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Una conocida mechera fue condenada a tres años de prisión efectiva a instancia del Ministerio Público Fiscal.

La mujer que, junto a una cómplice había intentado robar el celular a la víctima, estaba cumpliendo un condena de ejecución
condicional por un hecho similar ocurrido en mayo de este año.

Este 20 de agosto, la conocida “mechera” Ana Sarmiento fue condenada en un juicio abreviado, a instancias del Ministerio Fiscal
a través de la Fiscalía Especializada en Delitos Flagrantes I a cargo del fiscal Carlos Picón, a 3 años de prisión de cumplimiento
efectivo.

En este caso, porque ya tenía una pena condicional en curso, por robo agravado por haberse cometido en poblado y en banda, el
13 de agosto pasado, en calle San Martín al 800, cuando Sarmiento, junto a su cómplice, Tatiana Micaela Rodríguez, empujaron a
la víctima, le arrojaron agua en la espalda para distraerlo y así poder quitarle sin que éste lo advirtiera su teléfono celular, el cual
fue encontrado por el pasajero de un taxi del cual, personal policial había hecho descender a las mecheras.

En la audiencia del juicio, a la que asistió el auxiliar de fiscal Pablo D’Andrea, Sarmiento fue condenada a la pena de tres años de
prisión efectiva, mientras que Rodríguez por igual término con pena de ejecución condicional y reglas de conducta.

Causa anterior

El 14 de mayo de 2021, Sarmiento fue enjuiciada por la misma Unidad Fiscal por los delitos de robo agravado por haberse
cometido en poblado y en banda en grado de tentativa y evasión, y, sentenciada en un juicio abreviado, a la pena de tres años de
ejecución condicional. Ese hecho había ocurrido el 9 de noviembre del año pasado, en 24 de Septiembre y Monteagudo, a las
11:40 horas, en contra de dos menores de edad, cuando la condenada Sarmiento pisó el pie de una de las víctimas para que sus
consortes de causa abrieran las mochilas y extrajeran dos teléfonos celulares de las mismas.

Al percatarse de esta situación, las menores comenzaron a increparlas para que le devolvieran sus celulares a lo que se sumaron
ocasionales transeúntes y la policía, logrando así aprehenderlas y recuperar ambos equipos.

Una conocida mechera fue condenada a tres años de prisión efectiva a instancia del Ministerio Público Fiscal.

La mujer que, junto a una cómplice había intentado robar el celular a la víctima, estaba cumpliendo un condena de ejecución
condicional por un hecho similar ocurrido en mayo de este año.

Este 20 de agosto, la conocida “mechera” Ana Sarmiento fue condenada en un juicio abreviado, a instancias del Ministerio
Fiscal a través de la Fiscalía Especializada en Delitos Flagrantes I a cargo del fiscal Carlos Picón, a 3 años de prisión de
cumplimiento efectivo.

En este caso, porque ya tenía una pena condicional en curso, por robo agravado por haberse cometido en poblado y en
banda, el 13 de agosto pasado, en calle San Martín al 800, cuando Sarmiento, junto a su cómplice, Tatiana Micaela
Rodríguez, empujaron a la víctima, le arrojaron agua en la espalda para distraerlo y así poder quitarle sin que éste lo
advirtiera su teléfono celular, el cual fue encontrado por el pasajero de un taxi del cual, personal policial había hecho
descender a las mecheras.

En la audiencia del juicio, a la que asistió el auxiliar de fiscal Pablo D’Andrea, Sarmiento fue condenada a la pena de tres
años de prisión efectiva, mientras que Rodríguez por igual término con pena de ejecución condicional y reglas de conducta.

Causa anterior

El 14 de mayo de 2021, Sarmiento fue enjuiciada por la misma Unidad Fiscal por los delitos de robo agravado por haberse
cometido en poblado y en banda en grado de tentativa y evasión, y, sentenciada en un juicio abreviado, a la pena de tres
años de ejecución condicional. Ese hecho había ocurrido el 9 de noviembre del año pasado, en 24 de Septiembre y
Monteagudo, a las 11:40 horas, en contra de dos menores de edad, cuando la condenada Sarmiento pisó el pie de una de las
víctimas para que sus consortes de causa abrieran las mochilas y extrajeran dos teléfonos celulares de las mismas.

Al percatarse de esta situación, las menores comenzaron a increparlas para que le devolvieran sus celulares a lo que se
sumaron ocasionales transeúntes y la policía, logrando así aprehenderlas y recuperar ambos equipos.

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