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Monografía

CURSO: TEOLOGIA DEL NUEVO TESTAMENTO

TEMA: LA SALVACIÓN SEGÚN EL EVANGELIO DE SAN LUCAS

ALUMNO: Edgar Jimmer TORRES CABANILLAS

PROFESOR: Dr. DANIEL S. STEFFEN

LUGAR: Lima, Perú, 2 de Setiembre 2020

1
INDICE

Capitulo 1
1. Introducción ……………………………………………………………………………..…….3
Capítulo 2
2. Contenido del Evangelio de Lucas ……………………………………………………..……...3
3. Propósito principal. ……………………………………………………………….…………...4
4. El propósito teológico de Lucas ……………………………………………….………………4
5. Temas principales de Lucas y hechos …………………………………………………………4
5.1 La Salvación ………………..…………………………………………………………….4
5.2 La expansión mundial de la iglesia ……………………………………………………….4
5.3 El Espiritu Santo ……………………………………………………..……………………5
5.4 El Reino de Dios ……….………………………………………………………………….5
6. La Salvación ………………-…………………………………………………………………..6
7. Jesús cumple el papel de Siervo sufriente de Isaías ……………………………………………
10
8. La muerte de Jesús como una parte de la misión del Siervo en Lucas-Hechos
……………….10
9. Conexión entre la Salvación, como Rescate Físico, y la Salvación Espiritual ……………….12
10. El arrepentimiento y el perdón de pecados………………………………………………12
11. Conclusiones …………………………………………………………………………….15
12. Bibliografía --………………………………………………………………………….. 16

2
CAPITULO I

1. INTRODUCCION
En el presente trabajo investigativo, respecto de Lucas, evangelio de (τὸ κατὰ Λουκᾶν
εὐαγγέλιον, to kata Loukan euangelion). Es preciso mencionar que, aunque no todos están de
acuerdo con ello, la tradición temprana de la iglesia que atribuye el tercer Evangelio a Lucas,
es unánime que Lucas era el autor tanto del Evangelio como Hechos.
Es obvio que el mismo autor escribió ambos libros. Los prólogos son muy similares y el autor
usó un idioma y estilo similar en ambos volúmenes. Desde Hechos nosotros aprendemos que
el autor era un compañero de viaje de Pablo (Hechos 6:10-17; 20:5-15; 21:1-18; 27:1 - 28:16;
Filemón 24; 2 Timoteo 4:11). Pablo llama a Lucas un médico (Colosenses 4:14), y el autor
parece tener la capacidad para describir enfermedades con la precisión (Lucas 4:35, 38; 5:12;
8:44; 13:11; Hechos 3:7; 5:5, 10; 9:18, 40). El autor parece ser un Griego altamente educado.
El comparte un patrimonio Gentil con su patrón Teófilo. Pablo afirma explícitamente que
Lucas no era de la circuncisión (Colosenses 4:10-14). 1
CAPITULO 2

2. Contenido del Evangelio de Lucas


A pesar de ser un Evangelio Sinóptico, Lucas es el que más porciones o pasajes exclusivos
contiene, más de 30 pasajes. En todos ellos se deja ver el énfasis del autor gentil por los
pobres, las mujeres, el reino de Dios y su justicia, su rebeldía contra la riqueza y la opresión,
su interés por los enfermos; en fin, su preocupación por presentar a un Jesús plenamente
identificado con los marginados, oprimidos y desposeídos.2

Es evidente que la obra de Lucas fue concebida como una historia. Aunque es necesario
precisar que Lucas juega intencional, estratégica y teológicamente con la dimensión
cronológica y kairológica del concepto “tiempo”. Ello explica por qué Lucas, “ubica” en
ciertos momentos de su pensamiento teológico eventos que corresponden cronológicamente a
épocas futuras. Un ejemplo es la lectura en Nazaret. No obstante, la destreza del escritor gentil
en este riesgoso intento preserva la fidelidad del mensaje, pero a la vez le imprime su huella
personal que enriquece, sin duda, el relato del Evangelio.

Lucas es el tercero y el más largo de los cuatro Evangelios en el Nuevo Testamento que da
cuenta de la vida y el ministerio de Jesucristo. Este Evangelio a veces se conoce más
plenamente como “El Evangelio según Lucas”, a veces numéricamente como “El tercer
Evangelio”, y a veces, más simplemente como “Lucas”. Parece que algún tiempo entre 85-95
d.C., el Apóstol Juan avanzado en edad escribió su Evangelio desde Éfeso después de muchos
años de reflexión y predicación acerca del ministerio y mensaje de Jesucristo. El sitio histórico
reflejado en el Evangelio no es tanto el producto de una comunidad cristiana aislada en un solo

1
Ensayo el evangelio Según Lucas, Dr. Daniel S. STEFFEN Pag. 1
2
Comentario Mundo Hispano, tomo 16: Lucas. Cevallos, Juan Carlos; Zorzoli, Ruben O. Pag. 34-36
3
lugar, sino el producto de un Apóstol en el papel como un anciano sobre la comunidad
cristiana a lo largo de Asia Menor.3
Las ideas dominantes en la teología de Lucas incluyen: Dios soberanamente lleva a cabo su
plan salvador en la historia, Jesucristo es el agente y el Espíritu Santo es el instrumento de ese
plan, y los discípulos continúan la obra de Jesús en el poder del Espíritu. La influencia de esta
teología se observa, por ejemplo, en los relatos de la tentación de Jesús (Lc. 4:9–11) y su
aparición a los discípulos después de su resurrección (Lc. 24:33–36), y especialmente de su
sermón en Nazaret (Lc. 4:16–30).4

3. Propósito principal.
El propósito principal para escribir Lucas parece ser una presentación de la Salvación de
Jesucristo para los Gentiles. En la estructura total, Jesús comienza como el Salvador de Israel.
El comienza su ministerio en Galilea y luego viaja a Jerusalén donde él es rechazado y
crucificado por la nación judía.

4. El propósito teológico de Lucas


El propósito del Evangelio de Lucas esta caracterizado por algunos ejes teológicos que son
particulares a su cosmovisión histórica. Uniendo los criterios de algunos estudiosos de Lucas,
se pueden mencionar al menos seis temas: (1) La preocupación especial de Jesús por los
pobres. (2) El carácter de universalidad de la misión de Cristo. (3) La interconexión e
inserción intencionada entre el Evento de Cristo - historia de Jesús con la historia llamada
“secular”. (4) La trascendencia del ministerio del Espíritu Santo en un contexto de misión. (5)
La doctrina del jubileo como un elemento encadenador y temático del contenido evangélico de
Lucas. (6) Privilegiar la oración como una especie de sustento espiritual de la misión.5

5. Temas principales de Lucas y hechos 6

5.1 La salvación. La salvación es un tema principal de Lucas y Hechos:


• A Dios y a Jesús se les llama “salvadores” (Luc 1:47, 69; 2:11; Hech 5:31; 13:23).
• Jesús encarna la salvación (Luc 2:30; 3:6; Hech 4:12; 28:28)
• Jesús pone a disposición la salvación (Luc 1:69, 77; 19:9).
• El mensaje acerca de Jesús muy a menudo incluye un ofrecimiento de salvación (Hch
13:26, 47; 16:17).
• La salvación implica rescate de los enemigos (Luc 1:71) y perdón de pecados (Luc
1:77; ver Johnson, Luke, 23; Carson, Moo, Morris, Introduction, 128).
• La salvación está disponible todas las personas (Hech 1:8).

5.2 La expansión mundial de la iglesia. La expansión de la iglesia es también un tema:

3
Diccionario Bíblico Lexham, Editor: John D. Barry, Editor asociado: Lazarus Wentz. Editores asistentes: Jessi
Gering, Rebecca Brant, Rebecca Kruyswijk, Douglas Mangum, Justin Marr, Elliot Ritzema, Britt Rogers, and
Elizabeth. Lexham Press, 2014.
4
Teología de Lucas, Dr. Matthew C. Williams, Profesor de Nuevo Testamento. Biola University. Pag. 81.
5
Comentario Biblico Mundo Hispano. Tomo 16. Cevallos, Juan Carlos; Zorzoli, Ruben O. Pag. 29.
6
Diccionario Bíblico Lexham, Editor: John D. Barry, Editor asociado: Lazarus Wentz. Editores asistentes: Jessi
Gering, Rebecca Brant, Rebecca Kruyswijk, Douglas Mangum, Justin Marr, Elliot Ritzema, Britt Rogers, and
Elizabeth. Lexham Press, 2014.
4
• Los discípulos serían sus testigos en Jerusalén, Judea, Samaria, y hasta lo último de la
tierra (Hech 1:8).
• La oposición a la expansión de la iglesia se encuentra con las oraciones y como
resultado la iglesia sigue creciendo (Hech 4:24; 7:59–8:1; 12:5; 16:25; 18:9–10).
• El significado principal de expansión es la proclamación de la palabra de Dios y las
buenas noticias de Jesús (Hech 2:1–41; 8:4; 10:34–48; 16:10; 28:30–31).
• Esta misión se fortalece y es guiada por el Espíritu Santo (Hech 1:8; 2:4; 7:55; 8:15–
17; 10:44; 11:15; 13:2; 15:28; 19:6; 20:22).

5.3 El Espíritu Santo. En Lucas, el Espíritu Santo desciende sobre y llena a las personas
(Luc 1:15, 41, 67; 2:25–27; 3:22; 4:1; 11:13) para darles poder para realizar tareas
específicas (Luc 4:14, 18; 12:12; 24:49). Desde la perspectiva de Lucas, el Espíritu Santo
es la fuente de poder para los creyentes en forma individual y para las diversas iglesias.

5.4 El Reino de Dios. En Lucas, el reino es simultáneamente el reino del Cristo eterno (Luc
1:33; 22:30; 23:42) y el Reino de Dios (Luc 9:27; 11:2; 12:31–32; 22:29). Los mensajes
de Jesús y el enfoque de la iglesia primitiva en el reino de Dios (Luc 4:43; 8:1, 10; 9:2,
11, 60; 16:16; Hech 1:3; 8:12; 19:8; 20:25; 28:23, 31).
• El reino no consiste en milagros (Luc 17:20–21), aunque estos indican una proximidad
cercana (Luc 10:9; 11:20).
• Pertenece a los pobres (Luc 6:20; 18:24–25).
• También pertenece a aquellos que son como niños (Luc 18:16–17).

Luego de haber revisado los temas principales en el Evangelio según San Lucas, en el presente
trabajo de investigación hablare de uno de Ellos:

6. LA SALVACIÓN
El evangelio de Lucas y Hechos, giran alrededor del tema de la «salvación» y sus ideas
concomitantes del arrepentimiento y el perdón de pecados. Las palabras soteria y soterion
(«salvación») figuran seis veces en Lucas y otras tantas en Hechos, en contraste con Marcos y
Mateo, que no registran ni una sola aparición del término, y con Juan, que apela a él una sola
vez. El relato de Lucas sobre la infancia de Jesús menciona la salvación cuatro veces, dos de
ellas en su forma menos común, soterion, la cual, aparte de Hechos 28:28 (es decir,
exactamente al final de los dos volúmenes), aparece únicamente en Efesios 6:17. En un
sentido, entonces, Lucas enmarca la totalidad de su obra en la idea de la salvación. Entre los
sinópticos, sólo Lucas llama a Jesús Soter («Salvador»), una vez en su Evangelio (2:11) y dos
veces en Hechos (5:31; 13:23).

Este concepto amplio de la salvación es evidente tanto en el Evangelio como en Hechos. La


misión de la comunidad en Hechos es una misión de salvación, como lo era la obra de Jesús
(cf. Senior y Stuhlmueller 1985:371). La salvación implica revertir todas las consecuencias del
pecado contra Dios y el prójimo. No se limita a su dimensión «vertical». Por lo tanto, uno se
queda corto si afirma con Mann (1981:69) que la parábola del hijo pródigo no proporciona
directivas para la conducta humana, sino sólo para la relación con Dios. Zaqueo no sólo recibe
liberación interior de la atadura de sus posesiones, sino que restituye de manera concreta (cf.
Albertz 1983:202). Liberación de también es liberación para; de otro modo no llega a ser una
5
expresión de la salvación. Y la liberación para siempre involucra amor a Dios y al prójimo.
«Si alguien reduce el seguir a Jesús a una cuestión sólo del corazón, la cabeza y la intimidad
de las relaciones interpersonales, reduce el concepto de seguir a Jesús y trivializa a Jesús
mismo» (Schottroff y Stegemann 1986:5s.).7

Lucas fue un teólogo de la salvación. La salvación, escribió Howard Marshall, ‘es el tema
central de la teología de Lucas8 tanto en el Evangelio (en el que la vemos lograda) y como
Hechos (en el que la vemos proclamada). Michael Green había llamado la atención a esto en
su The Meaning of Salvation [El significado de la salvación]: ‘Es difícil sobreestimar la
importancia de la salvación en los escritos de Lucas …’, escribió. ‘Es sorprendente … que en
vista de la frecuencia con la que Lucas usa terminología salvífica, no se le haya prestado más
atención.’9

La teología de la salvación que encontramos en Lucas ya se anticipa en el ‘Cántico de Simeón’


o Nunc Dimittis que recoge en su Evangelio.10 Se destacan tres verdades fundamentales.
En primer lugar, la salvación ha sido preparada por Dios. Al hablar con Dios, Simeón se
refiere a ‘tu salvación, que has preparado a la vista de todos los pueblos’ (Lucas 2:30–31).
Lejos de ser una ocurrencia tardía, había sido planeada y prometida durante siglos. El mismo
énfasis reaparece en el libro de Hechos. En los sermones de Pedro y de Pablo, para no
mencionar la defensa de Esteban, la muerte, la resurrección y el reinado de Jesús, como
también el don del Espíritu, aparecen todos como la culminación de siglos de promesas
proféticas.
Segundo, la salvación es concedida por Cristo. Cuando Simeón le habló a Dios sobre ‘tu
salvación’, que él había visto con sus propios ojos, se refería al niño Jesús a quien había
sostenido en sus brazos y que había ‘nacido … un Salvador’ (Lucas 2:11). Posteriormente
Jesús mismo hizo la afirmación inequívoca de que había venido ‘a buscar y a salvar lo que se
había perdido’ (Lucas 19:10), y lo ilustró mediante sus tres famosas parábolas de la condición
perdida del hombre (Lucas 15:1–32). Luego, después de su muerte y resurrección, sus
apóstoles declararon que el perdón de los pecados estaba disponible a todos los que se
arrepienten y creen en Jesús (Hechos 2:38–39; 13:38–39). De hecho, la salvación no había de
encontrarse en ningún otro (Hechos 4:12). Porque Dios había exaltado a Jesús a su diestra
‘como Príncipe y Salvador, para que diera … arrepentimiento y perdón de pecados’ (Hechos
5:31).
Tercero, la salvación se ofrece a todos los pueblos. Como lo expresó Simeón, ha sido
preparada ‘en la presencia de todos los pueblos’ (literalmente), para ser tanto una luz para las
naciones como la gloria de Israel (Lucas 2:31–32). Sin duda alguna es esta la verdad sobre la
que Lucas pone el mayor énfasis. En Lucas 3:6, con referencia a Juan el Bautista, continúa con
su cita de Isaías 40, más allá de donde se detienen Mateo y Marcos, con el propósito de incluir
la declaración de que ‘todo mortal verá la salvación de Dios’. En Hechos 2:17 anota la cita que
hace Pedro de la promesa de Dios dada a través de Joel: ‘Derramaré mi Espíritu sobre todo el
género humano.’ Las dos palabras, pasa sarx, ‘todo mortal’ o ‘todo el género humano’,
aparecen con una señal cerca del comienzo de cada uno de los dos tomos de Lucas, en ambos
7
Misión en transformación. Bosh David. Pag 136-140
8
ibid., p.93
9
Green, The Meaning of Salvation, pp. 125–131.
10
Lucas 2:29–32.
6
casos insertas en la profecía del Antiguo Testamento, para destacar el mensaje principal del
autor. Jesús es el Salvador del mundo; nadie está más allá del alcance de su amor. En su
Evangelio, Lucas muestra la compasión de Jesús por aquellos sectores de la comunidad a los
que otros despreciaban, a saber, las mujeres y los niños, los pobres, los enfermos, los
pecadores y los desterrados, los samaritanos y los gentiles. En Hechos, Lucas explica cómo
fue que Pablo se volvió hacia los gentiles, y describe el triunfal progreso del evangelio desde
Jerusalén, la capital de los judíos, hasta Roma, la capital del mundo.
La prominencia que se le da al ofrecimiento universal del evangelio proviene con particular
acierto de la pluma de Lucas. Porque él es el único gentil que escribe en el Nuevo
Testamento.11 Culto y gran viajero, es el único escritor de los Evangelios que llama ‘lago’ al
mar de Galilea, porque tiene la posibilidad de compararlo con el Mar Grande, el Mediterráneo.
Conoce los amplios horizontes del mundo grecoromano, tanto su historia como su geografía.
De modo que ubica su relato sobre Jesús y la iglesia primitiva contra el fondo del conjunto de
los acontecimientos contemporáneos. Además, se vale del vocablo oikoumenē, ‘la tierra
deshabitada’, con más frecuencia que todos los demás escritores del Nuevo Testamento juntos
(ocho veces).
Pero Lucas, el teólogo de la salvación, es esencialmente el evangelista. Porque proclama el
evangelio de la salvación de parte de Dios en Cristo para todos los pueblos. De allí su
inclusión en Hechos de tantos sermones y discursos, dados especialmente por Pedro y por
Pablo. No sólo los muestra predicando a sus oyentes originales, sino que también les da la
posibilidad de predicar para quienes los escuchamos siglos más tarde. Porque, como lo dijo
Pedro el día de pentecostés, la promesa de salvación es para nosotros también, y para todas las
generaciones; más todavía, ‘para todos aquellos a quienes el Señor nuestro Dios quiera llamar’
(Hechos 2:39).12
Gran parte del estudio moderno sobre la teología de Lucas se ha basado en el concepto que él
tiene de la historia de la salvación. Hans Conzelmann, en su libro Die Mitte der Zeit 13
encontró en la obra de Lucas que el propósito de Dios en la Historia viene dividido en tres
partes: la primera, la etapa de preparación hasta la llegada de Jesús; a continuación, la etapa
del ministerio de Jesús; y la última, la etapa a partir de la ascensión de Jesús. En otras
palabras: la etapa de Israel, la de Jesús, y la de la Iglesia. Conzelmann establece, aunque de
una manera un poco extraña, los puntos concretos donde se pasa de una etapa a la otra: Lucas
4:13, y 22:3. Lo hace arguyendo que Lucas en estos versículos habla de una etapa especial en
la que Satanás no estaba activo, la etapa del ministerio de Jesús. Esta declaración, un poco
cuestionable, no forma parte de su tesis central, porque ésta se centra en la importancia del
modelo de las tres etapas, diciendo que subraya el deseo de Lucas de dar un fundamento a la
existencia y a la misión de la Iglesia una vez acabado el ministerio de Jesús. Según
Conzelmann, Lucas intentó así resolver el problema que estaba suponiendo el hecho de que la
parusía no llegaba. Como esperaban que la parusía llegara antes de que los contemporáneos de
Jesús murieran, el período después de la ascensión era simplemente una etapa de espera, que
no tenía ningún sentido en sí misma. Pero la tardanza de la parusía requería que se hiciera una
reevaluación y Lucas, según Conzelmann, así lo hizo: eliminó la Escatología del Evangelio.

11
Colosenses 4:10ss. Para el énfasis de Lucas en la expansión mundial de la iglesia, ver especialmente The Salvation
of the Gentiles, de Dupont.
12
Stott, John. El mensaje de Hechos. – 1a. ed. – Buenos Aires: Certeza Unida, 2010. 560 páginas.
13
Traducido al inglés como The Theology of Saint Luke.
7
En vez de la expectativa inminente de la parusía, Lucas ofrecía una salvación celestial para el
creyente y, para la Iglesia, un concepto de continuidad indefinida del plan de salvación divino.
Lucas describió un traspaso de la misión de Jesús a la Iglesia a través de una secuencia de
acontecimientos que unen sus dos libros: la resurrección, la enseñanza después de la
resurrección, la ascensión (mencionada dos veces, lo que demuestra la importancia que tenía
para Lucas)14 y Pentecostés, donde el Espíritu Santo toma el relevo de la misión que Jesús
empezó y está presente en la Iglesia (Hechos 1:1). Lucas no sólo recoge los acontecimientos
históricos, sino que interpreta el significado del proceso histórico: él es “San Lucas, el teólogo
de la Historia de la Redención”15 La misión de Jesús y sus consecuencias era lo que estaba
establecido que pasara (Lucas 24:6–7, 26–27, 44–47). Era el plan que Dios había proclamado
en el Antiguo Testamento y que se acababa de cumplir y ese plan o propósito incluye que la
misión de la Iglesia continúa como testigo de la salvación que Jesús ha traído (Lucas 24:47–
49; Hechos 1:4–8). En el resto de los Hechos, pues, vemos que la progresiva extensión del
Evangelio, anunciada en Hechos 1:8, se cumple: de Jerusalén, Judea y Samaria a los gentiles
(representados por Cornelio), a Antioquía, a Chipre, a Asia Menor, a Europa y a Roma, donde
el libro de los Hechos concluye de forma triunfante. Y todo esto no ocurrió por azar, o debido
a las circunstancias, sino que había estado planeado y fue dirigido paso a paso por el Espíritu
Santo, cuya llegada hizo que se emprendiera esta misión (ver Hechos 16:6–10, donde vemos
un ejemplo sorprendente que respalda esta afirmación).16
El análisis de Conzelmann, no obstante, presenta algunos problemas, sobre todo en cuanto al
tema de la tardanza de la parusía, ya que a él le supone un problema teológico. No llega a
entender la combinación tan frecuente en la Apocalíptica, tanto la judía como la cristiana, de
los temas de la inminencia y de la tardanza. 17 Tampoco tiene razón al decir que Lucas elimina
de sus libros la expectativa escatológica (ver sobre todo Lucas 12:35s.; 17:22s.; 21:25s.). 18 Sin
embargo, es cierto que la reflexión de Conzelmann sobre la positiva visión lucana de la
Historia de la salvación ha sido una contribución importante que nos ha ayudado a comprender
un poco mejor el pensamiento de este autor.
Sin embargo, I.H. Marshall ha argumentado que Conzelmann ha puesto un énfasis demasiado
grande sobre el aspecto de la “historia”, y que el concepto que verdaderamente le interesa a
Lucas es el de la “salvación”, lo que se ve de forma evidente en el lenguaje usado en sus
obras.19 Esta salvación no deriva del proceso histórico, sino que deriva de la iniciativa
soberana de Dios en Cristo, que va seguida de una aceptación de Jesús como Salvador, y no
simplemente de alistarse a las filas de la Iglesia. Con esta idea por bandera, Marshall se
levanta en contra de la tendencia de algunos eruditos de clasificar a Lucas como un exponente
del Frühkatholizismus (“catolicismo temprano”), es decir, verlo como alguien que defendía
que la salvación venía a través de la Iglesia institucional.20

14
E.Franklin trata la importancia de la ascensión para la teología de Lucas en Christ the Lord.
15
Ése es el título de la traducción inglesa (London, 1967) de H. Flender, Heil und Geschichte in der Theologie des
Lukas (Munich, 1965).
16
L. Goppelt, Theology of the NT, 2:272–80. Trata el concepto lucano de la Historia y del plan de Dios en la misión
de la Iglesia.
17
Ver R.J. Bauckham, “The Delay of the Parousia”, TB 31 (1980), 3–36.
18
Ver especialmente R. Maddox, The Purpose of Luke-Acts, 100–157; también E. Franklin, Christ the Lord, 9 - 47.
19
I.H. Marshall, Luke: Historian and Theologian, capítulo 4, especialmente págs. 84s., 92s.; esta tesis también
representa el resto del libro de Marshall.
20
(I.H. Marshall, Luke: Historian and Theologian, capítulo 4, especialmente págs. 84s., 92s.; esta tesis también
representa el resto del libro de Marshall.)
8
Comparando el Evangelio de Lucas con los otros sinópticos, Marshall sostiene que, en
contraste con Marcos, Lucas resalta la naturaleza del mensaje de Jesús acerca del Reino de
Dios como salvación para los perdidos. Sostiene también que, mientras Mateo presenta a
Jesús como Maestro de la verdadera justicia, Lucas pone más acento en su acción como
Salvador.21
Según Bosch sostiene que la perspectiva lucana de la salvación tiene seis dimensiones:
económica, social, política, física, psicológica y espiritual. Según Bosch, en este Evangelio se
presta mayor atención a la primera de ellas. En ese sentido, cree que uno de los aspectos
centrales en el paradigma misionero de Lucas es el énfasis en la nueva relación entre ricos y
pobres. Finalmente, contrastando Lucas con Mateo sugiere que, mientras Mateo enfatiza la
justicia en general, Lucas tiene especial interés en enfatizar la justicia en términos
económicos.22

Lucas quiere que sus lectores reciban la convicción de que Jesús es el punto al que convergen
las dos grandes líneas de la historia de Israel. La rebelión de Israel y el propósito salvador de
Dios se reúnen en Jesús. Él es el Mesías real que «reinará sobre el pueblo de Jacob para
siempre» (Lc 1:31–33, 69–70; 2:30; Hch 13:23; cf. 2 S 7:11b–16; Is 9:7). Él es el Siervo de
Dios de quien Isaías dijo que sería «contado entre los transgresores» y sufriría «Como oveja
… llevado al matadero» (Lc 22:37; Hch 8:32–33; cf. Is 53:7–8, 12). Él es el profeta
escatológico como Moisés, de quien Moisés mismo habló. Él abrirá una nueva fase de la
historia de la salvación con su propio «éxodo» llevado a «cumplimiento en Jerusalén» (Lc
9:31; cf. Dt 18:15–19). Este «éxodo» incluye la muerte de Jesús, su resurrección, ascensión y
exaltación a la diestra de Dios. Inaugura el tiempo de restauración que Isaías predijo; tiempo
cuando Israel y toda carne verían la salvación de Dios (Is 40:1–5; Lc 2:31–32; 3:4–6; Hch
13:23).

Lucas, por consiguiente, no se interesa como los otros tres autores de los Evangelios en la
manera en que el título que adscribe a Jesús habla de su naturaleza o ser. Se interesa más en lo
que estos títulos comunican en cuanto al papel crucial de Jesús en la historia de la salvación.
El interés primario de Lucas reside en mostrar que Jesús se destaca en el centro del continuo
propósito de Dios de salvación. La enseñanza de la ley y los profetas miraban hacia adelante al
día de la restauración de Israel, cuando el libertador máximo vendría y por su obra de
salvación sería proclamado no sólo a Israel sino a todas las naciones. Lucas identifica a Jesús
como ese libertador.

En forma similar, Lucas destaca metanoeo («arrepentirse») y metanoia («arrepentimiento»; a


veces utiliza epistrefein [«volverse»] como alternativa). Marcos 2:17, por ejemplo, dice: «No
he venido a llamar a justos, sino a pecadores»; Lucas 5:32 añade «al arrepentimiento». Las
palabras «arrepentirse» o «arrepentimiento» aparecen en Lucas relacionadas a menudo con los
sustantivos «pecadores» (hamartoloi) y «perdón» (afesis). Este mensaje se refleja en los
sermones misioneros del segundo volumen de Lucas (cf. 2:38; 3:19; 5:31; 8:22; 10:43; 13:38;
17:30; 20:21; 26:18, 20), pero no comienza en Hechos. Al final del Evangelio, después de su
21
Ver I. H. Marshall, «Lucas», J. D. Douglas y N. Hillyer, eds., Nuevo diccionario bíblico, Certeza, Buenos Aires,
1991, p. 829.
22
Ibíd., p.117.
9
resurrección Jesús dice a sus discípulos, inter alia, que se proclamará en su nombre «el
arrepentimiento y el perdón a todas las naciones» (24:47). Sólo Lucas incluye las palabras del
criminal arrepentido en la cruz y las que Jesús utiliza como respuesta. Aunque la palabra
«perdón» no aparece específicamente en el pasaje, la implicación clara es la del perdón y la
salvación («Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso»; Lc. 23:34). Sólo Lucas
registra las palabras de Jesús: «Padre, perdónalos …» (23:43). Y la parábola del hijo pródigo
(una vez más, sólo Lucas la relata) es una historia dramática de arrepentimiento y perdón.
Entonces, el arrepentimiento, la conversión y el perdón son temas dominantes no sólo en el
ministerio de Jesús, sino en el de todos los apóstoles y discípulos después de él, y antes en el
de Juan el Bautista. Todo el que se arrepiente y recibe el perdón de sus pecados experimenta
soteria, «salvación». En la narración de la infancia de Jesús en Lucas, la «salvación» tiene
obviamente sus matices políticos. Dios ha levantado «un poderoso salvador» para Israel (1:69;
lit. «un cuerno de salvación»); ha salvado a Israel de sus enemigos (1:71); y dará a su pueblo
el «conocimiento de salvación» (1:77). Tal vez Ford (1984:77) tiene razón al proponer que
Lucas estructuró intencionalmente este relato de la infancia en términos de una conquista
política y liberadora para contrastar con ella el ministerio de Jesús (ver más adelante). Es
evidente que la llegada de la salvación a la casa de Zaqueo no es de carácter político. En su
caso, como en el del hijo pródigo, la salvación implica aceptación, compañerismo, nueva vida.
La salvación con frecuencia se expresa mediante la imagen de un banquete: Jesús se sienta a la
mesa con Zaqueo, al hijo pródigo se le ofrece una fiesta, y los que están en las casas y en las
calles, por los caminos y los vallados, son invitados a venir al banquete del «padre de familia»
rico (14:16–23). Cualquiera sea, entonces, la concepción de salvación en cada contexto
específico, incluye la transformación total de la vida humana, el perdón de los pecados, la
sanidad de las enfermedades y la liberación de todo tipo de esclavitud (Lucas utiliza afesis
para «perdón» y «exoneración» o «liberación»: comparar 24:47 con 4:18).

7. Jesús cumple el papel de Siervo sufriente de Isaías


Sólo Lucas registra la identificación específica de Jesús de sí mismo con el Siervo sufriente
vicario de Isaías en el cuarto Canto del Siervo: «Porque os digo que es necesario que se
cumpla todavía en mí aquello que está escrito: Y fue contado con los inicuos; porque lo que
está escrito de mí, tiene cumplimiento» (Lc 22:36–37, RV-60; Is 53:12). Sólo Lucas explica la
descripción de Isaías del silencio de Siervo ante sus acusadores, y de la injusticia con la que se
le trató como referencia a «las buenas nuevas de Jesús» (Hch 8:32–35; Is 53:7–8). Como
vimos en el capítulo 5, esta identificación de Jesús con el Siervo sufriente de Isaías, unida a la
identificación del Siervo sufriente y del Mesías (Is 61:1; cf. Lc 4:18, 21), probablemente
explica la idea de Lucas, de otra manera enigmática, de que el Mesías debe sufrir (Lc 24:26,
46; Hch 3:18; 17:3; 26:23). Este sufrimiento tenía que pasar, dice Lucas, debido a «todo lo que
han dicho los profetas» (Lc 24:26; cf. 24:46).

La identificación del Mesías Jesús con el Siervo de Isaías también parece estar detrás de las
frecuentes referencias de Lucas en Hechos a la naturaleza predeterminada de la condenación
de Jesús a manos de los dirigentes de Israel y algunos de su pueblo. Pedro le dice a la multitud
reunida en el pórtico de Salomón que aunque ellos, en su ignorancia, habían desconocido y
matado al Santo y Justo y al Autor de la vida, «Pero de este modo Dios cumplió lo que de
antemano había anunciado por medio de todos los profetas: que su Mesías tenía que padecer»
(Hch 3:14–18; cf. Is 53:11).
10
8. La muerte de Jesús como una parte de la misión del Siervo en Lucas-Hechos
La significación de la muerte de Jesús en el Evangelio de Lucas es más difícil de rastrear.
Como hemos visto, Lucas afirma la significación expiatoria de la muerte de Jesús, pero no la
recalca.
¿Qué aspectos de la muerte de Jesús recalca Lucas? Los intérpretes de Lucas-Hechos han dado
una variedad de sugerencias. Para algunos, Lucas consideraba la muerte de Jesús como un
martirio y un ejemplo que hay que seguir, algo parecido a Eleazar en la literatura macabea que
murió por sus convicciones y dejó «a los jóvenes un noble ejemplo de cómo morir una muerte
buena voluntaria y noblemente» (2 Mac. 6:28; cf. 4 Mac. 5:1–7:23). Para otros, Lucas pone a
Jesús en el papel del Justo que sufre descrito en pasajes tales como Salmos 22, 42–43, 61, 116,
y Sabiduría de Salomón 2 y 5. Otros intérpretes sostienen que en Lucas-Hechos, Jesús
recapitula la experiencia de Adán de prueba en el huerto, pero, a diferencia de Adán, es
obediente y por consiguiente consigue la salvación para la humanidad. Otros más creen que
aunque para Lucas la muerte de Jesús es divinamente ordenada e importante, Lucas no está
interesado en dar un análisis de su significación teológica. Algunos estudiosos piensan que
Lucas halla la muerte de Jesús significativa teológicamente en varios niveles.

La variedad de sugerencias en cuanto al significado principal de la muerte de Jesús muestra


que, como la última posición implica, ningún significado en particular es en realidad
primordial. Lucas puede haber afirmado cada uno de estos significados, pero no se interesa ni
en enfocar alguno de ellos en particular ni en explorar cada uno de ellos en detalle. Más bien
la muerte de Jesús juega una parte, aunque una parte importante, en una serie crucial de
sucesos. Aunque Lucas reconoce la inmensa significación teológica de la muerte de Jesús,
quiere que la atención de sus lectores progrese del período de la muerte de Jesús al segmento
de la historia de la salvación. En este período de la obra salvadora de Dios él ha exaltado a
Jesús a su diestra, y, desde esta posición exaltada, Jesús ha inaugurado el tiempo de perdón y
restauración de Israel; era que incluye la extensión de salvación a todos los pueblos de la
tierra.

Lucas vivió rica significación teológica en la muerte de Jesús, pero escogió no explorar a
profundidad ningún significado en particular. Más bien, la muerte de Jesús fue parte del
progreso necesario de la historia de la salvación, anotada de antemano en la profecía de Isaías
del Siervo del Señor. Como el Siervo, Jesús tenía que morir, pero Dios también lo vindicó y
realizó su obra salvadora para Israel y para las naciones.

La aceptación de Jesús de los pecadores refuerza la presentación de Lucas de la salvación


como la inversión del estatus que se produce cuando la gracia se entromete en las normas
establecidas de los límites sociales y religiosos. La aceptación divina de los pecadores no está
supeditada a la aprobación de los líderes religiosos sobre a quiénes debería aceptar y cómo y
cuándo debería hacerlo. Eso es porque el guión isaiano del Evangelio de Lucas es que la
salvación va destinada a «toda carne» (Lucas 3:6) y a «todas las naciones» (Lucas 24:47).

En suma, los pecadores son una parte fundamental de la secuencia narrativa y el marco
teológico de Lucas por estos motivos: (1) son el ejemplo por excelencia del cuidado de Dios
de los marginados; (2) demuestran la dramática naturaleza de la salvación como inversión de
11
los estatus; (3) son modelos de discipulado por su fe, arrepentimiento, remordimiento, actitud
hacia las riquezas y compromiso con Jesús; (4) son la prueba de que la esperanza isaiana para
la salvación por fin ha llegado; (5) prefiguran la afluencia de gentiles como los pecadores
últimos en el libro de Hechos. Como dice D. Neale: «Para Lucas los “pecadores” son uno de
los símbolos más importantes del propósito del ministerio terrenal de Jesús y su
arrepentimiento fue una parte esencial de lo que Jesús fue llamado a cumplir»23.
9. Conexión entre la Salvación, como rescate físico, y la Salvación Espiritual
El discurso de Jesús en la sinagoga de Nazaret (Lc 4:16–27) muestra que el evangelista
consideraba que la sanidad, la libertad y el bienestar eran parte importante de la misión de
Jesús. Los relatos de las milagrosas sanidades y la asombrosa provisión que operaba Cristo
refuerzan esta conclusión. Pero hay factores en Lucas y Hechos que muestran que esto no era
todo. En Lucas 9:24 Jesús dice: «Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el
que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará». Después Jesús explicaría este dicho
aparentemente contradictorio. La vida física no es la más importante, sino la espiritual. Para
algunos, como Cornelio en Hechos 10, es posible disfrutar de bendiciones físicas y también
adquirir beneficios espirituales. Para otros, como el hombre principal en Lucas 18:18–23, esto
no es una opción. Pablo obviamente era una persona que tenía salvación espiritual en Hechos,
pero eso no lo libró de sufrimientos, dolor y cárcel.

Podemos concluir que Lucas consideraba que el rescate físico acompañaba comúnmente a la
salvación espiritual, pero no en todos los casos. La pregunta del carcelero en Hechos 16:30:
«Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?», y la respuesta de Pablo: «Cree en el Señor
Jesucristo y serás salvo, tú y tu casa» ilumina la conexión entre la salvación física y la
espiritual. El carcelero acababa de experimentar un terremoto y estaba asustado. Quizás tuvo
miedo de que algún dios le castigara por haber tratado duro a Pablo y Silas, hombres que
obviamente tenían acceso al poder divino. Además, él sabía que, si escapaban los prisioneros,
moriría. Su preocupación era primordialmente por las cosas materiales. Aun si le preocupaba
algún castigo divino, se preguntaba cómo escapar de las consecuencias físicas de esa
reprimenda. Cuando le preguntó a Pablo qué debía hacer para ser salvo, quizás ni pensara en la
salvación espiritual, sino en el susto y el peligro inminentes. Pablo respondió: «Cree en el
Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos
los que estaban en su casa» (Hch. 16:31–32). ¿Ofreció Pablo solamente un rescate físico? ¿O
también una salvación espiritual? Busquemos la respuesta en un ejemplo de la predicación de
Pablo que Lucas nos brinda en Hechos 13:23 y 38–39: «Dios levantó a Jesús por Salvador …
Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados, y
que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es
justificado todo aquel que cree». El carcelero preguntó acerca del rescate; Pablo le predicó
acerca de un Salvador que otorga perdón y justificación.24

10. El arrepentimiento y el perdón de pecados


La salvación (y el arrepentimiento y el perdón como temas anexos) es un elemento central en
el mensaje de Lucas-Hechos. Examinaremos dos aspectos de la salvación. En primer lugar,
¿qué significa la salvación para Lucas?

23
Neale, 190
24
Exploremos hechos, Simons Roberto. Pag. 286
12
Jesús resume la extensión de la salvación que trajo en las palabras de Isaías 61:1–2, un pasaje
cuyo lenguaje es el del jubileo. El jubileo fue esencialmente la reversión de la fortuna de los
pobres y la cancelación de las deudas (Lv. 25; Dt. 15). La misión de Jesús tuvo implicaciones
radicales para la fortuna de muchos.

El hecho de que los pobres reciben la salvación ocupa un lugar especial en el pensamiento de
Lucas. Hay varios relatos que solamente aparecen en el Evangelio de Lucas, cuyos
protagonistas son los pobres (6:20, 24; 12:16–21; 16:19–31; 19:1–10). Y también la
bienaventuranza de Lucas respecto a los pobres tiene un significado muy importante en
comparación con su paralelo en Mateo. Mateo dice, literalmente, «dichosos ustedes los pobres
en espíritu» (5:3) mientras que Lucas solamente menciona «dichosos ustedes los pobres»
(6:20). Gutiérrez señala que «… los pobres a quienes bendice son lo opuesto a los ricos que
condena, es decir, aquellos que carecen de lo necesario. La pobreza de que se habla en la
primera bienaventuranza sería entonces la pobreza material».25
El comentarista tiene razón, aunque podemos tratar de explicar el significado de la expresión
de Lucas pensando que los pobres, quienes no poseen ni siquiera lo que necesitan, tienen más
probabilidad de darse cuenta de su necesidad espiritual. Esta parece ser la sugerencia de la
interpretación de la Versión Popular. Con esto en mente, Jesús puede decir también que es
difícil que los ricos entren en el reino (Lc. 18:25) porque en vez de confíar en Cristo confían
en sus riquezas y no en Cristo. 26 Los pobres no ocupan tanto espacio en Hechos, aunque se
describe a los miembros de la comunidad eclesial prosiguiendo con el cuidado de los más
necesitados y compartiendo sus posesiones entre sí (Hch. 2:44–46; 4:32–35, cf. Dt. 15:4).

En la misionología de Lucas también se destacan otras personas marginadas. El acentúa el


papel de los samaritanos (9:51s.; 10:25ss.; 17:19), que aparentemente son el punto de partida
de la misión a los gentiles. Un sábado Jesús sanó a una mujer encorvada (13:10–17). Y luego
visitó especialmente a Zaqueo, el recolector de impuestos para los romanos (19:9). Para Lucas
la salvación alcanza a personas a las que nadie quería tocar.
Lucas incluye la sanidad y el exorcismo en la salvación. Más que ningún otro autor
neotestamentario, recalca el ministerio de sanidad de Jesús, vinculándolo a la predicación del
reino, tanto en el Evangelio (4:18, 19; 9:6) como en Hechos (3:1ss.; 5:12–18; 8:7; 10:38; 28:8,
27).

Para Lucas la salvación también tiene consecuencias políticas. Esto es claro especialmente en
los relatos navideños, en los que se destaca el concepto de la salvación como aparece en el
Antiguo Testamento. La exaltación de los humildes (1:51–53), la liberación del pueblo de
Dios (1:71–74), las dádivas de la luz y la paz, (1:77–79) y la revelación y la gloria (2:30–32)
son conceptos que cobran vida en el contexto de la salvación. El mensaje es que Dios preparó
la salvación para Israel en el pasado, derribando a los grandes y poderosos, y levantando a los
humildes, y va a repetir su acción en Jesús. El perdón de los pecados es un resultado
importante de la salvación. A menudo este perdón se observa en el marco de los milagros de
sanidad, pero siempre aparece en un contexto de arrepentimiento (Lc. 1:77; 3:3; 5:20–24;
6:37; 7:47–49; 11:4; 12:10; 17:3–4; 23:34; 24:47). En Hechos los apóstoles predican la
25
Gustavo Gutiérrez, Teología de la liberación: perspectivas, Sígueme, Salamanca, 1972, p. 378.
26
En Mt. 5:3, la VP dice: «Dichosos los que reconocen su necesidad espiritual», donde RV, más literalmente,
dice: «bienaventurados los pobres en espíritu»
13
salvación que incluye el regalo del Espíritu Santo (Hch. 2:38; 5:32), la sanidad física (4:9–10)
y el perdón de los pecados (2:38; 8:22; 10:43; 13:38; 26:18).

En suma, esta breve discusión sobre los diversos enfoques y análisis interpretativos de Lucas
conduce a establecer que varios temas se intersectan o entrecruzan para perfilar el horizonte
teológico de este Evangelio. En términos generales, cada uno de estos temas es relevante como
paradigma para la misión de la iglesia, en cualquier coyuntura política o situación histórica.
En primer lugar, como lo reconoce la mayoría de los exégetas, el eje o uno de los ejes
teológicos que articula la perspectiva lucana de la misión es el especial interés de Jesús por los
pobres y los marginados (publicanos, samaritanos, leprosos, mujeres. niños y enfermos), en un
clima cultural que consideraba a las mujeres como «cosas» y a los niños como «seres humanos
incompletos».24
Por otro lado, como muchos exégetas lo señalan, tanto el Magnificat (1:46–55) como el
Benedictus (1:67–79) subrayan la intervención poderosa de Dios en la historia para hacer
justicia a los débiles y para traer salvación a los que esperaban el cumplimiento de la promesa
de salvación. En ese sentido, María, José, Elizabeth, Simeón, Zacarías, Ana y los pastores
formaban parte del remanente de los justos y piadosos que esperaban la consolación de Israel
(2:25) y la redención en Jerusalén (2:38). En otras palabras, desde el comienzo de la historia
de Jesús, Lucas va indicando que los sectores sociales ubicados en la «otra orilla de la
historia», los anawim (los humildes ante Dios), fueron los más sensibles a la voz del Señor.
En segundo lugar, se destaca la universalidad de la misión. En Lucas se sugiere que el amor
de Dios es incluyente y abarcador. Es un amor que cruza las fronteras geográficas de la
Palestina y las barreras religiosas, culturales, sociales, políticas y económicas. El canto de
Simeón durante la presentación de Jesús en el templo de Jerusalén fue un indicador de esta
realidad (2:29–32). Este hecho fue confirmado por el Señor en la sinagoga de Nazaret cuando
en presencia de un auditorio judío puso a dos gentiles como expresiones concretas del alcance
universal del amor de Dios (4:25–27).
En tercer lugar, es pertinente resaltar el esfuerzo de Lucas por conectar los eventos de la
historia de Jesús y de la iglesia con la historia secular (2:1–7; 3:1–2; Hch. 11:28; 18:2), Dicho
de otra manera, el horizonte teológico lucano ve la intervención soberana de Dios en la
historia para cumplir su promesa de salvación. Según Lucas, Dios es Dios de la historia y de
todas las naciones, y los procesos sociales y políticos pueden ser canales a través de los cuales
el amor y la justicia de Dios se manifiestan alcanzando a todas las personas, culturas y
pueblos.
En cuarto lugar, otro de los temas dominantes en este Evangelio es la presencia del Espíritu
en la misión. La experiencia de María, Zacarías, Elizabeth, Juan el Bautista, Simeón y Ana
confirma esta observación (1:15, 35, 41, 67; 2:25–27). Jesús mismo tuvo que ser ungido con el
Espíritu antes de dar inicio a su ministerio itinerante por ciudades y aldeas (4:1, 14, 18), y los
discípulos tuvieron que esperar a ser investidos con poder de lo alto para dar testimonio de las
buenas noticias de salvación (24:49; Hch. 1:8; 2:1–13).
En quinto lugar, es pertinente indicar que la noción del jubileo recorre todo el Evangelio. El
canto de María es una primera señal de esta realidad. Lucas enfatiza insistentemente que Jesús
vino para liberarnos de todo tipo y forma de opresión. El texto conocido como «el manifiesto

4 24
Así, por ejemplo, a pesar de que su perspectiva teológica differe marcadamente de la opinión de otros intérpretes, Bosch
reconoce que un considerable porcentaje de exégetas supone (op. cit., p. 98) que este es el énfasis o uno de los énfasis centrales
del Evangelio de Lucas.
14
de Nazaret» resume esta perspectiva lucana de la misión de Jesús (4:16–30). En este pasaje
Jesús presenta claramente su ministerio en términos de liberación integral. Los ejemplos de la
viuda de Sarepta y de Naamán el sirio, que provocaron una respuesta violenta por parte de los
judíos (4:29), dejan constancia de que la justicia de Dios es radicalmente distinta de la justicia
de los hombres.

En suma, se puede afirmar que el horizonte teológico lucano se caracteriza por el anuncio del
evangelio del reino de Dios como buenas nuevas de liberación a los pobres y a los
marginados. De este modo, sin perder de vista el alcance universal del amor de Dios, que no
excluye a los ricos de su propósito de salvación, Lucas subraya el amor especial de Dios por
las personas consideradas como «desechables» por los que se enseñorean de las naciones
(22:25). En otras palabras, según el testimonio de Lucas, Dios tiene un especial interés en los
sectores sociales ubicados en «la otra orilla de la historia». Por ello Lucas ha brindado
importante aporte a la Teología, quien además de ser hábil historiador y literato, ha producido
una obra eminentemente teológica. A diferencia de Pablo y Marcos, cuya expectativa frente a
la pronta venida de Jesucristo deja huellas profundas en el Nuevo Testamento, Lucas prevé un
período nada corto de misión universal de la iglesia antes de la parusía. El acontecimiento
salvífico, pues, abarca no solo la carrera terrestre de Jesús, sino la historia de la iglesia guiada
por el mismo ESPÍRITU.

Conclusiones:
1. La salvación no es simplemente la certidumbre de beatitud eterna que tiene el alma humana,
sino que representa un concepto más amplio e integral. En palabras de David Bosch, como en
el caso del «ministerio de Jesús hemos de liberar a los adoloridos, cuidar a los pobres,
proporcionar un hogar a los desechados y marginados, y ofrecer perdón y salvación a todos los
pecadores».

2. Según Lucas, ¿cuáles son los requisitos de la salvación? El arrepentimiento y la fe son


elementos que aparecen desde el principio hasta el fin de la obra de Jesús y ocupan un lugar
importante en la salvación.

3. En Lucas el uso correcto de la riqueza se ve como un fruto del arrepentimiento. Después que
la salvación llega a su casa, Zaqueo comienza a utilizar bien su riqueza (19:8ss.). Los ricos no
deben confiar en sus posesiones sino usarlas correctamente (Lc. 12:13–21, 22–34). Lucas
brinda otros ejemplos de personas que usaron su dinero como Dios deseaba (Lc. 7:5; 10:35;
19:8; 23:50–54; Hch. 2:44; 4:32–37) y también de algunas que no lo emplearon de esta
manera (Lc. 12:13–21; 16:19ss.; 18:18ss.; Hch 5:1–10; 8:18–19). Parece que en Hechos el
arrepentimiento y la fe adquieren un nuevo énfasis. Los judíos deben arrepentirse de la muerte
de Jesús (Hch. 2:23–38; 3:17–23; 13:28–29) y los gentiles, de su idolatría (14:15; 17:30–31).

4. La salvación en Lucas - Hechos es un término amplio que abarca «las marcas del maligno
incrustadas en la vida humana: los posesos, los enfermos, los ciegos, los paralíticos, los
oprimidos» e «incluye ciertamente la transformación total de la vida humana, el perdón de los
pecados, la sanidad de las enfermedades y la liberación de todo tipo de esclavitud». 27
27
Bases Bíblicas de la misión, Padilla, C. Rene, Pag 256- 259.

15
5. El amor especial de Dios por los pobres y por los sectores sociales condenados al olvido por la
historia oficial es el tema teológico que Lucas nos recuerda como tarea permanente para la
acción misionera de la iglesia. En ese sentido, aunque nuestra perspectiva teológica y
ubicación ideológica lea o interprete a Lucas de manera distinta, no se puede eludir ni
desconocer que uno de los énfasis centrales de este Evangelio es la afirmación del amor
especial de Dios por los «desechables».

6. Finalmente, de acuerdo con el testimonio de Lucas, la iglesia tiene que ser como el buen
samaritano y como la viuda pobre. El pueblo de Dios no ha sido llamado para ser indiferente o
pasar de largo (10:31–32) esquivando su responsabilidad misionera integral frente a las
necesidades del mundo. Tampoco ha sido llamado para acumular egoístamente pensando que
la vida del hombre «consiste en la abundancia de los bienes que posee» (12:15). Por lo tanto,
individual y colectivamente, tenemos que ser como Jesús: «amigo de publicanos y de
pecadores» (7:34), anunciando el evangelio del reino de Dios por ciudades y aldeas (8:1).
Según Lucas, no existe otra opción ni ruta misionera. Como Jesús, en el poder del Espíritu,
estamos llamados a predicar el año agradable del Señor (4:14, 18–19).

Bibliografía:
 Leon Morris, El Evangelio según San Juan. (Colección Teológica Contemporánea, vols. 11 y
12, 2005) Los comentarios de esta serie, New International Commentary on the New
Testament, están considerados en el mundo anglófono como unos de los comentarios más
serios y recomendables. Analizan el texto de forma detallada, deteniéndose a considerar temas
contextuales y exegéticos, y el sentido general del texto.
 Ensayo el evangelio Según Lucas, Dr. Daniel S. STEFFEN Pag. 1
 Comentario Biblico Mundo Hispano, tomo 16: Lucas. Cevallos, Juan Carlos; Zorzoli, Ruben
O. Pag. 29, 34-36
 Diccionario Bíblico Lexham, Editor: John D. Barry, Editor asociado: Lazarus Wentz. Editores
asistentes: Jessi Gering, Rebecca Brant, Rebecca Kruyswijk, Douglas Mangum, Justin Marr,
Elliot Ritzema, Britt Rogers, and Elizabeth. Lexham Press, 2014.
 Teología de Lucas, Dr. Matthew C. Williams, Profesor de Nuevo Testamento. Biola
University. Pag. 81.
 Philip Francis Esler, Community and Gospel in Luke-Acts: The Social and Political
Motivations of Lucan Theology, Cambridge University Press, Cambridge. 1967, pp. 2,48,
164–169.
 Donald Senior y Carroll Stuhlmueller, Biblia y misión: fundamentos bíblicos de la misión,
Verbo Divino, Estella, 1985, pp. 345–366.
 Ibíd., pp. 98-104, 117, 317–318,366, 830.
 I. H. Marshall, «Lucas», J. D. Douglas y N. Hillyer, eds., Nuevo diccionario bíblico, Certeza,
Buenos Aires, 1991, p. 829.
 Gustavo Gutiérrez, El Dios de la vida, CEP, Lima, 1989, p. 317.
 William Barclay, Cristo y nuestra época, TIDINGS, Nashville (Tennesse), 1973, p. 17; F. F.
Bruce, El mensaje del Nuevo Testamento, Certeza, Buenos Aires, 1975, p. 65.
 Barclay, op. cit., pp. 17–18, 52, 59.

16
 David Bosch, Transforming Mission: Paradigm Shifts in Theology of Mission. Orbis, Nueva
York, 1993, p. 103. Esta obra se publicará próximamente en castellano bajo el sello de Nueva
Creación.
 David Gooding, According to Luke: A new exposition of the Third Gospel, Inter-Varsity,
Leicester, 1987, p.9.
 Joseph Fitzmyer, El Evangelio según San Lucas: Introducción general, tomo I, Cristiandad,
Madrid, 1986, p. 282.
 Gustavo Gutiérrez, Teología de la liberación: perspectivas, Sígueme, Salamanca, 1972, p.
378.
 Bases Bíblicas de la misión, Padilla, C. Rene, Pag 256- 259.
 Exploremos hechos, Simons Roberto. Pag. 286.

17

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