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Se utilizaba una nueva técnica pedagógica por la cual los alumnos más avanzados
enseñaban a sus compañeros.
Un solo maestro podía enseñar de 200 hasta 10000 alumnos, con los que bajaba el costo
de la educación.
Las asignaturas que se impartían eran: escritura, lectura, aritmética y además se les
enseñaba doctrina Cristiana.
Desde la entrada del niño a la escuela hasta su salida por la tarde, sus actividades
estaban controladas por una serie de requisitos, ordenes, premios y castigos.
Un día común en una escuela Lancasteriana era de 6 o 7 horas de clase, con un
descanso de dos horas al medio día para comer en casa.
Al entrar a la escuela en la mañana, el niño se formaba en línea con sus compañeros de
clase para la inspección de: cara, manos y uñas, su ropa debía estar limpia, sus zapatos
o pies sin lodo.
Horario de la mayor parte de las escuelas era de 8:00 a 12:00 y de 2:00 a 5:00 o sea 7
horas de clases.
MÉTODO MUTUO.
La enseñanza mutua fue practicada por algunos maestros particulares y en las
escuelas gratuitas de algunos conventos. Pero la compañía lancasteriana fue la que ganó
para el método de atención y el apoyo de gobierno el público, e impulsó el
establecimiento de escuelas de enseñanza mutua en toda la nación.
Cada grupo de 10 niños tenía su monitor que, de acuerdo con un horario, enseñaban las
lecciones de escrituras, lectura aritmética y doctrina cristiana.
Escuelas Lancasterianas:
e) Maestros distinguidos:
· Manuel Cordoniu. Periodista editor del periódico "El Sol" lanzó la idea de organizar toda
la enseñanza.
· Andrés González Millán: Maestro de escuela que pronunció un discurso notable titulado:
"Educación Pública Mexicana".
· Ignacio Rivoll: autor del Reglamento de la escuela Filantropía. Adaptador del sistema
Lancasteriano.
1° Todo método debe, en lo posible, empezar por los signos que más aproximadamente
representan al pensamiento.
2° En todo método debe enseñarse a un tiempo, el arte de leer y el de escribir.
3° Ninguna letra, excepto las vocales, debe llevar nombre alguno, mientras se enseña.
4° En todo método deben subrayarse, del modo posible, las irregularidades y
excepciones de los alfabetos.
La escuela lancasteriana, en especial la formadora de maestros, abrió sus puertas en Monterrey el
22 de mayo de 1845. La dirección fue encargada al Profr. Antonio Tamez Martínez, con un sueldo
de 50 pesos mensuales. Esta escuela expidió algunos títulos para ejercer la profesión docente, en
especial tituló a los primeros maestros del Estado: Manuel Cantú, Pomposo Cisneros y Rafael S
Lechón.