Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
MIRADAS Y REFLEXIONES
VALENTÍN FÉLIX SALAZAR
SOBRE FORMACIÓN DOCENTE EFRÉN VIRAMONTES ANAYA
Tesorero de la Red Nacional de Forma- Presidente de la Red Nacional de Forma-
ción Docente, ( ). Doctor en
Educación. Académico de tiempo com-
Evaluación, lenguaje y valores ción Docente, ( ). Doctor en
Ciencias de la educación. Docente inves-
pleto de la Escuela Normal de Sinaloa. tigador de tiempo completo de la Escuela
Miembro del Sistema Nacional de Investi- Normal Rural Ricardo Flores Magón, de
laura_bza@hotmail.com
miradas y reflexiones sobre
formación docente
Editor:
red nacional de formación docente, ac
Coeditores:
Cuerpos Académicos Formación Docente en la Enseñanza y Aprendizaje del Lenguaje y
Formación Ética del Profesorado, de la Escuela Normal Rural Ricardo Flores Magón. Saucillo,
Chihuahua.
isbn: 978-607-8371-87-7
red nacional de formación docente
Edición: Textus Editorial. Blvd. de Las Américas 3663, Colonia Lomas del Sol Premier, Culiacán,
Sinaloa, México. cp 88016. Clave de Registro Federal de Contribuyentes: BALS5702034A5.
Teléfono: 0446673030381
Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su
incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio
(electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización por escrito de los titulares del
copyright. La infracción de esos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.
Coordinadores
contenido
presentación
Laurencia Barraza Barraza
Isidro Barraza Soto................................................................................................ 9
introducción
Laurencia Barraza Barraza / Isidro Barraza Soto.......................................................... 13
Los programas educativos para los profesionales de la educación están diseñados bajo
estructuraciones fundamentadas en los enfoques de la formación docente. El diseño
de estos programas están formados por elementos prescriptivos que no siempre están
lo suficientemente claros para quienes ponen en marcha el último nivel de concreción
de los mismos, es decir, los docentes de las escuelas normales o de las instituciones
formadoras de profesionales de la educación. Esto es sólo una parte de la problemática
en los procesos de formación docente de México y el mundo.
Los procesos de actualización que se desarrollan después de la implementación de
nuevas propuestas curriculares por lo general no cubren las expectativas ni las exigen-
cias en las instituciones dedicadas a la formación docente para el desarrollo de los
programas educativos.
La problemática se identifica desde la diversidad de perfiles de los docentes, la in-
corporación de personal de nuevo ingreso y la imposibilidad de asistir a cursos de
actualización por tener empleos en otros niveles educativos, entre otros. Todo esto
forma parte de la diversidad compleja de condiciones de las escuelas formadoras de
docentes y de las limitaciones del personal académico, situación que abona a la pro-
blemática de la comprensión y aplicación de los programas educativos, en los térmi-
nos en que se diseñaron.
Lo anterior coincide y fortalece la idea de De Lella (2003), cuando señala que «las
políticas, programas y experiencias de formación docente, incluyendo la educación de
jóvenes y adultos, suponen modelos, por lo regular implícitos» (p.20). Esto sitúa la
discusión de los enfoques de formación docente en que aunque los planteamientos que
fundamentan teóricamente los programas educativos sean claros y se comprendan, las
formas en que se desarrolla en la práctica no concuerdan con lo que se prescribe. Es
1
Integrantes del Cuerpo Académico Formación docente en enseñanza y aprendizaje del lenguaje, de la Es-
cuela Normal Rural Ricardo Flores Magón. Saucillo, Chihuahua, México.
21
22
decir, hay procesos reales no coincidentes con los enfoques originales del diseño
curricular.
Por eso se identifica, a partir de lo expuesto, que es necesario tener en claro cuáles
son las perspectivas teóricas de formación docente en la literatura científica, cuáles los
enfoques que subyacen a los programas educativos y cuáles los implícitos que se desa-
rrollan bajo la implementación de esos programas en el tercer nivel de concreción
(Coll, 1987), que corresponde a su implementación en el aula de las escuelas normales
de México.
En este documento se plantea sólo el inicio de la atención a la problemática desde el
análisis de las perspectivas y enfoques en la literatura de los académicos iberoamerica-
nos, principalmente. No pretende atender lo que corresponde al trabajo de campo.
La formación docente es conceptualizada por algunos especialistas, como Ferry
(1990), Vezub (2007), Feo (2011) y Ducoing (2013), partiendo de lo que significa forma-
ción y docente por separado. Sin embargo, para este análisis no se estima relevante des-
glosar los términos y explicarlos con independencia uno del otro, ya que la formación
docente es una expresión que encierra un significado en su conjunto, que no requiere
de la separación de términos para lograr mejor comprensión. No obstante, se acudirá
a lo que aportan los especialistas mencionados para precisar las ideas de quienes han
profundizado en este objeto de estudio.
La formación docente se considerará como el proceso en que los estudiantes reali-
zan, consciente o inconscientemente, para cubrir las necesidades de estructuración
como profesionales de la educación, habilitados fundamentalmente para la actividad
de la enseñanza.
En la formación inicial en las escuelas normales, este proceso se desarrolla con el
acompañamiento de profesores y compañeros estudiantes y en el transcurso de su
desarrollo formativo van incorporando los elementos necesarios para autoestructu-
rarse con el perfil profesional básico para el ejercicio de la docencia.
En los docentes en servicio, el proceso formativo se desarrolla sólo o con el
acompañamiento de sus colegas, con los cuales puede interactuar para analizar y
reflexionar sobre los elementos que le nutrirán su formación, que se hace de mane-
ra inexorable, con o sin conciencia de ello.
Ferry (1990) inicia de manera adecuada el debate de los modelos de formación docen-
te, en el sentido de trascender las clasificaciones dicotómicas; implica concebir el pro-
ceso formativo de manera más compleja en la que se perciben dos formas antagónicas
23
■■ El modelo de adquisiciones académicas, explicados por Ferry (1990) y por Pérez Gómez
(1996), en el sentido de la tendencia hacia el predominio de la formación basada en los
contenidos disciplinares
■■ El modelo de la eficacia social o técnica, basado en la racionalidad técnica y en el desarro-
llo de competencias, derivadas del conocimiento científico en el campo de la educación,
para ser aprendido y aplicado por los maestros en formación.
■■ El modelo naturista, derivado de las aportaciones de la psicología y la epistemología evo-
lutiva del desarrollo y el aprendizaje, inspirados por Piaget, Decroly, Montessori, Stanley
y otros.
■■ El modelo centrado en el proceso, abordado y explicado, interpretando a Ferry (1990) en
este mismo documento.
■■ El modelo crítico, que implica procesos formativos autogestivos, que en su implementa-
ción transforma lo que está propuesto curricularmente de manera prescrita y extrínseca.
En este modelo, la reflexión es el vehículo o instrumento de formación más importante,
ya que establece un andamio entre la teoría y la práctica de manera articulada, no prede-
terminada en ningún sentido. Su descripción está centrada más en el ámbito pedagógico
que en el sociológico.
■■ El modelo de reconstrucción social, que tiene su inspiración en propuestas críticas trans-
formadoras en el ámbito social (Dewey, Kilpatrik, McLaren, Giroux).
La tesis central de Loya (2010) es que los modelos pedagógicos permean los mo-
delos, enfoques y tendencias de la formación docente, aduciendo que, con base en los
primeros, se establecen los planteamientos curriculares con los cuales los docentes
son formados en el ámbito de la educación formal. Estas propuestas teóricas plantea-
das de manera abstracta, prescritas en los ámbitos oficiales, conviven en los procesos
formativos concretos que, finalmente, son los que dan cuenta de lo que en realidad se
desarrolla en la práctica.
Una observación constructiva a estas aportaciones es la consideración de que los
modelos pedagógicos inciden en la estructuración de los enfoques de la formación
docente, pero no son los únicos referentes que deben considerar para definir y estruc-
turar la esencia de los mismos. Es decir, hay otros componentes más determinantes
que dan sentido a los enfoques, como el componente epistemológico, principalmente,
el social, el filosófico y el político, entre otros.
Lo anterior lleva a pensar hasta dónde las modas teóricas de la pedagogía influyen
o han influido las propuestas de formación docente planteados en lo abstracto en los
planteamientos curriculares y desarrollados en concreto por las prácticas formativas
de las escuelas normales (o instituciones, para la formación docente inicial) y de los
procesos de autoformación sobre el ejercicio docente.
Esta problemática, abordada en otra investigación relacionada con la formación
docente, es la que presenta Rojas (2011), quien concluye que
los planes para la formación de los docentes van siempre a la zaga de las reformas educa-
tivas internacionales; más aún, argumentamos que la articulación entre la definición de
la educación básica obligatoria, la población que debería alcanzarla y la formación de los
profesores necesarios para atenderla refleja un desfase constante, en donde la especifici-
dad del conocimiento profesional es la que parece perderse siempre en este «juego de
tensiones» (p.7).
En general, se expresa que hay gran debilidad en los saberes docentes de los profe-
sionales de la educación, formados en las aulas de las escuelas normales y universida-
des del país, así como desvinculación entre la formación recibida formalmente en las
instituciones con las necesidades que la práctica docente realizada y mediada por las
30
Son temas que emergen de los avances de investigaciones más recientes y que por la
ontología o naturaleza de la línea disciplinar en la que están contribuyendo pueden
partir de un marco general y compartido que implique una perspectiva, enfoque o
modelo que, posteriormente, al adentrase en el planteamiento de su campo particular
disciplinar, implique la necesidad de realizar especificaciones ad hoc a los plantea-
mientos paradigmáticos de la formación docente especializada en alguna rama de las
ciencias de la educación.
En otras palabras, se considera que para construir un planteamiento específico de
la formación docente, se tiene primero que determinar el piso teórico, epistemológi-
co, sociológico y ético de esa perspectiva, enfoque o modelo general del campo de la
formación docente, sin importar el ámbito temático o disciplinar al que se vaya a
impactar.
33
Modelo Tradicional
Ferry (1990)
Modelo Nueva Pedagogía
continúa tabla 1
El Modelo Práctico-Artesanal
El Modelo Academicista
Davini (1995)
El Modelo Tecnicista-Eficientista
El Modelo Hermenéutico-Reflexivo
Perspectiva Proceso-Producto
Díaz Barriga y Rigo (2000) Perspectiva del Mediador
Perspectiva Crítico Reflexiva
El Modelo Práctico-Artesanal
El Modelo Academicista
De Lella (2003)
El Modelo Tecnicista-Eficientista
El Modelo Hermenéutico-Reflexivo
El Modelo Causa-Efecto
El Modelo Deductivo-Aplicacionista
Vezub (2007)
El Modelo Investigación-Acción
El Modelo Formación Del Prácticum
Modelos Modernistas
Figueroa (2009)
Modelos Transmodernistas
Tendencia Racionalista
Loya (2010) Tendencia Desarrollista
Tendencia Crítica
■■ Teoría
■■ Práctica
■■ Relación teoría-práctica
■■ Proceso extrínseco
■■ Proceso intrínseco
■■ Transformación de la práctica
■■ Reconstrucción social
■■ Disciplinas o contenidos
■■ Análisis de la práctica
■■ Reflexión de la práctica
■■ Modelos pedagógicos que les subyacen
Entender la esencia de los enfoques de formación docente vuelve más claro el dise-
ño de planteamientos curriculares, contribuye a realizar proyectos de autoformación
más adecuados, facilita el análisis de los programas educativos en las instituciones
formadoras y actualizadoras de docentes; sirve de directriz a los docentes formadores
de formadores para concretar un desarrollo curricular más adecuado al diseño origi-
nal y hacer ajustes al contexto y a las necesidades de los que se forman en la docencia.
La formación docente en las escuelas normales de México se está implementando
mediante programas todavía en construcción y está en desarrollo un proceso de con-
sulta nacional para reestructurar el sistema de la educación normal. Estas acciones
pertenecen a la formación inicial de maestros, principalmente para atender los niveles
educativos de educación básica. En este caso, las propuestas curriculares no contie-
nen enfoques en los que se parta de la práctica para usarla reflexivamente como ele-
mento central del proceso formativo. Aunque sí pretenden realizar un análisis de la
práctica, ésta por lo general no se hace de manera crítica, comprensiva, reconstructiva
o hermenéutica.
Parece muy complejo que en la formación docente inicial se desarrollen enfoques
formativos que tengan como referente central su práctica y reflexión. En las escuelas
normales se percibe como obligado por las circunstancias operar enfoques técnicos de
procesos teoría, práctica y reflexión. Es difícil implementar modelos críticos, de trans-
formación social, o los que partan de la práctica.
36
Tal vez el nombre de un modelo o enfoque de formación docente no sea tan importante
como la claridad de su planteamiento. En este apartado nos concentramos en estable-
cerlo y caracterizarlo con el objeto de que este fragmento se convierta en la propuesta
derivada del análisis hecho con antelación y promueva un planteamiento futuro más
completo. El propósito ahora es tener la claridad para llegar a caracterizar un modelo
y enfoque de formación docente que pudiera ser una alternativa interesante para la
fundamentación de planes de estudio de las escuelas normales de México.
El modelo de formación docente propuesto (figura 1) se denomina hermenéutico
con enfoque crítico-reconstructivo, derivado de los planteamientos de Schön (1987), en
el ámbito de la reflexión; en Elliot (2000), en lo que corresponde a los procesos de
37
Pragmatismo
(Dewey, 1938-2000)
Socioconstructivista
(Vigotsky, 1991)
Enfoque de formación docente
Hermenéutico-crítico
reconstructivo
Relación teoría
práctica
Pensamiento complejo (Carr, 2002)
(Morín, 1998)
Proceso de
Hermenéutica autoformación
reconstructiva (Elliot, 2000)
(Habermas, 2000)
Se sustenta en Carr (2000) por la forma en que propone el uso de la teoría, no como
antecedente de la práctica, ni como la prescripción de lo que debe hacerse de manera
técnica, sino como una oportunidad dialógica entre lo que se hace personalmente en el
aula con lo que piensan otras personas que ya han reflexionado y aportado sobre los
mismos problemas y temas de interés: «una forma de indagación autorreflexiva que
emprenden los participantes en situaciones sociales en orden a mejorar la racionalidad
y la justicia de sus propias prácticas, su entendimiento, de las mismas y las situaciones
dentro de las cuales ellas tienen lugar» (Carr y Kemmis, 1998:174).
También figuran como fundamento los aportes de la Teoría del Pensamiento Comple-
jo, de Morin (1998), atendiendo las ideas de que la formación docente no es una hecho
mecánico en que se plantea una relación lineal entre la teoría y la práctica, entre lo previ-
sible y los logros, sino un fenómeno multideterminado por factores predecibles e impre-
decibles, de certidumbres e incertidumbres, de métodos didácticos no preestablecidos,
sino que se tienen que ir construyendo y reconstruyendo sobre la marcha, no con impro-
visaciones sin sentido, sí con la conciencia de la experimentación didáctica continua que
tal vez eventualmente no resulte, pero que el análisis y la reflexión de la misma aporte
para reconstruir y construir los procesos formativos en la docencia.
Un modelo y enfoque de formación docente en el que se establezca un diálogo entre
el docente y el estudiante y acuerdos en los trayectos de formación que se emprenderán
de manera consciente por ellos, no una prescripción extrínseca sobre en qué y cómo
debe formarse el estudiante en docencia, sino un proyecto individual intrínseco, dialo-
gado con el formador de formadores, para que no suceda lo que plantea Ferry (1990):
La formación no debe reducirse a una acción ejercida por un formador sobre un «forma-
do» maleable que reciba de forma pasiva la configuración que le imponga el formador.
El proyecto insensato de moldear al otro, de crear un ser a su imagen, de infundirle vida,
que es el fantasma del animador, lo único que puede hacer es infringirle la muerte (p.53).
Esta propuesta también intenta ubicarse en los modelos transmodernistas que Fi-
gueroa (2009) explica cuando describe los procesos de desarrollo internos o intrínse-
cos, en los que el formando tiene conciencia de su desarrollo formativo profesional.
Los apoyos psicoanalíticos son parte de los eventos de reflexión y de toma de nivel de
conciencia de cómo se va estructurando y autogestionando el estudiante normalista
como docente.
El proceso de análisis de la práctica de quienes se forman para la docencia se propo-
ne que sea hermenéutico, con un enfoque crítico-reconstructivo, como lo expone Haber-
mas (2008). Para comprender esta postura, es necesario considerar los siguientes
39
que generan los procesos hermenéuticos, mismos que les permiten a los formandos el
desarrollo docente, con una tendencia hacia el perfeccionamiento profesional.
En el caso de los maestros que desarrollan un proceso en su formación continua (es
decir, quienes se siguen formando en el ejercicio docente), los acompañamientos pue-
den darse entre pares, o con asesores técnicos de zona escolar, o por medio de proyec-
tos colectivos de autoformación a partir de la atención de problemáticas de enseñanza
comunes. De cualquier manera, el proceso de análisis y reflexión hermenéutica, indi-
vidual o colectiva, es la herramienta que hace posible que los trayectos formativos
iniciados por los maestros tengan mayores posibilidades de ser eficaces y de total per-
tinencia, siempre y cuando respondan a las necesidades específicas de quienes partici-
pan en ellos.
En ambos casos, de la formación inicial o continua, la transformación se dará en
dos sentidos. Primero en los participantes o formandos, porque realizan autotransfor-
maciones conscientes que los llevarán por el camino del perfeccionamiento docente
que, con sentido crítico, siempre será inacabado. En el segundo sentido se hallan los
impactos que se tiene con sus pares, en los colectivos que interactúan en la solución de
problemáticas de enseñanza comunes, en los formadores acompañantes (tutores o
asesores) y en los procesos socializadores que a la postre se reflejan en mejoras de tipo
social, a través del mejoramiento de las prácticas docentes y su repercusión en los es-
tudiantes, que pertenecen a las clases sociales, sin importar de qué país se trate.
En la formación docente que se desarrolla en las escuelas normales o en cualquier
otra institución que atienda la modalidad de formación inicial, la propuesta es que el
proceso comience con el acompañamiento individual por los docentes de las instan-
cias formadoras de docentes. Es decir, que cada uno de los estudiantes, después de su
primera experiencia de práctica en las escuelas de educación básica, pueda identificar
los elementos débiles o áreas de oportunidad que tienen para mejorar sustancialmen-
te su desempeño docente.
A partir de lo anterior, los maestros de las asignaturas tendrían qué saber con exac-
titud cuáles son las problemáticas de los estudiantes de manera personal y acompa-
ñarlos a hacer un proyecto personal de formación para iniciar un proceso infinito de
perfeccionamiento, en el entendido de que quien considere que ya tiene resuelta su
práctica para siempre estaría totalmente limitado a emprender su transformación per-
sonal por falta de autocrítica.
En los casos de los estudiantes con limitaciones para realizar una verdadera crítica
que les devele los problemas de sus prácticas y conocimientos generales de la docen-
cia, los docentes y los mismos compañeros del grupo pueden apoyarlos en el proceso
crítico de identificación de áreas de oportunidad o imperfecciones profesionales en
42
las que debe, primero, identificar, y después trabajar para resarcir debilidades y auto-
transformarse conscientemente con la estructuración de un proyecto formativo con-
creto que irá atendiendo en una dinámica de reflexión, práctica, investigación de
campo y bibliográfica, puesta en común con los compañeros del grupo y asesores.
El proceso hermenéutico crítico-reconstructivo que se propone para desarrollar los
proyectos individuales de formación docente se despliega a partir de la identificación
de dificultades detectadas en las prácticas. Harán el primer análisis de las problemáti-
cas para interpretar en qué consisten y cómo abordarlas. Posteriormente se propone
que revisen la opinión de otros, que pueden ser compañeros, asesores académicos de las
instituciones formadoras, fuentes de consulta académicas arbitradas, niños con los que
trabajó, docentes de educación básica o con cualquier otra persona que le pueda apor-
tar elementos de interpretación de sus problemáticas, con la finalidad de establecer un
patrón de sentido interpretativo completo sobre en qué consisten sus debilidades do-
centes, por qué se presentan o qué elementos intervienen (contextuales, personales,
didácticos, disciplinares, etcétera).
Después de tener el primer esquema interpretativo hermenéutico completo, inicia
un proceso de atención basado en la construcción y reconstrucción de las acciones y
elementos sustanciales que se involucran en la docencia que desarrollan en sus prácti-
cas, con el propósito de que el proceso interpretativo se reconstruya continuamente,
a la vez que disgregan nuevas problemáticas que se atenderán en el proceso hermenéu-
tico iniciado, cuyo contrapeso de la práctica, las reflexiones de la misma y las constan-
tes interlocuciones con el otro, harán de la formación docente un proceso en perma-
nente construcción-reconstrucción.
En un grupo habrá tantos proyectos de formación como estudiantes. Los maestros
de las escuelas formadoras de docentes deberán conocer cada uno de los proyectos
para apoyar con su construcción y reconstrucción constantes. Esto implica que los
docentes formadores deberán hacer sus ajustes curriculares para atender la diversidad
de necesidades de formación en sus alumnos, desde cada uno de los cursos que inte-
gren las mallas o mapas curriculares.
referencias
Carr, W. (2002) La distancia entre la teoría y la práctica. W. Carr (2002), Una teoría para la
educación. Hacia una investigación educativa crítica. Madrid, España: Morata.
Carr, W. y Kemmis, S. (1998). Teoría crítica de la enseñanza. Barcelona: Martínez Roca.
Castillo O., E., y C.M.M. Montes (2012). Enfoques y modelos de la formación de profesorado
universitario en la sociedad del conocimiento. Red de Investigación Educativa de Sonora.
<http://rediesonorense.files.wordpress.com/2012/09/redies-11_-castillo-y-montes1.pdf>.
Coll, C. (1987). Psicología y currículum. Barcelona, España: Laia.
De Lella, C. (2003). Formación docente. Modelo hermenéutico-reflexivo y la práctica pro-
fesional. Saberes. Otoño, 2003, 20-24. <http://tumbi.crefal.edu.mx/decisio/images/pdf/
decisio_5/decisio5_saber3.pdf >.
Dewey, J. (1938/2000). Experiencia y educación. Buenos Aires: Losada.
Díaz Barriga, F. (2005). Enseñanza situada: vínculo entre la escuela y la vida. México: Mc-
Graw-Hill.
Díaz Barriga, F. y M.A. Rigo (2000). Formación docente y educación basada en competen-
cias. Formación en competencias y formación profesional. México: cesuunam. <http://ua-
bierta.wikispaces.com/file/view/Lectura.pdf>.
Ducoing W., P. (2013). Nociones de formación. W. P. Ducoing y O. B. Fortoul, Procesos de
formación. Vol. 1 2002-2011. Colección Estados del Conocimiento. México: comie-Anuies.
Elliot, J. (2000). La investigación-acción en educación. España: Morata.
Félix, V.; M. Rubio, G. Castro, G. Samayoa (2013). Concepciones de adolescencia en profe-
sores de educación secundaria y formadores de docentes. R. Martínez, E. Rodríguez, E.;
Yuriria de J. A., H.Hernández y G. Rojo (coords.), Avances de investigación en la mejora de la
educación en la formación de docentes. México: uaim.
Ferry (1990). El trayecto de la formación, los enseñantes entre la teoría y la práctica. México:
Paidós.
Feo, R. (2011). Una mirada estratégica a la formación docente de calidad. Revista Iberoamericana
de Educación / Revista Ibero-americana de Educação, 56/3, 15/10/11. Organización de Estados
Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura. <http://www.rieoei.org/delos-
lectores/4132Feo.pdf>.
Habermas, J. (2008). Ciencias sociales reconstructivas versus ciencias sociales comprensivas.
Jürgen Habermas, Conciencia moral y acción comunicativa. Madrid: Trotta.
Izarra, D. (2008). Formación docente y teorías implícitas. V Encuentro Internacional Transfor-
maciones de la Profesión Docente Frente a los Actuales Desafíos.
Loya Ch., H. (2008). Los modelos pedagógicos en la formación de profesores. Revista Ibe-
roamericana de Educación, 46/3, 25 de mayo de 2008. <http://www.rieoei.org/deloslecto-
res/2370Loya.pdf>.
Moreno O., T. (2013a). Tendencias de la formación. W. P. Ducoing y O. B. Fortoul, Procesos de
formación. Vol. 1, 2002-2011. Colección Estados del Conocimiento. comie, Anuies.
Moreno O., T. (2013b). Tendencias de la formación. xii Congreso Nacional de Investigación Edu-
cativa. Guanajuato, México: comie.
44