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Los inventarios están presentes en toda la cadena de suministro desde la fuente del flujo de
material hasta el consumo, la eliminación o la destrucción de sus componentes. Los inventarios se
clasifican por ubicación, por función, por tiempo, por volumen y demanda.
Clasificación de inventarios
Los inventarios se colocan a lo largo de toda la ruta de movimiento de los flujos de material desde
la fuente de materias primas hasta el consumidor final. En la ubicación, se distinguen los siguientes
tipos de acciones:
Tipo 4. Existencias de hogares. Creado por los usuarios finales para las necesidades actuales o
como reservas.
Quien está a cargo de la administración de inventarios sabe que en sus manos se encuentra una de
las áreas más importantes de la empresa, ya que su correcta gestión genera utilidades,
productividad y un coherente funcionamiento entre la oferta y la demanda.
Cada PYME resuelve de manera diferente el control de inventarios, y esto se debe a que las
políticas internas de las empresas son distintas, así como las exigencias de cada industria. No
obstante, existen clasificaciones que pueden ayudarte a gestionar de manera más eficiente la
entrada, almacenamiento y salida de tus materiales y mercancías.
tipos de inventarios que existen en las empresas
Es importante que conozcas los alcances de tu negocio, así como las necesidades de tus clientes.
No es lo mismo contar con un almacén que tiene una rotación mensual a manejar productos
perecederos que tienen movimiento diariamente.
La manera de controlar un inventario está relacionada con las capacidades de tu empresa y con un
análisis estricto de la demanda; solo de esta manera podrás cuidar los activos de tu negocio.
Inventario inicial
Se realiza cuando inicias con las operaciones de tu empresa. En términos contables, se refiere al
inventario que refleja tu saldo antes de que adquieras inventario adicional o de que vendas el
existente en un determinado periodo.
Inventario final
Responder a los periodos de mayor demanda requiere de planeación y estrategia, este tipo de
inventarios se mueve conforme a temporadas o promociones comerciales. Un ejemplo: los
destinados al incremento de la demanda en época navideña o vacacional.
Inventario en lote
Estos se piden en tamaño de lote, lo que puede reducir significativamente los costos, en lugar de
solicitar productos cuando sea necesario.
Inventario en consignación
Se refiere a los bienes que un consignador envía a otra empresa con el propósito de que los venda
a nombre del consignador.
inventarios periódicos
Mide los inventarios de principio a fin en un periodo contable. Se basa en un conteo físico
completo trimestral o anual. Es un método simple; sin embargo, no permite un control exacto de
los problemas que puedan surgir a causa de la escasez o la sobredemanda.
Inventarios perpetuos
Registra los saldos después de que se realizó una transacción y aporta información actualizada y
confiable sobre una base diaria. Su ventaja reside en el control constante y en la disminución de
los robos hormiga.
Se realiza un conteo de todas las mercancías o productos que el negocio ha producido y que están
listos para su venta a los clientes finales
Inventario físico
Es una lista elaborada que corrobora la existencia real de productos y materias primas
almacenadas, verifica su estado y define su estatus. Para ser capaz de llevar un correcto control de
todas tus existencias, se recomienda el uso de una herramienta que pueda estipular el total de
movimientos de tu almacén de forma actualizada. En toda organización se hace necesaria una
discriminación de artículos con el objetivo de determinar aquellos que por sus características
precisan un control más riguroso.
Muchos textos suelen considerar que la zona "A" de la clasificación corresponde estrictamente al
80% de la valorización del inventario, y que el 20% restante debe dividirse entre las zonas "B" y
"C", tomando porcentajes muy cercanos al 15% y el 5% del valor del stock para cada zona
respectivamente. Otros textos suelen asociar las zonas "A", "B" y "C" con porcentajes respectivos
del valor de los inventarios del 60%, 30% y el 10%, sin embargo, el primer caso es mucho más
común, por el hecho de la conservación del principio "80-20". Vale la pena recordar que, si bien los
valores anteriores son una guía aplicada en muchas organizaciones, cada organización y sistema
de inventarios tiene sus particularidades, y que quién aplique cada principio de ponderación debe
estar sumamente consciente de la realidad de su empresa.
Las unidades pertenecientes a la zona "A" requieren del grado de rigor más alto posible en cuanto
a control. Esta zona corresponde a aquellas unidades que presentan una parte importante del
valor total del inventario. El máximo control puede reservarse a las materias primas que se utilicen
en forma continua y en volúmenes elevados. Para esta clase de materia prima los agentes de
compras pueden celebrar contratos con los proveedores que aseguren un suministro constante y
en cantidades que equiparen la proporción de utilización, tomando en cuenta medidas preventivas
de gestión del riesgo como los llamados "proveedores B". La zona "A" en cuanto a Gestión del
Almacenes debe de contar con ventajas de ubicación y espacio respecto a las otras unidades de
inventario, estas ventajas son determinadas por el tipo de almacenamiento que utilice la
organización.
Control para ZONAS "B"
Las partidas B deberán ser seguidas y controladas mediante sistemas computarizados con
revisiones periódicas por parte de la administración. Los lineamientos del modelo de inventario
son debatidos con menor frecuencia que en el caso de las unidades correspondientes a la Zona
"A". Los costos de faltantes de existencias para este tipo de unidades deberán ser moderados a
bajos y las existencias de seguridad deberán brindar un control adecuado con el quiebre de stock,
aun cuando la frecuencia de órdenes es menor.
Esta es la zona con mayor número de unidades de inventario, por ende, un sistema de control
diseñado, pero de rutina es adecuado para su seguimiento. Un sistema de punto de reórden que
no requiera de evaluación física de las existencias suele ser suficiente.
La clasificación ABC se realiza con base en el producto, el cual expresa su valor por unidad de
tiempo (regularmente anual) de las ventas de cada ítem i, donde:
La clasificación de inventarios ABC es una técnica para segmentar las referencias de productos del
almacén según su importancia en tres categorías (A, B y C), siguiendo un criterio (por ejemplo, su
valor de inventario) y basándose en el principio de Pareto o regla 80/20, según la cual un pequeño
porcentaje de las referencias serán responsables de la mayor parte de los objetivos globales del
almacén (valor de inventario, facturación, beneficios, etc.). Esta clasificación ayuda a tomar
decisiones y priorizar los recursos del almacén hacia los productos que más impacto tienen en los
objetivos globales (los del grupo A), en lugar de focalizar esfuerzos y recursos por igual en todos
los productos, lo que resultaría contraproducente con los artículos de menor importancia (grupo
C).
El análisis ABC para clasificar el inventario está recogido en el conjunto de buenas prácticas del
modelo SCOR.
Análisis ABC
El análisis ABC consiste en aplicar el principio de Pareto o regla 80/20 para segmentar entidades
(productos, clientes, proveedores, etc.). Típicamente se aplica en el ámbito del almacén para
clasificar el inventario según su importancia. Aunque se pueden seguir diferentes criterios (según
cada almacén y tipos de mercancía que manejen), un criterio típico es el valor de inventario de
cada referencia, calculado como su demanda anual multiplicada por su coste unitario. Después, se
ordenan de mayor a menor y se agrupan según el porcentaje que representan respecto al total.
Así, los porcentajes típicos resultantes serán:
Categoría A: En torno al 20% de las referencias representan aproximadamente el 80% del valor del
inventario (regla 80/20).
Categoría B: En torno al 30% de las referencias representan aproximadamente el 15% del valor del
inventario.
Categoría C: En torno al 50% de las referencias representan sólo el 5% del valor del inventario.
Estos porcentajes son orientativos, y variarán en cada caso, según el sector de negocio,
características del almacén, niveles de rotación, etc. Lo principal es entender que un pequeño
porcentaje de las referencias representa la mayor parte del valor del inventario, formando la
categoría A, y a las que tendremos que aplicar controles de inventario más estrictos y asignar
mayores recursos.
Por ejemplo, los productos de categoría A serían los indicados para las mejores zonas del almacén
y más próximas al área de expedición, utilizando sistemas de almacenaje automáticos como mini
load o la preparación de pedidos automática mediante dispensadores automáticos Disban H.
Mientras que productos de categoría C podrían ser almacenados en zonas menos óptimas del
almacén con sistemas de almacenaje focalizados en maximizar el aprovechamiento del espacio,
como los pasillos elevados.
El análisis ABC deberá ser actualizado periódicamente, puesto que, dependiendo de tendencias de
mercado, ciclos de vida de los productos, etc., con el tiempo habrá referencias que promocionen a
una categoría superior mientras que otras decaerán hacia una categoría inferior.
Aunque el concepto de clasificación de inventarios ABC parezca sencillo, en la práctica puede ser
necesario utilizar múltiples criterios de categorización. Por ejemplo, fechas de caducidad, tiempos
de reposición de mercancía, importancia de los clientes, etc. También puede ser necesario realizar
un análisis más detallado, como el análisis ABC/XYZ.
Una vez realizado el análisis ABC sobre el inventario y habiendo quedado éste clasificado en las
tres categorías A, B y C, se toman decisiones de gestión de la cadena de suministro basándose en
dichas categorías. Entonces, se establecerán estrategias de control de inventario diferentes en
función de la importancia de las diferentes mercancías. Es por esto por lo que el análisis ABC
aplicado al inventario se llama a veces control de inventario selectivo.
En un mundo ideal, todos los productos que almacenáremos tendrían la misma demanda y la
misma rentabilidad y, por tanto, los gestionaríamos por igual. Pero en la práctica un pequeño
porcentaje de las referencias son responsables de la gran parte de las ventas y de los beneficios.
Por tanto, no resulta lógico que dediquemos a todas las referencias por igual el mismo nivel de
recursos (económicos, personal, niveles de stock, frecuencia de reaprovisionamiento, espacio de
almacenaje, tareas de manutención, recuento de inventario, etc.). Así que deberemos aplicar
estrategias de gestión y control de inventario más estrictas a la categoría A, mientras que se
aplicarán sistemas más simples y que requieran menos tiempo y personal de almacén a la
categoría C.
Categoría A
Los productos de la categoría A son los más importantes para el negocio, típicamente un 20% de
las referencias representando el 80% del valor. Por tanto, deberán destinarse recursos para que su
control de inventario sea más exhaustivo y con conteos cíclicos más frecuentes.
Para la preparación de pedidos, será recomendable que el spotting favorezca las referencias de
categoría A. Además, es especialmente ventajoso implantar sistemas de almacenaje
automatizados que agilicen al máximo la preparación de pedidos. En el caso de cargas paletizadas,
mediante almacenes automáticos y con el sistema radio shunte Sherpa, logrando así una máxima
densidad de almacenamiento a la vez que se optimizan las tareas de manutención. En el caso de
cargas medias y ligeras, se puede recurrir al sistema mini load y a la dispensación automática
Disban H, que permiten la preparación de pedidos automática a alta velocidad.
Categoría B
Los productos de la categoría B tienen una importancia moderada, intermedia entre la categoría A
y la categoría C. Típicamente serán en torno al 30% de las referencias, constituyendo el 15% del
valor.
Es importante hacer un seguimiento de los productos B, puesto que algunos estarán próximos a
promocionar a la categoría A, mientras otros estarán próximos a decaer hacia la categoría C.
La preparación de pedidos puede agilizarse mediante el sistema guiado por luz de ATOX
Soluciones Tecnológicas para operaciones pick-to-light. En combinación con el transporte por
rodillos inteligentes, se minimiza los desplazamientos de los operadores de Picking, obteniendo un
gran rendimiento incluso aunque el slotting de los productos de categoría B sea menos ventajoso
por favorecer a los artículos A.
Categoría C
No compensa dedicar una gran cantidad de recursos a su control de inventario, puesto que los
costes de almacenaje y los costes operativos podría superar fácilmente la baja rentabilidad de
estos productos. Con objeto de rentabilizar al máximo el almacén, es recomendable utilizar
sistemas de almacenaje de ATOX diseñados a medida para optimizar el espacio de
almacenamiento, como los altillos y los pasillos elevados.