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Josué David Andrade Mina

Literatura y su efecto estético.

“Creo que la literatura tiene algo más que hacer que divertir: debe tener

razón” Max Aub.

El tema que hoy ocupa nuestra atención en el presente ensayo es la sensibilidad de la

ciencia de la belleza (la estética) en la palabra escrita, cuyo valor radica en despertar en

nosotros la percepción de lo bello. Por tanto, cabe preguntarnos ¿El autor utiliza la belleza

estética en la literatura con un fin meramente estético o también reflexivo? La belleza

estética es una herramienta que utiliza el autor para captar la atención del lector, más no

como fin único de la literatura. En base a la obra La mujer justa, escrita por el autor Sándor

Márai, evaluaremos el efecto estético en la literatura, abordando este ensayo desde una

perspectiva biológica y literaria.

La literatura comunica la belleza mediante la palabra, haciendo aparecer en el lector el

disfrute y la sensibilización de la lectura, llevándolo a interiorizar cada palabra y descubrir

en él experiencias personales que le permiten meditar a través de las impresiones del autor

sobre su propia realidad; por lo tanto, la literatura pasa de tener un fin netamente estético a

un fin reflexivo, tomando en cuenta que en principio la belleza estética es la principal


estrategia del autor para llamar la atención de su obra para finalmente convocarlo a realizar

pausas reflexivas.

Es de esta manera como observamos en la obra La mujer justa, a través de uno de sus

protagonistas, Peter, una invitación del autor a la reflexión de conceptos trascendentales

como la soledad, la cultura, la relación entre seres humanos, e incluso el sentido de la vida,

haciendo uso de la metáfora para comunicar sus ideas; tal como lo señala Márai por

intermedio del protagonista:

El amor es un egoísmo sin control. y continua No sé si hay muchos seres que sean

capaces de soportar la tiranía del amor sin sufrir heridas mortales. La mayoría de la

gente no puede dar ni recibir amor porque es cobarde y orgullosa, porque tiene

miedo al fracaso. Le da vergüenza entregarse a otra persona y más aún rendirse a

ella porque teme que descubra su secreto... el triste secreto de cada ser humano: que

necesita mucha ternura, que no puede vivir sin amor. (2005, p.105)

Como naturaleza humana, la empatía es uno de los sentimientos que se despierta mientras

nos conectamos con la lectura, permitiéndonos ir al trasfondo de la obra y entender, además

de compartir, si es el caso, las ideas que plasma el autor en la obra. A su vez, esto hace que

el cerebro se ejercite, como afirma (Stanislas,2014, como se citó en Ramírez,2016)

El léxico mental que se almacena en las neuronas va ampliándose y fortaleciéndose

por la lectura y por la información que llega a través de nuestros sentidos; entre más

variados, frecuentes y con mayor grado de dificultad sean los que contenidos, las

funciones neuronales se activan constantemente y ese léxico se acrecentará y tendrá


más y diversos recursos para los procesos involucrados en el descifrado y

significado.

De esta forma, una vez culminada la lectura de una obra en general o de esta novela La

mujer justa en particular, ésta deja una huella neuronal en nuestro cerebro. La conexión con

la novela perdurará varios días después de haberla terminado. Si el libro ha sido de nuestro

agrado, ha marcado una especie de impronta literaria en nuestra red neuronal a través de la

interiorización de la lectura más allá de su estética, observando en el lector hacer pausas

reflexivas de lo asimilado.

Sin embargo, todas las sensaciones y pasiones que se despiertan en el lector frente a esta

obra configuran una experiencia estética. Este tipo de experiencias denotan la conexión que

puede establecerse entre la obra y el lector, cuando da paso a la experimentación de

felicidad, añoranza, creatividad, etcétera; en otras palabras, la experiencia estética es el

elemento fundamental en la literatura que capta la atención del lector mediante el

afloramiento de emociones. Si la literatura no provoca una experiencia estética, no ofrece al

lector la oportunidad de vivir experiencias que lo conecten a la lectura.

En conclusión, detrás de cada atributo estético que posee una obra en general y esta novela,

La mujer justa, en particular, siempre estará aguardando una narrativa que trascienda su

agrado estético, como eje catalizador utilizado por el autor, hasta llegar al contacto íntimo

con el lector, a través del autorreflexión de los conceptos expuestos dentro de la obra.

Además, la belleza estética en la literatura no se limita a atraer al enriquecimiento del

pensamiento crítico reflexivo, sino también desarrollará en el lector, como consecuencia

propia, un fortalecimiento en la capacidad neuronal aumentando su plasticidad cerebral; es


decir, su capacidad para alterar sus propiedades biológicas, químicas y físicas, haciendo de

la literatura una experiencia enriquecedora tanto física como intelectual.

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