11:2 de la Constitución, cuyo contenido resulta


lesionado con la incorporación, en el Art. 61 de la Ley, de elementos subjetivos
para configurar la discriminación informativa.

El artículo 63 de la LOC atribuye al ente regulador la competencia para


establecer la discriminación sobre la base de criterios ajenos a lo previsto en
18
el artículo 11:2 de la Constitución. La configuración administrativa de la
infracción violenta lo establecido en el artículo 73:3 sobre la adecuada
tipificación de las infracciones administrativas.

El artículo 64 de la LOC, por su parte, establece sanciones administrativas


desproporcionadas para que las imponga el ente sancionador en contra del
principio del debido proceso señalado en el artículo 76:6 de la Constitución.

IV.1.2. AUSENCIA DE DEBATE LEGISLATIVO E INCONSTITUCIONALIDAD POR


LA FORMA.

La Constitución, al referirse al procedimiento legislativo, establece, en el


artículo 137, la exigencia de que todo proyecto de ley sea sometido a dos
debates. Asimismo, exige que los proyectos sean distribuidos a los miembros
de la Asamblea Nacional para que sean conocidos por quienes participen en el
debate parlamentario, ante de la respectiva votación.

En la nueva Asamblea Nacional, cuando se votó y aprobó la Ley Orgánica de


Comunicación, los asambleístas no tuvieron la oportunidad de debatir su
contenido. En la Asamblea pasada, que culminó sus funciones el 14 de mayo
del 2013, los asambleístas debatieron en primero y en segundo debates el
contenido de la Ley Orgánica de Comunicación. Llegaron, inclusive, a resolver
que la LOC se vote artículo por artículo.

El 14 de mayo de 2013 se inició un nuevo período legislativo, al tenor de lo


establecido en el artículo 124 de la LOFL. No se inició un nuevo período de
sesiones. Por ello, los asambleístas pertenecientes a la nueva Asamblea debían
participar en el debate de la LOC, antes de que ésta fuera votada, con los
cambios incorporados por el Ponente.

Una vez instalada la nueva Legislatura se debió abrir el segundo debate sobre
el contenido de la Ley para que se puedan incorporar nuevos temas y modificar
otros ya tratados en la antigua Asamblea, según lo que ordena el Art. 61 de la
LOFL, que antepone el adverbio “durante” para denotar que los cambios
legales solamente pueden incorporarse por el Ponente si el debate está en
curso y, además, si los cambios se sugieren en el Pleno.

19
Se puede prescindir del primer debate, pero no del segundo debate, dado que
éste corresponde a la fase constitutiva de la ley, según los principios del iter
legis. Un legítimo procedimiento democrático para la aprobación de una ley
exige que quienes la voten hayan debatido previamente su contenido, al
menos en la fase constitutiva del debate parlamentario.

En el derecho parlamentario tiene fuerza la idea de la discontinuidad


legislativa, de tal manera que cada nueva legislatura debe entendérsela desde
la perspectiva de una voluntad democrática diferente. Según los principios del
iter legis común, solamente deben sobrevivir, en una nueva legislatura, las
fases iniciales del procedimiento legislativo, pero no la denominada fase
constitutiva, es decir, la que corresponde a la secuencia de trámites
parlamentarios relacionados con el debate en el Pleno de una asamblea,
previo a la votación y aprobación.

En este contexto, las iniciativas legislativas, que han pasado por la fase
constitutiva, caducan cuando el órgano legislativo es disuelto o cuando expira
su mandato. Los debates parlamentarios y, especialmente, el segundo debate,
no es un simple trámite procedimental. En una democracia deliberativa se
convierte en el espacio para que los actores legislativos expongan y
manifiesten la voluntad de quienes los eligieron y la mayoría convierta su
voluntad política en norma jurídica.

En la sesión de la Asamblea, del 14 de junio de 2013, debió abrirse el segundo


debate, para que, en estricta aplicación del Art. 61 de la LOFL, el Ponente
incorpore los cambios a la LOC sugeridos en el Pleno, en esa misma sesión.

En la votación del Proyecto sobre la Ley Orgánica de Comunicación no existió


el debate final previo. En la convocatoria a la sesión del 14 de junio de 2013 se
hizo saber a los asambleístas con se trataba de una votación. En efecto, la
convocatoria a la sesión del 14 de junio de 2013, difundida entre los
asambleístas el 12 de junio de 2013, tuvo el siguiente texto: “CONVOCATORIA
Por disposición de la señora Gabriela Rivadeneira Burbano, Presidenta de la
Asamblea Nacional, y de conformidad con el artículo 12, numeral 3 de la Ley
Orgánica de la Función Legislativa, se convoca a las y los asambleístas a la
Continuación de la Sesión No. 136 del Pleno de la Asamblea Nacional, a
realizarse el día viernes 14 de junio de 2013 a las 10h30, en la sede de la
Función Legislativa, ubicada en la Av. 6 de Diciembre y Piedrahita en el cantón
20
Quito, provincia de Pichincha, con el objeto de tratar el siguiente Orden del
Día aprobado: -Segundo Debate del Proyecto de Ley Orgánica de
Comunicación (Votación). Atentamente, Dra. Libia Rivas Ordóñez SECRETARIA
GENERAL”. En este texto no se indica que se realizará el segundo debate sino
que se votará la Ley. Al final, se votó el texto presentado a los legisladores por
el Ponente el 13 de junio de 2013, no el 14 de junio de 2013, texto, por cierto,
diferente del que se adjuntó a la convocatoria del 12 de junio de 2013.

El texto que fue votado y aprobado por el Pleno, el 14 de junio de 2013, incluyó
nuevos artículos y modificó otros, con relación al texto distribuido con la
convocatoria, el 12 de junio de 2013, que había sido debatido en la Asamblea
que concluyó sus funciones el 14 de mayo de 2013. Inclusive, en el texto
aprobado el 14 de junio de 2013, se incorporaron algunos cambios al texto
entregado a los asambleístas el 13 de junio de 2013. Entre el 12 de junio de
2013 y el 14 de junio de 2013, hubo tres textos de la LOC: 1) el entregado el 12
de junio de 2013, debatido en la Asamblea anterior, 2) el entregado el 13 de
junio de 2013, con los cambios incorporados por el Ponente, fuera del Pleno y
de la extinguida Comisión Ocasional de Comunicación, 3) el votado y aprobado
el 14 de junio de 2013.

Los artículos nuevos y modificados no fueron materia de ningún debate en la


sesión del 14 de junio de 2013. El Ponente de la ley incorporó tales normas
cuando el segundo debate estaba cerrado, en contra de lo que expresamente
señala el Art. 61 de la Ley Orgánica de la Función Legislativa, como se puede
constatar del desarrollo de la sesión, cuya acta no ha sido proporcionada por
la Secretaría de la Asamblea por no encontrarse, a la fecha, debidamente
legalizada.

En la sesión No. 136 del Pleno de la Asamblea, del 14 de junio de 2013,


únicamente cuatro legisladores pudieron participar en el Pleno. Dos de ellos lo
hicieron al solicitar un “punto de información”, uno de los cuales se utilizó para
que se abra el debate. Otra legisladora mocionó la forma de votación del texto.
El Ponente del Proyecto de Ley fue otro de los que intervino. En su
intervención el Ponente no presentó al Pleno, uno a uno, los nuevos artículos
ni los cambios hechos al Proyecto debatido en la Asamblea pasada.

La Ley Orgánica de Función Legislativa establece, en el artículo 61, que el


segundo debate se desarrolla en una sola sesión. Agrega, además, que durante
21
este segundo debate el Ponente podrá incorporar cambios al Proyecto de Ley
que sean sugeridos en el Pleno. En este caso, el texto que el Ponente remitió
un día antes de la votación del 14 de junio de 2013 contenía cambios
agregados luego de cerrado el segundo debate. Los asambleístas que
participaron en la votación no recibieron los documentos de sustento de
dichos cambios y reformas. En definitiva, nunca supieron de qué manera esos
nuevos textos, nunca debatidos por la legislatura que los precedió, se
incorporaron al texto final que se votó.

Entre los nuevos artículos que se incorporaron al texto final, que no estaban
en el proyecto de ley discutido por la legislatura anterior, se destacan los
artículos 4, 18, 25, 26, 27, 43, 53, 55, 56, 79, 83, 96; las disposiciones
transitorias décima octava, décima novena, vigésima, vigésima primera,
vigésima segunda, vigésima tercera, vigésima cuarta; las disposiciones
reformatorias cuarta, quinta y sexta y la disposición derogatoria segunda.

Entre los artículos que fueron objeto de cambios por el Ponente se destacan
los artículos 6, 10:4:j, 19, 20, 22, 23, 24, 44, 47, 48, 49, 50, 58, 71, 74, 76, 78,
80, 81, 84, 85, 88, 93, 94, 97, 98, 110, 112 y las disposiciones transitorias
primera, sexta y undécima.

Al no haber sido incorporados, tanto los nuevos artículos como los


modificados, “durante el segundo debate”, como ordena el Art. 61 de la LOFL,
se violó el procedimiento parlamentario para la aprobación de leyes, que,
según el Art. 137 de la Constitución, exige dos debates. En definitiva, no hubo
segundo debate, el 14 de junio de 2013, para incorporar los cambios a la LOC.

Adolecen de inconstitucionalidad por la forma los artículos nuevos y los


modificados de la LOC, indicados anteriormente.

Por último, la Asamblea se integra por comisiones especializadas


permanentes, de conformidad con el Art. 125 de la Constitución. En términos
constitucionales no es posible que comisiones ocasionales integren la
Asamblea y participen en la formación de la voluntad política legislativa. Las
comisiones especializadas ocasionales, previstas en el Art. 24 de la LOFL, no
están habilitadas para suplir a las comisiones especializadas permanentes en
el trámite de leyes. El Ponente de la LOC presidió la Comisión Ocasional de
Comunicación durante la Legislatura anterior. A partir del 14 de mayo de 2013
22
quedó desintegrada tal Comisión Ocasional. La condición de Ponente, en la
Sesión del 14 de junio de 2013, no se derivó del encargo hecho por una
comisión especializada permanente. En consecuencia, al haberse incorporado
los nuevos artículos y los cambios por quien había sido Ponente de una
comisión ocasional, en la Legislatura pasada, se vulneró, además, el Art. 125
de la Constitución, en cuanto al procedimiento parlamentario observado para
la aprobación y votación de la LOC.

IV.2. CONTENIDO DE LAS DISPOSICIONES CONSTITUCIONALES INFRINGIDAS.

Según lo expuesto, las disposiciones constitucionales infringidas por los


artículos de la LOFL, impugnados por inconstitucionalidad de forma y de fondo,
se encuentran en los siguientes artículos de la Constitución: 11: 2, 4 y 8; 16,
17; 18; 19; 66: 6 y 7; 76:1, 3,6; 82; 137; 277:4, 314; 315; 424.

Art. 11.- El ejercicio de los derechos se regirá por los siguientes principios:
2. Todas las personas son iguales y gozarán de los mismos derechos, deberes y
oportunidades.
Nadie podrá ser discriminado por razones de etnia, lugar de nacimiento, edad, sexo,
identidad de género, identidad cultural, estado civil, idioma, religión, ideología, filiación
política, pasado judicial, condición socio-económica, condición migratoria, orientación
sexual, estado de salud, portar VIH, discapacidad, diferencia física; ni por cualquier otra
distinción, personal o colectiva, temporal o permanente, que tenga por objeto o resultado
menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos. La ley sancionará
toda forma de discriminación.
El Estado adoptará medidas de acción afirmativa que promuevan la igualdad real en favor
de los titulares de derechos que se encuentren en situación de desigualdad.
4. Ninguna norma jurídica podrá restringir el contenido de los derechos ni de las garantías
constitucionales.
8. El contenido de los derechos se desarrollará de manera progresiva a través de las normas,
la jurisprudencia y las políticas públicas. El Estado generará y garantizará las condiciones
necesarias para su pleno reconocimiento y ejercicio.
Será inconstitucional cualquier acción u omisión de carácter regresivo que disminuya,
menoscabe o anule injustificadamente el ejercicio de los derechos.

Art. 16.- Todas las personas, en forma individual o colectiva, tienen derecho a:
1. Una comunicación libre, intercultural, incluyente, diversa y participativa, en todos los
ámbitos de la interacción social, por cualquier medio y forma, en su propia lengua y con sus
propios símbolos.
2. El acceso universal a las tecnologías de información y comunicación.
3. La creación de medios de comunicación social, y al acceso en igualdad de condiciones al

23
uso de las frecuencias del espectro radioeléctrico para la gestión de estaciones de radio y
televisión públicas, privadas y comunitarias, y a bandas libres para la explotación de redes
inalámbricas.
4. El acceso y uso de todas las formas de comunicación visual, auditiva, sensorial y a otras
que permitan la inclusión de personas con discapacidad.
5. Integrar los espacios de participación previstos en la Constitución en el campo de la
comunicación.

Art. 17.- El Estado fomentará la pluralidad y la diversidad en la comunicación, y al efecto:


1. Garantizará la asignación, a través de métodos transparentes y en igualdad de
condiciones, de las frecuencias del espectro radioeléctrico, para la gestión de estaciones de
radio y televisión públicas, privadas y comunitarias, así como el acceso a bandas libres para
la explotación de redes inalámbricas, y precautelará que en su utilización prevalezca el
interés colectivo.
2. Facilitará la creación y el fortalecimiento de medios de comunicación públicos, privados
y comunitarios, así como el acceso universal a las tecnologías de información y
comunicación en especial para las personas y colectividades que carezcan de dicho acceso
o lo tengan de forma limitada.
3. No permitirá el oligopolio o monopolio, directo ni indirecto, de la propiedad de los medios
de comunicación y del uso de las frecuencias.

Art. 18.- Todas las personas, en forma individual o colectiva, tienen derecho a:
1. Buscar, recibir, intercambiar, producir y difundir información veraz, verificada, oportuna,
contextualizada, plural, sin censura previa acerca de los hechos, acontecimientos y procesos
de interés general, y con responsabilidad ulterior.
2. Acceder libremente a la información generada en entidades públicas, o en las privadas
que manejen fondos del Estado o realicen funciones públicas. No existirá reserva de
información excepto en los casos expresamente establecidos en la ley. En caso de violación
a los derechos humanos, ninguna entidad pública negará la información.

Art. 19.- La ley regulará la prevalencia de contenidos con fines informativos, educativos y
culturales en la programación de los medios de comunicación, y fomentará la creación de
espacios para la difusión de la producción nacional independiente.
Se prohíbe la emisión de publicidad que induzca a la violencia, la discriminación, el racismo,
la toxicomanía, el sexismo, la intolerancia religiosa o política y toda aquella que atente
contra los derechos.

Art. 66.- Se reconoce y garantizará a las personas:


6. El derecho a opinar y expresar su pensamiento libremente y en todas sus formas y
manifestaciones.
7. El derecho de toda persona agraviada por informaciones sin pruebas o inexactas,
emitidas por medios de comunicación social, a la correspondiente rectificación, réplica o
respuesta, en forma inmediata, obligatoria y gratuita, en el mismo espacio u horario.

24
Art. 76.- En todo proceso en el que se determinen derechos y obligaciones de cualquier
orden, se asegurará el derecho al debido proceso que incluirá las siguientes garantías
básicas:
1. Corresponde a toda autoridad administrativa o judicial, garantizar el cumplimiento de las
normas y los derechos de las partes.
3. Nadie podrá ser juzgado ni sancionado por un acto u omisión que, al momento de
cometerse, no esté tipificado en la ley como infracción penal, administrativa o de otra
naturaleza; ni se le aplicará una sanción no prevista por la Constitución o la ley. Sólo se
podrá juzgar a una persona ante un juez o autoridad competente y con observancia del
trámite propio de cada procedimiento.
6. La ley establecerá la debida proporcionalidad entre las infracciones y las sanciones
penales, administrativas o de otra naturaleza.

Art. 82.- El derecho a la seguridad jurídica se fundamenta en el respeto a la Constitución y


en la existencia de normas jurídicas previas, claras, públicas y aplicadas por las autoridades
competentes.

Art. 137.- El proyecto de ley será sometido a dos debates. La Presidenta o Presidente de la
Asamblea Nacional, dentro de los plazos que establezca la ley, ordenará que se distribuya
el proyecto a los miembros de la Asamblea y se difunda públicamente su extracto, y enviará
el proyecto a la comisión que corresponda, que iniciará su respectivo conocimiento y
trámite.
Las ciudadanas y los ciudadanos que tengan interés en la aprobación del proyecto de ley, o
que consideren que sus derechos puedan ser afectados por su expedición, podrán acudir
ante la comisión y exponer sus argumentos.
Aprobado el proyecto de ley, la Asamblea lo enviará a la Presidenta o Presidente de la
República para que lo sancione u objete de forma fundamentada. Sancionado el proyecto
de ley o de no haber objeciones dentro del plazo de treinta días posteriores a su recepción
por parte de la Presidenta o Presidente de la República, se promulgará la ley, y se publicará
en el Registro Oficial.

Art. 277.- Para la consecución del buen vivir, serán deberes generales del Estado:
4. Producir bienes, crear y mantener infraestructura y proveer servicios públicos.

Art. 314.- El Estado será responsable de la provisión de los servicios públicos de agua
potable y de riego, saneamiento, energía eléctrica, telecomunicaciones, vialidad,
infraestructuras portuarias y aeroportuarias, y los demás que determine la ley.
El Estado garantizará que los servicios públicos y su provisión respondan a los principios de
obligatoriedad, generalidad, uniformidad, eficiencia, responsabilidad, universalidad,
accesibilidad, regularidad, continuidad y calidad. El Estado dispondrá que los precios y
tarifas de los servicios públicos sean equitativos, y establecerá su control y regulación.

Art. 315.- El Estado constituirá empresas públicas para la gestión de sectores estratégicos,
la prestación de servicios públicos, el aprovechamiento sustentable de recursos naturales o

25
de bienes públicos y el desarrollo de otras actividades económicas.
Las empresas públicas estarán bajo la regulación y el control específico de los organismos
pertinentes, de acuerdo con la ley; funcionarán como sociedades de derecho público, con
personalidad jurídica, autonomía financiera, económica, administrativa y de gestión, con
altos parámetros de calidad y criterios empresariales, económicos, sociales y ambientales.
Los excedentes podrán destinarse a la inversión y reinversión en las mismas empresas o sus
subsidiarias, relacionadas o asociadas, de carácter público, en niveles que garanticen su
desarrollo. Los excedentes que no fueran invertidos o reinvertidos se transferirán al
Presupuesto General del Estado.
La ley definirá la participación de las empresas públicas en empresas mixtas en las que el
Estado siempre tendrá la mayoría accionaria, para la participación en la gestión de los
sectores estratégicos y la prestación de los servicios públicos.

Art. 424.- La Constitución es la norma suprema y prevalece sobre cualquier otra del
ordenamiento jurídico. Las normas y los actos del poder público deberán mantener
conformidad con las disposiciones constitucionales; en caso contrario carecerán de eficacia
jurídica.
La Constitución y los tratados internacionales de derechos humanos ratificados por el
Estado que reconozcan derechos más favorables a los contenidos en la Constitución,
prevalecerán sobre cualquier otra norma jurídica o acto del poder público.

IV.3. CONTROL DE CONVENCIONALIDAD.

La Convención Americana de Derechos Humanos prescribe, en su Art. 13, que


la libertad de pensamiento y expresión comprende la libertad de buscar,
recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin que pueda estar
sujeta a censura previa. Establece que la responsabilidad ulterior, fijada en la
ley, debe cumplir la exigencia de necesidad y estar fijada en la ley. Prohíbe
restricciones a esas libertades mediante el abuso de controles oficiales
encaminados a impedir la comunicación y circulación de ideas y opiniones.

La Corte Interamericana, por su parte, ha establecido, en sus líneas


jurisprudenciales (Véanse Bronstein v Perú, 2001, 147-149; Bustos v Chile,
2001, 65-68; Herrera Ulloa v Costa Rica, 2004, 132-133) que la libertad de
pensamiento y expresión es un derecho fundamental e inalienable del ser
humano y, esencial, primario y central en una sociedad democrática, con dos
dimensiones, una individual y otra colectiva. Ha reconocido que los medios de
comunicación desempeñan un papel determinante como vehículos para el

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ejercicio de la dimensión social de la libertad de expresión en una sociedad
democrática.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha establecido que el control


de convencionalidad está a disposición de los jueces nacionales, dentro de un
control de convencionalidad difuso. En sentencia resolvió lo siguiente: “…
cuando un Estado es Parte de un tratado internacional como la Convención
Americana, todos sus órganos, incluidos sus jueces, también están sometidos
a aquél, lo cual les obliga a velar porque los efectos de las disposiciones de la
Convención no se vean mermados por la aplicación de normas contrarias a su
objeto y fin y que desde un inicio carecen de efectos jurídicos. El Poder Judicial,
en tal sentido, está internacionalmente obligado a ejercer un ‘control de
convencionalidad’ ex oficio entre las normas internas y la Convención
Americana, evidentemente en el marco de sus respectivas competencias y de
las regulaciones procesales correspondientes. En esta tarea, el Poder Judicial
debe tener en cuenta no solamente el tratado, sino también la interpretación
que del mismo ha hecho la Corte Interamericana, intérprete última de la
Convención Americana …” (Véase Gómez Lund v Brasil, 24-11-2010, 176).

En virtud de lo expuesto, la Corte Constitucional no puede eludir la obligación


de verificar la consistencia de los artículos impugnados de la LOC, por el fondo,
frente a los parámetros del Art. 13 de la Convención Americana de Derechos
Humanos y de la jurisprudencia relevante de la CIDH.

El Art. 424 de la Constitución consagra la prevalencia de los tratados


internacionales de derechos humanos sobre las normas jurídicas nacionales.

IV.4. NORMAS CONSTITUCIONALES Y LEGALES SOBRE DEMANDA DE


INCONSTITUCIONALIDAD DE LEY.

La presente demanda de inconstitucionalidad se fundamenta en los artículos


424, 436: 2 y 3, y 439, de la Constitución y en los artículos 74, 75: c, 76: 6 y 7,
77, 78, 79, 113, 114, 117, 118, de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales
y Control Constitucional, así como en el Reglamento de Sustanciación de
Procesos de Competencia de la Corte Constitucional, publicado en el Registro
Oficial 127, del 10 de febrero de 2010, reformado mediante Resolución de la

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CC No. 002-2013-CC, publicada en el Registro Oficial No. 938, Suplemento, de
22 de abril de 2013.

V. MEDIDAS CAUTELARES: SUSPENSIÓN PROVISIONAL DE LAS


DISPOSICIONES DEMANDADAS POR RAZONES DE FONDO Y DE FORMA

Conforme lo establecen el Art. 79:6 de la LOGJCC y el Art. 3:7 del Reglamento


de Sustanciación de Procesos de Competencia de la Corte Constitucional,
solicito la suspensión provisional de las disposiciones demandadas como
inconstitucionales por el fondo y que se encuentran debidamente
singularizadas, especificadas y resaltadas en el Apartado III.2 de esta demanda.

Igualmente, solicito la suspensión provisional de las disposiciones


demandadas como inconstitucionales por la forma y que se encuentran
debidamente singularizadas en el Apartado III.1 de esta demanda.

Luego de ordenada la suspensión, se servirán, señores jueces, notificar tal


suspensión al Presidente de la República y a la Presidenta de la Asamblea
Nacional para que se abstengan de aplicar las normas impugnadas por razones
de fondo y de forma.

De acuerdo con lo establecido en los artículos 28 y 33 de la LOGJCC, las


medidas cautelares solicitadas serán ordenadas inmediatamente. Su vigencia
se mantendrá hasta que se resuelva la presente demanda de
inconstitucionalidad.

VII. PRETENSIÓN

VII.1 Con los antecedentes expuestos, demando la inconstitucionalidad por la


forma de los siguientes artículos y disposiciones transitorias, reformatorias y
derogatorias contenidas en la Ley Orgánica de Comunicación, publicada en el
Registro Oficial No. 022, Tercer Suplemento, de 25 de junio de 2013: 4, 6,
10:4:j) e inciso final, 18, 19, 20, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 43, 44, 47, 48, 49, 50, 53,
55, 56, 58, 71, 74, 76, 78, 79, 80, 81, 83, 84, 85, 88, 93, 94, 96, 97, 98, 110, 112;
las disposiciones transitorias primera, sexta, undécima, décima octava, décima
novena, vigésima, vigésima primera, vigésima segunda, vigésima tercera,
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vigésima cuarta; las disposiciones reformatorias cuarta, quinta y sexta; y, la
disposición derogatoria segunda.

VII.2 Además, demando la inconstitucionalidad por el fondo de los artículos 5,


10:4:j), 10 inciso final, 18 inciso primero, 22 incisos primero y cuarto, 26, 55
inciso primero, 56:1, 61, 63, 64, 71 inciso primero, 84 de la misma Ley Orgánica
de Comunicación, en las palabras, frases, párrafos e incisos, debidamente
singularizados, especificados y resaltados en el Apartado III.2 de la presente
demanda, sin perjuicio que ustedes, señores Jueces, determinen en sentencia
otras normas no impugnadas expresamente en esta demanda que también
sean inconstitucionales conforme lo dispone el Art. 436:3 y el Art. 76:9 de la
LOGJCC.

VIII. AUDIENCIA

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 87 de la LOGJCC, solicito ser


oído en audiencia pública.

IX. CASILLERO CONSTITUCIONAL Y NOTIFICACIONES

Las notificaciones que me correspondan las recibiré en el casillero


constitucional No. 224 y en los siguientes correos electrónicos:
lftorrest@gmail.com y etorrescobo@gmail.com

Autorizo al Ab. Esteban Torres Cobo, profesional en libre ejercicio, para que
patrocine esta demanda con las más amplias facultades.

X. PRUEBAS

De conformidad con el artículo 62 del Reglamento de Sustanciación de


Procesos de Competencia de la Corte Constitucional, al disponer la práctica de
pruebas, se servirán requerir de la Secretaría General de la Asamblea Nacional
los siguientes documentos, debidamente certificados:

X.1 Acta de la Sesión de la Asamblea Nacional de 14 de junio de 2013.


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X.2 Convocatoria a la Sesión del 14 de junio de 2013 de la Asamblea Nacional.

X.3 Texto de la Ley Orgánica de Comunicación adjuntado, el 12 de junio de


2013, a la Convocatoria para la Sesión del 14 de junio de 2013.

X.4 Texto de la Ley Orgánica de Comunicación enviado a los asambleístas el 13


de junio de 2013.

X.5 Oficio No. 019-MA-2013, de 14 de junio de 2013, ingresado a las 11:34


horas del 14 de junio de 2013, suscrito por el Ponente de la Ley.

X.6 Oficio No. 018-MA-2013, de 13 de junio de 2013, suscrito por el Ponente


de la Ley.

X.7 Oficio No. 015-MA-2013, de 13 de junio de 2013, suscrito por el Ponente


de la Ley.

X.8 Oficio No. 026-COEC-2012, de 18 de julio de 2012, suscrito por el Ponente


de la Ley, y que fue distribuido a los asambleístas, con la Convocatoria, el 12
de junio de 2013.

XI. DOCUMENTOS ADJUNTOS

XI.1 Copia de la cédula de ciudadanía y papeleta de votación del legitimado


activo.

XI.2 Copia del documento otorgado por el Consejo Nacional Electoral sobre la
elección como Asambleísta por la Provincia de Tungurahua.

Dr. Luis Fernando Torres Torres Ab. Esteban Torres Cobo


Mat. 17-2013-202

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