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CONCEPTO DE SALUD

La definición de salud corresponde a un concepto dinámico que se ha ido modificando en la


medida que se han presentado cambios culturales y sociales, variando desde una perspectiva
fisiologista donde se puede entender como ausencia de enfermedad, hasta definiciones que
abarcan aspectos sociales, psicológicos y la capacidad del individuo para desarrollar las actividades
cotidianas sin problemas.
La definición adoptada para Salud Pública es la establecida por la Organización Mundial de la Salud
(OMS) promulgada en su carta fundacional considerando que “La salud es un estado de completo
bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.
A pesar de la ampliación del concepto, existen autores que han replanteado dicha definición, como
Milton Terris quién suprime el término “completo”, haciendo énfasis en la percepción subjetiva del
bienestar, como también otras que consideran la capacidad del individuo a adaptarse a su medio.
Es así como la definición es de carácter flexible, intentando adecuarse de mejor forma al contexto
que la establece para funcionar como base para el establecimiento de objetivos que van desde lo
individual a lo poblacional.
 

SALUD – ENFERMEDAD
Considerando el concepto de salud y sus variaciones es que se establece el debate en torno a su
relación con un estado de enfermedad en el individuo. Milton Terris, luego de cuestionar el
concepto de salud adoptado por la OMS, propone una relación de continuidad entre salud y
enfermedad, considerando como extremos la salud óptima por un lado y la muerte (sobre todo la
acontecida prematuramente) por el otro, transcurriendo el ser humano entre ambos polos.
Además de esto establece una relación entre la funcionalidad de individuo y el lugar donde se
ubica dentro de estos dos extremos. En relación al polo de salud óptima se encuentra un mayor
nivel de funcionalidad, el cual decrece en la medida que se avanza hacia el extremo opuesto, es
decir la muerte.
 

DETERMINANTES DE LA SALUD
De la definición de salud se desprende su complejidad. Son muchos los factores que interactúan
para lograr determinar la condición de salud o enfermedad.
Una forma simple de clasificarlos corresponde a la separación entre factores ambientales y
factores genéticos, considerando con mayor relevancia a los factores ambientales donde se incluye
el contexto político, la estructura y funcionamiento del sistema institucional sanitario, las
características sociales y ambientales de la población analizada, etc.
El estilo de vida sería el producto de la interacción entre ambos grupos de factores, determinado
por las características biológicas de sujeto en interacción permanente con el medio que lo rodea.
Se da mayor relevancia los factores ambientales respecto a los genéticos debido a que los primeros
son considerados más fácilmente modificables (aun cuando esto constituye sólo un supuesto) y por
el significativo impacto demostrado en múltiples ocasiones del entorno sobre el individuo y su
estado de salud o enfermedad.
Otra forma de evaluar los determinantes de la salud es la que propone Tarlov quien define cinco
grupos los cuales se encuentran relacionados entre sí y con disciplinas que los abordan:
 1) Biología humana abordada por la asistencia sanitaria.
 2) Estilos de vida, afrontada por técnicas de prevención de enfermedades.
 3) Ambiente comunitario, del cual se encarga la promoción en salud.
 4) Ambiente físico, del cual se hace cargo la protección de salud.
 5) Estructura macrosocial, influyendo en los determinantes antes mencionados, se
relaciona con la política que rige a la población.

De esta forma se pretende ordenar estos distintos factores con el objetivo de identificar cuáles son
las condiciones que los determinan y así plantear posibles intervenciones con el fin de mejorar el
nivel de salud de la población.
 

HISTORIA NATURAL DE LA ENFERMEDAD


La historia natural de la enfermedad describe la evolución de la misma, sin intervención médica,
desde antes de que ésta se inicie (interacción entre el individuo y su ambiente biopsicosocial),
hasta su resolución en recuperación, cronicidad o muerte.
Tomando lo anterior es posible dividir este continuo en tres fases:
 Período pre-patogénico, antes de la aparición de la enfermedad, momento en el cual
actúan los factores de riesgo.
 Período patogénico, durante el transcurso de la enfermedad.
 Período presintomático: con la enfermedad instalada, pero sin manifestaciones clínicas
(subclínica).
 Período clínico: cuando la enfermedad sobrepasa el umbral de detección dando
manifestaciones clínicas de la misma.
 Fase final o desenlace, el cual puede corresponder a la resolución (con o sin secuelas), la
cronificación o la muerte del individuo.
Además, es importante tener en consideración dos conceptos relacionados con los períodos
descritos. El período de inducción, perteneciente al período pre-patogénico, se refiere al tiempo
que transcurre entre la exposición a los factores de riesgo y el desarrollo de la enfermedad, siendo
variable según factor de riesgo e individuo, siempre en consideración de los múltiples factores que
pueden influir en el desarrollo de una patología determinada. Por otro lado, el período de latencia,
perteneciente al período patogénico, se refiere al tiempo transcurrido desde el inicio de la
enfermedad hasta que presenta manifestaciones clínicas (supera el umbral de detección).

En base a esta concepción del desarrollo de las enfermedades es que se establecen distintos
momentos y estrategias de intervención. Desde el punto de vista de la salud colectiva, se ha
demostrado que mientras más precozmente se aborden los problemas a lo largo de esta historia
natural, más efectivas y de menor costo serán las intervenciones a nivel colectivo. Clásicamente se
han descrito 3 niveles de prevención (Leavell y Clark), cada uno con estrategias de intervención
propias: primario (asociado al período pre-patogénico), secundario y terciario (correspondientes al
período patogénico).
1.-Nivel de prevención primario (periodo pre-patogénico): Son aquellas intervenciones sobre
población sana que se orientan a la prevención del desarrollo de enfermedades a través del control
de los factores de riesgo.

 Promoción de la salud: control de los determinantes en población presuntamente sana.


 Protección específica o prevención de la enfermedad: también en población
presuntamente sana pero orientada a evitar problemas específicos de salud.

Por lo general, casi todas las intervenciones sobre los estilos de vida corresponden a actividades de
prevención primaria. Ejemplos claros de este nivel son la consejería para abandonar el hábito
tabáquico, desarrollo de políticas laborales en defensa de la seguridad del trabajador, desarrollo
de programas de vacunación, etc.
2.-Nivel de prevención secundario (periodo patogénico): Se refiere a aquellas intervenciones
realizadas en el período de latencia (subclínico) destinadas a lograr un diagnóstico y tratamiento
precoz y efectivo. En esta categoría se encuentran aquellas intervenciones denominadas de
cribado o tamizaje, donde se interviene una población determinada (definida principalmente en
base a sus factores de riesgo) con la finalidad de dar un diagnóstico precoz a enfermedades sobre
las cuales existan alternativas de manejo que mejoren su expectativa de vida o retrasen la
aparición de los síntomas (Figura n°4). En caso de realizarse estrategias de detección precoz de
enfermedades sobre las cuales no se puede llevar a cabo una intervención efectiva, se estaría
aumentando la prevalencia (dado que el diagnóstico sería mayor), sin incidir en el pronóstico de la
misma (es decir, sin reportar beneficio para la persona involucrada).
Es importante destacar que estas intervenciones no modifican la incidencia real de la enfermedad,
actuando sobre la prevalencia en caso de que sea una enfermedad curable.
3.-Nivel de prevención terciario (periodo patogénico): Medidas destinadas a reducir en el largo
plazo las consecuencias de la enfermedad, dirigida a personas con enfermedades en etapas
avanzadas, convalecientes o discapacitados. Como objetivo busca la rehabilitación física y/o
psíquica de la persona, como también su reinserción social.
Se han descrito otros niveles de prevención como por ejemplo la Prevención Primordial la cuál
actuaría antes de la prevención primaria, a nivel poblacional, interviniendo a nivel de los
determinantes estructurales de la salud, buscando prevenir la emergencia de factores sociales,
culturales o ambientales que constituyan un factor de riesgo para el desarrollo de distintas
patologías.
 

PROMOCIÓN DE LA SALUD
Al analizar el enfoque bajo el cual trabaja la medicina preventiva nos encontramos con la idea de
evitar el desarrollo de condiciones que determinan una disminución en la calidad y expectativa de
vida de la población, pero si se vuelve a la evolución del concepto de salud y su evolución desde su
concepción como ausencia de enfermedad, y se replantea como una condición de bienestar
integral y que permite al individuo desarrollarse de forma funcional, el hecho de evitar el
desarrollo de una patología parece incompleto. De esta forma surge la promoción de la salud
entendida como el conjunto de actividades que favorecen la salud, no sólo para su protección, sino
también para incrementarla a nivel individual y colectivo, a través del fomento de estilos de vida
saludables, intervención en factores sociales, económicos y ambientales.
Para alcanzar este ambicioso objetivo no es posible plantear las intervenciones sólo desde un
sector del sistema social, sino que es necesario el trabajo coordinado y cooperativo entre distintas
disciplinas, es decir, es fundamental el trabajo multidisciplinario.

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