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ORANDO SEGÚN EL DISEÑO DEL TABERNÁCULO

Esta es una enseñanza sobre la oración que ha sido de mucha ayuda en lo particular para realizar continuamente una
oración eficaz. En el tabernáculo de Moisés y su estructura encontramos un modelo a seguir en cuánto a nuestro tiempo de
oración personal. Cuándo aplicamos esa estructura dada por Dios mismo a la oración, encontramos que cubrimos
prácticamente todas las áreas necesarias de la oración:

Hebreos 8:3-5 RVR – [3] Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es
necesario que también éste tenga algo que ofrecer. [4] Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote,
habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley; [5] los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las
cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas
conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.

Estos versículos nos demuestran lo siguiente:

El tabernáculo es un modelo a seguir.

Ese modelo debe de llevarnos al Lugar Santísimo, o bien, una vida en la cual se manifiesta la presencia de Dios.

El tabernáculo era un lugar de sacrificio continuo, y por lo tanto, tanto los sacrificios como el fuego consumidor NUNCA
faltaban.

ASÍ DEBEN DE SER NUESTRAS VIDAS.

- La Puerta
La oración comienza con alabanza. El Salmo 100 versículo 4 dice:

Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre.

También es importante señalar que algunos bocetos analíticos del tabernáculo que se publican hoy en día señalan que su
puerta tenía cuatro columnas, los que podrían representar proféticamente los cuatro evangelios. Eso nos da a entender
que para “entrar en el reino” (Juan 3:3-5), tenemos que comenzar obedeciendo el evangelio de nuevo. Obedecer el
evangelio incluye el arrepentimiento y el bautismo. Tenemos que comenzar nuestra oración renovando nuestro
arrepentimiento y sumergirnos nuevamente en la presencia de Dios.

El primer lugar que encontraba el sacerdote al entrar en el tabernáculo era el altar de arrepentimiento:

- Altar de arrepentimiento
1 Corintios 15:31 RVR – [31] Os aseguro, hermanos, por la gloria que de vosotros tengo en nuestro Señor Jesucristo, que
cada día muero.

El arrepentimiento es una de las tres armas principales en cuanto a la guerra espiritual:

Apocalipsis 12:11 RVR – [11] Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de
ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.

Para entrar en la presencia de Dios, tenemos que arrepentir. Tenemos que perdonar (Mateo 6:14-15) y pedir perdón.
Tenemos que sujetar nuestra carne al Espíritu de Dios.
En seguida, el sacerdote pasaba a la fuente de bronce:

- Fuente de Bronce
Era el lugar donde el sacerdote se lavaba antes de entrar al Lugar Santo.

Es un lugar de PURIFICACIÓN, y en cuanto a la salvación inicial, es simbólico del bautismo en agua. Para el creyente ya
bautizado, representa un momento en que espiritualmente le pedimos al Señor que nos purifique de todo aquello por lo
cual hemos arrepentido.

En cuanto a la vida de un creyente (ya convertido), también representa la purificación a diaria a través del arrepentimiento
y el mover del Espíritu Santo en nuestras vidas:

Juan 7:38 RVR – [38] El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

Así como el arrepentimiento es algo de a diario, también el fluir del Espíritu Santo debe de ser algo diario en nuestras vidas.

Renovarnos en el Espíritu Santo nos conduce al siguiente lugar en el tabernáculo, el Lugar Santo:

La Entrada al Lugar Santo


Siempre que pasamos por una puerta espiritual, hay que hacerlo con alabanza:

Salmos 100:4 RVR – [4] Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su
nombre.

La entrada al Lugar Santo era una cortina, o velo, sostenida por 5 pilares, los cuales representan:

La identidad de Dios

Alabanza

Encontramos esos 5 pilares en Isaías 9:6

Admirable

Consejero

Dios Fuerte

Padre Eterno

Príncipe de Paz

Hay que alabarle a Dios de acuerdo a todos sus atributos, o bien, como dice el Salmo 150, conforme a la muchedumbre de
su grandeza, y así, El mismo nos lleva a su mera presencia.

El Lugar Santo
El Lugar Santo es la antesala del Lugar Santísimo. Era el destino a diario del sacerdote, su “oficina”, por decir. Representa
“andar en el Espíritu” para nosotros, y debe de ser el lugar espiritual desde donde llevamos a cabo nuestras vidas a diario.
Es aquí donde se lleva a cabo el “trabajo” de la oración.

En el Lugar Santo, hay tres elementos importantes:

- La lámpara
Representa la luz del Espíritu Santo. Esa luz era importante, ya que eso fue lo que le guiaba al sacerdote mientras
desempeñaba sus actividades. Es el fuego del Espíritu Santo (Mateo 3:11) que nos permite MOVER EN EL ESPÍRITU.

La luz de la lámpara tiene su fuente de luz de dos importantes recursos:

El fuego del Espíritu Santo

El arrepentimiento (quebrantamiento) en nuestras vidas

La lámpara era de oro batido. Eso significa el proceso de formación que Dios tiene que aplicar a nuestras vidas para
convertirnos en recipientes adecuados de su Espíritu, o bien, su unción:

Gálatas 4:19 RVR – [19] Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en
vosotros,

La lámpara estaba llena de aceite, el cual representa el fluir del Espíritu Santo:

Éxodo 27:20 RVR – [20] Y mandarás a los hijos de Israel que te traigan aceite puro de olivas machacadas, para el
alumbrado, para hacer arder continuamente las lámparas.

Es en este punto donde podemos aprovechar para pedirle al Señor que los dones y el fruto del Espíritu Santo estén
fluyendo en la iglesia y en nuestras vidas, así permitiéndonos ser una luz al mundo perdido que nos rodea.

- Los panes de la proposición


También en el Lugar Santo, había una mesa con doce panes. Esto representa la palabra de Dios y los ministros que lo llevan.
Es aquí donde debemos de meditar en la Palabra de Dios en nuestro tiempo de oración. Hay que orar por tu sacerdote y
quienes traen la Palabra a la iglesia para que el Señor nos de ese “pan fresco” todos los días.

El sacerdote comía de este pan todos los días. Esto significa lo siguiente para esta parte importante de nuestras oraciones:

Hay que permitir la Palabra de Dios profundizarse en nuestros corazones

Hay que orar para los ministros quienes traen la Palabra a nuestras vidas

En nuestro tiempo de oración, es importante leer la Biblia, o bien, reflexionar en la Palabra de Dios.

Así como cuando comemos, hay que “masticar bien”. Esto significa tiempo de reflexión, o bien, escuchar la voz de Dios.

- El Altar de Incienso
Este lugar representa oración y alabanza de intercesión. Es aquí donde presentamos las necesidades, o bien, intercedemos
delante del Señor.

La alabanza en este lugar tan importante es el medio que nos lleva al Lugar Santísimo.

- El Lugar Santísimo
En el Lugar Santísimo, solamente hay una cosa: El arca del pacto.

Significa la presencia manifestada de Dios

Fue lo que Isaías vio en Isaías 6:

Isaías 6:1 RVR – [1] En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas
llenaban el templo.

Lo interesante es que Isaías NO ERA sacerdote, sin embargo, estando en el Espíritu, el Señor le permitió ver el Lugar Santo,
y eso ANTES DE la venida de Jesucristo.

En el arca hay tres cosas:

Hebreos 9:4 RVR – [4] el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que
estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto;

Las tablas de los mandamientos. Esto representa que es en la presencia de Dios que la ley de Dios se va a grabar en
nuestros corazones.

El maná – El sustento divino / espiritual.

La vara de Aarón que reverdeció, que representa el Señor Jesucristo, y la autoridad espiritual que solamente el nombre de
Jesús nos da:

Filipenses 2:9-11 RVR – [9] Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
[10] para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
[11] y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Hay que entrar en el Lugar Santísimo:

Hebreos 10:19-22 RVR – [19] Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de
Jesucristo, [20] por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, [21] y teniendo un gran
sacerdote sobre la casa de Dios, [22] ACERQUÉMONOS con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los
corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.

Obediencia al evangelio es lo que permite eso (Hechos 2:38)

Resumen

En el tabernáculo, encontramos LA SANGRE, LA PALABRA, y EL NOMBRE. Si tienes estos elementos en tu vida, no hay fuerza
satánica o carnal que te puede detener de servir al Señor.

Pero recuerda:

Mateo 17:21 – [21] Pero este género no sale sino con oración y ayuno.

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