Es una disciplina científica especializada derivada de la psicología jurídica, la
cual, tiene como objeto de estudio el comportamiento individual y social de las personas en relación a las leyes establecidas por el estado y los hechos y actos que se desprenden de ellas. La psicología forense tiene principalmente una función probatoria colaborando con los jueces para deliberar y emitir un fallo relacionado con un proceso determinado. Existen psicólogos forenses tanto en el ámbito de lo familiar como en el de lo penal, realizan actividad pericial, evaluación, asesoramiento, investigación y tratamiento de prácticamente todos los componentes del mundo jurídico. Tanto la psicología jurídica como la psicología forense son ya asignaturas de programas de postgrado de diferentes institutos y universidades tanto de la parte jurídica como de la parte psicológica o criminológica. En una misión interdisciplinaria, junto con muchas otras ciencias, el derecho, la psicología jurídica, la sociología, la antropología, la genética, etcétera, tienen la misión de hacer del proceso de justicia un trabajo claro y verdaderamente equitativo avalado científicamente, esta es la nueva perspectiva de la impartición de justicia en muchos países desarrollados. Actualmente en la práctica de la actividad pericial en psicología forense, reconocemos en muchas ocasiones que los peritajes no se llevan a cabo con el cuidado científico necesario. Es necesario promover entre los abogados y entre los mismos psicólogos forenses un método serio con fundamentación teórica, observaciones, levantamiento de hipótesis, aplicación de pruebas y elaboración seria de las conclusiones, considerando la experiencia y capacitación que tienen como especialistas. Tales documentos probatorios definen la situación de vida de una persona o de una familia entera, es importante sensibilizar en este sentido a los abogados que muchas veces solo quieren terminar su tramitología para concluir el caso. Psicología criminal El estudio de la criminalidad humana es un fenómeno complejo, sobre el que diversas y diferentes ciencias han aportado sus conocimientos y teorías explicativas para poder lograr una mejor comprensión, evaluación y tratamiento de los delincuentes. Una de estas ciencias ha sido la psicología, y dentro de ésta, la psicología criminal (Nicolás Guardiola, 2006). La psicología criminal, aunque tiene un desarrollo reciente, ha pasado a convertirse en uno de los aspectos más populares que existen en la psicología recientemente (Howitt, 2006). Dependiendo de la orientación teórica de quiénes formulen una definición del concepto de psicología criminal, existen numerosas definiciones, ya que, la Psicología no es una ciencia compacta que incluya una sola teoría o aproximación en su estudio. Atendiendo a su origen etimológico, la psicología criminal podría entenderse como el estudio del alma del criminal, pero en este caso atendería a su personalidad (Nicolás Guardiola, 2006) Más concretamente, la psicología criminal puede definirse desde una perspectiva más amplia o más estrecha, y dependiendo de ésta, incluirá unos u otros aspectos. La definición estrecha sugeriría que la psicología criminal concierne a todos los aspectos de la psicología del ofensor, el problema que ésta presenta, es que parece que se centra solamente en el criminal, pero también debería incluir los aspectos psicológicos del hecho criminal acaecido, ya que la criminalidad no es una característica de los individuos que pueda ser separada del contexto social del crimen y del sistema de justicia criminal (Howitt, 2006). Por eso, se ha escogido una definición de esta disciplina que se consideraría que posee una perspectiva amplia. Otín del Castillo (2009, p.24) considera que la psicología criminal “es aquella rama de la psicología incardinada en la ciencia criminológica que se ocupa de estudiar y explicar la génesis del delito, la personalidad y motivaciones del delincuente y apoyar medidas para su prevención, control, tratamiento y reinserción”. Psicología comunitaria La Psicología Social Comunitaria es un ámbito de investigación de la psicología en el cual, el objeto de estudio son los colectivos y/o comunidades a partir de factores sociales y ambientales, a fin de realizar acciones orientadas al mejoramiento de las condiciones de vida de la gente a partir del fortalecimiento de su comunidad. La metodología que utiliza privilegia un enfoque territorial, participativo para quienes están involucrados en sus procesos de intervención, intentando generar cambios de largo plazo en los sistemas sociales en los que esos grupos están insertos. El uso de los términos psicología comunitaria (PC) y psicología social-comunitaria (PSC) suelen significar un mismo campo profesional, en particular el nombre psicología social- comunitaria tiene su origen en la necesidad de diferenciación disciplinar percibida por los grupos de profesionales psicólogos de Centro y Sudamérica a finales de los años setenta, en lo que comúnmente ha sido denominado Crisis de relevancia de la psicología social. Como bases fundamentales de esta propuesta es posible identificar el trabajo en terreno, aplicado sobre problemas concretos in situ (en el lugar de manifestación del fenómeno social), con un carácter participativo que permite involucrar a diversos actores en un contexto determinado resguardando el protagonismo de los sectores más vulnerables en la búsqueda de sus propias soluciones, este es seguramente el aspecto que hace de la psicología social un área de estudio de la psicología clínica. La psicología comunitaria ha tenido un amplio desarrollo en América Latina, lo cual tiene sus raíces en las reflexiones académicas y prácticas de la década del ochenta. Entre sus principales representantes se encuentra Maritza Montero, Irma Serrano-García, Gerardo Marín e Ignacio Martín-Baró (S.J.), entre muchos otros. Sus principales referentes son la educación popular, la investigación acción participante de Orlando Fals Borda Psicología industrial La psicología industrial es la rama de la psicología aplicada que estudia los métodos de selección, formación, consejo y supervisión de personal en el comercio y la industria, de cara a la eficacia en el trabajo. Se suele distinguir a la psicología industrial de la psicología organizacional por el estudio y preguntas a las diferentes maquinas y la ergo psicología (o diseño de máquinas y mobiliario que tengan en cuenta las capacidades del trabajador). Importantes estudios sobre trabajos, movimientos y fatiga fueron efectuados por los fisiólogos Coulomb y Marey en los siglos XVIII y XIX, respectivamente. Pero la moderna psicología industrial no podía comenzar hasta que la psicología general llegara a ser ciencia experimental; suceso que data de 1879, cuando Wilhelm Wundtfundó en la Universidad de Leipzig el primer laboratorio dedicado al estudio de la conducta humana.1 Las ideas fundamentales de Huarte de San Juan son las siguientes: los hombres difieren ampliamente en sus aptitudes y cualidades; las diversas profesiones y estudios exigen diferentes «ingenios»; es posible averiguar cuáles son estas exigencias y diagnosticar aquellas aptitudes; es necesario hacerlo para que «cada uno ejecute sólo aquel arte para el cual tenga talento natural y deje las demás, para que el carpintero no haga obra tocante al oficio del labrador, ni el tejedor del arquitecto, ni el jurisperito cure, ni el médico abogue».Estas ideas son hoy, de nuevo, la base de la psicología del trabajo. Desgraciadamente, fueron olvidadas o desatendidas durante varios siglos. El creciente desarrollo industrial de los siglos XVIII y XIX, impulsado por el progreso de las ciencias físicas, fue a menudo acompañado por la negligencia total el factor humano en el trabajo. Era éste considerado, casi exclusivamente, en su aspecto productivo, y aun de este aspecto sólo importaba el factor material e instrumental. La sociedad reaccionó, razonable o violentamente, contra esta situación. Diversos movimientos filosóficos, religiosos y políticos subrayaron el carácter personal y social del trabajo. La ciencia misma comenzó a aplicar sus métodos al estudio del trabajador y a descubrir que, incluso en el aspecto productivo, la consideración del factor humano es muy necesaria. PSICOLOGÍA INFANTIL
En el griego y en el latín encontramos el
origen etimológico de los dos vocablos que dan forma al término que ahora vamos a proceder a estudiar. En concreto el primero de aquellos, psicología, podemos determinar que emana del griego pues está conformado por la unión de psyche, que puede traducirse como “alma”, y de logia que es sinónimo de “el estudio de”. La psicología infantil se encarga del estudio del comportamiento del niño, desde su nacimiento hasta su adolescencia. De esta forma, esta rama de la psicología se centra en el desarrollo físico, motor, cognitivo, perceptivo, afectivo y social. Así es como los psicólogos infantiles llevan adelante métodos para prever y resolver los problemas en la salud mental de los niños. La psicología infantil atiende dos variables que pueden incidir en el desarrollo del niño: el factor ambiental, como la influencia de sus padres o de sus amigos, y el factor biológico, determinado por la genética. Una de las cuestiones fundamentales que se intenta transmitir a través de la citada psicología infantil es también la necesidad de que los padres reaccionen y sepan cuando acudir a la misma para poder ponerle solución al problema que tiene su hijo, sea del tipo que sea. En este sentido, se establece que hay una serie de parámetros que son los que le pueden indicar al padre o a la madre que ha llegado el momento de solicitar la ayuda de especialistas.