Cuentos en verso para nifios perversos
‘aulor Roald Dahl
0472008
Escritor nacido en Gales el 13 de Septiembre de 1916, murié en Inglaterra el 23 de Noviembre de 1990. Al dejar el
colegio, consiguié un empleo en la compariia Shell, porque estaba seguro que lo envierian al exterior. ¥ asi fue. Fue
enviado a Africa donde encontré las aventuras que deseaba: calor, cocodilos, viboras y safaris. Vivi6 en la jungla y suftio
‘malaria. Cuando estallé la Segunda Guerra Mundial viajé a Nairobi y se unié a la Real Fuerza Aérea. Fue piloto de guerra;
derribaba aviones alemanes y él también fue derribado. Luego de 6 meses en el hospital, volvi6 a volar. En 1942 fue a
Washington donde comenzé a escribir sus cuentos. En 1943 publicé su primer libro infantil con Walt Disney, Los
sgrendelines, y en 1945 aparecié su primer libro de historias oortas en Estados Unidos. Sus libros estén hechos de
fantasia y sobre todo de mucha imaginaci6n. Siempre son un poquito crueles, pero siempre con humor, una mezcla entre
lo cémico y lo grotesco. Recibié numerosos premios, como el "Edgar Allan Poe Award".
Presentamos en esta edicién 3 cuentos del libro “Cuentos en verso para nitios perversos” (Revolting rhymes).
LACENICIENTA,
“iSi ya nos la sabemos de memori
diréis. Y, sin embargo, de esta historia
tenéis una version falsificada,
rosada, tonta, cursi, azucarada,
{que alguien con la mollera un poco rancia
cconsideré mejor para la infancia..
Elio se organiza en el momento
‘on que las Hermanastras de este cuento
se marchan a Palacio y la pequefia
se queda en la bodega a parti lefia.
Alli, entre los ratones llora y grita,
golpea la pared, se desgatita:
*;Quiero salir de aqui! jMelditas brujas!
ii0s arrancaré el mofio por granujas!!",
'Y asi hasta que por fin asoma el Hada
por el encierro en el que esta su ahijada,
{Qué puedo hacer por ti, Ceny querida?
2Por qué gritas asi? ¢Tan mala vida
te dan esas lechuzas?*. “Frita estoy
porque ellas van al baile y yo no voy!".
La chica patalea furibunda
“iPues yo también iré a esa fiesta inmundal
{Quiero un traje de noche, un paje, un coche,
Zapatos de charol, sortija, broche,
pendientes de coral, pantys de seda
aromas de Paris para que pueda
enamorar al Principe en seguida
con mi belleza fina y distinguidal".
Y dicho y hecho, al punto Cenicienta,
en menos tiempo del que aqui se cuenta,
se personé en Palacio, en plena disco,
dejando a sus rivales hechas cisco.
Con Ceny bailé el Principe rocks miles
tomandola en sus brazos varoniles
y ella se le abrazé con tal vigor
{que all perdié su Alteza su valor,
mientras la miré no fue posible
{que le dijera cosa inteligible.
Al dar las doce Ceny pensd: "Nena,
‘como no corras la hemos hecho buena’, @®
a aa
a RT Tes BS NSyeel Principe grité: "iNo me abandones!",
‘mientras se le agarrabe a los rifones,
y ella tirando y é! hecho un pelmazo
hasta que el traje Se hizo mil pedazos.
Lapobre se escapé medio en camisa,
‘pero perdié un zapato con la prisa.
‘Principe, embobado, fo tome
y ante la Corte entera deciaré:
"La duefia del pie que entre en el zapato
serd mi duice esposa, o yo me mato!.
Después, como era un poco despistado,
dejé en una bandeja el chanclo amado.
Una Hermanastra dijo: "Esta es la miat",
y, en vista de que nadie la veia,
esos el zapato, fo tir al retrete
y lo escamoted en un periquete.
En su lugar, disimuladamente,
dej6 su zapaila malolente.
En cuanto salié el Sol, salié su Alteza
por la oludad con toda ligereza
‘en busca de la duefia de la prenda,
De casa en casa fue, de tienda en tienda,
e hicieron cola muchas damiselas
sin resultado. Aquelia vil chinela,
incémoda, pestifera y chotuna,
no le sentaba bien a dama alguna.
Asi hasta que fue el turno de la casa
de Cenicienta... Pasa, Alteza, pasa!”,
dijeron las perversas Hermanastras
y, tras guiffar un ojo a la Madrastra,
se puso la de mas cara de cerdo
su propia zapatilla en el pie izquierdo.
EI Principe dio un grito, horrorizado,
pero ella grit més: "|Ha entraco! jHa entrado!
{Seré tu dulce esposal®. “{Un cuemo frito!.
*\Has dado tu palabra. Principito,
precioso mio! "gi? -rugié su Alteza.
—~jOrdeno que le corten la cabezal".
Se la cortaron de un tinioo tajo
y el Principe se dijo: "Buen trabajo.
‘Asi no esta tan fea. De inmes
grité a otra Hermanastra: "{Mi zapato!
{Dejad que me lo pruebel”. "iPrusba esto!”
bramé su Alteza Real con muy mal gesto
yy, echando mano de su real espada,
la descocé de una estocada;
cay6 la cabezota en la moqueta,
dio un par de botes y se quedé
quieta..
En la cocina Cenicienta estaba
quitandoles las vainas a unas habas
‘cuando escuché los botes, -pam, pam, pam-
del coco de su hermana en el zaguan,
asi que se asomé desde la puerta
Yy pregunts: "z Tan pronto y ya despierta’
EI Principe dio un salto: "jOtro met
ya Ceny le dio un vuelco el corazon.
*iCaray! -pens6-. {Qué barbara es su alteza!
‘con ese yo me juego la cabeza.
{Pero si esta completamente loco!”
Y cuando grité el Principe: "iEse coco!
{Cortédselo ahora mismof”, en la cocina
brillé fa vara de! Hada Madrina.
a aE ae it"iPideme fo que quieras, Cenicienta,
ue tus deseos corren de mi cuenta!"
[Hada Madrina, -suplicé la ahijada-,
no quiero ya ni principes ni nada
que pueda parecérseles! Ya he sido
Princesa por un dia. Ahora te pido
quizé algo més dificil @ infreouente:
‘un compafiero honrado y buena gente.
zPodras encontrar uno para mi,
Madrina amada? Yo lo quiero asi...
'Y en menos tiempo del que aqui se cuenta
se descubrié de pronto Cenicienta
a salvo de su Principe y casada
‘con un sefior que hacia mermelada.
Y,, como fueron ambos muy felices,
‘nos dieron con el tarro en las narices.
CAPERUCITA ROJA Y ELLOBO
Estando una mafiana haciendo el bobo
le entré un hambre espantosa al Seftor Lobo,
asi que, para echarse algo a la muela,
se fue corriendo a casa de la Abuela.
"{Puedo pasar, Sefiora?”, pregunto.
La pobre anciana, al verlo, se asusto
pensando: "iEste me come de un bocado!”.
Y, claro, no se habia equivocado:
se conwirtié la Abuela en alimento
‘en menos tiempo del que aqui te cuento.
Lo malo es que era flaca y tan huesuda
‘que al Lobo no le fue de gran ayuda:
*Sigo teniendo un hambre aterradora..
{Tendré que merendarme otra seftora!
YY, al1no encontrar ninguna en la nevera,
‘grufié con impaciencia aquella fiera:
*iEsperaré sentado hasta que vuelva
Caperucita Roja de la Selva!"
-que asi llamaba al Bosque la alimafia,
creyéndose en Brasil y no en Esparia-.
YY porque no se viera su fiereza,
se distrazé de abuela con presteza,
se dio laca en ias ufias y en el pelo,
se puso la gran falda gris de vuslo,
zapatos, sombrerito, una chaquela
y.s0 sonto on espera de la niota.
LLlegé por fin Caperu a mediodia
y dijo: "zCémo estés, abuela mia?
Por cierto, ime impresionan tus orejas'”.
“Para mejor oirte, que las viejas
‘somos un poco sordas”. “/Abuelita,
‘qué ojos tan grandes tienes!" “Claro, hija,
‘son las lentiias nuevas que me ha puesto
para que pueda verte Don Emesto
<1 oculista", dijo el animal
miréndola con gesto angelical
mientras se le ocurria que la chica
iba a saberle mil veces més rica
‘que el rancho precedente. De repente
Caperucita dijo: "iQué imponente
abrigo de pie! tlevas este invierno!”.
El Lobo, estupefacto, dijo: "iUn cuerno!
e SS RE
Sea OTOno sabes el cuento 0 td me mientes:
iAhora te toca hablarme de mis dientes!
{Me estas tomando el pelo...? Oye, mocosa,
te comeré ahora mismo y a otra cosa’.
Pero ella se senté en un canapé
Ye $ac6 un revélver del corsé,
‘con calma apunté bien a la cabeza
y--ipam!- alli cay6 la buena pieza.
‘Al poco tiempo vi a Caperucita
cruzando por el Bosque... ;Pobrecital
2 Sabéis lo que levaba la infeliz?
Pues nada menos que un sobrepelliz
que a mi me pareci6 de piel de un fobo:
ue estuvo una mafiana haciendo el bobo.
LOS TRES CERDITOS
El animal mejor que yo recuerdo
es, con mucho y sin duda alguna, el cerdo.
El cerdo es bestia lista, es bestia amable,
es bestia noble, hermosa y agradable.
Mas, como en toda regia hay excepcion,
también hay algin cerdo tontorrén.
Digame usted sino: ,qué pensaria
si, paseando por el Bosque un dia,
topara con un cerdo que trabala
haciéndose una gran casa... de paja?
E1 Lobo, que esto vio, pens6: “Ese idiota
debe estar fatal de la pelota.
*\Cerdito, por favor, déjame entrar”.
"jAy no, que eres el Lobo, eso ni hablar!".
*|Pues soplaré con mas fuerza que el viento
y aplastaré tu casa en un momentol".
Y por mas que rez6 la criatura
ce! lobo destruyé su arquitectura.
"Qué afortunado soy! -pensé el bribén-
{Veo la vida de color jamén!".
Porque de aquel cerdito, al fin y al cabo,
ni se salvé el hogar ni quedé el rabo.
El Lobo siguié dando su paseo,
pero un rato después grit: "ZQué veo?
Otro lechén adicto al bricolaje
haciéndose una casa... de rameje!
|Cerdito, por favor, déjame entrar".
{Ay no, que eres e! Lobo, eso ni hablar.
*jPues soplaré con més fuerza que el viento
y aplastaré tu casa en un momento!
Farfull6 el Lobo: “iYa verds, lech6n!
y se lanzé a soplar como un tifon.
Et cerdo grito: “iNo hace tanto rato
‘que te has deseyunado! Hagamos un trato..."
El Lobo dijo: “jHards lo que yo digal”.
Y pronto estuvo el cerdo en su barriga.
“No ha sido mal almuerzo el que hemos hecho,
pero atin no estoy del todo satisfecho
se dijo el Lobo-. No me importaria
comerme otro cachino @ mediodia".
‘De modo que, con paso subrepticio,
la fiera se acercé hasta otro edificio
‘en cuyo comedor otro marrano
Ee SSO CTT RTS
SRS TS RA OR TEtrataba de ocultarse del viiano.
La diferencia estaba en que el tercero,
de los tres era el menos majadero
Y que, por si las moscas, el muy pillo
‘se habia hecho la casa... ide ladril
"Conmigo no podras!", exoiamé el cerdo.
*jTa dobos de pensar que yo soy lerdo!
-le dijo el Lobo-. |No habré quien impida
que tumbe de un soplido tu guaridal”.
"Nunca podré soplar lo suficiente
para arruinar mansi6n tan resistente",
le contest6 el cochino con razén,
pues resistio la casa el ventarrén.
"Sino la puedo hacer volar soplando,
la volaré con pétvora... y andando",
dijo la bestia, y ol lechén sagaz
que aquello oy6, chilé: “iSerés capaz!”
y,lleno de zozobra y de congoja,
un niimero marod: "2 Familia Roja?”.
“iAW6! 2Quién lama? -e contesté ella~.
iGuarrete! Como estés? Yo aqui, tan bella
‘como acostumbro, zy ti?". "Caperu, escucha.
Ven aqui en cuanto salgas de la ducha’.
“Qué pasa, pregunt Capeucia.
"Que el Lobo quiore darme
y-como ti de Lobos sabes aaa
quizé puedas defarie sin cartuchos".
\Querido marranin, porquete guapo!
Estaba proyectando ime de trapos,
asi que, aunque me da cierta pereza,
iré en cuanto me seque la cabeza".
Poco después Caperu atravesaba
el Bosque de este cuento. EI Lobo estaba
cen medio del camino, con los dientes
brillando cual pufiales relucientes,
Jos ojos como brasas encendidas,
todo él lleno de impulsos homicidas.
Pero Caperuecita, -ahora de pie~
volvié a sacarse el arma del corsé
yyalcanz6 al Lobo en punto tan vital
que fa lesion le resulté fatal.
El cerdo, que observaba ojo avizor,
gti: “|Caperucita es la mejor”
Ay, puerco ingenuo! Tu pecado fue
fiarte de la chica del corsé.
Porque Capent luce bitimamente
1no sélo dos pellizas imponentes
de Lobo, sino un maletin de mano
hecho con la mejor... jpiel de marrano!
a ent FETE TT
See TNA BOT