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"PARA HACER QUE UN GRAN SUEÑO SE CONVIERTA EN REALIDAD, PRIMERO HAY QUE
TENER UN GRAN SUEÑO."
HANS SELYE
"SI HASTA EL PRESENTE, EN EL MUNDO, LOS MALOS HAN PARECIDO MAS FUERTES QUE
LOS BUENOS, ES PORQUE LOS MALOS SABEN HACER EL MAL Y LOS BUENOS NO SABEN
HACER EL BIEN."
ELIPHAS LEVI
A. INTRODUCCION
B. ESTRUCTURA DE LA PONENCIA
1. ASPECTOS GENERALES
1.1. DEFINICION
1.2. ANTECEDENTES
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1.3. CARACTERISTICAS Y TIPIFICACION DE LA CORRUPCION
3.1. SICOLOGICAS
3.2. SOCIOLOGICAS
3.3. ECONOMICAS
4. MECANISMOS DE PREVENCION
INTRODUCCION
La presente ponencia tiene como objetivo presentar a ustedes el conmovedor cuadro, dramático en
sí mismo, en que se ha venido convirtiendo el ejercicio de la corrupción de manera universal, con lo
cual ha llegado a socavar el fundamento de las estructuras sociales generadas por la humanidad,
poniendo en serio peligro la supervivencia de esas sociedades en armonía y con equidad, virtudes
cuya desaparición convierte las relaciones sociales en generadoras de discriminación y por ende de
violencia.
Una vez presentado ese cuadro y analizados sus componentes, propondremos a ustedes un medio
para que se vinculen a la solución del grave problema, y convenciéndolos de la bondad de ese
propósito, si es que lo logramos, nos ayuden a implementar desde ya tareas y a fijar metas para que
nuestro aporte sea realmente fructífero.
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La razón por la cual nos encontramos aquí hoy hablando de corrupción, tiene que ver con el
hecho de que un grupo de "soñadores" decidió hace poco más de un año, empezar a pensar en
este problema y en buscar propuestas que fuesen posibles de sacar adelante, en busca de oponerse
a la corrupción. Sobre ese propósito ya se ha trabajado bastante y hoy sólo pretendemos atraernos
más aliados. Pues bien, gracias a la inclusión de esta charla, en este foro, se nos ha permitido un
logro que también habíamos soñado, y que hoy se hace realidad, de sacar a la luz pública el objetivo
de nuestros trabajos.
Hemos acuñado como premisa, soporte y algo así como el "cargador de la pila" la frase de Hans
Selye, según la cual "Para hacer que un gran sueño se convierta en realidad, primero hay que tener
un gran sueño".
Cuando iniciábamos nuestros trabajos y convocábamos a otros miembros de nuestra sociedad para
que participaran con nosotros, tuvimos reacciones de todo tipo, desde la sonrisa escéptica, hasta la
carcajada burlona; desde el apoyo entusiasta, hasta el rechazo velado; desde el aporte de ideas y
pensamientos, hasta el convidado de piedra. Nada más difícil que haber prosperado en nuestra
intención, habida cuenta de que el tema de la corrupción es un tema que, por delicado de tratar y por
la colosal empresa que es combatirla, hace que nos convirtamos en espectadores pasivos y hasta
cierto punto cómplices del problema, cuando no en, ahí sí, muy activos ejecutores, promotores... en
fin, hacedores de corrupción. Y es éste un medio tan lucrativo y expedito para conseguir que
nuestros deseos se cumplan y ostentar la cara del éxito en la vida, que quien se ha acostumbrado a
ejercerla, no quiere que se le hable de su abolición, y quien haya logrado escaparse de sus garras,
teme que al enfrentársele, pueda correr serio peligro, incluso la pérdida de la vida. Se corre grave
peligro y se pierde la vida en el intento, eso está bastante demostrado y sería necio querer
convencerlos de ello.
No va pues a ser éste, un discurso más de los que ya han agotado ríos de tinta y toneladas de
papel, recibidos aplausos y catapultadas soterradas aspiraciones, sino una convocatoria a pasar de
inmediato del discurso a la acción decidida.
Estamos seguros de que hoy no vamos a solucionar el problema, sólo buscamos que con su
resuelto apoyo a esta causa, logremos en el corto plazo llevar hasta las instancias que sean
necesarias, las propuestas que puedan evitar la comisión de actos corruptos, cerrándole puertas a
su ejecución; así que, por mínimo que sea, cualquier avance que logremos habrá justificado todo el
esfuerzo hecho.
ESTRUCTURA DE LA PONENCIA
1. ASPECTOS GENERALES
1.1. DEFINICION
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Aclarado el propósito que nos mueve, creemos que puede resultar ilustrativo, presentarles una
definición que logre, de manera precisa, hacernos conocer en toda su magnitud el carácter de lo que
es la corrupción.
No aceptamos una definición de ella, la investigamos, la descubrimos por nuestros propios medios,
lo cual se dificultó, en razón a que, es un fenómeno que puede apreciarse desde diferentes ópticas,
dependiendo de la interpretación de valores y del juicio personal sobre un sistema o sociedad.
Por todo esto, no fue tarea fácil lograr una aproximación a definirla, y hasta hace muy poco no había
un consenso sobre cuál debería ser la tan esquiva definición que buscábamos, y aunque vamos a
proponer ya mismo una, estamos seguros de que aún no nos hemos puesto de acuerdo. Confiamos,
no obstante, en que ustedes podrán ayudarnos a perfeccionarla.
Vamos a dejar "flotando" en el ambiente esta definición a la cual estaremos recurriendo con bastante
frecuencia en la medida en que avance nuestra exposición. Rogamos por que, cada que se les
presente una oportunidad, la relean y memoricen, hasta que a alguno de ustedes se le "ilumine la
lamparita" y a lo mejor nos puede aportar una buena definición.
Bien, dejémosla por ahora allí, no sin antes hacer notar lo que esa definición contiene:
- CONJUNTO DE MODALIDADES DELICTIVAS, o sea, es un delito, de modo que el corrupto.
- OBTIENE BENEFICIOS INDEBIDOS, o sea es algo contrario a las buenas costumbres.
- VIOLA LA LEY
- MENOSCABA LOS DERECHOS DE SUS SEMEJANTES
- CORROE LOS PRINCIPIOS…TICOS y finalmente es
- ALGUNAS VECES UN MECANISMO DE DEFENSA.
Ciertamente, es una tarea que parecería "quijotesca", la de emprender la lucha contra semejante
monstruo.
1.2. ANTECEDENTES
Ubicar los antecedentes de la corrupción no resulta fácil, si partimos de la base de que ésta es una
modalidad delictiva altamente sofisticada, que se caracteriza por no dejar huellas o por dejar las
menos posibles.
Relativa importancia puede tener ahora ahondar en una investigación histórico-social que nos
permita establecer los exactos antecedentes de este flagelo.
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La corrupción no nace con el poder político y la organización de la economía basada en el sistema
monetario; es mucho más antigua. Se fortalece con el debilitamiento de las instituciones políticas. Ya
dos mil años atrás Marco Tulio Cicerón, criticaba en sus "Catilinarias", el deterioro de la moral
pública y el enriquecimiento ilícito de algunos senadores romanos, poniendo el grito en el cielo y
alegando que se acercaba "el fin de los tiempos", por la putrefacción de las buenas costumbres en la
sociedad romana... y efectivamente, el imperio se destruyó.
En los tiempos modernos, hace 100 años, el 21 de Agosto de 1898, decía Don Manuel González
Prada -eminente político peruano-: "Nos dirigimos a un pueblo cien veces engañado, que
desconfiará de nosotros mientras los actos no les prueben la sinceridad de las intenciones. Las
leyes, por muy claras y sencillas que nos parezcan, entrañan oscuridades y complicaciones
suficientes, para servir al hombre honrado y al bribón, quien sabe, más al bribón que al honrado.
Pero ¿qué valen las leyes buenas con jueces malos?"
El 10 de Octubre de 1973 renunció el vicepresidente de EE.UU., Spiro Agnew, admitiendo que había
sido sobornado cuando fue gobernador de Maryland; posteriormente, el colegio de abogados lo
expulsó de su seno, por haber deshonrado la profesión. En los países desarrollados también se
soborna, la inmoralidad y la corrupción se han extendido a todo el mundo, llevando al borde de la
destrucción a la sociedad.
Sin lugar a dudas, tratar de establecer con certeza los elementos que se presentan para que el
hombre sienta la necesidad de cometer estos actos, que lo colocan en el lindero de la insolidaridad y
de una fatal renuncia a los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad, tan promulgados, pero tan
excluidos, de nuestros reales intereses, es tarea nada fácil; para ello deberá recurrirse a los doctos
en las materias Histórico-Ontológicas, en busca de la luz que nos ponga de presente las razones
que puedan aducirse como generadoras de la mentalidad corrupta, pues podremos aspirar a que,
una vez determinados estos factores, podamos implementar tareas que dirijan sus resultados a
recuperar en el ser humano, esos principios básicos de convivencia pacífica y socialmente factible.
Podríamos ensayar, mientras encontramos la respuesta aceptable, un análisis que nos permita
hacer el diagnóstico: Por ejemplo, pensemos en los seres humanos como criaturas de Dios, puestas
sobre la tierra con las suficientes capacidades para obrar en su honor. Por ello, se encuentran
accidentalmente (para ellos, desde luego, no para el Creador) en un escenario único, y dispuestos
allí para el desarrollo de Sus planes. El Creador le otorgó al hombre todos los elementos necesarios
y los puso a su alcance:
Agua, luz, aire y la tierra para recoger de ella todos los frutos; además de proporcionarle animales
para su sustento y vestido. De nada carece el ser humano, pues a imagen de su Creador se le
otorgó la capacidad de discernir, de crear, de producir cosas para mejorar su entorno. Con una
estructura física ideal, el hombre es el animal mejor dotado de la naturaleza.
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semejantes y a exigir de ellos su concurso cuando los intereses, que en esta etapa son mutuos, así
lo requieran.
¿Por qué razón esto no continúa así por siempre, y en lugar de la disolución de la sociedad, ella no
se enriquece con el avenimiento de nuevos miembros, que hagan honor a la indiscutible sentencia
según la cual "la unión hace la fuerza"?
Dentro de su proceso evolutivo, el hombre constituye las primeras comunidades, con una
organización tribal pero suficiente para su forma de vida. El contacto permanente con la naturaleza,
lo lleva a tener conciencia de la existencia de un Ser Superior que le proporciona los elementos
necesarios para el sustento. Agradecido, da ofrendas que posteriormente se convierten en ritos,
bases de todas las religiones. Constituido como comunidad organizada, social y religiosamente,
amplía sus horizontes en busca de mejores tierras y perspectivas de vida, lo que origina esa
necesidad de conquista. Los fuertes prevalecen sobre los débiles, y los sometidos se tornan en
seres inferiores a voluntad de sus conquistadores. Así ha sido durante siglos.
Podría afirmarse que en ese preciso momento en que el hombre siente la necesidad subjetiva de
TENER MAS, y de DETENTAR PODER para estar por encima de los demás, se origina la práctica
del acto irregular, anormal, de apropiación de unos bienes o recursos ajenos que le han sido
confiados para beneficio e interés social. Esta actitud, exclusiva del hombre, vino a convertirse en
paradigma, hasta tornarse en una práctica colectiva, ejercida por casi todos aquellos que tuviesen la
posibilidad, la oportunidad y los medios para hacerlo.
El hombre no acepta la riqueza que tiene al alcance de su mano. Quiere más cosas, más poder y
bajo esa premisa se extiende por todo el planeta, conquistando, destruyendo, ignorando a sus
semejantes; los ideales religiosos, políticos y de estado son las banderas que enarbolan como
justificación de sus luchas. Paralelamente a ello, otros hombres se dedican a crear cosas, productos
que prontamente obligan a la apertura de fábricas e industrias para abastecer las necesidades de la
humanidad, generando a su paso la destrucción del entorno, la contaminación de las ciudades e
indudablemente la estratificación social.
En cuanto se refiere al cambio que se produce en el ser humano al pasar de la vida comunitaria a la
vida en sociedad, con todas sus complejidades y evidentes desventajas, que sufrimos actualmente,
responden los estudiosos de este tema que ello sucede básicamente porque el hombre empieza a
tener la necesidad de competir con sus congéneres y entonces quiere ser, no mejor, sino EL mejor,
no más adinerado, sino EL más adinerado, no más exitoso, sino EL más exitoso, etc., y en este afán
por sobresalir, no le queda más remedio que aplastar a sus probables oponentes, en esa
desenfrenada carrera por ser EL, olvidando cómo hasta ese momento, se pensaba en NOSOTROS.
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PROPOSITOS COMUNES. Es decir, LA COMUNION DE PROPOSITOS es una de las virtudes
urgentes de rescatar.
El problema es tan grave que, miremos el patético cuadro que se presenta cuando, en su afán por
defenderse de "ese canibalismo", los hombres crean dentro de la sociedad, toda una serie de
organizaciones comunitarias que los aglutinen según sus intereses, bien sean políticos, religiosos,
filosóficos, gremiales, profesionales, etc. Pero vemos que aún dentro de esas organizaciones el
cáncer de la corrupción hace metástasis y en todas ellas ese canibalismo se presenta con sus
desalentadoras consecuencias
Fácilmente podemos concluir de este análisis, tal como lo dijera Juan Jacobo Rousseau, que "el
hombre en su estado natural nace puro y que la sociedad se encarga de corromperlo". No es
condición genética natural del hombre, ser corrupto.
La corrupción hace parte del producto final de una sociedad descompuesta moralmente, que
envuelve a todos en un círculo vicioso de opresión y codicia, cuando no de aceptación y solución a
múltiples problemas individuales. El primer contacto que generalmente se tiene con la corrupción es
su producto: la injusticia social que oprime; esto crea en el individuo un sentimiento de anhelar que
parece inalcanzable actuando honestamente; otras pocas personas inician su carrera corrupta
codiciando tener más, aunque no carezcan de bienes materiales, y otras deberán entrar en ella, o
perderán su trabajo y sus amigos. Se presenta entonces la oportunidad, la facilidad, el mecanismo
corrupto y de pronto, ya no se ve tan malo, si va a ser la solución de lo que se quiere obtener.
El ejercicio de la corrupción presenta varias facetas que van desde la desviación de recursos
públicos hacia arcas particulares, pasando por el soborno de empresas particulares a servidores
públicos, hasta llegar al extremo de hacer desaparecer a quienes se le oponen, bien sean políticos,
o simplemente ciudadanos que reclaman sus derechos.
La ley penal colombiana, por ejemplo, sanciona dieciocho modalidades diferentes de la corrupción
en el sector público que abarcan entre otros, el abuso del cargo público, la expedición de actos
arbitrarios, la intervención en las tramitaciones, los intereses en beneficio de terceros, los
dictámenes contrarios a la ley, la omisión o retardo de actos públicos, la asesoría ilícita, la omisión
de denuncias, la revelación indebida de documentos, la utilización en provecho propio de
información reservada, la representación o asesoría ilegales, el empleo ilegal de la fuerza pública, la
intervención en política y el incremento patrimonial no justificado por razón del cargo o las funciones.
Pero además de los delitos de corrupción del sector público, en el sector privado se dan una serie
de hechos delictivos que, aunque de la misma gravedad que los anteriores, no son tan sancionados
en nuestra legislación y hasta se consideran actuaciones normales dentro del régimen de la libre
empresa; por ejemplo las comisiones a proveedores, intermediarios y compradores por debajo de la
mesa.
También la evasión tributaria es un delito generalizado según el cual, muchas empresas pagan
sumas descomunales a los más habilidosos expertos en evadir responsabilidades fiscales. Y esto
hasta cierto punto viene siendo avalado e incluso felicitado por los integrantes de la sociedad,
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porque esos dineros, si no se evadieran, siempre terminarían en manos del más corrupto de todos
ellos, vale decir, del poder ejecutivo y legislativo o sus equivalentes en cualquier país.
No menos importante es el delito del contrabando, que convierte en corruptos, en toda la redondez
de la tierra, a productores, distribuidores, exportadores, aduaneros, importadores, revendedores y
consumidores finales de una gama infinita de artículos contra los cuales no puede competir el
productor local.
Finalmente, por ahora, otra forma generalizada de la corrupción, sobre la cual queremos llamar la
atención, es el acoso sexual: valiéndose de su poder político, económico o administrativo, y
aprovechándose de las circunstancias particulares de sus subordinados, muchos jefes entregan a
cambio de favores sexuales, cargos importantes y estabilidad laboral, y también, a cambio de lo
mismo, se efectúan transacciones comerciales, ganando las licitaciones no los más idóneos sino los
o las de mayor libertinaje sexual.
Por otra parte, es tal la complejidad de las modalidades que adopta la corrupción en nuestra época
que muy pocos individuos podrían ufanarse de no haber usado jamás alguno de sus
mecanismos en beneficio propio. El sistema está de tal manera corrupta que prácticamente
imposibilita la honestidad.
Para no hacernos muy extensos con una relación seguramente por todos conocida, de los tipos de
modalidades corruptas, diremos finalmente que existen ciertas modalidades explícitas de corrupción
definidas por la ley, las cuales deben tenerse presentes por quienes pretenden instaurar una lucha
contra la corrupción. Para ilustración de los lectores esas modalidades y una corta explicación de
las mismas se adjuntan en el apéndice 1 al final de este trabajo.
Nos hemos apoyado para el desarrollo de este capítulo en el siguiente ensayo del Filósofo
colombiano, Andrés Augusto Flórez Giraldo, según el cual:
Y lo que quizás nos ha impresionado más en éste desarrollo, fue analizar dicha relación desde el
sicoanálisis, tanto de la primera, como de la segunda tópica Freudianas, pues vimos cómo, de
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manera radical, se podrían explicar sus elementos constitutivos. Sin embargo, intentar un
sicoanálisis de la corrupción es tarea ardua, sobre todo cuando hace falta iniciar una investigación
severa y científica, que permita dilucidar con lujo de detalles los elementos claves del problema. En
tal caso, habría que seleccionar una muestra poblacional determinada e iniciar con un marco
investigativo, las especificidades del asunto, sometiendo a entrevistas y análisis diversos, a
personas que hayan incurrido en conductas de corrupción de diversa índole, sobre todo a niveles
administrativos y económicos. Ello también considerando que, en condiciones normales, la persona
corrupta tiene la tendencia a desaparecer de la escena cuando se siente de alguna manera
investigada o analizada (como prueba tenemos el complejo de culpa que abate al corrupto ante la
desnudez de sus conductas frente a la Sociedad).
No obstante estas circunstancias, en ésta breve disertación nos proponemos hacer un primer
acercamiento al problema, estableciendo unos primeros pasos en el estudio, basados en el análisis
de experiencias de personas corruptas tanto a nivel regional como en nuestra vida nacional
colombiana. (Aunque por obvias razones solo haremos referencia a la parte meramente conceptual y
no casuística). En un estudio tentativo del siquismo del ser humano corrupto, podemos identificar los
siguientes elementos:
1. Ausencia o cambio en la estructura de Valores (sobre todo éticos),
2. Una sobredimensión de la imagen del propio Yo,
3. Relaciones interpersonales en la periferia y no en la esencia, y
4. Adaptación a la realidad y Desarrollo de un tipo de represión social. Miraremos a la luz de nuestro
análisis éstos factores como aspectos determinantes:
Ahora bien, ¿será posible, de igual forma, que encontremos corruptos que tengan una aparente
solidez o consistencia en alguna de sus figuras (podrá ser perfectamente la imagen de la madre)? Si
ello ocurre, entonces el corrupto entra en simbiosis con el poder, el cual estructura para jugar con
más fuerza cada vez el rol de padre, como actividad para lograr de manera fácil la influencia en otros
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y llegar así a ser el conductor de la comunidad familiar respectiva y obtener de ello un
reconocimiento incondicional. Se busca cada vez más al padre, a través de la imagen de la madre,
en un intento por suplir su ausencia y carencia (recordemos la simbiosis entre el sicario y su madre,
en el que la condición deteriorada de vida, a nivel económico y social, legitimaba en él la búsqueda
del bienestar, sin importar los medios para conseguir lo deseado). Lo determinante aquí es que la
persona corrupta, bien pronto se percata de la ausencia de la solidez o estructura de valores que
puedan hacerle encaminar a actividades de empeño positivo y constructivo en el orden de lo social,
y decide aprovechar dicha circunstancia en beneficio propio y de los suyos. Entonces la identidad se
convierte en simbiosis, puesto que el corrupto depende en forma absoluta del poder o sus
beneficios, y termina siendo, a la postre, un ego que niega su figura paterna y que busca de manera
inconsciente un reconocimiento, así sea a través del manejo irrestricto del poder para sí y los de su
círculo inmediato. Pero fundamentalmente se puede captar que la ausencia de la jerarquía estable
de valores, se debe a que falta una identidad mediante el ejemplo y la congruencia, por parte del
padre o de la madre, o quizás por parte de ambos.
También hemos encontrado casos curiosos en los que personas provenientes de medios sociales
aparentemente bien desarrollados y configurados, tanto desde el orden personal como el social,
tarde o temprano sucumben ante la tentación de cambiar su escala o jerarquía de valores
personales, para pasar a otra en la que sólo se considere como deseable, el beneficio personal a
través de medios ilícitos socialmente considerados. Nuestra pregunta es: ¿cuál será la causa
concreta para que esto suceda? y tal vez sólo se nos ocurra pensar que lo acontecido podrá haber
sido que, bien pronto, sobre el sujeto activo de éste análisis, podrá haber ocurrido una presión
externa que haya hecho que tales bases se debilitaran para permitir la ocurrencia del antivalor. Tales
presiones están vinculadas a la consecución de bienes materiales, representados en comodidades y
seguridad para él y los suyos, de acuerdo a los patrones que determina la sociedad de consumo y
su poderosa propaganda. Igualmente, la persona se deja llevar por las presiones de un medio social
que le impulsa a conseguir, de forma rápida, lo que se desea en términos de necesidades físicas, y
de seguridad y reconocimiento social. Aunque aquí cabe la pregunta de si, en verdad, tal persona
estaba de todas formas bien realizada a nivel de los valores, puesto que hemos encontrado que en
el desarrollo de nuestro tema se han presentado casos de aparente solidez que ocultaban con toda
seguridad una problemática más profunda e inquietante. Una solidez de papel, puesto que oculta la
sombra de la intencionalidad del ser corrupto como única alternativa de vida.
Es importante anotar que cualquier ser humano esté en la posibilidad de "caer" en conductas de
corrupción, puesto que siempre se tendrá un trabajo que realizar en torno al análisis de las
condiciones de vida, sobre todo en lo que se refiere a aclarar cuáles son sus principios y su orden de
cumplimiento de las normas establecidas por la Sociedad, e igualmente cuáles han sido los
fundamentos axiológicos de su relación con el padre y la madre. Esto no niega que haya personas
en nuestro medio, que sean más estructuradas que otras en dicho aspecto, es decir, en no dejarse
"capturar o seducir' por la corrupción. En éste caso reconocemos que el mecanismo de defensa
(Súper Yo) será muy fuerte, a tal punto de mantenerse ecuánime ante la presión de las personas
corruptas. Ello nos lleva a reconocer, por tanto, que dicho estímulo radical en los patrones
normativos de la personalidad (Súper yo), permitirán ejercer un control más dinámico sobre los
mecanismos del instinto (Ello).
De todas maneras observamos que el problema del ser corrupto, tiene que ver con los patrones de
formación temprana de la persona, y la configuración de una escala o jerarquía proactiva y
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ejemplarizante de valores, sobre todo éticos. El hecho de permitir que la corrupción penetre a la
propia vida, quiere decir que desde ese momento, no existe solidez y consistencia en la estructura
ética de la persona, en términos de principios. Ello es claro y no admite dudas ni vacilaciones.
2.2. UNA SOBREDIMENSION DE LA IMAGEN DEL PROPIO YO: En segundo lugar hemos
observado que en la gran mayoría de los casos de corrupción, ha ocurrido que el sujeto activo de la
corrupción establece una sobredimensión de su Yo, en la medida en que fortalece lo que podríamos
denominar su EGO o estructura de personalidad. Este ego o personalidad está sujeto a los vaivenes
del deslumbramiento, a partir de lo social y tiene la tendencia a auto-engrandecerse a través de la
red de poder que teje con los demás en su entorno. En éste aspecto debemos resaltar la necesidad
que tiene el sujeto corrupto de obtener reconocimiento social y ser la figura o la estrella del pobre
firmamento de su ambición. Lo curioso que se observa de igual manera, es que el medio social tiene
tantas carencias de proyección, en términos de liderazgo efectivo y planeación, que bien pronto crea
una "corte" de adulación y seguimiento alrededor del sujeto corrupto, esto es, de servidores
incondicionales, que pliegan la estructura de su conciencia a quien detenta el poder en tal relación.
Es aquí donde se genera un juego sicológico entre dominador y dominado a través de la entrega de
la conciencia: el dominador le proporciona al dominado, seguridad en lo material y quizás una
imagen paterna fuerte que le llena las carencias de proyección a todo nivel. Igualmente, el dominado
le entrega al dominador, su asentimiento para permitirle manejar su conciencia y entregarse
(muchas veces de manera incondicional) al juego de fuerzas de la corrupción. Es aquí donde el
dominado y el dominador, se confunden en una simbiosis que solo podrá ser destruida o rota con la
"deslealtad" de alguno de los dos, o de ambos, lo cual representará una catástrofe para la
intencionalidad de sus egos corruptos. De todas formas, la "corte" se configura y constituye a partir
de un sentimiento de alianza protectora, para permanecer a salvo en la medida de lo posible, de las
angustias y peligros que representa ponerse en evidencia a nivel social.
Por ello es importante analizar los conceptos de culpabilidad personal y culpabilidad compartida, que
si bien es cierto, se estructuran de manera relativa en torno al margen de seguridad en la actividad
de la corrupción, también pueden determinar la puerta de ingreso para el desmonte de la alianza
estratégica entre dominador y dominado.
Ahora bien, y ¿qué decir de los casos en los que el servidor del corrupto decide salvar el pellejo
denunciando al cerebro de la operación, poniendo en claro su situación y tratando de atribuirle al
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otro, las causas y la intención directa de la acción ?. En éstos casos no deja de causarnos simpatía
el ver cómo las estructuras de lealtad, sólo se refieren a tener una falsa seguridad en el otro,
cobijados en que la motivación por el temor, será superior en caso de que se quiera violar el pacto.
Esta característica genera de todas maneras una represión social y sicológica en todas las personas
que tienen que ver con el corrupto, especialmente en aquellos que se resisten a "caer' en la
tentación que supone la actividad indebida. No estar de acuerdo con la "operación" del corrupto
podrá inclusive causar la muerte, dadas las estructuras delictivas que muchos corruptos tejen
alrededor de sí, con refinada astucia e insana intención. "O estás conmigo o no tendrás posibilidad
de seguir vivo", tal parece ser el imperativo, cuando se ha llegado a trazos criminales.
Hoy debemos aclarar que la única vía de salida del mundo, de la corrupción, es la de llevar a cabo
un proceso de centramiento consciente en el autoconocimiento. Si la persona corrupta inicia un
trabajo de introspección, bien pronto se percatará de la futilidad de sus intenciones de seguir dicho
camino. La autoconciencia es la única vía que nos permitirá descubrir las alianzas ocultas entre el
corruptor y su corte de servidores. Necesitamos por ello, líderes que sepan mantenerse en el centro
de sus vidas, creciendo y evolucionando con mucha conciencia a través de la auto-observación y el
obtener un claridad mental a través del estado de alerta. Necesitamos seres humanos que puedan
aprender de sus errores en la medida en que conocen de manera radical su zona obscura o de
reactividad donde se apoya el hecho de la corrupción. Si conocemos la zona obscura, llegaremos a
una sociedad más luminosa en donde impere la transparencia y la verdadera fraternidad humana.
Todos éstos factores, constituyen una base para pensar con mayor profundidad, en que es
necesario y preciso, empezar a considerar la posibilidad de tratar el tema de manera más científica y
radical, quizás comenzando por ensayos como éste que sólo pretenden dejar sobre el tapete, una
serie de consideraciones a la luz del Sicoanálisis y la Sociología General, pero luego realizando
investigaciones exhaustivas que establezcan un perfil y caracterización más determinantes de la
personalidad del corrupto, y determinando una tipología de las personas corruptas, para beneficio de
un proceso de redireccionamiento y reenfoque a nivel personal y social. Y podría ser un estudio tan
ambicioso, que hasta podría pensarse en las formas dinámicas a través de las cuales se pudiera
concebir la recuperación formativa de la persona que ha caído en éste que, a nuestro pensar, es el
gran flagelo social del siglo XX.
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Hasta aquí hemos utilizado el ensayo del Dr. Flórez, con quien coincidimos en su totalidad, y del cual
concluimos que entre mayor concentración se tenga para administrar la autoridad o el ejercicio del
poder, mayores serán las posibilidades de arbitrariedad y de decisiones amañadas, en beneficio de
quien lo ejerce, de sus allegados, favoritos o seguidores.
El estado y los dirigentes surgen por la necesidad que tiene la sociedad de organizarse. La
posibilidad de acceder al liderazgo ha tenido diversas formas y medios. Llegar al poder deviene de
tanta importancia para algunos miembros de la sociedad, en una gran mayoría carentes de todo
mérito para conseguirlo, que no vacilan en recurrir a todo tipo de artimañas y maquinaciones para
procurarse los medios y recursos necesarios para apropiárselo. Tal como lo describe, en "El
Príncipe", Nicolás Maquiavelo.
La sociedad es un conjunto de personas relacionadas sobre la base de una convivencia, con reglas
de conducta generalmente aceptadas, en que los derechos y obligaciones se corresponden
equitativamente. Las instituciones privadas, como entes que agrupan y representan a un conjunto de
individuos en particular, y los organismos públicos que representan los intereses de toda la
comunidad, complementan los componentes de una sociedad que requiere de códigos y normas,
simples y entendibles, para lograr que funcione apropiadamente y cuente con los instrumentos que
permitan sancionar a quienes se desvíen o transgredan las reglas del juego.
Sin embargo es cosa que ya sabemos hasta el cansancio, que la simple creación de códigos y leyes,
ni aún la penalización severa a los transgresores, basta para lograr la obediencia. Se requiere un
vasto proceso educativo que concientice a los ciudadanos. Ya hablaremos posteriormente de ello.
En los últimos tiempos, la sociedad ha avanzado rápidamente hacia concepciones de la vida guiadas
y soportadas básicamente en la consecución del dinero y el bienestar individual exclusivamente;
nuestros dirigentes asimilaron con gran facilidad, formas de administrar caracterizadas por buscar
primero el resultado económico y el beneficio individual, y las constituyeron en paradigmas que se
multiplicaron dentro de la sociedad, la cual de una manera paulatina e imperceptible, se vio inmersa
en una estructura social caracterizada por el individualismo, el egoísmo, el egotismo, el desinterés
por lo colectivo, la indolencia, la ignorancia y la complicidad.
La sociedad entrega no solo sus bienes, recursos y derechos, sino además su confianza, a unos
dirigentes y les retribuye económicamente para que su dedicación total, sapiente y capacitada les
resulte beneficiosa, y después de tantos siglos estamos recibiendo una situación caotizada a grado
extremo; privándonos de nuestros bienes y recursos, degradando nuestra condición humana natural,
hasta el punto de que hoy existen personas que viven en situaciones infrahumanas realmente
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lamentables y en grados de indefensión por debajo de los que poseen los animales; se nos está
despojando hasta del futuro y este ni siquiera ha llegado, es más, no sabemos si llegará.
Mientras el hombre vivía aún en comunidad, la corrupción no podía darse, ya que el interés de los
asociados en vida comunitaria y las sanciones ejemplarizantes (muerte o expulsión del clan) y el
sistema de trueque llevaban a un tipo de vida elemental, el liderazgo se aceptaba sin discusión y no
había interés en trampas "políticas" complejas como las que generan la corrupción.
Es a partir de la vida en sociedad, y más concretamente desde el momento en que surge el estado
moderno, con toda su trama administrativa, cuando se le da al hombre la oportunidad de las
ganancias marginales generadas por actos ilícitos en ejercicio del poder.
3.1. SICOLOGICAS
Ilustraremos la típica sicológica, basados en el siguiente análisis del Dr. Raúl Salamanca, Sicólogo y
Sicoanalista colombiano: "Ya es sabido por muchos, que el Sicoanálisis no plantea soluciones a un
problema de tales dimensiones, al fin y al cabo no es este su propósito.
De modo que si nos atrevemos a pensar en alternativas de solución, lo tendremos que hacer
ubicándonos en otro lugar y en otros discursos, por lo cual entramos en los linderos de la utopía;
utopía en el buen sentido, como una meta difícil de alcanzar, pero a la que podemos tender.
Las alternativas que podamos pensar, deben a mi modo de ver, buscar una transformación del
psiquismo colectivo, entendiendo por éste la manera como la cultura nos ha configurado y
constituido.
Sabemos desde las investigaciones de Levy-Strauss que la organización familiar mínima, compuesta
de madre e hijos, es prácticamente universal, basada en la obvia dependencia fisiológica y
sicológica que se da entre ellos. Por otro lado la familia conyugal, formada por marido, esposa e
hijos también tiene la característica de ser casi universal o por lo menos tan frecuente como la otra.
En estas familias los miembros están unidos entre sí por: a) Lazos legales, b) Derechos y
obligaciones económicas, religiosas y de otros tipos y c) Una red precisa de derechos y obligaciones
sexuales, unida a una variedad de sentimientos y actitudes (amor, respeto, temor, etc.).
Esta organización familiar va a constituirse poco a poco como una estructura o como un conjunto
que logra su identificación y se diferencia de otras por un elemento sancionado legalmente y el cual
es transmitido en nuestra cultura occidental por el padre: el apellido. El apellido es la constatación de
que este ser humano tuvo un padre y de que está inscrito dentro de una relación de parentesco; de
igual manera significa también que desde el momento en que la pareja decide constituirse como tal y
formar una familia, se está obedeciendo a unas leyes que están presentes en todas las sociedades
del mundo. Estas leyes tienen que ver, por ejemplo, con la Prohibición del Incesto, es decir con una
serie de regulaciones y ordenamientos del deseo sexual de sus miembros. Cuando decimos
regulación y ordenamiento decimos Prohibición y Apertura.
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Esta ley es universal, es decir que todas las sociedades llamadas humanas, regulan el comercio
sexual entre sus miembros como condición para asegurar su existencia y permanencia.
Para la teoría sicoanalítica, la relación del ser humano con el otro, está medida por la agresión; pero
éste nivel fundamental de agresión, es algo posible de atemperar mediante procesos de
sublimación".
Durante milenios y sin excepción, todos los sistemas sociales y todas las filosofías políticas
aplicadas al intento de constituir una sociedad justa, se han demostrado en la práctica totalmente
incapaz de brindar ese mínimo de seguridad que tanto proclamamos en los Derechos del Hombre.
Ni el esclavismo, ni el feudalismo, ni la monarquía nacional, ni la democracia representativa, ni la
social democracia, ni el socialismo, han acabado con la pobreza, el nepotismo, el analfabetismo, el
elitismo en los sistemas de salud, la corrupción de la clase dirigente, el contrabando, la prostitución,
el alcoholismo, el robo, la violación y las demás lacras sociales que corroen a la sociedad desde que
tenemos conocimiento histórico de ella.
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encausándolo hacia la obtención de su bienestar y el de su familia. Ahora además es necesario
tener un buen "padrino" sea éste político o no; ya no importa que usted se llame Fulano o Zutano, es
necesario que usted tenga el apoyo de Mengano o Perano.
En el caso de Colombia, por ejemplo, el debilitamiento del poder, producto de la poca credibilidad en
las instituciones, hizo surgir la Constitución de 1991, en la esperanza de que, una modernización de
los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, iba a permitir un resurgimiento de la imagen de autoridad
y otorgaría la oportunidad de renovar la clase dirigente, ya que los detentadores tradicionales del
poder habían demostrado su ineptitud y su promiscuidad con la corrupción.
La corrupción generalizada vuelve "ilegítimos" a aquellos gobiernos que se involucran en ella, y les
resta gobernabilidad, incluso a nivel internacional, porque al aparecer los procesos legales
generados por esa corrupción, enturbian el giro normal de las relaciones en todos los campos.
Muchos de nosotros nos preguntamos si a nuestros gobernantes, si a nuestros líderes políticos, les
conviene mantener en nuestros países, a la comunidad, postrada, para luego salir en veloz carrera
en "defensa" de los derechos mancillados por los otros, (que no son otros, sino los mismos) quienes
con su "titánica" y "desinteresada" acción, "alcanzan" lo que el estado no ha logrado, a pesar de sus
"ingentes esfuerzos".
Los estados sociales de derecho, donde se propende por el respeto a la vida, la convivencia, el
trabajo, la igualdad y la libertad, han ido sufriendo deterioro en sus instituciones, debido a la pérdida
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de valores de los individuos, quienes buscan alcanzar a toda costa ostentar el poder, que se
encuentra focalizado en unos pocos, perdiendo así los demás la oportunidad de desarrollar su
actividad en favor del interés colectivo, lo cual ha desencadenado un desequilibrio social que ha
dañado la integridad del individuo ante la sociedad, generando la corrupción a todo nivel.
La ineficiencia del poder judicial, que contiene una gran gama de delitos excarcelables previa
confesión del mismo; la lentitud de los procesos que hace que muchos casos sean resueltos en
favor del acusado por vencimiento de los términos o por falta de pruebas debido a la recolección anti
técnica de las mismas, también son generadoras de corrupción.
3.3. ECONOMICAS
Un proceso creciente de corrupción se explica por una tendencia hacia la consecución del dinero
fácil y rápido, y el colapso de los principios morales que durante muchos años sostuvieron a la
sociedad.
Cada día el modelo económico y la estructura social nos hacen una cordial invitación a CONSUMIR.
Solo es posible consumir más si se tienen los bienes y recursos suficientes, la rueda de la historia,
desenfrenada, conduce al hombre y a la sociedad hacia el consumo ilimitado. Cada día trae consigo
una necesidad subjetiva, creada.
El sistema económico imperante en nuestros países, busca como objetivo fundamental, la obtención
rápida de ganancias, a través de la competencia. De esta loca carrera surgen la inequidad y la
pobreza. No todos los agentes económicos tienen la opción de acceder en igualdad de condiciones
a los bienes producidos por la sociedad. Los menos favorecidos, utilizan como mecanismo de
defensa las mismas prácticas de los poderosos, obviamente con fines distintos.
Sea cual fuere la definición, la corrupción atenta contra el bien común, bien sea privando a buena
parte de la comunidad de los bienes y servicios necesarios para la satisfacción de sus necesidades y
desarrollo, o elevando los costos de los mismos para que el inversionista privado pueda recuperar lo
invertido en el acto corrupto. (Al considerarse la mordida como un costo más de la inversión, de la
propuesta o de la licitación).
Los empleados públicos de mando medio, además de mal pagados, son vituperados, agredidos en
sus principios, valores y dignidad por aquellos que detentan el poder laboral o político y tienen
escasas o nulas posibilidades de ascenso gracias a la estructura de promoción en las entidades
estatales.
Por otra parte son muy conocidos las historias de despilfarros y derroches (ambulancias,
instrumental médico obsoleto, equipos para generación eléctrica) y otra cantidad innumerable de
bienes que se pierden en bodegas y patios de entidades públicas.
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También son de dominio público las cuantiosas inversiones perdidas por el tendido de puentes que
se caen, acueductos que al paso de pocos años no logran satisfacer las necesidades de la
población, bocatomas que son arrastradas por la fuerza de los ríos, construcción de coliseos y
escenarios fastuosos, en lugares en donde la población presenta altos índices de desnutrición o
morbi-mortalidad.
Nadie desconoce igualmente que por esas paradojas absurdas de nuestra democracia los
municipios más ricos en recursos naturales son por regla general, los más olvidados, desprotegidos
y miserables del país.
Estas son razones más que suficientes para que el estado haya perdido la credibilidad y la confianza
de la ciudadanía.
4. MECANISMOS DE PREVENCION
Vistos los antecedentes, las características, las causas y las consecuencias de la corrupción, el
equipo de trabajo que ha elaborado la presente ponencia, llega a la conclusión de que un medio
realmente efectivo para evitar que la sociedad sufra todo ese cúmulo de irregularidades que genera
la corrupción, es prevenirla, pues estamos convencidos de que, en virtud de las características del
ser humano, mientras le sea posible cometer actos corruptos, no faltará quien encuentre en ellos un
modo de moverse con toda propiedad dentro de esa sociedad. Por lo tanto, nos parece que es un
mejor aporte a la solución del problema el proponer y sacar adelante, no importa su
costo, estrategias para su prevención, pues es bien sabido que en toda manifestación de males
epidémicos el arma más efectiva para erradicarlos es, justamente, la prevención.
Por lo tanto la invitación que hoy les queremos hacer, antes de concluir esta charla, es a que
despierten su imaginación y nos ayuden en un trabajo que se proyectará hacia el futuro a
proponernos los medios para evitar la comisión de los actos corruptos. Para eso les daremos
algunos ejemplos de lo que nos ha parecido el principio de una buena estrategia preventiva.
Pensamos que para diseñar estrategias preventivas debemos apelar, corriendo el riesgo de ser
reiterativos, a consignar, grosso modo, cuales son los más protuberantes generadores de
corrupción en nuestros estados, a saber:
La lista de generadores de corrupción se podría extender ad-infinitum, pero como dice Robert
Klitgaard, uno de los más importantes investigadores y consultores internacionales en estrategias
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para combatir la corrupción, es necesario categorizar y atacar inicialmente las formas más dañinas y
estas son a grandes rasgos las que hemos considerado hasta el momento.
En nuestros países las cartas fundamentales contienen una serie de mecanismos de control
contable, ciudadano y político tanto en la ley civil como en la ley penal, para prevenir la corrupción.
Sin embargo, asistimos a una sofisticación delictiva y a una proliferación alarmante de los delitos de
corrupción. Algunos estudiosos piensan que, en nuestros casos, es la consecuencia natural de una
situación política que hace crisis ante una legalidad inconsistente con la realidad nacional y que poco
a poco, si nos esforzamos y valientemente eliminamos las contradicciones más relevantes de
nuestro sistema jurídico, si además de eso adquirimos una mayor conciencia ciudadana y ejercemos
nuestros derechos constitucionales, si permitimos, apoyamos y defendemos la labor fiscalizadora del
periodismo investigativo y de los organismos creados para tal función, si nos decidimos a aplicar el
principio del pez gordo, juzgando y condenando de manera ejemplarizante algunas de las más
notorias cabezas de la corrupción en las tres ramas del poder y si prevenimos de una manera
definitiva la corrupción con una educación ciudadana vigorosa y reiterativa en todos los niveles
pedagógicos, la corrupción, si bien no desaparecerá del todo, podrá ser controlada de una manera
significativa.
Como dice Andrés Benavente Urbina en "Estatismo y Anticorrupción": Además de la reducción del
tamaño del estado, el combate a la corrupción demanda dos cuestiones esenciales: el
fortalecimiento del individuo y de la sociedad civil, y la contención del poder.
Entre mayor sea la complejidad del estado, mayores son las oportunidades de corrupción. La historia
ha demostrado que no importan todos los sistemas de control que se creen para evitar este tipo de
delito. Un profundo cambio en la conciencia de los individuos, puede llegar a generar una conducta
honesta y solidaria.
Además las arbitrarias e injustas condiciones que impone cualquier sociedad estructurada en castas
y clases sociales, prácticamente obliga a los más débiles a ingeniarse mecanismos de supervivencia
que forzosamente transgreden las leyes. Un profundo cambio en la estructura de la sociedad puede
llevar a los individuos a practicar, sin peligro de extinción, una conducta honesta y solidaria.
Esto implica que, si queremos abocarnos a eliminar la corrupción, tendremos que crear una
mentalidad totalmente nueva, lo cual es posible, ya que asistimos a una serie de revoluciones
simultáneas; y a la lista de los grandes cambios científicos, tecnológicos, sociológicos y filosóficos
que están sucediendo, ha llegado el momento de incluirle transformaciones radicales en la moral,
que impliquen una revolución individual en todos nosotros.
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1. Educación ciudadana y formación de líderes.
2. Fortalecimiento de la Democracia participativa.
3. Vigilancia ciudadana efectiva.
4. Expedición de leyes que efectivamente prevengan la comisión de actos corruptos.
5. Creación de entidades que estudien y hagan efectivas las estrategias para prevenir la corrupción.
Los esfuerzos individuales, el ejemplo individual positivo, colocado como punto de referencia, puede
y debe ser el primer paso para empezar a construir y fomentar ese proceso reestructura torio de
nuestra sociedad, de tal forma que la permee en su totalidad y se generen cambios de radio
colectivo.
Uno de los elementos para combatir la corrupción, es el ejemplo de la propia conducta; es erradicar
de raíz una serie de costumbres, aparentemente insignificantes e inofensivas, que por desgracia se
han ido convirtiendo en parte de nuestra cultura; es educar a nuestros hijos de manera que ellos
nunca vean a sus padres en actitudes corruptas.
También es necesario revisar los requisitos y calidades de quienes deben ocupar cargos de elección
popular; cuántos de esos elegidos deben ser sancionados por incurrir en conductas delictuosas
relacionadas con las funciones de su cargo, cometidos por el desconocimiento de las normas y leyes
en un buen número de ellos.
Se debe emprender una cruzada por el rescate de los valores básicos de la sociedad y del ser
humano; tenemos que educar a nuestros hijos en valores como la tolerancia, el trabajo cooperativo,
la ayuda mutua y la educación como instrumento para el desarrollo personal y productivo del país;
en valores como la autoestima y la importancia de las relaciones pacíficas entre los hombres, del
derecho a disentir, a pensar y sentir diferentes. Nuestros hijos deben ser educados con una clara
conciencia de que quien tiene derechos, también tiene responsabilidades, que quien exige, también
debe presentar cuentas de sus actos; pero también debemos reeducar a nuestros mayores para
poder fortalecer, por emulación, las enseñanzas a nuestros hijos.
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Para concluir podemos decir que el estado debe impulsar políticas en materia educativa para que
nuestra sociedad retorne a los valores y principios de respeto hacia el interés público y privado y así
prevenga los efectos de la corrupción, necesitando del respaldo de cada uno de nosotros para
combatirla.
Ese proceso debe comenzar en el jardín infantil y continuar en los ciclos de educación, primaria,
secundaria y superior, a fin de lograr que toda la estructura formativa del individuo sea coherente y
tenga la continuidad y los efectos requeridos.
La educación debe también tocar el campo de la ecología, pues quien recibe una herencia y no ha
sido educado para administrarla en su provecho y el de los suyos, la malgasta y despilfarra,
esperanzado quizá en que algún día recibirá otra; igual está ocurriendo en nuestro mundo. Dios nos
legó la tierra llena de vegetación, agua, oxígeno y por ende alimentación y salud por doquier, pero,
nos dedicamos a industrializarla sin cuidarla. Los ríos hoy se encuentran contaminados, el aire
viciado nos ahoga. Los líderes actuales corrigen estos evidentes males sólo con leyes, que nadie
cumple y nadie hace cumplir, porque no se nos ha dicho, de verdad, la importancia de los recursos
naturales que poseemos. Los países más industrializados castigan a los del tercer mundo por no
cuidar lo que han llamado los pulmones del mundo, pero y, qué se está haciendo allá para mejorar
su propia contaminación?. La respuesta es nada, antes por el contrario las reservas naturales de los
países del tercer mundo, se inundan de desperdicios radioactivos que ayudan a agotar lo poco que
nos queda. La concientización de la humanidad será la única salida para evitar esta catástrofe.
Los medios de comunicación deben dar voz a las asociaciones cívicas y profesionales que participan
en campañas contra la corrupción.
Es paradójico, pero la aldea global que predijera Mac Luhan, esa que nos permite saber al instante
lo que sucede en Japón y lo que ocurre en nuestra propia ciudad, genera un fenómeno de
homogeneidad que dificulta la capacidad de discernimiento y reacción. Además el excesivo flujo
noticioso crea en la persona la sensación de no estar bien informada, de indiferencia, de
insensibilidad y pasividad.
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Cuando un enfermo se sacude Pareciera espasmódicamente anuncia que su muerte está cerca. Lo
mismo le está pasando a nuestro mundo; la humanidad se debate con desesperación entre los
males que hoy padece. Que no existen remedios para, siquiera, calmar su dolor. Sabemos que
solamente hay una alternativa favorable, cual es la de encontrar líderes de verdad, hombres libres y
de buenas costumbres, que sean capaces de despertar a tantos que duermen sin saber siquiera la
situación que se vive o mostrándose indiferentes a ella.
Es de vital importancia para sacudir de una vez por toda la indiferencia ciudadana, establecer en
todos nuestros países el voto obligatorio, con penalizaciones por su omisión, similares o más
radicales aún que las que se han tomado en la República del Perú. Solo obligando a nuestros
ciudadanos a votar so pena de perder gran parte de sus derechos civiles puede llevar a gran parte
de la ciudadanía a las mesas de las votaciones y de esta manera facilitar el camino para un gran
cambio en nuestras clases dirigentes, que a su vez genere la anhelada transformación hacia una
política sana. Si al voto obligatorio se le añade la total financiación de las campañas electorales por
parte del estado y la absoluta prohibición de dineros privados, ni fríos ni calientes, pueden surgir
seguramente los líderes de nuevo corte, honestos y solidarios que tanto necesitamos para combatir
la corrupción. Esta estrategia sería a nuestro entender la columna vertebral de todo un sistema anti-
corrupción.
Debe implantarse una agresiva campaña de educación que dé a conocer los mecanismos de
participación ciudadana, los instrumentos que permiten exigir y defender los derechos, a la vez que
se ilustre sobre los tipos de delitos que, sobre sus dineros, están cometiendo los funcionarios
públicos en razón de sus cargos y de sus calidades, porque al fin y al cabo un alto porcentaje de los
ingresos del estado son fruto de los impuestos que todos pagamos.
Al proceso contractual regulado por el estado, sólo se le ha pretendido dotar de mecanismos que
aceleren la acción estatal, bajo la argumentación de que el anterior proceso, por la serie de trámites,
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propiciaba la corrupción. Se dotó al administrador de más autonomía y responsabilidad, se crearon
espacios de participación ciudadana, pero a la fecha el proceso continúa siendo matizado por la
corrupción, por la dedocracia, la falta de transparencia y la ausencia del principio de economía e
imparcialidad.
Aunque los códigos de ética han resultado en algunas instancias de la evolución de las sociedades,
hasta cierto grado efectivos, en el propósito de prevenir los actos corruptos, una vez más fracasan,
ya que la no observación de sus normas, generalmente no acarrea más que algunas malas caras,
pero nada efectivo y que realmente sirva para dar soluciones satisfactorias o altamente útiles.
Creemos inclusive que, nada es más peligroso que un código de ética, para quien lo cumple, pues
se pondrá siempre en desventaja con respecto a quienes no se avienen a su observancia. Se
convierte entonces en un placebo de tercera generación, que como en el caso anterior, en nada
coadyuva al equilibrio social que tanto deseamos.
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ser descubiertos. Aunque esto puede representar mayor riesgo y traducirse en la búsqueda de una
mayor porción del banquete.
Sin embargo, en atención a las buenas intenciones hacemos mención de sus posibilidades, sin que
nos entusiasme mucho su particular análisis y mucho menos su eficiencia.
Como ya lo habíamos dicho, desde un punto de vista sicológico la corrupción es una modalidad de la
mentalidad delictiva que se presenta cuando hay un deterioro en la autoridad, producto de un
debilitamiento de la imagen paterna. Como la sociedad es, de acuerdo con Freud, un ente
antinatural, la ley debe estar respaldada por una serie de mecanismos coercitivos siempre presentes
en la conciencia ciudadana y por penalizaciones ejemplarizantes que hagan desistir al individuo de
sus tendencias antisociales, que por otra parte, constituyen la realización de sus instintos naturales.
En nuestro país y en todos los que padecen corrupción, no faltan leyes y el sistema político está
basado en principios que todos, se supone, aceptamos. Por lo tanto se creería que no es a partir de
la emisión de leyes, ni de reformas constitucionales como se puede extirpar esta peste; que
podríamos retornar a las leyes dictadas por Simón Bolívar y decretar que los delitos de corrupción
sean castigados con la pena de muerte o con la descuartización progresiva del infractor, sin lograr
su cometido, pues tales medidas se tomaron en el pasado y sin embargo el problema subsiste y sin
aparente solución.
Y aunque, frecuentemente seguimos escuchado decir que el problema no es de leyes, que leyes hay
suficientes, sólo que no se aplican, nosotros queremos discrepar de ese concepto, pues juzgamos
que sí hacen falta leyes y son precisamente aquellas que harían posible una efectiva prevención,
pues no hay voluntad de los legisladores para crearlas, ya que ellos, probablemente, hacen
usufructo de su inexistencia, por ejemplo La Extradición, para no tener que ir muy lejos.
En últimas, coincidiríamos con el periodista colombiano Juan Gossain cuando dice: "Si se tratara de
proponer un mecanismo de prevención por la vía legislativa propondría que la corrupción fuera
tipificada como un delito atroz de lesa humanidad. Porque la corrupción es el más disolvente de
todos los peligros que enfrenta la sociedad colombiana en nuestros tiempos. Es más explosiva que
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el terrorismo, causa más inestabilidad que las perturbaciones de orden público, asusta más que la
inseguridad urbana, es más criminal que el secuestro, genera más pobreza que la crisis agrícola y
que la ignorancia. La corrupción es más inquietante que todos esos fenómenos, porque entre otras
cosas, los genera. Es la causa primera de todos esos efectos. Una vez asumida la corrupción con
esa característica delictiva, propondría su castigo a través de la muerte".
Por ejemplo, la hoja de coca perdió sus viejos usos, y como este sicotrópico es sólo producible en
climas tropicales pero de masivo consumo en la capital de la democracia, genera un nuevo
prohibicionismo y da a luz un nuevo fenómeno de narcotráfico.
Sin embargo, nuestra actitud debe caracterizarse por un doble NO. Ni la corrupción ni el imperio: el
camino es un nacionalismo probo, diamantino. Y un compromiso solidario con nuestros vecinos
latinoamericanos que sufren del mismo flagelo. Y una rápida gestión en busca de nuevos mercados
para nuestros productos en el extenso mundo que no es solo América.
Esta O.N.G. entraría de lleno, como programa inicial en la investigación propuesta por el Dr. Andrés
Augusto Flórez Giraldo en el Capítulo que ya pasamos de "Hombre, Sociedad y Corrupción".
Esa O.N.G. es la propuesta básica que nosotros traemos hoy a este foro. Crear esa O.N.G. es
nuestro propósito.
Dijimos al inicio de esta charla que es una PONENCIA, y lo es, porque finalmente presentamos a
ustedes esta propuesta para que sea considerada y debatida, si quieren, de inmediato,
advirtiéndoles, eso sí, que del seno de nuestra sociedad va a salir esa O.N.G. y se va a constituir en
la abanderada de la lucha contra la corrupción, por la vía de la PREVENCION, de diseñar, de llevar
a las instancias que sean necesarias, de presentarles como proyectos de ley ante nuestros
congresos, y de implementar las tareas que se requieran para que seamos capaces de montar un
efectivo trabajo que tenga que ver, exclusivamente, con las estrategias para prevenir la corrupción.
Esta O.N.G. tendrá como programa trabajo, el sacar adelante, entre otras, las propuestas de
solución que hemos esbozado ante ustedes.
APENDICE
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MODALIDADES EXPLICITAS
PECULADO:
Por apropiación: Apropiarse en provecho propio o de un tercero de bienes del Estado o de empresas
o instituciones en que éste tenga parte o de bienes o fondos parafiscales, o de bienes de
particulares cuya administración, tenencia o custodia haya confiado por razón o con ocasión de sus
funciones (Servidores Públicos).
Por extensión: Realizar cualquiera de las conductas descritas arriba sobre bienes:
Que administre o tenga bajo su custodia perteneciente a empresas o instituciones en que el Estado
tenga la mayor parte o recibida a cualquier título de éste.
CONCUSION:
Abusando de su cargo o de sus funciones constreñir o inducir a alguien a dar o prometer al mismo
servidor o a un tercero, dinero o cualquier otra utilidad indebidos, o solicitarlos. (Servidores
Públicos).
COHECHO:
Propio: Recibir para sí o para otro dinero u otra utilidad, o aceptar promesa remuneratoria, directa o
indirectamente, para retardar u omitir un acto propio de su cargo, o para ejecutar uno contrario a sus
deberes oficiales.
Impropio: Aceptar para sí o para otro, dinero u otra utilidad o promesa remuneratoria, directa o
indirecta, por acto que deba ejecutar en el desempeño de sus funciones (Servidores Públicos).
Recibir dinero u otra utilidad de persona que tenga interés en asuntos sometido a su conocimiento
(Servidores Públicos).
Por dar u ofrecer: Dar u ofrecer dinero u otra utilidad a servidor público, en los casos previstos en los
dos artículos anteriores (Particulares).
Invocar influencias reales o simuladas para recibir, hacer dar o prometer para sí o para un tercero
dinero o dádiva, con el fin de obtener cualquier beneficio de parte de servidor público en asunto que
éste se encuentre conociendo o haya de conocer. (Particulares).
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Como empleado o directivo o miembro de una junta u órgano de administración de cualquier entidad
pública o privada, hacer uso indebido de información que haya conocido o por razón o con ocasión
de sus funciones, con el fin de obtener provecho para sí o para un tercero, sea ésta persona natural
o jurídica (Servidores Públicos y Particulares).
PREVARICATO:
Por omisión: Omitir, retardar, rehusar o denegar un acto propio de sus funciones.
Por asesoramiento ilegal: Asesorar, aconsejar, o patrocinar de manera ilícita a persona que gestione
cualquier asunto público de su competencia. (Servidores Públicos).
Estando fuera de concurso en el delito, ocultar, asegurar, transformar, invertir, transferir, custodiar,
transportar, administrar o adquirir el objeto material o el producto del mismo o darles a los bienes
provenientes de dicha actividad apariencia de legalidad o legalizarlos. (Servidores Públicos y
Particulares).
BIBLIOGRAFIA
EL PRINCIPE
Nicolás Maquiavelo
LA COLOMBIA POSIBLE
Alberto Mendoza
EL AMOR A LA VIDA
TENER O SER
Erich Fromm
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CONTROLANDO LA CORRUPCION - Robert Klitgaard. La Paz, editorial Quipus, 1990, pág. 45
(edición en español).
EL RENACIMIENTO DEMOCRATICO - Jean Francois Revel. Barcelona, editorial Plaza & Janes,
1992, pág. 380.
"CORRUPTION AND POLITICAL DEVELOPMENT" - Joseph F. Nye. "A Cost Benefit Analysis", en
Political corruption, a Handbook, p. 963, cit. por Luis Moreno Ocampo, ibíd.
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