Está en la página 1de 231

SI ESTÁS RECIBIENDO GRATUITAMENTE ESTE MATERIAL DEBES

SABER QUE ESTÁS LEYENDO UNA TRADUCCIÓN NO OFICIAL


REALIZADA POR PERSONAS QUE BUSCAMOS AYUDAR POR ESTE
MEDIO A PERSONAS QUE POR UNA U OTRA RAZÓN NO PUEDEN
DISFRUTAR DE MARAVILLOSAS CREACIONES COMO ESTA.

NINGUNO DE LOS MIEMBROS QUE PARTICIPAMOS DE ESTA


TRADUCCIÓN RECIBIMOS O RECIBIREMOS COMPENSACIÓN ALGUNA
POR ESTE TRABAJO, SALVO QUE ESTA SEA DE TU AGRADO, QUE
CONOZCAS A LA AUTORA, SU TRABAJO Y DE ESTAR EN POSIBILIDAD
DE HACERLO, ADQUIERAS EL MATERIAL EN SUS FORMATOS
OFICIALES. ESTE ES UN TRABAJO CONCEBIDO SIN FINES DE LUCRO, Y
ESTÁ PROHIBIDA LA VENTA DEL MISMO.

SI QUIERES SEGUIR LEYENDO MÁS LIBROS COMO ESTE DE MANERA


GRATUITA EN TU IDIOMA, TE INVITAMOS A NO DELATARNOS.

NINGÚN TRABAJO REALIZADO POR UN FORO DE TRADUCCIÓN ES


OFICIAL O RECONOCIDO Y AVALADO. CON ESTE MATERIAL NO
BUSCAMOS QUE LAS VENTAS DEL AUTOR BAJEN, RECUERDA QUE SI
ELLOS PIERDEN TODOS PERDEMOS AL NO RECIBIR HISTORIAS TAN
HERMOSAS; NUESTRO OBJETIVO ES QUE DISFRUTES LA HISTORIA Y
CUANDO LLEGUE A TU CIUDAD O TENGAS POSIBILIDAD DE
ADQUIRIRLO EN FÍSICO O DIGITAL, LO HAGAS, COMO MUCHOS DE
NOSOTROS HACEMOS TRAS LEER NUESTRAS TRADUCCIONES.

¡FELIZ LECTURA!

PÁGINA | 2
CONTENIDO
JAY CROWNOVER _______________________________________ 4
SINOPSIS _____________________________________________ 5
PRÓLOGO _____________________________________________ 6
CAPÍTULO UNO ________________________________________ 16
CAPÍTULO DOS ________________________________________ 26
CAPÍTULO TRES ________________________________________ 35
CAPÍTULO CUATRO ______________________________________ 43
CAPÍTULO CINCO _______________________________________ 52
CAPÍTULO SEIS ________________________________________ 61
CAPÍTULO SIETE _______________________________________ 69
CAPÍTULO OCHO _______________________________________ 78
CAPÍTULO NUEVE_______________________________________ 90
CAPÍTULO DIEZ ________________________________________ 98
CAPÍTULO ONCE ______________________________________ 108
CAPÍTULO DOCE ______________________________________ 116
CAPÍTULO TRECE ______________________________________ 132
CAPÍTULO CATORCE ____________________________________ 139
CAPÍTULO QUINCE _____________________________________ 147
CAPÍTULO DIECISÉIS ___________________________________ 155
CAPÍTULO DIECISIETE___________________________________ 163
CAPÍTULO DIECIOCHO ___________________________________ 171
CAPÍTULO DIECINUEVE __________________________________ 180
CAPÍTULO VEINTE _____________________________________ 188
CAPÍTULO VEINTIUNO ___________________________________ 196
CAPÍTULO VEINTIDOS ___________________________________ 205
CAPÍTULO VEINTITRES __________________________________ 214
EPÍLOGO ___________________________________________ 224

PÁGINA | 3
JAY CROWNOVER

ay Crownover es la autora de las series Marked Men, Saints of


Denver, Welcome to the Point, The Breaking Point, Getaway, y
Loveless, Texas. Sus libros han sido traducidos a muchos idiomas
diferentes en todo el mundo.

Es una nativa de Colorado tatuada y con el cabello alocado que vive en la base de
las Rocosas con sus increíbles perros. Con frecuencia se le puede encontrar disfrutando
de una cerveza fría y los Martes de tacos.

Jay es una autoproclamada snob de la música y franca amante de los libros que
siempre está buscando su próxima aventura, entre las páginas y en la carretera.

PÁGINA | 4
SINOPSIS

PÁGINA | 5
PRÓLOGO
o creo que seamos una buena pareja.

Las palabras dichas en voz baja


resonaron en mi cabeza durante horas.

No era como si la ruptura surgiera de la


nada. La chica que amaba con cada fibra de mi
ser había estado actuando de manera extraña y se había vuelto cada vez más distante
durante semanas. La conocía de toda la vida. Crecimos juntos y habíamos sido los mejores
amigos antes de enamorarnos. La conocía casi tan bien como me conocía a mí mismo y
podía decir que algo entre nosotros estaba mal, pero me negaba a creer que el final de lo
que teníamos estaba cerca.

Me dije a mí mismo que estaba estresada y preocupada por el hecho de que pronto
iríamos a diferentes universidades y pasaríamos mucho tiempo separados unos de otros.
El amor joven ya era poco confiable y difícil de sortear. Cuando agregabas el obstáculo de
una larga distancia a la mezcla, parecía casi destinado a fallar. Traté de asegurarle que todo
estaría bien; después de todo, yo era mayor que ella y ya había estado en la universidad
un año. Nada cambió entre nosotros mientras yo esperaba no tan pacientemente a que
ella terminara la preparatoria. Pensé tontamente que aplicaría y sería aceptada en mi
escuela para que pudiéramos permanecer juntos. Nunca se me ocurrió que solo iba a
aplicar para escuelas fuera del estado. No sabía que tenía su corazón puesto en dejarme no
solo a mí, sino también a nuestra ciudad natal durante años. Cuando finalmente fue
sincera y me hizo saber que se mudaría a California en el otoño, me quedé atónito pero
aún optimista de que nuestra relación sobreviviría. Después de todo, ella fue mi primer
amor. Estaba dispuesto a sacrificar y sufrir lo que fuera necesario para mantenerla en mi
vida.

Aston no sentía lo mismo.

Me sentí sorprendido tanto por la ruptura como por la revelación de que siempre
estuvo planeando mudarse al otro lado del país. De pronto, la adorable niña que creció

PÁGINA | 6
siguiendo cada uno de mis pasos y que sin esfuerzo me había robado el corazón con su
comportamiento dulce, alegre e inocente, parecía una completa desconocida que nunca
se preocupó por mí de la forma en que yo me preocupaba por ella.

Fue bastante fácil discutir con ella cuando dijo que no éramos una buena pareja.

Fue imposible luchar contra ella cuando dijo que no era feliz estando conmigo y
necesitaba un cambio.

Quería decirle que solo necesitábamos un tiempo separados. Tenía fe en mi


capacidad para hacerla cambiar de opinión y demostrarle que nos pertenecíamos el uno
al otro. Pero la mirada en sus ojos cuando terminó las cosas fue definitiva. Esta no era una
decisión precipitada de su parte. Era algo en lo que pensó mucho y claramente había
tomado una decisión.

Ella ya no quería estar conmigo y yo me quedé a la deriva y desconcertado.

Un corazón roto no era algo con lo que tuviera mucha experiencia.

Yo era el tipo de persona que normalmente obtenía lo que quería y sobresalía en


todo lo que me proponía. Me gradué como el mejor de mi clase en la preparatoria. Entré
en mi primera elección de universidad y estaba en la alineación inicial en mi primer juego
de fútbol americano universitario. Mis padres tenían una pared llena de trofeos y
galardones que me había ganado a lo largo de los años. Siempre estaban orgullosos de lo
que había logrado, aunque nunca me habían presionado para ser perfecto. Todo lo que
querían era que fuera feliz, así que me apoyaban sin importar cuánto me esforzara.

Era popular y querido entre mis compañeros, y como uno de los miembros más
antiguos de mi estrecho círculo íntimo de parientes y amigos de la familia desde hace
mucho tiempo que eran todos similares en edad, a menudo era la voz de la razón y el
miembro más responsable del grupo. Nunca tuve problemas para acercarme a miembros
del sexo opuesto, pero solo había una que quería conservar y llamar mía.

Pero ella ya no me quería y no estaba seguro de qué hacer ahora conmigo mismo.

Era la primera vez que me rechazaban y podía admitir que no lo estaba manejando
bien... en absoluto.

Eché un vistazo a mi teléfono, que había estado sonando y sonando con mensajes
sin parar durante las últimas horas. Quería apagar la maldita cosa, pero había una parte
PÁGINA | 7
de mí que se negaba a creer que me habían abandonado y esperaba que cada llamada
mostrara el nombre de mi ex. Ella nunca apareció en la pantalla, pero mi mamá llamó no
menos de veinte veces. Mi papá no menos de diez, y mi mejor amigo, que también era mi
primo, enviaba un mensaje de texto cada quince minutos como un reloj.

Los ignoré a todos, pero finalmente, la única persona a la que no podía ignorar
incluso si quería, llamó y finalmente cedí y contesté el teléfono.

—Ry Archer, ¿dónde demonios estás? Mamá y papá están muy preocupados por
ti. —La voz de mi hermana menor era temblorosa y sonaba como si hubiera estado
llorando. Normalmente era un hueso bastante duro de roer, pero tendía a ser demasiado
dramática y emocional en la mayoría de las cosas. Parte de eso se debía a que era una
adolescente. Pero una gran parte de ella se asemejaba a nuestro padre en casi todos los
aspectos que no fueran su apariencia. Se parecía a nuestra madre, con su cabello rubio
platino y bonitos ojos verdes.

Sin embargo, ella era tan imprudente y rebelde como nuestro viejo. Era tan franca
y obstinada como él. Era atrevida y animada como él. Era intrépida en todo de la misma
manera que él. Y sentía todo de una manera extrema igual que él. Los dos crecimos
sabiendo sin lugar a dudas cuánto nos amaban y apreciaban nuestros padres, pero
especialmente nuestro padre. Lo contrario también era cierto. Siempre que lo
decepcionábamos o hacíamos algo que no aprobaba, sentíamos su disgusto hasta los
huesos. Era mucho para asimilar y equilibrar, pero afortunadamente nuestra madre
tranquila y casi ecuánime mantenía nuestra casa y a nuestro padre bajo control. Deseaba
ser como ella de la manera en que mi hermanita, Daire, era como papá, pero yo era una
especie de hombre extraño en nuestra familia.

Más de una vez escuché de mis abuelos y mi tío que mi personalidad y


comportamiento eran casi un reflejo del hermano gemelo de mi papá, que ya no estaba
con nosotros. Era un punto doloroso para mi papá cada vez que alguien hacía la
comparación, pero no negaba que había momentos en que le recordaba a su hermano
gemelo. No importa cuánto tiempo haya pasado desde que perdió a su gemelo, mi papá
todavía extrañaba mucho a su otra mitad y sentía su pérdida. A veces, mi mamá me
contaba historias sobre ellos dos y ella cuando eran pequeños, y podía sentir las
similitudes. Apestaba que hubiera fallecido tan joven por tantas razones. Solo una de los
cuales era que realmente no tenía a nadie con quien relacionarme en mi familia. Era una
especie de oveja negra en un rebaño que ya estaba bastante oscuro.

PÁGINA | 8
Suspiré y apreté el volante entre mis manos.

Amaba a mi hermanita con todo de mí. Éramos extraordinariamente cercanos y


rara vez nos guardábamos secretos. Estábamos lo suficientemente cerca en edad que a
menudo habíamos sido los dos contra el mundo sin importar qué. Ella era mi persona
favorita y mi confidente más confiable. Pero también era la mejor amiga de mi ex. Tenían
solo unos meses de diferencia en edad, y donde una iba, la otra la seguía a menudo.
Cuando comencé a mostrar interés por mi ex, mi hermana estaba totalmente en contra de
la idea de que fuéramos algo más que buenos amigos. Me dijo que nunca quería estar
atrapada entre nosotros dos. Ella nunca quiso tener que elegir un bando o tener que
ocultar algo a ninguno de los dos. Dejé de lado las preocupaciones porque estaba seguro
de que mi ex y yo estábamos destinados a estar juntos. Crecí rodeado de amor verdadero
y ejemplos de amor joven que maduraba en felicidad, salud, matrimonios duraderos.
Pensé que quedarme con mi primer amor en las buenas y en las malas podría ser la única
forma en que me pareciera a mis padres.

No quería pensar que Daire sabía lo que pasaría con mi relación antes que yo y me
ocultó algo tan grande. De cualquier manera que lo mirara, ella tenía que saber que las
cosas iban mal antes que yo.

—Voy a dar una vuelta. Dile a mamá y papá que no se preocupen. Estaré bien.
—Sabía que lo estaría. En algún momento.

Mi hermana suspiró al otro lado de la línea y pude escucharla caminando. Era del
tipo que estaba en constante movimiento. Nunca se quedaba quieta y su mente siempre
iba a mil por hora. Sabía que si no la convencía de que estaba bien, se aventuraría sin
rumbo fijo en la noche tratando de localizarme, aunque no tenía idea de dónde estaba o
cuánto tiempo había estado en mi camioneta.

—¿Has estado conduciendo durante las últimas cuatro horas? ¿Incluso todavía
estás en Colorado? —La voz de Daire se elevó bruscamente.

Miré el reloj en el tablero y parpadeé cuando me di cuenta de cuánto tiempo había


pasado. Todavía estaba en Colorado, pero apenas. Casi estaba en la frontera sur. No tenía
un plan cuando me subí a mi camioneta y comencé a conducir, pero inconscientemente
comencé a dirigirme hacia la única persona a la que nadie sospecharía que recurriera
cuando estaba herido.

PÁGINA | 9
—Dame un poco de tiempo, Daire. —Quería cerrar los ojos y hacer que el mundo
desapareciera hasta que pudiera lidiar por completo con el doloroso vacío en el centro de
mi pecho. Como estaba conduciendo, esa no era una opción, así que todo lo que pude
hacer fue negar con la cabeza y parpadear los ojos, que alternadamente se sentían calientes
por las lágrimas y secos como el desierto—. Tengo que aclarar mi cabeza antes de intentar
hablar con alguien, pero especialmente contigo, sobre lo que pasó hoy.

Hizo un sonido angustiado, y pude imaginarla claramente poniéndose en la boca


las uñas pintadas de colores brillantes. Siempre usaba un montón de anillos y brazaletes
que tintineaban y se golpeaban unos contra otros haciendo mucho ruido. Mi hermanita
era todo menos sutil, y siempre podías escuchar cuando se acercaba. Sabía cómo hacer
una entrada, pero también sabía cuándo era el momento de retroceder y desvanecerse en
el fondo. Ella conocía todos mis puntos débiles y cuándo presionarme. Siempre le
contestaría cuando me llamaba, pero tenía límites en cuanto a lo que dejaba que me
presionara y forzaba cuando estaba herido.

—No lo sabía, Ry. Honestamente, no tenía idea de que Aston iba a romper contigo.
Ha estado rara últimamente, pero pensé que era porque nos estábamos graduando, o tal
vez porque su mamá se iba a casar. Ella nunca me mencionó nada sobre ti. Te prometo
que te lo habría dicho. —Escuché que estaba empezando a llorar y eso me hizo sentir
como una mierda.

Debería haberla escuchado al principio cuando dijo que salir con la hermanita de
mi amigo Royce era una idea terrible. Estábamos todos demasiado unidos, nuestras
familias demasiado conectadas como para que terminara de otra manera que no fuera
trágica.

Aston Wheeler era la hija de una pareja con la que mi mamá y mi papá eran
extremadamente cercanos. Todos mis mejores amigos estaban en mi vida por la misma
razón. Éramos un grupo muy unido por nuestros padres, pero nos mantuvimos juntos
porque todos realmente nos gustábamos y teníamos varias cosas en común. El papá de
Aston trabajaba con mi tío, operando varios garajes personalizados para autos y
motocicletas en Denver. Y tanto la mamá biológica de Royce como la madre de Aston
eran ridículamente cercanas a mi mamá. Aston había estado bastante enferma cuando era
niña, por lo que sus padres a menudo acudían a mi mamá, una doctora, en busca de consejo
y orientación. Mis primos Remy y Zowen, junto conmigo, mi hermana y Royce y su
hermana, así como un par de niños mayores que no veíamos mucho, Joss y Hyde, así como

PÁGINA | 10
las hijas de los compañeros de trabajo de mi papá, Glory y Bowe, pasamos mucho tiempo
juntos al crecer. No todos vivíamos en Colorado durante el curso de nuestra amistad, a
medida que nuestras familias crecían y el mundo que nos rodeaba cambiaba. Pero siempre
nos veíamos durante las vacaciones y nos propusimos estar presentes en cualquier evento
importante de la vida de los demás.

Algunos de nosotros éramos cercanos, como Zowen, Daire, Aston y yo. Bowe y
Remy también eran muy unidas, a pesar de que la chica más joven había vivido en Austin
todo el tiempo que la conocíamos. Era divertido tener una gran red de amigos diversos e
interesantes, pero había algunos de nosotros que a veces nos rozábamos entre nosotros de
la manera equivocada y teníamos que esforzarnos para llevarnos bien entre nosotros.

Bueno... en realidad, éramos solo Bowe Keller y yo.

Éramos los más cercanos en edad de todos, pero esa era la única similitud entre los
dos. Nunca nos llevamos bien. Empezando desde el momento en que estábamos
descubriendo cómo caminar y hablar. Siempre pensé que era bueno que viviera en Austin
con su familia y yo solo tenía que verla en vacaciones y durante el verano.

Pero hoy, quería que ella estuviera más cerca.

No estaba seguro de por qué ella era la única con quien quería compartir mi dolor.
Solo sabía que quería verla ahora mismo, cuando todo mi mundo se sentía como si
estuviera patas arriba.

Solté un suspiro y traté de tranquilizar a mi hermana:

—Te creo. Sé que no te quedarías al margen y dejarías que me tomaran por sorpresa
de esa manera. —Pero también sabía que ella lucharía hasta la muerte por Aston, así que
tenía que estar en una situación difícil en este momento—. Solo dame un poco de espacio
ahora mismo. Llamaré a mamá y papá cuando llegue a donde voy. Diles que no se
preocupen demasiado. Déjame recuperar el aliento y calmarme por un minuto.

Mi hermanita suspiró de nuevo y la escuché derribar algo; su tristeza y frustración


eran palpables en el teléfono.

—No tienes que huir de casa para ocultar de todos tus sentimientos, Ry. Por mucho
que intentes convencer a todos de lo contrario, sabemos que eres humano. Deja de
intentar forzarte a ser perfecto todo el maldito tiempo. Se te permite estar triste y enojado

PÁGINA | 11
justo ahora. Se supone que debes estar molesto cuando tu corazón se rompe. Sé que no
sabes realmente cómo se siente perder, pero esto es todo, y no deberías pasar por eso solo.

Tendía a esforzarme por la perfección, pero obviamente no acerté o no me habrían


abandonado tan despiadadamente.

Aclaré mi garganta y tamborileé con los dedos en el volante, entrecerrando los ojos
cuando un camión me pasó por el lado opuesto de la carretera.

—Solo voy a estar solo un rato.

Ella tenía razón cuando dijo que me estaba escapando para ocultar mis
sentimientos.

Eso era algo que siempre hacía.

Pero había una persona con la que nunca fingía la perfección, sobre todo porque
ella veía a través de esta y nunca dejó de molestarme por mis tonterías.

—Ahh… bien. —Casi al instante, el tono de mi hermana cambió y pareció


aliviada. Como dije, éramos muy unidos y ella me conocía mejor de lo que yo me conocía
algunos días. No le tomaría mucho tiempo averiguar a dónde iba, incluso si el destino
fuera considerado muy improbable para cualquier otra persona—. Bueno, conduce con
cuidado y no te olvides de hablar con mamá y papá cuando tengas tiempo. Intentaré
detenerlos un poco. Por lo que vale, ya le di a Aston un buen sermón. Incluso llamé a
Royce para preguntarle si sabía lo que estaba pasando, pero él estaba tan sorprendido
como yo. Sobre lo de la universidad y sobre ti. No sé porque tomó todas esas decisiones
en secreto, pero honestamente creo que está sufriendo tanto como tú en este momento.

Imposible.

Ella se alejó y yo apenas podía moverme. Ella me puso de rodillas y me dejó sin
aliento y no se había molestado en echarme una mirada hacia atrás. No había ni una pizca
de esa chica amable y cariñosa que me tuvo envuelto alrededor de su dedo durante tanto
tiempo, mientras me arrancaba el corazón. Definitivamente no la reconocía. Peor que eso,
sin embargo, fue que yo tampoco me reconocía. No estaba familiarizado con el fracaso,
así que perder lo más importante de mi mundo me obligó a reaccionar de una manera
totalmente diferente a la mía. Me estaba comportando como el tipo de personas que solía
odiar.

PÁGINA | 12
Poco razonable.

Irracional.

Impredecible.

La razón por la que no me gustaba la gente que actuaba de esa manera era porque
nunca me permitía la libertad de ser tan caótico y despreocupado. Estaba celoso y la
envidia me carcomía.

Afortunadamente, tuve un viaje de trece horas para unir los bordes desgastados de
mi ego y volver a asumir mi papel de chico dorado que fue bendecido de forma
antinatural.

Conduje durante la noche y hasta muy temprano en la mañana. Solo paré por
gasolina y ocasionalmente para ir al baño. Maldije en silencio por lo grande y llana que
era Texas a medida que se sumaban los kilómetros. Hice una parada rápida para empujar
un desayuno grasiento de comida rápida en mi rostro cuando mi estómago comenzó a
gruñir. Porque era un atleta, normalmente evitaba todo lo que venía en una bolsa de papel
manchada de aceite. Pero en este momento, las reglas habituales no aplicaban. Estaba
solo, así que no necesitaba fingir ser perfecto para nadie.

Me tomé un momento para enviar un par de mensajes de texto a mi hermana y mi


primo. Zowen estaba enojado porque me tomó tanto tiempo responderle y advirtió que
mi papá ya había aparecido en su casa buscándome. Estábamos todos en casa libres de la
escuela para las vacaciones de verano, así que tenía sentido que mis padres pensaran que
iría a la casa de mi tío primero cuando desaparecí. Mi tío Rome daba más miedo que mi
papá cuando se trataba de disciplina y orden. Era la última persona después de mi padre
que quería que viniera a buscarme, especialmente cuando estaba atrapado en mis
sentimientos. Mi tío era un ex militar que ahora era un empresario exitoso. No aceptaba
una mierda de nadie que no fuera su diminuta esposa o su salvaje y bocona primogénita.
Mi prima Remy era aún más difícil de manejar que mi hermanita y el doble de rebelde.
Siempre estaba metida en un tipo de problema u otro, pero probablemente era la persona
más leal y apasionada que había conocido en mi vida. Tanto Daire como yo la idolatramos
cuando estábamos creciendo, y a menudo recurríamos a ella cuando necesitábamos ayuda
para manejar nuestras relaciones con nuestros padres y por consejos en general sobre la
vida. Ella era una de nuestro grupo que abandonó Denver relativamente joven cuando se
aventuró al mundo real. Creo que todos esperábamos tanto de ella.

PÁGINA | 13
Remy era una trotamundos. Un espíritu libre. También estaba irrevocablemente
enamorada de Hyde Bishop-Fuller, el chico mayor de nuestro círculo íntimo.
Desafortunadamente, Hyde nunca le había devuelto su adoración, y cuando se alistó en
el ejército hace un par de años, Remy realmente no vio ninguna razón para quedarse en
un lugar por mucho tiempo. Dejó su corazón su corazón roto en Denver y nunca miró
atrás. La extrañaba con locura, y sabía que Zowen se preocupaba por ella sin cesar, pero
ella siempre parecía feliz y tan despreocupada como siempre cuando finalmente se
materializaba. Siempre envidié su actitud tranquila. Nada parecía irritarla. Bueno, nada
más que Hyde.

Nunca había estado tan relajado y nada afectado. Me tomaba a mí mismo


demasiado en serio.

Todavía era lo suficientemente temprano en la mañana como para no tener que


luchar contra el tráfico cuando entré en Austin. Era difícilmente una sorpresa que la chica
a la que vine a ver hasta aquí, estaba justo ahora llegando a casa cuando estacioné mi
camioneta al final de su camino de entrada. Ni siquiera parpadeó cuando me vio saltar de
la cabina y dirigirme hacia ella.

Su cabello negro y morado estaba amontonado en la parte superior de su cabeza


en una desordenada cola de caballo, y su maquillaje de ojos oscuros estaba untado
alrededor de sus ojos color miel de una manera que no podía decir si era deliberado o no.
Llevaba un par de ceñidos leggins rojos que parecían estar hechos de cuero y un par de
botas negras brillantes que estaban atadas hasta las rodillas. Su camiseta tenía el logo de
una banda desconocida garabateado en la parte delantera, y la parte inferior estaba cortada
de modo que le rozara el perforado ombligo. Siempre pensé que parecía que acababa de
salir de las páginas de un cómic, y hoy no era la excepción.

En lugar de entrar en la linda pero pequeña casa moderna de mediados de siglo


que se encontraba justo al lado de la calle South Congress, esperó hasta que estuve de pie
directamente frente a ella antes de cruzar los brazos sobre el pecho y mirarme.

Estaba esperando a que exigiera una explicación de por qué de repente estaba
parado en su puerta. Estaba listo para que iniciara una pelea. Había pasado la última hora
del largo viaje preparándome para que me destrozara y me hiciera todas las preguntas que
no quería responder.

PÁGINA | 14
En su lugar, susurré las palabras: "Duele mucho", y casi de inmediato perdí toda la
compostura que había tratado con tanto esfuerzo de construir. Sin rumbo fijo me dirigí
hacia la chica que era mi enemiga jurada.

No me alejó ni se burló de mi colapso total y absoluto.

No. No hizo nada que esperaba que hiciera.

Bowe Keller nunca lo hacía, por eso nunca supe qué hacer con ella o cómo manejar
las emociones contradictorias que sentía por ella.

Todo lo que sabía era que ella era la persona que más necesitaba en este momento.

PÁGINA | 15
CAPÍTULO UNO

o último que esperaba encontrar después de arrastrarme a casa de un


ensayo de banda que duró mucho más de lo que debería haber sido, era
a un Ryier Archer con el corazón roto aparentemente devastado. Las
únicas veces que me cruzaba con cualquiera de la familia Archer era
en vacaciones de navidad o durante las vacaciones de verano cuando
mis padres me arrastraban a Denver durante un par de meses cada año. Desde ese fatídico
verano cuando tenía dieciséis años, pasé cada vez menos tiempo con mis amigos de la
infancia. Amaba mi vida en Austin, y a menudo me molestaba ser arrastrada a todos los
recuerdos y relaciones que formaban el pasado de mis padres. Yo era un tipo de chica de
vivir el momento, y no me gustaba que me alejaran de mis amigos y mis intereses en casa.
Me había saltado la última visita a Denver para Navidad y estaba planeando quedarme en
Austin para el verano, a pesar de que mis padres habían insinuado fuertemente que
querían que fuera con ellos este año. Estaba viviendo por mi cuenta y tratando de tomar
mis propias decisiones sin sentirme culpable o desagradecida por todo lo que habían
hecho por mí. Era una lucha que aún no había dominado.

Tenía hermanas gemelas, Yves y Zola, que eran varios años más jóvenes que yo.
Ninguna de ellos apreciaba mi nuevo nivel de desafío, porque significaba que no podían
convencer a nuestros padres para que les permitieran saltarse el trabajo y otras actividades
este verano. Si yo no iba, no habría concesiones. Mi mamá y mi papá lucharon por tener
más hijos después de que yo llegara. Era algo en lo que eran muy abiertos. Eran
transparentes conmigo cuando decidieron seguir dándome un hermano a través de la
fertilización in vitro. No había sido un proceso fácil para nadie en nuestra pequeña
familia. Tomó más de un intento antes de que fuera exitoso. Como resultado, mis
hermanitas a menudo eran vistas como los milagros que eran y con frecuencia se salían
con la suya. Todos los tratábamos como si fueran valiosas y especiales. Podrían ser el único

PÁGINA | 16
punto débil que tenía, y las únicas que me harían volver a mi determinación de evitar
Denver a toda costa. O al menos, eran el único punto débil que admitiría.

Preferiría morir que admitir ante cualquiera el otro punto sensible y tierno que
albergaba en mi corazón helado. Especialmente a mí misma. Desafortunadamente, ese
lugar secreto se había abierto de par en par y me dolía con locura porque el chico a quien
pertenecía estaba parado frente a mí pareciendo un zombi con el corazón roto.

Incluso cuando éramos niños, Ry Archer y yo siempre estábamos en lados opuestos


de cualquier situación. Discutíamos interminablemente y nunca estabamos de acuerdo en
nada. Pelear con Ry era tan fácil como respirar, y nuestros interminables conflictos,
grandes y pequeños, jugaron un papel bastante grande en por qué no quería salir de mi
propia vida solo para interpretar al villano recurrente en la suya. Ya teníamos edad
suficiente; no había necesidad de ser forzados a soportar la compañía del otro. No había
razón para que ninguno de los dos sufriéramos.

No teníamos que ser bombardeados con recuerdos de esa noche donde una de
nuestras legendarias peleas por algo pequeño de repente estalló en otra cosa. Hasta el día
de hoy no tenía idea de cómo una discusión llevó a quitarnos la ropa y que ambos nos
miráramos como si la otra persona tuviera todas las respuestas en el mundo. Claro, Ry era
ardiente, inteligente y popular. Pero también era testarudo, abrupto y demasiado
obstinado. Uno podría llamarlo el calor del momento, porque había sido explosivo, pero
todo ese calor y afecto que se escondía bajo la animosidad se convirtió en cenizas al
segundo que Ry decidió que se arrepentía de dejar que las cosas llegaran demasiado lejos,
e inmediatamente se alejó. Siempre habíamos tenido una intimidad extraña entre
nosotros que era más cercana que una amistad, pero no fue hasta que me alejó a propósito
y encontró a alguien que era mi opuesto total que me di cuenta de que los enemigos
podrían conocerse mejor de que los amigos nunca lo hicieron.

Ahora, no tenía que dejar que su percibida perfección me molestara. Y mi absoluta


falta de conformidad y desprecio de las reglas ya no era necesaria para molestarlo.

Nunca fue fácil entre nosotros dos, pero en los últimos años, mientras salía con
Aston Wheeler, las cosas se habían transformado en insoportables dentro de mi corazón.
Había varias razones para el descontento entre los dos, pero solo me permitía pensar en
ellas cuando estaba sola y me sentía particularmente melancólica e introspectiva. Sobre
todo cuando hacía música o escribía canciones.

PÁGINA | 17
Ry era una buena inspiración para canciones tristes.

Sin embargo nada de eso importaba en ese momento, porque Ry parecía que estaba
al borde de las lágrimas, o como si estuviera a punto de colapsar a mis pies. Tomé su rostro
estúpidamente atractivo y miré dentro de sus fríos ojos azules. Podría ser la primera vez
que Ry Archer se permitía mostrar algún tipo de debilidad o vulnerabilidad hacia mí. Así
que, mientras una gran parte de mí quería darle la vuelta y enviarlo en su camino, sabía
que no podía patearlo mientras estaba abatido. En cambio, prácticamente lo arrastré
dentro y lo situé en mi sofá de segunda mano antes de que colapsara.

Un minuto me estaba mirando con el corazón roto en sus ojos, y al siguiente, estaba
noqueado y ajeno al mundo que le rodeaba. Me quedé atónita cuando miré bien su rostro
dormido y noté que tenía huellas de lágrimas secas en sus mejillas ridículamente
cinceladas. El Ry que conocía estaba tan emocionalmente reprimido que ni siquiera estaba
segura de que supiera llorar. El chico que estaba inmóvil en mi sala de estar no era el
mismo Ry Archer que sabía cómo manejar.

El Ry que yo conocía y odiaba era el mejor estudiante. El mejor novio. El atleta


altamente galardonado y compañero de equipo súper confiable. El querido hermano
mayor. El primo firme. El hijo venerado y el amigo inquebrantablemente leal. No tenía
defectos y no permitía errores. Su estricta dedicación a poner un frente perfecto para la
fotografía era una de las principales razones por las que nunca nos llevamos bien. No tenía
tiempo ni paciencia para fingir perfección.

A pesar de que era aterradoramente temprano en la mañana, saqué mi celular de


mi bolsillo y llamé a Daire mientras iba en busca de una manta extra para tirar sobre mi
invitado no deseado. Aunque no me gustaba Ry, adoraba a Daire. Éramos lo
suficientemente similares para que fuera una de las pocas amigas en Denver con las que
me mantenía en contacto sin importar lo caótica u ocupada que fuera la vida. Charlábamos
un par de veces a la semana y nos manteníamos al tanto. Ella también me mantenía al
tanto de lo que su hermano estaba haciendo, a pesar de que prefiero arrancar mis propios
dientes a preguntarle sobre él. Nunca divulgaba lo mucho que sabía sobre los secretos que
Ry y yo compartíamos, pero era intuitiva y conocía a su hermano mayor mejor que nadie.
Estaba bastante segura de que aunque Ry nunca dijera una palabra, Daire era lo
suficientemente inteligente como para saber que había razones más allá de nuestras
diferencias que se atribuían a que Ry y yo no nos lleváramos bien y no habláramos durante
mucho tiempo.

PÁGINA | 18
—¿No podías llamarme y avisarme que tu hermano iba a aparecer en mi puerta?
¿Necesito preguntar cómo consiguió mi nueva dirección? —Hice las preguntas sin saludar
tan pronto como Daire tomó mi llamada. Solo me había mudado a la casa de South
Congress hace un mes o así. El alquiler era escandaloso, pero afortunadamente, mis padres
me estaban ayudando a mantenerme a flote hasta que los dos compañeros de piso con los
que me había juntado se mudaran. Estaban llegando al comienzo del siguiente semestre
de escuela, así que se suponía que tendría el lugar para mí la mayor parte del verano.
Ahora me arrepentía de dar a Daire y Remy un recorrido virtual y mi nueva dirección
cuando me preguntaron al respecto. Debería haber sabido que Daire le pasaría esa
información a su hermano aunque no lo pidiera directamente. Siempre estaba intentando
que Ry y yo hiciéramos las paces y volviéramos a como estábamos cuando teníamos una
tregua a medias. Pensé que pararía cuando empezó a salir con su mejor amiga, pero sus
esfuerzos para reparar las vallas por largo tiempo derribadas solo aumentaron a medida
que los años y la división continuaban.

La chica más joven resopló, y pude oírla moverse en la cama mientras retrocedía,

—Si te lo hubiera dicho, no te habrías ido a casa y él se quedaría sentado en su


camioneta perdido y abandonado después de conducir toda la noche. Además, no me di
cuenta a dónde iba hasta que ya estaba cerca de la frontera. No era exactamente
comunicativo con sus planes. Tenía que adivinar. ¿Él está bien?

Eché una mirada sobre mi hombro a donde su enorme cuerpo estaba ocupando
cada centímetro de mi sofá. Se veía pálido, y su cabello negro claramente había sido
víctima de la agitación de sus manos. Sus jeans tenían lo que parecía una mancha de grasa
en un muslo, y había un agujero cerca del cuello en su camiseta descolorida. Con todo,
era la versión más desordenada y desaliñada de Ry Archer que había visto.

—Está aquí, pero no sé si lo llamaría bien. Parece que ha pasado por un aprieto.
—Finalmente encontré un edredón que mi mamá me había hecho hace un par de
Navidades. Estaba hecho de un montón de camisetas de la vieja banda de papá. Todos los
diferentes logotipos y diseños de diferentes giras y actuaciones que ha puesto a través de
los años estaban allí. Era totalmente nostálgico y personal. Incluso mi papá se había
ahogado cuando vio todo el trabajo y los recuerdos que habían ido en el regalo. Tenía la
intención de encontrar algún lugar en la nueva casa para mostrarlo, pero siempre parecía
distraerme por otras cosas. Esa era la historia de mi vida. Me costaba equilibrar mis

PÁGINA | 19
prioridades, y todo, incluso las cosas más importantes, tendía a perderse con mi música y
las canciones en mi cabeza y corazón.

Volví de puntillas al sofá y coloqué cuidadosamente la blanda tela sobre el cuerpo


tendido del chico con el que me dije que no quería tener nada que ver ahora que
finalmente estaba por mi cuenta.

Daire suspiró pesadamente al otro lado de la llamada, y casi podía visualizar el


rostro lindo y preocupado que estaba haciendo. La chica parecía literalmente un ángel
con su cabello casi blanco y su piel súper pálida. Sin embargo, las apariencias eran
jodidamente engañosas en su caso porque la hermana pequeña de Ry era un demonio
disfrazado. Vivía para el mal y vivía a la altura de su nombre. No tenía miedo de nada, y
a menudo dejaba que su curiosidad la metiera en problemas. Era intrépida y feroz de
maneras que tanto temía como admiraba.

—Aston rompió con él. Creo que es la primera vez en la vida de Ry que se enfrenta
al rechazo. Va a verlo como un fracaso épico. No me sorprende que se esté desmoronando.
No puede soportar perder, y sé que va a encontrar una manera de hacer todo esto sobre
él y lo que le falta. No se tomará dos segundos para pensar en el hecho de que Aston
probablemente está pasando por algo bastante importante, o que esto es igual de difícil
para ella. Asumirá toda la culpa y se castigará por esto para siempre.

Soplé un aliento de sorpresa y me abrí camino a través de la pequeña casa hacia mi


dormitorio. No estaba planeando ser anfitriona pronto, y el ensayo con mi banda me había
agotado. Solo quería meterme bajo mis sábanas y dormir todo el día.

—No puedo creer que lo haya dejado. Esos dos son muy parecidos, pensé que se
quedarían juntos para siempre. Le llevó una eternidad conseguir que Royce aceptara
dejarlo salir con su hermanita. Ry hizo todo el trabajo.

Aston Wheeler era tan perfeccionista como Ry. La chica estaba bastante cerca de
ser impecable, por eso no me importaba mucho. O más bien, era una razón más por la que
me inclinaba a estar molestamente celosa de ella. Era demasiado terca para admitir que
era por eso que era distante y brusca con ella cada vez que todos los chicos se reunían.
Prefería pasar tiempo con su hermano mayor. Royce era una artista. Era peculiar y
sensible, pero también un tipo duro cuando se trataba de proteger a su hermanita que a
menudo estaba enferma y frágil cuando éramos más jóvenes. Era un poco desordenado e
irresponsable cuando se trataba de todo en su vida, incluyendo el romance, lo que hizo

PÁGINA | 20
fácil para mí relacionarme con él. No había absolutamente ninguna razón rígida e
inflexible para que Ry Archer debiera ser el chico que tenía un problema en olvidar. Si el
universo fuera justo, me habría enamorado en su lugar de Royce Wheeler hace tantos
años.

Daire volvió a suspirar.

—No solo rompió con Ry; también le dijo que iba a ir a la universidad en
California. Le dijo que no era feliz y no lo había sido en mucho tiempo. Es totalmente
fuera de su forma de ser. Han estado juntos durante dos años, y él no tenía ni idea de que
ella estaba planeando mudarse fuera del estado después de la graduación. No le dijo nada.
Creo que estuvo sorprendido tanto por eso como por la ruptura. Ni siquiera me dijo que
estaba aplicando fuera del estado. Todo esto fue una novedad para mí también. Quiero
zarandearla.

Solté un silbido bajo mientras trabajaba en quitar mis botas de mis pies.

—No sabía que pudiera ser tan reservada. —Aston parecía una chica tan dulce. No
podía imaginarla ocultando algo tan grande no solo de su novio, sino también de su mejor
amiga.

—No lo es. Por eso estoy segura de que tiene que haber una razón detrás de sus
acciones que ni Ry ni yo conocemos. Estoy preocupada por ella, pero mi hermano tiene
prioridad. Él viene primero, no importa qué. —Hizo un sonido divertido que me hizo
mirar a mi habitación vacía antes de preguntar—: ¿Quieres explicarme por qué, de todos
los que conoce, y todos sus amigos que viven más cerca que tú, corrió hacia ti? ¿Por qué
fue a buscarte, Bowe? Huyó de la chica que supuestamente amaba más que nada hacia ti.

Me volví a tirar en mi cama y prácticamente gruñí:

—Hablaré contigo más tarde, Daire. Me aseguraré de que tu hermano te llame una
vez que despierte y vuelva a ser él mismo de siempre.

Colgué la llamada con el sonido de su risa de sabelotodo.

Tiré mi celular hacia el lado vacío de la cama y levanté mis manos para frotar mis
ojos cansados. Iba a untarme maquillaje de ojos oscuros por todo el rostro, pero no pude
reunir la energía para preocuparme o despertarme para lavarlo todo antes de acostarme.

PÁGINA | 21
En su lugar, tiré de mi edredón a mi alrededor y me quedé de lado a través del colchón
mientras mis ojos se cerraban.

Pensé que finalmente me estaba liberando de todas las relaciones complicadas que
me habían perseguido a lo largo de mi adolescencia. Amaba a mis padres. Mi padre era mi
héroe, y quería ser como él cuando creciera. Él tenía una guitarra en mi mano y me enseñó
a tocar y escribir canciones desde el momento en que pude entender lo que hacía la
música tan mágica. Siempre supe que quería dedicarme a la música en lugar de
matricularme en la universidad, para horror de mi madre. Finalmente, tuvimos que llegar
a un compromiso después de que fracasé en todo mi primer semestre. Solo quería hacerla
feliz, lo que ambas nos dimos cuenta de que era un gran error.

No era que mi brillante mamá estuviera en contra de que siguiera los pasos de mi
padre. Era más que ella había estado con él durante todos los altibajos que trajo ser un
músico profesional. Ella se quedó con él cuando no tenía nada y cuando casi todo el
mundo en el planeta reconocía su rostro. Sabía lo difícil que era tener una familia y
mantener una relación cuando una de las personas involucradas daba la mitad de su
corazón a la música y las melodías. Me recordó repetidamente eso mientras crecía, tenía
que compartir a mi papá con toda la gente que le permitía hacer lo que amaba para vivir.
Sabía que solo quería que mi vida fuera un poco más fácil que eso. Quería que tuviera un
futuro seguro. No quería que me sacrificara o me acostumbrara como hacía cuando mi
papá estaba de gira durante largos períodos de tiempo. Seguido me recordaba cuán a
menudo éramos solo ella y yo, y más tarde ella, las gemelas y yo cuando mi padre estaba
fuera. Lo odié al crecer, pero entendía el sacrificio ahora que era mayor.

La música lo era todo para mí, y estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario,
sacrificar lo que fuera, para dejar mi marca como mi padre. Quería hacer que mis padres
se sintieran orgullosos, pero más que eso, quería perseguir mis sueños y lograr grandes
cosas porque me importaban, no porque simplemente tenía un padre famoso.

A menudo chocaba con mi madre más pragmática y razonable, pero nunca dudé
por un segundo que ella me amaría y apoyaría a pesar del camino que elegía para mí. Ella
era en realidad el padre más comprensivo cuando empecé a rechazar ser arrastrada a
Denver cada vez que había una razón para que mi familia pudiera reunirse con sus amigos
de mucho tiempo. Amaba que encontró una familia que los ayudó a ella y a mi padre no
solo a estar juntos, sino a permanecer juntos cuando los tiempos se ponían difíciles. Mis
padres eran inexplicablemente cercanos a los amigos con los que habían vivido y trabajado

PÁGINA | 22
cuando tenían mi edad. Entendí que querían que la próxima generación tuviera el mismo
tipo de vínculos y fuera el mismo tipo de sistema de apoyo que tenían, pero no era algo
que se pudiera forzar.

Las gemelas y yo teníamos nuestros propios amigos aquí en Austin, y aunque era
bueno saber que había un grupo entero de personas en las que podíamos confiar en un
pellizco independientemente del tiempo y la distancia, no podían ser parte de los desafíos
y soluciones que conformaban nuestra vida cotidiana.

Además, Ry era el epicentro de las relaciones que conectaban a todos en Colorado.


Era hacia él que todos circulábamos y gravitábamos, quisiéramos o no. Estaba
emparentado por sangre con la mitad de ellos o era el que dio la bienvenida a las nuevas
adiciones en el redil con los brazos abiertos. Había un montón de nosotros, los niños de
la segunda generación corriendo alrededor. Él era amable y encantador. Era sensato y
tranquilo. Era a él a quien acudían en busca de consejo y al que admiraban como un
modelo a seguir. El hecho de que él y yo siempre nos rozáramos de la manera equivocada
siempre me hacía sentir como una marginada. Hacía más difícil acercarse a los demás que
no hacían otra cosa que cantar sus alabanzas y caer en su practicada representación de la
perfección. Me sentía como si fuera la única persona en el planeta dispuesta a echarle en
cara a Ry su mierda una y otra vez. Me sentía como si fuera la única que podía decir que
se estaba poniendo un muro, y que debajo de esa máscara tan bonita que llevaba, era tan
desordenado como el siguiente chico conflictivo y confundido.

Se suponía que este sería el año en que finalmente me liberaría de él y de todas las
emociones beligerantes que invadían todo mi ser cuando me veía obligada a interactuar
con él. Finalmente me puse firme e iba a mantener el espacio tan necesario entre nosotros
para poder olvidarme de él y de nuestra historia juntos. Tenía que haber otros chicos que
pudieran inspirar canciones sobre el amor y el dolor. Necesitaba a Ry fuera de mi mente
y de mis recuerdos para poder concentrarme en encontrar uno.

No podía creer que estuviera durmiendo en mi sofá ahora mismo.

No podía creer que la chica de sus sueños lo hubiera dejado y le hubiera estado
ocultando algo tan grande como dejar el estado.

No podía creer que encontrara el valor para decirle, en su cara, que no la hacía
feliz. Era tan diferente a ella.

PÁGINA | 23
No podía creer que fuera a mí a quien acudió en busca de consuelo después de
todas las duras palabras y las feas acusaciones que nos hicimos la última vez que estuvimos
juntos en la misma habitación. Estaba bastante segura de que habíamos llegado a un
acuerdo mutuo para no volver a hablarnos después de esa gran explosión.

Lo único que no fue una sorpresa fue que todavía se veía tan bien como siempre.
Incluso en su jodido estado actual.

Todos esos malditos Archer fueron bendecidos con una genética escandalosamente
superior.

Todos eran altos, con una buena apariencia llamativa. Tanto Zowen como Ry se
parecían a sus padres con cabello oscuro y ojos inexplicablemente azules pálidos. Ambos
chicos estaban en muy buena forma por practicar deportes. Ry jugaba al fútbol americano,
mientras que Zowen prefería el fútbol soccer. Ry era mucho más serio sobre su deporte
elegido que su primo. Ry todavía estaba jugando futbol universitario, mientras que Zowen
había renunciado al juego para centrarse en la escuela cuando sus notas comenzaron a
caer. Las chicas Archer, Remy y Daire, se parecían más a sus madres que eran justas y
delicadas. No eran menos impresionantes que sus hermanos, a pesar de que carecían de la
prominente altura y los músculos abultados. Cualquiera de ellos te hacía girar la cabeza
por su cuenta. Cuando los cuatro estaban juntos, era como si hubieran creado su propia
fuerza magnética que hacía a todos a su alrededor incapaces de mirar hacia otro lado o
centrarse en nada más que ellos. El efecto Archer no era broma.

Ry siempre había sido increíblemente atractivo. También lo había sabido siempre.

No era que fuera del tipo engreído o egoísta. Más bien, siempre había sido el mejor
en lo que fuera que hacía, así que, por supuesto, también sería el tipo más guapo
dondequiera que fuera. Quería estar irritada por su seguridad en sí mismo, pero no estaba
equivocado, así que era un reto reprocharle su arrogancia.

Honestamente, hoy era el día más real que le había visto. Todo ese brillo y pulido
que llevaba como una armadura finalmente se había manchado, pero aun así se veía mejor
que la persona promedio. Su cabello aún era espeso y brillante, incluso cuando era un
desastre. Su cuerpo todavía estaba increíblemente constituido y magníficamente
tonificado, incluso cuando estaba mal vestido y parecía que había empujado su cena en su
rostro mientras conducía a ochenta en la interestatal. Su rostro aún parecía haber sido
tallado por un maestro escultor, incluso cuando estaba agotado y ligeramente demacrado.

PÁGINA | 24
Un descuidado Ry Archer seguía siendo el tipo más guapo que había visto en persona. Y
me gustaba más cuando su lado humano se mostraba.

Tenía que recordarme que no era absolutamente mi tipo. No cuando terminé en la


cama con él, y no ahora. No importa lo rápido que ablandara mi corazón endurecido.

Nunca entendí cómo un tipo cuyo padre era dueño y manejaba una de las mayores
y más conocidas tiendas de tatuajes en los Estados Unidos podía ser tan limpio y
apropiado. No era que Ry no tuviera tinta, pero definitivamente no adoptó la forma de
autoexpresión como muchos de los niños mayores que habían crecido corriendo por las
diferentes tiendas de tatuajes en las que nuestros padres trabajaban o frecuentaban. Podía
estar cubierto de hermosos y coloridos diseños que lo hacían destacar incluso cuando
estaba cubierto con un uniforme de fútbol. En cambio, solo tenía una imagen complicada,
negra y gris que cubría uno de sus musculosos brazos.

Pensaba que era simple y aburrido. Mi papá, que estaba cubierto de tinta de todo
el mundo, me recordaba que era igual de malo juzgar a alguien por lo normal que se veía
como hacer suposiciones basadas en cómo decidían decorar su cuerpo. No era mi lugar
cuestionar por qué Ry dejó o no que su padre le pusiera su famoso y muy codiciado trabajo
encima... pero lo hacía de todos modos. Sobre todo porque sentía que necesitaba
cuestionar todo lo que Ry hacía.

El chico era más allá de confuso.

También lo era lo que sentía por él.

Porque, mientras Aston Wheeler podría ser su primer amor y el que eligió como
su pareja perfecta... yo fui su primer todo lo demás... y él era mi único.

PÁGINA | 25
CAPÍTULO DOS

o estaba seguro de qué hora era cuando finalmente logré abrir los
ojos al día siguiente. Me sentía un poco como si hubiera sido
golpeado por un apoyador de ciento quince kilos o un
semirremolque. Me dolía la cabeza de la misma manera que cuando
bebía demasiado y me veía obligado a levantarme temprano al día siguiente para practicar.
Froté mis ojos y balanceé mis piernas fuera del sofá desconocido y seriamente grumoso.
No tenía recuerdos de nada que sucediera después de desmoronarme tan pronto como vi
a Bowe. Parecía que de alguna manera me llevó dentro de su casa. Eso no pudo haber sido
una tarea fácil considerando nuestra diferencia de tamaño.

Mirando alrededor de su casa, una cosa se hizo evidente inmediatamente. Aunque


no supieras nada de ella, sabrías que estás en la casa de un músico. Había varios tipos de
guitarras, tanto eléctricas como acústicas, colgadas en las paredes y apoyadas en muebles.
Un teclado eléctrico ocupaba toda una esquina del pequeño salón. La computadora
acomodada donde debería tener una mesa del comedor con todo tipo de aparatos para
mezclar y ajustar el sonido, así como una ser ie de auriculares de aspecto caro y
micrófonos. El lugar no era exactamente hogareño, sino que parecía el interior de un
estudio de grabación, y reflejaba la pasión número uno de Bowe.

La chica le había estado diciendo a cualquiera que la escuchara que iba a ser una
superestrella desde que empezó a hablar.

Bajé mis manos por mi rostro y tuve un olor desagradable de mí mismo cuando
levanté mis brazos. Ahora que ya no estaba funcionando en una neblina de angustia, me
arrepentí un poco de mi decisión precipitada de salir en medio de la noche con cero planes
o previsión. Ni siquiera había hecho la maleta o traído algo que hiciera que algunas noches
fuera de casa fueran cómodas.

PÁGINA | 26
Afortunadamente, era un tipo demasiado preparado y tenía una bolsa de gimnasio
preparada en mi camioneta, así que debería ser capaz de llegar hasta un gran almacén por
lo esencial. Después de recoger mi bolsa de la camioneta y limpiar la basura que había en
el camino, me abrí camino a través de la pequeña casa de Bowe hasta que encontré el
baño. Era obvio que se estaba preparando para compartir el espacio con alguien ya que las
otras dos habitaciones estaban en su mayoría vacías pero increíblemente limpias. También
estaba claro que todavía vivía sus días y noches mayormente al revés porque podía ver
que estaba profundamente dormida, acostada horizontalmente sobre su cama cuando
accidentalmente abrí la puerta de su habitación.

Siempre había sido noctámbula. Era la que quería ver películas hasta bien entrada
la noche, y la que quería ir de fiesta hasta que saliera el sol. Era imposible despertarla por
la mañana y juraba que estaba en su mejor momento una vez que las estrellas salían por
la noche.

Si esta fuera una visita normal, le habría dado un montón de mierda por llegar a
casa cuando amanecía, pero la verdad es que nada había cambiado. Me levantaba con el
sol para practicar, o para estudiar, o para ayudar a Daire con su tarea cuando todavía vivía
en casa. Cuando Bowe estaba en la ciudad por mucho tiempo, mi agenda inevitablemente
terminaba mal y fuera de lugar. Solía culpar por estar cansado a mi constante irritación
con todo lo que ella hacía, pero dudaba que la afirmación engañara a alguien. Todavía
estaba irritable y molesto en lo que a ella concernía, incluso cuando dormía bien.

Una vez que encontré el baño, abrí la ducha y me metí bajo el aerosol. Puse el agua
caliente y limpié lo que quedaba del sueño de mis ojos y mandé por el desagüe el
descontento que casi me tragó toda la noche. Necesitaba concentrarme y averiguar qué
estaba haciendo en Texas en lugar de quedarme en Denver y arreglar las cosas con Aston.
Fui lo suficientemente lógico como para saber que no era fácil para ella decirme que
habíamos terminado. También fui lo suficientemente inteligente para saber que ella había
ocultado su elección de universidad no solo de mí y Daire, sino de su hermano también,
había una razón más profunda detrás de ella. Puede que ya no quiera estar conmigo de
una manera romántica, pero hemos sido amigos desde siempre, y me preocupaba
inmensamente por ella. Incluso si ella ya no me amaba, debía seguir confiando en mí.
Estaba seguro de que estaba sufriendo tanto como yo, pero de una manera diferente. Y
debería saber que no es propio de mí abandonar a cualquiera que pudiera necesitarme,

PÁGINA | 27
incluso si ese alguien me hubiera arrancado el corazón y me lo hubiera devuelto
ensangrentado y maltratado.

No tenía sentido que en lugar de estar allí para asegurarle a Aston que todo iría
bien, corrí a la única persona que iba a tener cero simpatía por mi estúpido culo. Recuerdo
vagamente sentir que no podía respirar toda la noche hasta que finalmente vi a Bowe. Me
estaba ahogando en mis propias emociones desconocidas, pero tan pronto como tocó mi
rostro, y esos ojos color miel se fijaron en los míos, las garras invisibles triturando mis
entrañas no parecían tan afiladas. ¿Qué sentido tenía que fuera la única persona que podía
irritarme y calmarme sin esfuerzo? Siempre sentí que ella estaba jugando conmigo, que
yo no era nada más que un juguete que podía terminar y mandar a volar cuando estaba
aburrida. Convenientemente ella también me puso en un estante y se olvidó de mi
existencia cuando era conveniente para ella. Esa fue una de las principales razones por las
que nuestra relación estuvo cerca de ser polémica.

Estaba saliendo de la ducha cuando oí el timbre, seguido por una serie de golpes
rápidos en la puerta principal. Esperé un minuto para ver si Bowe se despertaba, pero no
había movimiento desde el final del pasillo donde estaba su dormitorio. Como dije, era
imposible despertarla, sin importar lo insistente que pareciera ser su visitante.

Maldiciendo bajo mi aliento, tiré de un par de pantalones de atletismo, froté una


toalla sobre mi cabello mojado, y pisoteé hacia la puerta. Según mi teléfono, ya era tarde
por la tarde, lo que explicaría por qué me sentía tan desconcertado, y también por qué mi
estómago estaba de repente gruñendo. Nunca dormía tan tarde, sin importar las
circunstancias.

Abrí la puerta sin comprobar quién estaba del otro lado porque estaba seguro de
que el papá de Bowe no la dejaría vivir sola sin todas las medidas de seguridad posibles.
Estaba obligada a tener uno de esos timbres grabados junto con un sistema de alarma, así
que era poco probable que me asesinaran una vez que abriera la puerta.

Si las miradas pudieran realmente matar, estaría tres metros bajo tierra por la
forma en que el tipo del otro lado me estaba mirando.

Moví la toalla alrededor de mi cuello y levanté una ceja ante el visitante


pesadamente tatuado.

—¿Puedo ayudarte?

PÁGINA | 28
Parecía el típico tipo de hombre que siempre daba vueltas alrededor de Bowe. Era
alto y delgado. Ambos brazos estaban tatuados hasta los dedos. Su cabello enmarañado era
una extraña mezcla de raíces negro azabache y mechones lilas cortados en un estilo
intencionalmente desordenado. Tenía varios pendientes grandes y pesados colgando de
cada oreja, y más anillos en sus dedos que un múltiple ganador del Súper Bowl. No era
mal parecido según podía imaginar, pero era un cliché tan “chico de la banda” que quería
reír. Se parecía a todos los tipos con los que Bowe coqueteaba desde que tenía edad para
salir. La mitad del tiempo, me preguntaba si solo estaban tratando de disfrazarse como su
papá. Se enojó conmigo cuando le pregunté por qué seguía persiguiendo al mismo tipo
cuando ninguno de ellos parecía quedarse mucho tiempo.

—¿Quién eres? —La pregunta fue escupida en un tono frío mientras usaba una
esquina de la toalla para limpiar un poco de residuos de agua de mi oreja.

Incliné un poco la cabeza y traté de sacarla a golpecitos cuando la toalla no


funcionó. Lo vi mirarme, su mirada enojada deslizándose sobre mi cuerpo medio vestido
que era tan diferente al suyo como la noche y el día.

Él era alto, pero yo era casi un gigante. Definitivamente tengo la altura de mi tío
Rome. Zowen y yo éramos un par de centímetros más altos que todos los hombres de
nuestra familia excepto el hermano mayor de mi papá.

Nunca había sido delgado. Practicaba deportes desde que era joven y fui bendecido
con muy buenos genes. Siempre había estado en forma y sano, pero a medida que crecía
y me dedicaba más al fútbol y a mi salud, estaba en mi mejor momento. Lo sabía.
Cualquiera que me mirara con o sin ropa lo sabía.

Este tipo me había noqueado cuando se trataba de tinta en términos de cantidad,


pero nadie me podía tocar cuando se trataba de calidad. No tenía un cuerpo lleno de tinta
para revivir todos mis recuerdos a través de imágenes en mi piel, pero tenía una pieza
intrincada y detallada que había tenido tanto mi padre como a su mejor amigo y socio de
negocios, Nash Donovan, trabajando en más de un período de tiempo una vez que fui lo
suficientemente mayor. Empezó como una forma de relacionarme con mi viejo, una
forma de entenderlo y averiguar qué lo hacía funcionar. Al final, se convirtió en una de
las pocas experiencias que compartimos donde sentí que finalmente nos acercábamos. Fue
algo que me dio que tendría conmigo para siempre, así que aunque los tatuajes nunca
habían sido una parte tan grande de mi vida como lo eran para tantos en mi extensa

PÁGINA | 29
familia, sentía que tenía una buena idea de por qué eran tan especiales e importantes para
tanta gente y cómo podían mostrar al mundo quién era alguien sin usar palabras.

El desconocido aclaró su garganta y cambió su peso sobre sus pies mientras


seguíamos mirándonos el uno al otro. De nuevo, exigió saber:

—¿Quién demonios eres? Nunca antes te he visto, y paso casi todo mi tiempo libre
con Bowe.

Enderecé mi cabeza y le di una sacudida, enviando agua volando a todas partes.

—¿Eres su novio?

Si es así, explicaría por qué estaba imaginando arrancarme la cabeza del cuerpo
con sus propias manos sin molestarse en ocultarlo.

Lo vi empezar a asentir justo cuando una voz áspera con un suave sonido texano
se me acercó por detrás.

—No. No es mi novio. Pero es mi amigo, y estamos en una banda juntos. —Sentí


que Bowe puso su mano en mi hombro mientras me empujaba hacia un lado para mirar
por la puerta abierta—. ¿Por qué respondiste mi puerta principal medio desnudo, Archer?
¿Y qué haces aquí, Nyle? No tenemos planes hoy.

El colorido cabello de Bowe era un enredo en la parte superior de su cabeza.


Todavía llevaba el mismo atuendo que llevaba cuando me presenté sin avisar tan
temprano esta mañana. Siempre era un poco áspera alrededor de los bordes, lo que era
molesto porque era una chica tan bonita, pero era innegablemente linda cuando estaba
desarreglada y soñolienta y todavía parecía una chica mala. Me recordó a otro momento
y lugar cuando yo era la razón por la que su cabello terminaba salvaje y enmarañado.
Podía recordar claramente lo suave y sedoso que se sentía en mis manos, y lo jodidamente
sexy que era cuando las hebras neón se arrastraban a través de mi piel. Habíamos pasado
de las palabras duras a la respiración pesada en un abrir y cerrar de ojos. Todo era tan
abrumador, y nunca supe cómo lidiar con tener sentimientos tan fuertes por una chica
que vivía tan lejos y era tan diferente a mí. Sabía que los opuestos podían atraerse porque
mis padres eran un ejemplo perfecto de enormes diferencias que se equilibraban entre sí,
pero nunca tuvo sentido para mí enamorarme de alguien con quien no tenía nada en
común. Eso parecía mucho más difícil de lo que tenía que ser.

PÁGINA | 30
El borde de su codo me atrapó justo en el estómago, haciéndome toser sorprendido
mientras me miraba. Levanté la toalla sobre mi cabeza y giré mi talón desnudo para volver
al baño.

—Estaba saliendo de la ducha cuando alguien empezó a golpear y no paraba.


Parecía importante, así que abrí la puerta. —Me encogí de hombros—. No tenía ni idea
de que era solo uno de tus muchos admiradores ansiosos de verte. Tan aburrido.

La oí jurar en voz baja por la pequeña puya. Sin embargo, era verdad. Dondequiera
que iba, parecía que tenía diferentes chicos cayendo a sus pies. Era en parte la chica
caliente y atrevida de la banda con la que te metías. Pero una gran parte de ella era su
ambiente inalcanzable. Todo el mundo quería lo que no podía tener, y Bowe era una
maestra en jugar el juego de “puedes-ver-pero-no-tocar”.

—En serio. ¿Quién carajos es ese imbécil, Bowe? Te vi anoche, y no mencionaste


que ibas a tener una visita.

Me reí para mí mismo mientras volvía al baño. Mantuve la puerta abierta para
poder escuchar su conversación sin reparos.

Este tipo tenía que ser una nueva adición al círculo de amigos de Bowe. De lo
contrario, sabría que algo que ella odiaba más que nada era ser interrogada o arrinconada.
Le gustaba pensar que no respondía ante nadie. Especialmente a un tipo que ni siquiera
era su novio... aunque era obvio que quería serlo.

—Exacto. Te vi anoche. ¿Entonces por qué estás aquí golpeando mi puerta? No


tenemos ensayo hoy, e incluso si lo tuviéramos, sería en horas y horas a partir de ahora.
No tenemos planes juntos hoy tampoco. No hay razón para que estés aquí. —Su voz áspera
era fría, y aunque no podía verla, podía imaginar claramente la forma en que su columna
vertebral se enderezaría con irritación, y sus hombros se cuadrarían. Bowe Keller no era
fácil de convencer, y la chica siempre daba lo mejor que tenía.

Escuché que el tipo tatuado de la banda se aclaraba nerviosamente su garganta. Las


diversas cadenas y accesorios que llevaba sonaban lo suficientemente fuerte como para
que escuchara dentro de la casa mientras cambiaba de peso.

—Pensé que estaría bien si pasaba por aquí. Quería ver si tal vez querías ir a comer
algo conmigo. Hemos estado practicando sin parar últimamente y pasando un montón de
horas. Este es nuestro primer descanso real en semanas. Pensé que podría invitarte. No

PÁGINA | 31
sabía que ibas a tener compañía. —Quería advertirle que estaba a punto de llegar al punto
de no retorno si seguía tratando de hacerla sentir culpable por tener a otro hombre en su
casa, pero era más divertido escucharle cavar su propia tumba. Solo deseaba tener un
asiento al lado del ring para este golpe—. ¿Cómo conoces a un idiota como ese? No es el
tipo de tipo con el que sueles salir.

Eché mi cabeza hacia atrás y me reí de mi reflejo en el espejo. Conducir como un


loco a mitad de la noche era una locura, pero esto podría haber hecho que todo el viaje
valiera la pena.

—En primer lugar, no estamos ni cerca de la etapa de la amistad. Segundo, ¿por


qué querría pasar mi primer día libre en mucho tiempo con alguien que veo todo el
maldito tiempo? Tercero, y más importante, quién puede y no puede quedarse en mi casa
no es asunto tuyo. No te debo una explicación sobre nada de mi vida privada. Tocamos
música juntos, y somos amistosos el uno con el otro por la banda, pero eso es todo. No
puedes preguntarme sobre nadie que conozca o cómo podría conocerlos. —Sabía que si
pudiera verla, sus cejas oscuras serían sumergidas en una V severa sobre su diminuta nariz,
y sus intensos ojos dispararían chispas ámbar de molestia. Era bonita cuando estaba
enojada. También daba un poco de miedo, aunque no era muy grande. Parecía mucho
más alta de lo que era cuando estaba enojada porque su actitud y carisma eran enormes.
Cuando estábamos uno al lado del otro, la parte superior de su cabeza solo llegaba a mi
hombro, y eso fue después de un estirón de crecimiento tardío que tuvo después de
cumplir dieciséis años.

—Y no es un idiota. ¿Quién eres tú para juzgar a alguien de quien no sabes nada?


Odio a la gente crítica y que juzga. Tengo cosas que hacer hoy, Nyle. Te veré en el ensayo.
No vuelvas a invitarte a mi casa nunca más. No seré tan amable como Ry si abro la puerta
y te encuentro al otro lado.

La puerta se cerró con un golpe final. Puse mi camiseta sobre mi cabeza y saqué
mi cabeza al pasillo justo a tiempo para ver a Bowe avanzar hacia la pequeña, pero
ordenada, y muy moderna cocina. Mi estómago gruñó de nuevo, recordándome que
habían pasado horas desde la comida grasienta que me complació en el camino. Necesitaba
una comida de verdad y un viaje para conseguir provisiones.

Seguí a Bowe a la cocina, sonriendo mientras se quitaba el cabello del rostro


mientras tomaba leche directamente de un cartón que había sacado del refrigerador.

PÁGINA | 32
—Peina tu cabello y ponte ropa con la que no dormiste. Tengo hambre y necesito
ir a una tienda a comprar algunas cosas, incluyendo ropa interior. No traje nada conmigo
cuando me fui de Denver.

Me miró fijamente sobre el contenedor de leche, haciéndome reír porque tenía un


pequeño bigote blanco del excedente, antes de que lo limpiara con la palma de su mano.

—¿Por qué tengo que ir contigo? Tampoco te invité a arruinar mi día libre.
—Levantó una ceja color medianoche y preguntó—: ¿Cuánto tiempo planeas esconderte
aquí?

Agité la cabeza.

—No sé. Pero no tengo prisa por volver a casa.

Suspiró y cerró el refrigerador con más fuerza de la necesaria.

—Tienes que volver y enfrentarla eventualmente. ¿Sabes lo mal que te sentirás si


se va a la escuela o algo así y no tienes la oportunidad de decir adiós o aclarar las cosas?
Entiendo que estés enfadado y confundido. Entiendo totalmente que están sufriendo, pero
ustedes han estado en la vida del otro por demasiado tiempo para dejar todo sin ningún
tipo de cierre.

Era mi turno de levantar las cejas interrogante.

—¿En serio? Porque te conozco por tanto tiempo como he conocido a Aston, y la
última vez que estuvimos juntos, te fuiste sin decir una palabra y te negaste a volver o a
verme de nuevo. Solo me contestas si amenazo con decirle a tus padres que no estás en
comunicación, y nunca me respondes si te llamo. ¿Cómo es que le debo a Aston algún tipo
de cierre, pero tú no me debes nada? —Era una de las cosas que siempre vivieron bajo mi
piel, que ella me había descartado tan fácilmente, a pesar de todo lo que habíamos pasado
juntos, tanto bueno como malo.

Un pesado silencio persistió mientras nos mirábamos sin pestañear. Había tanto
entre nosotros dos, a menudo no parecía que hubiera suficientes palabras en el mundo
para abarcar todo. Sin embargo, la forma en que nos miramos decía mucho.

Mi madre me dijo una vez que alguien podía esconder lo que había en su corazón,
pero lo que realmente sentía siempre se reflejaba en sus ojos. Me preguntaba qué vio Bowe
cuando me miró, porque sabía lo que yo vi cuando la miré.
PÁGINA | 33
Anhelo.

Pesar.

Confusión.

Frustración.

Y no hace mucho, podría haber jurado que lo que había en esas profundidades
fundidas era amor... y odio.

—Se lo debes a Aston porque la amas, y ella te amaba. No te debo nada porque tú
y yo no somos nada el uno para el otro. No somos amigos. No somos familia. Y no somos
amantes. Todo lo que somos es dos personas que no parecen poder escapar el uno del otro
porque nuestros padres nos obligan a pasar tiempo juntos. Es tan molesto. —Respiró un
poco y se soltó, pero pude ver que todo era bravuconería. Mi pregunta la había sacudido
un poco—. Iré contigo, pero solo porque quiero comer y asegurarme de que no compres
demasiadas cosas. No eres bienvenido aquí, Ry. No voy a ser tu refugio indefinido.

La vi desaparecer en el baño, recostado en una encimera en la cocina mientras le


confiaba mi secreto susurrado a las paredes:

—Pero siempre has sido mi refugio seguro.

Aunque no se diera cuenta ni lo reconociera, siempre era la persona a la que


recurría cuando necesitaba a alguien que me hiciera sentir mejor. Cuando no tenía nada
que dar, ella era la que llenaba mi tanque vacío de nuevo. A veces lo remataba con veneno,
pero me había acostumbrado al sabor amargo. Era único de ella y se destacaba de toda la
dulzura que todos los demás traían a la mesa.

Por eso Bowe se quedó como nadie más lo hizo.

PÁGINA | 34
CAPÍTULO TRES

bservé con los ojos muy abiertos mientras Ry metía un segundo burrito
masivo de desayuno en su boca. Estaba más cerca de la hora de la cena
que del desayuno, pero insistió en que quería algo lleno de tocino y
asfixiado con queso y chile verde. Él siempre había sido un gran
comedor, pero por lo general se reservaba para la comida aburrida, sin sazonar en grandes
cantidades que solía reemplazar las calorías que quemaba. La única vez que realmente lo
recordaba complaciéndose con mucho de cualquier cosa era durante las vacaciones
cuando todo el mundo se reunía, o cuando se permitía resbalar y beber un poco de más.
Las cosas malas sucedían cuando el chico malo reprimido en Ry lograba sacarse la correa.
Tenía experiencia de primera mano con lo diferente que era cuando se dejaba llevar.

—¿Te estás comiendo tus sentimientos, Archer? —Lo señalé con la punta de mi
tenedor y le sonreí cuando me miró enfadado desde el otro lado de la mesa donde
estábamos sentados en un pequeño lugar Tex-Mex cerca de mi casa—. Sigue comiendo
así mientras estás aquí abajo, y vas a tener que duplicar tus entrenamientos cuando
vuelvas a entrenar. —Incliné mi cabeza hacia un lado y pregunté—: ¿Los jugadores de
fútbol universitario incluso tienen vacaciones de verano como los estudiantes normales,
o realmente estás rompiendo las reglas y haciéndote la pinta?

No estaba muy interesada en los deportes. El mejor amigo de mi papá, que también
era mi padrino, era un ex estrella universitario al igual que Ry. Hizo todo lo posible por
interesarme en el fútbol antes de que llegara su primera hija y afortunadamente mostró
un interés real en los deportes. Por supuesto, Glory escogió el patinaje artístico y no el
fútbol, pero mi tío Rowdy estuvo tan comprensivo y emocionado por ella compitiendo en
el hielo como lo estaba al ver a Ry en el campo. Mis primos también jugueteaban cuando
se trataba de deportes. Eran un poco más jóvenes que yo desde luego, como mi madre
siempre decía: "Tu tío Asa tardó una eternidad en poner en orden su vida”.

PÁGINA | 35
Pero uno de los chicos parecía bastante serio sobre el fútbol y estaba siguiendo los
pasos de Ry. El otro, bueno, estaba bastante segura de que estaba haciendo lo que pensaba
que le daría más chicas y lo haría popular. Había oído por casualidad a mis padres
mencionar que estaban preocupados de que mi tío Asa estaba recibiendo su cuota justa
por ser bendecido con un hijo que era exactamente como él, y que era algo bueno que ya
tenía una palanca con la ley local ya que su mamá era un oficial de policía. Pensé que
ambos chicos eran súper lindos y muy divertidos, pero tenían más edad que las gemelas,
así que los cuatro solían pasar tiempo juntos cuando nos visitaban.

Ry se limpió la boca y se desplomó en el asiento de color terracota.

—Se suponía que debía quedarme y ayudar a otros chicos y a uno de los
entrenadores asistentes a organizar un campamento de verano para la clase entrante y los
futuros prospectos. El entrenamiento de verano no empieza hasta junio. Se recomienda
que tomemos un par de clases en el verano para aligerar la carga durante la temporada
cuando estamos tan ocupados y comprometidos con otras cosas, pero decidí no
inscribirme este verano porque quería tener un poco de tiempo libre para pasar con Aston
antes de que los dos nos ocupáramos de la escuela y la vida. Tengo que tomar un curso
completo de todos modos ya que me estoy centrando en la química como mi especialidad.
Pensé que podríamos hacer un viaje a Nueva York para ver a Royce antes de que empezara
la escuela ya que ninguno de nosotros lo ha visto en un tiempo. Probablemente molesté
a algunas personas por no estar allí para el campamento, pero lo superarán.

Dejé caer mi tenedor en mi plato y tomé mi vaso de té dulce.

—¿Cuándo vas a llamar a tus padres y hacerles saber que estás bien? Daire me ha
estado enviando mensajes desde esta mañana. Se las ha arreglado para contenerlos por
ahora, pero ya conoces a tu papá. Si esperas demasiado, él va a aparecer y exigir respuestas.
Se va a enojar porque hiciste que tu mamá se preocupara, y va a estar aún más molesto
porque te fuiste sin decirle nada. Sabes lo protector que es contigo y tu hermana.

El papá de Ry y el mío crecieron juntos. Eran súper unidos y honestamente muy


similares en un montón de formas. Mi papá era un poco más tolerante, pero ambos eran
el tipo de hombres que movían montañas y conquistaban cualquier obstáculo por sus
familias. Sabía que las gemelas y yo siempre éramos la primera prioridad de mi papá en
todo lo que hacía, y sabía que el papá de Ry sentía lo mismo. Nunca entendí por qué Ry
se presionaba tanto para lograr tanto y ser tan perfecto. A su viejo no le importaban ni

PÁGINA | 36
una mierda los elogios o los logros. No era de los que fanfarroneaban o alardeaban
innecesariamente o de los que vivían indirectamente a través de los logros de sus hijos. Él
no era el que presionaba a Ry a hacer tanto, a trabajar tan duro, pero siempre estaba allí
para asegurarse de que su hijo estaba bien y listo para ofrecer un impulso cuando Ry se
agoraba. Tenían una rara dinámica que nunca pude identificar, pero estaba segura de que
influía en por qué a veces parecía que Ry tenía dos chicos diferentes viviendo dentro de
él.

Ry empujó su plato vacío y acarició su vientre desagradablemente plano.

—Llamaré a mi mamá cuando volvamos a tu casa. Necesito otro día o dos antes de
que mi papá me grite por ser desconsiderado. —Me meneó las cejas y me preguntó con
una sonrisa—: ¿Vas a decirle a tus padres que me quedo en tu casa? Tus admiradores no
me asustan, pero tu papá sí. Puede que no le guste que estés sola en esa casa con un chico,
incluso si el chico es un amigo de la infancia.

Puse los ojos en blanco.

—Cuando mis padres acordaron dejarme un año libre antes de discutir volver a la
universidad, acordaron dejarme vivir por mi cuenta. No me dicen quién puede quedarse
en mi casa. —No es que lo harían de todos modos. Confiaban en mi juicio en su mayor
parte. Aparte de mi falta de moderación hacia el guapo chico al otro lado de mí, realmente
nunca había sido alguien que tomara decisiones cuestionables.

Su sonrisa se volvió un poco condescendiente.

—¿Ah sí? ¿Quién paga el alquiler mientras las otras dos habitaciones están vacías?
Porque incluso si estás trabajando o te las arreglas para conseguir un trabajo aquí y allá,
no hay manera de que estés pagando por toda la casa por tu cuenta.

Maldita sea. Odiaba lo observador y perceptivo que siempre fue. El chico nunca se
perdía nada. Incluso algo tan inocuo como habitaciones vacías.

—No te preocupes por quién paga.

Se rio y se inclinó hacia adelante, cruzando los brazos en el borde de la mesa.

—Puede que hayan acordado dejarte vivir por tu cuenta, pero mientras estén
pagando las facturas, tienen el derecho de aparecer cuando quieran. No digo que lo hagan,
tus padres son demasiado geniales para eso, pero podría pasar. Deberías tener eso en mente
PÁGINA | 37
si vas a tener flacos, bocones, punk rock apareciendo de la nada. Y es posible que desees
mover algunas de tus cosas fuera de las áreas comunes antes de que tus compañeros de
piso aparezcan. Parece un estudio de grabación, no una casa.

Fruncí el ceño y tomé la envoltura desechada de mi pajita para poder tirársela.

—Estaba planeando encontrar un lugar para todo antes de que aparezcan. No se


supone que se muden hasta finales de julio de todos modos. Y escuchaste todo lo que dije
esta tarde. No fue invitado, y no tenía intenciones de dejarlo entrar. Toca el bajo en mi
banda. En realidad es el hermano de mi tecladista, que es una muy buena amiga mía. Tal
vez solo fue protector porque lo tomaste por sorpresa. Creo que cualquiera se sentiría
intimidado si te encontrara abriendo la puerta inesperadamente... especialmente medio
vestido.

Sabía que no era el caso, pero por el bien de mantener las cosas en calma dentro
de la banda, esperaba restarle importancia. Nyle había estado insinuando más y más duro
últimamente que le gustaría llevar nuestra amistad casual a un nivel diferente. Sin
embargo, no salía con nadie con quien tocara música. Había visto a más de una banda
romper cuando los enredos románticos eclipsaron la música, y no quería esa vida. Quería
escribir canciones y crear algo increíble. No estaba interesada en encontrar un novio o
enamorarme.

Ya había sido quemada por esos deseos tontos cuando era más joven. En ese
entonces, Ry era el que sostenía los fósforos y el que comenzó el incendio. Todo en él era
caliente. Y no siempre en el buen sentido.

Ry resopló.

—Estaba a punto de decirme que eras su novia si no hubieras aparecido cuando lo


hiciste. Parece que es mejor poner a alguien en su lugar antes de que se nos vaya de las
manos. —Inclinó ligeramente la cabeza hacia un lado y me consideró silenciosamente
durante un largo momento. Cuando finalmente habló, su voz profunda era
sorprendentemente seria y extrañé el sarcasmo y la burla que solía usar cuando me
hablaba—. Hiciste que tu mamá accediera a dejarte tomar un año sabático. ¿Qué vas a
hacer si la banda no despega, o no logras tus sueños dentro de ese marco de tiempo? ¿Te
preocupa que te quedes atrás de los demás? ¿Tienes miedo de tener que considerar ir a la
universidad como el resto de nosotros si las cosas no salen bien con la música?

PÁGINA | 38
Todas esas preguntas las había oído antes. De hecho, mi madre tenía más y las
preguntó repetidamente cuando le dije que no tenía ningún interés en volver a la
universidad después de que reprobé mi primer semestre. La educación superior nunca fue
mi vocación, pero le prometí que lo intentaría. Terminó siendo un fracaso épico, así que
ahora no tenía más remedio que hacer que la música funcionara para mí.

—No todo el mundo tiene su vida planeada en detalles finitos como tú, Archer.
No todo el mundo tiene tanto miedo de fracasar que se niegan a intentarlo como tú.
¿Quién dice que me quedaré atrás si cambio de opinión sobre la escuela en el futuro? Hay
estudiantes de todas las formas y tamaños en estos días. Ir a la universidad justo después
de la graduación no es la respuesta para todos. Hay tantas opciones a considerar. Incluso
si alguien como tú —y mi madre, si era sincera—, no puede verlas. —Entrecerré los ojos
hacia él. —Además, nunca voy a renunciar a hacer música aunque termine siendo nada
más que un pasatiempo que hago al mismo tiempo. ¿No sientes eso por el fútbol?

Había jugado todo el tiempo que recordaba. Siempre corría a practicar o a jugar.
Parecía tan dedicado a su desempeño como yo a la creación y al escenario. Era el único
hilo que teníamos en común, o eso pensaba.

Se encogió de hombros y extendió la mano para tirar la envoltura de regreso en mi


dirección.

—Soy bueno en el fútbol. Siempre lo he sido. Por eso sigo jugando. Eres buena
haciendo música. ¿No es por eso que te has quedado con ella todo este tiempo?

Retrocedí y sacudí mi cabeza; la violenta acción hizo que las puntas púrpuras de
mi cabello se pegasen a mis labios, así que alcé la mano para recoger las hebras libres de
mi brillo labial.

—Me quedo con ella porque es parte de mí. Me siento vacía por dentro cuando no
estoy trabajando en una nueva canción o tocando un instrumento. Soy más feliz cuando
toco para otros y comparto algo que hice con una multitud que es tan apasionada como
yo. Soy músico. Eso es quién y lo que soy. ¿No eres un jugador de fútbol? ¿No es una gran
parte de lo que define quién eres?

Me miró en blanco y después de un rato me empezó a inquietar. Finalmente,


rompió el silencio y se quedó mirando hacia abajo diciéndome que se encargaría de la
cuenta y mencionando que estaba listo para irse. Todavía necesitábamos recoger algunas

PÁGINA | 39
cosas de la tienda. Se negó a darme una respuesta cuando le pedí saber cuánto tiempo iba
a quedarse, lo que me hizo pensar que él mismo no sabía la respuesta.

La incertidumbre no era algo que asociara a menudo con Ry Archer, pero él me


había sorprendido más de una vez durante el curso de nuestras vidas.

Lo seguí fuera del restaurante hasta su camioneta. Miré hacia abajo a mi teléfono
mientras pasaba mensajes, uno detrás de otro.

El primero era de la hermana de Nyle, Joey, pidiendo todos los detalles sobre Ry.
Al parecer, su hermano no había perdido tiempo en llenarla sobre mi visitante sorpresa.
Ignoré ese y en su lugar me concentré en el de Daire. Tal como esperaba, me dijo que sus
padres amenazaban con tomar un vuelo a Austin si no tenían noticias de Ry pronto. Me
advirtió que su papá había estado en contacto con mi papá, así que había una buena
posibilidad de que pudiera terminar viendo a mis padres más pronto que tarde si Ry no
sacaba la cabeza de su culo.

Le envié un mensaje diciéndole que prometió llamar a su mamá antes de que


terminara el día. Incluso hice una foto rápida de él donde estaba parado junto a la caja de
la camioneta, mirándome detrás de las lentes de sus gafas de sol, mientras me quedaba
atrás. Esperaba que sirviera como prueba de vida y mantener a todos los padres
involucrados en el lugar hasta que el chico se recuperara y volviera a actuar como él,
mandón, responsable, hiperperfeccionista.

—Juego al fútbol, pero no es quien soy. No tengo nada que me defina como la
música te define a ti.

Me tropecé con un alto ante sus palabras y me congelé cuando bajó sus gafas y me
miró con una expresión que no podía definir.

—Honestamente creo que estoy totalmente vacío por dentro. —Sonaba vacío y
desgarrado—. La mitad del tiempo, no sé quién soy ni a qué propósito sirvo. Al menos sé
lo que se requiere de mí en el campo de fútbol. No hay conjeturas allí, y si no soy lo
suficientemente bueno, sé exactamente por qué.

No estaba segura de cuánto de esto tenía que ver con su reciente ruptura o si en
realidad estaba teniendo una crisis existencial en este estacionamiento.

PÁGINA | 40
Suspiré y saqué mis propias gafas de sol de mi bolso. Cubrí mis ojos porque era
difícil evitar que viera lo profundamente que sus palabras me afectaban. Era la última
persona en la tierra por la que la mayoría de la gente sentiría lástima. En la superficie, lo
tenía todo, pero sabía que porque tenía tanto, a menudo sentía que no era digno de nada
de eso.

Esa era la razón por la que trabajaba tan duro todo el tiempo.

—No estás vacío. Estás lleno de burritos para desayunar y chile verde. —Me moví
hacia el asiento del pasajero—. También me dijiste que necesitabas ropa interior limpia,
así que vamos a ocuparnos de las pequeñas cosas que realmente podemos manejar y
preocuparnos por los grandes problemas que te cambian la vida cuando no estés también
tratando con ser recién abandonado. Todo parece mucho más difícil de lo que es cuando
estás agobiado por la desesperación.

Una vez que estábamos sentados dentro de la camioneta, deslizó sus gafas de sol
por la nariz y se giró para mirarme.

—¿Cómo puedes estar tan segura de eso, Bowe? ¿Has tenido que mirar las cosas a
través de la lente de un corazón roto? ¿Cuándo te has preocupado lo suficiente por alguien
más como para dejar que te fastidien así? —Sonaba genuinamente curioso, y no lo culpaba.

Hacía tiempo que sabía que mientras todos los demás andaban por ahí buscando a
alguien con quien besarse o enrollarse, yo había estado convenciendo a mi papá para que
me comprara una guitarra nueva o me llevara de gira con él. Nunca estuve locamente
enamorada, o al menos, no dejé que se notara la única vez que lo estuve.

Extendí la mano y usé mi dedo índice para empujar sus gafas de nuevo sobre sus
helados ojos azules. Me aclaré nerviosamente la garganta cuando sentí el calor irradiando
de su piel. Un músculo saltó en su mejilla mientras jalaba mi mano hacia atrás y me movía
ansiosamente en mi asiento.

—No diría que mi corazón se ha roto alguna vez, pero hubo un tiempo en que
definitivamente estaba magullado. Terminó un poco negro y azul cuando olvidé tener
cuidado con él. —Podía sentirlo mirándome fijamente incluso mientras giraba mi cabeza
para mirar el parabrisas—. Vamos. Tengo cosas que hacer en la casa, y tienes que llamar
a tu mamá.

No quería continuar la conversación.

PÁGINA | 41
No quería que siguiera haciendo preguntas.

Y realmente no quería que supiera que la única vez que mi medidor de cariño
interno se inclinó de gustar a amar fue el verano en que olvidé lo mucho que lo odiaba y
lo diferentes que éramos.

Ese verano, le dejé robar mi primer beso y me dejé caer ciegamente por un camino
de exploración y experimentación del que no había vuelta atrás. Como dije, yo fui su
primer todo también. Ninguno de nosotros sabía lo que estábamos haciendo o cómo
terminaría. Siempre había habido una chispa entre nosotros dos, pero no creo que
ninguno de los dos estuviera listo para lo que pasaría cuando esas pequeñas brasas se
incendiaran y quemaran lo suficiente como para dejarnos chamuscados y con cicatrices.

Nunca olvidaría ese verano. O la forma en que mi corazón joven, frágil y no


probado se rompió un poco cuando de repente oí que Ry estaba saliendo con otra chica.
Y ella no era la que siempre lo perseguía y permanecía alrededor, esperando ser notada.
Ella no era una que era simple y fácil.

No. Esta chica era todo lo contrario de mí. Ella era alguien que él conocía tan bien
como me conocía. Era alguien que no se atrevería a tirar o maltratar. Y como la conocía,
había crecido con ella, no podía negar que los dos eran una buena pareja. Encajaban
mucho mejor de lo que él y yo alguna vez lo haríamos, independientemente de cómo nos
sentíamos atraídos el uno por el otro.

Eso dolió, tal como dijo.

Tener un corazón roto no fue divertido, pero me recuperé rápido.

Me dije una y otra vez cuando intenté olvidarme de él que nunca iba a dejar que
se acercara lo suficiente para hacer ese tipo de daño de nuevo.

Esa fue una de las lecciones importantes de la vida, que aprendí de Ry Archer.

PÁGINA | 42
CAPÍTULO CUATRO

o siento, mamá. No quería preocuparte. Sé que fui irresponsable


y no me comporté como yo.

Soplé un aliento y bajé una mano por mi rostro mientras


miraba hacia la oscuridad que llenaba el pequeño patio trasero
de Bowe. Podía oír el alboroto desde la calle a unas cuadras, y el chirrido de algún tipo de
bicho. Sin embargo, con todos esos sonidos, pude oír a mi madre tratando de mantener la
calma al otro lado de la llamada.

Mi mamá era definitivamente la disciplinaria en nuestra familia. Ella era la


creadora de reglas y la reguladora. Repartía castigos y hacía que Daire y yo enfrentáramos
las consecuencias de nuestras acciones cuando la jodíamos. Mi viejo era un poco
demasiado convencional y marchaba a su propio ritmo. A menudo alentaba algunos de
los malos comportamientos que volvían loca a mi madre. No le gustaba la conformidad de
ningún tipo, así que era mucho más laxo con nosotros los niños cuando éramos jóvenes.
Eso no quería decir que toleraba cualquier mierda, pero no era tan grande en reprimendas.
Preferiría que aprendiéramos de nuestros errores y descubriéramos cómo no volver a
cometerlos por nuestra cuenta. A menudo me decía que la experiencia era el mejor
maestro que iba a tener.

Mi mamá también era una heroína.

Salvaba vidas para vivir. Era brillante y probablemente la mujer más compasiva
del mundo entero. Trabajaba duro, lo que significaba que a menudo estaba ausente de
eventos importantes, pero nunca sentí que me faltara su tiempo o atención. Cuando estaba
en casa, se centraba únicamente en la familia, a veces hasta el punto de ser autoritaria.
Ella y mi papá obviamente tenían estilos de crianza opuestos, que supongo cubrían todas
las bases y necesidades que mi hermana y yo podríamos tener.

PÁGINA | 43
Mi mamá suspiró, y pude imaginarla tratando de escoger sus palabras
cuidadosamente. Ella era una mujer muy deliberada y considerada. Ponía a los demás
primero sin pensarlo y odiaba lastimar a alguien. También era una perfeccionista absoluta,
así que cuando realmente lo pensé, me di cuenta de que me parecía a ella un poco más de
lo que nunca pensé. Estaba seguro de que estaba lista para cantarme otra por irme sin
decir una palabra y por esperar tanto tiempo para reportarme, pero sabía que estaba
lidiando con una avalancha de nuevos sentimientos desde que me dejaron, así que estaba
andando con cuidado.

—¿Consideraste lo que te pudo haber pasado en la carretera a ti solo en medio de


la noche? Tu camioneta podría haberse descompuesto y haberte dejado varado. ¿Y si
tenías un accidente? Tu papá y yo ni siquiera sabíamos que te habías ido. No habríamos
podido ayudarte si algo hubiera pasado. No me molesta que sintieras que necesitabas
escapar o que necesitases espacio. Me duele que no hayas considerado lo preocupada que
estaría la gente que te ama cuando desapareciste de la faz de la tierra. Tu pobre hermana.
¿Sabes que estaba llorando hasta que finalmente contestaste el teléfono? Y tu prima.
—Volvió a suspirar—. Tu papá y tu tío casi llegaron a los golpes cuando fue allí a
interrogar a Zowen sobre dónde podrías estar. Le debes una disculpa a mucha gente, Ry.

Asentí hacia la noche aunque ella no podía verme.

—Lo sé. Realmente no estaba pensando. Todo me tomó por sorpresa, y solo quería
poner tanto espacio entre Aston y yo como sea posible. No quería hacer o decir algo de lo
que me arrepentiría. Voy a hablar con papá y el tío Rome mañana. También voy a aclarar
las cosas con Zowen. No te preocupes.

Dejó salir una pequeña risa.

—Soy tu mamá. Es mi trabajo preocuparme por ti. Lo haré hasta el día en que
muera. No importa lo mayor que seas. Todavía eres mi bebé.

Apoyé un codo en mi rodilla y me incliné hacia adelante, frunciendo el ceño en la


oscuridad frente a mí.

—Mamá —arrastré mientras trataba de luchar con mis pensamientos enrevesados


en algún tipo de orden—. Eres médico.

El otro extremo de la línea se calló por un segundo antes de que respondiera con
obvia confusión.

PÁGINA | 44
—Lo soy. Siempre lo he sido. Pero también he sido siempre tu madre. ¿Cuál es tu
punto?

Le di a mi cabeza una sacudida en confusión.

—No sé si tengo uno. Estaba pensando en cómo eres médico, y papá es un artista.
Eso no es solo lo que ambos hacen, pero es parte de lo que ambos son. No creo que tenga
algo así, y apesta. Sobre todo porque no estoy seguro de cómo encuentro algo que me
defina.

Mi mamá estuvo callada por un minuto. Una vez más, sabía que estaba tratando de
elegir las palabras correctas en lugar de solo decir cualquier cosa que podría doler más de
lo que ayudaba. Cuando habló, su voz era suave y relajante. Era la misma que usaba
cuando era pequeño y tenía miedo de la oscuridad o de los monstruos debajo de la cama.

—Hay muchas cosas que me hacen ser quien soy. Soy médico. Madre. Esposa. Tía.
Amiga. Hija. Defensora. Todas esas pequeñas piezas hacen el todo. No las tenía todas
cuando tenía tu edad. Las recolecté una por una mientras vivía mi vida y experimentaba
cosas nuevas. A medida que crecía y aprendía y enseñaba a otros. Ya tienes algunas de las
piezas de lo que estás destinado a ser, Ry. No tengas tanta prisa por recogerlas todas
demasiado pronto. Entiendo que realmente te gustaba Aston y que eras serio con ella,
pero los dos son todavía jóvenes. Tienes mucho más que esperar que ser el novio de
alguien. Una vez que hayas tenido tiempo de curar esta pequeña herida, lo reconocerás.

Grité una risa sobresaltada. Curiosamente, no le había dado a Aston un segundo


pensamiento desde mi conversación con Bowe antes. Estaba atascado en su pregunta
acerca de ser un jugador de fútbol. ¿Era algo que estaba haciendo porque me llenaba y me
hacía feliz? ¿O estaba jugando porque era lo que siempre había hecho, y tenía sentido?
¿Quería ser un atleta porque satisfacía alguna necesidad que tenía, o simplemente porque
no sabía cómo ser otra cosa?

Algo así como estar con Aston.

Estaba empezando a preguntarme si me convencí de enamorarme de ella porque


tenía más sentido que porque estaba genuinamente abrumado con sentimientos por ella.
Era todo bastante confuso ahora que tenía el espacio para dar un paso atrás y mirar mi
relación fallida objetivamente.

PÁGINA | 45
—Sí. Supongo que lo averiguaré. Volveré pronto. Cuando esté listo para irme a
casa, te prometo que les avisaré a ti y a papá esta vez y te mantendré actualizada en el
camino.

Ella hizo un sonido aliviado.

—Bien. Me preocupaba que fueras a estar por tu cuenta y saltarte el entrenamiento


de verano por completo. Has trabajado tan duro durante tanto tiempo para renunciar a
todo ahora.

No siempre le gustó que jugara al fútbol porque eso significaba que me lastimaba
mucho. Pero odiaría que me fuera sin razón alguna, porque tenía razón. Había dedicado
toda mi adolescencia a ser el mejor jugador que podría ser.

—Lo sé. No voy a dejar que un corazón magullado lo arruine todo. —Era
demasiado obstinado para eso, a pesar de lo confundido que me sentía acerca de todo en
mi vida en este momento.

Mi mamá murmuró tranquilamente:

—¿Magullado? ¿No roto?

Me reí de la pregunta y eché una mirada sobre mi hombro hacia la casa. A través
de la puerta de cristal, pude ver a Bowe sentada en el salón con una guitarra en sus manos.
Tenía unos auriculares enormes, y estaba totalmente absorta en lo que tocaba para que
pudiera mirarla todo lo que quisiera.

—Sí. Creo que podría estar magullado. No me di cuenta de que había una
diferencia hasta que alguien me la explicó. Si mi corazón estuviera realmente roto, no
podría usarlo más, y parece estar latiendo bien bajo ciertas circunstancias. —Como
cuando antes Bowe levantó la mano y movió mis gafas de sol sobre mi nariz. Estaba
latiendo tan rápido en ese momento, que pensé que podría liberarse de mi pecho.

—Bueno, es bueno oírlo. Jet y Ayden saben que te quedas con Bowe en este
momento, así que pórtate bien. Tengo que decir que me sorprende que de todos tus amigos
y familiares, hayas elegido un viaje repentino a Austin para ahogar tus penas. Tú y Bowe
siempre han sido un poco combativos. Ella es la única niña que no te adoró a primera
vista. Tuvo que acostumbrarse a ti con el tiempo. Pensé que se distanciaron cuando dejó
de venir a Colorado para el verano hace unos años.

PÁGINA | 46
Gruñí y me puse en pie.

—Nos distanciamos, pero ella siempre se mantuvo en contacto con Daire. No


puedo explicarlo. Todos en Denver son amigos de Aston y yo. Sabía que cuando se
enteraran de que nos separamos, iban a estar divididos entre uno de nosotros al que
deberían estar tratando de hacer sentir mejor. E iban a querer saber por qué nos separamos
de repente. Ya que ni siquiera puedo responder a eso, simplemente decidí apartarme de
la pregunta. Bowe es igualmente indiferente a mí y Aston. No iba a elegir un lado para
culparme o interrogarme sobre lo que pasó. Sabía que se iba a enojar sin importar las
circunstancias. Aparecí de la nada, y aunque estaba molesta, no me rechazó. No estaba
pensando con claridad cuando empecé a conducir, pero venir a verla era lo único que
tenía sentido.

Mi mamá hizo otro sonido suave, pero este no lo pude descifrar. Sonaba como si
estuviera conteniendo su risa cuando me dijo:

—Ya veo. De acuerdo, llama a casa si necesitas algo. Tengo un millón de cosas más
que quiero decirte, pero sé que lamentas sinceramente hacer que aún más de mi cabello
se vuelva blanco. Nunca olvides que tu padre y yo confiamos en ti porque nunca nos has
dado una razón para no hacerlo. Siempre estamos de tu lado sin importar lo que pase en
tu vida personal. Vamos a apoyar las decisiones que tomes para tu futuro, pero eso no
significa que no vamos a cuestionarlas en el camino.

Me reí.

—Mamá, tu cabello blanco no tiene nada que ver conmigo. —Tanto ella como mi
hermana eran tan rubias que su cabello a menudo se veía blanco en la iluminación
correcta—. Te hablaré más tarde. Dile a papá que lo llamaré mañana.

Colgué mientras ella gritaba que me amaba. Nunca terminaba una llamada o me
dejaba salir de casa sin esas palabras. Las oía tan a menudo que entraban por un oído y
salían por el otro, pero esta noche resonaban. Nunca era bueno dar por sentado el amor
de alguien. No había garantía de que el amor o la persona que lo compartiera estarían allí
la próxima vez que los necesitaras. Debe ser tratado como algo precioso y delicado. No
como algo indefinido. Me puse de pie y le envié un mensaje a mi mamá diciéndole que la
amaba también, antes de volver a la casa.

Me detuve a medio paso cuando oí lo que Bowe estaba tocando.

PÁGINA | 47
Mirándola y conociendo su linaje, sería fácil asumir que favorecía el punk rock
fuerte y agresivo o la música heavy metal. Y aunque definitivamente había experimentado
con esos sonidos cuando era más joven, realmente se asentó en un sonido más
independiente y alternativo que se apoyaba más en su composición. Por lo poco que había
oído cuando Daire me obligó a escuchar lo que fuera que Bowe estaba trabajando, todo
sonaba taciturno y melódico. Las letras siempre eran profundamente personales y tocadas
con lo que estaba pasando en su cabeza en ese momento, así como el estado del mundo.
Incluso cuando no la entendía y parecía un extraterrestre, podía tener un poco de visión
si escuchaba lo suficiente la música que hacía.

Fui a la cocina a buscar una botella de agua. Iba a preguntarle si necesitaba algo,
pero dudaba que pudiera oírme con esos auriculares puestos. Le envié un mensaje y esperé
cerca del refrigerador por si iba a contestar. Para mi sorpresa, un momento después, bajó
la guitarra y se acercó para apoyarse en el otro lado de la larga encimera que separaba la
sala de estar de la cocina.

Bowe asintió cuando le pregunté si quería agua. Torpemente la atrapó cuando se


la lancé. Sonreí ante el casi balón mientras me ponía mala cara.

—No soy uno de tus compañeros de equipo. No es mi segunda naturaleza atrapar


lo que sea que lances. —Arrancó la tapa y me dio una mirada curiosa—. ¿Todo bien en
casa? Tu papá no va a aparecer y arrastrarte a casa, ¿verdad? —Sus ojos se agrandaron
mientras soltaba un falso suspiro—. No va a hacer que mi papá lo haga, ¿verdad?

Su pregunta me sorprendió sacándome una risa.

—Tu papá es demasiado agradable para arrastrar a alguien en cualquier lugar.

—Tienes razón. Pero mi mamá no, y ella haría cualquier cosa que tu mamá le
pidiera.

Era cierto. Mi mamá y su mamá llevaron ser mejores amigas a un nivel


completamente nuevo. Eran tan cercanas como hermanas, y no había un movimiento que
una hiciera que la otra no supiera, independientemente de la distancia entre ellas. Incluso
se las arreglaron para permanecer súper cerca a pesar de sus propias ocupadas carreras
locas y familias en crecimiento.

—¿Alguna vez te has preguntado por qué nuestros padres siguen siendo tan buenos
amigos? ¿Crees que es raro que tengan todos estos amigos de cuando tenían nuestra edad

PÁGINA | 48
que todavía se mantienen en contacto y hacen cosas juntos todo el tiempo? ¿La gente no
suele superar esas amistades a medida que envejecen y sus vidas los llevan en direcciones
diferentes? A menudo me he preguntado qué pasó cuando eran jóvenes que los hizo
decidirse a mantener viva su amistad y les hizo creer que todos sus hijos deberían ser tan
cercanos como ellos. —Me apoyé en la encimera frente a ella, tamborileando mis dedos
en la superficie.

Bowe levantó un hombro y lo dejó caer. El movimiento hizo que su camiseta de


gran tamaño se resbalara de su hombro. Me dije a mí mismo que no mirara fijamente,
pero mis ojos no escucharon la severa advertencia. No podía apartar la mirada de la curva
elegante y sexy donde su cuello se encontraba con su clavícula. Su piel era de un bonito
color dorado que hacia juego con sus cálidos y dorados ojos. Parecía que la habían bañado
en miel, y no era la primera vez en mi vida que quería una probada.

—Mis padres tuvieron una infancia de mierda. Mis abuelos en ambos lados son
basura. A las gemelas y a mí nunca se nos ha permitido tener nada que ver con ellos. Creo
que cuando nuestros padres eran jóvenes, solo se tenían entre ellos para confiar.
Encontraron familia entre ellos porque sus familias reales los decepcionaron bastante
consistentemente.

—Supongo que eso tiene sentido. Daire y yo vemos a nuestros abuelos del lado de
mi papá todo el tiempo, pero los de mamá son solo una o dos veces al año. Están tan tensos.
Nunca es un buen momento. —Aparté mi mirada de su piel desnuda y aclaré mi
garganta—. No me dejes interrumpirte. Como tan amablemente me has recordado, no fui
invitado a quedarme aquí. No quiero meterme en tu camino o infringir tu tiempo. Puedes
seguir practicando o lo que sea. Jugaré un juego en mi teléfono o algo y no te molestaré.

Se levantó y tocó los extremos de su cola de caballo mientras apartaba su mirada.

—¿Escuchaste algo de lo que estaba tocando?

Parecía nerviosa, lo cual no era muy propio de ella, especialmente cuando se


trataba de música.

—Escuché el final.

—¿Qué te parece? Es la primera vez que escribo música con una banda real.
Normalmente solo soy yo y una guitarra. Tener todos los demás instrumentos y las
opiniones de los otros músicos es una experiencia totalmente diferente. —Fue su turno

PÁGINA | 49
de tamborilear sus dedos en la encimera—. Siempre quise estar en una banda como mi
papá pero supongo que no me di cuenta de lo difícil que podría ser.

Levanté un poco mi mentón y la miré con consideración.

—Sonaba bien. Pero solo escuché tu parte. Creo que todo lo que te he oído tocar
suena bastante bien. Tendría que escuchar toda la canción o tocarla a toda la banda para
decirte si me gustó más allá de tu parte. Eres muy bonita y odiosamente talentosa. Tienes
ese algo que hace que la gente quiera verte y escuchar lo que sea que estés diciendo. Atraes
a la gente sin intentarlo. No sé por qué necesitas estar en una banda. Podrías tener éxito
por tu cuenta.

Parecía estar meditando las palabras como si tuviera una idea. De repente, se
acercó al otro lado del espacio, separándonos, y agarró mi bíceps.

—Ven al ensayo conmigo la próxima vez que vaya, si todavía estás aquí. Puedes
escuchar un par de canciones e irte. No tienes que quedarte mucho tiempo. He tenido
algunos amigos pasando para obtener su opinión, pero sé que vas a ser honesto. No serás
agradable solo para evitar herir mis sentimientos. Por favor, Ry. Realmente necesito la
retroalimentación antes de empezar a tocar frente a grandes grupos de personas. Hemos
tenido algunos pequeños conciertos aquí y allá, pero estamos a punto de abrirle a una
banda local bastante conocida a finales de mes. No quiero avergonzarme. No quiero
tropezar antes de empezar.

Me sorprendió la petición. No tenía ni idea de que ella confiaba tanto en mí o en


mi aporte. En el pasado, siempre actuaba como si no le importara mi opinión sobre ningún
tema. Como cuando le dije que no estaba seguro de que enrollarnos fuera una buena idea,
me dijo que era un idiota y se negó a escuchar mis razones.

—Claro. Iré contigo y escucharé a tu banda. De todos modos, no pensaba volver a


casa mañana.

Ella rebotó arriba y abajo de puntillas y aplaudió juntando sus manos, luciendo
más feliz de lo que la había visto en un tiempo.

Realmente esperaba que el resto de la banda no apestara, porque no quería pisotear


todos sus sueños y entusiasmo. Ya tenía mucho en mi contra. No quería apilar más la
baraja, no cuando finalmente sentía que algo de la distancia que ella forzó entre nosotros
había empezado a desvanecerse.

PÁGINA | 50
Lo último que quería era que estuviera fuera del alcance de nuevo. Me di cuenta
de repente que no debería ser tan fácil alcanzar a una chica mientras se suponía que iba a
dejar ir a otra.

Pero aquí estaba, haciendo exactamente eso.

PÁGINA | 51
CAPÍTULO CINCO

s tan alto... y grande... y guapo. —Le di a mi emocionada


tecladista una mirada dura mientras me empujaba con el codo.
Su mirada estaba firmemente fija en donde Ry se apoyaba
silenciosamente contra una pared en la parte trasera de nuestro
pequeño y abarrotado espacio de ensayo. La sala estaba llena de instrumentos y
amplificadores. Había un viejo sofá contra una pared en el que no podías pagarme lo
suficiente para que me sentara y un equipo de grabación portátil junto a otro. Ya era un
ajuste apretado con solo los cuatro miembros de la banda. Agregar a Ry a la mezcla hizo
que el espacio pareciera sofocante. Sentí que no podía moverme sin sentir su mirada sobre
mí o su abrumadora presencia en el aire—. ¿Cómo pudiste ocultarme a un amigo de la
infancia que se ve así? Pensé que éramos mejores amigas.

Le di a Joey otra mirada mientras ajustaba la correa de mi guitarra sobre mi


hombro. Ella y yo éramos buenas amigas. Fuimos juntas a la preparatoria, y fue una de las
pocas personas con las que me mantuve en contacto después de que decidiera dejar la
universidad y dedicarme a la música a tiempo completo. Pero no iría tan lejos como para
llamarla mi mejor amiga. Esa posición estaba reservada para otro Archer. La que era más
salvaje y difícil de atrapar.

Amaba a Remy Archer con todo mi corazón. Ella era todo lo que quería ser y una
de las personas que más admiraba en el mundo. Era un par de años mayor que yo, pero
nunca pareció importarle la forma en que la seguía y la molestaba constantemente cuando
era más joven. Amaba que viviera según sus propias reglas y que no le importara nada lo
que los demás pensaran de ella. Era contagiosamente positiva y brillante, y su manera
única de ver el mundo que la rodeaba siempre hacía de salir con ella una experiencia
interesante. Cuando decidí dejar de visitar Colorado, fue la única persona que casi me
tienta a cambiar de opinión sobre regresar. Era la única persona que me había apoyado
plenamente cuando decidí dejar la universidad. Hablábamos por teléfono al menos una

PÁGINA | 52
vez a la semana, sin importar dónde estuviera. Y me había acostumbrado a que apareciera
en Austin sin avisar cuando le convenía. Mis padres incluso empezaron a tener una
habitación libre en nuestra casa para ella cuando todavía vivía en casa. Era la única
persona a la que no le ocultaba secretos.

Era la única persona que sabía que Ry y yo teníamos una historia que iba más allá
de nuestra complicada amistad de la infancia.

—Juega al fútbol. Tiene que ser grande y alto —resoplé—. Y sabe exactamente lo
guapo que es. Alguien le dice que es hermoso al menos una vez al día, y nunca se
sorprende. Estoy bastante segura de que la palabra humilde no está en su vocabulario.

Joey murmuró y cambió su mirada entre Ry y yo con abierta curiosidad.

—¿Y estás segura de que solo son amigos? Nyle dijo que parecía un poco más que
amistad cuando pasó por tu casa el otro día.

Me saqué el cabello de debajo de la correa y rasgué mis dedos a través de las cuerdas
antes de inclinarme para conectar la guitarra en el amplificador.

—No te ofendas, pero tu hermano no tiene ni idea. Parece ajeno al hecho de que
no me interesa nada más que su amistad y ser compañeros de banda. No creo que confíe
en su juicio para nada.

Joey me empujó con el codo otra vez y bajó la voz. La cabeza de su hermano de
repente se levantó como si estuviera consciente de que él era el tema actual de nuestra
conversación.

—Dale un respiro. Le gustas de verdad. Está acostumbrado a que las chicas lo


persigan. Es súper torpe y demasiado agresivo cuando es él quien tiene que esforzarse. No
creo que quisiera sobrepasarse.

Soplé un aliento frustrado y le hice señas para que tomara su lugar en su teclado.

—Me preocupa cómo algo así podría afectar a la banda. Tienes que decirle que no
estoy interesada y que no tengo planes de salir con nadie con quien trabajo.

—Bien, de acuerdo. Intentaré metérselo en la cabeza. —Señaló con brillante uña


pintada a donde Ry veía el intercambio con una expresión muy aburrida en su rostro
demasiado bonito—. Por supuesto, tener a alguien que luzca como esa persona

PÁGINA | 53
quedándose en tu casa y viniendo a los ensayos probablemente hará más para persuadir a
Nyle de que se retracte de lo que yo diga.

Miré a Ry frunciendo el ceño mientras repetía sus palabras en mi cabeza.

¿Era necesario que Ry fuera bendecido con todo?

Era muy listo.

Era amable y considerado.

Era un jugador de equipo.

Tenía un gran cuerpo.

Tenía un rostro casi perfecto.

Se ejercitaba mucho.

Su personalidad era la única área que tenía espacio para mejorar, pero parecía
guardar las partes espinosas y difíciles para mí y solo para mí, así que obviamente nadie
más lo consideraría un defecto.

Honestamente, sería bastante imposible para cualquier otra persona compararse


con él. Sin embargo, prefería morir que hacerle saber que pensaba eso. Hacía casi
imposible explicar a nadie más por qué no estaba tan enamorada de él como el resto de la
población parecía estar.

Después de unos minutos de afinación y asegurarme de que los niveles de sonido


eran correctos, pregunté si todo el mundo estaba listo para lanzarse a las primeras
canciones de nuestro repertorio planeado. Joey y Nyle asintieron, y nuestro baterista, un
tipo que parecía un camionero, me señaló con la punta de una de sus baquetas antes de
contar en voz alta hasta el primer compás.

Al principio, todo sonaba genial. La canción era perfecta y suave. Sonaba de la


forma en que la habíamos practicado mil veces antes. Mi voz llenó el espacio con letras
sobre el amor y la pérdida mientras Nyle venía detrás con voces de respaldo.
Normalmente, nuestras voces se mezclaban bien y armonizábamos sin problemas. Hoy,
sonaba plano, y se adelantó en el coro y atrasó en el puente. Apenas llegamos al final de
la canción, y cuando lo hicimos, casi me daba vergüenza mirar a Ry.

PÁGINA | 54
Lo traje aquí para darme su opinión honesta, pero no lo necesitaba para saber que
sonábamos como basura en este momento. Aclaré mi garganta, y el sonido resonó en el
micrófono. Vi a Ry levantar una ceja oscura y cambiar su peso. No dijo nada, pero no
necesitaba hacerlo. Pude ver cientos de pensamientos diferentes correr a través de su
mente mientras nos mirábamos.

—Vaya... vamos a llamar a eso un calentamiento y tomarlo de nuevo desde el


principio. ¿De acuerdo? —Miré por encima de mi hombro y vi que Nyle también estaba
mirando a Ry mientras el resto de la banda miraba a Nyle—. Todo el mundo necesita
concentrarse. No tenemos mucho tiempo antes del espectáculo. Sé que es solo una
actuación de apertura, pero puede conducir a cosas más grandes y mejores. Además, nunca
se sabe quién estará en la audiencia. —Ese era mi sutil recordatorio de que era más que
probable que mi papá fuera a aparecer para verme tocar en mi primer concierto de pago
real. No esperaba que nos firmara su discográfica o usara sus contactos para
promocionarnos, pero me negaba a hacer algo en el escenario que lo avergonzara o lo
decepcionara. Y tal vez, tal vez, si fuera lo suficientemente buena, mi mamá finalmente
creería en mí y apoyaría mis sueños.

Le di al camionero un asentimiento.

—Cuenta atrás de nuevo.

Frunció un poco el ceño y esta vez señaló con su baqueta a Nyle.

—No lo arruines esta vez, hermano.

Nyle miró al suelo y airadamente tocó las cuerdas de su bajo. Asintió con renuencia
mientras el camionero comenzaba la canción.

Esta vez pasamos por la primera y la segunda canción con un pequeño incidente.
La canción estaba bien, pero no sonaba tan bien como cuando ensayábamos. Sabía que
faltaba algo, pero no sabía qué era. No estábamos fuera de ritmo en absoluto, y nadie se
perdió su parte, pero la canción sonaba aburrida y del tipo hueco.

Cuando entramos en la tercera canción, una balada más lenta y emocional sobre
una pareja que no estaba destinada a ser sin importar lo duro que intentaran hacer que las
cosas funcionaran, Mi mirada atrapó la de Ry, y de repente toda la emoción y el
sentimiento que faltaba en las dos primeras canciones estaba de lleno en las palabras que

PÁGINA | 55
salían de mi boca... multiplicado por cien. Nunca había oído una de mis canciones sonar
tan bien. Tan rica. Tan llena de vida.

Nunca había tenido a alguien a quien cantarle así.

Nunca había tenido a la persona que inspiró las letras en la misma habitación
cuando las cantaba.

Era una experiencia completamente nueva, y me impactó hasta el fondo.

Ry se separó de la pared y dio un paso más cerca de la banda. La expresión que


cruzó su rostro era una que nunca antes había visto, pero era intensa; me hizo perder el
siguiente acorde que se suponía que debía tocar. Esta vez yo fui la que se atrasó en el
puente y envió toda la canción fuera de control. Tomé el diapasón, y mi guitarra gimió
en protesta. Usé la punta de mi bota para bajar el amplificador delante de mí y le di a mi
cabeza una sacudida.

—Lo siento. Ese fue mi error. Vamos a tomar un descanso rápido. Creo que todos
necesitamos un minuto. —Me deslicé la correa de la guitarra sobre la cabeza y me moví
hacia Ry.

Solo di un paso antes de que Nyle me agarrara la muñeca. Lo miré e


inmediatamente le di a mi mano un tirón para hacerle saber que quería que me dejara ir.

—Vamos a tomar algo. Quiero hablar contigo sobre el puente en la última canción.
Creo que hay una forma de que se destaque más. —Sus dedos apretaron su agarre, lo que
me hizo tener que tirar con fuerza con mi otra mano para quitármelo de encima.

—Podemos hablar más tarde. —Me froté la muñeca con el ceño fruncido mientras
le daba una mirada severa—. No me agarres así nunca más. No me gusta.

Nyle levantó sus manos en señal de rendición y miró fijamente a Ry mientras se


acercaba. Ry se acercó a la muñeca que todavía estaba frotando. Le dio a Nyle una mirada
que estaba llena de frío y calor furioso mientras su pulgar rozaba la piel notablemente
roja—. Tocas un instrumento. ¿No sabes que no debes ser tan duro con las manos de otro?

Podía sentir la tensión entre ellos. Era lo suficientemente gruesa como para
ahogarnos. Si no sacaba a Ry del local de ensayo, estaba claro que las cosas se pondrían
feas. Era obvio que nuestro ensayo se iba a ir a la mierda si no se iba. No teníamos tiempo
que perder si íbamos a estar listos para nuestro concierto, así que necesitaba que se fuera,
PÁGINA | 56
lo que, por supuesto, iba a ser más fácil decirlo que hacerlo ahora que Nyle decidió ponerse
todo maniático y posesivo.

Giré mi mano en la de Ry y agarré sus dedos en los míos. Tiré hasta que
obedientemente me siguió fuera de la habitación y al estacionamiento. El espacio de
ensayo era parte de un edificio que mi papá usaba como almacén. Convirtió varias de las
habitaciones vacías del edificio en áreas de ensayo para las diferentes bandas que
trabajaban con su discográfica, o que solo querían alquilar un lugar donde supieran que
no recibirían quejas de ruido. Estaba en una parte industrial de la ciudad, a las afueras del
centro de Austin, así que el estacionamiento estaba bastante desierto cuando arrastré a Ry
a su camioneta.

Acepté venir con él, asumiendo que se quedaría todo el ensayo o se iría cuando se
aburriera, y yo podría ir a casa con Joey. No se me ocurrió que sería una distracción tan
grande que tendría que echarlo. Olvidé lo impresionante que era para los demás y cómo
parecía llenar cualquier espacio en el que estaba, incluso si estaba haciendo todo lo posible
por pasar desapercibido.

—Tienes que irte. Este ensayo es un desastre total. —Levanté mi mano y la pasé
por la parte delantera de mi cabello, silbando cuando moví mi muñeca de la manera
equivocada—. No tengo tiempo para chicos y sus tonterías. Si sonamos tan mal cuando
abramos este espectáculo, nunca podré mirar a mi papá a los ojos de nuevo.

Ry gruñó y una vez más tomó mi mano marcada.

—No me preocuparía por ti. Tú suenas bien. Me preocuparía por el resto de la


banda. Es bastante obvio que te necesitan mucho más de lo que tú los necesitas.

Su toque se sintió como fuego donde su dedo rozó ligeramente el interior de mi


muñeca. Sentí que mis ojos se abrieron cuando levantó mi mano hacia su rostro, sus labios
flotando justo sobre la superficie de mi piel. Mi corazón comenzó a latir salvajemente
fuera de control, y estaba segura de que podía sentir mi pulso saltando a la vida donde lo
tocó.

—¿Por qué no actúas por tu cuenta? Escribiste las canciones y la música.


Fácilmente podrías ser solista.

PÁGINA | 57
Me congelé cuando dejó caer un beso apenas allí justo donde mi pulso se aceleraba
antes de dejar caer mi mano y dar un paso atrás, casi como si necesitara poner espacio
entre nosotros tanto como yo lo necesitaba.

Froté mi muñeca contra mi pecho, donde sentía que mi corazón estaba tratando
de escapar. Sentía un hormigueo de pies a cabeza y quería darle una patada en la espinilla
por hacerme reaccionar tan fácilmente. Había pasado años lejos de él, diciéndome a mí
misma que era inmune a su encanto y bonito rostro. Cuando estaba a mil kilómetros de
distancia, era mucho más fácil creer esas mentiras. Cuando estaba de pie justo frente a mí,
me sentía como una gran mentirosa.

—Te lo dije, mi papá está en una banda. Siempre lo admiré y pensaba que era
genial que tuviera todo este otro sistema de apoyo en su vida. Viajó por el mundo con esos
chicos. Compartían una visión común. Quiero ese mismo tipo de sentimiento. Quiero
compartir lo que amo con la gente que lo entiende... que me entiende.

Además, tenía miedo. Cuando eras solista, todos los ojos estaban puestos en ti y
solo en ti. Si la jodías, si fracasabas, si la gente odiaba tu música, no había nadie a quien
culpar. Si fallabas, no había nadie que te levantara y te pusiera de pie. Me encantaba estar
en el escenario y actuar, pero no estaba segura de tener lo que se necesita para obtener
suficiente atención por mi cuenta.

Ry me dio una mirada dura y se movió para apoyarse contra el parachoques


delantero de su camioneta. Cruzó sus brazos sobre su amplio pecho y me miró fijamente
el tiempo suficiente como para que empezara a moverme incómodamente.

—No tienes que seguir el camino exacto de tu papá. Puedes caminar por tu cuenta,
y apuesto a que estará tan orgulloso de ti.

Jugueteé con mi cabello y rápidamente cambié de tema.

—Te pedí que vinieras para que pudieras decirme qué pensabas de la música, no
de mis elecciones de vida. Sé que fue un poco duro, pero en general, ¿qué pensaste?

Estuvo callado durante un largo momento. Sabía que sería brutalmente honesto,
pero no esperaba que eligiera sus palabras tan cuidadosamente cuando finalmente habló.

—Las canciones son geniales. Creo que la letra es identificable, y tu voz es


increíble. Me sorprende que tengas tantas canciones sobre el amor para ser una chica que

PÁGINA | 58
nunca ha tenido un corazón roto. Pero —se detuvo e inclinó la cabeza hacia un lado
mientras miraba hacia el estacionamiento oscuro y vacío—, todas suenan similares. El
tempo. El ritmo. El compás. Siento que las has hecho fáciles de tocar para el resto de la
banda, y por eso todas suenan un poco genéricas.

No pude detener el pequeño suspiro que estalló de mi boca.

—He tenido otros amigos escuchándonos tocar, y nadie más ha dicho eso. —Ahora
mi corazón estaba acelerado por una razón completamente diferente.

Ry levantó un hombro y lo dejó caer. Se encogió de hombros como si no hubiera


quemado mi confianza hasta el suelo.

—Querías mi opinión honesta. Las canciones están bien por su cuenta, pero
cuando las tocas juntas... —Se alejó y se encogió de hombros de nuevo—. Creo que podrías
hacerlo mejor. No sé si el resto de tu banda puede, pero estoy seguro de que tú puedes.

Retrocedí un paso y señalé a su camioneta.

—Vete a casa, Ry —grité las palabras—. No quiero decir que vuelvas a mi casa.
Quiero decir, vuelve a Denver. No debería haberte pedido ayuda.

Sus cejas oscuras se alzaron.

—Pero lo hiciste.

Soplé un aliento de ira y traté de mantener mi temperamento frenéticamente


creciente y el pánico igualmente creciente en jaque.

—¿Qué sabes de música de todos modos?

Se alejó de la camioneta y se agachó un poco para que casi estuviéramos al mismo


nivel.

—No mucho. Por eso solo puedo decirte lo que oigo. Si confías más en las
opiniones de tus otros amigos que en las mías, está bien. No me ofenderé. Pero no finjas
que estoy diciendo lo que sea solo para herir tus sentimientos. Sé lo importante que es tu
música para ti. No te jodería así. —Sacó sus llaves de su bolsillo y las tiró al aire antes de
atraparlas en su palma—. No me vas a echar solo porque te dije la verdad. Te dejaré sola
para que ensayes, pero volveré a recogerte en un par de horas. Este lugar es muy inseguro.

PÁGINA | 59
—No. Iré a casa con Joey. No quiero verte ahora mismo.

Me sonrió antes de estirar la mano y tocar la punta de mi nariz con el dedo.

—Qué pena. La última vez que me dijiste que no querías verme cuando estabas
enfadada, desapareciste durante dos años y fingiste que había dejado de existir. Voy a
regresar.

Miré su espalda mientras caminaba hacia el lado del conductor de la camioneta.

Era imposible ganar una discusión con él.

También era muy, muy difícil para mí admitir que tenía razón sobre las canciones.

Eran similares y simples. No sonaban como cuando las tocaba yo sola. Pensé que
las había ajustado para los otros instrumentos, pero tal vez tenía razón, y las había
suavizado para que fueran fáciles de tocar. Carecían de profundidad e intensidad.

Tal vez esa era la razón por la que no parecía saber que todas y cada una de ellas
eran sobre él.

PÁGINA | 60
CAPÍTULO SEIS

e encontré con Aston hoy.

Miré el rostro de mi primo en el otro extremo de


la videollamada y pude decir por su expresión que estaba
debatiendo si debía compartir esa información conmigo.

Zowen y yo nos parecíamos mucho. Podíamos pasar por hermanos, excepto por el
hecho de que heredó la extraña combinación de color de ojos de su madre. La
heterocromía genética le dio un ojo azul, que era del mismo color de invierno que el mío,
y uno de color marrón caramelo que era unos tonos más claro que el de su madre, uno de
color chocolate. También era un par de centímetros más bajo que yo, pero como era un
poco más joven, todavía había tiempo para que alcanzara mi altura.

—¿Ah sí? ¿Dónde la viste? —Honestamente tenía curiosidad porque mi hermana


ni siquiera había visto a Aston desde la ruptura, y las dos solían estar pegadas en todos
lados.

—Mi moto necesitaba una afinación, así que fui al garaje, y ella estaba allí
acomodando las piezas y el mostrador de mercancía. Dice que trabaja todo el verano hasta
que sea hora de irse a la universidad.

El papá de Zowen y el papá de Aston y Royce eran socios. Su papá se encargaba de


personalizar autos y motos por encargo. A mi tío Rome le gustaban mucho las Harleys y
tenía a Zowen y Remy en la parte trasera de su moto desde que eran muy jóvenes. Mi
primo mantuvo la tradición de preferir dos ruedas a cuatro, pero le gustaba ir rápido en
lugar de volar. Montaba una mortal maquina extranjera que a veces parecía capaz de
romper la barrera del sonido. Pasaba mucho tiempo en la tienda de motocicletas, así que
no era una sorpresa que se encontraran. Aston había tenido un trabajo a tiempo parcial
allí desde que tengo memoria, al igual que Royce, antes de irse a vivir con su mamá. Si no

PÁGINA | 61
me preocupara lo enojada que estaba Bowe antes, habría adivinado que ahí es donde se
cruzaron sus caminos.

—¿Cómo estaba? —Sostuve el teléfono con una mano y me apoyé en el volante de


mi camioneta. No tenía ni idea de cuando iba a terminar Bowe con el ensayo, así que en
lugar de volver a su casa, decidí esperarla en el estacionamiento. Sabía muy bien que no
iba a llamar y decirme cuándo iba a dejar el desastroso ensayo. Y después de la forma en
que ese tipo de cabello lila la agarró, no estaba dejando nada al azar.

Zowen se encogió de hombros y levantó la punta de su gorra de béisbol en su


frente.

—Ella parecía triste. Más triste de lo que tú pareces, eso es seguro.

Le alcé las cejas y le pregunté:

—¿Qué se supone que significa eso? Yo fui el que fue abandonado, ¿recuerdas?
¿Cómo podría ella estar más triste que yo?

—No lo sé, amigo. Definitivamente no te ves como un tipo que perdió al amor de
su vida. En realidad te ves muy jodidamente alegre. Parece que Austin, o alguien en
Austin, te sienta bien. —Entrecerró los ojos hacia mí de manera acusadora—. Será mejor
que no estés jodiendo con Bowe solo para dejar de pensar en Aston. Remy literalmente te
matará si se entera de que estás ahí jugando con su favorita.

Sacudí mi cabeza un poco y le aseguré:

—No es nada de eso. Bowe y yo tenemos un montón de asuntos pendientes desde


antes de que estuviera con Aston. No sé por qué, pero cuando Aston me dijo que no
éramos una buena pareja y me ocultó el hecho de que quería mudarse a través del país me
hizo darme cuenta de algunas cosas. Necesitaba arreglar algunas de las piezas de mi vida
que dejé rotas porque parecían demasiado difíciles de recomponer después de que las
rompí a propósito. Necesito empezar a arreglar las cosas con Bowe antes de que se me
ocurra hablar con Aston. Estaba tratando de evitar que las cosas fueran muy incómodas
entre todos en casa, ya que todos estamos destinados a encontrarnos este verano. Hazme
un favor y trata de mantener a Remy a raya si parece que viene por sangre. Dile que estoy
aquí para sanar, no para herir a alguien.

Zowen hizo un sonido de incredulidad.

PÁGINA | 62
—¿Crees que cualquiera puede controlar a mi hermana cuando se le mete algo en
la cabeza? Conoces a Remy mejor que eso. Será mejor que te portes bien con Bowe para
que no sienta la necesidad de llamar a la caballería. Sabes que si Remy aparece, tiene una
habilidad especial para revolver las cosas y hacer cualquier situación peor de lo que ya
era. Nunca te dejará restablecer un puente que ya has quemado. Por cierto, ¿cuándo vas a
volver? Tu papá no estaba contento de que desaparecieras sin decírselo a nadie. ¿Ya
hablaste con él?

Gruñí.

—Lo hice. —Nadie podía hacerme sentir que no estaba a la altura de todo mi
potencial como mi papá. Y ni siquiera era que me criticara. Era solo su forma tranquila, a
menudo confusa de no cuestionar las decisiones que tomaba. A veces realmente sentía
que me veía como un extraño. Como si yo fuera una forma de vida alienígena que luchaba
por creer que tenía alguna parte en la creación. Sabía que nunca quiso hacerme sentir mal
entendido o subestimado. Éramos dos personas muy diferentes que operaban en
longitudes de onda opuestas—. Siento que hayas sido el más afectado por su ira. Sabe que
normalmente te lo cuento todo, así que estoy seguro de que pensó que me estabas
encubriendo cuando le dijiste que no sabías dónde estaba.

Zowen soltó una carcajada y señaló con el dedo a la cámara.

—Pensé que él y mi papá iban a irse a los golpes por un segundo cuando insistió
en que estaba mintiendo. Fue una locura. ¿Te imaginas a los dos haciéndolo?

Me burlé.

—No. Porque no hay manera de que tu mamá deje que eso pase.

La mamá de Zowen era una pequeña fierecilla que absolutamente era quien
mandaba en su casa. Se alzaba sobre ella de una manera casi cómica, pero desde que
éramos jóvenes, ella era quien le preocupaba que lo atrapara cada vez que Remy lo
convencía de participar en sus travesuras.

—Sabes que tu papá te hizo pasar un mal rato porque nunca haces nada malo.
Siempre has sido un buen chico; no tenía ni idea de cómo manejarte de repente actuando
de la manera que él solía actuar cuando tenía tu edad. Mi papá me dijo que no era raro
que el tío Rule desapareciera por días o incluso semanas cuando era más joven. Él y el tío
Nash solían hacer cosas muy sospechosas cuando tenían nuestra edad, así que estoy seguro

PÁGINA | 63
de que estaba imaginando lo peor. Deberías haber causado más problemas en el pasado, y
entonces él no estaría reaccionando tan duramente ahora.

—Está enojado porque hice que mi mamá se preocupara. —Lo cual entendía. No
estaba de acuerdo en que le preocupaba que de repente me convirtiera en él y me rebelara
contra todo el mundo. Teníamos nuestras diferencias, pero quería creer que me conocía
mejor. Yo no desafiaba solo por desafiar. Solo actuaba como una persona, y como siempre,
logré hacerla enojar haciéndolo.

—Sí. Pero también estaba muy preocupado por ti. Creo que entiende que eres
totalmente capaz de manejarte a ti mismo, pero eres un poco idiota cuando se trata de
cosas más matizadas como sentimientos y emociones. Mantienes los tuyos encerrados tan
apretados todo el tiempo; eres como un robot funcionando mal cuando los sentimientos
finalmente se liberan. —Ladeó la cabeza hacia un lado y ajustó su gorra de nuevo, lo que
me hizo saber que estaba avergonzado por lo que acababa de decir—. Sin embargo lo digo
con amor.

No era la primera vez que me comparaba con un robot, así que no me molesté en
ofenderme. En cambio, volví al tema.

—Nunca me dijiste por qué crees que Aston está actuando más triste que yo.
Todavía no entiendo por qué lo estaría cuando ella era la que quería romper.

Zowen frotó su mano sobre su mentón y apartó su mirada de la cámara.

—Ella siempre es una chica fría. Simplemente va con la corriente y siempre parece
tan feliz. No es tan impredecible y loca como Remy y Daire. Pero cuando me vio entrar
en la tienda, salió corriendo como si debiera el alquiler y yo fuera su casero. Cuando la
seguí para preguntarle qué pasaba, parecía dispuesta a llorar. Traté de preguntarle sobre
California y muy deliberadamente no te mencioné de ninguna manera, forma, o lo que
sea, pero apenas se las arregló para hilar una frase cuando estábamos hablando. Le
pregunté si estaba emocionada por mudarse, y me dijo que era algo que tenía que hacer.
Fue una conversación muy rara. Y definitivamente no estaba actuando con ella. Ni
siquiera me preguntó cómo estabas. Sé que acaban de romper y todo eso, pero todos hemos
sido amigos desde siempre. Creo que es súper raro que no me preguntara cómo lo estabas
llevando, sabiendo que te pisoteó todo el corazón.

PÁGINA | 64
Fruncí el ceño, las líneas se profundizaron en mi frente cuanto más tiempo seguía
hablando.

—Tienes razón. Nada de eso suena como ella. —Y cuando me dijo que iba a la
escuela en la costa, nunca mencionó que era algo que tenía que hacer—. Le pediré a Daire
que la visite y vea si puede averiguar qué está pasando realmente con ella.

Suspiró y levantó la mano para quitarse completamente la gorra de la cabeza.


Inmediatamente un rebelde mechón de cabello negro cayó sobre su frente y oscureció su
único ojo azul.

—Todas estas chicas nos han hecho preocuparnos por ellas. Es agotador. Se siente
como un trabajo a tiempo completo.

Me reí, mi mirada girando a través del estacionamiento mientras las puertas de


entrada al edificio industrial que albergaba el espacio de ensayo de Bowe finalmente se
abrían. La chica de las coletas rojas que tocaba el teclado fue la primera en salir. Fue
seguida por el hispano que tocaba la batería. Era un tipo grande y estaba cubierto de unos
tatuajes bastante impresionantes. Me gustó particularmente el gran pájaro de estilo maya
que cubría la parte delantera de su cuello. Aparte de Bowe, él era realmente el único otro
miembro de la banda que se destacó para mí. Tenía una gran personalidad y una pasión
igualmente grande. Ambos brillaron, a pesar de que estaba escondido detrás de una batería
masiva.

Bowe y el tipo de cabello púrpura no estaban por ningún lado.

—Mi papá diría que la razón por la que apreciamos tanto a las mujeres en nuestras
vidas es porque nos hacen trabajar tan duro para todo. El esfuerzo invertido es regresado
al doble. —Me reí de nuevo y busqué la manija de la puerta—. Él dice lo mismo acerca
de la práctica. Siempre me dice que si quiero ser recompensado por el trabajo invertido,
tiene que doler, y nunca debería ser fácil. Tengo que irme. —La persona que requería más
trabajo y mi total atención, finalmente salía del edificio, y el idiota del punk rock le estaba
pisando los talones. Me di cuenta de que aún estaba irritada con él, pero eso no impidió
que el tipo le hablara mientras se giraba para cerrar la puerta del edificio—. Te haré saber
si Daire averigua algo sobre Aston, y te llamaré cuando vuelva a Colorado.

PÁGINA | 65
—Y tal vez me pongas al tanto de qué es exactamente este asunto pendiente entre
tú y Bowe. Siento que hay todo tipo de secretos que de repente nos estamos ocultando.
No me gusta en absoluto.

Colgué la videollamada sin molestarme en contestarle. Mis zapatillas deportivas


chocaron silenciosamente contra el asfalto mientras me acercaba hacia Bowe, que estaba
haciendo su camino a través del estacionamiento, el bajista pisándole los talones. Los dos
me miraron cuando dije su nombre. A pesar de que estaba oscuro y la iluminación
apestaba, pensé que vi un destello de alivio parpadear en su mirada. No había duda al
respecto; el punk rock me miró como si quisiera usar mis intestinos como reemplazo de
una cadena para sujetar la billetera.

—Hola. ¿Estás lista para volver a casa? —Me detuve frente a ellos y vi como Bowe
soltaba un aliento que estaba conteniendo.

Antes de que pudiera hablar, el tipo merodeando detrás de ella dijo:

—Te llevaré a casa, Bowe. ¿No dijiste que tenías hambre? Vamos a comer algo, y
te dejaré después de que hayamos terminado.

Miré mientras ella ponía los ojos en blanco y obviamente trataba de evitar
arrancarle la cabeza mientras escupía a través de los dientes apretados:

—No, gracias. Ya que Ry está aquí y él no está familiarizado con Austin, solo me
iré con él. Nos vemos y ten una buena noche.

Sus manos se cerraron en puños a sus costados mientras daba un paso más cerca de
mí. Sus mejillas estaban rosadas, y había un músculo saltando en su mejilla mientras
luchaba por mantener su temperamento a raya.

—Te veré mañana en el ensayo, Nyle. Espero que tengamos uno mejor que el de
esta noche. No hay manera de que la banda en esa habitación hoy pueda abrir para otro
grupo. Nos abuchearían fuera del escenario. —Me sacudió un poco cuando de repente se
acercó y agarró mi antebrazo. No podía leer la expresión en sus ojos, pero su lenguaje
corporal prácticamente me rogaba que la alejara de él lo antes posible—. Vamos.

Le permití arrastrarme hacia la camioneta. Podía sentir las dagas que Nyle estaba
disparando en mi espalda todo el camino. Una vez que llegó al lado del pasajero del gran
vehículo, dejó caer su mano sobre mi brazo y de repente se giró para mirarme a los ojos.

PÁGINA | 66
Estaba a punto de preguntarle si estaba bien y si había algo que pudiera hacer,
cuando se alzó y tomó un puñado de mi camiseta, tirándome hacia abajo para que
estuviéramos a la altura de los ojos.

—No leas nada de esto, Ry. Estoy desesperada, y solo hay una manera de hacer
que ese tipo retroceda.

No estaba listo para que sus labios cayeran en los míos.

Fue la primera chica a la que besé, pero ese intento descuidado y descoordinado se
sentía hace toda una vida. En ese entonces, me besó porque perdió un reto. Entonces, la
besé para calmarla durante una discusión absurda, y rápidamente me abofeteó. Antes de
que cualquiera de nosotros supiera lo que estaba pasando, nuestros argumentos a menudo
terminaban con nosotros besándonos. Cada beso conducía a algo más, algo para lo que
ninguno de los dos estábamos preparados. Dormir con ella cuando éramos adolescentes
era mi recuerdo favorito y mi peor arrepentimiento. A menudo me preguntaba si
hubiéramos esperado, si nos las hubiéramos arreglado para mantener nuestros impulsos
bajo control, hasta que maduraran nuestros sentimientos complejos y confusos del uno
por el otro, si nos habríamos convertido en algo que duraría toda una vida... como nuestros
padres.

Ambos habíamos aprendido algo de delicadeza y adquirido alguna habilidad en los


años que habían pasado. Pero se sentía como besarnos por primera vez de nuevo porque
la forma en que me iluminó de adentro hacia afuera solo había sucedido una vez antes,
con ella. Me hizo olvidar dónde estaba, quién era, quién pensaba que era. Todo en lo que
podía concentrarme cuando mi boca estaba en la de ella era la forma en que nuestro
aliento se mezclaba y el suave gesto de sus labios bajo los míos. Era dulce en ese entonces;
era un poco más picante ahora, pero la forma en que mi corazón pateó y mi pulso golpeó
mientras nos besábamos era exactamente la misma. Todo era increíblemente familiar pero
nuevo al mismo tiempo. Era como si despertara cada buen recuerdo de nosotros dos, y se
apresuraran a la vanguardia de mi mente. Mientras bailaban allí, era imposible recordar
todos los malos que ella protagonizaba.

Sentí su mano apretarse en mi camiseta y un pequeño suspiro escapar de sus labios


mientras me acercaba, queriendo probar más de ella. Casi como si tuviera una mente
propia, mi lengua salió y se movió con entusiasmo a través de la comisura de sus labios.
Quería entrar. Quería su calor, y la húmeda presión de su lengua contra la mía. Sentí su

PÁGINA | 67
jadeo, y un segundo después, su mano estaba en el centro de mi pecho, y me empujó hacia
atrás con fuerza suficiente que casi tropecé.

Antes, yo fui quien la alejó metafóricamente. Ahora, ella lo estaba haciendo


físicamente. No era una buena sensación, y tuve una pista de por qué estaba tan enojada
conmigo en ese entonces cuando había manejado todo mal.

Estaba desorientado, atrapado entre el pasado y el presente, encerrado en medio


de un recuerdo y una realidad. En ese entonces, yo fui el que la sorprendió robándole un
beso cuando menos lo esperaba. Hoy, definitivamente me devolvió el favor.

Mientras la miraba con desconcierto, miró por encima de mi hombro y dio una
sonrisa satisfecha a todo lo que vio. Miré hacia atrás y noté que estábamos solos en el
estacionamiento. Pensé que estaba feliz de que finalmente se deshiciera del bajista.

Cuando volví la cabeza para preguntarle qué había pasado, no estaba listo para que
su mano saliera disparara y agarrara mi rostro entre sus dedos tan fuerte que doliera.

—¿Qué fue eso, Archer? Tenías una novia como hace dos días, y se supone que
tienes el corazón roto. Te dije que no leyeras nada. Momentos desesperados requieren
medidas desesperadas, pero fuiste demasiado lejos. —Aplastó mis mejillas y sacudió mi
rostro de un lado a otro—. ¿Por qué te comportas tan bien con todos los demás en el
planeta, pero no conmigo? —Me soltó el rostro y tocó sus labios con sus dedos.

No podría decir si estaba tratando de borrar el beso o si estaba tratando de


mantener la huella allí.

—No sé por qué solo soy diferente cuando estoy contigo. —Pero esa fue una de las
razones por las que me dirigí a Austin sin ningún tipo de plan o previsión en el momento
en que estaba perdido y cuestionando todo.

Quizás pasar algún tiempo con ella me ayudaría a encontrar una respuesta a su
pregunta. Y tal vez podría averiguar si el verdadero yo era el que todos los demás veían o
el que quería besarla de nuevo más de lo que quería llegar al Súper Bowl.

PÁGINA | 68
CAPÍTULO SIETE

olté un chillido de asombro cuando mis auriculares fueron arrancados


de golpe. Estaba sola en el estudio de grabación de mi papá y lo había
estado durante horas. Sabía que no tenía a nadie programado hoy, por
lo que había optado por trabajar en su estudio y utilizar su equipo
profesional en lugar de la configuración básica que tenía en casa.

Le eché una mano a mi corazón acelerado y fulminé a mi papá mientras se sentaba


en el costoso asiento de cuero junto al mío frente a la computadora y la caja de resonancia.

No tenía un trabajo regular a tiempo parcial como la mayoría de los adultos jóvenes
de mi edad. Ganaba dinero creando ritmos y sencillos que vendía a aspirantes a músicos
que quizás no eran tan hábiles con la música como yo. Era una empresa bastante lucrativa
y me mantenía a flote en su mayor parte. También llegaba a trabajar tanto o tan poco
como quería, llegué a tocar diferentes géneros y sonidos, y eso me permitió interactuar
con otros músicos de todo el mundo. Nunca iba a hacerme rica o famosa haciéndolo, pero
me permitía dedicar la mayor parte de mi tiempo libre a mi banda y composición.

Mi papá se rio y extendió la mano para golpear el extremo de mi nariz. Era algo
que había hecho desde que era joven y siempre me hacía responder riéndome. Agité la
punta en respuesta y alcancé hasta frotar el punto con cosquillas.

—¿Qué estás haciendo aquí? Miré el horario antes de entrar, y decía que el estudio
debía estar vacío hoy.

Mi papá se rio entre dientes y se inclinó hacia atrás en la silla y pateó sus largas
piernas. Todavía parecía una estrella de rock incluso si pasaba menos tiempo tocando
frente a la multitud gritando su nombre estos días. Su cabello oscuro estaba un poco
demasiado largo. Sus jeans negros estaban demasiado ajustados e incluso más rasgados que
los míos. Tenía su anillo de bodas en su mano izquierda, pero también llevaba una mezcla

PÁGINA | 69
de otros anillos en sus otros dedos. La mayoría de su piel visible lucía algún tipo de tatuaje.
Su viaje por la vida estaba muy grabado en su piel, y pensé que era hermoso. Su camiseta
estaba deslavada y representaba a una valquiria gritando y apuñalando una espada
ardiente a través de una pila de esqueletos. Estaba segura de que era una camiseta de
banda, una que probablemente había tomado prestada de su armario cuando estaba fuera
de la ciudad una o dos veces antes. Siempre fue el padre más genial en cualquier función
escolar, y no solo porque era un hombre tan apuesto. Tenía un estilo único y mejor que
la mayoría de los padres. Era un poco más atrevido y poco convencional que un padre que
trabajaba cuarenta horas a la semana en una empresa para mantener a su familia. Era más
animado, y en mi opinión, mucho más talentoso y dotado que la mayoría de los papás.

Siempre quise ser como él cuando estaba creciendo, y eso no había cambiado
mucho ahora que tenía la edad suficiente para tomar mis propias decisiones de vida.

—Te vi entrar por el sistema de seguridad. No has estado en casa desde hace
tiempo, y tu mamá y yo no queremos parecer arrogantes e irrumpir en tu espacio personal
apareciendo en tu casa. Estábamos esperando una invitación, pero como no parece que
tengas prisa por dar una, pensé en pasarme y ver qué haces. —Meneó sus cejas oscuras
hacia mí—. Además, Rule me pidió que comprobara a Ry. Nunca pensé que se convertiría
en un tipo estresado cuando se trataba de sus hijos. Él era un demonio en su época.

Me reí y saqué algo de cabello de debajo de la banda de los auriculares.

—Podrías llamar a Ry directamente. El tío Rowdy lo hizo. En realidad vino a la


casa y lo recogió hoy para ir a hacer algún tipo de cosa de fútbol americano. Ry parecía
muy feliz de verlo.

El mejor amigo de mi papá, Rowdy St. James, su esposa Salem, y sus dos hijos se
habían mudado a Austin cuando yo estaba en la secundaria, justo cuando nacieron las
gemelas. Rowdy, que trabajaba con el papá de Ry y otro amigo de la preparatoria, Nash
Donovan, se había ofrecido a mudarse a Texas cuando el tío Rule y el tío Nash decidieron
abrir otra tienda de tatuajes fuera de Colorado. Eligieron Austin porque era una ciudad
moderna, llena de universitarios y jóvenes profesionistas. La vida nocturna era una locura
aquí, y muchas de las tiendas de tatuajes estaban abiertas hasta mucho más tarde aquí que
en Colorado. El hecho de que mis padres ya estaban establecidos aquí también fue un gran
factor. Tanto mi tío Rowdy como su hermosa esposa habían crecido en un pequeño pueblo
no muy lejos de Austin, así que fue una especie de regreso a casa. Yo era amiga de su hija,

PÁGINA | 70
Glory, pero ella era una patinadora artística de competencias y siempre súper ocupada. Su
dedicación al deporte me recordaba un poco a Ry. Tenían el mismo impulso y la misma
determinación de ser los mejores en todo lo que hacían. Era un poco intenso para mi
gusto, pero seguíamos saliendo cada vez que su agenda lo permitía. Escuché que estaba
tratando de calificar para las próximas pruebas olímpicas, así que no la había visto ni oído
hablar de ella en mucho tiempo.

—Iba a llamarlo, pero tu tío Rule me dijo que no lo hiciera. Quería que comprobara
a Ry, pero que no le dijera a Ry que estaba rondando. Y no quería poner al chico en un
aprieto. Lo conozco desde que usaba pañales, pero eso no significa que esté bien con él
acampando en casa de mi hija. Entiendo que estás en camino a ser un adulto, pero la idea
de que mi niña esté sola con cualquier hombre... patea todos mis instintos paternales a
toda marcha. —Me dio una sonrisa tímida mientras giraba el gran anillo de platino y
diamante en su pulgar—. ¿Por qué no lo convences de que te acompañe a cenar a casa una
noche? A tu mamá le encantaría verlos, y estoy seguro de que Yves y Zola estarían
encantadas de tener compañía. Ya sabes lo locas que se ponen en el verano.

Puse los ojos en blanco porque sabía exactamente lo hiperactivas que eran las dos
adolescentes cuando estaban fuera de la escuela para las vacaciones de verano. Solían ir a
un campamento de verano o practicar deportes cuando no íbamos a Denver, pero este año
tenían edad suficiente para conseguir trabajos a tiempo parcial, así que pensé que no
estarían tanto en casa. Sonaba como si todavía estuvieran allí lo suficiente para tener a mi
papá buscando un indulto.

—Veré si quiere venir. Probablemente está cansado de comer comida para llevar.
No creo que esté acostumbrado a porciones del tamaño de Texas. Salió a correr ayer a
pesar de que técnicamente está de vacaciones y se supone que no está entrenando, y
definitivamente no está acostumbrado al calor de Texas. Aún no ha decidido cuándo
volverá a Denver, pero creo que quiere quedarse hasta después de nuestro primer gran
espectáculo. —No estaba segura de por qué, pero la idea de tener a Ry entre la multitud
me ponía casi tan ansiosa como saber que mi papá estaría allí.

Las cosas habían sido un poco incómodas entre nosotros desde que nos besamos
fuera del local de ensayo.

Si hubiera estado pensando claramente y no hubiera estado tan irritada con Nyle,
no habría dejado que mis labios se acercaran a los suyos. Sabía lo peligroso que era. Sabía

PÁGINA | 71
exactamente lo rápido que un simple beso con él podía salirse de control. Sabía lo rápido
que podía perder la cabeza cuando tenía sus manos y boca sobre mí.

Lo único bueno que salió de mi acción impulsiva fue que Nyle definitivamente
recibió el mensaje de retroceder. Había estado hosco y de mal humor en cada ensayo
desde esa noche, pero había dejado de acosarme. Era una pena que no pudiera permanecer
en la zona de amigos porque realmente me gustaba. Simplemente no estaba interesada en
él románticamente. Un hecho aún más claro ahora que Ry estaba de regreso en la foto.

Ry era el único chico que me hacía sentir que mi piel estaba demasiado tensa y que
no podía respirar solo por estar cerca de él. Era el único que me hacía cosquillear las yemas
de los dedos y me daba todo tipo de curiosidad e interés cuando otras partes de mi cuerpo
que siempre habían estado desinteresadas comenzaban a sentirse cálidas y completamente
despiertas. Sabía, lógicamente, que era un tipo muy atractivo, así que era normal sentirme
atraída por él. No podía entender por qué era literalmente el único tipo que había querido.
Tuve que besar a un montón de sustitutos para averiguar que el zumbido debajo de mi
piel solo sucedía cuando los labios de Ry estaban en los míos. Estaba decidida a probar
que podía sentir algo por un tipo que no era él, pero aún tenía que tener éxito, mucho
para mi frustración sin fin.

—¿Cómo va el ensayo? ¿Estás emocionada por tu primer espectáculo real?


Recuerdo lo nervioso que estaba cuando tuvimos nuestro primer gran concierto. Creo que
vomité al menos tres veces antes de subir al escenario, pero una vez que terminamos con
nuestro repertorio, supe exactamente lo que estaba destinado a hacer por el resto de mi
vida. —Se puso una mano en el pecho y tocó su corazón—. No hay nada como tocar
música en vivo en un lugar lleno de gente.

Tomé los auriculares de alrededor de mi cuello y aparté mi mirada de la suya.


Alargué la mano para juguetear con la deshilachada rodilla de mis jeans.

—Estoy súper emocionada, pero... —Había tenido una sensación incómoda en mis
entrañas en cada ensayo después de las palabras punzantes de Ry sobre nuestro repertorio
siendo deslucido—. Estoy empezando a preocuparme de que no seamos lo
suficientemente buenos.

Mi papá frunció un poco el ceño y se inclinó hacia adelante.

PÁGINA | 72
—¿Por qué? Siempre has tenido tanta confianza en tu música y en tu sonido
específico. Siempre has sabido lo que querías decir con tus canciones. ¿Qué ha cambiado?

Deliberé sobre cuánta verdad debía decirle. Era un compañero músico y


entendería por qué estaba preocupada, pero también era mi papá y podía ser
sobreprotector. No quería que se molestara con Ry por ser honesto cuando eso era
exactamente lo que le había pedido que hiciera.

—Llevé a Ry a uno de mis ensayos. No estuvo muy impresionado. Por supuesto,


tuvimos una noche un poco relajada, pero lo que dijo acerca de cómo sonaba se metió bajo
mi piel. Sin embargo siempre se las arreglaba para hacer eso muy fácilmente.

—Vaya... la crítica es parte del juego, nena. No hay tal cosa como una canción
perfecta. A algunas personas les encantará, y cambiará sus vidas. Algunas personas la
odiarán y dirán que nunca la deben cantar de nuevo. Algunas personas serán sus
admiradores desde el principio y se pegaran a ustedes en lo bueno y en lo malo. Algunos
solo estarán allí al principio y perderán interés a medida que crecen y evolucionan. Tienes
que aprender a escuchar lo que dicen los críticos sin internalizarlo. —Me dio una sonrisa
torcida y extendió la mano para colocar un mechón de cabello púrpura detrás de mi
oreja—. Puede que haya golpeado a uno o dos críticos musicales antes de aprender esa
lección. Sé que es difícil separar algo en lo que pones tu corazón y tu alma del resto de tu
vida y no permitir que compartirlo con otros afecte tu autoestima. Eres una chica dura, y
has querido esto desde que eras pequeña. Creo que estarás bien una vez que tengas un
poco más de experiencia en tu haber.

Finalmente alcé mi mirada hacia la suya.

—Ry no dijo que éramos malos; dijo que estaba mejor sin ellos. Me acusó de hacer
canciones que eran fáciles de tocar solo para que pudiera tocar con una banda.

—Caray. —Mi papá se inclinó hacia atrás en la silla, haciendo que se reclinara.
Puso sus dedos tatuados juntos y los descansó en su vientre plano—. El chico es tan directo
como su viejo, ¿no?

Me reí un poco y levanté un hombro encogiéndome de hombros.

—Supongo. La diferencia es que el tío Rule dice lo que está en su mente a todos
sin excepción. Ry solo lo hace conmigo.

PÁGINA | 73
¿Qué tan molesto era eso?

Mi papá hizo un ruido que no pude descifrar exactamente, pero su expresión se


volvió especulativa.

—Bueno, supongo que eso significa que eres especial. Ry es un chico inteligente.
No me sorprende que pueda ver que eres única. Ten en cuenta que no es un experto en
música. Es un jugador de fútbol. Su área de experiencia no es la misma que la tuya, así que
toma su opinión con un grano de sal, a menos que confíes en que te está diciendo algo por
tu propio bien.

Suspiré pesadamente y dejé mi cabeza caer hacia adelante. Hice un puño y lo


golpeé contra mi frente.

—Estaba tan enfadada con él cuando lo dijo, pero ahora no puedo dejar de pensar
en ello. Esas canciones sonaban diferentes cuando las escribí inicialmente. Cuando las
tocamos ahora, se siente como si les faltara algo. Casi como si su corazón hubiera sido
arrancado de ellas. No sé si la persona promedio se daría cuenta. Ni siquiera sé cómo se
dio cuenta Ry. Pero ahora que lo sé, parecen tan huecas. No puedo dejar de escuchar la
reverberación.

Mi papá agarró la mano que estaba usando para darme golpecitos y la apartó. Me
apretó los dedos y me dijo:

—Estar en una banda requiere mucho compromiso. Empezaste a componer toda


la música, lo que significa que el resto de tus compañeros de banda están intentando imitar
cómo quieres que suenen. Tal vez pídeles su opinión. Si consiguen añadir su propio estilo,
se sentirán más conectados a las canciones. —Levantó las cejas y me miró fijamente—. O
tal vez Ry tiene razón, y ustedes no encajan bien. Estar en una banda debe sentirse como
ser parte de una familia. Esas son las personas con las que pasarás más tiempo. Deben
compartir todos los éxitos y fracasos que tienen por igual. Deben sostenerte y atraparte
cuando te caigas. Si no te están haciendo mejor y empujándote a ser el mejor músico que
puedes ser, entonces estoy de acuerdo con el bebé Archer. Eres mejor que ellos.

La forma en que se refirió a Ry me hizo reír.

—¿Has visto a Ry desde el año pasado? Ahora es aún más alto y más robusto.
Definitivamente es más alto que tú. Jugó una temporada completa de fútbol universitario,

PÁGINA | 74
y todo lo que hace es practicar y entrenar. Ahora es una bestia... definitivamente no es un
bebé.

Las cejas oscuras de mi papá subieron aún más alto, si eso fuera posible.

—Nunca te refieras a ningún hombre como “una bestia”. Mi corazón no puede


soportarlo, y terminaré llamando a tu puerta en medio de la noche para asegurarme de
que nada gracioso está pasando allí.

No podía decir si estaba bromeando o no, así que le aseguré:

—Sabes que Ry y yo no hacemos exactamente clic. Mamá y tú me fastidiaron


cuando les dije que no quería ir más a Denver y salir con los chicos. Intenté decirles que
no me arrepentiría, pero nunca me creyeron. Ya intenté echarlo y enviarlo a casa, pero
como dije, es enorme. No va a ninguna parte hasta que esté listo.

Frunció el ceño otra vez.

—Los dos se perseguían y pasaron grandes momentos cuando eran pequeños. Solía
ser imposible alejarlos el uno del otro, incluso si estaban discutiendo. Gritabas y llorabas
cuando intentábamos moverte si te dormías junto a él. Era lindo. No fue hasta que te
hiciste mayor que comenzó a haber cierta fricción entre los dos. Ry es un chico
naturalmente educado. Siempre me pregunté por qué se volvieron quisquillosos y
distantes el uno con el otro. Tu mamá dice que es porque te pareces demasiado a su
hermana, pero no estoy tan seguro de eso.

Por supuesto, había más que eso. Pero no iba a decirle lo bien que Ry y yo nos
conocíamos, o que a medida que nos hacíamos mayores, habíamos hecho mucho más que
dormir cuando terminamos en la misma cama. Podía imaginar no solo la mirada de horror
absoluto en su rostro, sino también lo rápido que iría en busca de Ry para tener una
palabra o dos. Como él dijo, estaba en el camino a ser un adulto en su mente. Yo no estaba
allí todavía.

—Algunas personalidades simplemente chocan. No estábamos destinados a ser


amigos para siempre como tú y mamá con los Archer.

Mi papá chasqueó su lengua y buscó mis auriculares abandonados. Le sonreí un


poco cuando los puso sobre mi cabeza, alejándolos de mis oídos mientras me estudiaba
pensativamente durante un largo momento.

PÁGINA | 75
—El destino es algo muy gracioso. Podrías pensar que sabes lo que te depara, y
luego de la nada, bum, obtienes la sorpresa de tu vida. A veces esa sorpresa es lo mejor
que te ha pasado. A veces es pura mierda. Si quieres enviarme el audio de uno de tus
ensayos, sabes que estaré encantado de escuchar y ofrecer cualquier aportación.

Sacudí un poco mi cabeza ya que estaba atrapada entre los auriculares.

—No. Quiero que nos oigas tocar de verdad.

Nunca me gustó que escuchara mi música a menos que estuviera cien por ciento
satisfecha. Siempre me preocupaba que ofreciera sugerencias, y me sentiría obligada a
tomarlas no solo porque era mi papá, sino porque era un músico al que idolatraba. No
quería perder lo que era buscando convertirme en un músico del que estaría orgulloso.

Soltó los auriculares, haciéndolos chasquear sobre mis orejas. Se puso en pie y se
inclinó para que pudiera dejar caer un suave beso en la parte superior de mi cabeza. No
podía oírlo más, así que usó sus manos para imitar comer algo, un recordatorio silencioso
de arrastrar a Ry a casa para cenar y ver a mi mamá.

Asentí y volví al arreglo que tenía delante.

Me sentí mejor después de hablar con mi papá. Siempre lo hacía. Pero algo que
dijo se me quedó más que todos los otros consejos y estímulos que ofreció.

A menos que confíes en que te está diciendo algo por tu propio bien... La opinión
de Ry no debería haberme molestado en lo más mínimo porque realmente no tenía ni
idea cuando se trataba de música. Me encogí de hombros ante cualquiera que intentara
decirme algo que no quisiera oír cuando se trataba de mi trabajo. En realidad ya tenía una
gruesa capa de teflón en mi piel. Mi papá se aseguró de que desarrollara una antes de
empezar a tocar delante de otras personas.

Sin embargo, en el fondo sabía que no diría nada hiriente que no fuera por mi
propio beneficio. La verdad dolía más cuando venía de alguien que honestamente se
preocupaba por ti.

No tenía ni idea de qué hacer con ese conocimiento, o con el hecho de que cada
pocos minutos, todavía estaba tocando mis labios y recordando cómo se sentía besar a Ry
Archer de nuevo después de todos estos años.

Se sentía muy bien.


PÁGINA | 76
Demasiado bien para mi tranquilidad.

PÁGINA | 77
CAPÍTULO OCHO

a pista de patinaje sobre hielo era fría, pero no más fría que una noche
típica de Colorado en otoño. Aun así me froté las manos mientras mis
dedos cosquilleaban con el frío. Me sorprendió cuando el amigo y
socio de mi papá, Rowdy St. James, apareció el otro día sin Glory.
Pero hoy era la primera vez que la veía en más de un año. Ella estaba justo entre Daire y
Bowe en la alineación de edad, y ya que había ido a la misma escuela que mi hermana y
yo hasta que su familia se mudó a Texas, siempre la consideré una hermana menor extra.
Era la hermana menor de mi corazón ya que ella y yo realmente teníamos más en común
desde que ambos éramos atletas serios. No era tan perfeccionista como yo, pero tal vez eso
era porque ella ya estaba clasificada cerca de la cima en su deporte, y yo todavía estaba
haciendo mi camino allí. Glory no parecía tener dudas sobre lo que estaba haciendo y
todo lo que había sacrificado para llegar a donde estaba.

No podría decir lo mismo en este momento.

—¿Estás segura de que no puedes ir conmigo a ver la banda de Bowe? Creo que
significaría mucho para ella tener tanto apoyo como sea posible allí.

Tomé la botella de agua que me dio y vi cómo se ponía una larga y brillante trenza
negra sobre su hombro. Glory era la mezcla perfecta de sus padres. Su madre era hispana,
y su papá era un hombre guapo totalmente americano, excepto por todos los tatuajes y su
estilo retro inusual. Glory tenía el cabello oscuro y la piel de color dorado. Era pequeña,
como la mayoría de los patinadores profesionales, pero con curvas. Sus ojos eran una
extraña mezcla de azul verdoso y marrón oscuro que la mayoría llamaría avellana, pero
era una forma muy aburrida de describirlos, si me preguntabas. Tenía un sentido del
humor irreverente y a veces era un poco inconsciente de lo que estaba pasando a su
alrededor. Estaba tan centrada en ser campeona mundial y ganadora de la medalla de oro,

PÁGINA | 78
que a menudo olvidaba lo que era ser una joven normal. Parecía mucho mayor que su
edad la mayor parte del tiempo, y no tenía ni idea de que era una rompecorazones.

Supongo que era bueno que su hermano menor fuera todo lo contrario a ella. Al
igual que Daire y yo. Elio era el comediante de nuestro grupo. No se tomaba nada muy en
serio y pensaba que todo y todos era un juego justo para una broma o una burla. Había
suficiente diferencia de edad entre él y yo que nunca habíamos estado en la misma escuela
juntos. Pero recordé a Daire constantemente quejándose de sus payasadas, a pesar de que
era un grado más joven que ella. Le gustaba fingir que estaba irritada por su mera
existencia, pero se lo tomó peor que todos los niños cuando el St. James se fue a Texas, y
era la más feliz cuando Rowdy traía a la familia de regreso a Denver en cualquier
oportunidad que tuviera.

Glory golpeó sus brillantes uñas en el borde del duro banco donde estábamos
sentados junto a la pista de hielo. Le envié un mensaje para decirle que estaba en la ciudad
después de que su papá me dijo que estaba practicando para una gran competencia
clasificatoria. Me dijo que no la había visto en un par de semanas y que si quería pasar
tiempo con ella antes de irme a casa, iba a necesitar ir a donde estaba practicando. Él
estaba obviamente muy orgulloso de ella, pero también preocupado de que se estaba
presionando demasiado. Me recordó a la forma en que mi propio padre hablaba de mí.

Sonaba genuinamente arrepentida cuando me dijo:

—No puedo. Tengo que repasar todo mi programa cada noche durante las
próximas dos semanas con mi entrenador. He estado teniendo algunos problemas
aterrizando uno de mis giros, así que necesito asegurarme de que lo clavo y no dejar que
arruine toda mi rutina. Realmente no tengo ningún tiempo libre entre ahora y la
competencia. Sin embargo, me tomé una noche libre y fui a uno de sus ensayos cuando
me lo pidió. Le dije que sonaban bien y que ella iba a ser un éxito. No llegué a casa hasta
las tres de la mañana. Normalmente me levanto alrededor de las cinco y me dirijo al
gimnasio antes de la práctica. Me estuve muriendo todo el día después de eso. —Jugueteó
con la botella de agua en su mano libre—. Parecía nerviosa cuando estaba allí. Sé que esto
significa mucho para ella, pero fue raro. No pienso en Bowe como algo más que totalmente
confiada. Ella siempre ha estado tan segura de que iba a ser una estrella. Incluso más de
lo que yo estaba segura de que iba a ser olímpica algún día.

Retorcí el plástico entre mis palmas y miré hacia la superficie lisa de la pista.

PÁGINA | 79
—Confía en sí misma y en su capacidad. Pero no sé si en el fondo, tiene tanta fe
en su banda. Por eso esperaba que pudieras venir y apoyarla.

Glory murmuró ligeramente y giró su cabeza para mirarme.

—Sabes, en todos los años que hemos sido amigos, nunca me has pedido, ni a
ninguno de nosotros, que vayamos a animarte durante uno de tus juegos. No cuando
jugabas en la preparatoria o incluso cuando llegaste a un juego de bolos en tu primer año
de universidad. Pero siempre tratabas de venir y verme patinar cuando podías. Y sé que
lograste ir a más partidos de fútbol de Zowen de los que él fue a los tuyos. Ahora, estás
tratando de reunir a las tropas para asegurarte de que Bowe no está en ese escenario sin
un sistema de apoyo. ¿Alguna vez te has preguntado por qué estás tan preocupado por los
demás en lugar de por ti mismo?

Me resistí y casi se me cayó la botella de agua vacía.

—Todos somos amigos. Crecimos juntos. Nos conocemos mejor que nadie. ¿Por
qué no deberíamos apoyarnos unos a otros? ¿No es eso lo que hacen los amigos?

—Por supuesto. Sin embargo, ¿deberíamos hacerlo a expensas de nuestras propias


prioridades y necesidades? ¿Con qué frecuencia Aston iba a verte jugar, Ry? Fue tu novia
durante dos años. Le diste cualquier cosa y todo lo que ella pudiera desear en un novio.
¿Qué te dio a cambio en ese tiempo? —Glory frunció su nariz, haciendo que las débiles
pecas que vivían allí se movieran—. ¿Quién está ahí para sostenerte cuando es tu turno
de apoyarte en alguien?

Retorcí la botella en un pequeño cubo y la exprimí hasta que mis nudillos se


volvieron blancos.

—¿Escuchaste que Aston y yo rompimos? Las palabras viajan rápido. ¿Te lo dijo
mi hermana?

Agitó la cabeza, enviando su cabello oscuro deslizándose sobre su hombro.

—No. En realidad me llamó Royce. Me pidió que viniera a verte desde que estabas
en Austin. Le dije que no tenía tiempo, pero estaba bastante segura de que Bowe cuidaría
de ti. Siempre lo ha hecho. —Sus extraños ojos azul marrón me miraron fijamente—.
Nunca pensé que tú y Aston tuvieran mucho sentido. Le dije lo mismo cuando empezaron
a salir. Ninguno quiso escuchar las advertencias.

PÁGINA | 80
Le fruncí el ceño.

—¿Qué quieres decir? Todos pensaban que éramos una pareja perfecta.

—Exacto. Tú y Aston estaban parejos. Cuando estás con alguien, cuando planeas
darle tu tiempo y tu energía, cuando haces espacio en tu vida para esa persona, se supone
que te hace mejor. Se supone que debes aportar algo más a lo que ya tienes. Tú y Aston
estaban tan parejos, que todo lo que hicieron fue reflejar la misma imagen el uno del otro.
No había nada nuevo que ninguno de ustedes pudiera ver o aprender. Antes de que la
invitaras a una cita y empezaran a salir, ninguno de ustedes mostró ningún signo de
interés. Fue como, BAM, de repente estaban enamorados de la noche a la mañana y
planeando un futuro loco e irreal juntos. Fue extraño, pero todo el mundo te respeta tanto
y solo creen que sabes lo que es correcto, que nadie realmente lo cuestionó. Tal vez
deberíamos haberlo hecho. —Ladeó la cabeza hacia un lado y me miró con sabiduría—.
Siempre te has preguntado por qué Daire y tu papá son tan similares, y por qué te cuesta
conectarte con él. Tal vez eso es porque te pareces mucho a tu mamá. Mi mamá siempre
me dice lo diferentes que tus padres son el uno del otro. A tu papá no le importa lo que
piensen los demás. Cuando tenía tu edad tu mamá pasó mucho tiempo tratando de hacer
feliz a la gente equivocada. Podrías estar buscándote a la sombra del padre equivocado.

Levanté una mano y puse mi dedo índice en el centro de su frente, empujando


suavemente su cabeza hacia atrás.

—¿Cuándo te convertiste en una experta en amor y relaciones? La única relación


comprometida que has tenido es con tus patines de hielo. —Era más fácil burlarme de ella
que admitir que podría tener un punto muy bueno acerca de por qué permanecía perdido
no importa cuánto esfuerzo ponía en perfeccionarme.

Glory levantó un elegante hombro y lo dejó caer. Incluso el gesto descuidado


parecía elegante y fluido cuando lo hizo.

—Presto atención a la gente que me rodea. Tengo que hacerlo para saber contra
quién estoy compitiendo, cuáles son sus debilidades y fortalezas. Pero también, sabes que
me cuesta relacionarme con gente de mi edad. Soy torpe, así que observo y aprendo. Estoy
tratando de imitar la manera adecuada de reaccionar en la mayoría de las situaciones.
Además, Aston siempre me ha hablado cuando está triste. Creo que es porque no tengo
mucho que decir. Sabía que estaba teniendo un momento difícil antes de que ustedes se
separaran. Sentí que estaba buscando a alguien que le diera permiso para romper contigo.

PÁGINA | 81
Le dije que lo hiciera. No les estaba haciendo ningún favor a ninguno de ustedes
quedándose en una relación donde no era feliz. —Miró hacia otro lado y dejó caer su
botella de agua para poder retorcerse los dedos—. Podría estar equivocada, pero creo que
si ustedes alguna vez se sientan y tienen una verdadera y honesta charla sobre cómo se
reunieron y por qué se separaron, ambos van a darse cuenta de que tienen sentimientos
por alguien más y las personas con las que estaban tratando de forzar una relación no
reflejan quién son realmente.

Me recliné como si sus palabras hubieran sido un verdadero golpe.

—¿De qué demonios estás hablando, Glory?

Seguro, hubo chicas antes de Aston. Ninguna que importara. Bueno... excepto
Bowe. Incluso ahora, todavía parecía la chica más importante de todo mi mundo. Sentí
que debería haber examinado por qué mucho antes que ahora.

Glory suspiró y suavizó una mano por su larga trenza.

—Lo siento. Eso fue grosero. Sabes que a veces hablo sin pensar. Solo digo que hay
una razón por la que viniste a Austin tan pronto como estuviste soltero. Y hay una razón
por la que Aston siente que necesita salir de Denver tan rápido como pueda. —Se estiró
y puso una mano en mi hombro—. Si tú estabas corriendo hacia alguien más, ¿no crees
que es posible que ella esté huyendo de alguien?

Estaba desconcertado.

—¿Quién?

Era arrogante pensar de esa manera, pero sabía que era el mejor. ¿Quién era mejor
que yo? No había nadie. ¿Lo había?

Glory volvió a encogerse de hombros. Se puso en pie y extendió una pequeña


mano.

—Bueno, querías estar con alguien que es totalmente diferente a ti para hacerte
sentir mejor. Si luchó con el mismo tipo de sentimientos conflictivos, ¿quién crees que es
el opuesto de Aston en casi todos los sentidos? ¿Quién es la última persona de la que se
permitiría enamorarse porque no tiene ningún sentido sobre el papel?

PÁGINA | 82
La dejé ponerme de pie y la seguí desde los asientos elevados hacia el suelo
mientras hacía girar sus palabras una y otra vez en mi mente. Era una pregunta
complicada, porque no estaba seguro de si estaba hablando de un extraño o alguien más
cercano. Aunque, dudaba que Aston sintiera que tenía que escapar a California si tenía
sentimientos por alguien que ninguno de nosotros conocíamos. Si su corazón vagaba, no
había ido muy lejos.

—Ponte un par de patines y déjame dar vueltas a tu alrededor por un rato.


—Sacudió mi brazo hacia arriba y hacia abajo, donde aún agarraba mi mano—. Solo puedo
descansar un poco más. Será divertido.

Gruñí y solté mi mano.

—Tu papá me llevó al suelo el otro día cuando lanzamos la pelota. No creo que mi
coxis pueda soportar otro aterrizaje tan rápido. —Necesitaba volver al entrenamiento de
verano de una pieza, y sobre todo funcional, o mis entrenadores tendrían mi culo. Ya
estaban enojados porque me había saltado ayudar con el campamento de preparación sin
previo aviso—. Juego fútbol, dulzura, no hockey.

Se rio y bajó la mano para quitar las protecciones de las cuchillas de sus patines.

—Papá dijo que estaba cojeando cuando hablé con él ayer. Parece que diste lo
mejor que pudiste. Voy a volver al hielo. Te diría que voy a tratar de hacer tiempo para
verte antes de irte, pero no es cierto. Estoy demasiado ocupada. Pero llamaré a Bowe y le
desearé suerte en su actuación. ¿Cuándo es de nuevo?

Puse los ojos en blanco y la dejé usar mi antebrazo para mantener el equilibrio
mientras se quitaba las protecciones y se deslizaba hacia la apertura de la pista.

—Es esta noche.

—Oh. —Parpadeó con sorpresa—. Entonces, supongo que la llamaré mañana y le


preguntaré cómo fue todo. —Glory se giró y me dio un fuerte abrazo antes de pisar el
hielo—. Cuídate, Ry. O mejor aún, encuentra a alguien que cuide de ti. Te lo mereces.

Tan pronto como la dejé ir, se deslizó como una especie de criatura etérea que no
es de este mundo. La vi azotar la pista unos minutos antes de volver al sol de Texas. Le
envié a Bowe un mensaje preguntándole si quería que recogiera algo para comer de
camino a su casa. Me contestó que estaba ensayando por última vez antes del espectáculo

PÁGINA | 83
de esta noche. Me recordó que estaba en la lista de invitados, así que no necesitaba un
boleto para entrar. Le pregunté si quería que apareciera temprano para ayudar a llevar su
equipo, y dijo que los chicos de la banda se encargarían.

Sin nada que hacer durante varias horas, conduje aturdido, tratando de unir las
piezas del rompecabezas de palabras que Glory dejó caer sobre mí.

No se equivocó en decir que Aston y yo éramos una pareja surgida de la nada. No


era como si hubiera una acumulación de sentimientos que ninguno de nosotros pudiera
negar durante un largo período. Desde que su hermano y yo éramos amigos, y ella siempre
estaba cerca de Daire, ella siempre estaba allí. No podía recordar cuando empecé a verla
como algo más que una niña linda. Fue más como, después de que las cosas estallaron
entre Bowe y yo, y ella me dejó sin una mirada hacia atrás, que me di cuenta de que
necesitaba estar con alguien exactamente lo contrario de ella. Alguien tranquilo. Alguien
racional. Alguien que no me hacía sentir como si me estuviera volviendo loco cuando
estaba con ella, y aún más loco cuando estaba sin ella. Estar con Aston era fácil, y justo
ahora estaba entendiendo por qué eso podría ser más un problema de lo que jamás
imaginé.

Volví a la casa de Bowe, me duché y me cambié. No estaba seguro de tener el tipo


de ropa que uno usaba para un espectáculo de rock indie, incluso cuando tenía acceso a
toda mi ropa. Parecía incluso menos probable que me mezclara con la multitud cuando
estaba trabajando con opciones limitadas. Sin embargo, hice todo lo posible para
asegurarme de que me veía bien y no avergonzaría a Bowe, ya que ella fue la que puso mi
nombre en la lista. Esa pequeña consideración se sintió como algo grande por alguna
razón. Rara vez tuve que trabajar para asegurarme de que estaba presentable. Mi rostro
hacía todo el trabajo por mí. Pero esta situación parecía más importante que solo un viejo
amigo yendo a apoyar a otro.

Sin embargo si me lo preguntaban, no podría explicar exactamente por qué.

El estacionamiento estaba lleno cuando llegué al lugar. Bowe me dijo que más
lugares estaban mostrando música en vivo en Austin que casi en cualquier otra ciudad en
los Estados Unidos. Según ella, este era un espacio de tamaño mediano que atendía a más
de una multitud de todas las edades en lugar de los buscadores de salvaje vida nocturna.
Tenía sentido ya que Bowe y la tecladista apenas tenían veinte años. No estaba seguro de
cómo funcionaba cuando eras menor de edad pero eras parte de una banda que tocaba en

PÁGINA | 84
bares y clubes nocturnos. Dudaba que un tecnicismo fuera algo que frenara a Bowe. No
era del tipo que dejaba que las reglas dictaran lo que era y lo que no se le permitía hacer,
o donde se le permitía perseguir sus sueños, antes de ahora.

Había una fila de lo que parecían en su mayoría universitarios de mi edad ya


reunidos en el frente del edificio de ladrillo de un solo piso. Estaban pasando a través de
un conjunto de puertas de metal que parecían estar diseñadas para salir de un viejo
granero mientras dos hombres mayores muy tatuados y de aspecto corpulento escaneaban
sus teléfonos y verificaban las identificaciones.

Anduve por ahí hasta que encontré otra puerta en la parte trasera del edificio en
un callejón que usaban las bandas y el personal. Bowe me dijo que habría alguien allí con
la lista de amigos y familiares que me dejaría entrar en el lugar, así no tenía que esperar
en la fila en el frente.

Tuve que esperar detrás de un grupo de chicas sonrientes y un par de tipos con
aspecto de motociclista antes de que fuera mi turno de dar mi nombre y ser llevado dentro.
Ya se escuchaba la fuerte música y el sonido de voces emocionadas golpeando unas contra
otras. Estaba oscuro mientras avanzaba por el pasillo trasero al espacio abierto donde una
multitud comenzaba a reunirse. Estaba pendiente del papá de Bowe porque pensaba
saludar si nos encontrábamos. Mi mamá me escribió más de una vez, recordándome que
debería pasar a ver a los padres de Bowe antes de irme a casa. Quería verlos; solo se sentía
un poco raro ya que sabían que me estaba quedando con Bowe en su nueva casa. O tal vez
yo era el que lo hacía raro ya que mis intenciones hacia su hija mayor no siempre habían
sido exactamente puras e inocentes.

No vi a Jet en ninguna parte, mientras encontraba un lugar cerca de una pared con
una buena vista del escenario más pequeño. Había una alta mesa de cóctel en la que podía
apoyarme. Incluso si Jet estaba aquí, probablemente estaba manteniendo un bajo perfil.
No era tan famoso como cuando tenía mi edad, pero era muy conocido, especialmente en
la escena musical local. No había manera de que quisiera robar la atención de Bowe o
ponerla aún más ansiosa de lo que ya estaba. Tendría que esperar hasta que el espectáculo
terminara para encontrarlo, o para que viniera a buscarme.

Rechacé la compañía de un par de estudiantes y tuve una conversación incómoda


con un hombre de mediana edad con una camiseta de Longhorns que estaba seguro de
que me reconocía. Me preguntó si jugaba al fútbol para una universidad local y se mostró

PÁGINA | 85
decepcionado cuando le dije que no lo hacía. Pude ver que se estaba preparando para una
conversación completamente deportiva, pero afortunadamente, las tenues luces bajaron
mientras Bowe y el resto de la banda se dirigían al escenario.

El hombre se alejó y se fusionó con el resto de la multitud mientras Bowe y Nyle


se acercaban a los micrófonos esperándolos. Bowe se veía genial. Su cabello negro y
púrpura caía sobre sus hombros en un estilo muy elegante. Ella tenía un par de shorts de
camuflaje muy cortos sobre medias de red rasgadas. Esas botas que estaban atadas a sus
rodillas estaban de regreso, y pensé que era algo adorable de una manera muy tipo Bowe
que llevara una camiseta sin mangas con el logotipo de la banda de su papá en ella. La
camiseta estaba atada a su cintura y colgaba de un hombro, mostrando no solo su bonita
piel dorada, sino también una buena cantidad del sujetador negro con tachuelas que
llevaba debajo. No era un aspecto que encontraría sexy en nadie más, pero en ella, todo
funcionaba, y no podía dejar de mirarla.

Sonrió a la multitud reunida mientras se acomodaba su guitarra. Me di cuenta de


que estaba nerviosa por lo fuertemente que se aferró al cuello del instrumento. Respiró
en el micrófono frente a ella, y el sonido llenó la habitación. Se rio un poco, y fue tan
contagioso y lindo, que hizo que toda la multitud se riera.

—Hola a todos. Gracias por venir esta noche a escucharnos tocar. Todos en la
banda somos fanáticos de Cathouse Hotel. Nos sentimos muy honrados cuando nos
pidieron abrir para ellos. Va a ser un espectáculo tan bueno. Somos Wayward Victory, y
estamos emocionados de tocar algunas canciones para ustedes.

—¡Eres tan ardiente! —El cumplido fue gritado por alguien en la audiencia, y una
ronda de silbidos estuvo de acuerdo.

Bowe no perdió su sonrisa, pero sus nudillos se volvieron tan blancos que pude
verlos incluso con la distancia entre nosotros.

En lugar de responder, miró sobre su hombro al baterista, quien inmediatamente


dio el conteo. Un momento después, una de las canciones que habían tocado para mí en
el local de ensayo llenó el lugar. Definitivamente sonaba mejor esta noche y tenía todas
las cabezas a mi alrededor moviéndose. Unos cuantos tipos que parecían pertenecer a una
fraternidad, que claramente solo estaban aquí por los artistas principales, seguían gritando
comentarios groseros hacia Bowe, pero por lo demás, todos los demás parecían estar
disfrutando de su actuación. Bowe estaba visiblemente relajada al final de la segunda

PÁGINA | 86
canción y comenzó a encontrar su vibra. Se apoderó del escenario y al final de su
repertorio, tenía a cada persona en ese lugar comiendo de su talentosa mano. Una chica
de algún lugar hacia el frente del escenario gritó:

—¿Te casarías conmigo?

Bowe finalmente mostró una verdadera sonrisa mientras respondía que pensaría
en ello. De nuevo agradeció a la multitud y a la banda principal, y vi sus ojos escanear a
la multitud. No tenía ni idea de si me estaba buscando a mí o a su papá, pero cuando
nuestros ojos se encontraron, ladeó un poco la cabeza, y su sonrisa se convirtió en algo
que parecía más una gran sonrisa, lo que indicaba que me vio.

Estaba orgulloso de ella. Fue divertido verla teniendo la oportunidad de vivir sus
sueños. Pero, si me preguntaba, le diría lo mismo que le dije cuando escuché el ensayo de
la banda. Era mejor que los otros tres juntos. Ella se robó el espectáculo. Todos los ojos
estaban en ella, y no solo porque era la cantante principal. Era fascinante. Su voz era ligera
y transmitía, pero lo suficientemente rasposa para hacerla única. Era obvio que las otras
tres personas en el escenario con ella estaban allí para respaldarla. Llevaba todas las
canciones, y aun así pensé que todas sonarían mejor si las tocaba ella sola.

Empecé a abrirme paso entre la multitud, que había doblado su tamaño para la
actuación de los artistas principales. Intentaba abrirme paso entre bastidores para poder
hablar con Bowe antes de que la otra banda empezara a tocar. Estaba seguro de que iba a
querer quedarse y observarlos, pero yo estaba listo para dejarlo por hoy. Todavía estaba
tambaleándome de mi conversación con Glory más temprano y me dije a mí mismo que
me iba a casa después de ver a Bowe tocar. Había mucho en mi mente, y ya no estaba para
la aglomeración de la gente y el ruido de la multitud.

Nunca llegué a bastidores.

Justo cuando estaba a punto de llegar al pasillo escondido detrás de una pesada
cortina de terciopelo rojo que ahora estaba siendo vigilada por un portero, la cabeza de
Bowe apareció entre la división de la tela. Sus ojos se abrieron de par en par cuando me
vio. Tocó al portero en el hombro y dijo algo, y él me saludó sin una segunda mirada.
Antes de que pudiera preguntarle qué estaba haciendo o felicitarla, puso sus dedos
alrededor de mi muñeca y prácticamente me arrastró por la puerta lateral por la que había
entrado.

PÁGINA | 87
—¿Dónde estacionaste? —Casi me gruñó la pregunta y noté que parecía estar
temblando un poco donde me sostenía.

—Uh... a un par de cuadras más en un lugar pagado. ¿Por qué? —Tiré de mi mano,
pero ella no la dejó ir—. ¿Cuál es la prisa? ¿No deberías esperar a ver a tu papá? Va a
querer decirte que lo hiciste genial esta noche.

Ni siquiera giró la cabeza.

—Quiero que me lleves a casa.

Fruncí el ceño y tiré aún más fuerte de mi muñeca.

—Puedo hacer eso, pero ¿quieres decirme por qué? Pensé que te quedarías para la
otra banda.

—Solo... necesito salir de aquí, especialmente antes de encontrarme con mi papá.


necesito algo que me distraiga antes de enloquecer. —Finalmente me miró, su largo
cabello deslizándose sensualmente sobre sus hombros y brazos—. Quiero que me lleves a
casa para que podamos tener sexo. Creo que eso es literalmente lo único que me hará
olvidar lo que pasó en ese escenario en este momento.

Me paré de golpe y tiré de mi brazo lo suficientemente fuerte como para que no


tuviera otra opción que girarse y mirarme. Mi corazón estaba en mi garganta por sus
palabras, y había un chorro de sangre fuera de mi cerebro que iba directo a mi polla por
las imágenes y recuerdos que su declaración traía a mi mente.

—Te enojaste conmigo hace unos días porque te besé. Ahora, ¿quieres que
durmamos juntos? Tienes que hacer que tenga sentido, Bowe. —Tenía tantas ganas de
aceptar su oferta, pero tenía la sensación de que si lo hacía, empezaría a odiarme de nuevo
una vez que volviera a sus sentidos. No quería perder el mínimo progreso que había hecho
con ella desde que aparecí sin avisar.

Levantó una mano como si fuera a tocarme el rostro, pero la dejó caer en el último
segundo. Dejó caer mi brazo como si mi piel estuviera cubierta de espinas.

—Si no quieres hacerlo, puedo encontrar a alguien que lo haga. No es tan difícil
atrapar una polla dispuesta, Ry.

PÁGINA | 88
Me di cuenta por lo tenso de su mandíbula y el brillo en sus ojos, que hablaba en
serio. No sabía qué iba mal, pero sabía que era testaruda e imprudente como para meterse
en problemas cuando estaba tan alterada.

Y la realidad era que la idea de que eligiera a un desconocido e hiciera Dios sabe
qué con él solo porque estaba molesta hizo que mi sangre se calentara y mi piel ardiera.

Así que en realidad, solo había una opción.

—Bien. Tengamos sexo. Pero tienes que decirme por qué en el camino a casa, y no
se te permite desecharme de nuevo después. —Me incliné para que estuviéramos a la
altura de los ojos—. Prométemelo, Bowe. No se te permite tratar de olvidarte de mí si
hacemos esto. —Eso había dolido más que saber que me odiaba, porque al menos si me
odiaba, seguía pensando en mí.

Lentamente, asintió con la cabeza. Esta vez tomó mi mano y la sostuvo como si
fuéramos a algún lugar juntos, en lugar de uno tirando del otro.

A diferencia de ese beso de la otra noche, esto no se sentía tanto como ser llevado
de vuelta al pasado como se sentía ser lanzado al futuro. El tipo de futuro que nunca me
atreví a imaginar porque parecía imposible y ridículo. El futuro que arruiné antes de tener
la oportunidad de empezar porque tenía miedo de lo profunda e intensamente que esta
chica me hizo preocuparme por ella desde el principio.

Fue impactante cómo esto se sintió como algo totalmente nuevo y sin ser tocado
por todo lo que había venido antes de esto.

Se sentía como una oportunidad para empezar de nuevo y corregir juntos todos los
errores con los que habíamos tropezado.

PÁGINA | 89
CAPÍTULO NUEVE

staba tan decepcionada.

Mi primer concierto real. Mi primera banda real. La


primera vez en un escenario real, cantando canciones que
escribí y les insuflé vida. La primera vez que actuaba frente a
mi padre como músico de verdad... y nada de eso había estado
a la altura de mis indignantes expectativas.

Sentía como si finalmente hubiera atrapado el único sueño que había perseguido
desde que era joven, solo para que se evaporara tan pronto como lo toqué.

No era la multitud o la forma en que la banda actuaba. No era la forma en que


sonábamos o la respuesta a la canción con la que nos abríamos camino.

Lo que me mató, lo que me hizo sentir que no podía respirar, y me hizo tropezar
más de una vez a través de las letras y acordes, fue exactamente de lo que Ry me acusó.
Mis canciones no sonaban bien. El significado detrás de ellas parecía que se había perdido
totalmente mientras el resto de la banda las tocaba. Como si alguien más estuviera
hablando por mí y tratando de contar mi historia. Me sentía como un fraude. Me sentía
como una cobarde. Y me sentía totalmente vacía y hueca por dentro porque todo lo que
siempre quise estaba al alcance de mi mano, pero sabía en el fondo de mis entrañas que
no había manera de que fuera capaz de alcanzarlo.

Suspiré e incliné la cabeza contra la ventanilla de la camioneta de Ry. Incliné el


respiradero para que el aire fresco explotara directamente en mi rostro y ojos. Esperaba
que el disparo del aire en movimiento fuera lo suficientemente fuerte para mantener
alejadas las lágrimas que sentía amenazaban con salir.

—Te dije que era músico, que es lo que soy, y tocar música no es simplemente lo
que hago, pero creo que te mentí. Puede que no sepa nada más de mí, de lo que tú lo haces

PÁGINA | 90
Archer. —Porque si fuera un músico de verdad, habría reconocido mucho antes de que
lo señalara que la única razón por la que sentía que necesitaba ser parte de una banda, la
única razón por la que estaba dejando que alguien más tocara mis canciones
incorrectamente, era que estaba tratando de seguir exactamente los pasos de mi padre. No
era mi sueño el que estaba persiguiendo con todo lo que tenía en mí... era el de él.

Ry estuvo callado mucho tiempo. No podría decir si estaba tratando de encontrar


una manera de consolarme o si estaba tramando una manera de volver a su promesa de
llevarme a casa y dormir conmigo.

Inmediatamente después de salir del escenario, incluso en medio de las


felicitaciones y la emoción palpable de la gente a mi alrededor, casi me asfixié por mi
decepción y desilusión aplastante. Odiaba saber que había cometido un error tan grande.
Más aún porque lo había hecho delante de las únicas dos personas que nunca quise que
me vieran flaquear. Todo en lo que podía pensar era en encontrar algo, cualquier cosa que
me distrajera de la desgarradora derrota que llenaba mi corazón. Ni siquiera podía mirar
al resto de mi banda, y estaba demasiado avergonzada para quedarme y ver a artistas
reales, que sabían lo que estaban haciendo. Sabía que lo único que me sacaría de mi propia
miseria y la espiral de vergüenza en la que me estaba sumergiendo era algo tan estimulante
como estar bajo las luces frente a un micrófono.

Le dije a Ry que me acostaría con el primero que me diera el visto bueno si me


rechazaba, pero era mentira.

Era el único que había sido capaz de darme cuerda hasta el punto en que no podía
sentir ni pensar en nada más que en él. Él fue el único que invadió mi mente e hizo que
mi cuerpo reaccionara contra mi mejor juicio.

Fue el único que me obligó a centrarme en algo que no fuera mi deseo de hacer
música. Cuando me tocó, cuando me besó, cuando su cuerpo se movió sobre y debajo del
mío, no fueron las letras de canciones y hermosas melodías las que inundaron mi cerebro
e hicieron cantar mi sangre.

Fue él.

Siempre ha sido él.

—Todos esos pequeños conciertos que tocaste antes de este, todo el tiempo que
pasaste practicando, toda la inversión emocional que pusiste para llegar a este punto, esas

PÁGINA | 91
son cosas que hacen los músicos, Bowe. No es solo subir al escenario. No es solo tocar el
instrumento y escribir las canciones. Es todo lo que te lleva al punto en el que te has
ganado tu lugar en el escenario. No es diferente a ser un atleta. No es solo jugar el juego o
ganar. Es todo lo que te pone en el campo. Una vez que estás allí, puedes ganar, puedes
perder, pero de cualquier manera, trabajas para llegar allí, y eso nunca debe ser
descontado. Perder un partido no te hace menos atleta.

Sorprendentemente, su analogía me hizo sentir un poco mejor. Suspiré de nuevo


e incliné la cabeza para mirar su perfil. Era tan perfecto como el resto de él, menos un
pequeño golpe en el puente de su nariz. Sabía que se la había roto cuando era más joven,
y ni siquiera en el campo de fútbol. Se había metido en una pelea defendiendo a Daire y
le dieron un puñetazo. Había un músculo temblando en su mejilla que me hizo saber que
estaba en conflicto acerca de aceptar mi propuesta. No podía culparlo. La última vez que
nos enrollamos, desaparecí y lo ignoré durante años. Me estaba protegiendo. Estaba dando
tiempo a mi corazón para sanar de los latidos a causa de él. No tenía ni idea de que la
distancia lo molestaba en la medida en que lo hacía.

Nunca olvidaría la forma en que mi pecho se sentía como que iba a ceder cuando
me dijo a la mañana siguiente que no pensaba que encajáramos. Era demasiado joven,
demasiado cabezota, demasiado sensible en lo que a él respecta para tener una
conversación más allá de esas dolorosas palabras. Nadie quería oír que acababan de dar su
primera vez a alguien que no iba a valorarla. Que no significaba lo mismo para ellos que
para ti. Ry y yo pasamos toda nuestra infancia rodeándonos como depredadores
hambrientos. Estábamos destinados a terminar mordiéndonos el uno al otro y dejando
cicatrices. Había estado tan concentrada en mis propias cicatrices, que nunca se me
ocurrió que él tenía las suyas.

Siguió adelante tan rápido, y aunque esa relación no durara, aun así, parecía que
el lugar que siempre había ocupado en su vida había sido fácilmente reemplazado.

—¿Eso significa que acabo de perder un campeonato? —Traté de inyectar un poco


de humor en mi tono, pero podía oír que me quedé corta.

Ry resopló y giró su cabeza para mirarme rápidamente. Incluso en el oscuro


interior de la cabina de la camioneta, sus pálidos ojos parecían iridiscentes.

PÁGINA | 92
—No. Esto era como un entrenamiento contra un equipo profesional. Puedes
evaluar tus fortalezas y debilidades. Puedes determinar lo que necesita hacer para realizar
un mejor próximo juego.

—Creo que quizás estaba jugando con el equipo equivocado. —Amaba a Joey como
persona y apreciaba el talento y el entusiasmo del camionero cuando tocaba, pero como
músicos, no estaban al mismo nivel que yo. Nyle era un músico sólido, pero recientemente
se hizo evidente que estaba más interesado en llevarme a la cama que en hacer música
increíble. Cuando Ry dijo que me necesitaban más de lo que yo los necesitaba, no se
equivocó. Tenía miedo de pararme ahí afuera frente al mundo por mi cuenta; me permití
esconderme detrás de una banda de la que realmente no quería ser parte y no presioné
para ser mejores de lo que ya eran. Creí que sería lo suficientemente buena pararme en el
escenario y tocar mis canciones, sin importar lo buenas o malas que sonaran.

Estaba equivocada.

Me estaba matando saber que la primera vez que llegué a interpretarlas de verdad
y no durante un ensayo, sonaron mal.

Ry resopló y sacudió su mirada hacia la carretera para no perderse el desvío de mi


vecindario.

—A veces ganar y perder no se trata del equipo, sino de un jugador individual.


Hay un montón de casos en los que un solo jugador destacado llevó a cabo un juego entero.

Murmuré con irritación bajo mi aliento mientras se detenía frente a mi casa.


Odiaba lo bueno que era al ver la situación, y cómo la descomponía en términos que se
relacionaban con su propia experiencia. Todo en lo que me concentré fue en nuestras
numerosas diferencias. Era más seguro creer que no compartíamos un terreno común. Sin
embargo, escucharlo tratar de relacionarse conmigo esta noche, en lugar de regocijarse de
que tenía razón y ya había señalado que tenía un problema serio, me hizo darme cuenta
de que operábamos en una longitud de onda muy similar.

Me entendía mejor que la mayoría. Podría ser la única persona que entendería por
qué estaba tan decepcionada después del repertorio que tocamos esta noche.

—Realmente no tengo ni idea de lo que estoy haciendo.

PÁGINA | 93
Mi mamá iba a estar molesta porque dejé la escuela para formar una banda, solo
para darme cuenta de que estar en una banda no era lo que quería. Era como si hubiera
abandonado dos veces.

Mi papá iba a estar molesto porque no fui más honesta conmigo misma desde el
principio y había estado tan ocupada tratando de ser como él, que olvidé ser yo misma.

Los miembros de la banda se iban a enojar con todo su derecho de que me


desconectara, justo en la cúspide teniendo una gran oportunidad. No solo era una
oportunidad para mí misma la que estaba a punto de abandonar, sino también para ellos.

El brazo de Ry se extendió a través del espacio entre nosotros, y sentí sus dedos
deslizarse a través de mi cabello. Un momento después, se acomodaron alrededor de mi
oreja, escondiendo los largos mechones de colores brillantes para que pudiera ver
claramente mi rostro. Un escalofrío pasó por el costado de mi cuello ante la ligera caricia,
y mi aliento quedó atrapado en mi garganta.

—Ya somos dos. No sabía lo que estaba haciendo cuando me subí a mi camioneta
y vine a verte. No sabía lo que estaba haciendo cuando decidí quedarme. No tengo ni idea
de por qué acepté volver a dormir contigo cuando la última vez casi nos destruye.
Podemos parecer opuestos de todas las maneras posibles, pero todas las cosas que no
sabemos con certeza, y todas las cosas que ambos sabemos que son absolutamente ciertas,
son exactamente las mismas. Siempre lo han sido.

Su pulgar rozó mi mejilla y luego cayó para rozarme el labio inferior. Mis labios se
separaron con sorpresa, y tuve que luchar contra la necesidad de sacar la lengua para
perseguir el suave toque.

—¿Qué es lo que ambos sabemos que es absolutamente cierto? —No parecía que
habría tantas cosas, así que estaba honestamente curiosa.

Me sonrió, moviendo la mano para que sus dedos sujetaran mi mentón y no


pudiera girar mi cabeza para romper la intensidad de su mirada que ardía en la mía.

—Sabemos que no importa lo duro que un día pueda ser, otro día soleado
aparecerá. Sabemos que no puedes conseguir nada sin trabajo duro y dedicación, e incluso
si lo consigues, podría no ser todo lo que esperabas que fuera. —Me preguntaba si estaba
hablando de su relación con Aston, pero siguió adelante y no me dio una oportunidad
para preguntar—. Ambos sabemos lo que es decepcionar a nuestros padres y tener puestas

PÁGINA | 94
en nosotros expectativas que son difíciles de cumplir. —Todo eso era cierto, ¿pero no era
lo mismo para la mayoría de la gente de nuestra edad? Ese tenue momento en el que
estabas saliendo por tu cuenta y tratando de averiguar quién ibas a ser sin la influencia de
aquellos que te criaron era un reto para todos los que llegaron a la adultez. Aprender de
las experiencias era un juego de pelota totalmente diferente a seguir el ejemplo establecido
por tus padres y seres queridos.

Ry aplicó un poco de presión y levantó mi rostro. Puse una mano alrededor de su


muñeca y jadeé ligeramente cuando sentí la forma en que su pulso tronaba bajo su piel.
Sonaba tan genial y compuesto, que no tenía ni idea de que su corazón corría tan rápido,
o incluso más rápido, que el mío.

—Ambos sabemos que estar juntos a solas nunca va a ser fácil. Y que la forma en
que nos sentimos el uno por el otro es mucho más complicada de lo que nadie podría
imaginar. Ambos sabemos que hace años empezamos algo que nunca tuvo el final que se
merecía, porque lo arruiné. Nos movimos demasiado rápido, y te hice daño. Creo que no
entendía lo malo que fue hasta hace poco. —Sentí que no podía escapar del calor en sus
ojos, o del calor que se filtraba en mi piel donde me tocó—. Ambos sabemos que eres muy
importante para mí.

Justo cuando sus labios estaban a punto de tocar los míos, respiré una negación
automática.

—No lo sé.

Si era tan malditamente importante para él, ¿cómo pudo reemplazarme tan rápido?

Ry sonrió, sus dientes blancos brillando en la oscuridad. El ligero y siniestro borde


de su expresión debería haberme asustado. En cambio, me excitó. Me gustó un poco
demasiado cuando dejó que ese pequeño monstruo que tenía dentro mirara desde dentro
de su jaula.

—Ahora realmente me estás mintiendo, Bowe. No finjas que no sabes lo especial


que eres. —Estaba en la punta de mi lengua preguntarle cómo podía decir eso con un
rostro tan serio. Tenía que saber que no se sentía bien escuchar que había seguido adelante
con Aston casi tan pronto como le abrí el camino. Pero esta noche no se trataba de aclarar
viejas quejas y dejar las cosas en claro.

PÁGINA | 95
No. Esta noche solo necesitaba que me hiciera sentir como si fuera tan especial
como dijo que era. Ansiaba la distracción y los momentos de dichoso olvido que sabía que
solo experimentaría una vez que me perdiera en el chico sentado a mi lado. Era el único
que me ofrecía un escape y el único del que siempre quise escapar. Ry Archer me había
confundido, yendo y viniendo, por lo que creía que era mejor sacarlo de mi vida casi por
completo. No quería que fuera lo primero en lo que pensaba cuando me levantaba por la
mañana, y definitivamente no necesitaba que me siguiera en mis sueños. Estaba bastante
segura de que estaba en el punto donde Ry era mayormente un recuerdo... hasta que
apareció y sacudió mi mundo hasta el fondo.

Me engañé pensando que sería capaz de olvidarlo. Chicos como Ry eran


inolvidables.

Como ya estaba lo suficientemente cerca como para besarlo, levanté mi mano y la


enrollé alrededor de su cuello. Su piel estaba tibia bajo mis dedos, y sentí como si esos ojos
helados suyos estuvieran mirando todo el camino a través de mí mientras me inclinaba
hacia adelante para apenas tocar mis labios con los suyos.

—Otra cosa que ambos sabemos es que esto es un error. Fue un desastre en ese
entonces. Será uno más grande esta noche. Pero aunque ambos lo sabemos, es un error
que vamos a cometer una y otra vez hasta que no sienta que es algo que no deberíamos
estar haciendo. —Las palabras de Ry se deslizaron sobre mi boca mientras trataba de
besarlo en silencio. No quería su lógica ni su paciencia y comprensión. Quería que su
cuerpo y su pasión cegadora bloquearan todo lo demás con que no quería tratar en este
momento—. Creo que también sabemos que prometiste no olvidarme si hacemos esto,
pero esa no es una promesa que planeas cumplir. Puedes odiarme, Bowe. Pero no tienes
permitido olvidarte de mí.

Le fruncí el ceño, lista para refutarlo. Sonaba como si estuviera buscando una
excusa para retirarse de nuestro trato ahora que me tenía en casa y estaba a salvo de
merodear por una aventura de una noche. Iba a regañarlo y decirle que no apreciaba sus
hábiles maniobras cuando me sorprendió al moverse repentinamente, así que su boca
estaba firmemente presionada sobre la mía.

Se aprovechó de mis labios separados, inmediatamente deslizando su lengua


dentro de la húmeda abertura y enredándola a través de la mía de una manera casi
juguetona. Sin embargo, nada sobre la forma en que me besó se sintió alegre o descuidado.

PÁGINA | 96
Besó mi aliento con intención, con una mente enfocada y deliberada. Me besó hasta el
punto de que no podía pensar con claridad, y olvidé que estábamos otra vez en la cúspide
de una discusión. Me besó tan profundamente y a conciencia, que ni siquiera tuve la
oportunidad de refutar que estábamos cometiendo un error, o que todavía tenía un rencor
contra él una vez que habíamos terminado.

No pude silenciar un gemido cuando sus labios pasaron de devorar mi boca a


deslizarse ligeramente por el lado de mi cuello. Sentí el mordisco de sus dientes contra mi
pulso mientras sus dedos se inclinaban hacia afuera de mi muslo. Pequeñas espinas de
placer seguían donde sus dedos tocaban, y mi sangre comenzó a sentirse como si estuviera
burbujeando bajo mi piel. Había un zumbido en mis oídos y hormigueos subiendo y
bajando por mi columna vertebral que me distrajeron mucho de todos los malos
sentimientos que había estado ahogando antes.

También lo hizo el obvio bulto detrás de la cremallera de Ry cuando se acercó aún


más a mí. Una cosa era lanzar la perspectiva del sexo ahí fuera en el calor del momento.
Otra era estar cara a cara, o más bien polla a coño, con la realidad de volver a saltar a la
cama con el único chico que estuvo a punto de romperme el corazón.

—Vamos adentro. —Fue difícil para mí sacar las palabras.

Ry no estuvo en desacuerdo. En vez de eso, su ancha palma me cubrió la parte de


atrás de la cabeza, protegiéndola del golpe contra la ventana mientras se apoyaba en mí,
presionándome contra la puerta. Tuve que tragar un gemido cuando su amplio pecho rozó
tentadoramente el mío. Ry había cambiado de muchas maneras notables a lo largo de los
años, y la fuerza tangible y la dureza de su cuerpo eran unas de ellas. Otra era su nueva
incertidumbre sobre quién era como un hombre más allá de los roles asignados que
siempre había desempeñado. Fue esa pequeña abolladura en su armadura la que me
pareció tan atractiva y fue esa misma cosa la que me hizo evitar ahuyentarlo cuando volvió
a estrellarse en mi vida, todo vulnerable y con el corazón roto.

Siempre eran sus debilidades las que me parecían tan atractivas. Eran mucho más
difíciles de encontrar que sus puntos fuertes, y sentí que solo las mostraba a unos pocos
selectos.

Siempre había sido una de los afortunados.

PÁGINA | 97
CAPÍTULO DIEZ

ra raro estar de regreso en esta situación con Bowe.

No quería meterle prisa ni dejar que toda la sangre y el


calor que corría hacia mi polla sobrepasara mi sentido común.
La primera vez que hicimos esto, todo se trataba de perseguir
las embriagadoras sensaciones y el impulso del deseo que era
tan nuevo para un par de adolescentes inexpertos que pueden
o no haber conseguido un par de bebidas y dejar que sus emociones se desbocaran.

Ahora, sabía que había mucho más involucrado. Tan bueno como se sentía estar
con ella, tanto como ella llegó a mí de una manera que nadie más había logrado nunca,
las emociones enredadas con Bowe Keller eran difíciles y podrían llevar a otro corazón
roto. Me di cuenta de lo diferente que me sentí en ese entonces cuando Bowe se fue frente
a cómo me sentí cuando Aston me dijo que no la hacía feliz. Pensé que estaba devastado
y destruido. Estaba tan confundido acerca de cómo todo fue mal cuando imaginé estar
juntos por mucho más tiempo del que estuvimos. Sosteniendo a Bowe en mis brazos,
pensando en lo vacío que me sentía cuando ya no me hablaba, y cuando dejó claro que
nunca me acercaría lo suficiente para tocarla de nuevo, entendí la verdadera pérdida y
decepción.

Me había precipitado en una relación aburrida, predecible, donde no tendría que


esforzarme por nada o ser desafiado en cada paso del camino porque estaba tan
aterrorizado y decepcionado por el vacío dejado por Bowe. Nunca se trató de estar con
Aston y construir un futuro con ella. Se trataba de distraerme, así que no tenía tiempo ni
espacio para pensar en cómo había arruinado la relación que no podía controlar. Estaba
jugando a lo seguro para no salir herido, y al final, me las arreglé para causar tanto daño
colateral que era increíble. Le debía una gran disculpa a Aston.

También le debía una a Bowe.

PÁGINA | 98
Lo que significaba que me iba a ir a casa antes de lo que había planeado.

Pero primero, iba a sacarle de la cabeza lo que la había puesto tan tensa y con
suerte ponerla de mejor humor.

No tenía una polla mágica ni nada por el estilo, pero incluso la primera vez que
jugueteamos, mis instintos habían estado en el punto, y las cosas habían terminado mucho
mejor de lo esperado. Bowe y yo juntos funcionábamos bien sexualmente sin mucho
esfuerzo. Parecía que eso no había cambiado.

Rechazó la opción de permanecer en la oscuridad y en los confines de mi


camioneta al abrir su puerta y casi enviarnos a ambos al suelo cuando giró hacia afuera.
Fue bueno que tuviera una mano en su reposacabezas para el equilibrio, o habríamos
aterrizado muy indignamente en su camino de entrada.

Parpadeó hacia mí y sacó su lengua para lamer su labio inferior. Usó su sujeción
en la parte posterior de mi cuello para mantenerse erguida e inclinó su cabeza en la
dirección de su puerta principal.

—Adentro.

Me gustaba su lado mandón. Siempre lo había hecho. Estaba acostumbrado a tomar


las decisiones y a guiar el camino que las cosas debían seguir, pero ella no buscaba
dirección. Iba a seguir su propio camino, incluso si terminaba teniendo que cambiar de
rumbo cuando se daba cuenta de que su destino no era el correcto.

—Está bien. Vamos a entrar. —Levanté mi peso de ella y vi como salió corriendo
de mi camioneta y corrió hacia la puerta principal.

Mi ego quería creer que estaba emocionada de estar conmigo, pero mi corazón no
podía negar la realidad de que me estaba usando de la misma manera que había usado a
mi ex novia durante años. No era la mejor sensación del mundo, y cuanto más pensaba en
ello, más me cuestionaba exactamente lo que le había hecho pasar a Aston los últimos dos
años. Siempre creí que era un buen tipo. Ese era el papel que desempeñaba día tras día.

Ya no estaba tan seguro. No era malo ni nada, pero estaba empezando a pensar que
podría tener un poco más de mi padre de lo que originalmente creía. Me había dicho
interminablemente cuando estaba creciendo que tomó muchas malas decisiones y lastimó
a mucha gente cuando tenía mi edad. No lo hizo a propósito. Era un mecanismo de defensa

PÁGINA | 99
y una manera de protegerse de la abrumadora culpa y el dolor con el que luchó después
de perder a su hermano gemelo. Estaba acostumbrado a poner sus propios intereses
primero... hasta que se enamoró de mi mamá. Ella lo obligó a tener un panorama más
completo y lo hizo darse cuenta de que solo estaba alejando una y otra vez a los que
trataban de acercarse a él. Nunca había entendido por qué sentía la necesidad de pasar las
historias en forma de advertencia, pero ahora lo hacía.

Pase lo que pase, era el hijo de mi padre. Hice todo lo posible para minimizar las
similitudes porque no encajaban con la imagen que había estado tratando de vivir durante
tanto tiempo.

Moviendo la cabeza para volver a concentrarme donde tenía que estar, seguí a
Bowe hasta su linda casita. Las luces estaban apagadas excepto por el tenue resplandor
que venía de su habitación. Seguí la luz y me detuve en la puerta para poder recuperar el
aliento. Se había quitado la camiseta sin mangas y los shorts. Dejado las satinadas medias
negras de red. Si tuviera que elegir cómo se vería en algunos de mis sueños más sucios y
obscenos sobre ella, esto sería todo. Casi necesitaba pellizcarme para asegurarme de que
esto fuera real y no una alucinación. Respiré hondo, atrayendo su atención hacia mí. Sus
ojos color miel se abrieron cuando vio la forma en que estaba allí de pie mirándola. Me
dio una sonrisa torcida y se acercó. Era más baja sin sus botas, pero aun así me gustaba
que encajara contra mí como si estuviera hecha para hacer exactamente eso.

Puso una de sus manos en mi cintura y agarró el dobladillo de mi camiseta. Usó su


otro dedo índice para tocar ligeramente mi barbilla. No me di cuenta de que mi boca
estaba ligeramente abierta.

—Crecí casi tan bien como tú, Archer.

Le di una sacudida a mi cabeza y la seguí obedientemente.

—Creo que creciste aún mejor.

No éramos exactamente niños la última vez que aterrizamos juntos en la cama,


pero habíamos sido jóvenes. Todavía lo éramos, pero en cierto modo, ambos estábamos
mucho más cerca de la adultez de lo que habíamos estado cuando inicialmente tratamos
de descubrir el sexo. Y todo lo que cambió después de que se introdujo en nuestra amistad.
Tenía más curvas, era más alta, y tenía perforaciones, tatuajes en sus dos omóplatos, y uno
en lo alto de su cadera que no había estado allí antes. También era más confiada y más

PÁGINA | 100
audaz al pararse frente a mí mayormente desnuda. Bowe sabía que se veía bien, y parecía
saber exactamente lo que quería de mí. Encontré ambas cosas increíblemente sexys.

Sacó mi camiseta sobre mi cabeza mientras pateaba mis zapatillas. Succioné un


aliento audible cuando sentí sus dedos trazar sobre las líneas que grababan mis
abdominales. Sus ojos se desviaron sobre el intrincado tatuaje que recorría mi brazo, y sus
labios se alzaron en una suave sonrisa.

—Siempre me pregunté si ibas a ceder y dejar que tu papá te diera algo de lo que
no podías librarte. —Levantó la mirada hacia la mía—. Es bonito.

Era difícil pensar en qué decir porque estaba un poco confundido por sus palabras,
pero sobre todo porque sus manos estaban tirando de mis jeans abiertos. No podía ocultar
mi reacción al estar tan cerca de ella o lo mucho que me gustaba besarla. Estaba caliente
y duro, llegando a estarlo aún más cuando sentí el roce de la parte posterior de sus nudillos
contra la carne tensa detrás de mis calzoncillos.

—Tú eres bonita. —La última persona que necesitaba en mi cabeza cuando estaba
a segundos de tener a Bowe en la cama, era mi papá.

Agarré su rostro con una mano y bajé mi cabeza para poder besarla. La apoyé hacia
el borde de la cama, usando mi mano libre para rozar su costado y alrededor de su caja
torácica, siguiendo la línea de su sujetador hasta su espalda para que pudiera abrir el
broche. Sentí como si me hubiera estado tomando el pelo toda la noche con los destellos
de ella asomándose por su camiseta. Su estilo atrevido le quedaba e inspiraba muchos
pensamientos pecaminosos.

Cuando la resbaladiza tela se deslizó por sus hombros y fuera de sus brazos, seguí
el progreso con ojos hambrientos. Pasé la parte posterior de mis dedos a través de la
hinchazón superior de sus senos, notando que habían cambiado un poco desde la última
vez que tuve acceso sin restricciones a ellos. Sus pequeños pezones aún parecían
frambuesas, pero sus pechos estaban más llenos que un puñado. Ella no era demasiado
curvilínea, pero no importaba. Usaba lo que tenía a su favor, y me gustó todo con lo que
estaba trabajando.

Besé su boca fuerte y rápido, luego dejé que mis labios saltaran por el lado del
cuello mientras la doblaba hacia atrás sobre el colchón. Una vez que estuvo debajo de mí,
le besé la clavícula y levanté una mano para sostener el peso de un pecho mientras usaba

PÁGINA | 101
mi pulgar para circundar ligeramente un pezón tenso. La boca de Bowe se abrió con un
pequeño suspiro y levantó sus brazos para envolverlos alrededor de mis hombros. Recordé
ese sonido suave y dulce de antes. Recordé el sabor que tenía en mi lengua cuando la
saboreé. Nunca soñé con volver a ponerle la boca y las manos encima, y ciertamente no
estaba en mi agenda cuando dejé Denver. Pero inmediatamente todo se sintió tan bien y
tan correcto; estaba furioso conmigo mismo por ser el que nos privó a ambos de la
oportunidad de experimentar más de esto en los últimos años.

Me reí contra su tibia piel cuando se movió con impaciencia y se acomodó para
que pudiera tirar el resto de mi ropa hacia abajo alrededor de mis caderas. Usó sus manos
y pies para ponerme a un nivel aceptable de desnudez. Su entusiasmo era tierno, pero se
convirtió en algo mucho más serio cuando su cálida mano envolvió mi dura polla. Su
toque la hizo palpitar y me dejó escalofríos bailando sobre mi piel. Era imposible pensar
en otra cosa que no fuera lo bien que me hacía sentir cuando tenía sus manos deslizándose
por mi cuerpo y sus labios susurrando mi nombre.

Puse besos húmedos y chupetones por todo el valle entre sus pechos hasta que
alcancé su otro pezón. Metí su pezón en mi boca y usé mis dientes para tirar suavemente
el tenso guijarro. El pequeño pinchazo que le dejé hizo que apretara su mano en la rígida
carne entre mis piernas y la hizo moverse inquietamente debajo de mí. Sonreí contra su
piel, moviéndome para poder arrastrar mi lengua hasta el borde de sus medias. Enganché
mis pulgares a través de los agujeros de sus bragas negras por donde salían sus piernas,
asegurándome de quitar la tela de red también. Quité toda la sexy tela negra de su piel,
poniéndome de rodillas entre sus piernas sensualmente separadas.

Puse una mano en el interior de su rodilla y la miré mientras se levantaba sobre


sus codos para que pudiera ver lo que estaba haciendo. Los juegos previos no se habían
tenido en cuenta en nuestra juvenil incursión en el sexo y la intimidad, pero esta
definitivamente no sería la primera vez que tenía mi boca en sus lugares más privados.
Me preguntaba si recordaba cada pequeño detalle de todo lo que nos habíamos hecho el
uno al otro de la misma manera que yo.

Arqueé mis cejas hacia ella y le pregunté:

—¿Estás lista?

Todavía quería que tuviera una salida si entraba en razón y se daba cuenta de que
se arrepentiría de esto cuando estuviera pensando con claridad.

PÁGINA | 102
Simplemente me sonrió y me dijo:

—Muéstrame lo que tienes, Archer.

Con mucho gusto.

Estaba feliz de demostrarle que lo que tenía era un apetito voraz y un deseo furioso
de dejar en ella el mismo tipo de impresión que había dejado en mí hace años. Quería que
pensara en mí mucho después de que me fuera. Quería que sus recuerdos de mí invadieran
cada pensamiento y sentimiento, y la hicieran anhelarme de la forma en que la anhelaba,
incluso cuando estaba tratando de engañarme a mí mismo pensando que la había
superado.

Le lamí el muslo, haciendo una pausa para levantar la tonificada extremidad sobre
mi hombro cuando llegué a mi objetivo. Su piel era tan suave y sedosa, y todos sus bonitos
lugares rosados ya estaban húmedos y resbaladizos. Me hizo agua la boca.

Me incliné tan cerca de ella como pude, consiguiendo enterrar mi boca por
completo en su cálido y húmedo centro. Escuché a Bowe soltar un gemido bajo y sentí
como caía en la cama con el primer golpe de mi lengua. Una de sus manos alcanzó la parte
superior de mi cabeza, sus dedos se entrelazaron a través de mi cabello mientras se retorcía
contra mi boca. Su sabor familiar me llevó atrás en el tiempo y me volví determinado a
asegurarme de que esto no fuera cosa de una sola vez. Quería que me deseara como yo la
deseaba, contra mi mejor criterio. Quería que me necesitara tan visceralmente que
pudiera sentirlo hasta los huesos, de la misma manera que yo la necesitaba.

Gimió mi nombre, y sus piernas temblaron tentadoramente junto a mis orejas. La


tiré aún más cerca mientras la punta de mi lengua se sumergía dentro de su abertura. Una
de mis manos apretó el pliegue de su muslo interno, manteniéndola quieta para que
pudiera entrar lo más profundo posible. Me encantó la forma en que su cuerpo se apretó
en respuesta. Mi polla se puso aún más dura y comenzó a gotear por los sonidos eróticos
que estaba haciendo. Me dolía de una manera que llevé mi mamo a la suya para que
pudiera apretar el eje para mantenerme bajo control. Nunca me perdonaría si no aguanto
antes de tener mi oportunidad de estar dentro de ella otra vez.

Tragué un gemido mientras sus calientes entrañas temblaban contra mi lengua.


Quería ahogarme en la humedad que explotaba con cada lamida y movimiento. Me moví
para poder rodear el pequeño punto sensible escondido dentro de sus resbaladizos

PÁGINA | 103
pliegues. El primer pase hizo que su espalda se arqueara del colchón y causó que sus dedos
me sujetaran el cabello con un agarre doloroso. Prácticamente gritó mi nombre, y estaba
bastante seguro de que sonaba incluso mejor que tener una porra en todo el estadio
cuando anotaba en el campo. Era un sonido que quería oír una y otra vez, no solo cuando
estaba buscando un escape de sus problemas.

Mientras continuaba volviéndola loca con mi boca en su clítoris, añadí mis dedos
a la mezcla, acariciándolos a través de su calor húmedo y provocando su sensible abertura.
Los metí y saqué de su tembloroso cuerpo, casi enloqueciendo cuando imaginé mi polla
haciendo lo mismo. Casi en contra de mi voluntad, mi palma comenzó a deslizarse de
arriba a abajo de mi polla. Quería estar dentro de ella con tantas ganas que estaba
temblando.

Bowe tiró de mi cabello con aún más fuerza cuando usé el borde de mis dientes en
su clítoris. Se sacudió tan fuerte, que una de sus piernas se deslizó de mi hombro. Se sentó,
lo que me obligó a retroceder, y usó su agarre en la parte superior de mi cabeza para
levantar mi rostro, así que la estaba mirando. Sus ojos brillaban mientras estiraba la mano
y usaba su pulgar para frotar a través de la humedad que se aferraba a mis labios.

—Suficiente. Se siente increíble, pero eso no es lo que te pedí. —Sonaba sin aliento
e impaciente—. Te deseo, Ry.

Sus palabras eran más o menos mi sueño hecho realidad, y no había manera de que
alguna vez fuera a ser capaz de negarle algo cuando dijo lo que siempre había querido
escuchar.

Gruñí mi acuerdo, y después de tomarme un momento para asegurarme de que


éramos responsables y estábamos protegidos, me incliné sobre ella de nuevo, enjaulándola
debajo de mi cuerpo y apoyándome por encima de ella con un brazo doblado alrededor
de su cabeza. Su cabello negro y púrpura se extendía alrededor de su cabeza en un
desorden despeinado que era muy bonito. Ella era colorida por dentro y por fuera. Fui tan
tonto por tener miedo de todo su brillo e intensidad hace tantos años. ¿Cómo había vivido
siendo capaz de enfrentar a apoyadores de ciento cincuenta kilos, pero con
constantemente miedo de cómo me hacía sentir esta chica?

Era una broma. Pero no era gracioso.

PÁGINA | 104
Bowe envolvió una pierna alrededor de mi cadera y empujó la base de mi columna
con el talón de su pie. Le sonreí antes de darle un beso en la punta de la nariz.

—Realmente te extrañé, Bowe.

Por supuesto, quería que dijera que también me extrañó. Quería saber que no
estaba solo en esto, que le importaba y que no era solo una polla disponible.

Pero, fiel a quien era, Bowe murmuró:

—Entonces no deberías haberte asegurado de que no tuviera otra opción que


odiarte.

Tenía razón, pero no era el tipo de persona que cometía el mismo error dos veces.

La besé para que no pudiera usar más palabras para herirme. Metí una mano entre
nuestros cuerpos y agarré mi polla. No necesité muchas maniobras para presionarme
dentro de ella. Ambos hicimos un sonido ligeramente torturado mientras me hundía en
su calor, centímetro a centímetro. La intensidad de todo lo que sentía mientras me dejaba
acercarme lo más posible a ella era abrumadora. Me olvidé de respirar por un largo
momento, y estaba bastante seguro de haber visto estrellas. Mi corazón latía tan rápido
que me preocupaba desmayarme, pero estaba decidido a llevar esto hasta el final porque
no podía imaginarme decepcionándola de nuevo.

Bowe giró un brazo alrededor de mi cuello y empezó a mover sus caderas hacia
arriba. La encontré con un movimiento y vi cómo sus ojos se cerraban y su boca se abría
de placer. Quería exigirle que me mirara, pero me tomé un momento para apreciar la
expresión de dicha grabada en sus rasgos mientras comenzábamos a encontrar un ritmo
apresurado, moviéndonos el uno contra el otro de una manera casi frenética.

Sus pezones se arrastraron a través de mi pecho. Su aliento dejó el pliegue de mi


cuello caliente y húmedo. Su coño apretando y soltando en una caricia apasionada que
tenía mi erección hinchada y empujando con emoción dentro de ella. Me encantaba la
forma en que se aferraba a mí. Podía engañarme pensando que no quería dejarme ir
cuando me abrazaba de esta manera. Era un bonito delirio, uno que no quería racionalizar.

Besé sus párpados y la curva de cada mejilla. Tracé el contorno de su oreja con la
punta de mi lengua y usé mis dientes en la delicada concha. Amé los sonidos que se le
escaparon cuando besé todo su rostro y casi llegué cuando esos sonidos cambiaron a

PÁGINA | 105
medida que desaceleraba mi ritmo y empezaba a molerme contra ella, deliberado y
profundo. También moví mis dedos entre nuestros cuerpos y maniobré entre sus piernas
lo que algunos habían llamado mis manos de millón de dólares. Mis yemas de los dedos
se cubrieron instantáneamente de sedosa humedad mientras infaliblemente encontraba
su punto caliente. Acaricié su pequeño clítoris de manera rápida y ligeramente áspera
mientras continuaba meciéndome dentro y fuera de su cuerpo a un ritmo dolorosamente
lento.

Me di cuenta de que la estaba volviendo loca por la forma en que se retorcía y


ondulaba debajo de mí. Sus ojos color miel se abrieron de nuevo, y su boca se frunció en
un lindo puchero. Usó el talón en mi espalda baja para presionarme con impaciencia, y
pude ver que estaba al borde de desmoronarse mientras un rubor se movía sobre su pecho
y cuello.

—No juegues conmigo, Ry. —El borde en su voz hizo que mi polla pulsara con
placer en lo profundo de ella. Esperaba que pudiera sentirlo porque se sentía muy bien.

—Pero es muy divertido. —Sonreí contra su cuello antes de dar un mordisco. La


obligaría a pensar en mí aunque sabía que iba a intentar forzarse a olvidar.

Muy pronto, fui incapaz de seguir jugando y atormentándonos a ambos. Su cuerpo


estaba haciendo demandas que no podía ignorar. Oí su respiración y sentí la forma en que
cada parte suya empezó a apretarse y temblar contra las mías. Hubo una oleada de
humedad y calor que me arrastró hacia abajo. El deseo se desenrolló a través de mis venas
mientras el placer estallaba a lo largo de mi columna vertebral. Sentí que las uñas de Bowe
se clavaban en mis hombros y la oí murmurar mi nombre incoherentemente. Todo esto
era demasiado para resistir, y no podía contenerme más o negarme a mí mismo la
satisfacción final.

Me estremecí mientras atravesaba mi orgasmo. Lo sentí desde las puntas de mi


cabello hasta las plantas de mis pies. Fue mucho. Casi demasiado. Olvidé quién era y
dónde estaba por una fracción de segundo. Me olvidé de toda la historia entre nosotros, y
todos los errores cometidos justo antes de que tuviéramos una oportunidad de luchar para
averiguar lo que realmente significábamos para el otro. Olvidé que había decidido irme a
casa por la mañana a una situación complicada que yo mismo había creado. Olvidé que
de repente no tenía ni idea de quién era o lo que quería.

PÁGINA | 106
Nada de eso parecía importar, porque sabía sin duda que estar con Bowe era lo
único que siempre se sentía bien, independientemente de lo complicado que pudiera ser.

Me desplomé encima de ella como un peso muerto, agotado sexualmente. Escondí


una sonrisa contra su piel cuando la sentí acariciando ligeramente mi cabello mientras
suspiraba con aprobación.

—Voy a volver a Denver por la mañana. —Antes de que pudiera decir nada y
arruinara el estado de ánimo suave y agradable, susurré contra el pequeño moretón que
dejé en el lado de su cuello—: Lo lamento, Bowe. Todo. —Estar con ella de esta manera
habría valido la espera. Si hubiera tenido el tiempo justo en el pasado, no sería difícil
imaginarnos siendo irrompibles cuando estábamos juntos. En lugar de consolarme, me
obligó a ser fuerte, a enfrentar mis debilidades, y admitir que las tenía en primer lugar.

Se puso rígida debajo de mí, y sentí que me tiraba del cabello.

—¿De qué estás hablando, Archer? ¿Qué hiciste mal ahora? —No parecía
sorprendida o conmocionada por el anuncio de mi repentina partida.

No le contesté porque había demasiadas cosas por nombrar en las que la había
jodido. Le debía más que palabras simples, pero eso tendría que bastar por ahora.

Necesitaba tiempo para demostrarle que lamentaba alejarla porque tenía miedo, y
no era capaz de dejarla ir por la misma razón.

PÁGINA | 107
CAPÍTULO ONCE

abía que Ry se había ido mucho antes de abrir los ojos a la mañana
siguiente. El lado de la cama donde había pasado la noche estaba
fresco al tacto, y todavía podía sentir el punto en mi frente donde
había dejado un beso de despedida. Susurró su adiós y murmuró que
no debería tardar mucho en ir para que me diera la explicación que me debía.

Fue confuso, pero todo muy acorde a Ry. Era totalmente como si me dijera que lo
sentía con ojos llenos de sinceridad, pero no explicaba por qué de repente se estaba
disculpando o empeñado en hacer las paces. Traté de presionarlo y le recordé que no
estaba de humor para sus juegos, pero me evadió a cada paso. Pasó toda la noche y hasta
bien entrada la mañana haciendo todo lo posible para mantener mi cabeza fuera de todo
lo problemático. En cambio, se aseguró de que todo en lo que podía pensar eran las cosas
que me hacía sentir. Era raro estar en sus brazos de nuevo. Era extraño mirarlo y ver tanto
al adolescente que había sacudido y arruinado mi mundo, como al joven —ahora
esencialmente un extraño— que mantuvo mi mundo unido por mí cuando no fui capaz
de hacerlo.

Estaba muy en conflicto sobre cómo procesarlo todo a la luz del día, y estaba
empezando a luchar con una fuerte dosis de culpa.

No era como si Aston y yo fuéramos las mejores amigas. No tenía con ella el
vínculo que compartía con Remy y Daire, o incluso con Glory en menor medida. Pero no
estaba exenta de remordimientos por dormir con Ry tan pronto después de su ruptura.
Estuve con él justo antes de que estuviera con ella, y ahora estaba con él justo después de
que la dejó. Era suficiente para hacerme sentir que le debía una disculpa a la chica, o al
menos una explicación. Quería defender mis acciones o explicarlas, pero no estaba segura
de que hubiera una justificación real de por qué Ry y yo siempre parecíamos chocar de la

PÁGINA | 108
peor manera. Se suponía que habíamos terminado una y otra vez, pero parecía que el
destino tenía diferentes planes para nosotros.

Como dijo Ry, era un error que parecíamos forzados a seguir cometiendo sin
importar cuán graves fueran las consecuencias.

Después de arrastrarme fuera de la cama y tomar una muy necesaria ducha, tomé
mi teléfono y envié un mensaje de texto a la persona que podría ser capaz de ayudarme a
dar sentido a todo el caos que creé anoche.

¿Podemos hablar un momento?


Tuve una respuesta inmediata.

Absolutamente. ¿Puedo llevarte a almorzar?


No tenía mucha hambre, pero aprecié la oferta. Realmente no quería tratar de
averiguar un nuevo plan de vida mientras mi habitación todavía olía a sexo y Ry Archer.

Claro. Dime cuándo y dónde.


Un par de minutos más tarde, el nombre de un pequeño y lindo sitio para almorzar
a poca distancia de mi casa apareció en la pantalla. Le respondí que el lugar que sugirió
estaba bien y acordó reunirnos en media hora. Usé el tiempo antes de irme para cepillarme
el cabello, vestirme, quitar las colchas de la cama, y echar todo en la lavadora. Luché
conmigo misma para no enviarle un mensaje de texto a Ry. Conociéndolo, estaba
planeando conducir directo a Denver de nuevo, y quería saber cuando llegara a casa a
salvo. Al final, no me atreví a enviarle un mensaje, así que me arriesgué y le envié uno a
Daire. Le pedí que me enviara un mensaje de texto cuando llegara a casa e intenté
sutilmente pedirle cualquier pista sobre cómo estaba actuando una vez que regresara.
Respiré aliviada cuando me prometió que se pondría en contacto tan pronto como hablara
con él. Incluso envió una emoji de guiño, lo que me llevó a creer que había entendido el
subtexto de mi mensaje. Realmente era demasiado inteligente para su propio bien.

Todos esos condenados Archer lo eran.

No podía decírselo, pero había una gran parte de mí preguntándose si Ry iba a


aplicarme mis propios mecanismos de defensa. Las cosas entre nosotros aún eran difíciles,

PÁGINA | 109
nuestras personalidades aún chocaban, y aún vivíamos a miles de kilómetros de distancia.
Tal vez era su turno de dejarme fuera y fingir que no existía porque era más fácil que
vadear a través del minado campo emocional entre nosotros dos. Odiaba admitirlo, porque
eso significaría que también le debía una disculpa bastante grande, pero la idea de que me
ignorara y me obligara a salir de su vida realmente dolía. Sentí una punzada hasta el fondo
de mi alma.

Me puse los auriculares y me dirigí al café.

Mi mamá era fácil de detectar. Siempre lo fue. Era una mujer hermosa, pero más
que eso, se conducía de una manera refinada y regia, era casi como si fuera incluso más
famosa que mi papá. Se vestía como si estuviera a punto de entrar en una sala de juntas
incluso cuando no tenía que trabajar, y creo que nunca la había visto usar otro tipo de
zapatos que tacones altos. También era brillante. Era una científica —una química, para
ser exactos— y molestamente lógica y razonable en la mayoría de las cosas. Siempre era
la que nos advertía a las gemelas y a mí que pensáramos las cosas, que planeáramos con
anticipación, que fuéramos responsables. Nadie adivinaría que había crecido en la pobreza
rural de Kentucky. Incluso su aspecto sureño había cambiado, así que casi sonaba como
una texana nativa en estos días.

Siempre la había respetado. Nos crio a mí y a mis hermanas por su cuenta, con mi
papá ausente tan seguido como lo estaba. Pero nunca sacrificó su carrera o a sus hijas en
el proceso. Hizo malabarismos y lo hizo parecer fácil, por lo que odiaba decepcionarla.
Sabía que le había roto el corazón cuando le dije que no quería ir a la universidad y que
quería dedicarme a la música. Quería demostrarle que tomé la decisión correcta, pero
después de lo de anoche, no estaba tan segura.

Se paró para saludarme y extendió la mano para abrazarme. Era más alta que yo,
aún más por sus tacones. Me encantaba lo fuerte que me abrazaba, como si fuera una niña.
Su abrazo no había cambiado, no importaba la edad que tuviera o lo mucho que creciera.

—Hola, cariño. No mencionaste a Ry en tu texto, pero esperaba que nos


acompañara. Me moría por verlo. —Me besó la parte superior de la cabeza y me dio otro
apretón antes de alejarme de ella para poder mirar mi rostro. Cualquier cosa que viera en
mi expresión tenía un pequeño surco entre sus cejas negras—. Sentémonos y pidamos algo
de comida. Puedes contarme mientras esperamos.

PÁGINA | 110
Sollocé un poco, sin darme cuenta de que estaba al borde de las lágrimas. Me senté
frente a ella y me enderecé para empujar mi cabello detrás de mi oreja.

—¿Papá dijo algo sobre el espectáculo de anoche? me fui antes de hablar con él.
—Estaba tan avergonzada de que había estado allí para presenciar mi sueño destrozado
en un millón de pedazos.

Mi mamá murmuró sin responder mientras tomaba el vaso de té frente a ella.

—No me dijo nada. —Sus cejas elegantemente arqueadas se levantaron mientras


me observaba cuidadosamente—. Pero también estaba allí, Bowe. No creíste que
realmente me perdería tu primer gran espectáculo, ¿verdad? Nunca me perdería algo que
significa tanto para ti.

Tragué y sentí que mis ojos se abrían. Nunca se me ocurrió preguntar si iba a venir
con mi papá o no. Se oponía tanto a que fuera músico para ganarme la vida, que supuse
que no quería tener nada que ver con esa parte de mi vida.

—Lo siento, mamá. Debería haberte pedido que vinieras con papá. —Los defraudé
a ambos—. Aunque, ahora lamento que alguno de los dos estuviera allí. No era lo que se
suponía que debía ser.

Mumuró una respuesta sin compromiso y nos ordenó algo de comer. Después de
entregar los menús a la mesera, puso una mano sobre la mesa entre nosotros y meneó sus
dedos hasta que puse mi palma en la suya. Me apretó los dedos y me miró con seriedad.

—Sabes que no tengo inclinación musical en lo más mínimo. Esa es la especialidad


de tu papá. Puedo decirte, como observadora, que sonaste genial, y todos alrededor de tu
padre y yo amamos tu repertorio. También puedo decirte, como tu madre, que estabas
luchando para terminar las canciones. Le pregunté a tu papá cuál era el problema, y me
dijo que los sueños no siempre están a la altura de las expectativas cuando finalmente los
alcanzas. Me dijo que es difícil de pronto darte cuenta que necesitas encontrar un nuevo
sueño, y que entenderlo también podría decepcionarte. Es una píldora amarga para tragar.
—Pasó su pulgar sobre el dorso de mi mano y me dio una sonrisa insegura—. Apuesto a
que crees que no entiendo todo eso de tener un gran sueño y ser decepcionado por la
realidad de la misma. Pero lo hago. Cuando tenía tu edad, todo lo que quería era ir a la
universidad y obtener un título. Todo en lo que podía pensar era en conseguir un buen
trabajo y ganar un montón de dinero, así que nunca, nunca terminaría de regreso a donde

PÁGINA | 111
me crie. Era lo único en la que me concentraba. Era lo único a la que me dedicaba. Estaba
viviendo una vida muy aburrida y perdiendo todas las mejores partes de ser un adulto
joven porque estaba tan obsesionada con el futuro y tan asustada de terminar de regreso
a de donde vengo. Afectó a con quién salía y cómo trataba a mis amigos. Me hizo
comportarme terriblemente con tu tío Asa, y cuando tu papá terminó en la mezcla...
—Se alejó y agitó la cabeza. Pude ver lo triste que la ponían los recuerdos y lo
profundamente que lamentaba algunas de sus decisiones—. Casi arruiné lo mejor que me
ha pasado porque me negaba a creer que un sueño podría cambiar. Lo lastimé y casi lo
alejé para siempre. Afortunadamente, tu papá siempre ha sido muy bueno en no dejar ir
algo que realmente, realmente quiere. Me hizo darme cuenta de que es importante seguir
soñando. Es cuando te detienes que has fallado. Me ha mostrado repetidamente que los
sueños son interminables, así que no importa si uno es una gran decepción. Él sigue
haciendo todos mis sueños realidad incluso después de todo este tiempo.

Fingí vomitar y solté su mano.

—Asqueroso, mamá. Eso es tan cursi. —Pero no pude evitar la sonrisa que apareció
en mi rostro. Amaba la forma en que mis padres se amaban. Era pura y profunda. Era
brutalmente honesta y cruda. Era la base de nuestra familia.

Suspiré y luego me desplomé en mi silla.

—Me di cuenta demasiado tarde que cometí un error. Pensé que necesitaba estar
en una banda para hacer música y tocar mis canciones. Quería ser como papá, y en algún
momento, me perdí que no estaba haciendo la música que quería hacer porque estaba
tratando de recrear su éxito. No sé cómo no lo vi durante los ensayos o durante cualquiera
de los conciertos más pequeños que tocamos. No pude sentirlo hasta que alguien más lo
señaló.

—¿Ry? —Mi mamá soltó su nombre tan despreocupadamente, que si no la


conocieras, no notarías el tono agudo de su voz lírica—. Siempre ha sido un chico
brillante.

Aclaré mi garganta y aparté mi mirada.

—Se dio cuenta de lo que estaba mal en cuestión de minutos. No he tenido nada
que ver con él en años, y aparece de la nada, aplasta lo más importante de mi vida, y

PÁGINA | 112
rompe mi confianza. No sé cómo siempre se las arregló para ver a través de mí, pero lo
odio. Lo odio. —Mi voz se desvaneció mientras escupía las últimas palabras.

Mi mamá inclinó la cabeza hacia un lado y me miró con atención.

—No quieres decir eso, Bowe. Ustedes dos pueden chocar, pero eso está lejos del
odio. No lances ese sentimiento a la ligera. Puede meterte en el tipo de problemas que no
se pueden deshacer.

Soplé un aliento y estiré un dedo para rastrear una gota de agua en el lado de mi
vaso.

—Se disculpó conmigo por algo anoche, pero cuando le pregunté por qué, me dijo
que si quería una explicación, tendría que ir a buscarla. ¿Quién hace eso? ¿Por qué no
puede pedir perdón y arrepentirse como un tipo normal? No sé si se disculpó por meterse
con mi cabeza, meterse con mi espectáculo, o si estaba diciendo que lo siente por algunas
cosas que pasaron entre nosotros cuando éramos más jóvenes. Nunca hace nada fácil.
También se fue esta mañana, así que no podrás verlo. Tienes suerte.

Mi mamá se rio un poco mientras estiraba un mechón de mi cabello púrpura.

—De tal palo, tal astilla. Los Archer no tienen la palabra “fácil” en su vocabulario,
nena. Tú y Ry se remontan a mucho tiempo atrás. Y ahora que ambos son mayores y más
sabios, siguen adelante. Estás creciendo y madurando; eso va para tus sentimientos y las
situaciones en las que te vas a encontrar también. En cuanto a Ry viendo a través de ti,
los chicos prestan atención a lo que más les importa. Pueden ver cosas que nadie más
puede porque ven de manera diferente.

—Le estás dando excusas porque es el hijo de tu mejor amiga. —Le fruncí el ceño
mientras ella continuaba sonriéndome.

—No. Estoy explicando cómo es porque es el hijo de mi mejor amiga. Y porque sé


que es un buen chico. Me gusta. Y siempre me ha gustado la forma en que te mira. Te
mira de la manera correcta, nena.

Gemí y llevé mi mano a mi rostro para poder ocultar tanto mi rubor como mi
sorpresa.

PÁGINA | 113
—Buen Señor, mamá. Estás en buena forma hoy. —No solía hablar tan
emocionalmente. Era toda acerca de los hechos y las razones y rara vez parecía en
contacto con los sentimientos.

Se rio de nuevo y asintió a la mesera que dejó caer platos llenos de comida frente
a nosotras. Pensé que no tenía hambre, pero tan pronto como olí el tocino, estaba lista
para comer todo delante de mí.

—¿Estás enfadada porque mi primer espectáculo podría ser el último? Dejé la


escuela para subir al escenario, y una vez allí, renuncié de nuevo. Quería probar que es a
donde pertenezco, así no tienes que preocuparte por mí todo el tiempo. —Me puse un
bocado de cebollas salteadas en la boca mientras mi madre se tomaba un segundo para
elegir deliberadamente sus palabras.

—No estoy enfadada. No estaba enfadada cuando decidiste dejar la escuela. Estaba
preocupada. Siempre me preocuparé. Quiero lo mejor para ti. Quiero que tu vida sea más
fácil que la mía. Quiero que tengas éxito y te sientas realizada. Y sé por experiencia propia
cuán dura es la vida de un músico. Los altibajos son extremos. Ninguna madre quiere que
su hijo sufra, pero tampoco quieren ser la persona que los mantiene alejados de sus sueños.
Es una línea fina para caminar, y estoy segura de que me he inclinado demasiado en una
dirección contigo. —Bajó el tenedor y me miró con ojos serios—. Quiero que sepas que
confío en que tomes la mejor decisión para ti, Bowe. Y la única manera de que me
decepciones es si te rindes y te niegas a seguir intentándolo. Eres más dura que eso.

¿Lo era? Supongo que estaba a punto de averiguarlo.

—¿Qué crees que debería hacer ahora? —Puede parecer extraño que ella fuera el
padre al que acudí por este tipo de consejo, pero mi mamá era la que me lo daría
directamente. Era la que nunca se andaba con rodeos o jugaba bien con la verdad. Decía
las cosas como eran, pero con un giro maternal que siempre suavizaba el golpe. Mi papá
tendía a ser más suave y un poco más indulgente. Me animaba hasta el final, incluso si eso
significaba que terminaba girando en círculos y no llegando a ninguna parte.

—Primero, habla con tus compañeros de banda. Explícales dónde estás y dales el
respeto que se merecen después de confiar en ti. Puede que no sean con quienes se supone
que debes tocar tus canciones, pero te llevaron a donde estás ahora. Les debes una
explicación honesta.

PÁGINA | 114
Tenía razón, y eso era definitivamente lo primero de mi lista de cosas por hacer.

—Una vez que hagas eso, entonces yo iría a buscar esa explicación que Ry te debe.
Haz que se explique. Creo que necesitas escuchar lo que tiene que decir para que puedas
decidir si va a cambiar la forma en que te sientes sobre él o no.

Jadeé y la miré con una expresión de asombro.

—¿Hablas en serio? —De ninguna manera esperaba que me dijera que fuera tras
Ry.

Se encogió de hombros y volvió a comer.

—Tienes que averiguar cómo te sientes acerca de un montón de cosas en este


momento. La música es solo una parte de esa ecuación. Puede que no sea tu papi, pero soy
mujer. Sé bien que tus canciones son sobre alguien especial, y siempre he tenido una idea
bastante buena de quién es ese alguien.

Maldita sea. ¿Por qué tenía que estar rodeada de gente inteligente y observadora?
Aquí estaba pensando que había hecho un buen trabajo escondiendo todas las cosas
confusas que Ry Archer me hacía sentir. Resulta que siempre fui transparente en su lugar.

Sopesé una y otra vez en mi cabeza la idea de ir a Denver detrás de Ry y me


sorprendió un poco que no me asusté inmediatamente por la idea. Le entrecerré los ojos
a mi mamá y la señalé con el tenedor.

—Se supone que eres el padre razonable.

Me sonrió y me señaló con el tenedor.

—No siempre puedes seguir lo que tu cabeza te dice que hagas. A veces tienes que
dejar que tu corazón te guíe.

Eso es lo que me asustó. Porque mi corazón siempre me había guiado en una


dirección: hacia Ry.

PÁGINA | 115
CAPÍTULO DOCE

ra muy tarde cuando volví a Denver después de conducir las


interminables horas para llegar a casa. Estaba harto de estar en mi
camioneta, atascado de comida rápida, y más que listo para
enloquecer. Había tenido mucho tiempo a solas para pensar en todo
lo que había pasado mientras estaba en Austin y para tratar de averiguar qué era
exactamente lo que quería a continuación.

Una de las razones por las que dejé a Bowe después de pasar la noche en la cama
con ella fue porque sabía que me gustaría quedarme al minuto en que se despertara y me
mirara con esos ojos dorados. Tenía que volver a casa por más de una razón, y ella siempre
fue una tentación que tuve problemas para resistir. Además, tenía algunas cosas bastante
grandes que necesitaba resolver por sí misma, y no me necesitaba merodeando exigiendo
su atención mientras su vida estaba cambiando. Pensé que si me necesitaba o quería
abordar todos los problemas pendientes que aún perduraban entre nosotros, sabía dónde
encontrarme. Si no venía a buscarme y volvíamos al vacío de silencio y distancia, supongo
que significaba que estaba dispuesta a dejar ir lo que fuera que nos mantenía unidos.
Podría haber estado leyendo más en nuestra conexión de lo que realmente estaba allí.
Siempre sentí que quería más de Bowe de lo que estaba dispuesta a dar.

Esta vez, la pelota estaba firmemente en su cancha. Si no la recogía y jugaba con


ella, sabía que iba a tener que perder el juego.

Hice todo lo posible para entrar en la casa de mis padres en silencio ya que era
muy tarde y todo el mundo estaba probablemente en la cama. Todavía tenía un mes antes
de mudarme de regreso al condominio que compartía con algunos chicos del equipo.
Estaba en las afueras de Boulder y había pertenecido a mi prima Remy cuando estaba en
la universidad. Afortunadamente, mi tía y mi tío acordaron dejar que mis padres se
hicieran cargo de la hipoteca cuando fue mi turno de asistir a la misma escuela. Por ahora,

PÁGINA | 116
estaba de regreso en la casa a la que siempre llamaba hogar y actuando como cuando era
adolescente tratando de colarme después del toque de queda las pocas veces que rompí
una de las reglas de mis padres. Normalmente era en el verano cuando solía escabullirme
con Bowe a algún lugar, pero nadie necesitaba saberlo. Nunca funcionó cuando era más
joven, así que no debería haberme sorprendido encontrar a mi papá tan pronto como
entré por la puerta trasera. Siempre era él quien me descubría. Una vez me dijo que fue
porque inventó todos los trucos que intenté usar para superarlo. Le había enviado
actualizaciones de texto cada pocas horas para hacerle saber mi progreso en el camino, y
respondió a todos y cada uno de ellos, incluyendo el que envié cuando estaba a solo una
hora de distancia de casa.

Estaba sentado en la isla gigante que ocupaba todo el centro de nuestra cocina; su
teléfono y una tableta que usaba para trabajar yacían frente a él. Solo tenía una luz
encendida y estaba concentrado en lo que estaba dibujando en la brillante pantalla. Era
una vista familiar. Siempre estaba garabateando, dibujando, creando algo. Nuestra casa
estaba llena de diferentes estilos de arte, y muchos de los diseños de mi papá colgados en
las paredes. Era en parte una galería de arte de gama alta y en parte una colorida tienda
de tatuajes.

Levantó la cabeza cuando dejé que la puerta se cerrara detrás de mí, y pude ver el
obvio alivio en su rostro. Mi papá era un tipo tranquilo y no uno que a menudo expresaba
exteriormente sus emociones, pero era bastante fácil de leer cuando eras una de las pocas
personas que dejaba entrar en su mundo fuertemente controlado. Mucha gente lo había
llamado grosero o brusco. Al crecer, a menudo escuchaba a otros adultos decir que mi
papá tenía un problema de actitud, pero nunca pensé que algo de eso fuera cierto. Solo
era un tipo que se negaba a tolerar mentiras y no se molestaba en adherirse a las sutilezas
sociales. Él no era el tipo de persona que hacía lo que fuera por ser querido por todos, y
en su lugar se esforzaba por ser respetado por los que tenía en alta estima. Siempre había
admirado eso de él. Simplemente no le importaba lo que los demás pensaran de él. Yo
pasaba demasiado tiempo tratando de controlar la forma en que otros me miraban.

Dejé caer mi pesada bolsa del gimnasio en el suelo junto a la puerta y caminé al
otro lado de la encimera de mármol.

—No tenías que esperarme levantado.

PÁGINA | 117
Los ojos de mi papá eran exactamente del mismo color que los míos. El color del
invierno, pero más frío. A veces me costaba leerlos. Como ahora, cuando no solo me
miraba para asegurarse de que estaba bien, sino también como si estuviera buscando algo
que siempre había sido incapaz de encontrar dentro de mí.

—Lo necesitaba. Necesitaba verte entrar por esa puerta de una pieza. No me gusta
que desaparezcas de la nada, hijo. He estado preocupado por ti.

Me apoyé frente a él y dejé caer mi cabeza. Estaba cansado. Cansado de conducir


tanto tiempo, y cansado de tratar de resolver toda mi vida en solo unos días. Tal vez
debería ser feliz caminando por el camino que ya estaba trazado frente a mí, pero por
alguna razón, seguía retrocediendo.

—Me conoces. Me gusta un buen plan. Cuando ese plan se desmorona, tiendo a
reaccionar mal.

Sus cejas oscuras se alzaron interrogantes. Cuando era más joven, las había
perforado, y yo solía estar fascinado por la forma en que la joyería se movía hacia arriba
y hacia abajo con sus diferentes expresiones. Solía estar fascinado por su siempre
cambiante color de cabello. Después de que Daire y yo empezáramos a ser más activos en
las actividades escolares, y él asumiera más de la responsabilidad parental ya que mi mamá
siempre estaba de guardia, lo había mantenido oscuro. Le pregunté sobre el cambio una
vez, preguntándole si estaba tratando de encajar con otros padres o asegurarse de que
otros niños no tuvieran ninguna razón para molestarnos. Se había reído de mi
preocupación y me dijo que estaba demasiado ocupado y tenía cosas más importantes de
qué preocuparse que su peinado. Y no era como si alguna vez fuera considerado de corte
limpio. A menudo llevaba el cabello negro afeitado al ras de la cabeza, lo que revelaba la
imagen muy intrincada y detallada del mandala negro y gris que estaba tatuado en un
costado. De hecho, el diseño que cubría mi brazo era una imitación del diseño que tenía
en su cabeza. Nunca olvidaría la mirada de alegría pura y sin filtrar en su rostro
usualmente solemne cuando le pedí que lo dibujara para mí. Fue un gran regalo de
cumpleaños número dieciocho.

Mi padre siempre se había destacado de una manera totalmente diferente a la mía.

Apagó la tableta y se levantó. Caminó hasta el refrigerador y sacó un par de


cervezas. Era demasiado tarde para beber, pero no le dije que no cuando me la dio. Se

PÁGINA | 118
apoyó en la encimera junto a mí, observando cuidadosamente cada uno de mis
movimientos.

—Eres demasiado joven para tener un plan para todo. Algunas cosas solo tienes
que dejarlas pasar y vivir a través de la experiencia. Así es como creces. Así es como
aprendes a adaptarte cuando el plan se desmorona. —Llevó la botella a sus labios y me
dio una mirada dura—. Va a haber gente que va a entrar y salir de tu vida todo el tiempo,
hijo. Van a ser importantes un minuto y no tanto al siguiente. Tienes que dejarlos ir y
venir para que puedas descubrir a los que necesitas mantener cerca y aferrarte a ellos, y a
los que necesitas dejar ir. Habría dejado que tu madre se me escapara entre los dedos si no
hubiera tenido a nadie más con quien compararla. Sabía que era diferente porque la forma
en que me hacía sentir era diferente de cualquier otra persona que simplemente pasaba
por allí. Puede que suene como un idiota, pero es la verdad.

Suspiré y tomé un trago de mi botella.

—Creo que me di cuenta de que hay algunas personas incomparables que vienen
a tu mundo, y cuando tratas de mantenerlos a distancia, está destinado a ser un fracaso.
Al final va a dejar a alguien herido.

Mi papá ladeó la cabeza hacia un lado y me miró fijamente.

—¿Cuántas veces terminaste cojeando fuera del campo después de recibir un golpe
que llevaría a la mayoría de los niños a la UCI?

Me encogí de hombros.

—Más de las que puedo contar.

Inclinó la parte superior de la botella de cerveza en mi dirección.

—Exactamente. Juegas sabiendo que hay una posibilidad de que tú o alguien más
pueda resultar herido. Eso es solo parte del juego. También es parte de la vida. Sigues
jugando hasta que ganas, incluso si a veces duele.

Me quedé callado por un minuto porque estaba un poco enojado de que usara una
analogía de fútbol conmigo. Esa era mi táctica, pero de alguna manera lo hizo mejor que
yo.

PÁGINA | 119
Suspiré de nuevo y puse la cerveza medio vacía frente a mí. Ya estaba cansado,
pero ahora sentía que el agotamiento me arrastraba.

—Aston es una buena chica. Hemos sido amigos durante mucho tiempo. Merecía
algo mejor de mí. No empecé nuestra relación por las razones correctas.

—Tal vez. Pero la trataste bien cuando estaban juntos, y ahora sabes que lo terminó
por las razones correctas. Como eran amigos, deberían poder tener una conversación
honesta sobre esas razones. —Mi papá extendió una mano tatuada y me dio una palmada
en la nuca. Le dio un pequeño apretón y me dijo—: Puede que no entienda dónde está tu
cabeza la mitad del tiempo, Ry, pero sé sin duda que no eres el tipo de hombre que rompe
algo y no hace lo mejor para recomponerlo. Eres igual que tu tío Remy de esa manera. Él
siempre estaba tratando de arreglar todo, no importaba quién hizo el daño.

Me estremecí un poco ante la comparación, pero debió sentir la reacción de mi


rodilla. Movió su mano hacia mi hombro y me giró para enfrentarlo.

—¿Cuál es el problema? Sé que no sabes mucho sobre mi hermano gemelo aparte


de lo que te hemos dicho, pero créeme cuando te digo que tienes todas sus mejores partes
en ti.

Cerré mis ojos y dejé que mi cabeza cayera otra vez. Era pesado ser el recuerdo de
carne y hueso de un hombre que significaba tanto para tantos.

—Cuando estaba en Austin, estaba tratando de averiguar quién soy. He pasado


toda mi vida siendo comparado con alguien que no está vivo. Creo que todo lo que hago,
todo lo que he hecho, es para asegurarme de estar a la altura del recuerdo del tío Remy
ante tus ojos. Todo el mundo siempre me dice lo genial que era el tío Remy y lo mucho
que me parezco a él. Esos zapatos son tan difíciles de llenar. Las expectativas me han
afectado; creo que pueden haberme hecho perder de vista quién quiero ser, en qué tipo
de hombre quiero convertirme.

Mi papá dejó caer su mano, y su expresión se convirtió en una de horror absoluto.

—Jódeme. Eso es... —Retrocedió, volviéndose muy pálido. Sus manos apretadas
en puños en la encimera, y pensé que podría tener que atraparlo porque parecía que iba a
desmayarse—. Eso es lo último que querría para ti, Ry. Crecí siendo comparado
constantemente con mis hermanos, y siempre parecía que algo me faltaba junto a ambos.
Fue terrible. Me hizo enojar y me convirtió en un imbécil desafiante. También me hizo

PÁGINA | 120
tratar a tus dos tíos, y a tu madre, como una mierda. Odiaba que mis padres y todos los
demás en mi vida lo hicieran sin dudarlo. No tenía idea de que sentías que estábamos
haciendo lo mismo contigo. —Juró suavemente, y pude ver la verdadera angustia en sus
ojos claros.

Debería haber hablado antes. Él podría ser el único que entendía exactamente por
lo que estaba pasando. Alargué la mano y le di un abrazo flojo porque parecía que
necesitaba uno.

—Está bien, papá. Me tomó pasar un tiempo con alguien que siempre me ha visto
exactamente por quien realmente soy, para averiguar por qué siempre sentí que estaba
viviendo la vida de otra persona.

—Te agradezco que digas eso, hijo, pero eso no significa que tu mamá y yo no
hayamos dejado caer la pelota en el camino. Deberíamos haberlo hecho mejor. Debería
haber visto que estabas herido en lugar de centrarme en por qué nunca te entendí del
todo.

Lo dejé ir y di un paso atrás.

—No siempre se pueden anticipar las jugadas del otro equipo, no importa las
muchas veces que te hayas enfrentado a ellos. —Le di una sonrisa desigual y me volví
hacia las escaleras—. Voy a acostarme. Apenas puedo mantener los ojos abiertos.

Necesitaba dormir para poder averiguar qué quería decirle a Aston y cómo iba a
arreglarlo si Bowe me abandonaba para siempre. Prácticamente me arrastré a mi
habitación, sin molestarme en encender las luces o quitarme los zapatos mientras caía en
mi cama. A menudo me burlaba de mi mamá diciéndole que podía convertir mi
habitación en algo más cuando me fuera a la escuela, pero juró que siempre habría un
lugar en cualquier hogar en el que viviera para mí y mi hermana.

Hablando de Daire, debí haber anticipado el golpe en mi puerta dos segundos


después de cerrar los ojos. Debería estar dormida, pero no me sorprendió que estuviera
despierta.

Murmuré un adormilado:

PÁGINA | 121
—Entra. —Sentí que el colchón se hundía bajo su peso mientras se sentaba e
inmediatamente peinó sus dedos a través de mi cabello como si estuviera acariciando al
perro de la familia.

—Me alegro de que estés en casa, imbécil. No te vayas sin decírmelo nunca más, o
te haré pagar. —Para la mayoría de los hermanos, sería una amenaza lúdica. Con Daire,
no existía tal cosa. Ella haría todo lo que estuviera en su poder para hacer mi vida un
infierno si la hiciera enojar y asustara de nuevo.

Murmuré:

—Siento haber desaparecido. Ni siquiera sabía que eso era lo que estaba haciendo
hasta que ya me había ido.

Me tiró del cabello lo suficientemente fuerte como para que tuviera que abrir los
ojos y girar la cabeza para mirarla. Incluso en la oscuridad, Daire seguía siendo la chica
más bonita del mundo entero. Su cabello casi blanco casi brillaba, y su sonrisa malvada
brillaba intensamente. Tuvo suerte de ser bendecida con tal apariencia angelical, o de lo
contrario nunca se saldría con la suya la mitad de las veces que lo hacía. Todavía tenía que
mostrar algún interés específico en el sexo opuesto, pero estaba dispuesto a dejarle las
cosas claras a cualquier tipo que erróneamente pensara que era lo suficientemente bueno
para ella. Debía asegurarme de que era digno y estaba advertido antes de salir con mi
hermana.

Me acarició la cabeza y se puso en pie.

—Muy bien, te dejaré en paz. Sé que probablemente estás agotado. Pero mañana
no te dejaré libre. Vas a contarme lo que pasó en Austin, y cómo planeas arreglar las cosas
con Aston. No me importa que te esté evitando, pero me molesta que aún no me hable.
Quiero a mi amiga de regreso.

Enterré mi rostro en mi almohada y la despedí con la mano.

—Hablaremos cuando sienta que mi cabeza no está llena de algodón de azúcar.


Vete a la cama, mocosa.

La escuché caminar hacia la puerta. Hizo una pausa antes de volver a su habitación
y me dijo:

PÁGINA | 122
—Sabes que eres mi favorito, ¿verdad, Ry? Por encima y más allá de cualquier
persona, eres la persona más importante en el mundo para mí, y eso es todo lo que siempre
he visto en ti. En nadie más.

Giré mi cabeza para mirarla a través de la oscuridad.

—¿No eres un poco mayor para espiar a los adultos?

Se burló.

—Nunca. —Y cerró la puerta detrás de ella.

Estaba cansado, pero aun así, tenía suficientes neuronas despiertas para darme
cuenta de que era más probable que yo hubiera sido el único que no había visto quién era
realmente todo el tiempo. Parecía que todos los que importaban en mi vida no tenían
problema en reconocer al tipo que realmente era más que al tipo que se suponía que debía
ser.

Me llevó un par de días rastrear a Aston.

En mi primer día en Denver, mi mamá no me dejaba fuera de su vista y casi me


asfixiaba en la maternidad. Sabía que no debía quejarme porque la había preocupado
cuando me fui sin avisar. También iba a volver a mi propia casa pronto, así que no quería
perderme que me cuidara. Nos hizo sentir un poco mejor a ambos. También perdí un día
cuando fui a disculparme con mi tío Rome y Zowen por ponerlos en la línea de fuego por
ser desconsiderado con mis acciones. Cuando llegué a su casa, mi tía Cora se metió en su
parte justa de preocuparse por mí también, y mi tío me dio un mal rato. Él se iba a lo
grande en asumir la responsabilidad cuando la jodías, así que tuve que sentarme a través
de un sermón que no fue divertido. Cuando terminó de leerme la cartilla, sacudió su
cabeza contra mí y me dijo, en broma, que esperaba desde hace mucho tiempo que
finalmente empezara a darle a mi papá una cucharada de su propia medicina.

Zowen me salvó antes de que tuviera que dar una respuesta inteligente.
Honestamente, me conmovió que finalmente me estuviera comparando con mi papá en

PÁGINA | 123
lugar de con mi tío Remy. Me preguntaba si él y mi papá ya habían hablado de mi mini-
colapso y crisis de identidad. No me sorprendería. No se ocultaban mucho. No se
permitían secretos en la familia cuando eras un Archer, por lo que podría ser que Zowen
inmediatamente me preguntó:

—Así que, ¿le dijiste a Bowe lo que realmente sientes por ella mientras estabas en
Austin?

Me senté en su lujosa silla de juego frente a una computadora que era,


francamente, intimidante. Parecía que iba a lanzar satélites, no a jugar videojuegos.
Zowen era un tipo completo. Era un atleta hábil y podría haber hecho del fútbol soccer
su foco cuando fue a la universidad. En cambio, decidió que quería estudiar programación
y dejar de jugar al balón para centrarse en la escuela después de entrar en la Escuela de
Minas de Colorado. Quería que fuera a mi escuela y se mudara a Boulder conmigo, pero
estaba convencido de que una vez que empezara la universidad, iba a empezar a hacer
más por su cuenta. Ser un Archer significaba que siempre estabas rodeado por otros
Archer, y llegaba a ser un poco demasiado. Estaba cansado de vivir a la sombra de Remy,
y cansado de la constante competencia entre nosotros dos. Éramos los mejores amigos,
pero todavía teníamos que luchar de vez en cuando. Estaba en nuestra sangre competir y
superarnos unos a otros. Zowen era muy inteligente y conocedor de la tecnología. Esa era
un área en que nunca sería capaz de ponerme al día con él.

—Le dije que le debía una disculpa, y si quería una explicación de por qué había
jodido las cosas, tenía que venir a buscarla. Necesito saber que realmente quiere arreglar
las cosas. Que me quiere a mí.

—¿Quieres que venga a ti esta vez? —Zowen levantó la vista desde su teléfono.

Asentí ligeramente.

—Sí. No sé si sucederá, pero si sucede, entonces le diré lo que siento por ella. Lo
que siempre he sentido por ella. Le mostraré lo mucho que lamento alejarla cuando las
cosas se pusieron muy serias demasiado rápido cuando éramos adolescentes. —Me rasqué
la barba oscura en mi barbilla—. Pero, antes de hacer algo de eso, tengo que hablar con
Aston. Le he enviado algunos mensajes y traté de llamarla. No está respondiendo. Incluso
llamé a Royce para pedirle que le dijera que solo quería aclarar las cosas antes de que se
fuera, y dijo que tampoco contestaba sus llamadas.

PÁGINA | 124
Mi primo levantó la cabeza y sacudió el teléfono en su mano.

—¿Quieres que lo intente?

Me encogí de hombros.

—Claro. Sin embargo, ¿por qué te respondería a ti cuando está evitando a su mejor
amiga y a su hermano?

Zowen no respondió; simplemente escribió rápidamente en la pantalla de su


teléfono. Levantó la cabeza para mirarme cuando casi inmediatamente sonó con una
respuesta. Fruncí el ceño, sintiendo que me estaba perdiendo algo. No sabía que Aston y
Zowen tenían ese tipo de relación. No sabía que eran más que conocidos amistosos.

—Está trabajando en la tienda de su papá. Dijo que puedes ir unos minutos, y se


tomará un descanso si quieres hablar. Dijo que no ha respondido a nadie porque está
preocupada de que le van a dar un momento difícil por la ruptura y no decirle a nadie
acerca de mudarse a California. Le preocupa que todos intenten disuadirla.

Gruñí y alcé una ceja.

—¿Pero no le preocupa que tú vayas a intentar hacerla cambiar de opinión?

Zowen aclaró su garganta.

—Supongo que no. No tengo vela en este entierro, Ry. No me importa si se muda
a California o a la Antártida. Y no creo que sea trágico que se hayan separado. Sé que ser
dejado apesta, pero para un tipo como tú, ¿qué importa? Tienes todo lo demás en el mundo
yendo a tu manera. Un poco de angustia podría ser bueno para ti. Te mantendrá humilde.
Además, sé que te ha gustado Bowe desde siempre. Si no te hubieras asustado cuando
finalmente te dio luz verde, habrías estado con ella todo este tiempo. Aston siempre ha
sido un desvío. Un cambio muy bonito y agradable, por supuesto, pero nunca fue el
destino final.

—Jesús. ¿Puedes hacerme sonar como más que un idiota? —Me pasé una mano por
el rostro—. Si pudiste ver eso tan claramente, ¿crees que ella también?

Zowen se encogió de hombros.

PÁGINA | 125
—Tal vez. Pero tampoco creo que fueras su destino final. Si lo fueras, te habría
hablado de sus planes después de la graduación, incluso si significaran que iban a tener
que hacer lo de la larga distancia. Creo que ambos estaban yendo en la misma dirección
al mismo tiempo, y tenía sentido hacer el viaje juntos. El camino finalmente se dividió, y
también lo hicieron ustedes.

Respiré y me puse de pie.

—¿Crees que nos estábamos usando? —Honestamente, eso me haría sentir cien
veces mejor. Acababa de aceptar el hecho de que no era tan bueno para Aston como creía,
lo que me hacía sentir como una mierda. Si los dos estábamos en la relación por las razones
equivocadas, quitaba una parte del golpe de realidad de que no era el buen tipo que todo
el mundo imaginaba.

Zowen de nuevo se encogió de hombros y volvió su atención a su teléfono.

—Le preguntaría eso cuando fueras a hablar con ella.

—Está bien, está bien. —Me paré de su costosa silla y caminé hacia la puerta—.
Por cierto, siento mucho haberte puesto en una mala situación cuando me fui. Tu papá
me dio un sermón, y tu mamá amenazó con castigarme a pesar de que no soy su hijo y soy
un hombre adulto.

Mi primo resopló.

—No importa. Si mamá quisiera castigarte, haría que ocurriera. Sabes que siempre
te cubro la espalda. No importa qué. La próxima vez dime en qué andas para que al menos
pueda encontrar una excusa razonable. Crecí encubriendo a Remy. Nadie puede distraer
a los padres mejor que yo. —De repente sus ojos se agrandaron, y se inclinó hacia
adelante—. Hablando de mi hermana, ¿te dije que volverá a Denver en unas semanas?

Me detuve con la mano en el pomo de la puerta.

—¿En serio? No ha vuelto a casa en más de un año. ¿Por qué ahora?

Zowen agitó la cabeza.

—No tengo ni idea. Acaba de enviar un mensaje de que estaría en la ciudad por un
tiempo. Le pregunté si se iba a quedar aquí, pero dijo que ya tenía algo arreglado con un
amigo. Creo que sabe que si vuelve a casa, mi mamá intentará encerrarla en una

PÁGINA | 126
habitación y mantenerla aquí más de unas semanas. La echa de menos, y se preocupa por
ella sin parar.

—Todos nos preocupamos por ella. Será agradable verla. —Y una vez que estuviera
aquí, tal vez podría sobornarla para que me diera información privilegiada sobre Bowe.
Era poco probable que me dijera algo, pero no estaría de más intentarlo. Me vendría bien
toda la ayuda que pudiera conseguir en esa área—. Me voy. Me pondré en contacto antes
de ir a Boulder para que podamos salir un poco antes de que empiece el entrenamiento
de verano. —Una vez que lo hiciera, no tendría tiempo para mucho de nada.

Zowen asintió y me sacó de su habitación. Me detuve para abrazar a mi tía y


prometerle a mi tío que ya había entrado en razón, luego conduje hasta las afueras del
centro de Denver hacia la tienda de motocicletas del papá de Aston en el distrito de
almacenes. Era un edificio fresco en una zona muy industrial. Había un montón de grafiti
en las paredes de ladrillo y en las puertas metálicas de los garajes que bordeaban las
diferentes calles. Había galerías de arte urbano y tiendas de tatuajes repartidas entre los
diferentes garajes y propiedades de producción. Era un área por siempre en la cúspide de
la gentrificación, pero seguía siendo vanguardista y genial. Era el lugar perfecto para un
negocio de restauración para motociclistas.

Le envié un mensaje a Aston diciéndole que estaba allí, y ella devolvió un mensaje
para encontrarnos en una de las pequeñas cafeterías extravagantes de enfrente. Me sentí
aliviado de que no quisiera estar en la tienda. Me gustaba su papá, era un tipo muy
agradable, pero ningún papá iba a ser amable con el tipo que hizo miserable a su pequeña.
Incluso inadvertidamente. Prefería discutir las cosas con Aston antes de ver a sus padres
o a su hermano.

Le pedí la mezcla de chocolate y café que siempre le gustó y tomé un asiento


aislado hacia atrás. Una campana sobre la puerta tintineó cuando entró. Incluso desde la
distancia, me di cuenta de que no había estado comiendo o durmiendo bien. Aston era
pequeña. Ahora mismo, parecía tan frágil, que me preocupaba que un movimiento
equivocado pudiera hacerla romperse. Sus ojos oscuros parecían atormentados y tenían
círculos debajo de ellos. Su cabello grueso y ondulado, que usualmente tenía indicios de
dorado, se veía apagado y simple, mientras colgaba alrededor de su rostro demasiado
pálido. Normalmente parecía una pequeña hada, toda brillante y llena de luz. Ahora
mismo, era como si alguien hubiera apagado su fuego interior. Odiaba pensar que el que
apagó la llama podría haber sido yo.

PÁGINA | 127
Empujé la bebida espumosa en su dirección y forcé una sonrisa débil.

—Hola. Gracias por acceder a reunirte conmigo. Me preocupaba no poder verte


antes de volver a Boulder... o antes de que te fueras.

Nerviosamente envolvió sus manos alrededor de la bebida sin encontrar mi


mirada.

—Te iba a llamar. Solo necesitaba un poco de tiempo para averiguar lo que quería
decir. —Parpadeó, y me di cuenta de que estaba conteniendo las lágrimas—. Me siento
muy mal por todo, Ry. De verdad.

Sacudí mi cabeza y tuve que curvar mis dedos en mi palma, así no alcanzaba su
mano por costumbre.

—No te sientas mal, Aston. Hiciste lo que tenías que hacer, y lo hiciste de una
manera en que yo te obligué. Debí ver que no eras feliz. Debería haber prestado más
atención a lo que estaba pasando entre nosotros, a lo que nos estábamos haciendo el uno
al otro.

Un par de lágrimas se deslizaron por su pálida mejilla, y no pude evitar estirarme


y limpiarlas. Puede que no estemos destinados a estar juntos, pero eso no significaba que
dejara de preocuparme por ella o de querer asegurarme de que estaba bien.

—Cuando dije que no era feliz, no tenía nada que ver contigo, Ry. —Suspiró y usó
el borde de su manga para limpiarse el rostro—. Sabes, la razón por la que empezaste a
gustarme, la razón por la que pensé que salir contigo sería genial, es porque me recuerdas
mucho a mi padre.

Me encogí. ¿Qué tipo quería oír eso?

Aston me dio una sonrisa aguada.

—Eres agradable. Eres paciente. Pones a todos antes que a ti mismo, y nunca
presionas por más de lo que alguien está dispuesto a dar. Mi papá es igual con mi mamá.
La trata como si fuera un tesoro precioso y frágil, y supongo que pensé que eso era lo que
siempre quise de una relación. —Agitó ligeramente la cabeza y finalmente levantó sus
oscuros ojos hacia los míos—. Pero mi mamá es frágil. Ella es delicada y puede ser muy
quebradiza. No sé cuánto sabes de su pasado... pero es mucho. Sobrevivió a algunas cosas
bastante horribles antes de encontrarse con mi papá. Ella necesita ser manejada
PÁGINA | 128
cuidadosamente. Estar contigo me hizo darme cuenta de que yo no. No soy mi mamá. No
soy tan frágil como ella, pero tú sigues siendo tan buen chico como mi papá. Me hizo
sentir terrible darme cuenta de que estaba saliendo contigo porque era algo familiar y
seguro, no algo que realmente quería para mí. Ojalá por una vez me hubieras gritado o te
hubieras enfadado cuando no fui a tus juegos. Cualquier cosa que me hubiera dado una
razón para irme sin sentirme culpable.

Casi me caigo de mi asiento. Puse una mano en mi pecho donde mi corazón latía
erráticamente.

—Aston... —Me callé porque me estaba costando encontrar las palabras. No podía
creer que la razón por la que me dejó fuera casi la misma razón por la que había estado
tan confundida últimamente. Si no me hubiera dejado ir, nunca me habría dado cuenta
de lo desesperadamente que necesitaba un cambio para ser feliz.

De repente, Aston se estiró en la mesa y tomó mi mano. Apretó mis dedos y


susurró:

—Cuando te dije que no éramos una buena pareja, lo decía en serio. Pero creo que
hay alguien mucho más cercano de lo que crees que encaja bien contigo, Ry.

Me resistí y tiré de mi mano.

—¿Qué quieres decir?

Se movió en su asiento y jugó con la bebida delante de ella.

—No siempre eres amable. No siempre eres paciente. Y no siempre estás dispuesto
a dejar que todos te pisoteen. Hay alguien en tu vida que te obliga a hablar y a tomar lo
que quieres. Hay alguien que te asusta y te hace luchar por lo que quieres. No entiendo al
chico que le gusta ir cara a cara con Bowe todo el tiempo. Pero él es el verdadero tú, y
reconocer eso me hizo querer encontrar a la verdadera yo. Tú y yo somos terriblemente
similares, Ry. Tanto nuestras fortalezas como nuestras debilidades. El chico que Bowe
saca a relucir en ti, es el tipo de chico con el que quiero estar, alguien desafiante. Alguien
que no me hace sentir como si estuviera viviendo en una jaula de cristal que podría
romperse si me muevo de manera incorrecta.

Aclaré mi garganta, y ahora yo era el que no podía mirarla fijamente.

—¿Alguien te dijo que fui a ver a Bowe tan pronto como rompimos?
PÁGINA | 129
Hizo un pequeño sonido de sorpresa.

—No. Literalmente no he hablado con nadie más que con Zowen cuando apareció
en la tienda de mi papá. Pero no puedo decir que me sorprende que tu primer instinto
fuera recurrir a ella. Ella siempre ha entendido lo que necesitabas mejor que yo.

Suspiré otra vez.

—¿Ni siquiera puedes fingir estar un poco celosa?

Ella agitó la cabeza otra vez.

—No. Realmente no puedo. Mirando hacia atrás, no creo que realmente sintiera
que me pertenecías. Fue más como si te estuviera tomando prestado por un rato.

Juré bajo mi aliento y arrastré mi mano ásperamente por mi rostro.

—No. El tipo que estaba contigo, era todo tuyo, Aston. No puedo decir que él era
el verdadero yo o que alguna vez va a hacer otra aparición ahora que sé que no es quien
estoy destinado a ser, pero sé que estaba totalmente comprometido contigo.

Sonrió de nuevo; esta vez, se sintió real y parecía menos trágica y forzada.

—Y la yo que estaba contigo también estaba plenamente comprometida. Pero la


verdadera yo, creo que ella podría tener sentimientos por alguien más. Cuando me di
cuenta de eso, supe que necesitaba romper contigo y alejarme lo más posible de Denver.

Levanté mis cejas.

—¿Porque el “alguien más” está aquí?

Me sorprendió que, como ella, no estuviera celoso del pensamiento.

—Preferiría no decirlo. Todo es tan incierto en este momento. Podría estar


proyectando mis sentimientos en un blanco seguro.

Tomé su mano en la mía y entrelazamos los dedos.

—Puede que no seamos buenos juntos, pero funcionamos bien como amigos, y mi
hermana se está volviendo loca porque la estás ignorando. Puede ser un poco incómodo
al principio, pero vamos a tratar de volver a donde estábamos antes de empezar a salir. No
quiero perderte, Aston.

PÁGINA | 130
Su mano estaba tibia contra la mía, y finalmente, algo de ese fuego en ella revivió.

—Me gustaría, pero tienes que prometerme que no intentarás convencerme de que
me quede en Denver. Necesito la distancia. Necesito espacio para aclarar mi mente. Mi
mamá ya está actuando como si nunca fuera a volver a casa otra vez, y literalmente estaré
tan lejos de Royce como sea posible, así que seguir con lo mismo ha sido súper difícil. Si
me quedo, no es porque quiera. Será porque tenía que apaciguar a todos los demás, y ese
es exactamente el hábito que estoy tratando de romper.

—Te dejaré ir. Solo prométeme que pasarás a despedirte de todos antes de hacerlo.

Asintió y soltó mi mano.

—Romper contigo fue lo más difícil que he hecho. Decir adiós debería ser pan
comido comparado con eso. —Apoyó sus brazos en el borde la mesa y se inclinó más cerca
de mí—. ¿Fuiste a Austin y viste a Bowe? ¿Cómo te fue?

Solté una risa sobresaltada.

—Dije que quería que volvamos a ser amigos, no que deberíamos ir de ex a mejores
amigos a la velocidad de la luz. No creo que esté listo para hablar de ninguna de ustedes
con nadie todavía. Cuando lo averigüe, lo descubra yo mismo, te lo haré saber.

Mostró una sonrisa brillante, y pude ver al hada volver a vivir dentro de ella.

—Sé la clase de hombre que eres, Ry. Siempre pondrás a quien quieras primero,
pero también necesitas estar con alguien que te ame lo suficiente como para ponerte antes
que cualquier otra cosa. Necesitas estar con alguien que te ame tan ferozmente como tú a
ellos.

Si había una palabra que me venía a la mente cuando pensaba en Bowe, era feroz.

—Trabajaré en eso.

Estaba bien con eso siempre y cuando mantuviera su promesa y no se olvidara de


mí.

PÁGINA | 131
CAPÍTULO TRECE

stás segura de que quieres hacer esto?

Miré a Remy mientras cerraba el


maletero de su pequeño auto deportivo, con
cuidado de no aplastar mi estuche de guitarra.
Mi mejor amiga estaba recostada en el costado
del brillante auto rojo, los brazos cruzados
sobre su pecho, los ojos ocultos por gafas de sol reflejantes. Su cabello rubio salvaje y
rizado estaba apilado sobre su cabeza, y el hoyuelo que normalmente estaba presente en
su mejilla no se veía por ningún lado. Sabía que no aprobaba mi elección de ir a Denver
el resto del verano, y no se había molestado en ocultar su vacilación y decepción ante mi
determinación de hacer el viaje desde que apareció en mi casa hace una semana. Cuando
la llamé y le pedí que viniera a Colorado conmigo el resto del verano, inmediatamente
me dijo que no. Había una lista de razones por las que no quería volver a casa, y solo la
mitad de ellas tenían que ver con el hecho de que todo en Denver le recordaba a Hyde.
No sé qué pasaba con los Archer y sus problemas con su primer amore, pero parecía correr
en la familia. Me había resignado a ir sola cuando Remy de pronto apareció en mi puerta
y me dijo que había cambiado de opinión. Si insistía en ir tras Ry, ella iba conmigo. Estaba
aliviada y escéptica de su elección. No era raro que Remy cambiara de opinión sobre algo,
pero era inusual que vacilara en lo que creía que era mejor para alguien que le importaba.

Me encogí de hombros y limpié mis palmas en los bolsillos traseros de mis shorts.

—¿Qué es lo peor que podría pasar?

Suspiró pesadamente y bajó sus brillantes gafas por el puente de su nariz para
mirarme directamente. Los ojos de Remy eran una sorprendente mezcla de gris azulado
y marrón claro. Eran un avellana intenso que parecía haber nacido de la extraña

PÁGINA | 132
combinación de ojos de su madre. Su hermano consiguió un ojo de cada color; Remy
consiguió todos los remolinos juntos en una mezcla hipnótica.

—Lo peor que podría pasar es que te enamores de mi primo. Escucha, amo a Ry
como a un hermano, pero la vida de ese chico ya está planeada para él. Hay muy poca
flexibilidad en el camino en el que está. Lo último que quiero es que te enredes con él y
renuncies a tus propios planes y abandones tu increíble talento. No quiero que te
subestimes solo porque tuviste un contratiempo, y no quiero que toda tu vida gire
alrededor de un chico tonto. —Pisoteó con su pie con zapatillas deportivas y me dio un
puchero muy practicado—. Entiendo que estés decepcionada de que tu primer gran
espectáculo no fuera todo lo que querías que fuera y que hicieras enojar a tus amigos al
romper la banda. No creo que huir sea la respuesta o tu estilo, Bowe. Sé que tienes un
apego irracional a mi primo porque él fue tu primer todo, pero esa es una forma anticuada
de pensar. ¿A quién le importa quién fue el primero? En su lugar debes centrarte en
encontrar al mejor.

Caminé para pararme frente a ella. Puse una mano en su hombro y le di un


pequeño apretón. Era unos centímetros más baja que yo, pero su actitud la hacía parecer
de tres metros de altura. Remy Archer era una fuerza de la naturaleza y tenía la
personalidad de un huracán. Podría parecer intimidante si no supieras que escondido
dentro de toda su insolencia y bravuconería, había un corazón de oro puro. Era una de las
personas más leales que había conocido. También era una de las más valientes, hasta que
llegó el amor y las relaciones. Podía hablar de no estar apegada a su primero todo lo que
quería, pero sabía que no había manera de que hubiera avanzado más allá de todos sus
sentimientos y problemas en lo que respecta a su primer amor. Hyde realmente había
hecho un número en ella, lo que desvió su visión de todas las cosas que tienen que ver
con el corazón.

Levanté la mano para tirar de uno de sus rizos. Inmediatamente volvió a su lugar
mientras me miraba fijamente.

—No es porque él sea mi primero. Es porque es mi único. Ocupa mucho espacio


en mi mente. —Y en mi corazón, pero no iba a ir allí con ella—. Nunca ha habido lugar
para nadie más. Necesito pasar algún tiempo con él para sacarlo totalmente y seguir
adelante, o necesito aceptar que siempre va a estar allí para que pueda dejar de perder el
tiempo tratando de olvidarlo. Además, un cambio de escenario podría hacerme mucho
bien. Mi papá todavía tiene un estudio en Denver. Dijo que puedo tener acceso ilimitado

PÁGINA | 133
mientras estoy en la ciudad. También me recordó que inició tocando en noches de
micrófono abierto en Denver. Me animó a solo tratar de tocar frente a un nuevo público.
Parecía pensar que podría ser bueno para mí.

No era como si pudiera montar un concierto en solitario de inmediato en Austin.


No sin enfadar a Joey y al resto de la banda que acabo de abandonar. Eso sería una bofetada
total en el rostro, y aunque siempre ponía la música primero, no era tan cruel como para
seguir adelante tan descaradamente y obviamente sin ellos.

Dejé que Remy se fuera y rodeé el pequeño auto llamativo por el lado del pasajero.
No era el medio de transporte ideal para un viaje por carretera, pero apuesto a que podía
cortar una hora del tiempo de manejo con lo rápido que conducía. Solo teníamos que
asegurarnos de que no nos paren en el camino. No es que no creyera completamente que
podría escapar de cualquier cosa.

—En cuanto a que Ry tenga toda su vida planeada, si no está dispuesto a adaptarse
o a hacer cambios y algunos ajustes por mí, entonces eso es algo que necesito saber ahora.
No voy a sentarme en silencio en la esquina mientras él está ahí afuera logrando todo lo
que siempre estaba destinado a hacer. No soy del tipo de chica que se sienta al margen.
No soy tolerante como Aston. Él fue el que lanzó el guante. Debería estar listo para que
yo lo recoja y corra con él. —Apareció y puso mi vida al revés. Era hora de que consiguiera
una cucharada de su propia medicina.

Me deslicé en el bajo auto y esperé mientras Remy hacía lo mismo. Envié un


mensaje de texto a mis padres, haciéndoles saber que estaba a punto de salir a la carretera.
También les envié a las gemelas un divertido mensaje de video de mí y Remy soplando
besos. Las chicas estaban tristes, no solo porque Remy solo había estado en la ciudad por
un corto tiempo y no pudieron pasar mucho tiempo con ella, sino también porque yo
estaba planeando irme la mayor parte del verano. Me dijeron que me extrañarían y que
estaban tristes de haber conseguido trabajo este verano por lo que toda la familia no podía
ir. Me sentí mal por arruinar el viaje anual por tanto tiempo. No me di cuenta de lo egoísta
que era mi deseo de alejarme de Ry o cómo había afectado a los que me rodeaban.

—¿Has pensado en lo que podría pasar si Ry sigue jugando fútbol profesional?


Quiero decir, sé que las posibilidades de que llegue hasta la NFL son tan escasas como las
tuyas de convertirte en una superestrella de la noche a la mañana, pero podría pasar.
¿Estás lista para estar con alguien famoso? Especialmente porque ese es el sueño que has

PÁGINA | 134
estado persiguiendo desde que eras pequeña. ¿Qué pasa si Ry obtiene lo que siempre has
querido, y tú no lo haces? ¿No te resentirás con él? ¿Cuánto tiempo durará una relación
como esa? Me preocupa que no hayas pensado en todos los escenarios posibles de lo que
significa estar con mi primo. No quiero que pierdas tu luz en la larga sombra que proyecta
Ry.

Giré mi cabeza para mirarla mientras avanzaba hacia la autopista. Escondí mi


cabello detrás de mi oreja y le pregunté seriamente:

—Piensa en esto... ¿Y si yo soy la que se hace famosa y la carrera de fútbol de Ry


termina en la universidad? Como dijiste, es una posibilidad remota para cualquiera de
nosotros. ¿No significa eso que es igual de probable que lo haga en grande, y él tendrá que
averiguar cómo estar con alguien en el centro de atención? —Bufé un poco y saqué mis
propias gafas de sol de mi bolso—. No tengo planes de pararme delante de él o detrás de
él. Además, si estoy junto a él, entonces no tengo que preocuparme por su sombra.

—Me preocupo por los dos. No quiero que ninguno de los dos salga herido. —Juró
cuando una gran camioneta la rebasó—. Sé que Ry y Aston acaban de romper, pero eso
es como una relación inicial. Una prueba. Nunca tuvo pies ni cabeza ni ningún significado
profundo. Si tú y Ry acaban en algo serio, ese es el verdadero problema. Ese es el tipo de
cosas que mamá y papá tienen. Ese es el tipo de cosas que tienen tus padres. Eres muy
joven y tienes mucho que lograr. Odiaría que lo perdieras de vista solo porque te enamoras
de alguien tan ambicioso como tú. —Me dio una mirada que no podía descifrar porque
sus gafas reflejantes estaban de regreso sobre sus ojos multicolores—. Planeo darle a mi
primo la misma lección.

Le sonreí y cambié de tema.

—Ry va a estar feliz de verte. Ha pasado mucho tiempo desde que volviste a casa.
¿Seguro que tu amigo está de acuerdo con que nos quedemos en su casa el resto del verano?

Remy asintió y volvió su atención al ajetreado camino.

—Sí. Ya me dijo que podíamos quedarnos. Tiene una habitación libre y una cama
plegable en su oficina. Está trabajando en un proyecto en el extranjero ahora mismo y no
sabe cuándo volverá, así que no le importa que estemos allí. Le dije que mantendría vivas
sus plantas y vigilaría a su sexy vecino del que se ha estado enamorando desde hace meses.
Sigue diciéndome que el tipo debe ser un espía o algo así. Aparentemente, siempre está

PÁGINA | 135
vestido con un traje negro y va y viene a todas horas de la noche. Voy a tratar de toparme
con él y hablar bien de mi chico. —Se rio un poco—. Solo llámame Cupido.

Descansé la cabeza contra la ventana y observé el tráfico frente a nosotros.

—¿Le dijiste a tus padres que vendrías a casa para el verano? Apuesto a que tu
mamá está encantada.

Remy y su mamá, Cora, fueron cortadas por la misma tijera. Ambas eran pequeñas
centrales eléctricas. Y ya que ambas tenían personalidades tan grandes, a menudo se
enfrentaban como dos turbulentos frentes climáticos. Remy era una mujer que no sería
inmovilizada u ordenada por nadie. Su mamá era alguien que quería proteger a sus hijos
contra todo lo malo que el mundo iba a lanzarles. Era una situación destinada a causar
fricción entre las dos. Remy se fue de casa tan pronto como pudo y no había vuelto en
mucho tiempo en años. Sabía que sus padres no querían nada más que se estableciera en
un lugar y encontrara a alguien con quien ser feliz, pero Remy tampoco tenía planes de
hacer eso. Lo más que permaneció en un solo lugar fueron seis meses, y no creo que
hubiera tenido una relación que durara mucho más. Era casi como si supiera que si se
quedaba quieta por más de un momento, tendría que enfrentar todos los sentimientos de
los que constantemente estaba huyendo.

—Se lo dije a Zowen, así que estoy segura de que él se lo dijo. No estaba de humor
para el interrogatorio que mi mamá me haría si le decía que volvía a casa. Querría saber
por qué. Se metería queriendo saber cuánto tiempo me quedo. Me interrogaría sobre lo
que he estado haciendo por dinero y cómo he estado pasando todo mi tiempo
últimamente. Me trata como si tuviera doce años. Necesito estar en el estado de ánimo
adecuado para tratar con ella. —Su boca se convirtió en una línea apretada mientras
hablaba de sus padres—. La he extrañado tanto como ella a mí, pero a veces su
preocupación se siente sofocante.

—Es difícil para los padres cuando empezamos a tomar nuestras propias decisiones,
y no pueden detenernos. Siempre pensé que tu mamá era genial y tan relajada. Siempre
es raro oírte hablar de ella siendo arrogante contigo. —Tenía la sensación de que había
más en la historia, de por qué había tanta tensión allí, de lo que Remy había compartido
conmigo. Podía ser muy cautelosa cuando quería. Además, la forma en que uno ve a sus
propios padres a menudo es diferente a alguien de fuera de la familia inmediata. Había un
montón de cosas que definían cómo veíamos a los que nos criaron y nos guiaron a la edad

PÁGINA | 136
adulta—. Así no es como veo a tu mamá en absoluto. Y en serio, ¿qué has estado haciendo
últimamente por dinero?

Remy tenía una licenciatura en bellas artes y trabajó como diseñadora gráfica por
un tiempo antes de decidir que quería viajar y salir de Denver. Desde entonces, cada vez
que hablaba con ella, estaba haciendo algún trabajo al azar para ganarse la vida. Era una
paseadora de perros. Una niñera. Una administradora de redes sociales. Una compradora
personal. Una camarera. Una crítica de comida, y la última vez que le pregunté, estaba
recogiendo muebles viejos de tiendas de segunda mano y vendiéndolos por Internet por
un buen beneficio. Estaba en San Diego cuando la llamé y le pedí que viniera a Denver
conmigo, pero no mencionó qué tipo de trabajo dejaría si se iba conmigo.

—Estaba construyendo sitios web por mi cuenta. Tengo una amiga que comenzó
un pequeño negocio de diseño y me pidió que fuera a trabajar para ella. Puedo hacer la
mayor parte de lo que hay que hacer de forma remota, así que todavía estoy trabajando
para ella por ahora. Es el primer trabajo que he tenido que tiene algo que ver con lo que
estudié. ¿No es una locura? —Agitó un poco la cabeza—. Desearía ser más como tú y
haber presionado más contra mis padres cuando me dijeron que querían que fuera a la
universidad. Apenas me gradué y recién ahora encontré que mi título era útil. Preferiría
haber viajado al extranjero y salir a ver lo que el resto del mundo tiene para ofrecer que
sentarme en una aburrida aula.

Murmuré un pequeño acuerdo, pero le recordé suavemente:

—La razón por la que apenas te graduaste no fue porque no te gustaba estar en la
escuela. Fue porque estabas demasiado ocupada preocupándote por todo lo que Hyde
estaba haciendo. Estabas obsesionada. —En secreto pensaba que aún lo estaba, pero hacía
un trabajo mucho mejor que el mío escondiendo lo que sentía por el chico que le rompió
el corazón.

Remy se puso tensa a mi lado, pero no negó la verdad en mi declaración.

—Exactamente. Así que, deberías escucharme cuando te digo que me preocupa lo


que podría pasarte si te involucras con Ry. Sé exactamente lo que es dejar piezas de ti
misma esparcidas por todo el lugar a causa de un chico. A veces esas piezas se pierden, y
unirlas de nuevo de la manera en que estaban antes se vuelve imposible. —Hizo un sonido
angustiado y extendió la mano para tirar de los extremos púrpuras de mi largo cabello—.
No me gustaría eso ni para mi peor enemigo.

PÁGINA | 137
Tomé su mano en la mía y la sostuve sin fuerza.

—Bueno, hay una gran diferencia entre mi situación y la tuya.

Odiaba señalarlo porque era el único punto débil que Remy había tenido, pero
estaba preocupada por algo con lo que no tenía experiencia de primera mano.

Sus cejas se alzaron sobre la parte superior de sus gafas de sol mientras preguntaba:

—¿Cuál?

Aclaré mi garganta y me froté las manos arriba y abajo de mis muslos.

—Tú y Hyde, siempre fueron algo unilateral. Todos esos años lo perseguiste, y
nunca hizo un movimiento. Nunca te trató como algo más que una amiga. Con Ry y yo.
—Respiré y giré la cabeza para darle una mirada ansiosa—. A veces me gusta más de lo
que le gusto a él, y a veces le gusto más de lo que me gusta a mí. Pero nunca es unilateral.
Siempre nos gustamos, incluso cuando no lo hacemos. —Tal vez después de pasar tiempo
juntos este verano, podríamos finalmente averiguar cómo gustarnos el uno al otro la
misma cantidad al mismo tiempo.

Las manos de Remy apretaron el volante, y su boca se frunció. Estaba en la punta


de mi lengua disculparme, pero como si sintiera que inmediatamente me arrepentí de mis
palabras, agitó una mano desdeñosa entre nosotros.

—Tienes razón. Supongo que no pensé en lo que Ry tendría que perder si las cosas
fueran mal entre ustedes dos. Tiene tanto en juego como tú.

Lo hacía. Lo que significaba que ambos íbamos a ganar en grande o perderlo todo.
No estaba segura de qué opción me asustaba más.

PÁGINA | 138
CAPÍTULO CATORCE

asi me tropecé con la puerta principal de mi vecino cuando uno de mis


compañeros de cuarto empujó mi hombro mientras caminábamos hasta
nuestro condominio. Rodé mi hombro porque estaba adolorido después
de un entrenamiento particularmente brutal, seguido por una
desagradable tacleada en el suelo durante un juego amistoso en uno de los muchos parques
dispersos alrededor de la pequeña ciudad universitaria. Todavía quedaban unos días antes
de que comenzáramos un entrenamiento serio de verano, y me di cuenta de que tomarme
un tiempo libre no me había hecho ningún favor.

—Pensé que habías dicho que tu chica te había dejado.

Era un año más joven que yo y nuestro otro compañero de cuarto, y llegado de un
pequeño pueblo en Idaho. Era fácil de tratar y un payaso, pero un monstruo en el campo.
Cambiaba entre la izquierda y la derecha en la línea ofensiva y tenía el tamaño y el
comportamiento para ajustar su posición. Nuestro otro compañero de cuarto, Lucas, era
defensa y siempre parecía un paso detrás de mí. Hemos competido mucho desde que
jugamos posiciones similares y teníamos habilidades equitativas. Yo había comenzado
como defensa y cambiado a corredor hace unos años. Ambos éramos altos y rápidos. Yo
era un poco más rápido y un poco más confiable con mis manos que él. Se suponía que
Lucas no iba a volver de su viaje a casa por un par de días más, lo que significaba que solo
éramos Dino y yo y su juguetona personalidad para el futuro inmediato.

—Lo hizo. —Pensé que estaba tratando de hacerme pasar un mal rato, así que no
di más detalles. Volví a girar mi hombro y murmuré—: ¿Tenías que taclearme tan fuerte?
Estábamos jugando.

—Nunca juego cuando se trata de fútbol. Y tampoco deberías si quieres ser


profesional. Si ya no tienes novia, ¿quién es esa?

PÁGINA | 139
Seguí su brazo ridículamente musculoso mientras señalaba hacia la entrada de
nuestro condominio.

Me detuve en seco.

Una figura familiar estaba sentada de espaldas a mi puerta. Mi mirada se quedó


atrapada en las largas piernas estiradas delante de ella, botas negras cruzadas en los
tobillos, mientras su pie se balanceaba de un lado a otro. Su cabeza estaba inclinada hacia
un lado mientras se concentraba en lo que estaba mirando en su teléfono. Su cabello negro
y púrpura estaba envuelto en una larga trenza que colgaba sobre un hombro, y estaba
vestida con su típico estilo rockero-chic. Reconocería a Bowe por cualquiera de esas cosas
singularmente. Ella era tan clara y única en mi cabeza. No podía creer que estuviera
sentada frente a mi casa como si no le importara el mundo. No había sabido nada de Bowe
desde la mañana que dejé Austin. Le envié un mensaje para hacerle saber que regresé a
Denver, y otro en el que le decía que iba a volver a mi casa, pero tampoco respondió.
Quería que supiera que la estaba esperando, que seguía pensando en ella todo el tiempo,
pero me abstuve. No quería que se sintiera presionada o forzada a avanzar o retroceder
hasta donde siempre habíamos estado. Con su silencio, pensé que iba a volver a esconder
su cabeza en la arena y fingir que no existía. Tomé su falta de respuesta como rechazo.

Lo último que esperaba era que apareciera de la nada.

Como si sintiera que alguien la observaba, Bowe levantó la cabeza y miró en mi


dirección. Respiré cuando nuestros ojos se encontraron. Literalmente me dejó sin aliento.

—¿Quién es, Ry? — Dino me dio un codazo para que me moviera de nuevo. Le
eché un vistazo y noté que estaba mirando a Bowe con una expresión de asombro similar.

—Esa... es la chica de mis sueños. —Me detuve junto a ella y extendí una mano
para ayudarla a ponerse en pie. Solté un suspiro sobresaltado mientras mi hombro gritaba
en protesta cuando usé ese brazo para levantarla. Supongo que había hecho un poco más
que torcerlo.

Bowe frunció el ceño y me miró de arriba a abajo.

—¿Estás bien, Archer?

Me tomó un minuto poner a trabajar correctamente mi cerebro para formar


palabras coherentes.

PÁGINA | 140
—Estoy bien. ¿Cuánto tiempo llevas esperando aquí? ¿Por qué no me dijiste que
venías?

Se encogió de hombros y se movió para meter su teléfono en el bolsillo trasero de


sus muy cortos shorts.

—Me gusta el elemento sorpresa. —Levantó sus oscuras cejas hacia mí y ladeó su
cabeza—. Apareciste en mi puerta sin avisar. Pensé en darte una cucharada de tu propia
medicina.

Ahora entendía lo sorprendida y fuera de balance que debe haber estado cuando
aparecí en Austin sin avisar.

—Hola. Soy Dino. —Fui empujado a un lado mientras mi compañero de cuarto


lanzaba una musculosa mano en dirección a Bowe.

Ella le dio al tipo grande una mirada curiosa, pero le permitió sacudir su mano
hacia arriba y hacia abajo con entusiasmo.

—¿Dino?

Él tiró hacia atrás su cabeza y se rio de su tono interrogante. Sabía que estaba
acostumbrado a las reacciones de sorpresa ante su apodo, así que tomó la reacción de Bowe
con calma.

—Era un bebé muy grande. Mi mamá siempre dijo que era del tamaño de un
brontosaurio cuando nací. He tenido el apodo desde que era muy pequeño.

—Oh... eso es realmente lindo. Encantada de conocerte, Dino. Soy Bowe.


—Extrajo su mano y giró su mirada hacia donde todavía estaba frotando mi hombro
adolorido—. ¿Necesitas enfriar eso o algo así?

Me encogí de hombros pero inmediatamente me arrepentí de la acción cuando un


agudo rayo de dolor cayó por todo mi brazo. Iba a actuar duro y como si fuera una pequeña
punzada, pero como siempre, Bowe vio a través de mi acto. Señaló a la puerta principal
del condominio y le dijo a Dino:

—¿Podemos entrar para que pueda atenderlo?

PÁGINA | 141
Dino inmediatamente saltó a la acción, abriendo nuestra puerta principal y
llevando a Bowe adentro. Me dejaron seguirlos mientras intentaba imaginar si habíamos
dejado el lugar en forma aceptable para recibir visitas. Siendo tres chicos ocupados y
solteros, había veces que parecía que un huracán soplaba a través de nuestro condominio.
Afortunadamente, hoy no era uno de esos días, probablemente porque Lucas todavía
estaba fuera de la ciudad y era el más desordenado de nosotros por mucho.

Dino continuó charlando con Bowe mientras me observaba con una mirada
cuidadosa. Quería agarrarla y exigir saber cuánto tiempo había estado en Colorado y
preguntar cuánto tiempo planeaba quedarse. Quería preguntarle qué significaba su
presencia. Quería saber si finalmente estaba lista para enfrentar nuestro siempre
fluctuante destino. Siempre quise tanto de ella. Tenía suerte de que no estuviera en forma
para agarrar o sostener a alguien en este momento. Si volvía a ponerle las manos encima,
no había garantía de que pudiera dejarla ir.

Bowe le pidió a Dino que le dijera dónde conseguir una bolsa de hielo. Le dije a
Bowe que se reuniera conmigo en mi habitación cuando terminara, y los dejé en la cocina.
Necesitaba un minuto para calmar mi corazón acelerado y tener mi emoción bajo control.
No quería abrumarla con mis expectativas. Necesitaba saber cuáles eran las de ella antes
de hacer cualquier tipo de movimiento.

Me quité mi sucia y sudorosa camiseta y estaba en el proceso de tratar de pasar una


limpia sobre mi cabeza con una sola mano cuando se deslizó en mi habitación. Cerró la
puerta silenciosamente detrás de ella y se acercó para pararse frente a mí. Me miró con
preocupación mientras me ayudaba con la camiseta con la mano libre. Una vez que lo
hizo, puso la pesada bolsa de hielo en mi hombro y vio como me estremecía de malestar.

—¿Estás tan mal que necesitas ver a un médico? ¿Deberías hablar con tu mamá?
—Sonaba genuinamente preocupada por mí, lo que me produjo escalofríos corriendo por
mi columna.

—No es tan malo. Si todavía duele cuando empiece el entrenamiento, haré que un
fisioterapeuta lo vea. —Mis padres eran muy buenos amigos de uno de los mejores
especialistas en rehabilitación en el estado. Había trabajado con él después de la última
lesión importante que había sufrido. Pero primero, tendría que pasar por mi mamá.
Tenerla siendo capaz de curarme profesionalmente era tanto una bendición como una
maldición. Siempre tuve atención, atención médica superior, pero venía con niveles de

PÁGINA | 142
preocupación e inquietud que eran mucho para soportar. Había intentado más de una vez
que dejara de jugar al fútbol cuando era más joven. Estaba preocupada por el daño a largo
plazo que estaba haciendo a mi cuerpo. Cada vez que tenía que curarme, me preguntaba
si estaba seguro de que jugar al fútbol era lo que quería hacer el resto de mi vida.

—Tu compañero de cuarto parece agradable. Es enorme. Asumo que está en el


equipo contigo. —Estaba mirando alrededor de mi habitación con abierta curiosidad y no
quería mirarme.

—Los tres estamos en el equipo. Dino es definitivamente el bueno. Te hablará de


eso si se lo permites. También te arrancará la cabeza para proteger a su mariscal, incluso
cuando solo estamos jugando.

—¿Es el que te lastimó? —Parecía sorprendida.

—No a propósito, Bowe. —Estiré la mano para atrapar su muñeca, tirando de ella
para pararse enfrente de mí mientras la bolsa de hielo se deslizaba de mi hombro—. ¿Qué
estás haciendo aquí?

Hizo un sonido bajo en su garganta y llevó el paquete caído de nuevo a mi hombro


con su mano libre. Lo sostuvo en su lugar mientras yo la abrazaba con fuerza, y nos
mirábamos el uno al otro.

—Vine por mi explicación. Dijiste que lo lamentabas pero no me dijiste por qué o
por quién. Quiero saber. Estoy lista para escuchar. —Sentí su pulso palpitar bajo mis
dedos.

—¿Cuánto tiempo te vas a quedar? —Realmente quería que dijera para siempre,
pero dudaba que ese fuera el caso.

Cambió de peso nerviosamente mientras me miraba.

—Hablé con Remy para que se quedara conmigo el resto del verano.

Mi corazón se saltó uno o dos latidos ante sus palabras. Eso era mucho más de lo
que esperaba. Era un montón de tiempo para hacer las paces y averiguar exactamente qué
carajos estábamos haciendo el uno por el otro.

PÁGINA | 143
—Me alegra mucho que estés aquí. —Pude escuchar la cruda honestidad en mis
palabras. También pude escuchar el alivio y la gratitud de que estaba dispuesta a dejarme
explicarme después de todo este tiempo.

Bowe se inclinó un poco para que las puntas de nuestras narices casi se tocaran.
Sus brillantes ojos prácticamente ardieron en los míos mientras susurraba:

—No hagas que me arrepienta, Archer.

Todo lo que tenía que hacer era inclinarme unos centímetros hacia adelante, y
nuestros labios se tocarían. Podía besarla sin sentido, pero tenía que darle las palabras que
explicarían todas mis acciones anteriores antes de que perdiera la cabeza y fuera
inutilizado por el deseo y debilitado por la necesidad.

Suspirando, le solté la muñeca y me incliné hacia adelante así nuestras frentes se


tocaban. Puso su otra mano en mi hombro no lesionado para equilibrarse mientras
envolvía mis brazos alrededor de su cintura y la tiraba aún más cerca. Inhalé su aroma y
cerré mis ojos mientras intentaba ordenar mis pensamientos en un orden cohesivo. No
quería hacer un desastre de todo lo que estaba tan desesperado por arreglar.

—Cuando dije que lamentaba esa noche en Austin, me estaba disculpando por
muchas cosas, pero principalmente por no ser lo suficientemente valiente para enfrentar
cómo me haces sentir. Cuando éramos más jóvenes y tratábamos de resolver las cosas,
tenía miedo de todo. Miedo de decepcionar a mis padres. Miedo de ser yo mismo. Miedo
del futuro. Miedo de no saber lo que me esperaba si me permitía respirar y relajarme. Y
estaba aterrorizada de lo fácil que veías a través del frente que estaba usando para ocultar
todo ese miedo. La única vez que no estuve completamente aterrorizado fue cuando
estuve contigo. Estaba fingiendo, día tras día, pero nunca pude lograrlo contigo. Es por
eso que te alejé cuando finalmente cruzamos la línea de amigos a algo más. No sabía cómo
mantener el acto a tu alrededor. Eras la persona más importante en mi vida, pero no podía
ser honesto contigo en nada. Ni siquiera podía ser honesto conmigo mismo. Cuando dije
que no encajábamos bien, lo que quise decir es que no podía verme como un tipo con el
que querrías estar. Me dije a mí mismo que era para protegerte, pero ahora sé que solo me
estaba protegiendo a mí. Tenía miedo de que no quisieras tenerme, de que no quisieras
hacer el esfuerzo que necesitaríamos para estar juntos. Pero en lugar de hablarte de ello,
o incluso permitirme creer que estar contigo era una opción, te alejé y me aseguré de que
no pudiéramos estar juntos. Fui un cobarde.

PÁGINA | 144
Tragué con fuerza y la sujeté.

—Pensé que sería mejor dejarte ir, pero nunca pude. Siempre has estado allí, Bowe.
No importa dónde estuviera o con quién estuviera, tú estabas allí. Sentí que nunca podría
llegar a ti, pero no podía dejar de intentarlo. Lamento haberme vuelto a meter en tu vida.
Lamento interrumpirla, pero no puedo fingir más. No quiero imponer mis sentimientos
en ti porque eso no es justo, pero quiero que sepas cómo me siento y lo serio que soy sobre
averiguar si podemos funcionar juntos si ponemos el esfuerzo. Soy mejor hombre gracias
a ti.

Estaba averiguando quién estaba destinado a ser por ella. Me volvía valiente.

Una de sus manos se movió hacia mi cabello. Sentí sus dedos rastrillar a través de
él. Respiró una risa diminuta y se movió para mostrarme el pedazo de césped que había
recuperado. Realmente debo haber golpeado el suelo más fuerte de lo que pensé al
principio.

—Me gustabas mucho en ese entonces, Ry. —Su voz estaba un poco débil cuando
se alejó para sentarse a mi lado en el borde de la cama—. Estaba herida y confundida
cuando de pronto te alejaste. Me hiciste sentir como si hubiera hecho algo mal.

Me acobardé porque eso era exactamente lo que temía.

Giró la cabeza para mirarme, y vi cómo sus cejas se fruncieron en un profundo


ceño fruncido.

—Me reemplazaste en un abrir y cerrar de ojos. Lo último que quería era ser vista
como intercambiable a los ojos de alguien que me gustaba. Me hizo cuestionar lo que
estaba haciendo y las decisiones que estaba tomando. Me hiciste no confiar en mí misma.

Eso es porque proyecté todas mis inseguridades más grandes sobre ella. Ella era
infinitamente más dura y más madura que yo.

—Fui un imbécil. Aún lo soy. Pero lo haré mejor, será mejor. Lo prometo.
—Quería tomar su mano, pero la estaba usando para mantener la bolsa de hielo en su
lugar—. Y siempre has sido insustituible. ¿Por qué crees que nunca podía dejarte ir,
incluso después de que trabajaste tan duro para alejarte de mí?

Bowe suspiró y se inclinó hacia atrás sobre sus codos en la cama.

PÁGINA | 145
—He aprendido a confiar en mí misma sin importar qué. ¿Cómo exactamente se
supone que debo confiar en ti?

La miré y le dije con toda honestidad:

—Ya no me miento a mí mismo gracias a ti. Ya no estoy tratando de esconderme.


No tendrás que mirar a través de mí nunca más. Te mostraré, y a todos los demás, todo
por adelantado. —Me acosté en la cama y reajusté la bolsa de hielo. Ahora que estaba
descansando en la cama, tomé la mano de Bowe, entrelacé nuestros dedos y apreté con
fuerza—. Dame tiempo para demostrarte que el verdadero yo es alguien en quien puedes
confiar y apoyarte. Viniste hasta aquí. Eso me demuestra que quieres creer en mí... creer
en nosotros.

Me frotó el pulgar en el dorso de la mano mientras permanecíamos en silencio


durante un largo momento. No estaba de acuerdo conmigo, pero tampoco se apartó.

Justo cuando pensaba que iba a tener que rogarle que rompiera el silencio, Bowe
finalmente susurró:

—Lo único en mi vida que no es un signo de interrogación gigante en este


momento es el hecho de que me haces sentir de un modo extraño. Siempre lo has hecho.
No importa qué, eso no ha cambiado. Eso se siente como lo único sólido a lo que tengo
que aferrarme en este momento. Dijiste que siempre me estabas buscando; bueno, ahora
mismo, también te busco a ti. Necesito algo a lo que aferrarme, anclarme. Si no crees que
puedes hacer eso mientras averiguo el resto de la mierda que he hecho con todo, entonces
dímelo ahora. Si me dejas alejarme esta vez —giró su cabeza hacia un lado para poder
mirarme, y pude ver lo seria que era por la intensidad de sus ojos—, no voy a volver.

Levanté nuestras manos unidas y le di un beso suave en la espalda.

—Dame el resto del verano y te demostraré que vale la pena arriesgarnos. Otra
vez.

No volvería a meter la pata. Pondría todo lo que tenía para asegurarme de que no
se arrepintiera de darme otra oportunidad. Sabía de hecho que me aferraría a ella con todo
lo que tenía, sin importar lo turbulentas que fueran las aguas por delante de nosotros.

PÁGINA | 146
CAPÍTULO QUINCE

brí los ojos mientras la superficie dura y cálida que estaba usando
como almohada de pronto se movió debajo de mi mejilla. No
recordaba haberme quedado dormida, pero la profunda y ruidosa voz
de Ry era relajante. Y hablamos durante mucho tiempo sobre una
variedad de cosas después de que abrí la puerta a la posibilidad de que estuviéramos juntos
en el futuro. Me habló de su conversación con Aston y parecía genuinamente ofendido
de que la otra chica ni siquiera tenía el corazón roto en lo más mínimo por su separación.
Me sorprendió cuando mencionó que parecía ser muy consciente de que él y yo teníamos
algo. Cuando me dijo que mencionó que lo estaba tomando prestado hasta que
encontráramos nuestro camino de regreso, me resultó muy difícil de creer. Si fuera mío,
nunca tendría la intención de compartirlo con nadie. Estaría lo suficientemente celosa
por ambos si Ry decidiera mostrar interés en alguien más. Le dije que quería tener mi
propia conversación con Aston. No estaba segura de qué quería decirle, pero sentí que le
debía una disculpa de algún tipo, al menos.

El pecho de Ry se levantó y cayó bajo mi mejilla, y lo oí emitir un sonido bajo de


dolor. Se había pasado las horas que estuvimos discutiendo nuestras diferencias
alternativamente frotando y girando su hombro. Cambió de una bolsa de hielo a una
almohadilla de calefacción en algún momento, pero me di cuenta de que estaba teniendo
dificultades para ponerse cómodo. Tenerme durmiendo en su lado lesionado durante
tanto tiempo no podría haber ayudado a la situación en absoluto. No sé por qué no me
apartó o se movió en lugar de estar tendido, atrapado debajo de mí. Era una situación muy
tipo Ry. Estaba decidido a sufrir en silencio si eso significaba que no iba a ninguna parte,
y podía mantenerme lo más cerca posible de él.

Ahora que ninguno de los dos estaba huyendo del otro, teníamos que recuperar el
aliento y descansar antes de empezar a perseguir a la siguiente mariposa, parecía haber un
millón de ellas, diferentes, de todas las formas y tamaños, revoloteando alrededor de

PÁGINA | 147
nuestras cabezas. Todas eran hermosas y brillantes, pero el número era abrumador. Era
difícil saber dónde buscar o cuál agarrar. Todas esas imágenes retorcidas representaban
una oportunidad diferente y un desafío que teníamos que enfrentar.

Puse una mano en los duros abdominales de Ry y me empujé a una posición


sentada. Dio un pequeño gruñido, pero los músculos apenas se movieron bajo mis dedos.
Lo miré, pero su pálida mirada estaba enfocada en el lugar donde el final de mi larga y
colorida trenza se arrastraba por su piel desnuda.

—¿Cómo se siente tu hombro? —Extendí una mano y froté el surco entre sus cejas
oscuras que indicaban que todavía tenía una cantidad considerable de dolor. Me
preguntaba cuánto se había lastimado durante sus juegos reales si estaba así de golpeado
después de jugar con uno de sus compañeros de equipo por diversión. Pude ver que estaba
empezando a tener moretones. La piel de su clavícula y alrededor de la curva de su
hombro había adquirido un tenue tono azulado.

Ry se acomodó para poner una mano detrás de su cabeza. Me dio una sonrisa
torcida y meneó sus cejas hacia arriba y hacia abajo sugestivamente.

—Todavía duele. Creo que deberías besarlo y hacer que se sienta mejor.

Puse mis ojos en blanco y levanté mis brazos sobre mi cabeza para estirar el resto
de la somnolencia fuera de mis extremidades.

—¿Eres tan malo coqueteando porque eres tan apuesto que nunca tuviste que
aprender a hacerlo? —Siempre había tenido chicas corriendo detrás de él. No sería
demasiado sorprendente que nunca tuvo que pasar por la fase incómoda de averiguar
cómo hablar con el sexo opuesto de la manera en que lo hacían la mayoría de los
adolescentes. Por lo que recuerdo de él cuando era más joven, nunca tuvo esa etapa de
estar atrapado entre la infancia y la incómoda adolescencia. Parecía haber pasado de un
niño lindo a un joven peligrosamente atractivo de la noche a la mañana. Y ahora, bueno,
era un hombre que era muy consciente de su atractivo y sabía con qué facilidad afectaba
a los demás.

—Todos tenemos que ser malos en algo. Supongo que finalmente encontraste mi
debilidad. —Su voz bajó aún más y se volvió de un tono rasposo mientras me inclinaba
sobre su brazo. Bajé suavemente mi boca para poder poner un suave beso en la piel oscura

PÁGINA | 148
que indicaba dónde estaba su lesión—. Pero aprendo rápido. Siéntete libre de enseñarme
todo lo que sabes sobre coqueteo, Bowe.

Besé mi camino a través de su hombro. Sentí sus abdominales flexionarse bajo mis
dedos donde todavía estaba apoyada contra él para mantener mi equilibrio. Moví mis
labios a un lado de su cuello y empecé a besar mi camino hasta su oreja. Lo sentí temblar
bajo la suave exploración de mi boca, y cuando eché una mirada a lo largo de su fuerte
cuerpo, no me sorprendió ver que había una notable protuberancia estirando la tela negra
de nylon de sus shorts de baloncesto.

—Tienes suficiente ventaja con ese rostro y este cuerpo. No necesitas saber cómo
coquetear efectivamente encima de todo eso. Ya eres bastante peligroso. —Exhaló una
respiración profunda e inclinó su cabeza hacia un lado para darme más acceso mientras
usaba la punta de mi lengua para trazar la forma de la curva externa de su oreja. Me
sorprendió descubrir lo sensible que era en ese lugar. Como siempre, eran las partes de él
que eran vulnerables y tiernas las que me gustaban más: los puntos donde no podía ocultar
su respuesta y cómo reaccionaba todo su ser—. Además, ya estoy aquí. No necesitas
coquetear conmigo para meterme en la cama.

Besé el alto arco de su pómulo y le di un rápido beso en la punta de su nariz. Sus


ojos siguieron cada movimiento mientras su gran cuerpo se volvía cada vez más rígido
debajo de mí.

—Puede que no tenga que coquetear para llevarte a la cama, pero ¿y si quiero
asegurarme de mantenerte allí? ¿No va a requerir cada habilidad y truco que pueda
conseguir? —Levantó su cabeza de su mano buena, y extendió la mano para tomar en su
mano el final de mi trenza. Usó su agarre en mi cabello para tirar de mí hasta que estuve
tendida sobre su pecho desnudo. Hice todo lo posible para mantener mi peso fuera de su
hombro golpeado mientras guiaba mi boca sobre la suya.

Antes de que me besara hasta dejarme sin aliento y me volviera loca de deseo y
necesidad, susurré contra sus labios:

—Lo que me va a mantener aquí es la verdad y la honestidad. Mientras no traigas


a ese tipo que fingías ser con todos los demás a mi alrededor, no voy a ir a ninguna parte.
—No necesitaba que fuera coqueto o que fingiera ser alguien que no era para mantenerme
con él. No quería que hiciera lo que pensaba que me haría feliz. Quería que me preguntara,
que aprendiera, que supiera qué era lo que realmente quería, y que actuara en

PÁGINA | 149
consecuencia, tal como planeaba hacer por él. No quería adivinar qué era lo que hacía que
este chico siguiera adelante. Quería que fuera honesto conmigo sobre lo que quería, y
esperaba que confiara en mí lo suficiente para saber que haría lo mejor para no
defraudarlo.

—No quiero a ese tipo cerca de ti. Casi lo arruina todo. Si lo ves, házmelo saber, y
haré lo mejor que pueda para deshacerme de él. Ha sido parte de mí por tanto tiempo, no
estoy seguro de lo fácil que será deshacerse de él por completo.

Lo besé fuerte y rápido.

—Es parte de ti, Ry. No es mi parte favorita, pero sirvió a su propósito. Odiarlo no
nos hará ningún bien a ninguno de los dos. Si lo veo, le recordaré que no es con quien
quiero estar. —Quería ser suficiente para mantener al verdadero alrededor.

Ry asintió y envolvió la goma de mi cabello alrededor de su puño, así que no pude


apartar mi rostro del suyo. Me mantuvo inmóvil y me besó sin sentido. ¿Quién necesitaba
ser coqueto cuando la forma en que besaba y tocaba era suficiente para hacer que una
chica olvidara su propio nombre? Envié mis manos a través de su piel desnuda y sentí su
corazón acelerarse contra el mío. Había muchas áreas donde chocábamos, pero la forma
en que nuestros cuerpos se alineaban y respondían entre sí nunca fue una de ellas.

Le devolví el beso, dejando que mi lengua se enredara con la suya tan pronto como
abrió sus labios y me dejó entrar en el calor húmedo de su boca. Moví la punta de mi
lengua a lo largo de la curva interior de su labio superior y sentí su cuerpo temblar en
respuesta. Bajé una mano por sus costillas y usé mi pulgar para trazar la sexy hendidura
que recorría la curva de su cadera y desaparecía en la pretina de sus shorts. No había una
sola parte de él que no fuera un testimonio de su duro trabajo y dedicación. Sus esfuerzos
habían sido definitivamente recompensados.

Y yo también.

Mi lento estudio de su cuerpo llevó mi mano a la parte de él que era tan prominente
que no sería ignorada. Incluso cuando no estaba excitada, la tela de esos shorts atléticos
dejaba poco a la imaginación. Sus caderas se movieron inquietas, y su boca se movió
ansiosamente contra la mía cuando dejé que mis dedos se arrastraran bajo el elástico de
su pretina. Sentí que sus dientes se hundían en la carne de mi labio inferior, y su agarre

PÁGINA | 150
en mi cabello se tensó. Su polla estaba caliente y dura mientras llenaba mi mano. Pulsando
de excitación mientras mi palma se deslizaba a lo largo de la aterciopelada longitud.

Ry apartó su rostro del mío mientras respiraba un suave:

—Maldición. —Sus ojos claros brillaban con un calor repentino, el azul brillante
ardiendo a través del resto de los colores invernales que siempre lo hacían parecer tan frío
e inalcanzable.

Le sonreí e incliné la cabeza para poder besarle la mandíbula. El pequeño rastrojo


se veía bien en él, pero también le quedaba estar afeitado. Cuando eras bendecido con un
rostro como el suyo, no había mucho que no te quedara bien. La única vez que no me
había gustado mirarlo fue cuando intentó convencerme de que no éramos el uno para el
otro. La decepción no era algo que le quedara bien, así que me alegré de que finalmente
decidiera dejar caer la máscara en la que constantemente se escondía.

Seguí besando a través de su rostro mientras mi mano se movía hacia arriba y abajo
de su pesada erección. El aliento de Ry se volvió irregular, y finalmente soltó mi cabello
para que pudiera trabajar sus manos bajo mi ropa. Sentí que sus pulgares se frotaban contra
mi cintura mientras extendía sus dedos y sacaba lentamente mi blusa de mi cuerpo.
Bombeé la palpitante carne que llenaba mi mano hasta que sentí que una gota sedosa de
humedad se acumulaba en la punta. Todo el cuerpo de Ry se tensó mientras usaba la punta
de mi dedo índice para arrastrarla a través de esa pequeña humedad, pintando la sensible
cabeza de su polla con su propia excitación.

Prácticamente gruñó mi nombre mientras llevé mi ahora reluciente dedo a mis


labios y deslicé mi lengua por los restos húmedos. Ahora, los ojos de Ry brillaban como
el infierno azul encontrado en la base de una llama.

Después de que me quitara la blusa y el sujetador se movió como si fuera a


alcanzarme, pero tan pronto como trató de usar su brazo en su lado lesionado, la expresión
de su rostro cambió de una de anticipación a una de dolor.

Cayó sobre el colchón con un gemido y usó su mano buena para cubrirse el rostro.

—No puedo coquetear, y apenas puedo participar. Así no es como me imaginaba


que sería cuando finalmente confesáramos nuestros sentimientos. Quería hacer explotar
tu mundo.

PÁGINA | 151
Parecía realmente tan angustiado por su situación actual, que me pareció
ridículamente lindo. Me agaché para enganchar los pulgares en el elástico de sus shorts y
le pregunté:

—¿Por qué tienes que ser tú el encargado de hacer explotar?

Yo era perfectamente capaz. Quiero decir, él era el único con el que había tenido
alguna práctica, pero nunca había tenido ninguna queja antes. Y ahora era más confiada
y entendí que había un poder inherente en ser quien controlaba cuánto placer
experimentaba la otra persona. No estaba tan indecisa y consumida por la preocupación
de lo que pensaría de mí una vez que su polla ya no estuviera en mi boca.

Ahora también sabía que podía disfrutar del acto de dar tanto como disfrutaba estar
en el extremo receptor. Cuando hicimos esto antes, todavía era tan tímida sobre mi propio
cuerpo y reacciones. Quería centrarme solo en él y en cómo le hacía sentir, pero esta vez,
mientras besaba mi camino hasta el interior de su fuerte muslo, su fuerte jadeo, y la forma
en que se tensaron los músculos de su estómago, hicieron que el punto sensible entre mis
piernas aleteara con excitación. El calor se acumuló caliente y bajo en mi estómago, y mi
piel comenzó a arder con anticipación. Arrastré mis uñas por el interior de su otro muslo,
y lo escuché gemir bajo y fuerte. Su mano agarró mi trenza una vez más, y la usó para
acercar mi cabeza a la columna de carne frente a mí, tensa, alta y orgullosa. Tal vez me
habría intimidado con todo lo que estaba haciendo si tuviera algo con qué compararlo.

Me alegré de que fuera el único, y por ahora, el mejor también. Con suerte, se las
arreglaría para conservar ambos títulos en un futuro previsible.

Tan pronto como bajé la cabeza y lamí la punta hinchada y resbaladiza, Ry


murmuró mi nombre y levantó sus caderas para perseguir la sensación. Puse una mano
en su cadera para mantenerlo quieto, y bajé lentamente mi cabeza para poder engullirlo
con mi boca. Había demasiado para cubrirlo todo, así que tuve que usar mi mano para
cubrir la gruesa base. Sentí la pesada vena que corría a lo largo contra el plano de mi
lengua mientras mi garganta convulsionaba involuntariamente alrededor de él cuando la
punta golpeó el fondo. Las piernas de Ry se movieron sin descanso a ambos lados de mí.

Sentí que mi cuerpo reaccionaba con cada una de sus respuestas calientes. Mis
pezones se tensaron en dolorosos puntos, y mis muslos se apretaron juntos. Mi cuero
cabelludo hormigueó con una punzada de dolor cuando Ry comenzó a tirar de mi cabello
con un poco más de fuerza de la que apuesto quería. La habitación estaba llena de los

PÁGINA | 152
sonidos de nuestra respiración y nuestra piel desnuda frotándose. Ry soltó otro sonido
bajo de placer cuando usé mi lengua para atravesar la pequeña hendidura sensible que
goteaba líquido salado. Era difícil recordar que tenía un compañero de cuarto a unas pocas
puertas más abajo, pero todavía tenía suficiente ingenio para callarlo un poco después de
que juró en voz alta cuando usé una de mis manos para probar el peso de ese punto oculto
y delicado de su cuerpo.

Dejó caer mi trenza en respuesta y comenzó a arañar la manta bajo su espalda. Lo


vi morder su labio para contener cualquier sonido que estaba tratando de escapar, y decidí
que esta podría ser mi vista favorita en él hasta la fecha. Siempre era un tipo que tenía el
control y estaba a cargo. Debería dejarse ir más a menudo. Se veía muy bien cuando estaba
al borde de la liberación.

Lo tragué hasta el fondo, chupando lo suficiente de su erección para ahuecas mis


mejillas. Sentí su polla pulsar en respuesta, y una ráfaga de líquido salado de pronto tocó
mi lengua. Me di cuenta de que estaba a punto de correrse sin que dijera una palabra, así
que frené el movimiento de arriba a abajo, y rodé sus bolas en mi palma mientras mi
cuerpo se apretaba fuertemente con mi propio placer.

Sabiendo que estaba al borde de la liberación, solté su apretado saco y dejé que mi
mano se moviera entre mis piernas mientras apretaba su base. Bajé mis labios para tocar
mi puño y sentí el cuerpo de Ry patear en respuesta. Mis dedos se deslizaron a través de
la humedad entre mis piernas hasta que encontré la temblorosa punta de mi clítoris. No
estaba segura de que hubiera alguien en el mundo delante de quien fuera tan audaz, pero
no tenía inhibiciones en lo que a Ry respecta.

—Tan bueno. —El placer debió vencer el dolor porque sentí que sus palmas se
apretaban a cada lado de mi rostro mientras levantaba sus caderas y se balanceaba hacia
adelante lo suficiente como para que su polla golpeara la parte posterior de mi garganta.
Hice un sonido que estaba atrapado entre el deseo y la angustia, lo que desencadenó la
liberación de Ry. Una pequeña advertencia hubiera estado bien, pero me las arreglé para
tragar la inundación de satisfacción antes de sacarlo de mi boca para recuperar el aliento.

Mantuvo sus manos en mi rostro mientras movía mi cabeza hacia atrás, abriendo
mis piernas descaradamente para que pudiera ver cómo mis dedos se movían más y más
rápido. Cada golpe era juguetón y ligero ya que rasgueaba mi propio cuerpo con la misma

PÁGINA | 153
habilidad que usaba cuando sostenía mi guitarra. Ry miró cómo me complacía, su rostro
ruborizado y su respiración entrecortada.

Cuando me esforcé hasta el punto sin retorno, Ry me alcanzó repentinamente y


me tiró hacia abajo a través de su cuerpo con su mano buena. Nuestros labios chocaron
justo cuando sentí que mi cuerpo comenzaba a temblar y temblar mientras llegaba al pico
del placer final. Me forzó a abrir la boca y usó su lengua para imitar el movimiento que
seguirían sus caderas si estuviéramos conectados. El orgasmo rodó a través de mí, sin dejar
alguna parte de mi cuerpo intacta. Era lánguido y caliente, quitándome la respiración y
haciendo que mis extremidades se sintieran pesadas y débiles. Me desplomé encima de él,
rodando hacia un lado, así mi peso no cayó sobre su hombro magullado.

Respiré y me acurruqué en él. Apenas levanté la cabeza cuando me preguntó en


voz baja:

—¿Soy solo yo, o hemos mejorado mucho en estar juntos? Y no solo hablo del sexo.

La pregunta me sorprendió sacándome un resoplido. Moví mi mano así podría


utilizar mi dedo para trazar las líneas que delineaban sus músculos estomacales.

—Creo que antes solo nos centrábamos el uno en el otro, pero ahora sabemos que
también podemos centrarnos en nosotros mismos. Eso hace que la experiencia sea mejor.
Sin embargo, nunca he sido alguien que se aleje de la práctica. Siempre hay lugar para
mejorar.

Ry se rio y se movió para que pudiera besar la coronilla de mi cabeza metida debajo
de su barbilla.

—Sabes cuánto me esfuerzo por la perfección.

Parecía una posibilidad remota que alguna vez seríamos perfectos juntos,
considerando todas nuestras diferencias. Siempre tendríamos que trabajar para
asegurarnos de que podíamos darnos lo que necesitábamos mutuamente. Mientras
siguiéramos así, lo imperfecto funcionaría bien para nosotros.

PÁGINA | 154
CAPÍTULO DIECISÉIS

ensé que habías dicho que estabas cansado.

La voz de Bowe estaba sin aliento y delgada


mientras su cuerpo desnudo rebotaba arriba y abajo sobre
el mío.

Aparté mis dedos del pequeño aro plateado en su ombligo y enrollé mi mano
alrededor de la cintura de Bowe. Usé la otra para trazar una larga línea desde la base de
su cuello arqueado y hacia abajo entre el valle de sus pechos. Su cabeza fue echada hacia
atrás, y los extremos de su largo y colorido cabello se arrastraron por la parte superior de
mis muslos desnudos. A pesar de que le aseguré que mi hombro estaba mucho mejor,
insistió en estar arriba. No es que estuviera a punto de quejarme. Me gustaba tenerla en
mi regazo moliéndose contra mí mientras estaba enterrado imposiblemente profundo en
ella. Me encantaba ver cómo se movía su cuerpo, y la forma en que múltiples emociones
llenaban su expresivo rostro cada vez que se levantaba y caía sobre mi polla. Mi favorita
era la mirada hambrienta y salvaje que tenía cuando la cabeza de mi polla chocaba contra
ese punto reactivo extra sensible dentro de ella. Era bueno saber que no era el único que
perdía la cabeza por el placer cuando nos uníamos así.

—Nunca estoy demasiado cansado para ti. —Por las cosas que me importaban,
podía pasar a través de casi cualquier cosa, y ella estaba en la parte superior de la lista.

Aunque habíamos pasado mucho tiempo conociéndonos íntimamente ahora que


ella estaba en la ciudad, también habíamos tenido nuestra parte justa de largas charlas y
revelaciones cuando nos las arreglamos para conseguir un par de horas juntos. Estaba
ocupado con el entrenamiento en estos días, y ella todavía estaba viviendo su vida al revés,
despierta toda la noche y durmiendo durante el día. Estaba ocupada en el antiguo estudio
de su papá, así que aunque puede parecer que vino a Denver para un poco de descanso,
en realidad estaba trabajando más duro de lo que lo hacía cuando la visité en Austin.

PÁGINA | 155
Después del primer día que la encontré en mi puerta, había sido más y más difícil
encontrar tiempo para pasar juntos, lo que me hizo extrañarla a pesar de que estaba más
cerca de lo que nunca había estado.

Le estaba diciendo la verdad. Nunca estaría demasiado cansado para ella. Cuando
estuvo lo suficientemente cerca para tocarla, sentí que todo mi cuerpo estaba
electrificado. Había algo dentro de mí que cobraba vida cuando estaba con ella, y no
importaba cuán adolorido o agotado me sintiera; me sacaba un tipo completamente
diferente de energía.

Gemí cuando sentí su cuerpo apretarse alrededor del mío, y me incliné un poco
hacia adelante para poder arrastrar mi lengua por el costado de su garganta. Su piel estaba
un poco salada, pero no había forma de ocultar lo dulce que era. Dudaba que alguna vez
me cansaría de la forma en que sabía y lo increíble que se sentía cuando estaba envuelta
a mi alrededor. Era como si todo lo que pensaba que me faltaba en la vida estuviera
finalmente a mi alcance cuando ella estaba cerca. Todos esos espacios en blanco que estaba
llenando con las expectativas de otras personas ahora se estaban llenando con pedazos y
pedazos del hombre que siempre quise ser. Mi futuro finalmente estaba empezando a
parecerse a algo que reconocía en lugar de una idea nebulosa que pertenecía a alguien
más.

Bowe levantó la cabeza y me miró a los ojos. Su labio inferior estaba hinchado y
húmedo de donde antes lo había tenido en mi boca, y sus ojos ámbar obviamente estaban
desenfocados. Sus mejillas eran de un bonito rosado, y había mechones de cabello púrpura
que se pegaban a su piel húmeda. Se veía bien cuando estaba en la agonía de la pasión. Me
gustó especialmente que fuera el único que podía verla de esta manera. Era un nuevo
secreto que compartíamos. Uno que era tan personal y decadente como el primero.

Cayó hacia adelante hasta que nuestros labios se tocaron, y sentí la presión de sus
duros pezones contra mi pecho. Todavía estaban mojados por estar en mi boca, y había
un pequeño chupetón junto a uno de los puntos rosados. No le importaba cuando era un
poco rudo. Yo tenía largas marcas de arañazos en la parte baja de mi espalda y un chupetón
en el interior de un muslo. No había nadie como ella, y sabía que si alguna vez me veía
obligado a renunciar a ella, sería el reto más difícil que he enfrentado. El hecho de que
me dio la oportunidad de probar que no la defraudaría de nuevo me hizo sentir como el
bastardo más afortunado en la tierra. Les debía a mis padres un montón de gratitud por

PÁGINA | 156
mantener a nuestras familias unidas todos estos años. No podría imaginar dónde estaría o
quién sería si no la conociera de por vida.

La acerqué mientras su movimiento de balanceo aumentaba y su cuerpo


revoloteaba ansiosamente alrededor del mío. Estaba húmeda y caliente, haciéndome
palpitar la polla con un placer que rayaba en el dolor profundo dentro de ella. Deslicé mi
mano hacia su espalda y la mantuve quieta para poder empujarla hacia arriba mientras
devoraba mi boca con besos voraces y mordaces.

Gruñí con satisfacción mientras sentía que su cuerpo liberaba un torrente de


placer, y continué arqueándome hacia ella. Movió su boca por mi mejilla, por el costado
de mi cuello, y a lo largo de la curva de mi hombro. La piel todavía tenía una variedad de
colores feos y magullados. Todavía estaba un poco rígido, especialmente después de la
práctica o unas horas en el gimnasio, pero no era suficiente para detenerme. Pensé que
era lindo como quería ser amable conmigo y tratarme como si fuera frágil cuando era
golpeado y derribado diariamente por chicos tres veces más grandes que yo.

Su gentil cuidado fue suficiente para tener a mis dos compañeros de cuarto
quejándose de que eran solteros, no que alguno de ellos estuviera listo para establecerse
con una chica. Lucas era un poco mujeriego, y Dino era el tipo de chico que solo podía
centrarse en una cosa importante a la vez, y en este momento, todo se trataba de fútbol y
llegar a la NFL.

Besó a través de las manchas más oscuras de mi piel, hundiendo sus dientes en un
lugar que no estaba tan dañado cuando su cuerpo finalmente colapsó sobre el mío. Su
orgasmo, y el aguijón de sus dientes enterrados en mi carne, me llevaron a la culminación
un momento después. Los sonidos que hice fueron probablemente lo suficientemente
fuertes para que todo el mundo en el condominio supiera lo que estábamos haciendo, pero
por una vez, Bowe no me hizo callar o actuó como si estuviera avergonzada. Solo me miró
con los ojos cansados mientras la separaba de mí y la acostaba al otro lado de la cama para
poder limpiarme.

Cuando volví a la habitación, llevaba una de mis camisetas y se desplazaba a través


de su teléfono. Estaba tirando de su labio inferior cuando me subí de nuevo a la cama, y
tiré la sábana sobre mi mitad inferior en lugar de molestarme en vestirme. Iba a tener que
meterme a la ducha antes de que llegara la noche. Si tenía suerte, podría convencerla de
que se me uniera. Más rápido de lo que pensaba, me quedé dormido mientras ella estaba

PÁGINA | 157
jugando en su computadora portátil o tocando su guitarra, y me desperté solo en mi cama.
Cuando le pregunté por qué no se quedaba hasta la mañana, siempre decía que estaba
inspirada y que quería grabar algo antes de perder su entusiasmo. Por lo que sé, siempre
estaba creando algo, siempre pensando en una canción o letra. Su cerebro estaba ocupado,
pero parecía genuinamente emocionada por lo que fuera que estaba escribiendo y tocando
estos días, así que traté de no bromear acerca de ser una chica que vino y se fue a su gusto.

Extendí una mano y aparté sus dedos de su pobre labio torturado. Llevé su mano a
mis labios y coloqué un pequeño beso en las yemas.

—¿Por qué de repente pareces tan preocupada? —La forma en que miraba su
teléfono y su lenguaje corporal me dijo que estaba preocupada por algo. Era todo lo
contrario de cómo quería que luciera justo después de que acabábamos de tener un sexo
realmente increíble, y cuando solo nos las arreglamos para arañarnos unas horas después
de varios días de extrañarnos.

Usó su dedo índice para trazar el puente de mi nariz y dar un golpecito en la punta.
La forma en que me tocó, la forma en que interactuamos, era totalmente diferente ahora
que toda nuestra historia estaba al descubierto frente a nosotros. En lugar de ignorar todos
los problemas y complicaciones que solían aterrorizarme, los enfrentamos. Ya no había
lugar para escondernos, y eso cambió la forma en que nos tratábamos. Nos vimos obligados
a encontrar la bondad por el otro cuando la opción de huir ya no estaba en la mesa.

Me dio una sonrisa torcida y agitó su teléfono en su otra mano.

—Tu prima me envió un mensaje hace un rato. No sé cómo todavía tiene tantos
contactos en una ciudad en la que no ha vivido durante años, pero conoce a alguien que
es dueña de un bar que tiene entretenimiento en vivo. Quiere que haga una audición para
ellos.

Me recliné contra la cabecera y la observé cuidadosamente.

—¿Estás lista para eso? —Fue un poco cautelosa y evasiva cuando le pregunté
cuáles eran sus planes para seguir adelante. Sabía que no quería pensar demasiado en lo
que pasaría cuando terminara el verano y una vez más tuviéramos que enfrentarnos a ser
dos personas con vidas muy diferentes en ciudades muy diferentes. Pero también me
preguntaba si estaba dudando porque tenía miedo de comprometerse a seguir adelante
por su cuenta sin una banda que la respaldara. Siempre parecía tan intrépida y segura de

PÁGINA | 158
sí misma, sabiendo exactamente lo que se suponía que debía hacer con su tiempo y su
talento.

Sopló un aliento y empujó su cabello sobre un hombro. Me miró con el rabillo del
ojo mientras se encogía de hombros.

—Honestamente no lo sé. Quiero decir, tengo las canciones, y puedo tocarlas, pero
nunca antes he actuado sola. Si fallo de nuevo después de salir en solitario, significa que
tengo que enfrentar los hechos de que no estoy destinada a estar en la industria de la
música. No estoy segura de estar lista para lidiar con la realidad de eso. —Le dio una
pequeña sacudida a su cabeza y suspiró de nuevo—. Fallar en lo único que he querido
hacer. —Parpadeó con fuerza, y supe que estaba tratando de controlar las lágrimas—. Es
un pensamiento aterrador.

Me acerqué para poder poner un brazo sobre sus hombros y jalarla hacia mi
costado. Se acurrucó a mi lado mientras apoyaba mi barbilla en la parte superior de su
cabeza. Había suficiente tensión en su cuerpo que sabía que no bromeaba sobre estar
aterrorizada.

—¿No es este el tipo de situación en la que tienes que intentarlo antes de saber si
vas a tener éxito o no? Puedes preocuparte por lo que pasará todo el día, pero hasta que
saltas todo es especulación. Si no te pones ahí fuera, fallas de otra manera, y sigues
renunciando a lo que más importa.

Se apartó e inclinó la cabeza para mirarme a través de los ojos entrecerrados.

—Me molesta que tu cerebro sea tan grande como el resto de ti.

Me reí y la apreté más fuerte.

—Nadie dijo que perseguir tus sueños iba a ser fácil. Poniéndote ahí, mostrando tu
alma a través de tus canciones, no elegiste un camino fácil a la felicidad, ¿verdad, Bowe?

Murmuró un pequeño sonido de acuerdo y se estiró para entrelazar nuestros dedos.

—Supongo que no. Pero tú tampoco. No tenía ni idea de cuánto trabajo tenías que
poner para jugar lo que se supone que es un juego. Quiero decir, sé vagamente que los
deportes requieren mucha resistencia y tenacidad, pero te esfuerzas hasta los huesos, y
constantemente apareces con nuevos golpes y moretones. No sé cómo haces malabares

PÁGINA | 159
con tu responsabilidad hacia el equipo y tu educación. No puedo creer que tuvieras una
vida social encima de todo eso.

Fue mi turno de encogerme de hombros.

—No era mucho de eso. —A diferencia de las últimas semanas con ella, ni Aston
ni yo hicimos una prioridad encajar en nuestras vidas. Nos veíamos cuando nos convenía,
pero nunca hicimos de pasar tiempo juntos una prioridad. Esa debería haber sido la
primera bandera roja. En vez de eso, dejé pasar a toda una brigada de ellas para no tener
que enfrentar mis propios defectos.

Bowe frotó su pulgar en el dorso de mi mano.

—Siempre pensé que eras perfecto. El hermano perfecto. El hijo perfecto. El


estudiante y atleta perfectos. Y obviamente el novio perfecto. Me molestaba lo bien que
tú y Aston parecían encajar. Me dije que era mejor olvidarme de ti porque tú y ella se
pertenecían el uno al otro. No voy a mentir, saber que se hicieron miserables el uno al
otro quita el aguijón de elegirla sobre mí. Me gustas un poco más cada vez que me
demuestras lo imperfecto que eres.

Dejé que mi cabeza cayera hacia atrás para que descansara contra la cabecera. Mis
ojos estaban empezando a ponerse pesados, y la rutina del día estaba empezando a
golpearme con fuerza. No estaba seguro de cuánto tiempo más iba a ser capaz de
permanecer despierto y coherente. Bostecé y la abracé más cerca.

—Te enamorarás de mí en un santiamén. Soy un maldito desastre, y apenas


empiezo a darme cuenta. Lo único cerca de ser perfecto en mí es mi promedio de corrida.
—Y la verdad, siempre había lugar para mejorar también en ello.

Me dio una mirada que me dijo que no estaba exactamente segura de lo que estaba
hablando, pero me sonrió de todos modos.

—No estoy segura de eso, Archer. Tu rostro está muy cerca de ser perfecto. —No
negó que podría enamorarse de mí en cualquier momento, lo que hizo que mi corazón
diera saltos mortales en mi pecho.

No dudaba que yo iba a ser el primero en caer. Había estado en camino desde la
primera vez que me di cuenta que la forma en que me hacía sentir era diferente a cualquier
otra persona.

PÁGINA | 160
Había escuchado antes que mi rostro era perfecto, pero significaba más viniendo
de ella.

—¿Lo crees?

Asintió un poco.

—Sí, pero esa no es la razón por la que me siento atraída por ti. El consejo que me
das, la forma en que apoyas lo que quiero hacer, incluso si sabes que voy por el camino
equivocado, creo que eso también es bastante perfecto. Nadie más pudo decir que mis
canciones no estaban siendo tocadas de la manera correcta. Nadie más se dio cuenta del
hecho de que las cambié cuando realmente no quería. Me gusta la forma en que ves las
cosas que no puedo. Y me gusta la forma en que me las enseñas. —Levantó una mano para
que pudiera tocar mi sien—. Tu gran cerebro es hermoso, y también tu gran corazón.

Volví a bostezar y la tomé de la mano para poder sostener su palma en mi mejilla.

—Me alegra que pienses eso. Solo uso mi gran cerebro para pensar demasiado cada
pequeña cosa, lo que me mete en problemas y termina haciendo daño a la gente a mi
alrededor. En cuanto a mi gran corazón, es solo así porque ha estado lleno de ti durante
mucho tiempo. Creo que necesitas acostumbrarte e ir a la audición. Probablemente solo
tendrás que tocar para unas pocas personas, no para toda una multitud. Además, dijiste
que son amigos de Remy, así que te apoyarán. Si puedes hacerlo y les gustas, ese es el
primer paso. Si no se siente bien, lo sabrás.

Acarició mi mejilla y usó su pulgar para acariciar mi labio inferior.

—Parece que estás listo para desmayarte. ¿Estás listo para ir a la cama?

—Necesito darme una ducha primero. —Había usado la del vestidor para
enjuagarme antes de salir a cenar con ella, pero necesitaba otra después de estar en la
cama—. ¿Quieres unirte a mí?

Podía verla considerándolo. Ya que técnicamente era dueño del condominio, mi


habitación era la única que tenía un baño incluido. No tendría la oportunidad de un
encuentro incómodo con uno de mis compañeros de cuarto si estaba de acuerdo.

—Si me uno a ti, vas a estar despierto aún más tiempo. Sería más que un simple
lavado, y parece que apenas puedes mantener los ojos abiertos.

PÁGINA | 161
Luché para levantar los pesados párpados.

—Dije que nunca estaba demasiado cansado para ti. El sexo en la ducha es una
historia diferente. —No iba a arriesgarme a llevármela al suelo conmigo o a volver a
lesionarme el hombro. Me deslicé por la cama, llevándola conmigo—. Podría estar
demasiado cansado para una verdadera ducha después de todo.

Bowe bajó la mano para levantar la sábana sobre mí y se movió para que pudiera
apoyar su cabeza en mi hombro.

—Pon tu alarma más temprano y toma una mañana.

Gruñí un cansado acuerdo y apreté mis brazos alrededor de ella.

—¿Te quedarás para que podamos volver a la ducha juntos en la mañana? —No
era justo preguntarle ya que ahorita yo estaría muerto para el mundo, y ella pasaría la
noche despierta. Pero quería abrazarla y despertarme con ella cada vez que tuviera la
oportunidad—. No voy a pedirlo todo el tiempo, Bowe. Solo de vez en cuando.

Se quedó callada por el tiempo suficiente que empecé a alejarme. Casi me perdí
que dijo en voz baja:

—Me quedaré. No siempre, pero de vez en cuando... Lo haré. —Eso era más de lo
que esperaba y mucho más que suficiente para mantenerme feliz.

PÁGINA | 162
CAPÍTULO DIECISIETE

staba nerviosa

Más nerviosa de lo que había estado antes de subir al


escenario para abrir para un artista muy conocido. Más
nerviosa de lo que estaba cuando le dije a la banda que ya no
quería tocar con ellos. Más nerviosa de lo que estaba antes de
mi primer programa de talento en la preparatoria. Más
nerviosa de lo que estaba cuando le dije a mi madre que no quería quedarme en la
universidad. Y más nerviosa de lo que estaba antes de la primera vez que me enrollé con
Ry y la segunda vez que decidí dejarlo tener una oportunidad de convencerme.

No podía creer que esas mariposas que estaba persiguiendo ahora tenían un baile
en mi vientre. Seguía teniendo que limpiar mis sudorosas palmas en los bolsillos traseros
de mis shorts, y me tomó cada gramo de fuerza de voluntad que poseía no inquietarme
nerviosamente mientras respondía a las preguntas que me hacía la amiga de Remy. La
propietaria del bar era más joven de lo que esperaba, como de la edad de Remy, pero
parecía saber lo que hacía cuando se trataba de la escena musical local. Me sentí aliviada
de que no me preguntara por mi anterior banda o por mi papá. Me quitó algo de presión.
Todo lo que quería saber era qué tipo de música me gustaba tocar y qué me inspiraba.
Tenía la misma aura peculiar y despreocupada que Remy. Era fácil ver por qué eran
amigas. Ella estaba haciendo todo lo posible para hacerme sentir a gusto, pero no había
manera de que fuera a relajarme. No tenía ni idea de lo mucho que estaba en juego para
mí en esta simple audición. No tenía ni idea de que estaba en un importante punto de
inflexión en mi vida, y si no lo lograba hoy, iba a tener que reevaluar seriamente todo lo
que pensaba que sabía sobre mí y mis planes para el futuro. Y eso realmente apestaría.

—Adelante, siéntate en el escenario. La habitación suele albergar a unas doscientas


personas en una noche ajetreada. No demasiado grande, pero tampoco demasiado

PÁGINA | 163
pequeña. Es un gran lugar para probar cosas nuevas frente a un público bastante abierto.
Trato de tener música en vivo al menos tres veces a la semana, a veces más durante el
verano. Normalmente tengo dos músicos diferentes cada noche, y prefiero que tengan
sonidos completamente diferentes. Me gusta la variedad, y tengo un gusto ecléctico.
Traigo los actos más populares varias veces al mes. Tenemos una reputación de ser el
punto de partida para algunos nombres bastante grandes en la escena de la música indie.
—Sonaba y parecía orgullosa del hecho.

Froté mis manos con ansiedad y alcancé mi estuche de guitarra.

—Este lugar suena increíble. Me recuerda a algunos de los lugares más populares
en Austin. No me sorprende que a Remy le guste pasar el rato aquí cuando está en la
ciudad.

Los ojos de la otra mujer se abrieron, y agitó la cabeza rápidamente.

—Oh, Remy no pasa el rato aquí. La conozco por su papá. Yo solía trabajar en uno
de sus bares cuando era más joven. Empecé en la cocina, y finalmente trabajé mi camino
hasta la gestión de todo el bar. Cuando los dueños anteriores de este lugar querían vender,
el papá de Remy ya estaba considerando comprarlo y convertirlo en un lugar de música
en vivo. Le pregunté si me dejaría ser su socia porque siempre fue mi sueño tener un lugar
donde pudiera ayudar a dar a los músicos subestimados la oportunidad de tocar para una
audiencia. Mi mamá es una cantante y compositora fracasada, así que es algo que me
apasiona. Tuve suerte de que me diera una oportunidad y creyera en mí. En un par de
años más, podré pagarle por completo y ser dueña de este lugar. He conocido a Remy
desde que ella era una adolescente y trabajaba los fines de semana en los diferentes
negocios de su papá. Ella aparece para ser mi camarera de vez en cuando, cuando está en
la ciudad o en busca de un dinero rápido. Nos ayudamos la una a la otra, sin hacer
preguntas. —Por eso tuve la oportunidad de tocar para ella con tan poco tiempo.

—La lealtad es una de las fortalezas de los Archer. Si eres bueno con uno de ellos,
el resto cuidará de ti por una eternidad. —Respiré hondo y empecé a subir por las escaleras
hasta el pequeño escenario. Era lindo y pintoresco. Como ella dijo, se sentía como un
ajuste perfecto.

Mientras me situaba frente al micrófono, la amiga de Remy, Suzy, se colocó en una


mesa alta. Tenía una tableta frente a ella y estaba tocando la pantalla, pero no tuve la
sensación de que me estaba ignorando. Era más probable que estuviera cargando una

PÁGINA | 164
aplicación de grabación o preparándose para tomar notas. Era bastante informal para las
audiciones, pero me di cuenta de que era muy seria para elegir a quién dejaba tocar en su
bar.

Cerré brevemente los ojos y dejé que el peso familiar de la guitarra en mis manos
calmara algunos de mis nervios. Siempre había soñado con estar en el escenario. No
importaba el tamaño de la plataforma; este era el lugar en que siempre quise estar. Toqué
los primeros acordes sin abrir los ojos. Dejé que la música fluyera a través de mí. Una vez
que la canción comenzó a tomar forma bajo mis dedos, la mayor parte de mi ansiedad
comenzó a desaparecer. No había ruido de otros instrumentos que abarrotaran mis
palabras y los sentimientos enterrados en cada letra. Las notas eran claras y nítidas; la
canción finalmente sonaba de la manera que quería, de la forma en que estaba destinada
desde el principio.

Cuando abrí los ojos, la dueña del bar ya no estaba sola.

Remy estaba apoyada en la misma mesa frente a ella, y Daire se apoyaba contra las
grandes ventanas en la parte trasera del espacio con su teléfono en las manos. Atrapé la
mirada de la hermana menor de Ry, y me dio un pequeño saludo con la mano que no
sostenía su teléfono. También me mostró unos pulgares alentadores al mismo tiempo que
Remy aplaudía.

Solo había tres personas en la habitación, pero se sentían como el público más
importante para el que iba a tocar.

Olvidé tratar de impresionar a mi famoso padre.

Olvidé tratar de hacerlo en grande para que mi mamá no se preocupara por mí.

Dejé ir la idea de que tenía que demostrarle algo a alguien más que a mí misma, y
simplemente toqué mi música de la forma en que estaba destinada a ser tocada.

Canté canciones sobre el primer amor y el corazón roto. Mi voz sangró de


sentimiento y emoción mientras narraba historias de juventud y lo difícil que era estar
atrapada entre pensar que lo sabías todo, pero realmente no sabías nada en absoluto. En
lugar de alegres y desenfadadas las canciones eran lentas y conmovedoras, mi voz
llenando el espacio de una manera que incluso me sorprendió. Pensé que me sentiría sola,
y el lugar vacío sin una banda que me respaldara, pero era suficiente... exactamente como
Ry me dijo que sería.

PÁGINA | 165
Me aseguré de tocar una canción que fuera un poco más rápida y otra que tuviera
un sonido folclórico. Quería cubrir todas mis bases ya que la dueña dijo que tenía un gusto
ecléctico. Antes de darme cuenta, habían pasado treinta minutos, mucho más que una
audición típica. Cuando finalmente dejé caer la guitarra y la dejé colgar de la correa, las
tres mujeres conmigo en la habitación aplaudieron y vitorearon. Remy incluso pisoteó el
suelo y puso sus dedos en su boca para soltar un silbido chillón. Fue más satisfactorio y
gratificante que los cientos de personas gritando en el último concierto.

Me incliné para hacer una reverencia juguetona y llevar una temblorosa mano a
mi rostro. Mi mejilla estaba mojada. No era consciente de que había llorado mientras
tocaba, pero no me sorprendió. Hoy era catártico. Ry tenía razón. Ni siquiera intentarlo
era un tipo diferente de fracaso. Si no me hubiera puesto ahí afuera, si no lo hubiera
intentado, me habría fallado a mí misma, y eso era incluso más aterrador que la idea de
decepcionar a mis padres.

Puse mi guitarra en su estuche y salté del escenario en lugar de tomar las escaleras.
Remy inmediatamente chilló y corrió a través de la gran habitación abierta para que
pudiera envolverme en un abrazo de oso.

—Estoy tan orgullosa de ti. Eso fue increíble. Nunca has sonado mejor, Bowe.
—Puso sus manos en mis mejillas y usó sus pulgares para limpiar la humedad dejada por
las lágrimas inadvertidas—. Estabas destinada a ser una estrella, amiga.

Me reí un poco, pero me incliné para abrazarla porque mis rodillas estaban débiles,
y volvía a estar un poco inestable.

—Fue aterrador, pero me alegro de haberlo hecho.

Gruñí mientras Daire se lanzaba contra las dos y nos envolvía en sus brazos, así
que las tres nos estábamos sosteniendo.

—Estoy tan contenta de verte tocar, Bowe. Sé que estabas preocupada por ser
solista, pero lo mataste. No necesitas a nadie más ahí arriba contigo.

Sonaba igual que su hermano, pero aprecié el aliento y su franqueza sin filtro.

—¿Cómo sabrías si lo maté o no? Estabas en tu teléfono todo el tiempo. —Solo la


estaba molestando, pero Daire pareció ofendida tan pronto como las palabras salieron de
mi boca.

PÁGINA | 166
Agitó su teléfono frente a mí y me miró con altivez.

—Estaba grabando para poder enviar el video a alguien que no pudo venir pero
quería asegurarme de que no se perdiera nada.

Mis cejas se alzaron mientras nos separábamos y nos quedábamos juntas en un


pequeño círculo.

—¿Ry te pidió que grabaras mi audición? —No debería haberme sorprendido, pero
lo hacía.

Daire asintió, lo que envió su cola de caballo casi blanca dando vueltas de una
manera muy atrevida.

—Sí. Me mandó un mensaje anoche y me preguntó si estaba libre. Cuando le dije


que lo estaba, le pidió a Remy que me trajera para que pudiera grabarte y enviárselo. Tiene
práctica y algún tipo de reunión de equipo hoy, pero aun así quería estar aquí de alguna
pequeña manera.

—Ah, eso fue muy amable de su parte. —Y tal vez después de ver el vídeo que su
hermana le envió, se daría cuenta de que siempre estaba conmigo cuando actuaba,
independientemente de si estaba en el edificio o no, porque la mayoría de mis canciones
eran sobre él de una manera u otra. No podría haber subido a ese escenario sin su aliento
o su infinita inspiración que me dio a través de su mera existencia y nuestras experiencias
de vida.

Daire me sonrió y me miró con sabiduría.

—Va a quedar impresionado por tu actuación.

—Incluso si no lo está, quienquiera que sea “él”, te aseguro que lo estará. —Me
alejé de mis amigas mientras la dueña del bar se unía a nosotros. Golpeó ligeramente el
hombro de Remy mientras me sonreía—. Sonaste increíble, y Remy tenía toda la razón
de que encajarías con lo que ya he reservado para el verano. Me encantaría que tocaras
aquí, Bowe.

—Yo... —Necesitaba un minuto porque estaba abrumada con la gratitud y el


orgullo—. Sería un honor tocar para ti y tus clientes. —Esto se sentía como el lugar
perfecto para acostumbrarme y averiguar cómo ser una solista ahora que me estaba
comprometiendo a pararme sola en ese escenario cada vez que actuara.
PÁGINA | 167
La amiga de Remy aplaudió emocionada y me dijo que me enviaría el contrato
estándar que usaba para todos sus artistas. Las cuatro charlamos un poco más antes de que
Daire nos diera una sugerencia.

—Este lugar está muy cerca de la tienda de papá en el centro. Deberíamos pasar y
ver si se deshace del trabajo y nos invita a una cena temprana. —Frotó sus manos ante la
perspectiva y miró entre Remy y yo por aprobación—. Estoy segura de que le encantaría
verlas mientras están en la ciudad. Saben que nos mimará si le damos la oportunidad.

Estaba lista para estar de acuerdo cuando la expresión de Remy cambió de alegre
y emocionada a algo remoto y distante.

—Ustedes dos pueden ir. Voy a pasar. Me quedaré y comeré algo con Suzy como
agradecimiento por aceptarte hoy. —Le hizo señas a su amiga, que ahora se movía por el
bar, claramente preparándolo para la cena.

Daire le dio a su prima una mirada dura antes de soltar un suspiro irritado.

—Tu mamá no está allí, Remy. Ella solo trabaja los martes y jueves, más el fin de
semana ocasional. Está ocupada haciendo toda la contabilidad de los negocios de tu papá.
No ha estado mucho en ninguna tienda últimamente, lo que sabrías si hablaras con ella
más de una vez al mes y no discutieras cada vez que lo hacen. —La mujer más joven bufó
y cruzó los brazos sobre su pecho. Tanto Daire como Remy tenían miradas que mataban.
Era obvio que ninguna cedería, así que intervine agarrando a Daire y girándola hacia la
puerta.

—Podemos reunirnos con tu papá en otro momento. Esta noche, vamos a celebrar
solo nosotras tres. No he podido pasar mucho tiempo con ninguna de las dos desde que
he estado aquí. —Remy siempre estaba tramando algo, y cuando no corría por la ciudad,
estaba trabajando. Daire estaba ocupada preparando todo antes de empezar la universidad
y mudarse a los dormitorios. Quería pasar tanto tiempo como pudiera con sus amigos
antes de que todos estuvieran separados, y era una chica popular. Me preguntaba si su
hermano tenía alguna idea de cuánto tiempo pasaba junto a lindos chicos adolescentes.

Remy se relajó visiblemente cuando la perspectiva de encontrarse a su mamá


estuvo fuera de la mesa. Me dijo que tomara mi guitarra mientras se iba a despedir de su
amiga. Nos fuimos a buscar un restaurante elegido por Daire ya que ella estaba más
familiarizada con lo que nos rodeaba.

PÁGINA | 168
Una vez que Remy estuvo fuera de alcance, tiré a Daire hacia el escenario conmigo
y susurré:

—¿Qué demonios está pasando con ella y su mamá? —Pensé que Remy y yo
compartíamos todo la una con la otra, pero no sabía por qué de repente era tan hostil y
combativa hacia su pequeña madre.

Daire hizo un sonido molesto y se encogió de hombros de una manera que me


recordó a su hermano.

—No sé los detalles exactos, pero algo sucedió la última vez que estuvo aquí en
Denver. Intenté sacarle los detalles a Zowen, pero ya sabes, es el trabajo del hermano
proteger a su hermana pase lo que pase. Sé que Hyde estaba en casa de permiso al mismo
tiempo, así que siempre he pensado que tiene algo que ver con eso, pero Remy no lo está
diciendo, y todos los padres están evitando el tema.

—Vaya. No tenía ni idea. ¿Está actuando tan fría con su papá también? —No podía
ver a su gran y musculoso padre permitiendo ese comportamiento. No es que tuviera
mucho sentido que su madre le estuviera permitiendo a Remy que la ignorara. Lo que sea
que pasó debe haber sido grande.

—No estoy segura. Siempre fue un poco la niña de papi, pero cuando se trata de
Hyde, se vuelve loca. Es difícil predecir por qué hace algo cuando él está involucrado.
Pensé que estaría mejor cuando él se desplegó, pero no parece ser el caso. Honestamente
no estaba segura de que fuera a volver a Colorado. Estoy tan contenta de que decidieras
perseguir a mi hermano. Se siente como si hubieras unido todo y todo está como se supone
que debe ser.

Tiré mi brazo libre sobre sus hombros y la acerqué lo suficiente como para poder
chocar nuestras cabezas.

—Te extrañé. Extrañé a todos aquí. No debería haberme mantenido alejada tanto
como lo hice.

—Culpo a mi hermano. No fue tan cuidadoso como debería haber sido. Eres lo
único en su vida con lo que ha sido imprudente, y le explotó en el rostro. —Suspiró y
levantó las manos para acariciar su vientre plano—. Me muero de hambre. Vamos a
comer.

PÁGINA | 169
—Yo misma era un poco imprudente en ese entonces, así que no es el único
culpable. A veces el momento de las cosas tiene que ser el correcto, o no hay esperanza
de que alguna vez funcionen. —Y mi momento siempre necesitó un poco de trabajo—.
Oye, ¿me enviarás ese video que grabaste? Quiero enviárselo a mi papá. —Quería que
viera que me las arreglé para levantarme y tocar mis canciones por mi cuenta. Finalmente
era una actuación de la que estaba orgullosa. Trabajaría muy duro este verano y
aprovecharía al máximo la oportunidad que me habían dado, así que la próxima vez que
estuviera en la multitud, me vería cumpliendo mis sueños de verdad. Estaba segura de que
sería capaz de detectar la diferencia.

Daire inmediatamente empezó a teclear en su teléfono mientras caminábamos


hacia la puerta, esperando a Remy antes de salir. La mayor de las Archer gritó un adiós a
través del gran bar mientras enganchaba su brazo a través del de Daire en el otro lado, al
mismo tiempo preguntando dónde estábamos comiendo como si no hubiera tenido una
crisis completa por la mención de su madre.

Algo estaba pasando con ella, e iba a hacer que me diera el resumen incluso si no
quería.

—Gracias por prepararme esto, Remy. Siento como si me hubieras salvado la vida.

Me guiñó un ojo sobre la parte superior de la muy rubia cabeza de Daire.

—No hay problema. Te dije que nunca me detendría y te dejaría desperdiciar tu


talento. Te cubro la espalda.

Siempre lo hacía. Y cuando necesitara que cubriera la suya, lo haría

PÁGINA | 170
CAPÍTULO DIECIOCHO

uánto tiempo te ha dolido el hombro? —hizo la pregunta


mi mamá mientras terminaba de envolver
estratégicamente cinta adhesiva alrededor de la parte
delantera y trasera de mi hombro y abajo de mi bíceps.
Pude ver que estaba tratando de mantener su expresión neutral y calmada, pero la forma
en que su frente estaba arrugada, y seguía murmurando bajo su aliento, me dijo que no
estaba nada calmada.

Traté de encogerme de hombros, pero había pegado un lado lo suficientemente


apretado que no se movía tan fácilmente como debería.

—Jugué un poco más duro de lo que debería antes del entrenamiento de verano.
El tío Rowdy me derribó, y caí bastante duro, y luego Dino me derribó un par de semanas
después. Me golpearon bastante durante el entrenamiento de hoy, y comenzó a doler de
nuevo. Sigo aterrizando en el mismo lugar. Es solo tonta suerte. —Traté de rotar la
articulación, pero no llegué muy lejos antes de que el dolor se disparara todo el camino
hasta el brazo y la punta de los dedos.

—Probablemente deberías tomarte un tiempo libre y dejar que sane


completamente. —Me echó un vistazo antes de moverse a acomodar los dispersos
suministros médicos que había recogido tan pronto como aparecí en casa y le dije que
tenía problemas para mover mi brazo. Afortunadamente, había convencido a Bowe para
que hiciera el viaje conmigo, así que mis padres se habían contenido de patearme el culo
de nuevo. Creo que intentaban no avergonzarme, pero la forma en que mi mamá se
preocupaba por mí era un poco mortificante de todos modos—. Si no lo haces, podrías
terminar lesionado de la manera que te hará imposible jugar a largo plazo. Podría ser una
buena idea que busques a Orlando y veas si puede darte un programa de rehabilitación
antes de que comience la temporada.

PÁGINA | 171
Bajé la barbilla en aceptación y alcancé la camiseta que me había quitado antes.
Orlando Fredrick era un amigo de la familia que tuvo lazos con el gemelo de mi papá
antes de morir. El tipo trabajaba con atletas profesionales, así que tenía la suerte de tener
contacto con él. Si no lo hiciera, nunca conseguiría verlo por una lesión tan común.

—Ya le dejé un mensaje y le pedí que me llamara cuando tuviera un minuto libre.
—Era testarudo y no tenía planes de dejar de jugar, pero también era lo suficientemente
inteligente como para saber que algo estaba pasando con mi hombro que podría ser un
gran problema para mí más tarde si simplemente lo ignoraba.

Miré hacia donde Bowe estaba sentada con mi papá en la gran isla, hablando de su
próximo espectáculo. Él le contó sobre la primera vez que su papá subió al escenario frente
a una audiencia y lo horrible que fue. Al parecer, se metió en una verdadera pelea a
puñetazos con su bajista antes de que empezaran una sola canción, y se les prohibió actuar
en ese lugar. Mencionó que le tomó un tiempo a Jet encontrar a la gente perfecta para
tocar música, y le recordó que cualquier forma de arte siempre estaba evolucionando y
cambiando. Le correspondía al artista adaptarse y crecer junto con él. Los dos se llevaban
bien, y no había nada de la lucha o la incomodidad que experimenté cuando traté de
hablar con él.

Siguiendo la dirección de mi mirada, mi mamá acarició mi hombro sin lesiones y


bajó su cabeza para que pudiera hablar suavemente en mi oído y no ser escuchada por los
demás en la cocina.

—Ella es aún más bonita ahora de lo que era cuando era más joven. Es una
combinación perfecta de su mamá y su papá. Ayden siempre dice que es una mini-Jet,
pero ahora que es mayor y toma grandes decisiones sobre la vida por sí misma, me
recuerda mucho a su mamá. Ayden tenía el mismo tipo de enfoque inquebrantable en su
futuro, y se negaba a fallar. Por si sirve de algo, siempre pensé que ustedes dos encajaban
bien cuando se trataba de ambición y conducción.

Giré mi cabeza para mirar a mi mamá sorprendido.

—Si creías que encajábamos bien, ¿por qué nunca me dijiste nada? ¿Por qué no
intentaste detenerme cuando decidí empezar a salir con Aston? Siento que todo el mundo
podía ver lo que se suponía que debía ser mi objetivo excepto yo.

Mi mamá se estiró, me tiró de la oreja y me dio una pequeña sonrisa.

PÁGINA | 172
—Vi crecer a ambas chicas. Quería que Daire y tú estuvieran cerca de los hijos de
nuestros amigos. Tu papá y yo trabajamos duro para construir una familia extensa que
tendrían rodeándolos y apoyándolos para siempre. Quería que tuvieran el mismo tipo de
red de seguridad que él y yo teníamos. No se me ocurrió hasta que crecieron que esas
amistades podrían convertirse en algo más. No quería influenciarte, porque ambas chicas
son especiales a su manera. También son muy diferentes, y lo que necesitabas de una en
cierto momento de tu vida podría no ser lo mismo que necesitabas de la otra en un
momento diferente. Mientras fueras justo y honesto y nunca lastimaras a propósito a
ninguna de las dos, tu papá y yo acordamos mantenernos al margen. Mientras nunca
crearas una situación en la que tuviéramos un conflicto con sus padres, siempre creímos
que era mejor dejar que ustedes averiguaran lo que estaban haciendo por su cuenta. —Se
rio, lo que hizo brillar sus brillantes ojos verdes—. Lo gracioso es que tu papá estaba listo
para sentar a Wheeler y hablar con él después de que desaparecieras. Siempre pensé que
seríamos nosotros los que nos disculparíamos por tu descuido con el amor joven, no al
revés. Pensé que serías un rompecorazones como tu viejo, no el que tenía el corazón roto
como yo. Tienes suerte de que todavía pueda jalarle las orejas cuando lo necesite. Puede
que no se exprese mejor, pero deberías saber que no hay nada que no hará para protegerte.

—Creo que soy como ella. —Incliné mi cabeza hacia Bowe—. Una buena mezcla
entre tú y papá. Fui un rompecorazones inconsciente antes de ser miembro del club.
—Siempre me arrepentiría de haber subestimado lo mucho que había herido a Bowe
porque no era lo suficientemente valiente para poner mi corazón en juego.

—Tu hermana es por la que voy a terminar disculpándome. Esa chica piensa que
jugar con los sentimientos de los chicos es un juego. Cada vez que me doy la vuelta, tiene
a otro chico ofreciéndose a hacer su tarea por ella o rogándole que salgan exclusivamente.
No tiene intención de limitar sus opciones, eso es seguro, a pesar de que no parece estar
realmente interesada en ninguno de ellos. —Mi mamá aclaró su garganta y le dio a mi
papá una mirada entrecerrada desde el otro lado de la cocina—. Definitivamente se parece
a tu padre en ese aspecto. No tenía ningún interés en comprometerse con ninguna persona
hasta que nos tomamos en serio el uno al otro.

—Bueno, si es como papá, entonces cuando encuentre a la persona adecuada,


estará acabada de la misma manera que él estuvo contigo. —Me puse de pie y me ofrecí a
guardar todo lo que había usado para vendarme en su oficina.

PÁGINA | 173
Mi mamá me dio la gran caja de plástico cargada con todo lo que podría necesitar
en casa para tratar una lesión deportiva. Esa caja había existido desde que me uní a mi
primer equipo de la liga infantil cuando estaba en la escuela primaria. Bufó un poco y
cruzó los brazos sobre su pecho.

—No creas que me perdí que nunca estuviste de acuerdo en tomarte un tiempo
libre mientras tu hombro se cura. Te digo que va a empeorar, no como tu preocupada
madre, sino como profesional médico. Crees que no sé lo difícil que será para ti dar un
paso atrás, pero lo sé. También sé lo horrible que será si algo sale mal y no puedes jugar
más. Creo que tienes que mirar el panorama general, Ry.

Quería hacerlo, pero la verdad era que si no avanzaba durante el verano, no había
posibilidad de que empezara cuando comenzara la temporada, y se estaba acercando cada
vez más el día de inicio. Aunque nunca hablé de lo a menudo que pensaba en ser reclutado
y ser profesional, siempre estaba en mi mente. Definitivamente había puesto el esfuerzo
todos los días. La razón por la que no me obsesioné con lo que iba a venir fue porque
siempre había asumido que era un hecho. Nunca se me ocurrió que no sería un jugador
de fútbol profesional después de la universidad, pero ahora que estaba viendo a Bowe
adaptarse a todas las certezas y absolutos en tiempo real, entendí que mi mamá hizo un
muy buen punto.

—Hablaré con mi entrenador y el preparador físico del equipo después de ver a


Lando. Les preguntaré acerca de aligerar mi entrenamiento por unas semanas, y les haré
saber que tengo una lesión. ¿De acuerdo? —Miré hacia abajo a mi mamá hasta que
finalmente asintió con la cabeza. Le di una sonrisa consoladora y finalmente fui a guardar
todo.

Cuando volví a la cocina, mis padres estaban en un lado de la isla y Bowe estaba
en el otro. Mi papá tenía un fuerte brazo tatuado sobre el hombro de mi mamá, y ella
estaba firmemente metida contra su costado. Siempre habían sido una pareja
aparentemente extraña. Mi papá era oscuridad e intensidad, mi mamá era claridad y
elegancia. Pero encajaban. Eran un equipo imparable, y había crecido sabiendo que
sacaban lo mejor del otro y habían aprendido a perdonarse lo peor. Probablemente
debería haber prestado más atención a ellos en lugar de decidir que podría forzar lo que
tenían con quienquiera que pasaba a estar delante de mí. Mis padres nunca ocultaron el
hecho de que permanecer felices juntos durante el tiempo que habían estado casados tomó
un infernal montón de trabajo.

PÁGINA | 174
Tomé un lugar al lado de Bowe y me apoyé en la encimera. Giró la cabeza para
darme un rápido repaso, frunciendo el ceño cuando vio la forma en que mi lado lesionado
estaba todo pegado.

—Eso parece más serio de lo que me hiciste creer, Archer.

Antes de que pudiera asegurarle que estaba bien, mi mamá soltó:

—Lo es. Y si no tiene cuidado, va a empeorar.

Bowe frunció el ceño y extendió un dedo para pasarlo por el borde de la cinta
negra que cubría mi brazo y terminaba en mi codo.

—¿Vas a estar bien?

Asentí y traté de mantener mi expresión tranquila.

—Estoy bien. Solo necesito ajustar lo duro que suelo ser cuando se trata de
practicar y hacer ejercicio. Es solo parte del juego.

Bowe bufó y me entrecerró los ojos.

—Se supone que los juegos son divertidos. Eso no parece muy divertido en
absoluto.

No estaba equivocada, así que no discutí con ella. Afortunadamente, mi papá saltó
para salvarme de la tensa conversación.

—¿Cómo están las gemelas? Tu papá dijo que consiguieron trabajos, así que no
iban a poder visitarnos este verano. —Sonaba genuinamente triste porque los Keller no
iban a pasar tiempo en Colorado este año. Mi papá siempre estaba tan callado, que era
fácil olvidar que había gente fuera de nuestra familia y sus compañeros de trabajo que
significaba el mundo para él. Había crecido con el papá de Bowe de la misma manera que
yo había crecido con Zowen. Honestamente no podía imaginar ir por cualquier período
de tiempo sin llegar a ver a mi primo.

—Van a conducir pronto. Ya vuelven loca a mi mamá, así que será divertido ver
lo que pasa una vez que tenga que enseñarles a conducir. Pero al menos a ambas les va
bien en la escuela. Ella odiaba que no me importara de una forma u otra mi educación.
Yo solo quería aprender a tocar la guitarra y averiguar cómo grabar música. Nunca fui

PÁGINA | 175
muy buena en el equilibrio de las cosas. No como este chico. —Señaló en mi dirección, lo
que hizo sonreír a mis padres.

Mi mamá inclinó la cabeza mientras su mirada se movía entre Bowe y yo.

—Ry era bueno en la escuela y los deportes, pero nunca lo veíamos. En realidad
ha estado más en casa desde que empezó la universidad que cuando vivía aquí.

Era verdad. Tuve que aprender a equilibrar las relaciones cuando me di cuenta de
que estaba a punto de alejar a todos los que me amaban.

Mi papá intervino:

—No creo que haya nada malo en hacer de tu pasión una prioridad. Demasiado a
menudo, aquellos con talento real se ven obligados a olvidar lo que hay en su corazón y
lo que los hace felices porque hay una noción de que ser creativo no es tan importante
como el conocimiento y las habilidades tradicionales. Esa es una manera anticuada de
pensar. Mi infancia se habría sentido menos como una competición y una guerra por el
afecto si mis padres pensaran de esa manera.

—Daire es un buen ejemplo. Es una estudiante promedio, pero es una artista


increíble. —Desde que éramos pequeños, garabateaba por todas partes, y cada pared de
nuestra casa era un buen juego para ser su lienzo—. Papá tiene suerte de que uno de
nosotros heredara su talento. Es la única que podría seguir sus pasos si quiere ser
tatuadora. Yo ni siquiera puedo dibujar un mono de alambre. —Me aclaré un poco la
garganta mientas era golpeado repentinamente por una ola de gratitud y emoción—.
Ustedes siempre se aseguraron de dejarnos perseguir lo que era importante para nosotros,
y nunca nos hicieron sentir que teníamos que elegir. Supongo que nunca entendí el
privilegio que era. Uno que muchos niños no tienen.

Mi papá alzó sus cejas oscuras y me sonrió.

—¿Te das cuenta de que tu mamá y yo somos lo máximo?

Gemí y bajé la cabeza, así estaba mirando hacia abajo a la encimera.

—Me he dado cuenta de muchas cosas en que me he equivocado últimamente.


—No estaba prestando atención a las cosas o personas correctas.

PÁGINA | 176
—No dejes que arruinar tu hombro sea una de esas cosas, niño. —Mi mamá nunca
perdía la oportunidad de recordarme que la madre tenía la razón.

—¿Quieren venir a mi primer espectáculo? Podría ser bueno tenerlos allí ya que
mis padres no lo harán. —Bowe sonaba un poco deprimida sobre eso, pero era
comprensible que no pudieran ajustar sus vidas y el horario de las gemelas en tan poco
tiempo. Pensé que era dulce que les pidiera a mis padres que la apoyaran. Ella no
mencionó que estaba planeando invitarlos, así que todo lo que pude hacer fue encogerme
de hombros cuando mi papá llamó mi atención y me dio una mirada interrogante—. No
sientan que tienen que hacerlo, pero quiero que sepan que son bienvenidos, y también lo
son los padres de Remy. —Bowe retrocedió—. Sin embargo, parece que podría ser una
situación incómoda por alguna razón.

Mi mamá se enderezó, y mi papá la abrazó. Me di cuenta de que a propósito alejó


su mirada de Bowe y fijó su mirada en algún punto sobre nuestros hombros.

—Nos encantaría ir y verte tocar. Aunque, estaré de guardia así que quizás solo
pueda quedarme para parte de tu actuación. —Hizo una cara que era difícil de descifrar
antes de murmurar—: Tal vez deberías mencionarle a Remy que no te importaría si sus
padres fueran y dejar que ella los invite o no. Es tu noche. No necesitas nada que desvíe
tu atención de lo que tienes que hacer. Tiene que ser estresante llegar allí por tu cuenta
por primera vez.

Bowe murmuró un suave acuerdo y me dio una mirada que decía que había mucho
más pasando aquí que mi prima simplemente siendo esquiva y difícil como a menudo era.
Tendría que intentar sacarle algo de información a Zowen para ver si sabía lo que
realmente estaba pasando.

Ella forzó una sonrisa y cambió su peso.

—Lo haré. Tienes razón, no quiero que nada salga mal, y Remy es la única razón
por la que tengo la audición.

Mi mamá extendió una mano y acarició la espalda de Bowe.

—No te preocupes demasiado. Todo va a funcionar para ti y para Remy. —Sus ojos
se alzaron hacia mí, y levantó una pálida ceja—. Y para mi hijo si sigue el consejo de su
médico.

PÁGINA | 177
Gemí, sosteniendo mis manos en un gesto de rendición.

—Haré lo mejor que pueda.

Mi papá gruñó de nuevo y me dio una mirada helada.

—No importa lo cuidadoso que seas, hijo. Todavía tendrás chicos en el campo
tratando de sacarte, y si descubren que tienes una debilidad, ese es el primer lugar al que
van a apuntar. Si vuelves a hacer llorar a tu mamá, te patearé el culo.

Bowe se rio, pero pude ver por el hielo en sus ojos que no bromeaba. Todavía
estaba enojado porque la asusté al irme en medio de la noche y no contestar las llamadas
de nadie.

Mi mamá empujó a mi papá a un lado, lo que lo hizo menearse cómicamente


mientras su codo se clavaba en sus costillas.

—No actúes como si fuera la única que llora por estos chicos, Rule.

Por supuesto que no era la única, porque como dijo mi papá, mis padres eran lo
máximo. No tenían miedo de mostrar emoción o hablar de lo mucho que significamos
para ellos. Nunca nos dejaron creer que el amor y el afecto eran cosas de las que
avergonzarse, y nunca nos mostraron a Daire y a mí que expresar sentimientos se limitaba
a las chicas de nuestro hogar. Mi papá y yo fuimos animados a ser tan vulnerables y
sensibles como mi mamá y mi hermana, lo que era una mentalidad que siempre aprecié.
Estaba rodeado de chicos que diariamente dejaban que sus sentimientos los devoraran y
usaban el juego como una salida para sus emociones porque no tenían padres tan abiertos
y tolerantes como los míos.

Era una maldita pena.

—No quiero que nadie llore por mí. Me cuidaré. No se preocupen.

Tres pares de ojos me miraron como si hubiera perdido la cabeza. Por supuesto que
iban a preocuparse. Eso es lo que hacías cuando amabas a alguien pero tenías que dejarlos
hacer lo que iban a hacer.

El amor no se trataba de control.

PÁGINA | 178
Se trataba de estar allí en las buenas y en las malas. En los altibajos. Durante las
victorias y las derrotas. En la luz y la oscuridad.

Se trataba de equilibrar todo y apreciar todos los lados de alguien, incluso cuando
se sentía imposible.

PÁGINA | 179
CAPÍTULO DIECINUEVE

o hice cosas como esta antes de ti. ¿Lo sabes, verdad?

Levanté la cabeza y miré en el espejo


metalizado en la pared del baño privado para los
artistas. Todavía había una hora o algo así antes de
salir al escenario para mi primera actuación en
solitario, y estaba comprensiblemente nerviosa. Afortunadamente, había una forma
segura de distraerme de todo. Solo necesitaba pasar un poco de tiempo convenciendo a
Ry para que me ayudara a quemar mi energía excesiva y a trabajar su magia única para
hacerme olvidar todo menos a él por unos minutos. Protestó cuando intenté arrastrarlo al
baño, pero una vez que lo besé y empecé a tocar la parte delantera de sus jeans, casi
rogándole que me distrajera, rápidamente cedió. Me alegraba que siempre estuviera
bastante ansioso por darme lo que quería cuando se trataba de sexo, pero todavía tenía
una cautela inherente que necesitaba superar.

Enrosqué mis dedos alrededor del borde del lavabo y lo vi mirarme en el cristal
reflectante. Me encantó la forma en que el invierno en sus ojos se derritió en algo mucho
más brillante y cálido cuando me tocó. Me gustó la forma en que sus mejillas se volvieron
rosadas, ya sea de la vergüenza o el deseo, no me importaba cuál. Era lindo en un rostro
de otra manera establecido en una expresión dura por la excitación masculina.
Probablemente no debería pensar que nada de él fuera lindo en este momento,
considerando que tenía una mano en la base de mi garganta y la otra sosteniendo mi
cintura mientras se movía rápido y duro detrás de mí. Apenas había tiempo para
preliminares, y el riesgo de ser interrumpidos era alto, por lo que Ry no estaba
conteniéndose. Estaba follando con el propósito de liberarnos lo más rápido posible, y
encontré encantadora su repentina falta de delicadeza. Era raro que se permitiera ser tan
rudo y brusco como podía ser, así que estaba disfrutando el momento en que se olvidó de
sí mismo.

PÁGINA | 180
Cerré brevemente mis ojos mientras el calor y el placer surgían por todo mi cuerpo.
No había lugar para la ansiedad o el miedo entre todas las otras sensaciones que me
llenaban bajo las hábiles manos de Ry. Sentí su polla hincharse y latir dentro de mí
mientras me empujaba contra él, montando el ritmo acelerado que estableció.

Jadeé mientras la cabeza de su erección golpeaba un punto extra sensible dentro


de mí. Perdí el equilibrio y me incliné hacia adelante, tratando de formar palabras
mientras mi orgasmo comenzaba a surgir dentro de mí.

—Siempre dices que saco lo mejor de ti. Puedes agradecérmelo más tarde.

Su reflejo me sonrió mientras sus ojos brillaban del azul más brillante que jamás
había visto.

—Quiero ser el tipo que necesitas que sea, pero no puedes culparme si nos atrapan.

La pequeña zona entre bastidores estaba casi vacía, pero todavía había personal del
bar dando vueltas, y esperaba que Remy apareciera en cualquier momento. Arrastrar a Ry
al baño y prácticamente saltar sobre él tan pronto como la puerta estuvo cerrada y con
seguro no estaba exento de riesgo... y no fue mi idea más brillante, pero prefería los
escalofríos del placer corriendo a través de mi piel por encima de la tensión bajo ella
causada por la duda y la incertidumbre.

—No es como si fuéramos a ser atrapados por mis padres. No te preocupes tanto.

Gruñó una respuesta vaga y clavó sus dedos más profundamente en la curva de mi
cadera. Me balanceé contra él, persiguiendo las chispas de placer puro sin filtrar que me
atravesaron cuando tocó fondo.

Su mano, con los dedos ásperos, apretó la base de mi cuello mientras empujaba una
rodilla entre mis piernas y las separaba más. Llevaba puesta una de sus camisetas con el
logotipo de su equipo en la parte delantera que había cortado estratégicamente en algunos
lugares. Era lo suficientemente larga como para pasar como un vestido, así que la ajusté a
mi cintura con un cinturón tachonado de cuero ancho, me puse unos shorts debajo por si
acaso, y lo llamé un traje lindo. Simplemente resultó ser una ventaja que la tela fuera
elástica y fácil de maniobrar, lo que significaba que podía tener un rapidito y no
preocuparme por lucir como que acababa de tener sexo en el baño. Además, la expresión
de Ry se suavizó cuando vio qué camiseta suya escogí después de asaltar su armario, lo
que hizo que mi corazón se sintiera feliz y derretido.

PÁGINA | 181
Una vez que mis piernas estaban abiertas, Ry presionó contra mi espalda, y sentí
su palma deslizarse a través de mi cadera desnuda y por la parte inferior de mi vientre.
Me quedé sin aliento, y dejé caer mi cabeza de nuevo hacia adelante, rompiendo el
contacto visual mientras sentía que sus dedos comenzaban a moverse hacia el lugar entre
mis muslos donde estábamos unidos. Un momento después, gruesos dedos separaban
pliegues que ya estaban húmedos, y se deslizaban a través de la piel sensible que ya estaba
siendo trabajada a fondo desde atrás. Cuando sentí la presión de su dedo contra el centro
apretado de mi clítoris, pensé que había una posibilidad de que pudiera salir de mi piel.
Mis rodillas se volvieron un poco aguadas, y mis manos agarraron el lavabo con suficiente
fuerza que empezaron a doler. Hice un sonido mucho más fuerte de lo que esperaba, y
escuché a Ry reírse mientras su cabeza se movía repentinamente para descansar entre mis
omóplatos. Podía sentir el calor de su piel a través del algodón de la camiseta, y sentí cada
jadeo de su respiración desigual mientras continuaba moviéndose dentro y fuera de mi
cuerpo mientras sus dedos me desarmaban.

—Oh, por Dios. —Las palabras estallaron justo cuando alguien llamó a la puerta.

Ry se calmó por un momento hasta que la voz distintiva de Remy atravesó la


barrera:

—Sé lo que están haciendo ahí —dijo las palabras en un tono cantarín, burlón,
pero eso no ayudó con la ola de vergüenza que corrió a través de mí—. Suzy te está
buscando y quiere que hagas una prueba rápida de sonido. La mantendré ocupada un
poco, pero dense prisa.

Juré bajo mi respiración y sentí a Ry reírse contra mi espalda. Cambió de girar su


dedo alrededor de mi clítoris para dar al pequeño botón un tirón agudo. Sentí la presión
en lo profundo de mi corazón, y mi cuerpo se apretó sobre el suyo en respuesta. Sus dedos
se apretaron alrededor de mi cuello, y su cabeza se movió para que sus dientes pudieran
encontrar un punto increíblemente sensible ubicado detrás de mi oreja. Fue un asalto
sensual a mis sentidos, que hizo maravillas para empujar mi orgasmo flotando sobre el
borde. Me vine sobre su polla y sus dedos con un gemido bajo que estaba destinado a ser
escuchado por cualquiera de pie demasiado cerca del baño.

Ry empujó salvajemente durante unos minutos más, pero no fue hasta que levanté
la cabeza y nuestros ojos se encontraron en el espejo una vez más que su cuerpo grande y
fuerte ya no se pudo contener. Tan pronto como nos miramos el uno al otro, sentí su gran

PÁGINA | 182
longitud alzada y latiendo y vi como su expresión se tensaba con el placer. Pronunció mi
nombre y se quedó un poco flojo detrás de mí, incluso cuando alcancé a soltar su agarre
en mi garganta. Le insté a que se diera prisa y se calmara, temblando un poco cuando nos
separamos porque mi cuerpo aún estaba tan sensible. Dejé que me ayudara a volver a la
pequeña ropa que me había quitado y corrió a través de una limpieza apresurada para
asegurarse de que pasaríamos la inspección. Al parecer, apresurarnos no fue suficiente
porque en el momento en que salimos del baño, Remy estaba allí para agarrar mi brazo y
empujarme hacia dentro. Cerró la puerta con firmeza en el sorprendido rostro de su primo
y lanzó una pesada bolsa de maquillaje en mi dirección.

—No puedes salir ahora mismo con ese aspecto. Siéntate y déjame hacer algo de
magia. —Señaló hacia el inodoro y, cuando no me moví lo suficientemente rápido, me
dio un empujón.

—¿Con qué aspecto? —Estaba genuinamente confundida.

—Como si te hubieran follado el cerebro. —Bufó un poco y me ordenó que abriera


la bolsa de maquillaje así podría buscar en ella—. Tengo que decir, que no sabía que mi
mojigato y correcto primo era tan salvaje. Siempre pensé que Ry era demasiado tenso para
arriesgarse a ser atrapado teniendo un rapidito en público.

Le eché un vistazo mientras empezaba a colocar polvo alrededor de mi cuello y


chasquear su lengua.

—No está ni de cerca tan tenso como crees que está. —Le sonreí mientras hacía
una cara de asco.

—Aparentemente. Digamos que me vas a deber una por no dejarte ir ahí afuera
luciendo completamente follada. —Frotó algo en mis mejillas y se movió para alisar mi
cabello alrededor de mi cabeza cuando terminó de arreglar mi rostro—. ¿Estabas nerviosa?

Soplé un aliento y asentí cuando ella se alejó un paso.

—Todavía lo estoy, pero no tan atrapada en mi cabeza como lo estaba. Él es una


buena distracción.

—Vas a hacerlo genial. Él también es una buena inspiración. No pienses ni por un


segundo que no sabía que la mitad de esas canciones eran sobre él. Pero subestimé

PÁGINA | 183
totalmente lo importante que era tu amor infantil. —Remy tomó la bolsa de maquillaje y
me tomó de la mano para ponerme en pie.

Apreté sus dedos y la detuve.

—No sé por qué. Tu amor infantil definió bastante todo lo que hiciste durante la
mayor parte de tu vida. Si alguien entendería por qué es difícil dejarlo ir y seguir adelante,
pensaría que serías tú.

Pestañeó y aclaró su garganta de una manera que indicaba que no le gustaba que
la conversación se volviera contra ella.

—El mío no era un amor infantil, Bowe. El mío no era lindo y esponjoso. El mío
tenía garras y dientes. Era como un monstruo. —Parpadeó sus ojos caleidoscópicos y
visiblemente se recompuso—. Todavía lo es. Pero esta noche no se trata de mí. Se trata de
que des los primeros pasos para convertirte en una estrella, y todos los que te aman están
aquí para animarte.

—¿Qué? —Estaba tratando de mantenerme al día con su rápido cambio de tema.


Estaba confundida con por qué dijo que todos los que me amaban me apoyarían cuando
ella sabía muy bien que la persona cuya aprobación más quería no iba a estar en ningún
lugar cerca de Denver esta noche—. Estás haciendo que parezca mucho más importante
de lo que es, y acabo de tener mis nervios bajo control.

La amonesté juguetonamente, pero me tomó por sorpresa murmurando bajo su


aliento:

—Hagas lo que hagas, actúa feliz de verlos, incluso si parecen sospechar acerca de
por qué te tomó una eternidad salir del baño.

Sentí que mis ojos se abrían mientras ella forzaba una sonrisa y me empujaba hacia
las dos últimas personas que esperaba ver esta noche.

—Mamá. Papá. ¿Qué están haciendo aquí? —hice la pregunta mientras mi padre
me tiraba dentro de sus brazos tatuados y me daba un abrazo increíblemente apretado.
Atrapé la mirada de mi mamá y tragué con fuerza cuando vi su mirada profundamente
sospechosa—. Esto es una sorpresa tan agradable. —Lo era, pero no estaba preparada para
todo esto.

PÁGINA | 184
Ry estaba de pie a unos metros junto a sus padres. Me estaba dando una mirada
que indicaba que realmente quería lanzar en mi rostro mis palabras acerca de no ser
atrapados por mis padres, pero su mamá lo estaba pinchando en el pecho y susurrándole
algo furiosamente, mientras que su papá estaba haciendo un muy mal trabajo conteniendo
su diversión. Fue un poco mortificante que parecieran saber exactamente lo que habíamos
estado haciendo a pesar de los mejores esfuerzos de Remy para cubrirnos.

—Los Archer llamaron y nos dijeron que les pediste que nos reemplazaran, y eso
solo no funcionaría. Dejamos a las gemelas con Rowdy y Salem y planeamos sorprenderte.
Sé que esta es una gran noche para ti, y no había forma de que tu mamá y yo nos la
perdiéramos.

Mi papá me apretó de nuevo y luego me dejó ir. Mi mamá no me abrazó de la


misma manera, pero sí me agarró de los hombros e inclinó la cabeza mientras me miraba
muy de cerca. De repente recordé a Remy aplicando todo el maquillaje cerca de la base
de mi cuello. No me había mirado en el espejo al salir del baño, pero ahora entendí que
estaba tratando de cubrir las notorias marcas rojas que dejaron los dedos de Ry. Estaba
segura de que Remy cubrió la mayoría de las pruebas de mi desliz, pero las mamás tenían
la extraña habilidad de ver a través de todo.

Mi mamá me guiñó el ojo y extendió la mano para meter un mechón de cabello


caprichoso detrás de mi oreja.

—Te ves genial. Tu papá y yo estamos muy orgullosos de ti por dar este paso y no
rendirte. Nunca dudé que encontrarías tu propio camino.

Aclaré mi garganta y retrocedí.

—Remy es la que tiene todas las conexiones. Tengo suerte de que parezca conocer
a todo mundo.

Mi papá agitó la cabeza y me miró con cautela.

—Puede que ella haya abierto la puerta, pero tú entraste y te ganaste tu lugar por
tu cuenta. Te ganaste tu lugar en ese escenario, y seguirás ganando cada oportunidad que
se te presente.

Les sonreí a ambos e intenté ignorar la forma en que Ry intentaba alejarse de sus
padres, solo para ser arrastrado de vuelta por su mamá cada vez que ganaba unos

PÁGINA | 185
centímetros. Era hilarante ver a una mujer tan delgada y delicada mandar fácilmente
alrededor de dos grandes hombres gruñones y tatuados con un mínimo esfuerzo. No era
la única viendo el espectáculo desde el rabillo del ojo.

—Me alegro de que estén aquí. ¿Cuánto tiempo se quedarán? —No podría ser por
mucho tiempo ya que tendrían que volver con mis hermanas.

—Solo hasta mañana. Tengo que volver al trabajo y hacer que tus hermanas
vuelvan a sus agendas. Tu papá tiene una reunión de negocios en Los Ángeles, así que
vamos en direcciones diferentes cuando nos vayamos. —Mi mamá me sonrió y extendió
la mano para acariciar mi brazo—. Tienes toda nuestra atención mientras estamos aquí.
Quizás los tres podamos ir a cenar con Ry y sus padres antes de irnos. Podemos hablar de
los buenos viejos tiempos cuando tu papá y yo éramos los que hacíamos esperar a todos
detrás del escenario.

Casi me ahogo. Agité una mano frente a mí como si pudiera desviar físicamente su
insinuación y la imagen a la que aludía. Mi papá alzó las cejas y miró sobre su hombro
hacia donde se habían reunido los Archer. Ahora Remy estaba de pie con ellos, y parecía
que Ry estaba siendo menos intimidado por su mamá.

—Podemos discutir eso más tarde. Voy a ir corriendo a la prueba rápida de sonido
antes de que mi repertorio comience.

Me alejé cuando mi papá me preguntó por qué no había hecho eso, pero la suerte
estaba de mi lado porque un momento después, escuché a alguien preguntarle:

—Oye, ¿eres Jet Keller? El tipo de Enmity, ¿verdad?

Mi papá dudó en responder, pero mientras intentaba evitar verificar que era una
famosa estrella de rock, la persona prácticamente gritó:

—Mi mamá es una gran fan. ¿Crees que podrías firmar algo para ella?

Escuché a mi mamá reírse y mirar a los padres de Ry tratando de ocultar sonrisas


mientras mi papá murmuraba a través de una incómoda sesión de autógrafos. Era un duro
recordatorio de que las cosas realmente cambiaban y que nada se detenía, así que, si no
aprovechabas lo que estaba justo frente a ti, alguien más vendría y te reemplazaría.

Me subí al escenario y saqué mi guitarra del estuche que estaba en el suelo cerca
de los amplificadores y pedales. Respiré hondo y miré al puñado de gente que se
PÁGINA | 186
arremolinaba en la parte abierta del bar donde estaba el escenario. Mis padres se habían
movido hacia atrás con los Archer, pero Ry y Remy estaban más cerca del escenario. Remy
tenía su teléfono afuera y estaba tomando fotos mientras hablaba en la oreja de Ry a un
kilómetro por minuto. Estaba apoyado contra la pared, los brazos cruzados sobre su
amplio pecho mientras me miraba con ojos que parecían ser irresistibles.

Todo sobre esta actuación ya se sentía mejor que la anterior. No me preocupaba


cómo sonaría el resto de la banda. No estaba enloqueciendo internamente sobre si mis
canciones perderían todo significado e impacto porque no estaban siendo tocadas de la
manera que pretendía. No me obstaculizó la idea de decepcionar a mi papá con esta
actuación o demostrarle a mi mamá que había tomado la decisión correcta. A pesar de que
si terminaba la noche sintiéndome increíble u horrible, todo era culpa mía, no habría
nadie más a quien culpar o con quien compartir el éxito, y había algo increíblemente
liberador en eso.

Ry me sonrió mientras rasgueaba la guitarra, y pensé que era muy agradable poder
mirarlo mientras finalmente cantaba las canciones que inspiraba. Tal vez escucharía todas
las diferentes cosas que quise decirle a lo largo de los años y entendería cómo me hizo
sentir.

Si Ry no lo hacía, no tenía duda de que todos los demás en la habitación que nos
conocían lo harían, y esas miradas pasando entre sus padres y los míos tomarían un nuevo
significado.

PÁGINA | 187
CAPÍTULO VEINTE

owe estaba hermosa arriba del escenario.

Finalmente estaba en su elemento. La diferencia


entre su espectáculo ahora y el espectáculo anterior en
que la había visto luchar, era obvia. Estaba feliz. Se sentía
como ella misma. Estaba vibrando con la multitud mucho
más pequeña. Y su música sonaba totalmente diferente.
Ahora que podía escuchar lo que estaba intentando decir porque no estaba filtrada a través
del buffer de una banda mediocre, entendí exactamente lo talentosa que era. Tenía una
manera con las palabras, una manera de pintar un cuadro con su música que llevaba a
cada persona a escuchar en medio de la historia. Pude ver cómo movía a muchas de las
personas que la veían tocar. Pude ver cómo los altibajos de un corazón joven resonaban
con la mayoría de la multitud, incluidos mis padres y mi prima.

Me había abstenido de molestar a Remy cuando me di cuenta de que estaba


limpiándose lágrimas. Se suponía que era la Archer divertida. La que era despreocupada
y salvaje. Pero sabía que su corazón era más suave que el de la mayoría.

Cuando me atrapó mirándola, me dio un codazo en el costado y señaló al escenario.

—Sabes que está cantando sobre ti, ¿no? —Respiró y usó la palma de su mano para
limpiarse las mejillas—. Nunca entenderé por qué siempre has sido tú para ella, pero lo
has sido. Será mejor que la aprecies, Ryier.

Asentí solemnemente.

—Siempre lo he sabido.

Cuando Daire me hacía escuchar los demos ásperos y las canciones sin terminar de
Bowe, siempre podía escuchar cómo estaba contando nuestra historia a través de las letras.

PÁGINA | 188
Nunca dije nada porque hubo un largo período en el que no estaba seguro de que se diera
cuenta de que lo estaba haciendo. No me estaba hablando. Sabía que la había lastimado y
arruinado todo en lo que a nuestro incipiente romance se refería, pero ella seguía
escribiendo canciones de amor sobre mí. No quería señalar que podría significar que
todavía sentía algo por mí. Era un delgado y frágil hilo que nos mantenía unidos cuando
nuestras vidas iban en diferentes direcciones. También era el hilo que ataba todo en un
moño bonito y prolijo y comprobaba que sentía por mí lo mismo que yo sentía por ella.

Podríamos ser demasiado jóvenes para entender completamente el amor y lo


profundos que siempre han sido nuestros sentimientos por el otro, pero había tiempo para
averiguarlo. Con suerte, me daría la oportunidad de inspirar muchas más canciones de
amor en el futuro. Muchas de las canciones que cantó esta noche eran tristes. Quería tener
la oportunidad de demostrarle que preocuparse por mí podría traerle suficiente felicidad
que eventualmente eclipsaría el dolor.

Mi teléfono vibró en mi bolsillo. Iba a ignorarlo porque no quería apartar mi


atención de mi chica ni por un segundo, pero tan pronto como terminó la llamada, mi
teléfono empezó a vibrar en mi bolsillo una vez más. Pensé que las únicas dos personas
que serían lo suficientemente valientes para llamar repetidamente eran Daire y Zowen.
Todos sabían que tenía algo importante esta noche y no quería que me molestaran. Por
supuesto, el nombre de mi hermana apareció en la pantalla, y como siempre, tuve que
responder. Ella era literalmente la única persona en el planeta a la que le permitiría
apartar mi atención de Bowe en este momento. Señalé el teléfono y le dije a Remy que
era mi hermanita. Frunció el ceño pero asintió y me despachó para que me ocupara de
cualquier crisis que Daire hubiera creado esta vez.

Mis padres y los de Bowe habían encontrado un rincón lejano para mirar el
espectáculo. Llamé la atención de mi papá en mi camino a encontrar un lugar tranquilo
para hablar con mi hermana. Pude ver el destello de preocupación en su rostro, pero Daire
no paraba de llamar, así que no me tomé el tiempo para asegurarle que todo estaba bien.

Era tan ruidoso en todas las áreas del gran bar que terminé saliendo para
finalmente responder a la llamada de Daire.

—¿Qué pasa? ¿Por qué saturas mi teléfono? Sabes que esta noche es el espectáculo
de Bowe. —Traté de mantener la impaciencia y la molestia fuera de mi voz, pero podía
oír la irritación a través de ella.

PÁGINA | 189
—Ry. necesito que vengas a ayudarme. —Sonaba como que estaba asustada, y
podía decir que había estado llorando.

Miré al cielo mientras una gota de lluvia de pronto caía sobre mi cabeza. En la
distancia, podía oír el estruendo de los truenos, indicando que estábamos a punto de ser
arrastrados por una tormenta de verano. El clima en Colorado no era ninguna broma, y
sabía que podía pasar de una lluvia cálida y suave a una lluvia torrencial en segundos.

—Cálmate y dime qué pasa, Daire.

La oí respirar y oí un bocinazo en el fondo de la llamada.

—Se me pinchó un neumático. Estoy al costado de la interestatal. Yo misma lo


cambiaría, pero hay mucho tráfico, y un tipo raro se detuvo e intentó ayudarme, pero me
asustó. Y está empezando a llover. Traté de llamar a Zowen y pedirle que me ayude ya
que sé que estás con Bowe, pero tenía algún tipo de reunión para su carrera en su escuela.
No está en la ciudad. —Me estaba moviendo hacia donde estaba estacionada mi
camioneta, antes de darme cuenta de que mis pies se estaban moviendo. Ella estaba
llorando en serio ahora. Oí un resoplido en mi oído mientras susurraba—: No podía llamar
a papá o al tío Rome porque tomé un par de tragos mientras pasaba el rato con mis amigos,
y ahora huelo a cerveza. Papá me asesinaría después de salvarme, mamá me castigaría
todo mi último verano libre, y el tío Rome me sermonearía durante horas y se aseguraría
de que mamá y papá me quitaran mi auto. Eres el único que puede ayudarme.

Juré de nuevo y miré a través del parabrisas.

—¿Eres tan tonta como para estar bebiendo y conduciendo? —No tenía que
preocuparse de que mi papá la asesinara porque yo la estrangularía antes de que él tuviera
oportunidad de ponerle las manos encima.

Daire sollozó de nuevo, pero pude escuchar lo asustada que estaba. Estar atrapado
en el costado de la carretera era una mierda. Estar atrapado en la interestatal era algo muy
peligroso. Y si una patrulla se detenía para ayudarla en lugar de un civil, iba a estar en
más problemas, así que necesitaba llegar a ella lo más rápido posible.

—Siéntate. Estaré allí pronto. No salgas del auto hasta que esté allí. —No le dije
que cualquier sermón que nuestro tío le hubiera dado palidecería en comparación con la
mordida de culo que planeaba darle una vez que la tuviera sana y salva. Estaba
acostumbrado a que fuera imprudente y un poco desconsiderada, pero no podía retroceder

PÁGINA | 190
y mirar mientras se ponía a propósito a sí misma y a otros en peligro. Era más inteligente
que eso. Ella definitivamente lo sabía—. Le vas a deber a Bowe una gran disculpa por
arrastrarme lejos en su gran noche.

—Lo sé. Metí la pata. Me siento terrible. —Suspiró, y su voz sonaba muy débil—.
¿Puedes quedarte al teléfono conmigo hasta que llegues aquí?

Daire comenzó a llorar en mi oído de nuevo justo cuando el cielo se abrió y un


diluvio cayó. Mis limpiaparabrisas apenas podían hacer su función mientras salía del
centro y avanzaba a la interestatal llena de tráfico después de que Daire me diera una
estimación aproximada de dónde estaba estacionada. El tráfico se movía lentamente
porque las carreteras estaban repentinamente mojadas y resbaladizas, pero todavía había
un montón de autos haciendo su camino a través de la ciudad.

—Si quieres quedarte al teléfono, ¿por qué no me explicas por qué pensaste que
estaba bien beber y conducir? Una cosa es beber un par de cervezas con tus amigos. Otra
es cuando tomas el riesgo de herirte a ti misma, o peor aún, a alguien inocente, poniéndote
al volante. —No podía contar cuántas veces nuestra madre llegó a casa después de un
turno brutal en el hospital, recordándonos lo que pasaba cuando alguien era irresponsable
después de la fiesta. Nos había taladrado con que no era justo no solo que nos arriesgarnos
a nosotros mismos, sino también a otros en el camino, por tomar una mala decisión. Una
vez preguntó si nos parecía bien ser la razón por la que un esposo perdía a su esposa o un
hijo perdía a su madre. Preguntó cómo viviríamos con esa culpa sabiendo que era algo
fácilmente prevenible. Esas preguntas siempre habían resonado en mi cabeza, pero
parecía que mi hermana no estaba tan afectada por la noción.

—No lo sé. Estaba pasando el rato con algunos amigos, y todos empezaron a hablar
sobre ir a la universidad y cómo iba a cambiar la vida. Me sentía un poco deprimida porque
todo está cambiando muy rápido, así que me tomé un par de cervezas. Luego apareció un
chico con el que salí unas cuantas veces, y todo se puso incómodo y raro. No dejaba de
hacer comentarios sarcásticos sobre mí y lo rápido que seguí adelante, a pesar de que solo
salimos un par de veces. No sé por qué a los chicos de mi edad se les permite pasar de las
chicas como si no fuera gran cosa, pero cuando lo hago, me dicen que hay algo malo en
mí. Sentí que tenía que salir de allí. Debería haber conseguido un aventón o llamado a
Aston para recogerme, pero no estaba pensando con claridad. —Chilló en mi oído
mientras otro trueno atravesaba el cielo nocturno.

PÁGINA | 191
Me estremecí por el sonido de ambos ruidos, y entrecerré los ojos a través del
borroso parabrisas.

—Nunca más, Daire. Lo juro por mi maldita vida, si vuelves a hacer algo así otra
vez, voy a estrangularte.

—No lo haré. Lo prometo. ¿Cómo fue el espectáculo de Bowe? Estoy triste de que
fuera para mayores de dieciocho. —Ella todavía tenía un mes antes de convertirse en un
adulto legal—. Su audición fue tan buena. Apuesto a que a los locales les va a encantar, y
va a estar totalmente bien empezando con todo este verano.

Le dije que Bowe estuvo increíble, y mencioné que sus padres habían volado para
sorprenderla. También le dije que tanto sus padres como los nuestros casi nos habían
atrapado enrollándonos en el baño, lo que fue suficiente para hacerla reír y finalmente
detener el llanto. Empezó a burlarse de mí, así que la dejé divagar ridículamente en mi
oído durante los veinte minutos que me tomó llegar a ella. Por fin vi su auto, le dije que
no saliera ya que estaba tan cerca del tráfico, y colgué. No había razón para que ambos
estuviéramos en la línea de fuego.

En el momento en que me estacioné al costado de la carretera y encendí mis


intermitentes, había charcos profundos en cada uno de los baches en el asfalto. Mis
zapatillas deportivas se empaparon inmediatamente mientras corría a través de la lluvia
al pequeño auto negro de mi hermana. Daire abrió el maletero para que pudiera sacar el
neumático de repuesto y el gato de emergencia. Me quejé cuando me di cuenta de que su
neumático estaba en el lado del auto que da a la carretera. Cada vez que pasaba un auto,
me echaban agua fría y sucia. El agua también puso el mango del gato resbaladizo,
convirtiendo lo que debería haber sido una tarea fácil en una que estaba tomando mucho
más tiempo del que debería.

—Ry, déjame ayudarte. —Sacudí mi cabeza y fulminé a Daire con la mirada


mientras salía del auto con un paraguas en su mano. Jadeó cuando un tráiler pasó volando,
salpicándola de pies a cabeza. Agitó la cabeza y apartó de su rostro mechones de su cabello
mientras se movía para sostener el paraguas abierto sobre mi cabeza—. Me siento terrible
de que te estés empapando por mi culpa.

Le fruncí el ceño y señalé el lado del conductor del auto.

PÁGINA | 192
—Vuelve a entrar. Es demasiado peligroso aquí. —El tráfico estaba
alarmantemente cerca, y la lluvia parecía que estaba arreciando más y más cada minuto.
Podía oír los neumáticos zumbando y la bocina ocasional de un idiota que quería que
supiéramos que tenían que cambiar de carril porque estábamos sobresaliendo y haciendo
un peligro suficiente para ser inconveniente.

Daire me miró fijamente y pisoteó su pie, muy parecida a una niña que no se salió
con la suya.

—Esta es la única manera en la que puedo ayudar. Deja de ser testarudo.

Era más fácil poner la barra del gato bajo la cubierta protectora, pero no quería que
estuviera tan cerca de un posible desastre.

—No estoy siendo testarudo. Estoy siendo cuidadoso. Algo que deberías empezar
a hacer ahora que eres mayor y estás a punto de salir al mundo por tu cuenta. No siempre
voy a estar cerca para correr a rescatarte, Daire. —Quiero decir, quería estar siempre allí
para ayudarla, pero la realidad era que estábamos ahora en el punto donde nuestras vidas
iban a dejar de correr paralelas entre sí. Iba a tener que empezar a tomar mejores
decisiones y dejar de pensar que todo era un juego y que la gente no era nada más que sus
juguetes. Tenía un pequeño complejo de princesa que podía admitir plenamente
permitirle mientras crecíamos. Fui culpable de dejarla salirse con la suya con casi todo y
cualquier cosa. En retrospectiva, y actualmente atrapado en medio de su caos, pude ver
que permitir que fuera mimada y voluntariosa ayudó a habilitar mi propio complejo.
Tengo que ser su héroe una y otra vez.

Me hizo pucheros y se estaba preparando para iniciar una discusión cuando de


repente hubo un sonido más fuerte que el trueno y las ráfagas de viento mientras los autos
pasaban. Sacudí la cabeza ante el sonido de metal sobre metal y el chillido de neumáticos
buscando frenar en una carretera mojada. Una ráfaga de luz brillante me golpeó
directamente en los ojos, cegándome momentáneamente.

No necesitaba ver para saber que la tragedia estaba cayendo sobre mí y mi hermana
demasiado rápido para escapar. No hubo tiempo para que mi vida pasara ante mis ojos. No
hubo un momento para preocuparme por proteger a Daire o preocuparme por mi propio
bienestar. No podía pensar en nuestros padres y lo que iban a tener que decir sobre esta
situación cuando todo estaba dicho y hecho.

PÁGINA | 193
No, todo lo que pude hacer fue recurrir a los instintos bien afinados que usaba casi
todos los días en el campo para evitar ser derribado y enterrado bajo una línea defensiva.
Sin levantarme de mi posición agachada, me arrojé sobre mi hermana, sacándola de su
equilibrio y enviándola hacia adelante. No me preocupaba tanto que la atropellaran como
que se quedara atrapada entre nuestros autos mientras un todoterreno fuera de control
venía girando directamente hacia nosotros. Lo escuché chocar contra el costado de mi
camioneta y vi con ojos horrorizados mientras se dirigía a través de varios carriles de
tráfico, enviando una minivan y un pequeño sedán disparado hacia nosotros. Mi
camioneta empujó el auto de Daire hacia adelante con un absoluto chillido de metal sobre
metal y el tintineo de cristal roto. Aterricé en el suelo, en mi hombro malo, e
inmediatamente las estrellas pintadas con un millón de tonos de dolor estallaron en mi
visión. Intenté empujarme hacia arriba para moverme mientras varios autos giraban fuera
de control directamente hacia mí. Escuché a mi hermana gritar mi nombre. Giré mi
cabeza para mirarla y vi que estaba frenéticamente luchando a través del asfalto mojado
en sus manos y rodillas.

Solo que no estaba tratando de ponerse a salvo; se estaba moviendo hacia mí. Gritó
mi nombre de nuevo, y la vi extender una mano en mi dirección. Todo era increíblemente
ruidoso pero también inquietantemente silencioso al mismo tiempo. Sabía que estaba
sangrando de algún lado porque había algo mojado en mi rostro que era infinitamente
más caliente que la lluvia que aún me rodeaba y me empapaba hasta los huesos. Podía
sentir fragmentos de cristal enterrándose en mi ropa y rasgando mi piel donde aterricé en
el suelo junto al auto de Daire. Quería gritarle a mi hermana que tuviera cuidado. La
quería fuera del suelo y fuera de peligro, pero todo lo que pude hacer fue decirle
suavemente:

—Te amo. Tú también eres mi favorita.

Pude ver que sus rodillas estaban sangrando y que se parecía un poco a un payaso
demente mientras la lluvia y sus lágrimas corrían su maquillaje a través de su bonito
rostro. Normalmente, trataría de sonreír para asegurarle que todo estaba bien, que yo
estaría bien, pero esta noche no podía mentirle.

Especialmente si esas eran las últimas palabras que conseguía decirle.

No podría decir si las palabras realmente salieron bien o si solo pensé que las estaba
diciendo antes de que el mundo explotara en sonido y sensaciones a mi alrededor. En un

PÁGINA | 194
latido, todo se volvió demasiado doloroso para mantener mis ojos abiertos. Mi cuerpo se
sentía como si estuviera en llamas y congelado al mismo tiempo. Mi cabeza se sentía como
con una manada de elefantes parados encima de ella, y no podía respirar. No había forma
de saber qué era arriba o qué abajo, y cuando traté de moverme, la ardiente agonía ardió
en cada terminación nerviosa.

No era como si todo se desvaneciera en negro, y suavemente diera paso al olvido.

No. Era más como si mi mente se hubiera apagado y se hubiera negado a funcionar
porque todo dolía demasiado. O tal vez se quedó en blanco y parpadeó porque el sonido
de mi hermana gritando mi nombre una y otra vez era demasiado desgarrador para
soportar. No había forma de que pudiera quedarme allí y dejar que me viera morir, pero
la decisión me fue arrebatada cuando la conciencia fue violentamente arrancada de mí.

Demasiado para tener un futuro que estaba todo planeado. Olvidé que el destino,
esa perra cruel, nunca perdía la oportunidad de joder con aquellos que pensaban que
tenían todo resulto.

PÁGINA | 195
CAPÍTULO VEINTIUNO

oqué la nota final de mi última canción cuando vi a los Archer


de pronto moviéndose hacia la puerta. Ry se fue poco después de
que empezara mi repertorio, pero incluso con la distancia entre
nosotros, me di cuenta de que no estaba contento con lo que lo
estaba alejando. Señaló su teléfono y se encogió de hombros antes de desaparecer. Pensé
que volvería antes del final de mi actuación, pero aún no había aparecido. Y ahora, sus
padres se apresuraron a abrirse camino entre la multitud, y Remy prácticamente estaba
empujando a la gente fuera del camino mientras corría para alcanzarlos. Tenía su teléfono
en su oreja y estaba gesticulando salvajemente con su mano libre. Rule, el papá de Ry, la
atrapó en un abrazo con un brazo alrededor de sus hombros mientras los tres se iban a
toda prisa. Causaron una pequeña escena, así que supe inmediatamente que algo pasaba.
No había forma de que vinieran a apoyarme, pero se fueran sin felicitarme. Sabía que
había tocado mejor que nunca, y que a partir de ahora marcaría el ritmo de mi carrera.
Era algo grande, pero aparentemente no tan grande como lo que haya pasado mientras
estaba en el escenario. No había forma de que me quitaran a propósito toda la atención de
la habitación a menos que hubiera una situación que les hiciera imposible mantener la
calma.

Estaba comprensiblemente preocupada y realmente no podía disfrutar de los gritos


y vítores que siguieron después de terminar la última canción, así que me apresuré en mi
camino a través de un incómodo gracias. Me negué a tocar un bis corto, a pesar de que
originalmente había planeado una canción más si se me pedía. Aseguré a la multitud
abrumadoramente comprensiva que vendría otra actuación y que les mostraría a todos un
gran momento. Mi negativa a permanecer en el escenario obtuvo algunos abucheos
disgustados y un par de insultos gritados, pero apenas escuché algo mientras dejaba caer
la guitarra en su estuche, ni siquiera me molesté en cerrarlo antes de salir corriendo del
escenario hacia mis padres.

PÁGINA | 196
Suzy intentó detenerme para felicitarme, así como algunas otras personas reunidas
cerca del escenario. Les dije a todos que tenía una situación personal con la que tenía que
lidiar. Probablemente fui más brusca y grosera de lo que la situación requería, pero ahora
que estaba lo suficientemente cerca para mirar directamente los rostros de mis padres,
salté de estar preocupada a totalmente aterrorizada.

Mi mamá estaba pálida y parecía estar al borde de las lágrimas. Mi papá estaba
tenso y seguía mirando su teléfono como si estuviera esperando una actualización de
algún tipo. Tenía su mano en la parte baja de la espalda de mi mamá, y estaba frotando el
punto en círculos relajantes. Reconocía ese gesto demasiado bien. Todos esos años cuando
mis padres lucharon por tener otro bebé, y después de todas las decepciones y bajones, así
fue como mi papá consoló a mi mamá. Así fue como le hizo saber que estaba allí sin
importar qué.

Mi corazón se hundió en el fondo de mi estómago, y un nuevo tipo de ansiedad


comenzó a abrirse camino hasta mi garganta.

—¿Qué está pasando? —Pasé mi mirada entre los dos—. ¿Por qué todos los demás
tuvieron que irse con tanta prisa?

Mi mamá extendió la mano y tomó la mía.

—Vamos a salir y hablar por un minuto.

Mi papá asintió en acuerdo. Los seguí fuera del bar, el silencio entre ellos
ensordecedor. Casi podía oír las gotas de lluvia aterrizando en el suelo una por una
mientras el cielo nocturno escupía pequeños trozos de humedad sobre nosotros. Debe
haber estado lloviendo bastante fuerte mientras estaba en el escenario. El suelo estaba
mojado, y las carreteras parecían muy resbaladizas.

Tan pronto como llegamos a un lugar cerca del estacionamiento de paga, mi mamá
se detuvo y me acercó para estar frente a frente. Levantó una mano hacia mi rostro,
acariciando mi mejilla mientras tomaba un aliento firme antes de decirme:

—Ha habido un accidente.

Parpadeé e intenté hacer gimnasia mental para juntar las piezas que faltaban.

PÁGINA | 197
—¿Fue Daire? ¿Está bien? —Era casi la única persona que sabía que Ry correría a
rescatar, independientemente de sus otras obligaciones. Casi siempre ponía a su
hermanita primero.

Mi mamá asintió rígidamente y aclaró su garganta mientras mi papá caminaba de


ida y vuelta a nuestro lado, con los ojos pegados a su teléfono.

—Sí. Daire estuvo involucrada, pero cariño, también lo estuvo Ry. —Se puso una
mano en el pecho, y miré mientras respiraba profundamente y luchaba por unir las
palabras—. Hubo un accidente en la interestatal debido a la lluvia. Daire estaba atascada
en el costado de la carretera, y Ry fue a ayudarla. Quedaron atrapados en medio del
accidente. A la mamá de Ry la llamaron al hospital porque había demasiados heridos para
que el personal de guardia pudiera hacerse cargo. Un momento después, Daire se puso en
contacto con Remy para hacerle saber que Ry estaba en estado grave, y lo estaban llevando
a urgencias. Daire está bastante golpeada, pero no le pasó nada muy serio. Ry... —Mi
mamá se alejó y miró a mi papá en busca de ayuda.

—Está en estado crítico por lo que le dijeron los colegas de Shaw. Estoy esperando
una actualización de Rule. Ya deberían estar en el hospital, pero estoy seguro de que Shaw
tuvo que ir directo a trabajar. —La voz de mi papá era áspera, y me di cuenta de que estaba
profundamente conmocionado—. Remy se llevó a Rule y a Shaw en su auto. Rule me dejó
las llaves de su camioneta para que pudiéramos ir al hospital. Si necesitas un minuto para
procesar todo esto, está perfectamente bien.

—¿Su mamá va a salvarlo? —Mi voz se rompió, y me di cuenta de que estaba


temblando tanto que mi mamá tuvo que sostenerme. Mi cuerpo se sentía entumecido en
todas partes excepto en el centro de mi pecho. Justo donde estaba mi corazón se sentía
como si estuviera en llamas.

—Creo que la mayoría de los médicos optan por no trabajar con sus familiares para
que puedan permanecer objetivos en una crisis. Pero estoy seguro de que Shaw se
asegurará de que tenga a las mejores personas trabajando en él. Nadie quiere perder a uno
de los suyos. Todos en ese hospital cuidarán de Ry como si fuera su hijo. ¿De acuerdo?

Asentí, pero estaba teniendo dificultades para que mi cuerpo respondiera a las
órdenes de mi cerebro. Dejé que mi mamá me guiara a una enorme camioneta plateada.
Se parecía mucho a la que conducía Ry, solo que más nueva y más grande. Mi mamá tuvo

PÁGINA | 198
que abrocharme el cinturón de seguridad porque no podía hacer que mis dedos
funcionaran. Me dio un abrazo rápido y murmuró:

—Todo estará bien, cariño. Ese chico siempre ha sido afortunado. Tiene a alguien
allá arriba cuidándolo.

Cerré mis ojos y levanté mis manos para sostener el punto ardiente en el centro de
mi pecho.

—Estoy tan contenta de que tú y papá estén aquí. Lo digo en serio.

No podía imaginar tener que enfrentar lo que me estaba esperando en el hospital


sin que ellos estuvieran allí para serenarme. Sentí que el mundo estaba siendo destrozado
por las costuras, y mi corazón se estaba rompiendo en pedazos junto con él.

Mi mamá tiró de las puntas de mi cabello antes de moverse para sentarse al frente
junto a mi papá. Mi papá me miró por encima del hombro mientras sacaba en reversa la
gran camioneta.

—Incluso si no hubieras decidido darle otra oportunidad al bebé Archer, tu mamá


y yo estaríamos de camino aquí para apoyar a Rule y a Shaw. Cada vez que uno de nosotros
está en un día que siente que está a punto de derrumbarse, hay un montón de manos listas
para atraparnos.

Es cierto. Recordé cuando era pequeña, y mi mamá entraba y salía del hospital
después de abortos, y cuando finalmente tuvo a las gemelas, nuestra casa estaba llena de
gente. Shaw, mi tía Royal, Salem, Saint y la mamá de Remy, Cora, se quedaron con
nosotros por un tiempo. No dejaron que mi mamá moviera un dedo y ayudaron mientras
averiguaba cómo ser mamá de gemelas. Por fin empezaba a comprender por qué mis
padres eran tan inflexibles en que todos los chicos encontráramos nuestros propios lazos.
Querían asegurarse de que tuviéramos el mismo tipo de apoyo que tenían cuando ocurría
la tragedia.

Fue un viaje tenso y silencioso al hospital. El teléfono de mi papá sonó un par de


veces, y se lo dio a mi mamá para que pudiera leer los mensajes que llegaban.

En voz baja nos informó que Daire tenía una muñeca rota y una contusión leve,
pero por lo demás, estaba despierta y bien. Ry, por otro lado... estaba en cirugía con una

PÁGINA | 199
lista de lesiones que, para alguien común, sonaba insuperable e inservible mientras mi
mamá las leía del mensaje de texto.

Tenía una fractura de clavícula.

Un codo dislocado y ligamentos rotos en ambas rodillas.

Un tobillo roto y un hombro separado.

Costillas rotas y un pulmón perforado.

El bazo lacerado y desgarro en el hígado.

Y estaban esperando a un neurólogo para evaluarlo porque en el examen inicial,


parecía que podría tener un traumatismo craneal cerrado.

Si se recuperaba, se enfrentaba a un largo período de recuperación. Y no había


ninguna posibilidad de que volviera a jugar al fútbol. En un abrir y cerrar de ojos, la vida
que siempre había conocido y todo por lo que había trabajado se había ido.

Era devastador pensar en ello. Si no tuviera tanto miedo de que muriera, me


sentiría abrumada por lo mucho que estaba al borde de perder. Por el momento, mientras
se mantuviera con vida, todo lo demás se sentía insignificante.

Para cuando llegamos al hospital, la caballería ya había llegado.

Daire estaba entre su gigantesco tío y su diminuta tía. Su brazo estaba envuelto en
un cabestrillo, y estaba cubierta de pies a cabeza con raspones y moretones. Parecía una
muñeca rota. Remy estaba sentada al otro lado de su mamá, agarrando la mano de la
pequeña mujer como un salvavidas. A pesar de lo que pasaba entre ellas dos, esta era la
clase de situación en la que necesitabas a tu mamá, y Cora era el tipo de mujer que era
buena haciendo que las situaciones locas parecieran controlables. Zowen no estaba por
ningún lado, pero apostaría un buen dinero a que estaba en camino desde donde había
estado cuando recibió las noticias de que su primo estaba en estado crítico.

El papá de Ry caminaba de un lado a otro con la cabeza agachada y la vista enfocada


en el suelo. Parecía absolutamente atormentado y completamente nervioso.
Afortunadamente, había un hombre grande con una sudadera oscura que seguía su ritmo
y murmuraba palabras tranquilizadoras. No había visto a Nash Donovan desde que había
estado en la ciudad, pero a menudo estaba donde estaba Rule. Los dos eran socios

PÁGINA | 200
comerciales y mejores amigos de toda la vida. Eran más como hermanos que nada, y sabía
que Nash había sido quien había sacado a Rule del fuego la última vez que perdió a alguien
que amaba por un accidente. Mi papá solía hablar de esos días oscuros cuando quería
recordarnos a mis hermanas y a mí que tomáramos buenas decisiones porque nada estaba
seguro. Tenía que ser brutal para el papá de Ry y su tío, que la noche que le robó la vida
a su hermano fuera tan inquietantemente similar a esta.

La esposa de Nash también estaba en el campo médico. No podía recordar


exactamente lo que hacía, pero estaba bastante segura de que trabajaba en una consulta
privada y no en un hospital masivo como este. No los veía a ella y a Nash tan a menudo
como a otros amigos de mis padres porque viajaban mucho juntos, y eran una de las pocas
parejas en mi órbita que no tenían hijos. A menudo se habían ido cuando visitábamos en
el verano, pero había compartido un montón de vacaciones con ellos. La bonita pelirroja
no estaba por ningún lado, pero dudaba que estuviera muy lejos. Era más que probable
que fuera la que transmitía toda la información médica a la ansiosa familia ya que la mamá
de Ry no estaba disponible para hacerlo.

También había gente reunida que no conocía tan bien, como la mamá y el papá de
Hyde, los padres de Aston, así como la ex novia de Ry. Todavía planeaba tener una
conversación con ella sobre lo que había sucedido entre Ry y yo, pero tan pronto como
nuestros ojos se encontraron y vi el mismo miedo y ansiedad que estaba sintiendo
reflejado en ella, supe que se decía más con esa mirada de lo que las palabras jamás
transmitirían. Inclinó su delicada barbilla con un gesto de reconocimiento, y vi temblar
su labio inferior. Incliné la cabeza hacia atrás y sentí mi corazón apretarse dolorosamente.
Ella podría no amarlo más, o puede que no lo haya amado como él quería en primer lugar,
pero Ry era una parte inconmensurablemente importante de su vida. Estaría devastada
de la misma manera que yo si algo trágico le sucediera. No había en sus ojos animosidad
o ira hacia mí en absoluto. Solo simpatía y dolor.

Todo el mundo estaba realmente sombrío y callado, como si todos contuviéramos


la respiración al mismo tiempo.

Mis padres me rodearon por ambos lados, casi como si estuvieran tratando de
protegerme físicamente de cualquier tipo de mala noticia que pudiera llegar. Con el
tiempo, Daire me vio e inmediatamente se echó a llorar. Su tío hizo todo lo posible para
consolarla, pero estaba claramente devastada. No podía quedarme ahí y verla sollozar
tanto que su cuerpo entero temblaba, así que les dije a mis padres que me dieran un

PÁGINA | 201
minuto y me acerqué a ella. Trató de doblarse por la mitad para escapar de mi mirada
mientras me agachaba frente a ella. Estaba inconsolable, y de cerca, sus heridas parecían
mucho peores de lo que pensé al principio. Tenía cintas para cerrar las heridas sosteniendo
una de sus cejas, y había lugares en su piel expuesta donde el sarpullido lucía como si
alguien hubiera pelado la capa superior de carne. Sus dos ojos estaban al borde de ser
negros y azules, su labio inferior estaba abierto. Pueden haber sido heridas superficiales,
pero tan graves como eran, me hizo preocupar aún más sobre el estado en el que estaba
Ry.

Me tragué el sofocante oleaje de preocupación y puse una mano en el hombro de


Daire. Era el único lugar donde no tenía daño visible.

—Hola, me alegro de que estés bien.

El tío de Ry, Rome, extendió la mano y la puso reconfortante en la parte superior


de mi cabeza. Me dio una pequeña palmadita de aliento. Me di cuenta de que estaba
preocupado por el estado en el que estaba Daire. Si se ponía más nerviosa, iba a
hiperventilarse y necesitar un sedante.

—Es todo culpa mía. Lo siento mucho. Nunca debí haber llamado a Ry para
salvarme. Debes odiarme. —Se ahogó con otro sollozo—. Y mis padres… —Sus ojos
llorosos fueron a su padre, que estaba casi tan destrozado como ella—. Nunca me van a
perdonar.

—No te odio. Estoy preocupada por ti. Tienes que calmarte y ser fuerte por tu
hermano. Va a necesitar que todos lo cuiden por una vez. —No podía sonreír ahora, así
que todo lo que podía hacer para tranquilizarla era darle una palmada en el brazo cuando
mi mano se resbaló—. Tu hermano siempre va a salvarte, pase lo que pase. Puede que
cuestione todas las cosas que está destinado a ser en esta vida, pero nunca ha habido
ninguna duda de que es un héroe. —Eso era algo que nunca iba a cambiar, no importa
cómo cambiara su vida—. No sé qué pasó ahí afuera esta noche, pero sé que tu hermano
no querría que te destrozaras así después de haber dado todo para salvarte.

Finalmente me miró, y el miedo y el arrepentimiento en sus ojos me golpearon


como un puñetazo en el estómago. Estaba más desolada por dentro que por fuera.

PÁGINA | 202
—¿Y si no puede caminar? ¿Y si nunca se despierta? ¿Qué hay del fútbol? Y si...
—Siguió sollozando mientras levantaba las manos hacia su enredado y sucio cabello y lo
jalaba mientras susurraba—: ¿Y si no lo logra?

Antes de que pudiera decirle que no pensara de esa manera, su tía envolvió un
brazo tatuado alrededor de sus hombros y la sacudió en un abrazo apretado y lateral.

—Detente. No digas eso. No lo pienses. No te imagines otra cosa que Ry abriendo


los ojos. Ya tenemos suficientes problemas en esta familia; nunca pedimos más.

Levanté la vista cuando alguien me agarró el brazo y me puse en pie. El papá de


Ry estaba a mi lado, mirando a su hija con ojos tan fríos, que me sorprendió que no
congelara a la gente. Me aparté para que pudiera sacar a Daire de su asiento por su brazo
bueno. Pensé que iba a abrazarla y decirle que todo estaría bien de la misma manera que
Cora, pero no lo hizo.

En cambio, se sentó en el asiento vacío junto a su hermano mayor y tiró de Daire


hacia abajo, así que ella estaba sentada en su regazo como una niña. Puso una mano en el
costado de su cabeza y acarició su sucio cabello mientras ella apoyaba su mejilla sobre su
hombro.

—Conoces a tu hermano, niña. No va a ninguna parte o se da por vencido sin


luchar. Es demasiado terco y demasiado decidido a tomar el camino fácil. Va a estar bien.
¿No te prometió tu mamá que no dejaría que le pasara nada? Tienes que confiar en ella,
¿de acuerdo?

Me miró cuando dijo la última parte, y tuve la sensación de que me hablaba más a
mí que a Daire. Asentí y me volví hacia mis padres mientras los hermanos Archer se
inclinaban uno junto al otro para formar un frente unido. Me sentí horrible de que esta
fuera la segunda vez que estaban pasando por algo como esto y que Daire estaba siendo
comida viva por la culpa. Era más fácil concentrarme en el dolor de los demás, así no tenía
que concentrarme en el mío. Sabía que si les daba suficiente espacio, mis emociones iban
a enloquecer, y estaría en un estado aún peor que el de Daire. Estaba haciendo todo lo
posible por serenarme, porque en este momento, la atención no tenía que estar en mí. Lo
cual definitivamente no era como había planeado terminar mi gran noche.

Mi papá me envolvió en un apretado abrazo de oso tan pronto como estuve a una
distancia cercana. Mi mamá me agarró por la espalda y nos abrazó a los dos, así que estaba

PÁGINA | 203
completamente envuelta en su amor y protección. Finalmente, sentí una lágrima caer
libre mientras apretaba mis ojos cerrados e intentaba controlar mi respiración.

—Me gusta mucho, mucho. —Iba camino a enamorarme de él, y no del tipo dulce,
esponjoso e inocente que sentí cuando nos encontramos por primera vez. Este era el
verdadero trato. El tipo de amor que se asentaba en tus huesos y arraigaba profundamente
en tu corazón. No tenía garras ni dientes como el amor de Remy, pero aun así era grande
y aterrador—. No sé qué haría sin él.

Si no fuera por Ry Archer, estaría viviendo el sueño de otra persona y fingiendo


que había conseguido todo lo que quería cuando estaba realmente vacía por dentro.

—Vas a hacer exactamente lo que ya estabas haciendo porque nada va a cambiar.


El chico que vuelva podría ser un poco diferente al que tenías originalmente, pero eso iba
a pasar mientras seguían creciendo y aprendiendo el uno del otro de todos modos. —Mi
papá besó la parte superior de mi cabeza y me sostuvo aún más fuerte—. Es más difícil
aferrarse que dejar ir, Bowe. Y si sé algo sobre los Archer, es que una vez que tienen en
sus manos algo que significa el mundo para ellos, se niegan a dejarlo ir. Creo que Ry se ha
estado aferrando a ti por mucho tiempo, cariño. Tienes que creer que no va a perder el
control ahora. —Las palabras de mi mamá serpenteaban a través del doloroso peso que
amenazaba con asfixiarme.

—Y al igual que Rule le dijo a Daire, Shaw prometió no dejar que le pasara nada.
Moverá montañas para asegurarse de que su hijo salga de esto. Puedes creer en ella si no
tienes la fe o la fuerza para creer en milagros en este momento.

Era imposible no tener esperanza con ambos abrazándome y diciéndome


exactamente lo que necesitaba oír. No necesitaba mantenerme serena porque mis padres
estaban haciendo el trabajo por mí. Finalmente me permití llorar y permití que el dolor
que había mantenido a raya se hinchara. Esa llama en el centro de mi pecho continuó
ardiendo, y supe que mi corazón estaba más que herido esta vez.

No estaba rota. Al menos aún no. Definitivamente estaba agrietada y al borde de


romperme. Y si Ry no salía de esta pesadilla, no iba a haber suficiente pegamento en este
planeta para volver a unir las piezas.

PÁGINA | 204
CAPÍTULO VEINTIDOS

i alguien me preguntara cómo se sentiría el olvido, mi conjetura


habría sido tranquilo, apacible y pacífico. Supuse que todo sería negro
y aburrido. Imaginé que sería cálido, como flotar en agua y sentirse
ingrávido y ligero.

Nada de eso fue así.

Mi olvido era tan brillante y ardiente que quemaba. No tenía nada de aburrido.
Había demasiado de todo sucediendo a la vez, y en lugar de sentirme flotando, sentía
como si estuviera siendo arrastrado hacia abajo. Cada minuto me hundía más y más en el
dolor y la desorientación. Escuché un montón de voces diferentes rogándome que abriera
los ojos y ordenándome que no muriera. Sentía las manos moviéndose sobre mí, algunas
para consolar, otras para sanar. Destellos de recuerdos me sacudieron el cerebro, pero
sentía que no podía agarrarme a ninguno de ellos. Tuve visiones y vi escenas que trazaron
mi vida hasta ahora. Algunas trataron de mostrarme lo que podría ser si luchaba solo un
poco más. Repetidamente trataron de infundir vida, solo para parpadear rápidamente
cuando empecé a centrarme en ellas. Era demasiado. Y por primera vez en mi vida,
contemplé rendirme.

Pensé en dejarme ir.

Pensé que podría ser la única manera de detener el dolor, y la única manera de
apagar la intensa e implacable luz.

Ninguna de las voces incorpóreas fue suficiente para hacerme retroceder. Ninguna
de las manos tratando de aferrarse a mí eran lo suficientemente fuertes para evitar que
cayera más lejos en el brillante abismo amenazando con tragarme.

Solo quería que todo parara.

PÁGINA | 205
Pero justo cuando estaba a punto de rendirme ante la agonía que lo abarcaba todo,
justo cuando iba a seguir a las estrellas calientes y deslumbrantes a donde quiera que
estuvieran tratando de conducirme, finalmente me aferré a una visión que se solidificó y
llegó clara como el cristal.

Al principio, pensé que estaba mirando a mi papá. Esperaba que me dijera que hice
llorar a mi mamá y a mi hermana, así que estaba indefinidamente en su lista negra. Sabía
que él estaba muy preocupado por mí también, pero hacer llorar a mi mamá era
imperdonable a sus ojos. Estaba dispuesto a disculparme y asegurarle que no tenía la
intención de acabar en tal estado, pero mientras Daire estuviera bien, no importaba que
me sintiera como si me hubiera atropellado una aplanadora. Las palabras no llegaron, pero
a medida que la imagen se acercaba, me di cuenta de que no era mi papá, sino alguien que
se parecía a él.

Sus ojos eran iguales.

El cabello oscuro y la altura eran iguales.

La sonrisa torcida que parecía guardar muchos secretos era la misma.

La única diferencia era que este tipo no tenía tatuajes.

Me imaginaba que así era mi padre cuando era un adolescente porque la persona
que estaba frente a mí no era mayor que yo. Este tipo, parecía el tipo con el que la mayoría
de la gente asumía que estaba casada mi mamá cuando se enteraban de su carrera y sabían
de qué tipo de familia venía. Podía decir, incluso a través de todo el dolor y la luz que me
estaba cegando, que este hombre amaba a mi mamá y papá. Estaba encantado de que
estuvieran juntos. Me di cuenta de que me amaba y que estaba aquí para decirme que no
me rindiera.

No era hora de rendirse.

No era hora de rendirse.

Era hora de pelear.

—Me han comparado contigo toda mi vida. Eran zapatos muy grandes para llenar.
Espero que te haya hecho sentir orgulloso. —No estaba seguro si dije las palabras en voz
alta o solo las pensé.

PÁGINA | 206
De cualquier manera, parecía que el extraño con un rostro familiar entendía.
Cuando me sonrió y asintió, las similitudes entre él y mi padre fueron aún más evidentes.

—Eres mejor que yo en todos los sentidos, Ry. Eres más valiente. Eres más
inteligente. Eres más honesto y amable que yo. Te diste cuenta más rápido que yo que
nunca serás feliz si escondes quién eres del mundo. Me quedé sin tiempo para aprender
esa lección. —Una ceja negra se alzó mientras nos mirábamos—. También eres más fuerte
que yo. Te prometo que si te rindes ahora mismo, te arrepentirás. Si pudiera hacer todo
de nuevo, nunca dejaría de pelear, incluso cuando se sentía demasiado difícil.

—Siempre he querido conocerte. ¿Sabes cuánto te echa de menos mi papá?


¿Cuánto te echa de menos toda nuestra familia?

El hombre por el que Remy fue nombrada, y a la sombra de quien siempre había
caminado, asintió seriamente.

—Lo sé. También los extraño a todos. Pero tengo un propósito aquí. Es mi trabajo
asegurarme de que ninguno de ustedes se reúna conmigo antes de que sea el momento.
Nos encontraremos de nuevo, Ry. Sin embargo, ni un segundo antes de que estemos
destinados a hacerlo. Puedo ser muy testarudo cuando quiero. Pregúntale a tu tío Rome
cuando despiertes.

—Todo duele. —Tanto. Solo quería que se detuviera. Quería que las luces se
apagaran, y el peso que sentía como que me estaba aplastando se levantara.

—Sé que sí. Te prometo que este dolor no es nada comparado con lo que pasará si
te rindes. Tu hermana estará destruida. Tu mamá nunca lo superará, y tu papá... —Se alejó
y sacudió la cabeza—. Apenas sobrevivió cuando me fui. No estoy seguro de que se vaya
a recuperar si tiene que pasar por lo mismo otra vez. Te necesitan.

Lo sabía. De verdad. Simplemente no estaba seguro de que eso fuera suficiente para
sacarme del iluminado vacío que sentía que se estaba haciendo más grande, cuanto más
tiempo estaba rodeado por la luz y el vacío.

—No voy a ser el mismo si me despierto, ¿verdad? —Y tal vez por eso la tentación
de someterme a la facilidad de dejarme ir fuera tan fuerte. Era absolutamente aterrador
pensar en lo diferentes que serían las cosas cuando solo fuera capaz de hacer la mitad de
las cosas que solía hacer.

PÁGINA | 207
¿Cómo reaccionaría mi familia?

¿Cómo lo haría Bowe?

Ella y yo apenas habíamos hecho algún progreso, y cualquiera que fuera nuestra
relación, todo era todavía nuevo y frágil. ¿Era demasiado esperar que se adaptara a amar
una versión completamente nueva de mí cuando acababa de empezar a ablandarse hacia
la antigua?

—Nadie será igual cuando despiertes. Cuando casi pierdes a alguien que amas,
cambia quién eres. Te hace evaluar las cosas que son realmente importantes y sin las que
no puedes vivir. Tuve a alguien a quien amaba. Alguien muy especial. Ahora sé que el
miedo a perder mi capacidad de practicar deporte, de perder la máscara detrás de la que
me escondía, no es nada comparado con el terror que sentí al renunciar a esa persona. No
seas como las peores partes de mí, Ry. Odiaría eso para ti. La gente que te ama te necesita,
pero tú también los necesitas. ¿Estás listo para renunciar a ellos?

Había una elección correcta y una incorrecta, y si no tenías cuidado al elegir, las
consecuencias podrían ser más de las que una persona podría soportar.

—No estoy listo. —Todavía había demasiada vida por vivir y demasiadas
experiencias por tener. Mi plan podría haberse ido al infierno, y mi futuro podría no estar
claro, pero no estaba dispuesto a alejarme de la gente que amaba porque tenía miedo de
lo desconocido.

Mi tío Remy tenía razón. Me dolía de los pies a cabeza, pero no se comparaba con
el dolor en mi corazón cuando pensaba en no volver a ver nunca más a mi familia y a
Bowe.

—Mira, no eres tan parecido a mí. Eres mejor. Despierta y vive mejor tu vida.
Hazme orgulloso. Asegúrate de cuidar de tu papá por mí.

Mi cabeza comenzó a sentirse borrosa, y finalmente la luz que me había estado


cegando comenzó a oscurecerse. La oscuridad se arrastraba alrededor de los bordes de mi
visión, y algo de la pesadez que me sostenía hacia abajo se levantó.

—Sabes, no pasa un día en el que no te extrañen con locura.

Se rio ligeramente y me sonrió. Por alguna razón, pensé que se veía aún más triste
de lo que mi papá solía estar.
PÁGINA | 208
—Lo sé. Lo siento justo aquí. —Tocó su pecho donde su corazón estaría latiendo
si esto fuera real y no solo un delirio febril o alucinación inducida por drogas—. También
extraño a todo el mundo. Dile a tu prima que nunca quise que terminara con mi suerte
tanto en el amor como con mi nombre. Siento que le debo una disculpa por pasarle ambas.
Si alguno de ustedes realmente se parece a mí, es ella. Pobrecita.

Sentí como si de repente me golpearan con un cubo de agua helada, y todo lo que
ardía dentro de mí se calmara. Por fin era lo suficientemente tenue, ya no me sentía
cegado, y esa ligera sensación flotante que había estado anhelando finalmente me
encontró. Las voces que me llamaban no sonaban borrosas y podía decir que quienquiera
que me tocara estaba haciendo lo imposible por mantenerme con ellos.

Todavía me dolía, y todavía era un poco demasiado. Afortunadamente, ya no era


abrumador, y sabía que no importaba qué, iba a despertar.

Eché un último vistazo al hombre que había definido gran parte de mi vida. La
imagen de él que parecía tan sólida y tan real comenzó a ser borrosa y desvanecerse. Me
gustaría que hubiera más tiempo para que pudiera preguntarle todo por lo que a menudo
había estado curioso. Dijo que nos encontraríamos de nuevo, e incluso si era solo un
producto de mi imaginación fracturada y adolorida, le creí. Hizo que lo que fuera que me
estaba esperando en lo desconocido fuera menos aterrador y me hizo sentir que nunca iba
a haber un punto en el que terminara solo.

Ese sentimiento helado que me sacó del borde de cualquier profundo y oscuro pozo
en el que estaba a punto de desaparecer, se extendió constantemente a través de mi
cuerpo. Hizo que mis dedos se movieran y obligó a que mis pulmones se contrajeran. Todo
pasó de la oscuridad a la luz y de nuevo a la oscuridad, lo que me tenía listo para
enloquecer. Entonces, abrí mis ojos directamente a una luz sostenida por mi mamá
mientras se inclinaba sobre mí. Parpadeé rápidamente en reacción e intenté mover mi
cabeza. Aprendí que moverse rápidamente no era una buena idea. También muy rápido
me di cuenta de que no podía hablar porque había algo metido en mi garganta. Podría
haber dolido más allá de la imaginación cuando estaba atrapado en la luz brillante, pero
no era nada comparado con la agonía que irradiaba a través de mis extremidades ahora
que estaba consciente.

La expresión de mi mamá cambió drásticamente cuando nuestros ojos se


encontraron. Vi al profesional médico altamente entrenado, desvanecerse mientras la

PÁGINA | 209
madre abrumadoramente aliviada tomaba el control. Inmediatamente extendió la mano
para tocar mi rostro y alisar mi cabello hacia atrás mientras las lágrimas humedecían sus
ojos. Oí otras voces en la habitación, pero no podía apartar la mirada del rostro agotado
de mi madre.

No podía hablar y no podía moverme, pero por suerte, ella siempre me conocía
mejor que yo mismo. Respondió a todas las preguntas que habría hecho si hubiera sido
capaz.

—Estás en mal estado, niño. Tienes lesiones graves desde la parte superior de la
cabeza hasta los dedos de los pies. Te tenemos con unos analgésicos muy fuertes, así que
probablemente todo estará borroso por un tiempo. Estuviste inconsciente por dos días.
Tuviste una operación muy seria, y tienes barras de metal y tornillos sosteniendo tus
huesos en su lugar, así que te mantuvimos en coma para ayudar con el manejo del dolor.
—Respiró un largo aliento, y me di cuenta de lo pálida que se veía—. Hubo una
complicación inesperada cuando estabas en coma. El cirujano encontró un desgarro en tu
hígado que fue más difícil de tratar de lo previsto. Tu pronóstico fue cuestionable por un
minuto, pero por suerte el equipo lo controló y detuvo la hemorragia. La buena noticia es
que no había nada roto que no pudiéramos arreglar o unir. Estás viendo un largo camino
a la recuperación, pero vas a estar bien. —Sollozó y dijo algo a otro médico que apareció
a su lado. Habló en compleja jerga médica durante unos minutos antes de volver su
atención hacia mí—. Tu hermana tiene solo mayormente golpes y moretones. Está negra
y azul por todas partes y está muy preocupada por ti, pero va a estar bien también. Ambos
tuvieron mucha suerte, Ry. Ese accidente mató a tres personas, dejó a una paralizada de
la cintura para abajo e hirió gravemente a otras doce. Salvaste la vida de tu hermana
cuando la apartaste del camino. Gracias a ti, se las arregló para huir del tráfico y los autos
que estaban fuera de control. Fue golpeada con algunos desechos que volaron cuando
chocaron su auto, pero te prometo que está bien. Cuando te digo que debes haber tenido
un ángel guardián cuidándote esa noche, no estoy exagerando. El accidente empujó tu
camioneta hacía adelante y hacía los costados sobre ti, lo que provocó la mayor parte del
daño. Pero también te cubrió y te protegió del resto de autos en la colisión. Estuviste justo
en medio de uno de los peores accidentes que he visto, y sobreviviste. Es un milagro.

Limpió sus lágrimas y se inclinó para poder besarme la mejilla. Debió pensar que
era un lugar seguro y no me haría mucho daño si la tocaba, pero estaba equivocada. Toda
mi piel parecía un nervio palpitante y expuesto.

PÁGINA | 210
—Todos han estado hechos un manojo de nervios esperando a que despiertes. Tu
papá y tu hermana prácticamente viven en la sala de espera, y Bowe ha estado junto a tu
cama constantemente hasta que la echamos y la obligamos a cuidarse. Tienes un montón
de gente pendiente de ti, Ry. Gracias por volver.

Estaba llorando en serio ahora, y pude ver que estaba temblando. Una enfermera
se detuvo para preguntarle si estaba bien, pero ella la despidió. Mi mamá luchó por
recuperarse y aclaró su garganta.

—Tenías un pulmón colapsado y fluido en la cavidad torácica. También había algo


de hinchazón y moretones en el otro pulmón, por lo que has sido intubado. No podrás
hablar por un rato, pero haré que te lo quiten tan pronto como sea seguro.Tenemos que
hacer un montón de pruebas ahora que estás despierto, ¿de acuerdo? Va a ser molesto e
incómodo, pero son necesarias para asegurarnos de que estás sanando por dentro y por
fuera, así que ten paciencia con el personal que está a punto de entrar y salir de aquí
molestándote cada hora.

Hubiera asentido o dado un pulgar hacia arriba si pudiera moverme sin sentir que
estaba siendo devorado por las hambrientas hormigas rojas. Todo lo que podía hacer era
parpadear para responder. Honestamente no estaba seguro de cuánto tiempo más podría
mantener mis ojos abiertos. Las luces de esta habitación no eran tan dolorosas como las
de mi versión del olvido. No quería volver a donde fuera que podía ver al tío Remy, pero
mantenerme despierto mientras mi cuerpo latía y me dolía hasta el punto que quería
vomitar tampoco sonaba muy divertido.

Sin embargo, toleré ser pinchado y pinchado y pinchado con agujas por lo que se
sentía como por siempre, porque mi mamá prometió que traería a Bowe para verme tan
pronto como le dejara saber al resto de mi familia que estaba despierto.

Me quedé lo más quieto posible e intenté aguantar hasta que esos conocidos ojos
dorados aparecieron.

Bowe se veía tan demacrada como mi mamá. Aparentemente, había estado


llorando, porque sus ojos permanecían secos mientras me miraba. Estaba bien para mí que
no estuviera llorando. Estaba bastante seguro de que tenía suficientes lágrimas
acumuladas por los dos. No sé por qué mirarla rompió la presa, pero pude sentir humedad
en mi rostro y pestañas mientras parpadeaba rápidamente.

PÁGINA | 211
Bowe extendió la mano y limpió suavemente la humedad. Una sonrisa temblorosa
alrededor de sus labios mientras exhalaba larga y lentamente mientras acariciaba
suavemente mi rostro.

—Bienvenido de nuevo, Archer. Te extrañé más estos dos días que los dos años
que estuvimos separados.

Quería decirle que era una de las principales razones por las que abrí los ojos.
Quería hacerle saber que valía la pena vivir por ella. Quería rogarle que no me dejara,
incluso si sería mucho para manejar en una manera completamente nueva. Quería
prometerle que cualquier cosa que pasara entre nosotros en el futuro valdría la pena la
lucha que estábamos a punto de atravesar.

Pero más que nada de eso, quería hacerle saber que estaba enamorado de ella y lo
había estado durante tanto tiempo como podía recordar. Tenía que volver y decírselo.

Hizo un sonido de dolor en su garganta y se estiró por mi mano. Tiernamente tocó


mis dedos y susurró:

—Gracias a Dios tenemos más tiempo para averiguar cómo estar enamorados el
uno del otro. Siempre hemos estado demasiado temprano o demasiado tarde, pero esta
vez, el reloj se detuvo y nos dejó ponernos al día. Nunca te perdonaría si me dejaras antes
de tener la oportunidad de decirte que te amo. —Me miró con una suave sonrisa en su
rostro—. Estaba al borde desde que éramos niños tontos, pero al pensar cómo sería la vida
sin ti, sé con seguridad que la forma en que me siento no es algo simple, o algo que nunca
voy a ser capaz de olvidar. Siempre has sido mi primer amor. Estoy bastante segura de que
también vas a ser mi último, Ry.

Estaba tan enojado de no poder responderle. Quería decirle que iba a ser mi única,
y mi primera y última también. Quería hacerle saber que el único lugar en mi cuerpo que
no dolía como el infierno en este momento era mi corazón. De alguna manera, lo mantuvo
a salvo mientras el resto de mí pasaba por el escurridor. Esperaba que mis ojos
transmitieran lo mucho que sentía y lo agradecido que estaba de estar vivo. Esperaba que
pudiera ver lo mucho que significaba para mí.

Brillante oro cálido que calmaba todo el camino a mi alma fue la última cosa que
recordé antes de que finalmente encontrara un olvido que no se sentía como el infierno

PÁGINA | 212
en la tierra. Podría pasar algún tiempo en este porque sabía quién me estaba esperando en
el otro lado.

PÁGINA | 213
CAPÍTULO VEINTITRES

El fin del verano…

inalmente estamos solos —respiró Ry las palabras con


un suspiro aliviado mientras se movía rígidamente para
sentarse en el borde de la cama. Observó una buena
parte de la lujosa habitación de hotel que había
reservado para nosotros por los próximos días.

El verano casi había terminado. El aire en Colorado estaba empezando a enfriarse,


y yo estaba oficialmente regresando a Austin durante el fin de semana. Durante las últimas
ocho semanas, Ry se había estado recuperando en la casa de sus padres, así que no quería
que nuestros últimos días juntos los pasáramos esquivando a sus padres o compañeros de
piso. También mencionó que no quería pelear con Remy por mi atención durante
nuestros últimos días juntos. Estaba mayormente en recuperación, había sido capaz de
moverse mejor, y fue capaz de durar más tiempo sin medicación para el dolor, así que
cuando sugirió quedarnos en un hotel por un par de noches, cedí, sobre todo para hacerlo
feliz. Pensé que era un frívolo derroche de dinero. No era como si hubiera dejado que el
hecho de estar herido y vivir bajo el techo de sus padres lo retrasara demasiado cuando se
trataba de su vida sexual. Simplemente teníamos que ser creativos y aprender a ser muy,
muy silenciosos. Era casi como cuando nos escabullíamos cuando éramos adolescentes.
Solo que, ahora que estábamos realmente a solas juntos, y la realidad de nuestro limitado
tiempo juntos se había hundido, me alegraba de estar aquí con él.

No estaba más ansiosa que él por despedirme. Mucho de mi tiempo y pensamientos


fueron consumidos por él este verano; No estaba segura de que estuviera lista para saltar
de nuevo a la vida real. Estaba nerviosa por volver a la escena musical altamente
competitiva y crítica en casa después de haber sido tan calurosamente abrazada por
Denver. Había pasado el verano construyendo un fuerte grupo de seguidores, así como mi

PÁGINA | 214
confianza, pero era hora de salir a carretera y ver si realmente tenía lo que se necesitaba
para hacerlo como solista. Tenía que enfrentar a la gente que había decepcionado y dejado
atrás para seguir adelante por mi cuenta. Tenía que ir más allá del miedo al fracaso y
decepcionar a mis padres. No me sentiría como si hubiera logrado ninguna de esas cosas
hasta que abordara la escena musical en mi ciudad natal.

Seguí a Ry hasta la cama. En lugar de sentarme a su lado, me senté con cautela


sobre su regazo, envolviendo cuidadosamente un brazo sobre sus hombros para mantener
mi equilibrio. Acababa de quitarse el yeso del tobillo, e insistió en que sus costillas
empezaban a doler cada vez menos. Todavía tenía un extraño corsé que se envolvía
alrededor de sus hombros para ayudar a sanar su clavícula. Su hombro separado
permanecía pegado como una momia, pero en general, estaba menos negro y azul e
inmóvil de lo que había estado todo el verano. Todavía estaban en camino semanas de
fisioterapia y meses de seguimientos continuos con profesionales médicos, pero si le
echaras un vistazo, no había forma de saber que era un chico que casi muere hace unas
pocas semanas. Sin embargo, si notabas su forma de caminar y la forma lenta y deliberada
en que se movía, tampoco podrías decir que era un chico que una vez fue probable que
fuera la primera elección en la selección de jugadores para la NFL.

Ry se veía mucho mejor que cuando lo vi por primera vez acostado en la cama del
hospital con cables y tubos saliendo de cada parte de él, pero no se podía negar que no era
el mismo chico que era al comienzo del verano.

No solo el fútbol estaba fuera de la mesa, sino que también había decidido saltarse
el próximo semestre de la escuela para poder centrarse en mejorar y averiguar lo que
quería hacer con el resto de su vida. Ahora que la opción de ser un jugador de fútbol
profesional se había ido, realmente tenía que decidir lo que quería ser cuando creciera.
Simpatizaba con la necesidad de cambiar de marcha cuando pensabas que todo iba bien.
Todo lo que podía hacer era apoyar cualquier decisión que tomara y prometer estar a su
lado, de la misma manera que se quedó conmigo cuando tiré una oportunidad de oro por
el triturador de basura.

Éramos jóvenes y resistentes. Este era el momento en nuestras vidas cuando se


suponía que debíamos cometer errores y crear recuerdos.

PÁGINA | 215
Corrí una mano por el costado del rostro de Ry y me incliné hacia él mientras
envolvía su brazo alrededor de mi cintura para sostenerme más cerca mientras me sentaba
sobre él.

—Me sorprende que tu mamá te haya dejado salir de casa. Apenas te ha dejado
mover un dedo mientras has estado allí. —No había duda de que Ry recibía la mejor
atención médica que Denver tenía para ofrecer. Su madre se había hecho cargo de su
cuidado casi tan pronto como abrió los ojos, y no se detuvo incluso cuando comenzó a
sanar. Estaba siendo un poco sobreprotectora, pero Ry parecía entender que necesitaba
estar sobre él después de acercarse tanto a perderlo. Así que toleró el cuidado infantil y el
escrutinio constante por su bien.

—Sabe que te estás preparando para volver a Texas, y necesitaba ser capaz de decir
un adiós apropiado sin interrupción o una audiencia. Además, mi papá le dijo que era algo
que iba a hacer, lo quisiera o no. Le recordó que me iba a mudar a mi apartamento en unas
semanas, así que esta sería una buena prueba para que se acostumbrara a que me fuera.
Estoy bastante seguro de que quería cubrirme con plástico burbuja antes de que saliera
por la puerta, pero se abstuvo y actuó mayormente normal. —Inclinó su cabeza hacia
adelante para que pudiera apoyar mi barbilla en su suave cabello. Soltó un sonido
angustiado y me apretó—. Honestamente, Daire lo pasó peor que mi mamá cuando me
fui. Lloró. Me rogó que no me fuera, y cuando le dije que me tenía que ir, le dio un ataque
y se encerró en su habitación. Siempre ha sido dramática, pero esto es extremo, incluso
para ella. Creo que mis padres necesitan conseguirle un poco de ayuda profesional.

Giré mi cabeza para poder frotar mi mejilla contra su sedoso cabello.

—Vio cómo te atropellaban y luego vio cómo todos esos autos chocaban entre sí.
Apenas escapó con vida, y se siente culpable por haberte llamado para que fueras a
ayudarla. Eso es mucho por procesar para cualquiera. Puede que solo necesite algo de
tiempo, pero hablar con alguien que pueda ayudarla a procesar todo eso no estaría mal.

Gruñó en respuesta mientras se retiraba para poder mirarme con el ceño fruncido.

—Vinimos aquí para alejarnos de mi familia, y todo lo que hemos hecho es hablar
de ellos. Todos sus problemas seguirán aquí una vez que te hayas ido, así que no nos
preocupemos por nadie más que nosotros ahora mismo. ¿Estás segura de que quieres que
Remy te deje en el aeropuerto en vez de mí? Sabes que me encantaría llevarte.

PÁGINA | 216
Puse mis manos a cada lado de su ridículamente atractivo rostro y bajé mi cabeza
para que pudiera dejar caer un beso en la dura línea de su boca. Cómo todavía se veía tan
bien mientras llevaba una expresión de mal humor era un misterio.

—Si me llevas, no voy a querer subir al avión. Y puedo llorar, lo que odio hacer en
público. —Suspiré y lo besé de nuevo, pero esta vez fue más suave y sostuvo una pizca de
disculpa—. No creo que sea lo suficientemente fuerte para alejarme de ti otra vez, Ry.
—Era la razón principal por la que le pedí a Remy que me llevara.

Al principio, pensé que Remy vendría a Austin conmigo, al menos por un tiempo,
pero para sorpresa de todos, decidió quedarse en Denver por el momento. Parecía que
también tenía algunos asuntos pendientes que necesitaba resolver antes de mudarse a
donde estaba destinada a estar.

Ry juró y se retorció cuidadosamente para que pudiera derribarnos de nuevo en el


colchón. Cada movimiento que hacía era más deliberado y más lento de lo que solía ser.
Fue raro tratarlo como si fuera frágil todo el verano. También fue algo romántico. Ser
dulce con él y tenerlo siendo dulce de vuelta era una nueva dinámica entre nosotros.
Tuvimos que aprender a ser pacientes y cautelosos para que no resultara más herido de lo
que ya estaba. Teníamos que comunicarnos y ser honestos sobre lo que funcionaba y lo
que no, por no mencionar todas las semanas justo después del accidente cuando todo lo
que podíamos hacer era hablar el uno con el otro porque su cuerpo estaba literalmente
para nada más. Afortunadamente, aprendí que realmente me gustaba el tipo que era Ry
Archer. Si bien podríamos ser diferentes en la superficie, teníamos rasgos comunes que
nos hacían quienes éramos, y eso hacía que fuera fácil entendernos. Me perdí todas esas
similitudes cuando éramos más jóvenes porque pensé que eran parte del papel que estaba
jugando. Me sentí aliviada al saber que todas las partes y piezas de él por las que me
enamoré en ese entonces terminaron siendo el verdadero trato.

El accidente aceleró nuestra relación y nos obligó a pasar el tiempo necesario para
conocernos realmente. Así que, sabía que realmente lo decía en serio cuando me dijo en
voz baja:

—No estoy seguro de ser lo suficientemente fuerte para dejarte ir de nuevo


tampoco.

—Te amo con locura, Archer.

PÁGINA | 217
Me sonrió mientras sus cejas oscuras se alzaban. Siempre parecía un poco
sorprendido cuando le decía esas palabras. Le pregunté una vez si no me creía cuando le
decía que lo amaba porque todavía parecía tan sorprendido cuando lo decía. Me dijo que
no era nada de eso. En cambio, me dijo que sentía el impacto de mis palabras a través de
todo su cuerpo, y que todavía se estaba acostumbrando a tener una reacción tan visceral.
No necesitaba recordarme que no fui la primera chica en decirle que lo amaba. Sin
embargo, nunca me dejó olvidar que era la primera chica de la que quería oírlo, por lo
que nunca podía ocultar su reacción.

—Te amo a lo grande, Bowe. —Su voz era áspera y llena de emoción cruda.

No dudaba que lo hiciera. No porque lo dijera con tal convicción, o porque me


estuviera mirando con su corazón en esos ardientes ojos azules, sino porque iba a dejarme
ir y no trató de hacerme sentir mal por ello o hablarme de ello. En cambio, me animó a
seguir caminando por el camino en el que estaba, aun sabiendo que me estaba alejando de
él. Me aseguró que entendía que no estaríamos separados para siempre y que habíamos
resistido el tiempo, la distancia, e incluso los malos entendidos antes y todavía nos las
arreglamos para terminar juntos. Esto no era nada a lo que no pudiéramos sobrevivir
mientras estuviéramos comprometidos el uno con el otro y con estar juntos a largo plazo.
Siguió empujándome hacia adelante y nunca intentó detenerme, y así fue como supe que
realmente me amaba.

—Te voy a echar mucho de menos.

Ry se bajó de donde estaba parcialmente apoyado por encima de mí ya que todavía


no podía poner demasiado peso en su hombro dañado.

—Me echas de menos más tarde. Ahora mismo, aprovechemos al máximo el


tiempo que nos queda.

¿Qué mejor manera había de decir adiós que estando tan cerca como era
humanamente posible y compartiendo todo lo que tenías con alguien a quien amabas?
Además, ¿quién sabía cuánto tiempo pasaría antes de que nos reuniéramos? No estaba
ansiosa por irme sin algo tan bueno. Tenía razón. Necesitábamos saciarnos el uno del otro
mientras aún teníamos la oportunidad.

—Está bien. No más melancolía. —Era la compositora en mí. No pude evitarlo. Me


levanté y puse una mano en su hombro bueno y lo empujé sobre su espalda—. Pero tienes

PÁGINA | 218
que dejarme hacer la mayor parte del trabajo. No voy a enviarte de vuelta en peores
condiciones de las que te tengo. Nunca escucharía el final de esto por parte de tu hermana.
—Y es más que probable que muriera de vergüenza.

Ry hizo una mueca y agitó la cabeza.

—No. Estoy cansado de dejarte hacer todo el trabajo. Ambos tenemos que
esforzarnos esta vez.

Tenía la clara impresión de que hablaba de algo más que sexo. El subtexto era que
ambos teníamos que poner el esfuerzo en esta relación una vez que estuviéramos
separados, o fallaría.

—Muy bien. Ambos podemos hacer el trabajo para llegar a donde tenemos que
estar; solo tenemos que tener cuidado. —No quería que ninguno de los dos resultara
herido cuando todo estaba dicho y hecho.

—Puedo trabajar con cuidado. —Definitivamente había logrado hacer un trabajo


cuidadoso durante la mayor parte del verano, así que no tenía dudas de que hoy sería
diferente.

Lo besé rápidamente, luego me alejé de la cama para poder ayudarlo a desnudarse.


Tomó un poco de tiempo y un toque suave en estos días conseguir que se desvistiera.
Todavía era un poco discordante ver su cuerpo antes perfecto ahora empañado con varias
cicatrices dejadas por el accidente. Aún era guapo con esas imperfecciones, pero era un
duro recordatorio de lo cerca que estuve de perderlo.

Puesto que tenía que estar en el fondo porque no podía sostener su propio peso en
el momento, una vez que estuvo desnudo, se dejó caer en la parte superior de la gran cama
y se situó justo en el centro. Me observó quitarme la ropa con ojos brillantes y ansiosos y
me señaló con un dedo cuando estuve en el mismo estado de desnudez.

—Ven aquí.

Podría ser una de las pocas órdenes que me daban que no me importaba obedecer.
Me puse a gatas en la cama y me arrastré sobre él. Cuando estuve lo suficientemente cerca
como para besarlo, lo hice con toda la pasión y posesión que tenía dentro de mí. Quería
que sintiera lo difícil que sería para mí despedirme de él. Quería que supiera sin duda que
dejarlo era necesario, pero era lo último que quería hacer.

PÁGINA | 219
Me devolvió un beso voraz, la lengua sin mostrar piedad y los dientes trabajando
para dejar marcas para recordarlo. El beso hizo que mis extremidades se sintieran débiles
y mi cabeza se sintiera pesada. Hizo que mis pezones se apretaran y mi coño empezara a
sentir hormigueos y emoción. Me incliné más cerca para poder frotarme en su amplio
pecho en busca de algo de fricción. Estaba entrando en un ritmo que hacía que mis
pezones palpitaran y la humedad se acumulara entre mis piernas cuando Ry se movió
debajo de mí y silenciosamente me instó a dar la vuelta.

Me desconcertó lo que quiso decir hasta que señaló su boca y luego la mía.

—Ambos tenemos que hacer el trabajo. ¿Recuerdas?

Tragué y me moví lentamente para poder situarme sobre él. Fue un toque
desconcertante tener todas mis partes más privadas directamente así en su rostro, pero me
negué a retroceder cuando vi cómo esta posición hacía que la impresionante erección
frente a mi rostro se hinchara. Sentí que una de las manos de Ry caía sobre mi cadera
mientras me maniobraba en el lugar. Su aliento era cálido entre mis piernas, y cuanto más
se acercaba su rostro a ese lugar oculto que ya estaba mojado y expectante, más dura
parecía la carne debajo de mí.

Al primer golpe de su lengua, me sorprendí. Dejé caer mi cabeza para envolver mis
labios alrededor de su polla, y me dije que no lo dejaría adelantarse. Si quería hacer esto,
estaba decidida a hacerlo tan bueno para él como él ya lo estaba haciendo para mí.

Me llevó un minuto encontrar un ritmo que no me atragantara con su longitud


cada vez que su lengua sondeaba mis pliegues hinchados y lisos. Era difícil concentrarse
en complacerlo cuando estaba haciendo lo mejor para hacerme enloquecer. Sentí que
usaba sus dedos para separar mi tierna abertura, dándole mejor acceso a mi cuerpo.
Condujo su lengua tan profundamente como pudo, lo que me tenía lista para colapsar
sobre él en un montón emocionado y tembloroso. En lugar de eso, puse todo mi empeño
en desarmarlo, usando mi boca y mis manos para acariciar cada punto sensible de su
cuerpo.

Lo tragué, y él giró su lengua. Alcancé entre sus piernas mientras usaba sus dedos
para encontrar mi clítoris. Jugué con la pequeña hendidura que goteaba líquido salado
contra mi lengua. Me folló con su rostro casi tan bien como lo hacía con su parte en la
que yo estaba haciendo mi mejor trabajo para empujar la mitad en mi garganta. Como
nunca antes había hecho algo como esto, fue un poco incómodo al principio. Con el

PÁGINA | 220
tiempo, descubrimos una ida y vuelta que me hizo perder la cabeza y lo tenía
retorciéndose en la cama debajo de mí. Mi parte favorita de estar unidos de esta manera
era que cada vez que hacía algo que le gustaba, hacía un ruido, y lo sentía donde su boca
estaba atrapada en mi centro. Y viceversa. Cuanto más profundo iba, más probaba, y
cuanto más presionaba en el punto más sensible, más gemía y jadeaba alrededor de la polla
llenando mi boca. Estábamos trabajando juntos como un equipo para llegar al mismo pico,
en busca de tanto placer como pudiéramos encontrar. Cuanto más empujaba él, más tiraba
yo. Fue la mejor forma de ir y venir de la que he sido parte.

Cuando usé mi lengua para rodear la punta con forma de flecha y trazar lo largo
de la parte inferior donde podía sentir su pulso corporal en respuesta, Ry finalmente se
liberó de devorarme y susurró:

—Si no te detienes, me voy a correr.

Apreté mi mano alrededor de la base y le di un apretón.

—Está bien. Estoy muy cerca también. —Quería llegar juntos, o tan cerca como
pudiéramos. Sentí que este era el tipo de momento que necesitábamos para encontrar
nuestra despedida no tan devastadora como podría ser. Era raro estar en perfecta
sincronización con alguien de principio a fin, pero así era la forma en que Ry y yo
habíamos estado desde el inicio. Tuvimos algunos comienzos y finales entre nosotros, pero
todavía nos las arreglábamos para encontrarnos a través de todo.

Ry puso su boca y sus manos de vuelta al trabajo, y yo también. No nos tomó


mucho tiempo llegar al punto en el que no podíamos concentrarnos. Sentí su cuerpo
rígido mientras sus piernas se movían sin descanso. Una de sus manos se envolvió
desesperadamente alrededor de mi muslo, y sus dedos se metieron en mi piel lo
suficientemente profundo como para saber que me iba a dejar marcas. Gimió contra mi
húmedo centro empapado, y sentí la vibración por todo mi cuerpo. Gemí alrededor de su
polla y sentí el peso completo y suave de su saco entre sus piernas y sus caderas. Una de
sus manos cayó sobre mi culo con una bofetada sólida, y al instante siguiente, tuve que
centrar mi atención en tragar para no ahogarme. No estaba exactamente preparada para
el doble asalto, o para que Ry se retirara mientras prácticamente rugía mi nombre.

Estaba tratando de ubicarme y terminar de chupar la prueba de que era una rápida
aprendiz cuando los dedos de Ry de pronto reemplazaron esa lengua dentro de mí. Me
tocó con una intención despiadada. Cada golpe y cada deslizamiento estaban dirigidos a

PÁGINA | 221
llevarme a las estrellas y a través de la línea de meta en el menor tiempo posible. No me
tomó tiempo deshacerme en sus manos. Dejé que su suavizada longitud cayera de mi boca
y monté los dedos enterrados profundamente dentro de mí hasta el final. Dejé caer mi
cabeza hasta que mi frente descansó contra su muslo. Jadeé y gemí a través de un orgasmo
que sacudió mi mundo y definitivamente me dejaría con recuerdos felices de nuestros
últimos momentos juntos en Denver.

Me quedé sin fuerzas contra él, dejando caer mi cuerpo sobre el suyo a pesar de
que estábamos a la inversa. Lo sentí acariciar su palma a través del punto en mi espalda
que estaba destinado a tener una marca roja con la forma de su mano.

—Sabes, en realidad somos muy afortunados.

Giré la cabeza y cerré los ojos, esperando recuperar el aliento mientras mi cuerpo
sufría de réplicas de placer. Teníamos toda la noche para hacer recuerdos, y yo diría que
comenzamos infernalmente.

—¿Por qué? —Me imaginé que iba a decir algo cursi sobre nuestra química o lo
mucho mejor que habíamos conseguido estar juntos de tantas maneras diferentes ahora
que teníamos práctica.

Pero era un Archer después de todo, y nunca hacían, ni decían, nada esperado.

—Porque siempre es difícil decir adiós entre nosotros. Si fuera fácil, no valdría la
pena. Espero que siempre sea tan difícil cuando tengamos que estar lejos el uno del otro.

Suspiré con gran satisfacción y me perdí en su delicada caricia.

—Mi mamá aún odia despedirse de mi papá, y él se ha ido una y otra vez durante
su matrimonio. Lo bueno es que todavía le encanta darle la bienvenida a casa. Nunca se
cansa de ello. Tal vez seremos así en el futuro.

Era algo que estaba ansiosa por hacer.

Como dijo Ry, éramos afortunados de muchas maneras, y nunca quería olvidar
ninguna de ellas.

Y para mí, la mejor manera de recordar todo lo que tenía que agradecer era escribir
canciones sobre ello. Así era como inmortalizaba y mostraba mi gratitud por todas las
cosas que me habían dado.

PÁGINA | 222
Incluyendo a Ry Archer.

PÁGINA | 223
EPÍLOGO

iré la lápida con la masiva herradura tallada en ella. Esta no era


la primera vez que visitaba esta tumba, pero era la primera vez
que estaba aquí sin sentir un abrumador sentimiento de
resentimiento y frustración. Era la primera vez que estaba aquí
viviendo una vida que era toda mía y no tratando de encajar en un molde dejado por la
persona cuyo nombre marcaba la pesada y dura lápida.

—¿Estás seguro de que has pensado todo esto? Has pasado por mucho este año. Tal
vez es una buena idea esperar un poco más antes de tomar decisiones tan grandes en la
vida. —Hacía frío ahora que Colorado se acercaba a los meses de invierno, haciendo
visible el aliento de mi papá mientras me preguntaba una vez más si estaba listo para dar
un paso tan grande. Tenía las manos metidas en los bolsillos de un pesado abrigo Carhartt,
y la punta de su nariz estaba roja. Sus ojos estaban aún más helados que el suelo helado
del cementerio donde mi tío Remy había descansado todos estos años.

Era la última persona que me quedaba para despedirme ahora que me iba de
Denver y me mudaba a Texas. Había guardado esta despedida para el final porque sabía
que sería el más fácil. No habría lágrimas derramadas y preguntas volando desde todas las
direcciones sobre mi decisión de acercarme a Bowe, o mi elección de inscribirme en la
escuela de medicina, a pesar de que era como si estuviera empezando la universidad de
nuevo. Las despedidas antes de esta fueron brutales y emocionalmente agotadoras, así que
estaba deseando despedirme de mi tío y tener un momento de silencio, pero mi papá me
sorprendió al aparecer solo momentos después de llegar a la tumba. Insistió en que era
solo una coincidencia, pero no estaba tan seguro de creerle. Se había tomado la noticia de
que me iba de Colorado mucho más duro de lo que pensaba. Resultó que mi viejo me iba
a extrañar y no estaba muy seguro de qué hacer sin mí. Estaba a punto de ser invadido
por las mujeres de nuestra familia, y creo que estaba muerto de miedo.

PÁGINA | 224
—Lo he pensado mucho, papá. Lo he pensado mucho en los últimos meses.
—Desde el minuto en que Bowe se fue, cada minuto de cada día lo pasé dándome cuenta
de que lo que fuera que hiciera con mi futuro, necesitaba que fuera algo que me acercara
a ella. Las largas videollamadas y las cortas visitas intermedias no me lo permitían.
Necesitaba estar donde pudiera llegar a ella en un par de horas, y ya que ella no estaba a
punto de mover su base fuera de Texas, significaba que tenía que ser el que hiciera algunos
cambios importantes. Me obsesioné con ir a la escuela de medicina después de los meses
y meses de rehabilitación y supervisión para que mi cuerpo volviera a funcionar. Me
fascinó el proceso de todo, y tomé un interés intenso en la medicina deportiva, en general.
Si no podía jugar más, tal vez podría ayudar a los que estaban heridos, pero todavía tenían
esperanza. Empecé a buscar en las escuelas que estarían cerca de Bowe, pero también me
darían la mejor educación y perspectivas para el futuro. Apliqué en varias, pero mi
corazón estaba puesto en una escuela de medicina en específico que estaba justo entre
Dallas y Austin. Tuve suerte de entrar. Mi mamá me recordaba ese hecho cada vez que
podía. Creo que estaba secretamente emocionada de que me hubiera interesado en seguir
sus pasos, pero hubiera preferido que me quedara en Colorado—. No estoy feliz de estar
tan lejos de Bowe. Y creo que necesito un nuevo comienzo. Si me quedara aquí, me
acordaría de todo lo que ya no puedo hacer. Además, creo que será bueno para Daire si
pongo algo de espacio entre nosotros. Tiene que aprender a funcionar de nuevo.

Mi hermanita no estaba bien. Desde la noche del accidente, fue como si toda su
personalidad hubiera cambiado. Dejó la universidad después de solo una semana, y mis
padres habían tratado de conseguirle ayuda durante meses, pero nada parecía quedarse.
Todavía estaba híper-centrada en cada movimiento que hacía, y parecía como una cáscara
de la vibrante y brillante chica que solía ser. El tío Rome sugirió que podría estar sufriendo
de estrés postraumático porque había visto características similares en sus compañeros
soldados. Fuera lo que fuera lo que le pasaba, sentía que no iba a mejorar si seguía
mimándola y cediendo a sus deseos solo para no molestarla. Últimamente me sentía como
si hubiera estado caminando sobre cáscaras de huevo cada vez que estábamos juntos.

Lo mismo ocurría con mis amigos del equipo y mis antiguos compañeros de
escuela. Era como si no tuvieran idea de qué hacer conmigo ahora que no jugaba al fútbol
y no tenía derecho a la fama. Incluso Zowen estaba actuando un poco raro. Bowe me dijo
que había sido el último en aparecer en el hospital después del accidente, y cuando Remy
lo presionó para saber qué le tomó tanto tiempo llegar allí, se cerró y actuó hosco. Se negó
a responder sobre dónde estaba y qué había estado haciendo, y desde que me desperté,

PÁGINA | 225
había sido evasivo y raro cada vez que intentaba hablar con él. Era casi como si todos a
los que amaba necesitaran un poco de descanso, y lo obtendrían si ya no estuviera en su
rostro como un constante recordatorio de lo que podría haber ido mal esa noche.

—Pero Bowe siempre está de gira. No entiendo que te mudes allí y que estés solo
de todos modos porque ella está volando para tocar música en Nashville o Dios sabe dónde
más. —Mi papá golpeó su cabeza contra la lápida y suspiró—. Odio la idea de que estés
tan lejos si algo sale mal.

Bowe acababa de volver a Austin después de asistir a una exhibición de artistas en


Nashville. Estaba viajando un poco, pero siempre se reportaba conmigo, y cuando
conseguía un tramo donde sabía que iba a estar en casa, siempre trataba de venir a verme
o me invitaba a quedarme con ella. Pensé que era una buena práctica para manejar nuestra
relación una vez que fuera famosa, porque sin duda lo sería. Esa era otra razón por la que
no me molestó que estuviera a varios cientos de kilómetros de ella, en lugar de en su
bolsillo trasero.

—Echo de menos a mi chica, pero todavía tengo que concentrarme en la escuela


y hacer una vida. Es bueno para nosotros tener un poco de espacio para que podamos
hacer lo que tenemos que hacer individualmente sin meternos en el camino del otro.
Puedo manejar tenerla en la carretera, pero no soporto que esté siempre en otro estado.
Quiero estar allí mientras su carrera musical sigue creciendo, y como dijiste, quiero estar
allí si algo sale mal. —Extendí la mano y puse una mano en la helada y fría piedra—. Y si
necesito algo, la familia de Bowe está cerca, al igual que Rowdy y Salem. Tú y mamá
trabajaron duro para mantenernos a Daire y a mí rodeados de gente buena y confiable.
Nunca voy a estar solo con todos ellos y contigo y mamá en mi vida. Todo estará bien,
papá. —Golpeé mis nudillos en la lápida y envié un adiós silencioso a la persona que me
ayudó a ser quien era y me ayudó a aferrarme a la vida que me estaba preparando para
vivir al máximo—. Cuando estaba en la mesa de operaciones, juro que vi al tío Remy.
Estoy seguro de que fue una alucinación, pero parecía tan real, y todo lo que me dijo en
ese momento era exactamente lo que necesitaba oír. Sentía que me estaba muriendo, pero
no me dejó rendirme tan fácilmente. Me dijo que era su trabajo asegurarse de que no viera
a ninguna de las personas que amaba antes de que fuera su momento. —Di un paso atrás
y puse mis manos en los bolsillos de mi chaqueta de cuero y lana—. Tengo gente cuidando
de mí en cada en paso del camino.

Mi papá pateó su pie a través de una mancha de nieve y lanzó un profundo suspiro.

PÁGINA | 226
—Tú y tu tío Rome deben compartir historias. Dijo que algo similar le sucedió la
última vez que fue gravemente herido. Podría ser un poco más que una alucinación, niño.
—Me miró y dijo—: Supongo que debo dejarte crecer. Odio verte partir, pero sabes que
siempre tienes un lugar en casa con tu mamá y conmigo.

Asentí y tragué con fuerza contra la emoción que se alojaba en mi garganta.

—Lo sé. Nunca lo he dudado. Ni siquiera cuando las cosas estaban tensas entre
nosotros. Siempre he sabido lo mucho que has hecho por mí y Daire y lo mucho que se
preocupan por nosotros.

Solté un jadeo de sorpresa mientras me abrazaba. Estábamos cerca del mismo


tamaño estos días, y solo recientemente había sido declarado totalmente curado, así que
no estaba acostumbrado al trato rudo. Pero eso no me impidió abrazarlo con todo lo que
tenía en mí. Sentí que todo lo que habíamos pasado desde el comienzo del verano nos
había acercado y nos había dado una mejor comprensión del otro. Ni siquiera parecía
avergonzado cuando me dejó ir.

—Muy bien. Suficiente basura sentimental. Ponte en camino antes de que cambie
el clima. Asegúrate de comunicarte cada pocas horas y avísame a mí o a tu mamá cuando
llegues a Austin. ¿Estás seguro de que es una buena idea aparecer sin previo aviso? Pensé
que habías dicho que Bowe no era una gran fanática de las sorpresas.

Me encogí de hombros y levanté una mano para frotarme la nuca.

—Tengo la esperanza de que siempre estará feliz de verme, sin importar las
circunstancias. —O el poco tiempo que conseguimos robarnos el uno al otro. Dependía
de nosotros hacer que nuestro tiempo contara.

Sabía que me estaba mudando, pero no tenía ni idea de que planeaba ir a pasar
algún tiempo con ella antes de que empezara el semestre.

—Mientras el hola siempre esté ahí para reemplazar cuánto duele el adiós, estás
bien. Hazme saber si necesitas algo en el camino. No creo que sepas cuánto te vamos a
extrañar, Ry.

Forcé una sonrisa.

PÁGINA | 227
—Sé cuánto. Lo suficiente como para dejarme ir, pero no tanto como para
obligarme a quedarme. —Era la misma cantidad que extrañé a Bowe cada vez que tuvimos
que separarnos.

No era solo un novio afortunado; también era un hijo muy afortunado.

Fui arrastrado a otro abrazo apretado antes de que me ahuyentara. Creo que estaba
tratando de deshacerse de mí para que no lo viera llorar. Era un poco dulce y no propio
de él en absoluto. Mi papá era un buen tipo con un buen corazón. Podía verlo todo tan
claramente ahora. Me había tomado algo de tiempo llegar a donde necesitaba estar. Verlo
por quien realmente era y no por quien me convencí de que quería que fuera.

Me acompañó a mi nueva camioneta y me recordó que condujera con seguridad y


me reportara durante todo el viaje. Hacía frío, pero se suponía que no nevaría en los
próximos días, así que esperaba poder conducir por el mismo camino que la primera vez
que mi corazón me arrastró a Texas. Pero sabía que mis planes podrían cambiar si la Madre
Naturaleza no cooperaba.

Llevaba cinco horas de viaje, y el sol se estaba poniendo cuando mi hermana llamó.
Mi primer instinto fue enviarla al buzón de voz porque cualquier interacción con ella
había sido una pesadilla emocional últimamente, pero le prometí que siempre contestaría
cuando tratara de contactarme. No iba a faltar a mi palabra ahora.

—Hola. —Mantuve mi voz firme y calmada para que no escuchara lo frustrado


que estaba con ella—. ¿Ya me echas de menos?

—No puedo creer que me estés abandonando, Ry. Te necesito. ¿No podrías haber
esperado un poco más antes de irte? —Sollozó con fuerza, y supe que estaba llorando.

Suspiré y tamborileé mis dedos en el volante.

—Daire, nunca iba a ser un buen momento para irme. Extraño a Bowe. Echo de
menos tener propósito y dirección. Ninguna de esas cosas está en Denver para mí en este
momento. Te acostumbrarás a que me haya ido, y volveré a verte antes de que te des
cuenta. Este es un buen momento para centrarte en ti misma y encontrar una manera de
sentirte mejor.

—No quiero sentirme mejor. Quiero que estés aquí por si te necesito y así puedo
vigilarte. —Casi gritaba al final de su frase.

PÁGINA | 228
Suspiré y miré el largo y plano camino frente a mí.

—No necesito que me vigiles. Necesito que te ocupes de toda la mierda que está
mal en tu cabeza y vuelvas a ser tú misma divertida, imprudente y salvaje. Fue un
accidente. No fue tu culpa. Nada de eso cambia si estoy en Denver o en Texas. Y hay
alguien con quien quiero estar más de lo que quiero estar seguro. Por Bowe vale la pena
tomar riesgos. Quiero que seas feliz porque encontré a alguien que me hace sentir de esa
manera.

—¡La odio! No te irías si no fuera por ella. No habría estado sola y triste esa noche
si todos no hubieran ido a ver a Bowe tocar estúpidas canciones. —Estaba casi histérica,
pero esta no era una discusión nueva. Por alguna razón, Daire había centrado la mayor
parte de su ira y ansiedad fuera de lugar por el accidente en Bowe. Era agotador, y me
sentía tan mal por mi inocente novia. La amistad de las chicas estaba tensa hasta los
límites, y si Daire seguía la ruta en la que estaba, se dañaría sin posibilidad de reparación.

—Tengo que irme. Necesito prestar atención a la carretera. Te haré saber cuando
llegue allí, pero si todo lo que vas a hacer es gritarme y ser desagradable con alguien que
amo, voy a necesitar un descanso de la constante fealdad, Daire. —Nunca pensé que
llegaría un momento en el que iba a tener que imponer límites estrictos con mi persona
favorita en el planeta, pero algo tenía que hacerse antes de que Daire fuera demasiado
lejos.

Mi hermana colgó la llamada, y una vez más me quedé solo con mis pensamientos
y un viaje que se sentía interminable mientras continuaba a través de la mitad de la noche
y las primeras horas de la mañana. Me detuve en casi todos los mismos lugares que en mi
primer viaje. Fue nostálgico y reconfortante después de la discusión con mi hermanita.
Me sentí mucho menos culpable de este viaje cuando me embarré comida rápida en el
rostro y me complací en dulces y comida chatarra mientras las horas se alargaban.

Como la última vez, llegué a Austin justo antes de que saliera el sol. Me metí en la
entrada de Bowe y traté de quitarme el sueño. Podría haber parado y descansado, pero
quería llegar a ella tan desesperadamente, que sabía que no había forma de que mi cerebro
se apagara o mi corazón dejara de acosarme para que me diera prisa. No había pegado ojo,
pero seguí adelante y fui recibido con una sensación de déjà vu mientras me encontraba
con Bowe aparentemente volviendo a casa de ensayar o del estudio. Todavía estaba

PÁGINA | 229
despierta cuando el mundo estaba durmiendo, pero esta vez, no se sorprendió de verme
cuando me bajé de la camioneta y empecé a caminar hacia ella.

Llevaba esa camiseta del equipo que arrebató de mi armario sobre un par de
leggings de cuero. Sus botas favoritas con todos esos cordones cubrían sus pies, y su cabello
se apilaba en su cabeza de una manera familiar. Ya no era negro y púrpura. En algún
momento, lo había cambiado para que fuera un rubio platinado con rayas verde menta.
Fue sorprendente la primera vez que la vi a través de la pantalla, pero me gustó mucho
más ahora que podía verlo en persona. El pálido color hacía que sus cálidos ojos ardieran;
el ámbar parecía vivo mientras me miraba caminar más cerca de ella. La sonrisa
tambaleante que tocaba sus labios se hizo más grande y menos inestable con cada paso
que daba.

Cuando estaba a una distancia cercana, se lanzó hacia mí, con los brazos alrededor
de mi cuello, las piernas alrededor de mi cintura, mientras me apretaba tan fuerte como
podía. Justo como mi papá mencionó, fue un hola que reemplazó el dolor de decir adiós.

—Duele tanto —susurré las mismas palabras que le dije la primera vez que volví a
su vida sin anunciarme.

Bowe retrocedió para poder mirarme a los ojos.

—¿Tu corazón otra vez? Tal vez deberías revisar eso, Archer.

Me reí y puse una mano en su espalda baja para poder sostenerla más cerca.

—Tú eres la cura, Bowe. Estabas en ese entonces, y lo estás ahora. ¿Estás feliz de
verme?

—Siempre.

Sin vacilación. Sin dudar. Sin preguntas.

Fin
(LA HISTORIA DE REMY Y HYDE, PRODIGAL SON, PODRÍA VENIR MUY PRONTO.)

PÁGINA | 230
PÁGINA | 231

También podría gustarte