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Unidad 1: Convivencia escolar democrática y rol docente
Sesión 1
Convivencia democrática y el clima escolar
En el contexto actual, cada vez es necesario una educación que genere condiciones para la
convivencia democrática en las relaciones interpersonales y en diferentes escenarios como
el hogar, la escuela, entre otros. Es parte de tu rol reflexionar de manera permanente sobre
tus pensamientos, emociones y comportamientos, y sobre cómo son tus relaciones con los
demás, para poder llevar a cabo acciones de prevención frente a situaciones de discriminación
y/o violencia que se presentan en el ámbito escolar. Desde esta perspectiva, la tarea va de
la mano con generar un buen clima escolar en general, particularmente en el aula y así para
contribuir con los aprendizajes y con el desarrollo integral de las y los estudiantes.
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Sabiendo que parte del rol docente es la generación de condiciones que aseguren el
logro del aprendizaje en sus estudiantes, uno de los aspectos importantes es la creación
de un clima propicio, que a la vez favorezca una convivencia democrática; en ese sentido,
la competencia 3 del MBDD refiere: «Crear un clima propicio para el aprendizaje, la
convivencia democrática y la vivencia de la diversidad en todas sus expresiones con miras
a formar ciudadanos críticos e interculturales».
Según la autora, explica que hay dos maneras de acercarse al concepto de convivencia
uno más restringido y otro más amplio, llamado convivencia democrática.
El concepto más restringido sobre la convivencia, según Carbajal (2013), «se centra
básicamente en torno a la disminución de los niveles de violencia escolar, enfatizando
el control de los comportamientos agresivos de los alumnos» mientras que, en una
visión más amplia, la convivencia democrática «integra las relaciones democráticas
(institucionales, culturales e interpersonales) y las estructuras de participación como
elementos esenciales para la construcción y consolidación de la paz» (p. 15).
Así también, considerando los pilares de Delors, Gallardo (2009) señala que «aprender
a vivir juntos, aprender a vivir con los demás […] constituye un importante reto
educativo. Supone alcanzar una doble misión: enseñar la diversidad de la especie
humana y contribuir, al mismo tiempo, a una toma de conciencia de las semejanzas, las
diferencias y la interdependencia entre todos los seres humanos» (Delors, 1997citado
en Gallardo, 2009, p. 125).
Por otro lado, el fascículo de Rutas de aprendizaje (Minedu, 2013) haciendo referencia
a la convivencia democrática indica lo siguiente:
Por su parte, el Ministerio de Educación, desde el año 2018, cuenta con los «Lineamientos
de la gestión de la convivencia escolar, la prevención y la atención de la violencia contra
niñas, niños y adolescentes», aprobados según D.S. n.° 004.2018-Minedu, los cuales
se constituyen como un dispositivo de la política educativa que contribuye con la
promoción de una convivencia democrática en las instituciones educativas. En estos,
se define la convivencia escolar como «el conjunto de relaciones interpersonales que
dan forma a una comunidad educativa. Es una construcción colectiva y cotidiana, cuya
responsabilidad es compartida por todos y todas. La convivencia escolar democrática
está determinada por el respeto a los derechos humanos, a las diferencias de cada
persona y a una coexistencia pacífica que promueva el desarrollo integral de los y las
estudiantes» (DS. 004-2018-Minedu, p.30). Es importante precisar las diferencias y/o
cualidades entre estas dos denominaciones, «convivencia escolar» y «convivencia
escolar democrática» aparentemente similares, sin observar contradicciones entre
ellas sino más bien complementariedad.
Convivencia escolar
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Promoción de la Prevención de la violencia Atención de la violencia
convivencia escolar contra niñas, niños y contra niñas, niños y
adolescentes adolescentes
ACTIVIDADES SUGERIDAS
• Elaborar las normas de convivencia de la institución educativa y de las
aulas de manera concertada, promoviendo su cumplimiento.
• Promover la participación democrática de la comunidad educativa en los
espacios de gestión.
• Promover en las y los docentes el uso de una disciplina escolar con
enfoque de derechos, sin maltrato ni humillación.
• Ofrecer oportunidades de desarrollo personal y profesional a [las y] los
docentes, considerando que el bienestar de [las y ] los adultos incide en
el de los niños, niñas y adolescentes.
La profesora Sara, fue nombrada en una I.E. de educación primaria, antes de mudarse
averiguó sobre las características del contexto de dicha institución. Ella había
coordinado con el director sobre su incorporación en la institución educativa; sin
embargo, días previos a su ingreso, hizo un recorrido por la comunidad, el mercado
y los alrededores, e identificó que varias niñas y niños ayudaban a sus familias en las
actividades productivas, por ejemplo, en el comercio.
Cuando ya estuvo en aula, sus estudiantes eran afectuosos entre sí, pero cuando tenían
que presentar sus actividades o tareas, no lo hacían y los que presentaban no eran
puntuales, también observó que algunos de ellos obligaban a otros para que les presten
sus cuadernos con la finalidad de copiarse las respuestas, lo que afectaba la convivencia.
Sara habló con el director para abordar esta situación, primero planteándole al equipo de
colegas de la institución educativa para emprender una campaña por la responsabilidad
y la organización adecuada del tiempo las y los estudiantes, a modo de sensibilizar a
los actores de la comunidad educativa sobre la importancia de organizarse para usar
el tiempo de manera responsable. Otras y otros docentes comentaron en la reunión
que también habían observado actitudes similares en sus grupos de estudiantes, así
que en conjunto identificaron aquellas costumbres y prácticas que debían reforzar en
la institución educativa, y otras que se podrían mejorar en la convivencia familiar. Sara
y sus colegas, conocedores del contexto de sus estudiantes y familias invitaron a las y
los representantes de la comunidad para que participen y sean parte de esta campaña,
prepararon material para su difusión en la comunidad, familia y escuela, y empezaron
practicando juego de roles en las primeras reuniones.
ACTIVIDADES SUGERIDAS
• Establecer o incorporarse a la red local de servicios especializados que
previenen y atienden casos de violencia.
• Desarrollar acciones preventivas de acuerdo a las necesidades de la
comunidad educativa.
• Identificar y apoyar a los estudiantes en situaciones de vulnerabilidad y
riesgo.
ACTIVIDADES SUGERIDAS
• Atender las situaciones de violencia de acuerdo a los protocolos y
normas vigentes.
• Afiliarse al Portal SíseVe, administrarlo adecuadamente y difundir su
uso a la comunidad educativa.
• Reportar los casos en el Libro de Registro de Incidencias y en el Portal
SíseVe.
Reflexiona
¿Qué acciones de promoción de la convivencia democrática
recuerdas en tu experiencia docente? ¿Por qué es importante?
Es común escuchar que para que ocurra el aprendizaje es necesario que se generen
algunas condiciones en el entorno de los y las estudiantes, una de ellas es el clima que
generan los y las docentes; desde esta afirmación surge la inquietud sobre cómo sería
un clima propicio para aprender y la importancia de comprenderlo en su real dimensión.
Para definir con mayor especificidad el concepto de clima y cómo este se considera
propicio para promover el aprendizaje se utilizará la definición dado por Martínez (1996)
«definimos pues el clima, atmósfera o ambiente del aula como una cualidad relativamente
duradera, no directamente observable, que puede ser aprehendida y descrita en términos
de las percepciones que los agentes educativos del aula van obteniendo continua y
consistentemente sobre dimensiones relevantes de la misma como son sus características
físicas, los procesos de relación socio afectiva e instructiva entre iguales y entre estudiantes
y profesor, el tipo de trabajo instructivo y las reglas, y normas, que lo regulan. Además
de tener una influencia probada en los resultados educativos, la consecución de un clima
favorable constituye un objetivo educativo por sí mismo» (Martínez, 1996, p. 118 citado
en Urrutia &Torres, 2018 p.17).
Así entendemos que “son múltiples los factores que tienen incidencia en un ambiente
propicio para el aprendizaje, entre ellos el desarrollo psicoemocional de los participantes
del proceso educativo, también las distintas metodologías empleadas por el docente”
(Vaello, 2011, citado en Urrutia y Torres, 2018, p. 17).
Al vincular el clima propicio para el aprendizaje con la dimensión emocional que implica
el proceso educativo, de acuerdo a Casassus (2008) podemos afirmar que:
Por clima emocional del aula se entiende un concepto que está compuesto por
tres variables: el tipo de vínculo entre docente y estudiantes, el tipo de vínculo
entre estudiantes y el clima que emerge de esta relación. El aspecto crucial de este
concepto radica en la noción de vínculo. Al hablar de vínculo hacemos referencia
a una relación recurrente con un cierto nivel de profundidad. Para que exista esa
profundidad se necesita conexión, y por conexión entendemos una competencia
(del docente) por la cual el otro (el estudiante) siente que es visto, escuchado y
«La escuela y el aula son lugares privilegiados para aprender competencias sociales.
Estos lugares se prestan para el aprendizaje social, si es que los docentes han
adquirido la competencia de contener y sostener a sus alumnos en sus interacciones.
Un propósito de la tarea docente es nutrir las relaciones entre alumnos. Cuando
existe una tendencia a la crueldad y a la violencia entre alumnos, hay mal clima,
malos aprendizajes sociales y malos resultados académicos. Pero los alumnos
pueden aprender a relacionarse con respecto y sin violencia. Esto es posible si se
lleva a cabo una pedagogía que se ocupe de generar un clima de confianza mutua.
Una docencia que pone atención a las interacciones emocionales entre los alumnos.
Este es un requisito para que haya un clima emocional adecuado. Para generar tal
clima, se requiere permitir y activar la participación de los alumnos, que les permita,
por ejemplo, colectivamente proponer, negociar y determinar lo que vale la pena
aprender. Una pedagogía cuyo foco está en el principio de hacer las cosas con los
alumnos, en vez de hacerles las cosas. Una pedagogía desarrollada con los alumnos
se orienta a estimularlos para que puedan expresar sus motivaciones intrínsecas
acerca de lo que quieren aprender, individual y colectivamente. Aprender juntos es
más fácil que aprender en soledad.
¿De qué manera el enfoque de orientación al bien común del CNEB aporta en la
construcción de un clima propicio para el aprendizaje?
Recordemos que en este enfoque el bien común “está constituido por los bienes que
los seres humanos comparten intrínsecamente en común y que se comunican entre sí,
como los valores, las virtudes cívicas y el sentido de la justicia. A partir de este enfoque,
la comunidad es una asociación solidaria de personas, cuyo bien son las relaciones
recíprocas entre ellas, a partir de las cuales y por medio de las cuales las personas
Fuente: Currículo Nacional de Educación Básica (CNEB) (Ministerio de Educación, 2017, p. 26)
Antes de ello se preguntaba: «¿Son indisciplinados?, ¿por qué no quieren respetar las
normas?» Cuando conversó con ellos y sus familias pudo enterarse de que Juan cuidaba
a su hermano de meses mientras que su mamá trabajaba durante la mañana y Rosalía
trabajaba. A partir de ahí, pudo llegar a otro acuerdo con ellos y les preguntó ¿cómo
podría ayudarlos?, ambos pidieron tolerancia de 20 minutos para llegar al aula. Julio
aceptó y a partir de ahí solo algunas veces José y Rosalía llegaban tarde; sin embargo,
podían estar presentes en la mayor parte de la clase (antes las perdían porque Julio no
los dejaba ingresar por haber llegado tarde) y sus resultados de aprendizaje empezaron
a mejorar, Julio percibió además que participaban más en clase y mostraban interés,
por ejemplo, en los recreos se acercaban para preguntarle algún tema.
De esta experiencia Julio notó que el clima del aula mejoró, lo cual se evidenció en
la convivencia con estos estudiantes en particular, pero en general, sus estudiantes
estaban más motivados y se sentían más cercanos. Desde ese momento ante alguna
dificultad que presentaban sus estudiantes empezó a repetir la pregunta «¿Cómo
puedo hacer para ayudarte?»
2. A partir del inicio de las clases en el año 2021, continuando con la modalidad a
distancia, Juana, docente de primaria, recibió un estudiante nuevo a su cargo: Manolo
(niño con discapacidad motora inferior). Juana desarrollaba sus clases con normalidad
hasta que un día Manolo le preguntó «¿por qué en los libros y lecturas que enviaba no
había niños como él, en sillas de ruedas?» Juana se sintió mal por no haberlo notado
antes y consideró importante abordar el tema en clase, para ello propuso una actividad
a través de un mural llamado: «Somos únicos y diversos» e invitó a sus estudiantes a
A partir de allí empezó asumir una postura y actitud distinta al tratarlo de forma más
equitativa, considerando y replanteando sus ejemplos en el material que compartía
(imágenes y textos), pero también integrándolo en su rol como docente (permisos para
terapias físicas, seguimiento más comprometido, orientación a la familia).
En este sentido una de las variables importantes tiene que ver con la relación
interpersonal entre docente y estudiante, el estilo del docente, si son aquellos que
motivan, animan o promueven conductas positivas o aquellos que incluyen el humor o
hablar abiertamente sobre ellos genera un clima positivo en el aula. Otra de las variables
está relacionada a la organización del aula, la cual da seguridad a las y los estudiantes,
y favorece el aprendizaje. La variable emocional también es un aspecto relevante, la
motivación hacia los estudios, el desarrollo de competencias socioemocionales, la
atención por el desarrollo de capacidades individuales va a dar como resultado altos
niveles de satisfacción lo cual se convierte en motivador para la apertura al aprendizaje.
La variable física también influye en el clima del aula. Un espacio ordenado, con
adecuada distribución del mobiliario, los sonidos, la iluminación, la temperatura, el
flujo de aire (ventilación) contribuye a un clima de aula positivo (Paneiva Pompa et al
2018, pp. 58-59).
[…] apoyan la salud [y] ofrecen a las personas protección frente a las amenazas
para la salud, permitiéndoles ampliar sus capacidades y desarrollar autonomía
respecto a la salud. Comprenden los lugares donde viven las personas, su
comunidad local, su hogar, su lugar de trabajo y esparcimiento, incluyendo el
acceso a los recursos sanitarios y las oportunidades para su empoderamiento.
Finalmente, desde el Ministerio de Educación se establece que para que las y los
estudiantes sean capaces de lograr sus competencias, la escuela brinda condiciones
necesarias a fin de promover la convivencia democrática evidenciada en un compromiso
para la construcción de una sociedad inclusiva, promotora del respeto de los derechos
humanos, el ejercicio pleno de la ciudadanía y el rechazo a cualquier forma de violencia
o discriminación.
Promover una convivencia escolar positiva no solo es una obligación de las instituciones
educativas y de las personas a su cargo, sino, además, una responsabilidad ética que
debe movilizar a toda la comunidad educativa. Solamente con espacios escolares
democráticos y con adultos que sean referentes éticos, será posible que las y los
estudiantes se desarrollen en un contexto social e institucional que facilite su formación
como ciudadanos y les permita alcanzar las capacidades que se esperan en ellos.
Fuente: Lineamientos para la gestión de la convivencia escolar, la prevención y la atención de la violencia contra
niñas, niños y adolescentes. Decreto Supremo N.° 004-2018-MINEDU Siseve (Minedu, 2018, p.12).
La convivencia escolar es una posibilidad para transformar la escuela, las aulas y una
manera diferente de sentir y de escuchar a las y los estudiantes y crear un ambiente
de confianza, de seguridad, de pertenencia, en donde se experimenten los valores de
respeto, responsabilidad, solidaridad, justicia e igualdad y de respeto a la diversidad.
Se define el clima atmósfera o ambiente del aula como una cualidad relativamente
duradera, no directamente observable, que puede ser aprehendida y descrita en términos
de las percepciones que los agentes educativos del aula van obteniendo continua y
consistentemente sobre dimensiones relevantes de la misma como son sus características
físicas, los procesos de relación socioafectiva e instructiva entre iguales y entre
estudiantes y docente, el tipo de trabajo instructivo y las reglas, y normas, que lo regulan.
Una escuela saludable y segura es aquella que «posee un ambiente sano donde se
aprende de una manera saludable y solidaria con el medio». Una escuela saludable
es aquella que cuenta con condiciones físicas que dan seguridad, que es sensible
y atiende a las señales de los estudiantes, evitando las situaciones amenazantes,
y no usa el castigo como instrumento de aprendizaje, potenciando una visión
crítica y solidaria con el medio y promueve los hábitos de una vida saludable.
Caja de herramientas
BBVA. (3 de abril de 2019) Aprendemos justos. Seis claves para aprender a convivir.
[Video] YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=MCGNdodJ7ws
Fierro-Evans, C., & Carbajal-Padilla, P. (2019). Convivencia escolar: Una revisión del
concepto. Psicoperspectivas, 18 (1), 1-14. http://dx.doi.org/10.5027/psicoperspectivas-
vol18-issue1-fulltext-1486 Publicado bajo licencia Creative Commons Attribution
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https://scielo.conicyt.cl/pdf/psicop/v18n1/0718-6924-psicop-18-01-00009.pdf
Urrutia, M.& Torres, F. (2018) Cómo las actividades musicales aportan para
desarrollar un clima propicio para el aprendizaje en el aula en los estudiantes de
segundo medio en el colegio María Luisa Bombal de Vitacura durante el año 2018.
[Tesina para optar al grado académico de licenciado en educación].
http://repositorio.umayor.cl/xmlui/bitstream/handle/sibum/5842/17344113-4.
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