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Sasha

Sectas, su verdadero poder. - 1a ed.


Buenos Aires : Dos Tintas, 2010.

1. Sectas. I. Título
CDD 291.9

© Dos Tintas SA

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Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier
medio o procedimiento, sin el permiso por escrito de la editorial.

El contenido de este libro es informativo. No pretende juzgar las creencias


religiosas que cada individuo elige libremente.
SECTAS

ÍNDICE

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SECTAS

INTRODUCCIÓN

Las sectas existen desde hace siglos y se han ido multipli-


cando con el progreso de la humanidad. La palabra misma ha
generado controversias a lo largo de los tiempos. A pesar de
que muchos vienen augurando desde hace mucho el fin de
la historia y de las ideologías, no son pocos los pensadores
que refutan estas teorías con sólo observar los movimientos
sociales, culturales y sobre todo económicos que vienen de-
mostrando lo contrario.
Es en este contexto donde el hombre renueva sus creencias,
las cuestiona o las desecha para darle sentido a su existencia.
Y ese sentido, para muchos, sólo se encuentra en una ins-
tancia superior, en una dimensión no humana que trasciende
y lleva luz a las zonas oscuras del pensamiento, explica los

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acontecimientos por sobre los límites de la razón, no argu-
menta, no fundamenta, sólo descansa en un estado de fe y
de confianza en ese sujeto pasivo, que se transforma en una
respuesta en sí mismo.
Y esta búsqueda de significado en lo supremo va más allá
de diferencias sociales, culturales y económicas. La necesidad
de creer por fuera del espacio racional excede estas catego-
rías, convirtiéndose quizás sin proponérselo en una instancia
unificadora. Quienes deciden avocarse a una creencia deter-
minada eligen ese camino por elección propia o por un en-
torno sofocante que apremia y agobia sus vidas. Y en esto, la
diferenciación de clase no es lo determinante.
Igualmente, es innegable que un contexto de pobreza,
marginalidad, exclusión y falta de información es mucho más
permeable a la recepción de enunciados mesiánicos o salva-
dores de los pecados terrenales, que aquellas personas capaces
de un discernimiento más amplio y despojado de las necesi-
dades primarias.
Es común escuchar decir que no entra a una secta el que
quiere sino el que puede y en el poder esta implícito el en-
cuadre con un determinado perfil de quienes comulgan con
determinadas creencias. Lo importante es intentar abordar un
tema tan complejo como las creencias personales, desde una
óptica superadora de las cuestiones de fe, tratando de vislum-
brar la delgada línea entre la salvación y la trampa.

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SECTAS

LAS SECTAS

La palabra secta, etimológicamente, puede tener su origen


en la raíz latina sequor que significa seguir, marchar detrás de,
tomar por guía, seguir la inspiración o los preceptos de.
En términos generales podemos afirmar que una secta es
un grupo de individuos unidos por un líder o una doctrina.
Aunque esta definición bien podría ser utilizada para nombrar
no sólo a grupos religiosos, sino también a los partidos políti-
cos, corrientes de pensamiento, etc.
De acuerdo a la definición lingüística, una secta es una
doctrina enseñada por un maestro y seguida por sus adep-

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tos. Y un enfoque teológico dirá que se trata de un grupo de
personas polarizadas alrededor de la interpretación particular
que una persona hace de la Biblia y que incurren en grandes
desviaciones con respecto a las doctrinas primordiales de la
fe cristiana.
Por diversas razones, en los últimos tiempos la palabra secta
ha adoptado un sentido peyorativo, despectivo, con connota-
ciones negativas hacia aquellas personas a las que se les aplica
el término, que de todos modos adquiere diferencias significa-
tivas de acuerdo al país en el que se utiliza el término.
En los países anglosajones, por ejemplo, distinguen entre
secta y culto. Esta última palabra designa a quienes se en-
cuentran fuera de la corriente religiosa dominante proponien-
do una innovación más que una separación, mientras que los
sectarios son un grupo dividido fundado por fieles que han
salido de su iglesia de origen para crear un nuevo movimiento
para intentar un retorno al mensaje auténtico.
En Francia se utiliza el término nuevas sectas, en Alemania
el de sectas jóvenes, y en España se las conoce como sectas
destructivas, tanto desde los medios de comunicación como
por los investigadores del tema.

Pero más allá del significado que la palabra secta tenga


en las distintas latitudes, existen abordajes a la problemática
desde diferentes disciplinas. El investigador argentino Alfredo
Silleta, un reconocido estudioso de las sectas con varias pu-
blicaciones en su haber, sostiene que también es enriquecedor
analizarlas desde distintas ramas de estudio, como la religión,
la sociología, la psicología, cada una con un enfoque propio
de acuerdo al campo que investiga.

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SECTAS

Para el sociólogo Peter Berger, quienes son miembros de


una secta viven un estado de tensión permanente de cara a la
sociedad, cerrada a su influencia y exigiendo de sus miembros
una absoluta lealtad y solidaridad.
Bryan Wilson introduce el concepto de sometimiento, que
se les exige a los fieles de una secta, mediante cierta prueba de
méritos realizada en torno a un líder carismático.
Para Roger Mehl, la secta se caracteriza por ser un grupo
religioso cerrado que nace por oposición a las iglesias insti-
tucionales establecidas y por oposición al mundo y se dice
perseguida tanto por las iglesias tradicionales como por los
estados. Para las primeras se trata de fanáticos peligrosos que
ponen en riesgo la unidad de la Iglesia, y los segundos, ven
en las sectas a temibles revolucionarios o anarquistas que des-
precian el orden institucional establecido.

Los profesionales de la salud en esta área entienden que es


más importante reconocer los métodos que utilizan las sectas
para la convocatoria de adeptos, que los preceptos doctrinales
que profesan.
De acuerdo a un informe presentado en EE UU en 1986 por
investigadores clínicos en Wisconsin, se trata de movimientos
totalitarios caracterizados por la adscripción de personas to-
talmente dependientes de las ideas del líder y de doctrinas del
grupo dirigidas por el líder, que puede presentarse bajo la for-
ma de entidad religiosa, asociación cultural, centro científico
o grupo terapéutico. Y utilizan técnicas de control mental y de

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persuasión coercitiva para que todos los miembros dependan
de la dinámica del grupo y pierdan su estructura y su identi-
dad de pensamiento individual en favor de la idea colectiva,
creándose muchas veces un fenómeno de epidemia psíquica y
de pensamiento colectivo.
De esta manera varios especialistas coinciden en anteponer
los métodos y los medios de las sectas, a sus fines y doctrinas.

De acuerdo a la definición del Consejo Episcopal Latino-


americano (CELAM) la palabra secta designa a un grupo de
personas que en la fe o en la acción se distinguen de otros
grupos adheridos a un sistema homogéneo. Así, los que ad-
hieren a una secta poseen una manera particular de enten-
der un determinado punto central del cristianismo, por lo que
son calificados como “disidentes”. Además, las sectas son un
subproducto de una situación real y eclesial, que a modo de
foco infeccioso está contagiando a todo el cuerpo social de la
Iglesia.

Para terminar, hay otra visión más opuesta, como la ma-


nifestada en el Congreso Internacional “Grupos Totalitarios y
Sectarismo” realizado en 1993 en Barcelona, España, donde
se propone considerar “actividad sectaria destructiva” desde
un punto de vista jurídico a toda conducta de un grupo que
presente las siguientes características:

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SECTAS

cualquier cariz.

-
ma del pensamiento, de confesiones reconocidas, o de otras
procedencias, y que viole o atente contra los principios reco-
nocidos por la Comunidad Internacional, recogidos específi-
camente en la Declaración Universal de Derechos Humanos y
de la Convención Internacional de los Derechos del Niño.

Hemos visto hasta aquí, una breve descripción de los di-


versos significados de la palabra secta, analizados de distintas
disciplinas teóricas. Pero también, es posible analizar este fe-
nómeno desde otros criterios de clasificación más relaciona-
dos con el origen o dogma de la secta. A saber:

Por otra parte, el anteriormente citado sociólogo Bryan


Wilson las estudia desde su relación con el mundo:

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La propia Fundación Argentina para el Estudio de las Sec-
tas las dividió en tres grandes zonas:

Grupos estructurados sobre la base de una política totalita-


ria y fuertemente organizados que propugnan un nuevo siste-
ma de vida y que obligan a sus adeptos a una sumisión total.
Son habituales las técnicas de reformulación del pensamiento.
Suelen vivir en comunidades bajo las órdenes de un líder ab-
soluto. Captan especialmente adolescentes de clase media y
alta. Para la sociología, una secta destructiva es todo grupo
que en su dinámica de captación y adoctrinamiento utiliza
técnicas de persuasión coercitiva que propicia la destrucción
de la personalidad previa del adepto o la daña severamente.

No reforman el pensamiento pero son sumamente rígidos


en su credo, no cooperan con otras iglesias, sostienen que la
salvación sólo se encuentra en su doctrina y son muy celosos
del cuidado de pequeños detalles como el segundo bautismo,
la prohibición de fumar, de ingerir bebidas alcohólicas o de
bailar. Tratan de captar adeptos entre la gente de carácter más
humilde en barrios pobres.

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SECTAS

Estos grupos han crecido mucho en los últimos años y se


trata de un fenómeno que bordea lo sectario. Se reúnen en
torno a un determinado tema en especial, que suele ponerse
de moda rápidamente y que encubre fines más ocultos. Algu-
nas de estas temáticas son:

Las propuestas de estos grupos pueden ser diversas y mu-


chas veces engañosas, con un abordaje pseudocientífico de
estas disciplinas, con objetivos pretenciosos de cambio radi-
cal en la percepción del cuerpo y el entorno, y con objetivos
aparentemente ingenuos de alcanzar los resultados en breves
períodos de tiempo.
En los últimos años, se han puesto muy de moda este tipo
de movimientos. En la Argentina tuvieron mucha repercusión
los denominado grupos de insight, muchos de los cuales no
llegan a constituirse en sectas, tal como las venimos descri-
biendo, pero transitan por un límite difuso que muchas veces
resulta desdibujado y peligroso, y se convierten en un primer
paso hacia el abismo.
La nueva moda New Age propone la búsqueda del creci-
miento espiritual a través de un profundo conocimiento in-

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terior, estrechando vínculos con las fuerzas energéticas de la
naturaleza. El volver a las fuentes es lo que propician innume-
rables cursos de fin de semana que se promocionan en diarios
y revistas, que se constituyen además en un excelente señuelo
para atraer a aquellas personas con una gran necesidad de
conocer gente y relacionarse.

De todos modos la participación en estos grupos no sig-


nifica necesariamente que quienes asisten queden atrapados
en sus redes sin posibilidades de desandar el camino. Exis-
ten muchos profesionales que motivados por propuestas tales
como “mejore el rendimiento en su trabajo”, “optimice los
resultados de su empresa o negocio”, “cómo lograr que una
entrevista se convierta en trabajo” o “cómo ser un buen jefe”,
funcionen aún frente a las personalidades más racionales. Lo
que luego no garantiza que ante la constatación del fiasco, la
deserción sea inmediata.

No son pocas las personas que aún después de haber sido


rescatadas de una secta por sus familiares o amigos, tardan
largos períodos en comprender la gravedad de lo que han pa-
sado y vuelven a recuperar su identidad. Varios de ellos han
reconocido ante el estupor de padres horrorizados, que hubie-
ran dado la vida por su líder sin siquiera pestañear.

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SECTAS

Qué es lo que le ha pasado a ese hijo maravilloso que estu-


diaba una carrera universitaria y tenía un brillante porvenir,
para que se transformara en un ente despersonalizado, autó-
mata en sus acciones, fanático de un nuevo pensamiento o
doctrina supuestamente liberador, e intolerante hasta la médu-
la ante cualquier acción contraria a la de su “nuevo grupo”.
Muchas familias se han hecho una y mil veces esta pre-
gunta, que seguramente no tiene una respuesta inmediata.
Los factores que determinan que un joven o adulto ingrese
a una secta son innumerables, aunque es posible definir los
más comunes o los que se reiteran en las historias conocidas
de recuperación.
Por supuesto que hay casos más obvios que otros. Perso-
nalidades inseguras, temerosas, con dificultades de comunica-
ción, con serios problemas afectivos, o con una marcada baja
autoestima, son proclives a dejarse seducir por la propuesta de
una secta o un grupo nuevo.
Porque si algo también hay que señalar, es que “a ninguna
secta le gusta ser llamada... secta” y por lo tanto no se pre-
senta ante el sujeto que pretenden captar, como tal. Suelen
aparecer como grupos de estudio de determinada corriente de
pensamiento, grupos de reflexión o simplemente un nuevo es-
pacio para “escapar” del agobio de las sociedades alienadas.

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Para el investigador Alfredo Silleta, las sectas, especial-
mente las destructivas, tienen un líder, un personaje mesiá-
nico, carismático, con un gran encanto personal y un gran
poder de atracción sobre los demás. Lo que en psicología se
denomina “personas paranoicas expansivas” que se convier-
ten en dueños del cuerpo y alma del adepto y obviamente de
“su dinero y el de su familia si es posible”.

también señala que “el líder en general resulta una figura mar-
cadamente inhibitoria y su carácter es de tipo autoritario. Tiene
la particularidad de estar sometido a tendencias sadomasoquis-
tas, que utiliza para evadirse de la angustiosa sensación de ais-
lamiento e impotencia que lo perturba. El sádico curiosamente
“depende de sus dominados para sobrevivir psíquicamente”.

La personalidad “paranoide” es otra de las características


de la figura dominante de la secta. También es posible recono-
cer en ellos fuertes rasgos “narcicísticos” que acompañan con
un sentimiento extremo de ampulosidad, crueldad sádica, sos-
pechas paranoicas y una carencia total del sentido de culpabi-
lidad. Poseen una profunda creencia de que están destinados a
cumplir misiones especiales en la vida, lo que los aparta de los
seres comunes. Y esa misión adopta “un cariz maligno, cuan-
do se combina con la convicción de que cualquier agresión es
justificada para perseguir los objetivos fijados. Alfredo Silleta
en su libro “Sectas. Cuando el paraíso es un infierno”, ensaya
diversas formas de “nombrar” a un líder sectario:

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SECTAS

Independientemente de cómo se lo nombre, todos preten-


den ejercer la autoridad absoluta, un poder divino y celestial.
El dominio del líder es absoluto y en su nombre se pueden
desatar los pensamientos y las acciones más disparatadas, a
los ojos de quienes no son miembros de la secta.

El fanático considera su creencia como la única verdad,


como algo sagrado que se erige por encima de cualquier otro
postulado que lo contradiga. Y es justamente la propia reali-
dad la que puede contradecirlo en forma permanente, lo que
lo obliga a anularla a cualquier precio, sin importar los me-
dios para lograrlo: puede matar por un ideal, y utilizará como
instrumento de su decisión a sus fieles y seguidores.

Si la primera pregunta que se hace la familia de una víc-


tima de una secta es “¿por qué mi hijo, que es tan brillante,
cayó en manos de un líder fanático?”, la segunda, sin duda, es
“¿cómo lo hicieron?”.
Y no es una pregunta fácil de responder. Se trata de una
trama compleja, una red tendida sigilosamente, que en la ma-
yoría de los casos no es percibida por quien esta en proceso

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de captación. Habitualmente los líderes actúan a través de sus
grupos y pocas veces en forma directa. Es dentro de un grupo
donde es más fácil debilitar la voluntad propia en pos de la
voluntad colectiva. El grupo opera como catalizador del men-
saje o misión del movimiento y aguarda pacientemente que
se produzca el “efecto de semejanza” que llevará al sujeto a la
identificación plena.
Las multitudes borran las huellas individuales, dando paso
a una paulatina pérdida de la identidad. “Los individuos en
masa precisan de la ilusión de que el jefe los ama a todos con
un amor justo y equitativo, mientras que el jefe mismo no ne-
cesita amar a nadie, puede erigirse en dueño y señor y, aunque
absolutamente narcisista, se halla seguro de sí mismo y goza
de completa independencia”, sostiene Sigmund Freud, en su
libro “Psicología de Masas y Análisis del Yo”.
Muchos sociólogos han intentado explicar por qué alguien
entra a una secta. Algunos sugieren que la crisis de la mo-
dernidad con su postulado de la racionalidad científica como
emblema, puede ser una de las causas. Francisco Sanpedro
ha expresado que “la posmodernidad supone una crítica a la
modernidad tanto desde el punto de vista de la racionalidad
como de la realidad sociopolítica. En el plano socioeconómico
la racionalidad científica y técnica no ha sabido responder a
las necesidades de subsistencia y de bienestar de grandes sec-
tores de la humanidad. En el plano sociopolítico, la racionali-
dad no ha podido plasmar una sociedad en justicia, libertad y
fraternidad para todos, que eran los valores democráticos de
la modernidad. Quizás se deba, en parte, a que se ha pretendi-
do una racionalidad secularista, sin base ética”.

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SECTAS

También el filósofo León Rozitchner afirma: “…el desencan-


to ante la política, la economía del libre mercado y la religión
oficial, producen un abismo, un vacío que debe ser llenado de
algún modo”. Y como dice Chesterton, “que el hombre deje de
creer en Dios, no significa que no crea ya en nada, sino más
bien que es capaz de creer en cualquier cosa”.
A fines de los noventa, España realizó uno de los estudios
más serios sobre los jóvenes que ingresan a una secta. Fue la
Comisión Interministerial de la Juventud y de la Infancia del
Ministerio de Asuntos Sociales de ese país, el que descubrió
que el 13% de los jóvenes son receptivos al proselitismo de la
secta. Y enumeró una serie de características que se presenta-
ban en la mayoría de quienes ingresaban a estos grupos:

de infelicidad.
-
lucionarias.

político.

trabajo, desengaños amorosos, fracaso escolar, malas relacio-


nes familiares.

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También el Dr. Steve Asch, de la American Family Foun-
dation, realizó un cuadro con los principales factores de vul-
nerabilidad:

intrínseco o de una menos o más extrínseca religiosidad

Ahora bien, hasta aquí tenemos la descripción más o me-


nos precisa de cuáles son los elementos de base que en general
están presentes en aquellos sujetos que son pasibles de ser
captados por una secta. Pero existen métodos para que esa
captación sea efectiva. Así lo han estudiado profesionales de
la salud del Hospital General de Massachussets, dirigidos por
el Dr. John G. Clark resumidos en el ensayo del Dr. Juan Gar-
cía Hernando, “El fenómeno de las Sectas”.

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SECTAS

La mayoría de las sectas han ideado una serie de tácticas


fundamentalmente similares para ganar adeptos explotando
los puntos vulnerables de los futuros devotos. Parten del prin-
cipio de que existen mayores probabilidades de encontrarlos
entre los viajeros o personas que viven alejadas de su ámbito
familiar, individuos que atraviesan períodos de angustia, y
especialmente jóvenes, que cualquiera sean sus vínculos na-
turales, sufren las transformaciones psicológicas propias del
paso a la madurez. Así, quienes tienen a su cargo el conseguir
adeptos, frecuentan las estaciones ferroviarias y paradas de
autobuses, aeropuertos, bibliotecas, lugares de reunión en las
universidades, manifestaciones, cualquier lugar que ofrezca la
posibilidad de ser frecuentado por estos seres solitarios o vul-
nerables, así como también hospitales, prisiones, bares y otros
ambientes que mueven al individuo a sentir y manifestar un
exacerbado egoísmo. Los buscadores de nuevos devotos están
entrenados para ponderar rápidamente las perspectivas con
que cuentan, recurriendo a la observación y a la conversación
aparentemente trivial, que les ayudan a determinar quiénes
son los que merecen mayor atención.

Una vez que se ha identificado al posible aspirante, el


miembro de la secta emplea una táctica estudiada para atraer
su atención. Un acercamiento suave y discreto, por ejemplo
la entrega de un folleto que habla de un nuevo estilo de vida,
una invitación a cenar esa noche donde le ofrecerá una cama-
radería especial, fuera de lo común. También pueden acercarse
a alguien con aspecto de mochilero recién llegado y ofrecerle
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lugar donde alojarse provisoriamente, comer, conocer gente
agradable, escuchar buena música, etc. Así trabajan los miem-
bros de sectas orientales y reclutadores de nuevos movimien-
tos cristianos, que proponen un espacio distinto de encuentro
destinado a la reflexión sobre los grandes enigmas de la vida,
con acceso a respuestas más satisfactorias que las habituales
en las iglesias tradicionales. Las variantes de los modos de
persuasión son aparentemente infinitas, si bien todas se basan
en la certeza de que al menos unas pocas personas entre las
muchas contactadas, se decidirán a dar el primer paso que las
acerque al grupo. Durante estos contactos iniciales y en las
primeras reuniones dentro del ámbito de la secta, los recluta-
dores hacen lo posible para que la comunidad religiosa le re-
sulte sumamente atractiva al recién llegado. Le hacen conmo-
ver profundamente expresándole el profundo interés que tiene
en su bienestar, tratándole incluso con cariño y prestando una
calculada atención a sus ideas, aficiones y esperanzas. El no-
vato, por lo general, se siente emocionado y feliz de merecer
tantas atenciones de estas personas idealistas, tan semejantes
a él, que parecen compartir una existencia llena de sentido.
Acepta gustoso en conocer más detalles del grupo, volver para
recibir un programa, comprometerse a asistir a un curso más
prolongado, con tal de entrar en aquel ambiente de camara-
dería y perfeccionamiento individual.

De este modo, el aspirante asiste al curso o clase. Es po-


sible que se quede perplejo al oír muchas de las ideas que se
escuchan allí y confuso frente a determinadas costumbres aje-

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SECTAS

nas a su experiencia o ante sutiles alteraciones que sufren los


significados de las palabras, símbolos o conceptos familiares.
Cualquier pregunta perspicaz que formule el iniciado acerca
de la secta, será dejada de lado con el pretexto de que todo se
aclara a su debido tiempo. Estos intentos de desviar la mente
del futuro adepto de cualquier idea escéptica, combinados con
una actividad permanente y con conversaciones centradas en
la secta, tienden a interrumpir o debilitar las funciones de
reacción que, en contextos menos controlados y estrictos, le
conducirían a cuestionar y quizás rechazar la información re-
cibida. En todo caso, lo más natural es que al iniciado le resul-
te demasiado violento el mostrar su protesta o desaprobación
por tener que rechazar irreflexivamente el aparente interés en
su bienestar que le han mostrado sus experimentados compa-
ñeros. El recién llegado continúa prestando atención y partici-
pando en la medida de sus posibilidades en una serie de acti-
vidades impuestas por la secta para provocar el debilitamiento
mental de sus devotos. Si el iniciado ha ingresado en un grupo
pseudoterapéutico, continúa además con las primeras etapas
del “examen”, una serie de diálogos entre él y un practicante
entrenado para tal fin, destinado sin duda a destruir y elimi-
nar cualquier indicio de vacilación o inquietud.
Asimismo, es probable que acepte la invitación de los dis-
cípulos para participar con ellos en otras actividades piado-
sas, educativas o sociales, impregnadas del espíritu que pre-
side la secta.
De modo similar, los aspirantes de otro grupo, tomarán
parte si bien al principio, condicionalmente, en las plegarias,
cánticos, discusiones y juegos que caracterizan a las primeras
fases del programa de conversión. También en estas sectas,

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los miembros de confianza entrenados para este cometido, no
dejan solo al aspirante ni un solo momento, acompañándolo
incluso hasta la puerta del baño. Durante las frecuentes visitas
que le hacen al aspirante mientras que está despierto, no dejan
de incitarle en términos cordiales pero firmes para que parti-
cipe activamente en la peculiar camaradería de la secta. Con
su franqueza e interés, logran convencer al iniciado de que en
la secta encontrará no sólo una comunidad fiel e ideales que
la sociedad exterior ha traicionado, sino también la solución
a los problemas que puede tener con su familia, amigos, es-
tudio, trabajo, es decir, como todo tipo de actividad social o
psicológica.
Es importante destacar que los encargados del proselitis-
mo utilizan en sus charlas con el iniciado datos que éste les
ha dado anteriormente sobre sus ilusiones, temores y remor-
dimientos, con el propósito de hacerles ver que sólo la sec-
ta le ofrece la oportunidad de superar estos problemas. La
conversión es, entonces, un proceso personalizado preparado
por la secta en involuntaria connivencia con el desprevenido
aspirante.
La fase de conversión, estimulada por una atención tan in-
tensa, acentúa las anteriores tensiones emocionales del nuevo
candidato y le inspira otras. Las conferencias maratónicas,
las reuniones colectivas, las sistemáticas conversaciones con
cada uno de los miembros y demás artificios, acaparan con-
tinuamente la atención del iniciado e inciden negativamente
sobre sus energías, minadas aún más por una calculada priva-
ción del descanso y de los alimentos necesarios.
Ni siquiera el momento de los cánticos es un respiro en este
proceso de debilitamiento mental. La idea es que el sujeto no

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SECTAS

pueda reflexionar ni enjuiciar la avalancha de mensajes des-


conocidos por él e inspirados en la secta, y reaccionar como
debiera ante la tensión y ansiedad que le producen.
Tan intensa es la presión ejercida, que en determinado mo-
mento —a menudo en el contexto de una ceremonia destinada
a provocar una alteración emocional— el campo de atención
del iniciado se reduce de un modo radical. Se convierte en un
ser influenciable, abandona la molesta libertad de elección
que tenía antes de ingresar a la secta y está dispuesto a acep-
tar los preceptos de ésta incondicionalmente.
Un estado de conciencia tal llega en ocasiones a aseme-
jarse a un estado de trance. Este enfoque unilateral evita que
el iniciado pueda cuestionar los nuevos conceptos desde la
perspectiva de su experiencia anterior.
Adoctrinamiento: A través de todo este proceso, los prose-
litistas intentarán una profunda transformación ideológica. Al
inducir al iniciado a participar activamente de las ceremonias
y catar la rigurosa disciplina de la secta, le llevan a adoptar
total e incuestionablemente la visión del mundo exterior que
tiene la secta.
Con el tiempo, el sujeto hace suyo el estilo de vida de la
secta, y la visión del mundo que tenía antes de ingresar pasa a
ser un recuerdo lejano, en parte olvidado y en parte anulado,
ausente de su realidad cotidiana.
Una de las consecuencias de esta reeducación es la de po-
larizar la actividad mental del devoto induciéndolo a creer
que la secta representa todo lo bueno y provechoso que ne-
cesita y que las demás asociaciones son perniciosas, incluso
perversas, por lo que hay que evitarlas a cualquier precio o
manipularlas para ponerlas al servicio del nuevo miembro.

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Esta simplificación exagera los recelos, que antes sentía hacia
muchos aspectos importantes de su vida anterior y le hacen
adoptar una actitud de franco antagonismo hacia ellos. Co-
mienzan a repugnarle las creencias heréticas que inspiran a
la religión y a la sociedad, de las que se va desprendiendo
gradualmente, por las que recurrirá en adelante al engaño y
al fraude en su contacto con el mundo exterior y hostil, con-
vencido de que los fines sagrados justifican los medios. De
ahí surge el rechazo cordial que comienza a sentir hacia sus
progenitores y maestros.
Mientras prosigue el adoctrinamiento, los líderes no pier-
den ocasión de conjurar el espectro de castigos sobrenatura-
les que penan la desobediencia. La redención y la salvación
les está reservada a los creyentes y practicantes convencidos,
mientras que a los herejes les aguarda la condenación eterna
y el sufrimiento.
Puede decirse entonces que la mente del devoto aparece di-
vidida. Una segunda personalidad, que le ha impuesto la secta,
empieza en ocasiones a tener cierta autonomía, mientras sigue
luchando con la personalidad anterior, para ocupar el primer
plano de la conciencia. Poco a poco se ha ido convirtiendo en
otro hombre distinto del que anteriormente era.
Este proceso que fue desarrollado por el Dr. Clark junto
a otros colegas, psiquiatras y psicólogos, sigue una línea de
trabajo basada en el “efecto despersonalizador” propio de los
fenómenos sectarios.

Las influencias continuas a las que los miembros son some-


tidos son clasificadas según estos especialistas en dos grandes
bloques:

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SECTAS

técnicas de argumentar racionalmente a través de la obedien-


cia, atractivos emocionales, reciprocidad, prueba social, auto-
ridad, placer, escasez, y varias formas de hipnosis.

aislamiento de la ayuda social, premios y castigos selectivos,


denigración de uno mismo y del pensamiento crítico, alter-
nancia de autoridad – amenaza e indulgencia – amor, induc-
ción a la culpabilidad a través del control, promoción activa
de la dependencia, debilitación, castigo físico y confesiones
públicas mediante presión.

Sin embargo hay que señalar que no todos los especialistas


sostienen este criterio de reforma del pensamiento a través
del control mental, sino que se inclinan por una captación en
forma paulatina sin técnicas tan sofisticadas.

Las sectas poseen estructuras organizativas internas distin-


tas unas de otras, aunque compartan el concepto de manipu-
lación y despersonalización que observamos anteriormente.
Si bien los métodos de captación de adeptos y objetivos
resultan similares en la mayoría de ellas, la forma en que se
desarrolla la comunidad sectaria varía.
Existen sectas que desarrollan sus actividades en comuni-
dades cerradas, donde los adeptos viven en forma permanen-

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te, con un lugar de residencia único y un consumo controlado
por el líder o las personas designadas por él para la adminis-
tración del dinero. Suelen convivir en éste ámbito con sus
familias, hijos, hermanos y todos cuantos hayan podido con-
vencer de ingresar a la secta, y casi no participan de ninguna
actividad exterior.
Muchas llevan este estado hasta límites tales como para
negarse a recibir atención médica de profesionales en caso
de enfermedad. Se niegan a atenderse en clínicas u hospitales
públicos, y sólo permiten ser examinados por los referentes de
la secta para estas cuestiones, los cuales en la mayoría de los
casos no tienen ningún conocimiento de medicina.

el lugar de residencia del devoto es el propio, y pueden man-


tener vínculos y amistades con personas que no son miembro
de la secta y la concurrencia a otros lugares de esparcimiento,
aunque por supuesto con ciertas restricciones en cuanto a las
actividades que se les permite desarrollar. Es común que se
les prohíban los festejos tradicionales, como navidad o año
nuevo, el consumo de bebidas alcohólicas y el consumo de
música rock. Algunos movimientos, como los Testigos de Je-
hová, no permiten que se les realicen transfusiones de sangre,
por considerar que el cuerpo es una unidad de pureza que no
puede ser modificada, ni violentada.
En estos casos de sectas abiertas, sin embargo, se alienta
a los adeptos a que concurran a todo tipo de cursos, grupos
de oración y retiros espirituales, con el objeto de mantener la
coerción sobre el conjunto y alejarlos de las influencias exter-
nas lo más posible.

28
SECTAS

El manejo del dinero en las sectas suele observarse bajo


otros parámetros, menos espirituales por cierto, con un obje-
tivo netamente comercial. En los grupos abiertos, por ejemplo,
es muy común que se les pida a los fieles la entrega de un
“diezmo”, que al principio es voluntario, pero luego paulati-
namente pasa a ser una exigencia para la aceptación dentro
del grupo más selecto, por lo menos si se quiere estar cerca
del líder. El diezmo es un porcentaje bastante importante del
salario y se supone que es utilizado para el “crecimiento de la
comunidad y para el bien de todos”. Se recauda generalmente
en las iglesias o templos en forma semanal o mensual y el no
pago de la cuota estipulada es castigado con el vacío o con un
fuerte sermón de falta de responsabilidad y compromiso por
parte de los miembros del grupo.
Es frecuente encontrar gran cantidad de información sobre
las organizaciones sectarias en internet, y uno de los primeros
postulados sobre los que se alerta en las páginas web a los
más incautos e ingenuos que se ven tentados de probar, es
justamente la forma de dominación a través del dinero y la
explotación. Uno de esos informes señala:
“… hay que desconfiar de las amistades repentinas e incon-
dicionales que surgen en los momentos de angustia porque las
sectas explotarán esos momentos. Ellas no están interesadas en
ayudarlo, sino en ayudarse a sí mismas. Confiar en las prome-
sas sectarias puede conducirlo a perder su familia, pero también
su salario. Las sectas quieren que la persona ofrezca todo su
tiempo libre, de por vida, para comprometerlo como reclutador
de fieles, pero sobre todo como recaudador de fondos...”.

29
La supresión de la duda y la resistencia a
las nuevas ideas se obtiene explotando la idea de pertenecer
a un grupo.

Creación de un sentido de familiari-


dad y pertenencia a través de abrazos, besos, el contacto físico
y los halagos continuos.

La constante renuncia
a los valores y creencias adquiridos en el pasado, acelera la
aceptación del nuevo estilo de vida.

Fomenta la aceptación ciega y el recha-


zo de la lógica a través de lecturas complejas de una doctrina
incomprensible que sólo es iluminada a la luz de las palabras
del líder.

Consigue la pérdida de la
evaluación lógica de los hechos, a través de la imposibilidad
de reflexionar en soledad.

Evitando la presencia
de todo reloj, se destruye la capacidad de evaluar la infor-
mación, reacciones personales y funciones corporales con
relación al paso del tiempo.

30
SECTAS

Se obtiene a través de la orquestación de


conductas infantiles para provocar una obediencia de tipo
infantil.

La inducción de un estado de alta predisposición


a la sugestión bajo hipnosis es a menudo sutilmente enmas-
carada bajo los nombres de relajación o meditación.

Se induce la regresión y la
desorientación por medio de la implantación de reglas rígi-
das sobre horarios y modos de comer y dormir, de lavarse y
de usar medicamentos.

Se anula la sensibilidad a través de ataques


con un lenguaje agresivo, insultante y autoritario.

Provoca desorientación y
vulnerabilidad.

Se anula la individualidad por la


uniformidad de ropajes dentro del grupo.

Se eliminan las ideas ajenas al


grupo, a través de cantos o frases estereotipadas.

Se consigue la destrucción de la personali-


dad, mediante la denuncia ante el grupo de las faltas cometi-
das. También la expresión de las debilidades, sentimientos y
dudas de cada uno.

31
Se obtiene una fuerte dependen-
cia de la comunidad sectaria rompiendo lazos con el pasado
a través de la donación de dinero.

Crea un falso sentido de rectitud, apuntan-


do los defectos del mundo exterior y de otros cultos.

Promueve la aceptación de la auto-


ridad del culto, prometiendo elevación, poder y salvación.

Induce a la pérdida del sentido de realidad


mediante la separación física de los parientes, amigos, socie-
dad y de toda referencia externa.

Mantiene la vulnerabilidad y
confusión, premiando o castigando alternativamente accio-
nes similares.
Crea desorientación e incrementa la
susceptibilidad al desborde emocional, privando al sistema
nervioso de sustancias necesarias para una función normal.

Inducen dependencia al grupo a través de reglas


oscuras y complejas.

Se desalienta todo tipo de


críticas conduciendo a la aceptación automática de la nueva
creencia.

32
SECTAS

Se fuerza la necesidad de “salvación”, exagerando


las falta y errores de la vida anterior.

La lealtad y obediencia al grupo se mantiene a tra-


vés de la amenaza moral o física ante el más leve pensamien-
to, acto o palabra “negativa” sobre los postulados de la secta.

Se destruyen las familias


anteriores al ingreso a una secta, con el “arreglo” de nuevas
parejas y familias.

Según el Prof. de Psiquiatría John Hokman M.D. de la Uni-


versidad de California, las sectas son grupos que utilizan mé-
todos de reforma del pensamiento para reclutar y controlar a
sus miembros y utilizan como herramienta una tríada:

grupo
-
sonas

Pero por supuesto que estos factores y esta serie de con-


ductas de control no se practican en todos los movimientos
o agrupaciones religiosas, que bien pueden ser caritativas,
amistosas y hasta saludables.
Hoy en día, existen cientos de nuevos movimientos reli-
giosos, grupos de reflexión y autoayuda, comunidades de ora-
ción, culturales, astrológicas, etc., que amplían notablemente

33
la oferta de los credos tradicionales y que pretenden distintos
objetivos y diferentes grados de compromiso por parte de sus
seguidores.

o movimiento es una secta o no, muchas veces transitan un


terreno pantanoso y la línea que separa unos de otros puede
ser muy delgada.

Para el Dr. Robert Jay Lifton M.D., existen ocho criterios


para detectar una secta:

Y agrega que “estos mecanismos de influencia pueden


crear estados de inhibición del razonamiento y altos niveles
de sugestión para controlar la conducta de un grupo social.
Se podría decir que el grado de alienación y aislamiento
que provocan en el sujeto define si ha entrado o no en una
secta. El rechazo y la intolerancia hacia quienes están aparta-
dos del nuevo grupo, la rigidez de las reglas, el compromiso
exigido, son algunos de los aspectos a tener en cuenta a la
hora de descubrir si nos han atrapado. Aunque seguramente
será mucho más fácil descubrirlo si el damnificado es otro.

34
SECTAS

Casi en la totalidad de los casos de individuos recuperados


de una secta destructiva, el factor desencadenante de la crisis
es obra del accionar y la intromisión de alguien de afuera.
Muy pocos, por no decir ninguno, de quienes fueron víctimas
del adoctrinamiento han decidido dejar la secta por voluntad
propia. Siempre existen personas o circunstancias que plan-
tean el escenario de la duda, la crítica, el cuestionamiento
y hasta pueden llegar a utilizar la violencia para ‘abrirle los
ojos a la víctima’, para que vuelva a la realidad y lentamente
descubra el fraude”.

Muy pocas personas se han convertido en miembros de


sectas por propia voluntad. Indistintamente del grado de vul-
nerabilidad que puede tener cada persona, la acción de un
reclutador puede ser decisiva.
Ya mencionamos anteriormente que “no entra a una secta
el que quiere, sino el que puede”, y en esto están implícitos
los factores de la personalidad que pueden desencadenar el
ingreso de una persona a una secta peligrosa o de riesgo.
Muchos familiares o amigos de víctimas sectarias han que-
rido ingresar para rescatar al ser querido, e inmediatamente
los líderes han percibido las intenciones nocivas para el gru-
-
dos fueron simples curiosos que no pretendían otra cosa más
que demostrar el fanatismo nocivo que predican.

35
Los responsables de reclutar adeptos para un movimiento
sectario son hábiles en la detección de estas personalidades
cuestionadoras y las expulsan rápidamente, para impedir que
“infecten” con su racionalidad al resto del grupo.
Por eso, varios investigadores han establecido una suerte
de catálogo de sugerencias, que pueden servir como herra-
mienta preventiva para evitar ser “captado” por estos grupos
peligrosos.

todos los problemas del mundo. Mientras pueden encontrarse


algunas respuestas fáciles, las cosas pueden ser distintas de
como aparecen al inicio.

-
mente amistosa. Hay muy pocas amistades instantáneas.

charlas, donde los objetivos no están claramente establecidos.


Seguramente hay un programa de actividades oculto.

mundo lo está haciendo”. Después de todo, “todo el mundo”


puede estar cometiendo un error.

culpa. La culpa inducida por otros raramente es una emoción


productiva.

36
SECTAS

no claras. No hay razón para ser vago y evasivo, a no ser que


haya algo que esconder.

La mayoría de las sectas usan técnicas de control de la


conducta muy desarrolladas que son eficaces en cualquier per-
sona, bajo las condiciones adecuadas. Aquellos que se creen
inmunes sólo suelen ser más vulnerables: “El ataque se dirige
a sus emociones; no a su intelecto”.
Dos principios básicos en la coerción psicológica son:

la manera en que usted desea, también puede hacer que “crea”


lo que usted quiere.

aumentan la capacidad de sugestión, y posibilitan cambios


radicales en actitudes y creencias.
Después de analizar gran cantidad de sectas, es innegable
que los líderes sectarios prefieren y eligen personas:

- Inteligentes
- Idealistas
- Intelectuales y espiritualmente curiosas

37
Estos conceptos pueden ayudar a que, quien esté en situa-
ción de riesgo frente a una secta destructiva, o tenga a un ser
querido cercano a esa situación, sea capaz de reconocerla para
poder cuestionarla.
Quizás esta palabra, cuestionamiento, sea la palabra clave
para asegurarnos de que siempre podremos mantener nuestros
niveles de percepción “en alerta” ante propuestas de lo más
tentadoras. Nunca hay que dejar de preguntarse:

Quién financia a la agrupación.


Sus ideas, creencias y relaciones.
Qué es lo que ocurrirá en la reunión.
Qué desean de usted.
Si será libre y capaz de dejar el encuentro cuando quiera.

Permanecer vinculado psicológica y socialmente a una sec-


ta, incluso por un corto tiempo, puede ser sumamente nocivo
tanto para la salud física como psíquica del individuo y es
posible que puedan reconocerse las siguientes consecuencias:

-
tido del humor

-
laciones personales

38
SECTAS

identidad y paranoia
-
sos suicidas

Después de todo lo expuesto, sólo resta señalar que ésta es


simplemente una aproximación a un fenómeno sumamente
complejo como lo son las estructuras sectarias, y por tanto es
necesario abordarlas con responsabilidad y seriedad.
El fin de un milenio y el comienzo de otro, aún vigentes,
generaron y seguirán generando corrientes de pensamiento
más o menos científicas, profundas e inofensivas, que conti-
núan el mismo camino ancestral de la búsqueda del sentido
de la vida.
En este peregrinar del conocimiento, surgen grupos dog-
máticos que proclaman haber encontrado la verdad absolu-
ta sobre las cuestiones más trascendentes de la humanidad y
llevan sus consignas a extremos tales, que en oportunidades
asombran por lo descarnado de sus acciones.
Y en esta trama de intentos en pos de la transformación del
mundo “en la que cada grupo cree tener la respuesta final”,
coexisten las religiones tradicionales que por supuesto tam-
bién pueden ser cuestionadas, los movimientos políticos, los
culturales y por qué no, las sectas.

39
Pero respecto a estas últimas, cabe hacer una salvedad, a
modo de resumen:
El argumento central que muchas de ellas utilizan es que la
persecución de sus adeptos es una falta grave a los principios
de “libertad religiosa” y que por tanto los Estados no deben
interferir en el sistema de creencias que una persona elige,
“por más extrañas que estas parezcan”.
Sin embargo en muchos de los casos constatados en el in-
terior de “sectas destructivas y grupos totalitarios”, en rigor de
verdad se atenta contra los derechos civiles de las personas y en
varios casos, contra los principios mismos de la democracia.
No hay que olvidar que el 25 de noviembre de 1981, la
Declaración de la eliminación de toda forma de Intolerancia y
de Discriminación fundadas en la religión o la convicción, fue
aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, y
recuerda que la libertad de manifestar la religión, convicción
o creencia, tiene por límite “las leyes necesarias para la pro-
tección de la seguridad pública, del orden público, de la salud,
de la moral, de las libertades y derechos fundamentales del
prójimo” (art. 1º apart.3). Y se aclara que “las prácticas de una
religión o convicción en las que sea educado un niño, no de-
ben causar ningún perjuicio ni a su salud física ni mental”(art.
4º, apart.5).
Desde siempre y por siempre, el pensamiento crítico es una
de las herramientas que le confieren al ser humano su cuali-
dad distintiva frente al resto de las especies, y debería ser, por
lo tanto, el eje rector de nuestras actividades y de cada una de
nuestras elecciones de vida.

40
SECTAS

ALGUNAS SECTAS
CONOCIDAS

Elegir las sectas más importantes, por lo menos en esta


parte del mundo, en nuestro continente, es sin duda una ta-
rea compleja, si tenemos en cuenta que los parámetros para
definirlas y reconocer su importancia pueden resultar por lo
menos arbitrarios. Cabe señalar que la elección de las sectas
que se mencionan responde a la presencia de determinados
aspectos, recurrentes y constantes y a la cantidad de gente
que aglutinan.
La lista fue confeccionada en base a: cantidad de adeptos,
tradición e historia, trascendencia internacional y mensaje.

41
Muchos estudiosos del tema coinciden en destacar la fe-
cundidad del continente americano en la gestación de sec-
tas y nuevos grupos religiosos, convirtiéndose en una región
imprescindible de abordar si se quiere un panorama acabado
sobre este fenómeno. Y no es menos importante preguntarse
por qué América resulta ser tan prolífica a la hora de sustentar
los cimientos de tantas comunidades sectarias.
Las explicaciones son variadas y confluyen teorías socio-
lógicas, económicas y políticas, que dan cuenta del variado
escenario que ofrecen los países en subdesarrollo del nuevo
continente, países que conocen de cerca la pobreza, la des-
ocupación, el analfabetismo, la crisis de las instituciones y la
ausencia de valores culturales.
Estos flagelos que acosan a diario a gran parte de la pobla-
ción de los países subdesarrollados o del Tercer Mundo, son el
“caldo de cultivo” para el surgimiento de expresiones irracio-
nales, líderes mesiánicos, fanáticos, sanadores, en definitiva,
cientos de propuestas que prometen “la salvación eterna” de
todos los males de este mundo mezquino, injusto y violento
que se autodestruye.
Con este mensaje de base terrenal pero de “inspiración di-
vina”, los nuevos movimientos religiosos o sectas se perfilan
como los grandes catalizadores del descontento y la frustra-
ción de la humanidad que, según sus creencias, ha perdido
el rumbo hace mucho tiempo. Y de este modo, los maestros,
iluminados, gurúes, elegidos o profetas se elevan por sobre las
masas y se convierten en la encarnación divina del ser supe-
rior al que representan.
Retomando las reflexiones acerca de la “carnada” que es-
tos grupos ofrecen a las poblaciones más desprevenidas, no

42
SECTAS

se puede dejar de observar que es allí donde hay menor ni-


vel educativo, menor trascendencia de los valores humanos y
mayores restricciones a la libertad de expresión, donde aflo-
ran los liderazgos y fanatismos más destructivos de la propia
identidad y de la capacidad de elección que son fundantes de
la personalidad y la individualidad que nos hace únicos.
Estos dos últimos rasgos del ser humano son los primeros
en ser atacados por las sectas o nuevos movimientos religio-
sos, que se sustentan en una masa incondicional que acepta
sus creencias ciegamente, descansando en la superioridad in-
telectual del líder para comprender los designios divinos.

Sin pretender incluir a todas, existe una clasificación senci-


lla y generalizada que agrupa a las sectas en base a su origen.

De origen cristiano

Africanistas
Milenaristas
Sanadoras
Científicas
Conversionistas
Revolucionarias
Reformistas
Utópicas
Manipuladoras

No se trata de ninguna manera de compartimentos estan-


cos, ya que hay sectas que incluyen elementos de distinta
procedencia. Sin embargo nos da una idea de los distintos en-

43
foques desde los que se puede observar la dinámica de adoc-
trinamiento y sumisión que desarrolla una secta.
La idea de este listado es presentar y describir grupos iden-
tificados como sectas en muchos lugares de América.

La IURD (Iglesia Universal del Reino de Dios) es una orga-


nización fundada en 1977 por el brasileño Edir Macedo Beze-
rra. Brasil es hoy el país de América con mayor cantidad de
seguidores de su doctrina, con dos mil templos distribuidos
por todo el territorio, tal como consignó la revista local Veja,
con un promedio de cuatro millones de miembros.
Pero esta Iglesia ha traspasado las fronteras de Latinoamé-
rica ya que también se encuentra en veintinueve países, en las
ciudades más importantes de EE UU, Europa, África y Asia.
La Iglesia es quizás uno de los mejores exponentes de los
llamados “nuevos cultos electrónicos”, debido a la utilización
de los medios de comunicación masiva como herramienta cla-
ve en la difusión de sus enseñanzas.
Sólo en Brasil, la IURD controla treinta estaciones de ra-
dio, la red televisiva TV Record con veinticinco repetidoras en
todo el país, dos periódicos, dos imprentas, una revista y un
estudio de grabaciones, además de un Banco.

44
SECTAS

En los EE UU donde existen aproximadamente diecisiete


iglesias, transmiten un programa de televisión diariamente
por Telemundo, y publican dos periódicos: uno llamado Uni-
versal News que tiene una tirada de más de cien mil ejempla-
res y el otro llamado Pare de Sufrir.
En Argentina, acaban de construir uno de los templos más
grandes de América, en pleno centro de la ciudad de Buenos
Aires, con una inversión calculada en millones de dólares.
En México se los conoce con varios nombres. Pueden apa-

Fuerte del Espíritu Santo” o simplemente la Iglesia Universal


del Reino de Dios.
Su líder, Macedo, que se hace llamar “obispo” ya que se
autoproclamó como tal, fue en sus comienzos empleado como
cajero en la lotería del estado de Río de Janeiro. Luego de
un tiempo y ya con la iglesia en marcha no fueron pocos los
problemas que ha tenido con la justicia de su país. En 1992
fue encarcelado durante once días, acusado de fraude, char-
latanería y curanderismo, pero llamativamente para muchos
de sus detractores, en 1994 casi todas sus causas judiciales
estaban resueltas.
Tanto Macedo como otros administradores y directivos
de esta secta están siendo investigados actualmente por sus
vinculaciones con el Cartel de Cali y operaciones sospechadas
de lavado de dinero.
La IURD cree en casi todas las doctrinas fundamentales del
cristianismo por lo que está considerada una secta de origen
cristiano. Creen en Jesucristo, en el Espíritu Santo, en la Santí-
sima Trinidad y en la resurrección corporal de Jesús. También
en la salvación a través de la fe y las enseñanzas bíblicas. Sin

45
embargo, la Iglesia Universal se ha desviado en sus “prácticas
de sanación y curación” que hoy son el eje de su doctrina y el
mayor atractivo para los adeptos y los incrédulos.
Es muy común que los líderes de oración ofrezcan “amule-
tos salvadores o milagrosos”, tales como “piedras de la tumba
de Jesús”, “el agua bendita del Jordán”, “la rosa milagrosa”,
“sal bendecida por el Espíritu Santo”, etc. que son objeto de
gran demanda por quienes están desvalidos o enfermos y son
particularmente supersticiosos o vulnerables.
Según el Centro de Investigaciones Religiosas de Monte-
bello en EE UU, estos amuletos se anuncian en los periódicos
seculares de la siguiente manera: “asista y coma el pan bende-
cido para curar las enfermedades”, o “Pida ser bendecido con
el agua sagrada, sanadora de todos los males del cuerpo”.
Este énfasis no bíblico en la sanidad y en cualquier cosa
que uno pida en oración, es otra de las características que
distinguen a los seguidores de la Iglesia Universal del Reino
de Dios. “Por su fe, usted puede lograr todo de Dios. No im-
porta cuál sea su filosofía de vida, su cultura o su situación
económica, si usted clama a Dios y cree en su corazón lo que
pidió, ya lo ha conseguido”. Expresiones como esta son la base
de toda su doctrina y concluyen que cuando las peticiones no
son escuchadas, se trata de que el creyente no ha hecho bien
el pedido, con la suficiente fe o convencimiento.
También se fomenta la enseñanza del “movimiento de la
prosperidad”, por el cual el dinero es vehículo y promotor de
nuestros deseos más profundos que cuanto más ambiciosos
sean, nos harán más productivos.
En varios de sus libros Macedo señala: “Usted, lector, es
heredero de todas las cosas, y en su vida debe resplandecer la

46
SECTAS

gloria de su Padre. Nada de contentarse con las desgracias o


con la pobreza. Levántese ahora mismo y asuma una nueva
posición en la vida”. De esta forma se asegura que sus fieles no
sean personas “cómodamente pobres”, algo que por otra parte
sería nefasto para las arcas recaudadoras de la iglesia.
-
versal es sin duda la “práctica de liberación de demonios”. En
algunas de sus iglesias, antes de comenzar el servicio, se acos-
tumbra orar por la liberación de espíritus cautivos del demo-
nio, tales como la hechicería, idolatría, adulterio, fornicación,
lascivia, celos, pleitos, envidias, borracheras, etc. que pueden
estar afectando a varios de los presentes.
Es en ese contexto cuando se pueden observar las “caídas
o desmayos” de ciertos asistentes a las reuniones, que en me-
dio del clamor de las oraciones de sus compañeros de credo,
entran en estados de inconciencia o semiconciencia. En ese
momento opera la fuerza de la oración para desterrar a Sata-
nás de ese cuerpo sometido a sus maldades, y se produce la
liberación de alma y materia al grito de “aleluya, hermano, lo
has logrado”.
También utilizan como herramienta de captación de fieles,
la presentación de testimonios “en vivo” (generalmente en sus
programas de radio y televisión y en los medios gráficos que
controlan).
Son hombres y mujeres, antiguos pecadores de Satanás,
que ofrecen desinteresadamente sus testimonios de salvación
y relatan sus propias experiencias. Cuentan cómo era su vida
antes de la llegada de Cristo (casi siempre dominada por los
peores vicios y las pasiones más bajas, o plagada de enfer-
medades) y cómo se transformó después de “aceptar la mano

47
de Dios”. Aunque en algunos casos, ha habido presentaciones
legales por fraude, después de constatarse que la participación
con los testimonios de algunos fieles “no había sido tan des-
interesada”.

La Iglesia de la Unificación del Reino de Dios, más cono-


cida como Secta Moon, es una organización fundada por Sun
Myung Moon (aunque su nombre original es Young Myung
Moon, que significa “tu, el dragón resplandeciente”).
La historia oficial de grupo señala que Moon, a los dieciséis
años (1936), tuvo una experiencia mística, una visión en la
que se le aparecía Jesús para pedirle que aceptara la misión
de salvar a la humanidad. “Tienes una misión importante que
realizar para el cumplimiento de la providencia divina. Jesu-
cristo no pudo revelar todo lo que tenía que decir ni asegurar
la salvación”.
Con esta misión como eje central de su vida, Moon funda
el grupo en Seúl (Corea), el 1º de mayo de 1954 y desde sus
comienzos ha expresado su convencimiento en la necesaria
fusión de religión y política, subrayando el compromiso de la
organización con objetivos y grupos con influencia y pode-
río económico y político, para provocar la transformación del
hombre actual, a nivel masivo.

48
SECTAS

Justamente esta necesidad de masividad en la difusión del


nuevo mensaje lo lleva a concretar fuertes inversiones en me-
dios de comunicación, sobre todo diarios y revistas.
En cuanto a la doctrina de la secta, está contenida en el
libro escrito por Moon, “El Principio Divino”, especie de ma-
nual editado en la década del cincuenta. Allí señala que Dios
tiene una parte externa (el universo) y una interna (espiritual)
y Jesús fue enviado para restaurar el mundo pero fracasó al
vincularse con los pobres y las prostitutas. Por eso fue nece-
saria la venida de un nuevo Mesías (el propio Moon), para
concluir el mandato divino, enfrentándose a Satanás, encar-
nado en el mismísimo sistema comunista. Por otra parte los
seguidores son alentados a alejarse de sus hogares y sus fa-
milias satánicas, para seguir exclusivamente al nuevo padre
salvador, Moon, y reconocer a Corea como la nueva tierra
prometida.
Su ideología política es profundamente conservadora, aun-
que en ocasiones tiene actitudes que podrían catalogarse de
neofascistas. Se afirma que en su momento, la Iglesia de la
Unificación ha proporcionado apoyo y entrenamiento mili-
tar y policial a personal dá varios países Latinoamericanos.
En la década del ochenta, Moon apoyó expresamente a los
gobiernos militares de varios países centroamericanos como
Guatemala, Honduras, así como también es conocido el apoyo
a los sucesivos gobiernos de la dictadura Argentina. También
consiguió ubicar partidarios suyos en puestos de relevancia
dentro del Partido de Le Pen en Francia y en el Parlamento
Europeo.
La llegada de la autodenominada “Iglesia de la Unifica-
ción” del controvertido líder coreano Sun Myung Moon a

49
Bolivia ha llevado a las autoridades y a los medios, a pregun-
tarse por la situación legal del creciente número de sectas que
operan en el país.
En una extensa investigación periodística se señala que
“la reaparición en el país de la secta del Señor Moon y la
expresión a través de algunos signos y actos simbólicos de
grupos satánicos, en un templo de la ciudad de Sucre” ha
evidenciado el vacío legal que existe en torno a materia de
cultos en el país.
Según el diario, “el Ministerio de Relaciones Exteriores y
Culto no cuenta con el registro de la totalidad de los grupos
asentados en el país y un buen número de las organizaciones
religiosas y de los catalogados como nuevos movimientos re-
ligiosos, estarían trabajando en el país sin registro, ni perso-
nería jurídica”.
El objetivo final de la secta Moon es la unificación del
poder, el control de todo el mundo en lo religioso, político,
científico, económico, etc. Los moonies suelen expresar esto
en un lenguaje propio al hablar de “unificación” en el ámbito
de las religiones y todos los poderes en manos de Moon y su
organización.
Gozan de mala fama a causa del testimonio de los ex-
adeptos que manifiestan haber sido sometidos a técnicas de
control mental dentro de la secta, obligados a contraer matri-
monio con la persona que designe Moon, etc.
El denominado reverendo Moon estuvo varias veces en
prisión debido a sus expresiones contrarias al régimen comu-
nista que por entonces gobernaba Corea. Decía que “el comu-
nismo representa a Satán y por tanto debe ser combatido”.

50
SECTAS

En 1960 se casó con Hak Ja Han, luego de haber sido aban-


donado por su primera esposa que no compartía su dedicación
a la actividad religiosa. Según declara en una de sus biogra-
fías tiene trece hijos y veinte nietos.
Durante la década del sesenta amasó una inmensa fortuna
que hoy tiene intereses económicos en áreas como el té, la
industria pesquera, el tráfico de armas o el titanio. Los deta-
lles de este desarrollo económico no son conocidos más que a
través de trascendidos parciales.
Entre 1971 y 1976 entretejió importantes contactos con
grupos del Partido Republicano de los Estados Unidos, parti-
cularmente a través de la amistad personal con diversos con-
gresistas; en estos años apareció como un adalid de Richard
Nixon, por lo que en 1972 desplazó su cuartel general a los
Estados Unidos.
La participación de la Iglesia de la Unificación en ámbitos
de la política y el acercamiento personal de Moon hacia cier-
tos líderes de la época, fue motivo de investigación en muchas
áreas. Por ejemplo el Congreso de los Estados Unidos encaró
un informe acerca de las actividades de la Agencia Central
de Inteligencia Coreana en la Unión. En el informe final del
subcomité investigador hay ochenta páginas específicamente
dedicadas a la organización moonie; en ellas se afirma que
Moon es propietario y opera una fábrica de fusiles M-16 y
que ha actuado repetidamente como agente para el gobierno
de Corea.
Su influencia retornó con la vuelta de los republicanos a
la presidencia de los EE UU, haciendo gala especialmente de
una relación muy estrecha con la familia Bush; a tal punto
que no son pocos los que señalan la participación de la secta

51
Moon en la campaña proselitista que llevó a Bush hijo a la
presidencia de los EE UU.
Todo esto no puedo evitar que en 1988 fuera condenado a
18 meses de cárcel en los Estados Unidos por fraude fiscal.
Actualmente, los sucesivos escándalos han alejado al líder
moonie de los Estados Unidos, por lo que trasladó su residen-
cia a América del Sur, donde tiene intereses económicos muy
importantes en Uruguay, Paraguay, Sur de Brasil y Argentina.

Enseñan la inminencia del fin del mundo, la paz, el amor


y la armonía. Garantizan que traerán la restauración de la
humanidad en una sola familia y un solo pueblo con un or-
den justo. Un “nuevo orden mundial”, que tiene como base la
unificación y como centro la persona de Moon.
Entre otras, las siguientes son afirmaciones de Moon:
“Soy el más grande de los santos.
Soy más grande y más caritativo que Jesús.
Mis palabras son Ley. Si deseo algo se cumplirá.
El mundo entero está en mis manos”.

52
SECTAS

Es una de las sectas más numerosa, con más de seis millo-


nes de adeptos, en toda América. Aunque el nombre oficial,
“Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”, hace
referencia a un origen de signo apocalíptico, desde hace tiem-
po el énfasis está puesto en el “profetismo” de una nueva era.
El mormonismo está centrado en un supuesto “tercer tes-
tamento” bíblico que traslada el centro de gravedad de la re-
dención obrada por Jesucristo a Norteamérica: el “Libro de
Mormón”. Joseph Smith (1805-1844) aseguró haberlo recibido
en planchas de oro de un ángel, que se lo llevó tras haberlo
traducido. Subdividido en varios libros, narra los avatares de
un nuevo pueblo, los “nefitas”, que Dios quiso crear a partir
de un judío emigrado a la nueva tierra prometida Norteaméri-
ca. Ellos eran las “otras ovejas que no son de este redil” a que
hace referencia el Evangelio de San Juan (cfr. 10, 16); y fueron
visitados por Jesucristo resucitado.
Al final, en el siglo V acabó desapareciendo a manos de
sus enemigos sempiternos, los “lamanitas”. Con la Iglesia que
iniciaron los Doce desfigurada y corrompida siempre según la
visión de Smith, y el final de los nefitas, se llegó a un punto
muerto, del cual les sacaría él. Smith aseguraba que todos sus
movimientos y palabras estaban inspirados por Dios: inclu-
so las esposas que tomaba estaban señaladas por las alturas.
Tomó más de treinta, hasta que fue linchado por una multitud
en Carthage (Illinois).
A pesar de que Smith profetizó que la “nueva Sión” estaría
en Missouri, su sucesor, el inglés Brigham Young, emigró en

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valle con un lago salado, decidió que allí se quedarían. Así
nació el embrión del Territorio, luego Estado de Utah. El desa-
rrollo de los mormones fue posible por disponer de un territo-
rio amplio donde poder consolidarse sin ser molestados.
Young organizó el mormonismo y, a la vez, despejó cual-
quier ambigüedad sobre el carácter cristiano del grupo. Para
él, Jesucristo es un profeta, pero no el Hijo de Dios. El mor-
monismo sostiene la existencia de un doble sacerdocio: el de
Aarón y el de Melquisedec, que se adquieren gradualmente; y
un bautismo, no considerado sacramental. En el terreno mo-
ral, han abandonado con la excepción de algunos disidentes
la poligamia, y son fervientes defensores de la institución fa-
miliar. Su moral es austera, e incluye un servicio misionero
de dos años para todos los jóvenes varones. Se financian con
los diezmos de los miembros y las inversiones que hacen con
ellos; así pueden costearse magníficos edificios como el re-
ciente de Moratalaz (Madrid), una especie de catedral para
la Península Ibérica que incluye estudios genealógicos que
permitan “rescatar” difuntos.

54
SECTAS

En los comienzos del grupo, se trataba solamente de per-


sonas provenientes de diversas confesiones aglutinadas por
la fe común en el inminente retorno de Cristo. Pero con el
transcurso de los años y los acontecimientos, al ser margina-
dos de sus distintos grupos de origen, se constituyen en grupo
autónomo en 1853.
En 1863, bajo la conducción de Hellen White, se realizó
una conferencia general cerca de la ciudad de Michigan, don-
de se constituyó formalmente la “Comunidad Adventista del
Séptimo Día”. Desde entonces están dirigidos por una Confe-
rencia General, cuyo presidente y junta directiva son elegidos
cada cinco años. A nivel de cada comunidad existe una Junta
de la Iglesia dirigida por los ancianos.
La concepción de la estructura es de tipo congregacionalis-
ta, por lo que cada comunidad tiene gran autonomía, si bien las
congregaciones radicadas en cada país están confederadas y
reciben cierto grado de cohesión de la “Conferencia Nacional”.
Los fieles, luego de aceptar el “espíritu de profecía” mani-
festado en Hellen White, asumen varios compromisos:

-
bático.

En general son objetores de conciencia.

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A partir de sus convicciones, el grupo mantiene una serie
de actividades muy especiales, algunas de ellas ligadas par-
ticular y directamente a sus preocupaciones por la salud y la
educación; otras referidas a su particular estilo de proselitis-
mo. Es preciso señalar que en la mayoría de los casos todas
estas actividades son abiertas a fieles y ajenos, pero siempre
requiriendo que quienes quieran participar acepten adaptarse
a las normas de vida de los adventistas; en muchos casos, han
mostrado ser un eficaz medio de captación.
Desde hace varios años realizan numerosos esfuerzos ten-
dientes a mejorar su imagen externa, con el propósito aparen-
te de lograr ser encuadrados dentro de las iglesias protestantes
clásicas, aunque mantienen una estructura y predicación in-
ternas claramente sectarias.
De este modo, practican un doble discurso que se puede
verificar a través del cotejo del material elaborado para la
propaganda y el elaborado para el adoctrinamiento interno.
“Los adventistas no han cambiado sus doctrinas ni su visión,
sólo han variado su táctica” (César Vidal Manzanares, “El In-
fierno de las Sectas”).
El otro elemento distintivo del adventismo es su preocu-
pación por el Retorno de Cristo. Una preocupación que como
hemos visto está inserta en los hechos mismos de su surgi-
miento, pero que en realidad no es patrimonio exclusivo sino
que han transmitido a los Testigos de Jehová, y que contem-
poráneamente es compartido por un sinnúmero de grupos,
tales como los Niños de Dios, diversos grupos New Age, etc.

56
SECTAS

Esta secta ha sido una de las más cuestionadas en los úl-


timos años, sobre todo en países como EE UU y la Argentina,
donde los jueces que han investigado la conducta de algunos
de sus representantes, a partir de las denuncias públicas de va-
rios de sus ex miembros, dan cuenta de severas desviaciones de
la conducta moralmente aceptada en las sociedades modernas.
Los niños de Dios ha tenido especial repercusión por los
excesos sexuales que salieron a la luz, sobre todo con los rela-
tos de la propia nieta del fundador de la secta, David Berg.
Merry Berg, quien nació en el seno de la secta y fue separa-
da de su madre a temprana edad, fue víctima de abuso sexual
y psicológico
Los niños de Dios nacen oficialmente en 1969 en Califor-
nia, y su doctrina se basa en la Biblia y en la particular in-
terpretación de Berg, que desde entonces se hace llamar Moi-
sés David o simplemente Padre Mo. Sus extensas cartas a los
fieles son prácticamente la única guía espiritual y de acción
y no todas están disponibles para el gran público. Esperan la
llegada del fin del mundo, del que sólo se salvarán los que
tengan corazón de niño.
El grupo tiene una estructura verticalista, encabezada por
Berg y su esposa María, que es en realidad la amante por la
que el líder dejó a su primera esposa, después de veinte años
de convivencia, y con la que tuvo cuatro hijos.
Están representados en más de cuarenta países y viven en
comunidades cerradas en las que, como en tantas sectas des-
tructivas, se les inculca el odio hacia la familia biológica que
no puede ser sometida por la secta.

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Volviendo al tema de los excesos sexuales, son numerosas
las denuncias de ex miembros de la secta que relatan las prác-
ticas del amor libre y la prostitución a la que se ven sometidas
las mujeres más jóvenes, con el objeto de recolectar dinero y
nuevos adeptos.
Pero sin duda, la expresión más aberrante de su doctrina
se refiere a la situación de los niños dentro de la secta, los
que son iniciados en la sexualidad por sus propios padres y
familiares cercanos, desde los dos años de edad.
Creen que no hay nada malo en las relaciones sexuales de
todo tipo, que no hay que ser egoístas. El amor se demuestra
mediante el sexo. Si se vive en pareja, se está siendo egoís-
ta, por eso fomentan los cambios de parejas y las relaciones
puramente circunstanciales, lo que es un atractivo para con-
quistar adeptos.
Los niños de Dios o “La Familia” es considerada una sec-
ta peligrosa por el Parlamento europeo y por los gobiernos
de distintos Estados. Actualmente cuenta con un número de
miembros en todo el mundo que oscila entre los quince mil y
treinta mil.
A semejanza de los Testigos de Jehová y de los Adventis-
tas, niega la existencia del infierno y ha anunciado —errónea-
mente también— fechas relacionadas con el Fin del Mundo.
Cree —como los Adventistas en relación a Ellen White y los
Mormones con respecto a Joseph Smith— que los escritos de
su profeta, Moisés David, son inspirados por Dios.

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SECTAS

Sai Baba nació el 23 de noviembre de 1926 en Puttaparti,


un pequeño pueblo de la India. Su padre, Pedda Venkama
Raju y su madre, Easwaramma, le dan por nombre Sathyana-
rayana Raju.
En sus primeros años “materializa” caramelos y lápices
para sus compañeros de escuela, y casi durante toda su ado-
lescencia estuvo rodeado de este tipo de “milagros” que, cuen-
tan sus seguidores, hacían estremecer a quienes lo rodeaban.
Y convencido de que fuerzas superiores operaban sobre él, a
los catorce años se declara como la reencarnación de Sai Baba
de Shirdi, el santo de Shirdi, en Maharashtra, que falleció en
1918.
En 1944 viaja a Bangalore. Su primer viaje como sabio
predicador y decide cambiar su atuendo por uno más apro-
piado para su nueva investidura. Se deshace de la camisa de
rayas y el dhoti (tela de algodón que se amarra alrededor de
la cintura como falda) y utiliza una túnica, que inicialmente
es gris claro, después cambia a blanco hasta que finalmente
queda color azafrán.
A su regreso, entre 1948 y 1950 construye Prasanthi Nila-
yam, uno de sus reductos más importantes, conocido como el
ashram y convertido hoy en un lujoso centro turístico, en el
que Sai Baba recibe a cientos de curiosos, potenciales adeptos
y miembros ya iniciados, entre los que siempre se destacan
figuras públicas, artistas, estrellas de Hollywood, etc.
En cuanto a su participación en la vida política e institu-
cional, hasta la fecha nunca le ha pedido a sus veinticinco
millones o más seguidores que voten por nadie en particular.

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Pero tiene mucha influencia política y muchos discípulos en-
tre los funcionarios de su país y del extranjero.
Las finanzas de ashram están bien administradas.
Sai Baba tiene además otros ashrams en Whitefield, cerca
de Bangalore y en Kodaikanal, donde pasa los meses de marzo
a junio.
Hay 2.560 Centros Sai en el extranjero y representantes Sai
administran setenta y cinco escuelas.
Sorprendentemente, este líder hinduista, polémico y con-
trovertido, varias veces denunciado por sus ex seguidores de
tener perversiones sexuales, jamás ha salido de la India. Sólo
lo hizo una vez, cuando viajó a Uganda en 1968.

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SECTAS

Seguramente casi todos hemos observado alguna vez a ese


grupo de muchachos pacíficos y en apariencia inofensivos,
que con sus cabezas rapadas y sus ropas de telas blancas y
colgantes, tipo hindúes, cantaban letanías interminables y
reiterativas, girando en círculos, en alguna plaza cercana de
nuestra ciudad. Son los Hare Krishna, identificados muchas
veces con esta imagen popular por la que se han hecho me-
dianamente conocidos.
Se trata de uno de los grupos más evolucionados dentro
del hinduismo, tanto por rechazar las castas por nacimiento,
como por defender un claro monoteísmo que proclama a un
Dios único y personal, cuya denominación ,más apropiada es
la de Krishna.
Es bastante común que cuando las religiones orientales
exportan a otros países grupos que se autoconvocan bajo la
figura de un líder o “iluminado”, éstos sean denominados sec-
tas. Las religiones más reconocidas son quizás el budismo y el
hinduismo y es justamente éste último el que más repercusión

En los años cincuenta con la independencia de la India,


el fervor nacionalista se cristalizó fuertemente en un cre-
ciente fervor religioso, y una década después esto impulsó a
algunos líderes religiosos a extender sus doctrinas a nuevos
mundos, en particular a EE UU, que simbolizaba para muchos
seguidores de estas corrientes, la fuente del “paganismo” más
extremo. Y en el país del proclamado “sueño americano”, la
contracultura naciente del mundo hippy los recibió con los
brazos abiertos.

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Uno de los que recibió fue el gurú Srila Bhaktivedana Pra-
bhupada, quien llegó a la edad de 69 años. En 1965 decidió
trasladarse desde la India, y se apareció en la ciudad de Nueva
York, donde en lugares públicos y abiertos, comenzó a cantar
su mantra o letanía, que comenzaba con las palabras Hare
Hare Krishna Hare.
Durante esa primera época, y en una ciudad tan cosmo-
polita como Nueva York, no fueron pocas las personas que
deseaban redimirse con la meditación hinduista. Generalmen-
te eran excluidos del sistema, con fuertes problemas de adic-
ciones a drogas y alcohol, y gente sin hogar que miraban
con esperanza sus enseñanzas, sobre todo en una década tan
convulsionada y caracterizada por los excesos como la del
sesenta, situación que les ocasionó no pocos problemas a la
organización.
En lo que respecta a los ejes principales de su creencia,
se pueden resumir en la aceptación del karma como destino,
creen en la reencarnación, consumen una estricta dieta vege-
tariana y viven en comunidades llamadas ashram, al igual que
el hinduismo.
Tienen una particular visión de las relaciones personales,
específicamente del contacto sexual. Una de las consignas que
divulgaba el líder Prabhupada señala que “las relaciones ínti-
mas de la familia —se refiere a padres y a hijos— no son más
que una enfermedad de la piel”. Por eso son más proclives al
encuentro espiritual entre los miembros que a la expresión
de sentimientos a través del cuerpo. Entienden que el acer-
camiento a Dios requiere de una concentración superior, que
no puede ser distraída con las necesidades de la carne. Jus-
tamente la defensa de la dieta vegetariana tiene que ver con

62
SECTAS

esta concepción de purificación del cuerpo para hacerlo “más


liviano” de los lastres terrenales y hacer posible el ascenso
espiritual.
Luego de la muerte del gurú Prabhupada en 1977, le su-
cedió en la dirección del movimiento un órgano colegiado al
que le ha costado mucho mantener cohesionado al grupo y
desde entonces el número de miembros ha disminuido consi-
derablemente.

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